FICHA: Éxtasis de Santa Teresa (Bernini)
FICHA: Éxtasis de Santa Teresa (Bernini)
FICHA: Éxtasis de Santa Teresa (Bernini)
ESTILO: Barroco.
a) Escultura.
c) Mármol.
e) Esculpido en mármol.
Bernini crea un grupo escultórico en mármol que más parece una composición pictórica,
donde hace visible la experiencia narrada por la Santa de Ávila: aparece ella en profundo
éxtasis místico con sus ojos pesadamente cerrados y su boca entreabierta, transmitiendo una
sensación híbrida entre placer y dolor.
En este grupo central, el autor consigue transmitir un fuerte dinamismo a través del cruce de
diagonales, formando un aspa. Se puede observar la línea imaginaria que va desde la cabeza
del ángel hasta el pie de la santa, cruzándose con otra generada por el cuerpo recostado de
Santa Teresa. Globalmente resulta un grupo abierto en el que el movimiento del ropaje
contribuye a transmitir la agitación del momento, acentuada, además, por la sensación de
inestabilidad provocada por la falta de apoyo de los personajes, suspendidos en el aire.
Con esta obra supo Bernini lograr unos efectos escenográficos alucinantes, irreales por la luz y
el volumen, sin límites definidos y todo para plasmar el clímax de la Santa en la estatua.
Ese efecto luminoso hace que las figuras parezcan suspendidas en el aire.
Integra el conjunto la pintura, la escultura y la arquitectura: pintura en la policromía de la
estructura arquitectónica y arquitectura en el hueco por donde entra una luz cenital, dedicada
toda a la escultura. Santa Teresa está recostada sobre unas nubes y elige, como el momento
preciso, el clímax emocional de la Santa, donde se representa todo el sentimiento teatral y
escenográfico del barroco.
II. INTERPRETACIÓN
El cardenal veneciano Federico Cornaro mandó erigir esta escultura, para mostrarnos cómo un
suceso que acontece en la España del XVI (la experiencia de la unión mística con Dios vivida
por una monja reformadora y andariega) se convierte ante nuestros ojos en real,
contemporáneo y, a la vez, eterno: Teresa recibe, a través del ángel, el gozo extasiador, pero a
la vez doloroso, de la experiencia divina con la que el Espíritu la regala.
El Éxtasis de Santa Teresa es un grupo escultórico formado por dos figuras: una figura
femenina ataviada de monja, en desmayo místico, y un ángel con un dardo en la mano,
apoyadas ambas en una nube. Es de estilo barroco, realizado en mármol blanco por Bernini
entre 1645 y 1652 para la Capilla Cornaro de Santa María de la Victoria de Roma.
El tema es típico del Barroco, tanto por su idea propagandística y visual de la emociones
religiosas, como por su actualidad, pues Santa Teresa había sido canonizada en 1622 (en este
tiempo la Iglesia, adoptando una postura triunfante, prodiga las canonizaciones).
En esta obra logra Bernini uno de los más acabados y representativos ejemplos del arte
barroco, entendiéndolo desde su punto de vista más emocional y propagandístico de la nueva
religión contrarreformista.
Se trata de una de las obras maestras del alto Barroco, por su concepción escenográfica y la
emoción que transmite.
Los antecedentes de esta obra, en cuanto al tema del éxtasis en escultura, son inexistentes. La
representación de este hecho sobrenatural encuentra en Bernini a su primer formulador.
Desde el punto de vista formal y artístico, los antecedentes de esta obra se encuentran en la
escultura grecorromana, en concreto de la helenística, que estudió Bernini con fruición, así
como en la de Miguel Ángel. También muestra influencias de su padre y maestro Pietro
Bernini.
Por lo que se refiere a los consecuentes de esta obra, hemos de ponerla en relación con otras
esculturas de Bernini. La morbidez y sensualidad, la expresividad dramática un tanto
miguelangelesca y el virtuosísmo técnico se aprecian en todas sus obras. En especial, la
escultura que comentamos guarda muchas concomitancias con la Beata Ludovica Albertoni,
también en éxtasis como Santa Teresa.
Su influencia será inmensa en toda la escultura posterior, tanto barroca como neoclásica
(Cánova) o de Rodin. Muchas de sus características serán, incluso, recogidas por la pintura,
como el caso de Rubens.
En España la influencia de Bernini no será mucha en el siglo XVII pero sí en el XVIII de la mano
del gran escultor murciano de origen napolitano, Francisco Salzillo.