El documento describe el gran mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas según se enseña en Deuteronomio 6:5. Jesús enseña que amar a Dios con todo el corazón, alma y fuerzas es lo más importante. También se discute un encuentro entre Jesús y un joven rico, donde Jesús lo prueba para ver si está dispuesto a poner a Dios sobre sus posesiones materiales al pedirle que venda todo y lo siga. El joven se va triste porque sus riquezas eran más importantes que seguir a Jesús.
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El documento describe el gran mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas según se enseña en Deuteronomio 6:5. Jesús enseña que amar a Dios con todo el corazón, alma y fuerzas es lo más importante. También se discute un encuentro entre Jesús y un joven rico, donde Jesús lo prueba para ver si está dispuesto a poner a Dios sobre sus posesiones materiales al pedirle que venda todo y lo siga. El joven se va triste porque sus riquezas eran más importantes que seguir a Jesús.
El documento describe el gran mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas según se enseña en Deuteronomio 6:5. Jesús enseña que amar a Dios con todo el corazón, alma y fuerzas es lo más importante. También se discute un encuentro entre Jesús y un joven rico, donde Jesús lo prueba para ver si está dispuesto a poner a Dios sobre sus posesiones materiales al pedirle que venda todo y lo siga. El joven se va triste porque sus riquezas eran más importantes que seguir a Jesús.
El documento describe el gran mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas según se enseña en Deuteronomio 6:5. Jesús enseña que amar a Dios con todo el corazón, alma y fuerzas es lo más importante. También se discute un encuentro entre Jesús y un joven rico, donde Jesús lo prueba para ver si está dispuesto a poner a Dios sobre sus posesiones materiales al pedirle que venda todo y lo siga. El joven se va triste porque sus riquezas eran más importantes que seguir a Jesús.
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EL GRAN MANDAMIENTO: AMARÁS A JEHOVÁ TU DIOS.
Dt. 6: 5 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y
amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. a. Oye, Israel: En hebreo, estos versículos son conocidos como el Shema (“oye” en hebreo). Es la clásica confesión hebrea de fe, que describe quién es Dios y cuál es nuestro deber hacia Él. b. ¡Jehová nuestro Dios, Jehová uno es! Esta es la verdad esencial acerca de Dios. Es una persona y no una vaga fuerza panteísta. Siendo uno, no puede ser representado por imágenes contradictorias. Ya que Jehová nuestro Dios, Jehová uno es, Él no es Baal, ni Astoret
Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y
con todas tus fuerzas: Saber quién es Dios nos permite actuar hacia Él correctamente. Le damos lo que le corresponde. i. Dios quiere un amor completo de nosotros. Este amor es apropiado porque Él nos amó completamente: Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero (1 Juan 4:19). ii. Lo que Dios más quiere de nosotros es nuestro amor. A menudo pensamos que Dios exige otras cien cosas de nosotros – nuestro dinero, nuestro tiempo, nuestro esfuerzo, nuestra voluntad, nuestra sumisión, etc. – pero lo que Dios realmente quiere es nuestro amor. Cuando realmente amamos al Señor con todo nuestro corazón, alma y mente, entonces todo lo demás se le da gratuitamente al Señor. Si le damos al Señor todo lo demás – dinero, tiempo, esfuerzo, voluntad, etc. – sin darle nuestro amor, todo se desperdicia – y tal vez, todo se pierde. iii. Jesús llamó a esto el gran mandamiento (Mateo 22:37-38); y dijo que el segundo mandamiento, amarás a tu prójimo como a ti mismo, era como este primer y gran mandamiento. Cuando amamos al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, alma y mente, nos resultará fácil amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
JESÚS ENSEÑA SOBRE RIQUEZAS Y SEGUIRLO.
1. (16-17) Un hombre le pregunta a Jesús acerca de tener la vida eterna. Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. a. ¿Qué bien haré para tener la vida eterna?: Esta pregunta demuestra que este hombre, como todas las personas por naturaleza, tenía una orientación hacia ganarse la vida eterna. Él quería saber qué buena obra o noble acción podía hacer para tener la vida eterna. i. Todos los tres evangelios (Mateo, Marcos y Lucas) nos dicen que este hombre era rico. Mateo nos dice que era joven (Mateo 19:22), y Lucas nos dice que era un gobernante. b. ¿Por qué me llamas bueno? En esto, Jesús no negó que era bueno. Sino que Él le preguntó al hombre: “¿Entiendes lo que me dices cuando me llamas bueno?” i. Es como si Jesús hubiese dicho: “Tu vienes a mí para preguntarme qué buena obra puedes hacer para heredar la vida eterna. Pero ¿que sabes acerca de lo bueno?” “El argumento es claro: o Jesús era bueno, o no debería haberlo llamado bueno; pero como no hay ninguno bueno excepto Dios, Jesús que es bueno debe ser Dios”. (Spurgeon) c. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos: La respuesta de Jesús a la pregunta del hombre fue bastante sencilla. Si quieres ganar la vida eterna por tu propia cuenta, debes guardarlos mandamientos, todos ellos, y guardarlos en el sentido más completo. i. “Él que necesita ser salvo por sus obras, Cristo le establece hacer lo que ningún hombre vivo puede hacer, y así le demuestra su error”. (Trapp) 2. (18-20) Jesús lo prueba por los aspectos de la Ley Mosaica que tratan con la relación del hombre con los hombres. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? a. No matarás: Jesús le preguntó al hombre acerca de los mandatos que tratan principalmente de la relación de un hombre con el hombre. En respuesta, el hombre joven afirmó: “Todo esto lo he guardado desde mi juventud”, así declarando haber cumplido los mandatos de Dios con respecto a cómo se debe tratar a otras personas. i. Ambas tablas de la ley pondrán a prueba a cada persona delante de Dios. No es suficiente hacer el bien por nuestro prójimo y ser una persona decente; debemos hacer lo justo por Dios, y darle la gloria y el honor que Él merece. b. Todo esto lo he guardado desde mi juventud: Es justo preguntar si este joven realmente había cumplido con estos mandamientos. Es probable que en realidad los mantuvo de una manera que lo hizo justo ante los ojos de los hombres, en el sentido de que Pablo podría decir en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible en Filipenses 3:6. Pero ciertamente no los mantuvo en el sentido completo y perfecto del cual habló Jesús en el sermón del Monte. i. Marcos 10:21 nos dice que, en respuesta del joven, Jesús le amó. Jesús tuvo compasión de este hombre, quien estaba tan equivocado como para pensar que él realmente podía justificarse ante Dios. c. ¿Qué más me falta? Esto por sí mismo nos dice que este hombre no había guardado perfectamente la ley, porque él sabía que algo faltaba en su vida, lo cual provocó la pregunta: ¿Qué más me falta? Aún faltaba algo en su vida, lo que reflejaba que algo faltaba en su relación con Dios. i. “La vida ejemplar más la insatisfacción significaba mucho… ‘Estoy en el camino correcto, de acuerdo con tus enseñanzas; ¿por qué entonces no puedo obtener el resto de la vida verdadera y piadosa?’” (Bruce) 3. (21-22) Jesús lo pone a prueba por los aspectos de la Ley Mosaica que tratan con la relación del hombre con Dios. Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. a. Vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme: El llamado a abandonar todo y seguir a Jesús es un llamado a poner a Dios primero en todas las cosas. Es la obediencia completa a la primera tabla de la ley, la cual trata de la relación del hombre con Dios. i. Podemos cometer dos errores aquí. El primero es creer que esto aplica a todos, cuando Jesús nunca hizo este mandato a todos los que le seguirían, sino especialmente a este hombre rico cuyas riquezas eran claramente el obstáculo para su discipulado. En cambio, mucha gente rica puede hacer más bien en el mundo si continúa haciendo dinero y usando esos recursos para la gloria de Dios y el bien de los demás. El segundo error es creer que esto no aplica a nadie, cuando claramente hay aquellos hoy en día que la mejor cosa que pueden hacer para ellos mismos espiritualmente es abandonar radicalmente el materialismo que los está arruinando. ii. Sin embargo, notamos que Jesús simplemente llama a este hombre a ser su discípulo, al decir: “sígueme”. b. Se fue triste porque tenía muchas posesiones: En esto, el interrogador rico fracasó totalmente. El dinero era su dios; era culpable de idolatría. Esa es la razón de que Jesús, conociendo el corazón del hombre, le pidió que renunciara a sus posesiones. i. “Él sería salvo por obras; sin embargo, no llevaría a cabo sus obras a lo máximo de los mandatos de la ley. Falló en observar el espíritu de la primera y de la segunda tabla. No amaba a su prójimo pobre como a sí mismo; no amaba a Dios en Cristo Jesús con todo su corazón y alma”. (Spurgeon) iii. Triste, porque tenía muchas posesiones: “¿Y que eran estas en comparación con la paz de conciencia, y el descanso mental? Además, tenía prueba inequívoca de que esto no contribuía nada a su consolación, ya que ahora es miserable ¡aun mientras él las posee! Y así será cada alma, quien coloca bienes terrenales en el lugar del Dios supremo”. (Clarke) 4. (23-26) Riquezas como un obstáculo para el reino. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; más para Dios todo es posible. a. De cierto os digo: No debemos de disminuir la fuerza de las palabras de Jesús, ni fallar de ver su aplicación en nuestra propia sociedad afluente. ¿Quién entre nosotros no sería considerado más rico que este joven gobernante? b. Que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos: Las riquezas son un problema porque tienden a hacernos sentir satisfechos con esta vida, en vez de anhelar la era venidera. Además, a veces se buscan riquezas a expensas de buscar a Dios. i. La ilustración que usó Jesús –Es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja– estaba destinada a ser un poco graciosa. Inmediatamente pensamos que esto es algo imposible. ii. “El camello, el animal común más grande, tratando de meterse a través del agujero más pequeño imaginable”. (France) iii. Un problema con las riquezas es que fomentan un espíritu de falsa independencia, muy parecido a la iglesia de Laodicea: “Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad” (Apocalipsis 3:17). d. Para Dios todo es posible: Es posible para un hombre rico ser salvo. La gracia de Dios es suficiente para salvar al hombre rico; tenemos ejemplos de personas como Zaqueo, José de Arimatea, y Bernabé. Todos estos eran hombres ricos que todavía pusieron a Dios primero, no sus riquezas. i. “Jesús no está diciendo que todas las personas pobres y ninguno de los ricos podrá entrar al reino de los cielos. Eso excluiría a Abraham, Isaac y Jacob, sin mencionar a David, Salomón y José de Arimatea”. (Carson)