Voz Surco Libro
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donde hacía decenios que había miembros más bien reservada, de sus habitantes le
del Opus Dei. dio una vuelta positiva. Suiza era para él
como un volcán cubierto de nieve: más
2. Einsiedeln y el Segundo Congreso bien frío por fuera, pero con un fuego ar-
General del Opus Dei diente en su interior; y explicaba que, si
este fuego alcanza la superficie, hace de-
El 3 de julio de 1956 viajó san Josema- rretir la nieve y el agua riega un suelo fe-
ría a Einsiedeln para preparar el Segundo cundo. Le gustó el espíritu trabajador del
Congreso General. Se reservó una parte pueblo y muchas veces alabó su sentido
del Hotel Pfauen, situado enfrente del san- de la responsabilidad.
tuario, y se organizaron los detalles para el
alojamiento de los participantes. El funda-
dor eligió este lugar como muestra de su Voces relacionadas: Múzquiz de Miguel, José
Luis; Santuarios y lugares marianos, Peregrina-
devoción mariana, pero también debido a
ciones de san Josemaría a; Viajes apostólicos.
su céntrica situación en Europa. Bajo su
dirección y con un saludo y bendición del
papa Pío XII se reunió el Congreso desde Bibliografía: AVP, III, pp. 257-260, 329-365; Ana
el 22 al 25 de agosto. La asamblea decidió Sastre, Tiempo de caminar. Semblanza de Mon-
señor Escrivá de Balaguer, Madrid, Rialp, 1989;
el traslado de la sede del Consejo General
Pilar Urbano, El hombre de Villa Tevere. Los años
del Opus Dei de Madrid a Roma. Además
romanos de Josemaría Escrivá, Barcelona, Plaza
declaró el castellano, a propuesta de nue- & Janès, 19956.
ve regiones de habla no castellana, como
lengua oficial del Opus Dei (cfr. AVP, III, pp. Beat MÜLLER
257-260; Sastre, 1989, pp. 442-444).
El santuario de Einsiedeln fue una meta
frecuente de los viajes de san Josemaría a
SURCO (libro)
Suiza. Entre 1955 y 1969 se le podía en-
contrar allí casi todos los años. Los regis- 1. Composición del texto. 2. Estilo, estruc-
tros del monasterio dan cuenta de las nu- tura y contenido. 3. Difusión.
merosas ocasiones en las que celebró en
diversos altares, sobre todo, el que enton- Surco es una obra de Josemaría Es-
ces era del Santísimo. En cuanto divisaba crivá de Balaguer, publicada póstuma en
en la lejanía las torres del santuario, rezaba 1986. Se trata de un libro espiritual se-
con alegre expectación una Salve. Pasó mejante a Camino y Forja, compuesto de
muchas horas de intensa oración delante aforismos, que tiene como objetivo ayudar
de la imagen de la Virgen, presentándole la meditación personal. A continuación ex-
sus intenciones. En agosto de 1957 vivió plicaremos la historia de la composición,
unas tres semanas en este lugar, con viajes y comentaremos brevemente su estilo, es-
a diferentes lugares en Suiza y países colin- tructura y contenido.
dantes. Las últimas visitas las hizo en 1968
y 1969 (cfr. Urbano,1995, pp. 404, 406). 1. Composición del texto
Las primeras noticias que tenemos de
3. Suiza vista por san Josemaría Surco son de finales de los años treinta.
Después de 1969 no se le presentó a J.L. Illanes, en un artículo sobre la obra
san Josemaría ninguna nueva oportunidad escrita de san Josemaría, afirma que poco
de ir a Suiza. Según manifestó él mismo, después de publicar Camino, Escrivá de
siempre se había encontrado muy a gusto Balaguer había pensado en este libro al
allí; sólo le dolía la división producida entre que ya entonces llamó “Surco, que evoca
las confesiones cristianas. A la naturaleza, la hondura con que la llamada divina debe
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el diálogo con Dios, aunque hay otras de La temática de cada pensamiento está
carácter ascético o formativo. relacionada con los demás puntos del ca-
Una característica común del estilo pítulo, pero no forma parte, como ha sido
de Camino, Surco y Forja es su capacidad apuntado más arriba, de un desarrollo or-
de hacer intuir y expresar altos contenidos gánico y articulado. Cada consideración
espirituales en figuras sensibles; de plas- tiene, pues, un sentido completo, aunque
mar verdades divinas –o espirituales– en la se entiende mejor en el contexto del libro.
concreción material de un tropo, metáfora, Sin embargo, sí se puede señalar un hilo
conductor, que el mismo san Josemaría
ejemplo, ilustración, parábola, anécdota...
menciona en el prólogo: “Déjame, lector
En Surco encontramos varias de estas
amigo, que tome tu alma y le haga con-
imágenes, como por ejemplo: “alas para
templar virtudes de hombre: la gracia obra
volar”, “aleación mecánica”, “banderín de
sobre la naturaleza” (S, “Prólogo”).
enganche”, “envoltorio y regalo”, “centi-
nela de guardia”, “niño mimado”, “roturar, El libro pretende transmitir la convic-
abrir surco”, “sal de la tierra”, “siete cerro- ción profunda de que la vida cristiana debe
jos”, “talla del diamante”, “mirada incen- informar toda la existencia del ser huma-
diaria”, “molino de viento”, etc. Son imá- no. El contenido de Surco, según Álvaro
genes vivas que ayudan a fijar en la mente del Portillo, es “la vida misma del cristiano,
del lector conceptos ascéticos. en la que –al paso de Cristo– lo divino y lo
humano se entrelazan sin confusión, pero
La estructura de Surco está íntima-
sin solución de continuidad” (S, “Presenta-
mente relacionada con el método de tra- ción”, p. 19), de modo que “ese caminar [la
bajo adoptado por el autor y orientada a su existencia cristiana] deje huella, abra surco
finalidad. Dicho método se basa, como ya en la historia y en el quehacer de los hom-
hemos apuntado, en la agrupación de con- bres” (Illanes, 1987, p. 487).
sideraciones afines que surgían de la labor
de almas y de la vida de oración de san En un estudio sobre Surco, José Mo-
Josemaría. Y su finalidad es promover el rales afirma que el punto de partida de la
obra es la convicción de que el cristiano ha
encuentro con una Persona: Jesucristo. En
recibido una vocación a la eternidad, que
palabras de Álvaro del Portillo, la intención
tiene que realizar en su paso por el tiem-
del autor consiste en “fomentar y facilitar
po. Escrivá de Balaguer quiere provocar el
la oración personal”, y por tanto “su géne-
inconformismo en el lector, animándole a
ro y estilo no es, pues, el de los tratados
que “abandone sus posiciones vetustas,
teológicos sistemáticos, aunque su rica y
derrotistas y cómodas, (...) a que renue-
profunda espiritualidad encierra una subi-
ve la conciencia de su identidad, y a que
da teología” (S, “Presentación”, p. 16).
no sucumba ante los espejismos de una
El libro tiene un esquema abierto, que cultura secularizada” (Morales, 1994, p.
refleja la intención del autor, como confir- 219). Con otras palabras, que el cristiano
ma lo escrito por Álvaro del Portillo en la no tenga miedo a encararse con las cues-
presentación: “Escrivá de Balaguer nunca tiones fundamentales de la existencia, y
quiso en ningún campo –y menos aún en se decida a vivir el radicalismo evangélico
las cosas de Dios– hacer primero el tra- que conducirá a la cristianización del mun-
je para después meter, por la fuerza, a la do. “Surco aspira, en suma, a subrayar, a
criatura. Prefería, por su respeto a la liber- proclamar, la integridad del ser y del vivir
tad de Dios y a la de los hombres, ser un cristianos: que el ser cristiano no es ajeno
observador atento, capaz de reconocer los al ser del hombre, sino que reclama y exi-
dones de Dios, para aprender y, sólo des- ge realizar la propia humanidad, colocar en
pués, enseñar” (S, “Presentación”, p. 17). servicio de los horizontes que la fe descu-
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