Dialnet LaPoliticaDeEmpleoEnLaUnionEuropea 3354569
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La Estrategia Europea de Empleo (Luxemburgo, 1997) supuso un primer y decisivo paso hacia
una política de empleo comunitaria, coordinando la actuación de los Estados miembros. Ante los desafíos
de la globalización, el incremento de la tasa de desempleo era un problema común cuya solución no podía
abordarse exclusivamente desde las posiciones nacionales, de ahí que el así llamado “Proceso de Luxem-
burgo” iniciara una serie de actuaciones dirigidas a lograr el pleno empleo en la Unión Europea.
Este objetivo ambicioso fue raticado posteriormente por la Estrategia de Lisboa (2000), que,
sin anular la anterior, desarrolló su acción en paralelo durante varios años, de manera que ambas estrate-
gias, con aquel objetivo compartido en materia de empleo, se complementaron, interaccionando la una
sobre la otra. Es cierto que, a los cinco años de su puesta en práctica, las dos estrategias se revisaron y
reforzaron, sobre todo ante las variables circunstancias económicas del momento y los cambios en la
dimensión de la Unión Europea.
En la creación de un espacio europeo de empleo ha resultado ecaz y positivo el “método abier-
to de coordinación”, como modelo de gobierno basado en la asociación entre los Estados miembros y las
instituciones de la Unión Europea, que ha impulsado los programas nacionales de reforma. Si las prime-
ras estrategias comunitarias sobre el empleo se proyectaron en un periodo de crecimiento económico, la
llegada de la crisis obligó a un profundo replanteamiento, simplicando los objetivos y perfeccionando
el método de coordinación. En este nuevo marco se aprueba la Estrategia “Europa 2020”, que prevé las
nuevas líneas de actuación En materia de política económica y de empleo para la próxima década.
The European Employment Strategy (Luxembourg, 1997) meant a rst and decisive step
towards a common employment policy, and the work coordination of Member States. Whiting globaliza-
tion challenges, the increase of unemployment rates was a problem that could not be solved exclusively
from a national perspective. That is, they implemented the so called “Luxembourg process”, which un-
dertakes the coordination of Member States’ employment policies to reach full employment in Europe.
Such ambitious objective has been ratied later on by the Lisbon Strategy (2000) which, without
forgetting the previous one, was developed in parallel, and in the sense that these two strategies with the
same objective for full employment were completed together. After ve years, counting from the moment
of which strategies were put into practice, both strategies were revised and reinforced, mainly because of
the current situation economic circumstances and the European Union changes.
In the creation of a European common place, the “open method of coordination (OMC)” has
been positive and effective, as a government model based on the Member State association and the Euro-
pean institutions that seek national programs reforms. The rst community employment strategies were
set under economic growth, the crisis led to reorganize and re-think those strategies to adapt them to the
situation by simplifying its objectives and improving the method of coordination. In this sense, the new
European strategy called “Europe 2020” has been published and states the economic and employment
policy to be implemented in the next decade.
íNDICE
1. anteceDentes: la cooperación europea en Materia De eMpleo
2. la estrateGia europea De eMpleo: Del proceso De luxeMburGo a la estrateGia De lisboa
2.1. Lanzamiento de la Estrategia Europea de Empleo: la cumbre de Luxemburgo (1997)
2.2.1. Objetivos e instrumentos
2.2.2. El nuevo método de trabajo: el método abierto de coordinación (MAC)
2.2. La Estrategia de Lisboa (2000): hacia la Europa de la innovación, el conocimiento y el
pleno empleo
2.2.1. Adaptación y refuerzo de los procesos existentes: Cardiff (reformas microeconó-
micas y estructurales), Colonia (reformas macroeconómicas y presupuestarias) y
Luxemburgo (empleo)
2.2.2. Las debilidades del mercado laboral europeo
2.2.3. Objetivos
2.3. Balance intermedio de la Estrategia Europea de Empleo (2002) y nuevas directrices
(2003-2005)
2.3.1. Redenición y reforma de la Estrategia Europea de Empleo
2.3.2. Nuevos objetivos principales
2.3.3. Directrices generales y recomendaciones especícas
2.4. Relanzamiento de la Estrategia de Lisboa (2005)
2.4.1. El informe Kok
2.4.2. Las propuestas de la Comisión Europea
2.4.3. Directrices integradas: macroeconómicas, microeconómicas y de empleo
2.5. Refuerzo del Programa Comunitario de Lisboa (2008-2010)
2.5.1. La Estrategia de Lisboa renovada para el crecimiento y el empleo
2.5.2. Directrices revisadas para las políticas de empleo
2.6. Evaluación nal de la Estrategia de Lisboa
3. la nueva estrateGia “europa 2020”
3.1. Consulta de la Comisión Europea sobre la futura Estrategia “UE 2020” (2009)
3.2. La propuesta de la Comisión Europea (marzo 2010): Estrategia “Europa 2020”
3.3. La Estrategia “Europa 2020”: debate (marzo 2010) y aprobación denitiva (junio 2010)
por el Consejo Europeo
4. reflexión final: econoMía y eMpleo en la unión europea
Desde el Tratado de Roma (1957), el pleno empleo fue uno de los objetivos
de la Comunidad Económica Europea, destacando la actuación del Fondo Social
Europeo (FSE) como instrumento de ayuda para fomentar el empleo y la movi-
lidad de los trabajadores. Con aquella nalidad, la cooperación entre los Estados
miembros se centraba en la colaboración entre gobiernos dentro de organizaciones
internacionales especializadas; así, en la Organización de Cooperación y Desarro-
llo Económicos (OCDE) y en la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En la década de los noventa, se pudo advertir cómo la creación de ri-
queza en los países europeos no venía acompañada de un incremento soste-
nido del empleo, con más y mejores puestos de trabajo. AÀoraron problemas
estructurales que, sumados a las dicultades macroeconómicas, pusieron de
1
Entre otros, la Unión Europea tendrá el siguiente objetivo: “promover el progreso económi-
co y social, un alto nivel de empleo y conseguir un desarrollo equilibrado y sostenible, principal-
mente mediante la creación de un espacio sin fronteras interiores, el fortalecimiento de la cohesión
económica y social y el establecimiento de una unión económica y monetaria que implicará, en su
momento, una moneda única, conforme a las disposiciones del presente Tratado”.
2
Ferrara, M. y Sacchi, S.: “The Open Method of Coordination and National Institutional
Capabilities”, en Zeitlin, J. y Pochet, Ph. (Eds.): The Open Method of Co-ordination in Action, The
European Employment and Social Inclusion Strategies, PIE Peter lang, Brussels, 2005, pág. 138.
3
Siendo positiva la participación de todos los agentes y el aprendizaje mutuo a través de las
mejores prácticas, se advierte que “conlleva el reparto de responsabilidades y, por ende, la di-
cultad de identicar al último responsable” (TERRADILLOS ORMAETXEA, E.: “La interacción
entre políticas activas de empleo y políticas económicas en la UE, el juego del método abierto de
coordinación y sus efectos sobre la política de empleo española”, Revista del Ministerio de Traba-
jo y Asuntos Sociales, núm. 62, 2006, pág. 77).
ción entre los Estados miembros, como manifestación del principio de subsi-
diariedad), los instrumentos de medida denidos conjuntamente (estadísticas,
indicadores y directrices) que permitieran valorar el cumplimiento de los ob-
jetivos jados y la “evaluación comparativa”, es decir, la comparación de los
resultados de los Estados miembros y el intercambio de las mejores prácticas
(supervisión efectuada por la Comisión).
En el ámbito del empleo, el MAC suponía medidas del denominado “De-
recho indicativo”, que eran más o menos vinculantes para los Estados miem-
bros, pero que no adoptaban nunca la forma de directivas, reglamentos o
decisiones, imponiendo a los Estados miembros la elaboración de planes de
reforma nacionales, que los transmitían a la Comisión. Por eso, los Estados
miembros reaccionaron de diferentes modos a las exigencias del MAC, ante
las condiciones reales de los mercados de trabajo de cada país4.
2.2. La Estr ategia de Lisboa (2000): hacia la Eur opa de la inno ación, el
conocimiento y el pleno empleo
4
Vid. DE PABLOS, J. C. y Martínez, A.: “La Estrategia Europea de Empleo: historia, con-
solidación y claves de interpretación”, Revista del Ministerio de Trabajo e Inmigración, núm. 77,
2008, pág. 121.
2.2.3. Objetivos
En el plano social, el objetivo primero, aunque no único, era alcanzar cuo-
tas de ocupación en la Unión Europea que se aproximaran al pleno empleo. Las
líneas de actuación debían centrarse en los siguientes campos:
• El reto tecnológico. Las TIC, además de un reto importante, poseían
también un potencial considerable sobre el empleo, por ello se proponía
2.3. Balance inter medio de la Estr ategia Eur opea de Empleo (2002) y nue-
as dir ectr ices (2003-2005)
5
Comunicación de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico
y Social y al Comité de las Regiones, de 17 de julio de 2002, relativa al balance de cinco años de
aplicación de la Estrategia Europea de Empleo [COM (2002) 416 nal].
6
Comunicación de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y
Social y al Comité de las Regiones, de 14 de enero de 2003, sobre el futuro de la Estrategia Euro-
pea de Empleo [COM (2003) 6 nal].
7
Decisión núm. 578/2003/CE del Consejo, de 22 de julio de 2003, relativa a las Directrices
para las políticas de empleo de los Estados miembros.
8
Recomendación 2004/741/CE del Consejo, de 14 de octubre de 2004, sobre la aplicación de
las políticas de empelo de los Estados miembros [DO L 326 de 29.10.2004].
rente con las directrices correspondientes de los demás ámbitos. Esto permitía
el refuerzo mutuo de los diferentes ámbitos de la economía.
En primer lugar, con el n de atraer a más personas para que se incorpo-
raran al mercado de trabajo y modernizar los sistemas de protección social, la
Comisión proponía:
- Aplicar políticas de empleo conducentes al pleno empleo, la mejora de la
calidad y la productividad del trabajo y el fortalecimiento de la cohesión social
y territorial (Directriz Integrada núm. 17).
- Promover un enfoque del trabajo basado en el ciclo de vida (Directriz
Integrada núm. 18).
- Asegurar unos mercados de trabajo integradores, aumentar el atractivo
del trabajo y hacer que el trabajo resulte remunerador para los solicitantes de
empleo, entre ellos las personas desfavorecidas y las personas inactivas (Di-
rectriz Integrada núm.19).
- Mejorar la adecuación a las necesidades del mercado de trabajo (Direc-
triz Integrada núm. 20).
En segundo lugar, para mejorar la adaptabilidad de los trabajadores y las
empresas y aumentar la Àexibilidad de los mercados laborales, la Comisión
proponía:
- Promover la Àexibilidad combinada con la seguridad del empleo y re-
ducir la segmentación del mercado de trabajo, prestando la debida atención al
papel de los interlocutores sociales (Directriz Integrada núm. 21).
- Asegurar una evolución de los costes laborales y establecer mecanismos
de jación de salarios que favorezcan el empleo (Directriz Integrada núm. 22).
En tercer lugar, para incrementar la inversión en capital humano, mejoran-
do la educación y las cualicaciones, la Comisión proponía:
- Ampliar y mejorar la inversión en capital humano (Directriz Integrada
núm. 23).
- Adaptar los sistemas de educación y de formación para que respondan a
las nuevas exigencias en materia de competencias (Directriz Integrada núm. 24).
9
Cfr. Documento de Evaluación de la Estrategia de Lisboa [SEC(2010) 114 nal].
gasto total en I+D en la Unión Europea, expresado como porcentaje del PIB,
apenas mejoró marginalmente (del 1,82 por ciento en 2000 al 1,9 por ciento
en 2008). Sin embargo, sería demasiado simplista concluir que la Estrategia ha
racasado por no haber alcanzado estos objetivos.
El documento de evaluación concluye, en síntesis, que la Estrategia de
Lisboa ha contribuido a crear un amplio consenso sobre las reformas que ne-
cesita la Unión Europea y ha logrado benecios concretos para los ciudadanos
y las empresas, aunque un mayor empleo no siempre ha logrado sacar a los
ciudadanos de la pobreza. Las reformas estructurales han hecho a la economía
de la Unión Europea más resistente y nos han ayudado a afrontar mejor la cri-
sis económica. Pese a ello, la Estrategia de Lisboa no estaba sucientemente
preparada para abordar parte de las causas de la crisis desde el principio. Si
bien se avanzó mucho, el ritmo de ejecución de las reformas fue lento y des-
igual. Asimismo, un vínculo más fuerte entre la Estrategia de Lisboa y otros
instrumentos o medidas e iniciativas sectoriales de la Unión Europea habría
mejorado su ecacia.
En cuanto al método seguido, la asociación entre la Unión Europea y los Es-
tados miembros ha sido generalmente una experiencia positiva. Se ha intensi-
cado el aprendizaje político y el intercambio de buenas prácticas. Pero la aplica-
ción ha sido desigual, con unas estructuras de gobernanza débiles. Quizá por eso
las recomendaciones especícas para cada país han tenido un impacto variable.
Sin duda, el saneamiento presupuestario creó las condiciones para un estí-
mulo scal coordinado cuando la crisis comenzó a sentirse y la demanda dis-
minuyó, y contribuyó inicialmente a estabilizar la economía, evitando un ciclo
vicioso de demanda decreciente, menor inversión y mayor desempleo. De otra
parte, las reformas acordadas en el contexto de la Estrategia de Lisboa han
producido benecios tangibles, incluido un mayor empleo (antes de la crisis
se crearon 18 millones de nuevos puestos de trabajo), un entorno empresarial
más dinámico, con menos burocracia y más posibilidades de elección para los
consumidores, y un futuro más sostenible. Aunque es difícil demostrar un nexo
causal entre las reformas de la Estrategia de Lisboa y los resultados en térmi-
nos de crecimiento y empleo, existen pruebas de que las reformas han desem-
peñado un papel importante. Con todo, el aumento del empleo no ha llegado
sucientemente a las personas que se encontraban más alejadas del mercado de
trabajo. Algunos grupos siguen enfrentándose a dicultades especícas como
un limitado acceso a la formación para quienes carecen de cualicaciones, o la
falta de servicios de capacitación. En algunos Estados miembros, además, el
mercado de trabajo sigue estando segmentado.
La renovación de la Estrategia en 2005 contribuyó a aclarar su ámbito y
objetivos. En particular, la denición de cuatro áreas prioritarias (investigación
e innovación; inversión en las personas y modernización de los mercados de
10
BOE de 17 de junio de 2010.
3.2. La pr opuesta de la Comisión Eur opea (mar o 2010): Estr ategia “Eu-
ropa 2020”
11
COM (2009) 647 nal.
menos, el 40 por ciento de los jóvenes debería tener estudios superiores com-
pletos.
- El riesgo de pobreza debería amenazar a 20 millones de personas menos.
Para lograr estos objetivos, la Comisión propone la agenda “Europa
2020”, consistente en una serie de grandes iniciativas. Ahora bien, la ejecución
de estas iniciativas es una prioridad compartida, y la acción necesaria se deberá
emprender a todos niveles: organizaciones comunitarias, Estados miembros,
autoridades regionales y locales. De ahí que, para garantizar que cada Estado
miembro adapte la Estrategia “Europa 2020” a su situación particular, la Comi-
sión proponga que los objetivos de la Unión Europea se traduzcan en objetivos
y trayectorias nacionales.
Aquellos objetivos son representativos de las tres prioridades de creci-
miento inteligente, sostenible e integrador, pero no son exhaustivos ya que será
precisa una amplia gama de acciones a nivel nacional, comunitario e interna-
cional para sustentarlos.
La Comisión propone siete iniciativas emblemáticas para catalizar los
avances en cada tema prioritario:
- “Unión por la innovación”, con el n de mejorar las condiciones gene-
rales y el acceso a la nanciación para investigación e innovación y garantizar
que las ideas innovadoras se puedan convertir en productos y servicios que
generen crecimiento y empleo.
- “Juventud en movimiento”, para mejorar los resultados de los sistemas
educativos y facilitar la entrada de los jóvenes en el mercado de trabajo.
- “Una agenda digital para Europa”, con el n de acelerar el despliegue de
internet de alta velocidad y beneciarse de un mercado único digital para las
familias y empresas.
- “Una Europa que utilice ecazmente los recursos”, para ayudar a desli-
gar crecimiento económico y utilización de recursos, apoyar el cambio hacia
una economía con bajas emisiones de carbono, incrementar el uso de fuentes
de energía renovables, modernizar nuestro sector del transporte y promover la
ecacia energética.
- “Una política industrial para la era de la mundialización”, para mejorar
el entorno empresarial, especialmente para las PYME, y apoyar el desarrollo
de una base industrial fuerte y sostenible, capaz de competir a nivel mundial.
- “Agenda de nuevas cualicaciones y empleos”, para modernizar los mer-
cados laborales y potenciar la autonomía de las personas mediante el desarro-
llo de capacidades a lo largo de su vida, con el n de aumentar la participación
laboral y adecuar mejor la oferta y la demanda de trabajos, en particular me-
diante la movilidad laboral.
- “Plataforma europea contra la pobreza”, para garantizar la cohesión so-
cial y territorial, de tal forma que los benecios del crecimiento y del empleo
3.3. La Estr ategia “Europa 2020”: debate (mar o 2010) y apr obación de-
¿ niti a (junio 2010) por el Consejo Europeo
12
Parte I de la “Europa 2020 “Directrices Integradas [COM (2010) 193 nal]
13
Parte II de la “Europa 2020” Directrices Integradas [SEC (2010) 488 nal]