Aplicacion de La Buena Fe en Un Caso Concreto

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UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO

RUIZ GALLO

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL SOBRE


LA APLICACIÓN DE LA BUENA FE EN
UN CASO CONCRETO RECAÍDO EN
LA CASACIÓN N° 5030-2019 -
SANTA - DESALOJO

ASIGNATURA: Derecho Minero e Hidrocarburos

DOCENTE: Mag. Carlos Alberto Sánchez Coronado

INTEGRANTES:

Ayasta Casiano Blanca Rosa Elena


Cordova Crisanto James Hamlet
Figueroa Gálvez Yerson Yair
Guevara Tarrillo Jaqueline Elvira
Vega Niño Adalia Lucero

2024
ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL SOBRE LA APLICACIÓN DE LA
BUENA FE EN UN CASO CONCRETO RECAÍDO EN LA
CASACIÓN N° 5030-2019 – SANTA – DESALOJO

Controversia del caso

El caso en concreto versa sobre una demanda de desalojo por falta de pago interpuesta
por Segundo Asencio Jáuregui y Fernanda Guerra Villanueva contra Inversiones Furigovi
Sociedad Anónima Cerrada, con la finalidad de que restituya el inmueble ubicado en el
Pueblo Joven Miraflores Alto, manzana H1, lote dos, ciudad de Chimbote, provincia del
Santa, departamento de Ancash. La controversia gira alrededor de la obligatoriedad de los
contratos y el cumplimiento de los acuerdos.

Partes involucradas:

• Los demandantes son Segundo Asencio Jáuregui y Fernanda Guerra Villanueva,


propietarios del inmueble objeto de restitución.

• La demandada es Inversiones Furigovi Sociedad Anónima Cerrada, la cual


celebró el contrato de arrendamiento con los demandantes.

Pretensiones principales de los demandantes: Los demandantes buscan que la


demandada cumpla con desocupar y restituir el inmueble objeto de litigio debido al
incumplimiento del contrato de arrendamiento, así como el pago de la renta mensual y el
adelanto acordado.

Argumentos de la parte demandada: La demandada alega que ha cumplido


parcialmente con el pago de la renta y que los demandantes no han entregado las
respectivas facturas, además de que el monto adeudado es menor al reclamado por los
demandantes. La sentencia de la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia
de la República resolvió la controversia a favor de los demandantes, ordenando a la
demandada cumplir con el desalojo y la restitución del inmueble, en concordancia con el
incumplimiento del contrato de arrendamiento.
Ratio Decidendi

¿Cuál de las funciones de la Buena Fe identificamos que se han aplicado en este


caso?

La buena fe está reconocida a través de diversos modelos jurídicos, por tanto, cumple
diferentes funciones según la jurisdicción específica; es por ello que nuestra doctrina nos
ha guiado acerca de cuáles son las funciones que imperan en nuestro ordenamiento y
aunque no estén anexadas explícitamente las podemos encontrar en los diversos fallos
que nos ha brindado nuestro Tribunal, entre las cuales encontramos la función
interpretativa, la integrativa y por último la función correctiva.

Ahora bien, del análisis de la CASACIÓN N° 5030-2019 SANTA podemos identificar


las situaciones planteadas en que se necesitó la aplicación de las funciones de la buena
fe:

▪ Respecto a la forma de pago del adelanto inicial y el pago de la merced conductiva;


Según el contrato, se haría un pago inicial por el arrendamiento del inmueble de US$
30,000.00 (treinta mil dólares americanos), la primera mitad fue pagada a la
suscripción del contrato y los US$ 15,000.00 (quince mil dólares americanos)
restantes se entregarían a los cuarenta días calendarios de suscrito el referido contrato
en la forma en que ambas partes convengan. De la revisión de la sentencia de Casación
podemos observar que no solo el tribunal utilizó las funciones de la buena fe para
resolver la causa, pues ante esta premisa, el colegiado superior en su sentencia de vista
expone que el Notario en la conclusión de la Escritura Pública del contrato consigna
que el pago de la primera parte del adelanto se realizó mediante Depósito en Cuenta
al Banco de Crédito del Perú; por tal razón, en caso no haya existido acuerdo escrito
o verbal respecto de la forma de pago de la segunda parte del adelanto, y con la
finalidad de no incumplir el contrato, un arrendatario diligente debió hacer el
respectivo pago en la cuenta antes señalada. Por tanto podemos evidenciar la función
integrativa de buena fe, pues no se encontraba explícitamente que los posteriores
pagos del adelanto y merced conductiva se harían a la misma cuenta donde se depositó
el pago inicial, esto es en el Banco de Crédito del Perú; sin embargo, a fin de actuar
con diligenciamiento el arrendatario debió tomarlo en consideración a pesar de que
no haya estado literalmente en el contrato aunado al hecho de que no hubo
comunicación contraria por parte de su arrendador.
▪ Respecto a la condición de presentación de facturas para efectuar el pago del
arrendamiento; el Tribunal señala que del examen de la cláusula tercera del contrato
de arrendamiento, no se puede inferir que sean los demandantes quienes asumieron la
obligación de emitir las facturas correspondientes, sino la propia demandada, siendo
la empresa emplazada quien realiza las actividades económicas en el inmueble y es
quien determinaría la tonelada métrica producida a través de las facturas, con lo que
se fijaría el monto de la renta, e inclusive señala que de la letra del contrato no puede
inferirse más que lo concluido por él, pues consta de forma literal, existiendo una
interpretación errada de dicha cláusula por parte de la demandada, por tanto, el
tribunal concluye que no habría condición a cumplir actuando así la función
interpretativa de la buena fe, pues indica que a su interpretación, la redacción de
dicha cláusula es perfectamente clara y no permite duda alguna.

▪ Respecto a favor de cuál parte interviniente (arrendador- arrendatario) se


efectuaría el pago de la penalidad; por su parte la demandada señala que la cláusula
novena señala que la penalidad debe ser a su favor; siendo que, no existe ninguna
cláusula que estipule pago por penalidad a favor del arrendador; sin embargo, el
Tribunal hace hincapié en que si bien es cierto la cláusula referida podría ser tomada
de forma literal en el sentido que el pago de la penalidad solo procede a favor del
arrendatario (pues es así como a la letra se estipula el contrato) dicha no podría
sostenerse, puesto en la celebración de un acto jurídico se debe respetar la igualdad
entre las partes, dejando atrás aquello que pueda causar desventaja a alguno de los
intervinientes, evidenciando así la actuación de la función correctiva, pues como
podemos apreciar del análisis de la sentencia, el Tribunal utilizó su recurso y limitó
el ejercicio de los derechos a fin de que no haya un abuso por alguna de las partes.

Análisis de lo resuelto

▪ ¿Es correcta la solución judicial de este caso?

Luego de un exhaustivo análisis de la presente Casación, el cual versa sobre la


obligatoriedad de los contratos estipulado en el artículo 1361 del Código Civil, y en base
al principio de la buena fe contenido en el artículo 168 del Código Civil, como grupo se
llegó al consenso de conformidad con la decisión judicial de la Corte Suprema, bajo
los siguientes fundamentos:

1. Respecto a que la parte demandante (Segundo Asencio Jáuregui y Fernanda Guerra


Villanueva) no cumplió con las obligaciones contractuales, esto es al no entregar las
facturas respectivas a la demandada (Inversiones Furigovi Sociedad Anónima
Cerrada) es un fundamento que carece de todo sustento fáctico, toda vez que en la
cláusula tercera (contrato de arrendamiento), no se infiere que sean más bien los
demandantes que debian emitir las facturas, sino por el contrario, la parte demandada,
incluso es expresa tal disposición porque refiere lo siguiente: “Las partes acuerdan
que el monto de la merced conductiva que pagará EL ARRENDATARIO será el de
S/.160.00 por cada tonelada métrica producida de viernes a jueves de cada semana
para lo cual deberá emitir la correspondiente factura los días viernes de cada
semana”.

En consecuencia, el pago de dicha renta por parte de la demandada no estaba


condicionada, sino a su propio actuar, concluyendo de esta manera, que el argumento
de defensa no tiene sustento fáctico por la misma razón que en dicha cláusula no se
infería lo que ellos expresaban -de ningún modo-. Lo que hayan interpretado de cierta
manera o hayan pensado que era lo lógico y prudente (que los arrendadores debían
emitir factura), no valía como argumento de defensa dado que, como conocemos, el
contrato es ley entre las partes; por lo tanto, debían ceñirse a tales condiciones, en
concordancia con nuestro Art. 1361 del Código Civil, el cual señala que los contratos
son obligatorios en cuanto se hayan expresado en ellos, y que dicha declaración
responde a la voluntad de AMBAS PARTES.

2. Respecto a la penalidad a favor del arrendatario expresada en la cláusula novena del


contrato de arrendamiento: “Los contratantes acordaron que en caso de
incumplimiento por parte de ambas partes, éste deberá cancelar una penalidad de $
50,000.00 (cincuenta mil dólares) a favor del ARRENDATARIO”, consideramos que
esta estipulación del contrato contiene un error material en la redacción del mismo,
en razón de que en los contratos se respeta la igualdad entre las partes, proscribiéndose
cualquier regla que ponga a una de las partes en situación de desventaja; esto en virtud
del principio de la buena fe regulada en el Art. 168 CC, el cual menciona que “El acto
jurídico debe ser interpretado de acuerdo con lo que se haya expresado en él y según
el principio de la buena fe”, y del Art. 170 CC, el cual sostiene que “Las expresiones
que tengan varios sentidos deben entenderse en el más adecuado a la naturaleza y al
objeto del acto”; por tal motivo, no es admisible que solo el arrendador se encuentre
en situación de desventaja frente a su arrendatario si es que sucede un eventual
incumplimiento de las obligaciones contractuales, concluyendo que, sin duda alguna,
se trató de un error en la redacción.

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