Antologia de Creadores PECDA

TOMO: La persistencia de la presencia “Quivira”, parte de la Antología de Creadores
Primera Edición: 2010

Imagenes de portada: Luis Y. Aragón
Fotografía: Raúl Ramírez “Kigra”
Edición & diseño: SKARAV arte y diseño
INSTITUTO CHIHUAHUENSE DE LA CULTURA

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ISBN:En proceso
Impreso y hecho en Mexico

Printed and made in Mexico
Poesía
Quivira
DIRECTORIO
Autoridades Estatales
José Reyes Baeza Terrazas

Gobernador Constitucional del Estado de Chihuahua
María Guadalupe Chacón Monárrez
Secretaria de Educación y Cultura
Jorge Carrera Robles
Director del Instituto Chihuahuense de la Cultura
Luis Iván Carlos Hernández
Jefe de Desarrollo Artístico del Instituto Chihuahuense de la Cultura
Gonzalo R. García Terrazas
Secretario Técnico de la Comisión de Planeación del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Chihuahua
Patricia Rocío Márquez Guereque
Jefa del Área de Artes Visuales de Desarrollo Artístico del Instituto Chihuahuense de la Cultura
Autoridades del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA)

Consuelo Zaizar Guerrero
Presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
Susana Phelts Ramos
Directora General de Vinculación Cultural
Amalia Galván Trejo
Directora de Vinculación con Estados y Municipios de la Dirección General de Vinculación Cultural
Miguel Ángel Manzano Romero
Coordinador de la Zona Norte de la Dirección General de Vinculación Cultural
indice
JOSE MARÍA LUGO DAWNING
Seis poemas
A los caídos de la Revolución
TIERRA BAJA: POEMAS A URIQUE
Palabra
Cuenco
Pejenauta
El Charco
Caballo
La Belleza de fuego y del agua
El río
La Tahona
Los escarabajos
Descenso de la temperatura
“Odiseo ante el espejo¨. JOSÉ LUIS DOMINGUEZ.
El bardo druida
I
II
III
IV
V
VI
VII
Llega hasta aquí
¨Malla Solar¨. MICAELA SOLÍS TORRES.
Una garza emigra de mis manos
“El refugio del aire”. NELSON SOLORIO TALAVERA.
Una muchacha Rarámuri
El puente sobre el mundo
A un artista
Canción posible
Al enigma
Regresa al mar
Otro sol
Hallazgo
Invierno, 2007
La vestidura del dios
“Espejo de Fuego”. LILY BLAKE.
Principio
Razón
Pragmática
Escondite
En la tierra
Precisiones
Iluminación reflexiva
Sin saber
Hallazgo
“Poemas Heredados”. MARÍA MERCED NÁJERA MIGONI.
Ámbar en la orilla
Cantata para una pausa de dos vidas
Monólogo
Acertijo
La puerta nos separa
Hermética noche
Historia de un inverso total
“Tierra en Mano”. HAYDEÉ ESPINO CASTILLO.
A la tierra que fueres
Tierra de ciegos
Tierra a la vista
Tierra de nadie
Tierra prometida
Tierra al asunto
Tierra sin ley
Tierra firme
Con los pies en la tierra
Pecho a tierra
“Perfil de humo”. MARTHA ESTELA TORRES TORRES.
El reloj
Mi sueño se repite cada noche
Anoche soñé luciérnagas en mi cama
Me desnudaré de ti
Aguarda el silencio de las hojas;
Déjame hurgar
No podemos existir
Concédeme Señor, más tiempo
Caracol
Iconos
“Desiero de mar”. JUAN ARMANDO ROJAS.
Aurora
Paquimé
Rosacruz
Chiricahua
Palo verde
Mezquite
Santuario
Llovizna
“El Ser y el Otro en el Espejo”. CÉSAR EDUARDO MENDOZA.
Pasión-Esfinge
Confesión de la máscara
Fruto prohibido
¿Qué hace tu cuerpo con el mío?
Aatomía del silencio
Nota a Safo
Irá a otra ciudad
Un sueño de escándalo
Te amaré
“Zero Borderland”. Mauricio Macario Mauricio Rodriguez.
Identidad perdida-lo más cercano a lo perfecto
Drive all night
La via camaleónica
“Ropones”. ARTURO RICO BOVIO.
Ropones
Ronda cotidiana
Sigilo
Sol y luna
Sylenas I
Sylenas II
Anhelo
Juglerías
Leo poemas
Tu presencia
Edén
Caligrafías del sol
“Septiembre”. MARÍA DOLORES DORANTES ORTÍZ.
Sueña
“Tráveler”.JESÚS ARMANDO MOLINA BARRAZA.
I Cuervos Privados
“A la Sombra del Gigante”. ANA CAROLINA APODACA MONGE.
Te amo con la noche
Celos
Egoísta
Epitafio
Otro poema
Sin esperanza
Sueño de media noche
Tus cenizas
Súplica
Nocturna
“Maquia”. RAFAEL ÁVILA.
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
Posdata
Vampiros Market
Piñata sex toy
Dog Sun Perro de Sol
Eólica
“Del Desierto y el Exilio (Vox Clamantis in Deserto)”. ERIK FALCÓN.

Paso del Norte
Preludio al El Hakkina
En un descuido
Sobre ver películas del cine mudo para aprender a leer los labios
II
Daemon
I. Astrolutista
II. Europa.
III. Biósfera.
IV. Patricidio.
“Geografías y Biografías de la otra América”. Oscar Robles.
El Otro Lado
Luna Ebria
Ángeles de Otoño
Piedras de río
“Actum Confessionem”. María Elena Ortíz Chávez.
Lacandona
Tercer Blues
Mi vida en cash
Ese vientecillo frío
La confesión
Piscis
Quisiera ser como el camaleón
Madre
Es tan fácil morir
Tengo que imponerme
“La Otra Teología”. GABRIELA BORUNDA.
Manuscrito del profeta sin utopía
I
II
III
IV La sirena de los sueños
V
VI
QUIVIRA
LA PERSISTENCIA DE LA PRESENCIA
NOTA:
Quivira es el nombre de una ciudad imaginaria llena de riquezas, de la que hablaba una leyenda española posterior al siglo XII. A partir del
siglo XVI, algunos exploradores creyeron que esa ciudad existía realmente y
la buscaron al norte de la Nueva España.
LEYENDA ORIGINAL ESPAÑOLA

El origen de la leyenda está en un hecho históri- Cuándo lo supo el Virrey Antonio de Mendoza,
co: la ciudad de Mérida fue conquistada por los organizó una expedición dirigida por
moros en 1150. el fraile franciscano Fray Marcos de Niza.
Según la leyenda, siete obispos huyeron de la Este llevaba de guía a Estebanico,
ciudad, otro de los supervivientes de la expedición de
salvando sus vidas y algunas reliquias valiosas. Narváez.
Estos habrían acabado estableciéndose en un
lugar lejano y desconocido, Fray Marcos de Niza ordenó a Estebanico que se
fundando en ese lugar las ciudades de Cíbola y adelantara a investigar,
Quivira. y este afirmó que había vuelto a escuchar las
Habiendo acumulado muchas riquezas, leyendas…
sobre todo oro y piedras preciosas; Fray Marcos de Niza concluyó que los nativos
llegándose a decir que cada uno de los siete hablaban de las “Siete ciudades de Cíbola y
obispos Quivira”,
fundó una ciudad construida con oro. de la leyenda española. Estebanico no esperó al
fraile,
Sin relación con la leyenda, en 1528 Pánfilo de sino que siguió hasta llegar a Háwiko en Nuevo
Narváez, México.
dirigió una expedición que naufragó en La Ahí lo mataron los nativos y la expedición dio la
Florida. vuelta.
Solamente cuatro náufragos consiguieron re- Cuando fray Marcos de Niza regresó al Virrein-
gresar ato,
andando hasta Sinaloa, en Nueva España. informó a Don Antonio de Mendoza que había
Albar Núñez Cabeza de Vaca fue uno de ellos. llegado
En su libro de viaje afirmó que algunos a ver una ciudad más grande que Tenochtitlan,
nativos les contaron leyendas sobre ciudades dónde , según él, en ella la gente usaba vajilla
con grandes riquezas. de plata y oro,
decoraba sus casas con turquesas y perlas gi-
Expedición de Fray Marcos de Niza. gantes,
esmeraldas y más joyas.
Al poeta José María Lugo Dawning
Postmortem
Hablando de poetas
Las palabras pertenecen

a todos
Pero no todos pertenecen
a las palabras
Decías siempre que el tributo del dios volvía al
dios,
Hombre al trasluz Y que lo del César al César Vallejo, en caridad de
[Dios, allá en París,
Hombre del segundo vertical que del estro un día lluvioso, antes de que se muriera, también
[desciende, [regresaba,
José María, enamorado de la verba filosófica de Y César Vallejo que no ha muerto. Oh, te digo
[Heidegger, [que no. Y Martín Heidegger,
de Bachelard y Bergson, tus labios chispeaban Henri Bergson, Gaston Bacherlard tampoco han
[vocablos como peces, [muerto;
como piedras de colores, soliloquios, loco ni tú, poeta, filósofo, narrador, melómano, amante
[soltario, sol, locura [de la zigala,
luminosa, daimon platónico enamorado de la luz, nicaragüense, mexicano por adopción,
destellos en tus ojos de niño eterno y juguetón. [chihuahuense por convicción,
José María Lugo, Chema Lugo, Ché Malugo,
El tiempo, José María, el tiempo sin tiempo, [saltapatrás, un viernes
El segundo perpetuo, el instante reflejado en el veintinueve del mes sexto del dos mil siete del
[espejo [calendario numérico esotérico
del presente que no tiene cola alguna que te pisen, del cual también nunca sabrías, y tu injusto
instante de nuevo como pez saltarín y escurridizo, [corazón estallándote habría.
palabra multiplicada como piedrecita multitonal,
coralillo de rombos, rumbos y rumbetes, Pero no importa, todos tan serios, los cinco, tan
la vida hecha de un soplo helado de felicidad sin [serios, tan formales,
[fin. con huarache, sin sombrero y sin corbata, tan
Acordeón del pobre para no extrañar, sin lastre [educados todos, esperándonos, quiñán-
[alguno, donos
con la petaquilla, el poncho o jergón de viaje un ojo, despeinados, despistados, Vallejo,
[siempre listos, [Heidegger, Bachelard,
en ese instante fugaz que permanece para siempre. Bergson y Lugo, sacándole el máximo jugo a la
[existencia, sacándole ventaja
Wapaláina, el cañón de Wapaláina, tú y Albert al costal de huesos, sacándole la lengua a la
[Gailland, [huesuda, y Alef, y Guimel,
escalando, las montañas de Urique, y ese y nosotros aquí, desde este lado de la vitrina,
[encuentro mágico [aplaudiéndoles a todos.
con la madre tierra, con tu madre, con el médium
[owerúame,
completando el viaje. Y tu madre, amorosa, de “El amor destruye lo que inventa”/ “otros poemas”
[hablándote de Dios, José Luis Domínguez
no del dios convencional, hecho a la semejanza
[del hombre,
sino el dios invisible sólo visible a los ojos
[invisibles de los muertos.
sociedad que constituyen la educación antes le es-
torban que la promueven.”
Por lo anterior podemos comprender que para
todas las áreas del arte regla la misma ley. Para el
pintor, para el escultor, para el músico, para el actor,
para el danzante, para el narrador, etcétera, etcé-
tera, la misma ley.
Sin talento, sin disciplina, sin oficio –de ahí
también que se les conozca como los “oficios di-
vinos” –, sin entrega absoluta no hay, no puede
Prólogo resultar nada.

Los trabajos seleccionados que conforman este
libro, fueron tomados de cada uno de los proyectos
Los oficios divinos terminados por los becarios en el periodo que les
correspondió a cada uno.
Escribir poesía es ir detrás de las palabras, cru-
zarlas como se cruza una cortina. Fue para mí muy grato encontrar en la mayoría
El lenguaje y el pensamiento convencional, el proceso de calidad que sólo entrega no sólo el
tanto individual como colectivo son una cortina que talento sino la continuidad de la disciplina.
nos separa del estado poético del ser, categoría de Aquí sólo el buen lector de poesía podrá darse
lo esencial humano. cuenta quién cumple y quién no.
Todos –alguna vez en nuestra vida- lo intuimos
pero no lo atendemos quizá por miedo, quizá por Por lo que respecta al título del libro, me pare-
temor de ser, quizá olvidados por ambición de lo ció más que adecuado rememorar la leyenda más
puramente material o, quizá también por discapa- distintiva del Norte de la Nueva España, la de las
cidad interior. míticas ciudades construidas con oro, siendo una de
Más que un espejo de una imagen de sí, de un ella: Quivira. Otra vez el mito de El Dorado.
Narciso verbal, la poesía revela al hombre universal Para mí el oro con que fueron construidas estas
que somos, que representamos. ciudades, no es otro que símbolo de la luz, luz de la
El arte de la poesía es lenguaje sin ego. sabiduría, luz del Espíritu, luz de la poesía viviente,
El arte de la poesía es lenguaje impersonal. o sea, para la comprensión de los seres sensibles
El arte de la poesía es lenguaje sin yo. que nacen en el estado de Chihuahua y que saben
En las sábanas de la literatura el arte de la poe- a lo que me refiero cuando elegí como subtítulo: La
sía, es el arte por excelencia. persistencia de la presencia.
Los llamados por Ella es una edad temprana –
piensan por lo regular y eso es hasta necesario–, Rogelio Treviño.
que tal vez no sea un oficio difícil. Posteriormente la
mayoría lo abandonan por ese gran equívoco.
Cuando el iniciando comprende esto, enton-
ces se da cuenta con los primeros años de entrega
absoluta, que “es importante que el artista esté
sumamente educado en su propio arte; pero su
educación es tal que los procesos ordinarios de la
ANTOLOGÍA DE CREADORES
José María
Lugo Dawning†.
POESÍA - QUIVIRA
POESÍA | 2000
SEMBLANZA
Nació en Managua, Nicaragua, en 1936. Estudió filosofía en la UACH y en la UNAM. Colaboró en diversas revistas:
Khatarsis, Apolodionis, Salamandra, Armas y letras, El porvenir, Plaza, entre otras. Publicó los siguientes títulos: Muchacho con
guitarra (1961), Carne de la noche (1964), El caballero de la humana energía; el pensamiento oculto en Rubén Darío (1964),
Colección de poemas (1967), El caracol (1982), Mare nostrum (1982) y Vericuetos del grial (1989).
22
E s a la vez un honor y una tristeza que un
gran poeta de la talla de José María Lugo
Dawning, inicie este libro de becarios publica-
Tomás Segovia, Juan Rulfo y Ramón Xirán.
En el año de 1959, la Revista Mexicana de Lit-
eratura (Nueva Época), le publicó seis poemas
do por el Instituto Chihuahuense de la Cultura. al lado de Ernesto Cardenal, Julio Cortázar,
Tristeza por su muerte acaecida el mismo año Juan García Ponce, Emilio Uranga, Martha
en que fuera becado (2008) por su proyecto Morillo, Rosario Castellanos, Ramón Xirán y
“Poemas del Instante”, y que no pudo llevar a Ernesto Mejía Sánchez.
cabo por dicho suceso. Esos seis poemas aparecen hoy nuevamente en
Honor porque José María Lugo Dawning, nica- este libro, como homenaje a este gran poeta
ragüense por nacimiento y chihuahuense por que para algunos escritores chihuahuenses
amor, fue un poeta reconocido en América Lati- —entre los que me encuentro— nos aclaró el
na y en México debido a su obra, por escritores difícil camino de la poesía.
como Miguel Ángel Asturias, Antonio Alatorre, Descanse en paz.
Rogelio Treviño .
PROGRAMA DE ESTÍMULOS A LA CREACIÓN Y EL DESARROLLO ARTÍSTICOS “DAVID ALFARO SIQUEIROS”
1
Vivida representación de lo visible
Para llegar a lo invisible,
Seis poemas La palabra es lo creado.
Este ritmo de riel que me subyuga, 23

Esta ventana de ferrocarril en la montaña.

POESÍA - QUIVIRA ANTOLOGÍA DE CREADORES
2
Son dulces los ojos de María.
Constelaciones de abejas 3
concretaron su miel. MANOS
Anoche me dormí
Son verdes los ojos de María besándome las manos.
como el verde-dulce de las frutas.
extensos ojos verdes como mansos arrozales Todo el cielo empuñaron
peinados por la propiciatoria mano de los vientos. mis manos.
Ancha fuente verde de la mirada de la virgen.
24
Desde el amor primero… Larga y clara verdad
desde el río piadoso de la música. de cinco voces
Desde la sangre… de cinco nubes,
Se consagró la esperanza. la palma quieta de tu mano.
Son ojos de María dispuestos
para el amor, para el amor…
sin vicios, sin presas, sin cadenas,
para el amor, sólo.
4 5
Me río del porqué de los árboles, Cuando miro,
de las estrellas ya la sierra va largo,
inclusive; dibuja su música el caballo.
me río Las mariposa no lamen el viento,
del que me pregunta. duermen en las ventanas.
En el pensar profundo me anego.
No sé, En este clima la noche ha caído
no entiendo sobre el techo.
25
o no me importa.
Las víboras custodian las huellas
Siento llover, del trabajador,
anoche, amanece, su sudor desplomado.
voy pasándola. Cuando miro,
no estoy triste ni alegre.
A LOS CAÍDOS DE LA REVOLUCIÓN
La hiena criminal empecinada

se alimenta de muerte. “Tierra baja:
Pólvora apetitosa
infecta sus lugares. Poemas a Urique”1.
26
Más para vosotros
—prematuramente lanzados al silencio—
sólo existe el puro olor de la montaña,
y vuestra sangre
fructificará
en aliento de la Patria.

Junio, 1959.
1 Colección Solar, serie “Jardines Colgantes”, Instituto Chihuahuen-

se de la Cultura, 2003.
Palabra
I
Cuenco
Urique es tierra baja,
espíritu profundo.
Urique, Una literatura que sea pensamiento cóncavo, im-
nombre que usa el de afuera plosivo.
para referirse al adentro adentro no se usa. Una literatura de adentro que nos enseñe a ver el
Uri es sí. afuera;
Aquí donde se es, donde se está que asomada al abismo de nuestro propio ser en-
la palabra para ser Todo cuentre
te hace invisible. en su fondo diluido las estrellas.
Urique: Un ojo poético que sea laborioso misterio de retina. 27
tendrías aquí en la tierra Una literatura como fiebre de Dios sobre las aguas
lo que buscas heridas
allá en el cielo. por la tiniebla.
Una literatura que vea en la semilla el árbol,
en la Nada de la desesperación el Todo de la abun-
dancia;
la diadema en la ceniza de la página blanca,
II la rosa en el recodo del tiempo histórico.
Una literatura que nos conduzca a la más encum-
Evidencia rotunda, redonda,
brada sinergia:
de la cuadratura circular.
el Rostro.
Hondura en que la divinidad inmanente, el Sí
Una literatura así no sería literatura.
la Cosa en Sí
la Unidad,
es lo que es.
Pejenauta
Llego metido en una cápsula de fuego

impulsado por una hormiga de viento. El charco
Hallo un agua callada en la memoria,
agua seca,
piojo en el agua, El cielo se ve en el fondo del espejo.
barba en el agua, Mármoles evaporados.
salpicadura de agua, Perfume
sal pica dura en el ojo de agua. sobre hondonadas de temblor.
Desvelo a vela que devela, Alas de puras eles,
28 cantar de peces.
propulsión a sangre sonora
en el seno del sol hueco. Aleta ala de sol
Palabra solvente disolvente. remo de rama.
Sol de viento en el agua. Jugar en el hogar con fuego frío.
Riqueza de burbuja en la tormenta.
Semilla de alegría en el relámpago. Palabra: mirada oculta de los dioses,
Rayo en el espejo de sombra, ojo metálico,
río en la tiniebla de plata. luna abierta.
Luz del cuerpo de la luz,
luz del silencio del fuego.
La belleza del fuego y del agua

Caballo
Reverso de la vida. La belleza del agua

Semilla del sueño. para el campo. 29
Fuente con alas.
Luz sólida. La belleza del fuego
`para el hogar.
¿Quieres agua?
Sal de ti mismo.
¿Quieres fuego?
Entra.
La tahona
La acequia empuja la turbina
El río que hace mover la tahona.
Una piedra redonda amarrada
Por qué nuestros ojos no son a la punta de un barrote
como el agua del río, de madera
agua que todo se lo lleva, se desplaza circularmente
30 por el cajete de piedra
esa historia de fuego eterno
y tritura la tierra bruta.
que se desliza imperceptiblemente El mercurio hace las veces
hacia la muerte de imán con que se recoge
en ese vidrio claro y oleaginoso de la vida. el oro.
Nuestros ojos quieren detener la imagen
y la imagen que se refleja en el río La acequia es la pasión,
siempre es la misma aunque el río corra. la tahona, las circunstancias
de nuestra situación,
y el mercurio el eterno femenino
de nuestra madre naturaleza
que extrae de nosotros
el oro.
Descenso de la temperatura
Los escarabajos
Cual sierpe cascabel
Escarabajos verdes el sol de medio día vibra y sibila
de un verde metálico brillante en la atmósfera.
un verde esmeralda La tierra roja de las laderas
hacían con el excremento bolas es una brasa.
para camada de su postura. Todo reposa embriagado por el veneno
Las subían por el hoyo del excusado. odioso del bochorno.
31
Se les caían y las volvían a subir. El descenso se anuncia con una leve brisa.
Cuando caía la bola arrastraba consigo El río ancho, poderoso, manso.
por su pendiente caprichosa
al aferrado escarabajo. Es septiembre
Luego, el animal y las aguas corren aún lechosas
en un esfuerzo nuevo por las lluvias pasadas.
obstinado y alegre
rápidamente la subía Metidos en la colmena rumorosa
por otro atajo. de la corriente compasiva,
el sol apagó su sed de pronto.
Así fabrica su bolita de oro el gambusino.
Una ola de viento hizo cantar
a dos enorme alisos de la ribera.
ODISEO ANTE EL ESPEJO.

JOSÉ LUIS DOMÍNGUEZ.
POESÍA | 2000
POESÍA - QUIVIRA
SEMBLANZA
Nació en Cuahutémoc, Chih., en 1963. Ha colaborado en diversas revistas: Voces de tinta, la fragua, Solar y Esdrújula.
Publicaciones a la fecha: Jonás (1996), Quinteto para un pretérito (2000), El jardín del colibrí (2002); Los dedos en la llama
(2006), El barrio viejo de mis recuerdos (2006) y Diez leyendas de Cuahutémoc (2008). Ha obtenido los siguientes premios:
mención honorífica en el IV Concurso Binacional de Poesía Pellicer-Frost (1999), primer lugar Premio Chihuahua (ensayo
literario, 2001) y el primer lugar del Premio Internacional de poesía Gilberto Owen Estrada (2007).
El bardo druida
I
Esta es la hora del juicio,
el tiempo de romper el cascarón para nacer de nuevo.
que otra vez nos cante de los siglos oscuros el dios Hu,
cuando languidecía el hierro bajo el poder del hierro,
cuando los escotos y los pictos aún eran hijos de los dioses,
32
y combatían sin miedo
contra las multiplicadas huestes del águila imperial.
Guía nuestras manos, oh, dios Taranis,
que nuestro pulso sea firme en la batalla,
que reviva el fulgor de nuestra sangre antigua,
como en aquel glorioso día que
bajo el impulso de la ciega ira del gran Wallace
llegamos hasta las limítrofes del Stirling Bridge
y asentamos, jubilosos, la más grande bandera de Escocia
Al amanecer de hoy,
Primavera de mil trescientos catorce,
Cuando las flores dejen de ser
Alas estáticas bajo el fuego del espectro luminoso
Cuando bajen rodando juguetonas desde el Inverness-Shire
Las ondas frescas de la costa acariciando nuestra cara impertérrita,
Y ciña nuestras sienes la corona de la siempreviva,
Iremos al encuentro con la muerte o la victoria,
La vida o la victoria en Bannockburn.
Complácenos, Señor de los Guerreros,
Y la cabeza de Eduardo, el Único, será tuya.
II
Pero antes de partir hacia ese sitio,
así como el habilísimo arácnido teje su más perfecta red
sin que el viento inmute jamás sus intersticios,
así, oh, Madre de todos los hombres, tierna Ceridwen,
concédeme el dulce privilegio
de hilar el secreto atavío del recuerdo. 33
Olvidar del tiempo esta silenciosa orgía del pensamiento,

entregarse,
como se entregan las aguas vírgenes al cauce de la Mar del Norte,
como una flor silvestre que fácilmente se deshoja,
como la savia de la luz pronta a extinguirse
bajo el peso de una sangre estéril.
el salmo del dolor deslíe mi llanto silencioso
y me desviste al mismo tiempo de la angustia.
III
Buscar el muérdago disperso sobre el vientre de la encina:
mis ojos al muérdago,
mis pies al muérdago,
mis manos al muérdago,
mis labios al muérdago,
no para que de la serpiente no me dañe su veneno,
no para que una centella no me divida en dos,
34
no para que se alejen a los demonios,
no para retirar de mí los espíritus de la mala suerte,
ni tampoco para que no me postre la epilepsia,
sino para volver a ella, así, tal como era,
y hacer del aire estéril algo mucho más profundo y fértil.
Sorprenderla una mañana
bajo la sombra circular amantísima del muérdago
me otorgó el derecho pleno de besar sus labios.
Una rama de muérdago,
sólo una rama,
me basta para darle muerte al dios negro del olvido.
IV
Amar la tierra que sus pies pisaban
volver a oírla pronunciar mi nombre:
loco delirio que estremece de pasión al bosque.
El triste búho nocturno canta
la balada de las tres mil quinientas noches que vivimos juntos,
compartiendo el fuego, el pan y el vino. 35
Veo crecer a la cicuta a orillas de la terca ciénaga
La cicuta que no habré de probar
porque un guerrero ha de buscar su puerta
en el seno del tiempo o de la espada.
Quisiera ser la encina
o ser el muérdago disperso.
V
Ya sus alas de halcón despliega,
36
pediré que su ojo avizor la busque en la extraviada ruta de mi alma,
que la busque en el ojo de la fuente,
en el huevo de serpiente,
en la hondonada de los fiordos,
en todos los emblemas de su absurda muerte.
VI
Esa última noche, la tan nuestra, la total y triste, 37
un talismán cayó al abismo
y partióse en dos la hebra que sostenía la espada
mientras se daban a la fuga risas y alas ignotas...
¿Quién iba a imaginar que aquélla nefasta broma de los dioses
marcaría en la arena de los cuerpos,
su cuerpo y mi cuerpo,
las huellas más profundas de la separación?
VII
Yo la he petrificado en mis recuerdos
38
cariátide hecha de blanca faz de luna
hija adoptiva de la Acrópolis,
habitante perpetuo de ese antiguo reino llamado corazón del hombre,
caracola sin nombre donde descansa el pez de mi deseo su más nocturno sueño.
Noche del estro,
has de mis palabras una cueva, un socavón,
un refugio donde pueda guarecerme en esta noche que se acaba.
Nada basta a mi angustia ni a mis ojos cansados.
Paseo vespertino
Llega hasta aquí
caminando
desde el viejo barrio de Bloomsbury
sin encontrar vestigios de Eliot o Virginia.
Observa un letrero ya oxidado de una pared en ruinas:
“Dont’t let you throw the empty bottles”. 39
Nunca sabrá cómo ni por qué quiso venir a Londres,
sólo quería romper el viejo y duro molde de su máscara,
dejar de vivir la vida inútil de los otros,
dejar de ser inquilino detestable en los ojos siempre abiertos de los otros.
Aquí la luna mucho menos es distinta de la luna de América,
aquí la luna sigue siendo etérea sal mirándose al espejo;
aquí la gente es como en todas partes;
carne, sangre, sal, huesos y “una inercia tan absurda”;
aquí el mal del siglo es no llegar a tiempo,
tomar litros de té
y guardar las apariencias;
“aquí todo es tan viejo y sucio
con ese hollín de siglos incrustado en la epidermis”
y el agua es agua,
y el humo, humo.
El Támesis,
un torrente de sucia sombra desbordándose.
Se ahoga el tedio de esta tarde en ese hondo abismo del crepúsculo.
MALLA SOLAR”.
MICAELA SOLÍS TORRES.
SEMBLANZA
POESÍA - QUIVIRA
Micaela del Carmen Solís Torres, nació en Delicias, Chih., en 1961. Realizó estudios en lengua y literatura hispánicas
(UACH) y teatro (UACH). Ha colaborado en diversas revistas: Azar, Cuadernos del Norte, Solar, Finisterre. Publicaciones a la
fecha: Remolino (1994); Poesía y fotografía antigua de Chihuahua (1995). Aparece en las siguientes antologías: Literatura
Chihuahuense (1987), Escritores de la frontera norte (1987), Tierra adentro (1990), Anuario de poesía del INBA (1990),
Químicamente puras (1997), Evas de un paraíso reencontrado (1995). Ha obtenido los siguientes reconocimientos y becas:
2º lugar en el Concurso de Cuento (gobierno del estado de Chihuahua, 1984); Premio de guión radiofónico “La mujer del
Puente” (Deutche Welle, Radio Alemania, 1995); becaria del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (1994).
A mi primo Bernardo Montes Torres

In memoriam.
1
Son las cuatro
el silencio deslíe los pensamientos
Un aire suave y cálido balancea las cortinas
Batir de puertas en penumbra los arenosos párpa-

Una garza emigra de mis dos
40
manos En el plato de peltre
la cera derrama su estructura
sobrevuela en círculo su sombra y en insomne susidio reverbera
Nido en duelo Tremulación de calicanto en ambarinos pálpitos
temblor de incertidumbre en las blancas paredes
donde la noche expira
Va redondeando un círculo el destino

caen las cinco
En su delirio
la gota derrama su paciencia
cantan los gallos a la flor violenta de la aurora
balan las vacas un llanto dulce de ignorancia
en la clandestinidad de su cinismo
trocas polarizadas rallan llantas
Un impulso de rayo lo levanta (tempestad en el

ánimo)
y un amargor de guamis en la boca.
2
Para no mirar atrás
guarda los pensamientos con lapidarios dobleces 3
de silencio Cuando abre la puerta
Su equipaje es un muro que se ata a la espalda la sequía ataja la última duda
para no ver a las niñas Aire seco
y sus mejillas rosas y sus resuellos rápidos de pá- 41
enjuto anciano de aliento dolorido da en la cara.
jaros
Un muro sus vivencias
para no marearse con la mirada de ella
ovillada en la flor del llanto entre sábanas
exhalando suspiros espirales
remolinos de tiempo
5
Por el camino real
4
flota un olor a encino requemado
No ha cruzado el umbral Pequeño brote con perfume a resina que se incen-
no ha pisado aún el polvo del camino dia
y cae como hacha la voluntad en el plexo de la Sale de la chimenea de la casa de
puerta la madre
Mientras atiza
Astillas suelta su ángulo de luz con el aún tibio soplo de los sueños
42 La acacia de enfrente mana las primeras hojas del entreteje el cabello
otoño que entrevera con el pardo color de la humareda
que se enredan con la ventolera del verano. Sus ojos brillan
con el azul fantasma de la infancia
Ya cruza el rostro el primer aire extranjero que flota entre los geranios
ya aprieta el muslo primo el trenzado aroma de lo humilde
y la memoria perdida
ya comienza usted a alejarse de antiguos viajes de galeras a la deriva
Casa materna
con ojeras moradas en las ventanas
y la zozobra de secretas tempestades
Quedará madre
manando el propio mar
navegando recuerdos
Junto a la noria 7
el álamo en cuyas ramas Se va a la aventura cargado de tanta parquedad
quedan en ixtle que trae la despedida colgando de los dedos
los vestigios del columpio como un lucero inútil
donde jugaban a los pájaros volantes ¿Cuántos besos no dados le tapian de amargura la
boca?
Y aquella rama de sauz ¿Cuántas caricias adheridas a la piel
hacen de la ternura una ampolla a punto de estal-
donde los ojos miraban al revés lar? 43
cual ojos de ‘murciégalo’ ¿Cuántos abrazos clausurados
encierra la celda del pecho rebosante?
La noria ¿Cuántas miradas amorosas
donde cayó Manuel primo
que no sabía nadar corren por las comisuras de sus ojos?
ni de abismos en la tierra
-venía de la ciudad- Límpido, el cielo carga una parquedad
de territorio azul intenso como ojos de madre.
“El corazón de un niño
revienta en la caída”
dijeron
8 9
La montaña abre su párpado Mira alrededor
lo despide la pupila roja de la aurora desparramando en círculo impotencia
44
Súbita vieja oscura desperdigando fantasmas de ilusión
cruza al occidente sin mirarlo en los surcos que el sol abre inclemente
Entre raídas nubes Arranca entonces de cuajo la pasión

una garza emigrante deshilacha su vuelo para poder flotar rumbo al futuro
en lontananza
11
Oleosa
es la sangre de los héroes agrarios
como negro
el último grito de Socorro Rivera
sembrado
a punta de traición sobre la espalda
Y
no obstante
floreció entre los maizales
Luego
se levantaron las arcinas en las labores
como altos edificios
de fríjol
avena
10 zacate
Cruje ávida la tierra Y las canchas del maíz

al peso de los primeros pasos Encostalado para la venta
De su negrura aceitosa surge cuando los graneros y las trojes
45
olor a hembra abandonada eran cuernos de la abundancia
a la suerte ¿de qué invisible invasión? y las desgranadoras zumbaban día y noche
en el regocijo del insomnio fabril
Toneladas de alegría
se paseaban en la fiesta de la pisca
la procesión del último carro enlistonado
Baile
cerveza
barbacoa
chicharrones
enchiladas
natillas
para el bendito apetito de los peones

cuando las vacas eran fuente
de leche espesa para asaderos
y los rojos huevos de las gallinas
chillaban intensos en el sartén del almuerzo
12
El fruto de la cosecha
una pieza de manta
para las sábanas de verano
otra de franela
para las sábanas de invierno
Un bote de crema perfumada

Para las rodillas de los niños. 13
Zapatos
sombreros ¿Luego qué?
suéteres padre de anchas manos
y principios derechos como surcos
domingos de organdí para las niñas ¿Qué dios expolió a las nubes?
¿Desde qué atroz torre humana
las visitas al médico las vacunas bombardea con helio
46
al ingrávido pecho oxigenado?
los útiles
la bicicleta La deslealtad celeste es campo de batalla
los dulces de ciudad Donde pesa impávido el azul
con su flagrante deserción de agua.
la troca del año y el tractor
pagados con el exacto fruto del esfuerzo
La dorada prosperidad de los rancheros
Ahora
¿con qué alegría recordar todo aquello?

14
A la hondura de su juicio
15
que sereno germina entre raíces
pregunto El paterno solar es tiempo anquilosado
padre soledumbre
¿Qué dios está pacientemente transmutando Sol
ésta Verbo de un solo tentáculo omnisciente
otrora tierra de humus vegetal
bondad de dulces minerales 47
Insolación del ser
matriz de pródigas cosechas
memoria pía
del sol-pan
astro de la abundancia
en yermo útero de sal ensimismada?
17
Del remolino de su tumba
16
en soledad plural
En la crepuscular atmósfera cainita Abel reinicia el éxodo
el progreso postra a peso de quijada para gestar de nuevo el paso
sus coyunturas de engranes herrumbrosos que se mide de acuerdo al impulso
Y en los aserraderos del corazón que lo fabrica
-altar de sacrificios- y no
48 a la ambición falaz
los pinos y los cedros yacen
con su estatura centenaria derrotada de poseer el horizonte
Sujeto el tiempo a la medida de la huella
y no a la levedad de su hondura
la desdeñada vocación de vuelo
de los peces ancestrales
19
Quien por primera vez enumeró
‘el uno
el dos
18 y el tres
¡Qué dios Caín levanta al nómada son míos’
del sendero de su tumba? cuando era plano el horizonte
¿quién midió a tiro de piedra como la palma de una mano
el alcance del primer ego sobre la tierra abierta
hundiendo así al cielo ámbar
a la felicidad con el peso del futuro? y plantó en el suelo que pisaba 49
el báculo del caminante
fundó el árbol de la historia
con el erguido peso del fracaso
Después
todos los sueños fructificaron en caída
en culpa
de infinitesimales cálculos
20
21
En la sierra escondida
la respuesta flota sencilla Después
con el viento fresco de la montaña uno y los otros
en la encendida belleza de las amapolas aprendimos a sembrar las semillas
50 a cultivar en el deseo la ambición
22
23
Con chirridos de engranaje herrumbrosos
bajo la resolana En el esqueleto del aire cruje hambre
abre grietas en la yonkeada tierra 51
aparato caduco de la vida
monopolio del sol canicular
25
24
El sol descarga fuego
En transparente pulcritud doméstica sobre la espalda
El día tiende su sábana tórrida con el golpe de su marro
52
A la mirada del obseso modela
Que busca en el cielo las señales del barro el azul ardiente del fracaso
26
¿De quién es la invasión
sólo visible
en el canto triunfal del óxido? 53
EL REFUGIO DEL AIRE.

NELSON SOLORIO TALAVERA
POESÍA | 2009
POESÍA - QUIVIRA
SEMBLANZA
Nació en Chihuahua, Chih., en 1983. Es licenciado en letras españolas (UACH, 2005). Ha colaborado en la revista Solar.
Ha publicado Reconstrucción del paraíso (2006).
Una muchacha Rarámuri algo vivo

que sale de la oscuridad
Suben al monte, ríen siente asombro y quizás miedo
y hablan del misterio que van a tocar
todo está cubierto de pinos no hay en ella presentimiento alguno
menos esa alta pared, ese acantilado como no lo hubo en aquellos hombres
que dejaron sus tumbas en las montañas
llevan cámaras fotográficas la sangre no clama desde su secreto
suficiente comida y jeans y ella no sabe que toca a sus antepasados
54 Se llamaban los Pilares del Mundo

es medio día pero no hace calor
y deciden entrar a la cueva Gawi Tónora
que como un ojo cerrado y creyeron que aquella cueva los salvaría
está escondida detrás de matorrales en la pared siendo una forma tangible
de roca y divina de la memoria
se atan a la orilla del abismo Como ramas cortadas fuimos arrojados lejos
de entre las mujeres sólo ella se atreve a bajar de aquel pino, de aquella columna de palabras que
sostiene al universo
caminan por una saliente muy estrecha hasta la
boca de cueva Ahora viene a mi mente la fábula
escuchan el eco, el ruido de la aves y murciélagos de unos hombres en una caverna
cuya sombra somos nosotros
Ahí está lo que ella esperaba ver
huesos de hombres y mujeres, vasijas en las que
han borrado las pinturas
ropa que se hace polvo entre los dedos
Ella toma el brazo de un esqueleto y le parece muy

grande
también hay un aire húmedo como el aliento del
A un artista
El puente sobre el mundo En la cartografía que puntual e inasible
A José María Arguedas
traza tu mirada
vi aquel bello lugar inexistente
Los peñascos en los que la luna eras como relámpago que hiciera existir
Había dejado una veta blanca imposibles mundos mejores
de campos abiertos bajo cálidas sombras
Los ríos que parten las codilleras e imperios de justicia
la arena en la que el sol se diluye en el instante en que se extingue
Todo es tuyo, lo supiste mientras vivías yo hubiera querido nacer

bajo las estrellas que sólo tú haz mirado 55
Todo lo que está fluyendo bajo el puente de tus que fueras tú mi dios bueno
palabras y respirarte
todo lo que pasa, y aunque parezca inmóvil y quieto
pasa Pero yo he nacido fuera de ti
es tuyo pasamos con la noche que va más de prisa
y te tengo dormido a mi lado
los barrancos que nadie ve
respiran ese aire de tus palabras y peor aún
ahora ya no eres ese que duerme junto a mí
que, tatuadas en lo más secreto del aire ahora habitamos la oscuridad que separa una pal-
te hicieron dueño del mundo abra de la otra
y tienden lazos en todas direcciones y es extraño pensar
desde tu corazón que ya no existe que unos pocos signos
son, aquellos prodigios
El amor oscuro de tu vida, más que la muerte tu respiración y tu mirada
Pudo borrar las fronteras entre los seres y las cosas en este mundo que por más que yo quiera
tampoco existe
Canción posible
Para Elisa Flores Limas Al enigma
Las zarandea, las hace sonar y resplandecer ante Guiado por una intuición anterior a él mismo
la lámpara el perro enfermo
las pega contra el piso se levanta del polvo
las palpa, las aprieta
las pequeñas manos sienten el filo de las llaves tibio por la luz invernal
y cada curva de metal se hunde en la suave palma que lenta desciende
sobre su lomo pardo
Las arroja y ahora toca la mesa muerde la hierba
la golpea, mira los rostros de los que la rodeamos con dientes hechos para la carne
tiene ocho meses y ya interpreta en nosotros arranca manojos de pasto
los gestos transparentes del cariño y los traga, tal vez con dolor
56 ahora este amigo
Se entusiasma y ríe
regresa a su lecho bajo el sol
Son ya los balbuceos de su boca una canción po- su respiración se escucha y tiene olor
sible
son ya los movimientos de sus dedos En su momento
los primeros trazos tan solo como un hombre
en el espinoso proyecto de la vida el perro también repudia la muerte
todo lo que no es
La idea del animal violento espera del otro lado
Astuto y afanoso de dominio
desaparece de mí y sólo queda el milagro y el mismo frío
que un día subirá por nuestros huesos
el milagro de una nueva conciencia apaga ya el enigma sin palabras
que viene a seguir dibujando que yace sobre aquel nicho de polvo
al incompleto mundo
el espíritu nos reclama

Regresa al mar viene desde lo profundo
en una noche que atraviesa el tiempo
Somos agua como una vena de néctar
somos el gusano desde las tinieblas del origen
el pez donde antiguas bestias nos han devorado
la sombra y se han convertido en nosotros
igual que el fuego y la hierba
y todo cuando se alzó
un buen día frente la eternidad
somos fuego
ardemos
corremos por los campos en la piel
perseguimos el aire en ese camino de soledades
y también somos una sola palabra hunden sus raíces los relámpagos
y el encuentro los mismos enloquecidos fantasmas
de perspectivas contrarias que regresan a su heredad en la tormenta
ardiendo sobre la hierba que hermana al agua con el cielo
y a la sombra
con las afiladas curvas de la luz
las nubes que vagan
en el vehemente Articulamos el mar
en la saliva del beso, del grito 57
calendario de los huracanes
las nubes en la integridad solitaria del ojo
en las contracciones en su ceguera
del Corazón del Cielo
también nos representan los dioses y los protozoarios
el mar se proclama nacieron de un relámpago ancestral
en nuestra pequeñez en sus abismos
la marca sube por las escaleras de nuestra voz
su fuerza es un torrente se mece sobre los árboles
en el arrollo de nuestras palabras y se ha condensado en bandadas de pájaros
en manadas de toros
en garras
y así en la tibia ninfa de las orquídeas
somos tinta y su reflejo palpita en la marca de todas las sombras
que viene de las tinieblas pulsando
somos en la elasticidad de la noche
consanguinidad
del agua flota sobre cirios
y la sombra en el anhelo de la antigua unidad
está en las tristes iglesias sin que nadie sepa quién
es
todas las oraciones van y vienen del mar

y los frutos arrancados del tiempo
y las palabras que nos dibujan el mundo
el frío mineral
la humilde sombra
POESÍA - QUIVIRA
el fuego y el maíz de nuestra carne

regresan al fondo de su sueño
Otro sol
Ahí estaba el sol sobre la multitud de coches
atrás de los cerros mordisqueados por la ciudad
el sol del invierno en su lento declive
lo vi
claro como la nieve
58
tornando los cables negros de la luz
del oro más fugitivo
la gente salía del súper mercado

lo sintió
leve y humilde
como un animal o un dios bueno
y hoy lo soñé
quieto sobre los muros
de otra ciudad de fantasmas
que también era el paraíso
Hallazgo de esa palabra en mi boca
¿Qué pensar ante esta calavera bestia

qué puede el poema ante el odio se acumula en ella como una voluta
los huecos de los ojos vacíos en los caprichos del aire
del cráneo vacío?
ojalá, y aquel hombre
El accidente de ser que asesinó, fuera la Bestia, la brutalidad pura
de vivir en el desierto el Mal
que es violento a pleno día
me puso en aquel paseo por los montes ojalá, diferente a nosotros
no fuera otro prisionero
puso mis pies sobre el camino espinoso
por el que un asesino ojalá, no se pareciera a mí
arrastró a un niño quizá vivo a ti, a la mujer que queremos
o al menos, tibia su carne todavía
Quizá fue liberado de nuevo
No me adentraré en los tugurios Camina sobre el mundo
que la mente abre a través del dolor O fue borrado como nosotros lo seremos
no me hundiré en la sangre, en la carne susceptible
en las horas maceradas contra el metal No quiero saber más de él
Pensaré en ese cráneo Yo escribo casi 10 años después del hallazgo 59

(de vivir, el niño tendría más o menos 19)
Ese lugar inmenso, tal vez infinito él sigue muerto, y sus horas y sus días
que levanté sin querer y puse ante mi cara no pueden ser negados
como un Hamlet grotesco y nada puede ser removido
de aquel mapa que su aliento trazó en el aire
Era igual a las piedras
al cielo yermo y a los planetas que giran en el frío pero su cráneo está frente a mí
pero aquel cáliz había sido roto, quemado todavía lo palpo
y estaba perdido para quienes lo quisieron duro y terso como una piedra pulida por el agua
y es que estamos en un oleaje
en qué punto se rasgó la fibra el nítido aire, las espinas, los cerros
en qué punto dejó de respirar y no fue ya más que todo se balancea alrededor de nuestra fragilidad
el muñeco y algo tiene que ve el espacio donde se mueren las
que aquella bestia quiso que fuera estrellas
aquella bestia con las cuencas de tus ojos
contra la que la bestia que hay en mí siente un odio y con el blanco cristal que guardaron
mortal
Columna de humo, humo flaco
bestia que asciendes hasta tu desaparición
qué raro se siente el vacío pálida piedra, qué pudo decir
qué te puedo decir que no haya sido dicho de me-

jor modo
nada, sólo te repito, repito al sol que no pudiste

sentir
yo que soy una calavera
POESÍA - QUIVIRA
erguida y soñando en el abrigo de la carne

mientras tú eres el que respiró y sintió pasar al re-
molino
y tú, el que me encontró una tarde
el que estaba investido de aquello que todos los
dolores
60
Invierno, 2007
aquel que sin ser nadie, acaso nada
me abatió de pronto el recuerdo de tu voz nos abre los ojos por primera vez
de dónde salió a todos los que, sin pedirlo
de qué instante secreto en los refugios del aire venimos al mundo
en pasados inviernos Hoy a tantos años de que un remolino

todavía tu voz ya de vieja borrara el imperio de aquellos hombres
se emocionaba algo parece latir bajo sus piedras
o temblaba como un pájaro emigrante y bajo las imágenes del misterio
que en ellas tallaron
ahora
parecen repetirse los minutos esa fuerza que quieres llamar con algún nombre
y hay un secreto retorno conocido
en este viejo invierno también podrías envolverla en la noche
que ha vuelto con la ilusión del presente y en el viento para hacerla sensible
allá en lo alto pero piensas en esta trampa prodigiosa

las figuras negras de las aves que se adueño del barro y el maíz
regresan a un sur cálido y remoto e igual a un remolino que levanta el polvo
nos mueve por el mundo un poco tiempo
ha vuelto el instante y no hay un nombre, sino una ausencia muy pro-
y portando la sombra de tu voz funda 61
se ha dispersado otra vez
ha vuelto el invierno
y el mismo sol repite la misma mueca
pero algo se ha perdido para siempre
algo fundamental
se ha despeñado
tiempo atrás, en el silencio
La vestidura del dios
Clama, eleva tu voz

al dueño nuestro,
el que es el Viento y la Noche
(así les hablaba

el Emperador a las niñas de Tenochtitlan)
Había que rezarle a aquel que se vestía

de la noche y el aire para hacer sensible su misterio
ESPEJO DE FUEGO.
LILY BLAKE.
POESÍA - QUIVIRA
POESÍA | 2008
SEMBLANZA
Nace en Chihuahua, Chih., en 1965. Estudió las carreras de Comunicaciones y Administración de Empresas (Univ. de Texas,
1987). Ha publicado los poemarios Microuniversos (1998), Mujer Enigma (2001) y Espejo de Fuego (2009).
Principio
Razón
Te siento entre mis manos vida
62 tibia palpitante. De todas las cosas que puedo desear
ese día quise un cubilete.
A veces delirando el grito original Será porque antes
Que me tragué después. el destino me daba vértigo.
Pragmática
Hago mil cosas a la vez
cuento pasos de hormigas
saludo al sol.
63
Por eso nunca estoy aquí
siempre en el intermedio dibujo del aire
y estorbo telarañas.
Escondite
En la tierra
En mi complicado andamiaje interno Antes de venir
64 donde cables se cruzan y llevan impulsos eléctricos planeamos nacer aquí
existen fibras invisibles y hacer
que por estar tan dentro hoy no recuerdo qué.
sólo la música puede tocar.
Iluminación reflexiva
Línea luminosa entreabre la puerta
Precisiones confía mi sombra al recoveco.
Porque brillo en su oscuridad me sigue
Tengo tanto tiempo dentro como tierra al sol.
que podría tener todo en mis manos. Ignoro.
Todo tiene tanto tiempo Ignora.
65
que podría ser de todos.
Tengo todo y tengo tiempo, Luz penetra mi frente
tiempo, tengo tanto para ti. cálido obsequio blanco.
Tengo todo tan lleno Giro,

y sé que nada importa. queda la puerta a mis espaldas.
Quien te sigue, sombra,

soy yo.
Hallazgo
Sin saber
Inmóvil sitiado el silencio,
Me columpio en mis preguntas ahuecados los espacios interiores
vaivén de confusión. como gajos transparentes de cristal,
66 Al subir el aire suspendido en sus maniobras,
me envuelve el aire con manos doradas petrificada la insistencia del tiempo
el vértigo de tierra espera mi regreso. como un ave monumento capturada en cantera.
Es que no sé aun. Escucho.
El ritmo En cada parte interna

mantiene una vez más la vida. hay movimiento
vibro
soy música.
POEMAS HEREDADOS.
MARÍA
MERCED NÁJERA MIGONI.
POESÍA - QUIVIRA
SEMBLANZA
nació en Delicias, Chih., en 1963. Ha colaborado en diversas revistas: Solar, Esdrújula y Alforja. A publicado a la fecha: Acu-
arelas, erotismo (plaquette, 2000), Delicias (plaquette, 2001), Cristales cromáticos (2001); El corazón lo dice todo (plaquette,
2002), En la provincia de los recuerdos (plaquette, 2002), La morada de Omega (plaquette, 2003), Auge de sombras (2004).
Aparece en las antologías Químicamente puras (1997), Mujeres poetas en el País de las Nubes (2001), El jardín del colibrí
(2002), La palabra y el viento (2003), Ires y venires: la frontera en la poesía (2003), Canto a una ciudad en el desierto (2002)
y Trilogía poética de las mujeres en Hispanoamérica, pícaras, místicas y rebeldes (2005).
Ámbar en la orilla en donde la luz cubrirá

tus últimas viandas en la dorada arena
Gotas de agua en el donde todos somos uno
cristal perenne,
a contra luz y
tus ojos las razones
68 en el vacío de la tarde en el horizonte se diluyen.
Sólo entonces
Diversos azules se proyectan y
desde el círculo hasta la estación sólo entonces
donde la vista absorbe la llama se habrá extinguido.
colores de los vidrios de agua Y la quietud imaginada
pronto oscura nos cubrirá entre las sombras del transverso coágu-
la hora donde termina el ocaso lo de luz
determina mi razón allá en el último reflejo del espejo
que no sueño. por el lado sur del lienzo sepia
Todos estos ciclos polvos azules se aglutinan de nuestros sueños en
veranos y tardes de arco iris el estío.
en que las horas me permiten vislumbrar
los azogues del otoño
en donde yo espero
sólo aguardo
los ojos enemigos
vacíos vidrios
óvalos al fondo
al fondo
de la rueda
Cantata para una pausa de dos vidas

El silencio abandonó la tarde
Monólogo
Y tú y yo
detrás del convento de nuestros sueños Diálogo de ecos nos alejan
seguimos de bruces abruman. 69
los latidos de la noche. Abstinencia de miradas
permanecen en la acera de nuestro olvido.
Aquella puerta nos contuvo.
Abadía de luchas
Abatidas finalmente en el abismo.
Acertijo
Esa ácida tarde en que tus ojos dibujaron el enigma La puerta nos separa
y guardaste la llave de aquella puerta.
Las voces asesinan nuestra fantasía
Ahí en el desdoble de las horas
y los minutos intocables se acumulan en los rostros
las líneas de tu rostro quedaron ocultas
nuestros corazones palpitan a distancia
70 bajo el retrato de colores sepia.
la puerta nos separa.
Sombras de tardes desdobladas.
Hasta cuando Amado Mío
Y en las orillas de la espera
el acróbata tiempo detendrá su marcha.
el dolor aguarda
en la habitación más oscura.
Hermética noche
Aquella noche
grabamos nuestros sueños entre ornato de la noche.
Tú
del otro lado de la puerta
imaginabas mi silencio en tu bullicio latido ardiente/ / 71
casi intacto
mi cuerpo agonizaba
__Esa luz mineral del olvido inundó nuestra agonía__
seguía su sombra
el perfume de mi cuerpo
¿ ¿
Historia de un inverso total
72
II
I
¿Qué somos? Mitológicamente Evas
Tendida bajo la tenue luna [venidas al mundo
donde el delirio ignora ciervas asustadas
los ecos del infierno en que amordazados huyendo de las gargantas abiertas 73
los sueños se esfuman. para acallarnos
no puedo enjugar tu llanto y ser inoculadas de epílogos falsos
¿Cómo puedo asomarme __Cantarnos así mismas__
más allá de ti? Y encontrar todo eso que te auto convencernos
asfixia. de nuestros interminables días
en que desangramos
esas mutaciones que la vida nos pone enfrente
como estigmas amarrados a la Luna.
III
Somos hogueras inextinguibles
huellas inconmensurables.. IV
Con encendidos poros la noche
Interminable nos cubre Una mueca en nuestros rostros
el dolor nos une llevándonos a coordenadas impacta el escenario del día
74
donde el mercurio de nuestros cuerpos confinado a los discursos de los instantes oscuros.
se desangra en cada Luna. Entre llenos y vacíos
Hemisferios de círculos rotando en nuestros los meses amurallan los recuerdos
[rostros azules. inverso total
Lunes que no regresan donde me disuelvo
dónde detenerlos en el estridente silencio de todos.
someterlos a escrutinios
y decir __ya basta__
como aglutinar los recuerdos
sin que laceren.
V
Aún escucho las notas
de esa partitura
que ensordece. Lor en a VI
morada
en el último cobijo Estos instantes
donde el voltaje de mis días ausentes en este ahora me sofocan...
me trasbordan caducos
en la búsqueda del extravío. inermes
Sin sentir la herencia del dolor los miserables residuos de este olvido
Que nos aguarda al final del camino. anteponen a sus líderes
las horas para que enloden
75
y asesinen las cenizas de mi llanto.
Como puedo encontrar las piezas que nunca
embonaron y que mi raciocinio se empeña en
[demostrarme
los enigmas.
Restos permanecen en los rastros Ahora pido
espontáneos se escuchen los ecos que agonizan
frágiles. este larguísimo lamento.
En el contrapunto de un análisis perdido...
desentierro círculos de luces
en líquidas palabras
de esta cósmica muralla en que me asfixio.
VII VIII
Este es hoy En la luz inerte de mis cuencas
un nuevo tiempo sólo queda la mudez bajo la niebla
de lunes en que las llaves de mi sueño lluvia de tarde del viernes.
permanecen confinadas Quién puede salvar estos inciertos
en el pantano de esta desmemoria. desaciertos de lo inverso
son todos estos puntos frágiles
Rejas lacerando en lo espontáneo de mis días.
en el interior [Puedo decir que estoy casi viva
a punto o tal vez... Soy [casi llama frágil
de un inédito invisible hilo de agua resbala de mi rostro]
decreto
76 ____no es esto___
acaso palabrería.
Significado Efímeras horas del viernes

breve cierro las persianas y termino la jornada
por la sombra encendida tarde se esconde
fuego detrás de las plazas.
habitable Testigo de mis intenciones
en este jueves como un aliento
de mortaja oculta se detonan los recuerdos
llena de ficticios bajo el cielo de todos
fines sin excavar la noche del silencio. mis esbozos cubren cicatrices
en el espejo
la sombra mira los fragmentos de luz
arropando su oscuro límite.
TIERRA EN MANO.
HAYDEÉ ESPINO CASTILLO.
POESÍA - QUIVIRA
SEMBLANZA
Nació en Chihuahua, Chih., en 1977. posee estudios en literatura hispanoamericana (Universidad de Texas, 2003) y con-
taduría pública (ITESM, 1997).
Sí, en efecto, hoy comienza todo de nuevo.

Hoy comienza la vida, la verdadera vida.
El pasado, inmediato y lejano,
ha sido un sueño.
José Revueltas.
A la tierra que fueres
Una polvareda oculta

tus pasos, caminas cubriéndote los ojos Tierra de ciegos
78
y no puedes seguir Cuántas manos serán suficientes para terminar
hasta la tierra que te llama. con la vacuidad de tus espacios
Una pierna y otra languidecen y descubre tu gar- Cuántos deslices rociarán tu
ganta frágil memoria
entonces soterrada en astillosas batallas corporales
los aromas de mi voz y estruendosas búsquedas inciertas.
pero la ignoras.
Cuántas lágrimas habrá
Como una caravana en la pupila
te extiendes sobre el manto de tu propia suerte, o cuántos los poetas que por una u otra
diluyes tu sal sobre la arena y escribes mi nombre escriban
una o los cauces que inunden mi agotado rostro
muchas veces
para recordarte que no existo, que soy un invento ignotas luminarias
en el vacío de marquesinas impúdicas
una leyenda escrita por tus antecesores.
¿No lo ves o eres ciego?
Tierra a la vista
Como Simbad
te aferras a las olas. Tierra de nadie
Ellas me dictan tu proximidad,
anuncian gustosas Llegó la hora.
la tierra se abre paso
que no has visto durante meses. como un anzuelo en el agua:
la tierra se funde en ti
Yo soy esa tierra, como dos destinos
me asomo y saludo diciéndote: apretados en un solo cuerpo
“llegaste, estarás bien”. filosa 79
Pero temes perderte en la memoria de la soledad, rígida
en un lecho de paja mal amado. reclama autonomía
prepara su más dura batalla
Temes no encontrar un coco, cuando
una lámpara o televisión por cable crees poder andar
para sobrevivir. andar y andar
sin titubeos.
Mi mano asoma desde lo alto
saludándote
pero en ti
no ladra un perro
ni redonda fruta se vislumbra
en el paisaje de tu estrecha memoria.
Tierra al asunto
Tierra prometida De todos los asuntos
es éste el que más te incomoda,
Ni moisés ni dios el que tenemos pendiente.
dieron en el blanco,
por eso los escribo con minúscula. No te ocultes.
Creyeron que podían quitarme ¿No ves que echarle tierra
80 tu custodia y te llevaron es ocultarlo en ti mismo?
a una tierra prometida
inexistente. Recuerda: soy el ave que vuela
más alto.
El hambre y la peste siguen acosándote Soy el río más grande
como al principio, el caudaloso
como en la otra tierra el angosto
que labraste el seco
antes de seguir el olvidado.
una ley arraigada a sus caprichos
más que al destino de finísimas flechas Soy todo río y todo mar
que te apunta. Todo todo
oculto en los glaciares de tu propia suerte.
Tierra sin ley

Busco en tu nombre lo naciente,
toda edad y todo vicio: culebras marchitas
hilos de sangre.
Busco toda tu natura.

Toda “contra”. Con los pies en la tierra
Toda tu piel apostada entre las piedras:
toda célula tibia que se apaga. Sueño que eres otro
pero
Y naufragan las lombrices, no te enteras:
cansadas de mecerse por la tierra. tus manos sólo atinan refrescarse
en cremas y billetes. 81
Que se cansen, que chillen todas

No soy una amante diluida
Aún no abre el telón en colecciones de cartas, dulces y memorias.
el mundo
y quién sabe si lo abra. No soy, cierto, ni mujer ni hombre.
Ni luz ni mar
Sólo se respira anarquía ni espejo.
en tus cerrados párpados de aire.
Deja de volar, baja de la nube.
Tierra firme
Una sombra cuelga de tu boca:

es la luz divisoria de tus rutas,
un horizonte jadeante,
una brisa de fuego abigarrada
junto una pequeña alondra
Pecho a tierra
Echado como un potro
82 vuelve la lluvia de ideas a tu cabeza
iluminada por
simples proyectiles.
Soy refugio de suelas y camisas,

un faro luctuoso que abrazas con
veinte uñas para protegerte
de las balas.
PERFIL DE HUMO.
MARTHA ESTELA TORRES TORRES
POESÍA | 2003
POESÍA - QUIVIRA
SEMBLANZA
Nació en Parral, Chih. en 1957. Tiene estudios en pedagogía y filosofía. Ha publicado en diversas revistas y suplementos
literarios. Actualmente estudia la carrera de letras españolas en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ha publicado a la
fecha: Hojas de Magnolia (2002) y Pasión literaria (2003). Aparece en la antologías Químicamente puras (1997).
El reloj Mi sueño se repite cada noche,

84 eco palpitante
aparece la misma sombra;
tic tac infinito
idéntica la voz en la ventana
Escucho los mismos pasos
Llueve
a mitad exacta de la luna
Dios se oculta
Nada cambia entre las veredas
tras los días
hambrientas del destino
el hombre tiembla
Una cruz de sal
ante la oscura muerte
marca mi cuerpo.
Es noche
la eternidad espera
Anoche soñé luciérnagas en mi cama Me desnudaré de ti
y el baile sonámbulo de los dioses, a mitad exacta de la noche

sorteando mi piel cuando aparezcan las luciérnagas 85
entre la espuma y la carne. en la espesa claridad sin luna
cuando se evapore el tiempo
Al amanecer un dolor muerde, y se eleven rezos de palomas
mi cuerpo no soporta cuando la lluvia caiga
tanta soledad. con el fresco ritmo de albahaca
cuando los clavos
se desprendan
de la cruz.
Aguarda el silencio de las hojas

y que el tiempo se derrumbe bajo tus pies.
Espera a que termine el invierno
o vuelva a florecer la lluvia. Déjame hurgar
en los sepulcros del olvido,
Si prefieres, espera buscar entre la tierra oscura
a que los cisnes se cobijen con espuma la luz de aquellos nombres
y los peces salten al amanecer. para sentir ahora
86 el humo de su llanto
Puedes tener paciencia y los pasos náufragos del cenzontle,
a que las luciérnagas te asfixien paa escribir palabras clandestinas
y el fuego incendie tus cabellos. que aún duermen en el himeneo de Cronos.
O tal vez quieras aguardar la vejez
tendido sobre un cable eléctrico;
mientras yo muero cada día espantando
los insectos fastidiosos de la soledad.
Concédeme Señor, más tiempo

No podemos existir
para expresar las palabras
bajo la mirada oblicua del destino
que sangran al salir el sol
ni hollar los caminos
para descubrir mis raíces
con nuestros pies de espuma.
y expiar la culpa de mis pecados
para romper el lazo mortuorio
No puedes habitar mi piel
que ciñe mis entrañas,
ni acomodar en mi pecho
para despertar las larvas
tu vuelo fértil de poeta,
que aún permanecen dormidas
tampoco puedes encender
en la oscuridad.
metáforas en la oscuridad
Para reposar mis huesos
ni profetizar las imágenes de la luna.
y el vuelo fértil de mis manos 87
Para revelar las letras
No puedes encontrar el absoluto
que arden en mi piel.
ni retener la muerte en mi almohada
Para mitigar lagunas etéreas
ni caminar con los ojos vendados
De hastío y soledad.
en el cable eléctrico de mis sueños,
Para secar la angustia
tampoco puedes danzar conmigo
que oprime mis palabras.
la danza húmeda de los delfines.
Para purificar los lamentos
en el limbo de los sueños.
Por que la ley insustancial
Para evadir la estocada del buitre
ha delineado en tus manos
y la daga certera del olvido.
los sustantivos precisos
Para resucitar el canto del búho
para posterga hasta la muerte
dame a conocer
el temor imperfecto de mi nombre.
el lado dulce de la muerte
con el paraguas extendido
a la entrada del infierno.
Caracol
En el borde del silencio,
88 Al filo del la tarde lúdica
que sacude mis nostalgias,
escucho la música fugaz del tiempo
marcando sus pasos en la arena.
Iconos
Gotas de sangre
89
corren llenas de miedo
por las venas del calvario
dioses permanecen
estáticos temiendo caer
íconos que se desploman
antes de conceder perdón
El tiempo transcurre
indiferente.
DESIERTO DE MAR.
JUAN ARMANDO ROJAS.
POESÍA | 2003
POESÍA - QUIVIRA
SEMBLANZA
Nació en Ciudad Juárez, Chih., en 1969. Posee un título en literatura hispanoamericana y peninsular (Univ. de Texas, 1993)
y un grado doctoral en literatura hispanoamericana y peninsular (Univ. de Arizona, 2002). Ha colaborado en diversas revistas:
Tierra adentro, Fronteras, Lunazeta, Diturna, Arteletra, The Voices Cocoon, The Tucson Poet y Solar. Publicaciones a la fecha:
Río vertebral (2002) y Lluvia de lunas (1999). Aparece en las siguientes antologías; Antología de la poesía latinoamericana
del siglo XXI: el turno y la transición (1997), Cuentistas de Tierra adentro III (1999).
Aurora
la abuela aurora teje una malla de sal para la luna
ilumina caminos hasta el centro de la tierra alguna vez
creyó fielmente en perseguir las brujas de su infancia
bordó una sábana de rosas con hilo y tela de las cruces
para cubrir los santos en su oración logró fundir la
noche enamorar a la lechuza
90
la abuela preparaba el último alimento de las sombras

que llegaban a dormir a sus pies al verla vacilaban las
estrellas tiritaban aprendieron sobre el temblor del
frío su rostro se impregnó con la humedad de
chiricahua
en el oráculo de la arañas la abuela aurora teje por la

noche una malla de sal para la luna durante el día junta
el polvo de los que no alcanzaron a enterrar su cruz
antes del alba
Paquimé
la que platica con los dioses y roba el canto a quien la
lluvia sorprende en el desierto predicando a los
cometas Paquimé desértica morada te extiendes
como el valle que el sol nunca abandona
has logrado escaparte de la noche bebiendo el agua de

las serpientes los acueductos milagrosos alzas la
mano navegas por el cauce del oráculo en el alba le
temes al augurio Paquimé la que avanza por un

callejón de pueblo en busca del próximo diluvio
ciudad de los hechizados oculta el corazón cien

escaleras tu nombre la noche sobre la estepa la luna
bajo este mar platicas con las sombras en espejismos
la ruina de los pericos escapas en un sueño y lo
escribes en los pétalos del viento
Paquimé hay mitos que no te pertenecen lunas que a

ti regresarán un cuervo hurta el sol y se oscurece para
llorar la muerte de sus hijos la soledad nocturna te
entregas a la ofrenda
ofrenda azul o viento de los ángeles cristal arena
blanca muy blanca caminas abrazada al árbol de la
vida y en el limbo haces de la noche un corazón
fluyes por la memoria de los dioses encierras en las

piedras el crascitar del cuervo tus demonios conspiran
con la ciencia y guardas la distancia Paquimé
escarbas en la arena las máscaras del sol pero en
silencio 91
Rosacruz
la noche en oración un pueblo duerme bajo el río una
mujer encinta deja de zurcir augurios en el viento y a
las estrellas nombra hilo y espinas en el fuego arden
rosacruz oráculo del sol descifras en el tótem de su
voz el llanto un diluvio acecha
un colibrí sostiene el vuelo que aprehendiste el frío sus

alas protege su vista fija en el otoño rosacruz da
media vuelta y hurta el pergamino de tus viajes el
amor idílico del río el pueblo la lluvia su hábito
mundano cruza desiertos
habrá tormenta el rizo de una vela imita al mar y

92 espuma el invierno alza un huracán la luna se refleja
en un cristal diluye su menguante entre dunas avanza
rosacruz conmovida reposa los ojos en tu espíritu
celeste hay tormenta en el invierno
huellas y huellas en la arena más blanca de la luna la

noche más oscura viene a su fin inmersa en el vientre
llevas un deseo bajo el brazo liberas péndulos al sol
es la mañana
terminó la primavera rosacruz culmina el verano y a
la abuela ves llorar y enmudecer al recordarte el pueblo
que se ahogó en el río al fin ves su rostro
la herida el largo camino en el desierto
Chiricahua
quieres dormir sobre la piedra fría bajo la hoguera
junto al regazo de una nube y escondes alas en las
terrazas de los cerros y en una cueva guardas la
oración por la mañana Cíbola tu piel curtida en [oro de
los templos conjuro con que inicias un diluvio
espina de maguey piedra común calabacilla

corola y polen de un lucero la flor de los
cometas la roca que se rinde frente al viento
el ojo del venado el horizonte la huella de los
hombres en fuego consumida
93
Chiricahua cronista de los dioses tu padre fue un
volcán en erupción un sueño escrito en las cenizas del
maíz
hoy la abuela aurora te nombra cometa augurio

relator del desierto raíz del huracán noria y espejo
su trinchera su lluvia su último santuario
Palo verde
dedos al cielo la contorsión del árbol una roca

extiende su peso entre las ramas junto al mezquite hay
fuegos que incineran ritual
94 incienso la mañana
en este valle tus monolitos conjuran en la tarde su
silencio ocaso y torbellino cirios encendidos sobre el
torso de tus manos contemplación y voz de horizonte
palo verde seducido por los ojos de la tarde bajo el
amor del cielo tus raíces acarician el agua de la noria
Mezquite
¿en qué dirección mirarán las aves únicos testigos de la
crucifixión? a medio viaje soplas como viento para
borrar las huellas del cronista te ocultas en la máscara
del palo verde disimulas tu sombra en el sahuaro
pero la primavera te delata o esconde los retoños
bajo las piedras gestas un diluvio vuelven tus ramas a

crecer mezquite a tus vainas regresan las semillas
95
con un poco de viento atraes al camaleón y a medio día
espinas brotan
contigo se confiesan las cigarras atrás del espejismo y

cantas sus pecados por la noche piensa que el cronista
los escribe pero la primavera sabe que si ha de viajar
por tu sombra será mejor atravesar los médanos
cruzar el meridiano de los signos andar por las cenizas
de la sangre
Santuario
ahora que imaginas ser el fuego hostil de los
conquistadores santuario en qué dirección vuelan las
aves cuando a la lluvia se le olvida descender el cielo?
qué rumbo tomaron el correcaminos y el cenzontle?
96 hacia dónde el colibrí giró su vuelo?
santuario largo sendero entre las dunas un poco de

aguanieve cae sobre tus alas tu rostro es el tatuaje de
una historia la huella digital de las espinas corona
mancha de sangre crónica dictada por tus manos si a
diario hay redención por qué las aves se hieren los
ojos con la espina más aguda?
Llovizna
cae llovizna en tus alas colibrí para entender la vida
cuando te ahogas en un vaso de agua para explicarte
por qué solo llueve de aquel lado del río cuando la
luna habita la sequía
baja la llovizna y cae en tus alas escarbas en la arena

bebes el agua de la noria tu reflejo destello presente
entre la luna y la luna entre cielo y el cielo la
97
llovizna baja
cae llovizna colibrí entre el otoño y los muros del sol

baja la llovizna hasta humedecer tu cuerpo de viento
flagelado el corpus de tu flor el invisible giro la
ausencia de tus alas
esta mañana presenciamos el rumbo de tu vuelo en el

mapa de la lluvia intuimos la angustia de sentirse
abandonado y en los cristales de la arena tu rostro
un sol que desconoce tus anhelos
Poesía
Quivira
EL SER Y EL OTRO EN EL ESPEJO.

CÉSAR
EDUARDO MENDOZA.
POESÍA - QUIVIRA
POESÍA | 2003
SEMBLANZA
Nació en Chihuahua, Chih., en 1984. Posee estudios en Comunicación (Univ. Reg. del Norte, 2009). Ha publicado En la
otra cara del olvido (plaquette, 2005).
Confesión de la máscara
Divina teatralidad que me exige,
Pasión-Esfinge
día a día,
En tu cuerpo me refugio del exilio portar la misma máscara,
sobrevivo a través del verso clandestino, que como paradoja resulta,
entre palabras húmedas que replican, que me libera y me descubre.
entre pedazos de secretos fulminantes.
100
En la mesa frente al desayuno,
Existimos en el manto de la noche, en las calles tumultuosas,
estrellas de fuego, de alma, de colores. en la familia y los amigos;
máscara-mentira,
En días maduramos por la ausencia, que incrustada al deseo
porque no vivimos, por que no somos, llevo como insignia,
nos inventa la palabra, es cierto, deshonrosamente,
pero la luz no golpea nuestro cuerpo. aunque protectora,
de la que brotan ávidos
Tus brazos de mármol, tus salados muslos, los gestos que me trazan.
eres alma-deseo que viste piel trigueña,
pecho que acuna mis tristezas, Máscara confesa,
labios que deshojan el ámbar de mis labios, redimida lágrima,
sangre de luna, cicatriz en las ventanas. cual si fuera la comedia,
antiguos tiempos,
Hombre-incienso, lengua de fuego que arde, lengua ardiente,
que agita mis extremidades descifrándome. escudo invencible
que vela por la imagen mía,
en una región
donde todo duele.
Hasta que no acaben las miradas,

o se destruyan estos muros,
vivirás en mi carne
hasta que ellos quieran,
hasta que tu ausencia me invente.
Nostalgia del cuerpo perdido

Ni el razonamiento ni la fe me enseñan a creer,
en conceptos, en palabras, en le bien o en el mal,
no hay doctrina o mandamiento a que pueda creer,
pero aquí, yo, tildado de “raro”, me educo de
“amor”,
vivo bajo su piel de tormenta la desdicha y el der-
rumbe,
la lluvia de manos sobre mi cuerpo y los ácidos be-
sos,
disuelto en jaulas que condenan, entre ángeles de
sal.
101
Lloro hoy porque pienso haber extraviado mi cu-
erpo,
porque amo similitudes y rechazo compatibilidades,
porque al cruzar la esquina me desgarra el tráfico,
y los autos caen como hojas de maple, en un lugar
inexistente.
Me persigno ante la imagen de un dios en el que

creo,
porque me creí aquello del amor y el paraíso,
pero ese infierno reclama mis ojos,
porque me perdí en un cuerpo que no admite ra-
zones,
que no se argumenta en sermones ni oraciones,
y entonces dudo de seguirle el juego a la hipocresía.
Fruto prohibido ¿Qué hace tu cuerpo con el mío?

Pasión y alas, nada más. Llegaste dormido en la arena de mi playa,
razón y palabras: dios se equivocó de nuevo,
Unas veces rojizo bajo coronas verdes, amor y miradas: ¿será acaso que eres mío?
otras veces añejo, quizá podrido.
Quise olvidar al despertarte,
Sabes de su veneno cruel, pero tus labios no perdonan
más el sabor de aquel fruto ni el más leve suspiro,
te inhibe pensar en su efecto. ni ahonda la verdad siquiera
entre esos brazos que aferran.
Fatal deseo sin cárcel,
voz que trepa voluntad, Quise huir de aquella Inglaterra
oscuro misterio que adormece, a refugiarme en la mañana de un bosque,
aún y cuando te resistas. iniciar de principio ese camino,
102
recorrer el cuerpo de la vida futura,
Sacudes las entrañas rehacer salvaje el erotismo
para arrancarte sus manos, a no poder describirlo con palabras.
insaciable bebida
que adormece el espíritu, Qué hacen las horas conmigo,
y mientras lo entiendas, la edad nunca vuelve, dicen,
y aunque calles, ni el mismo Zeus podría
ellos lo saben, con ese amor tuyo enamorarme,
no descansarán en vano ni con esa piel nívea,
hasta destilar el deseo, ni con esas púrpuras mejillas.
hasta matarte el alma.
Qué hace tu cuerpo con el mío,
No importa el fruto, símbolo inherente a la abyección moderna,
no importa el reflejo, más aún,
entonces pienso, a un amor que ya ni el amor mueve,
no resisto… pero es la costumbre el miedo que nos reviste.
Ya habrá otro paraíso. Qué hace tu cuerpo con el mío,

cuando tu corazón ha perdido su voz en el vacío.
Anatomía del silencio

Nota a Safo
Se aposenta desnudo el silencio de manos oscuras,
lo miro dispuesto a convertirse en mariposa, Has hecho florecer en el silencio la sangre,
en criatura alada, en ruido salado al oído. como una orquídea disuelta en el beso de tus labios,
la blancura de tus senos se deshoja entre las som-
Respiro su angustia en lo profundo de mi cuerpo, bras,
yo, escaso de recuerdos, lo miro de nuevo y la infancia gira en torno de los árboles sedientos.
y respondo sediento de risas insomne de luz,
en esa frontera de asesina indiferencia, Te busco en el ramaje del recuerdo,
con la triste manía de olvidar; mientras los pájaros de papel
nada puede hacerse entonces en contra suya, se aprisionan en la distancia del deseo,
octubre me abofetea y el mar de hojas me azota, y tu lengua profana el ámbar de mis labios
103
es el silencio y la nómina de sus gritos, cuando calla la luna entre las hojas.
aquellos que sacuden al insomnio,
y no hay palabra que habite el silencio, Aún sigo durmiendo sola.
hay un eco que estremece
–como el de los sueños– En la cama te espera la corona de violetas
y no escuchas siquiera la tragedia, y la flor de azafrán con la que me vestías,
aún por lo violenta que ésta sea, falta el bálsamo en los labios, queda arena,
y mientras los ángeles caen conservo aún las cenizas del deseo,
y los abismos se inventan, tu corazón sacudió en brasas de fuego,
bailo a medianoche, los cantos que juntas derramamos en las rosas,
al ritmo del silencio, en el jardín, en la campiña, en ésta nostalgia,
al ritmo del suicidio, y todo esto fue antes de la soñada boda.
mientras dios reparte culpas,
y la intolerancia me apunta
con su dedo índice.
Un sueño de escándalo
Irá a otra ciudad Cuando dejemos de ser prisioneros,
POESÍA - QUIVIRA
y la noche triste esté muerta en el tejado,

Iré a otra ciudad a encontrar lo que no encuentro, te contaré cómo era nuestro amor.
a entregarme al hambre de esperar lo que ya no
espero, Quizá no encontremos futuro
a fumigar las sábanas de noche que acunan ala- en estas palabras deslavadas,
cranes, porque el hombre es sólo un eco,
a pronunciar tu nombre tan efímero como las y sus voces son la sombra de su piel;
demás cosas, moriremos antes de saber de nosotros,
a romperme en pedazos de la materia que ocupa este amor negado tres veces
mi presente, será alimento de cualquier gusano
y a llorar por dioses sordos de eterna omnipoten- como siempre lo ha sido,
cia. al menos esta vez sabemos,
que alguien vivirá de ello.
Iré a otra ciudad en ruinas a dormir el canto,
a vivir el guión que me condena a esta vida, Podré dibujar tu nombre
a envejecer entre harapos con la verde carne; al final de éste poema,
104 no hay sitio ni camino en este despoblado, te llamaré por tu nombre
porque las alas me asfixian de esperanza cuando diga que te amo,
y la muerte va fermentando sus costillas. nuestra pasión vestirá de frac,
iremos al parque tomados de la mano,
Tan sólo este silencio ocupa el tiempo, sin manos ciegas que se cierren al paso,
siglo tras siglo la misma cosa, sin miradas ni gritos lejanos;
el miedo, el ansia de saber que existo, ésta parte del espejo,
queriendo habitar otro sitio, otra ciudad, en la que nos encontramos,
una ciudad de olvido que nutra mi memoria, será sólo un lugar para vacacionar
con el afán de aniquilar el amor que me infundiste. cuando nos cansemos de líneas verticales,
nuestra voz vendrá al silencio,
Iré a otra ciudad, a despedirme en el mismo andén, la jaula de tu cuerpo dejará volar
con esa nostalgia a punto, a resignarme, a los fantasmas verdes de la noche,
a despedirme de esta tierra que me dio rosas more- amaremos a una mujer o a un hombre,
nas, hechos a semejanza del mañana
producto de luchar, inútilmente… que esperamos, detrás de un amanecer
que abra sus días con el ritmo de la ausencia,
conjuraremos palabras y algunos versos,
mientras la luz encuentre nuestros cuerpos,
y despertemos de este sueño de escándalo.
Te amaré
Llevo las sílabas de tu nombre en mis arterias,
en los papeles de mi cajón, en mi órgano hueco;
tengo que guardar en silencio el deseo, la pasión,
tus besos tibios, tus labios salados, tu sangre;
debemos guardar las apariencias, mentir,
resignarnos, envejecer entre palabras,
envolver el revólver del futuro y las heridas,
volver a las altas rocas, vivir en cuarto oscuro 105
mientras la angustia abarate nuestros huesos
y el viento pierda la memoria de tus manos.
Te amaré a través de los ojos de otro cuerpo,

mudaré de piel, de nombre, de espíritu,
viviremos en el capricho de los límites,
de las fronteras, del marco del espejo,
tus dedos cruzarán la isla de mi pecho
para vivir en mí por un instante
mientras nuestros cuerpos , esconden el alma.
ZERO BORDERLAND.
MAURICIO
MACARIO MAURICIO RODRÍGUEZ.
POESÍA - QUIVIRA
POESÍA | 2001
SEMBLANZA
nace en Torreón, Coahuila, en 1975. Estudió Ciencias de la comunicación (Univ.. Aut. de Coah., 1998). A colaborado en
el periódico Norte de Ciudad Juárez. Fue becario por el INBA en el taller literario del Dr. José García-García. Fue nominado
como mejor cronista de espectáculos en el premio La Columna de Plata, entregada por la Asociación de Periodistas de Ciudad
Juárez. Su obra poética a sido publicada en el suplemento arm@rio de la revista Semanario.
“Cuando llegamos aquí

buscábamos el Paraíso,
quisimos llegar a el
y terminamos en el Inicio.”
Identidad perdida-lo más cercano a lo por un trago de cerveza

perfecto retóricas se contradicen
Esta es la ciudad de otros y árido quedo callado

106
se oscurece con luces eternas frente al bar de las mentiras.
falso clamor, cegada aventura de suicidio.
Paradero del desconocido
Las calles bajo mis zapatos en esta ciudad la velocidad obliga
cruzan en rojo los lenguajes a quedar preso entre dos tierras
los silencios, las bocas y cada puente es una duda de idioma
cada vez que el tiempo canta o es quizá mi identidad perdida.
negras notas de bohemia.
En esta ciudad no puedo escribir poesía

hablan solas las palabras
se amotinan
Drive all night

–what do you bring from México?
–nada mister, (el camino es mi familia)
–traís droga?
–(soy la semilla que hará florecer tus campos) no sir.
El anhelo de nosotros
los que estamos en la vereda
es llegar al otro lado
aunque casi siempre
siempre es casi
y la frontera consume
convierte, descuartiza
las promesas forjadas como leyendas
por los viajantes que nunca regresaron.
Por que esta es mi tierra
sangre de bravos
indios mansos olvidados
hijos del camino nacidos de otra parte
viviendo en el seco principio
de esta sala de espera. 107
Porque los que nacen Juárez
viven del American Dream
son de El Paso ciudadanos
y los oriundos de la ciudad de la Estrella
ahora viven en una nueva guerra (pay per view)
inventada por los medios masivos
o algún gobierno hambriento de desdicha (be all that you can’t beat).
Mientras nosotros, los errantes del desierto
conducimos nuestras almas toda la noche
por alcanzar este sueño
muriendo muchas veces mientras llega
vendiendo el alma por un plato de comida
dejándolo todo en manos de un nuevo Dios
adoptado en un refugio que se cae a pedazos
como la fe con la que partimos de nuestra casa
cuando viajando toda la noche
tratamos de brincar el cerco
y terminamos por vivir acá
al borde, en la frontera… en lo más cercano a lo perfecto.
Ku Kux Klan y el carnaval de ofertas del Cal TV

me sorprenden
un nuevo disfraz se apega a mi piel:
ya no soy ciudadano
ni habitante
soy un número más de la estadística.
POESÍA - QUIVIRA
La vía camaleónica
La calle se cae a pedazos
Vivo aquí despacito en El Paso
en la biblia echan las casa por la ventana
es la verdad y los pordioseros
yo la piso la sostengo amontonados en la esquina de una iglesia
las palabras se me caen. donde todos mientan la madre
antes de persignarse –solemnemente–
Soy reptil de fría inocencia como el la cruz de San Lorenzo.
piel seca sin glándulas
como las putas de la Mariscal Lento al caminar mi color es territorio
mis hermanas de la tarde. estado de ánimo vigente
es la frontera que existe
Jamás necesité la guía de mis padres al cruzar el umbral del gabacho
para convertirme en lo que soy –no cholos, no putos, no mexicanos–.
engullo este entorno alucinante
mexicanos de todos colores Cambiante como sombra en el otoño
108 pasivo testigo de la desgracia
marchan felices por la Juárez
sintiéndose del primer mundo. de un pueblo cortado en dos
ahora soy otros individuos
hijos de la … industria maquiladora de pálida coloración
esclavizados al progreso pretendo imitar el sueño
porque en su tierra no había maíz mis ojos arbitrarios se mueven
y del frijol ya estaban hartos. defienden con celosía
Trocas del año olor a sangre la última plegaria a la Guadalupana
impregnaron sus falsos argumentos mal pintada en una barda
para cambiar de piel en una tierra que no fue prometida
lengua larga catapultó sus ideas para adoptarla como casa
y permitió que fueran presa con un lenguaje ajeno a mis costumbres.
del coyote sigiloso en el mercado.
(Aplastar este cuerpo en tu cuerpo Fiel amigo d la vereda
con grandes fábulas y orgasmos emigrante señalado
bajo el río de arena nunca más será el paisaje
substrayendo cada una de tus memorias tu motivo de nostalgia
desnudo ante la muerte aprende pues
antes de colonizar los nuevos campos). follow me now
Emerjo en un mar de palabras y conquistaremos esta tierra.
mis sentidos son tocados por regionalismos
109
“Ni mexicano, ni pocho,

chicano mucho menos;
quizá gabacho soy,
pero sólo en películas de
los Almada.”
ROPONES.
ARTURO RICO BOVIO
POESÍA - QUIVIRA
SEMBLANZA
Nació en Chihuahua, Chih., en 1944. Estudió Derecho, Filosofía y Letras Españolas, además de poseer un master en Dere-
cho Social (UACH) y un doctorado en Filosofía (UNAM). Su obra es la siguiente: Las fronteras del cuerpo (1990), La hora del
desierto (1991), Bocetos, evocaciones, caligrafías (1987), Astillarium. micropoemas (1994), Isla en el tiempo (1999), Teoría
corporal del Derecho (2000). Obtuvo el Premio Chihuahua en Literatura (1988). Su obra poética ha sido antologada en el
libro Muestra de la poesía chihuahuense, en el volumen del lV Encuentro Nacional de Escritores de la Frontera Norte (UACJ
1989; Idem 1990; Spacchi; Americani) y en La filosofía europea del Nuovo Mondo (Vol. ll (1994); Utopía y Nuestra América
(Ecuador 1996).
Ronda cotidiana
Nace el día sobre los sueños de ayer..
Se repite el misterio:
emergemos de nocturnas mortajas
aves fénix que convoca la luz
para el vuelo pactado de parejas.
Hay un toque de emoción entre las alas,
110 I nos miramos uno a una en el espejo del otro
Ropones a confirmar el nudo de ilusiones
antes de iniciar el éxodo cotidiano.
Ropones: La jornada arrastra cauda de extrañezas,
piel de la infancia protegida, separaciones y encuentros matinales,
cascarón de ilusiones sin estreno. rehuir las felonías de cazadores
días vendrán de vientos y de nubes, para llegar a la heredad de la labranza
de soles y de lluvias e ir del paso al pozo
que vencerán la gravedad de convenciones, en un pisar el peso de los tiempos.
el capullo estrecho de palabras, Vuelta al nidal con boca llena de carencias
para llevar un despuntar de plumas a convocar llamadas familiares;
a los cielos pausa restauradora, luego,
una vez más salir al expuesto paisaje
para buscar émulos, trémulos, impíos,
con quienes compartir observaciones,
obsesiones y planeos,
hasta el descongelamiento de la tarde.
Llega el turno del retorno
con una bocanada de estrellas y de lutos;
es una prisa presa en la presencia
de anticipar el canto que me llama
y estar allí para el alivio

al tañer las campanas de su voz
que siempre estrenan.
Caen entonces cadenas y recatos
al incubar juntos cadencias ignoradas
bajo ropones y plumajes;
es el vértigo de un vuelo de ciegos
que asciende al firmamento
para abrazar la Tierra por su talle.
Vacía la calle de los ritos
vamos descendiendo lentamente
al fondo compartido de la noria
donde germinan y renacen en penumbra
los sueños de hoy.
Sigilo
Declinan la tarde y el verano.
Hay una luz de tiempos desvaídos
al acecho. 111
Algo del sol resiste
la caída redonda de la noche.
Se derriten la aorta y la cava
en huerto y la calle ensombrecidos.
Afila instrumentos el silencio
sobre el asfalto y las canteras
mientras las voces se amordazan
con un rumor de orquesta que se afina.
Pende el latir del último pájaro
que arranque un retazo a lo celeste
para llevarlo al nidal
con sus recuerdos.
Camino sigiloso
como si fuese a despertar y no quisiera;
los pensamientos bajo el brazo,
una red de miradas furtivas sobre el mundo,
el respirar vuelto un soplo retenido
para llegar en el dintel de la penumbra
al secreto lugar de nuestro encuentro.
Sol y luna
Sol y luna tu rostro,
guía de mis sueños navegantes,
espejo nocturnal y en la vigilia. Primaveralia
Tu sonrisa de ángeles ingenuos
rapta mis tardes de congoja Primavera de chispas que contagia
con su coro silente de promesas la verde llama de ilusión eterna
de una tierra tejida de esperanzas. a mi heredad de arena y sol
Llegan veloces en el destiempo de escarchadas hojas.
112
—andanada de pájaros Así, tan de improviso
sobre mi cuerpo de verano dolorido— con pisadas de niña
tus manos y tus labios y zapatillas grandes
en el muelle del tiempo. al compás de un juego milenario
Luna en el sol, misterio que conjuga franqueaste la puerta amurallada
Faro-espejo, ángel y ave, por miedos y secretos
mirar tu faz es prometerme un mundo para sembrar raíces de alegría
florecido de luz en la penumbra en cada cicatriz de mis batallas viejas.
y es volcar el cazo de suspiros
para anidar los sueños y los puertos.
Sylenas I
Porque tengo tu amor mi vida es clara
manantial de lunas y de soles
con que abro y cierro la puerta de los días Sylenas II
en mansa paz de sedes canceladas
sin la zozobra de las viejas fechas Cuando tu vida acarició la mía
ni ese quebranto de las estaciones. con un clamor de pájaros sin nido
Porque tengo tu amor ya no requiere se rozaron los sueños y las alas; 113
mi barca la brújula imantada sonó un clarín de vuelos en mi pecho
por la estrella de extrañas correrías se enredaron mis ojos con los tuyos
en la noche de sal de las ausencias. en un pacto de largas primaveras
Porque tengo tu amor comienza ahora y un destino de pajas y de pinos.
mi camino un rosario de mañanas
donde viste la luz una sonrisa
y hay dos siluetas que se trenzan
en un diálogo eterno y sin retorno
por la misma emoción enamorada.
Juglerías
Cada vez que te ensueño
hay un dejo de danza en mis sentidos,
como si fuera ahora primavera
Anhelo y cantara cada palmo de mi vida
Mi corazón con dedicatoria el himno de una gloria anticipada
—lágrima de luz florecida para anidarla en los espacios de mi cuerpo.
sobre un campo de arena Cada vez que me asomo
auroral— a contemplar tu rostro sin tu anuencia,
habita hoy, para ti, campanillas de luz son tus sonrisas
en el secreto centro en el brocal del mundo desbocadas
114 del espejo lunar. al convocar a filas ilusiones
Crisálida de sueños de todas mis horas y mis días.
traspasa la noche Cada vez, a tu lado, es la primera,
a la espera amorosa porque vuelvo a palpar ese misterio
del agua del oro de la fuente de mañana, de estar junto a ti en el ahora
como jaula de mago igual que ayer y así será mañana,
que en lugar de aves con un sabor de algo conocido
soltara el vuelo de pétalos de rosas. desde el instante fundatorio de mi tiempo.
Cada vez más, descubro con sorpresa
mi suerte de juglar enamorado
de caminar el mundo a un ritmo doble
al compás de tus mimos y mis manos
con certeza de agujas imantadas
por la fuente emisora del destino.
Leo poemas
Leo poemas en tus ojos
cuando me asomo a reflejar mi vida.
Tantas puertas se abren Tu presencia
sobre campos de asombro
que se vuelven tintas mis sentidos Luz de tu presencia sorprendida:
para cubrir las paredes del mundo cascada de voces que se queda
con grafías de largas alas. cautiva en el latir de mis empeños,
Soy así tu cautivo amanuense liberta en la pasión cotidiana
de emociones bordadas en la piel, en que los días se precipitan 115
turbante de cánticos heréticos y prolongadas noches se cancelan.
mudo en absorta contemplación, Ruedan las estaciones
mas el oído abierto a la palabra. al ritmo de tus manos con las mías:
Formulo entonces el voto de mi estirpe hay un artilugio de ilusiones, cantos,
no con la voluntad sino en la sangre: sembrador de risas y de juegos,
escriba, recitador y peregrino, almácigo de emociones
seré en cada fragmento de mi cuerpo a florecer en los campos del mañana.
para vaciar los horizontes
de colores gastados
y cubrirlos de formas y figuras
al dictado de musas y duendes
que habitan los espacios de tus ojos.
Edén
Caminamos juntos
en el mundo original de las palabras Caligrafías del sol
desnudos de razones.
no hay ya latitudes en la tierra Caligrafías de sol son tus días
el fruto del saber cuando interrogo al misterio de tu origen
se secó bajo el sol de nuestro encuentro. y juego a reinventar ese sendero
Las sierpes seductoras que te llevó hacia mí.
emigraron hacia los grandes lagos del pudor Hay mensajes cifrados en tus ojos
en busca de esperanza. que miraron otros horizontes
Nada turba la paz de nuestros ojos para empañarse de lutos y nostalgias
ni siquiera de lo que pudo ser y no lo fue.
los pasos de otra gente Palabras de una lengua ya perdida
por los prados de la voz. entonando salmos y oráculos proféticos
116
Se respira nuevamente con que tocabas sin que te dieras cuenta
un aire de parras y de encinos los linderos de mi vida con la tuya.
sin floración de culpas Hoy que se cumplen ciclos del milagro
ni invocación de amonestaciones de habitar una burbuja en este Mundo
sobre la ágrafa superficie de la piel. que se abrió como flor para hacerme prisionero
Es la hora del ángelus de las caricias: del aroma de tu voz,
nace muda de la caricia-néctar de tus manos,
la oración desde la boca de los dedos del pincel suave: tu sonrisa,
y son campanas nuestros labios puedo por fin descifrar esa escritura
paa llamar a ceremonias ancestrales. que me condujo a ti
Todo es posible desde el preludio de los tiempos.
sólo prohibir se ha desterrado
del lugar donde nace la luz
y se despierta la conciencia de la vida.
PENDIENTE SI METERA ILUSTRACION FUKO
Septiembre.
María
Dolores Dorantes Ortíz.
POESÍA - QUIVIRA
POESÍA | 2005
SEMBLANZA
Nace en Córdoba, Veracruz, en 1973. Ha colaborado en diversas revistas: Semanario del Meridiano 107 (1993), Solar
(1995), Bum-bum (2005). Publicaciones a la fecha: A título de muestra (cuadernillo, 1996), Poemas para niños (1999), Para
Bernardo: un eco (2000), Lola: cartas cortas (2002), Sé lámpara (2003). Aparece en la antología Poetas de Tierra adentro III
(1997). Ha obtenido los siguientes premios y becas: apoyo PACMyC (2003), becaria en el área de letras (Instituto Veracruzano
de Cultura, 2001), primeros lugares en poesía y cuento del Concurso de Juegos Florales (Grupo Unido Femenino de Acción
Social, 1997).
lectora capaz de la sangre de mis pulsos...

(Diente por diente
vuelve
ojo por ojo

118
mi mujer)
Sueña...
Un relámpago
Encuentra un bosque en tu corona de cuencos
de hojas doradas antorchada
por el frío
Vas
en el centro del sueño con el interno
escucha verdeoscuro No
manos que se introducen descansando en tus ojos
en el agua
serena vas
Arrodillados sobre la barca
han llegado para beber
de ti Lentamente
te arrulla
sueña... la marea
Dulce era el agua alumbra

de tu lago las dos mitades
de tu cuerpo
Yo
podía ver el fondo Oro audible de luz te sigo por encontrar el canto
de tu [metálica maca.
Arrojaron Por conseguir la llama te sigo.
punzante la piedra
como el latido de tu corazón
La primera
se incrustó en ti
oscureciendo
De frutos
coloridos
fueron tiempos
los entregabas
desde la palma misma
de la mano de Dios 119
Juntos
dividimos el pan
La espuma
de ese licor de ver
en mí
te sembró eterno
La pérdida
hunde el brillo
de garfio
en lo ciego
alumbra
y parte
hacia dentro de mí
TRÁVELER.
JESÚS
ARMANDO MOLINA BARRAZA.
POESÍA - QUIVIRA
POESÍA | 2003
SEMBLANZA
Nació en Ciudad Juárez, Chih., en 1980. Su obra poética aparece en el suplemento arm@rio, suplemento cultural de la
revista Semanario, en la revista Taller y en la Gaceta Universitaria, periódico mensual de la UACJ.
La lluvia empezó a golpearlo con fuerza

Corrió a refugiarse dentro de un gran hueco.
¿Era el hueco de un árbol?
¿Era el hueco de una hormiga?
No, era el ano de un elefante.
El elefante cerró su ano. Ogbe. Suplicó.
Pero no pudo escapar.
Fragmento de una poesía anónima africana.
120
I del mundo
antes que las piedras
Cuervos Privados que las letras
que yo
vistas anteriores
carcomen mi invisible boca la primera palabra
la que habla por mí
siempre que otras voces el canto se oculta
crecen cual maleza en la cascada quieta
entre los labios subterráneos en el reposo tibio
que lo han dicho todo de la lengua
y yo lo ignoro todo inmisericordes cantares

germinan
desde el génesis
y la primera luz callan sombríos
yo lo ignoro en el encierro
de sus días
otros ojos supieron
tatuaron uno esta encerrado
dentro de su boca
en la piel más tierna
anoche no murió nadie

bajo el tejado con sol eléctrico

manantial de luz
sobre cuerpos
entristecidos de insomnio
casa de arcilla mueve

las aletas de los peces del tiempo
Insomnio es un niñito
desde el nacimiento
sin párpados
hasta las muertes anunciadas
danzando
del cáncer
en letras escolares
alegre jugueteando
lloramos una, dos, tres veces
con el cansancio familiar
como diablitos en el cielo 121
compadecido una vez
tamborileo siniestro

surgido
y luego no
entre las llamas de la noche

después odio
la noche convertida en beso
al pequeño
en hombros de infinita gracia
de la noche inquieta

su llanto rajó
los ojos llenos de sueño
las cabezas
hinchadas de sueño

no puedo cantar
el pez muere: no puede cantar
ni una sola tibieza en la garganta
hace fuego
el vendaval arrastra nubes y palomas
arriba en el suelo

vuelan prendas de humedad
el pez solo es pez
alzándose como plantas de viento
como yo en el fondo de la fogata
soy el pez
122 la casa tiembla y tiemblo
carentes de mis pies

mi cuerpo ingrávido
incapaz de nadar
es una pluma contra la furia
carente de escamas
no respiro la humareda
de los coros de fuego
de la banda de jazz de Dios

(no hay peces fénix)

no soy fuego en el candor del fuego
en la lumbrera
no puedo cantar
a la desolación la nombran Un leve canto inicia

delgado
el avión que dice al silencio en el prado del día
el segundo que no marca el reloj
diáfanos crustáceos
los ruidos que dicen nada en movimiento
123
nacidos de ninguna boca excitan a minúsculos océanos
estrellan sus ondas
en la superficie muda pero en la cabeza
la multitud de aullidos
ningún antena los capta me despierta
Avión en las
diez treinta
del tiempo
cuando todo
el tiempo
son veintiún
años
recrea el cielo
124
creado antes
por el ave
fugaz
del instante
alado
reposando en
la consumación
del fuego
las raíces crecen sobre el muro

las vemos estirarse
mientras desayunamos
la savia arremete en marejada
moja nuestro hogar de arena
es lo peor de vivir sepultados: 125

ver como crecen las lombrices
en días de lluvia
A LA SOMBRA DEL GIGANTE.

ANA
CAROLINA APODACA MONGE.
POESÍA - QUIVIRA
POESÍA | 2003
SEMBLANZA
Nació en Chihuahua, Chih., en 1983. Posee los siguientes reconocimientos: primer lugar en composición poética (COBACH,
2001); primer lugar en el Premio Nacional de Literatura Joven (SOGEM, 2001). Ha publicado A la sombra del gigante (2007).
Celos
Como entre sepulcros de arena y orgasmos
Te amo con la noche
se derrite la luna entre sus jugos
Si no sintiera el murmurar de tu vientre grande y tenebrosa es la noche
no acabaría nunca mi amanecer estoy solo
126 en cada despertar se desangra de fuego la luna es entonces cuando me canso de morir.
Entre la luz y la oscuridad estamos nosotros: Tengo sueño.

tus manos,
mi cuerpo. Me dan asco los besos de amor,
en otros labios,
Te amo con la noche. tanta dulzura.
El sol seco de tanto llorar (¡celos!)

mi voz se deprime cuando duermes,
la muerte suena tierna, Se derrama de la noche tu mirada
quiero endulzar la voz con su ternura. Y se comienza a adormecer el alma.
Es el dolor de un dios abandonado.

Egoísta
Soñar, recordar
Desangrarse junto a ti
Las nubes de tu cuerpo Epitafio

se abren a la noche
y caen sobre mí. Sientes caer de los labios las palabras
como gotas de lluvia
Cuando se oculta la salida
mi laberinto parece florecer. Llora el tiempo 127
las nubes enmudecen.
La esquizofrenia diaria.
Cartas nocturnas se escriben en tus manos blancas,
Entre espasmos de vida el mármol de tu cama
el alma parece alejarse hasta el fin. dibuja con sangre el contorno de tu cuerpo
luego nada.
Se escribe en tu historia, otro archivo,
amanecer
duermes como es costumbre.
El frío de tu rostro
me recuerda que aún vives.
Otro poema
Sin esperanza
Busco un poema perdido entre hojas de tiempo y
sangre, Alma o cuerpo, ser como este no existe,
que triste, Acaso semejante a un ser humano.
que triste estoy.
De rodillas en mi cama ¿Realmente la sangre de sus venas es vital?
128
rezándole a una pared vacía
como mis ojos y manos Alma en pena
acabando su mortalidad,
Sin tinta para vivir: sin contemplar su inmortalidad
Lo encontré.
Sueño de media noche Tus cenizas

¿Cuántas veces volé junto a ti? Como una escultura de tu cuerpo
Dormía el sol entre fuego despierto, se enreda en mí la serpiente de tu voz
la hoguera del miedo,
un signo de amor. Me duele vivir con aire entre las venas
por la sangre corren pedazos de venganza
Mis manos se abren paso
cubrimos con sangre todos los signos de pureza. Una fuente de fuego
refresca mis pensamientos.
Si supiera Dios nuestras mentiras 129
seguro nos adoraría por mentirosos. Estás junto a mí
quiero dibujarte
Prometiste acompañarme siempre. tu perfil copula entre mis manos
son tan destructivas
El que sueña al fin eres tú consumen todo.
la oscuridad ansiosa te despierta y
pereces lentamente. La venganza aflora entre cenizas.
Si duermes por siempre

prometo estar ahí.
Súplica
Mátame,
clávame el filo del silencio entre los pliegues del
alma,
róbate mi cielo, respira mi aire,
ese es mi deseo.
No quiero dormir,
quiero que me duermas
y que sea despacio,
130 canta una canción de cuna
al ritmo del silencio para escuchar la nada.
Quiero sufrir entre tus garras fuertes,

Sentir tu fina crueldad que me atormente,
Sufrirte, llorarte.
Porque tu amor es así,
duele en el alma, en el cuerpo.
Y nadie lo nota.
Te suplico que,
Con tu látigo de viento,
Con tu espada de sombras
Con tus alas de demonio, Ángel,
Protejas mi alma.
Nocturna
En mi infancia jugaba a escondidas con la muerte.
Quería quedarme con lo prohibido del mundo.
Siempre quise volar,

Soñé que lo hacía
fue un truco de espejos, dije,
Era inocente en aquel tiempo.
La noche platicaba conmigo tiernamente,

Durante el día solo un ángel me cuidaba,
pero no quería hacerlo,
es que no tenía a nadie a quien cuidar.
Recuerdo mi llanto infantil bajo los gritos de mi 131

padre,
no quería llorar, me dolía el pecho,
los sollozos traicionaban mi “fortaleza”,
son los mismos que a veces me traicionan ahora
pero huyen cuando me miro al espejo y sonrío.
El Ángel aun sigue aquí,

ya no me cuida, me acompaña,
porque quiere hacerlo.
Lo amo, es lo único que tengo;
la noche seca mis lágrimas cuando él tiene que
volver.
Nunca tendré a mi ángel y a la noche juntas.
Es algo prohibido.
Siempre quise quedarme con lo prohibido.
Aun juego a escondidas con la muerte,

tengo miedo de perder,
y ya no quiero ganar.
Maquia.
Rafael Ávila.
SEMBLANZA
POESÍA - QUIVIRA
Nació en Chihuahua, Chih., en 1968. Realizó estudios de contabilidad, mercadotecnia y administración (ITCMA 1986-90).
Editor de Onomatopeya Editores. Fue promotor cultural. Colaboró en diversas revistas: Azar, Solar, Tierra adentro. Su obra se
encuentra en las antologías: A medias tintas (1995), Tendedero poético (1995) y Letras chihuahuenses Cosecha (Gobierno
del Estado, 1996). Fue beneficiario del apoyo del Programa PACMyC-Culturas Populares 1997-98, en el área de literatura
marginal. Obtuvo los siguientes premios: Manuel López Dávila 1995 (Sociedad Chihuahuense de Escritores); Martín H. Barrios
Álvarez 1996, primeros lugares en poesía y narrativa (Dirección General de Educación y Cultura del Estado de Chihuahua).
a… (aquí debería ir tú nombre, cabroncita).

A Miguel Hernández, in memoriam, también.
“No me acostumbro a perder

pero juego por placer
y ese juego
me da la vida”.
Bosé (“Manos vacías”, 1992).
“– ¿Qué es un fantasma? –preguntó Stephen–.

Un hombre que se ha desvanecido
hasta ser impalpable, por muerte, por ausencia,
por cambio de costumbres”.
132 James Joyce (Ulises, 1921).
I sobre el revés del mundo

Cada noche inventa Dios escribe un cuento
su propia luna su propia oscuridad –lápiz de sol–
negros tuétanos para esconder al duende enfermo un cuento.
al insomnio en busca de una estrella chueca.
Un nosequé de tu vientre busco en mi almohada
Apenas el silencio toca el nombre de las cosas donde descanso y restriego mis cabellos
la mirada la palabra la penumbra la Sólo entonces duermo.
morada
muestra el tiempo su sonrisa de péndulo
su mueca eterna
su extraño caminar en línea curva.
Detrás de cada hueso doloroso

un ángel de la guarda ríe
(Everybody knows. Do you?).
La calle abrocha su bragueta de hojas secas
y a esta hora –más o menos–
en la que murió Rimbaud
II III
Te llamarás hoguera aunque Claudia te llames
Una niña asustada veía llover sus pier- y arrojaré en tus carnes mis diab-
nas los y mis mieles
133
cereza derretida
sus muslos legaban de visita a mi boca mis cactus y mis flores
un sabor extraño que en cada fuego encuentro. mis frágiles espinas.
Lava del volcán vientre volcán. Alas o miradas me da igual.
Mujer-sangre Besos o alacranes no me importa.
mujer-sangre Mi amor es un fantasma que tal vez ya no exista
mujer-sangre más lejos desvanecido
devótame. en la casa de un diciembre ciego
ojos nublados, sí, ego.
V
Te amé en la hora del durazno muerto
del ámbar gris
del segundo fornicando manecillas.
“¿Oye, sabes a jabón?”
Mira, estamos llenos de tiempo.
De tiempo muerto.
IV De minutos kamikaze arrojados como fruta ardi-
ente
Es imposible querer purificarme en espejismos a reventarse
hervir mis brazos y mi pecho en tus latidos minutos fiesta minutos luto ditirambos.
buscar la duna exacta, el jaque, el estallido “¿Es que hueles a jabón?”
por tu cuerpo de alfila. Mujer, obviamente no me escuchas.
Te llamará desierto aunque mar seas. Mi voz se oxida ante tu esencia de mercurio
134 A un quemar seas. navaja líquida filo abierto
hemorragia metálica adivinando el cuerpo.
Puta sea la bruja

que incrustó en tus pezones un diamante en celo
un efluvio en roca que no entiendo
–destino–
que no me
pertenece.
Puta sea la bruja

que arrancó de mi costado tu espíritu de calcio
dust to dust, porque polvo eres
(y me negarás tres veces).
VI VII
Tantas lluvias esperé tus labios Dios te salve María
que mi verga se volvió constelación las tetas y la espada
dulce jeroglífic tu cáscara de anís
en la cicatriz que a veces tengo por memoria y el nulo menstruo. 135
¿Qué pensaría Kafka Sade Sade
si supiera que tu aliento ¿Por qué me has abandonado?
evita resucitarme?
IX
VIII
Un blues de madrugada me dice
En cada pupila vagabunda un sol en pubertad se que tengo la boca triste
esconde la piel bien morena
136 para comprenderlo basta con tener un hueco en y las manos pequeñas.
la garganta Por lo menos es verdad verificable.
púas en el silencio caricia de un fantasma. Pero sería mejor que diera
The caress of a ghost really hurts. Me cae que padezco de insomnio crónico,
de a madre. que declaro mi amor a una mujer de manos alar-
Te deja pedazos de vidrio, niebla ácida y grillos gadas.
muertos. Híbrida de gata y ángel
La caricia de un fantasma duele. Neta. que no le gusta el rock.
Arde, te hace babear y retorcerte Que tiene que mantenerse
despertar de malas y extrañar pendejas. y sólo pronuncia cuatro letras de mi nombre.
La caricia de un fantasma duele.
X
Mirándote he reducido el mundo. Mirándote. Posdata
Al levantar tu rostro revienta mi pecho No lamento tu lejanía de oasis
y de él lentamente un jaguarescapa. sino este frío de invierno
(El dolor sólo existe mientras duermo). 137
que me congela las manos sin tocarte.
Una nube necia pronuncia por el cielo la mañana
en sílabas. Invierno 1997
A ma ne ce.
Vampiros Market Piñata sex toy

Cuantos párpados hacen falta para matar al cuervo La ramera aún no desmota
Cuanta ceguera se esconde entre sus alas de su jabalí violeta.
(secas ya de tanta sal) Igual fue castigada a palos.
Nunca el negro fue tal.
Y en la sombra coagulado extingue. Su piel de china imploraba
Sssssssshhhhhhhh. por una boca
138 Pico de cera No digas por unas manos
Nada y hasta por un látigo.
El secreto Treinta y ocho garrotazos luz. Ni gota de sangre.
en un tequila aguarda Entonces
para sacarte los ojos. de su vientre
salieron los dulces.
Dog Sun en el lugar exacto que pronuncié tu nombre

Perro de Sol pasan autos de fulgor intrascendentes
pero quisiera tener uno
Ladra el cielo rabioso sólo para trepar una chava más o menos
ahorcándose en su propio naranja y llevarla a una disco de las buenas
perro de sol y terminar mis días en un altar de paso
o de a como las siete y media $50.00 y ahí va la cortina
se pierde la fe en las nubes globo de rigor rigor látex
sun dog y darle este pinche mundo
dios de Dios mi ciudad, tu recuerdo,
Luz de luz mi cansancio y mi tristeza
Dios verdadero de dios verdadero por el culo
engendrado no creado por el culo
La tarde de mis tardes muerde su eutanasia de ho- por el culo
jarasca
easy go easy come
Las tardes de mi tarde clavan sus colmillos de re-
cuerdos
really sun really dog really god dientes de leche
Mi mano dilatada
gigantesca
etérea
se extiende por la esquina inexplicable 139
de todas las calles
Alguna palabra intenté pronunciar
pero de tanto guardar silencio
solo cardos tensa mi garganta
¿Has visto alguna vez la lluvia?
Me preguntaba antes hace años

y hoy también
Pero un locutor pendejísimo echó todo a perder
“MAY THE FORCE BE WITH YOU” decía
no dejes de sintonizar la súper súper
súper prendidísima…
y el taxi se llevó lo mejor de su
estupidez
Tanto sabe la memoria, sabe tanto
que exacta en vaho
niebla de pus
te reconstruye
llaga niña para un dios disimulado
Alguna vez tuve voz
Eólica
A María Elena Ortiz
POESÍA - QUIVIRA
“…cuando la ciudad
pinte sus labios de neón,
subirás en mi caballo
de cartón,
Me podrán robar tus días,
Tus noches no.”
Joaquín Sabina
Que angustiante es no saber

lo que las nubes cuentan
a los grillos
como el secreto de la brisa
que celosa de sí misma
no se vuelve tormenta.
El aroma de humedad
que se siembra
por el huerto de tu hoja en blanco.
Sólo nacerá un poema
140 si lo riegas con el jugo
de tu alma fermentada
si le arrancas las plagas
con los dientes
si le inventas cada segundo
un sol nuevo…
Recuerda amiga
que las ansias de volar
te vuelven viento
para que todo vuele por ti.
Que el ruido no impida
tu canto de cristal
(porque el silencio se alimenta
de voces que el ruido desperdicia)
porque en el albo desierto de papel
el punto más discreto
estalla
para disecar con signos
la existencia.
Del Desierto y el Exilio

(Vox Clamantis in Deserto).
Erik Falcón.
POESÍA - QUIVIRA
POESÍA | 2002
Paso del Norte

a los que no llegaron
Temor
por la noche del desierto
inundado de espíritus
rojiazules
Aullándoles
Preludio al El Hakkina
promesas como engaños
142 [Estruendo] Somos discípulos del peyote mesiánico,
Relámpagos que alumbran que cura con su ancestral sabor la impaciencia,
Detrás de las montañas nadando en un mar de ataraxia,
y las partes más oscuras cráteres lunares son mi carnaval.
De la carretera
donde viajan
veinte hombres
veinte héroes
ilegales
que cantan bendiciones
Que naufragan
en las mareas del cielo

sordo.
Sobre ver películas del cine mudo

para aprender a leer los labios
En un descuido
No es posible
Una lágrima en fuga cada minuto leer los labios
de la mediocridad del ser en pena en una película
Los sueños fútiles: con fondo musical 143
Imbécil o a bajo volumen
Ver la Luz
impide dormir Ni saber
por las arrugas que crea el querer tocarla. cuándo callar y cuando hablar
a media función.
II
Flamas Daemon
que danzan en círculos
sobre el escritorio Satán
donde nacen cien poemas
144 Ligeros after tempting
como el sueño Christ
Cuando cae
en la dulzura somnolienta why did you decide for Juárez, vato?
de los ojos que ven
la muerte en blanco
Solar Sistema
La mediocridad del universo

reside en el afán de seguir
adelante sin dar pasos atrás
I. Astrolutista.
Dictadura férrea en cosmos

bajo la tutela eterna del iracundo Sol
que esclaviza
II. Europa.
tortura lascera Una noche de matices azulados
a la orilla
Heridas de antaño de un lago 145
A la Luna amante La Luna desnuda

a las demás estrellas abrió sus piernas
lentamente
En alce
en cúspide y llanuras
El Sol proclama [éxtasis]
El mundo
es mi gobierno
para el pueblo y con el pueblo
sobre el mundo y el estado
sigo siendo
yo.
III. Biósfera.
Girando en círculos
brillando excelsa
nace
una idea del cerebro de la Luna
con dorados ojos
cabellos de fuego y una lanza
en su mano izquierda.
En fastuosa cuna de plata labrada

consentida por su padre Sol
La nueva diosa del alba
galopa los montes
recorre los mares
146
Crece la idea
no sólo ella
La henchida rabia y envidia
en el corazón
de las demás estrellas.
…Ilustre misión
o
histórica conspiración…
Alto.
IV. Patricidio.
Coro [heraldo]: Llanto!!!
Con pérfida daga oculta

que blande como furia de lluvias de
[julio
el sol ha sido asesinado
El dolor del mundo se ha enfriado

en una tibia noche
En un solsticio de verano.
Ahí yace el Sol… Frío. Jadeante. Moribundo.

sobre una cama de flores marchitas.
Agónico 147
susurra a esa Idea que tanto amó
abatido
y sin aliento
dedica a ella
la última lágrima que Él derramó.
A una Inocente Asesina.
Coro [todos]: Ha muerto el Rey!!!

Viva el Rey!!!
Geografías
y Biografías de la otra América.
Oscar Robles.
POESÍA - QUIVIRA
POESÍA | 2007
SEMBLANZA
Nació en Ciudad Juárez, en 1968. Obtuvo su doctorado en Español en la Universidad de Arizona en 2002. Ha publicado
narrativa, poesía e investigación literaria en México y en los Estados Unidos. Ha enseñado lengua, literatura y cine hispánicos
en universidades de los Estados Unidos durante trece años.
casera e íntima, espacio de colores y aromas de

El Otro Lado especias,
vendía pan y leche, dulces y frutas, queso y ver-
People who must, like immigrants or nomads, duras,
live always in imaginary places
Think of past or word to fill a blank. vendía brillantina y mejorales y cuadernos y sodas,
148 Robert Pinsky y regalaba su corazón y su plática amena
Explanation of America con su prodigiosa memoria de nombres y fechas,
mientras hilaba e hilaba sus pensamientos
y escuchaba en una radio azul de madera
El otro lado está a cuatro horas de Chihuahua, rancheras y boleros de Javier Solís,
es una parte de la misma entraña de mi tierra. campiranas canciones de los Dos Reales,
Pasas por Villa Ahumada, Juárez o El Paso, alegres norteñas y polkas de acordeón y flautín
miras cerros verdes o secos, desierto, sol incienso, con los montañeses del Álamo y los Broncos de
guamis, mezquites, huizaches, oceánicos cielos, Reinosa,
horizontes espléndidos de azul y oro, escuchaba las populares Cartas del Rancho,
miras a la gente hacendosa en ciudades y pueblos. ese animado correo oral que unía personas,
Mi abuelo iba a caballo hasta la frontera familias y pueblos enteros con noticias
arreando vacas en jornadas de varios días de enfermos, nacimientos, funerales
antes de que yo naciera, antes de que crecieran bodas, quince años y ventas de ganado o ropa,
las urbes escuchaba conversaciones, historias vivas
y se llenaran de centros comerciales y anuncios. contadas por locutores y gente sencilla.
Mi padre cruzaba la frontera cuando yo era niño Mi padre traía de Texas pantalones de mezclilla
siempre con la certeza del regreso de Odiseo, camisas de azul intenso como el cielo de Chihua-
viajaba a Colorado con otro vecino, hua,
trabajaba un mes o dos en el desahíje del betabel como los ojos de Gene Autry o Mi bella genio,
y mi madre se quedaba en nuestra tienda de barrio troquitas de metal y dulces de menta y mantequilla.
Desde que yo era niño o más, según contaban los

viejos,
otros parientes y vecinos eran mojados o braceros
y viajaban a California o Texas, Arizona o Nuevo
México
Colorado o Nevada, las antiguas tierras de otro
México,
que se refunda con exilio, el amor y el duro trabajo.
Unos se quedaron como empleados o campesinos,
otros se casaron y aprendieron inglés, compraron
casas,
otros regresaron por la querencia de la tierra,
otros iban y venían en tren, camión o troca.
DE niño yo inventaba El otro lado con retazos de
fantasía
con el mundo nuevo y mágico de la televisión
entre el rancho de los Cartwright en Bonanza
y la casa hermosa de la Hechizada Samanta,
con la gorra cazadora y el hacha de Daniel Boone
y los paisajes de cactus y desierto de El Gran Chap-
arral,
y me enamoraba como Archie y Verónica
y tomaba malteadas de chocolate. 149
Yo crecí con la tentación del viaje y la aventura
e inventaba historias de piratas y luchas con tibu-
rones
y largas travesías por montañas y mares y caminos
en el corral de nuestra vieja casa de adobe y ba-
randales,
entre perros y gatos, gallinas y palomas,
inventaba aventuras de El Llanero Solitario y Roy
Rogers
con juguetes de plástico y casitas de madera.
Ahora yo continúo el viaje de mi padre y mis pa-
rientes
como un nuevo navegante en nuevos océanos.
El otro lado es de El Paso para allá o para acá,
al otro lado del río Bravo o del río Grande,
al final del Puente Libre o del Puente Santa Fe,
El otro lado es la otra América,
mi otra Casa.
Luna Ebria y los dedos regordetes de montaña

que acarician tal vez a Neptuno y a Plutón
Y todo era su cuerpo. y el vientre que arde sobre Venus
Todo era Él. en esta noche absurda y fantasmal.
Eduardo Lizalde
Gran Canario Miras el cielo oscuro
POESÍA - QUIVIRA
e imaginas con delirio poético

El enorme ojo parpadea un instante las estrellas que mojan como lluvia
sobre la ciudad que duerme el corazón de un alto dios insomne
flota sobre el cielo estrellado y bosquejas el rostro oceánico
sobre las Organ Mountains sobre el planeta Tierra
como una nave extraña manchado de sueños y pesadillas.
que encalla en Las Cruces.
A la media noche
El ojo se posa sobre las montañas el ojo de toro triste
fantasmales y hermosas ojo divino
ebrias de sueño y noche y estrellas. aún te mira
desde las Organ Mountains:
Es el mismo ojo que te espía Luna ebria
en ciertas noches inciertas que finge el sueño
cuando caminas por las calles o la muerte.
o manejas por los llanos de Nuevo México.
150
El ojo hace gestos mínimos
te hipnotiza
y de pronto sientes el vaho frío y suave
en tu cuerpo de caminante
sientes una invisible boca oscura arriba
y no es el invierno ni el viento.
El ojo de clara de huevo

el mítico ojo de queso
el ojo del toro prieto
en el ruedo de la noche
no duerme
y te mira fijamente:
un pesado rostro frío
es la noche
con sus poderosas mejillas.
Mientras caminas y caminas

dibujas en tus ojos ebrios
los pies callosos y los brazos giganteos
Ángeles del Otoño y sus bracitos tiesos.

Para Nubia, àngela y querubina
¡Ven a verlos!
se revuelven con el viento
April is the cruellest month, breeding aves de pálida luz
lilacs out of the dead land… descienden
Thomas Stearns Eliot
The Waste Land bajo los árboles
ablandan
al corazón más duro
Buscad, buscadlos: con su savia invisible
en el insomnio de las cañerías olvidadas, entre la tierra estéril
en los cauces interrumpidos por el silencio de las se hunden y se hunden
basuras. profundo
R. Alberti en el lodo más frío
Sobre los ángeles renacen
en la primavera
Otoño engendra fruto luminoso o tallo tierno.
diluvios de hojas
doradamente tristes
árboles de huesos grises
paraísos repentinos
en parques o baldíos
151
de Las Cruces
refugio de niños
y solitarios
y viejos.
Entre las hojas

a veces se oyen vocecitas
voces de ángeles y querubines
se miran también
sus melenas súbitas
entrelazadas
ángeles agónicos
quebradizos
como hostia rancia
ahí están
diseminados
sobre la hierba
moribundos peces
náufragos de Dios
implorando al cielo
con sus bocas arrugadas
Piedras de río chapotean a ratos e inventan chistes burbujeantes

Para Grecia, con ranitas galgas y traviesas
por su voz de pez dulce
y tienen hijitas de colores
Diferente que el de los trenes tiernas niñas de confeti y pastel.
es el viaje que hacen los ríos.
Joao Cabral de Meloneto Las piedras son el perfecto arcoíris
POESÍA - QUIVIRA
El río
de un cielo transparente
que se deshace en cabellos de agua.
El agua las acaricia
Al norte de Nuevo México
como quien acaricia un durazno de pulpa abierta
el Río Grande corre con insaciable belleza
el agua las imagina
salvaje y plenamente agreste
como quién pinta un poema de colores
con su geografía libre y sin nombre.
en el corazón de un ángel.
Un viajero contempla las aguas
y escribe en su amarillenta bitácora
Al sur de Nuevo México
la historia de un viejo río de su infancia
el Rio Grande corre hacia la frontera,
un viejo río de sueño:
se vuelve el Río Bravo,
divide ciudades, países y personas,
En su vientre blando
se convierte en barrera y herida.
las piedras nacen con tacto de luz y hierba
Al cruzar el Puente Santa Fe hacia el sur,
y se embriagan de cielo azulino y de agua pura y
un viajero lanza al río
viajera.
un puñado de piedras niñas
152
El río las acaricia con dedos de sueño
como quien siembra semillas o sueños
bajo el sol del mediodía
y la promesa del regreso.
en la tarde de tiernos oros.
Las piedras son juguetitos simples

flores de fuego dulce
frutas de color pastel
conchas de un mar sin arrugas
panecitos de piel silvestre
labios de vírgenes.
Los peces niños nadan entre las piedras

y saborean dulces de colores
graciosos chicles de nube y estrellas
con el ombligo de su imaginación
con aletillas de cristal y risas frescas.
Las piedras son jabones que lavan y lavan

el vientre eterno del río viajero
y nunca se desgastan y huelen a sol manso.
Las piedras comen lama y hierbitas
153
Actum Confessionem.
María
Elena Ortiz Chávez.
POESÍA - QUIVIRA
POESÍA | 2006
SEMBLANZA
Nace en Guanaceví, Dgo., en 1939. Realizó estudios de Contaduría, Ballet y Danza moderna. Ha publicado Tendedero poé-
tico (1995), Insomnio (1996), Químicamente Puras (1997). Dentro de sus reconocimientos se cuenta la mención honorífica en
la categoría de Poesía, en el Certamen Manuel López Dávila (1996); obtuvo el segundo lugar en poesía en el Certamen Martín
H. Barrios Álvarez (1997); primer lugar en los Juegos Florales por los 300 años de Nombre de Dios Chihuahua.
Lacandona en un pantano que confunde

un soquete de llantos infinitos
Lagarto de palabras negras sube
rasgando el pensamiento baja allá
como la noche que avanza cautelosa aquí
gigantesca pantera de hierba ahora
154 Se diría que hoy tiene miedo en la garganta de una flor
de no ser por el viento que la arropa [un grito queda suspendido
para entrar en la selva. en esta noche la pantera de mil rostros
Para entrar en las chozas de todos los fantasmas tiene miedo de avanzar
que no hablan ni ríen
y que apenas musitan.
Sus ojos tristes

son dardos que fallan el blanco
y que se pierden más allá de la tortilla
y los frijoles que no terminan de cocerse.
El día ha pasado de la inercia al miedo.
Sólo para contemplar al sol y a la tierra
[que no siembran
a esa larva que les come los ojos
y el estómago.
Para ellos no saben lo que pierden.

A lo lejos están las metralletas
[y su vociferar de muerte
muerte muerte muerte
Mi vida en cash
Aquí donde estoy
espacio comprimido
por etiquetas gastadas
Tercer Blues
quien me puede entender
quien me ha entendido nunca
En su ritual de sangre el sol desapareció callado

dejando paso al fuego azul
nadie
veladora de la noche.
Bajo la cera luminosa
Hablo un lenguaje que no comprenden
el silencio con su aliento de eucalipto
de algo que a nadie gusta
blues negro que embruja.
que “Era el día de los crisantemos blancos”
El velo de luciérnagas nos cubre
[ –diría Rilke–
juega
que “nací para robar rosas de las avenidas de
con nuestros cabellos
[los muertos”
que caen con descuido al ritmo de su latido tenue
–diría Bukowski– y eso que
tenue
tenue
Por qué no tuve ni tengo
con nuestras sombras
la valentía suficiente
arlequines que danzan en una llamarada
para romper esa línea magnética 155
y ríen impúdicos mostrando su pálida desnudez
que no me deja cruzar
deslizándose
a otros mundos
abrazados
a trazar mis senderos
abrasados
o será
abrazados
que he amado demasiado
en el tobogán de lumbre.
primero a mis padres después a mis hijos
Con la daga del frío viento
ha sido más fuerte ese sentimiento
se quebró tu cuerpo de cristal
que mi pasión por ese arte al que no he
tu respiración y tu piel estallaron
[podido llegar
[ráfaga de angustia en un gemido
ni siquiera quedó la pavesa de tu sombra
Música puede haber sido concertista
fuego fatuo
pero le arpegio cien veces repetido
sólo la vela macilenta extinguiéndose
pesó mucho en mis hombros de niña
como una escarcha cremosa
Danza pude haber sido bailarina
entre mis dedos aún tibios
más el “Grand jeté” en el aire frío
con un calor inexplicable.
volvió de hielo
mis tiernas alas
Tenía aptitudes
podía ser brillante
–dijeron los maestros– Ese vientecillo frío
Eso ayer Que me molesta al atardecer

pasado–escalpelo subversivo hace calor lo sé
en mi recuerdo me da una melancolía
Y ahora qué pasa con el ahora que daña mi espíritu
POESÍA - QUIVIRA
¿Dónde estoy? y comprendo que sólo soy un parpadeo

en el intervalo espacio y nada una exhalación
y muchas muchas veces
¿No encuentra la soda señor? ya no tengo ganas de vivir
ahí a su derecha ¿para que?
agua al tiempo
en la caja señora sí en esa Tengo rápido que ocupar mi mente
Permítame diez cincuenta hacer algo pronto pronto
gracias no puedo ni debo seguir
quince exactos gracias únicamente pensando
de usted son veinte pesos gra- más cuando no se piensa en nada
cias cuando has deci-
dido
El día sin fin que ya te cansaste
con gente idiota y te duele todo
pensando en todo y todo te da lo
156 o angustiada mismo
soy muy abrupta al juzgar
pero que se yo de lo que abate Y no te importa
a cada persona que entra a mi registradora que el techo se esté derrumbando
que las puertas de los gabinetes de la cocina
Tengo que comprender están desbaratándose
que todos que todo es caos
con nuestra luz y sombra y tú no puedes ni quieres hacer nada
somos efectivo definitivamente estás cansada muy
cansada
Y estamos en el mismo mundo hasta hablar que flojera
sin oferta y son apenas las ocho de la noche
y sin cambio
Este día ha sido temerario e infinito
todavía hay tiempo de fumar tres cigarrillos
y tomar un vaso de coca cola light
esos tormentosos kilos de más
que se han acumulado y se resisten a perderse
Caminas y haces bicicleta

y te lo tomas muy en serio un mes
(ni modo perdiste la disciplina)

Luego simplemente estás cansada cansada
te dejan de importar
y sigues en esa órbita ineludible
Me importa ejercicio fruta austeri-

dad
La confesión
no me importa café con crema mucha crema chan- “Porque para decir una cosa
tilly no hay dos voces.
Sólo hay una.”
en las tardes de taller con el maestro Camille Lemonnier
y una exuberante rebanada de pastel Novelista belga
o hamburgesota de queso porque eres veg- 1844-1913
etariana
J
pero hoy estoy cansada Me gustaría llevar el rosa
ya no quiero acordarme bueno tal vez el azul
ni escribir no con el negro luciría más elegante
para qué ese vestido es bel-
lísimo.
Las zapatillas el bolso
todo combina perfectamente.
157
Con este aroma tierra mojada
que me recuerda
una noche de ojos
y oídos alertas
mudos testigos de tantas cosas.
O
Se fracturó el alma.
Los pedazos rodaron
al compás de mis pisadas
por la calle de tierra
en el amanecer de cualquier día.
El asfalto indiferente
todavía no la ha hecho prisionera.
En mi cabeza
las emociones se atropellaron
en vértigo impaciente.
K
Es un hombre atractivo
POESÍA - QUIVIRA
niño juguetón
que ha guardado sus angustias
en el clóset
en la alacena
en el tapete.
Si los muros hablaran
tal vez me hubieran contado
de llanto
de miedo
de hambre
la ansiedad quimérica
espejismos burlándose en la mesa
en el sofá en la puerta G
haciendo guiños de mala intensión. ¡Espérenme! ya voy
nada más me faltan
mis anillos de brillantes
158
Y
Con la angustia punzando el pensamiento
con una sombra en el corazón
me alejé de todo.
La incertidumbre de impotencia
aguijonea mi sensibilidad
quisiera que hubiese sido
un mal sueño.
Pero humana que soy
¿cuánto tardaré en olvidar?
Piscis
(signo brumoso-ambiguo)
Galerías insondables
de mi cerebro
en disfunción
que me perturban
me confunden
Rayos y centellas
en la explosión negativa
de todo mi ser
Urano el gran sabio
arribando en mi mar
me hizo darme cuenta
debo estar pendiente muy pendiente
Certidumbre ahora
en este instante que dependo
de una diminuta pastilla rosa
(veinticinco mg. de Clorhidrato de Maprotilina)
¿De quién este desastre que me tocó en herencia? 159

Incógnita perversa
que me agrede
y que no hay nadie
que pueda contestar
Así nací
así soy
Dios –mi Dios–
es el único que podría hacerlo
¿pero entendería?
…si me contestara
Es sábado
son las seis
y hace frío
Quisiera ser como el camaleón
Para cambiar sombra adheridas a mi memoria

recuerdos adaptables al terreno

días de sangre fía
poder decir a los reptiles de humo
que ya deben descansar en paz
Mis demonios transmutarlos en luz

POESÍA - QUIVIRA
Los reflejos en cosas tangibles

Las mariposas que vuelan siempre a mí alrededor
ponerlas quietas en el espejo
Las miradas y risas perdidas en los cajones del chifonier
El sol de la madreselva y el jazmín que ya no existen
guardarlos en frascos dorados
La inteligencia de mi perro Pablo
grabarla en un CD
Retroceder la película volverla a editar

¿valdría la pena cambiar? yo me adapté
o todo se adaptó a mí
¿habrá segunda parte?
¿tendré tiempo de hacerla?

160
Madre
Mujer vestida de sol
coronada de estrellas
Señora del silencio
de la humidad
del amor
Gracias por tu “fiat”

por ser esa persona tan singular
por haber venido a decirnos
que a nosotros mexicanos
nos tienes en un lugar muy especial
en tu admirable corazón
con tu Presencia maravillosa en esta tierra
Corazón que ama intensamente
pero que también tuvo ese inmenso
terrible dolor
Tu Hijo en la cruz
esa discreción a lo largo de la vida 161
de tu Divino Hijo
cuanto aprender de Ti
Madre que magnífica eres

María de Guadalupe ven
te necesitamos en este convulsionado México
danos tu auxilio
bendícenos aún más de lo que has hecho
haznos comprender que el amor y la comprensión al hermano
es lo que nos puede salvar en este torbellino
que se ha formado a nuestro alrededor
Danos la fortaleza de tu fe
tu esperanza
tu amor
Madre
envuélvenos en tu sagrado manto
Tengo que imponerme
Es tan fácil morir Al vacío que me invade

fiera salvaje al acecho
Torpes anudadas quiere destrozarme
mis reflexiones Horas perniciosas que transcurren
mariposas cansadas arrastrando su hocico cínico
Esos minutos de agua sin río
que enajenan evaporándose al calor de mi angustia
Ilumina la mente
tu recuerdo TV infinita
Ráfaga de luz ochenta canales y su bla bla bla
que aclara mis ideas ¡uff!
veo Ayer fumé y mastiqué chicle
162 a un mundo fascinante (cosas odiosas las dos)
a ese pesimismo inoportuno y he sentido donde estoy
lo araño en la más absoluta dispersión
lo pateo Que caos
o mi mente es la anarquía sin materia
que anhela ser ese humo
Hay que dormir de la pajilla de incienso
que forma sus arabescos precisos
y ¡paf!
En un parpadeo desaparece
en el vacío del vacío
163
La Otra Teología.
Gabriela Borunda.
POESÍA | 2004
POESÍA - QUIVIRA
SEMBLANZA
Xóchitl Gabriela Borunda Flores, nació en Chihuahua, Chih., en 1973. Realizó estudios en Ciencias de la Comunicación
(UIAN 1994-98) y maestría en Educación (CIDEC 2000-02). Ha colaborado en diversas revistas: Tierra adentro, Blanco Móvil,
Fronteras. A la fecha tiene publicados los siguientes títulos: Biografía de Luz (1993), Balda del Silencio (1995), El canto de la
brujas (1998), Poemas de ida y vuelta (1999), Corazón de Sade (2000). Ha obtenido los siguientes premios, becas y recono-
cimientos: becaria del Fondo para la Cultura y las Artes, en la categoría de creadores jóvenes (1997); Premio Nacional de la
Juventud, en el área de creación artística (1997); Juegos Trigales del Valle del Yaqui, primer lugar (1998, Instituto Sonorense
de la Cultura); Medalla Dolores Castro, premio de poesía femenina (1998, gobierno del estado de Oaxaca), Premio Chihuahua
en poesía (1999).
Manuscrito del profeta sin utopía con la luz de mañana:

para sentir el vacío químico de mí sangre
(compañerosdelpartdidocomunistatodosjuntosenlain-
ternacionalcontuyanoquieroyconmiaapenaspuedova-
las sulfurosas aguas del vacío hierven sobre mi
mosjuntoscompañero) pecho cuando te alejas
164 y la vida es tan dulce como siempre:
I se que estás muriendo –que no morirás sobre mis
brazos
Mi cabeza dando vuelta en los páramos y la muerte colocará mi nombre en tu garganta
del alcohol justo cuando se acabe el aire de tus pulmones- que
y miro el altísimo arco de la sinagoga: yo muero también
escribo estos versos escondidos en mi pulso y que es nuestra culpa pero no lo es:
porque amar es una vergüenza nadie nos enseñó a vivir
la vida no puede seguir un corazón de azúcar perfumada es una cruel ca-

y sigue tu paso por la acera: sualidad
esta es una pobre y fallida canción de cuna alguien que no quiere barrer tu corazón de falso
cantada en lo oscuro diamante
y clandestino con los despojos del amanecer:
(en la cama donde nos arropamos cuando nuestros
padres no están) cuando mis padres vuelvan de vacaciones
para un hijo que espero cuando nadie lo espera mamá lavará estas sábanas
un niño cuya cuna hice con los huesos y se irá por la cañería
de otros niños: todo lo que en la oscuridad pudo parecer sagrado.
vivo para ver como te alejas

III
Con los naufragios
y el café negro de la mañana
uno pierde el cuerpo amado
nunca el amor:
mala suerte
uno pierde los días

y el amor a la patria:
II
Despertó sobresaltada por aquel terrible sueño
uno pierde la inocencia
alguien le encendió un cigarro
el amor a la poesía
y desde luego
tejía la cordura que le faltaba:
la fe en los poetas:
tejió las velas del barco
los días de zarpar
dibujó con nudos el azul cobalto de los piélagos:
Joaquín Sabines
el peor poeta de la adolescencia
Preparó la maleta de ambos
yo soy el pero seductor del mundo:
se olvidó de pretendientes y sudarios
165
Tanto horror es inmerecido
asumió los rostros de la fatalidad
para una sola estirpe:
subió al barco:
Llego tan a destiempo
y te amo de tal forma
Ulises se detuvo en cada isla
cualquiera pensaría que quiero marcharme
ella esperó hasta la madrugada
(de puro cobarde que soy)
la única diferencia fue que
para besar las llagas de Sandino
una historia tan obvia
el santo rosario de la guerrilla
jamás fue contada por ningún ciego:
El mundo se esta borrando:
Cuando nada llega a tiempo
Penélope estabas con los que perdieron
la música la mies
pero no te oí llorar:
la erección
te limpias los mocos
con la servilleta
donde escribiste un poema:
la Utopía no vale tanto como nuestro amor

Ella cerró los labios
y el cerró la mirada:
IV
La sirena de los sueños
se me pierde
su voz no me llama
al arrecife donde el subconsciente borda tu imagen:
Se que soñé contigo

que muchas veces
en un fragmento de sueño mil veces soñado
alcancé tu nombre:
Un relámpago de primavera
atraviesa el desierto de mi memoria:
166
Olvido es el único misterio
lícito al desamor:
Saltarán oscuros relámpagos
de cada navajazo
Sombras de sombras
seguirán tu sueño
y tu sueño será tu muerte:
Unas cuantas cosas verdaderas

que ya son mentira:
Una muestra de folklore en tubo de ensayo:
Fin de la utopía
Los niños acostumbrados a la navaja del sol

Jamás verán el amanecer
V
(Alicia de perfil sin espejo)
Alicia ya ves que es inútil tratar convertirse en bacteria

de nada sirve esconder la sonrisa tras el espejo.
Alicia dónde esta la reina de corazones,
la que tañía el tiempo con el laúd de tu corazón
Ahora que ya no puedes tener fe,

amor pesimista,
comprenderás porque te dije:
cuando se terminen los caminos
cuando veas las columnas que anuncian el mundo a tus espaldas
cuando entiendas que el amor es aquella isla que siempre dejas tras de ti
entenderás que en reino del vacío
únicamente la furia puede volar;
aquella que sostiene tus tobillos, mis tobillos,
carcomidos por la muerte:
radiografía de un barco hundido, madera podrida
que engendra leyendas de amor y atroces muertes bajo la sal del mar.
Mientras subes al cadalso

las dulces manos de la furia sostienen tus tobillos.
167
Niña has envejecido,
entiende que en este siglo todo sueño es clandestino,
y que sólo es joven quien ha renunciado de una vez y para siempre
a lo que sea que se tenga que renunciar.
Alicia no te queda más remedio que volverte invisible, tu [que tienes piel de
Cuarto menguante y maligno conjuro ¿dónde podrías esconderte?
Aunque no puedas:
aunque deslaves tu piel y deshagas tu rostro con el ácido corrosivo del llanto
no pasarás inadvertida... amar es tan subversivo.
Alicia entre los muertos del 68

entre disfraces de libertad
con veinte zarcillos colgando en la nariz
con cincuenta mil anuncios comerciales grabados en una sola neurona
con quince mil ideologías de pacotilla en una sola guitarra
-Cómo quisiera ser la estrellita marinera donde naufraguen tus miradas-
-Oye, te doy mi autógrafo-
Alicia no queda nada al otro lado del espejo.

Y cuando me pregunten porque volví
le diré al verdugo: es la furia asida a mis tobillos
y me importa un bledo si la historia no te juzga.
VI
(pero Alicia ya no me escucha)
Lobo estás ahí ¿si o no?
Y me pongo de frente a la mariposa y le digo
este cuchillo te hace reír
168
La persistencia de la presencia “Quivira”, Tomo de Poesía parte de la Antología de Creadores
COMPILADOR DE TOMO: Rogelio Treviño
INSTITUTO CHIHUAHUENSE DE LA CULTURA

Antología de creadores. Colección de tomos
Se imprimió el (FECHA DE IMPRESIÓN)

en: (DIRECCIÓN E INFORMACIÓN DE IMPRENTA)
TEL. DE IMPRENTA
La edición consta de XXXX numero de ejemplares
COORDINACIÓN EDITORIAL:
Nombre de Coordinador
JEFE DE REDACCIÓN:
Nombre de jefe de redacción
DISEÑO GRÁFICO, EDITORIAL & GESTIÓN GRÁFICA DEL PROYECTO A CARGO DE:
SKARAV arte y diseño
LDG. Antonio “Skarav” Mariscal Gallegos
Teléfono: (614) 4147566, Cel. (044614) 2790635
Correo electrónico: [email protected]
Apoyo en vaciado de textos & maquetación en este tomo: LDG Luis Alonso García Muñoz
Ilustraciónes:Francisco Léon Lerma (Pags. 7, 14, 21,67,77,83,117,141 y 169)

Antologia de Creadores PECDA

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TOMO: La persistencia de la presencia “Quivira”, parte de la Antología de Creadores

Primera Edición: 2010

INSTITUTO CHIHUAHUENSE DE LA CULTURA

©Instituto Chihuahuense de la Cultura

Impreso y hecho en Mexico

José Reyes Baeza Terrazas

Autoridades del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA)

“Del Desierto y el Exilio (Vox Clamantis in Deserto)”. ERIK FALCÓN.

LEYENDA ORIGINAL ESPAÑOLA

Las palabras pertenecen

Prólogo resultar nada.

Este ritmo de riel que me subyuga, 23

A LOS CAÍDOS DE LA REVOLUCIÓN

La hiena criminal empecinada

1 Colección Solar, serie “Jardines Colgantes”, Instituto Chihuahuen-

Llego metido en una cápsula de fuego

La belleza del fuego y del agua

Reverso de la vida. La belleza del agua

ODISEO ANTE EL ESPEJO.

Olvidar del tiempo esta silenciosa orgía del pensamiento,

Llega hasta aquí

A mi primo Bernardo Montes Torres

Batir de puertas en penumbra los arenosos párpa-

Va redondeando un círculo el destino

Un impulso de rayo lo levanta (tempestad en el

Entre raídas nubes Arranca entonces de cuajo la pasión

Cruje ávida la tierra Y las canchas del maíz

para el bendito apetito de los peones

Un bote de crema perfumada

pagados con el exacto fruto del esfuerzo

La dorada prosperidad de los rancheros

¿con qué alegría recordar todo aquello?

EL REFUGIO DEL AIRE.

Una muchacha Rarámuri algo vivo

54 Se llamaban los Pilares del Mundo

Ella toma el brazo de un esqueleto y le parece muy

Todo es tuyo, lo supiste mientras vivías yo hubiera querido nacer

el espíritu nos reclama

todas las oraciones van y vienen del mar

el fuego y el maíz de nuestra carne

la gente salía del súper mercado

Hallazgo de esa palabra en mi boca

¿Qué pensar ante esta calavera bestia

Pensaré en ese cráneo Yo escribo casi 10 años después del hallazgo 59

qué te puedo decir que no haya sido dicho de me-

nada, sólo te repito, repito al sol que no pudiste

erguida y soñando en el abrigo de la carne

en pasados inviernos Hoy a tantos años de que un remolino

allá en lo alto pero piensas en esta trampa prodigiosa

La vestidura del dios

Clama, eleva tu voz

(así les hablaba

Había que rezarle a aquel que se vestía

Tengo todo tan lleno Giro,

Quien te sigue, sombra,

Es que no sé aun. Escucho.

El ritmo En cada parte interna

Ámbar en la orilla en donde la luz cubrirá

Cantata para una pausa de dos vidas