Pasos de La Investigación Documental Nuevo

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PASOS DE LA INVESTIGACIÓN DOCUMENTAL

La investigación documental como proceso científico que involucra la revisión


o redescubrimiento de la información documental y bibliográfica existente, aplica a
lo largo de su desarrollo los pasos del método científico en sus distintos niveles, al
adecuar sus procedimientos a las características del tipo de problemas que se
estudian aplicando esa estrategia de investigación.

Pasos de la investigación documental

1. Elección del tema o problema de investigación.


2. Acopio de la información.
3. Organización de los datos.
4. Análisis de los datos y organización de la monografía.
5. Redacción de la monografía o informe de la investigación.

En una investigación documental se observa y reflexiona sobre los hechos o


fenómenos para delimitar el tema a estudiar. Luego se identifica el nivel de
dificultad en que se va a realizar el trabajo y propone alternativas de solución.
Después se esbozan las estrategias y procedimientos para el acopio de la
información y su posterior organización, y finalmente se analizan e interpretan los
datos y se presentan las conclusiones y hallazgos, redactando una monografía o
informe.

En el siguiente cuadro, usted puede observar de qué manera se relacionan


los pasos de la investigación documental con los del método científico.

PASOS DEL MÉTODO CIENTÍFICO PASOS DE LA INVESTIGACIÓN


DOCUMENTAL
Formulación del problema Elección del tema de investigación
(observación de hechos)
Planteamiento de hipótesis de trabajo Acopio de información partiendo de
hipótesis que orienten la búsqueda de
los datos (plan)
Diseño de verificación de las hipótesis Organización de la información y de los
datos
Análisis de los resultados Análisis y organización de la
monografía
Presentación de los resultados Redacción de la monografía o informe
PASO 1

Relevancia
ELECCIÓN Y DELIMITACIÓN DEL Formulación del tema
TEMA O PROBLEMA
Marco conceptual de referencia
Propósitos de la investigación
Hipótesis de trabajo

Elección y delimitación del tema o problema: Consiste en plantear de manera


precisa y clara cuál es el tema objeto de la investigación, en qué situación se
presenta y cuál será el enfoque que tendrá su tratamiento. La delimitación se
fundamenta en plantear de manera precisa, clara y concreta el tema objeto de
investigación, es decir formula el problema, para luego describir la situación o
contexto donde éste se enmarca, lo que significa ubicar su marco conceptual de
referencia. Se establecen los propósitos que orientarán el estudio y se determina
el enfoque que se dará a su tratamiento, es decir se delínea la descripción del
contenido.

La primera tarea que debe acometer el investigador para la realización de un


estudio consiste en identificar una situación o dificultad, aun sin solución, la que es
necesario delimitar con precisión, para luego valorarla críticamente y proceder a
su estudio sistemático hasta alcanzar su solución.

Para delimitar el tema de investigación se debe realizar en dos pasos:

1. La definición del tema de la investigación aplicando los criterios de precisión


y extensión
2. La valoración del tema de investigación, por medio de los criterios de
originalidad, relevancia y factibilidad

Al definir el tema de investigación se debe establecer con claridad el


contenido de su investigación, y con qué alcance lo tratará.
Una vez definido el tema debe proceder a valorarlo, es decir, analizar, si es
posible su estudio y si vale la pena efectuarlo.
El criterio de precisión se refiere a que el tema elegido debe poseer un
contenido definido que lo haga unívoco y con límites conceptuales claros.
El criterio de extensión está referido a que la investigación debe abordar un
aspecto específico del tema general, y no ser tan amplio y difuso que sea
imposible precisar el aspecto que interesa investigar. La extensión variará según
la naturaleza y el enfoque que se aplique al estudio.
En la segunda etapa de la delimitación del tema, la valoración del tema,
aplica los criterios de originalidad, relevancia y factibilidad.
El criterio de factibilidad se refiere a que el tema de la investigación debe
tratar referente a algún aspecto no investigado anteriormente. En el caso de que el
tema haya sido investigado, el estudio puede ser original, pero si se aborda con un
nuevo enfoque o se consideran otros antecedentes. El tema de la investigación no
puede ser copia imitación o repetición del enfoque dado en trabajos anteriores.
El criterio de relevancia consiste en analizar la importancia del tema a
estudiar, que debe poseer un valor teórico o práctico y su estudio debe
proporcionar antecedentes que favorezcan su comprensión.
El criterio de factibilidad consiste en analizar la posibilidad de realizar el
estudio, atendiendo a la disponibilidad de fuentes de información, la experiencia
del investigador, la disponibilidad de recursos económicos, tiempo y la existencia
de técnicas para estudiar el problema.

Cuando se señala que la situación debe ser relevante, se quiere significar


que los problemas deben ser interesantes, significativos, concretos, y
factibles de ser estudiados. Al respecto, John L. Hayman identifica tres razones
por las cuales puede requerirse investigación en un determinado sector:

- Cuando no se tiene ninguna clase de información sobre algún aspecto


particular e importante de ese sector.
- Cuando la información que existe sobre el tema es incompleta e
insuficiente.
- Cuando la información no está bien verificada.

En este sentido, debe entenderse que la elección de un problema de


investigación no es producto del azar, y que la misma responde a interrogantes,
motivaciones, intereses, etc. del investigador, derivadas de algunas situaciones.
Dentro de las cuales se pueden señalar:
- Lecturas de temas interesantes sobre un área de conocimiento.
- Conciencia de una situación problemática que, al ser evaluada, puede dar
origen a una investigación.
- Asistencia a seminarios o conferencias generales que dejan abiertas
posibilidades de investigación.
- Realización de estudios exploratorios que determinan áreas de
investigación.
- Hallazgos de problemas por casualidad o no buscados, es decir, por
serendipity. Son los problemas colaterales en una investigación que el
investigador, mediante la observación alerta, identifica y que a veces,
pueden resultar más importantes que el problema que está investigando.
-
CRITERIOS PARA LA CALIFICACIÓN DE UN PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

RELEVANCIA CIENTÍFICA Significa preguntarse ¿qué nuevos


conocimientos aporta la solución del
problema al avance de la ciencia? Esto
implica que es indispensable conocer lo
que ya existe respecto al área de
asuntos o fenómenos estudiados.

RELEVANCIA SOCIAL Entendida como la determinación del


significado que puede tener para una
determinada comunidad o para el
desarrollo social de la investigación a
emprender.

RELEVANCIA CONTEMPORANEA Entendida en el sentido de precisar si el


problema escogido para la
investigación prestará un servicio
concreto para la solución de un
problema actual.

Una vez elegido el tema, de acuerdo a la relevancia o importancia que el


mismo sugiera, el investigador procede a su delimitación, la cual consiste en
plantear de manera precisa, clara y concreta el tema objeto de investigación, es
decir, formula el problema, para luego describir la situación o contexto donde éste
se enmarca, lo que significa ubicar su marco conceptual de referencia. Se
establecen los propósitos que orientarán el estudio y se determina el enfoque que
se dará a su tratamiento, es decir, se delínea una hipótesis de trabajo, que, para
el caso de la investigación documental, puede asimilarse con la descripción del
contenido.

En todo este proceso es necesario que el investigador tenga en cuenta los


recursos necesarios y los disponibles, a objeto de asegurar la factibilidad del
estudio.

Una vez determinado el campo donde está inserto el tema a estudiar, se


procede a delimitar con mayor precisión posible de manera de reducirlo a términos
más concretos, que lo ubiquen dentro de un contexto bien definido y con
dimensiones manejables, de acuerdo con los recursos disponibles. Luego se
evalúan esos recursos en función de las necesidades de la investigación y, en
atención a los resultados de ese análisis, se replantea de forma más objetiva al
tema.
Finalmente se formula un esquema de trabajo donde se precisan sus
objetivos y alcances, la manera como se concibe la situación (hipótesis de trabajo)
y como se piensa abordar. En el caso de la investigación documental no siempre
se explicita la hipótesis de trabajo, ya que en la práctica ésta se asimila a la
descripción del contenido.

PASO 2

Selección del repertorio bibliográfico y de otras


fuentes de consulta.
ACOPIO DE LA Lectura del material seleccionado.
INFORMACIÓN
Elaboración de fichas bibliográficas y de
contenido.

Una vez delimitado el tema a estudiar, se inicia el proceso de acopio de la


información.

Este paso consiste en la recopilación que efectúa el investigador del material


bibliográfico necesario para el desarrollo del trabajo. El acopio de la información se
realiza basado en el plan provisional de trabajo, se busca información
principalmente, acerca de los aspectos especificados en la descripción de
contenidos. En general, en esta etapa se recoge la materia prima para la
realización del trabajo. La calidad de la investigación depende en gran medida del
tipo y calidad de las fuentes de información consultadas.

Este paso constituye el momento crucial del proceso investigativo, cuando el


investigador fija la estrategia y efectúa la recolección de datos. En este paso el
investigador acude a las fuentes directas de información, visitas bibliotecas y sitios
de interés, donde puede obtener la información requerida para la compilación de
una bibliografía general sobre el tema.

Posteriormente, deberá abordar una bibliografía seleccionada con


instrumentos apropiados al quehacer investigativo: lecturas analíticas y críticas del
material informativo, resúmenes y elaboración de fichas bibliográficas y de
contenido, con los datos relevantes al tema de investigación.

En primer lugar, se deben localizar las principales fuentes de consulta que


nos proporcionen la mayor información posible sobre el tema. Se procede
entonces a preparar una bibliografía general, la cual se irá reduciendo y
particularizando en los aspectos que presentan la situación que se investiga.
Finalmente se hace una lectura analítica y crítica del material seleccionado y
se elaboran las fichas bibliográficas y de contenido, donde se registran los datos
más importantes y pertinentes al tema.

Este paso de la investigación documental se cumple en dos etapas:


 Selección del repertorio bibliográfico:
 Elaboración de fichas

El repertorio bibliográfico está constituido por un conjunto de material


informativo (fuentes escritas de información), referidos a un tema en particular. En
la estrategia de investigación documental, el repertorio bibliográfico es importante,
puesto que éste servirá de respaldo intelectual a la investigación en proceso.

Una vez definido el plan provisional de trabajo, comienza el acopio de la


información, el cual se inicia con la selección del repertorio bibliográfico. En
función del plan provisional de trabajo, el investigador inicia la búsqueda de
información que permita ampliar y profundizar el conocimiento sobre el tema
seleccionado.

En primer momento analiza las fuentes que le brindan información general


sobre el tema, tales como libros, informes, revistas, periódicos, y otros
documentos, que traten de manera global o que presentan determinados capítulos
o artículos sobre el tema en cuestión.
Estas fuentes de información proporcionan antecedentes que permiten al
investigador dirigirse a fuentes que contienen información específica o
especializada sobre el tema.
Las primeras fuentes a las que recurre el investigador se conocen como
fuentes de información general y permiten tener una visión general sobre el
tema planteado, y las segundas se llaman fuentes de información particular.
Estas brindan la posibilidad de formar un repertorio bibliográfico concreto y
definido sobre el tema o sobre algún aspecto del mismo.
El acercamiento y manipulación de las fuentes generales y particulares
constituirá el verdadero inicio del proceso de acopiar los conocimientos existentes,
referentes con el tema de investigación.
Ambos tipos de fuentes proporcionan el repertorio bibliográfico, necesario
para el comienzo del proceso de documentación, de lectura analítica y crítica, y de
reelaboración del material.
Para realizar un estudio de carácter documental, el primer paso que se debe
dar es visitar bibliotecas o centros de documentación, que constituyen los sitios
principales de trabajo de la investigación documental, por cuanto en ellas se
puede consultar los ficheros o catálogos, diccionarios, enciclopedias, colecciones
y otros documentos, ubicados en las diversas salas especializadas y de consulta.
Criterios para seleccionar un repertorio bibliográfico

Criterio de pertinencia al tema

Se refiere que se debe recabar aquellos datos relacionados de manera


directa con el problema que estamos investigando, que resulten importantes y
valiosos para el enriquecimiento del conocimiento relacionado con el tema de
estudio. Un repertorio bibliográfico bien seleccionado, debe estar constituido por
obras y documentos que tengan una directa vinculación con el asunto a tratar.

Criterio de tipo de fuentes

Además del criterio de pertinencia al tema, para seleccionar un repertorio


bibliográfico particular en torno a él, también es conveniente conocer el tipo de
información que nos brinda tal bibliografía. Aplicamos entonces el criterio que
permite identificar las fuentes de información en fuentes primarias y fuentes
secundarias, es decir el tipo de fuentes.

Las fuentes primarias son aquellas que proporcionan información directa y


original, no abreviada ni traducida, de los hechos que nos interesa conocer, para
el tratamiento de un tema. Están constituidas por libros, monografías, artículos
de revistas, de periódicos, folletos, manuscritos, informes y otros
documentos, que contienen las ideas formuladas directamente por su autor,
brindando datos de información primarios o de primera mano.

Fuentes secundarias son aquellas que contienen datos que han sido
reelaborados, analizados o sintetizados por otros, proporcionando indirectamente
información sobre los hechos, tales como las obras de referencia, compendios,
revistas de resúmenes, boletines de información, traducciones, catálogos de
bibliotecas y ficheros bibliográficos. Se denominan también fuentes de
segunda mano, en atención a que la información ha pasado por un proceso de
reelaboración a través de intermediarios.

Para la selección de una bibliografía sobre el tema a investigar, es


conveniente que los textos o documentos presenten información de primera mano,
es decir, tratar en lo posible de consultar a los creadores o autores de las obras, o
en su defecto de las obras escritas por ellos. En caso de obtener información de
segunda mano, se debe estar seguro de la validez y veracidad de la información
que suministra.

El criterio de vigencia (actualizado)

El criterio de vigencia se refiere a que, de acuerdo con la naturaleza y


características del tema a tratar, las fuentes de información deberán seleccionarse
tomando en cuenta la fecha de su publicación, o el momento en que la misma fue
escrita, tratándose de manuscritos. Asimismo, al aplicar este criterio es
conveniente determinar el número de edición del documento analizado y si el
mismo incluye modificaciones al texto original o si corresponde con una versión
revisada de éste. En este sentido una atenta y minuciosa revisión de las fuentes a
consultar será de gran utilidad, para establecer prioridades en relación con la
fecha de publicación de las obras, en función de su grado de utilidad para el tema
en estudio.

En relación con la fecha de edición y reimpresión de una obra existe cierta


confusión que es conveniente aclarar. La edición se refiere a la versión que el
autor hace de la obra, la cual es revisada, corregida, y algunas veces aumentada,
en su contenido original. La reimpresión se refiere a que la obra fue impresa una
vez o más basándose en la edición original o en la que le sirve de base, sin que se
haya realizado cambio alguno en el tratamiento del tema, o se haya actualizado el
contenido.

El criterio de variedad de enfoques

Debe presentar diversidad en el número de autores a consultar sobre el


mismo aspecto del tema y en los tipos de fuentes. Esto le dará mayor amplitud,
vigencia e importancia al trabajo que realicemos, porque permitirá analizar
diferentes posiciones ideológicas, científicas y distintas maneras de concebir la
situación o problema. Por otra parte, si consideramos un solo autor, para tratar
algún tema en particular, se corre el riesgo de perder de vista algún aspecto
interesante del asunto.

Cuando consultamos diferentes autores y distintas fuentes de información


como libros, revistas especializadas periódicos, documentos oficiales,
enciclopedias, entre otros, existe la posibilidad de establecer un orden de
prioridades en cuanto a la selección del material informativo. Por ejemplo, tomar
los datos de una revista especializada dará mayor beneficio que al hacerlo de una
revista que trate temas generales. Un artículo de periódico escrito por un conocido
y capacitado profesional, será más importante que un libro escrito por un oscuro
autor, y el tratamiento directo al tema que presenta un informe científico. Será más
provechoso que el enfoque que presenta una enciclopedia.

PASO 3

Organización del fichero de trabajo


ORGANIZACIÓN DE LOS DATOS Clasificación de la información
Código de jerarquización
Después de haber efectuado el acopio de los datos, elaborado las fichas y,
en general, seleccionado, sintetizado y analizado el material bibliográfico, éste
deberá conservarse adecuadamente para facilitar su uso. Con este propósito se
debe organizar un fichero de trabajo.

El fichero permite clasificar la información en relación con los diferentes


aspectos o subtemas delimitados en el esquema. Para ello, es conveniente que
cada material incorporado al fichero se identifique con un símbolo, generalmente
un número, que constituye el código de esa información o dato, el cual, además de
facilitar la clasificación del material agilizará su posterior jerarquización e
interpretación en función de la hipótesis de trabajo.

Cuando estemos seguros de haber realizado una exhaustiva recolección de


los datos relevantes al tema, se procede a la confección del fichero de trabajo (o
simultáneamente con la recolección), con las fichas bibliográficas y de contenido
que se han elaborado. La organización que damos al material seleccionado puede
estar en función de los autores consultados o de los diferentes aspectos que nos
plantea el tratamiento dado al tema.

Toda la información recolectada en la etapa anterior y que se encuentra en


las fichas bibliográficas y de contenido (o de trabajo), debe ser guardada y
almacenada con el propósito de su futura utilización para el análisis e
interpretación de los datos que ellas contienen.

En este sentido, ha de procurarse llevar un sistema de clasificación que nos


permita ubicar exactamente el dato en el lugar que le corresponde, de acuerdo a
su relación, relevancia y pertinencia al tema que estamos estudiando en función
del esquema provisional de trabajo.

El procedimiento de clasificación de los datos consiste en la distribución


racionalmente ordenada de los mismos y su agrupamiento en conjuntos parciales
y subordinados internamente, de acuerdo con la afinidad lógica que exista entre
ellos.

Para efectos de la clasificación de la información, se comienza con una


primera agrupación en grandes categorías, que por lo general, se identifican con
los aportes más significativos delimitados en el plan de trabajo (inicial o
reformulado). Posteriormente se procede a ordenar los datos en atención a los
aspectos o subaspectos que conforman cada una de los apartes principales del
esquema, hasta agotar el desarrollo de cada uno de ellos.

En este sentido, la previsión de proceder sistemáticamente en la revisión y


ubicación de los datos desde el inicio de la recolección facilita la ejecución con
propiedad de ésta actividad, por cuanto, al familiarizar progresivamente al
investigador con la información de que dispone, le permite una mayor
comprensión de su significado, así como también tener una visión integral de las
posibles limitaciones al respecto, además, de evitar la probable repetición en la
selección de los datos; problemas éstos, que aunque siempre están presentes se
evidencian con claridad y precisión sólo al momento de clasificar la información,
que puede minimizarse si desde el comienzo se trabaja en forma lógica y
sistemática.

Concluida la clasificación y revisión de cada una de las partes del trabajo,


se procede a la revisión concienzuda, sistemática e integral de toda la información,
para de esta manera determinar su calidad desde el punto de vista de la
coherencia y articulación de los datos, tanto internamente para cada sección o
apartado, como entre cada uno de éstos en relación a los demás, así como
también la pertinencia global de toda la información con respecto a la idea central
que orienta la investigación.

PASO 4

Validación de la información
ANÁLISIS DE LOS DATOS Y Selección de los datos
ORGANIZACIÓN DE LA MONOGRAFÍA
Elaboración del esquema final
Análisis y organización de los
resultados

Una vez organizada la información necesaria para el tratamiento del tema,


sigue este paso, en el cual se señalan los procedimientos de análisis e
interpretación de los datos y su posterior generalización.

En esta etapa, el investigador estructura y organiza los datos obtenidos en


un esquema que le permitirá el desarrollo de la monografía sobre el tema tratado.

Para ello, el investigador procede a evaluar los datos a fin de determinar su


validez interna y externa para precisar su consistencia dentro del estudio, la cual,
una vez identificada para cada dato, conducirá a la selección predefinitiva de la
información a utilizar en el desarrollo de la investigación, es decir, a la selección
de los datos. Cubierta esta fase, se está en la capacidad de elaborar el esquema
final de la monografía, que orientará el análisis e interpretación de los datos en
función de la organización de los resultados para la presentación del informe de la
investigación.

Se procede a reestructurar y reorganizar la información, ya organizada en el


fichero de trabajo, en función del análisis e interpretación que se da a los datos,
tratando de validar y comprobar su articulación, dentro de la temática y en función
de la hipótesis de trabajo y los objetivos planteados.

Validación de la información recopilada

En este paso el investigador desarrolla una actividad destinada a comprobar


si las fuentes de información son las que entregan los datos más importantes, si la
información recopilada está bien fundamentada, si la opinión del autor consultado
da garantía de rigurosidad científica, por su experiencia en el tema. Es decir
realiza un conjunto de actividades dirigidas a establecer la validez de la
información recopilada. Esto desde luego, es de vital importancia para el éxito del
trabajo, ya que si se emplea información poco confiable para comprobar las
interrogantes planteadas, el resultado del trabajo también será de escaso valor.

Esta actividad de valoración de los materiales requiere la revisión del mayor


número posible de fuentes, para de allí elegir las que resulten de mayor valor para
el estudio en proceso. Asimismo, es necesario tener presente que esa validación,
sino que ella estará presente desde el momento mismo en que se inicia el trabajo;
de manera que, sin perjuicio de que la validación de la información sea una
actividad permanente durante el transcurso de la investigación, es en este
momento cuando se dedica especial atención a comprobar la validez de toda
información recopilada.

La validación es una actividad que exige dominio del tema y manejo de


técnicas específicas para el análisis de la información. Por lo tanto, para validar la
información recopilada sobre un determinado tema, sería conveniente que se
recurriera a un especialista en el mismo. Con la información que éste pudiera
suministrarle, se estará en condiciones de cumplir esta tarea. En todo caso y en
consideración a que no siempre tendrá facilidad de consultar con un experto.

La validación de la información se realiza desde dos puntos de vista:

Validación interna
Validación externa

Validación interna

Llamada también crítica interna, consiste en establecer la coherencia de la


argumentación presentada por el autor, tanto desde el punto de vista de la
logicidad de la estructura de la información, como desde el grado de pertinencia
que presenta, en función de la investigación a la que se asocia.

Según Dalen y Meyer, la validez interna de las fuentes que nos proporcionan
datos sobre un estudio, deben estar orientada a determinar la “validez de las
premisas intelectuales sobre las que se basó el autor y la interpretación correcta de
los datos”

Para Asti Vera, la crítica interna requiere leer “los autores en función de toda
su obra, pero también en el contexto de su época y medio”. En todo caso, la crítica
interna exige de quien la ejerce una gran madurez intelectual, actitud
desprejuiciada y afán de interpretar fielmente la información recogida. En
conclusión, toda rigurosa disciplina de análisis lógico, dirigida a la comprensión
integral del texto, es decir, entender lo que el autor ha querido comunicar, los
problemas que ha planteado y las soluciones que ha propuesto para los mismos.

De acuerdo con estos planteamientos, para el momento de la validación


interna de una información, quién la realiza debe comprobar:

-Si existe una relación lógica entre las distintas partes del documento.
-Si las conclusiones están suficientemente respaldadas por los datos
presentados.
-Si el alcance que el autor otorga a las generalizaciones propuestas es
pertinente.
-Si la información validada es pertinente al tema o área de conocimiento
donde la misma se ubica.

Para cada uno de estos enunciados, quién busca validar una


información debe formularse una serie de preguntas, algunas de las cuales
son:
¿Existe relación lógica entre las distintas partes del documento?
¿Los datos que avalan la información otorgan suficiente respaldo a las
conclusiones contenidas en el documento?
¿Es pertinente el alcance que el autor de la información otorga a las
generalizaciones propuestas?

En relación con la pertinencia de la información con respecto a la


investigación en la que se aspira utilizar es procedente hacerse, entre otras, las
siguientes preguntas:
¿He identificado el pensamiento y las intenciones del autor?
¿He entendido lo que ha querido decir?
¿He captado fielmente sus planteamientos?
¿Entiendo las soluciones que propone?
¿He interpretado objetivamente las ideas del autor?
¿He valorado con exactitud la información de acuerdo a su naturaleza?
Para validar desde el punto de vista interno una información, y de acuerdo
con los criterios señalados al respecto, comenzaríamos por:
- Analizar la probable relación lógica existente entre las distintas partes del
documento.
- Determinar el respaldo que los datos presentados otorgan a las
conclusiones contenidas en la descripción.
- Verificar si el alcance que el autor de la información otorga a las
generalizaciones propuestas, es pertinente.

En cuanto a si la información validada es pertinente al tema o área de


conocimiento donde la misma se ubica, el investigador puede poner en
práctica el siguiente procedimiento respecto a dicha información.

1. ¿Qué dice el autor?


2. ¿Qué planteamientos hace el autor?
3. ¿Propone el autor alguna solución?
4. ¿Atendiendo a su naturaleza, la información tiene algún valor?
5. ¿La información tiene alguna significación para el tema en estudio?

En cuanto a la objetividad como requisito necesario a una correcta


interpretación, puede hacer la siguiente pregunta:
6. ¿Son objetivas las interpretaciones que he hecho del contenido del texto?

La validación interna se puede aplicar tanto a un dato, consignado en una


ficha, como a un documento completo, de acuerdo al grado de utilidad potencial
que pueda tener esa información para la investigación que se realiza.

Después de analizar la información recopilada el investigador estará en


condiciones de decidir si la información, objeto de estudio, es válida o no.

Luego de realizar esta labor con la información recopilada y particularmente


con las fichas de trabajo, el estudiante o investigador dispondrá de importantes
datos ya validados, el conjunto de los cuales constituye la documentación que
servirá de base para el análisis, y por ende, para la elaboración del trabajo que
proyecta realizar.

Validación Externa

La validación externa se refiere a las fuentes y consiste en analizar una obra


desde el punto de vista de su autenticidad y originalidad, en relación con el autor y
la fuente en sí misma.

Al igual que con la crítica interna, la validación externa constituye una


actividad de gran importancia para establecer la validez de un documento, lo que
no siempre resulta tarea sencilla.
Por ello se recomienda también en este caso, la consulta con un experto en
la materia; particularmente cuando la fuente se ubica en un momento histórico
sobre el que no se tienen referencias directas.

Los criterios que le presentamos a continuación para la validación externa de


una fuente, aplicados con rigurosidad, le permitirán desarrollar esta tarea con
propiedad. En este sentido, y de la misma manera como procedimos en el análisis
de la validez interna, le facilitamos una lista de criterios, cuya utilización le
permitirá establecer la validez externa de la información que requiera consultar
para una investigación:

1. En relación con el autor. En este aspecto para establecer la autenticidad y


originalidad de los datos obtenidos es conveniente responder las siguientes
preguntas:
- ¿es realmente el autor del documento la persona a quién se le atribuye?
- ¿Tuvo el autor alguna relación directa o indirecta con la situación sobre la
que escribe?
- ¿tiene el autor suficientes y reconocidos méritos en el campo de
conocimientos donde se ubica la obra?
- ¿Existen críticas serias por parte de expertos en el tema acerca del trabajo
del autor?
- ¿La experiencia profesional del autor está relacionada con lo que escribe?
- ¿La información analizada forma parte de una teoría sostenida por el autor?
- ¿El autor tenía razones o interés para distorsionar u omitir información en el
documento?
- ¿Hay referencias acerca de probables prejuicios, por parte del autor, en
cuanto al tema que desarrolla?.

Estas y otras preguntas que le puedan surgir al investigador, de acuerdo con


la naturaleza del tema en estudio, permitirán establecer la validez y autenticidad
de la obra analizada, desde el punto de vista de su autor.

2. En relación con la fuente, el investigador podría establecer criterios de


validez respondiendo las siguientes preguntas:
- ¿La fuente consultada es fidedigna en cuanto al lugar, editorial y la fecha de
edición que declara el documento?
- ¿La fuente es primaria o secundaria? En este sentido, ¿se trata de un
documento original, de una copia del original o de una copia de copia?
- ¿En caso de que se trate de una reimpresión o traducción de la obra ¿la
misma fue revisada por el autor? ¿En qué fecha?
- ¿La información ha sido tomada de un libro, una revista, un periódico?
- ¿En cuanto a la presentación de la obra, las referencias bibliográficas que la
sustentan son confiables desde el punto de vista del tema que desarrolla?
- ¿Presenta aparato crítico? ¿Son confiables las acotaciones contenidas en el
aparato crítico?
- ¿Existen opiniones de especialistas en el tema, específicamente referidas a
las fuentes consultadas?
- ¿De existir esas opiniones, ¿Cuál es el juicio de los especialistas, el aporte
más significativo de la obra, el avance del área de conocimientos donde se
ubica?

Después de responder estas interrogantes, tanto para la fuente como para el


autor, estaremos en condiciones de afirmar o negar la validez externa del material
analizado. Resulta obvio, que de resultar positiva la prueba, dispondremos de
datos valiosos para nuestro estudio. En caso contrario, la utilización del material
consultado se vería altamente limitada, quedando a discreción del investigador la
posibilidad de usarlo o no en el estudio, considerando en todo caso, esa limitación.

Selección de los datos

En la etapa de selección de datos, el investigador elige de los datos válidos,


aquellos que le serán útiles para desarrollar el contenido de la monografía.

El acopio de la información se ha realizado de acuerdo con las orientaciones


dadas por el plan provisional, y es precisamente a la luz de tal instrumento que
iniciaremos la tarea de selección de los datos. Recuerde que para ello es
necesario que el material haya sido previamente ordenado en el fichero de trabajo,
así como validado.

¿Cómo iniciar esta nueva labor?

Para seleccionar los datos utilizaremos el siguiente procedimiento

1. Ubique en su plan provisional de trabajo, la descripción de contenidos. Esta


nos entregará la pauta para decidir, en una primera instancia, que
información es útil y cuál no.
2. Analice detenidamente cada una de las fichas.
Para ello es conveniente que lo haga de la siguiente manera:
a. Identifique la situación y precise el contenido, en función de la idea a
desarrollar.
Cada aspecto del plan provisional le será de mucha utilidad, por cuanto es lo
que servirá de pauta para clarificar la situación y precisar particularmente cada
contenido, de acuerdo con la idea central que se pretende demostrar. Al respecto
es conveniente aclarar que cada aspecto del plan tiene sus finalidades específicas
y, en consecuencia, su propia unidad, que siempre estará en función de una
unidad mayor, constituida por la idea central que se aspira descubrir o demostrar a
través de la investigación, lo que obliga a mantener la unidad lógica que debe regir
durante todo el proceso de análisis independientemente de la parte del esquema a
la que éste se refiera.

Es posible establecer algunos criterios de carácter general, que pueden


contribuir en esa tarea de identificar la situación y precisar el contenido. Al
respecto el investigador debe:
-Tener una completa claridad acerca de lo que cubrirá cada aspecto del plan,
dentro del esquema general.
-Delimitar el área del contenido que se espera cubrir con la información
recolectada.
-Calcular la cantidad de información que se requiere, para la cobertura de cada
uno de los aspectos del plan.
-Prever las probables articulaciones entre los diferentes aspectos del plan:

Todos estos criterios, por supuesto, en función de la idea central que orienta el
estudio.
b. Comprender los planteamientos.
Una vez identificada la situación, procede un primer análisis de la
información, a objeto de la comprensión de los planteamientos expuestos en la
misma.
Esta nueva actividad exige del investigador un análisis lógico de la
información recopilada. Para ello, se puede proceder de la siguiente manera:
-Se hace una lectura completa del escrito, a fin de obtener una visión del mismo y
captar su contenido general. De esta lectura se deriva una información a grandes
rasgos, acerca del desarrollo del pensamiento del autor y la idea central en torno a
la cual gira el mismo.
-Se efectúa una lectura de cada uno de los párrafos seleccionados, a objeto de
identificar las ideas principales, secundarias e ideas que sirven para explicar las
secundarias.
-Se reflexiona sobre la relación y su jerarquización y racionalidad dentro de la
argumentación de la tesis que se espera desarrollar con ese contenido.

c. Relacionar, con el tema de la investigación, las ideas expuestas.

Una vez comprendidos los planteamientos expuestos por el autor de la


información, ha llegado el momento concreto de relacionar las ideas que ha
expuesto dicho autor con el tema específico de la investigación en proceso.
Para ello, el investigador dispone de una serie de elementos, que, como
producto de la depuración progresiva de la información, le permitirán establecer
con bastante propiedad esa relación entre las ideas esbozadas por el autor y el
tema en estudio.
Aquí juega un papel muy importante la síntesis que, en función de la idea
central del tema haya podido realizar el investigador, al hacer el análisis lógico de
la información para cada uno de los aspectos del plan provisional. En tal sentido,
el análisis le habrá permitido:
-Determinar la estructura del escrito, en el que el autor explica su pensamiento.
-Establecer la organización lógica de las ideas expresadas, y
-Descubrir posibles contradicciones, falacias, argumentaciones sin fundamento,
omisiones, etc., que puedan presentarse en el texto analizado.

Con el bagaje de información resultante en este proceso, el investigador


estará en condiciones de cubrir el último aspecto del análisis obtenido de las
fichas, el cual no es otro que:

d. Establecer las conclusiones del análisis, tarea que consiste,


fundamentalmente, en perfilar las características de la información analizada,
atendiendo a su pertinencia y utilidad para la investigación en proceso, lo que
concluye en la posesión, por parte del investigador, de un cúmulo de información
suficientemente analizada y validada como para facilitar la selección predefinitiva
de los datos.

3. Seleccione las fichas que contengan información útil, en relación con


la descripción de contenidos del plan provisional. Después de haber realizado todo
el proceso que conduce a la selección de datos, es de esperar que esta última
actividad se produzca en forma casi natural, por cuanto la información que resulta,
una vez establecidas sus características y nivel de pertinencia y adecuación para
la tesis en desarrollo, prácticamente delimita la selección, sin mayores problemas,
de los datos útiles, de acuerdo con el esquema o plan provisional.

Ahora bien, si las fichas, al ser comparadas, no arrojan ninguna discrepancia


seria, y si cubren todos los aspectos previamente requeridos, habrá que tratar de
expresar sus contenidos redactando una nota donde se sinteticen los hallazgos.
Si, en cambio, las fichas aportan ideas o datos divergentes, será preciso
determinar si obedece a opiniones o posiciones contrapuestas, a diferencias en la
categorización de los datos o errores de las propias fuentes citadas.

También puede suceder que, para algún punto señalado inicialmente en la


descripción de contenidos, no dispongamos de información. En este caso,
debemos nuevamente realizar la recolección de información para este aspecto
específico. Sólo después de agotar la revisión de las fuentes de información
disponibles y no encontrarla, es adecuado decidir la eliminación de algún punto de
la descripción de contenidos. En este caso, es conveniente mencionar esta
limitación en el informe final.

Sigue luego la confección de un plan para la organización definitiva de la


monografía donde se elabora la estructura final del trabajo.

El esquema definitivo de trabajo

El esquema o bosquejo, como también se le denomina, es “un plan de


trabajo donde aparecen, en forma esquemática, las ideas que van a servir de marco
orientador en la elaboración del estudio que el investigador proyecta realizar. Estas
ideas suelen expresarse siguiendo un plan de análisis lógico (…) por medio de
títulos y subtítulos, hasta plantear el tema en su totalidad”.

La fundamentación básica de la necesidad del esquema radica en el hecho


de que, para el investigador, la posesión de un conjunto de datos fragmentados
carece de importancia para el estudio de cualquier tema, por lo que se impone la
elaboración de un bosquejo, que permita articular un cuadro general del problema
en todos sus aspectos y subaspectos, que a la vez sirva de guía para hacer una
selección adecuada y ordenada de los datos e ideas recolectadas.

Desde el punto de vista, la importancia del esquema en el desarrollo de la


monografía se puede sintetizar en los siguientes planteamientos:

-El esquema o bosquejo ofrece un cuadro general y completo del problema


en estudio.
-Orienta la tarea de recolección y clasificación ordenada de los datos.
-Contribuye a mantener el equilibrio en el desarrollo de la investigación,
permitiendo al investigador el control adecuado en la atención que requiere
cada parte o aspecto del esquema.
-Ahorra tiempo y esfuerzo de trabajo, al evitar la dispersión o acumulación de
masas de información sin un sentido preciso.
-El esquema definitivo de trabajo se integra como índice general del informe
de investigación

Ahora bien, es indudable que la elaboración del esquema no resulta tarea


sencilla para quien se inicia en las labores de investigación pues, para ello se
requiere suficiente dominio del campo de conocimientos donde se inserta el
problema en estudio, lo que implica;

-Tener claridad en cuanto a la naturaleza del problema que se investiga,


-Poseer información actualizada acerca del nivel de conocimiento alcanzado
en ese campo,
-Tener dominio de algunas técnicas y procedimientos de investigación
acordes con las características del tema, y, fundamentalmente,
-Poseer la capacidad reflexiva necesaria para comprender e inferir, de
acuerdo con el análisis, los planteamientos que sugiera o se deriven de la
investigación.

Para el caso del estudiante que se inicia en las labores de investigación,


estas probables limitaciones pueden ser superadas mediante la consulta a
especialistas en el área de conocimiento donde se ubica el tema en desarrollo,
que pueden ayudar en la orientación adecuada del trabajo; así como al personal
de asesoría que ofrece la institución.

En todo caso, a continuación le presentamos una seria de requerimientos


que deben considerarse al elaborar el esquema y que, con toda seguridad, le
resultarán útiles para cumplir con propiedad esta tarea. En este sentido el
esquema debe ser:

-Pertinente; debe adaptarse con exactitud al problema en estudio.


-Lógico; lo que significa que sus partes deben estar vinculadas
racionalmente.
-Sistemático; implica que todas las partes deben estar estructuradas, en
función de la unidad significada por la idea central del estudio.
-Flexible; debe permitir todas las modificaciones que las necesidades
generadas por la investigación vayan pautando.
-Objetivo; Implica que debe proporcionar una visión exacta del problema,
poseer claridad en el uso de los términos; evitar ambigüedades en su
descripción y estructura; y, obviar frases emotivas o recargadas.
-Reflexivo; implica que debe ser producto de la meditación del investigador
y, de ser posible, de la discusión con otros especialistas en el tema.

El plan provisional de trabajo, o bosquejo preliminar, el cual nos serviría de


guía para el desarrollo de la monografía hasta la fase de selección de datos.
Sobre cuya base se estructuraría el esquema definitivo. Ese plan provisional para
cumplir con su finalidad orientadora, se concibe dentro de un margen más o
menos amplio de flexibilidad, que asegure la incorporación de los cambios que,
de acuerdo a las averiguaciones y convencimientos del investigador, sea
necesario hacer a medida que se avanza en el estudio.

Elaboración del esquema final de la monografía

El esquema inicial experimenta cambios en forma progresiva, hasta


convertirse en un instrumento relativamente permanente, capaz de promover con
eficacia la investigación.

La tarea de investigación documental se inicia estableciendo previamente lo


que se desea alcanzar y, por tanto después de delimitar el tema a estudiar, es
necesario enmarcarlo en un instrumento escrito que exprese los propósitos de
nuestro trabajo y la forma como esperamos lograrlo. Ello garantizará el éxito del
trabajo posterior. La ejecución misma de lo planificado determinará la necesidad
de reformular el plan a la luz de los resultados parciales, que el proceso vaya
arrojando.

En cualquier momento el esquema puede modificarse. Pero en todo caso,


para abordar las tareas de análisis con eficacia, es indispensable hacer uso de
este instrumento, capaz de orientar las acciones en función de los objetivos ya
exactamente definidos.

Sin embargo, el investigador después de seleccionar los datos, dispone de


antecedentes para reformular la descripción inicial de contenido y elaborar un
esquema final del contenido de su monografía.

El esquema es importante para el trabajo posterior. El esquema resultante


será útil para el proceso de análisis e interpretación de datos, comprobación
de las interrogantes planteadas y será la guía necesaria para organizar la
redacción y composición definitiva de la monografía.

Análisis de los datos y organización de los resultados

En las etapas anteriores del paso de organización y análisis de datos en la


investigación documental, hemos estado evaluando y relacionando el material
potencialmente útil a la estructura de contenido del trabajo, con la finalidad de
clasificar la información que, luego de procesada analíticamente e interpretada,
nos permita conocer si logramos los objetivos propuestos en la investigación.

Esa clasificación tiene por objeto reducir a grupos manejables el material


obtenido, que permitan analizar los datos y organizar la exposición de los
resultados. El esquema final de la monografía nos facilitará esta tarea.

Para ello es preciso iniciar nuevamente la tarea de clasificar los datos, ahora
orientados por este último esquema del plan, lo que significa “volver a los
materiales y comenzar el proceso de su clasificación minuciosa que supone, al
mismo tiempo, la paulatina elaboración de la interpretación, a la que prestaremos
después forma definitiva a la hora de la redacción”.

La clasificación de datos
El proceso de clasificación se realiza primero una clasificación, con base en
la información almacenada en el fichero, cuya recopilación había estado orientada
por el plan provisional de trabajo.

Recuerde que esa información fue la que sometimos a un proceso de


análisis para validar su importancia, pertinencia, propiedad y rigurosidad científica,
en relación al tema investigado, con el propósito de filtrar la información
verdaderamente útil para la elaboración del informe de la monografía en proceso,
sobre la base del plan definitivo de trabajo que sugiera la fuente de datos
resultantes de esa validación interna y externa de la información.

Llegados a esta fase de reordenación del material útil al nuevo esquema, es


conveniente señalar que esa clasificación constituye una tarea en varios actos,
que resulta complicada, y en la cual el manejo correcto de la ficha de trabajo
resulta de fundamental provecho.

Para ello, y de acuerdo con Zubizarreta, se procede a una serie de


clasificaciones parciales del material en la siguiente forma:

-Una primera distribución de los materiales, de acuerdo con las grandes


categorías, es decir, los capítulos de la investigación;
-Una segunda distribución con la ordenación de cada uno de los capítulos,
para distribuir los datos correspondientes en categorías más pequeñas como
son los subcapítulos;
-Progresivamente se desciende a categorías o divisiones cada vez menores,
hasta llegar a la ordenación detallada de cada ficha, cuidando la secuencia o
ubicación correcta de ésta entre aquella que la precede y la que le sigue.

Proceder de esta forma nos obliga a leer detenidamente cada una de las
fichas, con lo cual se asegura una mayor exactitud en la clasificación, que a la vez
se hace ágil y flexible, por las posibilidades de manejo que ofrece la ficha como
fuente de datos, esto, por supuesto, siempre y cuando en su elaboración se hayan
cuidado las normas respectivas.
Resulta fácil comprender entonces el por qué de la necesidad del
procedimiento de clasificación propuesto, que presenta para el investigador las
siguientes ventajas:

-El hecho de que una misma ficha sea leída varias veces a lo largo de las
repetidas distribuciones, asegura una mejor comprensión del dato y una
más acertada ubicación en el esquema.
-La clasificación sistemática, por niveles de categorías dentro del
esquema, permite mantener una atención uniforme en el trabajo
realizado, que sería muy difícil en el caso de efectuar todas las fases de
la clasificación de un solo momento.
-Al proceder por clasificaciones sucesivas la frecuencia de fichas
“irreductibles”, de ubicación relativamente incierta, será menor, y estará
en estrecha relación con la naturaleza misma de los datos y no con las
deficiencias de la técnica empleada por el investigador.

En conclusión, esa forma de procedimiento, señalada para


la clasificación, asegura la precisión en el análisis y
evaluación de cada dato, la vez que permite la ubicación
exacta de cada ficha dentro del esquema

A lo largo del texto, particularmente cuando nos referimos a la elaboración de


las fichas y a la organización de los datos en el fichero de trabajo, suministramos
información bastante detallada en relación con algunos procedimientos a seguir en
la clasificación de los datos. Esa información procedimental tiene plena vigencia
para el proceso de clasificación y análisis del material seleccionado para la
preparación del informe, por lo que resulta conveniente recordar aquí las
orientaciones más relevantes que al efecto allí presentamos, las cuales podemos
sintetizar en lo siguiente:

-Es necesario leer cada ficha con la máxima atención y minuciosidad, para
confirmar el título o identificación que lleva, o, para cambiarlo por otro que mejor
se corresponda, si es el caso. Es probable que para algunas fichas esta tarea no
resulte tan sencilla, ya que, no obstante su integridad, se puede hacer necesario
efectuar varias lecturas, e inclusive, puede llegarse el caso de que para resolver
algunas dudas que nos plantea su lectura tengamos que volver a la fuente del
dato.
-Para facilitar la clasificación por comportamiento o partes del esquema, es
procedente recurrir a las fichas-guías, es decir, fichas en blanco previstas al
efecto, generalmente elaboradas en material más grueso que el de las fichas de
trabajo, que poseen en la parte superior una superficie sobresaliente en la cual se
coloca el título de la parte del esquema a que se refieren las fichas que allí se
incluyen. La superficie sobresaliente abarca solo una pequeña parte del borde
superior de la ficha, ubicada a diferentes distancias en el mismo, para facilitar la
visualización de los títulos de las diversas fichas guías que separan las secciones
del esquema. La ficha guía puede ser elaborada por usted agregando una pestaña
de cartón o plástico al borde superior de una ficha normal. Recuerde que el
interés está en que, de alguna manera, el manejo de los datos resulte funcional y
fácil para usted.
-Para el caso de un mismo dato (ficha) sirva para la elaboración del trabajo
en varias secciones de clasificación, es necesario apelar a las fichas de remisión o
cruzadas, colocadas en los lugares correspondientes, al mismo tiempo que se
deja la ficha en el lugar a que básicamente corresponde el dato. Igual
recomendación es válida cuando el texto de una ficha conjugue dos o más ideas
en forma intrincada, y que, en consecuencia, puede ser ordenado en dos o más
secciones a la vez. Es de observar que estas indefiniciones inherentes al
contenido del dato acotado, no suelen ser frecuentes al momento de clasificar. En
caso de que ello ocurriera un gran número de veces, puede ser indicador de que
el tema no está claramente delimitado o que el plan de trabajo presenta fallas en
su estructuración. En todo caso, es normal que una pequeña proporción de las
fichas presente dificultades para una ubicación precisa dentro del esquema.

Las fichas que intencionalmente hayamos elaborado con varias ideas, deben
ser reservadas especialmente para el momento de su utilización, sin incorporarlas
a una casilla cualquiera del esquema. Esta situación puede considerarse como
normal cuando conscientemente acotamos de una manera, lo cual puede ser
porque consideramos que la información recoge la secuencia de un autor
estudiado, o, que sintetice una conceptualización determinada, de acuerdo con
varios autores; en fin, datos que a nuestro juicio coadyuven a la interpretación en
el proceso investigativo que adelantamos.

Como ya le señalamos, puede ocurrir que, al término de la clasificación una


determinada sección del esquema presente un recargo de información en tanto
que otra, de importancia similar, apenas disponga de una pequeña cantidad de
material. Esto se puede explicar por varias razones, que pueden ser: o bien por la
forma de recolección, que ha podido ser exhaustiva para una sección y selectiva
para otra, o también porque la recolección para la parte de mayor volumen haya
sido realmente redundante, en tanto que para la de menor volumen haya sido más
precisa. En ambas situaciones la causa puede estar en el procedimiento seguido
en las investigaciones parciales y su consecuente recolección de datos y las
limitaciones o desequilibrios evidenciados se pueden subsanar mediante una
reclasificación más estricta en el proceso mismo de la redacción.

No ocurrirá lo mismo si el desequilibrio en el volumen de los materiales por


sección obedece a deficiencias en la recolección, como consecuencia de una
atención inadecuada, lo que conducirá a revisar mentalmente el proceso sobre la
base de dos posibilidades: o bien que el plan definitivo de trabajo hayamos
mantenido o creado una sección sin suficientes materiales, por lo que habría que
pensar en su supresión dentro del esquema, por no ser pertinente dentro del
mismo; o bien que la recolección haya sido deficiente y no hay otra solución que
volver a las fuentes, en búsqueda de los materiales que no fueron recogidos.

La organización funcional de los datos

Hemos señalado cómo la primera organización del material viene dada por
los encabezados de materia, que seleccionó para identificar el contenido de las
fichas, de acuerdo con las diferentes secciones del plan provisional indicado en el
fichero. A medida que avanzamos en la depuración de los materiales, ese tipo de
organización ya no resulta funcional para el desarrollo del trabajo, que exige
mayor afinamiento y precisión en la selección, a objeto de asegurar la escogencia
de los datos más válidos y pertinentes al logro del propósito perseguido en el
estudio.
Para esta última etapa de organización y análisis de datos, para la
elaboración de la monografía cuando ya disponemos de un material que podemos
considerar definitivamente clasificado, al menos para la investigación en
desarrollo, es conveniente implementar formas que permitan distinguir con rapidez
y agilidad ese material clasificado y esa forma no es otra que la codificación de los
datos, que tiene como propósito traducir los datos, utilizando signos o claves
preestablecidos por el investigador, a objeto de distinguir fácilmente la clasificación
del material.

El signo convencional elegido lo escribiremos a lápiz de manera que


podamos borrar después con facilidad, en todas las fichas que contengan el
aspecto a que se refiere el signo, o junto a párrafos que dentro de ellas se refieran
al aspecto simbolizado. Para este último caso, las fichas cruzadas o de remisión
generalmente llevan más de un signo acotado, atendiendo a las partes del
esquema donde pueden resultar útiles.

El signo o código seleccionado debe ser presentado con la intención de


ilustrar una actividad necesaria a la clasificación, que es precisamente una de las
características que debe poseer el código, para que pueda cumplir con el
propósito de hacer funcional la organización de los datos. De allí que sea el propio
investigador quien decida cómo debe codificar la información clasificada, de
acuerdo con su personal conveniencia y en atención a la naturaleza y contenido
del tema que desarrolla, recordando siempre que esta actividad se hace con la
finalidad de que se pueda distinguir con facilidad la clasificación del material al
momento de redactar.

La observación hecha en párrafos anteriores de escribir a lápiz el signo


convencional elegido. Obedece a que ese símbolo es únicamente válido para una
determinada investigación, en tanto que la ficha, o más concretamente, el fichero,
no se organiza para un trabajo determinado y por un tiempo, “sino que cada cual
debe elegir sus fichas para toda la vida, para que a ellas puedan ir incorporándose
las que a través de toda la existencia se vayan produciendo.

Esta observación es absolutamente procedente, si consideramos que el


fichero es como una biblioteca especializada en manos del investigador, y que en
consecuencia se va enriqueciendo progresivamente.
Después de codificar los datos, estamos en capacidad de iniciar el análisis
propiamente dicho del contenido clasificado. Para analizar procederemos según
los pasos que ya señalamos y describimos para la selección y que se pueden
sintetizar en lo siguiente:
a. Identificación clara de la situación, tema, problema o aspecto a analizar.
La orientación aquí la suministra el esquema.
b. Precisión del contenido y ubicación de los respectivos materiales, o datos
que ofrecen información sobre el mismo. La orientación viene dada por el
esquema y la codificación.
c. Comprensión de los planteamientos, en cuanto a los significados que le
otorgan las ideas principales y secundarias, así como a la luz de las
conexiones y relaciones que se puedan establecer, con respecto a los
contenidos que ofrecen los datos en relación con el tema o problema en
desarrollo.
La orientación, en este aspecto, viene dada por la lectura cuidadosa de
los materiales, así como por las acotaciones que progresivamente
hayamos ido elaborando, a medida que seleccionamos y evaluamos los
datos. En esta parte, resultan muy útiles las fichas que intencionalmente
se hayan elaborado conteniendo varias ideas, porque se considera que
los datos allí recogidos, en cierta forma adelantan parte de la
interpretación.
d. Establecimiento de la relación con el tema de la investigación, de todas
las ideas expuestas para dar respuestas significativas a las interrogantes
planteadas y las que surjan del análisis realizado, y que, generalmente,
trascienden a los hechos manejados.
e. Establecimiento de las conclusiones generales que se derivan del análisis
de los datos, que constituyen el aporte que hace el investigador al avance
del conocimiento en el área donde se inserta el tema en desarrollo y que
es, en última instancia, la meta propuesta al iniciar la investigación.

Es conveniente recordar que el orden descrito para el análisis de los datos


en esta última fase tiene una connotación eminentemente metodológica, pero no
debe considerarse como una guía rígida y exhaustiva de análisis, sino más bien
como elementos de orientación para el desarrollo de su trabajo.

Al respecto, es probable que usted haya incluido en su guía de análisis más


elementos de los indicados, como también puede ocurrir que la tarea de revisión y
análisis reiterada de la información que haya venido efectuando desde el momento
que comenzó la recolección de datos sobre la base del esquema previo, al
familiarizarlo críticamente con el material, le permita simplificar las etapas de
análisis aquí indicadas. En todo caso, interesa que tenga presente que estas
fases, en la secuencia presentada, constituyen los procesos fundamentales para
adelantar con mayor fluidez y propiedad un proceso de análisis y que, si bien
cada actividad necesita de cierta guía metodológica, el éxito a alcanzar en el
trabajo emprendido depende, en gran parte, de las características intelectuales del
investigador, es decir, que en la práctica cada investigador le imprime su sello
personal al trabajo.

Con el estudio de esta última etapa, hemos terminado el desarrollo del quinto
paso de la investigación documental: el análisis de los datos y la organización de
la monografía.

PASO 5

Elementos estructurales
REDACCIÓN DE LA MONOGRAFÍA Aspectos formales
Estilo y redacción
Presentación de la monografía
Constituye la fase final del quehacer científico en el caso de la investigación
documental. Una vez que los datos se han analizado e interpretado, se da
comienzo a la redacción de la monografía en función del plan que se elaboró en la
fase anterior.

Aquí se presentarán los resultados y hallazgos sobre el tema y se darán a


conocer al público las conclusiones a las cuales llegó el investigador.

Para ello, es conveniente tener en cuenta algunos factores que, en conjunto


contribuyen a facilitar la función que cumple el informe, que no es otra que la de
comunicar los hallazgos alcanzados en la investigación. Entre esos factores están
las normas e indicaciones para la estructuración de la información, es decir, los
elementos estructurales mediante los cuales se organizan los datos dentro del
informe, los aspectos formales, constituidos por los materiales de referencia o
aparato crítico, que además de facilitar la comprensión de la estructura y el
contenido, evidencian la riqueza y calidad del material que ha servido de apoyo a
la investigación y, por último, las normas de redacción, las características de estilo
y los requisitos de presentación de la monografía, todo lo cual coadyuva a exponer
en forma clara, objetiva y amena lo que se pretende dar a conocer en el informe.

Finalmente, en atención a lo expuesto, se procede a dar forma y estilo a la


monografía o presentación de los resultados, resaltando los aspectos estructurales
y estéticos, y mostrando los argumentos y conclusiones de la manera más
coherente, clara y sencilla, para facilitar la comprensión del trabajo. Dicha
información será desarrollada en los núcleos temáticos 3 y 4 de la asignatura.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA: (1992). Técnicas de documentación e


investigación I (Estudios Generales I). Caracas. Ediciones de la UNA, 1992.
630 págs.

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