Modulo 4
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valor como
instrumentos
de pago y de
financiación
PID_00247203
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CC-BY-SA • PID_00247203 Los títulos-valor como instrumentos de pago y de financiación
Índice
Introducción............................................................................................... 5
Objetivos....................................................................................................... 6
Resumen....................................................................................................... 43
Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 45
Solucionario................................................................................................ 51
Glosario........................................................................................................ 53
Bibliografía................................................................................................. 54
CC-BY-SA • PID_00247203 5 Los títulos-valor como instrumentos de pago y de financiación
Introducción
Objetivos
Ejemplo
Si A paga con una letra de cambio al mecánico B que arregla su coche y B realiza un
descuento de esa letra en su banco, A está obligado a pagar al banco (poseedor de la letra),
aunque su coche quede mal arreglado. La relación A-B, por la que se crea el documento,
no tiene relevancia en la relación A-banco. Este principio de autonomía tiene su funda-
mento en la necesidad de defensa de la seguridad del tráfico frente a la seguridad jurídica.
Si el adquirente no tuviera seguridad de que va a poder hacer efectivo el crédito, no lo
admitiría. Por ello, para favorecer la circulación, se le configura como título abstracto
(desconectado del negocio por el cual se creó). Quien se obliga por el título crea la apa-
riencia de que va a satisfacer esa obligación, y debe hacer efectiva esa apariencia aunque
en su relación jurídica inicial haya un perjuicio. Luego podrá repetir (reclamar) contra el
causante del perjuicio, pero, en principio, debe pagar.
Todas estas ventajas explican por qué los títulos-valor nacieron en el ámbito
del tráfico económico mercantil de bienes y servicios. La rapidez y seguridad
que exige el tráfico mercantil para ser operativo, para que puedan realizarse
transacciones en masa, necesita instrumentos jurídicos más ágiles que la trans-
misión de créditos o la entrega material de los bienes. De ahí nace la idea de
incorporar el derecho a un simple documento para permitir un fácil ejercicio
del mismo.
• Los títulos�a�la�orden son los que designan como titular a una persona
determinada o a la persona que ésta designe. En un principio, se indica un
titular concreto, pero éste puede a su vez designar a otro, este segundo a
un tercero, etc. Las letras de cambio o los cheques son títulos a la orden.
Para transmitirlos es necesario un negocio jurídico, denominado endoso, que es una de-
claración del titular del documento, firmada por él, en virtud de la que transmite tal
documento a la persona que designa. Cuando tratemos las letras de cambio, veremos el
concepto y las clases de endoso.
Los mercados secundarios oficiales son los mercados regulados. Actualmente se conside-
Nota
ran como tales las Bolsas de Valores, el Mercado de Deuda Pública en Anotaciones, el
Mercado de Futuros y Opciones (MEFF), y el Mercado de Renta Fija (AIAF).
El buen funcionamiento del
La doctrina discute si puede considerarse a estas anotaciones también títulos-valor, con sistema de compensación, li-
quidación y registro de valores
las características antes señaladas respecto a éstos. En el título-valor, el derecho se incor-
(fase de poscontratación) es
pora a un documento, a una cosa material. En cambio, en la anotación resulta poco más esencial en un financiero.
que una metáfora decir que el derecho se incorpora al apunte informático.
Los registros de valores anotados en cuenta se llevan por las entidades legal-
mente habilitadas para ello (arts. 7 y 7bis LMV y 30 a 56 RD 878/2015).
Es muy común designar como lugar de pago una cuenta corriente de una entidad de
Impresos de las letras
crédito, para lo que incluso hay un recuadro previsto en la letra. En tal supuesto, la en-
tidad de crédito que realizará el pago se denomina domiciliatario. Pero no es un sujeto
cambiario (no asume ninguna obligación), sino simplemente un lugar de pago. En los estancos se venden los
impresos oficiales de letras de
cambio (con diferente precio
según vaya a ser la cuantía que
se fije en la letra).
CC-BY-SA • PID_00247203 13 Los títulos-valor como instrumentos de pago y de financiación
c) la abstracción de su deuda.
En último lugar, se facilita el cobro por cuanto que frente a terceros la letra es
abstracta. La letra se emite porque entre librador y librado hay una relación que
se denomina "relación subyacente" (por ejemplo, el librado debe un dinero al
librador y le paga aceptando una letra. La deuda es la relación subyacente). A su
vez, entre librador y tomador hay una relación que justifica la designación de
esa persona como tomador (por ejemplo, el librador debe un dinero al tomador
y se propone pagarle designándole como acreedor del librado). Esta relación
no se extingue con la emisión de la letra de cambio, sino que sigue existente.
Frente a terceros sujetos cambiarios, tal relación no tiene relevancia alguna.
Lo que ocurra con la deuda entre librado y librador no afecta al tomador y
a los sucesivos sujetos cambiarios. Ello da mayor seguridad al cobro, pues el
aceptante, librador, etc. se obligan a pagar (frente a sujetos cambiarios que
sean terceros respecto de la relación subyacente) independientemente de la
razón por la que en un principio se obligaron.
El aceptante acepta pagar y, aunque luego se pruebe que la deuda por la que se obligó a
pagar no existía, sigue estando obligado frente a todos los sujetos cambiarios. Y si paga,
podrá repetir contra el librador mediante una acción causal o de enriquecimiento injusto.
Hay que decir, no obstante, que el uso de letras de cambio como forma de pago
de deudas se ha visto muy disminuido en los últimos tiempos, siendo susti-
tuido en parte por la emisión de pagarés o por otros documentos. En muchos
casos, el juicio cambiario (anteriormente, juicio ejecutivo) no es tan rápido y
CC-BY-SA • PID_00247203 17 Los títulos-valor como instrumentos de pago y de financiación
Las obligaciones cambiarias son autónomas unas de otras. Por ello, la falsedad
o vicio de una declaración, aun la del librador, no invalida las obligaciones de
los demás firmantes.
Así lo recoge la LCCh en el artículo 8 cuando señala que "cuando una letra
de cambio lleve firmas de personas incapaces de obligarse (firmas falsas) de
personas imaginarias, o firmas que por cualquier otra razón no puedan obligar
a las personas que hayan firmado la letra, o aquellas con cuyo nombre apa-
rezca firmada, las obligaciones de los demás firmantes no dejarán por eso de
ser válidas". Por lo tanto, cuando aparezca una declaración falsa, el firmante
aparente no responde. Ahora bien, él deberá demostrar la falsedad de la firma.
• que estén autorizados para ello con poder de las personas en cuya repre-
sentación actúan,
Además, declara que se presumirá que los administradores de compañías están Apoderamiento
autorizados por el solo hecho de su nombramiento. Los tomadores y tenedores
El apoderamiento se hace
de letras tendrán derecho a exigir a los firmantes la exhibición del poder. constar en la letra normalmen-
te con una mención del tipo
"p. p.", "p. o." o similar y, ade-
En la jurisprudencia existen dos posturas para el caso de que firme un repre- más, poniendo la estampilla
de la empresa (el sello). La ju-
sentante sin hacer constar que firma como apoderado: a) responderá el "repre- risprudencia entiende que con
cumplir uno sólo de ambos re-
sentado", pues realmente el firmante era representante y el tercero partía de quisitos se considera cumplida
que firmaba como tal (simplemente, ha habido un "olvido"); b) responderá la constancia del apoderamien-
to.
el firmante, pues ha incumplido un requisito legal, y al no hacer constar el
apoderamiento aparenta que quiere obligarse él.
Para el caso de falta de poder, el artículo 10 de la LCCh hace que el que firma
sin poder de la otra persona quede obligado en virtud de la letra. Si llega a
pagar la letra, tendrá los mismos derechos que hubiera tenido el supuesto re-
presentado. Lo mismo ocurre con el representante que se exceda de sus pode-
res, sin perjuicio de la responsabilidad cambiaria del representado dentro de
los límites del poder.
dos únicas personas físicas o jurídicas distintas no evita que las posiciones
jurídicas sean siempre tres, cada una con los derechos y obligaciones que les
corresponden.
Dado que, como se ha señalado, el librador es quien emite (libra) la letra ga-
rantizando su aceptación y pago, su firma es requisito esencial para la validez
del título. De ahí que ésta figure debajo de las menciones esenciales de la letra.
La designación tanto del librado como del tomador se hará por el nombre y
apellidos si se trata de persona individual, y por su denominación o razón so-
cial, si se trata de persona jurídica. El librado, aunque es la persona que recibe
la orden del librador, únicamente se obliga cambiariamente cuando acepta el
pago de la letra firmando a tal fin la letra. Si no acepta, es como si no existiera
en la letra de cambio, pues no le es exigible ninguna obligación. Normalmen-
te, cuando el librador emite la letra pide en ese mismo momento al librado que
la acepte, pero puede emitirse y dejarse la aceptación para un momento pos-
terior. Por su parte, el tomador es la persona que posee el título con el derecho
a la suma pecuniaria en él incorporado. El tomador puede endosar la letra, y
entonces asume además la posición jurídica de endosante. Quien la adquiere
de él se denomina endosatario. Este endosatario puede, a su vez, endosar la
letra (con lo cual se convierte, además, en endosante), y así sucesivamente. Al
que tiene la letra en un momento determinado se le denomina "tenedor" (en
un principio, lo es el tomador. Si la transmite, lo es el endosatario. Y así suce-
sivamente).
a) Tiene que figurar escrita en la letra misma. No tendrá validez una aceptación
verbal o la prestada en documento distinto a la letra.
2.6. El endoso
La cesión ordinaria de la letra transmite al cesionario todos los derechos del cedente en
los términos previstos en los artículos 347 y 348 del Código de comercio. El cesionario
tiene derecho a la entrega de la letra (art. 24 LCCh). Por su parte el Código de comercio
regula en esos artículos la transmisión de los créditos mercantiles no endosables ni al
portador. Estos créditos pueden ser transmitidos por el acreedor poniendo�en�conoci-
miento�del�deudor�la�transferencia, sin necesidad del consentimiento de éste. El deu-
dor queda obligado con el nuevo acreedor en virtud de la notificación, y desde que tiene
lugar no se reputa pago legítimo, sino el que se hiciere a éste. El cedente responde de
la�legitimidad�del�crédito�y�de�la�personalidad�con�que�hizo�la�cesión; pero no de la
solvencia del deudor, salvo pacto expreso.
El endoso puede hacerse a favor del librado, haya aceptado o no, del librador Un título al portador
o de cualquier otra persona obligada en la letra, y todas estas personas podrán
Resulta curioso que un título
endosarla de nuevo (art. 14.3 LCCh). Este es el llamado endoso�de�retorno. esencialmente nominativo, co-
mo la letra, pueda actuar co-
mo título al portador.
La fecha del endoso tampoco es requisito esencial. La LCCh permite que aquél
se realice en cualquier tiempo, antes o después del vencimiento de la letra, y
presume, salvo prueba en contrario, que el endoso sin fecha se ha realizado
antes de terminar el plazo para levantar protesto. El endoso posterior al ven-
cimiento no puede ser realizado por el aceptante y produce los mismos efectos
que un endoso anterior. Sin embargo, el endoso posterior al protesto o a la
declaración equivalente por falta de pago o al vencimiento del plazo estable-
cido para levantar el protesto no produce otros efectos que los de una cesión
ordinaria (art. 23 LCCh).
2.7. El aval
Suplemento de la letra
El aval es la declaración cambiaria por la que una persona garantiza la
obligación de pago de la letra asumida por un obligado cambiario. La LCCh permite que, cuando
la extensión de las menciones
de la letra así lo exija, se incor-
pore un suplemento, donde
podrán hacerse constar todas
Por la declaración de "aval", el avalista se convierte en obligado cambiario soli- aquellas menciones excepto
las del artículo 1, que deben
dario. El aval cambiario, aunque guarda muchas similitudes con la fianza ordi-
constar en la letra misma (art.
naria, se diferencia de ella en varios aspectos. Ambas son garantías personales, 13 LCCh).
pero, a diferencia de la fianza, que tiene carácter accesorio (no puede existir sin
una obligación válida (art. 1824 Cc), el aval tiene existencia independiente de
la obligación principal. La LCCh considera válido el aval aunque la obligación
garantizada fuese nula por cualquier causa que no sea la de vicio de forma.
Hace responder al avalista de igual manera que el avalado, y no puede oponer
las excepciones personales de éste. Además, cuando el avalista paga la letra de
cambio, adquiere los derechos derivados de ella contra la persona avalada y
contra los que sean responsables cambiariamente respecto de esta última (art.
37 LCCh). De otra parte, en la fianza existe el beneficio de excusión a favor
del fiador (art. 1830 Cc), que permite que el fiador no se vea obligado a pagar
hasta tanto se haya intentado primero el cobro del deudor principal. En cam-
bio, el avalista es un obligado solidario que no puede exigir que se reclame en
primer lugar al avalado.
Respecto a la forma del aval, resulta esencial la firma del avalista. Ha de constar
en la letra o en su suplemento (existe un lugar destinado a ello en el reverso de
la letra), y se expresa mediante las palabras por aval o cualquier otra formula
equivalente. No obstante, el artículo 36 LCCh establece que basta la firma
en anverso de quien no sea librado ni librador (pues la firma del librado en
el anverso es aceptación; y la del librador, libramiento) para que se entienda
hecho el aval. El aval debe indicar a quién se avala. A falta de esta indicación,
se entenderá avalado el aceptante, y en defecto de aceptación, el librador.
Así, si avala al aceptante y paga, sólo podrá repetir el pago reclamando al acep-
tante por la vía directa. Si avala al librador y paga, podrá repetir el pago recla-
mando al librador por la de regreso, o al aceptante por la directa.
2)� vencimiento� a� un� plazo� desde� la� fecha (por ejemplo, seis meses
fecha),
4)� vencimiento� a� un� plazo� desde� la� vista (por ejemplo, tres meses
vista).
El cómputo de los meses en las letras de cambio libradas a uno o varios meses
a partir de su fecha o de la vista, se hará de fecha a fecha. Así, en una letra
girada cuando en el mes del vencimiento no haya día equivalente al inicial del
cómputo se entenderá que el plazo expira el último del mes (art. 41 LCCh).
Las letras ya no "viajan físicamente", como ocurría antes. El banco que se en-
carga de cobrarla (la mayoría de letras se cobran por medio del banco del te-
nedor) introduce los datos en un sistema informático interbancario y se queda
en poder de la letra. Es el llamado "truncamiento".
El tenedor de una letra pagadera en día fijo o a un plazo para contar desde la
fecha o desde la vista, deberá presentar la letra de cambio al pago en el día de
su vencimiento o en uno de los dos días hábiles siguientes (art. 43.1 LCCh). Si
la presenta fuera de este plazo, se pierden las acciones de regreso, y el tenedor
habrá de dirigirse para cobrar la letra contra el aceptante, si lo hubiere.
El protesto notarial por falta de aceptación deberá hacerse dentro de los plazos fijados
para la presentación a la aceptación o de los ocho días hábiles siguientes. El protesto por
falta de pago de una letra de cambio pagadera a fecha fija o a cierto plazo desde su fecha o
desde la vista deberá hacerse en uno de los ocho días hábiles siguientes al del vencimiento
de la letra de cambio. Si se tratara de una letra pagadera a la vista, el protesto deberá
extenderse en el plazo indicado para el protesto por falta de aceptación. El protesto por
falta de aceptación eximirá de la presentación al pago y del protesto por falta de pago.
CC-BY-SA • PID_00247203 29 Los títulos-valor como instrumentos de pago y de financiación
Para ejercer la acción directa, no es necesario protesto, pero sí para ejercer las
acciones de regreso. La acción directa prescribe a los tres años desde el venci-
miento de la letra. La de regreso, al año o a los seis meses desde el protesto, de-
pendiendo de que sea la del tenedor contra librador o endosante, o la del obli-
gado que pagó y quiere repetir contra los obligados anteriores (art. 88 LCCh).
Ejemplo
El tenedor reclama al avalista del librador, para lo cual tiene el plazo de un año. Dicho
avalista, a su vez, puede reclamar: contra el librador, por otra acción de regreso, en un
plazo de seis meses desde que pagó; o contra el aceptante, por la acción directa, para lo
cual le quedarán, como poco, dos años.
Junto a estas acciones cambiarias, cabe hacer referencia a las llamadas accio-
nes�extracambiarias. Éstas no persiguen ya el cobro de la letra como tal tí-
tulo-valor; es más, sólo pueden operar cuando tal cobro no ha sido posible.
Buscan o bien exigir el cumplimiento efectivo de la relación subyacente (por
ejemplo, pago de la mercancía en una compra-venta), ya que no se ha podido
lograr de forma cambiaria, o bien que responda quien se haya enriquecido in-
justamente con la falta de pago de la letra (acción de enriquecimiento injusto
o enriquecimiento cambiario).
La acción causal es la que dimana de la relación subyacente; por ello, sus requisitos,
régimen y legitimación se rigen por la relación de que se trate: préstamo, compraventa,
suministro, etc. Es subsidiaria, en el sentido de que antes debe haberse intentado el pago
voluntario, pero puede ejercitarse incluso sin haber ejercitado acciones cambiarias. La
doctrina y la jurisprudencia admiten que pueda alegarse como reclamación subsidiaria
de la acción cambiaria. Pero la acción causal se pierde si el acreedor dejó prescribir la
acción cambiaria (art. 1170 CC).
Para facilitar el cobro de la letra, la LCCh limita las excepciones que el deman-
dado puede oponer a las pretensiones del tenedor, tanto en juicio ordinario
como cambiario. Las excepciones son razones que alega el demandado para
no pagar. Si el juez estima o admite alguna de las excepciones, desestimará la
acción cambiaria interpuesta. Esta limitación resulta de crucial importancia
para la letra de cambio, pues la seguridad del tráfico exige que los títulos-va-
lor de pago sean de fácil cobranza, y por ello las excepciones oponibles a ello
deben ser las mínimas exigibles.
Cierta doctrina y ciertos sectores económicos han manifestado, por eso, que el elenco de
excepciones que permite el artículo 67 LCCh es demasiado extenso y facilita maniobras
dilatorias del pago, con lo que la finalidad de abstracción del título y de rigor cambiario
que la propia ley persigue queda diluida. De hecho, por estas y otras razones la credibili-
dad que hoy en día una letra de cambio da respecto a su pago se halla muy disminuida
en el sentir de muchos sectores económicos, que buscan otros títulos-valor y medios ju-
rídicos para asegurar el cobro de sus créditos.
En primer lugar, pueden oponerse las excepciones que nacen de las relaciones
personales entre demandante y demandado. Aquí entra en juego la relación
subyacente (la que origina la creación, transmisión o garantía de la letra) que
existe entre los sujetos en cuestión. Estas excepciones se suelen denominar
extracambiarias�o�personales, pues dependen de esa relación entre las partes
y no de la relación cambiaria, que supone una serie de obligaciones iguales
para todos los sujetos.
En el ejemplo que pusimos al inicio del módulo, si A paga con una letra de cambio al
mecánico B que arregla su coche y B realiza un descuento de esa letra en su banco, A está
obligado a pagar al banco (poseedor de la letra), aunque su coche quede mal arreglado.
La relación A-B, por la que se crea el documento, no tiene relevancia en la relación A-
banco. Este defecto de reparación es una excepción personal, no oponible al banco, que
nada sabe de la razón por la que A aceptó la letra. Si, en cambio, el banco reclama a B,
cuando B luego le reclame a A, éste sí le podrá oponer, negándose a pagar, que el trabajo
está mal hecho, pues puede hacer valer la relación personal con él.
Sí, en cambio, le son oponibles al tenedor las excepciones basadas en sus re-
laciones personales con el deudor reclamado (art. 67.1 LCCh). Son supuestos
concretos de excepción personal:
CC-BY-SA • PID_00247203 32 Los títulos-valor como instrumentos de pago y de financiación
También pueden oponerse al tenedor las excepciones que el deudor tenga fren-
te a tenedores anteriores si, al adquirir la letra, el tenedor procedió a sabiendas
en su perjuicio (art. 20 LCCh); esto es, conocía que existía una relación per-
sonal mal cumplida y admitió el endoso para impedir que el deudor pudiera
oponerla. Se trata de la llamada exceptio doli, que opera cuando la transmisión
se hace a un simple "testaferro", que actúa en realidad por cuenta del transmi-
tente. Se finge una transmisión para que el demandado no pueda oponer al
adquirente la excepción personal que tenía contra el transmitente. Pese a esta
ficción, si el demandado prueba esa condición de testaferro, podría oponer al
"falso o supuesto adquirente" las mismas excepciones que tiene frente a quien
le transmitió.
4) el lugar de pago;
se emite al portador, será transmisible por la simple entrega; no hay que hacer
constar la entrega en el título); c) el cheque siempre vence a la vista, esto es,
cuando se presenta al librado para el pago (el cheque presentado al pago antes
del día indicado como fecha de emisión –cheque postdatado– es pagadero el
día de la presentación; art. 134 LCCh).
Como se ha señalado, el cheque vence siempre "a la vista", esto es, cuando se
presente al cobro, aunque, por ejemplo, tenga una fecha de emisión posterior.
El librado retiene fondos suficientes del librador para hacer el pago del cheque durante
el plazo señalado en la conformidad. Por eso, el librador no podrá disponer de dinero de
la cuenta si con ello dejara una cuantía inferior a la propia del cheque.
La LCCh no exige esta identificación ni la permite. Las entidades de crédito lo hacen por
razones prácticas.
Para evitar que los cheques se puedan cobrar "en ventanilla", al emitirlos, el librador pue-
de "cruzar" el cheque con dos barras o rayas paralelas en el anverso, o poner la expresión
"para abonar en cuenta". En estos casos, el tomador debe encargar a su propio banco que
lo cobre del librado; de esta forma, como el banco del tomador sí tiene controlada la
identidad de éste, en los casos de sustracción o pérdida se podrá saber en la cuenta de
quién se ingresó la cantidad. El cheque cruzado sólo se pagará en ventanilla si el tomador
es también cliente del librado. En estos casos, como el librado conoce su identidad, se lo
puede abonar en metálico porque ya le conoce.
Al librador que emite un cheque sin tener provisión de fondos en poder del li-
brado, por la suma en él indicada, la LCCh le obliga a pagar al tenedor, además
de dicha suma, el 10% del importe no cubierto del cheque, y la indemnización
de los daños y perjuicios (art. 108.3 LCCh).
Nota
El "pagaré" es un título-valor donde tan sólo intervienen dos personas.
Una de ellas, la que firma el pagaré (firmante), se obliga a pagar una El firmante del pagaré es co-
mo una fusión de las figuras de
cantidad a la segunda (o a la persona que ésta designe en el endoso). No aceptante y librador de la letra
de cambio.
es posible la emisión de pagarés cambiarios al portador.
dosante, con el mismo régimen que en la letra de cambio. Por otra parte, el
pagaré cambiario debe ser nominativo. Un "pagaré al portador" no será pagaré
cambiario, ni título cambiario.
Existen dos modelos normalizados para las entidades bancarias: uno publicado
por el Banco de España y otro aprobado en 1986 por el desaparecido Consejo
Superior Bancario (CSB). Las funciones del CSB fueron asumidas en 1994 por
la Asociación Española de Banca (AEB), que es una asociación profesional de
afiliación voluntaria formada por casi todos los bancos españoles y extranjeros
que operan en España. En la práctica, el modelo más utilizado es el del CSB,
dado que es el requerido por los bancos para descontar los efectos y el único
que puede ser introducido por una cámara de compensación.
Para los pagarés con vencimiento a un plazo desde la vista, el artículo 97.2 de
la Ley Cambiaria dicta una norma especial. Estos pagarés deben presentarse al
firmante de los mismos en los plazos fijados en el artículo 27 LCCh, esto es, un
año desde su emisión. El plazo que hay que contar desde la vista correrá desde
la fecha del visto, o expresión equivalente, suscrito por el firmante del pagaré.
CC-BY-SA • PID_00247203 40 Los títulos-valor como instrumentos de pago y de financiación
Como se observa, aquí la negativa del firmante no provoca el efecto que pro-
voca la negativa del librado en la letra de cambio (permitir, sin esperar al ven-
cimiento y una vez realizados el protesto o la declaración equivalente, accio-
nar en vía de regreso). Puesto que el firmante del pagaré queda obligado en
los mismos términos que el aceptante de la letra de cambio, su negativa a dar
el "visto" no entraña su salida del círculo de obligados cambiarios; por ello,
únicamente sirve como fecha de inicio del plazo de vencimiento.
A favor de la licitud, ciertas audiencias provinciales señalan en sus sentencias que el con-
sumidor no pierde posibilidades de defensa. Si, finalmente, el prestamista le reclama sin
justificación (porque no hubo impago) una cantidad excesiva, el consumidor podrá opo-
nerse a la reclamación y demostrarlo. Por lo tanto, defienden esta forma de instrumen-
tación del recobro del banco porque facilita dicho recobro, ahorra gastos y no impide
que el consumidor pueda defenderse.
Parece, no obstante, razonable pensar que se trata de una práctica abusiva. El consumi-
dor puede defenderse, sí, pero con los bienes ya embargados, y además con el coste que
todo ello conlleva (contratación de abogado y procurador, estudio del caso, etc.). Darle al
banco un título cambiario "gratis", en blanco o por una cuantía excesiva, supone facilitar
demasiado el cobro y cargar al consumidor con la carga de la prueba de que pagó (cuando
tal carga de la prueba corresponde al banco).
CC-BY-SA • PID_00247203 41 Los títulos-valor como instrumentos de pago y de financiación
5.1. Obligaciones
De cara conseguir recursos, las sociedades de capital (art. 401.1 LSC) pueden,
en lugar de pedir un préstamo a un banco o aumentar el capital social contra
aportaciones de los socios, emitir obligaciones, lo cual no supone sacrificio
para los socios.
Hay que destacar que normalmente los pagarés y las letras, que son deuda pública a corto
plazo, se compran por un valor menor al valor nominal. El interés está en la diferencia
entre el valor que se paga y el valor nominal, que es el que se recibe cuando vence el
plazo. Este sistema de pago de intereses se denomina "al tirón". El tipo de interés suele
fijarse por un mecanismo de subasta quincenal.
Resumen
Ejercicios de autoevaluación
La�letra�de�cambio
Pavimentos del Noreste S. A. (PAVINOSA), con domicilio en la calle Ample, 56, de Barcelona,
y cuya consejera delegada es doña Luisa Tamames, emitió una letra de cambio el día 17 de
marzo del presente año contra Porcelanas Finas, S. L., con domicilio en la calle Escudellers,
50, de Barcelona, y cuyo administrador único es don José Luis Doresa, y se la entregó para
pago de una deuda de 5.000 euros a don Tomás Gutiérrez, con domicilio en la calle Mun-
taner, 122, de Barcelona. La letra fue domiciliada en el Banco Norte, sucursal 9, de la calle
Aribau, 33. PAVINOSA había pedido a Porcelanas Finas S. L. que aceptara la letra y le prome-
tió que antes del vencimiento pondría a su disposición la cantidad de 5.000 euros (promesa
que incumplió). El vencimiento se estableció a tres meses desde la aceptación y ésta se hizo
constar en la letra en el mismo momento de la emisión. También en ese momento, y por
exigencias del tomador, la obligación del librador fue avalada por Mateo Linares. El día 25
de marzo, don Tomás Gutiérrez endosó la letra en blanco a Suministros Industriales S. L.,
cuyo administrador es Leocadio Santurce, y el día 26, Suministros Industriales S. L. hizo un
endoso al portador a favor de doña Cristina Sánchez, quien al entregar la letra a don Cirilo
Fuentes, le puso como endosatario.
Con estos datos y el modelo de letra de cambio que seguidamente se incorpora, contesta las
siguientes preguntas:
a) Porcelanas Finas S. L.
b) Jose Luis Doresa.
c) Pavimentos del Noreste S. A.
a) Cirilo Fuentes.
b) Suministros Industriales S. L.
c) Cristina Sánchez.
10. Si Cirilo Fuentes presentara la letra al pago el día 18 de junio y éste se denegara y no se
levantara protesto ni se hiciera constar la declaración equivalente...
13. Si, denegado el pago, se hubiese hecho constar la declaración equivalente al protesto,
Cirilo Fuentes...
16. Si, habiéndose levantado protesto, Cirilo Fuentes reclamara a PAVINOSA, ésta...
18. En el mismo caso que la pregunta anterior, si reclama a Cristina Sánchez, ésta...
19. Si, habiéndose levantado protesto, Cirilo Fuentes reclamara el pago a Porcelanas Finas
S. L., ésta...
23. El avalista...
El�cheque
26. En el cheque...
27. El cheque...
a) 15 días.
b) 20 días.
c) 60 días.
El�pagaré
29. El pagaré...
a) levantaré protesto y podré accionar sin esperar al vencimiento contra el firmante y el resto
de obligados en vía de regreso.
CC-BY-SA • PID_00247203 49 Los títulos-valor como instrumentos de pago y de financiación
31. En el pagaré, la posición del firmante equivale a la fusión de las figuras de...
a) aceptante y endosante.
b) librador y aceptante.
c) Ambas son falsas.
Anotaciones�en�cuenta
Obligaciones�y�deuda�pública
a) No puede emitir obligaciones cuyo importe supere el doble de sus recursos propios, salvo
que la emisión esté garantizada con hipoteca, con prenda de valores, con garantía pública o
con un aval solidario de entidad de crédito.
b) Puede emitir obligaciones convertibles en participaciones sociales.
c) Ambas son falsas.
Solucionario
Ejercicios de autoevaluación
1.�b
2.�b
3.�a
4.�b
5.�a
6.�a
7.�a
8.�a
9.�a
a)�Correcta. Deberá constar la firma de Mateo Linares.
10.�a
a)�Correcta. La acción directa se ejercita frente a la sociedad que es la obligada cambiaria,
no frente a su representante.
11.�c
c)�Correcta. El banco domiciliatario no es obligado cambiario y la acción de regreso frente a
Tomás Gutiérrez se ha perdido al no hacerse constar el protesto o la declaración equivalente
en tiempo oportuno.
12.�a
13.�a
a)�Correcta. Luisa Tamames no es obligada cambiaria, lo es PAVINOSA, la sociedad a la que
representa.
14.�c
c)�Correcta. Suministros Industriales "desaparece" al hacer un endoso al portador y Cristina
Sánchez completa el endoso en blanco realizado por Tomás Gutiérrez poniendo como tene-
dor a Cirilo Fuentes, con lo que al no firmar, no queda obligada cambiariamente y tampoco
consta como endosataria.
15.�a
a)�Correcta. José Luis Doresa no es obligado cambiario, lo es la sociedad Porcelanas Finas
S. L., a la que representa.
16.�a
17.�b
18.�b
19.�a
20.�b
21.�b
22.�a
23.�a
24.�b
25.�c
26.�b
27.�c
CC-BY-SA • PID_00247203 52 Los títulos-valor como instrumentos de pago y de financiación
28.�b
29.�c
30.�b
31.�b
1.�a
2.�c
3.�a
4.�c
5.�a
1.�b
2.�a
3.�a
4.�c
CC-BY-SA • PID_00247203 53 Los títulos-valor como instrumentos de pago y de financiación
Glosario
aceptación f Declaración por la que el librado asume la obligación de pagar la letra a su
vencimiento. Con la aceptación, el librado se convierte en aceptante y se compromete a
cumplir el mandato de pago recibido del librador.
aval m Declaración cambiaria por la que una persona garantiza la obligación de pago de
la letra asumida por un obligado cambiario.
cheque m Título que incorpora una orden de pago que el cliente (librador) de un banco
(librado) da a éste para que pague una cantidad determinada de dinero a la persona en él
designada (tomador), siempre que exista una previa provisión de fondos del librador en poder
del librado.
endoso m Declaración puesta en la letra por la que el tenedor de la misma (acreedor cam-
biario) transmite su derecho a otra persona ordenando que se le pague a ella o a su orden.
letra de cambio f Título-valor emitido por una persona (llamada "librador") que ordena
a otra (llamada "librado") que realice el pago de una cantidad a un tercero (denominado
"tomador") o a quien éste designe, en un momento determinado.
pagaré m Título-valor donde tan sólo intervienen dos personas. Una de ellas, la que firma
el pagaré (firmante), se obliga a pagar una cantidad a la segunda (o a la persona que ésta
designe en el endoso).
título-valor m Documento que incorpora una promesa unilateral de realizar una presta-
ción a favor de quien resulte legítimo tenedor del mismo.
Bibliografía
Bibliografía básica
Beltrán, Emilio – Senés, Carmen (drs.) – Campuzano Laguillo, Ana Belén (2013).
Derecho cambiario. Tirant lo blanch, Valencia.
Gadea Soler, Enrique (2007). Los títulos-valor: letra de cambio, cheque y pagaré. Dykinson,
Madrid.
Menéndez Menéndez, Aurelio (1986). Derecho cambiario. Estudios sobre la Ley Cambiaria
y del Cheque. Civitas, Madrid.
Paz Ares, Cándido (2005). Naturaleza jurídica de la letra de cambio. Colegio de Registradores
de la Propiedad, Mercantiles y Bienes Muebles de España, Madrid.