Texto Informativo Sobre Israel y Palestina

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CLAVES PARA ENTENDER EL CONFLICTO ENTRE ISRAEL Y PALESTINA:

¿CUÁL ES SU ORIGEN?
18 Oct, 2023 Por: Lucas Goyret

Tras más de siete décadas, las tensiones continúan entre las partes. En medio de
acusaciones cruzadas, resulta indispensable conocer el contexto de un
enfrentamiento que no encuentra solución y se cobra la vida de miles de víctimas.

El conflicto entre Israel y Palestina sumó un nuevo capítulo a su larga historia el


pasado sábado 7 de octubre tras el ataque terrorista de Hamas en territorio israelí.
En estos diez días en los que una vez más escaló la violencia en esa zona de
Medio Oriente, volvió a ubicarse en el centro de la escena internacional el conflicto
israelí-palestino, que ya lleva más de siete décadas sin soluciones y acuerdos
concretos.

En el libro “300 preguntas en 300 palabras”, el autor Gabriel Ben Tasgal explica en
detalle los pormenores de un conflicto que a día de hoy persiste y se sigue
cobrando la vida de miles de inocentes de ambos lados.

MISMO CONFLICTO, DOS MIRADAS MUY DISTINTAS


El autor remarca una diferencia de raíz en la génesis del conflicto, que resulta vital
para comprender los comportamientos de las partes. Según explica, para la gran
mayoría de los judíos que habitan el Estado de Israel, el conflicto es territorial. En
cambio, para la mayor parte del pueblo palestino, es religioso.

De acuerdo a las creencias judías, la tierra es menos importante que la vida. Por
ello, ceder territorios considerados “nacionales” representa una acción justificada
siempre que garantice la paz.

Sin embargo, el Islam tradicional considera a


la judía como una religión falsa, y no los
reconoce como pueblo. Además, los acusa de
ocupar propiedades heredadas al Islam y de
retener parte de la tierra santa
islámica que no puede ser cedida.

BREVE HISTORIA DEL CONFLICTO


En 1922, la Sociedad de las Naciones -organismo internacional creado por el
Tratado de Versalles el 28 de junio de 1919 tras la Primera Guerra Mundial- puso
bajo administración británica una serie de antiguos territorios otomanos. Uno de
ellos fue Palestina. Bajo la “Declaración de Balfour”, los británicos respaldaron el
“establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío”.

El mandato británico tuvo lugar entre 1922 y 1947, periodo en el que también se
desarrolló la Segunda Guerra Mundial. En esos años, se dio la primera gran ola
migratoria de judíos a ese territorio, principalmente provenientes de Europa
Oriental. El mayor número de migrantes se registró en la década de 1930 como
consecuencia de la persecución de la Alemania nazi.

Pero la población árabe rechazaba la presencia de los judíos, y entre 1936 y 1939
se produjeron varios disturbios. A raíz de ese estallido, en 1937 una comisión
británica planteó la siguiente propuesta: dividir en un estado árabe, un estado judío
y una zona neutral para los lugares sagrados. Sin embargo, esa idea no prosperó.

Tras considerar varias opciones para hallar una solución al conflicto, el Reino Unido
finalmente acudió a las Naciones Unidas en 1947. El organismo propuso una
solución de dos Estados que dividiera la tierra entre judíos y árabes, y que
Jerusalén quedara bajo un régimen internacional. Ninguna de las partes quedó
completamente satisfecha. Pero el Plan de Partición fue aceptado por los sionistas,
mientras que los árabes lo consideraban injusto ya que sostenían que los judíos no
tenían derecho sobre la tierra. En medio de respaldos y rechazos entre los países
de la comunidad internacional, el 14 de mayo de 1948, David Ben Gurión declaró la
independencia del nuevo estado de Israel.

Esto no cayó nada bien en la región, y ese mismo año se produce la primera de
una serie de guerras entre árabes e israelíes, con la invasión iniciada por Egipto,
Siria, Jordania, Irak y Líbano. En ese conflicto Israel ocupó el 77% del territorio que
Palestina había tenido bajo el mandato británico, incluida la mayor parte de
Jerusalén. El resto del territorio que había sido asignado al Estado árabe por
Naciones Unidas quedó bajo el control de Jordania y Egipto.

En junio de 1967 tiene lugar la Guerra de los Seis Días entre Israel y Egipto,
Jordania y Siria. Israel derrotó a los ejércitos árabes y logró duplicar sus tierras al
incluir la península del Sinaí, los Altos del Golán, Gaza y la Ribera Occidental.

Unos años antes, en 1964, había nacido la Organización para la Liberación de


Palestina (OLP) que hizo suya la causa palestina y logró su mayor expansión bajo
el mando de Yasser Arafat. El ala más radical de la OLP apeló al terrorismo, como
cuando secuestró aviones occidentales con destino a Amán (Jordania). En 1972
terroristas palestinos provocaron una fuerte conmoción mundial al perpetrar un
atentado contra la delegación israelí en los Juegos Olímpicos de Múnich, que dejó
once miembros del equipo olímpico muertos.

Como Jordania se vio incapaz de controlar a la OLP, atacó sus bases y los campos
de refugiados en 1971. Ya desplazados al Líbano, contribuyeron al inicio de la
guerra civil en 1975. En 1982, Israel invadió el Líbano con el objetivo manifiesto de
eliminar a la organización palestina. Tras un alto el fuego, los palestinos se retiraron
de Beirut y se trasladaron a países vecinos; la mayoría de los líderes se exiliaron
en Túnez.

En la década de 1980 la OLP cambió de estrategia e inició una rebelión en los


territorios ocupados. Esto condujo a la primera intifada en 1987, cuando comenzó
un alzamiento masivo contra la ocupación israelí en la Ribera Occidental y Gaza.
Al año siguiente Arafat proclamó la independencia de Palestina.

La primera intifada finalmente terminó en septiembre de 1993 con los acuerdos de


Oslo, firmados en Washington. Tras la caída de la Unión Soviética, que era una de
las principales fuentes de armas de los países árabes, la OLP optó por negociar la
paz con Israel. Los acuerdos establecieron la Autoridad Nacional Palestina para
gobernar Gaza y Cisjordania. Sin embargo, las diferencias se mantuvieron y en
2000 estalló la segunda intifada, en la que el movimiento islamista Hamas -cuya
fundación se remonta a 1987 durante la
primera intifada asumió mayor
protagonismo, aumentando la violencia en la
región.

Arafat murió en 2004, y el liderazgo de la


OLP pasó a manos de Mahmoud Abbas. En
2013, la Autoridad Nacional Palestina pasó a
llamarse Estado de Palestina. Al día de hoy,
no obstante, varios países no lo reconocen
como tal.

Enfrentado a la Autoridad Palestina, Hamas, considerado grupo terrorista por Israel,


Estados Unidos y las potencias occidentales, gobierna de facto en Gaza desde
2006. Desde su irrupción, los extremistas palestinos -auspiciados financiera y
militarmente por el régimen de Irán- lanzaron innumerables ataques con cohetes y
misiles sobre territorio israelí, lo que provocó hasta el día de hoy cuatro guerras
entre Hamas e Israel (2008, 2012, 2014 y 2021). Además, excavaron cientos de
túneles para infiltrarse en territorio israelí y así llevar a cabo atentados y secuestro
de civiles y militares. Todo esto, con un solo fin: destruir Israel y crear un estado
islámico independiente.

Ante esta situación, y en el marco de la Operación Plomo Fundido (2008-2009),


Israel estableció un bloqueo contra la Franja para evitar la entrada de armas.

A pesar de los intentos de paz, la violencia fue una constante en esa región de
Medio Oriente, que desde hace décadas se viene cobrando la vida de israelíes y
palestinos, y acusaciones de ataques de lado y lado.

LA PROPUESTA ISRAELÍ QUE NO ACEPTÓ PALESTINA Y LA SITUACIÓN


ACTUAL DE LOS TERRITORIOS
Como decía Ben Tasgal, para los
palestinos el conflicto no es territorial. Y
eso lo dejó claro Mahmoud Abbas en
2008. En septiembre de ese año el
entonces primer ministro de Israel, Ehud
Olmert, ofreció una propuesta para hallar
una solución pacífica al conflicto, que
incluía el establecimiento de un Estado
Palestino reconocido internacionalmente y
por Israel.

Según el autor, la lógica de Olmert era la siguiente: “Israel se queda con la gran
mayoría de los ciudadanos israelíes pero renuncia a la inmensa mayoría de los
territorios en disputa y hasta compensa por los bloques anexados”.

Además, para unir Gaza a Cisjordania ofreció una ruta de cuatro carriles ubicada
en territorio israelí por donde solamente circularían autos palestinos.

Para Jerusalén, otro de los focos del conflicto, la propuesta era el siguiente: los
barrios judíos quedarían para Israel, mientras que los árabes serían para el Estado
Palestino. La Ciudad Vieja, en tanto, se dividiría en dos: los barrios árabe cristiano
y musulmán serían palestinos, y el armenio y judío corresponderían a Israel. Lo que
está sobre el Monte del Templo, por su parte, quedaría para Palestina, y el Muro de
los Lamentos seguiría siendo judío.
Abbas, sin embargo, no respondió a la oferta con la excusa de que Olmert estaba a
punto de renunciar. Al igual que Arafat en el pasado, no propuso una contraoferta.

En febrero de 2004 el primer ministro israelí Ariel Sharon anunció un plan para
retirar todos los asentamientos judíos y las tropas de Gaza. En septiembre de 2005
se bajó la bandera de Israel en Gaza. Hasta junio de 2007 el control del enclave
estuvo a cargo de la Autoridad Palestina, que luego fue derrocada por los
terroristas de Hamas. Desde entonces, la Franja de Gaza es controlada por los
extremistas.

La situación en Cisjordania, sin embargo, es diferente. Por los acuerdos de Oslo,


los palestinos asumieron un gobierno autónomo en las ciudades palestinas y en
unos 450 poblados. La zona se dividió en tres territorios: A, B y C.

Los territorios A lo conforman:


Ramallah, Belén, Jericó, Jenin,
Tulkarem, Kalkilya, Nablus y la
parte árabe de Hebrón. Bajo
dominio civil y militar
de la Autoridad Palestina, allí los
civiles israelíes no
pueden ingresar por orden de su
gobierno por temor a que sean
asesinados.

Los territorios B están


administrados civil y policialmente
por la Autoridad Palestina,
mientras que la seguridad perimetral está a cargo de Israel.

Los territorios C, en tanto, están bajo control civil y militar de Israel, y representan el
60% de Cisjordania.

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