Historia de Jose
Historia de Jose
Historia de Jose
José (hebreo: יֹוֵס ף, Jehoseph) que se traduce como “Jehová añadirá”;3 hebreo
estándar: Yosef; es un personaje importante del libro bíblico del Génesis, ancestro de
dos tribus de Israel.
Según el relato, fue uno de los doce hijos de Jacob. Había nacido de Raquel, la esposa
amada de Jacob y era el hijo preferido de su padre; sus hermanos, nacidos de Lea o de
las concubinas de Jacob, lo envidiaban por eso, al punto de venderlo como esclavo. Fue
llevado a Egipto donde, después de ser acusado injustamente de adulterio por su dueña,
estuvo en prisión. Al interpretar un sueño profético del Faraón, fue liberado y elevado a la
categoría de chaty. En tiempos de hambruna salvó al pueblo egipcio e hizo entrar en el
país a su familia, perdonó a sus hermanos y les otorgó el país de Gosén, donde se
convertirían en el pueblo de Israel.
Sus hijos Efraín y Manasés, nacidos de la egipcia Asenat, constituyeron dos de las doce
tribus de Israel, conocidas como Casa de José, que son las más importantes del Reino de
Israel y ancestros de los actuales samaritanos. José es visto entre los musulmanes como
un profeta de Dios.
Nacimiento y juventud
José fue el undécimo hijo de los doce que tuvo Jacob, y su madre fue Raquel, quien el
texto bíblico relata como la esposa más amada por Jacob, por esta razón, Jacob, también
llamado Israel, lo amaba más que a sus otros hijos y ello produjo la envidia de sus
hermanos. José tenía a su vez sueños en los que aparecía alzado por encima de éstos y
prediciendo lo que iba a suceder en el futuro. Por ser el favorito y quien Jacob quería que
fuese su sucesor, el tercer patriarca hebreo le elaboró una túnica de colores que lo
distinguía, hecho que enfureció aún más a sus hermanos, quienes buscaron entonces una
ocasión para vengarse. Un día sus hermanos llevaron a sus animales a pastar en un lugar
lejano a sus tiendas.
Al pasar el tiempo y ver que no regresaban, Jacob envió a José a buscarlos y verificar que
se encontraban bien. Sus hermanos, al ver desde lejos que venía José, planearon matarlo.
Rubén, el mayor, intentó convencerlos de que no era buena idea, pero cuando José llegó
lo arrojaron a un pozo de agua vacío y lo tuvieron atrapado hasta decidir qué hacer con él.
Al día siguiente pasó por ese lugar una caravana de mercaderes que se dirigían a Egipto y
los hermanos de José lo vendieron como esclavo. De regreso con Jacob, mintieron al
patriarca diciendo que solo habían encontrado la túnica de José, la cual habían embebido
en sangre de cordero para hacerle creer a Jacob que había sido atacado por un lobo,
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bestia que supuestamente lo había matado. Jacob lloró la muerte de su querido hijo
desconsoladamente. Así fue como José partió de Canaán para llegar luego a Egipto.
Vida en Egipto
Esclavo de Potifar
Bajo la tradición que arranca de las obras de Josefo lo ubica en el llamado período de los
hicsos, momento en que José fue vendido y llevado a la casa de un funcionario
llamado Potifar. Este le confió la administración de su casa. Según el relato bíblico, la
esposa de Potifar intentó seducirlo, para lo cual lo llamó a su habitación y le propuso tener
relaciones sexuales; el joven hebreo se resistió y salió de la habitación dejando su manto.
La esposa de Potifar, al no lograr su objetivo, lo acusó de intentar aprovecharse de ella,
mostrando como prueba el manto. Potifar, en consecuencia, lo envió a prisión.
Biblia de Alba, manuscrito miniado sefardí, biblia hebraica traducida al romance, pp. 1422-1433, fol.
49r: José interpreta los sueños del Faraón en Egipto. Inscripción: "Figura de Josep con
su roquete labrado a escaques".
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José—Supervisor de Graneros del Faraón, óleo, 1873 (Lawrence Alma Tadema).
José reside en Egipto, acuarela decimonónica de James-Jacques Tissot. Museo Judío de Nueva
York.
Al cabo de dos años, el Faraón soñó que se encontraba en las riberas del Nilo, y del agua
subían siete vacas gordas que pacían en la orilla; a continuación, subían del agua otras
siete vacas flacas, y devoraban a las primeras, sin engordar por ello. El Faraón despertó
entonces, pero al volver a dormirse soñó que de una caña de trigo brotaban siete espigas
llenas de grano, pero tras ellas brotaban otras siete espigas, vacías y quemadas por el
viento del desierto, que devoraban a las primeras. Al día siguiente, el Faraón se
encontraba atormentado por sus sueños; consultados los sabios de Egipto, ninguno fue
capaz de interpretarlos.
El copero se acordó entonces de José y le contó a Faraón lo ocurrido en la cárcel. Así
pues, el Faraón mandó llamar a José a su presencia. Cuando sacaron a este de la cárcel,
le cortaron el pelo y le dieron ropas nuevas antes de presentarse ante el Faraón. Este le
dijo: "He tenido un sueño y no hay quien me lo interprete, y he oído hablar de ti, que en
cuanto oyes un sueño lo interpretas". José respondió a su vez: "No yo; Dios será el que dé
una respuesta favorable al Faraón". El Faraón dijo entonces a José: "Éste es mi sueño:
estaba yo en la ribera del río, y vi subir del río siete vacas gordas y hermosas, que se
pusieron a pacer en la verdura de la orilla, y he aquí que detrás de ellas suben otras siete
vacas, malas, feas y flacas, como no las he visto de malas en toda la tierra de Egipto, y las
vacas malas y feas se comieron a las primeras siete vacas gordas, que entraron en su
vientre sin que se conociera que habían entrado, pues el aspecto de aquéllas siguió siendo
tan malo como al principio. Y me desperté. Vi también en sueños que salían de una misma
caña siete espigas granadas y hermosas, y que salían después de ellas siete espigas
malas, secas y quemadas del viento solano, y las siete espigas secas devoraron a las
siete hermosas. Se lo he contado a los adivinos, y no ha habido quien me lo explique".
José dijo al Faraón: "El sueño del Faraón es uno solo. Dios ha dado a conocer al Faraón lo
que va a hacer. Las siete vacas hermosas son siete años, y las siete espigas hermosas
son siete años de riqueza y abundancia. Las siete vacas flacas y malas que subían detrás
de las otras son otros siete años, y las siete espigas secas y quemadas del viento solano
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son siete años de hambre. Es lo que he dicho al Faraón, que Dios le ha mostrado lo que
hará. Vendrán siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto, y detrás de ellos
vendrán siete años de escasez, que harán que se olvide toda la abundancia en la tierra de
Egipto, y el hambre consumirá la tierra. No se conocerá la abundancia en la tierra a causa
de la escasez, porque ésta será muy grande. Cuanto, a la repetición del sueño a Faraón
por dos veces, es que el suceso está firmemente decretado por Dios y que Dios se
apresurará a hacerlo. Ahora, pues, busque el Faraón un hombre inteligente y sabio, y
póngalo al frente de la tierra de Egipto. Nombre el Faraón intendentes, que visiten la tierra
y recojan el quinto de la cosecha de la tierra de Egipto en los años de abundancia; reúnan
el producto de los años buenos que van a venir, y hagan acopio de trigo a disposición del
Faraón, para mantenimiento de las ciudades, y consérvenlo para que sirva a la tierra de
reserva para los siete años de hambre que vendrán sobre Egipto, y no perezca de hambre
la tierra".
Todos parecieron conformes con las palabras de José, y el propio Faraón, impresionado
por ello, dijo: "Tú serás quien gobierne mi casa, y todo mi pueblo te obedecerá; sólo por el
trono seré mayor que tú". Dicho esto, el Faraón se quitó su anillo y se lo puso a José,
mandó que lo vistieran con ropas blancas de lino, puso en su cuello un collar de oro y
ordenó que, cuando José montase sobre el segundo de los carros del Faraón, se gritase
ante él la expresión de reverencia abrek y que se le llamase Zafnat Paneaj, que significa
aproximadamente "Dios habló y él vino a la vida". Finalmente, el Faraón le entregó por
esposa a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.
Pasó el tiempo, y antes de que llegasen los años de escasez José tuvo dos hijos varones
con su esposa Asenet. Llamó al mayor Manasés, pues se dijo "Dios me ha hecho olvidar
todas mis penas y toda la casa de mi padre", y al menor Efraín, pues decía: "Dios me ha
dado fruto en la tierra de mi aflicción", pero jamás olvidó a su padre y hermanos, y nunca
perdió la esperanza de volver a verlos.
Al acabar los siete años de abundancia en Egipto, llegó el hambre, y el pueblo clamaba al
Faraón, que les decía que fueran a José e hiciesen lo que él dijera. Mucha gente fue a
comprarle trigo a José, no sólo de Egipto, sino también de otras tierras.
El hambre también golpeó las tierras de Canaán, y en especial Beerseba, donde
vivía Jacob con su gente. Enterados de que en Egipto había trigo, envió a sus diez hijos
mayores a Egipto dejando a Benjamín, el menor de todos, a su lado. Los diez hermanos
llegaron hasta la corte del Faraón para pedir ayuda, y se presentaron ante José, al que no
reconocieron porque estaba muy cambiado y además vestía como egipcio.
Pero José sí los reconoció a ellos, pero disimuló y les preguntó a través de un intérprete de
dónde venían. Sus hermanos le contestaron que venían de Canaán para comprar
alimentos, pero él los acusó de ser ladrones y espías. Ellos, consternados, le contestaron
que todos eran hermanos, hijos de Jacob. José les replicó “¿Cómo puede ser un hombre
tan rico en hijos?”, y ellos explicaron que en realidad eran once hermanos, pero que el
menor de todos se había quedado con su padre. José mandó encerrar a sus hermanos en
la cárcel durante tres días, y durante este período ellos reflexionaron sobre todo el mal que
le habían hecho a José. Este, que los escuchaba, tuvo que retirarse debido a la emoción
que le causaban sus palabras. Al cabo de los tres días, José los liberó y declaró que
llevarían trigo a Canaán, pero, para demostrar la veracidad de sus palabras, deberían
volver y traer consigo al hijo menor, Benjamín. Mientras tanto, tomó a Simeón como rehén
y lo encerró. Además, metió en las alforjas de sus hermanos el dinero que ellos habían
pagado por el trigo.
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Cuando regresaron a Canaán, los hermanos quedaron consternados al ver en sus alforjas
el dinero que habían pagado, y temieron que los egipcios pudiesen utilizar esta situación
para convertirlos en esclavos y despojarlos de sus bienes.
Le contaron todo lo sucedido a su padre, y Jacob se entristeció por Simeón, pero les
contestó que no iban a volver a Egipto con Benjamín porque ya había perdido a José y no
soportaría perder también a Benjamín, el único hijo que le quedaba. Pero la sequía y
escasez continuaron y, tras mucho insistir, Rubén y Judá consiguieron que Jacob
transigiera, y los hijos de Jacob volvieron a Egipto con Benjamín.
Al volver a Egipto, los hijos de Jacob fueron recibidos por el mayordomo de José, que les
dijo que no debían preocuparse por el dinero y además los reunió con Simeón. Todos
fueron invitados a la casa de José, a quien le dieron regalos de parte de su padre. José se
alegró especialmente de ver a Benjamín después de tanto tiempo, hasta el punto de
retirarse a sus habitaciones a llorar de la emoción. Tras recuperarse, José invitó a sus
hermanos a un banquete, en el que los acomodó por orden de edad. Al ver esto, se
sorprendieron mucho, pero el mayordomo de José les explicó que pudo adivinarlo gracias
a su copa de plata, que era mágica. Todos comieron y bebieron felizmente; en especial
Benjamín, que recibió más y mejor comida que sus hermanos.
"Yosef" ()יוסף. Detalle de mosaico-mural israelita simbólico de la Tribu Israelita de José, cuyo
símbolo es el trigo.7
El territorio correspondiente a José le fue otorgado a sus dos hijos, quienes formaron la Tribu de
Manasés y la Tribu de Efraín, cuyos territorios figuran en el centro del mapa, en color verde
manzana y crema, respectivamente.8
Cuando los esclavos estaban llenando de trigo las alforjas de los hermanos, José decidió
ponerlos a prueba e introdujo su copa de plata en las alforjas de Benjamín. Cuando los
hermanos ya se marchaban de la ciudad, fueron alcanzados por los soldados, que los
acusaron del robo de la copa. Estos negaron el hecho, pero los soldados revisaron las
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alforjas y, para sorpresa de los hijos de Jacob, la copa apareció en la de Benjamín.
Entonces los soldados anunciaron que los demás podían seguir su camino, pero que el
ladrón debía quedarse.
Ninguno de sus hermanos quiso aceptar esto, y todos volvieron con José, quien les
recriminó que defendiesen a un ladrón y los instó a volver a su tierra. Sin embargo, sus
hermanos replicaron que preferían morir que ver sufrir nuevamente a su padre, quien ya
había sufrido el dolor de la pérdida de un hijo predilecto y no podría volver a soportarlo.
Entonces, José expulsó a los soldados y a los esclavos y rompió a llorar a gritos, con tanta
fuerza, que sus llantos se oyeron hasta en el palacio del Faraón. Al ver que habían
cambiado y que estaban dispuestos a dar la vida por su hermano menor, José por fin se
dio a conocer a sus hermanos. Estos enmudecieron de asombro y de miedo al pensar que,
probablemente, querría vengarse de ellos, pero José los calmó, diciendo: “No os
preocupéis, que todo fue obra de Dios, era necesario que yo viniese a Egipto para que
nuestro pueblo, Israel, sobreviviera en este tiempo de escasez y hambruna”.
Al enterarse el Faraón de lo sucedido, mandó a decir a José que invitase a Egipto a Jacob
y a su pueblo, pues deseaba regalarles tierras de cultivo en agradecimiento por cuanto
José había hecho por los egipcios. Los hermanos de José volvieron a Canaán, cargados
de regalos de Egipto, y le contaron todo a Jacob; este, lleno de alegría, partió con toda su
familia rumbo a Egipto. Al encontrase padre e hijo, Jacob exclamó: “¡Agradezco
infinitamente a Dios porque me ha dado por segunda vez a mi hijo querido, Él obra de
manera misteriosa!”. José le pidió que se quedara a vivir sus últimos años con él y también
que se quedase todo su pueblo. Él aceptó, con la condición de que sus restos mortales
fuesen llevados nuevamente cuando el pueblo regresase a “Canaán, la tierra prometida”.
Jacob y su familia vivieron entonces en la tierra de Gosén, un lugar destinado al pastoreo
del ganado en el Bajo Egipto, cerca de Avaris, ciudad que fuera la capital de las
dinastías hicsas que dominaron Egipto durante el siglo XVII a. C.
Fallecimiento
Según el relato bíblico, José falleció cuando tenía ciento diez años de edad.910 Su cuerpo
recibió embalsamamiento y fue puesto en un sarcófago, es decir que tuvo un trato para
altos dignatarios, no sin antes, pedir, como su última voluntad y en un acto de Fe , que sus
huesos fueran llevados a la Tierra Prometida.
Posteriormente, cuando el pueblo hebreo inició el Éxodo, y salió de Sucot,
Egipto, Moisés ordenó llevarse los huesos de José con ellos (Éxodo 13:19). Josué, más
adelante, inhumó los huesos de José en Siquem, en la heredad de Jacob, y fue enterrado
junto a su padre (Josué 24:32). Muchos teólogos han asociado la figura de José con la
de Jnumhotep II, (Khnumhotep) pues en su tumba hallada en el poblado beduino de Beni
Hassan (Egipto) se encontraron pinturas con hombres barbados con túnicas de colores
entrando a Egipto con sus familias y cabras. Todo esto en tiempos del faraón Sesostris
II que fue cuando se construyó el canal de José llamado canal de Bahr Yussef el cual es
una desviación del Nilo que corre hacia el oriente y creó el lago artificial del oasis de Al-
Fayum.
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EL CARÁCTER DEL JOVEN JOSÉ Génesis 37: 1-50: 26
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I. JOSÉ COMO HIJO EN CANAÁN
A. JOSÉ ES ODIADO POR SUS HERMANOS, QUIENES LE
DECÍAN JOSÉ EL SOÑADOR
1. El que José informara a su padre la mala fama de sus hermanos no le
ayudó, sino que hizo difícil su situación ante sus hermanos- Génesis 37: 2
2. El favoritismo de su padre ciertamente dolió a sus hermanos, pues Israel
amaba más a José que a todos sus hermanos - Génesis 37: 3-4
3. José les contó sus sueños a sus hermanos y, por causa de sus sueños, ellos
llegaron a aborrecerle más todavía - Génesis 37: 5-11
4. Eventualmente los hermanos de José lo vendieron como esclavo por
treinta piezas de plata, posteriormente fue vendido en Egipto donde lo
vendieron a Potifar, oficial de faraón, capitán de la guardia - Génesis 37: 12-36
a) José fue salvado inicialmente por Rubén que tenía la intención de
liberarlo - Génesis 37: 21-22
b) Luego a José lo salvó de la muerte su hermano Judá, quien sugirió la
esclavitud en lugar de su muerte - Génesis 37: 26-27
Se podría pensar que el maltrato que recibió José de sus hermanos y la separación de
su tierra o país donde vivía, separación de sus parientes y familia, podrían producir
amargura y desesperanza en un hombre tan joven. El carácter de José sigue
brillando aun estando como esclavo en Egipto.
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2. José era de hermosa apariencia y, por tal razón, fue tentado por la esposa
de Potifar - Génesis 39:6b-20
a) La esposa de Potifar trata una y otra vez de seducir a José
b) José se resistió, por fidelidad a Potifar y a Dios - Génesis 39: 8-9
c) La mujer de Potifar es rechazada por José, ella lo acusa con rencor
injustamente. Esto molesta a Potifar y como resultado, José es enviado
a la cárcel.
José fue falsamente acusado, luego olvidado por el hombre. Muchos podrían
preguntarse "¿Por qué molestarse en ser justo? "Pero José mantuvo su integridad y no
fue olvidado por Dios. De la misma forma en que José encontró favor a los ojos de
Potifar y el guardián de la prisión, también gozó del favor de Faraón.
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2.- Su sabiduría fue manifestada en su administración
José demostró previsión durante los años de abundancia - Génesis 41: 47-49
José mostró astucia durante los años de hambruna - Génesis 41 :53-57; 47: 13-
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3. José estaba conscientes de las bendiciones de Dios - cf. Génesis 41: 50-52
2. José arregló para que vivieran en Gosén - Génesis 46:16-20, 28-34; 47: 1-12
a) Cuando José se les reveló por primera vez - Génesis 45: 4-8
b) Cuando murió su padre Jacob - Génesis 50: 15-21
2. José creyó que Dios cumpliría las promesas que le hizo a su pueblo - Génesis 50:24-
25
CONCLUSIÓN
1. En la vida y la historia de José, vemos el valor de
un gran personaje
a) José se centró en la fe y la confianza en Dios
b) José fue un joven dedicado a servir a Dios y al hombre con honor y seriedad.
e) José fue capaz de ver el panorama general, las maravillosas obras de Dios en los
asuntos de hombres
10 | P á g i n a
2. Este noble carácter de José puede ser útil en todas
las épocas de la vida
11 | P á g i n a
José: joven especial
12 | P á g i n a
c. Las dificultades no indican necesariamente que Dios no está
presente, pero Dios estaba formando a José.
d. Dios encaminó los problemas de José para cumplir sus sueños:
(Génesis 50:15-21)
13 | P á g i n a
g. No deben esperar a ser viejos para ser maduros y actuar
con sabiduría. Deben poner la palabra de Dios como las reglas de
su vida: (Salmo 119:9)
h. Solo con la palabra el joven podrá limpiar su vida de tanta
suciedad que el mundo ofrece como estilo de vida para el joven.
i. Deben creer en sí mismos, pero dependiendo de Dios: (1 Timoteo
4:12)
j. Los jóvenes pueden ser ejemplo para todos, no siempre deben
ser los que andan en problemas.
Conclusión:
La vida de José es un claro ejemplo de que los jóvenes pueden
lograr grandes cosas siempre para la Gloria de Dios. Cuando se
habla de la familia de Jacob, se comienza hablando de José; aquel
joven victorioso (Génesis 37:2).
14 | P á g i n a