Maestria. Exposicion

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Pasamos la mayor parte de nuestras vidas dentro de organizaciones o en contacto

con ellas, ya sea trabajando, aprendiendo, divirtiéndonos, o comprando y usando los


productos y servicios que ellas ofrecen. Por tal motivo es fundamental que conozcamos
cómo son y, sobre todo, cómo se comportan. La dinámica de cada organización tiene sus
propios secretos, recovecos, bases y características. Es importante que sepamos cómo
funcionan las organizaciones para poder vivir y trabajar en ellas, relacionarnos con ellas y,
principalmente, dirigirlas en forma adecuada. Cualquiera que sea la profesión que una
persona escoge (administración, medicina, ingeniería, derecho, psicología, sociología,
turismo, servicio social, enfermería, etc.) es imprescindible que conozca el
comportamiento de las organizaciones para alcanzar su éxito profesional. La mayoría de
esas profesiones necesariamente se desarrollan dentro de organizaciones o por medio de
ellas, por ejemplo, en hospitales, clínicas, construcciones, tribunales, foros, compañías
aéreas, hoteles, empresas, industrias, etc. De ahí la importancia de conocer el
comportamiento de las organizaciones.

Además, las organizaciones no funcionan al azar ni tienen éxito en forma aleatoria.


Deben ser administradas y los ejecutivos que las dirigen o administran deben conocer a
fondo el capital humano que las hace funcionar. El éxito o el fracaso de la mayoría de los
proyectos de las organizaciones depende del capital humano; es necesario tener la
habilidad para saber tratar con personas que tienen distintas personalidades y lograr
relacionarse y comunicarse con ellas. Esto no tiene que ver con los conocimientos técnicos
o especializados de cada ejecutivo, sino con el desarrollo de habilidades para las
relaciones interpersonales. El conocimiento puramente técnico sirve para llevarnos hasta
cierto punto; sin embargo, a partir de ahí las habilidades interpersonales resultan
imprescindibles.

Por esta razón es importante conocer y estudiar las organizaciones: porque no


escapamos de ellas y es mejor entenderlas para poder adaptarnos y desenvolvernos con
naturalidad en su entorno. Todas las organizaciones tienen en común un cierto número de
personas unidas por el propósito explícito de alcanzar metas; de esta manera surge una
sociedad organizada, o bien, una organización social.

Las organizaciones modernas son el resultado de la evolución social y de los


adelantos técnicos. Debido a esto, sus características varían en algunos aspectos según sus
objetivos y aunque muestren rasgos en común, cambian con relativa frecuencia y deben
ser vistas multidisciplinariamente. Quedaron atrás los viejos paradigmas para dar lugar a
una corriente que critica la organización tradicional a la vez que enfatiza el aspecto
humano.

En un entorno cambiante como el que se presenta hoy en día en el mundo de los


negocios, es necesario manejar estrategias que permitan enfrentar los retos del medio en
forma planeada. El desarrollo organizacional (DO) apoya estas estrategias e impulsa la
competitividad y permanencia de las organizaciones. El DO surge, alrededor de 1947,
como una necesidad social, en una época de crisis mundial derivada de la posguerra. La
dinámica de las empresas cambió considerablemente debido a la limitación de materia
prima y de recursos humanos, lo que llevó a la incorporación intensiva de la mano de obra
femenina en la industria.

El desarrollo organizacional se ha constituido en el instrumento por excelencia


para el cambio pues busca lograr una mayor eficiencia organizacional, condición
indispensable en el mundo actual, caracterizado por la intensa competencia en los
ámbitos nacional e internacional. A lo largo del tiempo y desde que el desarrollo
organizacional cobró importancia, diversos estudiosos de este campo han aportado
definiciones de acuerdo con su percepción de la realidad y el ambiente prevaleciente en
esos momentos.

Desarrollo Organizacional

Beckhard, 1996. “El DO es un esfuerzo planificado de toda la organización y controlado


desde el nivel más alto para incrementar la efectividad y el bienestar de la organización
mediante intervenciones planificadas en los procesos de la organización, aplicando los
conocimientos de las ciencias de la conducta”.

French y Bell, 2000. “El DO es la disciplina de las ciencias de la conducta aplicadas,


dedicada a mejorar las organizaciones y a las personas que trabajan en ellas mediante el
uso de la teoría y la práctica de un cambio planificado para mejorar la visión, la delegación
de autoridad, el aprendizaje y los procesos de resolución de problemas de una
organización, mediante una administración constante y de colaboración de la cultura de la
organización, con un énfasis especial en la cultura de los equipos de trabajo”.

Se considera que una definición de desarrollo organizacional más acorde con los
tiempos actuales es la siguiente: “Es el proceso mediante el cual la organización evalúa las
conductas, los valores, las creencias y las actitudes de la gente para enfrentar la
resistencia al cambio; con lo cual puede aplicar modificaciones en la cultura organizacional
para alcanzar mejores niveles de productividad y eficiencia”

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