Recurso Nulidad 911 2023 Callao LPDerecho

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA PENAL TRANSITORIA

DE LA REPÚBLICA RECURSO NULIDAD N.° 911-2023


CALLAO

DESVINCULACIÓN PROCESAL
Sumilla. De conformidad con los criterios
establecidos en el Acuerdo Plenario 4-
2007/CJ-116, la aplicación de la
desvinculación procesal se encuentra
facultada cuando exista un error en la
subsunción normativa o tipificación del
hecho propuesto por la Fiscalía, siempre
que se respete la homogeneidad del bien
jurídico protegido, se garantice el derecho
de defensa y se tutele el principio de
favorabilidad (inciso 11 del artículo 139
de la Constitución Política).

Lima, veintiocho de diciembre de dos mil veintitrés

VISTOS: los recursos de nulidad


interpuestos por el representante del Ministerio Público y la
defensa técnica de Ángelo Manuel La Torre Aguilar, contra la
sentencia de dieciséis de mayo de dos mil veintitrés (foja 338), emitida
por la Tercera Sala Penal de Apelaciones Permanente del Callao de
la Corte Superior de Justicia del Callao, que declaró:
a) desvincularse de la acusación fiscal en la que se le imputó al
procesado como autor del delito de contra el patrimonio en la
modalidad de robo agravado en grado de tentativa (inciso 5 del artículo
189 del Código Penal); consecuentemente calificaron la tipificación como
delito de hurto agravado en grado de tentativa (inciso 2 del artículo 186
del Código Penal); b) se absolvió al procesado como autor del delito
contra el patrimonio en la modalidad de robo agravado en grado de
tentativa, en perjuicio de Geraldine Sibill Montes Paz; y c) se
condenó al procesado como autor por el delito contra el patrimonio
en la modalidad de hurto agravado en grado de tentativa, en
perjuicio de Geraldine Sibill Montes Paz, a dos años y once meses
de pena privativa de libertad efectiva, oficiándose para su
ubicación y captura; y fijó en mil soles (S/ 1000,00) el monto de la
reparación civil.

Intervino como ponente el juez supremo PLACENCIA RUBIÑOS.

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CONSIDERANDO

FUNDAMENTOS DEL RECURSO IMPUGNATORIO

Primero. El representante legal del Ministerio Publico, en su


recurso de nulidad formalizado por escrito del treinta de mayo de
dos mil veintitrés (foja 379), impugnó la sentencia absolutoria por el
delito de robo agravado en grado de tentativa. Postuló como
agravios los siguientes:

1.1. Las pruebas actuadas en juicio no fueron debidamente valoradas


por el Colegiado, y por ende el razonamiento de la Sala resulta
insuficiente, ya que existen elementos objetivos que acreditan la
amenaza ejercida contra la agraviada a quien le dijeron: “Dame tu
celular o te quemo”, quien mantuvo dicha sindicación tanto a nivel
preliminar (con presencia del representante del Ministerio Público) como a
nivel plenario.

1.2. La Sala refiere que no se recabaron testimoniales diferentes a la


versión de la agraviada, lo cual no resulta cierto, ya que se cuenta
con las declaraciones de los efectivos policiales como testigos
referenciales de la existencia de la amenaza ejercida por parte del
procesado contra la agraviada, y como consecuencia el
desapoderamiento del bien (celular), por lo que la conducta del
acusado se subsume en el delito de robo agravado en grado de
tentativa.

Segundo. El sentenciado Ángelo Manuel La Torre Aguilar, en su


recurso de nulidad formalizado por escrito de veintitrés de mayo de
dos mil veintitrés (foja 372), impugnó la sentencia condenatoria en el
extremo de la pena. Postuló como agravios los siguientes:
2.1. La recurrida estableció que el quántum de la pena no excede los
cuatro años de pena privativa de libertad, y que no se advierte el
criterio de la reincidencia y habitualidad, sin embargo, no fue

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suficiente esta condición para que se tome en cuenta y se le otorgue


una pena suspendida o, en su defecto, una conversión a jornadas a
prestación de servicios a la comunidad (artículo 52 del Código Penal).
2.2. No resulta acorde a ley emitir condena efectiva, puesto que el
acusado no cuenta con la condición de reincidente, no registra
condena anterior con pena efectiva, y si bien es cierto, tenía dos
investigaciones anteriores, estas ya fueron archivadas o resultó
absuelto.

MARCO DE IMPUTACIÓN FÁCTICA Y JURÍDICA


Tercero. Conforme con la acusación fiscal postulada mediante
requerimiento de cinco de marzo de dos mil dieciocho (foja 96), se
imputa al procesado Ángelo Manuel La Torre Aguilar junto a otros
sujetos, apoderarse de las pertenecías de los agraviados, con el
empleo de amenaza y violencia.

3.1. El siete de setiembre de dos mil dieciséis, a las dos horas con treinta
horas de la mañana aproximadamente, cuando la agraviada
Geraldine Sibill Montes Paz se encontraba a bordo de una combi,
sentada en la espalda del chofer (cruce de las avenidas Fauccet y La
Chalaca), se le acercó el procesado Ángelo Manuel La Torre
Aguilar, quien cogió se celular, el cual tenía sujetado junto a su
cartera, y se lo intentó arrebatar, pero al no conseguirlo, la amenazó
diciéndole: “Dame tu celular o te quemo”, todo fue tan rápido que
dicho sujeto descendió del vehículo y se dio a la fuga, quedándose la
agraviada atónita por unos segundos.
3.2. En esas circunstancias, la agraviada bajó del vehículo y fue detrás
del individuo, el cual se encontraba unas cuadras delante de ella. Al
observar a unos efectivos policiales a bordo de equipos motorizados,
se acercó a ellos y les contó lo sucedido, en virtud del cual estos
logaron capturar al referido sujeto.

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3.3. Al realizarse el registro correspondiente se le encontró en la mano


derecha el teléfono celular perteneciente a la agraviada.

Cuarto. En cuanto a la calificación jurídica, el titular de la acción


penal postuló la configuración del delito de robo con agravantes en
grado de tentativa (artículo 16 del Código Penal), conforme con lo
previsto en el artículo 188 del Código Penal (tipo base), concordado
con la agravante del inciso 5 del primer párrafo del artículo 189 del
Código citado. Solicitó ocho años de pena privativa de libertad.

DELITO: ROBO CON AGRAVANTES EN GRADO DE TENTATIVA


Artículo 1 de la Ley 30076, publicada el 19 de agosto de 2013
El que se apodera ilegalmente de un bien mueble total o parcialmente
Tipo base ajeno, para aprovecharse de él, sustrayéndolo del lugar en que se
(artículo 188 del CP) encuentra, empleando violencia contra la persona o amenazándola con un
peligro inminente para su vida o integridad física.
HECHOS 7 DE SETIEMBRE DE 2016
EDAD DEL PROCESADO Ángelo Manuel La Torre Aguilar, nació el 30 de diciembre de 1992, tenía 23
AL DÍA DE LOS HECHOS años.
Agravante: artículo 189 La pena es no menor de 12 ni mayor de 20 años si el robo es cometido:
del CP (primer párrafo)
En cualquier medio de locomoción de transporte público o privado de
Inciso 5
pasajeros o de carga […].

FUNDAMENTOS DE LA SENTENCIA IMPUGNADA


Quinto. Conforme con la sentencia recurrida de dieciséis de mayo
de dos mil veintitrés (foja 338), la Sala Superior condenó a Ángelo
Manuel La Torre Aguilar en atención a los siguientes
considerandos:
5.1. Instalada la audiencia, se postularon dos posiciones que pretenden
explicar desde sus propias ópticas la realidad de un solo hecho
histórico.
5.2. El primero de ellos postulado por el Ministerio Público que incrimina
al procesado haber sustraído a la agraviada su celular, cuando
ambos se encontraban en el interior de un transporte público, para
lo cual, este la amenazó, para luego darse a la fuga, acción que se
subsume en el tipo penal de robo agravado.
5.3. La segunda posición corresponde a la defensa del procesado, quien

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ha indicado que sí se considera responsable de los hechos que se le


incrimina, sin embargo niega haber amenazado a la agraviada, sino
que aprovechó un descuido para sustraerle el celular de su bolso,
dicha acción corresponde al tipo penal de hurto agravado y no a lo
postulado por el Ministerio Público, postulándose la desvinculación
del tipo penal planteado por el titular de la acción penal.
5.4. En este contexto, corresponde al Ministerio Público, dentro de sus
atribuciones persecutorias, aportar elementos de juicio que
permitan generar en el juzgador la certeza respecto a la realización
del hecho denunciado, por lo que corresponde evaluar si la
conducta desplegada por el acusado se subsume en el tipo penal de
robo agravado.
5.5. Revisada la actividad probatoria se denota que el Ministerio Público
no ha incorporado al juicio oral prueba, sea personal o instrumental
que abone en la acreditación de las presuntas amenazas contra la
agraviada. Los efectivos policiales que intervinieron al acusado no
han manifestado que hubiesen presenciado el momento de la
sustracción, solo refirieron que fue la agraviada quien les refirió que
el acusado la amenazó.
5.6. Se evidencia la ausencia de prueba directa que acredite el elemento
de amenaza contra la agraviada, no solo por lo señalado por el
procesado, sino que la misma víctima indicó que todo sucedió muy
rápido, quedando atónita por unos segundos, sin embargo, resulta
poco probable que sucediendo todo tan rápido como sostiene la
agraviada y el acusado se encontraba desprovisto de armas, este
haya tenido tiempo para forcejear con ella, luego amenazarla y,
después de eso, en virtud de la amenaza, lograr despojarla de su
celular, cuando lo más previsible haya sido que le arrebató el celular
y bajó en forma rauda como lo hizo.
5.7. Por lo expuesto, si hubiese existido la frase amenazante contra la

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agraviada, por sí sola y en las condiciones narradas, no habría sido


el condicionante para la materialización del robo, puesto que dicha
frase, sin ningún otro acto de intimidación, no podría haber
alcanzado el nivel de amenaza inminentemente que hubiera puesto
en riesgo de algún mal a la agraviada, por lo que al no haberse
cumplido con acreditar la existencia de uso de amenaza, la
conducta no se subsume dentro del tipo de robo agravado.
5.8. Sobre la base de lo analizado, la actividad probatoria producida, no
ha acreditado la comisión del delito de robo agravado, sin embargo,
sí se ha acreditado que el acusado se apoderó del celular de la
agraviada cuando se encontraban en el interior de un vehículo de
transporte público, y al darse a la fuga fue intervenido por personal
policial. Se le encontró en poder del celular de la agraviada,
situación que obliga a la recalificación típica del hecho imputado,
mediante la desvinculación de la acusación, ello sobre la base del
artículo 258-A del Código de Procedimientos Penales y el Acuerdo
Plenario 4-2007/CJ-116 de dieciséis de noviembre de dos mil siete.
5.9. En ese orden de ideas, no existe obstáculo legal alguno ni se atenta
contra el principio acusatorio el determinar la recalificación de los
hechos al tipo penal de hurto agravado en grado de tentativa,
previsto y penado en el artículo 185 del Código Penal, concordado
con el inciso 2 del artículo 186 y el artículo 16 del mismo cuerpo
legal.
5.10. En el extremo de la determinación de la pena, en la medida que ha
quedado acreditado el tipo penal de hurto agravado en grado de
tentativa, el mismo que se encuentra conminado a una pena no
menor de tres años ni mayor de seis años de pena privativa de
libertad, se descarta la presencia de circunstancias que no ameriten
ubicar la pena en su extremo mínimo, esto es de tres años, en
calidad de pena parcial, y se advierte la concurrencia de una causal

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de disminución al quedar el delito en grado de tentativa, lo que


permite disminuir prudencialmente la pena, estableciéndose en dos
años con once meses de pena privativa de libertad efectiva.

5.11. El Colegiado Superior consideró la efectividad de la pena sobre la


base del registro anterior a los hechos del presente caso, quien tenía
dos investigaciones a nivel fiscal, las que terminaron archivadas por
el delito de hurto agravado en los años dos mil doce y dos mil
catorce; así también, registra una denuncia ante la comisaría de
Dulanto del año dos mil dieciséis por el mismo delito de hurto
agravado; y con posterioridad a los hechos, presenta una condena
de treinta y seis meses de pena suspendida, de siete de marzo de
dos mil dieciocho por delito de hurto agravado; para finalmente
registrar un ingreso al Establecimiento Penitenciario de Cañete, por
tales condiciones, se puede establecer que el procesado mantiene
una conducta delictiva (antes y después de los hechos), conducta que se
ha convertido en una forma de vida, ello imposibilita amparar la
conversión de la pena, de acuerdo con lo señalado en el artículo 57
del Código Penal.

FUNDAMENTOS DEL TRIBUNAL SUPREMO


Sexto. Para la imposición de una condena es preciso que el
juzgador haya llegado a un nivel de certeza respecto a la
responsabilidad penal del procesado, la cual solo puede ser
generada mediante una actuación probatoria suficiente, que
permita crear certeza de culpabilidad, y enervar la presunción de
inocencia que, como garantía de corte constitucional, acompaña al
justiciable durante todo el desarrollo del proceso.

Séptimo. Sobre lo dicho resulta pertinente establecer la


materialidad de delito en el presente caso. Así, la sustracción del

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patrimonio de la agraviada se encuentra acreditada mediante los


siguientes medios probatorios, documentos que fueron oralizados
en el plenario y ratificados por el personal policial que los elaboró:

7.1. Acta de intervención policial (foja 9). Documento que da cuenta de la


captura del procesado, reconocido por la agraviada como la
persona que le sustrajo su celular cuando estaba dentro de un
transporte público (combi) y fue detenido por personal policial que
transitaba por la zona, quienes al ver que una fémina corría detrás
de una varón, inmediatamente lo intervinieron y lograron reducir, a
quien se le encontró en posesión del celular de la agraviada, objeto
que fue reconocido por la víctima; documento firmado por el
procesado.
7.2. Acta de registro personal e incautación de especie (foja 10); donde se
precisa que se le encontró sujetado a la mano derecha del
intervenido el celular color negro, marca Samsung, modelo
Samsung GALAXY J5, con protector de carcasa color rosado, el
cual le pertenece a la agraviada Geraldine Sibill Montes Paz;
documento firmado por el procesado.
7.3. Acta de entrega de especie (foja 14). El cual acredita la devolución del
bien sustraído a la agraviada: un celular marca Samsung Galaxy
J5, con número 949-553-338, registrado a la empresa Claro, en
regular estado de conservación y buen estado de funcionamiento.
7.4. Acta de reconocimiento físico (foja 15). Que contó con la presencia
del representante del Ministerio Público, diligencia que cumplió con
lo normado en el artículo 146 del Código de Procedimientos
Penales, brindando inicialmente las características físicas de quien
le sustrajo su celular, para luego reconocer al procesado como la
persona que la amenazó para sustraérselo.

Octavo. Establecida la materialidad del delito, se procede analizar

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la materialidad de la sustracción, es decir, se pasa a evaluar la


responsabilidad del imputado, que de autos se advierte que la
vinculación del sentenciado Ángelo Manuel La Torre Aguilar, se
sustenta en la declaración de la agraviada Geraldine Sibill Montes
Paz formulada a nivel policial (foja 31), misma que contó con la
presencia del representante del Ministerio Público, quien señaló:
Me encontraba sentada en el asiento que daba a la espalda del chofer de la
combi […] una persona de sexo masculino, quien se dirigió a mi persona y
coge mi celular que lo tenía sujetado conjuntamente con mi cartera y me lo
quiere quitar, al no poder hacerlo me amenaza diciéndome “DAME TU
CELULAR O TE QUEMO”, todo fue muy rápido que este sujeto descendió
del vehículo y se dio a la fuga, me quede atónita por unos segundos, bajé y
fui detrás de ese individuo […] observé que unos motorizados de la policía
lo intervinieron […] me acerqué y le dije a los policías que me había robado
mi celular […] prueba de ello que la policía le encontró mi celular en la
mano del detenido.

8.1. Asimismo, la agraviada declaró a nivel plenario (sesión de juicio oral 4


del cuatro de abril de dos mil veintitrés a foja 300), donde ratificó lo
señalado primigeniamente, e indicó:
Yo tenía el celular cerca y trató de arrancharme el celular, pero creo que
agarró el celular con mi cartera […] no pude sacar el celular […] me dijo
textualmente: “DAME O TE QUEMO”, algo así, como amenazándome, él
mismo jaló y trató de forcejear, en ese momento yo me quede asustada
[…] yo bajé de inmediato y fui detrás de él […] solo le decía al policía que
me había robado el celular y el policía le revisó los bolsillos y
efectivamente tenía el celular […] no tenía ningún arma, todo fue muy
rápido […] me arrancha la cartera, me trata de quitar el celular, es como
si se hubiera atascado el celular o había jalado con la cartera y él no
podía, y el habrá pensado que yo estaba evitando, pero la verdad es que
me agarró de sorpresa.

8.2. De lo anterior, se evidencia una sindicación directa contra el


procesado, habiéndose reconocido y precisado cuál fue su actuar
delictivo.

Noveno. También, se cuenta con las declaraciones del acusado


tanto a nivel policial (foja 27) como plenario (sesión de juicio oral 5 del
dieciocho de abril de dos mil veintitrés a foja 317), quien refirió no conocer a

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la agraviada. Reconoció haberle sustraído el celular cuando estaba


distraída en el vehículo (combi), bajar del mismo y ser capturado por
personal policial, pues la agraviada lo siguió, y personal policial que
transitaba por la zona al ver ello, procedieron a su captura. Negó
haber amenazado o violentado a la agraviada para sustraerle el
celular.

Décimo. De acuerdo con lo declarado por ambas partes, la Sala


Superior determinó la desvinculación de la calificación jurídica por el
delito de robo agravado en grado de tentativa, normado en inciso 5
del artículo 189 del Código Penal, postulado en el requerimiento
acusatorio, reconduciendo el actuar delictivo del procesado bajo el
delito de hurto agravado en grado de tentativa, normado en el inciso
2 del artículo 186 del Código Penal, condenando bajo este último
delito a una pena efectiva de dos años con once meses.

Decimoprimero. Conforme con lo resuelto por el Colegiado, las


pretensiones impugnatorias de ciernes nos remiten a evaluar dos
extremos del pronunciamiento emitido por la Sala Superior. En
primer término, postulado por el representante del Ministerio
Público, está referido al tipo penal materia de sanción, dado que la
sentencia procedió a desvincularse de la forma agravada del tipo
penal postulado en el requerimiento acusatorio; y, en segundo lugar,
lo postulado por la defensa del procesado, que concierne a una
condena efectiva, cuando la misma puede ser suspendida o
convertida a jornadas de trabajo.

RECURSO PLANTEADO POR EL REPRESENTANTE DEL MINISTERIO


PÚBLICO
Decimosegundo. Se postula que las pruebas actuadas en juicio, no
fueron debidamente valoradas por el Colegiado, ya que existen
elementos objetivos que acreditan la amenaza ejercida contra la

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agraviada, a quien se le amenazó diciéndole: “Dame tu celular o te


quemo”, sindicación que antuvo a lo largo de sus declaraciones,
extremo corroborado con las declaraciones de los efectivos
policiales, por lo que la conducta del acusado se subsume en el
delito de robo agravado en grado de tentativa.

Decimotercero. El delito de robo agravado normado en el artículo


188 del Código Penal sanciona aquel que se apodera ilegítimamente
de un bien mueble total o parcialmente ajeno para aprovecharse de
él, sustrayéndolo del lugar en que se encuentra, con empleo de
violencia contra la persona o amenazándola con un peligro
inminente para su vida o integridad física.

13.1. Del texto legal se desprende que, para la configuración del delito de
robo agravado, específicamente sobre la obtención del bien, se debe
emplear violencia o amenaza contra el sujeto pasivo; entendiéndose
que la violencia consiste en el despliegue, por parte del autor o
autores, de una energía física sobre la víctima, que lleva a suprimir o
limitar materialmente su libertad de acción y la resistencia que
pudiera oponer al apoderamiento1.
13.2. En cuanto a la amenaza, esta es entendida como un peligro
inminente para su vida o integridad física, lo que no implica que
necesariamente el sujeto activo, de modo expreso y verbal, deba
señalar al sujeto pasivo de que este va a ser agredido o le dará
muerte si es que opone resistencia al robo. Por el contrario, la única
condición es que, de cualquier modo, se comunique esto a la víctima,
quien, en atención al contexto situacional o secuencial de los hechos
acaecidos, asuma que ello sucederá2.

1 DONNA, Edgardo Alberto. Derecho penal. Parte especial. Tomo II-B. Tercera
edición. Buenos Aires: Rubinzal-Culzoni Editores, 2008, p. 114.
2 Casación 496-2017/Lambayeque, del 1 de junio de 2018.

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Decimocuarto. En el caso de autos, la Sala determinó que no se


encontró probada la concurrencia del elemento de la amenaza contra
la agraviada ejercida por el procesado, pues de la misma declaración
(policial y plenario) de la víctima esta señaló:
Coge mi celular que lo tenía sujetado conjuntamente con mi cartera y me
lo quiere quitar […] todo fue muy rápido que este sujeto descendió del
vehículo y se dio a la fuga, me quede atónita por unos segundos […] yo
tenía el celular cerca y trató de arrancharme el celular, pero creo que
agarró el celular con mi cartera […] no pudo sacar el celular […] en ese
momento yo me quedé asustada […]solo le decía al policía que me había
robado el celular […] no tenía ningún arma, todo fue muy rápido.

En conclusión, la agraviada indicó que fue amenazada por el


procesado, pues este le había dicho: “Dame tu celular o te quemo”, lo
cual según la tesis de la Fiscalía se encontraría corroborado con
las declaraciones del personal policial; sin embargo, revisadas las
declaraciones se advierte que el personal policial interviniente no
fue testigo presencial del hecho sino de referencia, por lo que
no se ha podido corroborar la amenaza supuestamente ejercida por
el procesado contra la agraviada.

Decimoquinto. Los testigos, al declarar tanto a nivel preliminar


como plenario, cada uno precisó, en cuanto al efectivo policial PNP
Bradwien Jeseen Cruz Balladares a nivel policial (foja 24) y a nivel
plenario (sesión de juicio oral 3 del veintiocho de marzo de dos mil veintitrés a
foja 292), indicó que cuando patrullaba divisó (junto a sus compañeros),
a un sujeto que era perseguido por una mujer. Fue capturado y
reconocido inmediatamente por la agraviada, quien le señaló al
policía que este la había amenazado para sustraerle su celular,
objeto que le fue hallado en la mano del procesado, procediendo al
levantamiento de las actas correspondientes in situ, para luego ser
trasladado a la comisaría de la zona. Asimismo, ratificó el
contenido de las actas elaboradas.

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Esta declaración fue corroborada por su colega PNP Carlos Zegarra


Medina (sesión de juicio oral 3 de veintiocho de marzo de dos mil veintitrés a
foja 295), quien indicó no haber estado presente en el lugar de la
intervención, ayudó con la elaboración de las actas y que la
agraviada sindicó al capturado como la persona que la amenazó
para sustraerle su celular; asimismo, por el efectivo PNP Eriksson
Paul Julio Villanueva Luque (sesión de juicio oral 4 del cuatro de abril de dos
mil veintitrés a foja 303), este indicó ver a una mujer perseguir a un
sujeto, quien fuera detenido y se le halló en la mano un celular, el
cual era de propiedad de la agraviada, quien señaló al sujeto como la
persona que la amenazó para sustraerle su celular.

Decimosexto. De lo declarado por el personal policial, indicaron


que al ser intervenido el procesado se le halló en su poder el celular
de la víctima, estos fueron claros en precisar que no presenciaron
el hecho delictivo, es decir, el despojo del celular de la agraviada,
mucho menos escucharon la amenaza que esta habría recibido del
recurrente, con el fin de atemorizarla, con lo cual se concluye que
la conducta ilícita que se le imputó al sentenciado no implica el
uso de la amenaza para doblegar la voluntad de la víctima, por lo
que no se configuró el elemento normativo “amenaza”, necesario
para configurar el tipo penal del delito de robo agravado.

Decimoséptimo. Por tanto, es de aplicación la figura de la


desvinculación procesal del delito de robo con agravantes al de
hurto, conforme con lo establecido en el artículo 285-A del Código
de Procedimientos Penales. La aplicación de este dispositivo
jurídico, de conformidad con los criterios establecido en el Acuerdo
Plenario 4-2007/CJ-116, se encuentra autorizado cuando exista
un error en la subsunción normativa o tipificación del hecho
propuesto por la Fiscalía, siempre que se respete la homogeneidad

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del bien jurídico protegido, se garantice el derecho de defensa y se


tutele el principio de favorabilidad (inciso 11 del artículo 139 de la
Constitución Política).

Decimoctavo. Por consiguiente, se efectuó la recalificación jurídica


por el delito contra el patrimonio en la modalidad de hurto, tipo
base normado en el artículo 185 del Código Penal, con la agravante
del inciso 2 del artículo 186 del acotado Código, respecto a la
comisión del hecho cometido mediante la “destreza”.

18.1. Se debe considerar que, de acuerdo a la semántica, la destreza se


entiende como la habilidad, arte, primor o propiedad con que se
hace algo3. Se trata de aquella capacidad o habilidad especial con
que cuenta el sujeto y que despliega en el desarrollo de
determinada conducta para lograr su objetivo de manera
satisfactoria, que en el presente análisis nos remite a alcanzar la
sustracción del bien mueble de la esfera de su titular, menguando
su resistencia sin el despliegue de violencia ni intimidación alguna,
sino únicamente ligada a la pericia e ingenio del autor. “Comprende
todo medio que emplee el sujeto y presuponga una especial habilidad en
su persona”4.

18.2. Ahora bien, de la propia declaración de la agraviada, esta refiere en


varios extractos que el procesado le despojó de su celular, que
dicha acción fue muy rápida y quedó atónita por la rapidez con que
actuó el procesado para sustraerle su celular; lo señalado por la
víctima fue detallado por el Colegiado en los fundamentos
decimocuarto al vigesimoprimero, cumpliendo con desarrollar los
enunciados fácticos que permiten sustentar la destreza con que

3 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española. Consulta web


https://www.rae.es/drae2001/destreza, del dos de julio de dos mil veintitrés.
4 BRAMONT-ARIAS, Luis y GARCÍA, María. Manual de derecho penal. Parte

Especial. Segunda edición. Lima: Editorial San Marcos, 1996, p. 271.

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actuó el agente penal para alcanzar la sustracción del celular a la


agraviada, y con ello quedar acreditado que el accionar del
sentenciado se subsume en el inciso 2 del artículo 186 del Código
Penal. Por las consideraciones expuestas no resulta de recibo el
extremo impugnado por el titular de la acción penal.

RECURSO PLANTEADO POR EL SENTENCIADO ÁNGELO


MANUEL LA TORRE AGUILAR

Decimonoveno. La defensa arguye que no resulta acorde a ley


emitir condena efectiva, en el fundamento trigésimo cuarto de la
recurrida, indica que el acusado no cuenta con la condición de
reincidente, puesto que no registra condena anterior con pena
efectiva, aun cuando contaba con dos investigaciones anteriores
archivadas y un registro penal de absuelto no justifica que la pena
impuesta sea efectiva, pues existen las condiciones para que se le
otorgue una pena suspendida (artículo 57 del Código Penal) o en su
defecto una conversión a jornadas a prestación de servicios a la
comunidad (artículo 52 del Código Penal).

Vigésimo. Al respecto, la Sala Superior al momento de efectuar la


determinación de la pena, consideró (de acuerdo con el nuevo marco
punitivo por el delito de hurto agravado, no menor de tres ni mayor de seis años
de pena privativa de libertad) que el procesado no cuenta con
antecedentes penales a la fecha de cometido el ilícito, ubicándose
en el extremo mínimo de la pena, es decir, tres años, y al ser un
delito tentado, es de aplicación el artículo 16 del Código Penal,
para una disminución prudencial, lo que determinó una pena
concreta de dos años con once meses de pena privativa de libertad
efectiva.

Aun cuando se cumple con el incido 1 del artículo 57 del Código

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Penal: “Que la condena se refiera a pena privativa de libertad no mayor


de cuatro años”; sin embargo, de la revisión de autos, se aprecia que
el procesado con antelación a los hechos y posterior a ellos, ha
continuado cometiendo ilícitos, por consiguiente, ha mantenido
una recurrente conducta delictiva, y con ello se incumple lo
contenido en el inciso 2 de la citada norma. Condiciones por las
cuales no es de aplicación la suspensión de la pena.

Vigesimoprimero. De acuerdo con lo analizado, al haberse


establecido para el procesado una pena de dos años con once meses
de prisión efectiva, se precisa que nuestro ordenamiento legal
contempla en su artículo 52 del Código Penal la conversión de la
pena privativa de libertad a jornada por prestación de servicios a la
comunidad, donde el juez podrá convertir la pena privativa de
libertad no mayor de cuatro años, en razón de siete días de
privación de libertad por una jornada de prestación de servicios, de
tal forma que para la conversión de la pena deben darse
determinados presupuestos, como son:
a) Imposibilidad de aplicar la suspensión de la ejecución de la
pena o reserva del fallo condenatorio; extremo que se cumple
ya que el procesado para la fecha de los hechos no registraba
antecedentes penales, el agente no tenía la calidad de
reincidente ni habitual.

b) El condenado no debe registrar antecedentes penales y las


circunstancias individuales le deben permitir sostener al juez
penal que este no cometerá un nuevo delito al haberse
excluido el riesgo de reincidencia. Como ya se indicó, el
procesado al día de los hechos no registraba antecedentes
penales, y aun cuando registra un ingreso al penal con
posterioridad a los hechos, esta se encuentra cumplida

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(egresó del penal el dieciocho de setiembre de dos mil veinte a foja 195).

c) La lesión material de la expectativa normativa o del injusto


penal debe ser de mínima entidad, a efectos de que la
conversión de la sanción penal consiga los fines preventivos
de la pena efectiva que debió imponerse; de autos ha
quedado acreditado que el acto delictivo no ha revestido
mayor grado de intensidad de afectación a la libertad,
integridad física o incluso al patrimonio concreto de la
víctima, pues el bien sustraído fue devuelto y la agraviada no
fue lesionada.

d) Deber de cooperación de parte del condenado con la


búsqueda de la verdad procesal y la configuración del hecho
punible; criterio que resulta ser alternativo, en el presente
caso el procesado desde un inicio aceptó su responsabilidad.
En consecuencia, se ha cumplido con los criterios para
disponer la conversión de la pena a una de servicio
comunitario, lo cual le permitirá al penado internalizar la
gravedad de su condura y demostrar su voluntad de cambio
a través del cumplimiento de los servicios comunitarios que
se le asignen por la Dirección de Medio libre del Instituto
Nacional Penitenciario (INPE).

Vigesimosegundo. En caso de incumplimiento por su parte de


dicha pena alternativa, el sistema jurídico posibilita su revocatoria,
previo apercibimiento y el consiguiente cumplimiento en efectiva la
pena privativa de libertad impuesta originariamente, con deducción
de las jornadas que hubiera realizado el penado, conforme con el
artículo 53 del citado cuerpo legal.

Al ser esto así y cumpliéndose en el presente caso los supuestos

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establecidos para la conversión en comento, se acuerda que la pena


de dos años con once meses de privación de libertad efectiva se
convierta a ciento cincuenta y dos jornadas de prestación de
servicios a la comunidad, ordenándose al órgano competente para
que queden sin efecto las órdenes emitidas para la ubicación y
captura del procesado, en vista que se estableció el beneficio de la
conversión de la pena para el recurrente.

Vigesimotercero. En ese sentido, la sentencia recurrida ha


cumplido con las garantías y principios que rigen y delimitan el
desarrollo del proceso penal, el juicio de responsabilidad; así como,
la sanción civil, de tal forma que en el extremo de la calificación
jurídica, conforme se ha desarrollado en la presente ejecutoria, se
confirma la desvinculación del delito de robo agravado en grado de
tentativa, por el delito de hurto agravado en grado de tentativa con
la agravante 2 del artículo 186 del Código Penal; y en el extremo de
la pena impuesta de dos años con once meses efectiva,
reformándola, la que se convierte a ciento cincuenta jornadas de
prestación de servicios a la comunidad.

DECISIÓN

Por estos fundamentos, los jueces integrantes de la Sala Penal


Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República:

I. DECLARARON NO HABER NULIDAD en la sentencia de


dieciséis de mayo de dos mil veintitrés, emitida por la Tercera
Sala Penal de Apelaciones Permanente del Callao de la Corte
Superior de Justicia del Callao, que declaró la desvinculación
de la acusación fiscal en la que se le imputó al procesado
Ángelo Manuel La Torre Aguilar, en calidad de autor, el delito
de robo agravado en grado de tentativa; consecuentemente,

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calificaron la tipificación como delito de hurto agravado en


grado de tentativa; se absolvió al procesado como autor del
delito de robo agravado en grado de tentativa, en perjuicio de
Geraldine Sibill Montes Paz; y se le condenó como autor por el
delito de hurto agravado en grado de tentativa, en perjuicio
de Geraldine Sibill Montes Paz; y fijó en mil soles (S/ 1000,00
soles) el monto de la reparación civil; y en el extremo de la pena
de dos años y once meses de pena privativa de libertad
efectiva, que la CONVIRTIERON en ciento cincuenta y dos
jornadas de servicios a la comunidad, debiendo el juez de
ejecución oficiar a la Dirección de Medio Libre de Lima
Metropolitana del Instituto Nacional Penitenciario, para su
ejecución.

II. ORDENARON el levantamiento de las órdenes de captura


que pesan sobre el absuelto y se oficie para tal fin.

III. DISPUSIERON se remita la causa al tribunal de origen para


los fines de ley correspondientes y se haga saber a las partes
apersonadas en esta sede suprema.

Intervino la magistrada Placencia Rubiños por licencia del juez


supremo Brousset Salas.
S. S.
PRADO SALDARRIAGA
CASTAÑEDA OTSU
PACHECO HUANCAS
GUERRERO LÓPEZ
PLACENCIA RUBIÑOS
LPR/lrvb

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