El documento trata sobre la situación ambiental en Venezuela. Según un informe del Observatorio de Ecología Política de Venezuela, en 2021 hubo graves conflictos ambientales como derrames de petróleo, deforestación, minería y escasez de agua potable debido a cuencas hidrográficas degradadas.
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El documento trata sobre la situación ambiental en Venezuela. Según un informe del Observatorio de Ecología Política de Venezuela, en 2021 hubo graves conflictos ambientales como derrames de petróleo, deforestación, minería y escasez de agua potable debido a cuencas hidrográficas degradadas.
El documento trata sobre la situación ambiental en Venezuela. Según un informe del Observatorio de Ecología Política de Venezuela, en 2021 hubo graves conflictos ambientales como derrames de petróleo, deforestación, minería y escasez de agua potable debido a cuencas hidrográficas degradadas.
El documento trata sobre la situación ambiental en Venezuela. Según un informe del Observatorio de Ecología Política de Venezuela, en 2021 hubo graves conflictos ambientales como derrames de petróleo, deforestación, minería y escasez de agua potable debido a cuencas hidrográficas degradadas.
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Mientras las praxis docentes pedagógicas son aquellas que realizan
los educadores en forma consciente y profesional, pues son
preparados para cumplir esa misión histórica. Estas pueden ser mediante actos pedagógicos transmisores, reinventores de conocimientos o productores de pensamiento
¿Cuál es la importancia de transformar la práctica docente?
La práctica docente permite a los practicantes desempeñar su
futura profesión, aprender y pasar a la acción, creciendo personal y profesionalmente. Un punto a resaltar es que la docencia implica más que la transmisión de conocimientos del educador hacia los alumnos. Muchos piensan que el trabajo del maestro es fácil
Potencialidades geoeconómicas del frente amazonico
cuando se trata de una región con inmensas potencialidades de
sano y equilibrado desarrollo, Amazonas continúa siendo el mejor referente de nuestro país. Este estado cuenta con la segunda mayor extensión territorial del país con 183. 500 Km², una población aproximada de 146.480 habitantes (INE-2011) y una densidad de 01 personas por Km², en contraste con las grandes ciudades del país, que en el caso de Petare del Municipio Sucre de Caracas, su densidad es de 10.000 personas por Km².
Aquí se concentra la mayor cantidad de los bosques húmedos
tropicales de Venezuela, siendo el cuarto país con mayor extensión de selva Amazónica con el 6.68% después de Brasil, Perú y Colombia, respectivamente. Se trata de un gran bioma, el responsable de al menos el 8% de la reducción del calentamiento global, por su función de absorber el CO2 ó dióxido de carbono de la atmósfera.
El Amazonas venezolano, que no debe ser considerado como una
entidad federal aislada, forma parte de los 9 países que conforman la cuenca Amazónica, que en su conjunto posee la mayor diversidad biológica del mundo con al menos 40.000 especies de plantas, de las cuales se estima que sólo el 1% ha sido estudiada y puesta al servicio de la humanidad; posee al menos 2.500 especies de peces, la mayor cantidad de vías fluviales, entre 18-20% del agua dulce mundial y 10% de carbono almacenado, entre muchos otros atributos (datos WWF/2018).
Investigación Científica
Así como el sector turismo debe ser privilegiado en un nuevo
escenario político venezolano, igualmente debe serlo para la investigación científica en todo lo referente al patrimonio biológico existente en esta región, que debe ser puesta al servicio de la humanidad. La Amazonía venezolana y suramericana en general, es la despensa y laboratorio natural más grande del mundo, con 7.000.000 Km² de diversidad biológica. Urge invertir en su investigación y desarrollo.
En este momento Venezuela no cuenta con ejecución de planes o
proyectos de investigación científica en nuestra Amazonía. En otro momento, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), el Instituto de Medicina Tropical de la UCV y demás centros de investigación del país tenían importante presencia en esta región haciendo ciencia, sobre todo relacionadas con la medicina: prevención, cura y control de enfermedades endemoepidemicas, cuyos estudios científicos trascendían nuestras fronteras, como por ejemplo en el caso de la malaria, donde nuestro país durante la década de los 60 del siglo pasado fue vanguardia en su erradicación y nuestras investigaciones eran el referente para controlar este mal en los demás países tropicales.
ecosocialismo bolivariano politica y praxis ambiental
Si bien es cierto que el Ecosocialismo es una propuesta de vida en
construcción, que está convocando a conjugar y unir esfuerzos de carácter mundial para contener y revertir los efectos del modelo capitalista, también afirmamos que el ecosocialismo se viene fortaleciendo al ejecutar un sinnúmero de iniciativas de distintos órdenes cognoscitivos, que van encontrándose, buscándose e integrándose en diferentes niveles y que lo caracterizan como un hecho eminentemente pedagógico.
En palabras de Andrés Bansart “el Ecosocialismo es la articulación
de la ecología radical y de un socialismo revolucionario, es opuesto al capitalismo y al productivismo. Debe ser al mismo tiempo científico y militante”. James O’Connor lo define como “la teoría que intenta subordinar el valor de cambio al valor de uso”. A su vez Joel Kovel y Michael Lowy afirman que “el ecosocialismo es una corriente política fundada sobre una constatación fundamental: la salvaguarda del equilibrio ecológico del planeta; la protección de un ambiente favorable a las especies vivas (incluida la nuestra), siendo incompatible con la lógica expansiva y destructiva del sistema capitalista”. Para el Comandante Chávez “el Ecosocialismo tiene que ver sobre todo con el tema ecológico, pero es mucho más que ecológico, es político, es ético y el mismo debe contribuir con la salvación de la vida en este planeta y la supervivencia de la especie humana en la Tierra que está siendo amenazada precisamente por el sistema destructivo del capitalismo”
El Ecosocialismo representa un sistema político que articula la
buena gestión de los ecosistemas y una cogestión de la sociedad equitativa y armoniosa, el mismo no debe contentarse con ideas hermosas, buenas intenciones y suplicas, sino que debe asumir una praxis revolucionaria necesaria para lograr sus fines. En una sociedad ecosocialista no debe existir dicotomía entre el ser humano y la naturaleza, ni pueden existir fenómenos como la exclusión, la dominación ni la pobreza.
El Ecosocialismo consiste en trabajar incansablemente por los
derechos de la madre tierra, se manifiesta en acciones concretas asociadas a la protección de la diversidad biológica, el vivir bien, la sensibilización y formación ambiental en todos los niveles del Sistema Educativo Bolivariano, al manejo integral y protección de nuestras Áreas Naturales Protegidas, la lucha contra el cambio climático, la desertificación, la recuperación de nuestras cuencas hidrográficas, humedales y transformación de espacios urbanos en espacios biosaludables.
¿Cómo se encuentra actualmente la situación ambiental en
Venezuela? Un informe del Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP) expone los peores conflictos ambientales que enfrentó el país sudamericano en 2021. Entre ellos están los derrames de petróleo, la deforestación, la minería y la falta de agua potable en zonas con cuencas hidrográficas degradadas.
Resguardo fronterizo entre Venezuela y guyana
¿Qué estado de Venezuela tiene frontera con Guyana?
También conocido como la Guayana Esequiba, es un territorio
de 159.500 kilómetros cuadrados al oeste del río Esequibo
Héroes y villanos
Desde el punto de vista político, la disputa entre Venezuela y
Guyana se remonta al proceso de independencia de los países latinoamericanos y al contexto de los cambios geopolíticos que se dieron luego de las guerras napoleónicas y el Congreso de Viena. En esa ocasión, Venezuela surgió ante el mundo como una república unitaria con un territorio trazado de acuerdo con el principio del uti possidetis juris, pero con una debilidad estatal producto de la propia independencia, de la ruptura con la Gran Colombia y las sucesivas guerras civiles.
Esa debilidad institucional y política le produjo grandes
pérdidas territoriales, entre las cuales se contó parte del noreste del país, dado el avance del imperio británico desde la Guayana Inglesa. Con el Laudo de París de 1899 se refrendó esa pérdida, lo que de cierta manera y junto con otros procesos de principios del siglo XX creó una percepción negativa entre la mayoría de los venezolanos sobre la posibilidad de que diera una salida judicial de carácter multilateral que favoreciera a Venezuela.
De ahí la insistencia de los gobiernos venezolanos en
preservar el carácter bilateral del Acuerdo de Ginebra. Pero el secretario general de la ONU y el gobierno de Guyana rechazaron, cada uno a su manera, la salida bilateral. La nueva y controversial posición de Guyana puede caracterizarse como la ruptura unilateral de ese país del statu quo alcanzado en 1966, una decisión que no puede quedar, como observamos más adelante, fuera del contexto internacional y hemisférico actual.
En segundo lugar, el contencioso entre Venezuela y Guyana no
solo es el producto de consideraciones de carácter histórico-global, sino que a lo largo de este dilatado proceso se han dado circunstancias difíciles que, de algún modo, han limitado la búsqueda de una solución al problema. En el siglo XIX, tal como se dijo, las consideraciones domésticas y la debilidad del país pesaron frente a la posibilidad de un arreglo justo para Venezuela. Ni siquiera hubo testigos ni jueces venezolanos.
Antes de 1962, no hubo un proceso diplomático o procesal
importante referido al tema, y solo a partir de la denuncia del laudo en esa fecha, la posterior firma del Acuerdo de Ginebra y la independencia de Guyana se reactivó la reclamación venezolana. Una consideración especial merece la política exterior de Guyana, que logró el apoyo de la mayoría de los países del Tercer Mundo y del Caribe, en particular en la defensa de su territorio y en respuesta a la tesis de Venezuela.
A comienzos del siglo XXI, Venezuela buscó fomentar un mejor
espacio de entendimiento con los países caribeños, con la promoción del programa energético Petrocaribe y la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). La apertura al tercermundismo y las causas antiimperialistas por parte de Venezuela habilitaron de manera parcial ese proceso. Pero, paradójicamente, Guyana no solo no participó de manera integral, sino que se distanció de ellos. Mantuvo, empero, el apoyo del Caribe, en un contexto de coaliciones regionales e internas muy diferentes de los «momentos» progresistas que se observaron en Guyana bajo el liderazgo de los primeros ministros Forbes Burnham y Cheddi Jagan, en la segunda mitad del siglo XX. Guyana tiene un largo historial de país tercermundista que manipuló siempre sus diferencias con los gobiernos venezolanos del periodo democrático, tildándolos de agresivos, imperialistas y asociados a Estados Unidos. Por su parte, Venezuela se concentró en su reclamación, tratando de reducir al mínimo el impacto de esas acusaciones en su diplomacia deliberada de presencia caribeña y de acercamiento al Tercer Mundo.
En este marco, cabe resaltar el conjunto heterogéneo de
declaraciones y comunicados de los gobiernos venezolanos que, de alguna forma, permitieron crear desde 1999 una atmósfera contraria al sostenimiento del reclamo sobre la Guayana Esequiba por parte del Estado venezolano. Merece destacarse la tesis presentada por Caracas: que el contencioso con Georgetown que se da desde el año 1962 está relacionado con gobiernos venezolanos no querían la independencia de Guyana, dado que en ese momento el gobierno semiautónomo de ese país era conducido por Cheddi Jaggan, a quien se consideraba simpatizante de las ideas de izquierda y de la Revolución Cubana.
Otro elemento que debe analizarse es el potencial económico
de Guyana a partir de la prospección y producción de petróleo en las zonas cercanas al territorio venezolano y en el espacio en reclamación, lo que ha llevado a generar problemas de interpretación entre las cancillerías de ambos países y se proyecta como un punto fundamental de discordia. La presencia de compañías multinacionales estadounidenses en las áreas adyacentes a la zona en litigio, el abierto apoyo del gobierno del ex-presidente estadounidense Donald Trump a la decisión de la Corte de la Haya y el desarrollo de maniobras conjuntas navales entre Guyana y Estados Unidos han aumentado las hostilidades entre ambos países, habida cuenta de que Washington refuerza sus alianzas con países vecinos de Venezuela en una especie de «operación tenaza» mediática y diplomática en contra del régimen de Nicolás Maduro.
PARTICIPACION DE LOS PUEBLOS INDIGENAS COMO
CUSTODIOS DEL RESGUARDO AMBIENTAL
Los pueblos indígenas, que constituyen sólo el 6% de la
población mundial, son, sin embargo, custodios clave del medio ambiente. El 28% de la superficie terrestre del planeta, incluidas algunas de las zonas forestales más intactas a nivel ecológico y con mayor biodiversidad, son gestionadas principalmente por pueblos, familias, pequeños campesinos y comunidades locales indígenas.
Los modos de vida de los pueblos indígenas y sus medios de
subsistencia pueden enseñarnos mucho sobre la conservación de los recursos naturales, la obtención y la producción de alimentos de manera sostenible y la vida en armonía con la naturaleza
He aquí cinco de las muchas maneras en que los pueblos indígenas
están ayudando al mundo a combatir el cambio climático: 1. Sus prácticas agrícolas tradicionales están mejor adaptadas a un clima cambiante
A lo largo de los siglos, los pueblos indígenas han desarrollado
técnicas agrícolas adaptadas a entornos extremos, como las zonas de elevada altitud de los Andes o los pastizales secos de Kenya. Sus técnicas de eficacia probada, como las terrazas para evitar la erosión del suelo o los huertos flotantes para aprovechar los campos inundados, son muy adecuadas para los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos y las variaciones de temperatura provocadas por el cambio climático.
2. Conservan y restauran los bosques y los recursos naturales
Los pueblos indígenas se perciben a sí mismos como
conectados con la naturaleza y como parte del mismo sistema que el medio ambiente en el que viven.
Han adaptado su estilo de vida para integrarse y respetar su
entorno. En las montañas, los sistemas de gestión del paisaje de los pueblos indígenas preservan el suelo, reducen la erosión, conservan el agua y limitan el riesgo de desastres.
3. Sus alimentos y tradiciones pueden ayudar a ampliar y
diversificar las dietas
En la actualidad, el mundo depende en gran medida de un pequeño
conjunto de cultivos básicos. Sólo cinco de ellos –arroz, trigo, maíz, mijo y sorgo– proporcionan alrededor del 50% de nuestras necesidades de energía alimentaria. Ricos en cultivos nativos y nutritivos como la quinua y la oca, los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas pueden ayudar al resto de la humanidad a ampliar su limitada base alimentaria para incorporar hierbas, arbustos, cereales, frutas, animales y peces que pueden no ser bien conocidos o utilizados en otras partes del mundo.
4. Sus cultivos autóctonos son más resilientes frente al cambio
climático.
Debido a que muchos pueblos indígenas viven en ambientes
extremos, han elegido cultivos que también se han adaptado a esas condiciones. Los pueblos indígenas suelen cultivar una variedad de especies nativas y una multitud de variedades que se adaptan mejor a los contextos locales y son a menudo más resilientes a la sequía, la altitud, las inundaciones u otras condiciones extremas. Si se utilizan de forma más extendida en la agricultura, estos cultivos podrían ayudar a aumentar la resiliencia de las explotaciones que ahora deben enfrentarse a un clima cambiante y cada vez más extremo.
5. Custodian una gran parte de la biodiversidad del planeta
Los territorios indígenas tradicionales abarcan el 22% de la
superficie terrestre del planeta, pero albergan el 80% de su biodiversidad. Preservar esta biodiversidad resulta esencial para la seguridad alimentaria y la nutrición. El acervo genético de las especies vegetales y animales se encuentra en todos los biomas terrestres, así como en ríos, lagos y zonas marinas. Los pueblos indígenas, que viven de forma natural y sostenible, preservan estos espacios, ayudando a mantener la biodiversidad de las plantas y los animales en la naturaleza.