RCP Basico

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CURSO-TALLER DE REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR

GUÍA DE LA PRÁCTICA
RCP BÁSICO

1. PRESENTACIÓN.

Esta es una de las prácticas para mejorar tus habilidades clínicas. Esta guía te permitirá tener
información básica que utilizaremos durante la práctica de “REANIMACION CARDIOPULMONAR”
(RCP BASICO) siguiendo los pasos del protocolo de soporte vital básico propuesto por la American
Heart Association con el cual serás capaz de desarrollar habilidades que te permitan actuar
adecuadamente ante un suceso que requiera de la reanimación cardiopulmonar.

2. OBJETIVOS.

1. Aprender los pasos básicos para realizar el RCP en adultos.

2. Realizar adecuadamente las compresiones torácicas.

3. Conocer el manejo de la vía aérea, así como las diferentes técnicas que existen para su apertura.

3. INTRODUCCIÓN.

La siguiente guía ha sido diseñada para que los profesionales de la salud aprendan como responder
a emergencias de índole cardiovascular y respiratoria. Provee la información necesaria que permita
al estudiante desarrollar las aptitudes necesarias para desarrollar cada maniobra.

Después de la minuciosa revisión de esta, los alumnos serán capaces de demostrar ante un maniquí
de simulación si desarrollaron correctamente las aptitudes para la reanimación cardiopulmonar, así
como para mantener la vida de su paciente y la suya misma a salvo.

El manual aporta la parte teórica del RCP Básico tomando como pauta las recomendaciones hechas
por organismos internacionales expertos en la materia: El Comité Internacional de RCP bajo las
siglas de ILCOR (International Liaison Committee on Resuscitation) cuyo objetivo principal es el de
establecer unas guías comunes de actuación en la RCP basadas en la evidencia científica, con la
colaboración de diversas asociaciones tales como: Asociación Americana del Corazón (AHA), el
Consejo Europeo de Resucitación (ERC), la Fundación del Corazón e Ictus de Canadá (HSFC), el
Comité de Resucitación de Australia y Nueva Zelanda (ANZCOR), el Consejo de Resucitación de
Sudáfrica (RCSA), la Fundación Interamericana del Corazón (IAHF) y el Consejo de Resucitación de
Asia (RCA). Si bien es cierto, que cualquier persona con la capacidad física para brindar
compresiones torácicas, es capaz de brindar reanimación cardiopulmonar (RCP), incluso con
indicaciones por vía telefónica; también es un hecho que para para brindar una atención rápida y
efectiva, para mejorar las posibilidades de supervivencia de una persona que presenta un paro
cardiorrespiratorio, es necesario recibir una capacitación teórico-práctica en RCP (reanimación
cardiopulmonar). Reanimación cardiopulmonar básica.

2.1 Aspectos generales

El presente manual presenta recomendaciones de actuación ante un Paro Cardiorrespiratorio, sin


embargo, no definen la única forma en que se puede realizar la reanimación; no obstante, si presenta
intervenciones ampliamente aceptadas y validadas por organismos internacionales de cómo se debe
de realizar una RCP con seguridad y eficacia. Las recomendaciones de la ILCOR así como las guías
de la American Heart Association (AHA), y de la European Resuscitation Council (ERC), hacen
énfasis en el hecho de que al aplicar correctamente las intervenciones del RCP básico se pueden
evitar complicaciones en las personas que presentan un paro cardiorrespiratorio fuera y dentro de
un hospital.

¿PARO CARDIACO O PARO CARDIORRESPIRATORIO?

El Paro cardiorrespiratorio, consistente en el cese de la actividad mecánica cardíaca, se diagnostica


ante la falta de conciencia, pulso y respiración. La OPS lo define como la interrupción repentina y
simultanea de la respiración y el funcionamiento del corazón debido a la relación que existe entre el
sistema respiratorio y circulatorio.

Aunque las causas del paro respiratorio y cardíaco son diversas, desde el punto de vista asistencial
se tiende a considerar como una entidad única denominada PCR (Paro cardiorrespiratorio). La
interrupción de una de las dos funciones vitales lleva rápida e indefectiblemente a la detención de la
otra, por lo que su manejo se aborda de forma conjunta. En el Paro Cardíaco la respiración se lentifica
inicialmente, luego se hace bloqueante y acaba deteniéndose del todo al cabo de 30 a 60 s. Cuando
lo que se produce en primer lugar es la Ausencia de respiración, la detención de la función cardíaca
se produce en unos dos minutos.

REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR

La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una respuesta organizada y secuencial al paro cardíaco,


e incluye:

• Reconocimiento de la ausencia de respiración y circulación


• Apoyo vital básico con compresiones torácicas y respiración de rescate
• Soporte vital cardíaco avanzado (SVCA) con control definitivo de la vía aérea y el ritmo
• Tratamiento post-reanimación

La iniciación inmediata de las maniobras de compresión torácica y la desfibrilación temprana


(cuando está indicada) son fundamentales para el éxito.

La rapidez, la eficiencia y la aplicación correcta de la reanimación cardiopulmonar con las mínimas


interrupciones posibles determinan los resultados exitosos; una rara excepción es el caso de la
hipotermia profunda causada por inmersión en agua fría, en la que puede lograrse una reanimación
exitosa incluso después de un tiempo prolongado de paro cardíaco (hasta 60 min).

GENERALIDADES SOBRE LA REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR

Deben seguirse las guías de la American Heart Association para profesionales sanitarios. Si una
persona tiene pérdida del conocimiento con posible paro cardíaco, primero se debe establecer la
falta de respuesta y confirmar la falta de la respiración o la presencia de una respiración superficial
o agónica. Luego, el reanimador debe pedir ayuda. Lo primero que se hace es activar el sistema
de emergencia (o el personal de reanimación apropiado en el hospital) y, si es posible, conseguir
un desfibrilador. El soporte vital básico debe iniciarse de inmediato.
Si nadie responde a la llamada de auxilio, el reanimador debe activar primero el sistema de
emergencias y luego comenzar con el soporte vital básico: hacer 30 compresiones torácicas a un
ritmo de 100 a 120/min y con una profundidad de 5 a 6 cm, de modo de permitir que la pared
torácica recupere su altura completa entre las compresiones y luego abrir la vía aérea (levantar el
mentón y llevar la frente hacia atrás) y dar 2 respiraciones de rescate. Se continúa el ciclo de

compresiones y respiraciones sin interrupción; es recomendable cambiar de reanimador cada 2


minutos. Es crucial que incluso los transeúntes no entrenados comiencen y mantengan las
compresiones torácicas continuas hasta que llegue la ayuda experta. Por lo tanto, muchos
proveedores de atención de emergencia se ocupan en la actualidad de dar instrucciones previas
a la llegada a la institución a las personas que llaman, incluyendo instrucciones telefónicas para la
reanimación cardiopulmonar solo con compresiones.

En cuanto llega el desfibrilador (manual o automático), se da una descarga no sincronizada si la


persona está con fibrilación ventricular o con taquicardia ventricular sin pulso. Si se observa un
paro cardíaco y existe un desfibrilador en el sitio, una persona en FV o TV debe ser desfibrilada
de inmediato, con reanudación de las compresiones inmediatamente después de la descarga; la
desfibrilación temprana puede convertir rápidamente la FV o la TV sin pulso en un ritmo con
perfusión. Si el ritmo inicial es actividad eléctrica sin pulso o asistolia, se debe administrar una
dosis inicial de 1 mg de epinefrina IV/IO (intravenosa/intraósea) tan pronto como sea posible
después del reconocimiento del paro cardíaco.

VÍA AÉREA Y RESPIRACIÓN

La apertura de la vía aérea es la segunda prioridad


después de comenzar las compresiones torácicas.
En caso de paro cardíaco extrahospitalario
presenciado con un ritmo desfibrilable inicial, es
aceptable proporcionar oxigenación pasiva durante
los primeros 6 minutos, como parte de un conjunto
de medidas de atención de servicios médicos de
emergencia destinado a minimizar las pausas en la provisión inicial de reanimación cardiopulmonar
y desfibrilación.

Cuando profesionales de la salud proveen la RCP, la ventilación con bolsa-válvula-mascarilla (tipo


ambú) debe iniciarse lo antes posible, pero esto no debe retrasar el inicio de las compresiones o
la desfibrilación. Los reanimadores no profesionales pueden proporcionar RCP solo con
compresiones o, si están entrenados para hacerlo, pueden administrar respiraciones de boca a
boca (en adultos, adolescentes y niños) o combinadas de boca a boca y nariz (en lactantes).

Si aparece una distensión abdominal, vuelve a controlarse la permeabilidad de la vía aérea y se


reduce la cantidad de aire enviado en las respiraciones de rescate. La intubación nasogástrica
para aliviar la distensión abdominal se pospone hasta conseguir un equipo de aspiración, ya que
durante la colocación puede producirse una regurgitación con aspiración del contenido gástrico.
Si existe una distensión gástrica marcada que interfiere con la ventilación antes de que esté
disponible la aspiración y no puede corregirse con los métodos anteriores, se coloca al paciente
de costado, se comprime el epigastrio y se libera la vía aérea.
En presencia de rescatistas calificados, se coloca una vía aérea especializada (tubo endotraqueal
o vía aérea supraglótica) sin interrupción de las compresiones torácicas después de la RCP inicial
y los intentos de desfibrilación, como se describe en Establecimiento y control de la vía aérea. En
adultos, se realiza una respiración cada 6 segundos (10 respiraciones/minuto) sin interrumpir la
compresión torácica; en lactantes y niños se administran respiraciones cada 2 a 3 segundos (20 a
30 respiraciones/minuto). Sin embargo, la compresión torácica y la desfibrilación deben ser previas
a la intubación endotraqueal. A menos que se cuente con personal experimentado, la intubación
endotraqueal debe postergarse y comenzar con la ventilación con mascara ambú, mascara
laríngea o dispositivos similares.

En los pacientes con sospecha de COVID-19, la American Heart Association publicó una guía
provisional para el soporte vital básico y avanzado (1, 2), que aconseja lo siguiente:

• Uso de equipo de protección personal (EPP) apropiado para los procedimientos de


generación de aerosoles (protección
respiratoria contra partículas
aerotransportadas y gotitas, protección
ocular, guantes) para todas las personas
presentes en el área de tratamiento durante
la RCP u otros procedimientos avanzados
(p. ej., intubación, descompresión torácica)
• Preferencia por la intubación endotraqueal
o la colocación de la vía aérea supraglótica
sobre la ventilación con bolsa-válvula-
mascarilla) de tipo ambú) si es posible sin interrumpir las compresiones
• Uso de un filtro viral HEPA (aire particulado de alta eficiencia [filtro]) en dispositivos de
válvula-bolsa-mascarilla (de tipo ambú) o en los circuitos de exhalación del ventilador
• Uso de un dispositivo de compresión torácica mecánica si está disponible
• Esta guía tiene como objetivo disminuir el riesgo de los trabajadores de la salud que
proporcionan atención durante el paro cardíaco.

CIRCULACIÓN

COMPRESIONES TORÁCICAS

La compresión torácica debe iniciarse de inmediato tras reconocer el paro cardíaco con
interrupciones mínimas hasta que esté disponible la desfibrilación. En un paciente inconsciente
que sufrió un colapso no presenciado, el reanimador entrenado debe comenzar de inmediato con
las compresiones cardíacas externas (tórax cerrado) seguida de respiraciones de rescate. Las
compresiones torácicas no deben interrumpirse
durante > 10 segundos en cualquier momento (p.
ej., para intubación, desfibrilación, análisis del
ritmo, colocación de catéter IV central o transporte).
Un ciclo de compresión consiste en 50% de
compresión y 50% de relajación; durante la fase de
relajación, es importante permitir que el tórax
recupere por completo su volumen original. La
interpretación del ritmo y la desfibrilación (si
corresponde) se realizan tan pronto como esté disponible un desfibrilador.

La profundidad de las compresiones torácicas recomendada para adultos oscila entre 5 y 6 cm.
En forma ideal, la compresión cardíaca externa

produce un pulso palpable por cada compresión, aunque el gasto cardíaco es sólo de 20 a 30%
del normal. Sin embargo, la palpación del pulso durante la compresión torácica es difícil, incluso
para médicos experimentados, y a menudo esto no es confiable. La monitorización cuantitativa de
la concentración de dióxido de carbono al final de la espiración brinda una mejor estimación del
gasto cardíaco durante les compresiones torácicas; los pacientes con perfusión inadecuada tienen
poco retorno venoso hacia los pulmones y, por lo tanto, una baja concentración de dióxido de
carbono al final de la espiración (al igual que aquellos con hiperventilación). Si bien hay evidencia
limitada que apoya números específicos en la monitorización fisiológica, en general se acepta que
un nivel de dióxido de carbono de corriente final de 10 a 20 mmHg se asocia con reanimación
cardiopulmonar adecuada. Un aumento súbito y significativo en el nivel de dióxido de carbono de
corriente final, en general hasta un valor > 30 mmHg, o un pulso palpable durante la pausa en las
compresiones, indica la restauración de la circulación espontánea.

Existen dispositivos de compresión torácica mecánica; estos son tan eficaces como la compresión
manual correctamente realizada y pueden reducir al mínimo los efectos generados por errores y
fatiga. Pueden ser particularmente útiles en algunas circunstancias, como durante el transporte
del paciente o en el laboratorio de cateterismo
cardíaco. Estos dispositivos también se han
recomendado para pacientes con sospecha o
confirmación de COVID-19.

COMPLICACIONES DE LA COMPRESIÓN
TORÁCICA

La separación costocondral y las fracturas


costales a menudo son inevitables, dado que debe
comprimirse el tórax para lograr un buen flujo
sanguíneo. En niños, las fracturas son inusuales debido a la flexibilidad de la pared torácica. Raras
veces se ha informado embolias de médula ósea a los pulmones luego de una compresión
cardíaca externa, aunque no hay evidencia de que esto contribuya con la mortalidad. Las lesiones
pulmonares son raras, pero puede producirse un neumotórax luego de una fractura costal
penetrante. Debe considerarse un neumotórax a tensión en un paciente en el que se recuperó la
circulación espontánea después de una reanimación cardiopulmonar prolongada, y luego surgen
dificultades para la ventilación, o hipoxia y paro cardíaco. Es poco probable una lesión miocárdica
grave por compresión, con la posible excepción de una lesión a un aneurisma ventricular
preexistente. El temor a estas lesiones no debe desalentar la realización de una reanimación
cardiopulmonar.

La laceración hepática es una complicación rara pero potencialmente grave (a veces fatal) y se
debe a la compresión del abdomen por debajo del esternón. La rotura del estómago (en especial
si está distendido con aire) también es una complicación rara. La rotura tardía del bazo es
infrecuente. especiales

En el shock eléctrico accidental, el reanimador debe asegurarse de que el paciente no esté en


contacto con la fuente eléctrica antes de acercarse a él, para evitar recibir un shock él mismo. El
uso de barras o camillas no metálicas y el contacto con la tierra del reanimador permite un rescate
seguro del paciente antes de comenzar la reanimación cardiopulmonar.

En el ahogamiento, puede comenzarse la respiración de reanimación mientras el paciente está


en el agua poco profundo, aunque la compresión torácica debe realizarse con el paciente en
posición horizontal sobre una superficie firme.

El ritmo más frecuentemente observado con mayor frecuencia en un paro cardíaco en un adulto
es la fibrilación ventricular (FV); es esencial una rápida conversión a un ritmo de perfusión.
Una taquicardia ventricular (TV) sin pulso se trata de manera similar a una fibrilación ventricular.

Si se produce un paro cardíaco luego de una lesión traumática, deben hacerse maniobras de
apertura de la vía aérea y un breve período de ventilación externa una vez limpia la vía aérea,
dado que la obstrucción de ésta es la causa tratable más probable de paro. Si se sospecha una
lesión de la columna cervical, se recomienda el empuje de la mandíbula, pero no la inclinación de
la cabeza y la elevación del mentón. Otras causas de paro cardíaco con buena supervivencia son
el taponamiento cardíaco y el neumotórax a tensión, en el que la descompresión con aguja en
forma inmediata salva la vida. Sin embargo, la mayoría de los pacientes con paro cardíaco
traumático tienen hipovolemia grave por pérdida de sangre (y en estos casos, la compresión
torácica puede ser ineficaz) o lesiones cerebrales incompatibles con la supervivencia.

Debe continuarse la RCP hasta que el sistema cardiopulmonar esté estabilizado, se decrete la
muerte del paciente, o hasta que un reanimador único no sea físicamente capaz de continuar. Si
se cree que el paro cardíaco se debe a una hipotermia, se debe continuar la reanimación
cardiopulmonar hasta que el cuerpo se recaliente y llegue a 34° C.

La decisión de suspender la reanimación es clínica, y los médicos tienen en cuenta la duración del
paro, la edad del paciente, y el pronóstico de las condiciones médicas subyacentes. La decisión
se toma en forma típica cuando no se ha establecido la circulación espontánea después de la RCP
y se han implementado las medidas de soporte vital cardiovascular avanzado.

la reanimación

EL RESTABLECIMIENTO DE LA CIRCULACIÓN ESPONTÁNEA ES SOLO UN OBJETIVO


INTERMEDIO EN LA REANIMACIÓN.

El objetivo final es la supervivencia al alta hospitalaria con buena función neurológica, que solo
logran una minoría de pacientes con restablecimiento de la circulación espontánea. Para
maximizar la probabilidad de un buen resultado, los médicos deben proporcionar una buena
atención de apoyo (p. ej., controlar la presión arterial, la temperatura y el ritmo cardíaco) y tratar
las condiciones subyacentes, en particular los síndromes coronarios agudos.

La atención post-reanimación incluye reducir la incidencia de lesión por reperfusión después del
período de isquemia. La atención post-reanimación debe comenzar de inmediato después de
asegurar la circulación espontánea. La administración de oxígeno debe titularse hasta una SpO2
del 94% para minimizar el daño hiperóxico a los pulmones. La velocidad y el volumen de la
ventilación deben ajustarse para obtener una lectura de dióxido de carbono de corriente final de
35 a 40 mmHg. Si se tolera, debe administrarse un bolo de líquidos, así como infusión de
vasopresores.

Los estudios de laboratorio luego de la reanimación incluyen gases arteriales, hemograma


completo y bioquímica sanguínea, con determinación de electrolitos, glucosa, nitrógeno ureico,
creatinina y marcadores cardíacos. (La creatina cinasa suele estar elevada debido al daño del
músculo esquelético causado por la RCP; es preferible dosar las troponinas, que no es probable
que se afecten por la reanimación cardiopulmonar o la desfibrilación.) Debe mantenerse la PaO2
arterial dentro de los valores normales (80 a 100 mmHg). El hematocrito debe mantenerse ≥ 30 (si
se sospecha etiología cardíaca) y la glucosa en 140 a 180 mg/dL (7,7 a 9,9 mmol/L); los
electrolitos, en especial el potasio, deben mantenerse dentro del rango normal.

Soporte neurológico

Solo alrededor del 10% de todos los supervivientes de un paro cardíaco tienen una buena función
del sistema nervioso central (puntaje de categoría de rendimiento cerebral [CPC] 1 o 2, al alta
hospitalaria. Una puntuación de CPC de 1 indica buen rendimiento cerebral (el paciente está
consciente, alerta, capaz de trabajar, pero puede tener un déficit neurológico o psicológico leve).
Una puntuación de CPC de 2 indica un rendimiento cerebral moderado (el paciente está
consciente, es capaz de realizar actividades de la vida cotidiana y trabajar en un entorno simple).
La lesión cerebral hipóxica es el resultado del daño isquémico y de edema cerebral. Cuarenta y
ocho a 72 h después de la reanimación se debe determinar la extensión del daño o la recuperación.

El mantenimiento de la oxigenación y la presión de perfusión cerebral (evitando la hiperventilación,


la hiperoxia, la hipoxia y la hipotensión) puede reducir las complicaciones cerebrales. La
hipoglucemia o la hiperglucemia pueden dañar el cerebro tras la isquemia, y deben tratarse.

Taller de Paro cardiorrespiratorio:

Se define como el cese brusco e inesperado de la respiración y circulación espontáneas, de forma


potencialmente reversible.

Soporte Vital Básico

Su objetivo es el tratamiento definitivo del Paro Cardiopulmonar hasta el restablecimiento de las


funciones respiratoria y cardiovascular y precisa de equipamiento adecuado y personal formado
específicamente.

Comprende:

- Optimización de las maniobras de SVB (C, A, B)

- Continuación de maniobras: drogas y fluidos, monitorización ECG y tratamiento de la Fibrilación


Ventricular y otras arritmias (D, E, F)

Es importante conocer cómo realizar detallada y profundamente las compresiones torácicas, así
como las distintas maniobras para la apertura de la vía aérea y cómo administrar respiraciones al
paciente con el fin de integrarlas adecuadamente en el algoritmo que revisaremos al final de esta
guía, con el cual serán capaces de dar soporte vital básico a los pacientes en determinado evento:

Paro cardiopulmonar: RCP que incluye compresiones torácicas y administración de respiraciones.


Paro respiratorio: ventilación de salvamento

Compresiones Torácicas

La importancia de las compresiones torácicas radica en el hecho de que hacen que la sangre siga
circulando hacia el corazón, cerebro y otros órganos vitales.
TÉCNICA:

1. Situarse a un lado de la victima

2. Asegurarse de que la víctima este acostada boca arriba sobre una superficie plana y firme. Si la
victima esta boca abajo gírela con cuidado hasta que quede boca arriba.

3. Aparte o quite todas las ropas que cubran el pecho del paciente puesto que necesita ver su piel.
4. Coloque la palma de una mano en el centro del pecho desnudo de la víctima entre los pezones.
5. Coloque la base de la palma de la otra mano sobre la primera

6. Estire los brazos y colóquese de forma que sus hombros queden justo encima de sus manos,
haciendo un ángulo de 90°.

7. Comprima fuerte y rápido. En cada compresión, presione hacia abajo aproximadamente 5 cm. En
cada compresión asegúrese de estar haciendo presión directamente sobre el esternón de la víctima.

8. Al final de cada compresión, asegúrese de permitir que el pecho del paciente vuelva a su posición
original o se expanda completamente con el fin de que entre más sangre al corazón entre las
compresiones.

9. Administre las compresiones de forma regular a razón de 100 compresiones por minuto.

NO MUEVA AL PACIENTE A MENOS QUE EL AREA DONDE SE REALIZA EL RCP SEA


INSEGURO O UN ENTORNO PELIGROSO.

ABRIR LA VIA AEREA Y ADMINISTRAR RESPIRACIONES

El fin de la apertura de la vía aérea es proveer la mejor ventilación posible a la víctima revisaremos
primeramente la maniobra de inclinación de la cabeza y elevación del mentón, así como de la
tracción mandibular, como administrar respiración boca a boca y boca mascarilla al paciente.

Maniobra frente-mentón.

Es la maniobra de elección. Debemos retirar objetos visibles de la boca de la víctima (incluye


dentaduras postizas sueltas). Luego colocar una mano en la frente de la víctima y los dedos de la
otra en la punta del mentón, inclinar la cabeza hacia atrás y elevar la

mandíbula, dejando libres el pulgar e índice de la primera mano para cerrar su nariz si requiere
ventilación.

1. Tracción de mandíbula. - Si hay sospecha de lesión cervical la maniobra frente-mentón está


contraindicada. En estos casos se recomienda la tracción mandibular: Los dedos índice y medio
ambas manos se colocan debajo del ángulo de la mandíbula, la cual se tracciona suavemente hacia
arriba a fin de desplazar el mentón hacia delante. El dedo pulgar de la misma mano, suavemente,
deprime el labio inferior para abrir la boca. El pulgar puede también colocarse detrás de los incisivos
inferiores y simultáneamente el mentón ser suavemente levantado. La maniobra de elevación del

mentón no debe hiperextender el cuello. Esta maniobra es útil en el paciente traumatizado, ya que
no tiene riesgo de comprometer una posible fractura de columna cervical o bien de convertir una
fractura sin daño medular en una con daño si se aplica correctamente.
Respiración Boca-Boca

Es una manera rápida y eficaz de suministrar oxígeno a la víctima. El aire que exhala el reanimador
contiene 17% de oxígeno y 4% de dióxido de carbono, suficiente para proveer a la víctima el oxígeno
que necesita.

1. Mantenga abierta la vía aérea mediante la inclinación de cabeza – elevación del mentón.

2. Tape la nariz de la víctima con los dedos pulgar e índice (de la mano que tiene sobre la frente de
la víctima)

3. Tome aire como suele hacerlo normalmente no es necesario que sea profundo y forme con sus
labios en torno a la boca de la víctima un sello hermético.

4. Administre una respiración de aproximadamente un segundo de duración cerciorándose de que


el tórax de la víctima se eleve; en caso de que este no se eleve repita la maniobra de inclinación de
la cabeza y elevación del mentón.

5. Administre una segunda respiración y corrobore la elevación del pecho.

IMPORTANTE: Si administra las respiraciones demasiado rápido o con demasiada fuerza es


probable que el aire vaya al estómago en vez de los pulmones y provoque una distensión gástrica,
esto nos puede acarrear graves consecuencias, tales como vómito, aspiración o neumonía.

Respiración Boca-Mascarilla

En estos casos se utilizará por lo regular una mascarilla unidireccional la cual permite que el aire
siga una sola vía y que el aire suministrado no regrese al reanimador.

1. Colóquese a un lado de la victima

2. Ponga la mascarilla sobre la cara de la víctima tomando como referencia el puente nasal.

3. Forme un sello entre la mascarilla y la cara colocando el pulgar y el índice de la mano que tenga
más cerca de la cabeza de la víctima sobre el borde de la mascarilla y coloque el pulgar de la otra
mano sobre el borde inferior de la mascarilla. Finalmente coloque los dedos restantes de la mano
cerca del cuello de la víctima siguiendo el contorno de los huesos de la mandíbula levantando la
mandíbula. Realice una inclinación de la cabeza y elevación del mentón para abrir la vía aérea.

4. Mientras eleva la mandíbula presione firmemente alrededor de todo el borde externo de la


mascarilla para crear un sello hermético entre esta y la cara.

5. Administre aire durante un segundo para que el pecho de la víctima se eleve.

Relación Compresión Ventilación

Todos los reanimadores únicos deben utilizar una relación universal de compresión ventilación de
30 compresiones y 2 respiraciones cuando realicen RCP en víctimas de todas las edades excepto
neonatos. Si se trata de dos reanimadores deben utilizar una relación de compresión ventilación.

Secuencia Completa De RCP

Después de revisar cada uno de los componentes de la resucitación cardiopulmonar es necesario


integrarlos en uno solo a manera de un algoritmo para saber cómo actuar ante determinado evento.
Soporte Vital Básico en el adulto: Algoritmo básico RCP BÁSICO

• Mantener la calma
• Identificar estado de conciencia ¿¿¿sr. ¿¿¿se encuentra bien???
• Paciente consciente: responde
• Posición de recuperación: decúbito lateral
• Escena segura
• Paciente inconsciente: no responde
• Activar sistema de emergencia
• c - a- b
• Palpe pulso durante 6 segundos carotideo o femoral. si no tiene pulso o <60 inicia RCP 30
compresiones x 2 insuflaciones x 5 veces
o abra la vía aérea
o ventilación vos x 5 seg
• Pulso presente
• Ventila

POSICION DE RECUPERACION Decúbito Lateral

• RCP Adultos y niños mayores (púberes y mayores)


• Determine que la víctima no responde.
• Active el sistema de emergencias médicas.
• Active el sistema de emergencias médicas en cuanto encuentre a la victima
• Active el sistema de emergencias médicas tras haber administrado 5 ciclos de RCP
• Verifique el pulso. Esto debe ocuparle al menos 5 segundos, pero no más de 10
segundos
• Pulso carotideo (en caso de ausencia de pulso o si el pulso es < 60 l.p.m con signos de
mala perfusión, inicie la RCP)
• Pulso braquial (en caso de ausencia de pulso o si el pulso es < 60 l.pm. con signos de
mala perfusión inicie la RCP)
• Abra la vía aérea
• Utilice la maniobra de inclinación de la cabeza-elevación del mentón.
• Inclinación de la cabeza-elevación del mentón (en caso de sospecha de traumatismo:
tracción de la mandíbula)
• Verificar la respiración
• Si la víctima no respira.
• Abra la vía aérea, observe, escuche y sienta.
• Esto debe hacerlo al menos en 5 segundos, pero no en más de 10 segundos.
• Si el paciente no respira
• Se inicia ventilación de salvamento
• 1x5x12
• Si la persona tiene pulso, pero aún no respira, insufle una vez cada 4 o 5segundo, con
un ritmo de 10 a 12 insuflaciones por minuto.
Datos de la RCP

¿Dónde se realizan las compresiones?: Centro del esternón, entre los pezones Sobre el esternón,
justo debajo de la línea de los pezones

MÉTODO DE COMPRESIÓN

✓ Base de la palma de una mano, la otra mano encima (o en victimas pequeñas una sola
mano)
✓ Dos dedos (para la RCP por dos reanimadores, los dos pulgares con las manos alrededor
del tórax)
✓ Profundidad de las compresiones
✓ 1,5 a 2 pulgadas (5 cm) 1/3 a ½ del diámetro anteroposterior del tórax.
✓ Frecuencia de las compresiones
✓ 100 por minuto
✓ Relación compresión- ventilación.
✓ 30:2
✓ (RCP por uno o dos reanimadores)
✓ 30:2 para RCP por un reanimador único

DESCRIPCIÓN PRÁCTICA.

A. Material:

Maniquí simulador

B. Organización y preparación:

Esta práctica se desarrollará en diversos escenarios con el fin de proveer al reanimador diversas
situaciones ante las cuales sepa cómo reaccionar adecuadamente siguiendo el algoritmo antes
explicado. Primero se les plantea una escena y de acuerdo al tipo de víctima y accidente se orienta
hacia la resolución del problema

C. Pasos:

1. Registro de asistencia.
2. Explicación acerca de los objetivos y desarrollo de la práctica.
3. Seguir el protocolo y algoritmo de RCP de acuerdo al escenario planteado

Evaluación practica

1. lista de comprobación de la práctica de RCP por un reanimador único en adultos


2. verifica si la victima responde
3. Si no responde, grite para solicitar ayuda. Si no dispone de ayuda active el sistema de
emergencias médicas y consiga un DEA.
4. Verificar pulso durante 6 segundos no pasar de 10 segundos, en pulso carotideo.
5. En caso de que la víctima no tenga pulso inicie ciclos de 30 compresiones y 2 respiraciones
por 5 ciclos.
6. 30 compresiones (comprima rápido y fuerte)
7. Frecuencia de 100 x minuto
8. 2 respiraciones
9. Minimice las interrupciones de las compresiones torácicas; intente que las interrupciones
duren menos de diez segundos
10. ABRA LA VIA AEREA
11. Inclinación de cabeza – elevación de mentón. o Verifique si la victima respira
adecuadamente (durante al menos cinco segundos, pero no más de diez segundos).
12. Ver, oir y sentir
13. Si el paciente no respira espontáneamente se inicia ventilación de salvamento que es
14. 1 insuflación cada 5 seg por 20 veces
15. Al terminar el ciclo se verifica VOS con pulso por 6 segundos.
16. Si el paciente ya tiene pulso y respira se coloca en posición de recuperación.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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