Sade El Goce Del Instante
Sade El Goce Del Instante
Sade El Goce Del Instante
Entre los escándalos provocados por el Marqués de la logorrea: identifica su destino con el del pueblo
Sadé, se encuentra el del año de 1-772, cuando (para' En La Bastille dévoilée se narra: "Los disturbios d
su regocijo teatral) suministra a dos prostitutas París obligaron entonces al gobernador a redobla
pastillas que contienen' moscas 'cantáridas y otros las precauciones, y a consecuencia de ello a prohibi
excitantes. ~Las hetairas, creyéndose envenenadas, el paseo por' las torres a todos los prisioneros. Sad
denuncian al Mar,qués y a su lacayo. A pesar de no no estuvo muy contento de tales medidas; se enfu
existir pruebas suficientes, se les 'acllsa de "sodomía' reció y prometió hacer alboroto espantoso ... M. de
y envenenamiento", siendo condena'dos a muerte el Launey persistió en su negativa: Sade cogió entono
Dibujos de
Guido Crepax 73 Mi~uel Angel Morales. México, D. F. 1954. Ha publicado
. anteriormente ensayos sobrc Macedonio Fernánua y Ro-
berto Arlt. eri la Revisla de la Universidad .
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'Jn¡jquinas de la voluptuosidad',,; pero eso, aspira a
1:1 genialidad de Ncwt<J1l y Copérnico: "Pruébame
con Newton más que con Descartes y con Copérni-
ca m'ás que con Ticho·13rahé; explícame solamente
por qué una piedra cae cuando se le lanza hacia
arriba... y te perdonaría ser un moralista al demos·
trarme que eras aceptable físico. Quieres analizar las
· leyes de la 'naturaleza y tu .corazón, hecho a su
imagen, es para tí enigma sin solución".
Rousseausostuvo que debía goberriar el pueblo,
no el 'soberano;en democráticos términos, también
el 'Marqués de Sade construye en sus orgías persona-
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je's de diferente" rangó, linaje', clase y parentesco: el
'monarca fornica con el lacayo, la mujer aristocrática
con el sirviente, el pederústacon el adulto, el ha·
· mosexual' con el niño, el funcion'ario con la ciuda-
. d:ma, la madre con el hijc¡>, el conde con la mo-
za, CI .padre. con· su hijo,- lesbianas con libertinas,
maricas ·con fá¡¡'cos hombres, 'ancianos con ninfetas,
miembros de' la. Sociedad 'del' 'Crimen con rameras,
hombres ·.blancos con negros, monjes carmelitas con
.inocentes mujeres, vestidos' con 'eneuerados, coprófa-
gos ,con masoquistas; sádicos. con rrioribundos; la
sociedad aristocr;ítica y JilOn~írc]uica se mezcla en
infernales ayuntamientos; El Marqués de Sadc ya JlO
·explora las cumedi:¡:; \'ersailCscas, pastoriles y tartu-
f'ianas, sino que inaugura la era del libertinaje y de
la m:lsacn:: "'U 'PI;UCCSO' de TlJrtllJ/e fUl' hecho por
los beatos;. el ue l/lstilli' sci'á, obra. ue Ius libertinos".
Desafortunadamente, estas' notas no aspiran al
hombres libres y no viles adoradores de Dios". Por cat:ílogo de. todas las 'manifcstlcioncs sexúales que
lo )anto, no es extraño que Sade incitara al pueblo aparecen en la tlbra ue·Sa'de. h~ro muchos comenta·
a la rebelión y, de paso, exponer su sufrimiento dores han dicho que son mOnótonas- y ·que la lectura
privado. empieza .a aburrir Gon tanta' posición y batalla
Estas coincidencias entre Sade y Rousseau, se corporaL Sin embargo, sostiene Roland Barthes, la
encuentran entre Sade y los filósofos La tviettrie, monoton ía ocurre con "frecuencia que a la reproba·
D'Holbach y Helvetius; en ellos ,también la natura· ción moral, que se hace de' Sade, se le dé 'Ia forma
leza reina. de¡;epcionante del desagrado estético: se declara que
Para La Mettrie, la naturaleza, léase fuerzas neta~ Sade es monótono ... S¡.lde es monótono si. fijamos
mente humanas, es la madre de todo lo existente; . nuestra mirada en los crímenes contados y no enIos
para Holbach, el ateo es el hombre que conoce, logros del discurso". . .
perfectamente, las leyes de la naturaleza; Ilelvetius, Así, Ilos adentramlls en ¡as copulaCiones' cxtrava·
en Da.! espiritu, declara: '''EI hombre virtuoso no es gantes, e imposi~les de realizar; dC" los libertinó~ .
aquel que sacrifica sus placeres, sus costumbres, sus sadianos. Ahi, los penes se vuelvl:n fu.elles incansa·
pasiones más fuertes al interés común, sino aquel bIes y 1:Is vulvas y alias en simples. orificios:. Esta'
cuyo más fuerte pasión concuerda de tal manera mas en la erótica-ficción donde las pirámides corpo-
con el interés general que se va arrastrando a 1:l rales jam¡js se derrumball y donde el desgaste sexual
virtud por la necesidad". Entonces, el Mar¿jués de j:im:ís acontece. Estamos en los confinamientos y en
Sade constituye una teoría que subyace en todos 'los terri torios de Sade, donde el placer. y la· fan taS ía
sus textos: el hombre debe buscar en su laboratorio se compellsan. Algo' parecido .a ·10 que Charlcs
p~Jrticular, su propio cuerpo, todas las experiencias Fourier habia imaginado en' sus intrincados y utópi-
posibles, sobre todos las que exige la naturaleza. No cos "falansterios"
importa morir o quedar estéril, siempre existir.í la Sade utili/.a los cuerpos de los libertinos como
perversión posible para continuar en el gozo perpe- premisa.>, silogismus que tratan de palier a prueba el
[lIO. Curiosamente, los libertinos siempre est¡ín \le- reillo del paraísu sexual. Incluso en' un diálogo
nas de semen y cada eyaculación los acerca m:ís a b asépti'Cll CÓIllO DilJ/ugu(' <'litre 11I/ rm1frl! et 1111 mori·
eternidad: son los héroes que la naturalcza exige y bOlld (Düi¡ogo entre iJn sacerdote y un moribundo,
..,
raclama.
El Marqués de Sade se cree un ingeniero de las
17R2), aparece, otra vez, el reinado 'de la natur:J1eza.
Pa.ra el moribundo, al .contrario dcl sacerdote, la ..
74 .,
':
presentarnos seiscientas perversiones: en la advertl'n-
cia preliminar se presenta el libro C0ll10 el m¡ís
"obsceno y vicioso" que jamás se halla escrito entre
los antiguos y los modernos. Efectivamente, los
. libertinos que se congregan en el castillo SiJüng (una
es'pecie .de Bastilla disoluta y carnicera), despliegan
una mecánica de los cuerpos, uniéndose unos a
otros. Todo esto imaginado desde los calabozos y
mazmorras en que estuvo confinado el Marqués.
. Esta imaginación partió de la novela gótica (Sade
ve que en ellas "el sortilegio y la fantasmagoría
, constituyen casi todo el mérito") y de las novelas.
eróticas 'que habían inaugurado Clarissa de Richar-
son, La religiosa de Diderot, Julie ou la Nouvelle
He/oise de Rousseau y las novelas de Voltaire,
Marmontel y Fielding.
Cuando se le acusa de escribir libros pornográfi-
cos e inmorales (especialmente de Villeterque que
eomenta Les crimes de l'amour, Crímenes del amor,
1880), el Marqués de Sade injuria y se disculpa de
que jamás escribirá "libros inmorales". Esta defensa,
recuerda lo que escribe en Idée sur les roma/!:
" .. .10 repito, jamás pintaré el crimen bajo otros
colores que los del infierno, quiero que aparezca
desnudo, que se le tema, que se le' deteste, y no
conozco otra manera de ~onseguirlo que mostrarlo
. con todo el horror que le caracteriza. ¡Guay a
todos aquellos que lo rodean de rosas!". Esta
declaración, es más una denodada defensa contra un
posible enemigo, que un verdadero proyecto a se-
voluptuosidad el placer máximo es' él; es un silogis- . guir. Apollinaire hace notar qu.:: hay en Justine. 'una
'nlO' tanto de la naturaleza como de !:l lujuria: "Sólo frase que contríldice la cita del Marqués de Sade:
me arrepiento de no haber recoilOcido la omnipo- "Yo he conseguido el camino del vicio, hijo mío.
tC'ncia de la naturaleza ... Amigo mío, la voluptuosi- En él sólo he encontrado rosas".
. dad fue siempre el más preciauo de mis placeres y Pecados capitales en el universo sadiano: el inte-
yo Ji> he incensado (oda mi vi lb .... . rés, el egoísmo (con la "avaricia comienza nuestra
El I'vlarqués de Sade demueSl'ra quc una de las ruina y la imbecilidad la mata"), la familia y el
leyes de la na turaleza es la déstrucciún, todo tipo de '" ;Jmor. En los santuarios profanos en donde se
destrucción; pel'li c'n sus obras no vemos' jam¡ís organizan orgías no existen estos pecados: ya sin
genitales minados. Aparentemente, el libertino no clases sociales, se evita el interés; el egoísmo dismi·
sólo uestruyc y castiga a otros cuerpos, sino que. . nuye fornicando con los familiares, porque todos
aniquila ·su sexo,. con IJ misma saiia con que castiga de.ben estar en la Gran Familia Humana y el amor
a los uem;ís cuerpos. . . ("locura del alma") sólo nos trae desgracias, ya que
La Iúgic:1 ,k !os pei'sol1ajcs de S:lde (libertinos y busca sujetos, no objetos: "¿Qué es el amor? Me
l11acstJ'LlS d..: escena.) ..:s la de. h:lcl;r pasar 1111 cuerpo parece que no se lo puede considerar sino comu
';n objeto inmúvil; poseerlo (110 pensarlo), golpearlo, efecto, 'en nosotros,' resultante de las cualidades de
escretarlo, deycctarlo, insunario, (Hadarlo o fornicar- un bello ser; si poseemos el objeto, hénos ya
lo.' Para esta púscsión no les import;J incuITir 'en contentos; si nos es imposible tenerlo, nos desespera-
n;Jgelaciol1es,' prostitución, sodomía, incesto,liberti- mas .. :. ¿Eso es vivir? ¿No es más bien. privarse
naje a 'Ultranza, lt>profagia, violación tumultaria o voluntariamente de todas las dulzuras de la vida? ...
emplear "las fant.asías sacrílegas y los gustos crue- Si debiéramos amar siempre al objeto de adoración,
les". Se .mcc:lniz:·\ el cuerpo. aunque en cada coplíla- si fuese cierto que no debiésemos abandonarlo nun-
ció n el libertinlY luma un nuevo papel sexual: '~¡Es ca, coniinuaría tratándose de una extravagancia,
tan heTlnosli eanlhi:lr lle' sexo, hacer uno a .su turno pero al menos excusable ¿Hay muchos ejemplos
de puta. entregarse :1 un hombrc que nos trata como de las relaciones eternas ? "
a una mujer, lIani;¡r1o "amantc'. dcclararse su 'queri- Por eso, Sade no establece una dialéctica del
da'! ¡Qué voluptullSidad ':Il11igas mías! .. deseo o de nuestras aspiraciones ocultas: todo se
En I,es J:;O JOIlI'IIL;eS tie S'UUO 1/1C. el ~brqués de encuentra Llentro de la mecánica de la voluptuosidad
Sade se ·proponc enriquecernus en materia sexual, al y en el instante del goce, por eso, incita a las
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