12 Cuentos Cortos para Adultos
12 Cuentos Cortos para Adultos
12 Cuentos Cortos para Adultos
con explicaciones
Una serie de cuentos cortos para adultos que
nos hacen reflexionar sobre temas
universales.
Entre ellos, algunos clásicos son el de “Los Tres cerditos”, “Hansel y Gretel”
o ”Caperucita Roja”, por ejemplo. Pero aunque generalmente asociados el
género de los cuentos con la infancia, podemos encontrar también una
gran variedad de ellos que resultan más apropiados y/o comprensibles
para adolescentes, jóvenes e incluso adultos.
y adultos)"
1. La mariposa blanca
"Había una vez en Japón un anciano cuyo nombre era el de Takahama, y
que vivía desde su juventud en una pequeña casa que él mismo había
construido junto a un cementerio, en lo alto de una colina. Era un
hombre amado y respetado por su amabilidad y generosidad, pero los
lugareños a menudo se preguntaban porqué vivía en soledad al lado del
cementerio y por qué nunca se había casado.
Los sabios se aproximaron al animal y, uno por uno, tocaron al elefante con
el fin de saber cómo era dicho ser.
3. El ciervo escondido
"Había una vez un leñador de Cheng que encontró un ciervo en un campo,
al cual mató y posteriormente enterró con hojas y ramas para evitar que
otros descubrieran la pieza. Pero al poco tiempo, el leñador se olvidó del
lugar donde había ocultado el animal y llegó a creer que en realidad todo
el asunto había sido un sueño.
Pero esa misma noche el leñador que cazó al animal soñó (este vez de
verdad) con el lugar donde había escondido el cadáver y con la persona
que lo había encontrado. Por la mañana fue a casa del descubridor del
cuerpo del animal, tras lo que ambos hombres discutieron respecto a
quién pertenecía la pieza. Esta discusión se intentaría zanjar con la ayuda
de un juez, el cual repuso que por un lado el leñador había matado a un
ciervo en lo que creía un sueño y posteriormente consideró que su segundo
sueño era una verdad, mientras que el otro encontró dicho ciervo aunque
su esposa consideraba que era él quien soñó haberlo encontrado en base a
la historia del primero.
Este cuento fue creado por el escritor de Robinson Crusoe, Daniel Defoe, y
nos narra una historia en que podemos ver el valor de la inteligencia y la
astucia, así como el hecho de que ser codiciosos nos puede llevar a ser
manipulados y utilizados sin que siquiera nos demos cuenta.
5. El sabio y el escorpión
"Había una vez un sabio monje que paseaba junto a su discípulo en las
orilla de un río. Durante su caminar, vio como un escorpión había caído al
agua y se estaba ahogando, y tomó la decisión de salvarlo sacándolo del
agua. Pero una vez en su mano, el animal le picó.
El dolor hizo que el monje soltara al escorpión, que volvió a caer al agua. El
sabio volvió a intentar sacarlo, pero de nuevo el animal le picó provocando
que le dejara caer. Ello ocurrió una tercera vez. El discípulo del monje,
preocupado, le preguntó por qué continuaba haciéndolo si el animal
siempre le picaba.
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6. El espejo chino
"Había una vez un campesino chino, el cual iba a ir a la ciudad a vender la
cosecha de arroz en la que él y su esposa habían estado trabajando. Su
mujer le pidió que, aprovechando el viaje, no se olvidase de traerle un
peine.
El hombre llegó a la ciudad y una vez allí vendió la cosecha. Tras hacerlo, se
encontró y reunió con varios compañeros y se pusieron a beber y a celebrar
lo conseguido. Después de ello, y aún un poco desorientado, el campesino
recordó que su esposa le había pedido que le trajera algo. Sin embargo no
recordaba el qué, con lo que acudió a una tienda y compró el producto
que más le llamó la atención. Se trataba de un espejo, con el cual regresó
a su hogar. Tras dárselo a su esposa, se marchó de nuevo a trabajar en el
campo.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de
todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y
gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos
bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión
que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende".
Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal
capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza podría, con
facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo
mantiene entonces? ¿Por qué no huye?
La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió
agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le
seguía… Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal
aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y
poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que no
puede. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia
que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a
cuestionar seriamente ese registro. Jamás… jamás… intentó poner a
prueba su fuerza otra vez…"
Uno de los cuentos más conocidos de Jorge Bucay; esta narración nos
cuenta como nuestros recuerdos y experiencias previas pueden darnos
conocimientos, pero también generar estancamientos y bloqueos que
nos impiden y que pueden sabotearnos aún cuando su causa original ya no
está presente. La narración nos empuja a seguir intentando ponernos a
prueba a pesar de que lo que hayamos vivido pueda habernos hecho creer
que no podemos hacerlo.
9. El paisajista
"Érase una vez un pintor de gran talento que fue enviado por el emperador
de China a una provincia lejana y recién conquistada, con la misión de traer
a su vuelta imágenes pintadas. Tras un largo viaje en el que visitó en
profundidad todos los territorios de la provincia, el pintor regresó, pero sin
embargo no portaba ninguna imagen. Ello generó sorpresa en el
emperador, quien terminó enfadándose con el pintor.
Los habitantes del pueblo decidieron reunirse un buen día para poner fin a
la oleada de incendios que se producían cada vez con más frecuencia y
para ello pusieron en común una serie de propuestas aportadas por todos
los lugareños.
Enmedio de la reunión y entre todo el griterío que se había organizado, un
joven alzó la voz y explicó su propuesta:
-Me he dado cuenta de que cruzando el pueblo, al otro lado del bosque hay
un pueblo muy similar al nuestro que nunca tiene incendios como los que
tenemos nosotros. Propongo viajar hasta allí y averiguar cuál es su
secreto.
Al escuchar las sabias palabras del joven, todo el pueblo estuvo de acuerdo
en que esa era la mejor opción, así que le encomendaron la difícil misión de
viajar al otro pueblo y recabar información útil para solventar el problema
de los incendios.
De esta forma, tanto el joven como todos los habitantes del pueblo ya
estaban seguros de que sus problemas con los incendios se habrían
acabado, ya que haciendo uso del clarín se podía advertir rápidamente a
todo el mundo.
Sin embargo, en la realidad eso no fue lo que ocurrió, ya que en ese pueblo
nadie sabía tocar el clarín y los incendios siguieron sucediéndose y
arrasando todo sin que ningún habitante pudiera hacer nada".
La moraleja que nos cuenta esta historia es que a veces no sirve imitar a
alguien para solucionar nuestros mismos problemas, sino que debemos
contar con los conocimientos propios y herramientas que nos permitan
sacar nuestras propias soluciones adelante.
-He visto a un fauno que tocaba una melodía hermosa con su flauta y con
ella obligaba a bailar en círculo a un grupo de silvanos.
-He visto a 3 sirenas mientras me dirigía a la orilla del mar, todas ellas eran
criaturas hermosas que peinaban sus verdes cabellos con un peine de oro.
Estas historias fascinaban a todos y cada uno de los habitantes del pueblo,
desde niños hasta adultos e incluso a los viejos. Es por eso que todos los
vecinos del pueblo lo apreciaban por encima de cualquier otro habitante.
Una mañana el hombre que contaba historias salió de nuevo hacia el mar
y vio a tres sirenas en el filo de las olas, que peinaban sus largos cabellos
verdes con un peine de oro.