Leyenda Arequipeña

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Leyenda Arequipea:

El Puente del Diablo


En Arequipa existe un puente llamado "Juan Pablo II" que se encuentra al final de la
avenida Ejrcito, en el lmite con Cerro Colorado. Antiguamente se llamaba "El puente
del diablo".

Se dice que en ese lugar exista un restaurante no muy concurrido, y la duea decidi
contratar una hermosa jovencita para atraer la clientela. Al darse cuenta que esta
seorita estaba embarazada, decidi convencerla de someterse a un aborto. Luego de
la operacin lanzaron al feto bajo el puente (El cual an no tena nombre alguno).

Luego de varios aos, la joven paseaba cerca del puente cuando escuch el llanto de
un beb y se acerc a averiguar qu pasaba. Conmovida, pens en qu clase madre
podra haber abandonado a un pequeo siendo tan indefenso. Cuando ella levant al
beb, los llantos se convirtieron en gruidos, y este empez a araarla y golpearla,
pues haba recogido al mismsimo demonio. Atrapada en la desesperacin, corri al
puente y lanz a la criatura infernal.

Posteriormente, la mujer se volvi loca, muchos afirman que en castigo de haber


abortado y arrojado a su hijo debajo de un puente.

Luego de ese incidente, el puente fue bautizado como "El Puente del Diablo",
posteriormente cambi de nombre a "Puente Juan Pablo II".
La sirena del Puente Bolognesi: La leyenda
arequipea que lleva a los hombres a la
perdicin
Cuenta el portal "Leyenda de Arequipa" que los pobladores de la ciudad del Puente
Bolognesi, aseguran que en pocas de lluvias y al llegar la medianoche, se puede
observar la aparicin de una bella mujer de hermosa voz encima de la enorme piedra
que est al pie del puente en pleno lecho del ro.

La Sirena era una mujer que esperaba a su amado cerca a una escalerilla que rodeaba
la acequia, junto al margen izquierdo del ro Chili. A una hora precisa, la mujer con cola
de pez haca su aparicin en el ro y a la vez, apareca un hombre desnudo en el
callejn Ibez, arrastrando unas cadenas y subiendo un poste. Se piensa que es era
para divisar a su amada. Poco despus, el enamorado humano hace su recorrido,
bajando a la casa que colinda con el ro, para perderse en medio de la noche y
encontrarse finalmente con la ninfa de las aguas que lo espera en medio de cnticos y
tenues luces que se dan paso en tan descomunal piedra.

Antes de que aclarase el da, cuentan otros vecinos, que la piedra se converta en una
morada llena de bonitas muchachas que salan en espera de algn inocente hombre
para llevarlo a sus dominios. Asimismo, se dice que dichas sirenas eran las causantes
de que muchas personas se arrojaran desde lo alto del puente contra el lecho del ro.
El hijo del Misti
(Arequipa)
Un da la corteza terrestre vio nacer a un cerro llamado hijo del Misti, por
estar muy cerca de su padre. El padre de alegra expulso cenizas, vapor de
agua, lava fuego. Al finalizar la cresta de la tierra se vio mortificada, el
padre haba perdido en ese alborozado momento, la parte cnica de su
belleza singular. Con el transcurso de los aos, la alarma creci el misticito
estaba Un creciendo en un lugar mal ubicado, donde provocara que su
padre erupciones y adems el Chachani pelee con el misticito, su sobrino,
para existir y como es normal su hermano el Misti saldra en defensa de su
hijo y se producira un gran enfrentamiento y la pelea se expandira al
Pichu Pichu y otros volcanes.

Los primeros en evitar que este siga creciendo fueron los gentiles que
vivan en las laderas del ro chili, estos se abrumaron y pensaron que lo
mejor sera irse a vivir a otro lugar, pero del firmamento apareci unos
objetos brillantes, con muchas luces azuladas, verdosas, estas naves
silenciosas bajaron y se posaron muy cerca de los gentiles, de esta salieron
unos hombrecitos pequeos del tamao de los gentiles, ellos hicieron
amistad conversaron lo necesario y ambos se despidieron a cumplir cada
con su promesa.

Todos los gentiles bajaron de la superficie de la tierra varios kilmetros y


as llegaron al centro de la tierra. Ellos pronunciaron palabras mgicas con
lo que consiguieron atraer mucho oro en los bolsillos.

Al regresar a sus casas empezaron a fabricar con este mineral eslabones


abiertos a su extremo, tal como era lo convenido con aquellos,
Hombrecillos.

Pasaron varios meses hasta que un atardecer todos los gentiles caminaron
en direccin al Misticito y all se reunieron llevando sus eslabones y ms
noche ya haban formado una larga cadena de oro, con lo que
encadenaron al hijo del Misti con varias vueltas. Al finalizar esta promesa,
las naves silenciosas al ver que los gentiles haban cumplido su promesa
empezaron a lanzar desde sus naves un rayo de fuego a la tierra abriendo

grietas profundas y as fue como cortaron las races del Misticito.


Terminando con esta promesa ambos se despidieron y muy satisfechos.
Han pasado miles de aos, los gentiles han desaparecido de la faz de la
tierra, el Misticito empez a hacer fuerza queriendo romper la cadena, y
por las noches se vea desde lejos que el Misticito botaba leguas de fuego
por la cintura y adems se escuchaba de l "voy a crecer tan grande como
mi Padre".

Un arriero que fue testigo de esto, se dirigi a la ciudad a decir a todos los
arequipeos, que el Misticito tiene mucho poder y que todos de la ciudad
deben evitar su crecimiento cruzando su cuerpo con fajas de fierro,
amarrndolo y as nunca llegue a ser como su padre el Misti.

Fue un padre Sabuesa quien detuvo el crecimiento del pequeo volcn,


mandando a construir unos enormes zunchos de fierro y con ellos amarr
al Misticito de tal manera que ya no pueda crecer.
EL FRAILE SIN CABEZA
Una leyenda de Arequipa del siglo XIX, nos cuenta sobre el diablico andar
del "Fraile sin cabeza". Un alma en pena, a veces gravitante, que se saba,
por toda la ciudad, recorra de lado a lado el callejn de la Catedral y
siempre al amparo de las doce campanadas que dejaba or el reloj de la
torre. El espectro, decan quienes haban tenido el valor o la mala fortuna
de encontrrselo, se mostraba ataviado con un viejo hbito franciscano y
en cuyo interior del alargado capuchn que deba cubrirle la cabeza, slo
se poda entrever una profunda oquedad, una sombra provocada por el
vaco. La leyenda -o por lo menos una de las dos versiones de la misma-,
cuenta que el espectral personaje haba sido decapitado por el hijo de un
noble espaol, quien por un desacuerdo intrascendente, haba reido con
el fraile y en medio del calor de la desigual contienda, la cabeza de ste
ltimo haba sido cortada de tajo; a causa del fuerte golpe que le propin
el hijo del noble con la espada. El lamentable acontecimiento haba
ocurrido en el callejn de la Catedral, del lado que antiguamente daba a la
"Casa Forga". Se cuenta adems que el religioso haba sido enterrado sin
su respectiva cabeza, pues al momento de la decapitacin, un perro la
haba mordido y llevado a esconder en algn recoveco de los alrededores.
Era por esto, refieren los abuelos, que el fraile andaba vagando en busca
eterna de su cabeza. Tal vez la modernidad, al parecer, aplac su
constante deambular; o quiz finalmente encontr lo que tanto andaba
buscando.
LA MANO DE LA CONDENADA

Una leyenda nos cuenta sobre una muchacha condenada, que


despus de tres das de haber sido sepultada en el cementerio,
inici su espantosa labor de mostrar, de vez en vez, una de sus
plidas manos por sobre la tierra; como si quisiera agarrar o
asirse de algo o de alguien. Fue en este afn que el sepulturero
del lugar se percat, no sin llevarse menudo susto primero, del
inusual acontecimiento, y fue a dar aviso al cura del pueblo, para
que ste pusiera fin o santo remedio a tal gnero de situaciones
de ultratumba. Cuando el curita, al ir al cementerio, confirm el
suceso, sin quererlo fue vctima de la mano que cogi
fuertemente uno de sus pies; lo que lo llev, desesperadamente,
a defenderse de los terribles jalones y araazos de la condenada;
esto gracias a la ayuda de un ltigo que haba tenido a bien
llevar. Una vez resuelto el impasse, no tuvo mejor idea que
acercarse a la casa de la madre de la muchacha, y preguntarle
cmo haba sido la susodicha en vida. Al saber el cura sobre los
acostumbrados maltratos que durante dieciocho aos tuvo por
costumbre recibir la madre, resolvi con el consiguiente permiso
de los familiares desenterrar el cuerpo de la condenada -esto con
ayuda del sepulturero-, y volverlo a meter en la fosa; pero esta
vez boca abajo, para que molestara slo a las almas del infierno

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