48.-Doctrina Nicolaita

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¿PRACTICAS TU O TU IGLESIA LA
DOCTRINA NICOLAITA?

ES CURIOSO OBSERVAR QUE A LA IGLESIA DE EFESO Jesus le dice en


Apocalipsis 2:6. “No obstante, tienes esto a tu favor: que aborreces la obra
de los NICOLAITAS, la cual yo también aborrezco”.
Y a la iglesia de Pérgamo También Jesus dice en el vers 15 del mismo capítulo 2
de Apocalipsis “Así también tienes A LOS QUE RETIENEN la doctrina de los
NICOLAITAS”.
Los primeros, RECHAZABAN...ABORRECIAN la obra de los Nicolaítas.... Los
segundos, tenían entre sus miembros a personas que RETENIAN la doctrina
Nicolita...es más la estaban practicando, pues retenían esa doctrina.
¿Quiénes fueron los Nicolaítas y cuál es el origen de esta palabra que
encontramos primero en Apo. 2:6 y después se repite en Apo. 2:15?
El principal intento tradicional para entender la etimología de esta palabra, a
menudo está ligada con el designado diacono Nicolás en Hech.6:5 “lo propuesto
pareció bien al grupo, por eso eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del
Espíritu Santo, con Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmeas y Nicolás, un
gentil de Antioquía convertido al judaísmo”. Presumiblemente, en una etapa
posterior, Nicolás empezó a enseñar lo que eventualmente se definió como las
malas obras de los Nicolaítas, el asunto es bastante oscuro y es muy interesante
que la Biblia mencione que él era el único convertido al Judaísmo, es decir no era
un Judío Natural.
En el comentario del Apocalipsis más antiguo que se conoce, escrito por Victorino
de Petovio en el siglo II, éste habla de los nicolaítas como «hombres falsos y
turbadores que ministrando bajo el nombre de Nicolás crearon para ellos una
herejía diciendo que las viandas ofrecidas a los ídolos podían ser exorcizadas y
luego comidas, y que cualquiera que cometiere fornicación podía recibir la paz al
octavo día».
El autor cristiano extra bíblico más temprano que los menciona es Ireneo (c 185
d.C.), que los identifica como una secta gnóstica: "Juan, el discípulo del Señor,
predica esta fe [la divinidad de Cristo], y procura, por la proclamación del
evangelio, eliminar ese error que Cerinto ha diseminado entre los hombres, Y
mucho antes los llamados nicolaítas, que son una rama del falsamente llamado
Conocimiento, para confundirlos, y persuadirlos”.
Hay también evidencias de una secta
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Gnóstica en el s III d.C. que lleva el mismo nombre. Pero Ireneo -seguido por
Hipólito y otros-, presenta la teoría de que esta secta se originó en las
Enseñanzas de Nicolás, uno de los 7 primeros diáconos ordenados por los
Apóstoles, un "prosélito de Antioquía" (Hech. 6:1-3, 5). No hay evidencia de
Que esta tradición sea digna de confianza.

Es bueno aclarar tres palabras claves para este estudio antes de entrar en
materia, retener, doctrina y aborrecer, que básicamente sobresalen en el mensaje
que el Jesus Resucitado envía a las dos Iglesias , la de Éfeso y la de Pérgamo.
La primera es Retener y básicamente en el idioma español significa (Conservar,
guardar en sí, no devolver. No dejar que se separe algo. En la Biblia la palabra
Griega que se utiliza para retener es “Katéjo” (Strong 2722) y significa sostener o
sujetar firmemente, como en Lucas 8:15 que da a entender que los que tienen un
corazón bueno retienen katéjo la palabra oída, o 1 Corintios 11:2 donde algunos
Corintios retenían las instrucciones del Apóstol Pablo, o Hebreos 3:6 donde dice
que si nosotros retenemos la confianza en Cristo alcanzaremos la gloria.
Asi que Retener es sostener o sujetar algo firmemente, como el pegante que
puede retener o sujetar un trozo que se parta o se separe de algo principal.
La segunda palabra es Doctrina, según la explicación en nuestro lenguaje actual
español es el Conjunto de ideas, enseñanzas o principios básicos defendidos por
un movimiento religioso, ideológico, político, etc. En la Biblia la palabra Griega
que se utiliza para doctrina es “Didaché” (Strong 1322) y significa Instrucción o
enseñanza como en Mateo 7:28, cuando las personas que escuchaban la
enseñanza de Jesus quedaba admirados, o Marcos 1:27 donde las personas se
asombraban por la manera en que Jesus enseñaba y la llamaban nueva doctrina,
o Hechos 17:19 donde en el Areópago Griego los Filósofos de esa época se
preguntaban que era esa enseñanza nueva que traía el Apóstol Pablo.
Asi que doctrina es una instrucción o enseñanza de alguien que desea que
sea su seguidor y que aplique en su vida esa instrucción o enseñanza.
Finalmente encontramos la palabra aborrecer que significa en nuestro idioma
Español Detestar enormemente algo o a alguien. En la Biblia la palabra Griega
que se utiliza para aborrecer es Miseó (Strong 3404) y significa amar menos ,
como en Lucas 14: 26 , donde Jesus explica que debemos amar menos o
aborrecer a nuestros padres o a nuestra vida misma para poder ser su discípulo, o
en Juan 15:18 donde se dice que si el mundo nos ama menos o miseó a Jesus se
lo hicieron primero, o en Romanos 9:13 donde se menciona que en la antigüedad
Dios amo menos a Esaú que a Jacob.
Asi que en el mensaje de Jesus a la Iglesia de Éfeso explicaba que ellos amaban
menos o aborrecían la enseñanza o instrucción Nicolaita y que por encima de esta
enseñanza estaba la de Jesus.
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No ocurría lo mismo con la otra iglesia donde Jesus menciona esta enseñanza o
doctrina, en donde la iglesia de Pérgamo retenía o sostenían firmemente la
enseñanza Nicolaita y la colocaban por encima de la instrucción de Jesus.
Entonces ¿Quiénes eran los Nicolaítas, que enseñaban y porque Jesus la
aborrecía?
Para entender la obra de los nicolaítas, es necesario en primer lugar definir el
origen de la palabra. Nicolaita proviene del griego NICO o NIKÈ que significa
dominio o conquista sobre otros y LAOS que significa pueblo, gente común, seglar
o laico.
De ahí podemos analizar la composición NICOLAOS que viene a ser algo así
como DOMINIO SOBRE EL PUEBLO.
Νικολαί͂της Nikolaítes; (Strong 3531) Inherente a Nicolas, viene de una palabra
que es Νικόλαος Nikólaos; (Strong 3532) que significa victorioso sobre el pueblo
y a su vez estas dos palabras provienen de una primaria que es νίκη níke; (Strong
3529) que significa conquista, victoria.
La obra y doctrina de los nicolaítas, consistió en JERARQUIZAR A LA IGLESIA,
destruyendo el armazón horizontal, para levantar uno piramidal. Esa es la obra y
doctrina que tanto aborrece El Señor.
Así nace el clero (Niko) y el laicado (Laos) (Strong 2992) pueblo o compañía
Una casta clerical con privilegios especiales, fuerte vínculo con el césar y un
evidente dominio sobre el resto del pueblo (laicos). Los nicolaítas comenzaron a
dividir al pueblo de Dios en dos grupos. Los Clérigos que eran personas
“apartadas”, doctas, espirituales y con privilegios, y los laicos que correspondían al
resto del pueblo. Desde aquel tiempo comienza esa estructura piramidal dentro de
la iglesia, aun no teniendo asidero en las santas Escrituras.
La sencillez de la iglesia, se vio paulatinamente reemplazada por una institución
organizada con jerarquías y con moldes seculares y paganos extraídos del
romanismo. En otras palabras, era el nacimiento de la iglesia de Roma.
Cuando nuestro Señor Jesucristo caminó entre los hombres, enseñó a sus
discípulos a cuidarse de la levadura de los fariseos, a quienes denunció como
hipócritas. Entre ellos colocó al sumo sacerdote y a los oficiales del templo junto
con los maestros (escribas o profesores) de la sinagoga.
Jesús declaró cómo estos habían corrompido la verdad de Dios, con las doctrinas
y las enseñanzas de los hombres. La verdad, tal como originalmente se les había
dado, ya no estaba en ellos. Aquello que ellos llamaban la verdad de Dios, no era
tal y les convertía en ciegos y líderes de ciegos haciendo que sus seguidores
tropezaran y cayeran.
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Por tanto, y como una advertencia a todos aquellos que se unían a él, el Señor
dijo sobre aquellos hombres no espirituales, que hacían largas oraciones
simplemente para figurar, dando un espectáculo público, que, si bien parecían
tener un contenido de humildad, lo único que querían era, ser vistos por los
hombres.
Lo que en realidad aquellos hombres deseaban era ocupar los asientos más
importantes en todas las fiestas; los saludos que recibían en los mercados, de los
hombres verdaderamente humildes y sinceros, de los que pretendían ser
aceptados como sus superiores y les dirigieran la palabra diciéndoles: rabí,
maestro, mi maestro.
Pero nuestro Señor ordenó: Mateo 23:8-11 “Mas vosotros, no queráis ser
llamados Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros
sois hermanos. Y vuestro padre no llaméis a nadie en la tierra; porque uno
es vuestro Padre, el cual está en los cielos. Ni seáis llamados maestros;
porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros,
sea vuestro siervo”.
Aquí encontramos un doble mandamiento para un doble propósito:
No permitáis a los hombres que son hermanos en Cristo, y quienes componen la
Iglesia de Dios, que, por ningún motivo, te llamen maestro, Pues Uno solo es el
Maestro.
No permitáis ninguno de vosotros ser poseído con el espíritu carnal de querer que
aquellos hombres, que son tus hermanos en la Iglesia de Dios, te llamen Maestro.
También agregó, que además tenían el deseo carnal de querer ocupar el puesto
más alto ante los ojos de los que forman el pueblo de Dios.
A aquellos líderes les acusó de extorsión y de abusos, y también les acusó ser
devoradores de hogares y de viudas.
Jesús les increpó de ser hipócritas, aspirantes de llegar a ser dignatarios de las
congregaciones del más alto Dios.
Estas condiciones tal como las describió Jesús, existen hoy día en las diversas
iglesias.
Pues es cierto que debe haber un orden y Dios aprobó el honor que había de
darse a algunos tal como podemos leer en
I Tesalonicenses 5: 12-13 Y os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que
trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan: Y que los
tengáis en mucha estima por amor de su obra.
I Timoteo 5: 17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de
doblada honra; mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.
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Desde siempre la organización del hombre ha buscado una estructura piramidal.


Recordemos la experiencia de la torre de babel (Génesis 11) o el de la misma
solicitud del pueblo en el tiempo de Samuel, cuando se revela un desprecio por la
teocracia (Gobierno por Dios) y un anhelo por la monarquía según el molde
mundano (1 Samuel 8), La Jerarquía es un mal enquistado en el corazón del
hombre. Es un molde conforme a la naturaleza pecaminosa.
Así lo revela la necia solicitud de la madre de los hijos de Zebedeo (Mateo 20:20-
28) ante lo cual nuestro Señor Jesucristo responde: “Entonces Jesús,
llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se
enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.
Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre
vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros
será vuestro siervo”. Mateo 20:25-27.
Tal como lo declara nuestro Señor Jesucristo en el pasaje citado, la jerarquía
produce un enseñoramiento y Él no quiere eso de su pueblo. Las jerarquías son
propias del hombre caído y no de la voluntad de Dios. A Dios jamás le han
agradado las jerarquías, de ahí que su sentir frente a la doctrina de los nicolaítas
es que es considerada como aborrecible.
La revelación de la Escritura nos muestra que el anhelo de Jesus es estar en
medio y no sobre su pueblo. Ciertamente el pecado lo arruinó todo; cuando Adán y
Eva desobedecieron, se creó una gran brecha que más tarde vino a eliminar
nuestro amado Salvador y Señor Jesucristo. Cuando observamos la casta
sacerdotal en el antiguo pacto, parecería que Dios hubiera instituido una jerarquía
eclesiástica.
El sumo sacerdote era superior al sacerdote. Uno puede entrar al lugar santísimo,
pero el otro solo hasta el altar del incienso. No obstante, debemos considerar que
el sacerdocio nunca fue la imagen misma de las cosas conforme al pleno agrado
de Dios, sino que sombras, emblemas y símbolos de lo que había de venir. Cristo
terminó con eso, rasgando el velo del templo y abriendo el lugar santísimo para
darle acceso directo a Dios, a cualquier pecador que transita por medio del
sacrificio de la cruz.
En el Nuevo Testamento, la instrucción de los ministerios y dones del Espíritu
Santo expresados en las cartas de Pablo a los Romanos, Corintios o Efesios, y lo
dicho por el apóstol Pedro en su primera epístola, de ninguna manera enseñan la
jerarquía en la Iglesia, por el contrario, se enfatiza la igualdad de importancia en
cada uno de los miembros de la Iglesia (1 Corintios 12:6-31).
Es decir, se deja en claro que tanto el obispo como el que sirve a las mesas
(Diakono) tienen la misma importancia, y no son parte de un escalafón jerárquico
como lo vemos en la actualidad (1 Pedro 5:2-3) (1 Tes 2:6).
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Nuestro Señor Jesucristo lo enseñó con tanta precisión, veamos: “…aman los
primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las
salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. Pero
vosotros no queráis que os llame Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el
Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie
en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis
llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el
mayor de vosotros, sea vuestro siervo”. ▬Mateo 23:6-11.
El texto es suficientemente claro. Jesus no desea las jerarquías entre los
hermanos. Los fariseos eran una casta que se arrogaba el privilegio de servir a
Dios y de sentirse mejores o más importantes que los demás.
Cristo condenó abiertamente aquella postura hipócrita y que no dista tanto de lo
que pasa en la actualidad en las iglesias mal llamadas cristianas.
Parece que pasajes tan categóricos como el citado, se han extinguido de los
púlpitos así como por encanto. Hoy, el término “ministro” es como un grado
jerárquico, y la feligresía actúa frente a los tales como si fueran algo así como
seres angélicos.
Esto es el legado del nicolaítismo. El clero por sobre los laicos.
El apóstol Pedro, tan manipulado por la iglesia de Roma, jamás actuó como los
“ministros” de la actualidad, menos como el papa del Vaticano. Recordemos como
corrigió aquella recepción dada en la casa de Cornelio:
“Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró.
Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre”.
▬Hechos 10:25-26.
La actitud de Cornelio, es propia al de todo ser humano que no tiene conocimiento
de Dios. Es la clásica actitud religiosa que pretende hacer “dioses” de los
hombres.
Desde tiempos remotos, el hombre ha elevado a los altares a individuos que han
demostrado rasgos de piedad y de espiritualidad. Incluso hasta el día de HOY y en
la IGLESIA ACTUAL...
Veamos lo que enseña Pedro al respecto: “Ruego a los ancianos que están entre
vosotros… Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros”. ▬1 Pedro 5:1-2.
Las palabras de Pedro son exageradamente claras. Los ancianos u obispos (es
exactamente lo mismo) no están sobre la grey como lo reclama el nicolaítismo,
sino que “ENTRE” ellos. La función del pastor no es establecer una dictadura
hegemónica e infalible, sino que servir entre los hermanos. Si aún no es suficiente
este argumento, sigamos leyendo a Pedro: “no como teniendo señorío sobre los
que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey”. ▬1 Pedro 5:3.
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La palabra señorío ya había sido advertida por el Señor Jesucristo en Mateo


20:25-27, y es una característica propia del mundo y no de la que debiera existir
entre los hermanos. Recordemos la instrucción dada por Dios a Moisés respecto a
la construcción del altar: “No subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez
no se descubra junto a él”. ▬Éxodo 20:26.
La palabra jerarquía denota una estructura escalonada y ascendente, que sitúa a
personas u otras cosas en un orden según su importancia. El texto de Éxodo, nos
revela que Dios prohíbe al hombre subir por gradas en su altar y elevarse por
sobre los demás, porque lo único que quedará al descubierto es su desnudez.
Es eso lo que justamente pasa cuando un individuo se pone por sobre sus
semejantes; las deficiencias y bajezas quedan al descubierto. Cuando la lupa es
fijada en los hombres, solo podremos observar imperfecciones, pero si la fijamos
en la persona de Cristo, solo descubriremos impecable perfección.
El nicolaítismo pretende eclipsar al único que debe estar sobre nosotros: a nuestro
Señor Jesucristo. Y ESO ES IDOLATRIA!!!
El clero y sus distintivos especiales No conforme con la organización dividida entre
el clero y los laicos, los seguidores del pensamiento nicolaítas, también
incorporaron a sus formas, el uso de atuendos que los distinguían de lo seglar.
Se instituye el uso de sotanas, pectorales y de cuello clerical al más puro ejemplo
de la iglesia de Roma. Ellos dicen que aquellas vestimentas los distinguen como
“siervos de Cristo”, pero en el fondo no es más que una cómoda conservación de
costumbres religiosas y a veces, una vanidosa satisfacción de sentirse distintos a
los demás.
Los fariseos ya tenían esta costumbre de distinguirse de los demás utilizando
atuendos extravagantes, y justificaban aquella forma de vestir, interpretando
literalmente pasajes de la Torá. El Señor Jesucristo habló categóricamente al
respecto: “Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues
ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los
primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas”. ▬Mateo
23:5-6.
Finalmente recordemos lo que aparece escrito en Mateo 20 25-28 “Entonces
Jesús llamándolos, dijo: Sabéis que los príncipes de los Gentiles se
enseñorean sobre ellos, y los que son grandes ejercen sobre ellos potestad.
Mas entre vosotros no será así; sino el que quisiere entre vosotros hacerse
grande, será vuestro servidor; Y el que quisiere entre vosotros ser el
primero, será vuestro siervo: Como el Hijo del hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.
Todo cristiano debe cuidarse de no ser parte de la Doctrina Nicolaita, pues Jesus
advirtió a la Iglesia de Pérgamo que si no cambiaba su manera de pensar… Por
tanto, ¡arrepiéntete! Pues de lo contrario vendré pronto a ti y pelearé contra ellos
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con la espada de mi boca, (Apo 2:16). Si el ser parte de esa doctrina, el aceptarla
o simplemente el practicarla nos haría enemigos de la verdad.

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