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Diánoia, vol. 2, no.

2, 1956
390 RESE1'I'AS BIBLIOGRAFICAS

co, jurista, filósofo, elaboró una obra pensamos que el positivismo brasileño
considerable en la cual predominan, sin fue menos intransigente y más elástico
duda, sus contribuciones definitivas en que el mexicano, a pesar de que encon-
el dominio del derecho como "El Pro- tramos párrafos tan exagerados como
yecto del Código Civil Brasileño", "El el siguiente de Barreto: "La distinción
Derecho de las sucesiones", los "Trata- entre la antigua y la nueva prosa, con-
dos de Derecho Internacional", Todo lo siste sobre todo en que nosotros, hijos
cual no significa que no haya cultivado del siglo XIX, pensamos si puedo decir-
de una manera brillante y objetiva el lo así, con más velocidad, callando mu-
terreno de la crítica y la filosofía. cha cosa que, entre tanto, no deja de
Tito Livio de Castro (1864-1890) ser pensada. Y esto es posible porque
aunque propiamente no perteneció a la las nociones, como nos las ofrecen las
Escuela, se vio influido en gran mane- lenguas cultas en palabras y formas par-
ra por las ideas de Barreto. Crítico, ticulares, son más densas, es decir, de
biólogo y filósofo, fue el que derivó las un contenido más vasto."
últimas y más absurdas consecuencias Creemos que el conocimiento de Kant
de la concepción naturalista. Su adhe- temperó muchos vuelos de los positivis-
sión al transformismo, al determinismo tas brasileños. De aquí que encontre-
y al monismo no conoció límites, vaci- mos en uno de los ensayos de Romero
laciones ni compromisos. El naturalis- una afirmación capital en teoría de la
mo, para él la más genuina expresión ciencia, cuando se declara partidario
del arte, fue el vidrio de aumento con de una separación entre las ciencias na-
el cual enfocó al hombre, la vida y el turales y las sociales; la tendencia a
universo. Por lo mismo que vivió poco, confundirlas, dice, "se revela especial-
dejó sólo tres expresiones de su vasta mente en el lenguaje que ellos aplican
erudición y capacidad crítica: "Aluci- a los fenómenos sociales, lenguaje to-
naciones e Ilusiones", "La Mujer y la mado de las ciencias matemáticas, físi-
Sociogenia" y "Cuestiones y ProbJ.e.. cas y naturales. Expresiones legítimas,
mas". cuando son empleadas para aquello para
No cabe duda que sería una fecun- lo que fueron creadas, asumen, sin em-
da labor, para establecer semejanzas y bargo, un carácter pronunciadamente
diferencias, la comparación entre los metafórico cuando se refieren a asun-
positivistas brasileños y 'los positivistas tos a los cuales difícilmente se aplican".
mexicanos. Así, por ejemplo, encontra- Tal vez, semejantes conocimientos
mos en un ensayo de Clovis Bevilaqua pudieron servirles a los brasileños para
unas palabras que muchas veces hemos integrar una ideología adecuada a su
oído decir a pensadores mexicanos; ex- realidad y no al contrario, como suce-
plicando la preponderancia del positi- dió con los positivistas mexicanos.
vismo en el Brasil, afirma lo siguien-
te: " .. _el positivismo, resumiendo el ABELARDO VILLEGAS
conjunto vastísimo del saber humano
en pocos libros, e imponiendo los pre-
ceptos científicos con el dogmatismo
intransigente con que evangelizan las
Lógica Matemática, por José Ferra-
religiones purificando máculas de here- ter Mora y Rugues Leblanc. Fon-
jía, favorecía nuestra indolencia men- do de Cultura Económica, Mé-
tal, que prefiere los devaneos de la xico-Buenos Aires, 1955.
imaginación y las facilidades del dog-
matismo a las asperezas del estudio y El Fondo de Cultura Económica aca-
la crítica". ba de publicar este excelente libro, fru-
Sin embargo, por lo leído, nosotros to de la colaboración .de dos distinguí-
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 391

dos profesores del Bryn Mawr College aluden a las dos clases de partículas
de Pennsylvania: José Ferrater Mora y que componen tal lenguaje y, valién-
Hugues Leblanc. Los autores expresan dose de una serie de ejemplos, exponen
así, en el Prefacio, el propósito de la el concepto de estructura lógica. La se-
obra, plenamente realizado por ellos: gunda sección del mismo capítulo, ba-
"presentar a los lectores de habla espa- sada en la doctrina de la jerarquía de
ñola, de una manera sucinta, clara y los lenguajes, traza la distinción entre
rigurosa, los temas fundamentales de el llamado objeto-lenguaje y el lengua-
la disciplina que unos llaman lógica je de este lenguaje, o metalenguaje, es
moderna, otros lógica simbólica, otros decir, el lenguaje en el cual hablamos
--como aquí se hace- lógica matemá- acerca del primero. Las dos últimas
tica, y que nosotros preferimos llamar secciones del capítulo inicial refiéren-
simplemente lógica" (pág. 7). se, respectivamente, a la semiótica, o
Después de advertir al lector lego en estudio general de los signos, conside-
la materia que no debe atemorizarse si rada como un lenguaje, y a los concep-
encuentraque en el manual no escasean tos de lógica deductiva y lógica induc-
los símbolos, ya que éstos, lejos de tiva.
entorpecer la comprensión del texto, El capítulo segundo ("Lógica Sen-
"constituyen el único modo de enten- tencial"), comienza con un análisis de
derlo derechamente", pues "una lógica las nociones de juicio, proposición y
matemática sin símbolos sería tan in- sentencia. Los autores entienden por
concebible como una aritmética sin ci- juicio "el acto mental por medio del
fras", tienen el gran acierto de explicar cual pensamoscualesquiera enunciados"
por qué esa disciplina no está necesa- (pág. 21); llaman proposición a "lo
riamente vinculada al llamado positi- pensado en dicho acto" (pág. 22) y
vismo lógico ni, en general, a ninguna dan el nombre de sentencias a "las se-
otra posición doctrinaria, actual o pre- ries de signos en las cuales se expresan
térita. "Nuestro libro --escriben- no proposiciones" (pág. 22) ; no sin expli-
se adhiere a ninguna dirección filosó- carnos, en una nota, por qué introducen
fica determinada. No es necesario. La los términos "sentencia", "sentencial",
lógica matemática no es el órgano de "sentencialmente", que prefieren a los
ninguna escuela. Para usarla no es me- comúnmenteusados "oración", "oracio-
nester ser cientificista ni positivista; se nal", "oracionalmente", y a los de
puede ser tomista, marxista, fenome- "enunciado", "enunciativo" y "enuncia-
nólogo, existencialista. No pretendemos tivamente" que les fueron sugeridos, an-
exponer ninguna doctrina filosófica, tes de que el libro se publicase, por el
sino los rasgos fundamentales de una filósofo José Gaos.
ciencia." Dan, pues, el nombre de lógica sen-
Componen el libro ocho capítulos, de tencial a la que trata "de las sentencias
los cuales el primero, titulado "Natura- como unidades y de sus combinacio-
leza de la Lógica", principia con una nes". Indican después cuáles son las
breve disertación acerca del lenguaje, letras sentenciales de que se servirán
seguida de algunas consideraciones en para simbolizar las sentencias y, a ren-
torno a los signos, hechas a la luz de la glón seguido, hacen ver en qué difieren
distinción de Carnap entre signos-acon- los enunciados atómicos de los llama-
tecimientos y signos-modelos. dos moleculares, y definen la noción de
Explicada la diferencia entre los tres esquema sentencial (pág. 23). En la
"alcances" del lenguaje ordinario, a sa- sección siguiente estudian las partículas
ber, cognoscitivo, valorativo y prescrip- conectivas "y", "o" (en sus dos senti-
tioo; los autores manifiestan que habrán dos, exclusivo y no exclusivo); "si ..•
de limitarse al primero; seguidamente entonces" (o condicional); "si y sólo
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si" (o bicondicional), y los signos que lógica de las relaciones, son sucesiva-
simbolizan las correspondientes opera- mente abordados estos temas: concepto
ciones. En el § 7 exponen cómo se for- de relación; el álgebra de las relacio-
man las tablas .de verdad, con cuya ayu- nes de Augustus de Morgan y Charles
da "se determina de un modo mecánico S. Peirce; leyes del álgebra relacional;
la verdad o la falsedad de una fórmula conceptos de relación conversa, produc-
molecular cualquiera, dados los valores to relativo e imagen; concepto de fun-
de verdad de las fórmulas componen- ción. '
tes", (pág. 28) Y en el § 8 hacen ver Los últimos capítulos del libro se ti-
cómo, gracias al uso de las tablas, se tulan,. respectivamente, Lógica cuanti-
identifican las fórmulas llamadas tau- ficacional superior y Metalógica. En
tologías. Las secciones finales del mis- aquél (cap. VII), son discutidos algu- .
mo capítulo versan sobre la prueba en nos métodos para la ampliación del len-
la lógica sentencial, el cálculo lógico, guaje lógico, así como las paradojas de
las lógicas finitamente polivalentes y las Russell, las teorías intencional y exten-
lógicas modales. sional de los tipos y las paradojas se-
Los autores pasan después a la lógi- mánticas.
ca cuantificacional (cap. III). A dife- En el capítulo VIII, con el que la obra
rencia de la sentencial, que se ocupa de termina, se estudia el concepto de sin-
los enunciados y sus combinaciones, sin taxis lógica; expónense algunos de sus
tomar en cuenta la composición de ta- resultados relativamente al cálculo sen-
les enunciados, la cuantificacional tra- tencial, al cuantificacional elemental y
ta, en cambio, de tal composición. He- al cuantificacional superior; háblase
cho, en la sección 14, el estudio de los de la aritmetización gédeliana de la sin-
cuantificadores, en la siguiente son ex- taxis, y pónense algunos' ejemplos para
puestas las leyes de la lógica cuantifi- explicar el concepto de designación; se
cacional. Estas leyes merecen especial alude a la "controversia de las entida-
atención por el papel que desempeñan des abstractas", esto es, al debate sobre
en la lógica clásica; son, en efecto, las los tipos de entidades que un cálculo
mismas del silogismo categórico. Cierra dado debe reconocer como los valores
el capítulo una sección sobre el cálculo de sus variables o signos cuantificables,
cuantificacional,. ampliación del senten- y se estudian las significaciones desde
cial, ya que todos los elementosde éste el punto de vista de la pragmática, o
son, a la vez, elementos del otro. análisis de los signos en su relación con
La lógica de la identidad es expues- los sujetos que los usan.
ta en el capítulo IV. Las secciones de En el Apéndice se ofrece una biblio-
éste versan sobre el signo de identidad, grafía de obras sobre lógica matemáti-
las leyes de aquella lógica, los cuanti- ca. Los títulos que la forman han sido
ficadores numéricos y las descripciones. ordenados de esta manera: Grupo 1:
Los autores emprenden después la Estudios de historia de la lógica; Gru-
exposición de la lógica de las clases po 11: Obras de interés histórico (de
(cap. V). Explicado el concepto de Leibniz a Russell); Grupo 111: Trata-
"clase", ofrecen algunas nociones de ál- dos sistemáticos.
gebra booleana; estudian los métodos El mayor mérito de la obra es, para
usados por Leibniz y Euler para la re- nosotros, su claridad. Tratándose de
presentación gráfica de las clases; ana- materia tan árida y, sobre todo, tan di-
lizan. los diagramas de que en 1881 se fícil para el no iniciado, 'tal virtud re-
valió J ohn Venn para explicar los silo- sulta la más estimable en un manual de
gismos, y hacen referencia a varias de lógica simbólica. Aun cuando los auto-
las leyes del álgebra de Boole, res resumen lo mejor e incluso lo más
En el capítulo VI, consagrado a la abstruso del pensamiento lógico mate-
RESE~AS BIBLIOGRAFICAS 393

mático, sus exposiciones son siempre inducción, acaba por desplazar dicha
sencillas; la dosificación de los temas justificación hacia el problema de cons-
es admirable, y el método seguido es el truir una teoría de la confirmación. Y,
que mejor se adapta a las exigencias por último, la solución de las dificulta-
didácticas. Por ello pensamos que la des que presenta el problema de definir
obra será muy útil a los principiantes la confirmación, la proyecta en las pers-
y, especialmente, a los alumnos de los pectivas que ofrece la tarea de estruc-
cursos de lógica, tanto en las escuelas turar una teoría de la previsión.
preparatorias como en las Facultades de Con arreglo a las doctrinas de la se-
Filosofía. mántica y la sintaxis lógicas qUe sus-
EDUARDO GARCÍA MÁYNEZ tenta, Goodman arriba al siguiente ar-
gumento circular: un razonamiento que
se establezca conforme a las reglas ge-
nerales de la inferencia deductiva se
Fact, fiction and forecast, por NeJ· encuentra justificado, o es válido, aun
son Goodman, Harvard Univer- cuando su conclusión resulte falsa; y,
sity Press, Cambridge, 1955. a la vez, un razonamiento que viole al-
guna regla general de la inferencia de-
El problema central de que trata este ductiva es una falacia, aun cuando su
libro es el constituído por los juicios conclusión sea verdadera. Y este mis-
condicionales o hipotéticos (si es x, en- mo criterio es el que descubre, en úl-
tonces es y) para el caso en que tanto timo extremo, en el caso de la inferen-
el antecedentecomo el consecuenteson cia inductiva. Es claro que las reglas
falsos. Ya que, como es sabido, todo mencionadas no son cualesquiera re-
juicio condicional es formalmente váli- glas arbitrarias, sino uno de los varios
do cuando la condición es falsa, inde- conjuntos de reglas que son válidas
pendientemente de que la consecuencia para la inducción o para la deducción..
sea válida o falsa. Pues bien, exami- Pero, en todo caso, queda en pie el pro-
nando con rigor y minuciosidad este blema de determinar en qué consiste la
problema en todos sus aspectos, el au- validez de tales reglas. Para resolver-
tor llega a desarrollar una gran colec- lo, el autor rechaza los recursos de con-
ción de paradojas formales y de señalar siderar dichas reglas como axiomas evi-
los medios lógicos para disolverlas, sin dentes por sí mismos o de postularlas
tener que preocuparse por encontrar su como cualidades intrínsecas e inexpli-
solución. En este despliegue de las su- cables del entendimiento humano. En
tiles caras que tiene la cuestión princi- lugar de estas interpretaciones conven-
pal, Goodman analiza el carácter de las cionales, Goodman reconoce como úni-
condiciones establecidas como antece- ca justificación de las reglas, tanto de
dentes en las relaciones hipotéticas y la la deducción como de In inducción, su
naturaleza de la ley científica en su fun- conformidad con la actividad práctica
ción de servir como antecedentecomún \ de inferir.
para un conjunto infinito de juicios Volviendo al problema de los juicios
condicionales. De aquí se ve conduci- condicionales cuya validez resulta de la
do al problema de determinar el modo simultánea falsedad de su antecedentey
como se efectúa el tránsito de la simple su consecuente,Goodman muestra otros
formulación de un enlace conceptual de sus aspectos. Todo juicio estable-
a la posibilidad de su cumplimiento. cido explícitamente en esta forma (si x
Esto lo hace desembocar en un nuevo es falso, entonces r es falso, se puede
planteamiento de la inferencia inducti- convertir, conservando su validez, en un
va. Luego, al tratar de descubrir una juicio con antecedente y consecuente
justificación formal estricta para la válidos· (si es y, entonces es x). Tam-

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