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devenir Vol. 2, N°4, julio - diciembre 2015, pp.

27-44 - Estudios ISSN 2312-7570


Universidad Nacional de Ingeniería, Lima

LA ESTRATEGIA DE INTEGRACIÓN DE ESPACIOS ABIERTOS Y PATRIMONIO EN


EL PLAN METROPOLITANO DE DESARROLLO URBANO LIMA-CALLAO 2035(*)
OPEN SPACE AND HERITAGE INTEGRATION STRATEGY IN THE 2035 METROPOLITAN LIMA-
CALLAO URBAN DEVELOPMENT PLAN
JUAN MANUEL DEL CASTILLO CÁCERES(**) Y MARIANELA CASTRO DE LA BORDA(***)
Fecha de recepción: 07 de setiembre de 2015
Fecha de aprobación: 29 de setiembre de 2015

RESUMEN
La innovadora estrategia para integrar los espacios abiertos y el patrimonio arqueológico de la ciu-
dad de Lima como parte de una red de corredores verdes para el disfrute de la comunidad es uno
de los mayores aportes del Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano Lima-Callao 2035 (PLAM2035).
La mayor parte de este patrimonio arqueológico se encuentra en la periferia de la ciudad, vinculado
a los valles de los ríos y lomas, convertido en basurales o espacios residuales amenazados por la
urbanización informal. Sin embargo, es allí mismo donde reside su gran potencial de convertirse
en grandes espacios ecológico-culturales que conecten los ecosistemas de nuestra metrópolis al
patrimonio histórico, para de esta forma brindarle protección, y fomentar el turismo, la investiga-
ción local y foránea, y el encuentro de la ciudadanía. Este estudio busca analizar las estrategias de
integración entre el Sistema de Espacios Abiertos e Infraestructura Ecológica, y la Red de Patrimonio y
Paisaje, enfocándose en su contexto, su nueva visión conceptual y su proceso.
PALABRAS CLAVE
Espacios abiertos, patrimonio andino, planeamiento urbano

ABSTRACT
One major contribution of the Metropolitan Lima Urban Development Plan 2035 (PLAM2035) to the
history of planning is its innovative strategy to integrate the city’s open spaces and archaeologi-
cal heritage within a network of green corridors for the enjoyment of the community. Most of Li-
ma’s architectural heritage is located in the periphery of the metropolis, linked to river valleys and
mountains, sites that have been converted into landfills or wastelands threatened by informal ur-
banisation. However, these places foster the potential to become ecological and cultural assets that
help in connecting the metropolitan ecosystems with Andean heritage, to promote the protection
of archaeological sites, tourism, national and international research activities, and community inte-
gration. This study seeks to analyse the PLAM2035’s proposal regarding the integration between the
System of Open Spaces and Ecological Infrastructure and the Heritage and Landscape Network focusing
on its context, its new conceptual vision, and its process.
KEYWORDS
Open spaces, Andean heritage, urban planning

(*) Este artículo es parte de la experiencia de ambos autores como miembros del equipo técnico del PLAM2035; las ex-
ploraciones académicas realizadas en la UPC en el Taller de Diseño Arquitectura e Identidad; una propuesta de doctorado
aprobada por la Universidad de Manchester; un artículo y conferencia presentados en Montevideo-Uruguay; y un proyecto
de investigación actual en la UPeU en Ñaña.
(**) Máster con honores en Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Manchester, Reino Unido. Arquitecto, PUCP. Pla-
nificador urbano, investigador y docente de la Universidad Peruana Unión, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas
y Universidad Científica del Sur. En la actualidad, dirige proyectos de investigación en los paisajes culturales de Ñaña y
Mangomarca-Campoy, en la margen derecha del Valle del Rímac. Fue miembro del equipo territorial del PLAM 2035, donde
participó en la elaboración del Diagnóstico Medio Ambiental y el Sistema de Espacios Abiertos e Infraestructura Ecológica.
Coautor del libro Memoria Territorial y Patrimonial: Artes y Fronteras. Contacto: [email protected]
(***) Máster en Vivienda y Urbanismo, Architectural Association, Londres. Arquitecta UPC. Cofundadora de FAN-CY STUDIO
LIMA, oficina de investigación, diseño y construcción. Es Docente universitaria de Talleres de Diseño y de Cursos de Inves-
tigación en la Universidad de Lima, en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y en la Universidad Científica del Sur.
A partir de una búsqueda multiescalar, le interesa experimentar los límites entre la ciudad y la arquitectura a través de la
investigación y del desarrollo de estrategias proyectuales en equipos multidisciplinares. Fue parte del equipo técnico del
Plan de Espacios Abiertos e Infraestructura Ecológica, parte del PLAM 2035. Contacto: [email protected]
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Universidad Nacional de Ingeniería, Lima

El objetivo de este estudio es analizar las estrategias de integración entre el Sistema de Es-
pacios Abiertos e Infraestructura Ecológica, y la Red de Patrimonio y Paisaje en el PLAM2035.
La investigación explora el potencial de establecer una estrategia que relacione los actua-
les espacios abiertos públicos de la ciudad (parques, plazas y calles), los que resulten de la
incorporación de parte de la estructura ecológica de Lima (ríos, valles, lomas, humedales,
litoral) y su patrimonio histórico, con el objetivo de lograr su posterior protección y pre-
servación; el aumento de la dotación de áreas verdes de amortiguamiento y uso público;
y su articulación con un sistema de corredores verdes que lo relacione con los ecosiste-
mas urbanos existentes, para proteger y aumentar la biodiversidad urbana.

Este escrito revisa los principales conceptos relacionados a la puesta en valor del patri-
monio cultural, los espacios abiertos de uso público y la regeneración de los ecosistemas
urbanos. Por otro lado, el ensayo también brinda una aproximación a la historia del terri-
torio de Lima que permita entender mejor su naturaleza y derribar viejos estigmas acadé-
micos sobre su actual conformación. Así, se concibe la relación ancestral entre el patrimo-
nio arqueológico y los ecosistemas de Lima como una vieja continuidad a ser restaurada,
con miras a incorporar a la estructura urbana nuevos espacios abiertos que sirvan como
escenario para la integración social y la cultura viva.

Además, el contexto en el que se generó el PLAM2035 es motivo de estudio para brindar


una visión general del marco legal y técnico en el cual se inscriben las iniciativas descritas,
las cuales forman parte de procesos de ordenamiento territorial y urbanístico que deben
ser promovidos para generar mayor institucionalidad en nuestro medio.

La visión conceptual contemporánea con la cual se abordan los objetivos y lineamientos


para los espacios abiertos en el PLAM2035 será también explorada, haciendo hincapié en
el patrimonio arqueológico como huella del equilibrio ambiental logrado por el manejo
territorial ancestral.

Teorizando el Espacio Abierto y el Patrimonio


La reflexión sobre el concepto de espacio abierto y su relación con la vida pública
adquiere cada vez mayor importancia en el siglo XXI. Por un lado, debido al creciente
interés académico que se manifiesta en publicaciones y la fundación de centros de
investigación sobre el tema. Por otro lado, debido a su relación con conceptos como
naturaleza, biodiversidad, activismo ecológico y político, calidad de vida y ciudadanía,
se incluye con cada vez mayor frecuencia en estudios y estrategias de espacios abier-
tos para áreas metropolitanas a nivel global.

Una actitud hacia la naturaleza y el deseo de entrar en contacto con ella están conte-
nidos en los valores sociales y culturales del espacio abierto, mientras que el entendi-
miento contemporáneo de la ecología nos lleva a intuir nuevas formas de servir tanto
a las necesidades humanas como al marco ecológico más amplio de la estructura de
espacios abiertos urbanos (Ward Thompson, 2002). Al mismo tiempo, la idea de los
paisajes de naturaleza salvaje que nos rodean han pasado de ser considerados opues-
tos a la civilización occidental a un estado de tesoro, plasmado en la fundación del
movimiento de Parques Nacionales (Jorgensen & Tylecote, 2007). El uso figurado de
‘naturaleza salvaje’ y sus palabras de compañía enfatiza su papel como territorio psico-
lógico y social (o más bien asocial), así como geográfico.

Sin embargo, la investigación sobre espacios intersticiales entre el ‘completo salvajis-


mo’ y las ciudades sigue siendo problemática, en parte porque las estrategias de ges-
tión de la naturaleza urbana no tienen en cuenta las conexiones entre sistemas ecoló-
gicos y áreas urbanas (Pickett et al., 1997) y, por tanto, no integran a los seres humanos
como componentes de los ecosistemas (Alberti et al., 2003).

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La Estrategia de integración de espacios abiertos y patrimonio en el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano Lima - Callao 2035
Juan Manuel Del Castillo Cáceres y Marianela Castro De La Borda

En el caso de áreas metropolitanas latinoamericanas como Lima, si bien es cierto que


la urbanización informal generalmente ha sido identificada como una amenaza para
la biodiversidad (Benítez, Pérez-Vásquez, Nava-Tablada, Equihua & Álvarez-Palacios,
2012) y los monumentos históricos, es crucial entender las comunidades periurbanas
donde existe evidencia de los vínculos entre su patrimonio ancestral y la regeneración
potencial de sus ecosistemas. En ese sentido, es importante superar las divisiones aca-
démicas occidentales rígidas entre naturaleza y ciudad, para observar más profunda-
mente el contexto socioecológico de sus espacios intersticiales y, asimismo, explorar el
papel de los restos arquitectónicos ancestrales como elemento de antigua integración
entre ambos dominios (Del Castillo, 2015).
Por otro lado, las actitudes hacia la naturaleza en el Sur Global, específicamente en la
región andina de América Latina, siempre han conservado sus lazos ancestrales en-
tre lo humano, el entorno natural y lo sobrenatural. El reconocimiento de la Madre
Tierra (Pachamama, en quechua) como un sistema dinámico vivo, lo cual le otorga
derechos legales integrales comparables a los derechos humanos en Bolivia, es solo
un ejemplo de esta filosofía (Buck, 2012). Sin embargo, la falta de implementación de
políticas públicas en espacios abiertos, que se traduce en una gran deficiencia de in-
fraestructura ecológica adecuada, amenaza los grandes ecosistemas en las metrópolis
contemporáneas de América Latina, donde las fronteras no son fijas, sino que están
continuamente reconfigurándose. Hoy en día la distinción occidental tradicional entre
el medio ambiente y la sociedad, entre la naturaleza y la cultura, se vuelve cada vez
más conflictiva, ambigua y problemática (Swyngedouw, 2010).
Así mismo, el patrimonio arqueológico y arquitectónico guarda especial relación con
los espacios abiertos públicos como parques urbanos, plazas y calles, los cuales en
ciertos casos proveen resguardo y amortiguamiento para los monumentos históricos
frente a las distintas actividades humanas que puedan resultarles dañinas. El patrimo-
nio es también un símbolo de identidad e integración con la naturaleza y, por tanto,
en realidades tan difíciles como la peruana, es testigo del activismo ciudadano por
resguardar nuestra historia, y reencontrarnos con nuestra herencia cultural andina y su
sabiduría ancestral, ante el abandono de las autoridades competentes.
Entendemos como patrimonio a los bienes que heredamos de nuestros ascendientes
o que traspasamos en herencia. Estos se encuentran acotados en espacio y tiempo, son
mutables y su significación (al implicar valores y cosmovisiones distintas) es un concep-
to relativo en sí mismo. Por cultura nos referimos a la producción de fenómenos que
ayudan a entender, reproducir o transformar un sistema social, siendo esta aprendida y
parte de la socialización humana. El resultado de la unión de estos dos conceptos es el
de patrimonio cultural, por el cual se entiende un conjunto de elementos susceptibles
de ser estimados por un ente social como testimonios de la actividad humana, y com-
prende al conjunto de actuaciones programadas para optimizar su conservación y uso
adecuado a las exigencias sociales contemporáneas (Hayakawa, 2010). Esto implica una
serie de apuestas estratégicas: turismo cultural, concertación, subsidiariedad, planifica-
ción, transversalidad y desarrollo, sistemas de presentación y proyectos de desarrollo
local. En este sentido es clave el tener una estrategia como inicio, de naturaleza mutable
y que sea coherente con acciones concretas, lograr sostenibilidad en el tiempo para los
proyectos y que exista una apropiación social del patrimonio cultural (Hayakawa, 2012).
En el caso de Lima, Perú, la falta de planificación ante los procesos de migración durante
los últimos 30 años no solo ha puesto en peligro los ecosistemas que proveen el soporte
ecológico de la ciudad, sino que también el patrimonio arqueológico se encuentra bajo
constante amenaza de destrucción. La falta de un programa nacional de vivienda barata
que atienda el inmenso déficit en los sectores populares, y la carencia de políticas de
protección y puesta en valor de estos espacios, los hace presa fácil de mafias de terrenos
que abundan en los márgenes de la ciudad, y se aprovechan de la demanda para ocupar
ilegalmente, lotizar y vender espacios inhabitables (Riofrío & Cabrera, 2010).

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El hombre y el territorio de Lima


Las transformaciones del modelo territorial de Lima, desde su fundación española has-
ta nuestros días, pueden resumirse en una curva creciente hacia un uso del suelo cada
vez más deficiente, como resultado de una estructura urbana concebida como artifi-
cio, cuyo emplazamiento significó una imposición importada en la geografía natural
y una relación de explotación insostenible de los ecosistemas existentes, más que de
integración a ellos. Esta forma occidental de hacer ciudad, que buscaba separar cla-
ramente los dominios del hombre como algo externo a la naturaleza y, por lo tanto,
establecer la contraposición urbano-rural/costa-sierra, ‘desertificó poco a poco el área
de valle que ocupó, mientras que su posterior desarrollo urbano (catalizado por la falta
de planificación y contaminación) ha logrado el efecto psicológico de invisibilizar su
estructura ecológica para una porción considerable de sus habitantes.

Una aproximación hacia el territorio de Lima con mayor grado de interdisciplinariedad


quizás pueda ayudarnos a disolver esta nebulosa posada sobre su naturaleza.

Lima la Andina
La implantación del damero de Lima establece un antes y un después en la utilización
del territorio peruano.

Antes de su fundación, el complejo sistema de poblados indígenas asentados a lo lar-


go del valle combinaba la economía agrícola con la caza y recolección en las lomas cer-
canas (llenas de vegetación y fauna), y con el intercambio de productos con pastores
de las tierras altas, hacia el este, y con pescadores, hacia el oeste.

Como en la mayoría de valles de la costa, la actividad agrícola concentraba a los ha-


bitantes en las proximidades del valle en asentamientos de escala controlada (para
maximizar la superficie de cultivo). En asentamientos mayores apareció la arquitectura
monumental entre 1400 y 600 a.C. , que se manifestaba en ‘parejas’ y grupos ‘jerar-
quizados’ a ambas márgenes del río. En el caso de los ríos Chillón y Rímac, sus valles
parecen haber formado parte de un mismo sistema (Kaulicke, 2008).

Las evidencias de un territorio rico en recursos naturales y, por lo tanto, antítesis del
desierto, no tardan en aparecer en monumentos como Garagay, por ejemplo, donde
aparecen diferentes especies marinas en gran cantidad; evidencias botánicas de maní,
frijoles, haba, calabaza, zapallo, la presencia masiva de la lúcuma -fruto de un árbol
que crece aún hoy en día en las lomas-, y otros frutos como pacae, palta y guayaba.
Así mismo, se han hallado restos de plantas como totora, grama, carrizo, caña brava
y junco, que indican un ambiente húmedo, distinto al actual; no se excluye que se
hayan utilizado pantanos, puquios y lomas para una agricultura que no dependía de
un sistema de complejos canales de irrigación en el formativo medio (Kaulicke, 2008).
Posteriormente, con mayor tecnología, estos asentamientos basarían los límites terri-
toriales en la administración del sistema de riego existente.

Este sistema de asentamientos fuertemente conectados se inscribía, a escala mayor,


en una estrategia basada en el establecimiento de sinergias entre asentamientos de
diferentes pisos altitudinales (Lumbreras, 2008). Notablemente administrada durante
el Tawantinsuyu, esta permitía superar las dificultades impuestas por el agreste terri-
torio peruano. Tal organización espacial, sin embargo, no puede ser considerada como
un antecedente directo de la Lima actual, puesto que la Colonia reemplazó el modelo
cooperativo-asociativo existente (policéntrico) por un modelo de concentración del
poder económico, político y cultural (monocéntrico).

La fundación española explotó colonialmente esta preexistencia con innumerables re-


cursos naturales, de los cuales dependía una red económica. Al implantar un modelo
centralista, debido al crecimiento de la capital, Lima, que consumía recursos desme-

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TAWANTINSUYU
TAWANTINSUYU TAWANTINSUYU
COLONIA COLONIA
TAWANTINSUYU COLONIA

didamente en desmedro del resto de asentamientos, sujeta a mayor escala a una me- Figura 1. Modelo lineal andino vs.
trópolis externa (Madrid), muchas de estas actividades y sus núcleos desaparecieron, modelo nuclear europeo
o debieron someterse a la nueva lógica espacial para sobrevivir. Fuente. Elaboración propia a partir de
Canziani, J. (2009). Ciudad y territorio
Sin embargo, Lima jamás fue concebida como una ciudad del desierto. Si nos remon- en los Andes. Lima, Perú: Fondo Edito-
rial PUCP y Gunther, J. (1983). Planos de
tamos al momento de su fundación en 1535, esta se estableció sobre un valle copioso.
Lima 1613-1983. Lima, Perú: Municipa-
Un paisaje cultural admirable y con innumerables recursos fue la razón principal por lidad Metropolitana de Lima.
la que Pizarro escogió esta ubicación para la capital. Dichas razones aparecen en las
descripciones del primer invasor cronista, Pedro Cieza de León: “El valle de Lima es el
mayor y más ancho de todos los que se han escripto de Tumbez a él; y así, como era
grande, fue muy poblado” (1550, p. 283). A escala urbana, su interior también distaba
muchísimo de un ambiente desértico:

Esta ciudad, después del Cuzco, es la mayor de todo el reino del Perú y la más principal, y
en ella hay muy buenas casas, y algunas muy galanas con sus torres y terrados, y la plaza es
grande y las calles anchas, y por todas las más de las casas pasan acequias, que es no poco
contento; del agua dellas se sirven y riegan sus huertos y jardines, que son muchos, frescos y
deleitosos. (Cieza de León, 1550, p. 284)

Ni siquiera es posible afirmar que los alrededores inmediatos de Lima eran desérticos:

Fuera de la ciudad, a una parte y a otra, hay muchas estancias y heredamientos, donde los
españoles tienen sus ganados y palomares, y muchas viñas y huertas muy frescas y deleitosas,
llenas de las frutas naturales de la tierra y de higueras, platanales, granados, cañas dulces, me-
lones, naranjos, limas, cidras, toronjas, y las legumbres que se han traído de España; todo tan
bueno y gustoso que no tiene falta, antes digo por su belleza para dar gracias al gran Dios y
señor Nuestro, que lo crió. (Cieza de León, 1550, p. 284)

Asistimos entonces al despliegue de un rico paisaje cultural, sobre el cual las Leyes de
Indias decretaban implantar una propuesta urbanística radicalmente racionalista: la
geometría pura de un rectángulo sobre una gigantesca alfombra de vegetación (Del
Castillo, 2015).

Lima la Desbordante
El proceso de invasión española, y sus continuas y largas guerras significaron un
holocausto, no solo para la población del Tawantinsuyu, que se había reducido de
aproximadamente 9 millones a solo 600 mil habitantes hacia 1620 (Cook, 1981), sino
también para los bosques de Lima, que desaparecieron en 1535 (Buenaño, 2000).
Sin embargo, pasado este período, en la Colonia la estructura demográfica y urbana
tuvo cierta estabilidad. Esta no cambió significativamente hasta la República, hacia
la década de 1850, con la aparición de los ferrocarriles a vapor y, luego, hacia 1870,

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cuando se derribaron las murallas y la ciudad se expandió hacia el Sur, con lo cual
empezó la transición hacia la Lima moderna.

La segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX son testigos del crecimiento urbano
de la capital y de la intensificación de su depredación ambiental. El transporte a vapor
de buques y trenes no solo permitió conectar el territorio nacional a velocidades nun-
ca antes alcanzadas, sino que significó la depredación de las grandes áreas forestales
remanentes, como las lomas de Villa María del Triunfo y Pachacamac, poseedoras de
una abundante flora y fauna. Estas lomas alojaban bosques de árboles frutales y me-
dicinales (como la lúcuma y el mito) que, en conjunción con la gran humedad inver-
nal, contribuían a la formación de lagunas y riachuelos que desembocaban en el río
Lurín, a través de las quebradas, y daban continuidad a su cauce durante todo el año
(Chipana, 2013). Las lomas costeras fueron el blanco perfecto de los leñadores que
abastecían las locomotoras de la ruta Lima-Lurín: fueron deforestadas por completo, y
más tarde empresas cementeras exterminaron su biodiversidad en gigantescas áreas
de terreno. Sin árboles ni otros elementos bióticos, los riachuelos y puquiales pronto
acabaron por extinguirse. Curiosamente, la difusión del imaginario urbano de Lima
como desierto se da recién hacia el siglo XX.

En cuanto al suelo de Lima, en la actualidad este es 19% arenal, 28% valle y 53% cor-
dillera (roca). ¿Podríamos deducir, entonces, que Lima es más andina que costeña? Si
consideramos al departamento de Lima en su conjunto, la proporción de cordillera
aumenta.

¿Debemos, entonces, seguir entendiendo a Lima como su ambiente construido, o más


bien deberíamos comenzar a incorporar la variable geográfica y territorial en la ecua-
ción?

Es claro que, desde la visión de ciertas élites profesionales, Lima equivale a una porción
de territorio construido y desertificado y, recientemente, también a la porción real de
desierto: aquel 19% al norte de Ancón y al sur de Punta Hermosa. Ni qué decir de
discursos aún más pintorescos, que buscan justificar una eterna clasificación de la rea-
lidad desde cerradas categorías occidentales y desde contextos urbanos únicamente.
Los cerros y los remanentes de los valles, es decir, el ámbito rural de Lima, no terminan
siendo nunca parte de la fórmula oficial, la cual curiosamente deja de lado a más de la
mitad del espacio geográfico de la capital.

Aparentemente, la imponente presencia de aquellos colosos pétreos que marcan el


inicio de la cordillera de los Andes hacia el este de la ciudad pasó desapercibida. La
temporalidad, elemento olvidado al clasificar el espacio como desértico, le juega otra
mala pasada al discurso de ciudad-desierto, al cubrir los cerros limeños de abundante
vegetación y fauna cada año, durante la mitad del mismo. Ya lo notaba Charles Darwin
en sus viajes por América del Sur, una mañana a mediados de julio, al inicio de la tem-
porada de lomas costeras: “En las montañas cercanas a Lima (…) el suelo está cubierto
de musgo y camas de preciosas flores amarillas llamadas Amancaes” (1860, p. 391).

Una suerte de simbiosis andino-costeña ya había sido destacada anteriormente por


antropólogos y arqueólogos diversos para caracterizar el territorio de Lima:

A pesar de que las precipitaciones en forma de garúa son escasas en la costa central, esta es la
zona más húmeda de la costa. Existen lomas estacionales, como las colinas de Ancón, Carabay-
llo, Atocongo, Manchay, Asia, entre las más notables, hacia donde bajan los pastores de altura
durante la estación seca de la sierra. Dentro de estas condiciones, las relaciones transversales
entre la costa y la sierra central son igualmente significativas. (Matos Mendieta, 1980)

Costa y Sierra como parte de un mismo sistema territorial, como una unidad indivisible
sin segregación aparente (Del Castillo, 2015).

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Figura 2. Lima y su Estructura Ecológica


Fuente. Elaboración propia a partir de Municipalidad Metropolitana de Lima (2014). Plan Metropolitano de Desarrollo Urba-
no Lima-Callao 2035. Lima, Perú: Municipalidad Metropolitana de Lima

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Contexto del PLAM 2035


Históricamente, el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano Lima-Callao 2035 es el cuar-
to plan que se ha propuesto para la ciudad de Lima, tras el Plan Piloto de Lima de 1949,
el Plan de Desarrollo Metropolitano Lima-Callao Esquema Director 1967-1980 y el Plan de
Desarrollo Metropolitano de Lima-Callao PLANMET 1990-2010.

Desde la publicación en 1992 del PLANMET, este sufrió una rápida desactualización,
debido al momento de transición política y económica, el cambo de un modelo de
intervención estatal a uno de Estado abiertamente neoliberal. Ya que la lógica de pla-
neamiento tradicional de las propuestas específicas se apoyaba en la visión de un Esta-
do gestor, el giro del sistema político hacia una economía de mercado y privatización
de servicios públicos dejaba sin piso al aparato de gestión necesario para materializar
el plan. Esta naturaleza dual del posicionamiento del plan también mermó de forma
significativa sus posibilidades de llevarse a cabo, ante una coyuntura en la que dejar
al mercado la solución de todos los problemas socioeconómicos y de infraestructura
pública parecía ser la fórmula mágica del éxito.

Luego de casi 25 años después del inicio de este proceso desregulador en el Perú, al
constatar que la planificación urbana ha sido reducida a la actualización de los usos de
suelo que la dinámica frenética de la ciudad imponía a sus planificadores, asistimos a
un escenario de nuevos retos. Entre ellos está el asegurar el abastecimiento de áreas
de equipamiento adecuado para enfrentar la densificación que demanda la ciudad y
una expansión autosostenible, y dejar atrás la extendida práctica del zoning monofun-
cional. Además, es crucial la incorporación de redes de ciclovías como infraestructura
sostenible en la reforma del transporte y articular el cuantioso patrimonio histórico de
la ciudad en una red espacial que permita su reconocimiento. También está el desafío
de convertir el trinomio policentralidad-descentralización-integración regional en una
alternativa realmente viable para Lima. Así mismo, hace falta la creación de nuevos
espacios públicos que puedan satisfacer la creciente demanda de la población, no solo
en zonas periféricas, donde más se necesitan, sino también en el área central metro-
politana, lo cual implica una adecuada política de expropiaciones. Por último, es nece-
sario incorporar una gestión de riesgos en la planificación de la ciudad, la experiencia
participativa de la ciudadanía y una adecuada gestión medioambiental que permita la
regeneración de los ecosistemas urbanos.

El PLAM2035 se enmarca, en el ámbito legal, dentro de los instrumentos técnicos para


el ordenamiento territorial del país, que incluyen a su vez a los Planes Nacionales, Pla-
nes Sectoriales, Planes de Desarrollo Regional y Planes de Ordenamiento Territorial
Regionales. Así mismo, se encuentra dentro de la estructura de planes urbanos espe-
cificados en el DS-004-2011 del Ministerio de Vivienda, mientras que a nivel municipal
está dentro de la Ordenanza N°620, que establece sus antecedentes y sus componen-
tes. Este plan constituye una innovación en el campo de la planificación en el Perú,
pues aborda por primera vez detalladamente temas como un diagnóstico medioam-
biental y la gestión de riesgos, además de incorporar una cartografía metropolitana
actualizada del patrimonio edificado de Lima.

El documento contiene también un diagnóstico temático en el cual, además de ela-


borar un análisis actualizado de los aspectos social, medioambiental, económico y de
movilidad, vivienda, equipamientos, espacios abiertos, servicios básicos, gestión de
riesgos de desastres, gobernabilidad y patrimonio edificado, presenta una cartografía
que traduce el análisis al nivel físico-territorial y pretende servir como base para un
sistema de información de la ciudad. A nivel de propuesta, el documento organiza el
territorio de la capital a partir de cuatro sistemas urbanísticos principales -Sistema de
movilidad, Sistema de equipamientos, Sistema de espacios abiertos e infraestructura
ecológica, y Sistema de servicios básicos- y dos redes urbanísticas funcionales -Red
de centralidad, y Red de patrimonio y paisaje- (Municipalidad Metropolitana de Lima,

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Figura 3. Espacios abiertos e infraes-


tructura ecológica. Tipos de espacio
considerados
Fuente. Plan de Espacios Abiertos e In-
fraestructura Ecológica. Municipalidad
Metropolitana de Lima y Servicio de
Parques de Lima, 2014. p. 14

2014). Es justamente de la integración del Sistema de espacios abiertos e infraestruc-


tura ecológica (SEA+IE), y la Red de patrimonio y paisaje (RP+P) que surge la propues-
ta de vincular al patrimonio arqueológico y los espacios abiertos de tal forma que se
promueva la protección del patrimonio, y a su vez se generen espacios públicos de
calidad para el beneficio de la comunidad.

Espacios abiertos. Una nueva visión


El Sistema de espacios abiertos e infraestructura ecológica (EA e IE) tiene su origen en
la importancia que otorga el PLAM2035 a los espacios públicos como generadores de
ciudad. En planes previos, se había utilizado conceptos como área libre o área verde,
los cuales se ven limitados en definición, ya que no garantizan el uso público ni reco-
nocen las diferentes tipologías de espacios presentes en Lima Metropolitana.

La propuesta del sistema de EA e IE requirió de una reflexión acerca del concepto de


espacio público aplicado a la ciudad de Lima. Actualmente, el Ministerio de Vivienda,
por medio del DS-004-2011, solo considera a los espacios zonificados (Zonificación de
Recreación Pública, ZRP) como espacios públicos, lo cual restringe el significado de lo
público. Los espacios ZRP, por competencia legal se desarrollan solo en áreas urbanas
o de expansión urbana, cumplen fines básicamente recreativos e incluyen una limitada
cantidad de tipologías (plazas, parques, campos deportivos, juegos infantiles y simila-
res): se deja de lado a espacios naturales en áreas no urbanizables o en áreas rurales, así
como a espacios con potencial de uso público. Aunque socialmente los espacios públi-
cos están entendidos como todos aquellos espacios de uso público, libres, irrestrictos,
accesibles y flexibles sin limitaciones legales, de gestión o de propiedad del suelo, las
definiciones reglamentarias, bajo la mirada de la zonificación, exponen una deficiencia
legal que solo permite una comprensión sesgada de estos espacios en la ciudad.

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A luz de una ciudad como Lima, que crece con lógicas individualistas y se desvincula
cada vez más de sus espacios naturales, en el PLAM2035 se buscó utilizar un concepto
amplio que dé importancia al valor de lo público, que reconozca la diversidad de es-
pacios naturales en la ciudad y que permita integrar otros espacios que, aun sin estar
incluidos en las definiciones legales, presenten potencial como espacios de integra-
ción ciudadana. El término ‘espacios abiertos’, en el PLAM2035, apuesta por integrar
tres conceptos: espacios públicos, estructura ecológica y espacios con potencial de
uso público. Además, considerando que el ser humano en el espacio público establece
una relación tanto con otros seres humanos como con su entorno físico, se consideró
también el término ‘infraestructura ecológica’ para referirse a los espacios abiertos que
dan soporte ecológico a la ciudad, y permiten proteger y conservar ecosistemas, así
como brindar servicios ambientales, sociales y económicos a la población.

A partir de esta nueva definición, el PLAM2035 elabora análisis cuantitativos y cualita-


tivos de las tipologías comprendidas en estos tres grandes conceptos. Se mencionarán
algunas conclusiones para poder entender las relaciones planteadas en dicho plan en-
tre los espacios abiertos y el patrimonio arqueológico.

Espacios Públicos
Las tipologías consideradas en el PLAM2035 en cuanto a los espacios públicos en
Lima incluyen las calles locales; las avenidas y alamedas; las vías expresas; los in-
tercambios viales (óvalos, tréboles y puentes peatonales); las plazas; los parques
distritales, metropolitanos y zonales; y los equipamientos deportivos abiertos con
vocación de espacios público.

Un espacio importante que se integra al concepto de espacio público es la calle, cu-


yas cualidades como espacio de encuentro y socialización se busca resaltar. Es actual-
mente el espacio de mayor extensión (24 mil hectáreas) y el que más se identifica con
la experiencia urbana cotidiana; sin embargo, se entiende hoy solo en función a sus
características como espacio de tránsito (mayoritariamente vehicular) y es posible ob-
servar una gradual disminución de las dimensiones de las veredas (antes de entre 2 y 4
metros, y hoy de 1.20 o incluso 1 metro de ancho) y una consecuente incapacidad para
desarrollar otros medios de movilidad alternativa.

En relación a las áreas verdes públicas en Lima, ha disminuido el índice de m2 por habi-
tante (desde 1920, con 17.27 m2/hab, hasta la actualidad, con 3.7 m2/hab. en promedio),
así como la presencia de parques de gran escala (hoy en día cerca de tres millones de
habitantes no cuenta con un parque de escala zonal -más de 2 hectáreas- a una distancia
de 2 mil metros de su vivienda) (Municipalidad Metropolitana de Lima, 2014). Los espa-
cios de sociabilización y de contacto con la naturaleza brindan beneficios psicosociales y
ambientales, y a su vez permiten encuentros ciudadanos, de interacciones tanto directas
como indirectas, que facilitan el reconocimiento ciudadano y la pertenencia a la ciudad.

En cuanto a las plazas, en la ciudad su presencia se relaciona mayormente a losas-pla-


zas en distritos emergentes (46% del total de plazas en la ciudad), canchitas de fulbito
multifuncionales en las que se llevan a cabo desde manifestaciones religiosas o cívicas
hasta campeonatos deportivos de barrio. Sin embargo, la cobertura de plazas a dis-
tancias cortas de las viviendas es todavía muy baja: en un radio de 300 metros, cerca
de 6 millones y medio de habitantes no accede a una plaza en cercanía (Municipalidad
Metropolitana de Lima, 2014).

Estructura Ecológica
La estructura ecológica de la metrópoli de Lima-Callao abarca 196 mil hectáreas, y
comprende una diversidad de ecosistemas naturales y antrópicos que están en pro-
ceso de regresión y deterioro, tanto en extensión como en calidad. Le aporta a la ciu-

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La Estrategia de integración de espacios abiertos y patrimonio en el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano Lima - Callao 2035
Juan Manuel Del Castillo Cáceres y Marianela Castro De La Borda

dad servicios ambientales, sociales y culturales que por primera vez se integran a la
planificación urbana. Esta se ha incluido en el PLAM2035 considerando dentro de sus
tipologías a los valles costeños, los humedales, el litoral marino, las lomas costeñas, las
montañas áridas, el desierto y las pampas áridas.

Los valles costeños, por ejemplo, abarcan en total 11 mil hectáreas, y representan el
27% de la cobertura vegetal de la ciudad; sin embargo, el crecimiento urbano amena-
za con desaparecerlos. Por otro lado, las lomas, ecosistemas biomorfológicos secos (19
en 13 distritos) que se desarrollan en las zonas de neblinas invernales y aparecen todos
los años entre julio y diciembre, abarcan 21 mil hectáreas y pueden llegar a cubrir, se-
gún las condiciones climáticas, hasta 69 mil hectáreas. Actualmente son ecosistemas
frágiles cuyos límites y dimensiones han sido alterados por el proceso de expansión
urbana, que ha generado un impacto negativo sobre la diversidad biológica y los res-
tos arqueológicos presentes en ellas. Las lomas se encuentran en constante amenaza
por la poca capacidad, demostrada hasta el momento, para relacionar los espacios
naturales a los urbanos.

Espacios con Potencial de Uso Público


Las tipologías que el PLAM2035 considera dentro de esta clasificación son el patrimo-
nio arqueológico prehispánico, los pasivos ambientales, los rellenos sanitarios, la faja
marginal, los canales de riego y los espacios llamados servidumbres (espacios libres
que acompañan a las infraestructuras de transporte, eléctricas, etc.). Para establecer la
Red de patrimonio y paisaje en el PLAM2035, se ha contemplado el patrimonio arqueo-
lógico, el patrimonio histórico colonial y republicano, y los bienes contemporáneos
con valor patrimonial. Por otro lado, para articular esta red con el Sistema de espacios
abiertos e infraestructura ecológica, se ha considerado al patrimonio arqueológico.

Para comprender la categoría de patrimonio arqueológico prehispánico cabe mencio-


nar que el patrimonio, según los investigadores Josep Ballart Hernández y Jordi Juan
Treserras (Hayakawa, 2010), es aquello que proviene de los padres, bienes que hemos
heredado y a su vez traspasamos en herencia. Su importancia está relacionada al re-
cuerdo, la memoria y la identidad. Para dichos investigadores, el patrimonio establece
una relación histórica ligada a actitudes creativas del pasado que nos conducen a la
realidad actual; se pasa del monumento soporte de memoria al patrimonio soporte de
identidad. Así, la relevancia del patrimonio arqueológico prehispánico tiene que ver,
entre otras cosas, con el marco social, histórico y cultural de nuestras vidas en tiempo
y espacio, en relación a todos los bienes edificados heredados antes de la llegada de
los españoles al Perú (hasta el siglo XVI).

El patrimonio arqueológico prehispánico de Lima Metropolitana está conformado por


361 bienes que permiten conocer cómo se habitaba en el pasado el territorio sobre el
cual se asienta nuestra ciudad. Estos bienes se dividen en categorías como conjuntos
edificados, edilicia especial, fragmentos de construcciones, sitio natural y otros, y han
sido agrupados en el PLAM2035 en tres tipos de conjuntos: cultural central (en áreas
interdistritales de Lima Centro), cultural a repotenciar (en el área urbana del Callao, el
Centro Histórico de Lima, y algunos sectores de Lima Norte y Sur) y corredor cultural
(fuera del área central, cerca a los tres ríos que atraviesan la ciudad). Del total, 266
tienen definida su área a través de polígonos, mientras que el resto se encuentran ma-
peados solo como puntos en las bases de datos del Ministerio de Cultura y la Gerencia
de Cultura de la Municipalidad de Lima (Municipalidad Metropolitana de Lima, 2014).

El patrimonio arqueológico en Lima está constantemente amenazado por la débil


relación que los diferentes actores de la ciudad han mantenido con estos espacios
a lo largo del tiempo. El crecimiento de la ciudad muestra una aparente imposibili-
dad por coexistir equilibradamente con sus espacios patrimoniales; se observa una
predominancia del crecimiento y la expansión urbana que debilita sus conexiones

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urbanas y territoriales. Los espacios patrimoniales en Lima sufren de abandono, falta


de interés, desconocimiento y despreocupación por parte de la sociedad, la inver-
sión privada y el Estado.

Esto se evidencia, por un lado, en la falta de políticas públicas en relación a la protec-


ción, conservación y valoración del patrimonio arqueológico. Según la ley 28296 (Ley
General del Patrimonio Cultural de la Nación), los sitios arqueológicos se delimitan de
acuerdo a la extensión que técnicamente el Ministerio de Cultura considere adecuada
para su protección. El área de protección es un área intangible, dentro de la cual se
puede destinar espacio para uso público, tratamiento de paisaje, o acondicionamiento
turístico o cultural. En la disposición complementaria final cuarta del nuevo Reglamen-
to de Investigaciones Arqueológicas (DS 003-2014/MC) publicado en octubre de 2014,
se indica que se reglamentarán los criterios técnicos para definir el marco circundante
a los espacios patrimoniales; sin embargo, no se define con claridad qué implica esta
definición. Por lo tanto, aunque exista la intención de generar definiciones de protec-
ción y se designen entidades responsables, legalmente el espacio de protección del
patrimonio arqueológico prehispánico no existe. Si a esto se le adiciona el poco presu-
puesto que se asigna a la conservación y mantenimiento del patrimonio, resulta claro
que la realidad de estos espacios es de desprotección y vulnerabilidad.

Por otro lado, al ser el suelo uno de los bienes más preciados en las ciudades y al no
existir una política que garantice suelo público en Lima Metropolitana, los espacios
patrimoniales prehispánicos en la ciudad son espacios apetecibles para invadir o
urbanizar. Los proyectos de urbanización en Lima Metropolitana, promovidos por el
sector privado y aprobados por el gobierno, así como las invasiones informales, han
sido actores principales en el proceso de degradación del patrimonio. Esto se evi-
dencia en procesos de urbanización ocurridos durante diferentes momentos de la
historia de Lima: por ejemplo, el crecimiento de Miraflores y su impacto en la Huaca
Pucllana, o la fragmentación de los espacios patrimoniales del Complejo Maranga en
San Miguel. También las invasiones, con ocupaciones de borde o superpuestas al pa-
trimonio arqueológico, denotan poco interés y/o desconocimiento de la población
ante los espacios patrimoniales. Estos son vistos como montículos de tierra o como
terrenos baldíos.

Esta situación genera preguntas en diferentes niveles: ¿Cómo comunicamos y comuni-


caremos en el futuro nuestra historia en la ciudad? Medidos por nuestros bajos niveles
de responsabilidad y respeto patrimonial, ¿qué tipo de sociedad estamos formando?;
¿cómo podría incrementarse nuestro nivel de conciencia frente al patrimonio arqueo-
lógico?; ¿qué tipo de ciudad sería Lima si, revirtiendo la tendencia actual de crecimien-
to en torno a centros comerciales, pensáramos en una ciudad cuyo desarrollo urbano
se da contemplando a las huacas como generadoras de centralidad?; ¿qué lógicas de
densidad (entendiendo que al densificar indefectiblemente se hace necesaria la crea-
ción de espacios abiertos públicos), podrían darse reconociendo las características del
patrimonio de cada uno de los conjuntos culturales definidos por el PLAM2035?

Aunque las lógicas urbanas actuales denotan una apropiación negativa por parte de
la población, también existen ejemplos de apropiación positiva que responden a la
relación del patrimonio con algunas comunidades. Esto sucede, por ejemplo, cuando
se generan vínculos culturales con el patrimonio, como puede ser la manifestación de
tradiciones ancestrales (Inti Raymi) en la Huaca Fortaleza de Campoy en San Juan de
Lurigancho, o cuando se vinculan actividades cotidianas a la preservación del patrimo-
nio, como en la Huaca Pucllana. La identificación adecuada de actores a escala local y
la correcta inserción del patrimonio arqueológico prehispánico a dinámicas contem-
poráneas de ciudad y territorio permitirán que los espacios patrimoniales y los espa-
cios naturales estén integrados, y formen parte de nuestro sistema público, tanto físico
como simbólico, brindando sentido y valor contemporáneo a estos espacios.

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La Estrategia de integración de espacios abiertos y patrimonio en el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano Lima - Callao 2035
Juan Manuel Del Castillo Cáceres y Marianela Castro De La Borda

Patrimonio Arqueológico Prehispánico


Lima Centro
Lima Este
Lima Norte N
Lima Sur
Callao

Figura 4. Patrimonio arqueológico prehispánico. Polígonos delimitados por el Ministerio de Cultura


Fuente. Información brindada al PLAM por el Ministerio de Cultura, 2014

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Sistema de Espacios Abiertos e Infraestructura Ecológica


En Lima Metropolitana, por muchos años los espacios públicos se han entendido de
manera aislada, sin considerar las relaciones entre estos ni su rol en las dinámicas de
la ciudad. En el PLAM2035 se define el Sistema de espacios abiertos e infraestructura
ecológica como el conjunto de espacios al aire libre de uso público, y de propiedad
y/o gestión pública o privada comprendidos por los espacios construidos, semicons-
truidos o naturales ubicados en el área urbana, de expansión urbana, o en alguna de
las unidades ambientales de la estructura ecológica de la ciudad de Lima. Los espacios
abiertos públicos mejoran las condiciones de habitabilidad, dotando a la ciudad de
espacios para el desarrollo humano y la construcción de ciudadanía, donde las regu-
laciones sociales se definen por los deberes y derechos ciudadanos en los que el bien
común prevalece por sobre el bien individual. Son espacios que permiten actividades
recreativas, de deporte, de esparcimiento, de comunicación, de movilidad e interac-
ción social, que fomentan la realización de acciones cívicas y el ejercicio de la ciudada-
nía, entre otros. Este sistema está compuesto por seis subsistemas: calles, áreas verdes,
áreas verdes complementarias, plazas, playas y red hidrológica.

De estos seis subsistemas, las calles y las áreas verdes (y sus tipologías, corredores ver-
des, parques culturales, etc.) se vinculan con el patrimonio arqueológico prehispánico
a través de estrategias en Lima Metropolitana.

Estrategias en el PLAM2035 para la Integración del Sistema de EA e IE, y el


Patrimonio Arqueológico Prehispánico
El patrimonio arqueológico prehispánico, en relación a la forma de crecimiento urba-
no de Lima, podría caracterizarse en dos grandes grupos: fragmentos de construccio-
nes y conjuntos edificados. El patrimonio arqueológico que tuvo mayor relación con el
crecimiento de la ciudad después de que se derrumbaran las murallas, y que fue absor-
bido por la ciudad en los distritos hoy son conocidos como céntricos o tradicionales,
se encuentra hoy en día fragmentado, con muy poco o nulo espacio vacío de borde,
como un espacio sitiado que ha tenido que pelear su lugar en la ciudad. En algunos
distritos estos bienes patrimoniales han sido intervenidos para evitar su degradación
y en algunos casos, como el de la Huaca Pucllana, Huallamarca o Huantinamarca, estos
espacios han sido recuperados e integrados al paisaje urbano. Por otro lado, los es-
pacios patrimoniales que quedaron ubicados en las afueras de la ciudad y que con el
paso del tiempo se han integrado a los distritos de Lima Norte, Lima Este y Lima Sur se
han mantenido más completos que los anteriores, sin perder su condición de grandes
espacios arqueológicos. Esto se debe a que el proceso de consolidación en estas zo-
nas, que empezó a manifestarse en la primera mitad del siglo XX, ha impactado menos
en las dimensiones del patrimonio, lo cual ha permitido que tenga carácter de área
patrimonial y no de fragmento. Sin embargo, debido a que no cuenta con políticas de
protección, sufre de rápidos procesos de degradación.

Asumidas estas condiciones, el PLAM2035 plantea dos estrategias para integrar el pa-
trimonio arqueológico a la ciudad. Por un lado, está la estrategia de asociatividad cul-
tural que busca integrar a la dinámica urbana contemporánea el patrimonio arqueo-
lógico fragmentado en los distritos de Lima Central a través de la calle y los corredores
verdes. Por otro lado, cuenta con la estrategia territorial cultural, realizable a través de
los parques culturales. Esta última permite incorporar el concepto de paisaje cultural
que la UNESCO define como el conjunto de obras que combinan el trabajo de la hu-
manidad y la naturaleza.

Estrategia de Asociatividad Cultural - Corredores Verdes


Para que la estrategia de asociatividad cultural se lleve a cabo, se requiere la identifi-
cación e intervención de calles que vinculen espacios abiertos públicos con espacios

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La Estrategia de integración de espacios abiertos y patrimonio en el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano Lima - Callao 2035
Juan Manuel Del Castillo Cáceres y Marianela Castro De La Borda

patrimoniales, caracterizados como fragmentos de construcción. Para lograrlo, se con- Figura 5. Sistema de espacios abier-
templa la coordinación de tres sistemas (espacios abiertos e infraestructura ecológica, tos e infraestructura ecológica
movilidad y equipamiento) con la Red de patrimonio y paisaje. Fuente. Plan de Espacios abiertos e In-
fraestructura Ecológica. Municipalidad
La primera acción para concretar esta coordinación es la identificación de las calles Metropolitana de Lima y Servicio de
Parques de Lima, 2014. p. 178
que permitirán el desarrollo del Sistema Integrado de Transporte Público, de tal ma-
nera que el espacio para los peatones y ciclistas aumente en la medida que disminuye
el espacio para la circulación de vehículos privados. En segundo lugar, se contempla
la mejora de la relación espacial entre las calles y espacios del tipo plazas-parques, de
tal forma que desplazarse por la ciudad relacione de manera más eficiente a las tipo-
logías de espacios públicos. Se considera también la identificación de calles próximas
a los principales equipamientos en la ciudad, de manera que se mejore la experiencia
urbana de acceso a los principales edificios públicos. Finalmente, una vez identificadas

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devenir Vol. 2, N°4, julio - diciembre 2015, pp. 27-44 - Estudios ISSN 2312-7570
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estas calles y sus espacios vinculantes, se busca su asociación física con el patrimonio
arqueológico fragmentado, con el objetivo de generar una nueva red que permita ar-
ticularlo, entendiendo que cada tipología de calle juega un rol en esta integración.

Las calles y avenidas de carácter metropolitano articularán el patrimonio a la estructura


ecológica. Llamadas corredores verdes, constituirán redes que conectan y protegen re-
cursos naturales y culturales, y cumplen con propósitos ecológicos, paisajistas, sociales,
culturales, recreacionales, de movilidad y otros, compatibles con usos de suelo sustenta-
ble que permitan sostener una ciudad saludable a largo plazo (Plan EA e IE). Las calles lo-
cales con condiciones adecuadas, en cuanto espacios públicos, permitirán generar vín-
culos de escala barrial que integren el patrimonio a la vida cotidiana de los ciudadanos.

Los conjuntos culturales centrales y los conjuntos culturales a repotenciar se beneficiarán


de estas articulaciones, gracias a la construcción de asociatividades a partir de las preexis-
tencias. Algunas calles, vestigios de caminos prehispánicos y coloniales, podrían resig-
nificarse e integrar la historia de la ciudad a lógicas urbanas actuales. Una nueva red de
circuitos culturales podrá integrar las zonas patrimoniales a las dinámicas urbanas con-
temporáneas, tanto en áreas de regeneración urbana como en áreas culturales a reforzar.

Estrategia Territorial Cultural - Parques Culturales


Para que la estrategia territorial cultural se lleve a cabo se requiere la identificación de bie-
nes patrimoniales en los corredores culturales (ligados a los tres valles de Lima), así como
de ciertas condiciones urbanas que permitan el desarrollo de parques de gran escala.

Para lograrlo se identificó el patrimonio arqueológico en los tres corredores culturales (190
bienes) y se analizó aquellos que tienen polígonos definidos por el Ministerio de Cultura
(60 bienes). Una vez identificados, se estudiaron los que cuentan con vacíos de borde con-
siderable (1.5 hectáreas como mínimo), que permitan el desarrollo de grandes parques.

A esta identificación se aplicaron seis criterios de análisis en dos fases: los primeros
cuatro estaban destinados a identificar los espacios factibles de intervención, y los úl-
timos dos a establecer etapas de implementación. Los cuatro criterios iniciales están
relacionados a la urgencia por conservar el patrimonio, a las posibilidades de uso pú-
blico por su relación con áreas urbanas o centros poblados, la presencia de transporte
público (actual y futuro) que garantice su accesibilidad y la cercanía a equipamiento
metropolitano que permita que el uso del parque se realice de manera complementa-
ria a otros espacios que brindan servicios en la ciudad. De esta forma se identificaron
22 parques culturales a implementar al 2035: diez en el corredor cultural del río Rímac,
siete en el del río Lurín y cinco espacios patrimoniales fuera de los corredores cultura-
les con espacios libres de 5 a 28 hectáreas que podrían destinarse a parques culturales.

Los dos últimos criterios de análisis, el déficit de espacios verdes públicos y plazas, y la
densidad poblacional, dieron como resultado el planteamiento de la implementación
de parques culturales en dos etapas. La primera, de corto y mediano plazo, aportaría
174 hectáreas de áreas verdes públicas a la ciudad, distribuidas en 11 parques cultu-
rales. La segunda etapa, de largo plazo, implicaría la implementación de 11 parques
culturales adicionales, que sumarían 56 hectáreas más.

Los parques culturales son espacios abiertos públicos de escala metropolitana que
buscan proteger el patrimonio arqueológico, desarrollar la vida pública, integrar el pa-
trimonio a la estructura ecológica, disminuir el déficit de área verde por habitante, y
brindar alternativas que permitan el encuentro de lo natural y lo urbano. Dentro del
PLAM2035, surgen como una alternativa que busca la recuperación de la herencia cul-
tural no solo a través de su restauración, y de evidenciar su valor y dinamizar la gestión
del patrimonio, sino de su uso sostenible en espacios públicos con condiciones ade-
cuadas de accesibilidad y seguridad, que promuevan la inclusión de diversos grupos
sociales (Municipalidad Metropolitana de Lima, 2014).

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La Estrategia de integración de espacios abiertos y patrimonio en el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano Lima - Callao 2035
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Conclusión
Es importante ser conscientes de que tanto los espacios abiertos como el patrimonio
histórico de Lima se encuentran actualmente amenazados por la urbanización informal,
y la falta de planificación y vivienda para los sectores populares, las cuales se traducen
en invasiones promovidas por mafias de terrenos, proyectos inmobiliarios masivos, acti-
vidades extractivas y acumulación de basurales, entre otras actividades que vienen des-
truyendo los espacios de nuestra estructura ecológica y patrimonial ante el abandono
del Estado respecto de su rol de ente regulador del crecimiento urbano.

Por otro lado, si bien es cierto que tanto la naturaleza urbana como las huacas se están
convirtiendo poco a poco en escenarios para el activismo ecológico, indígena, deportivo
e histórico (ciclistas, caminantes, escolares, peruanistas, etc.) de parte de la ciudadanía,
que encuentra en ellos espacios de reencuentro con su identidad ancestral, su protec-
ción, regeneración y puesta en valor no podrá controlar y revertir los efectos de la ur-
banización insostenible que actualmente tiene lugar sin el apoyo de políticas públicas
fuertes, que empoderen a estos grupos y promuevan sus actividades de forma masiva.
Es muy importante tomar como referencia los numerosos estudios que vinculan el au-
mento de biodiversidad con la salud pública urbana, y generar nuevas investigaciones
para sustentar la importancia de la conservación y regeneración de la estructura ecoló-
gica de la ciudad, y del patrimonio andino como huella ancestral de integración con la
naturaleza y el manejo sostenible del territorio.

Los corredores verdes son fundamentales para esta tarea, pues cumplen el rol de unir la
red patrimonial a la estructura ecológica y establecen, a su vez, corredores ecológicos
para el libre tránsito de los flujos de biodiversidad. Si bien es cierto que el patrimonio
arqueológico no ha tenido una participación muy activa en las lógicas de crecimien-
to urbano, los espacios patrimoniales necesitan formar parte de las dinámicas urbanas
contemporáneas de tal forma que su presencia en la ciudad no solo se asocie a visitas
turísticas esporádicas, sino que puedan ser reconocidos como espacios de oportunidad
y desarrollo. Si se diseñaran modelos de negocio en torno al patrimonio, los cuales bus-
quen integrar las estrategias de parques culturales y de corredores verdes a actividades
económicas, y a nuevas formas de habitar la ciudad, se atesoraría la presencia del patri-
monio como historia tangible integrada a la vida diaria, como espacio abierto donde se
garantiza la vida pública y como espacio de oportunidad económica. Es necesario gene-
rar actividades productivas que consideren a los actores locales, a partir de asociar, por
ejemplo, la agricultura de los valles de la ciudad a servicios campestres o gastronómicos
con espacios abiertos a borde de río y en contacto con las áreas naturales.

Además, la integración de espacios patrimoniales en zonas centrales de la ciudad, con


espacios de investigación, vivienda, y equipamiento educativo y cultural permitirían ge-
nerar un nuevo tipo de apropiación cultural. La inversión privada, actuando en sociedad
con el sector público, podría tomar parte en la conservación del patrimonio, de tal forma
que habitar cerca de una huaca sea sinónimo de oportunidad, protección y desarrollo.
Finalmente, el patrimonio arqueológico prehispánico debe poder integrarse al rediseño
de nuestro modelo de ciudad, de tal manera que el desarrollo urbano asegure la coexis-
tencia entre las dinámicas actuales y las pasadas, y las potencie en el futuro.

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