El Rol y Propósito Del Grupo de Alabanza

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EL ROL Y EL PROPÓSITO DEL GRUPO DE ALABANZA

POR SUAHEL FIGUEROA

Suahel Figueroa, cristiano evangélico, estudiante de teología,


estudiante de música, y miembro fundador director de la agrupación
musical cristiana D y C. (Dadivas y Cantos), ha sentido de Dios escribir
este artículo rol de la música, para así ayudar a nuestras Iglesias a que
tengan una perspectiva más clara sobre alabanza y adoración estos
últimos años.

I. ¿CUÁL ES EL ROL Y EL PROPÓSITO DEL GRUPO DE ALABANZA?

A. TRAVÉS DE LA HISTORIA Y HASTA LOS DÍAS MODERNOS, siempre que


hubo un director de música, éste preparaba y dirigía el momento de alabanza para
que la congregación participara plenamente y de modo significativo en la adoración
a Dios.

1. Preparación: desde tiempos del Antiguo Testamento hubo personas cuya


responsabilidad era preparar la música para poder lograr excelencia y
bendición en la adoración. (Observemos cuántos salmos bíblicos fueron
dados al director de música para la preparación.) Los directores de música
sabían que la preparación era fundamental, y que no era cosa de “depender
sólo del Espíritu”. Para lograr que la música y el mensaje se
complementaran y fueran para edificación, era necesaria la preparación
previa.

2. Dirección: se entendía que la mente y el corazón de las personas debían ser


dirigidos para que hubiera una profunda adoración a Dios. La adoración no
ocurre accidentalmente; requiere de la iniciativa y el liderazgo que lleva al
pueblo de Dios a responder al Señor de manera apropiada.

3. Participación significativa: el propósito no era que el músico se


“luciera”, sino que el pueblo fuera motivado y llevado a una participación
significativa. En otras palabras, no eran los expertos quienes llevaban a cabo
la alabanza, sino que ayudaban a que todos alabaran. A su vez, se reconocía
que la música era sólo una parte, que la oración, la confesión, y la lectura de
la Palabra eran también esenciales en la adoración. Hoy en muchas iglesias
parece que sólo la música importa y, lamentablemente, los demás elementos
han sido descuidados.

B. EXPRESIONES PRÁCTICAS EN LA IGLESIA.

1. El director de música coordinaba la música con el tema del mensaje o de las


fechas especiales.

2. Un grupo (el coro) practicaba la música para poder dirigir bien el canto, para
enseñar nuevas canciones o para llevar a cabo números especiales.

3. El programa era planificado para lograr equilibrio, orden y participación


significativa. Todos los elementos vitales eran considerados e insertados en los
lugares apropiados y, además, se tenían en cuenta las necesidades físicas (a fin de
no cansar a las personas).

4. La música era escogida y preparada (impresos, pizarra, himnarios, etc.), de tal


forma que las personas podían aprender los cantos y participar de los mismos.

5. Los instrumentos se utilizaban para ayudar a dar cuerpo y sustancia a la música,


pero siempre eran vistos como elementos auxiliares, no dominantes. En otras
palabras, debían ayudar a transmitir el mensaje y por ningún motivo impedir que
fueran escuchadas la letra de las canciones o las voces de la congregación. Ruido y
desorden eran mal vistos.

C. PROBLEMAS COMUNES MODERNOS.

1. Se considera que el grupo de alabanza es quien la realiza, y la congregación


solamente los acompaña. Ellos son los expertos, los músicos, los que alaban,
mientras las personas restantes participan nominalmente. El énfasis ha ido de la
congregación al músico.

2. Los grupos llevan a cabo su participación como si fueran lo más importante, con
poca relación y coordinación con el resto del programa (hasta se han visto grupos
que al concluir su participación salen de la reunión). Debido a que los músicos
consideran su parte como la principal, ellos controlan el programa hasta que la
gente está cansada.

3. Por su falta de orientación hacia la congregación, no existe una búsqueda sincera


de llevar a las personas a una participación activa. Todo se tapa con más amperios
de los amplificadores. Por esta razón, en muchas iglesias canta menos de la mitad
de las personas.

II. CONCEPTOS QUE NINGÚN MÚSICO DEBE OLVIDAR.

A. Trabajamos con humanos, no con ángeles.

Los humanos necesitan dirección y enseñanza. Muchos músicos sólo están


actuando, en lugar de dirigir la música de la congregación. Tratan a ésta como los
jugadores de fútbol tratan a la pelota. No se espera de la pelota que grite, salte y
alabe animando al equipo, pero jamás que juegue mientras éste lo hace. Es
necesario que el director de música dirija a la congregación, no sólo a sus músicos.
Los músicos están allí para ayudar a que la congregación cante bien, no viceversa.

Los humanos son un conjunto de carne, alma y espíritu. No debemos pretender que
alguien que permanece de pie durante una hora no se canse ni le resulte difícil
concentrarse. ¿De dónde provendrá la tradición moderna de que toda la alabanza y
la adoración sólo debe hacerse de pie?

B. Diversidad de gustos legítimos.

No hay una clase de comida que todo cristiano deba comer, como tampoco hay una
clase de música que todo cristiano tenga que cantar. Hay diferentes gustos, todos
legítimos, que expresan mejor el corazón, la personalidad y el momento histórico
de diferentes personas. Es abusivo, egoísta y una señal de inmadurez de parte del
líder musical imponer exclusivamente sus preferencias a la congregación. Su papel
es ayudar a toda la iglesia a expresar su alabanza a Dios. Hay que tratar de hacer un
tipo de música que agrade tanto al joven, como al anciano, al niño, como al adulto.

C. Diversidad de edades.
En una congregación hay diversidad de edades. La música no debe expresar un
estilo particular, debe ser del agrado de todos (siendo que la mayoría de los
integrantes de grupos de alabanza son jóvenes, suele ocurrir que son todas de su
preferencia). Y lógicamente, cuando hay mayores, suele haber problemas por que
no se toca música para su gusto y propia de su época. Cuando esto sucede es
porque hay falta de consideración hacia los demás, egoísmo, y no se entiende el
cuerpo de Cristo.

D. Diversidad de necesidades y situaciones en la vida de los


participantes.

Diferentes personas llegan a la iglesia con necesidades distintas. Algunas llegan con
derrotas y otras con victorias. El libro de los Salmos es un reflejo de la diversidad
de momentos en la vida de las personas, y de la necesidad de tener música y
palabras apropiadas. Hay salmos para cada ocasión de la vida. Necesitamos tener
en cuenta las necesidades de todos. Esto no es fácil, requiere oración, reflexión y
planificación.

III. MALES FRECUENTES EN NUESTRO MEDIO (no por ser comunes y


populares son menos malos).

A. El cansar y aburrir al pueblo de Dios. Alguien ha comentado que el diablo está


logrando que el pueblo se canse de la alabanza, a causa de los músicos que ignoran
que más no siempre equivale a mejor. Es importante dar por finalizado el tiempo
de participación musical en el momento apropiado, antes de que las personas se
cansen. El cansancio es resultado de los siguientes factores:

Repetición (más de tres veces la misma canción). Un grupo musical muestra su


inmadurez y falta de repertorio cuando repite la misma canción vez tras vez. Dios
nos ha dado innumerables canciones e himnos, y debemos usar esta gran
diversidad de música. Un período de canto muy largo. Todo el tiempo se
permanece en la misma posición física. Hay mucho ruido en el ambiente.
Se cantan canciones que la mayoría no conoce.
B. El exhibicionismo y la ostentación por parte de los músicos. Estos parecen estar
centrados en sus habilidades. Existe falta de liderazgo, de tal forma que ellos son
los únicos actores.

C. La distorsión espiritual de los músicos. Están fascinados, satisfaciendo sus


propios gustos o necesidades espirituales, sin pensar realmente en el efecto que eso
tiene en otros. Tienen como preocupación primaria la libertad de expresar sus
propias emociones y el satisfacerse a sí mismos, en vez de la edificación y el bien
del hermano.

D. El abuso de lo sagrado. Algunas veces, expresiones legítimas son usadas


artificialmente para llenar el vacío y para dar apariencia de espiritualidad. El uso y
abuso de las expresiones de moda desgasta lo sagrado. Algunas expresiones
trilladas son:“Demos un aplauso más fuerte a Dios” (como si Dios fuera sordo).
“Todos levantando sus manos” (o brincando, o danzando).“¿Quién da gloria a
Dios?”

E. La falta de canciones e himnos con profundo contenido teológico. Mucha de la


música es emocional, agradable o con ritmo, pero carece de contenido significativo.

F. La falta de cánticos nuevos o de variación. En cada culto, casi siempre se cantan


las mismas canciones.

G. La imitación sin la experiencia. Hoy muchos artistas de la música Cristiana


comercial, han vendido su imagen, vistiéndose y actuando tal como lo hacen los
músicos y artistas seculares. En nuestras iglesias está pasando lo mismo, se imita a
los predicadores de moda, a los músicos famosos, nuestras Iglesias no solo quieren
tener costosos equipos de sonidos, sino que también quieren sistemas de
iluminación, máquinas de humo, escenarios grandes, y lo más cumbre, si no les
pagan no tocan ni cantan. La alabanza no es la imitación de una forma, sino la
expresión de una vida espiritual que no puede ser contenida y que brota en
celebración y gratitud al Señor.
IV. ALGUNAS SUGERENCIAS.

A. Lidere. El director de alabanza debe recordar que su trabajo es liderar, dirigir


al pueblo de Dios en alabanza. Es un líder, no un actor.
B. Observe a su audiencia. ¿Qué están haciendo y pensando? Cuando uno ve
que la mayoría no está cantando sino sólo esperando que ese momento termine,
debe tomar conciencia y cambiar lo que está sucediendo.
C. Dé importancia a los otros ministerios de la iglesia, especialmente al
ministerio de la Palabra. La música y la oración aumentan la receptividad de la
gente y la preparan para recibir el mensaje de Dios.
D. Más no es mejor. Ejercite el dominio propio. Es mejor que las personas se
queden con el deseo de más y no que resulten cansadas de demasiado.
E. Evite que los sistemas modernos de sonido tapen la respuesta de la
congregación. Recuerde que la música de ellos es tan importante como la suya.
Cuando uno no logra escucharse, generalmente se calla.
F. Sea espiritual, no aparente espiritualidad. A la vez, recuerde que hay cosas
que deben suceder a solas entre usted y Dios.
G. La alabanza no es simplemente una función de habilidad musical. Los
músicos necesitan dar un testimonio excelente y poseer madurez.

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