Accesion de Mueble A Inmueble y de Mueble A Mueble
Accesion de Mueble A Inmueble y de Mueble A Mueble
Accesion de Mueble A Inmueble y de Mueble A Mueble
ASIGNATURA
Muebles a Inmuebles
ASIGNACIÓN
CATEDRATICO
Abog
ESTUDIANTE
201810010533
lOMoARcPSD|49
lOMoARcPSD|4969641
Regulada por los artículos 738 y 739 del Código Civil, y demás normas aplicables a esta accesión.
Este modo de adquirir el dominio existe desde el momento en el que un bien mueble, es decir, de
aquellos que se pueden trasladar de un lugar a otro por sí mismos o con la intervención de un
tercero, se une a otro bien pero de naturaleza jurídica inmueble; este último es el bien principal al
cual accede el bien mueble que es el accesorio.
Se clasifica en accesión natural y accesión artificial, y a continuación se explica cada una de ellas.
Accesión natural. Se remonta la norma a explicar la accesión natural como aquella en la que los
frutos acceden al predio en donde está plantado el árbol que les dio origen. Ciertamente no puede
interpretarse de esa manera esta accesión, pues los frutos no son bienes accesorios, solo se limitan a
aumentar el volumen de un bien principal; pero cabe recordar que los bienes accesorios son un
nuevo bien que se le adiciona a un bien de superiores categorías jurídicas, en tanto que el bien fruto
no es un nuevo bien, pues es una prolongación de uno ya existente.
Así las cosas, se ha de entender que la accesión natural no obedece a la realidad jurídica, solo se
está refiriendo a un aumento del volumen del bien principal.
la primera, cuando en terreno propio se construye, planta o siembra con materiales, plantas o
semillas ajenas: en este caso, una persona que es dueña de su propio terreno, levanta una
edificación, o realiza un plantío o lleva a cabo una siembra, pero con elementos que no le
pertenecen; es decir, que hace la construcción en su inmueble pero con materiales que no son suyos,
o que abre orificios en su propio terreno y planta árboles o arbustos que no son de su propiedad, o
que ara la tierra de su predio y en ella siembra semillas que no son de su dominio. En estas
condiciones, es principal el terreno propio y son accesorios los materiales, las plantas o las semillas
ajenas; los que a su vez van a acceder a favor del terreno, porque con ellos en ese bien principal se
construyó, plantó o sembró, habiéndose aunado estos al terreno.
Este hecho puede ocurrir fácilmente; cuando, por ejemplo, el dueño de un depósito de materiales o
de un vivero, envía por error a otro cliente diferente al que los canceló o pagó, los materiales
de construcción, o las plantas o semillas; y confiado de la situación el cliente que recibió por error
esos bienes accesorios, construye en su propio predio una edificación con los materiales, o planta
los árboles o siembra las semillas. Dadas las circunstancias, no queda más remedio que hacer caso a
la norma y señalar que los materiales, plantas o semillas son bienes accesorios que acceden al bien
principal que es el predio, y por tanto, el dueño del bien inmueble se convierte en dueño de los
bienes muebles.
Respecto a la consecuencia jurídica, el dueño del terreno puede adquirir por accesión el dominio de
los materiales, plantas o semillas que pertenecen a otra persona; y recíprocamente, el propietario de
los materiales, plantas o semillas tiene derecho a que se le devuelva el valor de esos bienes
accesorios, según la buena o la mala fe con que se actúe, conforme a las siguientes reglas:
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❖ Por último, si el propietario del terreno obra de mala fe, pero dicho obrar es
conocido por el dueño de los materiales, plantas o semillas, no hay posibilidad
de indemnizar al dueño de los bienes muebles, y no habrá lugar a acción penal, porque el
dueño de los bienes accesorios tenía conocimiento del mal actuar del dueño del terreno, y
su castigo consiste en no recibir sumas adicionales por pago de perjuicios, y no se tipifica
una conducta punible contra el dueño del inmueble. Lo que sí puede hacer el dueño de los
materiales, plantas o semillas, es optar porque se le pague el justo valor de sus bienes, o que
se le devuelva otro tanto de la misma especie en igual cantidad y calidad.
❖ Si el dueño de los materiales, plantas o semillas, por haber construido en terreno ajeno,
adquiere el dominio de dicho terreno a su propietario, cancelándole el justo valor del
predio, y los intereses legales que se han causado sobre ese valor, desde el momento mismo
en que se hizo la construcción, plantío o la siembra, hasta el día que se pague la suma del
justo valor al dueño del terreno.
❖ Si el dueño del terreno decide recuperar su terreno, frente a lo cual la construcción, plantío
o la siembra se hizo con su conocimiento y no alegó nada; o que dicho actuar del dueño de
los materiales, plantas o semillas se hizo sin el conocimiento del dueño del terreno.
▪ Si es con conocimiento del dueño del terreno, es decir, si el dueño del terreno
sabía que otra persona estaba construyendo, plantando o sembrando en el predio de su
propiedad y guardó silencio, entonces debe adquirir lo que se construyó, plantó o sembró,
pagando el justo valor de esos bienes muebles al dueño de estos.
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Las expensas se diferencian de las mejoras básicamente, en que las primeras son para la
conservación del bien, buscan que el bien siga funcionando normalmente, y estas ni disminuyen ni
aumentan el valor del predio; es decir, con las expensas no varía el precio del bien inmueble, pues
solo tienden a que el bien continúe prestando su función normalmente.
Las mejoras, lo que buscan es, precisamente, que el bien inmueble incremente su valor, que con
la ejecución de la mejora el predio comience a cotizar su precio, pues se le ha hecho una inversión
para optimizar sus funciones, saliendo de lo rudimentario para adoptar elementos e implementos
que buscan que el predio preste cada vez con más eficiencia su servicio o actividad para la cual está
destinado. Recuérdese que la palabra poseedor, se refiere al dueño de los materiales, plantas o
semillas que está poseyendo en ese momento un predio ajeno, y que con esos bienes construyó,
plantó o sembró en un predio que no le pertenece.
EXPENSAS MEJORAS
TRANSITORIAS NECESARIAS
SOLO SE REEMBOLSAN EN LA MEDIDA QUE AÚN SIEMPRE SERÁN PAGADAS AL VALOR QUE TENGAN
BENEFICIEN EL BIEN. EJEMPLO: LOS HONORARIOS DE AL MOMENTO DE LA RESTITUCIÓN. EJEMPLO: HACER
UN ABOGADO QUE PROCESÓ A UN INVASOR DEL UNA CERCA PARA ENCERRAR EL GANADO.
PERMANENTES ÚTILES
SE PAGAN AL VALOR QUE TIENEN AL MOMENTO DE SOLO SE PAGAN AL POSEEDOR DE BUENA FE; EL DE
LA RESTITUCIÓN. EJEMPLO: LA REPARACIÓN Y MALA FE TIENE DERECHO A RETIRARLAS DEL
REPOSICIÓN DE LOS POSTES DE UNA CERCA. PREDIO, PERO SIN CAUSARLE DETRIMENTO A ESTE.
EJEMPLO: HACER UN ABREVADERO PARA EL
GANADO CUANDO EL RÍO QUEDA DISTANTE.
SUNTUARIAS
Es la unión de dos bienes muebles: uno el principal y otro el accesorio; accediendo el último al
primero, convirtiéndose el dueño de lo principal en dueño de lo accesorio. Posee tres modalidades:
la adjunción, la mezcla y la especificación.
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Adjunción. Regulada por los artículos 727 a 731 del Código Civil; da lugar a la existencia de dos
bienes muebles que se juntan; son bienes sólidos, a la vez diferentes, y pertenecen a propietarios
distintos. Esta unión es permanente, es decir, es duradera mas no eterna, y con base en dicha unión
se verifica la adjunción y, por tanto, la accesión de bien mueble a bien mueble. Un ejemplo claro de
esta accesión, es la unión que hace el dueño de una piedra preciosa a un anillo. Para que se cumpla
la accesión de mueble a mueble por adjunción se requiere:
• Que el dueño de uno de los bienes muebles, al momento de juntar a su bien mueble otro
bien mueble, o al ordenar a terceros que realicen dicha unión, obre de buena fe;
entendiendo por tal, que no actuó pensando en causar daño a ese tercero.
• Que el propietario del bien mueble que fue tomado para la unión a otro bien mueble, no
tenga conocimiento que su bien fue tomado para este hecho.
Habiendo, por un lado, buena fe atribuible a quien hizo u ordenó hacer la unión de los bienes
muebles, y por otro, desconocimiento de la unión por parte del dueño del bien que fue tomado para
hacer la unión, opera la accesión por adjunción; adquiriendo el dominio del bien accesorio, aquella
persona que a su bien se le dio el título de principal, debiendo cancelarle a la otra persona el valor
de su bien accesorio.
Respecto al dueño de la cosa tomada para la unión, si no obra con desconocimiento, sino que, por el
contrario, obra con conocimiento de haberse tomado su bien para unirlo a otro bien mueble
guardando silencio, no opera la accesión por adjunción; sino que la persona que hizo la unión se
vuelve propietaria del bien unido, en virtud de un título traslaticio de dominio, debiendo pagar el
valor del bien que fue tomado, y en caso de desacuerdo se nombra un perito para que señale un
valor para pagar a favor el dueño del bien que fue tomado para la unión (C. C., art. 1849).
Referente a la persona que ha tomado el bien mueble ajeno para unirlo al suyo, si no obra con buena
fe, sino con culpa o dolo, debe responder por su actuar indebido. Si obra con culpa pierde su propio
bien y, además, debe pagar indemnización de perjuicios al dueño del bien tomado para la unión. Si
obra con dolo, pierde su propio bien mueble, está sujeto a pagar indemnización al dueño del bien
que fue tomado para hacer la unión, y en caso de haberse cometido una conducta punible, se hace
acreedor de la respectiva sanción penal.
Mezcla. Es la accesión producida por la unión de dos materias líquidas o áridas. Para que se dé la
mezcla se requiere:
• Buena fe por quien hace la mezcla, y desconocimiento de la unión de los bienes por parte
del dueño de la otra materia líquida o árida que fue tomada para hacer la unión.
• Una de las dos materias debe ser de mucho mayor valor que la otra. Este es un requisito
indispensable por su carácter de diferenciador, ya que este modo de adquirir exige que un
bien se traduzca en principal y el otro en accesorio, y para que esto suceda, uno de los dos
debe presentar mayor valor frente al otro bien líquido o árido. En caso de ser los dos bienes
muebles más o menos del mismo valor, no opera la accesión y lo que hay es una
copropiedad entre los dueños de dichos bienes, los cuales pasan a ser ahora
copropietarios de la materia nueva,
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producto de mezclarse los dos bienes, en donde el uno no accede al otro por la razón antes
expuesta; y la copropiedad es en proporcionalidad al valor del bien del que cada uno es
dueño antes de la mezcla.
• Al diferenciarse una materia de la otra por ser de mayor valor, adquiere por accesión el dueño de la
materia de mayor valor a la materia de menor valor, debiendo pagarle al dueño de la de menor valor
su precio.
• Cuando el propietario de una de las materias no hizo la unión de los bienes, y esta se hizo sin su
conocimiento, puede solicitar que los bienes sean separados para recuperar el suyo, pero solo en el
caso de ser escasa su materia líquida o árida y siempre que la separación sea posible; además, el
costo de la separación corre por cuenta de quien hizo la unión de los bienes o la ordenó hacer (C. C.,
art. 736).
• Pero si este propietario en estas circunstancias no solicita la separación de los bienes, no se está
frente a una accesión porque no procede la accesión, pues no se cumple el requisito de
desconocimiento de la unión de los bienes por parte de uno de los dueños de una de las materias; y
más bien se está ante una copropiedad, donde cada uno va a ser dueño de la materia nueva conforme
al valor del líquido o bien árido que aporta al nuevo bien.
Especificación. Su regulación está contemplada en el artículo 732 del Código Civil, y no es propiamente
una accesión de mueble a mueble aun cuando la norma así lo contemple, pues consiste en la accesión que
surge entre un bien mueble y un trabajo o servicio, y esta última clase de bien no es un bien mueble sino un
bien incorporal; pero la norma así lo clasifica, porque uno de los bienes que se une es un bien mueble. Se
puede citar, la unión de un mármol con la talla que en él esculpe un artista, o la obra del pintor en un lienzo,
entre otros ejemplos. Para que proceda la especificación se requiere:
• Debe resultar una obra nueva al prestar el servicio o aplicar el trabajo en el bien mueble. Es
necesario que el bien se transforme en un nuevo bien por haberse practicado en él una obra que lo ha
transformado de un simple bien mueble en una obra; la cuestión es determinar si la obra nueva
aumenta el precio del bien mueble o, por el contrario, lo disminuye.
• Debe existir buena fe de quien hace la unión de los bienes, que en este caso es el escultor, tallador,
pintor, artista u otra profesión u oficio que dé vida nueva a un simple bien mueble. Ocurre cuando el
dueño del bien incorporal por una equivocación justificada o un justo error, que es el error excusable
para el derecho, hace la obra sobre el bien mueble convencido de que puede hacerlo porque está
autorizado para ello, o porque cree que el bien le pertenece.
• Debe existir ausencia de conocimiento de la unión de los bienes por la persona dueña del bien
mueble.
Para determinar quién es el dueño del nuevo bien, se debe establecer cuál es más valioso el bien mueble o el
trabajo o servicio prestado en él. Así, si la obra en un simple mármol fue hecha por un famoso tallador de
mármol, ciertamente el dueño de la obra nueva es el escultor, quien adquiere por accesión el mármol que
talló, debiendo pagar los perjuicios que le causó al dueño del bien mueble que para el caso referenciado es el
mismo dueño del mármol.
Si quien hace la obra es una persona ajena a las artes, y lo que hace es dañar el bien mueble, pues es
dueño de la obra nueva el dueño del bien mueble, debiendo recibir por parte de quien practicó el trabajo o
servicio una indemnización por los perjuicios que le ha causado, accediendo el servicio al bien mueble.
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Si el bien mueble pertenece conjuntamente a quien hace la obra nueva y a otra persona que no realiza trabajo
ni servicio en el bien, entonces ambos serán dueños de la obra nueva, pero en proporcionalidad a los valores
que se asignen. Por ejemplo, si un mármol pertenece por mitades a dos personas, siendo una de ellas un
artista en la talla de piedra, y decide realizar una obra con ese mármol, entonces el artista es dueño de lo que
vale su trabajo talentoso más el cincuenta por ciento del valor del mármol, accediendo a su favor el otro
cincuenta por ciento del precio del mármol, que se ha transformado en bien accesorio, debiendo pagar ese
costo a su antiguo socio del bien mueble.