Dostoievski Fiodor - Crimen Y Castigo - El Manga

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Hoy en día nadie puede negar que Crimen y castigo es una de las obras

capitales de la literatura universal. Escrita en 1866, entre otras dos grandes piezas
del autor como son Memorias del subsuelo y El jugador, esta novela nos ofrece la
oportunidad de navegar por las profundidades del alma humana. Aunque la
aproximación psicológica a la trama es uno de los rasgos más característicos de
Dostoievski, en este caso sus esfuerzos se hallan concentrados en los conceptos de
«falta» y «expiación». A lo largo de los cientos de páginas que componen el
volumen asistimos al pecado de arrogancia de Raskólnikov y su deambular por el
purgatorio de la locura, pero también a la caída en el alcoholismo del funcionario
Marmeládov y el castigo que tanto él como su familia sufren como consecuencia.
En este último caso es sobre todo Sonia quien se ve obligada a purgar el pecado de
su padre pecando a su vez y cargando con un peso muy similar al que Dunia está
dispuesta a aceptar con tal de garantizar la seguridad de su familia. A este elenco
de personajes aún habría que añadir a los dos principales antagonistas,
Svidrigáilov y Luzhin, en quienes no escasean las faltas —conscientes e
inconscientes respectivamente— y, sin embargo, apenas sufren la carga de
conciencia derivada de sus acciones.

Esta indagación en el plano de la ética es probablemente uno de los aspectos


que más han contribuido a la pervivencia de la obra y su contemporaneidad. Ya
desde el Romanticismo autores como Lord Byron, Baudelaire o Lautréamont
exploraron la naturaleza del bien y el mal de una manera relativa, en oposición a
los valores absolutos que se habían transmitido tradicionalmente a través de la
religión. En estos nuevos tiempos nadie es bueno ni malo por completo, tal como
vemos en el joven Rodia, que a pesar de asesinar a Aliona y Lizabeta, se ve incapaz
de abandonar a los suyos. De esta subjetividad creciente, presente en numerosos
aspectos de la cultura, surgirá asimismo la teoría del superhombre de Nietzsche,
cuyos gérmenes pueden apreciarse ya en las páginas de esta obra.
Información adicional Ficha del libro

La profundidad psicológica con la que Fiódor Dostoievski revestía a sus


personajes lo convierte, a ojos de algunos, en un escritor existencialista. En efecto,
muchas de las grandes preguntas sobre la existencia humana que años después se
plantearía este movimiento filosófico habían sido ya tratadas en profundidad en
las obras del autor ruso. Crimen y castigo no es una excepción a este respecto, ya
que gracias a su incansable torrente de palabras el lector se convierte en un testigo
de excepción de las complejas contradicciones que alberga el alma humana.

«Un verdadero amo, a quien todo se le permite, cañonea Tolón, hace una
carnicería en París, olvida un ejército en Egipto, gasta medio millón de hombres
en la campaña sobre Moscú y sale bien librado de Vilna gracias a una
ocurrencia. Y aun así, a su muerte le erigen estatuas y, por lo tanto, todo se le
permite. ¡No, esa gente no está hecha de carne, sino de bronce! »

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