Resumen Libro de La 329-482

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Derecho Civil II

ELD525
Lic. Jesús Valerio
Resumen Libro Páginas de la 329-482

ALEJANDRO DOMÍNGUEZ MORALES


MATRICULA 201268
Resumen Compendio Derecho Civil II de la Pág. 329-482

TITULO II
SUJETOS DEL DERECHO HEREDITARIO
CAPITULO I
DEL AUTOR DE LA HERENCIA

Teorías que han pretendido explicar la continuidad de la personalidad del autor de la


herencia a través de los herederos. —Conforme a estas tesis que son verdaderas ficciones, se
pretende exaltar la personalidad del de cujus al grado de imaginar que sobrevive en los herederos.
También se ha ocurrido al artificio de decir que el heredero es un representante del autor de la
sucesión, sin parar mientes en que no puede haber representación jurídica cuando el representado
ha muerto. Lo que verdaderamente ocurre es una continuidad patrimonial a través del heredero,
quien recibe e! universumjus del difunto en calidad de entidad jurídica distinta de sus elementos, por
lo que a pesar de que se extingan algunos derechos u obligaciones estrictamente personales, pasa
e! patrimonio como universalidad jurídica de! causante al causahabiente. Ahora bien, si ésta es la
verdadera realidad jurídica y es indiscutible que la personalidad del de cujus se extingue sin que
podamos hablar de continuidad de ella o de representación a través de! heredero, de aquí no
podemos inferir que el de cujus deje de ser sujeto de! derecho hereditario, pues independientemente
de que en el régimen de la legítima que ya no acepta nuestro sistema, tiene que ajustarse a las
limitaciones impuestas a su libertad de testar, en todo caso se parte de la extinción dc su
personalidad cualquiera que sea el sistema hereditario, para la apertura de la sucesión y para referir
a ella todas las consecuencias importantes de! proceso sucesorio, así como para tomar en cuenta la
declaratoria de presunción de muerte en los casos de ausencia. También por lo que se refiere al
patrimonio tenemos que descansar en la personalidad del de cujus para que sirva de punto de
referencia en la transmisión hereditaria, dado que hablamos de causante y causahabiente a titulo
universal.

CAPITULO II
DE LOS HEREDEROS
Diversidad de sistemas.-Fundamentalmente existen dos sistemas, a través de los cuales se
determina el diverso papel de los herederos como sujetos del derecho hereditario:
a) El del beneficio de inventario con separación de patrimonios y
b) El que no admite e! citado beneficio por ministerio de ley, trayendo consigo la reunión de
patrimonios (el personal de! heredero y e! hereditario).
En el primer sistema la aceptación de la herencia se entiende siempre con e! beneficio de inventario,
aun cuando no se exprese y, por lo tanto, no produce confusión entre e! patrimonio personal de!
Heredero y el que recibe en herencia. Este es el sistema adoptado en nuestro derecho, conforme al
artículo 1678 del Código Civil: "La aceptación en ningún caso produce confusión de los bienes del
autor de la herencia y de los herederos, porque toda herencia se entiende aceptada a beneficio de
inventario, aunque no se exprese". Confirma la idea el artículo 2208 concebido así: "Mientras se
hace la partición de una herencia, no hay confusión cuando el deudor hereda al acreedor o éste a
aquél".
EI heredero como adquirente a título universal.-Además de los preceptos que hemos indicado, el
artículo 1284 estatuye:
"El heredero adquiere a título universal y responde de las cargas de la herencia hasta donde alcance
la cuantía de los bienes que hereda".
Conforme a este precepto el heredero es un verdadero continuador del patrimonio del de cujus y
representa todas sus relaciones activas y pasivas de carácter pecuniario, pero con el límite que
establece el beneficio de inventario. Sólo responde de las cargas de la herencia hasta donde lo
permita el activo. Por cargas hereditarias deben entenderse las deudas u obligaciones personales
del difunto y aquellas que tienen, además, garantía real, tales como las hipotecarias, prendarias o
anticréticas. Las cargas reales que afecten a los bienes de la herencia y que, por lo tanto, implican
derechos reales en favor de terceros (usufructo, uso, habitación, servidumbres, enfiteusis, etc.),
pasan necesariamente a formar parte del pasivo hereditario por cuanto que continúan gravando los
bienes afectados.
Institución del heredero.-Los artículos 1378 a 1390 del Código Civil contienen reglas sobre la
institución de herederos. Conforme a las mismas tal institución no es esencial para la validez del
testamento, de tal manera que éste puede existir aun cuando aquélla na exista, o bien, cuando el
heredero instituido no acepte la herencia o sea incapaz de heredar. En estos dos últimos casos
existe una caducidad del derecho del heredero de acuerdo Con las fracciones II y III del artículo
1497, que para los efectos jurídicos equivale a que no se le hubiere instituido como tal.
Institución de heredero pura y Simple e institución condicional o Sujeta a modalidades.-Los
herederos pueden instituirse sin sujetar su designación a modalidades (condiciones, términos,
cargas o mancomunidad). En este caso la institución se denomina pura y simple. De acuerdo con los
artículos 1344 a 1360 el testador es libre para imponer condiciones al disponer de sus bienes y, por
lo tanto, para subordinar las instituciones de herederos o legatarios a condiciones suspensivas o
resolutorias. En cuanto a la imposibilidad de la condición, ésta debe juzgarse en el momento de la
muerte del testador y no en el de la facción del testamento, pues lo que importa 'es que el hecho sea
posible o imposible una vez abierta la sucesión testamentaria, ya que hasta entonces existirá la
posibilidad jurídica de que el heredero pueda adquirir. Antes sólo hay una expectativa de derecho
que el testador podrá cambiar en todo tiempo con la revocación de su testamento.
Para determinar los efectos de las condiciones, la doctrina distingue tres momentos:
Primero: Antes de que la condición se cumpla;
Segundo: Una vez cumplida la condición, y
Tercero: Cuando exista certeza de que la condición no podrá realizarse.
Primero: Antes de que Se cumpla la condición suspensiva el derecho del heredero o legatario no
puede nacer.-- Su existencia depende justamente de un acontecimiento futuro de realización incierta.
Si la condición es resolutoria, entonces nace desde luego el derecho del heredero o de! legatario
como si fuera puro y simple
Segundo: .Una vez cumplida la condición suspensiva se retrotraen sus efectos y el derecho del
heredero o del legatario se tienen por existentes desde día y hora de la muerte del de cujus. Se
requiere, además, que el heredero o legatario vivan cuando se cumpla la condición. Pues si hubieren
fallecido antes caducarán sus derechos, no obstante que después se realice el acontecimiento futuro
y que por su alcance retroactivo debiera considerarse como existente el derecho anotes de la
muerte.
Tercero: en aquellos casos en que exista certeza de que la Condición suspensiva no podrá
cumplirse, por haber transcurrido el plazo que se señaló para su realización o bien, porque dada su
naturaleza no podrá tener verificación fuera de cierta época, entonces el derecho del heredero o
legatario no llega a nacer y deberá abrirse la sucesión legítima por la parte que se les hubiese
asignado. En este sentido el artículo 1599 dispone que: "La herencia legitima se abre: IIl.-Cuando no
se cumpla la condición impuesta al heredero". El caso de certeza absoluta en cuanto a que ya no
podrá cumplirse la condición es igual al de no cumplimiento definitivo y, por lo tanto, debe tener la
misma solución jurídica.
Imposibilidad jurídica de afectar a un término la institución de herederos.-Esta imposibilidad
resulta de un texto expreso de la ley. El artículo 1380 estatuye: "No obstante lo dispuesto en el
artículo 1344, la designación del día en que deba comenzar o cesar la institución de heredero, se
tendrá por no puesta". Es verdad que el heredero fue un simple usufructuario y los sucesores
legítimos adquirirán la propiedad, sólo que este efecto se producirá no el día y hora de la muerte del
de cujus, sino hasta la llegada del término. Tratándose del término suspensivo, como existe la
certeza de que a partir de cierto día adquirirá e! heredero, correspondiéndole sólo los frutos de los
bienes que reciba desde la fecha de realización de! término, deberá también abrirse la sucesión
legítima para que entretanto e! usufructo corresponda a los herederos por disposición de la ley. No
existe inconveniente jurídico alguno para que en el primer caso el heredero sujeto a término extintivo
sea un simple usufructuario y en el segundo, para que tal calidad corresponda a los herederos
legítimos en espera de que llegue e! día que permitirá al heredero testamentario sujeto a término
suspensivo recibir Jo que se le hubiese dejado. Respecto al término extintivo, si se le compara con la
condición resolutoria, se advertirá también que si la ley permite en el segundo caso la extinción del
derecho por realizarse el acontecimiento futuro e incierto, llamando entonces a los herederos
legítimos, también deberá aceptarse igual solución para e! caso de que el derecho del heredero
dependa de un término extintivo.
Modo y forma en la institución de herederos.-Los artículos 1381 a 1390 determinan e! modo y
forma en que deberá hacerse la institución de heredero, de acuerdo con las reglas siguientes:
a) El heredero debe siempre instituirse respecto a partes alícuotas del patrimonio hereditario,
indicando mediante un quebrado la porción que represente.
b) El heredero debe ser instituido designándolo por su nombre y apellido, dice el artículo 1386; y
si hubiere varios que tuvieren e! mismo nombre y apellido deben agregarse otros nombres y
circunstancias que distingan al que se quiera nombrar. Permite el artículo 1387 que se
designe al heredero sin dar su nombre, siempre y cuando el testador lo identifique de modo
indubitable, de lo contrario la institución no producirá efectos.
c) La designación de heredero puede ser individual o colectiva. La primera es aquella en la que
el testador designa nominalmente al heredero y la segunda cuando se refiere a un conjunto de
personas, siempre y cuando exprese claramente Su voluntad en el sentido de que será el
grupo integrado por varios individuos, e! designado como heredero.
d) La designación de herederos puede ser simultánea o sucesiva. En la primera todos son
instituidos para entrar desde luego en el goce de sus derechos a la muerte de! Testador
e) La institución de heredero puede ser subcausa, que es aquella en la cual el testador declara el
motivo que lo indujo a hacer la designación. El artículo 1304 estatuye que: "la expresión de
una causa contraria a derecho, aunque sea verdadera, se tendrá por no escrita".
Interpretación de la voluntad del testador en la institución de herederos.-En las reglas
anteriormente comentadas ya se han determinado las bases principales para precisar la voluntad
del testador en la institución de herederos o legatarios. Además, el artículo 1302 nos da el
siguiente criterio: "Toda -disposición testamentaria deberá entenderse en el sentido literal de las
palabras, a no ser que aparezca con manifiesta claridad que fue otra la voluntad del testador. En
caso de duda sobre la inteligencia o interpretación de una disposición testamentaria, se
observará lo que parezca más conforme a la intención del testador, según el tenor del testamento
y la prueba auxiliar que a este respecto pueda rendirse por los interesados". De acuerdo con la
teoría de la voluntad declarada debe estarse a los términos literales del acto jurídico, de tal
manera que no es lícito que en el caso de duda el Juez practique una investigación para
desentrañar lo que hubiere sido la verdadera intención de su autor. Se invoca la seguridad
dinámica respecto de terceros a fin de que exista seguridad en las transacciones y todo mundo
sepa a qué atenerse al entrar en relaciones jurídicas con aquel que finca sus derechos en el tenor
literal de un contrato, de un testamento o de un acto jurídico.
Inexistencia, nulidad, caducidad y revocación en la institución de herederos.-AI desarrollar
el título tercero· nos referiremos a los diferentes problemas relacionados con la inexistencia,
nulidad, caducidad y revocación en la institución de herederos.
La institución de heredero debe ser hecha directamente por el testador.-Imperativamente
estatuye el artículo 1297 que: "Ni la subsistencia del nombramiento del heredero O de los
legatarios, ni la designación de las cantidades que a ellos correspondan, pueden dejarse al
arbitrio de un tercero". O dicho en sentido positivo: el nombramiento de heredero O la
designación del legatario, así corno las cantidades que a ellos correspondan, deben ser hechos
por el testador sin que pueda dejarlas al arbitrio de un tercero.
Institución en favor de los parientes del testador o de los pobres en general.-"La disposición
hecha en términos vagos en favor de los parientes del testador -dice el artículo 1300-, se
entenderá que se refiere a los parientes más próximos, según el orden de la sucesión legítima".
En consecuencia, conforme al artículo 1604, los parientes más próximos excluyen a los más
lejanos, exceptuándose el caso de la herencia por estirpes en favor de los descendientes del de
cujus y de sus sobrinos en la forma y términos a que se refieren los artículos 1609, 1610 Y 1632.
Contarme al artículo 1298: "Cuando el testador deje como herederos o legatarios a determinadas
clases formadas por número ilimitado de individuos, tales como los pobres, los huérfanos, los
ciegos, etc., Contarme al artículo 1298: "Cuando el testador deje como herederos o legatarios a
determinadas clases formadas por número ilimitado de individuos, tales como los pobres, los
huérfanos, los ciegos, etc., puede encomendar a un tercero la distribución de las cantidades que
deje para ese objeto y la elección de las personas a quienes deban aplicarse, observando lo
dispuesto en el artículo 1330".En este precepto se previene que: "Las disposiciones
testamentarias hechas en favor de personas de escasos recursos económicos en general, se
regirán por lo dispuesto en la Ley de Instituciones de Asistencia Privada para el Distrito Federal.
Las hechas en favor de las iglesias o instituciones religiosas, se sujetarán a lo dispuesto en los
artículos 27 de la Constitución Federal y 24 de la citada Ley."
El heredero no es un representante del de cujus.-En el derecho moderno, y en el mismo
derecho romano, se comprueba una evolución de fundamental importancia: la herencia y,
especialmente, el testamento, tienen un objeto de naturaleza económica, operar la transmisión de
los bienes, derechos y obligaciones del de cujus. Es decir, lograr la continuidad patrimonial. Todo
el sistema de obligaciones y contratos perdería su firmeza si con la muerte del acreedor o del
deudor, se extinguieran sus derechos y sus obligaciones. La muerte no debe tener ninguna
consecuencia de orden patrimonial que perjudique a los terceros jurídicamente interesados. Este
es el ideal que se propone el derecho; que el fenómeno de la muerte no origine un trastorno, una
extinción o modificación en las relaciones patrimoniales que afecten a terceros; todo el derecho
hereditario persigue como finalidad organizar un sistema jurídico que permita la continuidad
patrimonial en todos aquellos derechos reales y personales que dependan necesariamente de la
vida del titular. No se obtiene una continuidad patrimonial absoluta, porque el heredero sólo
puede ser sujeto activo o pasivo de ciertos derechos reales y personales del difunto. De tal
manera que no es la personalidad del difunto la que continúa (ya explicaremos las relaciones del
heredero con los acreedores y deudores de aquél), sino una personalidad nueva, la del heredero,
que como causahabiente a título universal, tiene ya directamente en su patrimonio todo el
conjunto de derechos y de obligaciones que fueron del difunto y que por su naturaleza no se
extinguieron con su muerte. Y a esta idea de considerar al heredero como. Un causahabiente. A
título universal, responde la finalidad económica de que la muerte no cause trastornos
perjudicando a todos aquellos terceros que han entrado en relación jurídica Con el difunto.
En cuanto a los derechos personales, en principio, se admite que todo derecho personal es
transmisible por herencia. Sin embargo, con viene hacer una distinción, porque existen ciertos
derechos personales nacidos de contrato que se extinguen con la muerte. Desde luego, todos los
derechos personales que nacen de una fuente distinta del contrato, son transmisibles
hereditariamente. Estas fuentes diversas del contrato son: La declaración unilateral de la voluntad, el
enriquecimiento ilegítimo, la gestión de negocios, los hechos ilícitos, la responsabilidad objetiva y
ciertas obligaciones nacidas de supuestos jurídicos naturales O relacionadas con el hombre. Todos
estos derechos de crédito no dependen de la persona del acreedor, es decir, no se le conceden
como derechos personalísimos en atención a su capacidad o aptitud. Por consiguiente, son derechos
que sí se transmiten hereditariamente.

CAPITULO III
DE LOS LEGATARIOS

Definición del legado.-El legado, como la herencia, tiene dos acepciones, significa tanto el acto de
transmisión a título particular de una cosa o derecho, como los objetos transmitidos. Generalmente el
legislador, cuando emplea la palabra legado, se está refiriendo al objeto transmitido, es decir, a la
cosa o al derecho objetos de una disposición testamentaria a título particular. El legado consiste en
la transmisión gratuita y a título particular hecha por el testador, de un bien determinado o
susceptible de determinarse, que puede consistir en una cosa, en un derecho, en un servicio o
hecho, en favor de una persona y a cargo de la herencia de un heredero o de otro legatario, cuyo
dominio y posesión se transmite en el momento de la muerte del testador si se trata de cosas
determinadas o hasta que éstas se determinen posteriormente. De esta definición del legado se
desprenden las siguientes consecuencias:
Primera.-El legado implica siempre una disposición a título particular; por consiguiente, el legatario
adquiere un bien determinado o determinable, sin responder de las relaciones pasivas patrimoniales
del autor de la sucesión, como acontece con el heredero.
Segunda.-El legado constituye una liberalidad, es decir, una transmisión a título gratuito. Sin
embargo, la ley habla de legados gratuitos y onerosos. El legado es oneroso sólo desde el punto de
vista de que la cosa legada se transmite con una carga O gravamen, o bajo la condición de cumplir
otro legado; pero a pesar de que se impone esta carga o condición, siempre existe un valor que se
transmite gratuitamente, supuesto que la carga no puede ser superior allegado, y habrá un
remanente, como en las donaciones onerosas que adquiere el legatario.
Tercera.-Los legados se instituyen siempre por testamento. En tanto que la herencia puede
transmitirse por testamento O por disposición de la ley, existiendo dos clases de herederos:
testamentarios y legítimos. En materia de legados sólo por virtud del testamento se pueden instituir y
sólo existirán, por consiguiente, legados testamentarios.
Cuarta.-Finalmente, todo legado implica la transmisión de un bien determinado (determinable que
puede consistir en un derecho, en una cosa, O en un servicio a cargo de un heredero, de otro
legatario, o de la masa de la herencia.
Del legatario.-Hemos indicado que el heredero es un continuador del patrimonio del autor de la
herencia, que gracias a ello las relaciones jurídico-patrimoniales, activas y pasivas, se transmiten
integras al heredero, siendo, por tanto, un causahabiente a título universal. En cambio, el legatario
no continúa la personalidad del autor de la herencia ni las relaciones patrimoniales de éste; en tanto
que para el heredero existe una transmisión del patrimonio como universalidad (el universum jus del
difunto), como unidad abstracta, para el legatario existe simplemente una transmisión a título
particular sobre un bien determinado. Las condiciones que pueden imponerse a los herederos, se
aplican a los legatarios y las que anulan la institución de herederos, anulan la del legatario; por
ejemplo, las condiciones imposibles, física o legalmente anulan tanto la institución de heredero como
de legatario. La condición de testar a favor de determinada persona, impuesta al heredero o al
legatario, anulan también la institución.
0bjeto o materia del legado.-EI legado puede consistir tanto en la prestación de un bien, como de un
servicio, es decir, existen legados de dar y de hacer. Los legados de dar tienen por objeto la
transmisión del dominio, del uso o goce de una cosa o de un derecho. Los legados de hacer,
implican una obligación impuesta a un heredero o a otro legatario para cumplir un servicio en favor
del legatario instituido. Los legados de dar que tienen por objeto cosas, bien sea la transmisión del
dominio, goce o uso, suponen los siguientes requisitos: La cosa debe existir en la naturaleza; -Debe
estar en el comercio; -Debe ser determinada o determinable.
Transmisión de la propiedad y posesión del legado.-En materia de herencia hemos expuesto un
principio general diciendo que la propiedad y posesión de los bienes hereditarios se transmiten al
heredero en el momento mismo de la muerte del autor de la herencia, y que, por tanto, desde ese
momento tiene derecho a los frutos; que aunque no tenga la posesión material, desde e! punto de
vista jurídico se reputa poseedor, porque el albacea posee en su nombre. Es de fundamental
importancia saber en qué momentos se opera la transmisión del dominio para el caso en que
perezca la cosa, bien sea porque se pierda, destruya o quede fuera del comercio. Si la cosa es cierta
y determinada y perece fortuitamente, se pierde para el legatario, aunque no se le haya entregado;
se aplica el principio de que la cosa perece siempre para su dueño. Como el legatario es dueño de la
cosa a partir de la muerte del testador, aunque no la haya recibido materialmente, su destrucción o
pérdida, Son a riesgo de! legatario; en cambio, si la cosa es indeterminada, entretanto no se hace su
determinación, no la ha adquirido el legatario; si perece, es a cargo de la herencia o de! heredero
gravado con e! legado. Se aplica entonces otro principio que dice: "Los géneros nunca perecen".
Supongamos, el heredero tiene la obligación de entregar un caballo; si uno de los caballos que el
heredero recibió en herencia muere, quiere decir entonces, que el heredero sufre la pérdida.
De la entrega de la cosa legada y de los legados de hacer. La cosa legada debe entregarse Con
todos sus accesorios, accesiones y mejoras, útiles, necesarias o voluntarias que hubiere hecho e!
testador o el propietario. Son a cargo del legatario los gastos de la entrega, a no ser que otra cosa
hubiere dispuesto el testador. Son a cargo del legatario las contribuciones de la cosa y los
gravámenes reales que pesen sobre la misma, Con excepción de los gravámenes hipotecarios o
prendarios, que ya después estudiaremos. Cualquier otro gravamen de usufructo, uso, habitación, o
servidumbres, son a cargo del legatario que recibe la cosa gravada. El legatario no puede de propia
autoridad, ocupar la cosa legada; es el albacea, como ejecutor de la herencia, el que hará la entrega,
y ésta se hará una vez que se ha hecho el inventario y avalúo, y se han cubierto las obligaciones de
la herencia; es decir, se ha liquidado el pasivo.
Legados de hacer.-Hasta aquí hemos analizado los legados sobre cosas. Líneas arriba indicamos
que son materia ele legado tanto los bienes o cosas que pueden transmitirse, como los hechos o
servicios que el testador puede imponer a cargo del heredero, de la masa Hereditaria o de un
legatario. Cuando el legado tiene por objeto un hecho o servicio, debe tener estos dos requisitos: ser
posible y lícito. La posibilidad debe analizarse tanto desde el punto de vista físico como jurídico, es
decir, el hecho debe ser posible tanto física como jurídicamente.
Legados Nulos y Válidos.-Son nulos los legados en los casos Siguientes:
1°Cuando recaen sobre cosa propia individualmente determinada que no exista en la herencia.
2° Cuando recae sobre cosa ajena, ignorándolo el testador.
3°Cuando recae sobre un bien inmueble indeterminado comprendido en género determinado que no
exista en la herencia.

Ineficacia de los legados.-El legado queda sin efecto antes de la muerte del testador, en los
siguientes casos:
1°Si antes de la muerte del testador perece la cosa, bien sea porque se pierda, se destruya o queda
fuera del comercio.
2°Cuando el testador sufra evicción de la cosa.
3°Cuando el testador enajena la cosa; pero si la recupera, produce entonces todas sus
consecuencias.
Después de la muerte del testador, el legado queda sin efecto en los siguientes casos:
1°Cuando perece la cosa Sin ser imputable este hecho al que debe entregarla.
2°Cuando muerto e! testador, el que deba entregar la Cosa sufre evicción.

Distintas clases de legados.-A este respecto, en el capítulo referente a los legados, se hace una
clasificación comprendiendo clases numerosas y estableciendo reglas especiales para cada clase.
Se distinguen las siguientes clases de legados:
l.-De cosa propia.
2.-De cosa ajena.
3.-De cosa determinada.
4.-De cosa indeterminada, pero comprendida en género determinado.
S.-De géneros.
6.-De cantidad.
7.-De cosa dada en prenda o hipoteca.
S.-De un crédito.
9.-De deuda determinada.
IO.-Genérico de liberación de deudas.
ll.- Preferentes.
12.-Remuneratorios.
13.-De alimentación.
14.-De educación.
IS.-De pensión; y
16.-De usufructo, uso o habitación.

Legado de Cosa propia.-Sobre este legado existen las siguientes reglas: es válido si recae sobre
cosa individualmente determinada propia del testador que exista en la herencia; por lo tanto, es nulo
si no existe en la misma. La propiedad y la posesión de la cosa determinada, se transmite al
legatario en el momento mismo de la muerte del autor de la herencia.
Legado sobre cosa ajena.-Este legado es válido si el testador, a sabiendas de que es ajena,
impone la obligación al heredero o al albacea, de adquirirla, para entregarla al legatario.
Legado de cosa determinada.-La propiedad y posesión se transmite al legatario en el momento
mismo de la muerte del autor de la herencia. El legatario no puede exigir la entrega de la cosa sino a
partir del momento en que se ha garantizado el pasivo y aprobado el inventario.
Legado de cosa indeterminada.-El legado de cosa indeterminada tiene la característica especial de
que no transmite el dominio ni la posesión al legatario sino hasta que la cosa se hace cierta y
determinada con conocimiento de éste.
Legado de géneros.-Los legados de géneros comprenden cosas que generalmente se determinan
por su cantidad, peso o medida. Por consiguiente, para que sea válido el legado de géneros, debe
indicarse por el testador, la cantidad, peso o medida u otros medios de determinación.
Legado de especie.-EI legado de especie es aquel que se hace sobre un bien individualmente
determinado.
Legado de cantidad.-Se refiere al legado en dinero, o sea de una especie determinada: cantidad de
dinero.
Legado de cosa dada en prenda o en hipoteca.-El legado de cosa dada en prenda tiene dos formas:
cosa dada en prenda por el testador para garantizar un adeudo o bien, Cosa que recibió en prenda el
testador de un tercero para garantizar una deuda de éste. En el primer caso, la cosa propia del
testador dado en prenda para garantía de un adeudo, se transmite al legatario sin el gravamen, es
decir, debe desempeñarse la prenda cubriendo la obligación que garantice y entregarse al legatario
libre de ese gravamen.
Legado de usufructo, uso o habitación.-Puede el testador instituir el legado de usufructo, uso o
habitación para que durante la vida del legatario sea titular de esos derechos reales. Por
consiguiente, a falta de disposición en el testamento todo legado de usufructo, uso o habitación se
reputa vitalicio, o sea, durante la vida del legatario.
Clasificación de los legados por razón de sus modalidades. Desdé el punto de vista de las
modalidades, los legados se clasifican de la siguiente manera:
1.-Puros y simples.
2.-Sujetos a término.
3.-Condicionales.
4.-Onerosos.
S.-Alternativos.
6.-Remuneratorios; y
7.-Modales.

Legados /Juros y simples.-Son aquellos en los que no se impone algún término, condición, carga o
modo. Es decir, cuando El testador no fija ninguna modalidad para la transmisión del legado.
En este legado, el legatario adquiere e! dominio y la posesión de! Bien desde el momento mismo de
la muerte del autor de la herencia.
Legados sujetos a término.-Se distinguen los legados bajo término suspensivo y extintivo, de día
cierto o incierto. Legados sujetos a día cierto son aquellos que dependen de un plazo prefijado por el
testador. El legatario adquiere el dominio y posesión de los bienes desde e! momento de la muerte
del testador, pero los frutos no se entregarán sino hasta que se cumpla e! plazo prefijado.
Legados condicionales.-Los legados condicionales dependen de un acontecimiento futuro e
incierto, de cuya realización nacerá el derecho del legatario o habrá de extinguirse. En el primer
caso, se trata de legados bajo condición suspensiva, en el segundo, de legados bajo condición
resolutoria.
Legados Onerosos.-Son aquellos que hace el testador fijando un gravamen o carga para el
legatario. Este gravamen O carga siempre debe ser inferior en su valor a la cuantía del legado; de
otra manera no existiría propiamente transmisión gratuita si la carga fuera superior O igual al legado.
Legados alternativos.-Son aquellos que se instituyen facultando al -heredero o al legatario para
elegir entre dos o más cosas. Cuando el testador no determina quién debe hacer la elección, se
presume que es el heredero, toda vez que es el deudor del legado y se sigue la regla de las
obligaciones alternativas en las cuales el deudor elige cuál debe cumplir. Por consiguiente,
tratándose de legados alternativos, si no se ha dado la facultad de elección a favor del legatario, el
heredero cumple entregando cualquiera de las cosas y, naturalmente, puede entregar la cosa de
menor valor.
Extinción de los legados.-Tres causas originan la extinción de los legados: l.-Por acto del testador;
2.-Por acto del legatario, y 3.-Con relación a la cosa legad
Legados constitutivos de derechos reales o personales.-Los supuestos que deben combinarse
para que el testador pueda crear o transmitir derechos reales o personales por medio de un legado,
son los siguientes:
Solvencia de la sucesión.-Dadas las finalidades del derecho hereditario que regula un patrimonio
en liquidación por causa de muerte, para lograr el equilibrio de un conjunto de intereses en
presencia, como son los de los acreedores hereditarios
Aceptación de !e, herencia o del legado.-Un segundo supuesto parte de la base de que el
heredero O el legatario a quienes se apliquen determinados bienes, con una carga real, personal,
deberán aceptar la herencia o el legado, a efecto de que se constituya el gravamen.
Capacidad del testador para constituir un gravamen o una obligación.- Para los casos de
contrato, testamento o de acto jurídico unilateral entre vivos, se aplica el principio de que nadie
puede constituir derechos reales sino en tanto que tenga la capacidad necesaria para enajenar y la
especial para poder desmembrar el dominio, por ser dueño de la cosa.
Capacidad para heredar en el responsable del legado.-Se trata aquí de un supuesto de validez que
lógicamente· debe concurrir en unión con los anteriores, pues si el heredero o el legatario
adquirentes de los bienes gravados en favor de un tercero, no tuviesen capacidad para heredar por
alguna de las causas que los hacen inhábiles o indignos
Capacidad y aceptación por parte del legatario titular del derecho real.-Lógicamente se trata
aquí de un supuesto esencial o de existencia, pues si el legatario beneficiado repudia e! derecho
constituido a su favor O resulta incapaz por alguna causa que lo haga inhábil, se extinguirá el
gravamen como consecuencia necesaria de la caducidad del legado

CAPITULO IV
DE LA PERSONALIDAD DE LA SUCESIÓN EN EL DERECHO MEXICANO

Planteamiento del problema.-Indiscutiblemente que de todos los problemas que existen en el


derecho hereditario, éste es el de mayor importancia, no sólo teórica, sino práctica. Desde el punto
de vista reconoce, el problema de la personalidad en el derecho es uno de más discutidos, y sobre
él aún se siguen elaborando teorías, sin que los jurisconsultos, tanto del derecho privado, como
público. Se hayan puesto de acuerdo. Es un problema que incumbe al derecho público y al privado,
tanto para determinar la personalidad del Estado, como la de los entes jurídicos creados en el
derecho privado. Desde el punto de vista práctico, tiene un interés constante determinar si la
sucesión es persona en todos los actos jurídicos que lleva a cabo; en los casos en que comparezca
a juicio, como actora o como demandada y cuando ejecuta actos de dominio o de administración,
porque las consecuencias, dentro del mismo régimen jurídico, según la interpretación que se haga,
pueden ser totalmente distintas.
Hechos que aparentemente otorgan personalidad a la sucesión. Independientemente de las teorías
que se hayan elaborado, tenemos los siguientes hechos, la sucesión se presenta como si tuviese
capacidad jurídica; aún no afirmamos que la tenga, pero el hecho es que se ostenta como si la
tuviera, tanto cuando ejercita derechos públicos subjetivos, como cuando ejerce derechos privados.
En el ejercicio de los derechos públicos subjetivos, la sucesión comparece en juicio, ejercita el
derecho público de acción y es actora en los litigios. La sucesión es llamada a juicio como
demandada, puede ser condenada o bien, obtener sentencia favorable. Desconociendo las
disposiciones del Código Civil y atendiendo a estos hechos, fácilmente podríamos concluir que la
sucesión es persona jurídica; que tiene todos los atributos de la misma; que fundamentalmente tiene
capacidad de goce y de ejercicio; que es titular de derechos y sujeto pasivo de obligaciones; que por
consiguiente es, como dijo la doctrina clásica, un ente capaz de derechos y de obligaciones; o como
afirma la doctrina de la ficción: un ente creado por el derecho, al que se le da capacidad para ser
titular de derechos y obligaciones; o como diría Kelsen: una personificación de un conjunto de
normas, para constituir un centro común de imputación- de actos jurídicos. La sucesión sería un
centro común al cual se imputasen todos los actos jurídicos que celebra el albacea, representando a
la herencia. De esta suerte, la venta que ejecuta el albacea no es venta de los herederos, lo es de la
sucesión; se condena a la sucesión, no a los herederos. Kelsen diría: hay un conjunto de normas
que regulan a través de un sistema unitario, una serie de actos jurídicos que necesariamente
debemos imputar a un ente ideal, porque no tienen sentido, si no los referimos a un determinado
ente, que no tendrá realidad física, biológica o psicológica, pero que tiene realidad jurídica, de la
misma suerte que la tiene el Estado como la personificación de todo el derecho, para constituir un
centro común de imputación de los actos jurisdiccionales, legislativos y administrativos
Teoría de Brinz en relación con la personalidad jurídica de la sucesión.-La teoría de Brinz se
aplica fácilmente a la sucesión, por cuanto que ésta es un patrimonio afectado a la realización de un
fin.
Al definir la ley a la sucesión como el conjunto de bienes, derechos y obligaciones que deja el
hombre en el momento de su muerte, admite que la sucesión es un patrimonio, una universalidad
jurídica y, por tanto, una entidad integrada por activo y pasivo. También la ley organiza este
patrimonio afectándolo a la realización de un fin jurídico-económico. En toda herencia ese fin
consiste en liquidar el pasivo, para determinar el activo líquido y operar la transferencia a título
universal o particular en favor de herederos y legatarios. Además, el fin jurídico, una vez determinado
el activo líquido patrimonial, consiste en transferir a sujetos determinados los bienes 9ue integran
ese haber lí9uido, para que haya un sujeto responsable de las obligaciones del autor de la herencia y
un representante del patrimonio. Por consiguiente, es cierto que la herencia en el derecho positivo se
organiza:
1°-Como un patrimonio en liquidación;
2°-Como un patrimonio afectado a la realización de un fin jurídico económico.
La tesis de Brinz sería aplicable al caso si tuviésemos un sistema que admitiera la separación entre
patrimonio y persona, o llegara a reconocer la existencia de derechos sin sujeto. Desde un punto de
vista estrictamente lógico, no puede haber derechos sin sujeto, ni tampoco deberes u obligaciones
sin deudor o sujeto pasivo. El deber jurídico siempre es acto de conducta de alguien, ese alguien
podrá ser indeterminado para determinarse en un momento dado. Por tanto, desde el punto de vista
lógico, independientemente de lo que diga un determinado derecho positivo, si el patrimonio es
conjunto de derechos y obligaciones, necesariamente debe haber un sujeto activo y pasivo a 9uien
se le imputen esos derechos y esas obligaciones. Veremos en la tesis de KelJeu, que el sujeto no es
otra cosa que el centro de imputación de derechos y obligaciones; otra forma lógica de demostrar la
correlatividad necesaria entre los derechos y el sujeto activo y las obligaciones y el sujeto pasivo.
Conforme a nuestro derecho civil, tanto en los Códigos de 1870, de 1884 y en el vigente, se dispone
que muerto el autor de la herencia, la propiedad se transmite a los herederos; que el heredero es un
adquirente a título universal de parte alícuota del patrimonio; que desde el momento de la muerte del
de cujus, el heredero tiene, respecto de esa parte alícuota, un dominio; que es él el responsable de
las obligaciones a beneficio de inventario, y el titular de los derechos que constituyen e! patrimonio
de la sucesión. El Código Civil vigente agrega algo más, nos dice que a la muerte del autor de la
herencia los herederos tienen derecho, respecto a la masa hereditaria, como si se tratara de un
patrimonio común; con lo que claramente se crea una copropiedad hereditaria. Al hablar la ley de
patrimonio común crea jurídicamente una copropiedad.
Aplicación de la tesis de Kelsen al problema de la personalidad en la sucesión. Consúltense de
dicho autor las siguientes obras: Teoría Pura del Derecho, Teoría General del Estado. Compendio de
Teoría General del Estado, El Contrato y el Tratado y Teoría General del Derecho y del Estado. Para
Kelsen, la persona jurídica es la personificación de un sistema jurídico total O parcial. En la
personificación del sistema jurídico parcial debe haber unidad de fin, porque sólo podemos hablar de
sistema en tanto que hay un principio de unidad. Podemos hablar del sistema hereditario porque
todo el conjunto de normas que lo integran tiene una finalidad común; cómo podemos hablar del
régimen matrimonial O del de la propiedad. El heredero único es el causahabiente a título universal,
representante de todo el patrimonio, titular del activo y responsable del pasivo; a su persona se
imputan los derechos y las obligaciones de la herencia. y a la vez, si la herencia tuviera personalidad
jurídica, independientemente de la del heredero, como representante de todo el patrimonio, existiría
el ente jurídico sucesión que no tendría patrimonio porque por disposición legal el heredero único es
el soporte de todo el patrimonio; que no tendría derechos ni deberes porque éstos se han imputado
al heredero único; que no tendría capacidad jurídica de actuar, porque nadie puede disponer de lo
que no es suyo, y la entidad sucesión no podría disponer, ni gobernar, ni modificar, ni aumentar o
extinguir un patrimonio, que por disposición legal se ha imputado al heredero único.
De la representación en la herencia.-Siendo la herencia una copropiedad, el albacea sólo es un
órgano representativo del conjunto de herederos, para ejercitar las facultades que expresamente
determina la ley, principalmente en el artículo 1706, que a su vez implican obligaciones para el citado
representante. Como órgano representativo de esa comunidad de intereses hereditarios, el albacea
no puede ejecutar actos jurídicos, sino en los casos expresamente previstos por la ley,
reconociéndosele tal facultad.
En los casos en que la misma ley dispone que es menester el consentimiento de los herederos, es
evidente que tal consentimiento será esencial y el acto inexistente si falta el mismo, pues el albacea
pretende atribuirse una investidura que legalmente no le corresponde. De esta suerte, los herederos
no están obligados a respetar los actos inexistentes. El juez en ningún caso debe reconocerles
efectos, ya que de los mismos actos se desprende e1aramente que faltó el consentimiento de los
herederos. Si se trata del juez de la sucesión, éste, sin necesidad de juicio, deberá desconocerles
todo efecto. Si en un litigio se presenta el acto o contrato inexistente, bien sea como base de la
acción, o de la excepción, o en calidad de prueba, el juez deberá desconocerle todo efecto, ya que
en el texto mismo del contrato va justificada la inexistencia.
De aquí se deduce, que si el acto O contrato no es cumplido voluntariamente por los herederos, y la
otra parte exige judicialmente su cumplimiento, el juez no podrá atribuirle ningún valor, de tal manera
que fundándose la acción en un acto inexistente, necesariamente deberá de prepararse que la
misma no prosperó. No necesita la parte demandada oponer la excepción, pues puede, hasta antes
de sentencia, hacer valer la inexistencia y como ésta es una cuestión de derecho, el juez habrá de
reconocerla en su fallo.

CAPITULO V
DE LOS ALBACEAS
Definición.-Los albaceas son las personas designadas por el testador o por los herederos para
cumplir las disposiciones testamentarias o para representar a la sucesión y ejercitar todas las
acciones correspondientes al de cujus, así como para cumplir sus obligaciones, procediendo a la
administración, liquidación y división de la herencia. Es decir, los albaceas son los órganos
representativos de la comunidad hereditaria para proceder a su administración, liquidación y di
división y, en su caso, los ejecutores de las disposiciones testamentarias.
Clasificaciones.-Existen diversas clases de albaceas. Conforme a la doctrina y a la regulación que
hace el Código Civil, podemos distinguir albaceas universales y especiales, mancomunados y
sucesivos, testamentarios, legítimos y dativos. Los albaceas universales Son aquellos que tienen por
objeto cumplir todas las disposiciones testamentarias y representar a la sucesión, cuando son
designados por el testador. Cuando su nombramiento depende de los herederos o del juez, dichos
albaceas sólo tienen la función representativa de la herencia. Para ambos, el artículo 1706 determina
cuáles son sus obligaciones, que en su oportunidad estudiaremos. Los albaceas testamentarios son
los que designa el testador y pueden ser universales, especiales, sucesivos o mancomunados.
Naturaleza jurídica del albaceazgo.-Se ha discutido constantemente en la doctrina el pape! o
función que desempeña el albacea, tanto legítimo como testamentario, habiéndose ensayado todas
las soluciones posibles, pues sucesivamente se ha considerado al albacea como un mandatario de!
testador o de los herederos, como un representante legal de la herencia; también se ha dicho que es
un mandatario post mortem o bien, que hay un mandato sui géneris con el objeto de poder explicar
múltiples anomalías o especialidades que no comprende el mandato ordinario, principalmente la
relativa a la extinción por muerte del mandante. En cuanto a los legatarios, si es verdad que éstos
sólo pueden designar albacea definitivo cuando son considerados como herederos, porque toda la
herencia se hubiere distribuido en legados o bien, albacea provisional entretanto se hace el
nombramiento de herederos, también. No es menos cierto que en la hipótesis de que estos últimos
designen albacea, no por ello los legatarios dejan de estar representados, pues los herederos tienen
un interés jurídico dada la responsabilidad subsidiaria de los legatarios para designar al albacea que
habrá de representar a todos los sujetos que hemos venido mencionando: acreedores, legatarios y
herederos. Por otra parte, se puede explicar que se trata de un albacea impuesto por los herederos
debido a la autorización expresa contenida en la ley, por ser éstos en principio los continuadores del
patrimonio hereditario, los representantes genuinos del mismo y los sujetos de mayor
responsabilidad en la comunidad de intereses que se constituye a la muerte del autor de la herencia.
En esa virtud, domina el mayor interés para que los sujetos con mayores responsabilidades nombren
al órgano representativo de la comunidad hereditaria.
Derechos y obligaciones del albacea.-Tomando en cuenta que el albacea ejerce una función
representativa de la herencia, puede decirse que las mismas obligaciones que la ley le impone,
constituyen derechos para el ejercicio de su cargo. En este sentido el artículo 1706 dispone:
"Son obligaciones del albacea general: l.-La presentación del testamento; II.-El aseguramiento de los
bienes de la herencia; III.-La formación de inventarios; IV.-La administración de los bienes y la
rendición de las cuentas del albaceazgo; V.-El pago de las deudas mortuorias, hereditarias y
testamentarías; VI.-La partición y adjudicación de los bienes entre los herederos y legatarios; VIL-La
defensa, en juicio y fuera de él, así de la herencia Como de la validez del testamento; VIIl.-La de
representar a la sucesión en todos los juicios que hubieren de promoverse en su nombre o que se
promovieren contra de ella; IX.-Las demás que le imponga la ley".
El albacea tiene también un conjunto de obligaciones especiales consistentes en presentar el
testamento, pedir el aseguramiento de los bienes que constituyan el caudal hereditario, pagar las
deudas mortuorias y testamentarias y proceder a la liquidación de la herencia, pagando a los
acreedores de la misma.

Capacidad del albacea para representar a la sucesión y ejecutar actos jurídicos.-Aunque el


albacea es el representante de la sucesión, no tiene plena capacidad para ejecutar toda clase de
actos jurídicos. Su capacidad se limita a los actos de administración y aun de dentro de éstos se fijan
ciertas limitaciones, pero en principio puede admitirse que tiene facultad para realizarlos sin la
aprobación o intervención de los herederos O legatarios en su caso. Sin embargo, ya hemos visto
que para los gastos de administración, así como para contratar los empleados necesarios y fijar sus
sueldos, se requiere la aprobación de los herederos. Para celebrar arrendamientos por más de un
año, el artículo 1721 exige también el consentimiento de los herederos o de los legatarios en su caso
El albacea no puede comprar para sí, para su mujer, ascendientes, descendientes o colaterales los
bienes de la herencia. En este sentido se le aplica la prohibición general contenida en el artículo
2280, conforme al cual:
"No pueden comprar los bienes de cuya venta o administración se hallen encargados: III.-Los
ejecutores testamentarios y los que fueren nombrados en caso de intestado".
Conforme al artículo 2282 las compras hechas en contravención a lo dispuesto en el artículo 2280
serán nulas. Ya se hayan hecho directamente o por interpósita persona.
Garantía que debe otorgar el albacea para el desempeño de su encargo.-Los artículos 1708 a 1710
regulan con precisión esta materia.

Diversas clases de interventores.-Tomando en cuenta las disposiciones que sobre esta materia
existen respectivamente en los Códigos Procesal y Civil, podemos distinguir dos clases de
interventores: provisionales y definitivos.

Interventores provisionales. De acuerdo con los artículos 771 a 773 y 836 del Código de
Procedimientos Civiles, los interventores provisionales son aquellos que designa el juez en dos
casos:
1.--Cuando pasados 10 días de la muerte del autor de la sucesión, no se hubiere presentado el
testamento, o en él no se hubiere designado albacea, ni tampoco se hubiere denunciado el
intestado. En estas distintas hipótesis cumplidos estos requisitos, e! juez nombrará un interventor
que sea mayor de edad, de notoria buena conducta, con domicilio en el lugar de! juicio sucesorio,
debiendo caucionar su manejo con fianza judicial que deberá otorgar en el plazo de diez días
contados a partir de la aceptación de! cargo bajo pena de remoción.
2.-La segunda categoría de interventores provisionales está regulada por el artículo 836 del mismo
Código Procesal y tiene lugar cuando por cualquier motivo no hubiere albacea después de un mes
de iniciado el juicio sucesorio, a cuyo efecto el juez nombrará un interventor que podrá intentar,
previa la autorización correspondiente, todas las acciones que tengan por objeto recobrar bienes o
hacer efectivos derechos pertenecientes a la herencia, así como contestar las demandas que se
promovieren en contra de la sucesión.

Casos en los que es forzoso nombrar un interventor definitivo. Conforme al artículo 1731 del
Código Civil:
"Debe nombrarse precisamente un interventor: l.-Siempre que el heredero esté ausente o no sea
conocido; II.-Cuando la cuantía de los legados iguale o exceda a la porción del heredero albacea; III.-
Cuando se hagan legados para objetos o establecimientos de beneficencia pública".

Terminación del cargo de interventor.-Las mismas causas que dan fin al cargo de albacea,
terminan también con el cargo de interventor. En consecuencia, damos aquí por reproducido e!
análisis anteriormente expuesto respecto a dichas causas.
De los acreedores de la herencia.-Los acreedores de la herencia son los sujetos privilegiados del
derecho hereditario dados los fines específicos que persigue esta rama del ordenamiento jurídico. En
efecto, ya hemos explicado que todo el activo hereditario queda destinado preferentemente a cubrir
el pasivo de la sucesión, de tal manera que los herederos deberán pagar a beneficio de inventario el
importe de las obligaciones a cargo de la herencia. Si el activo transmitido a los herederos fuere
insuficiente y hubiere legatarios, en los casos de sucesión testamentaria, éstos responderán
subsidiariamente con los herederos y hasta el límite de sus legados. En consecuencia, ni aun los
legatarios preferentes podrían eludir dicha responsabilidad subsidiaria.
Medidas preventivas para evitar el fraude contra los acreedores hereditarios.--Consideramos
que una medida preventiva de gran trascendencia jurídica en las sucesiones, consistirá en facultar a
los acreedores para pedir en cualquier momento al juez de la sucesión que convoque a los
herederos o legatarios en su caso y al albacea, cuando exista temor fundado de que alguno de
dichos sujetos trate de realizar un acto en fraude o perjuicio de dichos acreedores. Presentada la
solicitud, en una audiencia el juez será quien resuelva, en vista del estado de solvencia o insolvencia
de la sucesión, si procede autorizar o negar la celebración del acto que se estima perjudicial o
fraudulento.
Medidas represivas contra el fraude realizado en perjuicio de los acreedores hereditarios.-
Realizando el acto fraudulento en perjuicio de acreedores y de acuerdo con que dispone el artículo
2163 del Código Civil, estos últimos podrán intentar la acción pauliana observando al efecto 10
dispuesto por los artículos 2163 a 2179 del mencionado ordenamiento. Es decir, se requiere que el
acto provoque o agrave la Insolvencia de la sucesión y que se ejecute de mala fe por los herederos,
legatarios o albacea, si es oneroso; también se exige que el tercero que hubiere contratado haya
procedido de mala fe. Si el acto fuere gratuito procederá la acción pauliana aun cuando hubiere
habido buena fe de ambas partes, bastando con que se acredite que originó o agravó la insolvencia
de la sucesión. Los acreedores perjudicados deben ser de fecha anterior al acto dispositivo.
Deudores de la herencia.-Estos sujetos quedan obligados a hacer el pago de sus obligaciones al
albacea, sin que por lo tanto puedan perjudicar a los acreedores hereditarios haciendo un pago a los
acreedores personales de dichos herederos, pues las relaciones pasivas de la sucesión son
totalmente independientes de las relaciones pasivas de los herederos o legatarios en lo personal.
Además, los deudores de la herencia son responsables de valores que están destinados, como
partes del activo hereditario, al pago del pasivo sucesorio para satisfacer preferentemente a los
acreedores de la herencia.

TITULO II
SUPUESTOS DEL DERECHO HEREDITARIO
CAPITULO PRELIMINAR

Concepto general.-Hemos ya indicado que los supuestos del derecho hereditario son todas
aquellas hipótesis normativas de cuya realización dependerá que se produzcan las consecuencias
que regula el citado ordenamiento y que pueden consistir en la creación, transmisión, modificación o
extinción de derechos, obligaciones, sanciones o situaciones jurídicas concretas.
Los tratados de derecho civil no han sistematizado el estudio de los supuestos del derecho
hereditario, toda vez que tratan de ellos en forma desordenada y sin método alguno Dado el
programa que nos hemos impuesto y que consideramos el más adecuado tanto desde el punto de
vista de la teoría general del derecho, cuando de la lógica jurídica y de la pedagogía, trataremos de
sistematizar el estudio de los supuestos jurídicos del derecho hereditario, haciendo las siguientes
distinciones:
a) Supuestos comunes a las testamentarías e intestados.
b) Supuestos especiales de las testamentarías.
c) Supuestos propios de los intestados.

Ruggiero distingue bajo el nombre de "condiciones de la delación legítima", los supuestos de la


sucesión intestada y bajo la denominación de "condiciones o supuestos de la delación
testamentaria", los supuestos específicos de las testamentarías. En cuanto a los supuestos propios
de las testamentarías, el autor mencionado comprende los siguientes:
1.- Capacidad para testar y recibir por testamento;
2.-Limitaciones impuestas a la libertad de testar;
3.-El testamento y sus formas;
4.-Contenido del testamento;
5.-Institución de heredero;
6.-Sustitución de heredero;
7.-Legados;
8.-Revocacióne ineficacia de las disposiciones testamentarias;
9.-Ejeeutorestestamentarios.
Programa de estudio.-A efecto de proceder metódicamente en el análisis de los distintos supuestos
del derecho hereditario, dividiremos este capítulo en tres grandes partes:
a) Supuestos comunes a las testamentarías e intestados;
b) Supuestos propios de las testamentarías;
c) Supuestos especiales de los intestados.
Cada una de las tres grandes partes en que se dividirá este título, a su vez será objeto de nuevas
subdivisiones, para consagrar un capítulo especial a cada uno de los supuestos mencionados.

SECCION PRIMERA
SUPUESTOS COMUNES A LAS TESTAMENTARIAS E
INTESTADOS
CAPITULO I
DE LA MUERTE DEL AUTOR DE LA HERENCIA

La muerte del de cujus como impuesto básico del derecho hereditario.-La muerte de! autor de
la herencia es el supuesto principal y básico de! derecho hereditario y a él se refieren múltiples
consecuencias que además se retrotraen a la citada fecha, aun cuando se realicen Con
posterioridad. Por esto la citada muerte determina la apertura de la herencia y opera la transmisión
de la propiedad y posesión de los bienes a los herederos y legatarios.
Presunción de muerte del ausente.-Dice al efecto el artículo 1649: "La sucesión se abre en el
momento en que muere el autor de la herencia y cuando se declara la presunción de muerte de un
ausente". El momento de la muerte se llama técnicamente apertura de la herencia.
Aun cuando materialmente no se haya radicado en ningún juzgado el juicio sucesorio, jurídicamente
la herencia se ha abierto en el instante mismo de la muerte o al declararse por sentencia la
presunción de muerte del ausente. Como es evidente, la denuncia y su radicación serán posteriores;
pero el juez declarará abierta la herencia desde el momento mismo de la muerte. En ocasiones es
necesario precisar el instante y no sólo la hora en que muere el autor de la sucesión. Tiene interés
probar ese instante, cuando el autor de la herencia perece en un accidente con sus presuntos
herederos, porque entonces, solamente heredarán, si murieron después del autor, y no tendrán
derecho a heredar, si murieron antes, o en el mismo momento que él. En los casos en que perezcan
varias personas en un accidente, la ley presume que todas murieron en el mismo momento, salvo
prueba en contrario.

CAPITULO II
VOCACIÓN y DELACIÓN HEREDITARIA

Concepto.-Trataremos de la vocación y delación hereditarias en relación con la apertura y


adquisición de la herencia. Se trata de términos propios reconocidos en el derecho romano para
designar respectivamente al llamamiento virtual que se hace por la ley o por el testamento a los
herederos, en el instante preciso de la muerte del autor de la sucesión, y al llamamiento real y
efectivo que se opera en el juicio sucesorio por medio de edictos convocando a los que se crean con
derecho a una herencia. La vocación legítima o testamentaria es el llamamiento virtual que por
ministerio de la ley se hace .a todos los que se crean con derecho a una herencia en el instante
preciso en que muera el autor de la misma o declararse la presunción de muerte del ausente.
Distintos momentos que deben referirse a la apertura de la herencia.- La adquisición hereditaria
por virtud del reconocimiento judicial de herederos y legatarios, también queda referida y retrotraída
al momento de la apertura. Por consiguiente, podemos diferenciar los siguientes momentos en una
herencia:
1'-Día y hora de la muerte del de cujus o declaración judicial de Presunción de muerte del ausente,
que originan la apertura de la herencia.
2"-Vocación hereditaria, que por ministerio de la ley se hace el mismo día y hora de la muerte.
3'-Radicación material del juicio sucesorio mediante la denuncia. Lógicamente en fecha posterior a la
muerte,
4'-Delación hereditaria, o sea, llamamiento efectivo mediante edictos o notificación judicial
5"-Reconocimiento judicial de herederos y legatarios,
6"-Adquisición irrevocable de la herencia por su aceptación expresa o tácita o no existencia del
derecho por repudiación de la misma
7'-Administración y liquidación de la herencia, y,
8'-Partición y adjudicación de la herencia.
Todos estos momentos jurídicamente se retrotraen al de la apertura de la herencia en cuanto a sus
consecuencias legales y, por tanto, al día y hora de la muerte del autor de la sucesión
Problemas principales.-La declaración de herederos y legatarios o reconocimiento judicial de los
mismos, tiene no sólo interés procesal para determinar con exactitud quiénes son los herederos, sino
también interés civil por lo que se refiere a los problemas que el juez habrá de resolver para llegar al
reconocimiento de herederos y legatarios. Fundamentalmente se pueden presentar tres problemas
en el caso del reconocimiento, que son:
1°.-La declaración como heredero del ser concebido que no ha nacido, designado como heredero o
legatario.
2°.-El reconocimiento de herederos, en el caso que perezcan en mismo accidente el autor de la -
herencia y aquellos que estaban avocados a la misma, y
3°.-EI reconocimiento de los derechos del ausente.
En cuanto al primer problema, existe en el derecho europeo el principio de que, desde que el ser es
concebido, tiene capacidad jurídica para heredar, bajo la condición de que nazca viable, pero
siempre que la fecha de la concepción sea anterior a la de la muerte del de cujus.
Lógicamente pueden darse dos casos: herencia del hijo póstumo y herencia de un ser que no sea
hijo del autor de la sucesión.
Derecho europeo.-En relación con este tema determinaremos lo que el derecho europeo,
principalmente el español y los antecedentes romanos germánicos. Han influido en nuestra
legislación de pleno derecho los bienes, derechos y acciones del difunto, bajo la obligación de cubrir
todas las cargas de la sucesión (Art. 724). Conforme al artículo 723, primero se llama a la sucesión a
los herederos legítimas, y a falta de ellos los bienes pasan al cónyuge supérstite y en su defecto, al
Estado.
Adquisición de la herencia.-La siguiente etapa se refiere a la adquisición hereditaria. Ya hemos
expuesto las reglas fundamentales aplicables a la adquisición hereditaria y también hemos dicho que
la herencia se adquiere ipso jure, desde el día, hora de la muerte del de cujus; pero sujeta a
condición de que no se repudie. Parece innecesario decir que si la adquisición de la herencia opera
ipso jure en el momento de la muerte del de cujus,)' el heredero es en ese instante dueño y poseedor
de los bienes, sea menester una aceptación expresa o tácita para confirmar la adquisición
hereditaria; sin embargo, la adquisición ipso jure se funda en una presunción lógica, de que nadie
rechazará una herencia que le beneficia. En nuestro derecho, es más fundada la presunción, porque
toda herencia se recibe a beneficio de inventario. En las legislaciones en las que no opera por
ministerio de ley el beneficio de inventario, se admite también la presunción ipso jure. Pero es lógico
reglamentar las dos posibilidades: la de repudiación o la de aceptación expresa o tácita.

CAPITULO IV
ACEPTACIÓN y REPUDIACIÓN DE LA HERENCIA

Requisitos.-La aceptación de la herencia es un acto jurídico unilateral, por el cual el heredero


manifiesta expresa o tácitamente su voluntad en el sentido de aceptar los derechos y obligaciones
del de cujus que no se extinguen con la muerte, invocando o no el beneficio de inventario. Nuestro
Código determina que la repudiación o aceptación son irrevocables, excepto cuando haya mediado
dolo o violencia. "La aceptación y la repudiación. Una vez hechas, son irrevocables, y no pue· den
ser impugnadas sino en los casos de dolo o violencia", (Art. 1670)
Cuando la herencia beneficia a los dos cónyuges, por ser herederos mancomunados o bien, cuando
se haga a favor de la sociedad conyugal, es menester el acuerdo de ambos cónyuges para la
aceptación y si no se logra, resolverá el juez. Tratándose de personas morales que tienen
incapacidad para adquirir bienes raíces de acuerdo con el artículo 27 constitucional, no podrán
aceptar la herencia para adquirir esos bienes; el efecto de la aceptación será que se vendan y se les
aplique el importe correspondiente. El artículo 925 del Código italiano declara: "La posesión de los
bienes del difunto pasa de derecho a la persona del heredero sin necesidad de material
aprehensión".
Tres sistemas.-En cuanto a la aceptación de la herencia, son posibles tres sistemas:
1'-El romano, según el cual entretanto no hubiese la aceptación, no se transfería la herencia y, por
consiguiente, había un período de herencia yacente; los efectos de la aceptación no se retrotraían a
la fecha de la muerte. Sólo respecto de los herederos necesarios se entendía aceptada la herencia
de pleno derecho.
2°-El que no requiere la aceptación, de tal suerte que la herencia se entiende transmitida, y no hay
prescripción hereditaria; no se pierde el derecho de reclamar, aunque jamás se acepte, ni en forma
expresa, ni en forma tácita, porque la ley considera aceptada la herencia, no obstante que el
heredero guarde silencio y se abstenga de ejecutar actos que puedan revelar la aceptación tácita.
Tal es el sistema de la saisine del antiguo derecho germánico.
3'-EI tercer sistema, que es el reconocido por los derechos latino europeos, por el Código Napoleón,
y por nuestra legislación, consiste en presumir la aceptación. La ley, en el momento de la muerte del
de cujus, presume que se ha aceptado la herencia, pero requiere después una adición expresa o
tácita, de tal suerte que si no existe, comienza a correr el término de prescripción de equis años,
para que vencido ese plazo, se pierda la herencia.
Repudiación de la herencia.-La repudiación de la herencia es el acto por el cual el heredero
testamentario o ab intestato, renuncia a su calidad de tal y, por consiguiente, a los derechos, bienes
y obligaciones que se le transmiten por herencia. Se entiende que el que repudia la herencia
testamentaria también comprende la herencia ab intestato y que cuando se renuncia ésta, sabiendo
que existe testamento, se presume, por esta causa,' que Se repudia la herencia testamentaria. En
cambio, el hecho de renunciar a la herencia legítima, desconociendo la existencia de un testamento,
no presume la renuncia de la testamentaria. Arts. 1663 y 1664.
Condiciones requeridas para la repudiación.-Solamente las personas mayores de edad, es decir,
capaces para disponer de sus bienes, pueden repudiar una herencia; los menores o incapacitados
no pueden renunciarla. Su representante legítimo con autorización judicial y previa audiencia de!
ministerio público, podrá renunciar a la herencia y el juez sólo autorizará esta renuncia si considera
que es perjudicial la calidad de heredero para el incapacitado.

CAPITULO V
DE LA CAPACIDAD PARA TESTAR y HEREDAR y DE LA CADUCIDAD
DE LA HERENCIA

Capacidad para testar.-Los requisitos para que pueda existir una transmisión hereditaria son de
diversa índole: unos relativos a las condiciones de existencia y validez del testamento, cuando se
trata de una sucesión testamentaria, y otros relativos a la capacidad del heredero o legatario. Por
consiguiente, para que una herencia se transmita es menester, si existe testamento, que este acto
jurídico reúna todos los requisitos tanto de existencia como de validez y, además, que haya
capacidad en el heredero y legatario para recibir la herencia; podrá existir un testamento legalmente
válido, pero caducar la disposición testamentaria por incapacidad del heredero o del legatario. En
realidad, la capacidad para testar es un supuesto especial de la sucesión testamentaria; pero la
estudiaremos en este lugar, para no separarla de la capacidad para heredar que sí es un supuesto
común a las testamentarias e intestados. Se establece como regla general la capacidad de toda
persona para testar y como regla especial la incapacidad creada sólo en nuestro

Derecho en dos casos:


1.-Cuando se trata de enajenados;
2. Cuando se refiere a menores de ambos sexos que no han cumplido 16 años de edad.
Enajenación.-La incapacidad por enajenación mental es relativa en virtud de que se admite para
aquellos que tienen intervalos lúcidos, la posibilidad de estar siempre y cuando se haga e!
testamento en un momento de lucidez, pues lo que importa para determinar la capacidad, no es del
estado en general del autor de la herencia, sino el que tiene al confeccionar e! testamento.
Incapacidad para heredar.--Como en el caso anterior, se fija como regla general la capacidad que
tiene toda persona para adquirir por herencia, bien sea testamentaria o legítima.
Sólo se regulan ciertas incapacidades especiales:
a) Por falta de personalidad en el heredero o legatario;
b) Por delito;
c) Por atentado contra la libertad del testador;
d) Por violación a la integridad del testamento;
e) Por razones de orden público;
f) Por falta de reciprocidad internacional; y fundamentalmente,
g) Por renuncia O remoción de un cargo conferido en testamento.
En el artículo 1313 del Código Civil se fija la regla general de la capacidad para heredar y a
continuación se determinan las excepciones.
Analizaremos cada uno de estos casos:
Incapacidad por falta de personalidad.-Son incapaces de adquirir por falta de personalidad no hayan
sido concebidos a la muerte del autor de la herencia o bien, los que habiendo sido concebidos no
nazcan viables (Art. 1314). Esta incapacidad no abarca a las personas que nazcan con posterioridad
al testamento durante la vida del autor de la herencia; puede, por consiguiente, el testador dejar sus
bienes a los herederos que nazcan de determinadas personas durante su vida.
Incapacidad por delito.-Esta forma de incapacidad reviste distintos casos; en general se puede
decir que todo delito cometido contra el autor de la herencia, sus ascendientes, descendientes,
cónyuge, hermanos, origina incapacidad para heredar y, además, todo acto inmoral (no solamente
delito), que demuestre una conducta reprobable en contra del autor de la herencia, sus
ascendientes, descendientes, cónyuge o hermanos.
Presunción de influencia contraria a la libertad del testador. Dentro de este caso se comprende
una incapacidad especial para el médico que asistió al testador, siempre y cuando éste haya hecho
su disposición testamentaria en la época en que fue asistido por el facultativo, así como para los
ascendientes, descendientes, cónyuge o hermanos del mismo. Esta misma incapacidad se impone a
los ministros del culto que hayan asistido espiritualmente al testador durante la época en que éste
hizo su testamento y a sus ascendientes, descendientes, cónyuge o hermanos.
Reglas generales.-Para juzgar de la capacidad o incapacidad para heredar, se toma en cuenta el
momento de la muerte del autor de la herencia; y en él se necesita ser capaz. Si la causa de
incapacidad sobreviene después, no origina la imposibilidad de adquirir bienes por herencia
testamentaria o legítima, a no ser en el caso de remoción del cargo conferido por testamento, que
lógicamente sólo se presentará con posterioridad, cuando se comprueba la mala conducta del
albacea, tutor o curador. Cuando la institución sea condicional se requiere, además, capacidad en el
momento en que se realiza la condición, no bastaría con que el heredero o legatario hayan sido
capaces en el momento de la muerte del autor de la herencia

CAPITULO VI
DEL INVENTARIO, ADMINISTRACIÓN y LIQUIDACIÓN DE LA HERENCIA

Del inventario.-El albacea, dentro de los diez días siguientes a la aceptación de su cargo, debe
proceder a la formación del inventario y concluirlo en un plazo de sesenta días.
En cuanto el albacea inicie la formación del inventario, dará aviso al juez a efecto de que los
herederos nombren un perito valuador, en virtud de que el inventario y el avalúo deben ejecutarse, si
es posible, en el mismo acto. Los herederos se pondrán de acuerdo para la designación de un perito
que será elegido por mayoría, y si no se ponen de acuerdo, el juez hará la designación tomando en
cuenta los peritos propuestos. El inventario puede ser simple o solemne.
El inventario simple se hace por el albacea con citación de todos los interesados, es decir,
herederos, legatarios, acreedores, ministerio público, representantes de la hacienda pública.
Procede el inventario simple cuando no haya menores en la herencia, ni tampoco sea heredera la
beneficencia pública.
En cambio, procederá el inventario solemne cuando haya menores en la herencia O tenga interés la
beneficencia pública como heredera o legataria.
El inventario solemne se hace concurriendo el actuario con el albacea, o éste con un notario público
designado por los herederos.

CAPITULO VII
DE LA PARTICIÓN DE LA HERENCIA y SUS EFECTOS

De la partición.-Una vez que se ha aprobado el inventario y la cuenta de administración del albacea,


se procederá a la partición de los bienes hereditarios. A este efecto, ningún coheredero puede
quedar obligado a permanecer en la indivisión, ni tampoco el testador puede obligar a los herederos
a que permanezcan en la misma. Solamente por convenio de los herederos se puede pactar el.
Estado de indivisión, pero ese convenio sólo puede originar una indivisión temporal, precisándose el
plazo máximo y fijando las reglas que se habrán de observar, para llevar a cabo la aplicación de los
bienes. Este convenio es válido aun cuando haya en la herencia menores de edad, pero en este
caso es menester la aprobación judicial después de oír al tutor y al ministerio público, a efecto de
que no se perjudiquen los intereses del menor al permanecer en la indivisión.
Efectos de la partición.-La partición legalmente hecha fija la parte que, en forma definitiva,
corresponderá a cada heredero. Para que se repute legalmente hecha la partición, deben observarse
todas las normas anteriores y, además, deben concurrir a la partición los herederos de que se trate;
de lo contrario, no surte efectos en su contra el convenio de partición que se hubiere hecho. En
conclusión, debemos indicar que tanto bajo Código Civil anterior, como en el vigente, la partición
tiene un doble efecto: declarativo de propiedad, por cuanto que simplemente reconoce una
transmisión que ya se realizó desde la muerte de! autor de la herencia; pero atributivo de dominio
exclusivo por cuanto que transforma la propiedad que se ejerce sobre parte alícuota, en propiedad
que recae sobre un bien o bienes determinados. Principalmente se aprecia este efecto atributivo de
la partición al fijar porciones determinadas, en el problema principal que trae consigo todo convenio
de partición. Un segundo efecto del convenio de partición, además de este principal que hemos
analizado, se refiere a la obligación que todos los coherederos tienen entre sí de constituir hipoteca
necesaria para garantizar el caso de evicción que pudiere presentarse o bien, cuando un heredero
ha recibido más de lo que le correspondería ante la imposibilidad de dividir materialmente cierto bien
y queda obligado a entregar a su coheredero el valor en efectivo correspondiente al exceso que
recibió. En estos dos casos, el convenio de partición, por ministerio de ley, es decir, sin necesidad de
que las partes lo estipulen, da derecho al heredero a exigir una hipoteca necesaria.

SUPUESTOS ESPECIALES DE LAS TESTAMENTARIAS


CAPITULO I
DEL TESTAMENTO
Definición.-El testamento es un acto jurídico unilateral, personalísimo, revocable y libre, por el cual
una persona capaz transmite sus bienes, derechos y obligaciones que no se extinguen por la muerte
a sus herederos o legatarios, declara y cumple deberes para después de la o misma.
Los elementos de esta definición son:
l'-El testamento es un acto jurídico unilateral.
2'-Es personalísimo, revocable y libre.
3'-Debe ser ejecutado por persona capaz.
4'-Tiene por objeto la transmisión de bienes, derechos y obligaciones que no se extingan por la
muerte o la declaración y cumplimiento de deberes.
EI testamento es un acto jurídico.-Tiene importancia tratar del testamento como acto jurídico tanto
para aplicar la teoría del mismo, cuanto para tratar de sus elementos esenciales y de validez; esto
nos permitirá hacer un estudio de los testamentos válidos, nulos e inexistentes, precisando cuáles
son los elementos esenciales para su existencia y cuáles son los elementos de validez que traen
consigo la nulidad absoluta o relativa de este acto jurídico.
a) Una manifestación de voluntad;
b) La intención de producir consecuencias de derecho;
c) Que la norma jurídica sancione esa manifestación de voluntad;
d) Que tenga un objeto o sea producir consecuencias de derecho.
Elementos esenciales del testamento.-Manifestación de voluntad
Si no hay manifestación de voluntad, no hay testamento. Esto pue de entenderse en dos sentidos:
falta absoluta de disposición testamentaria por cuanto que una persona manifieste haber hecho un
testamento, y no se contenga en él ninguna disposición de las que la ley reconoce para este acto
jurídico, de tal manera que sólo tenga de testamento el nombre o bien, puede no existir la
manifestación de voluntad desde un punto de vista jurídico por tratarse de un enajenado mental
privado totalmente de voluntad, de un sujeto en completo estado de ebriedad o bien, de un niño.
Interpretación.-Con relación a este primer elemento, el Código fija reglas para definir la
interpretación y el alcance que debe darse a la manifestación expresa de la voluntad del testador. A
pesar de que se exige que en todo testamento se manifieste en una forma clara y expresa la
voluntad del testador, pueden presentarse problemas de interpretación que la ley resuelve fijando
normas generales. Cuando texto claro del testamento se desprenda en una forma también
manifiesta la intención del testador, no existe problema de interpretación, es decir, coinciden la letra
con la intención en la manifestación de la voluntad.
0bjeto.-El segundo elemento esencial en el acto jurídico consiste en el objeto. Para el testamento
hemos dicho que el objeto puede consistir en la institución de herederos y legatarios en la
declaración o y cumplimiento de ciertos deberes o ejecución de determinados actos jurídicos. Por
consiguiente, el testamento tiene un objeto variado, diverso; no es menester que se reúnan estos
distintos aspectos del objeto en el testamento, basta con que exista alguno de ellos para que haya
testamento, es decir, el testamento existe por la simple institución de herederos o legatarios o bien
puede faltar ésta, si el testador ejecuta otros actos jurídicos, cerno reconocimiento de hijos,
designación de tutor o, finalmente, puede existir el testamento para el reconocimiento de ciertos
deberes a efecto de que se ejecuten después de su muerte.
Posibilidad del objeto.-El objeto en los actos jurídicos debe ser posible; si es imposible, el acto
jurídico es inexistente, justamente porque la imposibilidad puede ser física o jurídica, de manera que
el objeto debe ser posible tanto desde e! punto de vista físico como jurídico. Como en los
testamentos el objeto consiste en la transmisión de los bienes que integran el patrimonio de la
sucesión, es necesario que estos bienes existan o puedan existir en la naturaleza para que sea
físicamente posible su transmisión; cuando los bienes no están ni pueden llegar a existir en la
naturaleza, hay una imposibilidad física para el objeto en el acto jurídico, en los contratos O en los
testamentos. Además, debe haber una posibilidad jurídica: no basta que los bienes existan en la
naturaleza. Es necesario que estén en el comercio, que sean determinados o determinables, para
que puedan considerarse como objetos indirectos del acto jurídico.
La causa en los testamentos.-El problema de la causa se plantea en estos términos: La causa ¿es
un elemento esencial o es un elemento de validez en el acto jurídico, o bien este supuesto elemento
no tiene ningún valor respecto a la existencia ni respecto a la validez del acto?
Si se resuelve el problema como lo hace la doctrina llamada causa lista, resultará que además ·de –
los elementos reconocidos como indiscutibles del acto jurídico, tanto de existencia como de validez,
hace falta este nuevo elemento llamado "causa", porque si falta, el acto jurídico sería inexistente. Si
la causa es ilícita o falsa, el acto jurídico existirá, pero estará afectado de nulidad, por la ilicitud o
falsedad de la causa
La causa en los testamentos, según nuestro derecho positivo. Indicábamos que gracias a la
evolución sufrida en la jurisprudencia francesa a partir del año 1832, se consideró como causa, la
impulsiva o determinante de la voluntad. Este concepto se desarrolló en la doctrina gracia a Duguit, a
Bonnecase y a Josserand. A Duguit se debe el término de fin o motivo determinante de la voluntad
como elemento del año jurídico. Este autor hace un estudio del mismo y encuentra, además de la
voluntad y del objeto, el fin determinante de ésta. Duguit precisa que además de la voluntad y del
objeto, del motivo O fin determinante, existen móviles. Los móviles, que son causas impulsivas,
secundarias, no constituyen elementos para juzgar desde el punto de vista jurídico la validez del
acto; pero el motivo determinante de la voluntad sí es un elemento que tiene consecuencias respecto
de la validez del mismo. Cuando el fin o motivo determinante es ilícito, o falso, origina la nulidad del
acto jurídico.

CAPITULO II
VALIDEZ y NULIDAD DE LOS TESTAMENTOS

Nulidad absoluta.-En el Art. 89 del Código Civil se dispone que los actos ejecutados en contra de!
tenor de las leyes prohibitivas o de interés público serán nulos, excepto en los casos en que la ley
disponga contrario.
Con estos elementos podemos, por consiguiente, considerar que en el testamento cuando se persiga
un fin ilícito por testador (cuando, por ejemplo, diga que se destinen sus bienes para la realización de
actos que sean inmorales o delictuosos), estará afectado de nulidad absoluta. Cuando la ley no
deroga esta regla general consagrada en el Art. 8" y sancionada por el 2225, la nulidad en principio
tendrá el carácter de absoluta. Se necesita, entonces, precepto expreso que declare que un acto
ilícito está afectado de nulidad relativa, atribuyéndole las características de la confirmación o de la
prescripción, para derogar esta norma general.
Nulidad por incapacidad.-La capacidad de ejercicio es un elemento que sólo se requiere para la
validez en los actos jurídicos. Por consiguiente, la incapacidad es una causa de invalidez que origina
la nulidad relativa del contrato O del acto jurídico en general. La capacidad de ejercicio no es un
elemento esencial en los actos, por cuanto que los celebrados por incapaces existen jurídicamente:
son susceptibles de ratificaci6n para quedar convalidados retroactivamente o bien, puede prescribir
la ineficacia que los afecta. La enajenaci6n mental origina en los testamentos una forma de
incapacidad, pero no es absoluta como en materia de contratos, por cuanto que cuando hay
momentos de lucidez, se permite testar, siempre que el testador se encuentre en un momento de
esa naturaleza y bajo las formalidades que señala el C6digo Civil.
Nulidad relativa.-La tesis que sostiene que el testamento hecho por un incapaz está afectado de
nulidad relativa, se funda en que la acción es prescriptible. Si demuestra este argumento basta, aun
cuando el acto sea inconfortable y aunque la acci6n la pueda intentar cualquier interesado.
No existe un precepto expreso en el Código que imponga o fije un término de prescripción a la
acción de nulidad. Respecto de un testamento hecho en estado de incapacidad. Sin embargo,
encontramos un precepto general en el capítulo de la nulidad, el Art. 2236 que fija un término de
prescripci6n en los casos en que el acto jurídico sea ejecutado por un incapaz. Este precepto
general, según la tesis, debe aplicarse al testamento, ya que éste es un acto jurídico; pero la
aplicación de este precepto suscita problemas difíciles de interpretación. Debe intentarse esta acción
en los plazos señalados en el Art. 638, que es el que provoca el problema.
Nulidad absoluta.-Además de esta tesis de que la nulidad es relativa, se ha sustentado el punto de
vista contrario, es decir, de que la nulidad es absoluta, tanto porque la acción es imprescriptible
cuanto porque el testamento no es susceptible de confirmación. Para demostrar en nuestro derecho
que la nulidad es absoluta, es necesario comprobar estas dos características necesarias en esta
clase de nulidad y, además, que la acción puede intentarse por todo interesado. Se considera que la
acción es imprescriptible porque el precepto del Código Civil que establece un plazo de prescripción
en los casos de nulidad por incapacidad, o por error, es aplicable en materia de contratos, de
obligaciones; pero no en materia de testamentos. En los testamentos no es posible la ratificación del
acto, pues si el testador declara cuando ha sido víctima de violencia, error o dolo o cuando ha hecho
su testamento en estado de incapacidad, que ratifica su testamento, no se tratará de ratificación,
aunque se emplee el término. En efecto, el testamento surtirá sus efectos hasta la muerte del
testador y no podrá surtirlos desde la fecha en que se otorgó el acto, como sucede en los contratos.
En tal virtud, no hay prescripción ni ratificación cuando esto sucede, y, además, la acción puede
intentarse por los presuntos herederos legítimos excluidos en el testamento, por el ministerio público,
por el representante de la Secretaría de la Asistencia Pública, que tiene interés en la herencia, por
los herederos o legatarios instituidos a quienes perjudique el testamento, porque no se les reconozca
sino una parte menor de la que les correspondería como herederos legítimos. Es decir, se deduce de
aquí que se trata de una acción que al invocarse por cualquier interesado, es de nulidad absoluta.
Los vicios de la voluntad.--:-Además de la capacidad, es elemento de validez en el acto jurídico la
manifestación de voluntad· libre y cierta, es decir, exenta de vicios. Si el testador manifiesta su
voluntad sin libertad, es víctima de la violencia; si no la manifiesta en forma cierta, es víctima del
error o del dolo. En materia de testamentos la ley, al hablar de la nulidad, menciona sólo el dolo y la
violencia, y en el capítulo respectivo no se refiere al error. Sin embargo, en un artículo especial habla
de la causa errónea que sea la única determinante de la voluntad del testador, la cual origina la
nulidad del testamento. Según este precepto, las transmisiones hechas a título universal o particular
por una causa errónea, que se exprese en el testamento y que sea la causa impulsiva y única que
determinó la voluntad de! testador, quedarán sin efecto jurídico alguno; es decir, serán nulas (Art.
1301).
Nulidad por dolo.-Tanto en materia de contratos como de testamentos, se alude al dolo como vicio
separado del error, y tal parece que el dolo por sí mismo es motivo de nulidad. Sin embargo. Al tratar
del error y del dolo en los contratos, expresamente se dice que éste será vicio de la voluntad en tanto
que induzca a error y que éste sea el motivo determinante de la voluntad. Estas disposiciones de
contratos son aplicables en materia de testamentos por determinación del artículo 1859, conforme al
cual todo lo relativo a contratos será aplicable a los convenios y a los actos jurídicos en tanto que no
contraríe la naturaleza de los mismos. En materia de testamentos únicamente se dice que es nulo el
testamento captado por dolo o por fraude, y en la palabra "captado' tenemos un elemento suficiente
para considerar que la voluntad ha sido falseada, es decir, que ha sido víctima de un error y que este
error es su causa determinante, pues de lo contrario no se le habría captado
Nulidad por violencia.-La violencia en cuanto a los testamentos, no sólo puede ejercerse sobre el
testador en su forma física o moral, sino también sobre sus parientes, sobre su cónyuge, y en uno y
otro caso implicará la nulidad del testamento. El Código, a propósito de la violencia en los
testamentos, se refiere a la violencia moral; pero es una definición incompleta, ya que debe también
comprenderse la física. El Art. 1485 supone el caso de Amenazas, es decir, de violencia moral.
Nulidad por falta de forma.-Veremos ahora la nulidad debido a la inobservancia de las formas
prescritas por la ley. Los actos jurídicos se clasifican, en nuestro derecho, en solemnes, formales y
consensuales. En cuanto a los testamentos, el principio general es este: Los testamentos son actos
jurídicos solemnes en cuanto a la categoría o forma substancial que caracteriza para cada tipo la ley,
al determinar las especies de testamento, como son el público abierto el público cerrado, el ológrafo,
etc.
Nulidad absoluta o relativa.-Cuando no se observa la formalidad exigida por la ley para los
testamentos ordinarios o para los especiales, el testamento es nulo. Vuelve a presentarse aquí el
problema de si la nulidad es absoluta o relativa. En el Art. 1491 se dispone que el testamento es nulo
cuando se otorga en contravención a las formas prescritas por la ley. No nos dice qué clase de
nulidad es la que origina la inobservancia de la forma. Recurriendo al capítulo de nulidades para los
actos jurídicos, encontramos el precepto que nos dice que en general la inobservancia de las formas
origina la nulidad relativa del acto jurídico Cuando no se observa substancialmente el molde formal,
entonces al omitirse la solemnidad, el testamento será inexistente, y así lo da a entender el Art.
2228, al decir que la falta de forma establecida por la ley origina la nulidad relativa del acto jurídico, si
no se trata de actos solemnes.
De las formalidades de los testamentos.-Hemos dicho que el testamento es un acto jurídico formal
en virtud de que para su validez se requiere que la voluntad del testador conste por escrito, y
excepcionalmente puede manifestarse en forma verbal. Para los testamentos ordinarios ya
explicamos que el conjunto de formalidades o molde formal constituyen una verdadera solemnidad
para su existencia. En todo testamento la manifestación de voluntad debe ser expresa, y nunca
tácita. No es válido el testamento si el testador manifiesta su voluntad contestando por medio de
monosílabos a preguntas que se le hagan o bien respondiendo por señas. En otros actos jurídicos se
acepta la manifestación de voluntad tácita que se desprende de hechos que necesariamente hacen
presumirla.

Testamento público abierto.-Es un testamento ordinario y formal en el cual e! testador manifiesta


claramente su voluntad ante notario y éste redacta por escrito esa manifestación, sujetándose
estrictamente al tenor de ella; una vez hecha la redacción, dará lectura al testamento y si e! testador
da su conformidad, será firmado por éste, e! notario y, en su caso, los testigos.
Además de este requisito, de señalar el lugar, la fecha y la hora en todo testamento público abierto,
e! notario debe cumplir con la formalidad general que hemos enunciado, certificando sobre la
identidad de! testador, y su capacidad, es decir, que se encuentra en pleno juicio y que está libre de
toda coacción (Art.. 1504).
Testamento público cerrado.-EI testamento público cerrado, es aquel en el cual el testador hace
sus disposiciones en un documento privado, que guarda en un sobre cerrado, y que es escrito por el
mismo testador o por otra persona a su ruego, firmando al calce y rubricando todas las hojas, y si no
sabe o no puede firmar, lo hará otro a solicitud suya Arts. 1521 a 1526 del Código Civil. En este
testamento interviene el notario y testigos, pero sólo para hacer constar en la cubierta del sobre que
lo contiene, la declaración del testador, en presencia de los testigos, de que en dicho sobre se
encuentra un pliego que contiene su testamento. Tanto el testador como los testigos y el notario
deberán firmar en la cubierta, y este último, pondrá su sello y timbrará el sobre de acuerdo con las
disposiciones de la ley general del timbre. Por Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación
el 6 de enero de 1994, se adiciona el Capítulo III Bis referente al testamento público simplificado. El
artículo 1549-Bis lo define como: "Testamento público simplificado es aquél que se otorga ante
notario respecto de un inmueble destinado o que vaya a destinarse a vivienda por el adquiriente en
la misma escritura que consigne su adquisición o en la que se consigne la regularización de un
inmueble que lleven a cabo las autoridades del Distrito Federal o cualquier dependencia o entidad de
la Administración Pública Federal, o en acto posterior, de conformidad con lo siguiente:
1.-Que el precio del inmueble o su valor de avalúo no exceda del equivalente a 25 veces el salario
mínimo general vigente en el Distrito Federal elevado al año, al momento de la adquisición. En los
casos de regularización de inmuebles que lleven a cabo las dependencias y entidades a que se
refiere el párrafo anterior, no impondrá su monto;
2.-Eltestador instituirá uno o más legatarios con derecho de acrecer, salvo designación de sustitutos.
Para el caso de que cuando se llevare a cabo la protocolización notarial de la adquisición en favor de
los legatarios, éstos fueren incapaces y no estuvieren sujetos a patria potestad o tutela, el testador
también podrá designarles un representante especial que firme el instrumento notarial
correspondiente por cuenta de los incapaces
3.- Si hubiere pluralidad de adquirientes del inmueble, cada copropietario podrá instituir uno o más
legatarios respecto de su porción. Cuando el testador estuviere casado bajo el régimen de sociedad
conyugal. Su cónyuge podrá instituir uno o más legatarios en el mismo instrumento, por la porción
que le corresponda. En los supuestos a que se refiere este artículo no se aplicará lo dispuesto por el
art- 1296 de este Código;
4.-Los legatarios recibirán el legado con la obligación de dar alimentos a los acreedores alimentarios.
Si los hubiere. En la proporción que el valor del legado represente en la totalidad del acervo
hereditario de los bienes del autor de la sucesión;
5.-Los legatarios podrán reclamar directamente la entrega del inmueble y no le serán aplicables las
disposiciones de los artículos 1713. 1770 Y demás relativos de este Código; y
6.-Fallecido el autor de la sucesión. La titulación notarial de la adquisición por los legatarios. Se hará
en los términos del artículo 876-Bis del Código de Procedimientos Civiles para el· Distrito Federal.
Testamento privado.-El testamento privado puede ser escrito u oral, en ambos casos es válido;
pero para que se acepte la manifestación verbal se requiere que haya una imposibilidad absoluta de
que el testador o los testigos redacten por escrito las cláusulas del testamento.
El testamento privado se autoriza sólo en los casos en que exista imposibilidad de otorgar
testamento ordinario, es decir, público abierto, público cerrado ológrafo.
Los testigos que concurran a un testamento privado, deberán declarar circunstanciadamente:
1. El lugar, la hora, el día, e! mes y el año en que se otorgó el testamento
2. Si reconocieron, vieron y oyeron claramente al testador;
3. El tenor de la disposición;
4. Si el testador estaba en su cabal juicio y libre de cualquier coacción;
5. El motivo por el que se otorgó el testamento privado;
6. Si saben que el testador falleció o no de la enfermedad, o en el peligro en que se hallaba.

Testamento marítimo.-Es un testamento especial que se otorga estando el testador en alta mar a
bordo de un buque nacional, bien sea de guerra o mercante. Este testamento debe constar siempre
por escrito y otorgarse ante dos testigos y el capitán de la embarcación extendiéndose dos
ejemplares que conservará el propio capitán y tomará razón en el libro diario del buque. Se exigen
dos ejemplares en virtud de que se impone al capitán la obligaci6n de entregar uno de ellos en el
primer punto que toque, si existe un funcionario consular mexicano o un agente diplomático, y el otro
lo remitirá al tocar territorio nacional a la primera autoridad marítima o bien, a ésta enviará los dos
ejemplares si no puede entregar el primero a ningún agente consular o diplomático mexicano. Exigirá
el capitán recibo del agente consular o de la autoridad marítima. Esta dará parte al funcionario
judicial competente para que se proceda a la apertura de la sucesi6n con citación de los interesados.
Testamento hecho en país extranjero.-Es un testamento especial que puede sujetarse a las
formalidades de la ley extranjera cuando tenga su ejecución en la República Mexicana, o bien, puede
otorgarse ante los agentes diplomáticos o consulares' mexicanos, observando las formalidades de la
ley mexicana. A este efecto, los agentes diplomáticos y consulares tienen funciones notariales y
pueden recibir testamentos ológrafos. El testamento hecho en país extranjero puede sujetarse a las
leyes del país en que se otorgue y tiene plena validez en la República, en virtud del principio de que
el lugar rige al acto (Iocus regit actum) reconocido por el artículo 13 frac. IV del Código conforme al
cual los actos jurídicos en cuanto a su formalidad se sujetarán a la ley del lugar en donde se
otorguen.

CAPITULO IV
DE LA CADUCIDAD HEREDITARIA y DE LA
SUBSTITUCIÓN DE HEREDEROS

Caducidad.-La caducidad no es un vicio del testamento, sino que supone su validez por haberse
otorgado cumplimiento todos los requisitos, tanto de existencia como de validez. A pesar de que el
acto jurídico es perfecto, existe una imposibilidad de que surta efectos por un hecho ajeno al testador
y generalmente posterior a su muerte. Las causas que originan la caducidad son las siguientes
1 Cuando el heredero o el legatario mueren antes que el testador; se trata en este caso de' un hecho
ajeno al testador, pero anterior a su muerte. Los siguientes casos son posteriores.
2 Cuando el heredero o legatario mueren después del testador, pero antes de que se cumpla la
condición suspensiva. Como ésta impide el nacimiento del derecho, es necesario que se cumpla
viviendo el heredero o legatario; si mueren antes de que se realice, caduca la disposición
testamentaria en lo referente al heredero y, en tal virtud, no puede ya transmitir esos bienes a sus
herederos sino que se considera que no hubo disposición testamentaria eficaz y debe abrirse la
sucesión legítima.
3 Cuando el heredero se hace incapaz de heredar. Ya indicamos las causas que originan la
incapacidad para heredar. En estos casos caduca la disposición y se abre la sucesión legítima para
los bienes objeto de la disposición que ha caducado
4 Cuando la renuncia la lleve a cabo el heredero o legatario. Aunque la transmisión de los bienes se
opera de pleno derecho por la muerte del testador y en el momento mismo de su muerte, hemos
indicado que se exige una aceptación tácita o expresa del heredero o legatario supuesto que nadie
puede ser heredero o legatario contra su voluntad. Si se manifiesta la aceptación tácita o expresa,
produce efectos retroactivos y la transmisión de la herencia se opera desde la muerte del testador,
pero si se renuncia expresamente la herencia, caduca la disposición testamentaria y en este caso
debe también abrirse la sucesión legítima
5 El incumplimiento de la condición suspensiva respecto de herederos o legatarios. Hemos visto que
el testador puede imponer condiciones suspensivas o resolutorias para los legados y que si no se
cumple la condición suspensiva, el legatario no llega a adquirir la cosa, liberándose el responsable
del legado. Si se trata de un heredero, entonces se abrirá la sucesión legítima por la parte que
caducó.
Substitución de heredero.-Los casos de substitución de heredero ocurren cuando el testador nombra
a un substituto para el caso de que el heredero muera antes que él, resulte incapaz, o renuncie la
herencia. La substitución, por consiguiente, tiene por objeto evitar, en los tres casos indicados, que
se abra la sucesión legítima; el testador, previendo esos casos que originarían la caducidad de la
institución, puede nombrar a un substituto para que entre en la herencia. Esta es la substitución
llamada vulgar. En el Código vigente, al admitirse sólo la substitución vulgar, es decir, aquella que se
originalmente en los casos en que el heredero muera antes que el testador, resulte' incapaz de
heredar o. reinicie la herencia, no se permite ya que los que ejercen la patria potestad nombren
substitutos, para los descendientes impúberes. Actualmente, si el heredero impúber muere antes de
la edad permitida para testar (16 años), se abrirá su sucesión legítima. No sería válida la cláusula en
la cual el ascendiente testador, nombrase un substituto si el heredero muriese antes de los 16 años.
Substitución fideicomisaria.-Además de la substitución directa, que comprende las cuatro formas ya
indicadas (la vulgar, pupilar, ejemplar y recíproca), existe la indirecta llamada fideicomisaria. Esta
substitución está prohibida por la ley. Se llama substitución indirecta o fideicomisaria aquélla en la
cual el testador impone al heredero la obligación de transmitir los bienes hereditarios a determinada
persona, bien sea durante su vida o cuando muera. En la substitución fideicomisaria e! heredero
queda considerado simplemente como un usufructuario de los bienes, supuesto que el dominio lo
habrá de transmitir a su muerte o bien durante su vida, en un cierto plazo. Por la cláusula
fideicomisaria el testador en realidad favorece con la institución en forma definitiva a una tercera
persona distinta del heredero, es decir, en una forma indirecta, a través de esta cláusula, Se impone
al heredero la obligación de testar en favor de cierta persona.

SECCION TERCERA
SUPUESTOS PROPIOS DE LA SUCESION LEGÍTIMA
CAPITULOI
DE LA APERTURA DE LA HERENCIA LEGÍTIMA

Diversas hipótesis.-En la apertura de la sucesión legítima o intestada, primero enunciaremos todos


los casos en que puede abrirse, para después agruparlos en clasificaciones generales.
La herencia legítima se abre en los siguientes casos:
1--Cuando no se otorgó testamento, que es la hipótesis normal.
2'--Cuando habiéndose otorgado el testamento éste ha desaparecido.
3'--Cuando el testamento es jurídicamente inexistente.
4'--Cuando el testamento es nulo; la nulidad puede ser total, referirse al acto jurídico en todos sus
aspectos, o simplemente parcial, refiriéndose a determinada institución de heredero o de legatario.
Cuando el testamento es nulo, si la nulidad es parcial, Se abre la sucesión legítima por lo que toca a
las disposiciones nulas y subsiste la testamentaria por lo que se refiere a las cláusulas válidas.
5'—Cuando el testador revoca-su testamento. - -
6'--Cuando en el testamento sólo se disponga de parte de los bienes.
7'--Cuando el heredero testamentario repudia la herencia.
S'--Cuando el heredero testamentario muera antes que el testador.
9'--Cuando el heredero muere antes de que se cumpla la condición suspensiva, a pesar de que su
muerte sea posterior a la del testador, o no se cumpla la condición.
10'-En los casos de incapacidad de goce del heredero testamentario.
Caducidad del legado y de la herencia.-Es necesario no confundir las causas de caducidad de la
herencia testamentaria que originan la apertura de la sucesión legítima, con las causas de caducidad
del legado que no la motivan. La razón es la siguiente: el legado es una deuda o carga de la masa
hereditaria, si no se especifica un heredero determinado como deudor; puede ser una deuda
especial y expresamente señalada a cargo de un heredero, o el otro Legatario determinado Por
consiguiente, e! legado es una deuda u obligación de dar, de hacer o de no hacer. Si caduca la
deuda, quiere decir que si gravitaba sobre la masa hereditaria ya no habrá que distraer e! legado. La
caducidad del legado entonces beneficiará a todos los herederos porque el activo hereditario
aumenta. Si el legado es a cargo de un heredero o de otro legatario determinado, la deuda especial
que gravitaba sobre estas personas, también se extingue y la caducidad de! legado vendrá a
beneficiar al heredero o legatario deudor.

COMPENDIO DE DERECHO CIVIL


CAPITULO II
PARENTESCO, MATRIMONIO y CONCUBINATO COMO SUPUESTOS
DE LA SUCESIÓN LEGÍTIMA

Los tres sistemas de heredar.-La sucesión legítima en México se abre respecto de seis órdenes
fundamentales de herederos o sea, seis grupos o series. 1-Descendiente; 2-Cónyuge supérstite; 3-
Ascendientes; 4-Colaterales; 5-Concubina y Concubinario, y 6~-Asistencia Pública; pero
normalmente sólo tenemos los cuatro primeros. A su vez, tenemos tres formas de heredar: por
cabezas, por líneas y por estirpes. En estas tres formas rigen, generalmente, con "algunas
excepciones que después veremos, los siguientes principios: Los parientes más próximos excluyen a
los más lejanos; sólo hay herencia legítima por consanguinidad y por adopción, no existe herencia
legítima por afinidad.
Herencia por cabezas.-La herencia puede ser por cabezas o por derecho propio; por líneas y por
estirpes o derecho de representación. Se dice que hay herencia por cabezas, cuando el heredero
recibe en nombre propio; es decir, no es llamado a la herencia en representación de otro. La
herencia por cabezas la tenemos en todos los hijos, en los padres y en los colaterales. Pero en los
descendientes de segundo o ulterior grado y en los sobrinos la herencia es por estirpes.
Herencia por líneas.-La herencia por líneas se presenta en los ascendientes de segundo o de
ulterior grado; es decir, procede respecto de los abuelos, bisabuelos, etc. Los padres o ascendientes
de primer grado no heredan por líneas, sino por cabezas. La herencia por líneas se caracteriza en
que se divide en dos partes: herencia paterna y materna; independientemente de que en una línea
haya diferente número de ascendientes que en la otra. Herencia por estirpes.-La herencia por
estirpes es la que pre· sentar mayores dificultades en su régimen, dando derecho a la herencia por
representación. Podemos definirla de la siguiente manera: hay herencia por estirpes cuando un
descendiente entra a heredar en lugar de un ascendiente. Este sería el concepto más general. El hijo
puede entrar a heredar en representación de su padre, cuando éste ha muerto antes que el de cujus.
Se presenta la herencia por estirpes en la línea recta descendente, sin limitación de grado; en la
línea recta ascendente nunca puede ocurrir; es decir, el bisabuelo no representa al abuelo, cuando
éste murió antes que el autor de la sucesión, sino que heredará por líneas, cuando no exista el
abuelo, y a su vez no haya padres, ni descendientes. En cambio, en la línea recta descendente sí
hay derecho de representación, sin limitación de grado.
Régimen legal de la herencia por estirpes.-En los artículos 1609, 1610 Y 1.611 de nuestro Código
Civil vigente se reglamenta la herencia por estirpes, tratándose de los descendientes. El Art. 1609
provoca, por su defectuosa redacción, un problema muy serio, dice así: "Si quedaren hijos y
descendientes de ulterior grado, los primeros heredarán por cabeza y los segundos por estirpes. Lo
mismo ·se observará tratándose de descendientes de hijos premuertos, incapaces de heredarlo que
hubieren renunciado la herencia".
Definiciones del derecho de representación.-Valverde, comentando algunas definiciones
propuestas para el derecho de representación, nos da una que, aunque es antigua, precisa las
características de este derecho: "Dado el concepto que el Código tiene del derecho de
representación, que es igual al de las leyes de Toro, podemos definirle como el famoso comentarista
Llamas y Malina, diciendo que es un derecho en virtud del cual los hijos ocupan el lugar de los
padres, perpetuamente en la línea recta, y hasta e! segundo grado en la colateral, para dividir la
herencia del ascendiente común, con los parientes de grado más próximo, igualo remoto en la línea
recta, y con los de grado más próximo únicamente en la colateral".
Teoría de la Substitución.-En nuestro concepto la herencia por estirpes no puede explicarse por el
derecho de representación. En verdad, tiene su explicación jurídica en una institución reconocida
para la sucesión testamentaria que se denomina substitución. Por virtud de ésta, el testador puede
prever los casos de muerte .de un heredero antes que él, incapacidad del mismo o repudiación de la
herencia, nombrando un substituto para esas hipótesis Dentro del principio de la autonomía de la
voluntad, el testador está facultado no sólo para disponer de sus bienes instituyendo herederos, sino
para designar substitutos, aun en los casos en que los herederos primeramente designados resulten
incapaces de heredar, repudien la herencia o mueran antes que el testador. El régimen de la libre
testamentifacción llevado a sus últimas consecuencias, le da plena soberanía al testador para
disponer de sus bienes y para poder prever las consecuencias en el caso de incapacidad,
repudiación o premoriencia del heredero.
El derecho de representación y los hijos naturales.-El derecho de representación en el sistema
tradicional no se aplica a los descendientes naturales; la mayor parte de los tratadistas están de
acuerdo en que la estirpe legítima es la que tiene tal derecho. Para nuestra legislación debemos
relacionar este problema la herencia de los hijos naturales reconocidos y no reconocidos.
EI derecho de representación y el parentesco por adopción .En el parentesco por adopción no existe
tampoco el derecho de representación, es que la adopción sólo da derecho a heredar entre el
adoptante y el adoptado. Ni los parientes del adoptante, ni los del adoptado pueden heredar; por
consiguiente, no puede haber representación en este caso.
Condiciones requeridas para la representación.-Las condiciones requeridas para que la
representación pueda tener lugar, son en términos generales las necesarias para heredar; es decir,
el representante debe ser persona capaz para heredar; debe tener personalidad jurídica, no ser
indigno por algún delito cometido contra el autor de la herencia, sus parientes O cónyuge; no estar
excluido por falta de reciprocidad internacional o por motivos de utilidad pública como sucede para
las iglesias, los ministros de los cultos o por alguna otra causa que lo haga inhábil.
También el representante debe estar concebido en el momento de la muerte del autor de la
sucesión; pero no se necesita que lo esté en el momento en que muere el representado
Herencia por líneas.-Ya hemos dicho que el derecho de representación tiene lugar en favor de la
estirpe, tanto en la línea recta descendente hasta lo infinito o en la línea colateral, limitando este
derecho sólo a los sobrinos del autor de la herencia. La representación no tiene lugar en la línea
ascendente, por tanto, si faltan los padres, los abuelos no pueden representar a éstos, ni tampoco
ascendientes de ulterior grado pueden representar al ascendiente más próximo. En la línea
ascendente tiene lugar la herencia por líneas, siempre y cuando se trate de ascendientes de
segundo o ulterior gracia. Los ascendientes de primer grado heredan por derecho propio, es decir,
por cabezas; de tal suerte que si sólo existe el padre o la madre a ellos corresponderá la herencia,
en el supuesto de que no existan descendientes ni cónyuge. La herencia se divide en dos partes; y
después cada mitad se subdivide entre los miembros de cada línea, conforme al Art. 1619.
En el Art. 1604 se dice:
"Los parientes más próximos excluyen a los más remotos, salvo lo dispuesto en los Arts. 1609 y
1632".
Sólo hay dos excepciones que se refieren al derecho de representación en la herencia por estirpes.
Como en la herencia de los ascendientes de segundo o de ulterior grado no encontramos esa
excepción expresa, cabría interpretar los Arts.
1617 y 1618 que resultan confusos en su redacción, aplicando ese principio general. Dice el Art.
1617:
"Si sólo hubiere ascendientes de ulterior grado por una línea, se dividirá la herencia por partes
iguales".
La herencia en el caso de adopción.-Habíamos dicho que el parentesco por adopción sí da
derecho a heredar, en tanto que el de afinidad no otorga ese derecho; es decir, el parentesco
establecido por virtud del matrimonio entre la mujer y los parientes de su esposo, o entre el esposo y
los parientes de su mujer.
El parentesco por adopción origina un derecho limitado para heredar por una relación directa entre el
adoptante y el adoptado. Es decir, no da lugar a heredar por adopción entre el adoptado y los
parientes del adoptante o viceversa; sólo el padre o la madre adoptivos tienen derecho a heredar,
pero los descendientes de éstos, los ascendientes o los colaterales de-los adoptantes, no tienen-
derecho a la herencia del adoptado.
Código Civil vigente, al tratar de la herencia de los descendientes incluye al hijo adoptivo, y al
reglamentar la herencia de los ascendientes menciona a los padres adoptivos. Dice el Art. 1612:
"El adoptado hereda como hijo. Pero en la adopci6n simple no hay derecho de sucesión entre el
adoptado y los parientes del adoptante".
"Concurriendo los adoptantes con ascendientes del adoptado en forma simple, la herencia de éste
se divida por partes iguales entre los adoptantes y los ascendientes".
Art. 1613.-Concurriendo padres adoptantes y descendientes del adoptado en forma simple los
primeros sólo tendrán derecho a alimentos.
También en el Art. 1621 se regula el caso de que concurra el cónyuge del adoptado y los
adoptantes:
"Si concurre el cónyuge del adoptado con los adoptantes, las dos terceras partes de la herencia
corresponden al cónyuge y la otra tercera parte a los que hicieron la adopción".

CAPITULO III
PERSONAS QUE TIENEN DERECHO A LA HERENCIA LEGÍTIMA

Principio.-Las personas que tienen derecho a la herencia legítima son en primer lugar los
descendientes y el cónyuge, que juntos excluyen a los ascendientes y a todos los parientes
colaterales. A su vez, en el grupo de los descendientes los hijos excluyen a los nietos; éstos a los
bisnietos. Es decir, el pariente más próximo excluye al más lejano. En términos generales son
llamados a la herencia los descendientes y el cónyuge; los ascendientes
Herencia de los descendientes.-Para proceder ordenadamente debe estudiarse primero la
herencia de los descendientes, que son los que tienen preferencia absoluta y dentro de ella,
determinar los distintos grados que les tienen preferencia.
Herencia de los ascendientes sólo tienen derecho a heredar a falta de descendiente•.
Si viven los padres, a falta de descendientes y cónyuge, la herencia se divide en dos partes que
respectivamente se aplican al padre y a madre. Estos excluyen a los abuelos y ascendientes de
ulterior grado. Si muere alguno de los padres, el que sobreviva recibirá íntegramente la herencia, no
importando que existan ascendientes en la línea del padre premuerto. Al respecto dicen los artículos
siguientes: 1615.-H A falta de descendientes y de cónyuge, sucederán el padre y la madre por partes
iguales": 1616.-·Si sólo hubiere padre O madre, el que viva sucederá al hijo en toda la herencia".
Herencia del cónyuge Supérstite.-El Código Civil vigente dispone al respecto:
Art. 1624.-"El cónyuge que sobrevive, concurriendo con descendientes, tendrá el derecho de un hijo,
si carece de bienes o los que tiene al morir el autor de la sucesión, no igualan a la porción que a
cada hijo debe corresponder. Lo mismo se obsecrará si concurre con hijos adoptivos del autor de la
herencia".
Art. 1625.-"En el primer caso del artículo anterior, el cónyuge recibirá íntegra la porción señalada; en
el segundo, sólo tendrá derecho de recibir lo que baste para igualar sus bienes con la porción
mencionada".
Art. I626.-"Si el cónyuge que sobrevive concurre con ascendientes, la herencia se dividirá en dos
partes iguales, de las cuales una se aplicará al cónyuge y la otra a los ascendientes"
Art. 1627.-"Concurriendo el cónyuge con uno o más hermanos del autor do la sucesión, tendrá dos
tercios de la herencia, y el tercio restante se aplicará al hermano o se dividirá por partes iguales
entre los hermanos".
Art. 1628.-"EI cónyuge recibirá las porciones que le correspondan conforme a los dos artículos
anteriores, aunque tenga bienes propios".
Art. 1629.-"A falta de descendientes, ascendientes y hermanos, el cónyuge suceded en todos los
bienes".
Herencia de los colaterales.-El Código Civil vigente regula esta materia en [os articulas 1630 a
1634 en los términos siguientes:
Art. 1630.-"Si sólo hay hermanos por ambas líneas, sucederán por partes iguales".
Art. 1631.-"Si concurren hermanos con medios hermanos, aquéllos heredarán doble porción que
éstos".
Art. 1632.-"Si concurren hermanos con sobrinos, hijos de hermanos o de "medios hermanos
premuertos, que sean. Incapaces de heredar o que hayan renunciado la herencia, los primeros
heredaran por cabeza y los segundos por estirpe teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo
anterior".
Art. 1633.-A falta de hermanos, sucederán sus hijos, dividiéndose la herencia por estirpes, y la
porción de cada estirpe por cabezas".
Art. 1634.-"A falta de los llamados en los artículos anteriores, sucederán los parientes mis próximos
dentro del cuarto grado, sin distinción de líneas, ni consideración al doble vínculo, y heredarán por
partes iguales.

Herencia de la concubina.-En los Códigos de 1870 y de 1884 no se reconoció el derecho de la


concubina para heredar, tampoco se le reconoció el derecho de exigir alimentos en los casos de
herencia testamentaría. En la exposición de motivos del proyecto para el Código Civil vigente, se
explica que aun cuando debe rendirse tributo al matrimonio, la concubina puede tener derecho a
heredar, ya que el concubinato es una situación no prohibida por la ley en los casos en que no exista
matrimonio; que cuando el autor de la herencia siendo célibe tuvo sólo una concubina y vivió con ella
durante cierto tiempo anterior a su muerte, o le dio hijos, es justo reconocerle derecho a su herencia,
en los casos de intestado o bien, derecho a exigir-alimentos en los casos de sucesión testamentaria,
cuando el testador no le asigna alguna parte. Art. 1635.-La concubina y el concubinario tienen
derecho a heredarse recíprocamente, aplicándose las disposiciones relativas a la sucesión del
cónyuge. Siempre que hayan vivido juntos como si fueran cónyuges durante los cinco años que
procrearon inmediatamente a su muerte o cuando hayan tenido hijos en común, siempre que ambos
hayan permanecido libres de matrimonio durante el concubinato. Si al morir. El autor de la herencia
le Sobrevive varias concubinas, o concubinarios en las condiciones mencionadas al principio de este
artículo, ninguno de ellos heredará.
Herencia de los hijos naturales.-Este es un caso de interés jurídico y práctico que constantemente
se ofrece en las sucesiones intestadas, en virtud de que en México generalmente (para ciertas
clases sociales), se presentan los casos de hijos naturales que pretenden exigir, concurriendo con
los legítimos, o sin concurrir con ellos, determinada porción hereditaria. En México tiene todavía
mayor interés esta cuestión, porque el Código Civil vigente, al derogar las reglas de los códigos de
1870 y 1884, que precisaban con claridad los requisitos por observar para la herencia de los hijos
naturales, ha creado un sistema distinto y, además, expresamente se permite a la concubina
concurrir con sus hijos (que, son naturales), a la herencia. Para los hijos naturales la filiación
respecto del padre sólo podía acreditarse de dos maneras: por el reconocimiento o por sentencia
que declarara la paternidad. Relativamente a la madre por el solo hecho del nacimiento. Artículo 360:
"La filiación de los hijos nacidos fuera de matrimonio resulta, con relación a la madre, del solo" hecho
del nacimiento. Respecto del padre, sólo se establece por el reconocimiento voluntario o por una
sentencia que declare la paternidad". Como el precepto que dispone que los hijos tienen derecho a
heredar, no distingue entre reconocidos o no reconocidos, poden10s concluir fundadamente que el
legislador de 1928 derogó expresamente ese requisito. No podemos aceptar una inadvertencia o
descuido del legislador, porque no suprimió una palabra, sino toda una serie de artículos que
hablaban ele los hijos naturales, y ele la disminución que se hacía a su porción. Fue una derogación
intencional, prCl11cditada, producto de un criterio más humano en el tratamiento de los hijos
naturales, para aceptar una condición jurídica igual a los hijos legítimos.

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