Conflico Israel Palestina

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Provincia de Buenos Aires

Dirección General de Cultura y Educación.

Año 2023

Materia: GEOGRAFÍA

Escuela de Educación Secundaria TECNICA N° 2

Profesor: Julián Cesario

Tandil

TEMA:

El conflicto entre palestinos e israelíes es uno de los más largos


y sangrientos de Medio Oriente.
El conflicto entre palestinos e israelíes alcanzó una tensión sin
precedentes en los últimos años tras la incursión armada de Hamás en
Israel el 7 de octubre y la posterior respuesta de las fuerzas de
seguridad de ese país.
El grupo militante islamista, que controla la Franja de Gaza, sorprendió
con un asalto coordinado, lanzando cientos de misiles y penetrando en
el sur de Israel, dejando más de mil muertos y secuestrando a unas 200
personas.
Israel respondió con bombardeos masivos sobre la Franja,
especialmente en el norte de este territorio, causando miles de muertos
y desplazados. Es la última escalada de un conflicto largo, sangriento y
sin una resolución cercana que durante décadas ha marcado Medio
Oriente.
Alentado por el antisemitismo que sufrían los judíos en Europa, a
comienzos del siglo XX tomó fuerza el movimiento sionista, que buscaba
establecer un Estado para los judíos. La región de Palestina, entre el río
Jordán y el mar Mediterráneo, considerada sagrada para musulmanes,
judíos y católicos, pertenecía por aquellos años al Imperio Otomano y
estaba ocupada mayormente por árabes y otras comunidades
musulmanas. Pero una fuerte inmigración judía, fomentada por las
aspiraciones sionistas, comenzaba a generar resistencia entre las
comunidades.
Tras la desintegración del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial,
Reino Unido recibió un mandato de la Liga de Naciones para administrar
el territorio de Palestina. Pero antes y durante la guerra, los británicos
habían hecho diversas promesas a los árabes y a los judíos que luego no
cumplieron, entre otros motivos porque ya se habían dividido Medio
Oriente con Francia. Esto provocó un clima de tensión entre
nacionalistas árabes y sionistas que desencadenó en enfrentamientos
entre grupos paramilitares judíos y bandas árabes.
Tras la II Guerra Mundial y el Holocausto, aumentó la presión por
establecer un Estado judío. El plan original contemplaba la partición del
territorio controlado por la potencia europea entre judíos y palestinos.
A la caída del Imperio otomano, Reino Unido se encargó de administrar
el territorio de Palestina. Después de la fundación de Israel el 14 de
mayo de 1948, la tensión pasó de ser tema local a asunto regional.
Al día siguiente, Egipto, Jordania, Siria e Irak invadieron este territorio.
Fue la primera guerra árabe-israelí, también conocida por los judíos
como guerra de la independencia o de la liberación. Tras el conflicto, el
territorio inicialmente previsto por las Naciones Unidas para un Estado
árabe se redujo a la mitad. Para los palestinos, comenzó la Nakba, la
llamada "destrucción" o "catástrofe": el inicio de la tragedia nacional.
750.000 palestinos huyeron a países vecinos o fueron expulsados por
tropas judías.
En 1956, una crisis por el Canal de Suez enfrentaría al Estado de Israel
con Egipto, que no sería definida en el terreno de combate sino por la
presión internacional sobre Israel, Francia e Inglaterra. Los combates sí
tendrían la última palabra en 1967 en la Guerra de los Seis Días. Lo que
ocurrió entre el 5 el 10 de junio tuvo consecuencias profundas y
duraderas a distintos niveles. Fue una victoria aplastante de Israel
frente a una coalición árabe. Israel capturó la Franja de Gaza y la
península del Sinaí a Egipto, Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental) a
Jordania y los Altos del Golán a Siria. Medio millón de palestinos
huyeron.
El último conflicto árabe-israelí sería la guerra de Yom Kipur en 1973,
que enfrentó a Egipto y Siria contra Israel y le permitió a El Cairo
recuperar el Sinaí (entregado completamente por Israel en 1982), pero
no Gaza. Seis años después, Egipto se convierte en el primer país árabe
en firmar la paz con Israel, un ejemplo solo seguido por Jordania.
La tradición judía indica que la zona en la que se asienta Israel es la
Tierra Prometida por Dios al primer patriarca, Abraham, y a sus
descendientes.
La zona fue invadida en la Antigüedad por asirios, babilonios, persas,
macedonios y romanos. Roma fue el imperio que le puso a la región el
nombre de Palestina y que, siete décadas después de Cristo, expulsó a
los judíos tras combatir a los movimientos nacionalistas que perseguían
la independencia.

Con el surgimiento del Islam, en el siglo VII después de Cristo, Palestina


fue ocupada por los árabes y luego conquistada por los cruzados
europeos. En 1516 se estableció la dominación turca que duraría hasta
la Primera Guerra Mundial, cuando se impuso el mandato británico.

Mapa del mandato británico de Palestina


El Comité Especial de las Naciones Unidas sobre Palestina (UNSCOP, por
sus siglas en inglés) aseguró en su informe a la Asamblea General del 3
de septiembre de 1947 que los motivos para que un Estado judío se
estableciera en Medio Oriente se centraban en "argumentos basados en
fuentes bíblicas e históricas", la Declaración de Balfour de 1917 en la
que el gobierno británico se declara a favor de un "hogar nacional" para
los judíos en Palestina y en el Mandato británico sobre Palestina.
Allí se reconoció la conexión histórica del pueblo judío con
Palestina y las bases para reconstituir el Hogar Nacional Judío en
dicha región.
Tras el Holocausto nazi contra millones de judíos en Europa antes y
durante la Segunda Guerra Mundial, creció la presión internacional para
el reconocimiento de un Estado judío. Al no poder resolver la
polarización entre el nacionalismo árabe y el sionismo, el gobierno
británico llevó el problema a la ONU.
El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General aprobó un plan para la
partición de Palestina, que recomendaba la creación de un Estado árabe
independiente y uno judío y un régimen especial para la ciudad de
Jerusalén.
El plan fue aceptado por los israelíes pero no por los árabes, que lo
veían como una pérdida de su territorio. Por eso nunca se implementó.
Un día antes de que expirara el Mandato británico de Palestina, el 14 de
mayo de 1948, la Agencia Judía para Israel, representante de los judíos
durante el Mandato, declaró la independencia del Estado de Israel.
Al día siguiente Israel solicitó ser miembro de Naciones Unidas,
estatus que finalmente logró un año después.
El Comité Especial de las Naciones Unidas sobre Palestina (UNSCOP, por
sus siglas en inglés), en su informe a la Asamblea General en 1947,
recomendó que el Estado árabe incluyera "Galilea Occidental, la región
montañosa de Samaria y Judea, con la exclusión de la ciudad de
Jerusalén, y la llanura costera de Isdud hasta la frontera egipcia".
Pero la división del territorio quedó definida por la Línea de Armisticio de
1949, establecida tras la creación de Israel y la primera guerra árabe-
israelí. Los dos territorios palestinos son Cisjordania (que incluye
Jerusalén Oriental) y la Franja de Gaza, que se encuentran a unos 45
km de distancia. Tienen un área de 5.970 km2 y 365 km2,
respectivamente.
Mapa actual Israel
Cisjordania se encuentra entre Jerusalén, reclamada como capital
tanto por palestinos como por israelíes, y Jordania hacia el este,
mientras que Gaza es una franja de 41 km de largo y entre 6 y 12 km
de ancho. Gaza tiene una frontera de 51 km con Israel, 7 km con Egipto
y 40 km de costa sobre el Mar Mediterráneo. Originalmente ocupada por
israelíes que aún mantienen el control de su frontera sur, la Franja de
Gaza fue capturada por Israel en la guerra de 1967 y recién la desocupó
en 2005, aunque mantiene un bloqueo por aire, mar y tierra que
restringe el movimiento de bienes, servicios y gente.
Mapa detallado de la Franja de Gaza
Actualmente la Franja está controlada por Hamás, el principal grupo
islámico palestino que nunca ha reconocido los acuerdos firmados entre
otras facciones palestinas e Israel.
Cisjordania, en cambio, está regida por la Autoridad Nacional Palestina,
el gobierno palestino reconocido internacionalmente cuya principal
facción, Fatah, no es islámica sino secular. Tras la creación del Estado
de Israel y el desplazamiento de miles de personas que perdieron sus
hogares, el movimiento nacionalista palestino comenzó a reagruparse en
Cisjordania y Gaza, controlados respectivamente por Jordania y Egipto,
y en los campos de refugiados creados en otros estados árabes. Poco
antes de la guerra de 1967, organizaciones palestinas como Fatah —
liderada por Yasser Arafat— conformaron la Organización para la
Liberación de Palestina (OLP) y lanzaron operaciones contra Israel
primero desde Jordania y luego desde Líbano. Pero estos ataques
incluyeron también atentados contra objetivos israelíes en territorio
europeo que no discriminaron entre aviones, embajadas o atletas.
Tras años de atentados palestinos y asesinatos selectivos de las fuerzas
de seguridad israelíes, la OLP e Israel firmarían en 1993 los acuerdos de
paz de Oslo, en los que la organización palestina renunció a "la violencia
y el terrorismo" y reconoció el "derecho" de Israel "a existir en paz y
seguridad", un reconocimiento que la organización islámica palestina
Hamás nunca aceptó. Tras los acuerdos firmados en la capital noruega
fue creada la Autoridad Nacional Palestina, que representa a los
palestinos ante los foros internacionales. Su presidente es elegido por
voto directo y él a su vez escoge un primer ministro y a los miembros de
su gabinete. Sus autoridades civiles y de seguridad controlan áreas
urbanas (Área A según Oslo), mientras que solo sus representantes
civiles —y no de seguridad— controlan áreas rurales (Área B).

Jerusalén Oriental, considerada la capital histórica por parte de


los palestinos, no está incluida en este acuerdo.

La demora para el establecimiento de un Estado palestino


independiente, la construcción de asentamientos de colonos judíos en
Cisjordania y la barrera de seguridad en torno a ese territorio —
condenada por la Corte Internacional de Justicia de La Haya— han
complicado el avance de un proceso de paz.
Pero estos no son los únicos obstáculos, tal como quedó claro en el
fracaso de las últimas conversaciones de paz serias entre ambos grupos
que tuvieron lugar en Camp David, Estados Unidos, en el año 2000,
cuando un saliente Bill Clinton no logró un acuerdo entre Arafat y el
entonces primer ministro israelí, Ehud Barak.

Las diferencias que parecen irreconciliables son las siguientes:


-Jerusalén: Israel reclama soberanía sobre la ciudad (sagrada para
judíos, musulmanes y cristianos) y asegura que es su capital tras tomar
Jerusalén Oriental en 1967. Eso no es reconocido internacionalmente.
Los palestinos quieren que Jerusalén Oriental sea su capital.
-Fronteras y terreno: Los palestinos demandan que su futuro Estado
se conforme de acuerdo a los límites previos al 4 de junio de 1967,
antes del comienzo de la Guerra de los Seis Días, algo que Israel
rechaza.
-Asentamientos: Son viviendas, ilegales de acuerdo al derecho
internacional, construidas por el gobierno israelí en los territorios
ocupados por Israel tras la guerra de 1967. En Cisjordania y Jerusalén
Oriental hay más de medio millón de colonos judíos.
-Refugiados palestinos: Cuántos refugiados son depende de quién
esté contando. La OLP dice que son 10,6 millones, de los cuales casi la
mitad están registrados en la ONU. Los palestinos sostienen que los
refugiados ( tienen el derecho de regreso a lo que hoy es Israel, pero
para Israel abrir la puerta destruiría su identidad como Estado judío.
La ONU reconoció a Palestina como "Estado observador no miembro" a
fines de 2012 y dejó de ser una "entidad observadora". El cambio les
permitió a los palestinos participar en los debates de la Asamblea
General y mejorar las posibilidades de ser miembro de agencias de la
ONU y otros organismos. Pero el voto no creó al Estado palestino. Un
año antes los palestinos lo intentaron pero no consiguieron apoyo
suficiente en el Consejo de Seguridad. Más del 70% de los miembros de
la Asamblea General de ONU (138 de 193) reconoce a Palestina como
Estado.
Primero hay que considerar la existencia de un importante y poderoso
cabildeo pro-Israel en Estados Unidos y el hecho de que la opinión
pública suele ser favorable a la postura israelí, por lo que para un
presidente quitarle el apoyo a Israel es virtualmente imposible. Además,
ambas naciones son aliadas militares: Israel es uno de los mayores
receptores de ayuda estadounidense y la mayoría llega en subvenciones
para la compra de armamento. No obstante, en diciembre de 2016, bajo
la presidencia de Barack Obama se dio un paso inusual en la política de
Estados Unidos hacia Israel: no vetar la resolución del Consejo de
Seguridad de la ONU que condena la política de asentamientos de Israel.
Pero la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca dio nuevos bríos a la
relación entre Estados Unidos e Israel, que se plasmó con el traslado de
la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, convirtiendo a Estados Unidos en el
primer país del mundo en reconocer a esa ciudad como capital de Israel.
En sus últimos meses de presidencia, Trump logró que cuatro ricos
países árabes normalizaran sus relaciones con Israel.

Por su parte, el sucesor de Trump, el demócrata Joe Biden, asumió el


poder con la intención de evadir el riesgoso conflicto israelí-palestino,
además de verlo como un problema que requiere gran capital político
con un retorno muy moderado. El gobierno de Biden continúa apoyando
el reconocimiento de Israel, pero ha adoptado una diplomacia más
cautelosa.

Por su parte, los palestinos no tienen el apoyo abierto de una


potencia.

En la región, Egipto dejó de apoyar a Hamás, tras la deposición por


parte del ejército del presidente islamista Mohamed Morsi, de los
Hermanos Musulmanes —históricamente asociados con el grupo
palestinos— mientras que Siria e Irán y el grupo libanés Hezbolá son sus
principales apoyos y aunque su causa genera simpatía en muchos
sectores, por lo general no se traduce en hecho. Los israelíes tendrían
que apoyar un Estado soberano para los palestinos que incluya a
Hamás, levantar el bloqueo a Gaza y las restricciones de movimiento en
Cisjordania y Jerusalén Oriental.

Los grupos palestinos deberían renunciar a la violencia y reconocer al


Estado de Israel. Y se tendrían que alcanzar acuerdos razonables en
materia de fronteras, asentamientos judíos y retorno de refugiados. Sin
embargo, desde 1948, año de la creación del estado de Israel, muchas
cosas han cambiado, en especial la configuración de los territorios en
disputa tras las guerras entre árabes e israelíes.

Para Israel eso son hechos consumados. Para los palestinos no, ya que
insisten en que las fronteras a negociar deberían ser aquellas que
existían antes de la guerra de 1967. Además, mientras en el terreno
bélico las cosas son cada vez más incontrolables en la Franja de Gaza,
existe una especie de guerra silenciosa en Cisjordania con la continua
construcción de asentamientos judíos, lo que reduce, de hecho, el
territorio palestino en esas zonas autónomas.

Pero quizás el tema más complicado por su simbolismo es


Jerusalén, la capital tanto para palestinos como para israelíes.

Tanto la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna Cisjordania, como el


grupo Hamás, en Gaza, reclaman la parte oriental como su capital pese
a que Israel la ocupó en 1967. La llamada Marcha de la Bandera, que
conmemora esa captura de la parte oriental de la ciudad, también es un
gatillo para los enfrentamientos.

Un pacto definitivo nunca será posible sin resolver este punto.

CONSIGNAS:
1- ¿Cómo empezó el conflicto?
2- ¿Qué tendría que ocurrir para que haya una oportunidad de paz
duradera?
3- ¿Por qué EE.UU. es el principal aliado de Israel? ¿Quién apoya a
los palestinos?
4- ¿Por qué se fundó Israel en Medio Oriente?
5- ¿Por qué hay dos territorios palestinos?
6- ¿Cuáles son los principales puntos de conflicto entre palestinos e
israelíes?
7- ¿Nunca firmaron la paz palestinos e israelíes?
8- ¿Cuáles son las diferencias que parecen “irreconciliables”?

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