Genesis 19 Sodoma
Genesis 19 Sodoma
Genesis 19 Sodoma
En el capítulo anterior vimos que el “clamor” de Sodoma había subido al Señor a causa
del pecado tan grande que se cometía allí.
(Génesis 18:20-22) Y el SEÑOR dijo: El clamor de Sodoma y Gomorra ciertamente es
grande, y su pecado es sumamente grave. (21) Descenderé ahora y veré si han hecho
en todo conforme a su clamor, el cual ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré. (22) Y se
apartaron de allí los hombres y fueron hacia Sodoma, mientras Abraham estaba todavía
de pie delante del SEÑOR.
Como respuesta al clamor, el Señor envió a los dos ángeles a Sodoma. Ellos iban a
hacer justicia en ese lugar donde la maldad había llegado al colmo.
* Publicaban su pecado, sin avergonzarse de ello.
(Isaías 3:8-9) Pues Jerusalén ha tropezado y Judá ha caído, porque su lengua y sus
obras están contra el SEÑOR, rebelándose contra su gloriosa presencia. (9) La
expresión de su rostro testifica contra ellos, y como Sodoma publican su pecado; no lo
encubren. ¡Ay de ellos!, porque han traído mal sobre sí mismos.
Debido al pecado de Sodoma, subió un clamor de la tierra hasta el Cielo. El Señor
escuchó y envió a ángeles para hacer justicia. Pero antes de destruir el lugar, debían
salvar a una familia.
(Génesis 19:1-3) Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma al caer la tarde, cuando Lot
estaba sentado a la puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se levantó para recibirlos y se postró
rostro en tierra, (2) y dijo: He aquí ahora, señores míos, os ruego que entréis en la casa
de vuestro siervo y paséis en ella la noche y lavéis vuestros pies; entonces os levantaréis
temprano y continuaréis vuestro camino. Pero ellos dijeron: No, sino que pasaremos la
noche en la plaza. (3) El, sin embargo, les rogó con insistencia, y ellos fueron con él y
entraron en su casa; y les preparó un banquete y coció pan sin levadura, y comieron.
La hospitalidad de Lot nos recuerda a Abraham. Esto contrasta con la actitud de la
población en Sodoma, quienes no recibían bien a los extranjeros. Más bien, querían
aprovecharse de ellos.
(Génesis 19:4-11) Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los
hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos, todo el pueblo sin
excepción. (5) Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los hombres que vinieron a ti
esta noche? Sácalos para que los conozcamos. (6) Entonces Lot salió a ellos a la
entrada, y cerró la puerta tras sí, (7) y dijo: Hermanos míos, os ruego que no obréis
perversamente. (8) He aquí ahora tengo dos hijas que no han conocido varón;
permitidme sacarlas a vosotros y haced con ellas como mejor os parezca; pero no hagáis
nada a estos hombres, pues se han amparado bajo mi techo. (9) Mas ellos dijeron:
¡Hazte a un lado! Y dijeron además: Este vino como extranjero, y ya está actuando como
juez; ahora te trataremos a ti peor que a ellos. Y acometieron contra Lot y estaban a punto
de romper la puerta, (10) pero los dos hombres extendieron la mano y metieron a Lot en
la casa con ellos, y cerraron la puerta. (11) Y a los hombres que estaban a la entrada de
la casa los hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se
cansaban tratando de hallar la entrada.
Aun habiendo quedado ciegos, ellos seguían tratando de encontrar la puerta para entrar y
hacer daño a los visitantes. Nada detenía la maldad de esos hombres. No se
arrepintieron.
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La salvación de Lot se debió en gran parte a la intercesión de su tío Abraham, quien
aunque lejos, estaba pendiente de él. El Señor sabía esto, y por eso le contó a Abraham
lo que iba a hacer en la región de Sodoma.
Pedro explica que Dios sabe rescatar a los que le temen, pero también juzga a los que lo
rechazan.
(2 Pedro 2:4-9) Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los
arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio; (5) si no
perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con otros
siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos; (6) si condenó a la
destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas de
ejemplo para los que habrían de vivir impíamente después; (7) si rescató al justo Lot,
abrumado por la conducta sensual de hombres libertinos (8) (porque ese justo, por lo
que veía y oía mientras vivía entre ellos, diariamente sentía su alma justa atormentada
por sus hechos inicuos), (9) el Señor, entonces, sabe rescatar de tentación a los
piadosos, y reservar a los injustos bajo castigo para el día del juicio.
Los ángeles sólo esperaron a que Lot estuviera a salvo para traer el juicio sobre Sodoma
y Gomorra.
(Génesis 19:23-25) El sol había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a
Zoar. (24) Entonces el SEÑOR hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de
parte del SEÑOR desde los cielos; (25) y destruyó aquellas ciudades y todo el valle y
todos los habitantes de las ciudades y todo lo que crecía en la tierra.
Dios salvó a Lot y a su familia. Lamentablemente, la mujer de Lot miró atrás, lo que
refleja un deseo de volver al lugar de donde salió, y esa acción tuvo su seria
consecuencia…
(Génesis 19:26) Pero la mujer de Lot, que iba tras él, miró hacia atrás y se convirtió en
una columna de sal.
Si uno está dejando atrás algo malo, no se debe mirar hacia atrás. Quienes lo hacen, se
quedan paralizados y ya no pueden seguir adelante con su vida.
ABRAHAM LO PRESENCIÓ
Abraham sabía lo que iba a acontecer pues Dios se lo había revelado. El no se quedó
tranquilo, y subió a los montes desde donde se podía apreciar el Valle de Sodoma.
(Génesis 19:27-29) Y Abraham se levantó muy de mañana, y fue al sitio donde había
estado delante del SEÑOR; (28) y dirigió la vista hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda
la tierra del valle y miró; y he aquí, el humo ascendía de la tierra como el humo de un
horno. (29) Y aconteció que cuando Dios destruyó las ciudades del valle, se acordó Dios
de Abraham e hizo salir a Lot de en medio de la destrucción, cuando destruyó las
ciudades donde habitaba Lot.
El texto parece revelar que Dios salvó a Lot por la intercesión hecha por Abraham.
COMO EJEMPLO
Lo que sucedió con Sodoma y Gomorra nos sirve a todos como un ejemplo del castigo
eterno. La advertencia de juicio no es para condenación, sino para exhortación para
arrepentirse mientras haya tiempo.
(Judas 1:7) Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, a semejanza
de aquéllos, puesto que ellas se corrompieron y siguieron carne extraña, son exhibidas
como ejemplo al sufrir el castigo del fuego eterno.
Lo que sucedió en Sodoma es una sombra de lo que sucederá en el mundo en los últimos
tiempos. El Señor Jesús vendrá y destruirá todo el mal de sobre la Tierra.
(Lucas 17:26-30) Tal como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del
Hijo del Hombre. (27) Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el
día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. (28) Fue lo
mismo que ocurrió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban,
construían; (29) pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y
los destruyó a todos. (30) Lo mismo acontecerá el día en que el Hijo del Hombre sea
revelado.
Intercedamos por nuestra familia, como lo hizo Abraham, para que se salven de la ira
venidera.
DESPUÉS DE LA DESTRUCCIÓN
Sólo Lot y sus hijas sobrevivieron de la destrucción de Sodoma y Gomorra (Gen. 19:30).
Fue tan terrible la destrucción que llegaron a creer que todo había sido destruido. Esa
percepción llevó a las hijas a tomar medidas extremas, pues no querían morir sin tener
hijos.
(Génesis 19:31-38) Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo y no hay
ningún hombre en el país que se llegue a nosotras según la costumbre de toda la
tierra. (32) Ven, hagamos que beba vino nuestro padre, y acostémonos con él para
preservar nuestra familia por medio de nuestro padre. (33) Aquella noche hicieron que
bebiera vino su padre, y la mayor entró y se acostó con su padre, y él no supo cuando ella
se acostó ni cuando se levantó. (34) Y aconteció que al día siguiente la mayor dijo a la
menor: Mira, anoche yo me acosté con mi padre; hagamos que beba vino esta noche
también, y entonces entra tú y acuéstate con él, para preservar nuestra familia por medio
de nuestro padre. (35) De manera que también aquella noche hicieron que bebiera vino
su padre, y la menor se levantó y se acostó con él, y él no supo cuando ella se acostó ni
cuando se levantó. (36) Y las dos hijas de Lot concibieron de su padre.
Este tipo de relaciones entre padre e hija se llama incesto. Claramente esto es prohibido
(Lev. 18). Sin embargo, las hijas de Lot lo encontraron aceptable porque le servía para
sus fines. Pero la Biblia NO enseña que “el fin justifica los medios”, sino todo lo
contrario. Sin duda las hijas de Lot habían sido influenciadas por la perversión de
Sodoma. Lot no estaba de acuerdo con el incesto, y por eso lo emborracharon, pero su
pecado fue exponer a sus hijas a un ambiente perverso que las contaminó. El pecado
tiene sus consecuencias…
(Génesis 19:37-38) Y la mayor dio a luz un hijo, y lo llamó Moab; él es el padre de los
moabitas hasta hoy. (38) Y en cuanto a la menor, también ella dio a luz un hijo, y lo llamó
Ben-ammi; él es el padre de los amonitas hasta hoy.
Tal vez pareciera que las hijas de Lot se salieron con la suya, pero la historia cuenta que
su mala decisión tuvo consecuencia. Los descendientes de las hijas de Lot son los
moabitas y amonitas, quienes se convirtieron en enemigos de Israel más adelante. El
Señor decretó que no podrían entrar a formar parte de Israel sino hasta que muchas
generaciones pasaran.
(Deuteronomio 23:2-4) Ningún bastardo entrará en la asamblea del SEÑOR, ninguno de
sus descendientes, aun hasta la décima generación, entrará en la asamblea del
SEÑOR. (3) Ningún amonita ni moabita entrará en la asamblea del SEÑOR; ninguno de
sus descendientes, aun hasta la décima generación, entrará jamás en la asamblea del
SEÑOR, (4) porque no fueron a vuestro encuentro con pan y agua en el camino cuando
salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam, hijo de Beor, de Petor en
Mesopotamia, para maldecirte.