Romanos - 2)
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Durante los tres siglos anteriores al ascenso de César Augusto, Roma pasó de ser uno de
los tantos Estados de la península itálica a unificar toda la región y expandirse más allá de
sus límites. Durante esta etapa republicana su principal competidora fue Cartago, cuya
expansión por la cuenca sur y oeste del Mediterráneo occidental rivalizaba con la de
Roma. La República se hizo con el control indiscutible del Mediterráneo en el siglo II a. C.,
cuando conquistó Cartago y Grecia.
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que el Senado fue cada vez más incapaz
de ejercer autoridad fuera de la capital. Asimismo, el empoderamiento del ejército reveló la
importancia que tenía el poseer control sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así
fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el
caso de Julio César, quien no solo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia,
sino que desafió la autoridad del Senado romano.
El sistema político del Imperio surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de
Julio César. Tras la guerra civil que lo enfrentó a Pompeyo y al Senado, César se hizo con
el poder absoluto y se nombró dictador vitalicio. En respuesta varios miembros del Senado
orquestaron su asesinato, lo que supondría el restablecimiento de la República. El
precedente no pasó inadvertido para el sobrino e hijo adoptivo de César, Octavio, quien se
convirtió años más tarde en el primer emperador tras derrotar la alianza entre su antiguo
aliado Marco Antonio y la reina egipcia Cleopatra VII. Octavio mantuvo todas las formas
republicanas de gobierno, pero en la práctica gobernó como un autócrata. En el año
27 a. C. el Senado le otorgó formalmente el poder supremo, representado en su nuevo
título de Augusto, convirtiéndolo efectivamente en el primer emperador romano.
Los dos primeros siglos del Imperio vieron un período de estabilidad y prosperidad sin
precedentes conocido como la Pax Romana. Sin embargo, el sistema construido por
Augusto colapsó durante la Crisis del siglo III, un prolongado periodo de guerras civiles que
dio inicio al periodo denominado como el Dominado, durante el cual el gobierno adquirió
un carácter despótico y más afín a una monarquía absoluta. En el año 286, en un esfuerzo
por estabilizar al Imperio, Diocleciano dividió la administración en un Este griego y
un Oeste latino. Para este punto Roma ya había dejado de ser la capital del Imperio. El
Imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones hasta que, a la muerte
de Teodosio I en el 395, quedó definitivamente dividido en dos.
El Imperio romano de Oriente proseguiría casi un milenio en pie como el único Imperio
romano, aunque usualmente se le da el nombre historiográfico de Imperio bizantino, hasta
la caída de Constantinopla ante los turcos otomanos de Mehmed II en 1453.
El legado de Roma fue inmenso, especialmente en Europa Occidental; tanto es así que
varios fueron los intentos de restauración del Imperio, al menos en su denominación.
Destacan las campañas de reconquista del emperador Justiniano el Grande en el siglo VI y
el establecimiento del Imperio carolingio por Carlomagno en el año 800, el cual
evolucionaría en el Sacro Imperio Romano Germánico. Sin embargo, ninguno llegó a
reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez logró la Roma de tiempos
clásicos. Según ciertas periodizaciones, la caída del Imperio occidental y oriental marca el
inicio y fin de la Edad Media.
Historia[editar]
La expansión romana tiene inicio durante el siglo VI a. C. poco después de la fundación de
la república. Sin embargo, no fue hasta el siglo III a. C. que Roma comenzó con
la anexión de las provincias, es decir, los territorios situados fuera de la península itálica.8
En ese momento, y cuatro siglos antes de alcanzar su mayor extensión territorial, Roma y
sus dominios ya constituían un «imperio», aunque su sistema de gobierno continuó siendo
el de una república.91011 La República romana no era un estado en el sentido
contemporáneo del término, sino más bien una red de ciudades, en la que cada una
contaba con un grado diferente de autonomía en relación con el Senado romano. Las
provincias eran administradas por cónsules y pretores, que eran elegidos para ejercer un
mandato de un año.12 El poder militar de los cónsules tenía como base la noción jurídica
de imperium o comando militar.13 Ocasionalmente, a los cónsules triunfantes se les
otorgaba el título de imperator, del que proviene el término «emperador».14
Principado[editar]
Artículos principales: Dinastía Julio-Claudia, Año de los cuatro emperadores, Dinastía
Flavia, Dinastía Severa y Crisis del Siglo III.
En el 27 a. C, el Senado y el pueblo romano proclamaron a Octavio princeps (primer
ciudadano) y le otorgaron el poder de imperium proconsular y el título de Augusto. Este
evento inició el periodo conocido como Principado, la primera época del periodo imperial,
que duró entre el 27 a. C. y el 284. El gobierno de Augusto puso fin a un siglo repleto de
guerras civiles y dio inicio a una época de estabilidad social y económica denominada
como la Pax Romana (paz romana), que se promulgó durante los dos siglos siguientes.
Las revueltas en las provincias eran poco frecuentes y eran cesadas rápidamente.20 Al ser
el único gobernante de Roma, Augusto pudo llevar a cabo una serie de reformas militares,
políticas y económicas en gran escala. El Senado le atribuyó la facultad de nombrar a sus
propios senadores y la autoridad sobre los gobernadores provinciales, creando de facto el
cargo que más tarde sería denominado como emperador.21
Augusto implementó los principios de la sucesión dinástica, por lo que fue sucedido en
la dinastía Julio-Claudia por Tiberio (r. 14-37), Calígula (r. 37-41), Claudio (r. 41-54)
y Nerón (r. 54-68). El suicidio de este último llevó a un breve periodo de guerra civil
conocido como el año de los cuatro emperadores, que concluyó con la victoria
de Vespasiano (r. 69-79) y la fundación de la efímera dinastía Flavia, recordada por ser la
responsable de la construcción del Coliseo de Roma. Esta fue sucedida por la dinastía
Antonina, en la que figuraron los emperadores Nerva (r. 96-98), Trajano (r. 98-
117), Adriano (r. 117-138), Antonino Pío (r. 138-161) y Marco Aurelio (r. 161-180), los
llamados «cinco buenos emperadores». En el 212, mediante el Edicto de
Caracalla promulgado por el emperador homónimo (r. 211-217), fue concedida
la ciudadanía romana a todos los ciudadanos libres del Imperio. Sin embargo, y a pesar de
este gesto universal, la dinastía Severa estuvo marcada por varias revueltas y desastres a
lo largo de la crisis del siglo III, una época de invasiones, desestabilidad social, dificultades
económicas y peste. En la periodización, esta crisis es generalmente considerada el
momento de la transición de la Antigüedad clásica a la Antigüedad tardía.22
Dominado[editar]
Artículos principales: Bajo Imperio romano, Imperio romano de Occidente e Imperio romano
de Oriente.
Maqueta de Roma durante el reinado
Fragmentación y declive[editar]
Artículos principales: Caída del Imperio romano de Occidente, Período de las grandes
migraciones, Antigüedad tardía e Historia del Imperio bizantino.
A partir del siglo V, el Imperio romano comenzó a fragmentarse a raíz de las migraciones,
que superaban en número a la capacidad del imperio para asimilar a los migrantes.
Aunque el ejército romano pudo repeler a los invasores, de los cuales el más notable
fue Atila el Huno (r. 434-453; que estaba romanizado), se había asimilado a tantos pueblos
de lealtad dudosa que el Imperio empezó a desmembrarse. La mayor parte de los
historiadores datan la caída del Imperio romano de Occidente en el 476, año en que el
usurpador Rómulo Augústulo (r. 475-476) fue derrocado por Flavio Odoacro (r. 476-493).26
Sin embargo, en lugar de asumir el título de emperador, Odoacro restituyó a Julio Nepote y
juró lealtad a Flavio Zenón, recompensándole el título de dux Italiae (duque de Italia)
y patricio. Durante el siglo siguiente, el imperio oriental, conocido hoy como Imperio
bizantino, perdió paulatinamente el control de la parte occidental. El Imperio bizantino cesó
en 1453 con la muerte de Constantino XI (r. 1449-1453) y la conquista de
Constantinopla por parte del Imperio otomano.27
Geografía y demografía[editar]
Idioma[editar]
Artículo principal: Lenguas del Imperio romano
Ejército romano[editar]
Artículos principales: Ejército romano, Legión romana e Historia de la estructura del ejército
romano.
Las clases altas de caballeros y senadores fueron desapareciendo del ejército, de modo
que las legiones debían reclutarse entre los ciudadanos, primero en Italia y después
progresivamente en las provincias donde estaban acantonadas (destacaron los mauros,
los tracios y sobre todo los ilirios), de modo que desde Adriano el reclutamiento se hizo
casi exclusivamente en las provincias donde servía la legión, y por fin se recurrió a
mercenarios extranjeros (sobre todo germanos). Con la entrada de los proletarios el
ejército se profesionalizó, si bien estos soldados tenían más facilidad para el motín y el
saqueo. Los ascensos se ganaban por méritos, por favores o por dinero. El tiempo de
servicio fue aumentado progresivamente y no eran excepcionales servicios de treinta o
más años, tras lo cual se conseguía un estipendio económico, la ciudadanía y privilegios
como el acceso a algunos cargos municipales.
Estructura de la legión[editar]
Una típica legión romana (cuyo emblema era un águila plateada) consistía en diez
cohortes (con su respectivo estandarte) cada una de ellas con cinco o seis centurias de
ochenta hombres subdivididas en diez contubernios (unidad básica de ocho legionarios
que compartían tienda), contando pues cada legión cinco o seis mil hombres de infantería,
divididos en cincuenta o sesenta centurias. Contaba también con las guerrillas regulares
auxiliares y de caballería (alae) con ciento veinte hombres de caballería.
Las cohortes[editar]
Las cohortes se estructuraban en diez filas de 40 o 60 hileras que en tiempos
de Trajano se redujeron a cinco filas. Con Adriano surgió la cohorte familiar (compuesta de
1200 soldados escogidos) mientras las restantes cohortes fueron llamadas quingentaries y
contaban 500 soldados.
Las centurias[editar]
Las centurias estaban al mando de centuriones (el centurión de más prestigio era
el primus pilus habitualmente el más veterano), por encima del cual había seis tribunos de
la legión de rango ecuestre, y el legatus de la legión, de rango senatorial, que había sido
anteriormente pretor (en las provincias donde solo había una legión, el legatus de la
provincia y el de la Legión era la misma persona).
Equipamiento[editar]
El equipamiento de los legionarios cambiaba sustancialmente dependiendo del rango.
Durante las campañas, los legionarios iban equipados con armadura (lorica segmentata),
escudo (scutum), casco (galae), una lanza pesada y una ligera (pilum), una espada corta
(gladius), una daga (pugio), un par de sandalias (caligae), una sarcina (mochila de
marcha), y comida y agua para dos semanas, equipo de cocina, dos estacas (Sude
murale) para la construcción de muros, y una pala o cesta.
Armada romana[editar]
Artículo principal: Armada romana
Durante el período imperial el Mediterráneo fue un pacífico «lago romano» por la ausencia
de un rival marítimo, y la armada quedó reducida mayormente a patrullaje y tareas de
transporte.58
Sin embargo, en las fronteras del Imperio, en las nuevas conquistas o, cada vez más, en la
defensa contra las invasiones bárbaras, las flotas romanas estuvieron plenamente
implicadas. El declive del Imperio en el siglo III d. C. se sintió en la armada, que quedó
reducida a la sombra de sí misma, tanto en tamaño como en capacidad de combate. En
las sucesivas oleadas de los pueblos bárbaros contra las fronteras del Imperio la armada
solo pudo desempeñar un papel secundario. A comienzos del siglo V las fronteras del
imperio fueron quebradas y pronto aparecieron reinos bárbaros en las orillas
del Mediterráneo occidental. Uno de ellos, el pueblo vándalo, creó una flota propia y atacó
las costas del Mediterráneo, incluso llegó a saquear Roma, mientras las disminuidas flotas
romanas fueron incapaces de ofrecer resistencia. El Imperio romano de Occidente colapsó
en el siglo V y la posterior armada romana del duradero Imperio romano de Oriente es
llamada por los historiadores Armada bizantina.
Economía[editar]
Artículo principal: Economía en la Antigua Roma
1 as de bronce = 4 cuadrantes
La economía del Imperio se basaba en una red de economías regionales, en las que el
Estado intervenía y regulaba el comercio para asegurarse sus propios ingresos.59 La
expansión territorial permitió que se reorganizara el uso de la tierra, lo que condujo a la
producción de excedentes agrícolas y una progresiva división del trabajo, particularmente
en el norte de África. Algunas ciudades se definían a sí mismas como los principales
centros regionales de una determinada industria o actividad comercial. La escala de los
edificios en las áreas urbanas indicaba una industria de la construcción completamente
desarrollada. Documentos en papiro demuestran métodos de contabilidad complejos que
sugieren elementos de racionalismo económico en una economía altamente monetizada.60
Durante los primeros siglos del Imperio, las redes de carreteras y transporte se
expandieron significativamente, uniendo rápidamente las economías regionales. El
crecimiento económico, aunque no es comparable al de las economías modernas, fue
superior al de la mayoría de sociedades previas a la industrialización.61
Moneda y banca[editar]
La economía del Imperio se monetizaba universalmente. La normalización del dinero y las
formas de pago impulsó la integración comercial y económica en las provincias.62 Hasta el
siglo IV, la unidad monetaria básica era el sestercio,63 aunque al comienzo de la dinastía
severa también se usó el denario de plata, que valía cuatro sestercios.64 La moneda de
circulación corriente de menor valor era el as de bronce, que valía un cuarto de sestercio.65
El lingote no se consideraba moneda y se usaba solo en negocios en las regiones
fronterizas. Los romanos de los siglos I y II contaban las monedas en lugar de pesarlas, lo
que indica que el valor se atribuía según su valor fiduciario, y no el valor del metal.66
Roma no tenía banco central, por lo que la regulación del sistema bancario era mínima.
Las reservas de los bancos de la Antigüedad clásica eran en general inferiores a los
depósitos totales de los clientes. La mayoría de los bancos tenían solo una sucursal,
aunque algunos de los más grandes tenían hasta quince sucursales.66 Un banquero
comercial llamado argentarius recibía y mantenía depósitos por un tiempo indefinido o
plazo fijo, haciendo también préstamos a terceros.67 Un individuo con deuda podía utilizarla
como forma de pago, transfiriéndola a otra parte y sin ningún cambio de dinero. El sistema
bancario estaba presente en todas las regiones y permitía cambiar grandes cantidades de
dinero en cualquier lugar sin necesidad de transferencias físicas de moneda, lo que
reducía el riesgo asociado al transporte. Se tiene conocimiento de al menos una crisis
crediticia en el Imperio, ocurrida en el año 33, durante la cual el gobierno central intervino
en el mercado con un rescate financiero (mensae) de 100 millones de sestercios.66
El gobierno no pidió dinero prestado: en ausencia de deuda pública, el déficit tuvo que ser
financiado con reservas monetarias.68 Durante la crisis del siglo III, la disminución del
comercio de larga distancia, la interrupción de la minería y la transferencia de valores al
exterior por parte de los invasores redujeron significativamente el dinero en circulación.6966
Los emperadores de las dinastías antonina y severa devaluaron drásticamente la moneda,
particularmente el denario, debido a la presión con el pago a los militares.70 La
repentina inflación durante el reinado de Comodo (r. 180-192) puso en riesgo el mercado
crediticio. Aunque la moneda romana siempre tuvo un valor fiduciario, durante el reinado
de Aureliano (r. 270-275) la crisis económica alcanzó su punto máximo, provocando que
los banqueros perdieran la confianza en el dinero emitido por el gobierno
central. Diocleciano (r. 286-305) implementó varias reformas monetarias e introdujo
el sólido de oro, pero el mercado crediticio nunca recuperó su fuerza anterior.66
Transporte y comunicaciones[editar]
Artículo principal: Calzada romana
El transporte terrestre hizo uso de una compleja y avanzada red de calzada romana. Los
impuestos en especie pagados por las comunidades locales requerían viajes frecuentes de
funcionarios administrativos, animales y vehículos de curso público (Cursus publicus, el
sistema estatal de correos y transporte implementado por Augusto).73 La primera vía ,
la Vía Apia, fue creada en el 312 a. C. por Apio Claudio el Ciego, para unir Roma con la
ciudad de Capua.74 A medida que el imperio se expandía, la administración adaptó el
mismo esquema en provincias. En su apogeo, la red de carreteras romanas tenía hasta
400 000 km de carreteras, 80 500 de las cuales estaban pavimentadas.7576
Cada siete o doce millas romanas había una mansio, una estación de servicio para los
funcionarios públicos mantenida por el Estado. Entre los empleados de estos puestos se
encontraban choferes, secretarias, herreros, veterinarios y algunos militares. La distancia
entre las mansiones se determinaba por la distancia que podía recorrer un carro en el
transcurso de un día y algunas podían crecer hasta convertirse en pequeñas ciudades o
almacenes comerciales.77 Además de las mansiones, algunas tabernas ofrecían
alojamiento, alimentación animal y, eventualmente, servicios de prostitución.78 Los
animales de transporte más comunes eran las mulas, que viajaban a una velocidad de
cuatro millas por hora.79 Para tener una idea del tiempo de comunicación, un mensajero
necesitaba nueve días para viaje entre Roma y Mogontiacum, en la provincia de Germania
Superior.80 Los caminos estaban marcados por miliarios colocados en intervalos de unos
mil pasos (1480 metros).81
Sociedad[editar]
Banquete entre generaciones, representado en una
pintura mural de Pompeya, siglo I, hoy en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
El Imperio romano era una sociedad multicultural, con una sorprendente capacidad de
cohesión capaz de crear un sentido de identidad común asimilando a los pueblos más
diversos.82 La preocupación romana por la creación de monumentos y espacios
comunitarios abiertos al público, como foros, anfiteatros, circos o balnearios, ayudó a
establecer el sentimiento de «romanidad» común.83 Si bien la sociedad romana poseía un
complejo sistema de jerarquías, este es difícilmente compatible con el concepto moderno
de «clase social».84
Las dos décadas de guerra civil previas al gobierno de Augusto dejaron a la sociedad
romana tradicional en un estado de confusión y conmoción.85 Sin embargo, la dilución de la
rígida jerarquía de la república condujo a una creciente movilidad social entre los
romanos,8687 tanto hacia arriba como hacia abajo, y más expresiva que en cualquier otra
sociedad antigua documentada.88 Las mujeres y los esclavos tuvieron oportunidades que
antes les estaban prohibidas.89 La vida en sociedad en el Imperio, particularmente para
aquellos con recursos limitados, fue impulsada aún más por la proliferación
de asociaciones voluntarias y hermandades (collegia y sodalitates) formadas para diversos
fines: gremios profesionales y comerciales, grupos de veteranos, asociaciones religiosas,
gastronómicas clubes90 y compañías artísticas.91 En el gobierno de Nerón no era raro que
un esclavo fuera más rico que un ciudadano nacido libre, o un équite más influyente que
un senador.92
Ciudadanía[editar]
Según el jurista Gayo, la principal distinción entre personas en el derecho romano era
entre ciudadanos libres (liberi) y esclavos (servi).93 El estatus legal de los ciudadanos libres
aún podría especificarse según su ciudadanía. Durante el comienzo del imperio, solo un
número limitado de hombres tenían pleno derecho a la ciudadanía romana, lo que les
permitía votar, presentarse a las elecciones y ser ordenados sacerdotes. La mayoría de los
ciudadanos tenían solo derechos limitados, pero tenían derecho a protección legal y otros
privilegios que estaban prohibidos a quienes no tenían la ciudadanía. Los hombres libres
que vivían dentro del imperio, pero que no eran considerados ciudadanos, tenían la
condición de peregrinus, quienes eran considerados como «no-romanos».94 En el año 212,
mediante el Edicto de Caracalla, el emperador extendió el derecho de ciudadanía a todos
los habitantes del imperio, revocando todas las leyes que distinguían a los ciudadanos de
los no-ciudadanos.95
Esclavos[editar]
Mosaico de Duogga, Túnez ( siglo II ). Los dos
esclavos que llevan jarras de vino lucen la ropa común entre los esclavos y llevan
un amuleto contra el mal de ojo alrededor del cuello.
En la época de Augusto, alrededor del 35% de los residentes en Italia96 eran esclavos.97 La
esclavitud era una institución compleja y económicamente útil que sustentaba la estructura
social romana, puesto que la industria y agricultura dependían de ella.98 En las ciudades,
los esclavos podían ejercer diversas profesiones, incluidos maestros, médicos, cocineros y
contables, aunque la mayoría realizaba solo tareas poco calificadas. Fuera de Italia, los
esclavos constituían en promedio entre el 10 y el 20% de la población.99 Aunque la
esclavitud disminuyó en los siglos III y IV, siguió siendo una parte integral de la sociedad
romana hasta el siglo V, desapareciendo gradualmente durante los siglos VI y VII. Esto
ocurrió en paralelo al declive de los centros urbanos y la desintegración del complejo
sistema económico.100
A raíz de las Guerras serviles (131-71 a. C.), la legislación intentó disminuir la amenaza de
rebeliones de esclavos limitando el tamaño de los grupos de trabajo y hostigando a los
fugitivos.115 A lo largo de los siglos, los esclavos ganaron una protección legal cada vez
mayor, incluido el derecho a presentar cargos contra sus amos. Un contrato de compra
podía evitar la prestación de un esclavo, ya que la mayoría de prostitutos y prostitutas eran
esclavos.116 El crecimiento de la trata de esclavos eunucos a finales del siglo I promovió
una legislación que prohibía la castración de un esclavo contra su voluntad.117
Libertos[editar]
A diferencia de las polis griegas, Roma permitió que los esclavos liberados se convirtieran
en ciudadanos, incluso teniendo derecho al voto.118 Un esclavo que obtuvo libertas fue
llamado liberto (libertus; «persona liberada») en relación con su antiguo amo, quien luego
se convirtió en su patrón (patronus). Sin embargo, las dos partes continuaron teniendo
obligaciones legales entre sí. La clase social de los libertos fue conocida como «libertinos»
(libertini), aunque más tarde los términos liberto y libertino (libertinus) se usaron
indistintamente.119 Un libertino no podía ocupar cargos en la administración pública o en el
sacerdocio estatal, aunque podía ejercer el sacerdocio en el culto imperial. Un liberto
tampoco podía casarse con una mujer de una familia de la orden senatorial ni formar parte
de esta, aunque durante el inicio del imperio los libertos ocuparon importantes puestos de
la administración.120
Órdenes[editar]