1.estructuras Anatomicas (Craneo)
1.estructuras Anatomicas (Craneo)
1.estructuras Anatomicas (Craneo)
Las estucturas anatomicas forman parte fundamental de la anatomia, ya que es la ciencia encargada de la descripcion, analisis
y estudios de los diferentes organos y estructuras que componen el cuerpo humano.
Las estructuras anatomicas al estudiarse desde un punto de vista microscopico nos evidencia de forma descriptiva diveros
sistemas y aparatos que conforman el cuerpo, y de manera topografica, lo hace dividiendo en diversas regiones que poseen
funciones importantes en el sosten y equilibrio del esqueleto humano.
La estructura básica del cuerpo humano está comprendida por varias zonas o regiones (anatomía topográfica) que son parte
fundamental para el equilibrio y sostén del esqueleto, y ella son:
1. LA CABEZA
La cabeza y el cuello son dos ejemplos de la pareja perfecta en anatomía en cuanto a forma, función y complejidad. El cuello es
lo suficientemente resiliente como para sostener los 5 kilogramos de peso de la cabeza las 24 horas del día, pero al mismo
tiempo es lo suficientemente móvil como para permitir el movimiento de la misma en muchas direcciones distintas. Por otro
lado, la cabeza es bastante durable y esto le permite proteger la frágil estructura del cerebro, mientras que su intrincado diseño
permite el paso de una compleja red de nervios y vasos sanguíneos.
En este artículo aprenderemos sobre la anatomía de la cabeza y el cuello y sus componentes; tales como
el cráneo, ojos, dientes, nariz, oído y cuello. También hablaremos de los nervios y vasos sanguíneos más importantes
pertenecientes a cada una de estas regiones.
2. CRANEO
La cabeza y el cuello son dos ejemplos de la pareja perfecta en anatomía en cuanto a forma, función y complejidad. El cuello es
lo suficientemente resiliente como para sostener los 5 kilogramos de peso de la cabeza las 24 horas del día, pero al mismo
tiempo es lo suficientemente móvil como para permitir el movimiento de la misma en muchas direcciones distintas. Por otro
lado, la cabeza es bastante durable y esto le permite proteger la frágil estructura del cerebro, mientras que su intrincado diseño
permite el paso de una compleja red de nervios y vasos sanguíneos.
Como puedes ver en este diagrama, hay numerosos huesos del cráneo que debemos estudiar. De hecho, el cráneo tiene veintidós
huesos en total, algunos de los cuales vienen en pares:
3. HUESO ETMOIDE:
Un hueso pequeño de forma cúbica que limita lateralmente a la órbita, superiormente a la fosa craneal anterior e inferiormente a
las cavidades nasales.
El hueso etmoides del cráneo es un hueso poroso y único que contribuye en menor medida con la porción media
del neurocráneo. Su principal contribución es con el viscerocráneo, ya que conforma la región facial media del cráneo,
colaborando con la formación de la órbita, cavidad nasal, tabique nasal y piso de la fosa craneal anterior. El hueso etmoides
es una pieza importante del cráneo, especialmente debido a la lámina cribosa, la cual permite el paso de las fibras
olfatorias para que podamos percibir los olores. En este artículo examinaremos la anatomía, estructura y funciones del
hueso etmoides.
Anatomia
Laberintos etmoidales
Los laberintos etmoidales se encuentran en ambos lados laterales (externos) y contienen numerosas cavidades pequeñas
con celdillas etmoidales que comprenden los senos etmoidales. Las celdillas etmoidales son estructuras importantes del
cráneo, responsables de la sensación del olfato, humidificación, fonación y ventilación.Los laberintos también forman dos de las
estructuras prominentes de la cavidad nasal: los cornetes nasales superior y medio del hueso etmoides. El hiato semilunar
separa la bulla etmoidal y el proceso unciforme, constituyendo la conexión entre los senos frontal y maxilar con las celdillas
etmoidales anteriores.
Lámina cribosa
La lámina cribosa (del latín ‘cribiforme’ = perforada) está dentro de la escotadura etmoidal del hueso frontal y conforma el
techo de la cavidad nasal. Como su nombre sugiere, la lámina cribosa comprende numerosas aberturas mediante las cuales
las fibras olfatorias de la cavidad nasal atraviesan hacia la fosa craneal anterior. La hoz del cerebro se inserta en la crista galli,
una pequeña protrusión vertical por encima de la lámina cribosa. El bulbo olfatorio se encuentra sobre dos surcos laterales a la
crista galli. Lámina perpendicular.
Lámina perpendicular
La lámina perpendicular es una lámina delgada que transcurre verticalmente desde la lámina cribosa. Inferiormente se une
al cartílago del tabique nasal, por lo que forma parte del tabique nasal.
Relaciones
El hueso etmoides es un hueso esponjoso e irregular del cráneo. Se localiza anteriormente en la base del cráneo y contribuye
a la formación de las paredes mediales de la órbita, tabique nasal, así como techo y paredes laterales de la cavidad nasal.
Debido a su ubicación central dentro del cráneo, el hueso etmoides está en contacto con 13 huesos del
cráneo (huesos frontal, esfenoides, palatinos, maxilares, nasales, lagrimales, cornete nasal inferior y vómer).
Desarrollo óseo
Los huesos etmoides y esfenoides se osifican por completo mediante la osificación endocondral. En los recién nacidos, los
laberintos etmoidales son relativamente pequeños y tanto la lámina perpendicular como la lámina cribosa consisten
principalmente en cartílago. Esta última comienza a osificarse al primer año de edad y se fusiona con los laberintos a la edad de
dos años para formar un solo hueso etmoides.
4. HUESO FRONTAL
El hueso frontal del cráneo forma la suave curvatura de la frente y protege importantes estructuras como el lóbulo
frontal del cerebro y la lámina horizontal del hueso etmoides conocida como lámina cribosa que da paso a través de su
superficie perforada a los haces del nervio olfatorio, haciendo posible el sentido del olfato. El hueso frontal forma parte de
tres regiones de la cabeza: la frente, la órbita y la nariz.
Como el hueso frontal es el hueso más anterior del cráneo, se relaciona tanto con los huesos adyacentes
del neurocráneo como con los huesos más superiores del viscerocráneo.
En este artículo se explicará la anatomía del hueso frontal: características, porciones y reparos óseos.
Escama
Porción orbitaria
Porción nasal
Escama
El área más grande del hueso frontal es la escama que comprende el área de la frente. Esta contiene a los senos frontales que
están ubicados hacia superomedial de la órbita y están separadas por un tabique.
El borde superior de la órbita (borde supraorbitario) contiene la incisura supraorbitaria por donde pasan los vasos y el
nervio supraorbitario. Los arcos sobre estos son conocidos como los arcos superciliares (latín “cilia”= pestañas). Sobre la
raíz de la nariz encontramos una cara lisa y ligeramente elevada conocida como glabela. Los procesos cigomáticos emergen
caudal y lateralmente desde la escama y se articulan con el hueso cigomático.
Porción orbitaria
La porción orbitaria forma el techo de la órbita hacia lateral y hacia medial, alrededor de la incisura etmoidal, pueden
encontrarse hemiceldillas que ayudarán a conformar los senos etmoidales. La espina troclear sirve como lugar de inserción
para el músculo oblicuo superior en el ángulo medial del ojo.
La porción etmoidal comprende dos orificios: el foramen etmoidal anterior (para los vasos y nervio etmoidales anteriores)
y el foramen etmoidal posterior (para los vasos y nervio etmoidales posteriores).
Porción nasal
La espina nasal está formada por la unión de la porción nasal del hueso frontal con los procesos frontales del hueso maxilar
y los huesos nasales.
Límites
El hueso está rodeado por al menos 7 huesos con los que se articula. Los huesos adyacentes y sus suturas correspondientes
son:
Desarrollo óseo
La osificación de las tres partes del hueso frontal es intramembranosa. Algunas veces se puede ver una sutura
metópica persistente recorriendo inferiormente la línea media del hueso frontal. Este es un remanescente de la sutura frontal
original que normalmente osifica a los dos años de edad. Otro vestigio que puede estar presente en la escama son las fositas
granulares. Estas son áreas finas que han sufrido reabsorción ósea debido a la presión generada por las granulaciones
aracnoideas que empujan la duramadre.
En recién nacidos, los senos frontales son simples cavidades pequeñas sin ninguna abertura. Estos comienzan su desarrollo a
partir de los dos años debido a la migración superior de las celdillas etmoidales (neumatización secundaria) hasta la
adolescencia temprana. Los senos frontales izquierdo y derecho se desarrollan independientemente, razón por la cual puede
existir un lado dominante y otro hipoplásico.
Fortalece tu conocimiento con el siguiente cuestionario sobre los huesos del cráneo.
5. CORNETES NASALES
Los cornetes nasales (también conocidos como conchas nasales) son láminas óseas ubicadas en la pared lateral de
la cavidad nasal. Existen tres cornetes nasales en cada cavidad nasal, denominados superior, medio e inferior. Estas láminas
se proyectan inferomedialmente y dividen estas en cinco conductos diferentes incluyendo al receso esfenoetmoidal,
tres meatos nasales (superior, medio e inferior) y un meato nasal común donde se abren los cuatro conductos laterales.
Los cornetes nasales superior y medio son procesos del hueso etmoides, mientras que el cornete nasal inferior está formado
por un hueso craneal independiente (del mismo nombre).
La principal función de los cornetes nasales es aumentar el área de superficie de las cavidades nasales para proporcionar
calor y humidificar el aire a medida que pasa a los pulmones. Esta función es posible gracias a la forma “en pergamino”
(enrollada sobre sí misma) que cada una de estas láminas óseas posee.
Este artículo estudiará la anatomía y función de los cornetes nasales.
Visión general
Esta imagen muestra la pared lateral de la cavidad nasal que exhibe tres láminas óseas curvas: los cornetes nasales superior,
medio e inferior. Los cornetes se proyectan medialmente hacia la cavidad nasal formando cuatro canales a través de los
cuales puede fluir el aire inhalado aumentando el área de superficie entre la pared lateral y el aire que pasa.
Receso esfenoetmoidal
Meato nasal superior
Meato nasal medio
El receso esfenoetmoidal es una pequeña depresión en forma de hendidura ubicada sobre el cornete nasal superior. Este receso
drena el seno esfenoidal (una cavidad llena de aire ubicada en el hueso esfenoides).
El meato nasal superior está ubicado entre los cornetes nasales superior y medio. El meato superior se comunica con
las celdillas etmoidales posteriores (estructuras llenas de aire ubicada en el hueso etmoides).
El meato nasal medio está formado superiormente por el cornete nasal medio e inferiormente por el cornete nasal inferior. El
meato medio es más largo y profundo que su contraparte superior. Este conducto se comunica con el seno frontal (una
estructura llena de aire ubicada dentro del hueso frontal) a través de un orificio en forma de embudo denominado infundíbulo
etmoidal. Además, drena el seno maxilar y las celdillas etmoidales anteriores.
Ten en cuenta que todos los conductos formados se conectan en el meato nasal común. El meato nasal común es un espacio
longitudinal entre los aspectos mediales de los cornetes y el tabique nasal.
Anatomía
El hueso lagrimal es el hueso más pequeño y frágil de la cara. Anatómicamente observamos en él cuatro bordes y dos caras.
Caras
Cara lateral
La cara lateral del hueso lagrimal, conocida como la cara orbitaria, está dirigida hacia el contenido de la órbita. La
característica principal de esta cara es una cresta vertical denominada cresta lagrimal posterior. La cresta divide la cara
lateral del hueso en dos porciones: la anterior, que está relacionada con el saco lagrimal y los conductillos lagrimales, y
posterior, que es parte de la pared medial de la órbita.
Delante de la cresta lagrimal posterior se encuentra un surco posicionado longitudinalmente denominado surco lagrimal. El
borde interno de este surco se une con el proceso frontal del hueso maxilar y en su recorrido forma el surco lagrimal. La porción
superior del surco, llamada fosa del saco lagrimal, alberga al saco lagrimal, cuya porción inferior contiene al conducto
nasolagrimal.
Por detrás de la cresta lagrimal posterior se encuentra una cara lisa que participa en la formación de la pared medial de la órbita.
La porción de esta cara que se encuentra inmediatamente por detrás de la cresta lagrimal posterior, es el lugar de origen
del músculo orbicular del ojo.
Esta porción de la cara lateral también se extiende en forma de un gancho denominado gancho lagrimal y se articula con
el tubérculo lagrimal del hueso maxilar. De esta forma, el hueso lagrimal y el maxilar envuelven al conducto nasolagrimal.
Desarrollo
Durante el desarrollo intrauterino, una membrana cartilaginosa cubre la cápsula nasal cartilaginosa en el lugar donde el hueso
lagrimal se desarrolla. Alrededor de la 12a semana de gestación, un único centro de osificación aparece dentro de esta
membrana, llevando a la osificación intramembranosa desde un centro de osificación, que subsecuentemente lleva a la
formación del hueso lagrimal.Ya que estás familiarizado con el hueso lagrimal, pon tu conocimiento a prueba con el siguiente
cuestionario sobre los huesos del órbita.
7. MANDIBULA
Además de los huesecillos del oído medio, la mandíbula es el único hueso móvil de todo el cráneo. No se articula con los
huesos adyacentes del cráneo por medio de suturas, sino por medio de una articulación sinovial
denominada temporomandibular. Las características únicas de esta articulación le permiten a la mandíbula mantenerse fija
al cráneo, mientras que al mismo tiempo es capaz de realizar varios movimientos de rotación y traslación que nos permiten
masticar, hablar y realizar otras actividades.
La mandíbula consta del cuerpo y la rama. Cuentan con varios reparos anatómicos que tienen funciones importantes, como
la de albergar a los dientes y proporcionar el paso para algunas estructuras neurovasculares.
Anatomía
La mandíbula o hueso mandibular, antiguamente llamada maxilar inferior, es un hueso simétrico que tiene forma de herradura.
Además de estar unida al cráneo por medio de la articulación temporomandibular (ATM), la mandíbula también se mantiene en
posición gracias a los músculos de la masticación. Estos músculos no solo estabilizan la mandíbula contra el cráneo sino que
también le dan movimiento para ejecutar acciones propias de ella como morder, masticar, hablar entre otras.
La mandíbula consta del cuerpo y la rama, que se conectan en el ángulo mandibular.
El cuerpo de la mandíbula es la porción horizontal, con forma de herradura. Consta de dos partes:
La porción alveolar sostiene los dientes por medio de un mecanismo de unión conocido como gonfosis. Esta es la porción
superior del cuerpo y consta de dos láminas óseas incluyendo una porción bucal gruesa y una fina porción lingual que se
mantienen juntas mediante hueso esponjoso y los tabiques interalveolares, que forman varios alveolos dentales individuales que
alojan a los dientes. Las eminencias alveolares son elevaciones óseas formadas en el lado externo del cuerpo por la raíces de los
incisivos, caninos y premolares. Cada lado de la mandíbula contiene 5 dientes temporales (deciduos) y 7-8 dientes permanentes,
dependiendo de si se forman o erupcionan los terceros molares (muelas del juicio)
La base es la porción inferior del cuerpo de la mandíbula. Su capa más externa está compuesta por tejido óseo compacto en
el que varios músculos se insertan. Es posible distinguir varios reparos anatómicos en sus caras. En la cara externa tenemos:
Sínfisis mandibular: tejido fibroso en la línea media del cuerpo mandibular que se osifica alrededor del primer año
de vida, uniendo así ambas mitades originales de la mandíbula en la forma adulta y simétrica del hueso.
Protuberancia mentoniana: prominencia anterior media del cuerpo mandibular.
Tubérculo mentoniano: prominencia ósea a cada lado de la protuberancia mentoniana.
Línea oblicua: una cresta que se extiende desde la rama al cuerpo de la mandíbula. Da inserción al músculo
depresor del ángulo de la boca.
Foramen mentoniano: foramen localizado inferior al segundo premolar que da paso al nervio y a los vasos
mentonianos.
La cara interna tiene las siguientes características:
Fosa digástrica: depresión pareada poco profunda que da inserción al músculo digástrico.
Espinas mentonianas superior e inferior: eminencias óseas pareadas que dan origen a los músculos geniogloso y
geniohioideo, respectivamente.
Fosas sublingual y submandibular: reparos anatómicos superficiales que alojan a las glándulas sublingual y
submandibular.
Línea milohioidea: cresta oblicua que da lugar a los músculos milohioideos.
Si quieres aprender más sobre la mandíbula por medio de vídeos, ilustraciones y cuestionarios, haz clic en la siguiente unidad
de estudios:
Rama
La rama es la porción vertical de la mandíbula. El punto donde se encuentra con el cuerpo es llamado el ángulo de la
mandíbula, o ángulo gonial. El ángulo puede oscilar de 110-130 grados y puede variar entre edad, sexo y etnia.
Generalmente está evertido en el sexo masculino e invertido en el sexo femenino.
El extremo superior de la rama está dividido en dos procesos: el proceso coronoides (anteriormente) y el proceso
condilar (posteriormente). La incisura entre los procesos es llamada incisura mandibular y es cruzada por el nervio y los
vasos maseterinos. El proceso coronoides y su continuación llamada cresta temporal, sirve como punto de inserción para
el músculo temporal. El proceso condilar contiene la cara articular (cóndilo) por medio de la cual la mandíbula se articula
con la fosa mandibular y el tubérculo articular del hueso temporal para formar la ATM.
Además de estos reparos anatómicos, la rama de la mandíbula presenta varias estructuras importantes. En el aspecto lateral
tenemos un único reparo, la tuberosidad maseterina, que es una superficie rugosa para la inserción del músculo masetero.
En el aspecto medial encontramos:
La tuberosidad pterigoidea: área rugosa que sirve como punto de inserción para el músculo pterigoideo medial.
El foramen mandibular: el inicio del conducto mandibular que contiene al nervio alveolar inferior y sus ramos.
El surco milohioideo: un pequeño surco que alberga a la arteria y nervio milohioideo.
8. HUESO MAXILAR
El hueso maxilar, también conocido como hueso maxilar superior, es un importante componente de los huesos de la
cara. Forma parte de la órbita, cavidad nasal y paladar, contiene a los dientes superiores y juega un importante rol en la
masticación y la comunicación.
Este hueso consta de cinco partes principales; el cuerpo y cuatro proyecciones óseas conocidas como procesos (frontal,
cigomático, palatino, alveolar). Este hueso está rodeado por otros huesos del cráneo y en la línea media está unido a su
homólogo contralateral mediante la sutura intermaxilar.
En este artículo discutiremos exhaustivamente la anatomía del hueso maxilar con cada reparo óseo, además de su desarrollo
y algunas correlaciones clínicas como la enfermedad periodontal y sus fracturas más comunes.
Anatomía
El proceso cigomático del maxilar emerge lateralmente desde el cuerpo y se articula con el hueso cigomático.
Por último, el proceso palatino es una extensión horizontal de la cara medial del cuerpo del maxilar que forma parte tanto
del techo de la cavidad oral como del piso de la cavidad nasal. En conjunto con el hueso palatino forma el esqueleto
del paladar duro. Hacia adelante posee un pequeño proceso denominado espina nasal anterior. El foramen incisivo puede
encontrarse en la línea media justo por detrás de los incisivos centrales. Por este foramen transita el nervio nasopalatino en su
trayecto desde la cavidad nasal en compañía de una arteria proveniente de las ramas septales posteriores, de la palatina mayor o
de una anastomosis entre ambas.
Bordes
El maxilar se articula con numerosos huesos: superiormente con el hueso frontal; posteriormente con los huesos
esfenoides, etmoides, palatino y lagrimal; medialmente con los huesos nasal, vómer y concha nasal inferior
y lateralmente con el hueso cigomático.
Es importante tener en cuenta que aunque el maxilar puede verse a veces como un único hueso, es sin embargo un hueso
pareado, unido con el del lado opuesto mediante delicadas suturas denominadas intermaxilar (hacia anterior) y palatina
media (hacia inferior). Ambos huesos maxilares también entran en contacto con el cartílago del tabique nasal.
Desarrollo óseo
Las cinco partes del maxilar se desarrollan mediante osificación intramembranosa a través de dos centros de osificación.
En la semana 7 de desarrollo intrauterino se puede percibir la diferencia entre hueso maxilar y premaxilar (premaxila o
hueso incisivo).
Finalizando el primer trimestre de desarrollo intrauterino ambas partes se fusionan alrededor del área del proceso
alveolar tras lo cual el hueso premaxilar se transforma en la parte anterior del maxilar. En los recién nacidos el hueso maxilar
es proporcionalmente mucho más ancho que alto en comparación con los adultos. Durante las diferentes etapas del
crecimiento los alveolos dentarios se pueden extender casi hasta el nivel del margen orbitario.
Como todas las cavidades paranasales, los senos maxilares son relativamente pequeños en la infancia y aumentan su
tamaño en la medida que el maxilar y los otros huesos del cráneo se desarrollan. En las personas que han sufrido pérdida de
sus dientes el proceso alveolar se reabsorbe.
9. HUESO NASAL
Los huesos nasales, también conocidos como los huesos de la nariz, son dos huesos pequeños del viscerocráneo. Cada uno de
ellos se encuentra ubicado hacia medial de los procesos frontales del hueso maxilar. El hueso nasal tiene forma rectangular con
dos caras y cuatro bordes. Sus bordes superiores y caras anteriores conforman el puente de la nariz, mientras que los bordes
inferiores se articulan con el cartílago nasal para formar el margen superior de la abertura piriforme del cráneo.
La función principal del hueso nasal es formar la superficie y estructura base de la cavidad nasal, la abertura piriforme y al
mismo tiempo, proteger a la cavidad nasal de agentes externos.
Anatomia
Como ya hemos mencionado anteriormente, el hueso nasal es uno de los huesos de la cara, (viscerocráneo), en conjunto
al hueso cigomático, los huesos maxilares, los huesos palatinos, lagrimales, cornete nasal inferior, el hueso vómer y
la mandíbula.
El hueso nasal es un hueso pareado, ubicado a la izquierda y derecha de la línea media, interpuesto entre los procesos frontales
de los maxilares. Los dos huesos nasales se encuentran conectados medialmente a través de la sutura internasal. Tiene dos caras,
externa e interna y cuatro bordes. La cara externa es convexa y está cubierta por el músculo prócer y el músculo nasal, mientras
que la cara interna es cóncava y presenta un surco longitudinal para el nervio etmoidal anterior.
El borde superior del hueso nasal está conectado con la parte nasal del hueso frontal conformando la sutura frontonasal.
Lateralmente, el hueso nasal se conecta con el proceso frontal del hueso maxilar a través de la sutura nasomaxilar. Su borde
inferior está adherido al cartílago lateral de la nariz. A través del borde medial se articula con el hueso nasal contralateral.
Adicionalmente, el borde medial se proyecta hacia posterior como una cresta vertical, aportando una pequeña parte de su
estructura al tabique nasal. El borde medial se conecta con las siguientes estructuras (de superior a inferior): la espina nasal del
hueso frontal, la lámina perpendicular del hueso etmoides y el cartílago del tabique nasal
Anatomía
Foramen magno
El hueso occipital tiene forma convexa en su parte externa y cóncava en su parte interna. Está dividido en cuatro porciones:
una porción basilar, dos porciones laterales (condíleas) y una porción escamosa. Todas estas porciones están localizadas
alrededor de una gran abertura conocida como el foramen magno. Las estructuras que pasan a través del forman magno
incluyen:
La línea nucal suprema se extiende lateralmente desde la protuberancia occipital externa y corresponde al lugar de
origen del músculo epicraneano y la galea aponeurótica.
La línea nucal superior (línea curva occipital superior) transcurre ligeramente inferior. Brinda su origen a los
músculos trapecio, esternocleidomastoideo y esplenio de la cabeza.
La línea nucal inferior recorre aún más inferiormente. El músculo semiespinoso de la cabeza se inserta por encima
de esta.
La porción escamosa del hueso occipital está marcada por surcos en su cara endocraneal (interna) debido a los senos venosos
durales: seno sagital superior, senos transversos y seno sigmoideo. Superior al surco del seno transverso, hay una depresión
ósea que sirve para acomodar al lóbulo occipital (fosa cerebral) y la depresión inferior correspondiente que alberga al
cerebelo (fosa cerebelosa).
Bordes y suturas
El límite superior y lateral del hueso occipital forma parte de la sutura lambdoidea, la cual lo separa de los huesos parietales.
Se articula con el proceso mastoides mediante la sutura occipitomastoidea y la sutura petrooccipital lo une con la porción
petrosa del hueso temporal. La sutura esfenooccipital, entre el hueso esfenoides y la porción basilar del hueso occipital,
desaparece cuando estos huesos se fusionan durante la adolescencia.
Desarrollo Óseo
Las porciones condíleas y la porción basilar se desarrollan mediante osificación endocondral en el período fetal. La mayor
parte de la porción escamosa también se forma por osificación endocondral, excepto en su parte superior, la cual se desarrolla
a través de la vía intramembranosa. En los recién nacidos, las cuatro partes del hueso occipital están separadas por tejido
conectivo. Alrededor de los 4 años de edad las porciones escamosa y condíleas usualmente ya lograron osificarse, mientras
que la porción basilar termina de osificarse aproximadamente a los 6 años.
11. HUESO PALATINO
El hueso palatino es un hueso pareado ubicado entre los huesos maxilares y los procesos pterigoides del hueso esfenoides.
Participa en la formación de las tres cavidades que se encuentran dentro del cráneo: la cavidad oral, la cavidad nasal y
las órbitas. Esto lo logra mediante la articulación con otros cinco huesos los cuales son: los maxilares, el esfenoides, el etmoides,
el cornete nasal inferior y el vómer. Además, el hueso palatino es uno de los huesos de la cara que contribuye a formar el marco
óseo de la fisura orbitaria inferior y de las fosas pterigopalatina y pterigoidea.
El hueso palatino está compuesto por dos láminas, una horizontal y otra perpendicular, las cuales están conectadas y forman un
hueso característico en forma de L. Este hueso presenta tres procesos: el proceso piramidal, el proceso orbitario y el proceso
esfenoidal.
ANATOMINA
Lamina Horizontal
La lámina horizontal del hueso palatino se encuentra en el plano transversal y comprende la parte ósea del cuarto posterior
del paladar duroy una parte del piso de la cavidad nasal. La lámina tiene una forma cuadrangular, con un borde medial, lateral,
anterior y posterior. Tiene dos caras, la palatina y la nasal, las cuales miran hacia la cavidad oral y nasal, respectivamente.
El borde medial de la lámina horizontal se articula con la lámina horizontal del hueso palatino contralateral. Desde el
lado nasal, la línea articular entre ambas láminas forma la parte posterior de la cresta nasal, la cual a su vez se articula
con el vómer.
El borde lateral de la lámina horizontal es contínuo con la lámina perpendicular. Este presenta el foramen palatino
mayor, por donde pasa el nervio y vasos palatinos mayores.
El borde anterior se articula con el proceso palatino del hueso maxilar. Juntos, la lámina horizontal del hueso palatino y
el hueso maxilar forman el paladar duro.
Lamina Perpenticular
La lámina perpendicular del hueso palatino continúa desde el borde lateral de la lámina horizontal y obtiene su nombre ya que
forma un ángulo de 90º con esta última, creando la característica forma de ‘L’ del hueso palatino. Esta lámina tiene dos caras,
una nasal y una maxilar, y cuatro bordes: anterior, posterior, superior e inferior.
Caras
La cara nasal de la lámina perpendicular mira hacia la cavidad nasal, formando una parte de su pared lateral. La parte inferior
de esta cara tiene una concavidad que contribuye a formar el meato nasal inferior. Superior a esto se encuentra la cresta del
cornete, por el cual se articula con el cornete nasal inferior. Encima de la cresta podemos ver una concavidad poco profunda
que comprende una parte del meato nasal medio. Superior a esta concavidad encontramos la cresta etmoidal, por donde se
inserta el cornete nasal medio.
La cara maxilar de la lámina perpendicular se articula con la cara nasal del hueso maxilar. Es predominantemente rugosa e
irregular a excepción de sus porciones posterosuperior y anterior. La porción posterosuperior es lisa y forma la pared medial
de la fosa pterigopalatina, mientras que la porción anterior, que también es lisa, forma la porción posterior de la pared medial
del seno maxilar. La cara maxilar también tiene un surco oblicuo llamado surco palatino mayor, este transmite las estructuras
que atraviesan el foramen palatino mayor. La cara adyacente del hueso maxilar cierra este surco convirtiéndolo en
el conducto palatino mayor, por donde pasa el nervio, arteria y vena palatina mayor.
Bordes
Los bordes de la lámina perpendicular sirven para las articulaciones con los huesos colindantes.
El borde anterior presenta una proyección laminar a nivel de la cresta del cornete que se articula con el cornete nasal
inferior y forma una parte de la pared medial del seno maxilar.
El borde posterior es serrado y se articula con la lámina medial del proceso pterigoides del hueso esfenoides. El
proceso esfenoidal continúa desde la parte superior del borde posterior, mientras que el proceso piramidal continúa
desde su parte inferior.
El borde superior se articula con el cuerpo del hueso esfenoides y presenta la incisura esfenopalatina, la cual está
cerrada superiormente por el cuerpo del esfenoides y se convierte en el foramen esfenopalatino. Este foramen es una
conexión entre la fosa esfenopalatina y el meato nasal superior, transmitiendo los ramos nasales posteriores
superiores y los vasos esfenopalatinos. La parte anterior del borde superior se proyecta en el proceso orbitario del
hueso palatino.
El borde inferior de la lámina perpendicular es contínua con el borde lateral de la lámina horizontal.
12. HUESO PARIETAL
Los huesos parietales son huesos pareados del cráneo que forman sus paredes superior y lateral. Se encuentran por encima de
los lóbulos parietales del encéfalo y están cubiertos superficialmente por la galea aponeurótica. Son parte del neurocráneo, junto
con los huesos frontal, etmoides, esfenoides, temporal y occipital. El hueso parietal se clasifica como un hueso plano. La mayor
parte de cada hueso parietal forma la calvaria (bóveda craneal), mientras que la pequeña porción restante es un componente de la
base del cráneo. La función del cráneo y, por lo tanto, de los huesos parietales es proteger al encéfalo subyacente.
El hueso parietal es ligeramente curvado y tiene forma de cuadrilátero. Presenta dos caras, cuatro bordes y cuatro ángulos. Los
bordes se articulan con los huesos adyacentes del cráneo para formar varias estructuras craneales. Las caras contienen varios
reparos anatómicos e indentaciones (surcos o hendiduras) que corresponden a las estructuras anatómicas que se ubican contra el
hueso, como por ejemplo los vasos sanguíneos superficiales del encéfalo.
Bordes
El hueso parietal tiene cuatro bordes que se articulan con los huesos adyacentes del cráneo por medio de varias
suturas, formando así las fontanelas, popularmente conocidas como mollera, que no son más que dichas uniones
cubiertas por membranas fuertes, cuya función es proteger el encéfalo. Estos bordes incluyen:
Borde sagital, ubicado superiormente. Es el más ancho y largo de todos estos. Los dos huesos parietales se articulan
entre sí mediante los bordes sagitales para formar la sutura sagital.
Borde escamoso, ubicado inferiormente. El borde comienza delgado y recto en la parte anterior, se arquea en el
medio y luego se engrosa en la parte posterior. El borde escamoso entra en contacto con tres estructuras óseas. De
anterior a posterior estas son las alas mayores del hueso esfenoides y las porciones escamosa y petrosa del hueso
temporal. Estas articulaciones forman las suturas esfenoparietal y parietomastoidea.
Borde frontal, ubicado anteriormente. Es el borde más dentado del hueso parietal. Entra en contacto con el hueso
frontal para formar la mitad superolateral de la sutura coronal.
Borde occipital, ubicado posteriormente. También es muy irregular y forma la mitad inferolateral de la sutura
lambdoidea al articularse con el hueso occipital.
Ángulo frontal, dirigido anterosuperiormente. Está formado por la intersección de los bordes sagital y frontal. El
ángulo frontal está ubicado en el bregma, que representa la intersección de las suturas sagital y coronal.
Ángulo esfenoidal, se dirige anterior e inferiormente. Está formado por la unión de los bordes frontal y escamoso. El
ángulo esfenoidal está ubicado en el pterion, que representa la intersección de las suturas coronal, esfenoparietal y
esfenofrontal.
Ángulo occipital, que se dirige posterior y superiormente. Es más redondeado en comparación con los otros ángulos.
Está formado por la intersección de los bordes sagital y occipital. El ángulo está ubicado en el lambda, que
representa la unión de las suturas lambdoidea y sagital.
Ángulo mastoideo, que se dirige posteroinferiormente. Está formado por la intersección de los bordes occipital y
escamoso. El ángulo se encuentra en el asterion, donde las suturas parietomastoidea y lambdoidea se encuentran.
Caras
El hueso parietal tiene una cara externa y una interna. La cara externa o cara exocraneal es lisa y convexa. Presenta varios
reparos anatómicos importantes:
Línea temporal superior: forma un arco que viaja entre los bordes frontal y occipital del hueso parietal. La línea
temporal superior representa el punto de inserción de la fascia temporal. Superior a esta línea se encuentra la galea
aponeurótica, mientras que inferior a esta se ubica la fosa temporal.
Línea temporal inferior: forma un arco idéntico al anterior, pero se ubica más inferiormente. Este representa el
origen del músculo temporal.
Tuberosidad parietal: está ubicada centralmente en la cara externa del hueso parietal. Marca el origen de la
osificación del hueso parietal.
La cara interna o cara endocraneal es cóncava y muy irregular comparada con su contraparte externa. Contiene varios surcos
que albergan a los vasos sanguíneos:
Un surco delgado y muy ramificado para la arteria meníngea media. Viaja posterosuperiormente a lo largo de la cara
interna del hueso parietal comenzando desde el ángulo esfenoidal y el borde escamoso. Las ramas frontales de la arteria
meníngea media viajan dentro del surco ubicado en la cara interna del ángulo esfenoidal.
Un surco más amplio para el seno sagital superior. Viaja anterosuperiormente a lo largo del borde sagital. El surco está
rodeado por fositas granulares que contienen granulaciones aracnoideas (fosetas de Pacchioni).
Una pequeña porción del surco del seno sigmoideo se sobrepone al ángulo occipital.
El foramen parietal está ubicado en el aspecto posterior del hueso parietal, junto al borde sagital. Cuando está presente, es
un reparo óseo común en ambas caras. El papel del foramen parietal es el de dar paso a las ramas de los senos sagital superior y
a la arteria occipital.
Anatomía
Existen cuatro partes principales en el hueso esfenoides: el cuerpo (corpus), el ala menor y el ala mayor (alae minores et
majores) y los procesos pterigoides (o apófisis pterigoides).
Cuerpo
El cuerpo es la porción de ubicación más central. Anteriormente contribuye en la formación de la cavidad nasal, lateralmente
forma la pared medial del conducto óptico. Superiormente el cuerpo forma la silla turca, la fosa hipofisiaria y el dorso de la silla.
Contiene los procesos clinoides anterior y posterior respectivamente. El clivus se inclina posterior al cuerpo. Los senos
esfenoidales están ubicados en el cuerpo del esfenoides detrás de la cavidad nasal y están divididos por un tabique.
Alas menores
Las alas menores surgen superolateralmente desde el cuerpo del esfenoides donde forman el conducto óptico (→ nervio
óptico, arteria oftálmica). La cara inferior participa en el borde lateral de la órbita mientras que la cara superior forma parte
de la cavidad craneal.
Alas mayores
Las alas mayores surgen posterolateralmente desde el cuerpo.
Sus caras laterales forman las caras infratemporales, sus caras anteriores forman parte del aspecto posterior de la pared lateral
de la órbita.
Contienen orificios importantes cerca de sus raíces:
Porción escamosa
La porción escamosa corresponde a la parte anterior y superior del hueso temporal que forma la porción lateral de la fosa
craneal media. Tiene la apariencia de un plato grande aplanado. Su cara externa es lisa y ligeramente convexa. Por encima del
conducto auditivo externo, existe un surco para la arteria temporal media. La cara interna de la porción escamosa es cóncava. Su
superficie tiene impresiones que siguen los surcos y contornos del lóbulo temporal del encéfalo que descansa sobre este.
También existe un surco en esta superficie para los vasos meníngeos medios.
Existe una proyección anterior desde la porción escamosa del hueso temporal, el proceso cigomático. Este se localiza en la parte
inferior de la porción escamosa. Inicialmente se proyecta lateralmente, luego gira para pasar anteriormente y articularse con el
proceso temporal del hueso cigomático formando así el arco cigomático. Existe un pequeño tubérculo inferior al proceso
cigomático en su raíz: el proceso articular.
La incisura mandibular (fosa), donde se articula la cabeza de la mandíbula, también está presente en la porción escamosa del
hueso temporal.
Porción petromastoidea
Esta parte del hueso temporal está generalmente dividida en dos: la porción petrosa y la porción mastoidea.
Porción mastoidea
La porción mastoidea es la porción más posterior del hueso temporal. Su cara externa es rugosa por la presencia de inserciones
musculares. Aquí existe una proyección cónica hacia abajo llamada proceso mastoides.
Varios músculos se insertan en el proceso mastoideo, siendo estos el músculo esternocleidomastoideo, el esplenio de la cabeza y
el longísimo de la cabeza. Hay una depresión en la cara medial del proceso mastoideo, la incisura mastoidea, donde se inserta el
vientre posterior del músculo digástrico. La cara medial del proceso mastoides tiene un surco profundo llamado el surco del
seno sigmoideo, donde se ubica el seno sigmoideo.
Porción petrosa
La porción petrosa (también conocida como roca petrosa, peñasco temporal, hueso petroso) es una masa ósea en forma de cuña
ubicada entre los huesos esfenoides y occipital dentro de la cavidad craneal. Es la porción más medial del hueso temporal, y es
el reparo anatómico que divide las fosas craneales media y posterior entre sí. Tiene una base, un vértice y tres superficies:
anterior, posterior e inferior. También tiene tres bordes: superior, anterior y posterior. El laberinto óseo se ubica dentro de la
porción petrosa.
La región anterior de la porción petrosa forma el límite posterior de la fosa craneal media. Su cara interna tiene un surco para
el giro temporal inferior, así como para el ganglio del trigémino. La impresión trigeminal está separada de otra depresión
posterior por una cresta ósea. Esta depresión envuelve parcialmente al conducto auditivo interno y a la cóclea.
La cresta está limitada posteriormente por la eminencia arcuata, la cual se eleva superiormente por el conducto semicircular
superior. El aspecto lateral de la porción petrosa se articula con la porción escamosa del hueso temporal. Entre esta articulación
lateralmente y la eminencia arcuata medialmente, existe una lámina de hueso llamada el techo del tímpano. Este hueso forma el
techo del oído medio. Los conductos semicirculares lateral y posterior se ubican por debajo de la inclinación posterior de la
eminencia arcuata.
El área posterior de la porción petrosa del hueso temporal contribuye al límite anterior de la fosa craneal posterior. Es continua
con la parte interna de la porción mastoidea. Existe una depresión debajo de la eminencia arcuata, la fosa subarcuata, que se
ubica por encima del orificio del conducto auditivo interno.
La superficie inferior es altamente irregular y contribuye a la cara externa de la base del cráneo. Cerca al vértice, existe un área
cuadrangular asociada con la inserción del músculo elevador del velo del paladar y la tuba auditiva. Posterior a esta región se
encuentra un orificio para el conducto carotídeo, y más posterior a este la fosa yugular.
El borde superior es el borde más largo de la porción petrosa del hueso temporal. Se encuentra dentro de la cavidad craneal y
tiene un surco para el seno petroso superior. El borde posterior forma parte de la fosa para el seno petroso inferior. El borde
anterior se inserta lateralmente a la porción escamosa del hueso temporal y medialmente se articula con el ala mayor del hueso
esfenoides. Dos conductos salen del cráneo en la unión entre las porciones petrosa y escamosa: el superior contiene al músculo
tensor del tímpano y el inferior a la tuba auditiva.
Porción timpánica
La porción timpánica del hueso temporal es una placa curva que se encuentra inmediatamente por debajo del origen del proceso
cigomático. Su cara posterior es cóncava y forma la pared anterior, piso y parte de la pared posterior del conducto auditivo
externo. El orificio auditivo externo es fácilmente visible en este lugar.
La porción timpánica del hueso temporal se une con la porción petrosa internamente, y con las porciones escamosa y mastoidea
posteriormente. Su cara posterior forma la pared anterior, el piso y parte de la pared posterior del conducto auditivo externo.
La cara anterior forma la porción posterior de la fosa mandibular, y su porción lateral forma parte del conducto auditivo externo.
El borde inferior es afilado, y forma el proceso del proceso estiloides. La región central es fina y en ocasiones perforada. El
foramen estilomastoideo se ubica entre el proceso estiloides y el proceso mastoideo. Es el extremo terminal del conducto facial,
y permite el paso del nervio facial y la arteria estilomastoidea.
El proceso estiloides es una proyección estrecha y puntiaguda que se extiende hacia abajo y hacia delante desde la superficie
inferior del hueso temporal.
La longitud es variable, pero generalmente mide 2,5 cm. Normalmente es recta, pero puede ser curva, por lo general en la cara
anterior. Su porción proximal está encerrada en la lámina timpánica; el extremo distal es el sitio de inserción de varios músculos
y ligamentos. La glándula parótida se ubica lateral al proceso estiloides; El nervio facial cruza su base; la arteria carótida
externa pasa a través de la glándula parótida cruzando la punta del proceso estiloides; y medialmente se inserta el músculo
estilofaríngeo, separando el proceso estiloides de la vena yugular interna.
Articulaciones
El hueso temporal se articula con otros huesos planos del cráneo en las articulaciones llamadas suturas:
La sutura occipitomastoidea separa posteriormente la porción mastoidea del hueso temporal del hueso occipital.
La sutura escamosa separa la porción escamosa del hueso temporal del hueso parietal posterior y superiormente.
La sutura esfenoescamosa separa anteriormente la porción escamosa del ala mayor del hueso esfenoides.
La sutura cigomáticotemporal separa el proceso cigomático del hueso temporal del proceso temporal del hueso
cigomático, formando el arco cigomático.
El hueso temporal también se articula con la mandíbula en la articulación temporomandibular. En esta articulación gínglimo,
la cabeza redondeada de la mandíbula se articula con una cavidad formada por la fosa mandibular y el proceso articular del
hueso temporal.
Inserciones musculares
Un gran número de músculos se insertan en diferentes partes del hueso temporal. El músculo temporal se origina de la fosa
temporal, que está formada parcialmente por el aspecto lateral del hueso temporal. Los músculos esternocleidomastoideo,
esplenio de la cabeza, longísimo de la cabeza y digástrico se insertan en el proceso mastoideo del hueso temporal. Insertados
en el proceso estiloides están los músculos:
Estilofaríngeo
Estilogloso
Estilohioideo
Forámenes
Existen varios orificios en el hueso temporal, a través de los cuales pasan estructuras que entran y salen de la cavidad craneal:
Anteromedialmente, el hueso temporal forma el límite posterior del foramen lacerum, a través del cual pasa
el nervio petroso mayor.
El conducto carotídeo es una vía mediante la cual pasa la arteria carótida interna a través de la porción petrosa del
hueso temporal para salir en la fosa craneal media.
El orificio auditivo interno es otro conducto que pasa a través de la porción petrosa del hueso temporal entre la fosa
craneal posterior y el orificio auditivo externo. Pasan a través de este orificio: el nervio facial (VII par craneal),
el nervio vestibulococlear (VIII par craneal) y la arteria laberíntica. El nervio vestibulococlear termina en el hueso
temporal. El nervio facial continúa hacia afuera, saliendo del hueso temporal a través del foramen estilomastoideo.
Posteriormente, la porción petrosa del hueso temporal forma el extremo anterior del foramen yugular. La vena
yugular interna empieza en el agujero yugular donde el seno sigmoide sale del cráneo. También hay otras estructuras
que pasan a través de este orificio. Estas incluyen tres de los nervios craneales: el nervio glosofaríngeo (IX par
craneal), el nervio vago (X par craneal) y el nervio accesorio (XI par craneal). La arteria meníngea posterior también
pasa a través de este orificio.
También existen algunos orificios menores en el hueso temporal. Hay dos hiatos a través de los cuales los nervios
petrosos mayor y menor salen del ganglio geniculado en el conducto facial. También hay un foramen mastoideo, a
través del cual pasan las venas emisarias y algunas veces una rama de la arteria occipital.
Anatomía
El vómer es un hueso pequeño del viscerocráneo (huesos de la cara). Está ubicado en un plano mediosagital del cráneo,
conformando la parte posteroinferior del tabique nasal, donde se dispone en una dirección anteroinferior. Este hueso presenta
unas extensiones superiores y horizontales conocidas como las alas del vómer y una lámina perpendicular dispuesta
verticalmente, la cual forma su parte principal.
El vómer tiene dos caras. En cada cara posee un surco prominente que recibe el nombre de surco nasopalatino, para el paso del
nervio y los vasos nasopalatinos. Este hueso aislado tiene cuatro bordes: anterior, posterior, superior e inferior.
Articulaciones
El vómer se articula con cuatro huesos faciales (el hueso maxilar pareado y el hueso palatino pareado) y dos huesos
del neurocráneo (el hueso esfenoides y el hueso etmoides). El borde inferior del vómer se articula con los huesos maxilares y
palatinos. El borde superior se articula con el hueso esfenoides. El borde anterior se articula con la lámina perpendicular del
hueso etmoides y el cartílago del tabique nasal. Sin embargo, el borde posterior no está adherido a ningún hueso, haciendo del
vómer uno de los pocos huesos del cráneo que no se articula completamente con otros huesos. Este borde separa los orificios
nasales posteriores o coanas.
Caras
El hueso cigomático tiene tres caras: lateral, posteromedial (temporal) y orbitaria
La cara lateral o facial se orienta hacia adelante. Es suave y convexa, y contiene una pequeña abertura
denominada foramen cigomaticofacial por el cual la arteria, vena y nervio del mismo nombre transitan entre
la órbita y la cara. La cara lateral también sirve como sitio de inserción de los músculos cigomático mayor y
cigomático menor.
La cara temporal o posteromedial se orienta hacia las fosas temporal e infratemporal. Su porción más anterior es
rugosa y sirve para articularse con el proceso cigomático del maxilar mediante la sutura cigomaticomaxilar. La cara
temporal se extiende hacia la cara medial del proceso temporal, formando parte del límite medial de la fosa
infratemporal. Cerca de la base del proceso frontal, en esta cara encontramos el foramen cigomaticotemporal, que
conduce al nervio cigomaticotemporal desde la órbita hasta la fosa infratemporal.
La cara orbitaria es suave y cóncava. Se orienta hacia la órbita y forma la porción anterolateral de su piso, así como
la parte anterior de su pared lateral. Presenta el foramen cigomático-orbitario, por el cual ingresa el nervio
cigomático para dividirse en los nervios cigomaticofacial y cigomaticotemporal, los cuales emergen por los
forámenes explicados anteriormente en compañía de una arteria y una vena.
Bordes
El hueso cigomático posee cinco bordes:
El borde anterosuperior u orbitario es cóncavo y suave. Es el borde ubicado entre las caras lateral y orbitaria del
hueso cigomático.
El borde anteroinferior o maxilar es la superficie articular para la sutura cigomaticomaxilar. Además, sirve como
punto de origen para el músculo elevador del labio superior.
El borde posterosuperior o temporal es continuo con el borde superior del arco cigomático y el borde posterior del
proceso frontal. Sirve como punto de inserción para la fascia temporal.
El borde posteroinferior es rugoso y sirve como punto de origen para el músculo masetero.
El borde posteromedial es aserrado y se articula superiormente con el ala mayor del esfenoides mediante la sutura
esfenocigomática, e inferiormente con la cara orbitaria del maxilar. Entre ambas superficies articulares hay un
espacio libre que conforma el límite lateral de la fisura orbitaria inferior.
Procesos
El proceso temporal se origina de la mitad inferior del hueso cigomático. Se orienta hacia posterior y ligeramente hacia
superior en dirección al hueso temporal. El extremo del proceso temporal es oblicuo y aserrado y se articula con el proceso
cigomático del hueso temporal, con el cual conforma el arco cigomático.
Nariz
La anatomía externa de la nariz es bastante simple. Es una estructura piramidal, con su raíz ubicada en la parte superior y el
vértice en la parte inferior. La raíz es continua con el aspecto anterior de la cabeza y la porción entre la raíz y el vértice es
denominada dorso de la nariz. Inferior al vértice se encuentran las dos narinas (orificios nasales), que son las aberturas
anteriores de la cavidad nasal. Las narinas están separadas entre sí por el tabique nasal y están rodeadas lateralmente por las
alas de la nariz.
La porción externa de la nariz consta de dos componentes; óseo y cartilaginoso. La porción ósea, o los
denominados huesos de la nariz, dan la forma a la raíz, conformada por los huesos nasal, maxilar y frontal. La porción
cartilaginosa se ubica inferiormente y está conformada por cartílagos alares mayor y menores, dos cartílagos laterales y uno
del tabique nasal:
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Cartílagos alares: el cartílago alar mayor forma el vértice de la nariz, mientras que los cartílagos alares menores dan
soporte al ala de la nariz.
Cartílago lateral o proceso lateral del cartílago del tabique nasal: forman el dorso de la nariz
Cartílago del tabique nasal: limita las narinas medialmente
Ten en cuenta que el cartílago del tabique nasal está unido tanto al tabique nasal óseo (que es en realidad la lámina
perpendicular del hueso etmoides) y el vómer. Ambos son las partes óseas de la porción interna de la nariz.
Fosa nasal
La porción interna de la nariz es la fosa nasal, o cavidad nasal. Las dos cavidades nasales se ubican por dentro de la porción
externa de la nariz y del cráneo adyacente. Las cavidades abren anteriormente a la cara a través de las narinas. Mientras que
posteriormente se comunican con la nasofaringe por dos orificios llamados coanas.
Además de los orificios anterior y posterior, cada cavidad nasal tiene techo, piso y paredes lateral y medial. Existen 12 huesos
craneales en total que contribuyen para la formación de la cavidad nasal, estos incluyen los huesos pares; nasales,
maxilares, palatinos y lagrimales, así como los huesos impares; etmoides, esfenoides, frontal y vómer. Entre todos ellos, el
etmoides es el elemento más importante, por dos motivos: primero, forma la porción más grande del marco esquelético de la
nariz al formar el techo y las paredes de las cavidades nasales; segundo, contiene las celdillas etmoidales que, como grupo, son
uno de los cuatro senos paranasales.
Tres láminas óseas curvas denominadas cornetes o conchas nasales inferior, medio y superior están unidos a las paredes
laterales y se proyectan dentro de las cavidades. Estas dividen ambas cavidades nasales en cinco pasajes de aire:
Irrigación
La nariz está irrigada por ramas tanto de la carótida externa como interna. La arteria carótida externa emite las arterias
esfenopalatina, palatina mayor, labial superior y nasal lateral que irrigan en su mayoría al vestíbulo y las porciones respiratorias
de la cavidad nasal, así como las partes adyacentes de la porción externa de la nariz (vértice y dorso). De la arteria carótida
interna emergen las arterias etmoidales anterior y posterior que irrigan el vértice de la cavidad nasal y las estructuras adyacentes
de la porción externa de la nariz. Muchas de las ramas de la carótida externa e interna se anastomosan en la parte anteroinferior
del tabique nasal. Este lugar en particular es donde ocurren la mayoría de las hemorragias nasales (Zona de la epistaxis, plexo de
Kiesselbach).
Inervación
La nariz está inervada por tres nervios craneales:
Oído humano
El oído humano es un órgano complejo del sistema auditivo. Además de la audición, el oído permite la percepción y control de
la posición espacial y los movimientos de la cabeza (equilibriocepción). Está situado de manera bilateral en el cráneo, al mismo
nivel de la nariz. El sentido de oído se divide anatómicamente en tres partes:
Oído externo
Oído medio
Oído interno
Las funciones de los oídos externo y medio son principalmente de conducir el sonido al oído interno, que lo detecta y envía la
información al cerebro.
Oido externo
El oído externo recibe y conduce el sonido hacia el oído medio. Está formado por el pabellón auricular y el conducto acústico
externo (o canal auditivo).
El pabellón auricular, también conocido como la oreja, es un tejido musculocutáneo arrugado fijado al cráneo.
Funciona como colector del sonido y lo transmite al conducto auditivo externo.
El conducto auditivo externo es simplemente un canal que conduce el sonido hacia el oído medio. El fondo del
conducto está sellado con la membrana timpánica (tímpano).
La membrana timpánica, o tímpano, se encuentra en el fondo del meato acústico externo, separándolo del oído medio. La
membrana vibra cuando el sonido del conducto llega a ella, provocando los movimientos de los huesecillos auditivos del
oído medio.
Oído medio
El oído medio es una cavidad compleja ubicada dentro del hueso temporal. Está formada por la cavidad timpánica (caja del
tímpano), que alberga los huesecillos del oído. La cavidad timpánica está conectada a la nasofaringe a través de la tuba auditiva
(de Eustaquio), que ayuda a regular las presiones entre la cavidad y el mundo exterior. Esto es importante porque las diferencias
extremas de presión entre el oído medio y el entorno pueden provocar la rotura del tímpano.
La cavidad timpánica tiene el aspecto de un prisma de seis caras. Estas seis paredes se denominan según la estructura anatómica
a la que se enfrentan, por lo que tenemos las paredes tegmentaria, yugular, carotídea, membranosa, laberíntica y mastoidea.
La pared laberíntica, que representa el límite con el oído interno, es especialmente importante porque contiene aberturas a través
de las cuales el oído medio se comunica con él:
La ventana oval
La ventana redonda
Huesecillos del oído
Los tres huesecillos auditivos son los huesos más pequeños del cuerpo humano:
Martillo (malleus)
Yunque (incus)
Estribo (estapedio)
Los huesecillos del oído se articulan entre sí en la cavidad timpánica, formando un sistema que conecta el tímpano con la pared
laberíntica de la cavidad timpánica. Pero, ¿por qué? De este modo, los huesecillos auditivos constituyen un intermediario en
la transmisión de las vibraciones desde el tímpano hasta el oído interno a través de la mencionada ventana oval. También, antes
de transmitir las vibraciones al oído interno, los huesecillos transforman ondas de sonido de alta amplitud y baja intensidad en
vibraciones de baja amplitud y alta intensidad.
Oído interno
El oído interno es la parte final y más compleja del oído humano, cuya función es detectar y transmitir los impulsos auditivos y
enviarlos al cerebro. Además, detecta los movimientos y la posición de la cabeza (equilibriocepción), lo que permite al cerebro
ser consciente de ellos y asegurarse de mantener la posición espacial de la cabeza. Así que, en pocas palabras, el oído interno
nos permite oír y mantener la posición y estabilidad de la cabeza.
El oído interno está ubicado en la porción petrosa del hueso temporal y, debido a su estructura compleja similar a la de un
laberinto, se le llama - laberinto. El laberinto tiene dos componentes: el laberinto óseo, que es en realidad el armazón esquelético
del oído interno, y el laberinto membranoso, que es un sistema de conductos membranosos que encaja dentro de su homólogo
óseo.
El laberinto óseo consta de tres partes:
Visión general
El ojo yace dentro de la cavidad orbitaria (órbita), rodeado por tejido adiposo. Es envuelto por una delgada fascia llamada vaina
del globo ocular (cápsula de Tenon).
El ojo está compuesto por 3 capas principales. Desde superficial a profundo, estas son:
Capa fibrosa, conformada por la esclera y la córnea. La esclera o esclerótica es una capa opaca que recubre los cinco
sextos posteriores del ojo. La córnea es una capa transparente que representa la continuación anterior de la esclera,
ocupando el sexto anterior restante del ojo.
Capa vascular, antiguamente denominada úvea o tracto uveal, está formada por tres partes continuas entre sí. Desde
posterior a anterior, estas son: la coroides, el cuerpo ciliar y el iris.
Capa interna: comúnmente conocida como retina, es la capa más interna del globo ocular. La retina se subdivide en 2
capas; una externa llamada capa pigmentaria, y una interna o nerviosa que es la retina propiamente dicha (verdadera). .
Estas tres capas comprenden el contorno circular del globo ocular. El ojo contiene 4 estructuras refractivas, tres de las cuales se
encuentran en su interior. Estas son el lente o cristalino, el humor acuoso y el humor vítreo, a las cuales se les suma la córnea.
Estas estructuras son esencialmente medios translúcidos con la capacidad de modificar la dirección en la cual ingresan los rayos
de luz (refracción) al ojo, asegurándose de que apunten directamente hacia la retina.
Si hacemos un corte transversal del ojo, podemos identificar dos cámaras ocupadas por el humor acuoso: la cámara anterior y la
cámara posterior. El humor acuoso circula entre estas cámaras, ya que se forma en estructuras que están en la cámara posterior y
se drena en una estructura de la cámara anterior.
La cámara anterior del ojo se encuentra entre la córnea y el iris. La cámara posterior del ojo es más bien una cavidad en forma
de hendidura encontrada entre el iris y el cristalino.
Función
La función de la vaina del globo ocular es proteger al ojo, posicionarlo dentro de la órbita y permitir las funciones de los
músculos extraoculares. Si bien existe un espacio virtual o potencial entre la fascia y el globo ocular (espacio epiescleral), en
realidad hay muy poco movimiento entre el ojo y la vaina, lo cual en la práctica significa que la vaina y el ojo se mueven
simultáneamente dentro del tejido adiposo de la órbita.
Capa fibrosa
Esclera
La esclera es una capa externa de color blanco opaco que recubre los cinco sextos posteriores del ojo. Es gruesa en su
porción posterior (1mm) y se va adelgazando progresivamente hacia su extremo anterior (0.4 mm). El polo posterior de la
esclera es perforado por el nervio óptico; este sitio se conoce como foramen escleral posterior. Aquí, los dos tercios externos
de la esclera son continuos con la vaina dural del nervio óptico.
El tercio interno de la esclera es perforado por múltiples fibras provenientes del nervio óptico, formando una estructura con
forma de tamiz (colador) conocida como lámina cribosa de la esclera. Aparte de los axones del nervio óptico, la lámina
cribosa permite el pasaje de la arteria y vena central de la retina.
Además de lo anterior, la esclera tiene tres grupos de aperturas adicionales: anterior, media y posterior.
Las cuatro aperturas anteriores se encuentran localizadas en las uniones esclerales de los músculos rectos del ojo, y
dan paso a las arterias ciliares anteriores.
Las 4 a 5 aperturas medias se encuentran posteriores al ecuador del ojo, y dan paso a las venas vorticosas.
Las múltiples aperturas posteriores se encuentran alrededor del foramen escleral posterior y sirven como pasaje para
las arterias, venas y nervios ciliares.
El margen anterior de la esclera es adyacente a la córnea. Su línea de unión es conocida como limbo de la córnea (limbo
esclerocorneal) . Posterior a la unión, y en la superficie interna de la esclera, podemos encontrar una estructura denominada
red o malla trabecular, bajo la cual se encuentra el seno venoso de la esclera (canal de Schelmm). La red trabecular muestra
una proyección dirigida anteriormente y hacia adentro conocido como el espolón escleral, el cual sirve como un punto de
anclaje para el músculo ciliar.
Estructura
La mayoría de autores dividen la esclera en tres capas específicas:
Epiesclera: Capa de tejido conectivo más exterior. Superficialmente, se conecta con la vaina del globo ocular,
mientras su superficie profunda yace por encima del estroma escleral. La parte más anterior de la epiesclera contiene
un plexo arterial epiesclérico formado por ramas de las arterias ciliares anteriores. Este plexo normalmente no es
visible, sin embargo, durante la inflamación, se vuelve congestivo, siendo responsable de la apariencia de “ojos
rojos” en la persona afectada.
Estroma escleral: compuesto por tejido conectivo denso irregular que le da a la esclera su color blanco distintivo. El
cambio del color escleral puede indicar una enfermedad; por ejemplo, una esclera de color amarillo puede indicar
una enfermedad hepática como la hepatitis.
Lámina fusca de la esclera: es la capa más interna de la esclera; recibe su nombre gracias a la gran concentración de
melanocitos que se encuentran en ella . La lámina fusca de la esclera cubre a la coroides, la capa más externa de la
túnica vascular. El espacio virtual existente entre la lámina fusca y la coroides se llama espacio pericoroideo, y es
atravesado por nervios y por las arterias ciliares posteriores cortas y largas.
Irrigación e inervación
La parte anterior de la esclera se encuentra vascularizada por el plexo epiescleral. Su parte posterior, es irrigada por las ramas
de las arterias ciliares largas y cortas.
La parte anterior de la esclera se encuentra inervada por los nervios ciliares largos, mientras que la parte posterior se
encuentra inervada por los nervios ciliares cortos.
Función
La función de la esclera es proteger los contenidos internos del ojo del trauma mecánico. Además, su estructura rígida
contribuye a mantener la forma del globo ocular manteniendo sus estructuras en el lugar adecuado, especialmente durante las
contracciones de los músculos extraoculares.
Córnea
La córnea comprende el sexto anterior de la capa fibrosa del ojo. Es una capa circular transparente que cubre la pupila, iris y
la cámara anterior del ojo. La córnea es notablemente más convexa hacia el exterior que la esclera; por esta razón, el limbo o
unión esclerocorneal presenta un pequeño surco en su superficie, llamado surco escleral.
La córnea es más gruesa en su periferia, siendo gradualmente más delgada mientras se acerca a su centro. Histológicamente,
la córnea está compuesta por proteínas y células organizadas en 5 capas, que desde superficial a profundo son:
Epitelio corneal estratificado: tiene las 5 capas de células centralmente, mientras que en su periferia cuenta con 10
capas.
Membrana de Bowman (capa): También conocida como lámina limitante anterior de la córnea. Es una capa acelular
compuesta por una malla de fibrillas de colágeno organizadas de forma irregular.
Sustancia propia (estroma corneal): Es la parte más gruesa de la capa corneal, siendo responsable del 90% del
grosor de la córnea. Esta capa está compuesta por fibras de colágeno organizadas de forma paralela.
Membrana de Descemet: también conocida como lámina limitante posterior de la córnea. Esta es la membrana basal
del endotelio corneal subyacente y está compuesta por fibras de colágeno. En la periferia de la córnea, la membrana
de Descemet tiene protrusiones que se proyectan hacia la cámara anterior del ojo. Estas proyecciones se conocen
como cuerpos de Hassal-Henle. La membrana de Descemet es continua con la red trabecular del canal de Schlemm,
y su unión es denominada “línea de Schwalbe”.
El endotelio corneal está compuesto por una sola capa de células endoteliales. Cubre toda la superficie de la
membrana de Descemet y se encuentra contiguo al endotelio del ángulo iridocorneal y la superficie anterior del iris.
El endotelio corneal forma una barrera entre la córnea y las estructuras que la rodean, controlando el flujo de humor
acuoso hacia la córnea y manteniendo una hidratación y nutrición adecuada al tejido. Nótese que las células del
endotelio corneal no hacen mitosis, por lo tanto, si hay un daño directo, la superficie de la córnea puede permanecer
opaca de manera permanente.
Irrigación e inervación
La córnea es una estructura completamente avascular, lo cual significa que no recibe sangre arterial. En vez de esto, se nutre
de los compuestos que ofrece el humor acuoso y recibe mediante el transporte activo que ejerce su capa endotelial. Las
arterias ciliares anteriores terminan abruptamente en los márgenes corneales; de esta manera, la periferia de la córnea obtiene
algunos nutrientes de estas mediante difusión.
La inervación de la córnea es dada por los nervios ciliares largos, cuyos ramos forman el plexo anular entre el espacio
pericoroidal.
Función
La función principal de la córnea es la refracción de los rayos de luz. De hecho, la córnea es la estructura refractiva más
importante del ojo ya que tiene el poder refractivo más alto (un poder dióptrico equivalente a 58 dioptrías). La refracción de
luz ocurre en el centro de la córnea, donde su poder refractivo es significativamente mayor que aquel de la atmósfera.
Mantener la transparencia de la córnea es muy importante para que pueda continuar con su funcionamiento adecuado. En
caso de daño al epitelio corneal, el fluido de la cámara anterior puede ingresar al estroma corneal y opacar la córnea.
Al ser parte de la capa más externa del ojo (la capa fibrosa), la córnea también cumple un papel protector, al proteger el ojo
de objetos extraños.
Capa vascular
La capa vascular pigmentada de la córnea, también conocida como úvea o tracto uveal, consta de tres capas que son
continuas entre sí. Desde posterior hacia anterior, estas son la coroides, el cuerpo ciliar y el iris. El iris deja un espacio abierto
en su sección anterior conocido como pupila, mientras que falta en el polo posterior del ojo en donde el nervio óptico sale del
globo ocular.
Coroides
La coroides es una capa altamente vascularizada que es responsable de casi el 90% del total de flujo sanguíneo del ojo. Esta
vascularización es la que genera la reflexión de "ojos rojos" visible en algunas fotografías con flash. Su componente vascular
está formado por las ramas de las arterias ciliares posteriores cortas, y por las tributarias de las venas vorticosas. La
superficie externa de la coroides se encuentra firmemente adherida a la superficie interna de la esclera, mientras que su
superficie interna se adhiere a la retina. La coroides se extiende desde el sitio de salida del nervio óptico posteriormente,
hacia el cuerpo ciliar anteriormente. Puede ser dividida en tres capas:
Lámina vascular, la cual contiene una gran cantidad de melanocitos y vasos sanguíneos.
Lámina coroidocapilar, también contiene una gran cantidad de melanocitos pero está compuesta por ramas más
pequeñas de los vasos de la capa de vasos sanguíneos.
Lámina basal (Membrana de Bruch): compuesta por cinco componentes distintivos. La membrana basal del
endotelio de los capilares de la capa capilar, colágeno y fibras elásticas, y la membrana basal de la capa pigmentada
de la retina.
La coroides está inervada por los ramos de los nervios ciliares cortos y largos; los cuales acceden a la coroides desde el
espacio pericoroideo. La función de la coroides es proveer la irrigación sanguínea hacia las capas externas de la retina, y
también actuar como vía de paso para los vasos sanguíneos que vienen desde la región posterior hacia la región anterior del
ojo.
Cuerpo ciliar
El cuerpo ciliar yace profundo al espolón escleral y superficial a la ora serrata de la retina. Es contiguo a la coroides
posteriormente y al iris anteriormente.
El cuerpo ciliar forma un anillo completo alrededor del iris. En un corte transversal, el cuerpo ciliar es triangular en forma.
Su base estrecha está de cara a la periferia del iris, mientras que su ápice afronta posterolateralmente a la coroides. La base
del cuerpo ciliar es rugosa y se conoce como pars plicata, mientras su superficie posterior es suave y se conoce como pars
plana. La pars plicata tiene proyecciones delgadas llamadas procesos ciliares. Los intervalos entre los procesos ciliares sirven
como sitios de unión para las fibras zonulares del cristalino.
Estructura
El cuerpo ciliar está compuesto por tres partes:
Epitelio ciliar: es un epitelio cúbico de doble capa que cubre la superficie profunda del cuerpo ciliar. La capa interna
contiene células no pigmentadas, las cuales se encuentran contiguas a la parte nerviosa de la retina en su aspecto
posterior. La capa posterior consiste de células pigmentadas, las cuales se encuentran contiguas al epitelio
pigmentario de la retina.
El estroma ciliar está compuesto por tejido conectivo laxo rico en vasos sanguíneos que son ramas de las arterias y
venas ciliares. Estos vasos forman el círculo arterial mayor en la base del cuerpo ciliar, adyacentes al margen
periférico del iris.
El músculo ciliar es un músculo liso incrustado en el estroma ciliar. Cuando este músculo se contrae, jala al cuerpo
ciliar anteriormente. Esto lleva a que pierdan tensión las fibras zonulares del cristalino, permitiendo que el cristalino
se encoja y se haga más convexo. Este proceso incrementa el poder refractivo del lente y juega un papel importante
en el proceso de acomodación.
La inervación del cuerpo ciliar viene de los nervios ciliares cortos. Estos nervios cargan la información parasimpática
del nervio oculomotor (tercer par craneal). Esto quiere decir que el músculo ciliar es controlado por el sistema nervioso
parasimpático.
Funciones
El cuerpo ciliar tiene múltiples funciones importantes:
Los procesos ciliares producen humor acuoso en la cámara posterior del ojo. El humor acuoso fluye a través de la
pupila hacia la cámara anterior del ojo, donde es absorbido por el seno venoso escleral (el canal de Schlemm).
El músculo ciliar permite la acomodación del ojo.
Su superficie posterior se enfrenta al cuerpo vítreo y le proporciona glicosaminoglicanos.
Iris
El iris es una estructura circular, altamente pigmentada y contráctil. Funciona de forma similar al diafragma de una cámara.
Contiene una gran cantidad de melanocitos, cuya concentración varía según cada individuo. Por este motivo, el color del iris, o
simplemente el color de nuestros ojos, varía desde azul claro hasta café oscuro. Las personas con pocas concentraciones de
melanina como por ejemplo el albinismo, tienen un iris que puede parecer rojo dado a que son fáciles de percibir los vasos
sanguíneos del iris.
El iris representa el borde existente entre la cámara anterior y posterior del ojo. Se encuentra anterior al cristalino y posterior a la
esclera, estando sumergido en humor acuoso. La periferia del iris es marcada como su raíz, o también denominada margen
ciliar. El ángulo agudo que se forma por la raíz del iris y la esclera es conocido como ángulo iridocorneal (ángulo de filtración).
Este ángulo contiene la malla trabecular que facilita el drenaje del humor acuoso dentro del canal de Schlemm, y como tal, es un
punto muy importante para el pasaje del humor acuoso. Cualquier afectación del iris puede apretar el ángulo iridocorneal y
obstruir el flujo de humor acuoso, lo cual puede llevar a una condición conocida como glaucoma de ángulo cerrado.
El iris contiene dos músculos lisos que le permite contraerse apropiadamente. Estos son el músculo esfínter o constrictor de la
pupila y el músculo dilatador de la pupila. El centro del iris presenta una abertura circular llamada pupila. El margen interno del
iris que delimita la pupila se llama margen pupilar. El tamaño de la pupila puede cambiar por la acción de los dos músculos
pupilares y suele variar de 1 a 8 milímetros. El propósito de estos cambios en el tamaño de la pupila es controlar la cantidad de
luz que puede ingresar al ojo.
Superficies
La superficie anterior del iris tiene elementos que componen su textura particular. Se divide en dos zonas; zona central (pupilar)
y periférica (ciliar). El borde entre estas dos zonas está marcado por una línea ondulada llamada “ collarete”, que se encuentra a
unos 2 milímetros del margen pupilar y es la región más gruesa de la pupila.
La superficie anterior está marcada por las bandas radiales, que son bandas de fibras de colágeno que convergen hacia la pupila.
Los intervalos entre las bandas son llamados criptas de Fuchs. La parte ciliar de la superficie anterior muestra varias líneas
circulares llamadas surcos de contracción, resultado de la dilatación de de la pupila.
La superficie posterior del iris es negra y presenta múltiples pliegues de contracción radial, específicamente en la región de la
pupila. La región ciliar está marcada por surcos de contracción, justo como la superficie anterior.
Irrigación e inervación
La raíz del iris contiene una red arterial anastomótica de forma circular llamada “círculo arterial mayor”, compuesta por
arterias ciliares anteriores y posteriores. Este círculo proyecta unas ramas pequeñas que convergen en el margen pupilar del
iris. A nivel del collarete, las arterias radiales se anastomosan entre ellas para formar el “círculo arterial menor del iris”.
El drenaje venoso funciona en espejo a la irrigación arterial; venas pequeñas del margen pupilar forman el círculo venoso
menor, desde el cual las venas grandes surgen para llevar la sangre a las venas vorticosas.
El iris se encuentra sensorialmente inervado por los nervios ciliares largos y cortos, los cuales son ramos de la división
oftálmica del nervio trigémino (quinto par craneal). Los dos músculos pupilares reciben inervación autonómica motora de la
siguiente manera:
El esfínter de la pupila es inervado por las fibras parasimpáticas del nervio oculomotor (III par), mediante los
nervios ciliares cortos.
Las fibras simpáticas que inervan el esfínter de la pupila vienen del ganglio cervical superior.
El término clínico para referirse a la dilatación de la pupila es midriasis. La midriasis ocurre como resultado de la
contracción del músculo dilatador de la pupila. Ocurre cuando hay poca luz, y en momentos en los que nuestro
cuerpo tiene una predominancia simpática (por ejemplo cuando tenemos miedo o nos encontramos exaltados).
La contracción de la pupila se conoce como miosis. La miosis ocurre cuando el músculo esfínter de la pupila se
contrae. La miosis ocurre cuando estamos en ambientes con mucha luz, cuando nuestros ojos convergen
(movimiento simultáneo de los ojos hacia ellos mismos) y mientras dormimos.
La mácula lútea es un área ubicada en el centro de la capa retiniana posterior. Es el sitio en donde la visión es más
nítida ya que contiene una gran cantidad de células fotorreceptoras. La mácula lútea tiene una depresión poco profunda
en su centro; esta depresión se denomina fóvea central, la cual por su alta concentración de conos es la zona de máxima
agudeza visual.
El disco óptico (papila) se encuentra a tres milímetros (medialmente) de la mácula lútea, y representa el sitio en donde
el nervio óptico sale del ojo en su trayecto hacia el cerebro. La papila no contiene células fotorreceptoras; por lo tanto
se conoce como el “punto ciego” del ojo.
La fóvea central se divide en una mitad nasal y otra temporal. Si se traza una línea horizontal, la fóvea puede dividirse además
en superior e inferior; como consecuencia, tenemos cuatro cuadrantes. El cuadrante superior temporal, inferior temporal,
superior nasal, e inferior nasal.
Histológicamente, la retina puede dividirse en 10 capas. Desde profundo hacia superficial, estas son:
Fotorreceptores. Conos y bastones. Los bastones son células cilíndricas adaptadas para absorber luz tenue, y son
responsables de producir imágenes en escala de grises. Los conos por el otro lado, son células cónicas
especializadas en interpretar luz de alta intensidad; estas permiten la visión a color. La distribución de conos y
bastones varía dependiendo del sitio de la superficie de la retina; por ejemplo, no hay bastones en la fóvea central,
pero van aumentando en cantidad y concentración hacia la periferia de la retina. Los conos son abundantes en la
fóvea, y su concentración y cantidad baja mientras se llega a la periferia de la retina.
Células bipolares. Estas células tienen axones en un extremo y un árbol dendrítico en el extremo opuesto de su
cuerpo. Se orientan radialmente en la retina, con su extremo dendrítico haciendo sinapsis con los conos y bastones,
mientras que el axón se dirige hacia las capas más profundas de la retina. Estas células son neuronas visuales de
primer orden. Recolectan la información que proviene de las células fotorreceptoras y la pasan más abajo en la
cadena a las células ganglionares.
Células ganglionares. Estas células son neuronas visuales de segundo orden. Son células multipolares que hacen
sinapsis con las células amacrinas bipolares. Tienen axones largos no mielinizados que surgen desde su extremo
basal. Los axones luego toman un giro brusco horizontal para converger hacia el disco del nervio óptico. Por lo
tanto, sus axones pasan por la lámina cribosa de la esclera; al salir de esta, se vuelven axones mielinizados. Son
entonces los axones de las células ganglionares los que componen al nervio óptico.
Células horizontales. Estas células se distribuyen alrededor de los ápices de los conos y bastones, haciendo sinapsis
con ellos. Adicionalmente, tienen procesos alargados que hacen sinapsis con las células ganglionares. La función de
estas células es liberar el neurotransmisor GABA, el cual inhibe a las células ganglionares distales. Este proceso
permite al nervio óptico transmitir señales desde los fotorreceptores que se encuentran más excitados, contribuyendo
a la formación de una imágen nítida y clara.
Células amacrinas. Se encuentran dispersas cerca de las células ganglionares y hacen sinapsis con las dendritas de
las células ganglionares y axones de las células bipolares. Las células bipolares estimulan a las células amacrinas,
que a su vez estimulan las células ganglionares con las que hacen sinapsis. Por lo tanto, las células amacrinas actúan
como conexión indirecta entre las células bipolares y ganglionares; siendo su función modular el proceso de
fotorrecepción, asegurando que todas las células ganglionares relevantes sean estimuladas adecuadamente.
Células de sostén. Las células de sostén más abundantes son las de Müller, las cuales se encuentran dispersas a
través de toda la retina neural. Las células de Müller muestran múltiples procesos radiales que conectan con las
células fotorreceptoras. Estas conexiones pueden percibirse como una capa gruesa conocida como membrana
limitante externa. Las proyecciones de las células de Müller alcanzan la superficie anterior de la retina, en donde
presentan dilataciones terminales cubiertas por membrana basal. Estas terminales forman una tira densa, conocida
como membrana limitante interna. Aparte de las células de Müller, la retina presenta astrocitos retinianos, células
gliales perivasculares y células de la microglia.
Los seis tipos de células descritas se distribuyen de manera organizada para formar las 9 capas de la retina neural:
Vestíbulo bucal, corresponde al espacio potencial ubicado entre la superficie interna de los labios y mejillas y la
superficie externa de los dientes y encías. Los músculos que conforman este espacio son el orbicular de la boca,
buccinador, risorio y elevador del labio superior, elevador del labio superior y del ala de la nariz, depresor del labio
inferior, elevador del ángulo de la boca.
Cavidad bucal propiamente dicha, es el espacio demarcado desde la superficie interna de los dientes hasta
la orofaringe. Su límite superior es el paladar duro y blando (terminando en la úvula), mientras que posteriormente
termina en la comunicación con la orofaringe mediante el istmo de las fauces. La cavidad bucal propiamente dicha
se encuentra completamente ocupada por la lengua cuando la boca se encuentra cerrada.
Estructuras adyacentes
La lengua, los dientes, las encías, el paladar duro y blando, la mucosa yugal y las glándulas salivales son estructuras propias
de la cavidad bucal. Estos en conjunto colaboran en la formación del bolo alimenticio para la digestión de los alimentos.
A continuación detallaremos brevemente cada uno de estos:
Lengua
La lengua es un órgano muscular móvil, que ocupa la cavidad oral propiamente dicha y parte de la porción oral de la faringe.
Sus principales funciones incluyen el habla, la función masticatoria, la deglución y el sentido del gusto.
La lengua presenta dos caras. La cara superior, denominada dorso de la lengua contiene a las papilas gustativas, la ‘V’ lingual
por medio de las papilas caliciformes o circunvaladas y folículos linfoides. Mientras que la cara inferior, también conocida
como cara ventral posee un pliegue mucoso que se conoce como frenillo el cual conecta a la lengua del suelo de la boca,
permitiendo su movilidad hasta cierto punto.
Las porciones de la lengua son: la raíz, responsable de fijar la lengua a la mandíbula y al hueso hioides, el cuerpo que
corresponde a la mayor parte de su estructura y el vértice que corresponde al tercio anterior de la misma.
En su estructura presentan músculos intrínsecos y extrínsecos:
Músculos intrínsecos: músculo longitudinal superior, músculo longitudinal inferior, músculo vertical, músculo
transverso
Músculos extrínsecos: músculo geniogloso, músculo hiogloso, músculo estilogloso, músculo palatogloso
Su irrigación está dada por la arteria lingual y el drenaje venoso por las venas dorsales de la lengua y la vena sublingual.
La inervación de la lengua es un poco más compleja y se divide en el tercio posterior que se encuentra inervado por el ramo
lingual del nervio glosofaríngeo (IX par craneal) para la sensibilidad general, el sentido del gusto y las papilas circunvaladas.
Mientras que los dos tercios anteriores están inervados por el nervio lingual (ramo del nervio mandibular) para la sensibilidad
general y el sentido del gusto por la cuerda del tímpano (ramo del nervio facial).
Dientes
Los dientes conforman una parte importante de la región bucal al colaborar en la digestión, mediante el proceso de
masticación, en la fonación y como parte de la anatomía facial dando soporte a estructuras faciales.
La dentición adulta consta de 32 dientes divididos en: 8 incisivos, 4 caninos, 8 premolares y 12 molares, cada uno de estos
con funciones específicas. Los incisivos tienen la función de cortar, los caninos de desgarrar, los premolares de desgarrar y
moler y los molares de moler.
El diente tiene las siguientes partes principales: la corona, el cuello, la raíz, la cámara pulpar y el conducto radicular.
Encías
La encía, también conocida como la gingiva, corresponde a tejido fibroso cubierto por mucosa. La encía propiamente dicha,
se encuentra unida al cuello de los dientes y a la porción alveolar de la mandíbula y el maxilar. La porción que se encuentra
adyacente a la cavidad oral propiamente dicha se denomina encía palatina (superior) o encía lingual (inferior), mientras que
la porción adyacente a los labios y mejillas se denomina encía vestibular o bucal. Su inervación e irrigación es igual a la de
los dientes.
Paladar
El paladar forma parte de los límites de la cavidad bucal, correspondiendo al techo de la misma. Sus funciones principales
son separar la cavidad oral de la cavidad nasal y colaborar en los procesos de masticación, deglución y habla. Se divide en
dos partes:
Paladar duro: forma los dos tercios anteriores del paladar. Es una lámina horizontal ósea y está formada por el
proceso palatino del hueso maxilar y la lámina horizontal del hueso palatino. El paladar duro presenta pliegues
transversos (rugas palatinas) en su parte más anterior.
Paladar blando: es un pliegue de tejido blando, móvil, que se encuentra unido al borde posterior del paladar duro y
sirve como límite entre la cavidad oral y la orofarínge. Está formado por tejido muscular y aponeurosis y contiene
varias estructuras neurovasculares y glándulas mucosas. Los músculos que lo conforman son: el músculo de la
úvula, tensor del velo del paladar, elevador del velo del paladar, palatofaríngeo y palatogloso. El límite posterior
donde finaliza el paladar blando es la úvula.
La irrigación es dada por la arteria palatina mayor, la arteria palatina menor y la arteria palatina ascendente. El drenaje
venoso depende de las venas del paladar, tributarias del plexo venoso pterigoideo.
Su inervación está a cargo del nervio maxilar, nervio glosofaríngeo en cuanto a la sensibilidad general y la sensibilidad
especial y papilas gustativas dependen del nervio facial.
Mucosa yugal
La mucosa yugal es una zona continua de las encías y que recubre la porción interna de las mejillas. En la mucosa yugal
podremos encontrar a la línea alba, una línea queratinizada de mucosa sobreelevada que marca la línea de oclusión dental.
Por esta razón se puede evidenciar relieves o contener impresiones de los dientes superiores e inferiores.
Glándulas salivales
Las glándulas salivales son un grupo de estructuras que desembocan en la cavidad bucal y tienen como función producir
la saliva. Este es un líquido transparente, inodoro y viscoso que sirve para lubricar la mucosa bucal, así como a los alimentos,
participar del proceso de digestión, mantener limpia la cavidad bucal y prevenir caries a través del sistema amortiguador (o
sistema buffer).
Existen glándulas salivales principales y accesorias. Las glándulas accesorias o menores están ubicadas en toda la extensión
del paladar, los labios, mejillas, amígdalas y lengua. Mientras que las principales son:
Glándulas parótidas: las más grandes de las glándulas principales. Estas glándulas producen una secreción de
predominio seroso y están ubicadas fuera de la cavidad bucal en el lecho parotídeo y se estudia como parte de la
región de la cara, ya que es posible observarla durante la disección del nervio facial. Desemboca en la cavidad oral a
través del conducto de la glándula parótida, también conocido como el conducto de Stenon a nivel del segundo
molar maxilar.
Glándulas submandibulares: Producen una secreción mixta, pero más serosa que mucosa. Se ubican tanto superior
como inferior a la porción posterior de la mandíbula. Su vascularización depende de las arterias y venas
submentonianas y su inervación recibe fibras transportadas por los nervios facial, cuerda del tímpano y lingual que
hacen sinapsis con el ganglio submandibular. El conducto submandibular (de Wharton) se abre bajo la lengua.
Glándulas sublinguales: Producen una secreción mixta, pero más mucosa que serosa. Son las más pequeñas y más
profundas, ubicadas en el suelo de la boca entre la mandíbula y el músculo geniogloso. Su irrigación depende de las
arterias sublingual y submentoniana y la inervación es igual a la de las glándulas submandibulares.
19. CUELLO (ANATOMIA)
Cada adolescente ha escuchado por lo menos una vez en su vida la siguiente expresión por parte de sus padres: “cuidado dejas
la cabeza botada”. Bueno, afortunadamente, contamos con un cuello que mantiene nuestra cabeza adherida al resto del cuerpo,
entonces nuestros padres deberían estudiar más sobre el cuello para saber que no hay forma de que “dejemos la cabeza botada”.
Aparte de utilizarse para usar collares y ponerte perfume, el cuello también tiene otras funciones importantes. Por ejemplo, da
soporte a la posición de la cabeza y nos permite girar la cabeza hacia cualquier estímulo que se percibe. Es decir, cuando
escuches “Bohemian Rhapsody” de Queen en algún bar, puede que voltees tu cabeza, entres y te diviertas.
Laringe
Como ya sabemos, el sistema respiratorio se divide en una parte superior y otra inferior. La laringe es el comienzo de la vía
aérea inferior. Hacia inferior, se continúa como tráquea, mientras que superiormente se continúa como la faringe.
La función principal de la laringe es conducir el aire hacia la tráquea. Así mismo, actúa para evitar que los alimentos ingresen
en la tráquea en vez del esófago. Esto es posible ya que la laringe tiene un porción llamada epiglotis que se cierra durante
la deglución y se abre durante la respiración. La laringe también contiene las estructuras propias de la “caja de voz”, estando
constituidas por nueve cartílagos: 3 cartílagos sin par (cartílago tiroides, epiglótico y cricoides) y 3 cartílagos pares
(aritenoides, corniculado, cuneiforme), los cuales se articulan a través de las articulaciones de la laringe.
Glándula tiroides
La glándula tiroides es una glándula endocrina con forma de mariposa la cual se ubica anterior al cartílago tiroides de la
laringe. En cuanto a su anatomía básica, se puede decir que la glándula tiroides tiene dos lóbulos, uno izquierdo y otro
derecho (como las alas de una mariposa). Los lóbulos están conectados por un istmo (parecido al cuerpo de una mariposa).
La función principal de la glándula tiroides es la producción de dos hormonas que juegan un papel importante en varios
procesos metabólicos del cuerpo humano. Estas hormonas son conocidas como tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Revisa
nuestras unidades de estudio para expandir tu conocimiento sobre la glándula tiroides y a la vez examinar lo que sabes hasta
ahora en cuanto a su función y estructura.
Hueso hioides
¿Alguna vez has oído hablar sobre el único hueso del cuerpo que no está unido a ningún otro hueso? Este es el hueso hioides, el
cual puedes encontrar y palpar fácilmente justo encima del cartílago tiroides. Este tiene forma parecida a la letra “U” donde
su cuerpo se proyecta hacia delante (la base de la letra “U”), mientras que las astas mayores se proyectan hacia atrás desde el
cuerpo (los dos brazos de la letra “U”)
Este hueso se encuentra adherido superiormente al suelo de la cavidad oral, inferior a la laringe y posterior a la faringe. En
cuanto a la función del hueso hioides, su función principal es servir como punto de apoyo y de anclaje para muchos músculos y
tejidos blandos del cuello.
Preparamos un cuestionario personalizable sobre la anatomía del cuello. Pon tu conocimiento a prueba y aprende más sobre los
compartimentos del cuello.