01 Primera Parte
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Néstor García
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3
© Esta obra deberá ser citada de la siguiente manera:
Calderón, E., G. Galeano & N. García (eds.). 2002. Libro Rojo de Plantas Fanerógamas de Colombia.
Volumen 1: Chrysobalanaceae, Dichapetalaceae y Lecythidaceae. La serie Libros rojos de especies
amenazadas de Colombia. Bogotá, Colombia. Instituto Alexander von Humboldt, Instituto de Ciencias
Naturales-Universidad Nacional de Colombia, Ministerio del Medio Ambiente.
ISBN: 958-8151-09-0
Palabras clave
Colombia
Chrysobalanaceae
Dichapetalaceae
Lecythidaceae
Flora amenazada
Libro rojo
Portada
Tapura colombiana Cuatrec.: Iconografía Mutisiana No. 2379, elaborada por Vicente Sánchez. De
la Colección Iconográfica de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reyno de Granada. Reproduci-
da con permiso del Real Jardín Botánico de Madrid.
La publicación de esta obra se realizó con el apoyo del Ministerio del Medio
Ambiente (MMA), El Fondo Ambiental Mundial (GEF), el Banco Mundial y la
Embajada Real de los Países Bajos (como financiadores del proyecto Conservación
y Uso Sostenible de la Biodiversidad en los Andes Colombianos), y la Corporación
Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC).
Derechos reservados conforme la ley, los textos pueden ser utilizados total o
parcialmente citando la fuente. Los documentos que componen este libro han
sido editados con previa aprobación de sus autores.
Fundación
INGUEDE
4
fanerógamas de Colombia
Volumen 1
Chrysobalanaceae, Dichapetalaceae y Lecythidaceae
Eduardo Calderón
Gloria Galeano
Néstor García
Editores
Junio de 2002
5
6
Contenido
Presentación 11
Agradecimientos 15
Siglas y abreviaturas 19
Prólogo 21
Prefacio 23
Introducción 31
Metodología 39
Especies Amenazadas 47
Chrysobalanaceae 49
Dichapetalaceae 119
Lecythidaceae 141
7
8
La serie Libros Rojos de
Especies Amenazadas de
Colombia
10
Presentación
N
uestros padres y abuelos tuvieron el privilegio de conocer animales
como el pato zambullidor y el caimán del Magdalena. Se acogieron
a la sombra generosa de formidables árboles maderables y gozaron
de un paisaje salpicado de belleza y originalidad. Muchos de nosotros no
contamos con la misma suerte.
11
expertos e investigadores de la comunidad científica nacional e
internacional, quienes participaron en la elaboración de las fichas por
especie.
Los libros rojos identifican aquellas especies con mayor riesgo de extinción
en el país y recomiendan una serie de medidas apropiadas para su
conservación, por lo cual se se convierten en valiosos instrumentos de
divulgación y orientación para las autoridades ambientales, la comunidad
científica, la sociedad civil y los entes de control de todo el país.
12
Presentación
Director Instituto
Alexander von Humboldt
M
uchos son los esfuerzos, las iniciativas y recursos que se han
destinado a la conservación de la biodiversidad luego de la cumbre de
Río de Janeiro en 1992. Sin embargo, no ha sido posible, hasta el
momento, detener el deterioro ambiental y la pérdida de biodiversidad a escala
global. ¿Será que sí estamos haciendo lo suficiente? La falta de conocimiento,
la ignorancia y el desinterés contribuyen de manera significativa y decisiva en
la transformación del medio natural y amenazan de manera diferencial la exis-
tencia de las especies que los habitan.
13
14
Agradecimientos
S
e reconoce el apoyo de Ghillean T. Prance y Scott A. Mori como
especialistas de las familias consideradas, y por autorizarnos a
usar algunas de las ilustraciones publicadas en sus monografías;
a José Luis Fernández y Edgar Linares, curadores del Herbario Nacional
Colombiano (COL), por las facilidades para consultar el herbario; a Dairon
Cárdenas, del Herbario Amazónico COAH (del Instituto SINCHI), por po-
ner a nuestra disposición el herbario y su base de datos, y por su apoyo
permanente; a Alvaro Cogollo (Herbario JAUM) por la colaboración presta-
da y la información suministrada, especialmente en lo que concierne a la
distribución de las especies en Antioquia; a José Luis Fernández, compa-
ñero en la coordinación de este proyecto, por su constante apoyo y
orientación.
15
contribuir al desarrollo conceptual y manejo de la base de datos en la que
se recopiló toda la información.
16
este primer volumen. Finalmente, agradecemos al Ministerio del Medio
Ambiente, al Instituto Alexander von Humboldt y al Instituto de Ciencias
Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, por el apoyo económi-
co y logístico brindado para la realización de este trabajo, y en particular
a Adriana Rivera, del Ministerio del Medio Ambiente, por su constante
labor de enlace entre los ejecutores científicos del proyecto y el ministe-
rio.
17
18
Siglas y
abreviaturas
ANU: Área Natural Única
19
MO: Missouri Botanical Garden Herbarium
20
Prólogo
S
on muchos los esfuerzos que se han hecho en los últimos años
para llamar la atención sobre los problemas que enfrenta la natu-
raleza como resultado de la deforestación y la transformación de
los ecosistemas en todo el mundo. La pérdida de la diversidad biológica
depende de diversos factores asociados con los problemas económicos y
sociales que soportan particularmente los países en desarrollo.
21
Este volumen incluye información detallada sobre especies amenazadas
que pertenecen a tres familias vegetales: Chrysobalanaceae,
Dichapetalaceae y Lecythidaceae. El especialista mundial en estas tres
familias, Dr. Ghillean T. Prance, escribió en un artículo publicado en
1977 (Prance, G.T., 1977. Floristic inventory in the tropics. Where do we stand?
Ann. Missouri Bot. Gard. 64: 659-684) una frase que mantiene su vigencia:
“La tragedia del inventario biológico en los trópicos, consiste en que la
destrucción y transformación de los ambientes naturales avanza más rá-
pido que los esfuerzos que se hacen por estudiarlos”. Se puede sumar a
esta afirmación el hecho de que los esfuerzos que se hacen por conservar
esos ambientes naturales también avanzan con extrema lentitud.
Enrique Forero
Profesor Titular
Instituto de Ciencias Naturales
Universidad Nacional de Colombia
22
Prefacio
E
ste trabajo es el primer volumen de una serie sobre las especies
de plantas fanerógamas amenazadas de Colombia. Desde
1999, el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Na-
cional de Colombia y el Instituto Alexander von Humboldt (en su Progra-
ma de Biología de la Conservación), con el apoyo del Ministerio del Medio
Ambiente, están colaborando para producir, en varias entregas, el Libro
Rojo de la Flora de Colombia. En este primer volumen se consigna la
información sobre las especies amenazadas de tres familias:
Chrysobalanaceae, Dichapetalaceae y Lecythidaceae.
Hemos comenzado con estas tres familias, aprovechando que sobre ellas
ya existen tratamientos monográficos en las series Flora Neotropica
(Prance 1972a, 1972b, Prance & Mori 1979, Prance 1989, Mori & Prance
1990) y Flora de Colombia (Prance 2001a, 2001b), y teniendo en cuenta
que, tanto en Chrysobalanaceae como en Lecythidaceae, se conocen es-
pecies útiles y relativamente importantes como maderables, como
comestibles, o desde el punto de vista ambiental. Las monografías men-
cionadas han servido como punto de partida para la realización de este
trabajo, aunque no han sido las únicas fuentes de información consulta-
das. De hecho, se han tenido también en cuenta numerosos artículos,
flórulas y listas de chequeo regionales, además de la información que
aparece en bases de datos internacionales, consultables por internet,
especialmente la base de datos W3-Tropicos del Jardín Botánico de
Missouri, la cual ha sido de enorme utilidad, habida cuenta de la gran
cantidad de registros colombianos allí sistematizados; o la base de datos
del Jardín Botánico de New York, con valiosa información sobre los tipos
nomenclaturales allá depositados. También se ha integrado información
consultada en los herbarios colombianos COAH, COL, FMB y JAUM, en-
tre otros.
Con esto queremos mostrar los primeros resultados de una labor enco-
mendada en la “Estrategia Nacional de Conservación de Plantas”, en el
sentido de fortalecer los procesos encaminados a la construcción y publi-
cación del Libro Rojo de la flora de Colombia (Instituto Alexander von
Humboldt, Red Nacional de Jardines Botánicos, Ministerio del Medio
23
Ambiente y la Asociación Colombiana de Herbarios 2001). La inclusión de
esta labor en la “Estrategia Nacional de Conservación de Plantas” fue
considerada de alta prioridad, teniendo en cuenta las recomendaciones
emitidas por un grupo de botánicos provenientes de los herbarios y jardi-
nes botánicos colombianos, en varias reuniones y talleres que se realizaron
en Villa de Leyva durante 1999-2000 (con el auspicio del Instituto Alexander
von Humboldt y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Na-
cional), para impulsar el proceso de preparación de los libros rojos.
Contexto histórico
El primer intento por establecer una lista de plantas colombianas ame-
nazadas, o en situación de riesgo, se remonta a Fernández Pérez (1977),
quien publicó una selección de algunas especies que podrían estar ame-
nazadas, pero sin categorizarlas. Fernández Pérez llamó la atención sobre
la ausencia de registros recientes para muchas de las especies con tipos
de J. J. Triana depositados en el Herbario Nacional Colombiano entre
1853 y 1855, así como para algunas de las orquídeas ilustradas en la
Expedición Botánica de Mutis; además, también mostró una lista de es-
pecies que se conocían entonces sólo por el tipo, según las monografías
de Chrysobalanaceae (Prance 1972a) y Dichapetalaceae (Prance 1972b)
que la serie Flora Neotropica ya había publicado para entonces. Sin em-
bargo, la mayoría de esas especies, que a 1977 se conocían sólo por el
tipo, hoy en día se conocen para otras localidades adicionales.
Una década después, IUCN (1987) da a conocer una lista roja de plantas
de Colombia, la cual incluye 736 especies, repartidas en todas las catego-
rías de entonces (ver METODOLOGÍA), pero de las cuales 641 fueron
consideradas en alguna categoría de amenaza o duda, mientras que las
restantes 95 fueron consideradas en la categoría “Ni raro ni amenazado”
(ver Tabla 5).
En ese mismo año, BGCI (1996), con base en datos de UICN y WCMC,
hace pública su lista de plantas raras y amenazadas de Colombia, donde
revisa y amplía las listas de la UICN, especialmente en las familias
Amaryllidaceae y Zamiaceae, pero reduce considerablemente la lista roja
de Orchidaceae. En este mismo año, la WCMC estaba publicando su
lista de árboles amenazados de las Américas y el Caribe (WCMC 1996).
24
Más recientemente, Calderón (1998), por encargo del Instituto de Inves-
tigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, publicó una
“lista selecta de plantas de Colombia extintas o en peligro de extinción”,
donde se incluyeron unas especies categorizadas preliminarmente (es
decir, sin aplicación formal de los criterios de la UICN), trabajo que se
complementó luego en 1999-2000, y se presentó entonces al grupo de
trabajo del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de
Colombia, en versión magnética (sin publicar), bajo el título de “Plantas
colombianas en peligro, extintas o en duda”.
Plan de la obra
Este volumen contiene información sobre las especies amenazadas de
las familias Chrysobalanaceae, Dichapetalaceae y Lecythidaceae en Co-
lombia, y está organizado de la siguiente manera: una sección introductoria
que incluye una explicación sobre la metodología de categorización de
especies amenazadas propuesta por IUCN (2001) y empleada en esta se-
rie. El tratamiento propiamente dicho sobre las especies amenazadas
está organizado por familias, y dentro de cada familia por orden alfabético
de géneros y especies.
25
• Información taxonómica básica: incluye el nombre completo de la
especie, con su autor y lugar de la publicación original, un ejemplar de
referencia representativo (E. R.), incluyendo los herbarios en los que se
encuentra disponible (esta última información está incluida entre
paréntesis a continuación de la publicación).
En algunos taxones que a primera vista cumplían con los criterios para
VU D2 (menos de cinco localidades), se practicó un descenso de un punto
en la categoría asignada, desde Vulnerable hasta Casi Amenazada
[anotándola entonces como “NT(VU)”], siguiendo el procedimiento de
Gärdenfors et al. (1999) para la categorización nacional o regional. Este
descenso (de VU a NT) se practicó en aquellos taxones de regiones
pobremente exploradas, con pocas localidades conocidas para Colombia
(menos de cinco) pero muy distantes entre sí, y con presencia de un
hábitat muy extenso y presumiblemente adecuado entre dichas localidades
y por consiguiente, con una alta probabilidad de presencia en otros sitios
espacialmente intermedios; y además con la condición de que fueran
especies no exclusivas de Colombia y que tuvieran una alta probabilidad
de recuperación en la subpoblación local (si ésta llegara a ser diezmada o
agotada) gracias a la muy probable importación exitosa de genes o
propágulos provenientes de los países vecinos.
26
de cinco localidades en Colombia, se creyó altamente probable su presencia
en otras localidades de la Amazonia, teniendo también en cuenta que estas
mismas especies son abundantes o frecuentes en los terrenos circunvecinos
de los países limítrofes (Venezuela, Brasil, Perú y/o Ecuador).
´
Limite
departamental
Río
Registros
Área de
parque natural
Altitud
(m.s.n.m.)
Vale la pena aclarar que el diagnóstico que aquí se hace puede ser incom-
pleto o impreciso, dada la poca información disponible; posiblemente la
situación se encontrará diferente cuando se reuna más información de
primera mano. Finalmente, se incluyen también en este punto, las
categorizaciones previas realizadas en trabajos anteriores de la UICN.
28
En otras especies amenazadas, donde la información disponible permitió
concluir que aún existen poblaciones viables, se recomendaron entonces
algunas medidas prácticas de conservación, tales como la creación o fo-
mento de áreas protegidas, o la inclusión en colecciones ex situ. Sin
embargo, aunque para muchas de las especies se propone la creación de
nuevas áreas de reserva, esta recomendación debe interpretarse con cau-
tela, pues un diseño coherente y viable de áreas protegidas debe tener en
cuenta la presencia no sólo de una especie amenazada, sino de poblacio-
nes viables de varias especies amenazadas de fauna y flora.
En el pié de página de las fichas están los nombres de las personas que
han participado o han sido responsables del proceso de recopilación de
informaciónR y de categorizaciónC (ver superíndices sobre cada nom-
bre).
29
30
Introducción
C
olombia se halla ubicada en la esquina noroccidental de Suramérica.
Su porción continental se encuentra entre los 12º 26’ 46’’ latitud
norte y los 4º 13’ 30’’ latitud sur, y entre 66º 50’ 54’’ y 79º 02’ 33’’
longitud oeste, dentro de la franja intertropical. El territorio colombiano
ocupa una superficie de 1.141.748 km2 continentales y 930.000 km2 marinos.
Limita al norte con el mar Caribe, por el oriente con Venezuela y Brasil,
por el sur con Perú y Ecuador y por el occidente con el Océano Pacífico y
Panamá (IGAC 1992, Arango & Lagos 1998).
El país tiene una topografía compleja dominada por los Andes, que
atraviesan el territorio de sur a norte. La mitad oriental del país es
predominante plana y la mitad occidental es topográficamente más
compleja, pues incluye tanto las llanuras caribe y pacífica como la región
andina. Los Andes colombianos están conformados por tres cadenas
montañosas que corren en sentido más o menos paralelo de norte a sur:
la cordillera Occidental, la Central y la Oriental, separadas por profundos
y amplios valles de los ríos Magdalena y Cauca. La Cordillera Occidental
tiene una altura media de unos 2000 m, mientras que las Cordilleras
Central y Oriental tienen alturas medias superiores a los 3000 m, y
alcanzan elevaciones de más de 5000 m en sus partes más altas. Estas
tres cordilleras se unen en un solo macizo al suroccidente del país, cerca
de la frontera con Ecuador. Al norte de los Andes, en la llanura del Car-
ibe, se encuentra la Sierra Nevada de Santa Marta, que alcanza una altitud
de 5775 m; al nororiente de los Andes, hacia la frontera con Venezuela,
se encuentra la cuenca del río Catatumbo, que drena hacia el golfo de
Venezuela; en el occidente del país, en la frontera con Panamá, se
encuentran la Serranía del Darién y el Cerro Pirre, los cuales continúan
hacia el sur en la serranía del Baudó. La mitad suroriental del país se
divide en dos regiones: la Orinoquia en la cual predominan las planicies
con formaciones de sabanas y la Amazonia en la cual predominan las
planicies cubiertas por formaciones selváticas. En la Orinoquia y la
Amazonia se encuentran algunos sistemas montañosos de poca o mediana
elevación (pertenecientes al Escudo de las Guayanas), entre los que se
destacan las Serranías de La Macarena y Chiribiquete (Hilty & Brown
1986, Rangel 1995, Chaves & Arango 1998). En el mar Caribe, el país
31
cuenta con 1600 km de costa y en el océano Pacífico con 1300 km, en
donde se encuentra una gran diversidad de ecosistemas marinos y costeros
como los arrecifes coralinos, manglares y bosques de transición, sistemas
de playas y acantilados, estuarios, deltas y lagunas costeras, lechos de
pastos marinos o praderas de fanerógamas y fondos blandos
sedimentarios. Entre estos ecosistemas se destacan los bosques de
manglar y los arrecifes coralinos, por su alta productividad y diversidad de
especies (INVEMAR 2001). La complejidad climática y topográfica del país
determina sus grandes regiones naturales: Caribe, Pacífica, Andina,
Orinoquia, Amazonia, Oceánica Caribe y Oceánica Pacífica (Hilty & Brown
1986, Chaves & Arango 1998).
Sin duda, hay que invertir muchos más esfuerzos en la exploración botánica
del territorio y en la identificación de las especies, la elaboración de floras
regionales y nacionales y en la sistematización de toda la información.
Estamos atrasados en esa tarea y tenemos que corregirlo. Mientras tanto,
hay que hacer acopio de toda la información disponible para establecer,
de la mejor manera posible, con los recursos actuales, el estado de
conservación de las especies. Esta información es una herramienta para
que el país, en cabeza de las entidades y/o personas que tienen en sus
manos la posibilidad y el deber de tomar las medidas necesarias
encaminadas a la protección de las especies, haga los correctivos
32
necesarios. La diversidad presente en nuestro territorio no es sólo un
cúmulo de recursos genéticos potenciales para el desarrollo económico y
social del país, es también un legado por el que nos corresponde velar.
Total CR EN VU NT(VU) NT DD LC
Chrysobalanaceae
121 8 14 12 36 4 2 45
(34)
Dichapetalaceae
24 1 3 7 6 7
(11)
Lecythidaceae
(26) 77 2 10 14 10 6 2 33
33
Las principales amenazas que están operando sobre las tres familias
evaluadas son la deforestación, la fragmentación de los hábitats y, en el
peor de los casos, la conversión de tierras para actividades agropecuarias.
En menor medida, también existen amenazas particulares que afectan
directamente a algunas especies; por ejemplo, la sobreexplotación
maderera del “abarco” (Cariniana pyriformis) o el efecto del embalse del río
Mutatá sobre la población de Stephanopodium gentryi y de la represa de
Urrá sobre Parinari parvifolia. Si bien en los últimos años el sistema de
áreas protegidas de la nación se ha ampliado, sólo el 23% de las especies
amenazadas de estas tres familias están presentes con certeza en las
áreas de reserva. El papel de las Reservas de la Sociedad Civil cobra aún
más importancia en este punto, al albergar en sus bosques un 15% de las
especies amenazadas en las familias consideradas aquí. Con todo, es
claro que las medidas de conservación hasta ahora establecidas son
insuficientes para proteger la integridad de las especies amenazadas en
estas tres familias.
34
localidades”). Sin embargo, cuando una especie está en la categoría de
Vulnerable sólo por el criterio D2, no necesariamente está en un nivel de
riesgo preocupante (aunque forma parte de las especies amenazadas sensu
UICN). Este es el caso de algunas especies de distribución muy restringida,
que aunque aparentemente no están sujetas a presiones externas
considerables, sí presentan un claro factor de vulnerabilidad (areal muy
pequeño). Así, la situación en términos de conservación para dos especies
categorizadas como Vulnerable (VU) es muy diferente de acuerdo con los
criterios que se aplican para cada una. Por ejemplo: Licania undulata fue
categorizada como Vulnerable (VU) sólo por el criterio D2, pues se conoce
únicamente de una colección en la región de Araracuara; sin embargo,
esta región está aún bastante bien conservada, y no se conoce ninguna
amenaza en particular que esté operando actualmente sobre esta especie.
La tabla 2 muestra que, aunque las Dichapetalaceae son las que presentan
el mayor porcentaje de exclusividad y endemismo, las Chrysobalanaceae
son las que ocupan el primer lugar en cifras absolutas, en términos de
exclusividad y endemismo.
Dichapetalaceae 5 21 % 8 33 %
Lecythidaceae 11 14 % 16 21 %
35
Si se analizan los niveles de exclusividad y endemismo específicamente
para las especies amenazadas (tabla 3) se encuentra que todas las especies
de distribución Muy Restringida son Exlusivas de Colombia y que la
mayoría de ellas están muy amenazadas (nueve En Peligro Crítico, cuatro
En Peligro y cinco Vulnerable). La gran mayoría de éstas corresponde a
Chrysobalanaceae (14 especies), mientras que sólo unas pocas son
Dichapetalaceae (2 especies) o Lecythidaceae (2 especies). Recae
exclusivamente en Colombia la responsabilidad de velar por la protección
in situ de estas especies Muy Restringidas.
Muy Endémicas
FAMILIA Exclusivas No Exclusivas Restringidas
Restringidas R+MR
Chrysobalanaceae 18 16 9 (4 + 5) 14 (14+0) 23
Dichapetalaceae 5 6 6 (3 + 3) 2 (2 + 0) 8
Lecythidaceae 10 16 14 (8 + 6) 2 (2 + 0) 16
TOTALES 33 38 29(15+14) 18 (18 + 0) 47
Stephanopodium
Nariño ECUADOR EN
cuspidatum
Gustavia foliosa Valle ECUADOR EN
Parinari pachyphylla
´
Antioquia, Bolivar, Cesar, La
Guajira, Magdalena, Norte de VENEZUELA EN
Santander, Vichada
37
38
Metodología
39
especies en el pasado. Si se compara el actual sistema de categorización
con los sistemas anteriores, se nota que, si bien los nombres de algunas
de las categorías han permanecido constantes (Tabla 5), la circunscripción
o el significado de las categorías ha cambiado. Los cambios a lo largo de
estas versiones están relacionados con una tendencia a establecer
criterios de categorización cada vez más cuantitativos y menos subjetivos
(por ejemplo: tamaño del areal, tamaño de la población efectiva, número
de localidades remanentes, porcentajes de reducción estimado, entre
otros). De esta manera se ha minimizado la subjetividad, pero vale la
pena aclarar que no se ha eliminado completamente, pues todo sistema
de categorización que sea operable con especies para las cuales se tiene
poca información, requiere, en alguna medida, de inferencias, proyecciones
o estimaciones. Al comparar la versión 2.3 con la versión 3.1, se nota que
los cambios en la circunscripción o definición de las categorías han sido
mínimos o poco sustanciales: en la nueva versión han desaparecido tanto
la categoría “Menor Riesgo (LR)” como la subcategoría “Dependiente de la
Conservación (LRcd)”; además, las subcategorías “Casi Amenazado (LRnt)”
y “Preocupación Menor (LRlc)” han sido elevadas al rango de categorías (a
NT y LC, respectivamente).
NE: No evaluado
40
Definiciones de las Categorías de las listas rojas
Extinto (EX)
Un taxón está “Extinto” cuando no queda duda alguna que el último
individuo ha muerto.
En Peligro (EN)
Un taxón está “En Peligro” cuando, no estando “En Peligro Crítico”,
enfrenta de todas formas un alto riesgo de extinción o deterioro
poblacional en estado silvestre en el futuro cercano, según queda definido
por cualquiera de los criterios A a E.
Vulnerable (VU)
Un taxón está en la categoría de “Vulnerable” cuando, no estando ni “En
Peligro Crítico” ni “En Peligro”, enfrenta de todas formas un moderado
riesgo de extinción o deterioro poblacional a mediano plazo, según queda
definido por cualquiera de los criterios A a E.
No Evaluado (NE)
Un taxón se considera “No Evaluado” cuando aún no ha sido confrontado
contra los criterios de la UICN.
41
Procedimientos para aplicar las categorías de la UICN
En la práctica, para aplicar estas categorías lo primero que se tiene en
cuenta es el diagrama que ilustra la relación entre ellas (ver figura 1,
tomada de IUCN 2001):
Extinto EX
En Peligro Crítico CR
AMENAZADO En Peligro EN
DATOS Vulnerable VU
ADECUADOS
Casi Amenazado NT
Datos Insuficientes DD
No Evaluado NE
Cada criterio tiene unos subcriterios, y cada uno de éstos tiene unos
umbrales predeterminados, los que a su vez son complementados por
unos calificadores (ver tabla 6). Las categorías de amenaza (VU, EN o
CR) están definidas por la combinación de determinados criterios,
subcriterios, umbrales y calificadores. Los umbrales corresponden, en su
mayoría, a características poblacionales cuantitativas, tales como:
42
· Porcentajes de reducccion poblacional observados, estimados, inferido
o sospechados (criterio A).
· Tamaños de areal, expresados ya sea como extensión de presencia o
como área de ocupación (criterios B, D2).
· Tamaños de población efectiva (criterios C, D1).
· Número de localidades conocidas (criterio B).
· Probabilidad de extinción de las poblaciones naturales, expresada en
porcentaje de probabilidad de extinción en un tiempo dado, tras un
análisis matemático de viabilidad de poblaciones (criterio E).
Cada taxón debe ser evaluado contra todos los criterios posibles,
considerando los umbrales especificados. Sin embargo, debe aclararse que,
de una parte, no todos los criterios son aplicables para todos los taxones;
pero, de otra parte, sólo basta con que uno de los criterios sea plenamente
satisfecho, para llegar a una categoría válida. Si un taxón ha sido categorizado
como CR según alguno de los criterios cuantitativos, es posible que el
mismo taxón pueda ser categorizado también como EN o VU según otros
criterios; en este caso se toma la mayor de ellas (CR) como la categoría
válida.
No sobra advertir a los usuarios de los Libros Rojos, que las categorías
aquí propuestas no deben traducirse automáticamente en niveles de
prioridad de conservación nacional o regional, ya que para esto sería
necesario incluir también otras consideraciones de carácter práctico,
relacionadas con la disponibilidad de recursos para la conservación, así
como con la importancia del taxón para el ecosistema y para la misma
sociedad humana. Una cosa es, pues, la metodología de categorización
(objeto de este capítulo), y otra cosa es la metodología de priorización
que se deberá aplicar en el futuro (y que no se incluye en los Libros Rojos).
43
Definiciones Básicas para usar las categorías de la UICN
Para usar correctamente las categorías de la UICN es necesario tener en
cuenta las siguientes definiciones o acepciones básicas (mayores detalles
pueden verse en IUCN 1994 y 2001):
45
Tabla 6. Resumen de las categorías y criterios de la UICN para especies amena-
zadas, extractado de IUCN (2001).
Criterio Subcriterios Umbrales Calificadores Código
1. Obvia Reducción (observada, estimada o Reducción: a. Observación directa A1a
sospechada), en los últimos 10 años ó 3 A1b
generaciones*, por causas reversibles y b. Indice de A1c
≥ 90% : CR
conocidas y ya no operantes, según uno abundancia A1d
≥ 70% : EN
cualquiera de los calificadores a-e: apropiado para el A1e
≥ 50% : VU taxón
2. Obvia reducción (observada, estimada,
inferida o sospechada) en los últimos 10 años c. Disminución en
A2a
ó 3 generaciones*, por causas que pueden ≥ 80% : CR extensión de
A2b
estar operando aún , o que no son bien ≥ 50% : EN presencia, área de
A2c
A. RÁPIDA entendidas, o que no son reversibles, según ≥ 30% : VU ocupación
A2d
REDUCCIÓN EN uno cualquiera de los calificadores a-e: y/o calidad del
hábitat A2e
TAMAÑO
POBLACIONAL 3. Reducción proyectada o sospechada para A3b
≥ 80% : CR d. Niveles de
los próximos 10 años ó 3 generaciones*, A3c
≥ 50% : EN explotación reales o
según uno cualquiera de los calificadores b-e: A3d
≥ 30% : VU potenciales A3e
4. Reducción (observada, inferida, proyectada e. Efectos de biota
o sospechada) en 10 años ó 3 generaciones*, introducida, A4a
y donde el lapso de tiempo debe incluir el ≥ 80% : CR hibridización, A4b
pasado y el futuro, y cuyas causas pueden ≥ 50% : EN patógenos, A4c
estar aún operando o no estar bien ≥ 30% : VU contaminantes, A4d
entendidas o no ser reversibles, según uno competidores o A4e
cualquiera de los calificadores a-e: parásitos
a. Severamente i. Extensión de B1a
1. Extensión de presencia (estimada) inferior fragmentado o se presencia B1b(i)
a cualquiera de los umbrales expuestos conoce que existe B1b(ii)
abajo, y cumple 2 cualquiera de los sub - en solo: B1b(iii)
criterios a-c (al frente): 1 localidad : CR ii. Área de ocupación B1b(iv)
< 5 locals. : EN B1b(v)
< 100 km2 : CR <10 locals. : VU B1c(i)
B. AREAL b. Declinación iii. Área, extensión B1c(ii)
< 5000 km2 : EN
PEQUEÑO, continua y/o calidad del B1c(iii)
< 20000 km 2 : VU
FRAGMENTADO (observada,. hábitat B1c(iv)
O EN Inferida o B2a
2. área de ocupación (estimada) inferior a
DISMINUCIÓN proyectada), según B2b(i)
cualquiera de los umbrales expuestos abajo y
CONSTANTE cualquier calificador iv. Número de B2b(ii)
cumple 2 cualquiera de los sub -criterios a-c
entre i-v: localidades o B2b(iii)
(al frente):
subpoblaciones B2b(iv)
c. Fluctuaciones B2b(v)
< 10 km2 : CR
extremas según B2c(i)
< 500 km2 : EN v. Número de
cualquier calificador B2c(ii)
< 2000 km 2 : VU individuos maduros
entre i-iv: B2c(iii)
B2c(iv)
1. Reducción
estimada mayor al
umbral:
>25% en 3 años ó 1
generación** : CR
Ninguno C1
Tamaño estimado de la población (en número >20% en 5 años ó 2
de individuos maduros) inferior al umbral generaciones** : EN
estipulado abajo, y cumple al menos 1 ó 2 (al >10% en 10 años ó
frente): 3 generaciones** :
C. POBLACIÓN VU
CR < 250 individuos maduros : 2. Declinación i. Todas las
PEQUEÑA Y EN
DISMINUCIÓN continua en el subpoblaciones tienen
EN < 2500 individuos maduros : número de menos de 50 (CR), C2a(i)
individuos maduros 250 (EN) ó 1000 (VU) C2a(ii)
VU < 10000 individuos maduros : y cumple a ó b: individuos maduros
a. Estructura de las
población como en i ii. Por lo menos el
o ii (al frente): 90% (CR) 95% (EN) ó
b. Fluctuaciones 100% ( VU) de los
extremas en individuos está en C2b
número de una sola
individuos maduros subpoblación
D1. POBLACIÓN Población < 50 individuos maduros : CR
MUY PEQUEÑA Población < 250 individuos maduros : EN Ninguno D1
Población < 1000 individuos maduros : VU
D2. AREAL MUY
Área de ocupación < 20 km2 ó < 5 localidades (solo VU) Ninguno D2
PEQUEÑO
E. ANÁLISIS DE Probabilidad de extinción en estado silvestre:
VIABILIDAD > 50% en 10 años ó 3 generaciones* : CR
Ninguno E
DE > 20% en 20 años ó 5 generaciones* : EN
POBLACIONES > 10% en 100 años : VU
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