Libro Esloqueparece
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Libro Esloqueparece
Autores:
Frederic Pérez-Álvarez
Carme Timoneda-Gallart
1
Frederic Pérez-Álvarez
Unidad de NeuroPediatría
Servicio de Pediatría
Hospital Universitario del ICS Dr J Trueta de Girona
Carme Timoneda-Gallart
Profesora Titular de Diagnóstico en Educación
Departamento de Pedagogía
Universidad de Girona
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INDICE
PARTE PRIMERA
. El diagnóstico de lo cognoscitivo.
PARTE SEGUNDA
- Introducción
- Aprendizaje consciente vs aprendizaje inconsciente
- El lenguaje del inconsciente
- La metáfora como recurso en el procedimiento
- Otros recursos en el procedimiento
- La interpretación como base del diagnóstico-intervención
- La solución está en la creencia
- El "teorema" de los comportamientos enmascaradores
- El procedimiento como diagrama de flujo o algoritmo diagnóstico
- Fronteras entre lo psicopedagógico y lo psicopatológico
- Bases científicas del modelo
- Bibliografía
- Índice analítico de recursos
PARTE TERCERA
Acompasamiento...............................................1
Acto ejemplificador...........................................11
Adivinación........................................................21
Amnesia postrance ...........................................10
Anclaje ..............................................................4
Atrapamiento....................................................14
Calibración .......................................................22
3
Compromiso......................................................13
Conducción........................................................5
Confusión...........................................................9
Curiosidad..........................................................8
Ejemplo.............................................................12
Experimentación...............................................11
Falsa sensación de alternativa.........................32
Formulación en positivo...................................29
Incorporación....................................................6, 26.
Índice de referencia...........................................19
Interés................................................................8
Interrupción de patrón.......................................2
Nominalizaciones...............................................24
Palabras de transición.......................................23
Polaridad...........................................................16
Preguntas enmascaradas...................................27
Prescripción del síntoma...................................15
Presuposición....................................................33
Realidades apiladas...........................................34
Reencuadre........................................................18
Respuestas enmascaradas ................................28
Saturación canales información........................3
Secuencia de ideas............................................17
Subrayado analógico.........................................4
Términos abstractos..........................................24
Términos ambiguos, indeterminados ...............25
Términos humorísticos ....................................30
Términos de posibilidad ...................................31
Universales ......................................................20
Verbalización....................................................7
4
I PARTE
El diagnóstico de lo cognoscitivo
a la luz de la teoría PASS.
1
Las bases de la teoría PASS así como sus fundamentos empíricos y teóricos estás expuestos en nuestro
libro: Nueropisocpedagogia. Aprender:¿Qué y cómo?. Girona: Anorien. 1997.
6
En el mismo orden de cosas, podemos mencionar otro ejemplo de conclusión
científica referida a estudio del lenguaje. El profesor A Tomatis, especialista
francés en audio-psico-fonología, afirma que para poder hablar una lengua es
necesario ser capaz de discriminar la banda de sonido propia de la lengua en
cuestión y para ser capaz se requiere un entrenamiento. Un francés habla en la
banda entre los mil y dos mil hertzios, un italiano habla en la banda entre los
dos mil y cuatro mil, un ingles habla en la banda entre los dos mil y doce mil y,
todavía, es más amplia la banda de los eslavos. La parte de la afirmación-
conclusión que no está verificada o demostrada, en el sentido de causa- efecto,
es que el entrenamiento sea parte esencial. Tal vez, sí, pero no deja de ser una
hipótesis.
Las alteraciones del lenguaje, tanto hablado como escrito, han dado pie
a muchos tratados sobre el tema. Han sido fuente y motivo de preocupación
tanto para padres, profesionales de la educación, médicos, neuropediatras... El
lenguaje es primordial y básico para el desarrollo de la comunicación en el niño
o niña. El desarrollo del lenguaje es primordial para un desarrollo de la
personalidad. El habla, facultad genuinamente humana, está presente en todas
las actividades de la vida del niño/a. La dificultad en el lenguaje comporta
dificultades para entenderse, dificultades para participar en los juegos,
dificultades para expresar las necesidades, y acaba generando frustración,
aislamiento, oposicionismo, rebeldía, problemas de conducta, en definitiva con
una baja autoestima en el origen2. Como definió la OMS, la salud no es la
ausencia de enfermedad sino un estado de bienestar físico y psíquico que
permite una existencia feliz.
En esta línea conceptual, iniciaremos nuestras explicaciones
ciñéndonos al concepto y definición que se ha dado a las alteraciones del
2
En el Hospital de Girona, Dr J Trueta, se ubica la Unidad Neuropsicopedagogía , fruto de la
colaboración de la Universidad de Girona y el Servei Catalá de la Salut, que practica una atención
integrada a la salud mental con una visión global de la personalidad del ser humano.
7
lenguaje para lo que analizaremos, para empezar, una situación clínica que
8
agnosia verbal auditiva un fracaso en el procesamiento gnósico, se
entiende, determina un fracaso en la producción o expresión del lenguaje. Sin
embargo, está por dilucidar si en estos supuestos el fracaso en la producción o
expresión del lenguaje es, exclusivamente, una consecuencia secundaria de un
fallo primario en el procesamiento gnósico del lenguaje o si, también, se está
produciendo un fallo en el procesamiento práxico de elaboración, de ideación,
del lenguaje.
9
en este supuesto clínico. Está por esclarecer, también, si el proceso de
codificación/ descodificación de los códigos tiene lugar en determinadas zonas
o regiones del sistema nervioso central. Es decir, si los códigos de los fonemas,
si los códigos de los grafemas, si los códigos del lenguaje gestual, y, así
sucesivamente, requieren la integridad anatomofuncional de determinadas
zonas o regiones. Dicho de otro modo, está por saber si existe una correlación
anatomofuncional entre una codificación determinada y una región anatómica
determinada. Se trataría hipotéticamente de poder elaborar un mapa cerebral
de zonas funcionales delimitadas según codificación.
10
ALTERACIONES DEL LENGUAJE EN EL AUTISMO
11
En la construcción sintáctica del lenguaje intervienen los
procesamientos, básicamente y atendiendo a la experiencia acumulada,
simultáneo y secuencial. Evidentemente, en concepción PASS, el diagnóstico
de alteración sintáctica del lenguaje habría que definirlo en términos de decir,
por ejemplo, alteración sintáctica explicable por un procesamiento simultáneo
deficitario o/y planificación deficiente o alteración PASS que sea. Y es posible
que la misma alteración del procesamiento simultáneo que explica la alteración
sintáctica, en este caso hipotético, sea la que explique la alteración en la
pronunciación, pero no necesariamente ha de ser así, de forma que la misma
alteración en los procesamientos puede ser la explicación de distintas
alteraciones clínicas descriptivas o puede no ser la misma explicación.
12
auditiva y memoria visual-espacial. Con
ECOLALIA:fracaso en la
Input : SECUENCIAL verbal. Se
comprensión conceptual Proceso: COMPROMISO
SIMULTÁNEO-PLANNING
habla de
Recordar anuncios TV como
memoria verbal
ATENCIÓN, SECUENCIAL,
SIMULTÁNEO, PLANNING memoria
Recordar el alfabéto , historias o
sucesos verbal en los
3
Para ampliar lo referente a memoria , remitimos a nuestro libro, “Neuropsicopedagogía.
Aprender : Qué y cómo”.Girona: Anorien. 1997.
13
recordar anuncios de TV, recitar de memoria el alfabeto, contar historias
detalladas o sucesos ocurridos.
verbal.
Cuando analizamos, tomando como criterio clasificador el tipo o
modalidad de procesamiento cerebral, las cosas pasan de distinta forma.
Recordemos que identificar tipos de procesamiento es identificar la
psicogénesis, la patogénesis lo que supone un conocimiento más profundo que
la identificación por el signo o síntoma, tal cual ha sido la norma hasta la fecha.
Esto, con ser importante, no es lo más importante sino que la ventaja
fundamental que se deriva es que, conocido el perfil de procesamiento de un
caso concreto, existe la posibilidad de intervenir eficazmente.
La intervención consiste en un “entrenamiento” de los procesamientos
mediante ejercicios prácticos que ejercitan, valga la redundancia, los
procesamientos. Estos ejercicios prácticos cumplen unos criterios de los cuales
el principio primero y fundamental es que tenga lugar un aprendizaje por vía
inductiva y, al mismo tiempo, lo que podemos llamar un aprendizaje indirecto o
por medio de una comunicación indirecta. Las características específicas de la
comunicación indirecta las exponemos con detalle en la segunda parte de este
libro pero, en esencia, adelantaremos que se trata de que el/la alumno/a viva,
experimente, el aprendizaje con un sentimiento de libertad sin imposición como
un logro personal exitoso. Esto implica que el/la educador/a actúa como
mediador/a proporcionando la ayuda mínima necesaria, en cada momento,
para facilitar el éxito en la tarea. La ayuda se proporciona en forma de pistas,
de forma que se trata de que sea el/la alumno/a quien resuelva el problema o
14
jeroglífico. Estas pistas se van proporcionando de “menos informativas a más
informativas” según sean suficientes o no para el/la alumno/a. Sobre el
aprendizaje inductivo y la labor de mediador/a del/de la educador/a hablamos,
con detalle, en el apartado sobre la Teoría PASS en nuestro libro
“Neuropsicopedagogía. Aprender: ¿Qué y cómo?”. En la actualidad, existe un
programa de ejercicios prácticos para el caso de dificultades de lectoescritura 4.
Nosotros hemos efectuado una traducción y adaptación catalana, ajustada
fielmente al original del profesor JP Das. Existe una versión castellana,
traducida y adaptada según concepción personal de los autores. 5 Asimismo,
contamos con un programa de intervención informatizado, llevado a cabo por
nosotros con la colaboración de la Universidad Politécnica de Girona.
4
Das JP. PREP. PASS Reading Enhancement Program. Universidad de Alberta. Edmonton.
Canadá.1997.
5
S. Molina, MA Garrido. PRDA. FUNDACE. Zaragoza. 1997.
15
los centros neurológicos centrales pudiéndose producir diversas operaciones
mentales, conocidas como atención, secuencial, simultáneo y planificación para
obtener diversos resultados, desde más simples a más complejos.
En el caso de la ecolalia el procesamiento central no da para más que
reconocer la palabra o frase, como una estructura lingüística, pero sin
comprender el significado. El comprender el significado es una operación
mental más compleja, más exigente, que demanda más capacidad de
procesamiento. La operación mental que se produce en la ecolalia sí que da
para memorizar, sobre todo, en la ecolalia retardada. La ecolalia es una
demostración práctica de como es posible memorizar sin comprender; dicho de
otro modo, la función memoria y la función comprensión son funciones
diferentes.
El fenómeno de la ecolalia, en su procesamiento central, tiene, por fin,
un componente de producción de un acto, una acción, que es la pronunciación,
repetición, de la palabra o frase recibida. Este componente, tiene dos partes,
como ya expusimos con anterioridad en otro momento, una primera, de
ideación del acto, que exige una operación mental que tiene traducción en
procesamiento con utilización de todos o parte de los mismos, y otra segunda
que consiste en la realización del acto neuromotor en sí. En este último caso, el
acto es un fenómeno, puramente, somático que depende, exclusivamente, de
la integridad anatómica y funcional neuromuscular de todas las estructuras
implicadas en la producción del lenguaje verbal.
No contamos, todavía, con experiencia que demuestre cómo se afectan los
procesamientos en casos de ecolalia. Lo que sí podemos afirmar es que el
procesamiento de la comprensión del significado de las palabras puede
alterarse sin alteración del procesamiento del reconocimiento del fonema como
tal. Cabe plantearse si estos dos tipos de procesamientos, el del significado y el
del reconocimiento de los fonemas, tienen una localización determinada o no
en el cerebro. En esa línea estamos y, desde luego, estudios, así orientados,
permitirán una redefinición y reclasificación de estos trastornos.
16
de tipo verbal o digital y de tipo iconográfico o analógico, que entra, accediendo
por vía visual y auditiva, de forma secuencial o/y simultánea. La información
alcanza los centros cerebrales y es procesada, lo que equivale a decir que es
objeto de operaciones mentales, traducibles en procesamientos PASS, esto es,
atención, secuencial, simultáneo y planificación. El resultado de ello es la
percepción, comprensión y memorización del anuncio televisivo. La
reproducción del anuncio, esto es, su recuerdo y producción, en el sentido de
comunicación verbal implica una operación mental que tiene los dos
componentes, ya mencionados en otro momento, uno, la ideación o
elaboración de la idea y otro, la acción propiamente dicha, como acto
neuromotor somático, dependiente, sólo, de la integridad anatomofuncional de
todos los órganos implicados. La parte de ideación es, también, traducible en
procesamiento cerebral tipo PASS.
17
Insistamos un poco en la capacidad memorística puesto que es la
función cognoscitiva que se pretende valorar en todos estos casos que
estamos ilustrando. Ya venimos diciendo que no existe una operación mental
que pueda traducirse en procesamiento PASS equivaliendo a lo que se
entiende por memoria. Esto lo explicitamos con mayor detalle en nuestro libro
“Neuropsicología. Aprender: ¿Qué y cómo?”. La capacidad de memorización
depende de todos los procesamientos. En tanto que la mayoría de los mortales
tiene una limitación de memorización inmediata de siete a nueve unidades de
información, lo que crea diferencias es la atención, la capacidad simultánea y la
capacidad de planificación. Es decir, siete unidades de información simultánea
contienen más información que siete unidades de información secuencial pura.
Por ejemplo, “recordar 234234, como secuencia digital pura, supone emplear
seis unidades de recuerdo”, pero, en cambio, “recordar 234 234, como dos-
veces-234, implica recordar una secuencia de dos unidades simultáneas, dos
bloques de 234”. Para ingeniárselas en encontrar la estrategia oportuna para
convertir la secuencia de seis en secuencia de dos con la misma cantidad de
información, el individuo hace servir la planificación. La planificación, por tanto,
es estrategia.
Obsérvese, nuevamente, que decir que alguien tiene más o menos, mejor o
peor, memoria verbal porque recuerda más o menos, mejor o peor, un anuncio
televisivo es bastante equívoco a la hora de saber cómo, realmente, funciona la
mente de ese alguien. Y, por supuesto, no define una clase o categoría similar
a lo que define la ecolalia o el caso siguiente, a que nos vamos a referir a
continuación.
18
término descriptivo semiológico que clasifica entidades que no son tales desde
un punto de vista psicogenético.
19
La memorización de un relato o suceso es un aprendizaje espontáneo o
autoaprendizaje que tiene lugar utilizándose los procesamientos que uno tiene,
en ese momento, y al nivel de rendimiento de ese momento. Entonces, lo que
estamos queriendo decir es que la capacidad de procesar, de rendir
intelectualmente, no es una “dotación inmutable congénita”. Las estrategias se
van desarrollando, aprendiendo a partir de una capacidad base,
evidentemente, y una información que, ahora, se procesa secuencialmente, por
ejemplo, se podrá procesar simultáneamente, tiempo después. De esto se
deduce que un mal secuenciador, pero buen simultáneo, ganará en memoria si
una información que está procesando secuencialmente la procesa
simultáneamente.
En consecuencia, observar el resultado de memorización de un relato o
suceso no nos dice si “el probando” está utilizando el simultáneo o el
secuencial; tampoco nos dice qué estrategias utiliza. Por otra parte, el
resultado, hoy, puede no tener nada que ver con el resultado, tiempo después,
porque las estrategias de hoy no serán las de mañana.
20
vía de entrada de
clasificación, obedece a un criterio que es la
Dicho esto, sin embargo, veamos qué pasa con el proceso de recordar
dígitos o frases. La información entra por vía auditiva. Entra una secuencia de
dígitos o una frase que no deja de ser una secuencia de palabras y éstas, a su
vez, una secuencia de letras. Pero, veamos qué pasa con el procesamiento
central de la información. Aunque la información de acceso auditivo tiene
21
carácter temporal de secuencia y demanda procesarse de forma secuencial-
temporal, esto no es exactamente cierto, porque una secuencia de dígitos
puede codificarse/memorizarse con la colaboración del simultáneo. Por
ejemplo, para recordar una secuencia de siete dígitos podemos hacerlo en
bloques, v.g. 2 32 45 76, en lugar de una secuencia pura 2 3 2 4 5 7 6.
Recordar que aquí interviene la planificación como aportadora de estrategia, en
este caso la de hacer bloques.
Y para recordar palabras o frases podemos hacer el siguiente análisis.
Analicemos la palabra y lo mismo es aplicable a la frase. La palabra es una
secuencia de letras pero desde el momento en que le asociamos un
significado, la codificamos, la memorizamos, utilizando el procesamiento
simultáneo. De base, siempre, está actuando la planificación. Conforma se
complica la estructura lingüística se va demandando más participación del
simultáneo y de la planificación.
Pero veamos qué pasa cuando se trata de recordar una secuencia de
palabras como, por ejemplo, perro, gato, árbol, casa, playa, agua, nube, sol. El
recordar la secuencia pura sin más estrategia implica el empleo del secuencial.
Pero si para recordar utilizamos una estrategia como, por ejemplo, "asociar
perro y gato con animal, ambos animales con el árbol en que hacen sus
necesidades, el árbol con la casa porque qué casa no tendrá un árbol, y la casa
con la playa y esta con el mar, y el mar con el mal tiempo (nubes) o buen
tiempo (sol)", estamos empleando la planificación y el simultáneo en tanto que
hacemos bloques (asociaciones) con las individualidades para acabar creando
un relato que, por sí, constituye un bloque o unidad de información. El carácter
de bloque unitario de información lo da el hilo conductor del relato.
Una vez más, hemos de constatar que valorando la memoria auditiva no
estamos valorando una entidad homogénea de función cognoscitiva, sino una
entidad heterogénea, desde el punto de vista de génesis, en tanto que nos da
información mezclada de los diversos procesamientos.
22
como memoria para recordar, expresando verbalmente o no verbalmente,
contenidos espaciales, por ejemplo, caminos, trazados visitados, etc.
Como veremos, más adelante, la información que accede por vía visual
es espacial, es decir, tiene lugar en el espacio. Lo espacial suele procesarse de
forma simultánea, pero "no todo lo espacial se procesa a nivel central mediante
procesamiento simultáneo, como no todo lo temporal, no espacial, se procesa
secuencialmente". A modo de ejemplo, recordar el orden seriado de secuencias
de un pasaje de una película puede procesarse secuencialmente cuando la vía
de acceso de la información es la vía visual. Decimos “puede” porque no
necesariamente ha de ser así. En este caso, por ejemplo, cabe la posibilidad
de recordar la secuencia o serie como el conjunto seriado de las mismas
constituyendo un todo, concretamente, la historia que se relata en la secuencia.
Entonces, el hilo conductor del relato permite recordar la serie, utilizándose,
entonces, el procesamiento simultáneo. De igual forma puede ocurrir con la
información que accede por vía auditiva. Por ejemplo, la secuencia seriada de
doce notas musicales, cuando son memorizadas y recordadas como un todo
constituido por la melodía o el sonido musical global, entonces son procesadas
simultáneamente. Este concepto es importante, porque la forma de
procesamiento cerebral es independiente, en realidad, de la vía de acceso de
la información.
23
visual, el procesamiento central de la información y, por fin, la vía de salida de
la información, en este caso, verbal o no verbal o manipulativa.
24
Una vez más, venimos a constatar cómo determinar la habilidad
memorística visual-espacial es determinar algo heterogéneo, desde el punto de
vista de génesis de proceso, hasta el punto de estar valorando cosas
diferentes, según el caso concreto.
Analizaremos,
primero, el caso
SINTOMATOLOGIA versus ORIGEN COGNITIVO
de la entidad
conocida como disfasia expresiva, en sus diversas modalidades.
25
inferiores en el desarrollo. En términos sencillos, hay problemas con el
procesamiento del fonema de complejidad superior a la sílaba. Ahora bien, ¿se
trata de problemas de procesamiento del fonema en la comprensión o
reconocimiento (gnosia) o en la producción (praxia) o en ambos
procesamientos?.
Este tipo de situaciones se presenta de dos formas, una, que responde,
al menos, parcialmente a la logopedia y otra que responde muy mal a la
logopedia. Esta segunda es la que se conoce, propiamente, como disfasia
26
Por ejemplo: “trae el lápiz y ponlo en la mesa”. También: reduplicar u omitir
sílabas iniciales de la palabra. Por ejemplo: “papato o pato” en lugar de
“zapato”. También: pronunciar fonemas fricativos como oclusivos. Por ejemplo:
“puma” en lugar de “fuma”; es decir, / p / en lugar de / f /. También: pronunciar
fonemas fricativos anteriores, por ejemplo labiales como es la / f /, como más
posteriores, por ejemplo, guturales como es la / j /. Por ejemplo: “juma” en lugar
de “fuma”.
A los cuatro años de edad son signos sospechosos: no decir frases de
tres palabras. También: no decir frases de más de tres palabras sin nexo. Por
ejemplo: “nene pita u abo” en lugar de “nene pinta un árbol”. También: alterar el
orden de sílabas. Por ejemplo: “cocholate” en lugar de “chocolate” o “calvo” en
lugar de “clavo”. También: alterar el orden de las palabras en la oración o frase
con repercusión en la sintaxis. Por ejemplo: “gaeta quere nene” en lugar de
“nene quere gaeta”. También: no pronunciar las nasales, es decir, / m / y / n /
en sílabas con la nasal a final de sílaba. Por ejemplo: “idio” en lugar de “indio” o
“capana” en lugar de “campana”. También: sustituir una consonante por otra.
Por ejemplo: “fifo” en lugar de “grifo” o “nuna” en lugar de “luna”. También:
añadir vocales insertándolas en grupos consonánticos. Por ejemplo: “golobo”
en lugar de “globo”. También: no discriminar sonora de sorda o viceversa
haciéndole un requerimiento. Por ejemplo: di “mala/ bala” y responde “mala/
mala”. También: sustituir entre sí, cambiando unos por otros, los sonidos
dentales / d /, / l /, / r /. Por ejemplo: “der.” en lugar de “dedo” o “colo” en lugar
de “codo”.
A los cinco años de edad son signos sospechosos: vocabulario muy
reducido. También: construye frases muy cortas y no es capaz de repetir
íntegramente una frase corta. También: gran dificultad para resumir un cuento
sencillo. También: usa onomatopeyas. Por ejemplo: “gua, gua” en lugar de
“perro”. También: abusa de los diminutivos. También: sustituye el lenguaje
verbal por el lenguaje gestual, es decir, sustituye palabras por gestos.
A cualquier edad son signos sospechosos, por supuesto, los signos
sospechosos correspondientes a edades inferiores a la considerada. En
cualquier caso, el índice de sospecha se incrementa con la concurrencia de
más de dos signos de sospecha.
27
Lo expresado, a propósito del desarrollo del lenguaje y signos de
“alarma”, puede complementarse con lo explicado en el apartado “Conceptos
neuropediátricos básicos: Valoración del desarrollo” de nuestro libro
“Neuropsicopedagogía. Aprender: ¿Qué y cómo?”, pp 215-228.
28
reconocimiento de esos fonemas en el sentido de que si “escucha globo sabe
que le están hablando de un globo, aunque al pronunciar diga gobo por globo”.
graves.
29
ideación de un acto motor. Es decir, tal proceso es un programa y el
procesamiento para un acto motor es una programación.
Existen apraxias adquiridas como consecuencia de lesiones sufridas
a nivel del sistema nervioso central.
30
En síntesis, tenemos las entidades disfasia expresiva, apraxia
31
es, realmente, una disfasia mixta en que existe compromiso gnósico y
práxico.
32
Estas personas se comportan como sordos sin serlo, "sordomudos"; su
inteligencia y audición son normales, corriendo el riesgo de ser catalogados de
retardados o sordos. También, estas personas pueden ser, erróneamente,
catalogadas de autistas , sin embargo, los/las afectos/as de este trastorno
gozan de una natural empatía característica que no poseen los auténticos
autistas.
33
De cualquier forma, una clasificación nosológica, basada en la
sintomatología clínica, con el objeto de establecer correlaciones
anatomoclínicas que aporten luz sobre la etiología, es compatible con una
clasificación nosológica basada en los conceptos PASS del procesamiento
cerebral de la información que utiliza como criterio clasificador la psicogénesis.
La ventaja, al nivel de los conocimientos actuales de la ciencia, que tiene la
clasificación PASS es que esta última es operativa en el sentido de que permite
intervención, tratamiento, eficaz.
34
situación hay dificultades de comprensión de la lengua, pero,
fundamentalmente, dificultades de expresión que llegan a comprometer la
inteligibilidad del lenguaje.
35
denominación de lingüística hace referencia a la forma de expresión del acto
comunicador, esto es, esta dislexia se expresa en la escritura de la lengua.
36
Contemplemos, ahora, la denominada dislexia-disgráfica
visomotora con dos modalidades, básicamente. Obsérvese que la
denominación de visomotora hace referencia a la vía de acceso de la
información, vía visual, concretamente. Es decir, en concepción PASS,
estamos haciendo referencia, aquí, a vía de entrada de la información y, con
anterioridad en el caso de la lingüística, estamos haciendo referencia a la forma
de expresión del acto comunicador. Recuérdese, como venimos insistiendo a lo
largo de la exposición, que ni la vía de entrada ni la forma de expresión o
producción del acto comunicador presuponen el tipo de procesamiento central
de la información.
37
codificada/descodificada, para lograr el reconocimiento (gnosia), su significado,
más tarde, ha de elaborarse la idea motriz lo que requiere procesamiento,
codificación/descodificación, para lograr un plan o programa motor que lleve al
resultado de la expresión escrita. En el primero de los casos, las dificultades
están en el procesamiento del lenguaje como estructura gramatical y en el
segundo de los casos, las dificultades están en el procesamiento de las
relaciones espaciales.
LA DISLEXIA Y EL P.A.S.S.
INPUT Constituy
DISLEXIA-DISGRÁFICA e un reto poder
LINGÜÍSTICA: ATENCIÓN
-POR DISAUDIBILIZACIÓN: no
esclarecer los
correspondencia fonema y grafema.
-Compromiso de la escritura patrones o
espontánea.
SECUENCIAL perfiles PASS
en cada uno de
SIMULTÀNEO
estos tipos de
DISLEXIA-DISGRÁFICA
VISOMOTORA: dislexia que
- DIGUESTÁLTICA-VISUAL: PLANNING
problemas de copia
hemos
-GRAFOMOTORA: grafismo
ininteligible. OUTPUT comentado, en
contraste con la
SINTOMATOLOGIA versus ORIGEN COGNITIVO
denominación
basada en los datos semiológicos-sintomáticos orientada a establecer
correlaciones anatomoclínicas. A este propósito, podemos comentar algunos
conocimientos de este tipo derivados de la correlación anatomoclínica. Por
ejemplo, en adultos con lesión del cuerpo calloso se ha podido observar
"dificultad en la lectura sin tener problema para escribir lo que no podían leer".
Por ejemplo, en adultos con hemisferios separados, es decir, sin cuerpo calloso
se ha podido constatar, haciendo trabajar el hemisferio derecho, que había
"incapacidad para reconocer(gnosia) el lenguaje verbal pero, en cambio,
podían escribir, copiando, ese mismo lenguaje verbal". En realidad, estas
experiencias sólo nos dicen algo sobre el papel del cuerpo calloso en un
periodo determinado de la vida, posterior al desarrollo infantil. Sabemos de
niños/as que nacen sin cuerpo calloso, total o parcialmente, lo que se conoce
como agenesia de cuerpo calloso, y las cosas ocurren de forma muy diferente.
38
El hecho lo queremos mencionar como ilustración de que las correlaciones
anatomoclínicas tienen una limitación importante derivada de la poca o mínima
e, incluso, nula localización de las funciones cognoscitivas lo que no deja de
ser una gran ventaja porque ello las hace menos vulnerables a los agentes
lesionales.
39
agrupaciones sintomáticas que configuran un patrón clínico, llegar a la
correlación anatomoclínica y, de esta manera, a la etiopatogenia. La ventaja de
una clasificación con criterios PASS es, como hemos venido expresando,
clasificar con criterios psicogenéticos que permiten una intervención operativa.
40
aprender la tabla de multiplicar y la aplicación de decimales. Obsérvese que la
denominación, en este caso, obedece a un intento de definir la entidad por una
hipótesis psicogenética; es decir, atribuir la causalidad a problema de atención
y problema con el proceso de las secuencias.
ATENCIÓN
procesamiento de
ALEXIA-AGRAFIA PARA NÚMEROS:
incapacidad de leer y escribir números. la misma lo que
DISCALCULIA ESPACIAL:dificultad de
expresar una representación numérica. implica
ANARITMETIA: incapacidad de realizar SECUENCIAL
operaciones artitméticas. codificación
DISCALCULIA ATENCIONAL-
SIMULTÀNEO /descodificación
SECUENCIAL: dificultas de aprender la
tabla de multiplicar.
para acabar con
DISCALCULIA MIXTA: combinación de
las anteriores.
PLANNING el procesamiento
o codificación-
OUTPUT descodificación
de la idea del
SINTOMATOLOGIA versus ORIGEN COGNITIVO
acto motor que
permite la expresión como acto comunicador. Siempre que hablamos de
procesamiento, estamos refiriéndonos a los procesamientos PASS, esto es, a
la atención como proceso, el secuencial y simultáneo y la planificación.
41
BIBLIOGRAFÍA
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II PARTE
FUNDAMENTOS PSICOPEDAGOGICOS SOBRE APRENDIZAJE
Introducción
Somos, en gran medida, fruto de lo que aprendemos. Aprendemos desde que
nacemos y vivimos aprendiendo continuamente, lo que determina nuestros
comportamientos.
45
El procedimiento de diagnóstico-intervención que describimos puede
encuadrarse dentro de lo que se conoce como tercera vía, para diferenciarlo de
la corriente psicoanalítica y la corriente cognitivo-conductual. En esencia, este
procedimiento está fundamentado en el pensamiento rogeriano centrado en la
persona, en el pensamiento ericksoniano y en las técnicas de programación
neurolingüística.
Aprendizaje consciente
y
aprendizaje inconsciente
Se trata, primeramente, de plantearse si existe el aprendizaje inconsciente,
entendiendo por tal el llegar al conocimiento, llegar a saber, inconscientemente
de algo. El término inconsciente lo hacemos sinónimo de sin percatarse, sin
darse cuenta (mensaje subliminal). Este concepto es diferente de inconsciente
como inconsciencia en el sentido de pérdida del conocimiento.
46
auditiva, que se está produciendo, queda fuera del campo de nuestra
conciencia. Es decir, está entrando por nuestra vista información del color
de la ropa de nuestro interlocutor pero no la concienciamos (alucinación
visual negativa, en terminología técnica); también, entran por nuestro oído
ruidos ambientales que no concienciamos (alucinación auditiva negativa)".
Es en este sentido que podemos afirmar que "nuestro inconsciente sabe más
de lo que nosotros sabemos".
47
Ahora bien, se acepta que, aunque un recuerdo parezca extinguido, siempre
puede ser rememorado, recordado, con mayor o menor precisión si se
presentan circunstancias favorables.
Todo lo anterior parece posible, pero cabe, incluso, pensar que algo más es
posible. Sobre los supuestos planteados, no resulta descabellado decir que
inconscientemente, es decir, en estado de conciencia latente o atención
limitada, nuestra mente sea capaz de operar, de funcionar, de "pensar" de
forma similar a la aceptada para la actividad consciente no disociada en sus
funcionamientos básicos, a saber, procediendo mediante un proceso de
comparación-asociación entre el nuevo conocimiento y los conocimientos
previos acumulados; es decir, estableciendo qué es igual o diferente, mayor o
menor, más alto o más bajo, próximo o lejano, etc.
48
latente, lo que quiere decir algo así como disminución del estado de conciencia
o estados de solapamiento consciente-inconsciente o estados de conciencia
disociada o paradójica por lo que no resulta descabellado o ilusorio aceptar que
es posible el aprendizaje inconsciente, en los términos expresados.
Esto se ajusta a aquella afirmación de que "hay cosas que sabíamos pero que
no sabíamos que sabíamos". No infrecuentemente, esta última situación se
produce o tiene lugar en momentos de estados de conciencia latente o
"hipnosis" o "trance" que propician el trabajo operativo del inconsciente.
49
aludiremos insistentemente. Hemos de hablar con emociones y se nos
responde con emociones. El inconsciente nos entiende y "comprende" en
términos emocionales. Es por ello que hemos de hablarle en términos verbales
y corporales emocionales.
El logro de empatía, que tiene una base inconsciente, supone que nuestro
interlocutor/a reconozca una afinidad de sentimientos y, a partir de aquí, se
establece una sintonía en la misma frecuencia y se haga posible la
comunicación eficaz. Las respuestas verbales, pero, fundamentalmente, no
verbales o corporales inconscientes son emocionales.
Así, por ejemplo podremos obtener respuestas del tipo de llanto, cambio
en el semblante de la cara, expresiones verbales de asombro o
perplejidad, ruborización, actitud o posición corporal, tono de voz, etc.
50
neurolingüística resultarán útiles en nuestro procedimiento de diagnóstico-
intervención.
51
Y si tenemos ante nosotros una persona que se manifiesta deprimida,
deberá, congruentemente, hablar con un patrón caracterizado por un
volumen bajo, un timbre grave y un ritmo lento.
Nuestro lenguaje verbal y gestual han de ser congruentes pero, además, han
de ser acompasadores. Con el recurso técnico del acompasamiento,
lograremos, muy probablemente, mayores cotas de empatía. El
acompasamiento, como actuación analógica, entendemos, actúa, surte efecto,
porque la persona acompasada entiende, comprende, interpreta el
acompasamiento como una lectura de “tú eres como yo”, sobre la base de un
fenómeno primitivo de imitación o comparación imitativa que capta su
inconsciente. Esto es compenetración, identificación.
52
El mismo acompasamiento gestual y verbal es aplicable cuando actuamos
como receptor de comunicación.
Es el caso, por ejemplo, de quien nos dice: "porque, claro, mire, nuestra
relación no tiene problemas, yo siempre estoy por la niña hasta el punto de
que me desvivo por ella y..". En este caso podemos acompasar
gestualmente a nuestro interlocutor/a y ello lo reforzaremos verbalmente
con comentarios del tipo: "claro... sin duda...".
Téngase presente que para que funcione este recurso como decimos es
fundamental que exista confianza empática. Si no hay empatía y nuestra
expresión verbal no es congruente con nuestra expresión gestual, es muy
probable que este recurso no signifique nada y, a lo peor, suene, a oídos de
nuestro/a paciente, como a "dorar la píldora", esto es, adulación vacía.
En lenguaje metafórico sería algo así como decir: " Pedro y Pablo son
hermanos naturales de la pareja..." de la siguiente manera: "hermanos
pareja de la son Pedro y Pablo naturales”; es decir, el mismo vocabulario
con distinta gramática y sintaxis.
53
Existen tantas formas de lenguaje inconsciente como sentimientos puedan
existir y, a tal respecto, podemos hablar de patrones de lenguaje a reconocer
que podemos mencionar.
Así, por ejemplo, la cabeza gacha es una respuesta inconsciente con significado
de estado cohibido, timidez, defensa, en definitiva. Un patrón conductual
inconsciente que denota atención es inclinación hacia adelante, ojos bien
abiertos, oídos orientados hacia la fuente de voz. Por contra, el patrón contrario
a este denota lo contrario y, según el caso, podrá significar resistencia. Un
54
movimiento nervioso de las piernas, por ejemplo, denota incomodidad,
resistencia o defensa, en definitiva. La tensión o distensión de diversas partes
del cuerpo son, asimismo, evaluables, en el sentido de estado confortable o no.
O una persona que camina con la espalda encorvada, con la vista baja, pecho
hundido, mirada triste, entrecejo fruncido, comisura de labios descendente
puede expresar un estado de ánimo bajo. O una postura erguida, con pecho
saliente, mirada alta y luminosa, sonrisa en la boca, respiración amplia nos
delata un estado de ánimo satisfactorio.
55
A modo de ejemplo podemos utilizar la sonrisa o/y un gesto de aprobación
con la cabeza para ir expresando, por nuestra parte, a lo largo de la
entrevista, nuestro acompasamiento. Esto creará una asociación,
vinculación o anclaje de forma que, en lo sucesivo, cada vez que
practiquemos tal expresión gestual, en ausencia de lenguaje verbal,
estaremos comunicando acompasamiento.
En todos los casos, con la metáfora se logra la comprensión del mensaje por
comparación, lo que conlleva la idea de que el contenido de la misma debe
situarse en el propio marco de referencia del/de la oyente a fin de facilitar la
comprensión. El contenido de la metáfora es un contenido simbólico que
representa a otro contenido que es el comprendido por el/la oyente del mismo.
Por ejemplo, "andar descalzos puede simbolizar la edad infantil". Este símbolo
es aportado como información, se produce la transferencia, lo que implica
56
transferir " el símbolo a lo simbolizado", y, a partir de aquí, es asimilado,
internalizado.
57
sueño, desde fuera de nosotros mismos". Con ello, en definitiva, se logra
vencer la posible resistencia impuesta por el consciente bloqueador y
censurador a partir de sentimientos inconscientes negativos.
Este otro efecto que hemos descrito es, en esencia, una consecuencia del
primer efecto descrito que, consideramos se halla implícito en este segundo
efecto. Este sentirse espectador y no-protagonista es un sentirse libre y no
obligado a nada.
58
La focalizada, en contraposición a la difusa, va con movimientos mínimos
y se centrará en una sola cosa por periodos extensos.
Téngase presente que la sugestión tiene lugar porque obra en el plano del
inconsciente de forma que la respuesta a lo sugerido ocurre porque el/la oyente
responde verbal o corporalmente o imaginativamente al modo de imitación,
como forma primitiva, simple o ingenua sin más consideraciones reflexivas o
discursivas de otro tipo. La imitación es repetición. Detrás de esta repetición
59
imitativa creemos subyace un proceso mental cognitivo que intentaremos
explicar con la máxima claridad a nuestro alcance.
60
Se sugiere directamente la evocación o recuerdo, mediante imágenes visuales,
auditivas, cinestésicas de, por ejemplo, "las cosas aprendidas en la escuela, el
aprendizaje de las letras del alfabeto, el modo de formarse en la escuela, etc".
61
contemplándose a sí mismo. A continuación, hay que imaginarse
cinestésicamente, sintiendo ("siento o estás sintiendo...") la propia temperatura,
el movimiento de la caja torácica, las pulsaciones cardiacas, los movimientos
abdominales, las contracciones de los músculos, los movimientos de los dedos
de las manos y de los pies, etc. Acto seguido, hay que imaginarse
auditivamente, oyendo el sonido de la respiración, el sonido del corazón, el
sonido del intestino, el sonido de las articulaciones, etc.
Ello quiere decir que hay que saber actuar verbal o gestualmente, con los
recursos pertinentes, cuando proceda, para garantizar el mantenimiento del
estado de conciencia latente y apartar la mente consciente, pero, por otra parte,
hay que resaltar el papel facilitador del estado de conciencia latente que tiene un
discurso con ritmo pausado intercalado de silencios expectantes,
focalizadores de la atención, dejando ideas inconclusas, generadoras de
un efecto confusión: " imagina... como si... estuvieras... en aquel... colegio...".
Los silencios, en cualquier caso, deberán estar cargados de sentimientos
positivos para mantener el "rapport”, la comunicabilidad.
62
En esta situación, nuestro interlocutor/a acabará renunciando a tanto esfuerzo
de atención consciente fuera del foco de atención. En este sentido, la metáfora
es un recurso para generar confusión mental, lo que, a su vez, es un
procedimiento de lograr un estado de conciencia latente. La confusión viene
dada porque el/la oyente de la misma se ve abocado/a a comprender los
mensajes y, a la vez, comprender su aplicación, como solución, a su caso.
Además, este comprender implica descubrir, entre los múltiples significados
posibles, el adecuado porque las metáforas son ambiguas (efecto ambigüedad)
y tienen múltiples significados.
. Las metáforas, por último, pueden clasificarse en, básicamente, tres tipos,
según su impacto emocional, de menos a más intensidad y efectividad: un
primer tipo en que paciente y profesional están al margen en el transcurso del
relato; un segundo tipo en que el/la profesional es protagonista del relato; un
tercer tipo en que el/la paciente ha de decidir por el profesional protagonista
del relato.
Así, se dice que "si quieres que alguien te hable de su relación con su
padre, todo lo que hay que hacer es hablar de la relación personal con tu
propio padre".
Este fenómeno de asociación, trasladando las vivencias del otro a las vivencias
de uno mismo y comparando, es constante en el funcionamiento mental.
63
En el apartado dedicado a los casos prácticos tendremos oportunidad de
exponer diversos ejemplos de cada tipo de metáfora.
64
interrupción de patrón y confusión para lograr un estado de conciencia
latente o limitada o focalizada o hipnótica, términos que utilizaremos como
sinónimos.
65
confusión al romper con el esquema lógico consciente. Crear situaciones
ilógicas, esto es, practicar el absurdo, genera confusión. Se trata de disociar la
información.
66
"ahora", de forma no verbal, y estoy simbolizando un tiempo alargado, más
prolongado de lo que, en primera instancia, pudiera representar "ahora".
Por ejemplo: "esta historia que te cuento comenzó en el pueblo donde nací
- esta parte de la historia la narramos con un tono de voz determinado y
unos gestos determinados-, había una iglesia pequeña con unas
campanas que sonaban cada día de fiesta -esta parte la narramos con otro
tono de voz, otra gesticulación-, el maestro era muy serio y autoritario y
pegaba a los niños -nuevo subrayado a añadir-...". Con posterioridad,
podremos "disparar el ancla" si conviene, por ejemplo, cuando
dirigiéndonos a nuestro/a oyente decimos: "mira, hay personas que creen
que su valía personal consiste en hacerse respetar por la fuerza - esto lo
decimos con tono de voz y gesticulación similar al tono y gesto empleado
en el relato del fragmento del maestro-...". El anclaje, en este caso, facilita
la transferencia del mensaje.
67
Obsérvese que además del efecto propio de la incorporación se suman otros
efectos porque empleamos términos imprecisos, generales, ambiguos, no
concretos que permiten que nuestro interlocutor/a aplique el significado que
crea más conveniente, asegurándonos la comprensión en nuestra
comunicación. Es el efecto ambigüedad del que hablaremos más adelante.
Obsérvese que, en esta ocasión, una vez más, estamos combinando técnicas,
recursos o estrategias, a saber, incorporación, acompasamiento,
verbalización y ambigüedad, con lo que logramos amplificar el efecto. Es
decir, la combinación de recursos consigue un efecto amplificador o
multiplicador.
Para ello nos serviremos del lenguaje verbal y corporal. Es evidente que un
tono de voz monótono no despierta interés, el tiempo se hace eterno, es decir,
el tiempo se distorsiona, y un asiento incómodo hiere continuamente las
posaderas. Por contra, un tono agradable modulado según lo relatado se hace
más interesante, el tiempo pasa rápido, sufriremos el asiento sin notarlo y
68
mantendremos posturas, realmente, incómodas sin percatarnos. Uno vive un
estado de anestesia.
69
Accedemos al interior del despacho, nos hacen un "ademán de darnos la mano;
nosotros nos aprestamos a responder, pero a medio camino nos retiran la
mano", al estilo de Groucho Marx; tenemos un primer efecto confusión o
perplejidad porque el resultado fue contrario a nuestras expectativas, a lo
esperado como lógico. En términos neurolingüísticos, este acto abortado del
"apretón de manos" es lo que se conoce como interrupción de patrón. Es decir,
interrupción de patrones de conducta aprendidos, automatizados y programados.
Cada patrón es un todo. Si puedes interrumpir a alguien en mitad de algo que no
tiene mitad, ese alguien quedará bloqueado.
A continuación, decimos: "¿ Cómo está? ; y nos responden: "Fatal,
honrosamente, mal; creo que voy a morir". Nueva interrupción de patrón. De
hecho, si, a continuación, "nos vuelven a dar la mano, pero nos levantan el brazo
y, de repente, nos sueltan la mano, lo probable es que nos quedemos con el
brazo en alto (brazo cataléptico).
Después, nuestro interlocutor/a "comienza a decir algo que queda inacabado y
sin sentido" con lo que se añade más efecto confusión. Acto seguido, nuestro
interlocutor "se sienta, se levanta, va de aquí para allá, hace como que busca
algo"; seguimos confundidos y tenemos focalizada nuestra atención visual. Acto
seguido, nuestro interlocutor se dirige verbalmente a nosotros pero "mirando al
suelo"; sigue la confusión porque ese comportamiento contraviene lo aprendido y
creído por nosotros de que al hablar a alguien hay que mirar a la cara para no
faltar al respeto. Se sigue produciendo confusión con interrupción de los
patrones de procesamiento.
En esta situación, nuestro interlocutor nos relata una anécdota sobre "unos
profesionales, de nuestra misma profesión, que en el curso de una entrevista les
pasa una serie de cosas inesperadas"; la anécdota añade confusión por las
razones expuestas a propósito de las metáforas. Si la anécdota es intencionada
con el objeto de transmitir un mensaje, estaremos enseñando vía consciente,
pero, básicamente, vía inconsciente ese mensaje o aprendizaje. Al elaborar la
anécdota con un tema enmarcado en el contexto o entorno propio de nuestra
profesión, bien conocido, por tanto, se está facilitando la comprensión consciente
e inconsciente.
Hasta este punto de la entrevista, "no se nos ha permitido decir o hacer nada por
propia iniciativa" lo que se constituye en un mensaje utilizado para obtener
respuesta informadora sobre el tipo de relación personal; es decir, "cómo
soportamos una relación o comunicación de sumisión o subordinación" lo que
servirá para establecer estrategias terapeúticas, como dijimos en otro lugar.
A lo largo de la entrevista, nuestro interlocutor, pese a no mirarnos, mantiene una
constante observación visual periférica, no perdiendo detalle, de las respuestas
gestuales a toda la información verbal y gestual que envía continuamente. Se
percatará de "nuestra atención gestual". Ante la mención de diversos conceptos
o ideas, captará nuestra "respuesta corporal, gestos de satisfacción, de
indiferencia, de confort o no".
Al final, saldremos del despacho y, muy probablemente, habremos olvidado
(amnesia) la anécdota lo que no invalida su efectividad. De hecho, la amnesia es
un fenómeno post-hipnótico que cabe interpretar en el sentido de que una
experiencia vivida sin concienciación tienda a ser memorizada y olvidada del
recuerdo inmediato. A la vez, tendremos una sensación, satisfactoria o no,
inexplicable que corresponde a la respuesta de las conclusiones inconscientes a
que, también, nos hemos referido en otro lugar de la exposición, en consonancia
con el aprendizaje inconsciente.
Lo que hemos pretendido ejemplificar es una visión integrada del acto del
procedimiento de comunicación en múltiples niveles, poniendo de relieve la
combinación de diversas técnicas en una hipotética situación concreta.
70
El recurso y efecto amnesia postrance (10) actúa facilitando la comprensión
del mensaje que se envía al interrumpir el discurso razonado sobre el
mismo lo que permite quede depositado en la memoria sin otras
interferencias.
Una forma sencilla consiste en "hacer que la persona en trance haga algo, de
que quede constancia, por lo que después preguntaremos, por ejemplo, escribir
algo". La verificación de amnesia vendrá dada por la respuesta a nuestra
pregunta, si, efectivamente, sucedió aquello en estado de conciencia latente.
"¿Esto lo escribiste, tu?" -"¡Yo no hice eso!", "¡Yo no hice eso!".
71
O supongamos el caso de alguien que afirma tener el problema de que "nadie
consigue nada con él". En este supuesto obramos de la siguiente manera: " Mira,
haré algo contigo, conseguiré algo de ti. Que no te levantes de esa silla.". Acto
seguido, escribo algo en un papel y lo dejo, doblado, sobre la mesa fuera de su
alcance. Después digo: "Ahora, te sientes obligado a quedarte en esa silla y por
nada que hagas podrás levantarte para venir a coger este papel". Respuesta: "se
levanta y coge el papel". Entonces, le hacemos desplegar el papel que en su
interior dice: "he conseguido que te levantes de la silla". En el planteamiento de
este acto ejemplificador hemos utilizado la respuesta de polaridad de la que
hablamos en otro momento de la exposición. Hemos de explicar, también, que,
en términos neurolingüísticos, los ejemplos que ilustran una creencia "contraria”,
distinta, a la establecida se denominan contra-ejemplos.
Sea, por ejemplo, el caso de un chico con "una conducta agresiva al punto de
romper cuanto se halla a su alcance y no dejar títere con cabeza”. A tal efecto,
se planifica una actuación consistente en aleccionar a varios actores para que,
en un momento oportuno, "penetren en el recinto donde se halla el chico en
cuestión y destrocen sillas, vidrios y cuanto mobiliario hallen a su alcance". El
chico acabará implorando que paren en su cometido y se habrá percatado del
alcance de su conducta.
Existe la posibilidad de utilizar el ejemplo (12) como recurso para lograr inducir
un estado de conciencia latente. Consiste en pedir a nuestro interlocutor/a que
nos explique basándose en ejemplos.
Existe otro recurso conocido como doble compromiso (13) que como toda
situación de compromiso es, a la vez, atrapadora.
72
La incongruencia es una negación implícita del ser mismo; es una
disociación del ser; es ser y no ser, a la vez. Cuando tenemos la sensación
de incongruencia, tenemos, simultáneamente, la sensación de obrar
incorrectamente.
Sea, por ejemplo, el caso de un chico con una serie de problemas para cuya
resolución planificamos un acto ejemplificador consistente en acudir a un
restaurante y poner en escena una serie de acontecimientos". A tal fin,
recurrimos a la estrategia de lograr "ser invitados".
Una vez logrado este compromiso atrapador (14) utilizamos la creencia por
él asumida que "un invitado debe ser complacido en sus apetencias culinarias"
para poner en escena el acto ejemplificador.
Otro caso, en igual sentido, sería utilizar, por ejemplo, una creencia religiosa,
en un/a paciente de convicciones religiosas para lograr un compromiso
ineludible, a partir del cual escenificar el acto ejemplificador. En este caso la
creencia "explotada" puede ser "hecha una promesa hay que cumplirla". A
partir de aquí se puede escenificar el ejemplo que proceda.
Sea el caso del chico que "se come las uñas ganándose las consiguientes
reprimendas constantes de sus padres que resultan ser, médico y enfermera".
Para lograr evitar las reprimendas, la intervención consiste en prescribir el
"síntoma", esto es, "quiero que te muerdas las uñas" y, acto seguido, recordar a
los padres que "ellos saben bien (creencia) que ningún médico o enfermera debe
interferir en los pacientes de otro médico".
73
Ello nos permite poder prescribir el síntoma con garantías de que será
cumplida la prescripción. La prescripción del síntoma (15) es otro recurso
que actúa liberando de responsabilidad, de sentimiento de culpa, al paciente
porque a partir del momento de la prescripción, el sujeto afecto no es
responsable, no es causante, no es culpable del síntoma, pero, además, en el
caso expuesto, logramos otro efecto que es la evitación de las reprimendas
censurantes combinando ambos recursos.
O, también, sea el caso, por ejemplo, de aquella chica que "siendo muy religiosa,
tenía el problema de no poder resistirse a la comida pero sí poder, según su
afirmación personal, resistir cualquier ejercicio físico".
Por ejemplo, si tengo que intervenir a nivel de una madre musulmana, puedo
recurrir a la creencia asumida de que "la palabra del hombre es una orden
absoluta que no se discute" para a partir de este compromiso, poner en práctica
una estrategia.
74
con respuesta de polaridad. La eficacia de tal proceder cabe interpretarla en el
sentido de que tal instrucción es vivida y sentida libremente sin imposición; es
decir, querer frente a deber de. Una vez más, se trata del sentimiento innato
del ser humano por poder actuar porque se quiere, puesto que a nadie le gusta
"estar atado por un deber". Este tipo de planteamiento suprime todo tipo de
presión en el interlocutor. El empleo de muchas negaciones es un buen recurso
en casos de resistencia.
Por ejemplo, "¿te gustaría ir en barca? -Sí. ¿ te gustaría bañarte? -Sí. ¿te
gustaría ir al cine? -Sí. ¿te gustaría venir al médico? -Sí. Cuando, realmente,
odia visitar al médico.
75
Estamos hablando, en este caso, de un recurso verbal que podemos utilizar, en
un momento dado, para transmitir un mensaje, para cambiar significado, por
ejemplo, un juicio de valor positivo que contribuya a fortalecer el autoconcepto,
autovaloración y autoestima.
Es decir, lo que decimos es que si una persona creció toda su vida siendo
gorda, nunca fue la que más corría, nunca la más ágil, nunca seleccionada
para determinadas actividades, etc. En consecuencia la obesidad acaba
convirtiéndose en una "necesidad" ventajosa para no haber de comportarse
como persona delgada. Entonces, reencuadrar a esta persona en contextos
alternativos supondrá un cambio de creencias que harán innecesario el
síntoma o comportamiento.
O si, por ejemplo, tenemos el caso de un pequeño que tiene pesadillas
consistentes en que "se ve envuelto en experiencias con monstruos
terroríficos" podemos reencuadrar al pequeño y su experiencia en otro marco o
contexto cambiando el significado. Podemos recurrir a una metáfora o a una
historia ficción con lo que estaremos reencuadrando utilizando otro recurso, la
historia.
76
Existe la posibilidad de utilizar recursos que se sirven del uso de los índices de
referencia (19). Es de interés conocer el papel que desempeñan en el
establecimiento de creencias los llamados índices de referencia. Son índices
de referencia aquellos referentes, personas o no, que se utilizan
comparativamente como modelos a copiar, a imitar. Serían ejemplos de
utilidad en casos de creencias negativas, en supuestos de minusvalía física: el
físico Stephen Hawking, el hipnoterapeuta americano Milton Erickson, cualquier
deportista paralímpico Existe el recurso de plantear a nuestro interlocutor/a
modelos referenciales, hasta el extremo de lograr la vivencia de identificación
en el curso del estado de conciencia latente. La vivencia de identificación, en
su grado máximo, comporta una experiencia disociada o paradójica en el
sentido de que "se es pero no se es aquella persona", hasta el punto de
adoptar el aspecto, la voz, la forma de hablar, la forma de moverse, etc. de la
persona utilizada como índice referencial.
Existe un recurso consistente en utilizar las historias universales (20) que son
aquellas que casi todo el mundo ha podido experimentar permitiendo, ello, una
rápida comprensión del mensaje comunicador que implican. Ese tipo de cosas
que nos suelen pasar a todos.
Son experiencias de este tipo: repasar los cuadernos del colegio, las reuniones
de ex-alumnos, rememorar canciones de la infancia, visitar la ciudad natal o el
barrio en que uno/a se crió.
Es una categoría general, por ejemplo, "una persona importante". Todo el mundo
tiene una persona importante en algún momento de su vida. Una buena forma
de iniciar la adivinación es con una categoría general.
Son categorías binarias: hombre/mujer, mayor/menor, alto/bajo,
feliz/desgraciado, preocupado/indiferente, sano/enfermo, bueno/malo, rico/pobre,
ganar/perder, día/noche, dentro/fuera, etc.
77
que impliquen respuestas gestuales. Es decir, antes hay que calibrar cómo
responde nuestro/a oyente, observando aspectos diversos como ojos, voz,
respiración, cuerpo en general La calibración nos permite hacer un
diagnóstico de las características de nuestro interlocutor/a en lo referente a:
tipo de procesamiento, es decir, visual, auditivo o cinestésico, estado de
ansiedad, tipo de atención, etc.
78
ello se logra una ingeniosa indeterminación, ambigüedad (25), que permite
una serie de ventajas.
Por ejemplo: "imagino que eso fue por la dificultad por la que tuviste que
encontrar una solución en base a unos conocimientos...". En cursiva
subrayado, nominalizaciones.
Lo mismo puede aplicarse con referencia a los verbos. Con la misma finalidad,
antes expresada, convendrá, en ocasiones, el uso de verbos poco específicos.
Dicho de otro modo, será preferible el uso de un verbo menos específico que
otro más específico.
Por ejemplo: " por ello, sería interesante que aprendieras para, de esa
forma, experimentar y, así, resolver...".
Por ejemplo: " yo tenía perras (animales) y con las perras (dinero)
pude llegar a tener el ganado (trabajadores) con peso (calidad) suficiente
para mantener al ganado (animales) con peso (kg) adecuado, lo que me
acarreó la ruina ".
Las paronimias o palabras con similitud fonética pero significado diferente son
también aplicables.
79
También existe una ambigüedad sintáctica consistente en la ambigüedad de
los términos "per se" o en no dejar claro las "concordancias", en el sentido de
no aparecer claro a qué elementos de la oración se refieren un adjetivo,
adverbio o verbo.
80
(interrogativo) y cuanto (interrogativo) podrías lograr...", "no sé si (interrogativo)
preferirías...".
Por ejemplo, "a todos los niños se les enseña, pasando a ser una creencia, que
no hay que aceptar cosas, por ejemplo golosinas, de extraños". Si en el
transcurso del procedimiento logramos una respuesta de "aceptación por nuestro
interlocutor/a infantil de una golosina", habremos obtenido una respuesta muy
informativa de que "no somos considerado un extraño”.
Así, de forma exagerada, sería algo como: “resulta que andé kilómetros y, al
final, no cabí en el autocar”. O en lugar de errores gramaticales cualquier otro
proceder que implique errores y que pueda ser interpretado por mi interlocutor
como una valoración y sentimiento de superioridad.
Es algo así como la diferencia entre decir “botella medio llena o medio vacía”. O,
tal vez, la diferencia entre decir “he perdido o no he ganado”. O la diferencia
entre “siempre me equivoco o casi nunca acierto”. Es lo que puede expresarse
con el epígrafe: formulaciones en positivo.
81
estar prestos a descubrir, detectar, en el lenguaje gestual de nuestro/a oyente,
cualquier reacción afectiva negativa. Y si se da esta circunstancia hemos de
actuar hábilmente para corregir sin percatamiento consciente por parte de
nuestro/a paciente. Estamos explicando, en definitiva, un ejemplo de cómo
utilizar el lenguaje inconsciente como indicador o marcador de respuesta si-no.
Por ejemplo: "prefieres que hagamos esto ahora o que te explique antes...".
Las presuposiciones (33) son un recurso para crear una ilusión de opción,
pero, también, para facilitar un estado de conciencia latente o atención limitada,
sobre todo, si recurrimos a la elaboración de presuposiciones apiladas porque
cuanto más se presupone, más difícil resulta al oyente desenmascarar el
significado de la frase y cada locución lingüística que incluye la presuposición
queda fuera del foco de atención que suele centrarse en el resto de la frase.
Recuérdese que hablamos de realidades apiladas (34) a propósito de las
metáforas. Una tercera característica de las presuposiciones es el efecto
enmascarador de sentimientos negativos que puedan llevar implícitas
nuestras expresiones.
82
con predicado) de esta nueva visión del problema - se da por supuesto que
tiene una nueva visión del problema-, afortunadamente (adverbio de modo)
tienes cualidades para lograr un resultado - se presupone que habrá
resultado-, puedes comenzar (verbo de comienzo de acción) a actuar para
lograrlo - se presupone que actuará y lo logrará- siempre (adverbio de
tiempo) encontrarás el recurso - nueva presuposición-, puedes pensar
otras posibilidades antes o después (oración subordinada temporal) de
que pongas en práctica tu decisión, o mientras (oración subordinada
temporal) estás haciendo todo ello - nuevas presuposiciones de que la
decisión se llevará a efecto -".
Supongamos, por ejemplo, el caso de un niño que nos dice que "no puede
dormir porque tiene pesadillas en que ve venir monstruos horrorosos". Cuando
abordamos la conversación con el pequeño en términos de: "¿De qué color son
los monstruos? ; estamos presuponiendo que los monstruos existen, con lo que
no contradecimos la creencia, esto es, "no le estamos diciendo mentiroso" con la
connotación de sentimiento negativo que ello comporta, como ocurriría si
abordamos la situación con preguntas como: "¿ Ves monstruos?, ¿Tienes
pesadillas?, etc.
Supongamos un relato de un joven de 14 años que nos dice que "cuando tenía
3 años cabalgaba en su caballito en el patio trasero de su casa".
83
que somos alérgicos al veneno de avispa, tal sentimiento negativo se tornará
sentimiento positivo, porque semejante comportamiento ha contribuido de
forma protectora sobre mi persona.
O supongamos el caso de una chica de 13 años que nos dice que "tiene fobia a
los aviones".
De forma simplista, pero práctica, podemos decir que hay dos tipos de
comportamientos. Los comportamientos "transparentes", no deformados,
ajustados a la realidad, que son coherentes con las creencias que los soportan
y los comportamientos enmascarados, opacos, que, como tales, son
coherentes con las creencias que directamente los soportan, comunicando
apariencia de realidad lógica pero que son, realmente, justificaciones o “excusas”
para satisfacer la contracreencia. La contracreencia que nosotros identificaremos
con un código verbal en términos de “yo soy estimado/a” hace referencia al
núcleo de creencias que configuran la identidad personal, autoestima y
autovaloración.
84
¿Qué ventaja gana quien enmascara con su comportamiento enmascardor? La
ganancia, siempre, es no sufrir la situación dolorosa que comporta no llevar a
cabo la conducta enmascaradora. Es decir, la conducta enmascaradora es
menos dolorosa que la omisión de la misma. Si, a continuación, analizamos
pormenorizadamente las distintas conductas parciales que constituyen una
conducta enmascaradora en su globalidad, podremos apreciar que tales
comportamientos enmascaradores son menos dolorosos que la omisión de los
mismos. Es en este sentido que decimos que las conductas enmascaradoras
son conductas de renta porque proporcionan beneficios o ganancias.
En este ejemplo, "ella consigue todo lo que quiere de su pequeño mundo familiar
y social sin haber de afrontar situaciones de conflicto y, además, recibe todo tipo
de cuidados y atenciones porque ¡es tan desvalida, la pobre!, es una víctima", en
tanto que la inexistencia del comportamiento implica las pérdidas derivadas de la
creencia. En este ejemplo, "habría de asumir responsabilidades y críticas, no
actuar, simplemente, por deseo de hacer lo que quisiera sin mas, argumentar
sus comportamientos, sus decisiones, es decir, actuar como pers ona más
madura".
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Empecemos por el principio, el llanto del bebé que, indudablemente, obliga a
una interpretación: "hambre, frío, pipí, caca, me siento solo, quiero que me cojan,
etc.".
Por ejemplo: "la madre tiene la creencia de que llanto es igual a dolor; un primer
día, el bebé llora y la madre, ansiosamente, acude solícita. Un segundo día, el
bebé llora y la madre tarda un poco en acudir; llora, más fuerte, y la madre acude
ansiosa a proporcionarle todo tipo de mimos. Un tercer día, el bebé,
simplemente, gimotea y la madre no le dice nada; llora más fuerte y la madre
acude como disparada por un resorte. Consecuencia: el bebé ha aprendido que
para recibir mimos y cariño ha de llorar y cuanto más fuerte mejor. Meses más
tarde, un día hace travesuras y la madre le dedica una reprimenda, en lenguaje
verbal, pero un mensaje amoroso en lenguaje gestual. Otro día, reclama el
concurso de la madre, sin más aparatosidad y observa que es ignorado; hace
una de las suyas y la madre responde de manera semejante a la anterior. Esto
se repite varias veces más. Consecuencia: el/la pequeño/a aprendió que ha de
hacer diabluras para gozar de la atención de su madre, para ser estimado".
86
creencia es la convicción sentida de que lo creído es así y no de otra manera,
de que lo creído es real, es la realidad. Pero la realidad no existe, existen
realidades. Al interpretar indagamos el diagnóstico de la realidad que,
recordemos, será la realidad de cada cual, una realidad subjetiva, fruto de la
historia personal. Esta realidad se fragua en el marco de las creencias.
Este principio general que hemos enunciado de que las creencias están en el
origen es tan cierto como que si en el transcurso del procedimiento,
intervenimos sobre una creencia y no logramos cambio en el comportamiento,
derivado de esa creencia, ello nos permite diagnosticar que esa creencia no es
la creencia origen de ese comportamiento o no es la única.
Pongamos como ejemplo el caso de la pequeña que, mordida, en su día, por una
perra que amamantaba cachorros, desarrolló la creencia de que todos los perros
son peligrosos y, como consecuencia, una fobia a los perros.
Si un/a niño/a “entiende, cree, aprendió, que ser querido/a es igual a ser
merecedor/a de regalos continuamente”, interpretará como falta de cariño un
comportamiento de quienquiera que no se ajuste a ese patrón aprendido.
Por ejemplo, sea el caso de alguien que "cuando era rectificado, verbalmente,
de palabra, en sus acciones erróneas, simultánea y sistemáticamente, era
censurado en lenguaje gestual con un mensaje de reprimenda".
87
diversas, por ejemplo, de agresividad verbal o de justificación hasta el
extremo de justificar lo injustificable" porque el comportamiento
enmascarador tiene como misión proteger del malestar emocional.
En realidad, aquí lo que pasa es que el inconsciente ha hecho su papel de
protector, porque el inconsciente memoriza el mensaje gestual negativo que
quedó asociado, anclado, al aprendizaje adquirido: "corrección verbal ante un
error queda asociada a reprimenda gestual; con lo que cada corrección verbal
será interpretada y sentida como reprimenda censurable". Y el papel del
inconsciente es proteger de los sentimientos negativos, proteger del
padecimiento o sufrimiento emocional y para su eficacia promueve conductas
enmascaradoras para satisfacer la contracreencia que es la que evita el
sentimiento negativo. Esta conducta enmascaradora, protectora, se ajusta a lo
que podemos denominar principio de coherencia del inconsciente con la
contracreencia pero incoherencia con las creencias directamente soportadoras
del enmascaramiento: "la conducta ha de ser coherente, congruente, con la
contracreencia que es sentimiento", porque el inconsciente es un lenguaje
afectivo, emocional. En cambio, las creencias que dan explicación al
comportamiento enmascarador son excusas argumentadas para engañar,
“felizmente”, a la lógica consciente y cumplir, así, su cometido o misión
protectora. Es muy característico de los comportamientos enmascaradores la
incoherencia de los mismos en el sentido de desproporcionalidad en lo
cuantitativo (intensidad) o en lo cualitativo (teatralidad). Precisamente esta
desarmonía constituye una pista diagnóstica excelente en el transcurso del
diagnóstico-intervención.
La conducta o comportamiento, del tipo mencionado, comporta malestar
emocional y, en este sentido, tal conducta reactiva o respuesta es paradójica
porque no proporciona bienestar emocional. Es como una respuesta fallida,
equivocada, pero no es tal porque el inconsciente responde eligiendo “entre
dos males el menor” y, en este sentido, la conducta enmascaradora es
protectora y es “la menos mala entre dos posibles”. Las dos posibles son, la
conducta "real", la que se produce, y la opuesta, la omisión de conducta
protectora, que en términos inconscientes es peor, porque "ir contra la razón de
ser del inconsciente, es casi como negar su existencia, negar la realidad, algo
así como plantearse: si no tengo realidad, ¿qué tengo?- ¡No existo, es la
muerte!. Por consiguiente, todo, antes que eso". En última instancia el objetivo
primordial del inconsciente es asegurar, garantizar la supervivencia.
Sea el caso de alguien que " cada vez que tenia un comportamiento con
resultados desfavorables había de escuchar la voz censurante y represora, con
gesto represor y censurador, que le decía: ¡quién tuvo la culpa!".
Ese alguien acabó aprendiendo que "ser causante" era equivalente a "ser
responsable moral o ser culpable". En el futuro, cada vez que "era causante de
algo sin querer”, se sentía "culpable" y, más todavía, si alguien hacía alusión
verbal o gestual, “señalar con el dedo o la mirada acusadora”. Para evitar este
padecimiento, el inconsciente proporcionará un comportamiento enmascarador
que, a la vez, es defensivo o protector, coherente con la contracreencia y que
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puede adoptar diversas modalidades de conducta que iremos analizando a lo
largo de la exposición de casos.
O sea el caso de alguien que con pocos años experimentó la vivencia de ser
mordido por una perra que criaba cachorros con la vivencia cataclísmica
acompañante: "caras y gritos de terror de adultos corriendo de aquí para allá,
golpes de castigo a la perra con el consiguiente sentimiento de culpa de ser
responsable de los mismos, los cachorros gimiendo, palabras y gestos de
repulsa acusadora por haber incordiado a la perra, etc."
Después de esta experiencia, una creencia: "los perros son peligrosos", "yo soy
malo/a". Desarrollo de un comportamiento coherente eficaz para no correr
riesgo: fobia a los perros. Cuando en la vida de un ser cualquiera tiene lugar
una experiencia de este tipo, resulta lógica una posible respuesta de fobia a los
perros. Cuando esta respuesta de fobia es desproporcionada, excesiva, fuera
de lugar, entonces, tal conducta fóbica obedece a un comportamiento de
autoengaño enmascarador como consecuencia de una autoestima deficiente.
En este supuesto, la experiencia del perro sólo fue un factor desencadenante o
precipitante de la conducta fóbica enmascaradora.
Ilustraremos con algunos ejemplos cómo una creencia implica una valoración:
"El amor es lo más importante del mundo", "la hipocresía es detestable", "la
honestidad es lo primero", "la amistad lo justifica todo", "la salud no tiene precio",
"el dinero lo puede todo", "la religión es el opio del pueblo, etc, etc.". Todas estas
creencias llevan implícita una valoración cuantitativa o/y cualitativa.
89
La valoración de una vivencia o experiencia es una interpretación subjetiva de
la misma, vinculada, por tanto, a la historia personal, y, así, una misma vivencia
o experiencia vivida por dos personas distintas es interpretada de forma
diferente con la consiguiente diferente repercusión en los comportamientos o
conductas de la vida diaria.
Por ejemplo: "dos gemelas, pequeñas, acuden con un grupo de su misma edad
a una excursión a una playa; no saben nadar, pero, ante los comentarios
peyorativos por parte del grupo que las etiquetan de miedicas, se lanzan al agua.
Después de casi ahogarse, no se sabe cómo logran alcanzar la orilla y salir con
vida. Una de ellas, sale aterrorizada de la experiencia: "fue espantoso, casi me
ahogo". La otra, en cambio, sale exultante porque ha demostrado que es una
valiente: "soy valiente y capaz porque he nadado sin haber aprendido con
anterioridad; soy autodidacta".
90
partir de experiencias revividas, porque las creencias generadoras de
comportamientos problemáticos, tomaron cuerpo en la edad infantil como
consecuencia de la limitación de capacidad de razonamiento como para hacer
una valoración de las experiencias ajustada a la realidad.
Decimos que el cambio de una conducta o comportamiento para que sea real,
efectivo, ha de llevar implícito un cambio de creencia, es decir, un cambio en la
convicción de aquel conocimiento, firmemente, sentido. Lo que queremos
significar es que, analizando los "niveles lógicos del pensamiento",
anteriormente aludidos, la creencia está implícita en cada uno de los niveles.
91
Por tanto, está en nuestras aptitudes-capacidades, está en nuestros
comportamientos y está en todo lo que significa nuestro entorno.
Para completar, decir que las creencias y valores podemos asimilarlas al pensar
y la identidad personal al ser.
Sigamos ampliando el tema. Hablemos del entorno que podemos situar en tres
coordenadas, familia, escuela-trabajo, sociedad. Para cada uno de estos
elementos, pensemos en personas, cosas y "sus" circunstancias. Son
circunstancias todas las particularidades de tiempo, lugar, modo, causalidad,
condicionalidad, etc. que acompañan o determinan un hecho, un acto. La
familia: circunstancias referentes a vivienda como ubicación, dimensiones,
habitabilidad, etc. ; circunstancias referentes a las personas integrantes de la
familia como existencia de abuelos, edad de los padres, número de hermanos,
edad de los mismos, relaciones entre los miembros, etc. La escuela:
características como "vivienda", características de profesores/as: edad,
preparación, humanidad, etc., relaciones con los/las mismos/as, etc. El trabajo:
características del lugar de trabajo como espacio habitable, tipo de trabajo:
cualificación, remuneración, relaciones interpersonales, etc. La sociedad:
circunstancias de las relaciones interpersonales.
92
persona: el acontecer de un día cualquiera, el día tipo, el acontecer de los días
de asueto, el acontecer en el seno de la familia, en la escuela, en el trabajo, en
sociedad, con los amigos, etc.
Damos instrucciones que cambien el entorno, por ejemplo: "en lugar de vivir con
tus padres has de vivir en un piso independiente, en lugar de tener una posición
sumisa con tu hermana, has de tener una relación de igualdad, en lugar de
trabajar en horario de mañana y tarde, has de trabajar en jornada continua, etc."
93
La realidad de cada cual es consecuencia de su historia personal y, por tanto,
es una realidad subjetiva. Existe una realidad que es que la realidad es
cambiable y esta creencia es una presuposición básica para entender el
procedimiento de diagnóstico-intervención, por parte del profesional y del/de la
paciente. Queda claro que, por parte del profesional, es condición obligada una
capacidad de adaptación a otras realidades y una capacidad de aceptación de
otras realidades, distintas de aquella que nos es propia. Esta aceptación ha de
ser incondicional y llegar al extremo de que hemos de creer sinceramente en
esas otras realidades porque ello permite empatía y proporciona auténticas
posibilidades de interpretación eficaz.
Es descubrir "otra realidad" de la misma manera que "la cámara fotográfica
descubre otra realidad visual que el ojo humano no percibe”, o de la misma
manera que "el murciélago capta una realidad auditiva que el oído humano no
capta", o de la misma manera que "el perro olfatea olores que el humano no
percibe".
O podemos ejemplificar el caso del "chico que siendo de padres africanos pero
nacido en nuestra comunidad cree, aprendió, que debe seguir, a fe ciega, todas
las costumbres africanas de sus padres".
94
O supongamos el caso de "quien no puede soportar equivocarse en sus
diagnósticos en el terreno que sea" porque cree que es "un descrédito
intolerable".
Por ejemplo, "en el caso de las gemelas se puede cambiar la creencia sin la
necesidad de conocer cómo se originó la misma".
Es bastante obvio, por ejemplo, que una persona madura que escuche el
calificativo de inútil, dirigido a su persona, lo sabrá interpretar, juzgar y criticar en
base a múltiples factores como credibilidad de la persona que lo profiere,
contexto en que tiene lugar, etc. No ocurrirá así en el/la pequeño/a, con unas
capacidades limitadas de razonamiento crítico, y, sobre todo, si proviene de
personas, tan afectivamente ligadas, como sus padres o hermanos/as, o de
personas que son referentes cualificados como maestros o educadores.
95
sujeto, en cuestión, comprende inconscientemente y aplica el cambio de
creencia "sin percatarse”. Este proceder encaja en el método o procedimiento
de reencuadre, típicamente, neurolingüístico de tipo más ortodoxo. Es decir,
reencuadrar a la persona en contextos vivenciales diferentes, sin un plan
preconcebido en base a un diagnóstico de creencias responsables del
comportamiento problema, para que nuestro/a paciente responda
cambiándose a sí mismo/a porque, utilizando sus propios recursos, escogerá
su mejor opción. Es algo así como un aprendizaje autodidacta.
Los recursos de cualquier ser humano, hombre o mujer, son todas sus
cualidades o aptitudes, de que puede disponer, para resolver problemas y que,
por lo tanto, configuran su personalidad. Así, podemos establecer una ecuación
del tipo recursos = capacidad de: percepción, comprensión, razonamiento,
síntesis, análisis, memoria, atención, concentración, inteligencia,
conocimientos y saberes, creencias, código de valores, etc. Es decir, "recurso
es cualquier dotación que capacita para".
96
deliberación racional y, en modo alguno, una consecuencia de la sola
satisfacción de un agrado o placer. Esta "deliberación racional" es un proceso
mental en que se aplica el código de valores y es, por consiguiente, el código
de valores personal quien acaba determinando la decisión que lleva al "querer".
Por ejemplo, en el caso de "Pilar, de 14 a., que se comportaba de forma infantil "
la solución pasa por cambiar la(s) creencia(s), pero el cambio de creencia es un
proceso en dos etapas: una, comprender convincentemente el nuevo
conocimiento de la nueva creencia; dos, asumir o hacer propia la nueva
creencia. Este segundo paso es el que supone una actitud de "querer cambiar la
creencia" o "querer saber lo que se quiere" y, subsiguientemente, el
comportamiento. Llegar a este punto exige poder vencer la resistencia impuesta
por el mecanismo de defensa mental característico del ser humano, según
nuestra concepción. Lo que queremos decir es que, en el caso de "Pilar, de 14a.
que se comportaba de forma infantil", puede ocurrir que Pilar no quiera asumir la
nueva creencia, porque la situación actual ya le va bien, saca provecho, perdería
ventajas, y mejor dejar las cosas como están; por otra parte, puede ocurrir que
los padres, tampoco, quieran asumir nuevas creencias, porque, para ellos
mismos, pueda suponer consecuencias no deseadas. Por consiguiente, la
resistencia puede funcionar eficazmente mientras la situación no genere una
tensión emocional insostenible.
Por ejemplo, en el caso de Pilar, que venimos ilustrando, el cambio supone ser
más apreciada y querida, porque la gente la preferirá "equilibrada" antes que
haber de acudir a su lado temerosa de sus reacciones, como sucedía antes.
Lo que decimos podemos ilustrarlo con aquel caso de " aquel pequeño que
jugando al fútbol es un individualista que no pasa la pelota ni que lo maten; el
entrenador se desgañita, una y mil veces, diciéndole que pase la pelota; tiene
conversaciones privadas con él y le da mil argumentos, pero no resulta".
97
La intervención del entrenador es sobre el comportamiento, mediante
instrucciones verbales explicadas racionalmente, esto es, vía conciencia para
tratar de cambiar las creencias o convicciones que sustentan directamente
dicho comportamiento.
Podemos emplear todo el tiempo del mundo en explicaciones que, con
argumentos razonados evidentes, pretendan convencer por vía consciente de
que tal comportamiento no tiene sentido. Resultará, muy probablemente, inútil
a todos los efectos. El "error" está en querer convencer sobre la base de
razonamientos conscientes sin hacer la interpretación, la lectura, de ese
comportamiento como autoengaño enmascarador consecuencia de creencias
adquiridas, con resonancia afectiva y asiento en el inconsciente, que
deterioraron la autoestima. La creencia origen de este pequeño es "yo no soy
estimado", “yo no soy digno de estima”, ”yo no valgo”, “yo no soy capaz” como
expresión de su baja autoestima. Él tiene otra creencia que es " para ser buen
jugador se ha de ser capaz de grandes jugadas individuales" y esta otra
creencia contribuye a alimentar el comportamiento enmascarador. El cambio de
la(s) creencia(s) origen, como es proverbial en el procedimiento, no se logra
por medio de comunicación directa, por las razones de bloqueo consciente,
expuestas hasta la saciedad. De ahí, que todo tipo de explicación verbal directa
sea infructuosa.
El "teorema" de
los comportamientos enmascaradores
En este apartado vamos a intentar resumir el esquema diagnóstico básico para
enfrentarse a un caso concreto. Nosotros, cuando nos enfrentamos a un caso,
lo que hacemos es ponernos a analizar comportamientos porque el
comportamiento es la personalidad en acción.
98
me se siento estimado/a] [si no me siento estimado/a, ello es consecuencia
de experiencias vividas, aprendizajes diversos vividos, constituidos en
creencias, formando lo que hemos llamado el núcleo de las creencias de
identidad ].
99
desproporción incongruente entre lo verbal y lo gestual porque el lenguaje
gestual responde al inconsciente emocional y, en cambio, el lenguaje
verbal, en caso de enmascaramiento, responde, es consecuencia de, las
creencias directas utilizadas para encubrimiento.
100
interpretados por el inconsciente como peligro sin distinción entre peligro físico
y peligro psíquico.
Por ejemplo, "una madre acude a un servicio médico de urgencia con una
preocupación desproporcionada para la enfermedad del crío, comportándose de
forma desairada, incluso, ante la más mínima insinuación de preocupación
excesiva para el caso".
101
Pongamos un ejemplo en que no se identifica el objetivo, es decir, el objeto de
la conducta, la(s) persona(s) por quien yo quiero “ser querido/a” porque han
sido factor desencadenante de mi autoengaño enmascarador.
El diagnóstico-intervención:
un diagrama de flujo o algoritmo
Cuando nos enfrentamos a un caso-problema, la mayor parte de las veces,
nos enfrentamos a una cadena o secuencia concatenada de comportamientos
en forma de cascada de reacciones a partir de un problema origen, que puede
tener todos los ramales que se quieran y los bucles retroalimentadores que
puedan imaginarse. El diagnóstico es una labor de investigación.
Definimos como problema cualquier situación, acto o comportamiento vivido
con ansiedad o tensión emocional o preocupación que permita interpretar un
significado, distinto al aparente, permitiendo, muy probablemente, sentar una
hipótesis diagnóstica de conducta enmascaradora. Se trata de problema como
cuestión a solucionar; algo así como enigma. El enunciado de los problemas
puede sufrir cambios al ser un procedimiento dinámico con flujo constante de
información y, por tanto, variar nuestro conocimiento real acerca de los
mismos.
102
Hay que tener, siempre, presente que una intervención eficaz (solución) en uno
de los nudos o eslabones de la cadena (problema) lleva aparejada la solución
en toda la cadena que depende de este punto. Esto quiere decir que la
intervención será más eficaz cuanto más cerca del origen se intervenga y se
consiga la solución, esto es, el cambio de creencia. La nueva creencia
sustituye a la antigua creencia y es como si, esta última, nunca hubiera
existido, aunque la conciencia pueda recordarla. Toda la cadena de
comportamientos derivada de aquella desaparece y es sustituida por una
cadena de comportamientos conectada a la nueva creencia.
Es, sobre la base de este concepto, que decimos que el procedimiento puede
representarse en forma de diagrama de flujo o algoritmo, en el sentido de que
hay una continuidad de flujo de información a partir de la cual se van
estableciendo, secuencialmente, hipótesis diagnósticas, cada una de las cuales
puede prolongarse en línea única o bifurcarse o ramificarse en tres o los
ramales que sean. Cada una de las líneas de investigación puede presentar
bucles retroalimentadores ilimitados y entre cada una de las líneas de
investigación caben conexiones ilimitadas, configurándose, de esta forma un
auténtico entramado o red de interconexiones. Es decir, la psicogénesis se
ajusta a un modelo de causalidad circular más que lineal, multifactorial en
interacción dinámica.
Es necesaria, por tanto, una historia escrita del caso. La historia ha de constar,
básicamente, de una parte correspondiente a la descripción de la sesión con el
máximo detalle posible. Después de esta, una segunda parte que podemos
denominar comentarios o explicación razonada donde se habrán de exponer
los diagnósticos de creencias, los procedimientos empleados y los planes o
estrategias a seguir.
Es totalmente recomendable tener una evaluación médica, a ser posible
neuropediátrica, que permita delimitar las coordenadas orgánicas en que habrá
de discurrir el procedimiento. Es importantísima la valoración neurosensorial
relativa a visión y audición. El diagnóstico cognitivo, en términos de valoración
de los procesamientos cognitivos, lo efectuamos según la teoría P.A.S.S.
(planificación, atención, secuencial, simultáneo) como ya expusimos de forma
detallada en nuestro libro: “Neuropsicopedagogía. Aprender: ¿Qué y cómo?”.
103
El elemento básico del diagnóstico-intervención es la entrevista. La entrevista
inicial exige, aproximadamente, unos cuarenta y cinco minutos. Las entrevistas
sucesivas pueden exigir menos tiempo, unos veinte o treinta minutos, o el
mismo tiempo de la primera, según las circunstancias. De entrada, se
practicará entrevista a la persona adulta que efectúa la demanda de ayuda o
asistencia; en la mayoría de los casos, son los padres. Cuando se trata de
estos, se practicará entrevista individual o conjunta, inicialmente, a voluntad de
los mismos, aunque nuestra intención será siempre obtener entrevista
individual por cada persona entrevistada. Decimos más. La entrevista individual
, a nuestro entender, es imprescindible. Más tarde, en el procedimiento, puede
ser conveniente efectuar entrevista individual, si la primera fue conjunta, o
entrevista conjunta, si la primera fue individual. Con posterioridad, se practica
entrevista individual al niño/a o joven. La entrevista conjunta a los padres
permite obtener información muy fidedigna de las relaciones interpersonales de
la pareja, en tanto que la individual permite obtener información de cada
miembro sin el condicionamiento del otro. Es importante recordar que el /la
profesional debe actuar como persona neutral, sin efectuar juicios morales y sin
ponerse a favor de nadie ni en contra de nadie, lo que, de forma inadvertida,
pudiera ocurrir si sugerimos, por ejemplo, relación causa-efecto, tomando parte
activa en los comentarios o la discusión suscitada. Una actitud distinta a esta
inutiliza al/a la profesional en su labor de diagnóstico-intervención.
Por ejemplo, "Pilar tiene inferioridad para hacer...". Será preferible: "Pilar se
maneja mejor con...". Es decir, formulación, siempre, en positivo. Así, evitaremos
mencionar términos como histeria o reacción histérica que tienen un significado
peyorativo, indudable, para la generalidad de la gente. Vale decir, que no
podemos comunicar sentimientos negativos, ni en lenguaje verbal ni en lenguaje
gestual.
104
referencia del profesional como tal, persona experta a la que recurrir como tal y
no como "amigo/a del alma".
Por ejemplo, "un comportamiento del/de la paciente que haga surgir sentimientos
y comportamientos del profesional de protección, mostrándose, ansiosamente,
solícito". Una conducta de este tipo en el profesional es susceptible de ser
analizada como autoengaño enmascarador o deformador por parte del mismo.
Una forma de iniciar el diálogo puede ser algo así como: "Quizá podría(s)
empezar por hablarme o contarme algunas cosas sobre el problema que le/te
mueve a consultarme; lo que le/te sea más cómodo o le/te parezca mejor; lo que
tu quieras". Recuérdese un principio básico del procedimiento, la comunicación
indirecta.
105
planteamiento de preguntas puede ser interpretado, inconscientemente, como
un interrogatorio "con la obligación de contestar".
Una buena forma de facilitar el relato espontáneo es sugerir que se nos hable
del día tipo o día característico en la vida de nuestro interlocutor/a.
Por ejemplo: "Perdona; verá(s), si no le/te importa, para que yo no me líe, para
que yo me aclare, permíteme alguna(s) preguntas que me contestas si quieres y
de la forma que quieras". O bien, preguntas tipo oración interrogativa indirecta,
como: "me pregunto qué (interrogativo) haría(s) si hubiera(s) de...", "no sé cómo
(interrogativo) se/te las arreglaría(s) para...", "tengo curiosidad por saber cuando
(interrogativo) y cuanto (interrogativo) podría(s) lograr...", "no sé si (interrogativo)
preferiría(s)...". La pregunta puede formularse más indirecta, colocándonos en
sujeto de la oración: "me pregunto qué haría yo si hubiera de...","no sé cómo me
las arreglaría yo para...", etc.
Por ejemplo: "desearía hablar con tu madre o con tu maestro o con quien sea;
mi conversación con el/ella ellos/ellas me permitirá poder ayudarte de manera
mucho más eficaz; quiero que sepas que todo lo que hemos hablado entre
nosotros es secreto y confidencial, te doy mi palabra".
106
a la misma, si ello no ocurre de forma espontánea, para lo cual podemos
utilizar algún tipo de fórmula.
Por ejemplo: " José o Pedro o Pilar (nombre) creo que hemos completado
nuestro trabajo por hoy, creo que hemos avanzado aunque a ti/usted no te/se lo
parezca, continuaremos otro día, si te/le parece; ahora es tiempo para que
sedimenten las ideas que hemos trabajado". Podemos reforzar el mensaje verbal
"levantándonos, dirigiéndonos a la puerta y abriéndola", siempre con el suficiente
tacto como para no transmitir o comunicar imposición.
Una buena fórmula, en nuestra práctica, es: "creo que lo solucionaremos mucho
antes de lo que tu/usted imagina" y continuar cambiando de tema, a modo de
amnesia postrance..
Diremos, en fin, para terminar este apartado algo sobre la forma de hablar a los
niños/as. El error más frecuente que se comete es infravalorar la capacidad de
comprensión de los niños para entender lo que se les dice. Los niños/as
entienden mucho más de lo que cree la mayoría de adultos y, por otra parte,
son muy sensibles a los sentimientos que los demás muestran hacia ellos/as. A
los niños/as hay que "hablarles con sencillez y naturalidad" y no "como si
fueran subnormales". Ellos/as son capaces de entender la mayoría de cosas
que les explicamos, incluso, desde la edad de tres años.
Existe una norma que aconsejamos observar: “el niño/ a se siente valorado si
un adulto lo/ la juzga algo mayor de lo que, realmente, es y viceversa”. Siempre
es preferible, por tanto, “hablarles a su nivel o un nivel ligeramente superior”.
Nunca debe subestimarse la inteligencia de un niño/a. Conviene hablar
despacio y con claridad.
Fronteras entre
lo psicopedagógico y lo psicopatológico
No podemos obviar un epígrafe que aborde este tema, a primera vista, tan
escabroso. Hemos de hacerlo porque se trata de plantearnos, ni más ni menos,
107
los límites de la utilidad y eficacia del procedimiento de diagnóstico-intervención
que practicamos. Creemos, sinceramente, que los únicos límites absolutos
para su eficacia son, básicamente, dos: uno, la capacidad mental inteligente en
el sentido de que se requiere un mínimo de inteligencia y capacidad de
comprensión para que el procedimiento sea posible; dos, la voluntad de querer
cambiar como expusimos en otro momento de la exposición, entendiendo por
tal, recuérdese, la voluntad de someterse al procedimiento sin que lo impida
una resistencia insuperable.
Se dice, por ejemplo, para explicar determinadas conductas antisociales que "la
exposición continuada a la violencia enseña un comportamiento violento a través
de la desensibilización emocional y la habituación a la excitación psíquica que
se asocia con el hecho de presenciar o experimentar un acto de violencia".
Nosotros no compartimos esta afirmación porque no creemos que "la
exposición... enseña... a través de la desensibilización emocional y...". A nuestro
modesto entender, "la exposición... enseña comportamientos violentos que no
pueden ser contrastados por la inmadurez de un ser en formación, en edad
infantil, y se convierten en creencias y valores que determinan los
comportamientos".
108
subyace, en el origen de estos comportamientos, un núcleo de creencias de
identidad que configuran una personalidad determinada.
Y nos preguntamos qué, sino aprendizajes, creencias y valores, subyacen bajo
los, denominados, trastornos de adaptación como comportamientos depresivos
y ansiosos, las rabietas, las fugas del hogar de los/las adolescentes o las,
denominadas, conductas de inhibición o retraimiento social.
Lo que queremos expresar es que cada una de estas categorías tiene su razón
de ser sobre la base de un patrón de comportamiento, al estilo de la
clasificación de las enfermedades, siendo el elemento clasificador que identifica
cada categoría, el "síntoma", pero no la "patogénesis" y no la "etiología".
Creemos, modestamente, que nuestro procedimiento actúa a nivel de la
psicogénesis, esto es, de la "patogénesis”.
109
psicopatológicos más específicos como depresión, neurosis y psicosis. Es,
pues, aplicable a estados de ansiedad, a reacciones de conversión histéricas,
a reacciones obsesivas y compulsivas, a fobias y a trastornos de la
personalidad.
110
En el maltrato físico, propiamente dicho, los adultos al cuidado del/de la niño/a
provocan, causan, lesiones físicas traumáticas o enfermedades. El análisis de
cada caso concreto permitirá el diagnóstico de las creencias, origen de tales
comportamientos. Sólo el abordaje o aproximación al terreno de las creencias
garantiza una solución duradera.
Sea el caso, por ejemplo, del " pequeño que, desobediente, recibe
sistemáticamente una buena bofetada del padre". Analizado el caso, cabe la
interpretación en términos de comportamiento directo ya que el padre aprendió
la creencia, desde pequeño, de que "buena educación es mantener la
disciplina como sea". La explicación, así planteada, parece lógica y suficiente.
Pero, lamentablemente, es engañosamente suficiente porque si analizamos el
caso en términos de comportamiento indirecto enmascarador podemos
establecer otra creencia "más profunda" que es "yo no soy (capaz de ser) buen
padre". Esto supone un sufrimiento superior al comportamiento enmascarador,
aunque éste pueda ser doloroso.
111
o la aplicación en piel y mucosas de substancias de todo tipo. Nos
preguntamos qué creencias pueden dar origen a conductas tan aberrantes o
qué contracreencia hay detrás de estos comportamientos. Las cosas pueden
ser tan peregrinas, absurdas a la luz de la razón, como la hipótesis según la
cual la creencia puede ser "yo no soy digna de estima como una buena madre"
y la contracreencia sería "una madre que cuida a su hijo enfermo es la mejor
madre" y, por consiguiente, "una buena madre es una madre digna de estima y
cariño". Explicar por qué mecanismos recónditos de la mente una conducta
agresiva, hasta el extremo de provocar daño físico, es menos dolorosa
psíquicamente para esa madre que no poner en acción la conducta
enmascaradora, es algo que escapa a los conocimientos actuales del
psiquismo humano. Explicar por qué la madre elige, entre tantas posibilidades
alternativas, la opción de crear un enfermo/a escapa, también, a los
conocimientos actuales. De todas formas, es un hecho probado que el
sufrimiento emocional es capaz de bloquear el pensamiento racional.
112
Pongamos un ejemplo de anorexia por una psicogénesis de comportamiento
"transparente".
Tenemos el caso del "chico/a que, cuando tenía pocos años, muy pocos,
comenzaba a intentar ponerse los zapatos, pero no podía porque la madre o el
padre acudía presto y solícito a cumplir la tarea; cuando era el momento de
comer, en la mesa, el/la pequeño/a intentaba comer por sí solo pero tiraba más
que comía; la madre o el padre se adelantaban a sus intentos para evitarle
esfuerzos y fracasos desagradables; más tarde, se incorpora al cole y el/la
pequeño/a prueba a prepararse los bártulos, pero su esfuerzo resulta baldío
porque la madre o el padre o la yaya, o todos juntos, se adelantan a
cumplimentar la tarea; más tarde, en otro momento, se plantea la posibilidad de
cambiar de escuela, a lo peor por iniciativa de la madre o el padre sin entrar a
analizar razones, y el chico/a no tiene ni la oportunidad de expresar su opinión;
otros deciden por él/ella; así, sucesivamente". Tal cúmulo de aprendizajes lleva a
un autoconcepto y autovaloración acorde con la creencia: "yo no soy nada; no
sirvo para nada; no soy digno/a de cariño". De inmediato, surge la
contracreencia enmascaradora que sustenta el comportamiento anoréxico: "no
comer me proporciona cariño". Como siempre, la contracreencia se sustenta en
una creencia previamente aprendida: "un día, no como y observo la respuesta
que provoca en mi madre, mi padre, mis familiares; otro día, repito la experiencia
y observo la respuesta, nuevamente; así, sucesivamente, adopto el
comportamiento enmascarador".
113
para, años más tarde, haber de ser rectificados. La historia del Premio Nobel
es un claro ejemplo de lo que decimos. La historia, también, está llena de
ejemplos de conocimientos científicos cuyo advenimiento contó con la
oposición frontal más "visceral" de buena parte de la comunidad científica del
momento que en un excelente ejemplo de conducta de autoengaño
enmascarador no podía admitir la veracidad de dichos descubrimientos.
114
denominamos comportamientos o conductas enmascaradoras. Otras de las
realidades conceptuales en que se basa el modelo son el pensamiento
rogeriano del funcionamiento de la personalidad, el pensamiento ericksoniano y
las técnicas neurolingüísticas.
Las pruebas que demuestran estas realidades son, también, de diversa índole
de forma que se podrán cuestionar aspectos puntuales pero, creemos que, en
forma alguna la esencia de las mismas, por lo que no entraremos en detalle.
Indudablemente, la realidad de que el procedimiento funciona, de la eficacia del
mismo es cuestión fundamental a ser probada.
115
programas automáticos que tienen como finalidad proteger del dolor, del
malestar emocional. Ya veremos que tanto el dolor físico como psíquico está
probado que ponen en acción mecanismos biológicos para, precisamente,
conseguir lo mismo, proteger del dolor, del sufrimiento.
Como estas conductas se ajustan a explicaciones, argumentos, racionales
porque se sirven de saberes aprendidos aparecen como perfectamente lógicas
funcionando, por tanto, como un disfraz enmascarador que "engaña
involuntariamente a los demás y a uno/a misma/a”. Este engaño no es un
fenómeno voluntario o deliberado porque es inconsciente en su origen y
mecanismo de producción. El dolor activa el consciente y el inconsciente pero
el inconsciente que es, además, la memoria a largo plazo puede más, tiene
más "potencia y fuerza" porque ya está diseñado, filogenéticamente, para
garantizar una función primordial y prioritaria, la supervivencia. La evolución del
ser humano no ha conseguido, hasta la fecha presente, que la conciencia sea
capaz de anular esta acción preponderante del inconsciente salvador. Es una
función tan importante que no podía ser asignada a un consciente bastante
limitado en la precisión y rapidez de su funcionamiento. Recuérdese que el
inconsciente actúa en programas automáticos mucho más eficaces por su
precisión y rapidez. El inconsciente funciona con memoria a largo plazo en
tanto que el consciente depende, bastante, de la memoria a corto plazo con
una limitación de procesamiento a la vez de sólo siete unidades de información
(ver teoría PASS de los procesamientos en nuestro libro "Neuropsicología:
Aprender qué y cómo”).
En tanto que estas conductas aparecen cargadas de lógica racional consciente
ante uno mismo, ello determina un convencimiento personal de estar en lo
cierto lo que, a su vez, determina una resistencia o defensa racional consciente
a cualquier argumento contrario a esa creencia. Es por esta razón que un
intento de hacer desaparecer un comportamiento enmascarador mediante
argumentos racionales lógicos directos resulta totalmente infructuoso. Es por
esta razón y, también, porque la forma de funcionar de la mente ha de
garantizar el funcionamiento inconsciente protector, que la desactivación de
tales comportamientos requiere una intervención indirecta que despiste o
distraiga al bloqueo consciente "censurante" para poder cambiar creencias
sustentadoras del malestar emocional que, en su forma más profunda, tiene
que ver con la autoestima y autovaloración. Muchas de las vivencias que
provocan sufrimiento y dolor son consecuencia de creencias o convencimientos
susceptibles de ser cambiadas, como hemos explicado extensamente en su
momento. Solamente, una creencia no susceptible de ser cambiada exige u
obliga a ser aceptada en la asunción madura de que no todo es controlable por
nosotros, no todo depende de nosotros, no tenemos una capacidad ilimitada.
El concepto de censurante lo entendemos como que una razón importante de
que una información, un conocimiento o saber permanezca en el inconsciente,
al margen de la conciencia, es la carga emocional dolorosa.
No se olvide que existen pruebas biológicas que demuestran que el dolor
físico y psíquico desencadenan iguales respuestas orgánicas como vamos
a tener oportunidad de explicar más adelante. Nuestro inconsciente tiene una
función, demostrada por múltiples evidencias, de protección que, en su máxima
expresión, es protección de la vida, esto es, garantía de supervivencia.
Existen experiencias diversas que relacionan la atención consciente, esto es, la
actividad consciente con el dolor físico y mental, entiéndase, tensión, ansiedad,
116
estrés. Veremos en qué forma tiene lugar esa relación y cómo esa relación es
un argumento científico nada desdeñable para explicar nuestra tesis.
Las vías anatómicas neuronales del dolor son, esencialmente, las mismas en
humanos que en caracoles y moluscos lo que nos viene a decir que el mundo
del dolor y las emociones es tan antiguo como la existencia y cumplieron,
siempre, una función de garantes de la supervivencia. Esta razón de analogía
anatómica, animal inferior-humano, es aplicable, también, como razón de
analogía fisiológica o funcional. Se sabe, desde hace mucho tiempo, que
determinadas regiones anatómicas del encéfalo responden a la estimulación
provocando dolor y otras regiones provocando anestesia al dolor. Con
posterioridad, se descubrieron unos neurotransmisores que fueron bautizados
con el nombre de endorfinas por similitud en estructura molecular con la
morfina. Un paso posterior en las investigaciones supuso el verificar,
experimentalmente, que la sola tensión psicológica era capaz de provocar la
liberación de las endorfinas. Mucho tiempo antes de que se conocieran las
endorfinas, se sabía que ante una situación de estrés se produce una
respuesta hormonal caracterizada por la liberación a la sangre de una
hormona, la ACTH (adrenocorticotropina), produciéndose el origen de la
respuesta a nivel del hipotálamo. Sabemos hoy, por consiguiente, que en
respuesta a una situación de estrés se libera ACTH y endorfinas, y que tales
respuestas se originan en un territorio anatómico que es, también,
depositario de las reacciones emocionales.
Una serie de trabajos experimentales (trabajos de Buchsbaum) aportó pruebas
de que las endorfinas tenían relación con la atención consciente y el dolor,
y esta relación consistía en que las endorfinas calman el dolor y disminuyen
la atención selectiva consciente, facilitando el efecto analgésico. Obsérvese
que las substancias del tipo de la morfina, también llamadas, opiáceos tienen,
además de su efecto analgésico, un efecto euforizante lo que se conoce,
vulgarmente, como "sensación de estar colocado". La ACTH tiene un efecto
contrario a las endorfinas. Ambas sustancias, las endorfinas y la ACTH, derivan
de la misma molécula química. Hoy sabemos que las cosas pasan de forma
que ante una situación de estrés, primero en los primeros treinta segundos,
predomina la ACTH, como respuesta inmediata de adaptación, después al
cabo de unos dos minutos, tiene lugar la actuación de las endorfinas, como
respuesta diferida. Esta secuencia temporal de acciones parece tener una
finalidad vitalista, de garantizar la supervivencia, porque, de inmediato, interesa
una respuesta de máxima atención y sensibilidad dolorosa para facilitar una
alerta máxima, pero, posteriormente, de no resolverse inmediatamente la
situación, interesa que la sensibilidad dolorosa sea mitigada, a lo que
contribuye la atención selectiva reducida, para poder tomar decisiones que nos
permitan salir del atolladero y no quedar bloqueados por el sufrimiento o dolor.
Se trata de que nuestra atención no esté focalizada, exclusivamente, sobre el
dolor para poder prestar atención al contexto experiencial a fin de poder
encontrar una salida airosa y poder sobrevivir.
La conclusión importante es que el dolor y la atención consciente comparten
neurotransmisores, estructuras anatómicas y procesamiento de la
información. Y, por otra parte, que el sufrimiento mental bloquea la
cognición o atención consciente.
Existe una experiencia que consideramos interesante para demostrar el papel
del inconsciente en las conductas o comportamientos a partir de lo que,
117
científicamente, se ha llegado a saber del procesamiento de la información.
El hipocampo, circunvolución del lóbulo temporal, estructura anatómica en
relación con el inconsciente y los instintos y emociones, funciona de forma que
registra o memoriza la información sensitiva o/y sensorial que está entrando, en
cada momento, pero sólo procesa conscientemente la que resulta ser útil para
el momento. Pero, lo más importante para nuestra tesis, es que, de ser
necesaria esa información filtrada, registrada o memorizada pero no
concienciada, dicha información es activada, puesta en estado de conciencia.
Esto es como afirmar la cognición inconsciente y la capacidad de operación
mental inconsciente. Este es el paso previo y primero para llegar a la
posibilidad de los comportamientos enmascaradores inconscientes. En la
misma línea argumental, representantes de la psicología cognitiva, como
Donald Norman (ver bibliografía), aceptan que el inconsciente ejecuta lo que
el consciente decide y quiere, pero- lo más importante para nuestra tesis -,
además, puede ejecutar actos intencionados sin pasar por la conciencia.
Esta afirmación es de máxima relevancia para aceptar, científicamente, que los
comportamientos enmascaradores son posibles sobre bases racionales.
Por fin, decimos que la prueba, última, de que las conductas enmascaradoras
existen, por las razones aducidas, es que la intervención, con base en estos
supuestos, consigue desactivar tales comportamientos y ello es susceptible de
ser observado y verificado.
BIBLIOGRAFIA
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Zeig JK. Ericksonian Methods. The essence of the story. New York, Brunel
Mazel, 1994.
III PARTE
Ivan es un chico de 11 años. Padece crisis reiteradas de asma que cada vez son más graves.
Cuando padece una crisis tan grave que debe de ser atendido en la UCI pediátrica estando al
borde de la muerte, el médico (1) que le atiende aconseja a los padres que acepten nuestra
intervención.
Nos explica la situación; la problemática familiar es muy compleja. Los padres de Ivan tienen
un bar y casi nunca están con sus hijos (Ivan de 11 años y una hermana de 4 años) (3). Ivan
presenta ataques reiterados de asma desde los cuatro años de edad pero desde hace unos dos
años (4) se ha agudizado la problemática de una manera alarmante.
Ivan pasa mucho tiempo con los abuelos paternos; según el padre, la relación del chico con sus
abuelos es buena pero él considera que le consienten (5) y miman demasiado.
Notamos que el padre de Ivan está muy angustiado; de sus palabras y de su lenguaje corporal
(6) se desprende un fuerte sentimiento de culpabilidad por la enfermedad de su hijo. Se queja de
que su hijo no “entiende las cosas” y que siempre necesita hacer lo que él quiere y en aquel
momento. Han probado muchas terapias alternativas (7) pero sin resultado satisfactorio.
Le pido que explique qué pasa durante un día normal (8); dice que a las 7,30 de la mañana
despiertan a los niños, los padres se van a trabajar y quedan al cuidado de una canguro; ésta los
123
acompaña a la escuela, los recoge a la una del mediodía y los acompaña al bar de los padres
donde comen A las tres los lleva otra vez a la escuela. A las cinco Ivan va a casa de sus abuelos
hasta por la noche que lo recoge la canguro. Su hermana se queda toda la tarde al cuidado de la
canguro. Ivan cuando llega a casa cena y se va a dormir. Cuando llegan los padres, la canguro se
marcha y los niños hace ya rato que están durmiendo.
Quedamos que hablaremos con Ivan y con la madre.
Entrevista Ivan:
Ivan está ingresado en la planta; voy a su habitación y le pregunto si me da permiso (9) para que
hable un poco con él; me dice que sí y nos acomodamos en una salita ubicada en la misma
planta. Lo veo un chico despierto con el que es fácil entablar conversación.
Me dice que se lo ha pasado muy mal en el hospital pues la enfermedad lo ha afectado mucho;
me dice que creía que iba a morir pues se ahogaba y tenía la sensación de que no podía respirar.
Me cuenta que esta enfermedad ha afectado bastante su vida en general; pone como ejemplo que
nunca ha podido ir de colonias con la escuela para no estar demasiado lejos del hospital; añade
también que además moja la cama (10) y que esto también es un inconveniente. Dice que ahora,
mientras está ingresado, no se hace pipí en la cama porque lo despiertan. Dice que el problema
del asma le empezó cuando tenia 4 o 5 años pero que se ha ido agravando mucho.
Me explica lo que hace cada día y coincide con la descripción que hizo el padre, excepto en que
(11) dice que lo despierta la canguro y que ésta duerme con él y con su hermana (en la misma
habitación) desde el domingo por la noche hasta el viernes. Sigue contando que el viernes por la
tarde la canguro se va a pasar el fin de semana con sus padres junto con la hermana de Ivan.
Ivan pasa el fin de semana con sus abuelos y sus tíos. Enseguida dice que con sus abuelos tiene
una relación muy buena; añade que aunque su padre diga siempre que su abuela lo mima
demasiado él cree que no es así; dice que lo que pasa es que su abuela “lo quiere de verdad”.
Después añade con un tono un poco receloso que no ve nunca a sus padres si no va a comer al
bar; se ve que el médico se lo ha prohibido por sus problemas respiratorios. En tono muy triste
dice que sus padres siempre le están diciendo (12) que él ya es mayor y que ya no les necesita;
él, con mucha melancolía, dice que si que los necesita y mucho... se pone a llorar... le pongo la
mano en la rodilla... él repite: “los necesito y ellos no están nunca a mi lado”. Le digo (13) que
comprendo muy bien sus sentimientos y que es muy triste no tener a nadie a quien contar las
cosas. Se calma un poquito y dice que él explica todas sus cosas a su perro ”Chispa”; cuando
habla del perro se relaja un poco, le gusta recordarlo. Ivan sigue contando: “mi perro es el único
que me escucha”.
Su relación con la canguro es muy mala; me dice que siempre está diciendo mentiras (14) y que
esto le molesta mucho.
Le pedimos cómo ve a su padre (15) y dice que tiene un carácter violento y que es muy
agresivo; lo dice porque muy a menudo grita muy fuerte tanto a ellos como a su madre; ante la
pregunta de qué hace tu madre (16) cuando pasa esto, él dice que ella no contesta pero que ya no
pueden hacer nada hasta que pasa el enfado a su padre.
Quedamos con Ivan que hablaré con su madre y que después, si él quiere, volveré a hablar con
él. Accede sin reservas (17).
Entrevista madre:
Observo que cuando llega la madre al hospital tiene una actitud fría y distante con Ivan. Ivan
responde haciendo comportamientos para llamar la atención de la madre (18).
Pasamos a la consulta y me dice, sin que le diga nada, que su vida ha sido muy complicada.
Explica que se casó a los 16 años con su primer marido del que se separó cuando ella tenía 19
años. Después empezó a convivir con su actual pareja y al año siguiente nació Ivan. Reconoce
que Ivan no ha tenido nunca una estabilidad familiar y que siempre va de aquí para allá “como
si fuera un bulto” (19). Durante el primer año de vida de Ivan, ella estuvo en casa cuidándolo.
Después empezó a trabajar como cocinera en una escuela y la abuela paterna se hizo cargo del
cuidado de Ivan. Cuando nació la niña, ella también dejó de trabajar; cuando ésta tenia un año
124
encontró un trabajo en una cafetería. Dice que la abuela no ha querido nunca hacerse cargo de la
niña y que la ha rechazado (20) desde que nació. Es por eso que en casa hay una canguro y que
también tienen que llevarse a la niña los fines de semana pues los abuelos continúan queriendo
sólo a Ivan. Esta actitud de los abuelos no sabe a qué atribuirla.
Continua diciendo que es muy consciente que la relación de pareja es muy mala; se pelean muy
a menudo; define a su pareja como un hombre muy violento y reconoce que la ha pegado en
diversas ocasiones. Mientras va contando esto su actitud expresa rencor y rabia. Con la misma
actitud dice que Ivan le recuerda mucho a su padre y dice que el niño tiene el mismo carácter.
Manifiesta rechazo hacia su hijo. Intentamos comprender y aceptar este sentimiento
verbalizando sus sentimientos. Empieza a llorar... (21) dice que Ivan es y será tan desagradable
y violento como su padre.
Cuando sale de la entrevista se dirige hacia la calle sin ir a despedirse de Ivan que está en su
habitación. Éste, se ve que la estaba esperando en el pasillo. Cuando ve que su madre no tenía la
intención de ir a verle (hacía más de 24 horas que no estaba con él) la llama llorando y
gritándole: “¡quédate un rato conmigo, mamá!”. La madre duda; me mira... no sabe qué hacer.
Ivan llora y grita aún más y se retira hacia su habitación. Yo lo acompaño y la madre nos sigue.
Cuando llegamos a la habitación observo (22) que madre e hijo “no saben estar juntos”. La
madre le explica a Ivan que tiene que ir al bar. Se va. Ivan llora que llorarás. Lo abrazo. Me
agarra fuerte como si buscara el cariño que su madre le había negado. Al cabo de un rato, Ivan
se tranquiliza y le propongo hacer algunos dibujos para alegrar las paredes de nuestra consulta.
Parece que se pone contento. Le llevo folios, colores y rotuladores a su habitación. Me despido
de él hasta el día siguiente; se queda tranquilo, dibujando y “sintiéndose útil” (23).
El padre de Ivan acuda al hospital cada noche para dormir al lado de su hijo. Llega a eso de las
doce o la una de la madrugada y se queda hasta las nueve o las diez de la mañana. Las
enfermeras lo “temen” por su carácter agresivo y violento (24). Cuando alguna cosa, por más
insignificante que pudiera parecer al personal sanitario, no era del gusto del padre, levantaba la
voz discutiendo violentamente con quién fuera.
Entrevista padre:
Me dice que la madre le ha contado nuestra conversación. Al principio, parece como si quisiera
“disfrazar” la mala relación de pareja; después, se distiende un poco y manifiesta no “entender a
su esposa”; añade que no lleva bien las cuentas del bar y que no sabe (25) marcar normas a los
clientes por lo que éstos “abusan de ella”. Le pido si me puede explicar qué quiere decir para
que lo entienda bien; me dice que, por ejemplo, cuando se hace amiga de un cliente, al poco
tiempo ya lo deja pasar detrás de la barra del bar para que se sirva él mismo. El padre considera
que esto es improcedente pues el cliente es el cliente y no hay que darles excesiva confianza.
Cuando se lo dice a su mujer, se discuten y ella no lo acepta y vuelve a pasar lo mismo. Se
queda en silencio,... baja los ojos como si mirara en su interior y añade: “Yo la quiero pero no sé
como llevar esta situación; hablamos a menudo, discutimos y no podemos arreglar nada.
Empezamos hablando de la separación porque así no se puede vivir pero mi mujer siempre dice
que no (26) porque los hijos se traumatizarían, nos calmamos y procuramos pactar alguna
solución para arreglarlo; nos quedamos más tranquilos. Al día siguiente ya todo vuelve a ser
igual y de nada ha servido la solución”.
Después añade que tienen muchos problemas económicos y que por eso deben de trabajar tantas
horas. Dice que va muy cansado, que duerme poco, que trabaja todo el día y que vive amargado
con su mujer... En estos momentos ha pasado a demostrar tristeza... Añade que en muchas
ocasiones “bebe demasiado”, que es consciente de ello pero que le sirve para “evadirse de la
vida de perros” que lleva. Voy aceptando incondicionalmente (27) todo lo que me explica, él se
siente comprendido y así lo manifiesta: “Me parece que es la primera persona que me ha
escuchado y que me ha comprendido; ¿me puedes ayudar?”. Le respondo que sí y quedamos
que periódicamente me irá explicando como van las cosas.
Entrevista Ivan:
125
Se nota un poco más animado y nos trae unos cuentos dibujos que ha hecho para las paredes de
la consulta. Se lo agradecemos; está satisfecho (28).
Hablo con él de la situación familiar. Enseguida dice que “sus padres no le prestan atención”
(29). Según él, confía tanto en el padre como en la madre. Dice que hecha en falta a sus amigos
y a su perro.
El resto de la sesión la dedicamos a pasar el K-ABC para la exploración cognitiva.
Entrevista padre:
Me dice que ha hablado con su mujer y que se han propuesto cambiar las cosas. Dice que
ninguno de los dos quiere la separación. Él dice que quiere mucho a su mujer y que ella a él
también; por tanto, la separación no la ven necesaria. Voy aceptando todo lo que dice y
repitiendo verbalmente sus formulaciones. Se le nota tranquilo. Continua hablando de lo mucho
que se quieren hasta que calla... espera que yo intervenga pero respeto el silencio... (30) añade
que de hecho “tienen miedo”. Reconoce que su carácter es muy violento... se queda en
silencio... pensativo... continua diciendo que, de hecho, nunca hacen el amor; que, en todo caso,
él se lo pide a ella y si ésta accede, él está seguro que sólo lo hace por “obligación”. Está
convencido que ella no “siente” nada. Calla... silencio... Al cabo de unos segundos explica
anécdotas del bar; repite una y otra vez que se siente muy solo y atrapado y que así no puede
continuar viviendo... se emociona (31) y empieza a llorar... Dejo que se tranquilice y le pregunto
cómo le podemos ayudar. Me pide que sólo quiere que puedan venir a explicarme como van las
cosas; que hoy Ivan se irá de alta pero no quiere que esto suponga que ya no podamos hablar
más. Le digo que estamos a su disposición y quedamos que nos veremos el miércoles a las 10 de
la mañana; dice que vendrá él y Ivan. Cuando se va parece más tranquilo. Intuimos que él es
consciente del problema de pareja pero que está tan afectado y preocupado que, de momento, no
puede afrontarlo.
Entrevista Ivan:
Es el primer miércoles que Ivan viene a la consulta externa después de darle el alta. Me dice que
está mejor; enseguida habla de su estancia en el hospital. Explica las visitas de sus padres con
ironía y crítica hacia ellos; les recrimina que estén tan poco tiempo con él. Le digo que lo
comprendo muy bien porque a mí también me pasó cuando era pequeña (32). Me mira
sorprendido. Continúo el relato diciéndole que mis padres trabajaban en un supermercado y eran
los responsables de la carnicería. Mi hermano y yo pasábamos largas horas solos en casa
esperando que regresaran; la mayoría de los días transcurrían sin que viéramos a nuestros
padres. Está escuchando muy atentamente, plenamente identificado con la situación. Después le
digo que yo llegué a creer que mis padres no me querían. Asiente con la cabeza (como
afirmando que cree lo mismo). Después le digo que cuando me hice mayor mis padres nunca me
dejaron sola; siempre los tuve a mi lado pasara lo que pasara. Entonces comprendí que me
querían mucho y que yo iba bien equivocada. Llegué a la conclusión de que lo que pasaba era
que mis padres no sabían demostrarme cómo me querían. Se queda pensativo... silencio... dice:
“Pues a mí a lo mejor también me quieren y no me lo demuestran” (33). Le digo también que lo
que pasa muchas veces es que las personas mayores tienen problemas; le explico que es como si
(34) sus padres “estuvieran atrapados en una red sin saber cómo salir”. Lo entiende. Reconoce
que (35) él ya sabía que sus padres tenían problemas, lo había visto y cree que ahora no van a
solucionarlos si no se separan. Silencio...
Ellos no me explican nada pero yo lo veo y entiendo todo; supongo que piensan que así no me
preocupan... Añade: “claro, claro”.
Acabamos de pasar el test K-ABC; su atención y concentración a la hora de realizar los
ejercicios son muy buenas. Observo que puede tener problemas de vista; me dice que es verdad
que no ve bien; hace tiempo que pide a sus padres que le lleven al oculista. Le pedimos una
interconsulta al oculista del hospital.
Me pide si puede volver el próximo miércoles y así quedamos.
126
Entrevista Ivan:
Cuando llegan por el pasillo (36) va peleándose con su padre. Éste le dice que no hace nada
bien.
Ivan dice que está en casa de la abuela. Dice que el lunes empezó a ir a la escuela; dice que no
le gusta.
Los resultados del K-ABC nos indican un dominio del procesamiento simultáneo sobre el
secuencial. Le pido cómo lo hace para estudiar. Me dice que lo lee todo una y otra vez pero que
por más que lo lea no se acuerda a la hora de contestar las preguntas. Le escribo un texto que
describe la composición de la Tierra. Después le digo que cuando lo haya “entendido” que lo
“visualice” (esquema, dibujo,...) como él quiera. Lo hace “en su mente”. Cuando me dice que ha
acabado, retiro el texto y le formulo algunas preguntas; las contesta todas seguro, sin dudar y
correctamente. Sin necesidad de ningún comentario por mi parte, sonríe, parece desconcertado
pero muy contento: “¡Hala, mira que fácil!” (37).
Después le digo que vamos a ver si sabe lo que él quiere. Sonríe... silencio... Parece como si de
repente se hubiera dado cuenta que le parecía saberlo pero que no lo sabe. Le dibujo en un papel
un pequeño mueble que sólo consta de tres cajones (38). En el primero, es dónde guardamos las
cosas que se refieren al “he de...” o “has de...”; por ejemplo: “he de hacer los deberes, has de
estudiar; has de entender las cosas; has de ser obediente; debes comportarte como un niño
mayor... Se nota que Ivan va identificándose con cada una de las afirmaciones. Pasamos al
segundo cajón y le decimos que es dónde guardamos las cosas que hacen referencia al “quiero”;
por ejemplo: quiero estar con “Chispa”, quiero estar con mis padres... Y por último, en el tercer
cajón se ubican las cosas que “me gustan”: “me gusta el chocolate, me gusta ir al cine, me gusta
ir al bar... Cuando vemos que se ha identificado plenamente con cada uno de los cajones, le
pedimos cuál es el que “tiene más lleno. Ivan, sin pensarlo, dice: “El del “he de...” está tan lleno
que está desordenado y ni se puede cerrar". Sonríe; añade: "en cambio, los demás están casi
vacíos". Le explico que puede pasar cosas del primero al segundo preguntándose si las quiere o
no y “decidiéndolo”. Le pregunto si “quiere ser gandul, inútil, desagradable...” (Eran los
calificativos que yo había oído de su padre antes de entrar a la consulta). Me dice que no y que
de ninguna manera. Le explico un cuento (39) de un chico que no sabía qué hacer ni a dónde ir;
empezó a beber y a beber... a andar y andar... hasta que se encontró en medio del desierto. Allí,
cansado se tumbó en la arena y en eso que se le apareció un mago. El chico le pidió más bebida
porque se le había acabado. El mago le dijo que regresaría al cabo de tres días y le daría tanta
cerveza como quisiera si sabía decirle a dónde iba y qué quería ser. Al cabo de tres días el
chico le dice al mago que quiere regresar a su casa y que quiere ser feliz. El mago le da las
botellas de cerveza y coñac; el chico se da cuenta que ahora ya no las quiere. Se las da al mago
y le agradece lo mucho que ha hecho por él. Vuelve a casa, estudia lo que quiere, trabaja porque
quiere y empieza a saber lo que es ser feliz. Ivan ha escuchado el relato muy atento. Cuando
acabo dice: “¡ claro!”. Ha cambiado la expresión de su cara.
Cuando ya se iba, vuelve a sentarse y me dice que su padre le quiere quitar el perro; quiere
regarlo porque no lo pueden cuidar. Me dice: “yo pensaba que mi padre tenía razón y que yo
debía darlo; ahora pienso que no quiero regalar mi perro. Me pregunta si le puedo ayudar y le
digo que esto que acaba de decirme a mí que se lo diga a su padre (40).
Cuando Ivan sale de la consulta, el padre me dice si tengo un momento. Entra. Está nervioso.
Me dice que Ivan llama tanto la atención que “lo tiene negro”. Hablamos de cantidad y calidad
de la atención. Le pregunto qué perdería Ivan si no tuviera este comportamiento. Calla, piensa...
dice que no sabe. Acepto y respeto el silencio... se rasca la cabeza, sonríe un poco
maliciosamente y dice ”Si le grito, estoy por él, ¿es eso?” Dice: ¡Claro! (41). Le sugiero que
encuentre tan sólo un cuarto de hora por la noche para ir a su casa, ver a Ivan, preguntarle como
le ha ido en la escuela y, si le sobran un par de minutitos, jugar un poquito con él; ahora bien, es
mejor que Ivan sepa con antelación que su padre irá a verlo a una hora determinada (después de
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cenar, antes de dormir, etc.). Asiente con la cabeza, dice que lo entiende y que lo hará; no
expresa reserva (42) ni objeción alguna. Añado: ”Puedes estar seguro de que haces todo lo que
puedes por Ivan, ahora sólo falta que tú te lo creas; por las circunstancias que sean tú no puedes
estar más con él, pero es porque no puedes, no porque no quieras. Si tu estás convencido de
ello, Ivan lo va a aceptar” (43). Sonríe,... calla... Dice que es verdad y reconoce que él no lo
tenía claro. Dice que se sentía culpable de no estar con Ivan... Dice: “¡Claro, no puedo hacer
otra cosa, pero yo si quiero!. Antes de salir le pregunto por el perro; me dice que ahora está todo
el día sólo en casa y que se va a morir. Le pregunto si puede ponerse en el lugar de Ivan; sonríe
como desconcertado pero dice que si, entonces le pregunto: “¿Qué preferiría Ivan (44), que el
perro se muriera o que tú se lo quitaras?”. Sin dudarlo dice que seguramente que se muriera.
Ríe... Dice: “Bueno, voy a continuar dejando el perro en casa y si acaso mi mujer ya nos echará
a los dos, al perro y a mí”. Lo dice totalmente distendido, riéndose... Sale de la consulta, Ivan lo
ve tan alegre que queda sorprendido. El padre le pone la mano (45) por detrás de la espalda; es
la primera vez que veo que lo hace. La enfermera de la planta comenta: “Vaya, no parece el
mismo padre. Se ha esperado, sale riéndose y no ha armado su peculiar numerito”.
Entrevista madre:
Me dice que la situación continua muy mal. Me explica que es consciente de que “rechaza” a
Ivan porque (46) es igual que su padre, tiene su mismo carácter.
Dice que todo sigue igual y que su marido cada día está más deprimido; incluso le ha dicho que
quiere suicidarse. Continúa diciendo que hablan y hablan, pero no arreglan nada (47);
manifiesta que cada vez es más consciente de que quieren evitar “lo inevitable”. Dice que ella
no quiere la separación (48) porque causaría mucho daño a su marido y a sus hijos... silencio...
Le pregunto que qué quiere decir con (49) hacerles daño... No sabe cómo expresarlo... silencio...
después dice que a lo mejor es que no “lo quiere afrontar”, manifiesta que de hecho le “da
mucho miedo”. Me dice que ella quiere vivir de otra manera y que no quiere continuar así. Le
pregunto de qué le parece que depende que haya un cambio. Se lo piensa poco, enseguida
contesta: “de mi misma, sí, sólo, de mi misma...” (50). Después me pide si la podré ayudar; le
contesto: “en lo que esté en mi mano”. Sonríe, se la nota más relajada (51). Levanta la cabeza
como si trazara un plan en su pensamiento. Sonríe, se levanta y dice que me llamará cuando se
haya decidido del todo; dice que aquel día, incluso cerrarán el bar para que puedan venir ambos
padres a hablar con nosotros.
Entrevista padre:
Está muy nervioso y angustiado. Empieza a explicarme como ve la situación; insinúa que lo
mejor sería pactar la separación pero que él no la acepta. Se calla y me mira como si esperara
que yo le diera la solución. Respeto su silencio, asiento con la cabeza, transmitiéndole
comprensión... empieza a llorar... (52) silencio... le pongo la mano en la rodilla... deja de llorar y
me explica sus “intentos de suicidio” (53). Por su lenguaje verbal y gestual intuimos que más
que intentos de suicido pueden ser intentos de llamar la atención de su esposa pero no se lo
decimos; aceptamos sus intentos de suicidio. Después empieza a explicar su infancia; explica
que su padre le pegaba mucho, le insultaba, es decir, lo maltrataba. Le decimos que (54) cuando
nos sentimos maltratados nos sentimos muy mal... vuelve a llorar... dice que es “una mierda y
que todo le sale mal”. Le pido que sólo me diga una cosa de la que esté orgulloso... (55) calla...
dice que nada... inmediatamente dice: “Ivan y la pequeña, bueno, de hecho yo sólo he tenido dos
negocios que han funcionado muy bien... mi padre me decía que sería una ruina y que nunca
tendría un negocio propio... sí, me siento orgulloso de haber tenido dos negocios que
funcionaron bien... primero una empresa de transporte, iba bien, pero pensé que ganaría más con
el bar y me vendí el camión. Empecé el bar desde cero y lo he sacado adelante con esfuerzo y
voluntad y echando más horas que un reloj”... Ahora sonríe tímidamente... le devuelvo la
sonrisa y le digo que así pues él es inteligente, es trabajador, es emprendedor... (56) Dice:
“inteligente ¿Tú crees que soy inteligente? Fíjate yo no tengo estudios”... Le sonrío y le digo
que los catalanes decimos un refrán que es: “hi ha més burros amb lletra que sense”... Él mismo
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se lo traduce, "hay más letrados burros que no letrados", y pregunta si lo considero inteligente
por trabajar. Le pregunto (57) si para él sería más inteligente un arquitecto pidiendo limosna o
un pobre trabajando en un andamio... se ríe... se ha relajado mucho... Dice: ¡Cómo me gusta
hablar contigo!”. Nos reímos los dos. Después, le digo que él me inspira mucha confianza y que
voy a contarle algo que es muy delicado (58). Me dice que esté bien segura que será una tumba
y que no lo dirá a nadie. Le digo que tengo la impresión de que la relación entre Ivan y su madre
no es del todo satisfactoria ni para el niño ni para la madre... Se queda como confuso y
pensativo... Continuo diciéndole que Ivan lo necesita mucho a él y que sospecho que el niño no
“se siente querido” por su madre... Niega con la cabeza pero, enseguida, duda... “Ah, pues a lo
mejor tienes razón. Claro, por eso mima más a la niña. Sí, como Ivan se lleva tan bien con los
abuelos, ella lo desprecia un poco, es decir, no es que le haga daño, pero no lo trata como a su
hermana”... Calla, piensa como si intentara recordar anécdotas y situaciones. cuenta algunas...
Después le pregunto qué cree que puede hacer él (59) y sin pensarlo dice: “pues ser más amigo
de Ivan que nunca... podría pasear con él y el perro... acompañarlo a la escuela... llevarlo al cine,
a las ferias... Claro, lo he dejado demasiado y su madre también”. Le digo que Ivan tiene un
gran padre, que ni él mismo lo sabe y que cuando lo conozca va ser otra persona. El padre
sonríe, se le nota satisfecho, tranquilo... se levanta de la silla y se dirige hacia la puerta... me
pone la mano en el brazo y “apretando fuerte” me da las gracias. Le devuelvo “la caricia” y le
digo “gracias a ti”. Me dice que volverá la próxima semana y entra Ivan.
Entrevista Ivan:
Está más tranquilo. Enseguida me dice que su padre le ha dicho que Chispa se queda en casa
(60). Explica que la canguro se ha enfadado mucho y que se irá el viernes. Dice que él está
contento de que ella se vaya, no la puede ver, no la soporta... le escuchamos y no decimos
nada... Continúa diciendo que siempre está engañando a sus padres y los pone en contra de él.
Le pregunto (61) si piensa que se lo puede explicar a su padre y dice que no, que su padre no le
escucha. Le digo que bien que le ha escuchado con el tema del perro. Se queda callado... dice, es
verdad... Le explico un cuento (62) de una ardilla que no era feliz porque creía que sus padres
no la querían. Ella les llamaba la atención constantemente para que le hicieran caso. Sus padres
la castigaban, la reñían y ella se sentía mal. Un día su abuelo le dijo que si quería que su padre
la quisiera que probara de comportarse como su “amiga”... Ella, vio que su padre estaba triste y
le pregunto qué le pasaba y si lo podía ayudar... su padre se quedó atónito y, agradecido, le dio
un beso... ¡Vaya! ¡Era el primer beso que le daba!. Desde aquel día la ardilla decidió dejar de
comportarse como un chico pequeño y estúpido y pasar a ser como ella quería ser: responsable,
cariñosa, atenta y dar mucho más que recibir. Ivan se queda pensativo... Sonríe, se levanta de
la silla y damos por terminada la sesión.
Entrevista padre:
Aunque está nervioso, parece como más reflexivo. Enseguida me dice que ha reflexionado
mucho después de nuestra anterior entrevista. Me dice que ahora sabe lo qué quiere y hacia
dónde quiere ir. Dice que la separación es la única salida posible si su mujer también lo quiere.
Dice que a él le sabría muy mal, que lloraría mucho, que seguramente se deprimiría, pero que lo
aceptaría... Reconoce que así no se puede ni quiere seguir viviendo. Me explica (63) conductas
de su esposa, las critica, dice que no pueden entenderse.
Después dice que está muy contento de Ivan pues lo ve muy cambiado; dice que se porta mucho
mejor y que se comporta como “si fuera mayor”. Dice su madre no lo trata bien (64) pero que
Ivan parece más seguro de si mismo. Me dice que él y Ivan han ido a cenar a un restaurante
chino y que mañana, cerrará el bar y se irán los dos a una feria. Lo dice mostrando mucha
satisfacción.
Entrevista Ivan:
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Tanto la enfermera como el médico confirman una gran mejora en el asma de Ivan. Su aspecto
también ha mejorado. Él dice (65) que está bien, que está muy contento porque su padre ha
estado mucho más con él y que lo tienen en cuenta. Relata todo lo que han hecho los dos juntos.
Después explica que la canguro se fue de casa y que ahora los cuida una prima suya con la que
se lleva mucho mejor. A continuación se queja de que se hermana por las noches no lo deja
dormir ya que se mueve mucho en la cama y habla en voz alta. Le insinúo que a lo mejor le
gustaría dormir sólo. Dice que no hay espacio. Le pregunto por las habitaciones que tiene su
piso y me dice que cuatro. Una para los padres, otra en la que duermen él, su hermana y la
canguro, en las dos restantes hay “trastos”. Le pregunto si en una de las que hay trastos sería
posible arreglarla para que hubiera una cama y llevar los trastos a la otra habitación. Se lo
piensa, dice que sí pero tímidamente. Después añade que “tendría mucho miedo (66) de dormir
sólo porque por la noche se oyen muchos ruidos”. Asiento con la cabeza y le explico un cuento
de una niña que tenía mucho, pero mucho, miedo a todo. Se acurrucaba en su cama para no oír
los ruidos pero aún así, tenía miedo. Un día se lo explicó a su abuela, ésta le dijo que a ella
también le había pasado ya que un día se levantó por la noche para ir a ver qué era cada ruido;
así se dio cuenta que uno provenía del agua, otro de la calefacción,... es decir, que cada ruido
tenía un dueño: ella lo vio claro cuando pensó: “ah, claro si las persona hablamos también
hacemos ruido; así pues, ¿porque no han de hacer ruido las cosas?”. Y aquella noche, la niña se
levantó al oír el primer ruido y comprobó que se trataba de la nevera de la cocina; y así fue
comprobando ruido tras ruido... Al final pudo dormir y como ya conocía todos los ruidos no les
tenía miedo... Ivan ha escuchado muy atento... sonríe... Le pregunto por la escuela (67), me dice
que ningún problema, que le va mucho mejor.
Se levanta de la silla y me dice que hoy su padre no ha podido venir, que lo espera su abuelo. Al
abrir la puerta, la vuelve a cerrar y me dice que en la otra habitación que hay en casa podrían
dormir la canguro y su hermana ya que hay literas y él podría quedarse con la habitación actual
ya que es “su” habitación. Le sonrío y acepto con la cabeza (68).
Entrevista padre:
Entra Ivan y sale su padre. Está muy tranquilo. Dice: “Hoy, no me preocupa ni la familia, ni la
canguro, ni mi padre... pero me preocupa la actitud de una maestra”. Explica que la maestra le
“tiene manía” (73). Dice que la maestra no se cree sus explicaciones, que cuando él le dice algo
ella le dice que no puede ser y lo castiga. Cuenta que a los otros compañeros les pasa lo mismo.
Le pregunto si es su tutora y dice que no; dice que su tutor es un señor muy bueno. Le sugiero la
posibilidad de contar su problema al tutor, además si también afecta a los otros niños puede
tratarse de un problema de la clase y esto incumbe al tutor. Se lo piensa y dice: “Si, puede ser
una buena solución.” Le digo; “Como tu quieras”. Ivan continua pensando y dice que ya verá lo
que hace. Le pregunto (74) si él podría echar la pared al suelo mediante golpes de cabeza.
Sonríe... dice que no, que se caería su cabeza... ríe... Y si llueve y a ti no te gusta puedes mirar al
cielo y pedir que no llueva más, pero, ¿Qué va a pasar?. Ivan vuelve a sonreír y muy seguro
130
dice. “Que va a llover diga lo que yo diga”. Claro, le decimos, “esto no lo puedes controlar, pero
hay una cosa que si podrás controlar"... no dice nada. Y continuamos... "pues, mojarte o no
mojarte, coger un paraguas o no”. Ivan sonríe y asiente con la cabeza.
Quedamos que nos veremos dentro de quince días.
Entrevista madre:
Su aspecto es bueno; su lenguaje corporal no transmite tanta ansiedad como el padre. Reconoce,
sin ninguna insinuación de nuestra parte, que su marido ha cambiado y añade que “ella no lo
puede querer”. Aceptamos este sentimiento y ella continúa (75): “de todos modos me da miedo
la separación tanto por la reacción de mi marido como de los hijos”. Ella dice que si su marido
no la “atosigara” le gustaría mantener esta situación. Le pedimos que aclare (76) un poco lo que
ha querido decir para que la pueda entender mejor. Dice que lo que ella querría sería que su
marido continuara viviendo en casa y los dos llevando el bar pero que tanto ella como él pudiera
hacer vidas independientes y, sobretodo, dormir cada uno en una habitación distinta. Le
pregunto (77) si esto es también lo que quiere su marido y dice que seguramente no. Vaya, que
sabe seguro que él no lo va a tolerar... vuelve a manifestarse incapaz de querer a su marido... Le
digo si ella sabe lo que quiere de verdad... calla... piensa... silencio... Levanta la cabeza y dice
que no lo sabe. Le insinúo que a lo mejor una separación temporal (78) iría bien para los dos
pues les supondría distanciarse del problema. Dice que si, que tengo razón. Que ahora ella está
con agobiada que no puede pensar y que seguramente a su marido le pasa lo mismo.
Me dice que hablará con su marido y que ya me dirá si quiere volver para una entrevista.
El día que habíamos acordado para una entrevista con Ivan y el padre, no vienen ni el uno ni el
otro. Llama la madre y dice que su marido no ha venido porque “tiene miedo” de lo que le diré;
es decir, me dice que hablaron y ella le explicó (79) que durante nuestra entrevista me confesó
que no podía amarle. Parece que él mismo le ha dicho que le es muy difícil aceptar la realidad.
Me pide si el próximo viernes pueden venir los dos. Acepto y acordamos la hora.
El padre es el que toma la iniciativa de hablar. La madre calla. Nos hemos sentado en una mesa
circular y hay más distancia entre ellos dos que entre cualquiera de ellos y yo. El padre dice que
es consciente de que las cosas no van bien que no es necesario engañarse, pero que él quiere
“volverlo a intentar”. La madre interviene (80) después manifestando que está muy herida y que
está segura de que no quiere intentar “nada” pues no puede cambiar sus sentimientos. Le
reconoce al padre el esfuerzo que ha puesto en cambiar y le felicita por estar mejor, no ser
agresivo y no beber. Le continua diciendo que ella no le quiere, que tiene demasiados recuerdos
malos y que no se puede volver atrás y borrar el pasado como si no hubiera existido; insiste en
que ella no puede. Su tono es tranquilo. El padre, aunque angustiado, reacciona también
tranquilamente (81).
Están casi dos horas hablando ellos dos, sin apenas intervención verbal de nuestra parte. En
ningún momento alzan la voz; van intercambiando opiniones aunque con una tensión emocional
evidente.
Al final, ellos solos, sin nuestra intervención, acuerdan (82) que estarán dos meses separados;
pasados los dos meses, decidirán si cursan la separación definitiva o si rehacen la relación.
Me dicen que vendrán el próxima martes y que vendrá Ivan con ellos pues quiere hablar
conmigo.
Entrevista Ivan:
Se nota tranquilo y con buen aspecto. Lo acompaña el padre y han llegado una hora tarde
porque se han quedado dormidos. Se excusa tanto él como el padre. Dice que la relación con el
padre es cada vez mejor. Me cuenta que incluso con la canguro se lleva muy bien. Continua
131
contando que dentro de pocos días la canguro se irá y que él dormirá sólo y tendrá una
habitación para él.
Me dice que su padre ha hablado con él y le quería explicar que la separación (83) con su madre
es solo temporal. Ivan le dijo que tranquilo, que él no se le cree y que ya sabe que las cosas no
pueden continuar así. Dice que prefiere vivir tranquilo con los padres separados que con los
gritos y peleas que había en casa.
Al final dice que está contento porque mañana es fiesta y su padre cierra el bar.
Me dice que quiere venir la próxima semana.
Ha pasado un mes desde la última entrevista. Llama la madre y nos dice que Ivan no acudió el
día que habíamos fijado porque estaba enfermo. Nos dice que Ivan le ha pedido que llamara
porque necesita vernos.
Entrevista Ivan:
Está más abatido que en la anterior entrevista. Dice que además del resfriado que lleva encima
ha estado un poco triste. Explica que sus padres acordaron separarse durante dos meses pero que
han estado saliendo como si fueran novios. Su padre ha estado más por “salir” con su madre
(84) y pasárselo bien que con él. Dice que vive en casa de sus abuelos, que su padre lo va a ver
de vez en cuando pero que su madre ni va a verlo ni lo llama. Verbalizo sus sentimientos y le
pregunto si se siente cómo si fuera un “estorbo”... llora (85)... dice que si... Le digo si se acuerda
que sus padres están como atrapados... Él dice que si, que es verdad, es como si (86) estuvieran
dentro de una tela de araña y que si no vigilan va a venir la araña y se los va a comer... Sonríe,
está más tranquilo. Le pregunto si él puede hacer algo por sus padres... Dice que no. después
dice... a lo mejor si pero no sé qué. Le digo: ¿qué pasaría si (87) llegara la araña y tus padres
estuvieran entretenidos mirándote a ti porque les recuerdas que te dejan solo? Dice: “ellos no
verían la araña y les haría daño”. Después le decimos: “¿Y tu qué quieres?”. Quiero a mis
padres, sobretodo a mi madre”. Le sugerimos: “¿Pero quieres a tu padre dentro o fuera de la tela
de araña? Sin pensarlo y sonriente dice: “Fuera. ¡Ah, claro, tengo que esperar a que salga de
ella!”.
Después, como está muy resfriado el neuropediatra lo examina y le aumenta un poco la
medicación. Se va más tranquilo y nos dice que la próxima semana volverá.
Entrevista Ivan:
Lo acompaña su abuelo porque el padre está enfermo. El padre vive ahora con Ivan y los
abuelos. Ivan explica: “Mira, después de salir de aquí le pedí a mi padre que me llevara a comer
al restaurante chino. Accedió pero de mala gana. Cuando estábamos comiendo, vi que él estaba
triste. Le dije que si se había separado de la mamá, cómo era que aún vivía con ella en el piso; le
sugerí que viniera a vivir conmigo y con los abuelos. Él no quería y yo le dije que estaba dentro
de una gran tela de araña y que si no salía llegaría la araña y se lo comería vivo. Primero me
mandó callar pero cuando salíamos del restaurante me dijo que hablaría con los abuelos y a lo
mejor vendría a dormir allí. Al cabo de dos días mi padre vino ya a casa de los abuelos y ahora
dormimos en la misma habitación. El día que el padre vino a vivir conmigo fuimos otra vez al
restaurante chino. Estaba muy triste; yo procuré animarlo y le dije que entendía perfectamente
que se separara de mi madre, que esto era sólo una cosa de los dos; quería darle a entender que
no se preocupe por mí y que sólo se preocupe por él”. Sonríe y dice: “Para que no le pille la
araña...” Le devuelvo la sonrisa... él continua: “Ya sé (88) que continuaré teniendo padre y
madre, incluso, a lo mejor, los veo más pues no será habitual vivir juntos”.
Dice que vivir con los abuelos le gusta pero que le sabe mal que critiquen a su madre. Dice que
su abuela no “puede ver” a su madre; él no sabe por qué. Le pregunto si recuerda qué podemos
hacer cuando las cosas no nos gustan y no podemos controlarlas... Calla y piensa... Le digo (89):
“Mira, podrías ponerte en la espalda una mochila así de grande –gesto- y vas echando dentro
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todos los comentarios que notes que van a ponerte triste...” Dice: “¡Claro, así no van a ir dentro
de mi barriga ni en mi pecho, porque después me ahogo! ; ya sabes que estuve a punto de
morir...” Se le llenan los ojos de lágrimas... Dice: “No sabes cómo me asusta pensarlo; ahora
que estoy resfriado, pienso en aquellos momentos en que creía que me ahogaba... Claro que
ahora es diferente; ahora si tu y el Dr. Pérez me decís que me pondré bien yo sé que no me voy
a morir. Antes, el médico no me explicaba nada y mis padres sólo se preocupaban si yo estaba
enfermo”. Voy escuchando su relato con mi mano en su rodilla (90). Me pide que llamemos al
Dr. Pérez para que le diga cómo está. El doctor le practica una exploración y le va explicando
cómo lo encuentra. Le dice que siga con la medicación pero que está ya un poco mejor. Ivan se
pone contento y se va pidiendo regresar la próxima semana.
Entrevista Ivan:
Tiene buen aspecto. Cuando entra dice que está bien y que no le preocupa casi nada. Después se
sienta y dice que se ha enterado de que su madre sale con otro señor, pero no le preocupa, lo
entiende. Le pregunto por su padre y dice que lo ve muy mal; dice que ahora a veces duerme
con él en casa de los abuelos, pero a veces no va allí a dormir; silencio... reconoce, sin
intervención verbal por nuestra parte, que es un problema de sus padres (91). Él habló con los
abuelos y éstos le dijeron que lo querían mucho y que podría quedarse a vivir allí si él lo quería.
Se le ve contento cuando habla de los abuelos. Continua contando que ahora ya sabe por qué sus
abuelos no quieren a su hermana. Cuenta que oyó una conversación entre su abuela y su tía;
ambas criticaban a su madre y la abuela le contó a la tía (hermana del padre) que ella estaba
convencida de que la hermana de Ivan era hija de otro hombre; Ivan escuchó como la abuela le
contaba que durante una buena temporada el padre de Ivan estuvo fuera día y noche con el
camión y que ella misma vio como salía otro hombre de su casa todas las mañanas. Dijo que la
niña nació siete meses de regresar su hijo y venderse el camión, pero pesaba más que ella;
supone que lo de los siete meses fue la excusa para justificar lo injustificable. Ivan dice que la
abuela estaba muy rabiosa y que lloraba. Le pongo la mano en la rodilla y le digo que se debe
sentir muy mal... silencio... se le llenan los ojos de lagrimas... silencio... dice que él quiere a su
hermana y que su padre (92), lo sea o no lo sea, también la quiere y la querrá siempre... afirmo
con la cabeza... él continua diciendo que no sabe lo que pasó... le explico que muchas veces
hacemos cosas impulsados por las circunstancias y los sentimientos que después no haríamos
(93), pero ya lo hemos hecho... se identifica plenamente, sonríe y él mismo pone el ejemplo de
las borracheras de su padre; dice que él siempre se arrepiente de haberlo hecho... está más
tranquilo. Pide si puede ver al Dr.Pérez; le llamamos, le hace una exploración mientras le va
explicando cómo lo encuentra. Le aumenta un poco la medicación y le dice que no salga de
casa.
Entrevista padre:
Está muy, pero que muy angustiado. Me dice que está tan deprimido que la noche anterior
intentó suicidarse tomándose un tubo de pastillas (tranquilizantes)... silencio... dice que él
aunque duerme con Ivan en casa de sus padres, muchas noches se va a “espiar” a su mujer (94).
Aún tiene la llave del piso y le gusta entrar allí y esperarla. Dice que antes a eso de las doce o la
una de la noche llegaba a su casa, en cambio ahora, son las cuatro o las cinco cuando regresa.
Él la esperaba en el coche pero al tardar tanto subió a ver si ya estaba en la cama; no estaba allí.
Sólo había la pequeña y la canguro que estaban bien dormidas. Cuenta que se sentó en el sofá y
esperó. Cuando oyó un coche que se paraba, se asomó a la ventana y observó a su mujer dando
un beso a su acompañante; él lo reconoció, era un cliente del bar... dice que corrió al cuarto de
baño, cogió las pastillas y, cuando ella subía las escaleras, se tomó unas cuantas. Está muy
angustiado... llora... silencio... verbalizo sus sentimientos en ese momento... asiente con la
cabeza y se va tranquilizando... continúa explicando que al llegar ella lo encontró tendido en el
sofá; él le dijo que se acababa de tomar pastillas y ella llamó a una ambulancia. Lo trasladaron
al hospital. Estuvo allí toda la noche y ella se quedó a su lado... se pone más tenso y dice: “Si, se
quedó a mi lado pero no me quiere; sólo siente lástima (95) por mí; soy un desgraciado”... llora,
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se levanta de la silla, mira por la habitación como si buscara algo... vuelve a sentarse... me dice
que ha olvidado los tranquilizantes... verbalizo sus sentimientos... le digo que ahora se siente
como si (96) nadara en el mar, pero mar adentro, con ganas de hundirse por el cansancio y la
impotencia que siente, pero a la vez, hay una luz en la costa y él quiere llegar a ella... tiene
mucho miedo y se siente sólo... de él depende hundirse o querer llegar a la costa... Ha escuchado
con mucha atención... no dice nada... se levanta de la silla y se va hacia la puerta; gira la cabeza,
le miro y me dice: “Voy a suicidarme; voy a tirarme a las vías del tren”. Le entrego la tarjeta de
las visitas que se había dejado encima de la mesa y le digo (97) que la vida es suya; que él
mismo, que es su decisión”. Se va sin cerrar la puerta.
Entrevista padre:
Ha pasado una semana des la entrevista anterior. Viene el padre solo, sin Ivan. Me pide excusas
por venir solo; dice que Ivan está bien y que es él quién nos necesita. Se sienta. Empieza
explicando un poco angustiado y cabizbajo”: ...la semana pasada, después de salir del hospital,
me fui directo a la vía del tren; mi intención era suicidarme, quería acabar con todo este
sufrimiento. Cuando llegué, paseé y paseé... no sé cuanto rato estuve andando por allí... Cuando
pasaba un tren, me apartaba de él... tenía miedo... pensaba que sería el siguiente. No sé el rato
que estuve diciéndome esto a mí mismo, hasta que no sé como, cogí la tarjeta de visita que me
diste, la miré y me fui a casa”. Levanta la cabeza, me sonríe (98), le devuelvo la sonrisa... Le
sugiero que se siente cómodamente y que si él quiere, cuando quiera cierre los ojos... lo hace sin
ninguna resistencia; le pido que se vea a sí mismo, como si de una película se tratara en un día
cualquiera; le pido que, si quiere vaya relatando lo que hace, pero que sobretodo se vea (99) él
en su película. Sonríe, parece sorprendido pero no duda en hacerlo. Explica: “Me levanto y llevo
a Ivan a la escuela; veo como se despide mi. Voy al bar. Empiezo a sentirme más angustiado.
Ella ya ha abierto. No nos decimos nada pero es una tensión insoportable. Acabo por empezar a
hablar con ella. Ella me contesta. Como hay clientes siempre no podemos discutir. Me cuesta
horrores estar allí. A la hora de comer, me preparo yo mismo la comida; empiezo a beber, a
veces me excedo. Ella me dice que no beba más. Por la tarde, ella sale un rato. Yo debo de
quedarme en el bar; alguna vez la he seguido; sé que se encuentra con él. Yo sólo espero con
ansia que ella regrese (llora... para de hablar... silencio...) Cuando regresa si no hay clientes es
cuando más nos peleamos; empezamos hablando y le digo lo mucho que la quiero. Ella no
contesta. A mí me parece que me quiere y que me provoca con su amigo. Al final, lo estropeo
todo. Me voy del bar y espero escondido en el coche lo que ella hace. o me voy a casa a
esperarla... quiero hacer el amor con ella (llora... silencio...) Algunas veces la he forzado...
(vuelve a llorar)... Es como si me quisiera demostrar a mi mismo que aún la tengo, pero después
me doy cuenta que la he perdido... No puedo dejar de ir a casa ni dejar de verla...” Empieza a
llorar con mucha más fuerza; le pongo mi mano en su rodilla y la aprieto suavemente. Me
mira... deja de llorar... Le pregunto a ver si adivino sus sentimientos; le digo que es como si
delante de sus ojos sólo viera oscuridad y sintiera un enorme vacío... Me dice que sí. Le pido
que dé cuerpo (100) a esta oscuridad y me dice que es como una ventana tapiada con unas
piedras de color negro; le digo que muy bien, que lo entiendo perfectamente. Abre los ojos (los
había cerrado sin que se lo sugiriera). Le pregunto si sabe que hay dentro de la habitación con la
ventana tapiada y me dice: “Mi presente; esta situación horrorosa que no me deja vivir; está mi
mujer, su amigo, el bar...” Le digo que muy bien y que ahora piense qué hay detrás de la
ventada tapiada. Me dice que nada, que no puede haber nada. Le pregunto si está seguro que no
hay nada o que él no ve nada... duda... no sé... seguramente no habrá nada... pero, claro a lo
mejor no lo veo... Le sugiero que con un “martillo-compresor” podemos tirar la tapia de la
ventana. Parece asustado; le digo que no lo hará solo que estoy con él... cierra los ojos y se
relaja... le voy sugiriendo con voz tranquila y pausada el ruido del martillo y que se van
abriendo claros en la ventana... se va relajando... cuando le digo (101) que ya no queda tapia en
la ventana, le pregunto qué ve a lo lejos y dice que ve un cielo muy azul, pájaros, montañas...
sonríe... es un paisaje maravilloso; dice que le recuerda al paisaje que veía desde su ventana de
su casa de Galicia. Ahora abre los ojos y dice que debe irse. Se levanta y se va. Cuando ya
134
había salido, vuelve a entrar, me da un fuerte apretón de manos y me pide para volver la
próxima semana. Accedo y acordamos una entrevista.
Entrevista padre:
Cuando se sienta se lo ve más tranquilo. Me dice que está un poco mejor. Que ha dejado por
completo el piso dono vivía. Continua explicando que llamó por teléfono a su cuñado de Galicia
y que le ha ofrecido un trabajo de representante por aquí en Cataluña. Dice que a lo mejor se va
a Galicia para poder hablar con él y sobretodo para desconectar un poco... silencio... Alza la
cabeza y tranquilamente dice que ha estado pensando y que lo que estaba haciendo era sólo para
que su mujer volviera con él. Comenta que ahora se da cuenta (102) que ésta no es la solución
pues si quiere volver ha de ser porque los dos se quieran de veras. Lo va explicando sin
angustia, tranquilamente y con una media sonrisa. Parece seguro de sus palabras y de su
decisión de ir a Galicia. No pide ningún consejo ni pregunta qué me parece. Yo le digo que
tengo un recuerdo muy grato de Galicia, y que me gusta mucho. Él sonríe y explica unas mil
maravillas de su tierra. Después, se despide hasta que regrese y me asegura que me llamará
cuando esté aquí. Me dice que ya ha hablado con Ivan y que él lo entiende e incluso lo ha
animado para que haga el viaje. Nos despedimos y le deseo que le vaya muy bien. Se marcha
muy sonriente.
Entrevista Ivan:
Al cabo de dos semanas viene Ivan a la consulta, previa llamada de su madre. Ivan nos cuenta
que su padre está en Galicia y que lo llama cada día. Se le ve tranquilo. Cuenta que ahora vive
con su madre, su hermana y con el novio de la madre. Acepta esta situación. Se encuentra
mucho mejor del asma. Me pide si podrá venir cuando lo necesite; le manifestamos nuestra
ayuda siempre que él convenga y le doy tarjeta con el numero de teléfono para que pueda llamar
él, si quiere.
Después de dos meses, regresa el padre de Galicia. Nos llama por teléfono para decirnos que, de
momento, todo va mejor. Nos dice que ha encontrado otro trabajo ya que deja el bar. De
momento va a vivir en una pensión para esperar que pueda alquilar un piso. Nos dice que ha
acordado la separación con la madre y que han llegado al acuerdo de que si encuentra piso, Ivan
irá a vivir con él porque el chico así lo quiere.
Han pasado dos años (103). Ivan no ha padecido ataques graves de asma. Ha venido al hospital
por otros motivos. Sabemos que ha pasado por situaciones difíciles, como la muerte de su
abuela, pero que las ha sabido aceptar y afrontar. Recordamos con cariño las palabras de su
padre: “... este hijo mío ha madurado tanto que parece que sea mi padre y yo su hijo... “.
Explicación razonada
(1)...asma. al borde de la muerte... ...el médico...
Tenemos expresado el motivo de consulta que, como vemos, es un síntoma y el agente
de la demanda de asistencia que es el médico. En este caso, también, aparece el rol del
médico como elemento decisivo, casi, en la puesta en marcha del diagnóstico-
intervención, lo que es explicable, teniendo presente el motivo de la consulta.
(2)...Entrevista padre...
135
Hacemos la primera entrevista al padre porque es el miembro familiar con un estado
aparente de mayor ansiedad. Solemos utilizar este criterio como criterio de urgencia
para dar prioridad al diagnóstico-intervención. Ya veremos la interpretación de esta
conducta ansiosa.
136
subrayado analógico para crear anclas susceptibles de ser utilizadas a lo largo del
procedimiento.
(9)...si me da permiso...
137
Estamos en el acto de presentación que, recordemos, requiere una primera actuación,
por nuestra parte, de solicitud de autorización para intervenir. Es importante, ya desde
el primer contacto, transmitir y comunicar esta sensación de libertad para decidir lo
que se haga con la vida de nuestro interlocutor. Es un primer paso importante para
vencer posibles conductas de resistencia. Recuérdese que la resistencia es
“directamente proporcional al grado de enmascaramiento”. Es decir, nuestra puesta en
escena, inicialmente, está caracterizada por una relación interpersonal de sumisión ante
nuestro paciente; él es soberano y él es capaz de tomar la decisión que quiera. Fijarse
que, simultáneamente, obrando de esta manera, estamos interviniendo porque le
hacemos vivenciar una experiencia, un acto experimental, cuyo aprendizaje concierne
al terreno de las creencias de identidad: "yo soy... , yo soy capaz...".
(13)...sí que los necesita. se pone a llorar... ...la mano en la rodilla... ...le digo...
Momento de la entrevista en que el lenguaje gestual nos evidencia la repercusión
emocional de lo expresado en lenguaje verbal, de forma coherente, congruente.
Actuación inmediata, por parte nuestra, en lenguaje verbal y corporal en que
incorporamos su discurso al nuestro y acompasamos su creencia, y estado anímico que
comporta, para generar empatía. El contacto corporal, en forma de mano en la rodilla,
138
mano en el brazo, mano en el hombro tiene el significado de caricia que es una forma
de lenguaje corporal primitivo para expresar cariño y estima y, así, acompasar
sentimientos de forma muy eficaz. El contacto corporal es un código analógico de
identificación plena que tiene su máxima expresión en las relaciones amorosas de la
mayoría de especies animales, incluida la especie humana. La aplicación de este
recurso exige una empatía mínima suficiente con la credibilidad y confianza necesaria,
como, asimismo, una ausencia de conducta de resistencia.
Es importante mencionar, a este propósito, que cualquier actitud verbal en el sentido de
comunicar "palabras o frases de ánimo", al estilo de lo que se entiende, genéricamente,
como soporte emocional, contraviene este principio de acompasamiento a que nos
hemos referido. Queremos decir que una situación emotiva como la descrita es,
fundamentalmente, emotiva, valga la redundancia, y la emoción intensa no hace caso de
los razonamientos conscientes con su lenguaje verbal, digital que le es propio, por lo
que hemos de comunicar a nivel inconsciente que no tiene lenguaje verbal o digital
propio y utiliza la lengua de prestado. Se trata de sintonizar a nivel inconsciente,
"empatizar”, en definitiva. Actuar en estos casos con frases de un malentendido
"soporte", dichas de buena fe, como: "no te preocupes, no será nada, has de ser
valiente, etc" tiene un efecto contrario al comunicar mayor malestar emocional porque
es como decirle: "no tienes razón para quejarte, para sentirte tan mal" con lo que estás
emitiendo un mensaje de juicio censurante. Realmente, el lenguaje adecuado, en estos
casos, es paradójicamente: "comprendo cómo te sientes", "te has de sentir tan mal", etc.
(15)...cómo ve a su padre...
La pregunta, en esta ocasión, está orientada ha obtener la versión de Ivan sobre su
padre. Observar, una vez más, que formulamos una pregunta abierta y del tipo
pregunta escrutadora. Ésta será su realidad y su creencia. Lo que nos diga hay que
interpretarlo en "clave" de comportamiento verbal susceptible de ser analizado como
conducta directa, transparente, o como conducta indirecta, enmascaradora, opaca con
un contenido, por consiguiente, deformado. Ésta debe ser, siempre, nuestra actitud
diagnóstica.
La descripción de la conducta del padre como conducta violenta o beligerante,
concuerda con la información que nos va llegando por otras vías, lo que, de entrada nos
induce a catalogarla de conducta enmascaradora con una creencia en origen del tipo
"yo no soy estimado, yo no soy digno de estima". De inmediato, se impone la pregunta:
"¿Por quién o por quienes?". Si esta pregunta tiene respuesta, habremos de buscarla
entre quienes responden a la conducta agresiva. Esta conducta, como buena conducta
enmascaradora, es un "grito de socorro" en el sentido de "quiero que estén por mí"
porque para mi inconsciente ello es estima, cariño. Recuérdese, una vez más, que ese
quién o quienes a que nos hemos referido actúa(n) como factores desencadenantes
sobre un terreno de identidad personal propicio.
139
Se trata de una pregunta intencionada o dirigida a un fin u objetivo. La formulación
sigue siendo de pregunta abierta. La formulación con el "hace" implica o significa lo
mismo que "se comporta" con lo que le estamos preguntando sobre conductas y
comportamientos de forma tácita. Seguimos haciendo preguntas escrutadoras. El
enmascaramiento no es, aquí, en la pregunta, en sí que queda claramente formulada,
sino en el contenido informativo que solicitamos. Obsérvese que los términos conducta
o comportamiento tienen una connotación implícita de censura encubierta. Esto
corresponde a lo que denominamos formulación en positivo y, en definitiva, son
técnicas de encubrimiento, de enmascaramiento o distracción de los mecanismos de
defensa lo que es la base de la comunicación indirecta. Estamos buscando la respuesta a
la pregunta: "¿Quién o quienes?" a que nos hemos referido con anterioridad. Nos
interesa saber cómo está respondiendo la madre a la conducta del padre.
140
nos pasa por alto y lo dejamos registrado para ulterior análisis. Más adelante,
encontraríamos la explicación.
141
hablando de Ivan, también relataba una serie de creencias que justificaban, de forma
directa, congruente con la lógica racional, su conducta violenta ansiosa. Magnífico
comportamiento del consciente para enmascarar, encontrando más y más argumentos
de peso para convencer, con apariencia pasmosa de realidad.
Ponemos en acción la práctica de la pregunta semántica cuando le preguntamos: "...si
me puede explicar qué quiere decir para que lo entienda mejor". Estamos buscando la
interpretación semántica para llegar a la creencia. Además, esto nos permitirá, más
tarde, contra-argumentar los argumentos que justifican los comportamientos de
autoengaño enmascarador.
(26)...se discuten... no lo acepta... silencio... no podemos arreglar nada. dice que no...
Éste es un ejemplo de cómo la pareja trata de entenderse en un nivel de comunicación
consciente cuando las conductas de cada uno de los miembros de la pareja tienen una
raíz inconsciente. Se da la paradoja de un inconsciente que, como no tiene lenguaje
verbal propio, utiliza, prestado y para "confundir", el lenguaje verbal del consciente
racional. Uno y otro disparan la resistencia impuesta por el mecanismo de defensa
consciente. Uno y otro refuerza sus conductas de autoengaño, respondiéndose con
respuesta de polaridad. Cada uno de ellos con su conducta enmascaradora,
inconscientemente, persigue llamar la atención lo que logran con éxito, tanto más
cuanta más llamativa sea la respuesta del/de la otro/a. Es decir, cada cual está
reforzando la conducta del/de la otro/a. Evidentemente, hablan de separación pero con
la intención, inconsciente, de sólo provocar al/a la "contrario/a". Todo acaba, siempre,
en un "más de lo mismo". En este pasaje tenemos un ejemplo de aplicación de la
respuesta de silencio expectante ante el silencio con reanudación espontánea del
discurso de nuestro interlocutor.
142
profesional en la faceta, tan importante, de incorporación del discurso y
acompasamiento a que, también, nos hemos venido refiriendo.
La incorporación de este tipo actúa, básicamente, en lo cognitivo, creando continuidad
en el discurso y favoreciendo el estado de trance y, en lo afectivo o emocional, creando
compenetración y acompasamiento verbal empático. Es por ello que, obsérvese, lejos
de contradecir a nuestro interlocutor con el más mínimo comentario, la actitud es de
escucha interesada, repetición e "incorporación" verbal del discurso y abstención en
los momentos de silencio.
El manejo de los silencios de nuestro interlocutor/a y de nuestros silencios es otra
estrategia de suma utilidad cuyo dominio es necesario. Aquí, practicamos lo que
podríamos denominar respuesta silenciosa o respuesta al silencio con silencio
expectante y reanudación espontánea del discurso. Esta actitud ante el silencio tiene un
efecto de interrupción de patrón de procesamiento para nuestro interlocutor porque
"rompemos las expectativas de respuesta que parece hubieran de tener lugar, como
suele presuponerse". Nos estamos sirviendo, también, de las presuposiciones, como
recurso estratégico. Es decir, "rompiendo con la presuposición, generamos un efecto
confusión por la interrupción de patrón".
La actitud tranquila es una forma de expresión corporal que nos retroalimenta,
informándonos de que nuestra actitud está surtiendo el efecto deseado, precisamente,
logrando el efecto deseado, el efecto sedante-tranquilizante.
143
congruente, tú dices verdad, esto es así," El resultado de este planteamiento es la
instauración de la creencia. El efecto hipnotizante de la metáfora queda patente en el
lenguaje corporal inconsciente de nuestro interlocutor que sigue el relato "escuchando
muy atentamente" como muestra de interés y curiosidad. En el apartado sobre la
metáfora explicamos nuestro concepto "psicogenético" de lo que entendemos como
interés o curiosidad.
(34)...como si...
Estas partículas introduciendo una oración comparativa-condicional constituyen una
formulación gramatical que se comporta como una metáfora del tipo más sencillo que
describíamos en el apartado correspondiente. El mensaje a enseñar que queremos
comunicar, en este caso, es el conocimiento del concepto de "sentirse atrapado". La
comprensión de este mensaje obtendrá un refuerzo del mensaje de la metáfora del punto
32.
(35)...Reconoce que...
Manifestación verbal de una serie de creencias que atañen a la relación entre sus
padres. Ivan es consciente, sabe, de una "mala relación" entre sus padres lo que, sin
duda, ha de reportarle un malestar emocional añadido. No infrecuentemente, una mala
relación de pareja es vivida y sentida por los/las hijos/as con sentimiento de culpa
inconsciente.
144
de su valoración y autoestima. En este acto ejemplificador hacemos valer, también, otro
recurso, el efecto adivinación que contribuye al mantenimiento de un estado de
conciencia latente o trance. Obtenemos información verbal y gestual, congruente, que
nos retroalimenta en el sentido de haber logrado nuestro propósito.
Aquí utilizamos la pregunta con respuesta encubierta o enmascarada porque, conocido
o sabido por nosotros lo que queremos comunicar que es lo mismo que queremos nos
respondan, formulamos la pregunta para que la respuesta sea la que nosotros queremos
que sea. No obstante, este tipo de pregunta comunica o transmite con un efecto de
ilusión de opción de alternativa con su efecto propio sobre la sensación de libertad
para decidir. La ilusión de opción consiste en que se vive la sensación de contestar o
no, hacerlo de una forma u otra y poder elegir entre múltiples opciones.
(39)...un cuento...
Logrado un buen estado de conciencia latente o de atención focalizada por la
experiencia anterior, conducimos el discurso sin solución de continuidad, manteniendo
145
el hilo conductor en orden a continuar la intervención en la misma línea. El efecto
conducción es posible cuando existe un buen estado de conciencia latente o trance. Se
trata de aprovechar el momento propicio para insistir reforzando el posible cambio de
creencia. Esta acción de refuerzo es una práctica habitual cuando se interviene para el
cambio de creencia. Se consigue el efecto repetición para aprender. El mensaje del
cuento es coincidente con la enseñanza de "saber lo que se quiere o saber decidir". Una
vez más, como es la norma, la comprensión del significado viene expresada en lenguaje
verbal, "¡Ah, claro!", y lenguaje gestual en forma de semblante de cara.
146
de libertad, capacidad y mérito (valor) de haber logrado una conclusión pensada
propia. Esto es contra-argumentar y lo hacemos mediante el recurso de la pregunta con
respuesta encubierta. Otra vez, no le decimos directamente: "Mira, si Ivan no se
comportara de esta manera, perdería esto o aquello que son ventajas que ahora está
sacando...".
Obsérvese que, cuando se halla en plena "labor mental" para resolver la pregunta,
nuestra actitud es de silencio respetuoso o respuesta de silencio expectante ante el
silencio. Y, cuando dice que "no sabe”, nuestra actitud es de aceptación incondicional
sin crítica censurante y sin comentario alguno para respetar ese silencio productivo.
Estamos en otro momento donde nos enfrentamos al manejo de los silencios. Pronto,
surge la expresión verbal y gestual, congruente, definidora de la comprensión del
significado y la instauración de la creencia subyacente: "¡Claro!".
147
(44)...Le pregunto. ¿Qué preferiría Ivan...?...
Seguimos aprovechando el efecto conducción para, hábilmente, interviniendo sobre el
padre poder intervenir sobre Ivan. Vemos, ahora, la oportunidad de completar nuestro
trabajo con esta estrategia. La idea es facilitar que Ivan, efectivamente, experimente un
éxito cuando comunique a su padre que quiere (porque lo ha decidido) seguir teniendo a
su perro. Es muy importante poder garantizar, si es posible, este éxito porque somos
conscientes de lo mucho que representará, primero, para Ivan y, después, para nosotros
en nuestra labor. Obsérvese que volvemos a utilizar, como recurso estratégico, la
pregunta con la intención de lograr un efecto similar al expresado en el punto 41 de esta
explicación razonada. En realidad, se trata de una pregunta con respuesta
enmascarada, encubierta o tácita, con el consiguiente efecto de ilusión de opción,
porque sabemos, de antemano, la respuesta, pero hemos sustituido la comunicación
directa por la comunicación indirecta. En comunicación directa le habríamos dicho:
"mira, ten por seguro, que Ivan lo que quiere es...".
148
logran activar, cada vez más, las resistencias. El resultado no puede ser otro que "más
de lo mismo" para no cambiar nada, como ya expusimos en el punto 26.
149
Nueva intervención en que queda patente la forma de hacer en el procedimiento.
Estamos actuando como docentes haciendo nuestra enseñanza de forma que el/la
enseñando elabore juicios razonados para llegar a conclusiones propias y, de ningún
modo, le damos "recetas o prescripciones" para decidir nosotros/as donde deben
decidir ellos/ellas. Nuestra actuación se limitó a plantearle la cuestión de "quién ha de
tomar la decisión sobre un problema de uno/a misma". La estrategia utilizada es la
pregunta como medio de comunicación indirecta, una vez más. Como es norma
volvemos a utilizar la pregunta con respuesta enmascarada porque la respuesta
obtenida es la respuesta deseada y que sabíamos se produciría. Tenemos constatación
verbal y gestual de que el mensaje indirecto ha llegado a buen término. Se vuelve a
producir el efecto docente porque para nuestra interlocutora nosotros somos índice de
referencia y nuestra actitud, lograda la constatación de llegada del mensaje, de "no más
comentarios”, congruentemente, con nuestros gestos tiene el significado de "estoy en lo
cierto si tú estás de acuerdo, tú, que sabes, que eres maestro/a".
(53)..."intentos de suicidio"...
El comportamiento verbal, incongruente con su comportamiento gestual, expresando la
"intención de suicidarse", merece la consideración de conducta enmascaradora. Una
vez más, la pista de enmascaramiento viene dada por la incongruencia, en este caso,
verbal-gestual. Nuevamente, actitud nuestra de aceptación incondicional sin censura
verbal o/y gestual con acompasamiento de creencia, por tanto sin ir frontalmente contra
la creencia. Seguimos vigilantes para no activar resistencia alguna.
150
(54)...empieza a explicar su infancia. su padre...le maltrataba... ...le decimos que...
Asistimos, en este momento, a una regresión a la infancia, producida de forma
espontánea, para relatar experiencias que son justificación (creencias justificantes) para
la adopción de un comportamiento de víctima que, a nuestro entender, sigue siendo un
patrón de conducta enmascaradora cuyo origen está en sus sentimientos penosos
dolorosos. Recordar que estas conductas enmascaradoras son de causa inconsciente y
no son, por tanto, simulaciones. Realmente, nuestro interlocutor está sufriendo la
situación pero por los mecanismos recónditos que explicamos. Tenemos información en
lenguaje gestual de llanto que es congruente con la información verbal. Nosotros
incorporamos su discurso al nuestro y acompasamos verbal y gestualmente su creencia
y adoptamos una actitud coherente con este principio. Esto que decimos lo hacemos
verbalmente, cuando verbalizamos sentimientos un comentario del tipo: "cuando nos
sentimos maltratados, nos sentimos muy mal". Obsérvese la formulación en primera
persona del plural que tiene un efecto empatizante porque comunica identificación: "yo
soy capaz de sentir como tú". En estos momentos, hemos puesto en acción una
combinación de recursos: incorporación, acompasamiento, verbalización y formulación
lingüística empatizante, cada uno de ellos con el efecto que le es propio.
(55)...le pido que sólo me diga una cosa de la que esté orgulloso. sonríe...
Pasamos a la acción de la intervención orientados a trabajar el núcleo de las creencias,
la identidad personal. Lo hacemos pidiéndole un juicio sobre sí mismo, sobre su
autovaloración, recurriendo a la pregunta sobre un éxito: "una cosa de la que esté
orgulloso". Estamos ante el caso de otra pregunta con respuesta encubierta deseada
porque, casi indefectiblemente, todo el mundo tiene algún éxito. Aquí nos hemos
servido de los universales como explicamos en el apartado sobre recursos. Su lenguaje
verbal queda reforzado, congruentemente, con el lenguaje gestual en forma de sonrisa.
Nosotros acompasamos con una sonrisa, también.
151
uno. La expresión de sonrisa, como lenguaje gestual, funciona, en este momento, como
un subrayado analógico susceptible de ser empleado como anclaje analógico a lo largo
del procedimiento. Estamos creando una asociación entre un mensaje generador de
autoestima y generador de compenetración, confianza y empatía y nuestro lenguaje
gestual.
Como se está produciendo un cambio de creencia que implica convicción, el romper
con la creencia previa implica desprender las “raíces” de la antigua creencia. Existe
resistencia. Por ello “pregunta si lo considero inteligente”, no acabándoselo de creer.
Nuestra intervención consiste en el recurso de la pregunta-adivinanza que es como la
pregunta metafórica y funciona, también, como la metáfora tipo uno y es una
formulación con respuesta encubierta o enmascarada, porque la respuesta, pese al
efecto ilusión de opción, sólo será una, la que ha de ser. Puede decirse, además, que
toda pregunta entraña una cierta adivinanza y, por consiguiente, un efecto suspense. Lo
que caracteriza a la adivinanza es "descubrir lo desconocido a partir de indicios o
pistas que son enigmáticas, son equívocas, son ambiguas". Hay respuesta inconsciente,
gestual, que nos informa de la captación, transferencia e internalización, del mensaje:
“se ríe, se ha relajado mucho...”.
152
sentido de generar estado de trance, pero, también, un efecto enmascaramiento en este
tipo de frase o locución incorporada. Lo incorporado tiende a "pasar desapercibido"
soslayando la censura emocional.
(62)...un cuento...
153
Volvemos a utilizar la estrategia de mantener un abordaje continuado en nuestra
intervención, como hemos venido explicando y con los efectos ya explicitados de
acción continuada de refuerzo. Después de un silencio pensativo, productivo, se había
producido el signo verbal con congruencia gestual de comprensión: "...es verdad...". El
mensaje, en este caso, es de alto calado porque dice: tu creencia de no ser estimado es
errónea; además, por eso, estás comportándote para llamar la atención y, además, esa
forma de conducta es propia de las personas inmaduras Tú, realmente, quieres ser
responsable, cariñoso y atento, porque, realmente, lo eres. El mensaje es, todavía, más
amplio porque lleva implícito un contenido sobre creencias del tipo: tú puedes, eres
capaz, de ayudar a tu padre. Obtenemos una respuesta gestual satisfactoria.
154
directas sustentadoras de los enmascaramientos para dar apariencia de realidad. Se
trata de contra-argumentar. En esta concatenación de argumentaciones llegamos al
argumento que sustenta al comportamiento fóbico o temeroso: "se oyen muchos
ruidos". El comportamiento “fóbico” o temeroso es un comportamiento de huida en
analogía primitiva.
155
respecto a la agresividad. Pero, claro, acto seguido, inicia su conducta verbal referente
a su mujer. Aquí, se produce un cambio espontáneo de foco de atención de la
conversación.
Estos cambios espontáneos tienen significado de que el foco anterior era poco o nada
preocupante o de que el foco anterior era una conducta con alta resistencia y, de ser
así, se persigue un efecto distractor. En este caso, el cambio, pensamos, obedece a la
primera de las razones. Cambia al tema que mantiene su conducta enmascaradora
consistente en culpar a su mujer y desempeñar el papel de víctima: "su mujer no ha
cambiado", "la actitud de esta le hace daño", "si él ha cambiado, ella debería notarlo",
"va explicando anécdotas para ejemplificar". La actitud procedente, no se olvide, es la
de siempre, acompasamiento de creencia. Nunca, desafiar la creencia: "pero, hombre,
no te das cuenta que..., deberías hacerte cargo de que ella ya hace lo que puede; piensa
que lo está pasando tan mal como tú; no creas que esta situación, para ella, es una
perita en dulce...; etc...". Craso error, una actitud de este tipo reforzará la resistencia y
provocará una actitud defensiva en el comportamiento de nuestro/a interlocutor/a. No
dejaremos de insistir en este aspecto.
156
profesional en el sentido de explicaciones verbales razonadas, dentro de la más
aplastante lógica, resultarán infructuosas y contraproducentes porque activarán la
resistencia: "bueno, a ver, has de ser valiente, afrontar la situación; esta vida es así y
no todo sale rodado, etc.". Optamos por no intervenir, abordando creencias, porque él
mismo "cambia de tema" en una nueva conducta enmascaradora, de huida, pensamos.
Se vuelve a producir un cambio espontáneo de foco de atención en la comunicación.
No insistimos, por aquí, porque la intervención sobre el padre nos parece satisfactoria y
preferimos dejar tiempo para sedimentar lo aprendido.
157
formulación va introducida en términos de posibilidad para asegurar la comunicación
indirecta.
En general, cuando aplicamos recetas estamos interviniendo directamente sobre el
comportamiento sin ir básicamente a las creencias. En este caso, sin embargo, le
estamos enseñando una solución para dejar sin efecto una creencia. Nuestra pretensión
es actuar, siempre, sobre las creencias porque es este nivel lógico del pensamiento, en
concepción de G. Bateson, el que garantiza un cambio y solución perdurable y
consistente.
A continuación, conducimos la situación, aprovechando el estado de conciencia
focalizada, para rematar nuestra intervención. Ponemos en escena la pregunta
metafórica con sus efectos como el efecto suspense sobre el estado de conciencia
focalizada para comunicar un mensaje, una enseñanza, que, una vez más, atañe al
núcleo de las creencias, a la identidad: "...echar la pared al suelo. Y si llueve...". Le
estamos enseñando que "hay cosas o situaciones que somos capaces de controlar y
otras no; es decir, a veces un resultado depende de nuestras decisiones, pero otras no, y
estas que no dependen de nosotros son como son sin que nosotros podamos evitarlo;
sólo cabe aceptarlas". Le estamos enseñando más, todavía, porque le decimos: "lo
inteligente es tomar decisiones sobre lo que podemos tomar decisiones”, es decir,
"coger un paraguas". Como siempre, estamos muy atentos/as a la retroalimentación
que nos viene dada por el lenguaje gestual de nuestro joven paciente.
158
En la línea de argumentaciones para justificar su conducta enmascaradora, la madre
encuentra otra argumentación: "si no me atosigara, la situación ya estaría bien para
mí". Observar que, una vez más, intervenimos para solicitar una aclaración que nos
lleve al significado auténtico de la expresión. Practicamos la pregunta semántica. Sigue
siendo una forma de conducta de resistencia a abandonar tal conducta. El abandono de
la conducta enmascaradora, en este caso, supone dolor porque, no se olvide, tales
conductas son protectoras para aliviar el sufrimiento emocional que provoca la
ausencia de tal conducta. Lo que queremos decir es que la separación es dolorosa,
fundamentalmente, por el sentimiento inconsciente de infravaloración y autoestima. Es
algo así como: "yo necesito ser estimada y no puede ser que haya fracasado una vez
más en ser digna de estima".
(77)...Le pregunto...
Nueva intervención al hilo de la argumentación anterior, para abordar el cambio de
creencia directa que da soporte a la argumentación. Una vez más, es contra-
argumentar para dejar sin argumento para, así, desbaratar la conducta enmascaradora.
La estrategia es, también una vez más, la pregunta con respuesta encubierta "obligada"
porque sabemos la respuesta: "...¿Es lo que quiere tu marido?...". Estamos poniendo en
acción la práctica del contra-argumento: "lo que dices sería posible si el padre
estuviera de acuerdo, pero el padre no lo estará". El contra-argumento viene a actuar
con un efecto atrapamiento y un efecto presuposición porque "creído el contra-
argumento, se presupone un efecto o resultado, inevitablemente". Es decir, la creencia
genera presuposición y compromiso atrapador. Recordar que la sugerencia es una
formulación lingüística de comunicación indirecta que tiene la propiedad de comunicar
en términos de posibilidad o formulación hipotética: "tal vez, las cosas no puedan ser
como dices, porque...". El efecto de la intervención queda patente en la expresión verbal
de nuestra interlocutora.
159
nuestra prescripción pero, lógicamente, sigue mostrando cierta resistencia residual que
expresa verbal y gestualmente: "...ella está agobiada... a su marido le pasa lo mismo...".
160
(82)...dos horas hablando ellos dos, sin... intervención de nuestra parte. acuerdan...
Asistimos a una escena de comunicación interpersonal con las características
expresadas en el punto 79 de nuestra explicación razonada del proceso. Lo importante,
creemos, de este pasaje del relato descriptivo es que ilustra un principio básico del
procedimiento: "el papel del/de la profesional educador/a como elemento de ayuda,
como elemento docente, para dejar el protagonismo a los protagonistas reales". Es
decir, asistimos a una deliberación razonada, con el/la profesional como índice de
referencia docente, para ellos y sólo ellos acabar concluyendo y decidiendo "lo que
quieren hacer". En definitiva, el acto mental deliberatorio que acaba en conclusión
para voluntariamente decidir hacer es la clave del ejercicio de la personalidad. Este
ejercicio mental está íntimamente ligado al sentimiento de libertad que es consustancial
al ser humano como individuo, como "yo". Nuestro papel docente, insistimos, es
enseñar a ser persona.
161
Otra aplicación de incorporación con acompasamiento de creencias y sentimientos
utilizando la verbalización con los efectos que son propios a esta técnica. Cada uno de
estos recursos hace sus efectos. Acto seguido recurrimos a una formulación lingüística
del tipo "como si" que, también, tiene un efecto propio al que ya hicimos alusión.
Después obtenemos información retroalimentadora en forma de llanto que nos dice que
estamos en lo cierto y que hay una situación dolorosa, penosa, emocionalmente.
(86)...Le digo. como... ...como si... ...le pregunto... ...qué pasaría si...
Intervención orientada al cambio de creencia sustentadora, directamente, del
comportamiento vivencial último de Ivan. La creencia de Ivan es: "esto que hacen mis
padres quiere decir que les importo muy poco". La creencia que le enseñaremos es:
"unos padres pueden verse obligados, sin quererlo, a comportarse de una manera
determinada en contra de sus deseos". Utilizamos el recurso del "como", "... como
atrapados...", el recurso del "como si", "... como si estuvieran dentro de una tela de
araña...”, después la pregunta paradójica en que el/la terapeuta pregunta al/a la
paciente si sabría de alguna "recomendación o solución terapéutica" y, en fin, la
formulación de pregunta interrogativa indirecta con la formulación "qué pasaría si"
para, evocando la metáfora de la "tela de araña", acabar comunicando el mensaje que
es la nueva creencia. Aquí tiene lugar una secuencia característica de gran potencia
efectiva por la consecución de un efecto multiplicador. Es un ejemplo, también, de
acción continuada de refuerzo. De hecho, en todos los casos de acción continuada de
refuerzo se logra un efecto multiplicador. Toda la secuencia característica implica, por
otra parte, una secuencia de ideas con su efecto propio, y hace de monobloque
informativo a la hora de ser procesado en el ámbito cognoscitivo. El monobloque
informativo puede analizarse de forma que las oraciones con "como" y "como si" y la
pregunta paradójica actúan como locuciones introductorias con efecto suspense para
introducir el mensaje final perseguido que viene dado en la oración interrogativa
indirecta, "qué pasaría si...". Obsérvese que empleamos el tiempo condicional o
potencial, es decir, formulación hipotética. Hemos de aprovechar este comentario para
dejar constancia de que es una excelente estrategia utilizar locuciones introductorias
siempre que sea posible. La formulación con "como" y "como si" tiene un valor o efecto
metafórico. La formulación interrogativa indirecta es una pregunta con respuesta
encubierta "obligada".
Tenemos respuesta verbal y gestual de la efectividad de la intervención: "...va a venir
la araña..." y "... sonríe, está más tranquilo...". Tenemos otro ejemplo, aquí, de cómo el
cambio de creencia sustentadora directa del comportamiento resulta eficaz y suficiente
para desbaratar un comportamiento enmascarador. En este caso, lo que hacemos es
desbaratar una creencia con repercusión emocional negativa que estaba actuando como
factor desencadenante y ello resulta suficiente porque el núcleo de identidad personal
ha adquirido suficiente consistencia.
162
además, con la metáfora, le comunicamos de forma indirecta un mensaje susceptible de
repercusión emocional negativa: "si te comportas, provocando la atención, ellos no
podrán, serán capaces, de salir adelante".
Aquí estamos utilizando un recurso que es una secuencia de preguntas con respuesta
encubierta referidas a un tema, concretamente, a una metáfora que utilizamos como
referencia educativa. En tanto que la metáfora había sido utilizada en el procedimiento
con anterioridad, estamos utilizando la metáfora como ancla de la situación o
experiencia previamente vivida.
Obsérvese que toda la formulación lingüística ha estado planteada en términos de
comunicación indirecta de forma que es nuestro interlocutor/a quien decide libremente,
en cada momento, lo que quiere hacer. Como es habitual, obtenemos respuesta verbal
en el "¡Ah, claro! y gestual . Hasta este punto se prolonga el monobloque informativo a
que hacíamos referencia en el punto anterior.
(88)...Ivan explica. una gran tela de araña... ...entendía...se separara... ...yo sé...
Asistimos a un pasaje del relato descriptivo en que nuestro joven paciente "hace de
padre de su padre", hasta el punto de que "se permite" aplicar la metáfora de la "tela de
araña" para hacer comprender a su propio padre. Esta circunstancia significa que Ivan
ha alcanzado un nivel de maduración considerable. Significa que ha logrado un
autoconcepto del "yo" como ser pensante, independiente, con unos valores propios,
todo lo cual hace que se sienta un ser digno de estima, un ser útil, un ser capaz,
rompiendo con la dependencia anuladora de valores propios. Este autoconcepto lleva
aparejadas creencias como las expresadas en ese "... entendía perfectamente... y.. yo sé
que continuaré teniendo padre y madre...". Esas creencias son: "la separación de una
pareja puede llegar a ser necesaria e inevitable", "la separación de unos padres no
tiene nada que ver con el amor padre/madre - hijo/a". Obsérvese que, a lo largo del
procedimiento, nunca se le explicaron, directamente, con estos enunciados, estos
conocimientos o saberes convertidos en convicción y creencia, pero lo cierto es que
Ivan había asimilado nuestras enseñanzas al extremo de llegar a hacer suyas estas
creencias. El éxito radica en haber logrado cambiar la identidad obviando hábilmente,
con comunicación indirecta, la defensa o resistencia impuesta por el consciente
bloqueante. El Ivan que tenemos, a estas alturas del procedimiento, no tiene nada que
ver con el Ivan que conocimos en un primer momento.
163
produzcan interferencias bloqueantes deformantes de tipo censurante, fundamento de
los comportamientos de autoengaño. La respuesta a nuestro mensaje nos viene dada en
lenguaje verbal o digital y en lenguaje gestual o analógico: "...¡Claro, así...!... ...los
ojos de lágrimas...". Tal vez, en este supuesto, estemos logramos un efecto de falsa
sensación de alternativa, cuyo funcionamiento ya fue explicado, porque el/la
protagonista se cree capaz de controlar lo que, realmente, no controla; no puede
controlar, evitar, sus emociones, pero sí puede controlar lo que pone o no pone en la
mochila.
Respecto a la prescripción o instrucciones directas, ver puntos 40, 42, 61, 74 y 78.
164
comparación con un ejemplo sacado de su experiencia: “el ejemplo de las borracheras
de su padre”.
(96)...como si...
La verbalización de sentimientos la continuamos utilizando el recurso “como si” que es
un equivalente a una metáfora. Utilizamos este recurso con dos efectos, uno, para
acompasar y reforzar la empatía y, dos, para comunicar el mensaje consistente en:
“como persona, somos nosotros mismos quienes decidimos en cada momento y
nosotros somos responsables de nuestros actos, nadie más; los demás no son culpables
de lo que nosotros decidimos”. Estamos, intencionadamente, tratando de desbaratar la
creencia directa de su conducta suicida: “una mujer que, por desamor, provoca un
suicidio de su pareja es culpable de ello”.
165
al periodo cataclísmico o conducta agonizante. La actitud, ahora, del/de la profesional,
convencido/a de la interpretación de esta conducta, es no desafiar la creencia. Por el
contrario, la actitud es de acompasamiento, de aceptación sin crítica censurante con lo
que no reforzaremos la resistencia. Paradójicamente, cualquier actitud contraria a esta
lo que hará será reforzar, con respuesta de polaridad, la conducta suicida con los
efectos adversos consiguientes.
Nuestra intervención acompasadora de creencias, en el sentido de no desafiar la
creencia directa sustentadora del comportamiento "suicida" enmascarador la
completamos enviando una enseñanza, un mensaje transportador de la creencia
correspondiente sobre lo que enseñamos, continuamente, a lo largo del procedimiento:
qué es ser persona. Cuando decimos "que es su decisión" estamos diciéndole que el
acto voluntario, libremente decidido, después de una deliberación razonada es la
expresión última de la personalidad madura. Nuestra actuación, una vez más, estará
orientada, en esta particular situación, a lograr esa decisión a que nos referimos, pero,
libremente, esto es, sin la influencia limitante y condicionadora de los
enmascaramientos inconscientes promovidos y mantenidos por las emociones penosas.
Recuérdese que la creencia directa sustentadora del comportamiento enmascarador es
"suicidarse es motivo máximo para recibir atención, cariño". Recibir esta atención es
una respuesta a su inconsciente protector que ha puesto en acción tal conducta.
Cualquier intento racional, consciente, directo de desbaratar esta conducta sólo logrará
reforzar la misma; esto es desafiar la creencia. Paradójicamente, intentos de este tipo
equivalen a decirle: "no te doy/damos cariño". Es algo así como decirle: "habrás de
llegar hasta el final para ver si así te presto o prestamos atención". Nuestra actitud, en
cambio, implica acompasar su creencia que es algo así como decirle: "sí, efectivamente,
tú tienes toda la razón para querer hacer lo que quieres hacer". Esto implica identidad
y lleva implícito un sentimiento positivo que es interpretado, inconscientemente, por
nuestro interlocutor como afecto y estima, justo lo que está reclamando en el origen de
su conducta. Estamos empatizando. Pero pasan más cosas porque con nuestra actitud
generamos un efecto de prescripción del síntoma con efecto de polaridad. También,
generamos un efecto de confusión porque rompemos con las expectativas en el sentido
de que respondemos contrariamente a lo presupuesto por nuestro interlocutor.
Asimismo, estamos utilizando el efecto del subrayado analógico en el sentido de
asociar nuestro lenguaje gestual con un momento vivencial lleno de empatía y
credibilidad, lo que nos proporcionará la posibilidad de practicar el anclaje como
recurso.
Lo que queremos decir es que nosotros no le decimos que se suicide pero, tampoco, le
decimos lo contrario y, actuando así, estamos provocando un efecto de prescripción del
síntoma, la conducta suicida. Esta prescripción tiene varios efectos como describimos
en su momento, pero el más importante que nos interesa resaltar aquí es la
desactivación de la conducta enmascaradora porque dejamos sin razón de ser a tal
conducta en tanto que "no tiene sobre nosotros el efecto de provocar atención".
Simultáneamente, basta que le vengamos a decir: "bueno, muy bien, hombre, pues
suicídate”, para que su contra-reacción sea del tipo "ah, sí, eh, pues no me da la gana".
Este es el efecto polaridad. Todo este proceder es lo contrario de lo presupuesto por la
generalidad de los mortales con lo que generamos un efecto confusión propicio para
nuestra intervención.
Por otra parte, a lo largo de todo este pasaje estamos aplicando el subrayado analógico,
utilizando nuestro lenguaje corporal. Lo que queremos decir es que nuestra mirada,
nuestro gesto, nuestras expresiones, nuestra forma de hacer, que, a lo largo del
procedimiento, se han ido convirtiendo en anclas simbólicas en el sentido de que
166
nuestro interlocutor ha estado memorizando todas estas expresiones gestuales asociadas
a acciones provechosas, positivas, para él, actúan, ahora de forma inconsciente,
haciéndole recordar que, básicamente, "no queremos ningún mal para él", "que puede
fiarse de nosotros", "que queremos ayudarle, incondicionalmente", "que no nos
merecemos esa mala jugada". De hecho, estamos provocando que nuestro interlocutor
"se aplique su código de valores, concretamente, el código máximo, el código ético-
moral, indefectiblemente, presente en lo más profundo de nuestro ser".
(99)...Le sugiero... se siente... cierre los ojos... se vea a sí mismo... relatando... se vea...
Procedemos a practicar un estado de trance ericksoniano por el procedimiento de
secuencia sensorial interna. Primeramente, sugerimos una posición cómoda y relajada.
A continuación, sugerimos que cierre los ojos para verse a sí mismo con los ojos de la
imaginación como si de una película se tratara en que él es protagonista y espectador,
esto es, situarse en un estado de disociación espacial, generador de disociación de
conciencia, generador de confusión, generador de dificultad de atención consciente
fuera del foco de atención. Con esta operación estamos ocupando el canal visual de
acceso de información. Acto seguido, le sugerimos que vaya verbalizando lo que ve,
con lo que empleamos ocupado al canal auditivo de acceso de información. Al
verbalizar, se produce el efecto propio de la verbalización que ya describimos en su
momento. También, le sugerimos que intente sentir cuantas sensaciones puedan generar
lo visto y lo oído con lo que damos trabajo al canal cinestésico. Se trata, por tanto, de
ocupar la atención en la información que va entrando por los tres canales de
información. Esto tiene un efecto de sobrecarga de los canales de acceso de la
información y un efecto de interrupción de patrón de procesamiento siempre que ha de
procesar información, saltando de un canal a otro. Con ello se logra y se mantiene un
estado de conciencia latente o disociada.
En tal situación se facilita el recuerdo, básicamente, al obviar el bloqueo emocional
presente en los estados de plena conciencia. Esto significa que podemos tener acceso a
información que no tendríamos de otra forma, pero, más importante, logramos que se
verbalicen, se exterioricen, experiencias o vivencias generadoras de sentimientos
penosos con lo que el/la protagonista de la verbalización hace consciente, comprende,
paradójicamente en estado de conciencia disociada, la razón o causalidad de esos
sentimientos.
Se produce un efecto sedante o tranquilizante característico de la exteriorización de
sentimientos que tiene lugar como consecuencia de la satisfacción de la necesidad de
comunicación y, para ser más precisos, de comunicación interpersonal, persona a
persona, en un estado de empatía o comunicabilidad. La satisfacción de una necesidad
se sigue de una sensación de bienestar. Decimos que la comunicación interpersonal es
una necesidad. Es decir, la sensación de hambre genera la necesidad de alimentarse. La
"sensación de afecto", los sentimientos, la capacidad de sentir genera la necesidad de
comunicarse verbal y gestualmente. El término comunicación, del lat. "communicatio",
167
significa "establecer contacto" lo que podemos hacer extensivo a contacto verbal y
gestual. Entendemos que tal necesidad es así porque somos seres emocionales, seres
que sentimos, seres que amamos y necesitamos ser queridos, ser estimados y no se
entiende el cariño y estima sin comunicación verbal y gestual. Aquí, pensamos, está la
raíz más profunda de la necesidad de comunicación. El afecto, cariño y amor implica
una proyección hacia fuera, una relación interpersonal. Cuando sentimos la necesidad
"impulsiva" de comunicarnos, en forma de cualquier conversación, por ejemplo, lo que
estamos haciendo es satisfacer inconscientemente esa necesidad "instintiva". Estamos
hablando, por consiguiente, de una necesidad emocional como existen necesidades
fisiológicas de muy diverso tipo.
El poder comunicar a otra persona esos sentimientos tiene un efecto bienestar, siempre
que sean aceptados, acompasados por esa otra persona, lo que, a nuestro entender,
ocurre porque quien los comunica siente la necesidad de, lo hace para, recibir la
aprobación en el sentido de "sí, lo que sientes, lo que te pasa, es razonable; es lo que
ha de pasar en situación así; estás obrando bien".
168
un mensaje de un cambio de creencia: "tú eres capaz, puedes, cambiar la situación
actual" y "la realidad no es lo que parece; detrás de la ventana tapiada hay vida, otra
vida, otra realidad".
Observamos expresión de trance en lenguaje gestual: "cierra los ojos, se relaja".
Nosotros en lenguaje gestual, "con voz tranquila y pausada”, contribuimos a reforzar el
estado de trance. La voz tranquila y pausada es un subrayado analógico que asocia el
tiempo lento del lenguaje con el tiempo lento de operación mental que es característico
de los estados de trance. Asimismo, en lenguaje gestual, vamos efectuando un
subrayado analógico cuando expresamos verbalmente lo referente al "ruido del martillo
y la caída de trozos de tapia por efecto del martillo". Cuando "le digo que no queda
tapia", en una labor de mediación, tiene lugar un efecto comprensión con expresión
característica en respuesta gestual. A continuación, pregunta con respuesta encubierta
"obligada" en una nueva labor de mediación: ¿Qué ve a lo lejos?. Queremos que
verbalice aquello que su lenguaje gestual nos está diciendo que es satisfactorio.
Obtenemos respuesta verbalmente y gestualmente de que la transferencia e
internalización de nuestro mensaje ha tenido lugar: "tú eres capaz", "hay otra
realidad". Asumida esta creencia, se sigue un efecto tranquilizante o sedante.
Lo que ha ocurrido, aquí, es que para conseguir implantar la creencia hemos recurrido a
un lenguaje analógico metafórico, en este caso, una representación, la del martillo
neumático, para comunicar indirectamente, más indirectamente porque el estado de
trance ya es una comunicación indirecta con el objeto de superar cualquier defensa o
resistencia. Hemos practicado una acción de refuerzo de la comunicación indirecta. Es
decir, para ser más explícito, nosotros, en este momento del procedimiento, no
hablamos directamente a nuestro interlocutor en términos de sugestión directa pura:
"mira, tú puedes, tú eres capaz de superar esta situación; tú sabes que hay otra
realidad mejor que esa que tú estás viviendo, etc.". Lo que hacemos es que, inmersos en
comunicación indirecta de trance, potenciamos, más todavía, la comunicación indirecta
recurriendo al símil representativo del martillo neumático.
Es un momento oportuno, creemos, para comentar que lo anteriormente expuesto no es
sino un ejemplo práctico de lo que es la enseñanza mediada mediante instrucción del
educador/a. Cuando estamos comunicando un mensaje, un conocimiento o saber, la
mediación interactiva y dinámica puede ser necesaria para la transferencia e
internalización, para la adquisición o aprehensión del conocimiento.
Cuando nosotros vamos, en este caso concreto, representando el acto de empleo del
martillo, estamos mediando mediante instrucción y, posteriormente, seguimos
mediando. Esto, realmente, está ocurriendo, indefectiblemente, a lo largo de todo el
proceso de diagnóstico-intervención. El/la mediador/a hace una labor de ayuda para
facilitar la transferencia e internalización del mensaje, aplicando metodología inductiva
con la pretensión de lograr una "experiencia mediada". La ayuda es "dar pistas", esto
es, sugerencias, insinuaciones, es decir, "dar partes del jeroglífico”, es decir, del
conocimiento, a experimentar. La mediación del educador/a es en forma de
comunicación indirecta: metáfora, preguntas, insinuaciones, sugerencias, etc. Esta
mediación es interactiva y dinámica. Es interactiva porque interactuan ambas partes,
el/la educador/a y el/la educando, paciente en este caso. Es dinámica porque es
cambiante y flexible para adaptarse a lo requerido en cada momento Estos conceptos
quedaron expuestos, en lo referente a la teoría PASS de la inteligencia, en nuestro libro:
"Neuropsicología. Aprender: ¿Qué y cómo?".
169
Una vez más, recogemos información verbal con retroalimentación gestual congruente
de su estado anímico. De nuevo, aparece el silencio en el procedimiento. Hemos
incidido sobre el mismo en los puntos 30, 41, 52 y 70. Recordar que el saber mantener
sin respuesta silencios expectantes o responder al silencio con silencio expectante tiene
un efecto focalizador de la atención por parte de nuestro interlocutor/a, al tiempo que se
produce un efecto confusión, al romper con la presuposición de que en presencia de
silencio se producirá una respuesta por la otra parte. En tanto que no respondemos no
rompemos la continuidad del discurso de nuestro interlocutor que, en la gran mayoría
de los casos, reanudará espontáneamente su relato con riqueza de información. La
información que sigue al silencio, en este caso, es de extraordinaria relevancia. Además,
ahora, ha tenido lugar un silencio expectante con cambio espontáneo de foco de
atención desde un tema relativamente aleatorio, lo relativo a Galicia, al tema
preocupante o sustancial: "...ha estado pensando y...". Tanto verbalmente como
gestualmente, en forma congruente, el padre de Ivan ha llegado al comportamiento que
expresa una decisión, libremente adoptada superados los bloqueos emocionales
originados en el inconsciente. Los cambios espontáneos de foco de atención después de
un silencio pueden ser una conducta de negación o resistencia a continuar con el tema
anterior o no. El nuevo foco o tema puede ser enmascarador o no. En este caso, el foco
o tema primero no nos parece enmascarador y, por tanto, no vemos resistencia sino,
mas bien, se trataba de un tema utilizado por nuestro interlocutor a modo de
introducción. El nuevo foco o tema tampoco es enmascarador y sí que denota ser el
foco de preocupación.
(103) ...Al cabo de dos semanas. Después de dos meses... ...pasado dos años...
Reflejamos en esta parte final del relato descriptivo los comportamientos actuales de
todos los miembros de la familia, desbaratados los comportamientos enmascaradores
que hicieron de Ivan un asmático grave, de su padre un ser violento antisocial y de su
madre una desgraciada compañera sentimental y una pésima madre. Una vez más,
resultó ser que "las cosas no son como parecen". Mediante nuestro procedimiento de
diagnóstico-intervención practicamos una labor docente cuya enseñanza fue la de
aprender a vivir, aprendiendo a ser persona.
P.S.: Este caso fue presentado al Premio de Investigación en Psicoterapia con ocasión del
Seminario sobre Terapia Familiar, Estratégica y Ericksoniana organizado por el Instituto
Erickson y la Facultad de Pedagogía y Psicología de la Universidad Ramón Llull de Barcelona,
mayo 1998, y fue premiado por un jurado constituido por S. Minuchin, C. Madanes, G. Zeig, P
Flores y F Salvador.
.S. Minuchin es uno de los pioneros de la Terapia Familiar y es fundador de la Escuela Estructural
contando, entre sus publicaciones, con: Familias y Terapia Familiar, Técnicas de Terapia Familiar, La
Recuperación de la Familia, Calidoscopio Familiar y Mastering Family Therapy.
.C. Madanes es una terapeuta representativa de la Terapia Familiar Estratégica que codirigió junto con J.
Haley el Instituto de Terapia Familiar de Washington. Es autora de: Terapia Familiar Estratégica.
.J. Zeig es fundador y director de la Fundación M.H. Erickson. Es autor, entre otros, de: Un Seminario
Didáctico con Milton H. Erickson, Terapia Breve: Mitos, Métodos y Metáforas.
.P. Flores y F. Salvador son miembros de la Societat Catalana de Teràpia Familiar y de la Facultat de
Psicologia i Pedagogia Blanquerna. Universitat Ramón Llull. Barcelona.
ÍNDICE ANALÍTICO*
170
Acto ejemplificador ...........................................9, 37, 40.
Acto experimental .............................................9, 37, 40, 72.
Amnesia postrance ............................................67.
Ancla .................................................................5, 57, 87, 97-98.
Atrapamiento ....................................................59, 61, 68, 77-78.
Cambio espontáneo foco de atención ...............69, 71, 102.
Compensación ...................................................4.
Compromiso .....................................................59, 61, 68, 77-78.
Comunicación en términos concretos ...............89, 100.
Conducción .......................................................39, 43-44, 57-58.
Conducta agonizante ........................................63, 97.
Conducta agresiva ...........................................15, 18, 24.
Conducta ansiosa .............................................2, 6-7, 94.
Conducta autoexculpatoria ..............................5, 7, 12, 63, 75.
Conducta beligerante .........................................15, 18, 24.
Conducta censurante .........................................5, 36.
Conducta enmascaradora consciente ................46, 64.
Conducta de amenaza suicida ...........................53, 94, 97.
Conducta de negación .......................................5, 21, 24, 52.
Conducta de polaridad ......................................26, 36, 64, 79, 97.
Conducta de rechazo .........................................21-22, 24, 46.
Conducta de resistencia o defensiva..................5,9,13,17,26,36,42,47,49,53,57-58,61,
63-64,69,71,76,78-79,88,94,101.
Conducta fóbica ................................................48-49, 71, 75.
Conducta provocadora .....................................18.
Conducta temerosa ...........................................48-49, 71, 75.
Conducta victimista ..........................................40, 73-74.
Conducta violenta .............................................15, 18, 24.
Confusión ..........................................................30, 58, 67, 75, 97, 99, 102.
Contacto ............................................................13, 99.
Contra-argumentar creencias .......................... 5, 41, 49, 66, 77.
Cuento .............................................................. 39, 62, 67.
Descompensación ..............................................4.
Efecto adivinación ............................................37, 57, 100.
Efecto confusión ...............................................30, 58, 67, 75, 97, 99, 102.
Efecto distracción .............................................16, 67.
Efecto éxito .......................................................37, 44, 55.
Efecto multiplicador ..........................................86.
Efecto refuerzo ..................................................34,3-39,43,58,62,86-87,89,100,101.
Efecto repetición ...............................................39.
Efecto sedante ............................................... ...30, 89, 99, 100, 101.
Efecto suspense .................................................57-58, 74, 86-87, 89, 100.
Efecto tranquilizante .........................................30, 89, 99, 100, 101.
Estado de trance ericksoniano ..........................30, 37, 39, 58, 99, 100, 101.
Experimentación ................................................9, 37, 40, 72.
Foco de atención ...............................................69, 71.
Formulación "como si" .....................................34, 85-86, 96, 99-100.
Formulación directa aparente ...........................56.
Formulación hipotética .....................................17, 23, 40, 42, 74, 77-78, 86.
Formulación en positivo ....................................16.
171
Formulación primera persona del plural .........54, 93.
Frase o locución incorporada ...........................58
Hipnosis por sugestión directa ..........................99,100-101.
Historia-secreto .................................................58-59.
Ilusión de opción de alternativa ........................23, 37, 44, 57, 101.
Incorporación ....................................................30, 54, 58, 61, 74, 85, 92.
Interés ................................................................32.
Interrupción de patrón ......................................30, 67, 99.
Locución introductoria ......................................56, 58, 86, 89, 100.
Metáfora ............................................................32,34,38-39,57-59, 86-88, 93,96,101.
Opción de alternativa ........................................38.
Oración interrogativa indirecta .........................61, 86-87.
Periodo de transición cataclísmica ....................63, 97.
(Conducta agonizante)
Polaridad ...........................................................26, 36, 64, 79, 97.
Pregunta abierta ................................................8, 11, 15-16, 31.
Pregunta-adivinanza .........................................57, 100.
Pregunta con respuesta encubierta....................31,37-38,41,44,50,55,57,61,70,77,86,
87,89,101.
Pregunta distractora..........................................67.
Pregunta escrutadora.........................................8, 11, 15-16.
Pregunta metafórica...........................................74.
Pregunta paradójica ..........................................31, 59, 86.
Pregunta semántica ...........................................25, 49, 76.
Prescripción .......................................................31, 40, 42, 50, 59, 61, 72,74,78,86-87 .
Prescripción metafórica hipnótica sedante........89, 100-101.
Prescripción síntoma ........................................97.
Presuposición ....................................................30, 77, 102.
Realidades apiladas ...........................................58.
Receta ................................................................31, 40, 42, 50, 59, 61, 72, 74,78,86-87.
Refrán ................................................................57.
Refuerzo .............................................................34,3-39,43,58,62,86-87,89,100,101.
Resistencia ..........................................................5,9,13,17,26,36,42,47,49,53,57-58,61,
63-64,69,71,76,78-79,88,94,101.
Secuencia característica ....................................38, 86, 89, 95.
Secuencia de ideas .............................................86.
Secuencia sensorial interna ...............................99, 100-101.
Silencio expectante como respuesta ..................26, 30, 33, 41, 52, 70, 78, 102.
(Respuesta de silencio al silencio con expectación)
Silencio con cambio espontáneo de foco ...........102.
Sobrecarga canales acceso información ............99-100.
Soporte emocional ..............................................13.
Subrayado analógico ..........................................5, 57, 97-98, 101.
Términos de posibilidad .....................................17, 23, 40, 42, 74, 77-78.
Términos de proposición ....................................23.
Universales .........................................................55.
Verbalización ......................................................54, 85, 96, 99.
* La referencia numérica corresponde a la numeración entre paréntesis que introduce cada punto de la
discusión razonada.
172
2.No quería comer y...
Iris estaba ingresada en el hospital. Era ya la cuarta vez (1) que ingresaba en el
transcurso de los tres últimos meses. La causa de los ingresos (2) era pérdida de peso,
anorexia y vómitos provocados. Anta la reiteración de los ingresos el médico
responsable de la planta pediátrica pide nuestra colaboración (3) pues considera que
pueda ser de utilidad una intervención psicopedagógica.
173
Cuando aún estábamos hablando viene a buscarla una enfermera para que cene; le
“sugiere” pero “con tono amenazador” (22) que se coma toda la comida. Iris no quiere
salir de la sala; le dice a la enfermera que quiere continuar la conversación con nosotros.
Ella no se la cree y le dice que lo que quiere es no comer. Al poco rato regresa con una
bandeja de comida. Se la pone en la mesa y le dice que se lo coma todo y que ella se
quedará allí para vigilarla. El tono de la enfermera es de autoridad (23) y amenazador.
Iris se levanta y le dice que no le da la gana comer. Sale de la sala y se dirige a su
habitación; la enfermera la persigue con la comida. Damos por concluida la entrevista y
vamos a la habitación a despedirnos de Iris. Está llorando en la cama y oyendo las
amenazas de dos enfermeras más. Ella va repitiendo (24) que no piensa comer nada. Las
enfermeras nos piden que la dejemos sola.
Nos despedimos con una mirada de complicidad (25): hemos conectado con ella. Se ve
que al cabo de un rato consiguieron que tomaron un par de bocados de comida. Una
charla con la enfermera (26) sugiriendo métodos menos coercitivos no surtió efecto. Es
aún un tema pendiente.
A la mañana siguiente le dan el alta del hospital. Al venir la madre a recogerla hablamos
unos minutos con ella a solas. Notamos que, de momento, no le parece necesaria nuestra
intervención. Le recordamos que su hija tiene un teléfono al que llamar en caso de
necesitarnos. Notamos que (27) la madre nos “esconde alguna cosa”.
Al cabo de un mes nos llama el pediatra (28) de cabecera de Iris. Nos dice que ha
hablado con la madre de Iris y que ha sido ella misma quien le ha dado nuestro teléfono
y le ha pedido que nos llame. Nos cuenta que Iris está en lista de espera para ser
atendida de Anorexia Nerviosa en un hospital de Barcelona. Es por esta razón que la
madre no quiso comprometerse con nosotros. Sin embargo, la niña cada vez “está peor”
y le han dicho que a lo mejor tardaría meses en ser atendida. Le habían diagnosticado
una Anorexia Nerviosa y debía de ingresar en el hospital cuando la avisaran. La posible
tardanza en la intervención alertó al pediatra. Éste nos pedía que mientras tanto no
pudiera ir a Barcelona que iniciáramos nosotros la intervención. Le explicamos nuestra
forma de proceder (Humanista-Estratégica) (29) haciendo hincapié en que dista y
mucho del modelo de intervención que seguiría Iris en el otro Hospital (Conductual). El
pediatra dice que hablará con la familia.
Al cabo de otro mes vuelve a llamar el pediatra y nos comunica que la familia está
desesperada y que acepta cualquier forma de intervención que no implique un retardo en
el tiempo. Accedemos a la demanda del pediatra y pedimos que comunique a los padres
que nos llamen (30) para pedir día y hora.
174
“coja”. Un día la operaron de la pierna y quedó tan bien de la operación que dejó de
cojear por completo. De todas maneras aún sus amigos la llamaban “coja”. Se queda un
poco en silencio y después dice: Lo importante sale de uno mismo...” (36). A
continuación relata que quiere ser cantante y hablamos de lo que se necesita para serlo.
Notamos que falta ilusión en sus ojos (37). Para ser cantante dice que necesita un cuerpo
excelente. Le preguntamos cómo se ve (38); nos dice que se ve gorda. Le insistimos en
qué quiere decir con gorda y nos contesta: “que hago barriga”.
Le pedimos que cuando ella quiera cierre los ojos para intentar ver por dentro (39) esta
barriga; le vamos hablando un tono de voz suave y cariñoso; le ponemos la mano en su
rodilla y vamos guiando su proceso de “mirar hacia dentro”. Le sugerimos que nos diga
cómo ve su barriga, qué hay en ella... nos dice que nota un peso. Le preguntamos por el
color: negro. Le pedimos que lo visualice completamente. Nos dice que tiene un tamaño
que corresponde a todo su vientre... Cuando vemos que lo ha visualizado
completamente le pedimos que le diga a su cerebro que cuando él quiera haga que este
peso explote completamente y que deje libre su barriga... Cuando nos dice que ya lo ha
hecho, distraemos su atención (40) preguntándole si le gustan las muñecas; nos dice que
si y empieza a relatar todas las que tiene.
Al cabo de unos minutos, ella dice: “ ¡Anda, puedo respirar hondo (41) y no noto el
peso en la barriga¡ ”. Llega su madre a buscarla. Entra en la consulta y empieza a
descalificarla (42) en mi presencia. Nos damos cuenta de que la relación madre-hija está
basada en recelos, gritos, amenazas... Pedimos a la madre que nos venga a ver. Accede
con reservas afirmando que es su hija la que tiene el problema (43). Como la madre nos
comenta que van a ver al pediatra, aprovechamos para llamarlo por teléfono (44). Le
comunicamos nuestra impresión en cuanto la relación madre-hija y el pediatra nos la
confirma. Le pedimos si puede dejar de obligar a Iris de hacer dieta. Le pedimos que le
diga que coma lo que quiera y cuando quiera. Accede a nuestras peticiones y nos dice
que también dejará de pesarla cada semana. Quedamos que estaremos en contacto.
Le pedimos que no explique un poco la “historia” de su hija (45). Nos dice que no hubo
ningún problema ni en el nacimiento ni durante el desarrollo. No tuvo nunca
enfermedades de interés.
Lo primero que relata y que según ella fue un problema, fue que la niña repitió el primer
curso de EGB a petición de la maestra justificando un retraso lector importante. Este
hecho separó a Iris de sus amigas y no fue bien aceptada por el nuevo grupo. Además,
durante este mismo año nació su hermano.
Cuando cursaba 5º de EGB empezó a sacar peores notas y se quejaba constantemente de
problemas con las amigas. Durante el 6º curso los problemas se incrementaron y ella
quería cambiar de escuela pero continuó en la misma.
La madre añade que, a su parecer, la niña es demasiado negativa, desconfiada,
maniática, posesiva y egoísta. Nos cuenta que la relación con su hermano es buena.
También nos dice que la relación con su padre es mejor que la que ha establecido con
ella, aunque la confianza que tiene con su padre es “relativa”: sólo le explica lo que ella
quiere. Continua añadiendo que su relación con Iris ha ido de mal en peor; des de hace
unos tres meses que es muy “tirante”. Se queda un poco pensativa y añade: “es una niña
rara”. Argumenta que es por ello que recibía atención en un centro de salud mental para
niños hasta que ella dijo que no quería ir más.
Le preocupa la actitud tan negativa de Iris, su extremada delgadez y que desde hace seis
meses no ha tenido la regla.
175
Cuando relata un episodio referente a la hora de la comida, admite que
ante la negativa de comer de Iris, ella se inquieta mucho: grita, le
prepara otra comida, le da sermones, se enfada con ella... Mientras
tanto el padre come y no le dice nada a Iris; en todo caso, si habla, es
para reñirla a ella (la madre) sobre el modo como trata a su hija,
pidiéndole que la deje en paz.
Intentamos comprender los sentimientos que nos transmite la madre; notamos que ha
pasado del tono agresivo y crítico que utilizaba, a un tono mucho más emotivo. Le
transmitimos nuestras impresiones: “Seguramente te sientes muy mal... (46). A veces
pensamos que nuestra obligación como madres es hacer que nuestros hijos coman, sean
felices... pero estos objetivos son suyos y no nuestros”. Notamos que se identifica con
nuestras palabras y seguimos: “Esto es como discutir lo indiscutible, o como el que
quiere controlar lo que es incontrolable...” La madre admite que la relación con su hija
es muy mala y que esto la angustia muchísimo; empieza a llorar... Comprendemos su
estado de ánimo e intentamos “desculpabilizarla”, sugiriendo el mensaje de que:
tenemos la culpa de aquello que provocamos intencionadamente. Ella admite que no ha
sido así. Le decimos, ya para acabar, que si de veras quiere ayudar a Iris que se ayude
primero a ella misma. Le prescribimos que, si quiere, mientras ellos y la niña coman,
ella le hable de su trabajo, de sus aficiones, de lo que quiera... Si Iris no come, le retira
el plato y otra vez tendrá más apetito. No pasa nada. Le decimos sonriendo que “habrá
comido toda una dosis de atención y cariño”. La madre abandona la consulta mucho
más relajada (47).
Entrevista Iris:
La veo un poco más alegre. Empieza a hablar como más risueña (48). Enseguida habla
del “problema del vientre”. Habla de sus padres; los acusa de dejarla sola a ella y a su
hermano con su abuela todos los domingos. Se queja de que la madre siempre la está
insultando, incluso, le dice “monstruo” y que “es un castigo” para ella (la madre).
También los culpa de haberla hecho repetir el primer curso de EGB. Hablamos también
del concepto de culpabilidad-intencionalidad. Calla y cambia de tema.
Hablamos de cómo es ella. Vuelve a hablar de su vientre (49); cierra los ojos y me dice
que nota un globo lleno de aire que la aprieta mucho. Le sugiero que dé permiso a su
cerebro para que, cuando quiera, reviente el globo. Hablamos de otras cosas y al cabo de
unos minutos me dice que ya no nota ninguna presión en el vientre.
Después dice que está preocupada pensando si come o no come. Le digo que es una
decisión suya. Se levanta de la silla y se pesa ella sola. No hace ningún comentario del
peso, pero dice que quiere tener “más pecho” y “más culo”. Dice también que hace seis
meses que no le viene la regla. Le hablo de un coche; el mensaje es: es más importante
el motor que el chasis.
Viene a recogerla su padre y aprovecho para pedirle si puede venir un día. Accede pero
con reservas (50).
Entrevista padre:
Lo noto muy, pero muy, distante. Le cuesta mucho aceptar que el problema de su hija
pueda estar relacionado con el contexto familiar; deduzco que su esposa le ha hablado
del tema. Él afirma y reafirma que todo el problema “es su hija”, es su “manera de ser”
(51).
176
Mediante metáforas y ejemplos intentamos cambiar la creencia de que “una persona
puede cambiar su actitud”. Parece que lo admite pero muestra resistencia cuando
intentamos una alianza con él para descargar a la madre de responsabilidad.
Cuando ya ha abierto la puerta, vuelve a entrar y con tono “autoritario” y muy crítico
dice: “Es imposible (52) que mi hija cambie y que vosotros podáis arreglar su
problema”. Se lo respetamos, no contestamos; nos despedimos de él con un fuerte
apretón e manos y una media sonrisa (53).
Entrevista madre:
Es una semana después de la entrevista inicial. Está muy tranquila y se la nota más
relajada (54). Nos dice que desde el jueves pasado, día en que hablamos, empezó la
“estrategia” con Iris y que las cosas van mucho mejor. No han vuelto a discutir tan
fuertemente. Dice que ahora no le está encima para que coma. Nota que Iris le explica
más las cosas. Me dice que el domingo ella y su marido se fueron a comer y que Iris y
su hermano se quedaron en casa de la abuela. Dice que Iris “hizo todo lo posible” para
que ella (la madre) se sintiera “culpable”. Ella dice que como pensó que la niña no tenía
razón, no hizo caso a sus provocaciones y sólo le manifestó sus sentimientos sin sentirse
herida. Iris cambió la actitud y empezó a comer (55) normalmente.
Entrevista Iris:
De entrada dice que está mucho peor porque vuelve a “hacer barriga” (56). No damos
importancia a su observación y voy mirando (57) un cuaderno de canciones que trae
consigo. Son letras que ella misma ha escrito. Son unas letras cargadas de emotividad y
de sentimiento. Me gustan mucho y así se lo transmito. Hablamos de ellas y me va
explicando sus sentimientos mediante las letras de las canciones. Se asombra (58) de
que “valgan” tanto.
Después me dice que, de hecho, “no está mal” como ha dicho al principio de la sesión
pero sí que “hace barriga”. Me dice que esta barriga la tiene desde el domingo (59).
Dice que se enfadó con su madre porque la dejó a comer con su abuela (es el mismo
episodio que contó la madre en la entrevista). Inducimos una relajación (60), visualiza
el globo y unas piedras enormes. Da permiso a su cerebro para que haga explotar las
piedras y reviente el globo. Cambiamos de tema.
Le explico la metáfora del pararrayos (61) mediante un símil con “las tormentas y el
pararrayos”; primero pedimos a Iris si sabe para qué sirve su cerebro; pocas cosas dijo,
pero acabamos conviniendo de que el cerebro es un órgano básico y que sirve “para
todo”; pues si sirve para todo, debe de estar “tranquilo” para funcionar bien, ¿no?. Iris
asiente. Dibujamos en un papel una casa rodeada de árboles con un pararrayos en el
tejado. Dibujamos unos rayos y pedimos a Iris que diga qué va a pasar. Su cara se
distiende, se nota a gusto con la actividad. Manifiesta que los rayos van a caer en el
pararrayos y que no pasará nada. Le decimos que estamos completamente de acuerdo.
Luego le sugerimos que piense qué pasaria si de pronto, llegaran millones de rayos. Ella
se echa a reir, le gusta la propuesta y dice: “se quemaría todo”. Y ¿qué pasaría si el
pararrayos no estuviera bien conectado con el suelo?.Iris dice: “el pararrayos se
incendiaria”. Después de estas dos preguntas le afirmamos que “su cerebro” es como el
“pararrayos”. Se nota una expresión “nueva” en la mirada y en la cara de Iris; en primer
lugar se refleja como confusión, quiere razonar la afirmación y no puede; unos segundos
177
más tarde, dice: “¡Ah!”. Y se nota una satisfacción interior como de comprensión del
mensaje y dice: “Por eso noto que se me hincha la barriga”.
Antes de salir vuelve a prenguntar si come o no come (62). Le contestamos que haga lo
que considere conveniente en cada momento. No parece muy conforme pero se va
tranquila.
Entrevista Iris:
A la semana siguiente cuando entra me dice que está bien. Enseguida, incluso antes de
sentarse, dice que “hace barriga”. No le contesto y continuo (63) apartando papeles de
encima la mesa. Después me siento a su lado, la miro a los ojos, le pregunto (64) qué le
preocupa y me dice : “nada”. Silencio.... Después me dice que se ha querido hacer
amiga de un niño pequeño que juega al futbol con su hermano y que un día fue al cine
con un chico; estaba muy contenta. Después se lamenta que los chicos y chicas de la
clase no le hacen regalos ni le preparan fiestas...(65) Admite que le importa mucho la
valoración que de ella hacen los demás. Le explicamos una metáfora (66): “Había un
padre que tenñia que desplazarse con su hijo a una ciudad cercana pero un poco
distante; no tenía otro medio de locomoción que un pobre borrico. El padre cogió al
chico y lo sentó encima del animal; él andaba tirando de la correa. En esto que pasó un
grupo de personas que iba andando; el padre los saludó y notó que lo censuraban
diciendo: “Fíjate como el hombre maleduca a su hijo; le consiente que él vaya tan
cómodo encima del animal y el padre andando cansado, vaya, ¡qué padres!”. El pobre
padre pensó que a lo mejor tenían razón y mandó a su hijo que bajara del borrico y se
montó él. No pasó mucho rato que se encontraron con dos mujeres que cuchicheaban:
“Fíjate en este hombre... pero qué vergüenza... él encima del borrico y el pobre chico
andando, esto son malos tratos...”. El padre pensó que tenían razón y mandó al chico
que también se montara encima del borrico. Al cabo de un rato se cruzarón con tres
personas que murmuraban: “Fíjate este hombre qué caradura, cómo abusa de este pobre
animal... ambos encima de él, con lo que pesan,... vaya, vaya, demuestra muy poco
amor hacia los animales... y qué va a aprender su hijo”.
El padre pensó que tendrían razón y probó la última combinación que quedaba: los dos
andando y el borrico sin llevar carga alguna. Con esto que oyó el comentario de tres
vecinos que los vieron pasar : “Fíjate en este hombre; es más borrico que el borrico...
Mira que ir andando pudiendo ir montados en el animal...”
La cara de Iris se transformó con una sonrisa y dijo: “Hagas lo que hagas, siempre te
pueden juzgar mal”.
Le pido que me diga una cosa que ella ha decidido en su vida (67). Piensa... silencio...
dice: “Nada; siempre pedía la opinión a los demás pensando que los demás no se
equivocan”. Sonríe como si recordara el mensaje de la metáfora. Después dice que
“tiene miedo de (68) decidir”. Le sugiero una estrategia con el símil de una balanza (69)
con dos platos: uno, el plato del Si, el otro, el del No; hay que colocar las razones que se
tengan en cada plato y notar qué plato pesa más. No importa equivocarse; se reconoce
el error y se cambia la decisión.
Le pido que escriba cada dia (70), antes de acostarse, qué ha decidio por ella misma.
Mira el reloj y dice que la sesión ha durado poco (una hora) y me pregunta si pronto ya
se va a sentir tan bien que no le hará falta venir. Me dice que ella quiere venir anque se
encuentre bien (71).
Entrevista Iris:
178
Me explica que decidió por si sola que haría un regalo a un amigo. Después me dice que
también decidió (72) cantar sin música en el festival de la escuela; notamos una
tendencia a relatar sólo el lado “oscuro” de los acontecimientos. Se lo manifestamos
“negativizando” aún más la situación. Por ejemplo, ella dijo que al cantar observó que
una amiga suya chismorreaba a la chica que tenía sentada a su lado; Iris dedujo que esta
amiga la criticaba (73). Le decimos: “Y mientras cantas, ¿Te tiraban tomates?, ¿Te
silbaban? ¿Todo el teatro cuchicheaba con el vecino? (Ella había dicho que había unas
doscientas personas). Sonríe, pone aquella mirada que indica que “mira” en su interior”
(74), vuelve a sonreír y dice”: Sí, tienes razón; me fue bastante bien... bueno, bien,...
bueno, muy bien... Después los padres de mis amigos y mis maestros me felicitaron y
me dijeron que tenía una voz muy bonita... ¿Tú crees que así lo pensaban?. Le
contestamos: ¿Y tú, qué crees? (75). No responde y de repente cambia de tema; dice que
está haciendo brazaletes y que los vende en la tienda donde trabaja su madre. Está
contenta pues se gana algún dinero.
Después, al levantarse de la silla, es ella que da por finalizada la sesión y hace el
comentario de que aún “hace barriga”; le sonrío... ella sonríe y no añade nada más.
Cuando ya había abierto un poco la puerta me dice que ha engordado un kilo (76) pero
que se ve mejor.
A los tres días de la entrevista anterior, llama la madre por teléfono (77) y dice que no
puede venir a acompañar a su hija porque tienen mucho trabajo en la tienda. Me dice
que está contenta porque ve que Iris va progresando; dice que la nota más tranquila y
que come normalmente. Ella misma añade: “Claro que yo también estoy mucho más
tranquila".
Entrevista Iris:
La veo muy animada; está muy contenta porque ha tenido la regla (78). No habla ni del
peso ni de la barriga. Me dice que la relación con su padre (79) es muy mala; me dice
que su padre la critica constantemente como si tuviera necesidad de desprestigiarla,
diciéndole cosas como que no será capaz de (80) aprobar matemáticas. Sigue hablando
sin dar oportunidad a intervenir. Explica lo bien que se lo pasa en los partidos de fútbol
y cómo le gusta ser amiga del compañero de equipo de su hermana.
Continua hablando explicando anécdotas; se ríe, se la ve tranquila... Después me dice
que debe de hacer un trabajo para la escuela que consiste en entrevistar a alguien. Me
pregunta si quiero que me haga la entrevista. Le digo que no tengo inconveniente pero
le sugiero la posibilidad de entrevistar a un o una cantante ya que a ella le gustaría ser
cantante. Se queda como atónita, piensa, calla... Después dice: "¿Y quién va a querer
hablar conmigo si yo no soy nadie?" (81). Le escribo en un papel el teléfono de un
cantante joven que yo conozco pues vivimos en el mismo pueblo. Le digo que ha
grabado algún disco y que es una persona excelente. Me vuelve a decir: “Si hombre,
seguro que va a hablar conmigo, si yo no soy nadie”. Me limito a responderle: “si
quieres le llamas y le dices que eres Iris”. Se queda como atónita. Ahora si que sus ojos
reflejan ilusión. Se va contenta pero dudando (82) si lo llamará o no lo llamará. Al salir
me dice que esperará dos semanas para la próxima entrevista ya que tiene exámenes en
la escuela y, de hecho, se siente mejor.
Entrevista Iris:
179
Han pasado dos semanas. Al sentarse me dice que ha aprobado matemáticas y todas las
asignaturas (83). Después me dice: “¿A que no sabes qué pasó?. El cantante quiso
hablar conmigo. ¡Yo no me lo podía creer! (84). Ha sido un trabajo excelente, según el
profesor. Además el cantante era tan simpático, tan atento,... que me quedé muy y muy
satisfecha. No sabes la vergüenza que pasé al principio, pero después fue bien, muy
bien... ”.
Después, cambia la cara; se le nota tensión y dice: “Tengo muchos problemas con mi
padre (85). Con mi madre ahora estoy muy bien, pero ella no me defiende de mi padre.
Mi padre siempre me está “encima” (86): Iris haz esto... Iris mira... Iris trabaja... “ Lo
explica con un tono de crítica y con mucho desprecio hacia el padre.
Ya no le preocupa la barriga ni el peso. Empieza a preocuparse por la relación con los
chicos; me dice: “¿Voy a encontrar un chico que me quiera? ¿Será guapo?”. Le
contestamos: “Si fuera tan seguro ganar a la lotería, como esto, ¡ahora mismo
compraría un número!”. Nos reímos. ... silencio... Se levanta como dando por acabada
la sesión y dice qué puede hacer cuando acabe los estudios (87). Le contesto: ¿Tú qué
quieres?”. Sonríe y dice que lo pensará.
Como la había acompañado el padre, lo invitamos a pasar a la consulta (88); el padre
admite que Iris está mucho mejor y que ya no tienen problemas con la comida. Añade
que de todas maneras su hija “es como es”, dando a entender un concepto muy negativo
de ella y que esto es muy difícil de cambiar (89). Acepto su afirmación (90) para evitar
la resistencia pero le digo que “difícil” no es sinónimo de “imposible”. No noto
resistencia y continuo diciéndole: “Mire, todos tenemos dos ojos pero cada cuál mira
con los suyos. ¿Lo que veo yo es lo mismo que lo que ve usted?” Se queda como
penando y dice un “sí” muy tímido. Le explico la siguiente metáfora (91): “Hace ya
mucho tiempo que un sabio investigador estudiaba el comportamiento de los polluelos
recién nacidos. En el jardín de su casa observó que los animalitos iban detrás de su
madre y no se equivocaban de gallina. Él hizo la hipótesis de que este comportamiento
era consecuencia de un comportamiento anterior que había realizado su madre (la
gallina) dando vueltas alrededor de ellos. Un día, el hombre sabio decide arrastrarse
dando vueltas alrededor de unos polluelos recién nacidos. En esto, que una señora lo
estaba observando desde detrás de la cerca del jardín. La señora no acertaba a adivinar
lo que el señor estaba haciendo y pensando que lo más lógico era que el buen hombre
había caído y no se podía levantar fue a buscar ayuda. Llegó al jardín con tres personas
más las cuales observaban al sabio. Éste no se percataba que tenía público y continuaba
con sus investigaciones. Un señor del grupo dijo: “este hombre no ha caído; parece
como si estuviera loco”. Otra señora añade: “Claro que está loco, mirad como se mira
fijamente a los polluelos”. Deciden ir en busca de un psiquiatra pues es un peligro para
la vecindad tener como vecino a alguien que no puede controlar sus conductas. Viene el
psiquiatra, observa la conducta y poniendo cara de pocos amigos llama al buen hombre.
Éste le explica lo que estaba haciendo un poco sorprendido del espectáculo que sin
saber había originado. El psiquiatra empezó a reír a carcajadas. Se alejó de allí
maravillado de cómo las personas pueden “inventar la realidad”.
El padre escuchó muy atento el relato; también sonrió cuando concluyó el relato y se
levantó automáticamente de la silla dirigiéndose hacia la puerta. Le damos un apretón
en el brazo y se despide deprisa, “como si huyera” de lo que le podríamos decir.
Entrevista Iris:
Iris viene al cabo de una semana. Dice que la relación con el padre ha mejorado un
poco; parece que la ha dejado más tranquila. Dice que ha engordado un poco y que se ve
180
bastante bien. Habla de anécdotas que le ha pasado con un chico; busca la aprobación y
la valoración, cosa que le damos tanto verbal como gestualmente (92). Dice que ya no
hace barriga. Quedamos que nos veremos dentro de tres semanas.
Entrevista Iris:
Han pasado las tres semanas. Iris está muy alegre y jovial. Ha cambiado la cara. Dice
que tienen amigos y una amiga con la que sale los domingos. Relata anécdotas hasta
que cambia el aspecto de su cara cuando recuerda a su padre. Dice que su relación con
éste es mala; que ahora es agresivo con todos (93). Nadie hace nada bien y ella menos.
Aprovecho para hablar con el padre (94). Éste se sienta y empieza a decir que ahora él
es el malo de la película; dice que Iris le hace rabiar mucho, le contesta e incluso ha
llegado a insultarle. Le pido que explique alguna situación y me doy cuenta que lo que
pasa es que Iris tiene las ideas más claras y no abandona sus criterios sólo porque
contradigan la voluntad del padre. Le pregunto si no será que su hija está más segura de
ella misma. Le digo que yo no estoy en su casa, que me puedo equivocar (95) y que, por
tanto, me ayuda mucho su opinión. Se queda callado, parece como si fuera un mar de
contradicciones. Dice que si con el lenguaje gestual pero acaba diciendo que no, que no
puede ser. Si su hija se porta mal es porque ella es así. Le pregunto: ¿La madre también
lo ve así?. Duda, dice que no. Continua diciendo: “Claro. Ahora usted pensará: ¿Cuál de
ellos llevará la razón? Será como lo de los pollos del otro día”. Sonríe; está más
distendido. Correspondo con la sonrisa y le digo que hacer de padre es muy difícil (96).
Dice que sí sin dudar. Se levanta y se va; su despedida es la más cortés de todas las
veces que nos hemos visto.
Entrevista Iris:
Han pasado también tres semanas. Continua teniendo muy buen aspecto. Me explica
todo lo que ha hecho con sus amigos. Es la primera vez que dice que está muy
convencida de que ella gusta a los chicos; lo dice con mucha satisfacción (97). Habla de
la mala relación con su padre pero parece que no la afecta tanto (98); es como si
encontrara la manera de evadirlo. Me dice que se lo explica todo a su madre y que ésta
la aconseja muy bien; le sabe mal cuando después le explica cosas a su padre. Me dice
que hablará con su madre y le pedirá que no lo haga. Quedamos para dentro de un mes.
Entrevista madre:
La madre comenta que está muy contenta con el cambio que ha hecho la niña. Dice que
come bien y que le han pasado todas las manías que tenía. Es muy consciente de la mala
relación que Iris tiene con su padre. Dice que el padre está insoportable y que está
pasando una mala temporada. Le digo que ella es muy importante para Iris y me dice
que ya se ha dado cuenta. Me pide que continuemos viendo a Iris aunque sean visitas
más distanciadas en el tiempo; ella misma dice que hablará con su marido pues el
problema es más de ellos como pareja (99) que nada más.
Sólo al entrar Iris ya dice que se encuentra muy mal. Su aspecto es bueno pero denota
tristeza. Dice que se ve gorda, que hace barriga,... Dejamos que hable. Dice que quiere
ser modelo y que el cuerpo de las modelos no es como el suyo. Le explico un cuento de
181
un león que quería ganar las carreras y cuidaba mucho su cuerpo. Un día se cayó y
quedó cojo para toda la vida. El león pensaba que se le caía el mundo encima pues ya no
sería un león modelo en las carreras. Estuvo triste, tan triste que dejó de comer y estuvo
a punto de morir. Menos mal que un día encontró un sabio muy sabio que le hizo ver
que lo importante estaba dentro de él y no en su pierna. El león empezó a pensar en todo
lo que tenía: padres, hermanos, amigos, una novia y pensó en cómo se lo querían y que
lo querían ganara o no ganara las carreras. Aquel día decidió que sería el árbitro de las
carreras, per o que ante todo, sería un león feliz.
Enseguida me habla de sus amigos; no sabe si salir con un chico. Sólo le digo que se
permita “escuchar” a su corazón.
Cuando ya se acaba la visita Iris está mucho mejor. Ella dice que de hecho no se ve
gorda; sabe que gusta a su chico y quiere continuar como está.
Le sugiero la posibilidad de que no es necesario que venga más a la consulta si ella no
lo juzga conveniente. Baja la cara y dice que ya se lo pensaba. Manifiesta que se siente
bien pero que teme que si deja de venir se pueda sentir mal. Le digo que estaremos
siempre dispuestos a recibirla con la puerta abierta cuando ella nos necesite. Se despide
dándome dos besos y muy emocionada. La verdad, es que yo también me emocioné.
Pasó todo el verano. Iris no nos llamó en ninguna ocasión. En septiembre llamó su
madre diciendo que todo iba bien. Nos dijo que el padre había encontrado otro trabajo y
que estaba más tranquilo. Dijo también que ellos, como pareja, estaban mejor. Iris había
decido cambiar de la escuela que iba a un instituto y empezaba a salir con un chico.
En Navidad, llamó Iris para felicitarnos. De esto hace ya tres años y cada año, por
Navidad, continua llamándonos y deseándonos mucha felicidad.
Explicación razonada
(1)...era, ya, la cuarta vez...
Los reingresos hospitalarios es un antecedente presente, con frecuencia, en casos de
psicosomatismo. Este hecho tiene una consecuencia que es actuar como elemento
retroalimentador o reforzador del síntoma, en el sentido de que va reafirmando la
creencia sustentadora del comportamiento sintomático: “la anorexia es una enfermedad
y quien ingresa en el hospital está, realmente, enfermo/a”. De esta manera, el
comportamiento sintomático que es un comportamiento enmascarador, responde
directamente a una creencia, la que hemos expuesto: “la anorexia es una enfermedad”.
Ya veremos que el comportamiento enmascarador tiene una creencia en origen que
nada tiene que ver con la creencia directa a que nos hemos referido. Estos reingresos
van contribuyendo a configurar una personalidad vulnerable porque inciden
negativamente sobre el autoconcepto, la autovaloración y la autoestima. La identidad
personal, en definitiva.
182
del entorno, en primer lugar, los padres. Esto no es más que la consecuencia de la
propia inmadurez de la edad infantil que no permite tomar decisiones de envergadura.
183
(6)..."está harta" de psicólogos. sentirse cada vez peor...
Nos está expresando verbalmente su resistencia, sirviéndose de una creencia, que
utiliza como argumento justificador, adquirida según su experiencia personal: “los
psicólogos que me han atendido no me solucionaron nada, luego generalizo y todos los
psicólogos me tienen harta”. La resistencia es un comportamiento enmascarador en sí
mismo; es una conducta de evitación, una conducta de negación de la realidad, en el
sentido más primitivo de conducta de huida ante el peligro. El peligro es haber de
afrontar la realidad en ausencia de conducta enmascaradora.
Obsérvese que manifiesta un aspecto que cuidamos, exquisitamente, en nuestro
procedimiento: “sentirse...”. Nuestro método de trabajo se basa en el mundo de las
emociones, de los sentimientos. Un indicador básico de la eficacia de nuestro proceder
es no provocar malestar emocional, porque ello sólo conseguirá reforzar la resistencia.
(7)...voluntariedad...
Volvemos a insistir en este aspecto que es fundamental como expusimos, ya, con
anterioridad. La reiteración de esta actitud nuestra implica un efecto recordatorio para
concienciar por parte de nuestro interlocutor/a que nos movemos en estos parámetros y
no otros. Siempre hay que comunicar el “querer” libremente frente al “haber de”. Nos
movemos en unas coordenadas que definimos como el derecho antes que el deber u
obligación. La obligación como imposición es incompatible con nuestro procedimiento,
porque la obligación o deber que no es la consecuencia de la convicción personal y
libre decisión no es el ejercicio de un derecho. El derecho, así entendido, crea
compromiso y el compromiso crea atrapamiento. Lo contrario, el deber impuesto
induce respuesta de polaridad. Cualquier “has de” disparará la resistencia inherente a
todo comportamiento enmascarador y generará sentimientos de culpa si no se cumple
porque el "has de" tiende a asimilarse a deber moral o ético.
Cuando permitimos el acto voluntario estamos practicando una enseñanza experimental
de creencias de identidad: "yo soy capaz de decidir".
(9)...menos reservas,...
En este momento, estamos constatando, verbal y gestualmente, que hemos logrado un
aceptable grado de superación de la conducta defensiva lo que, en buena parte, hay que
atribuir a la compenetración y empatía, y a la técnica de comunicación indirecta. Ello,
en definitiva, permite una mejor comunicabilidad en ambas direcciones.
184
Nos está manifestando de forma espontánea, en este momento de la entrevista, el estado
de sus relaciones en el entorno escolar. Es evidente que no está viviendo experiencias
agradables y parece que la escuela es parte de su problema. Está denotando
gestualmente y con el silencio pensativo la repercusión afectiva, emocional, del
momento. Este silencio es productivo desde el punto de vista de elaboración mental
pensante y ha de respetarse, por tanto. Esto es respuesta de silencio ante al silencio o
respuesta de silencio expectante. Las formulaciones en términos de gusto-disgusto, por
parte de nuestro interlocutor/a, merecen, siempre, una particular atención porque suelen
comunicar, transmitir, por una parte, el estado anímico y, por otra parte, información
sobre valores: "lo que gusta es valorado". Tomamos nota y dejamos que transcurra la
entrevista en espontaneidad, libremente para ella.
(12)...pregunta...
En este momento de la entrevista, consideramos logrado un estado de compenetración
suficiente y logrado un estado de concentración con disociación consciente-
inconsciente apto para abordar mediante preguntas aspectos emotivos, de sufrimiento
emocional generador de conductas de autoengaño enmascarador pudiendo vencer la
resistencia propia de estos estados. El procedimiento de diagnóstico e intervención es
un proceso y tiene un "tempo" que "va pidiendo, en cada momento, la parte de la
partitura a tocar". La idea que nos orienta es establecer creencias. Recuérdese que el
estado de trance ericksoniano corresponde a una forma de comunicación indirecta.
(13)...qué le preocupa...
Obsérvese que la pregunta es obvia. Ante una situación de problema o conflicto hay
preocupación lo que corresponde a un estado de ánimo ansioso, entendido, por
nosotros, en un sentido amplio de desasosiego e inquietud, tensión emocional, en
definitiva. El término preocupar, del lat. "preocupare" = "prae + occupare”,
etimológicamente, significa "ocupar antes que", es decir, "ocupar la mente con algo
que dificulta el entendimiento de los siguientes pensamientos". con las lógicas vivencias
afectivas negativas. Es una forma de pregunta abierta, indeterminada, para que
verbalice las vivencias que está viviendo como problema, esto es, con preocupación. La
formulación de preguntas abiertas constituye una forma de “dejar libertad para decir
lo que se quiera”. Es comunicación indirecta y vale decir que "cuan menos indirecta
sea una pregunta más abierta e indeterminada ha de ser".
185
es la incongruencia o incoherencia entre lo verbal y lo gestual, y entre la conducta
verbal y no verbal, en cantidad y calidad, y la motivación de la misma.
La desproporción incongruente se manifiesta en la incongruencia entre lo verbal y las
motivaciones o razones argumentadas porque las creencias directas no son razones
reales sino encubiertas para despistar y, por otra parte, se manifiesta en la
incongruencia entre lo verbal y lo gestual porque lo gestual es consecuencia de lo
inconsciente, de lo sentido, en tanto que lo verbal es consecuencia de la razón y, en
caso de enmascaramiento, la razón actúa deformada y supeditada al mundo emocional
inconsciente.
En cualquier caso, si no tenemos esta pista, cabe siempre plantearse tal posibilidad
como hipótesis. Si es enmascarador, esta conducta cumple su misión de llamar la
atención para, induciendo lástima, promover cuidados, protección, “mimos”. Si esto es
así, la creencia origen es “yo no soy estimada, yo no soy digna de estima, yo no valgo”.
Si esto es así, habrá que investigar creencias de capacidades, creencias en general y
creencias de identidad. Como en todo autoengaño enmascarador aparecen los
argumentos justificadores del mismo que son creencias, en este caso, del tipo "quien te
tiene manía no te quiere".
(16)...le decimos...
Aquí tomamos parte activa en la conversación, ante la falta de continuidad del discurso
de nuestra interlocutora, por falta de recursos propios. Nuestra intervención, entonces,
consiste en iniciar un enunciado de cualidades que pueden adornar la personalidad y
constituyen valores. La idea es ir presentando "como un listado" de las mismas para
que, por asociación, establezca comparación y vaya definiendo el "cómo soy yo". Este
"listado" es como si contáramos una historia y, en este sentido, lo que estamos
formulando es una pregunta metafórica. Y, realmente, lo que estamos haciendo es una
pregunta enmascarada. Decimos que es enmascarada porque, liberalmente, no estamos
preguntando: "Mira, hay personas inteligentes...".
Decimos que se produce una ilusión de opción de alternativa porque puede contestar o
no contestar o contestar de la forma que quiera, pero la opción es falsa o paradójica. En
realidad, el/la preguntado/a siente el compromiso de haber de contestar. El compromiso
es sentir el deber de ser coherente o congruente entre la decisión voluntaria y libre de
estar allí, ante nosotros, y la consecuencia o resultado de esa comparecencia: "estar allí
para cumplir con la finalidad de aquel acto; aquel acto es, fundamentalmente,
comunicación y la comunicación es intercambiar información". El incumplimiento de
un compromiso genera sentimiento de culpa. Comenzamos con un valor como la
inteligencia muy estrechamente relacionado con el entorno escolar y de altísimo rango
en la escala de valores de todas las personas.
186
(18)...pedimos que entiende por no ser inteligente...
Hacemos intervención orientada al cambio de creencia, vamos con la intención de hacer
una "crítica de la creencia" o "contra-argumentación de la creencia”, en el sentido de
inducir una reflexión propia de los estados maduros para llegar al cambio conceptual
del término y darle la opción de elegir otra realidad. La forma de hacerlo es pedir el
significado, es hacer la interpretación porque necesitamos saber el concepto que I. tiene
sobre inteligencia. Es la pregunta semántica. Recuérdese que este "hacer que uno/a
mismo/a, el/la paciente, comprenda y se convenza, por sí mismo/a, luego de un trabajo
mental propio de deliberación racional que lleva a una conclusión y una decisión
sentida libre" tiene un efecto docente con resultado de generación de autovaloración y
autoestima: "yo soy; yo soy capaz, yo valgo". Es decir, un efecto identidad.
187
autoritaria, si fuera necesario, para que esta paciente coma". Evidentemente, la
enfermera obra de buena fe, pero lo que no sabe es que con su conducta está reforzando
el comportamiento enmascarador de Iris que, seguro, responderá con respuesta de
polaridad. El comportamiento enmascarador de Iris, en forma de anorexia, es una
conducta motivada, inconscientemente, para llamar la atención hacia sí misma. Esta
atención hacia sí es interpretada por su inconsciente, nada discriminador, pésimo
traductor, como estima, cariño. Esta es la contracreencia, porque la creencia origen de
su comportamiento es "yo no me siento estimada". Esto es tan doloroso que su
inconsciente ha de protegerla poniendo en marcha el enmascaramiento, porque el
inconsciente "está para eso". Entiéndase, por tanto, por qué la actitud de la enfermera,
desafiando la contracreencia que sustenta la anorexia, está reforzando la anorexia y
cosechando un efecto contrario, una respuesta de polaridad. La enfermera, sin saberlo,
está pretendiendo eliminar, con explicaciones racionales conscientes, el
comportamiento enmascarador que es un mecanismo de defensa protector, puesto en
acción por el inconsciente, contra el malestar emocional de nuestra joven paciente.
188
un acompasamiento de sentimientos. De hecho, estamos practicando un subrayado
analógico en que se establece una asociación, ancla o vínculo, entre nuestro gesto y una
situación de ayuda.
189
Asistimos, aquí, a un aspecto digno de comentario. En nuestra manera de proceder,
necesitamos ese acto voluntario de "querer ser ayudado/a" desde el primer momento de
nuestro/a intervención por razones ya aducidas, una, porque denota un grado de
resistencia posible de superar mediante nuestra intervención y, dos, porque crea o
genera el efecto compromiso.
Un aspecto a comentar es que, en ocasiones, quien está viviendo una situación de
conflicto emocional está actuando, comportándose, de forma enmascaradora sin
percatarse conscientemente mientras que, en otras ocasiones, sí que hay percatamiento
consciente de la conducta enmascaradora. Lo que escapa, siempre, al percatamiento
consciente es la motivación inconsciente de la conducta de autoengaño enmascarador.
El grado máximo de enmascaramiento corresponde a aquellos casos sin percatamiento
consciente. Es decir, el ejemplo más claro, tal vez, de lo que decimos lo tenemos en
casos de conductas sobreprotectoras enmmascaradoras sin percatamiento consciente
en que el/la agente de la sobreprotección "sí que se da cuenta de lo que hace, del acto
en sí, cuando sobreprotege, pero no se da cuenta de que está obrando con
sobreprotección, de que aquello que hace supone una sobreprotección". Esto hace
disparar la resistencia a cualquier acción orientada a lograr eliminar ese
comportamiento enmascarador, pero protector, defensivo, como explicamos,
reiteradamente, a lo largo de la exposición. Tenemos una oportunidad para vencer esa
resistencia que es nuestro primer contacto, que, por cierto, ha de estar saturado de
acompasamiento de sentimientos con lo que generamos empatía y compenetración. En
tanto se genera un subrayado analógico, al modo de lo explicado en el punto 25, se
produce un efecto siembra susceptible de germinar, con posterioridad.
Ocurre, a veces, cuando la resistencia es elevada, que resulta infructuoso, aunque sólo
parcialmente infructuoso. Queremos decir que el/la profesional ha de ser
suficientemente hábil como para, en este primer contacto, comunicar mensajes que
pongan "en duda" las creencias que dan soporte directo al comportamiento
enmascarador. Esto es, contra-argumentar creencias que generen dudas. La duda es
falta de convicción y la creencia es convicción. El resultado, es que "no se acepta
nuestra ayuda, entonces", como conducta de negación de la realidad. Se emprende una
conducta de huida, pero la experiencia dice que nuestra siembra hará sus frutos "tiempo
más tarde", cuando a falta de solución, la ansiedad lleva a la persona a una situación
límite.
190
se puede considerar la existencia de un cierto efecto anclaje: "se acuerda de nuestra
entrevista". .
191
ve obligada, comprometida, a expresarse verbalmente. El inconsciente le dice: "puesto
que has de hablar, habla, pero mira de despistar como protección porque detecto
peligro". Si pretendes que una anoréxica reconozca que "no está gorda”, utilizando un
discurso razonado lógico consciente, le estás hablando un lenguaje verbal literal que
ella/él no entiende con el significado literal verbal del lenguaje; con el "no estás gorda"
le estás diciendo "abandona la conducta anoréxica" con lo que la respuesta de
polaridad está garantizada. Este mecanismo mental de operar de las anoréxicas, es
descrito, en la concepción más habitual de los profesionales de la psicología-
psiquiatría, como una distorsión corporal característica de este tipo de pacientes. Se
suele decir que la anoréxica "se ve gorda estando famélica" y parece interpretarse
literalmente lo dicho, cuando, en realidad, la anoréxica está empleando el lenguaje
verbal como conducta verbal distractora.
(36)...una metáfora... y.. silencio y dice: "Lo importante sale de uno mismo..."
Es un momento óptimo para una intervención orientada al aprendizaje de creencias de
alto valor en la configuración madura de la personalidad, de la identidad personal.
Utilizamos el recurso de la metáfora con las características que le son propias, como
procedimiento de comunicación indirecta. El mensaje o conocimiento y creencia que
queremos transmitir hace referencia a que "las cosas no son reales por el sólo hecho de
decirlas alguien" y, más importante, "yo soy capaz de discernir con mi razonamiento y
yo sé lo que soy". Damos por transferido e internalizado y comprendido, el mensaje,
cuando en estado de conciencia latente y focalizada se expresa verbal y gestualmente:
"lo importante sale de uno mismo". Es una declaración de autonomía madura frente a la
dependencia inmadura lo que supone mucho en términos de maduración y aprendizaje
de creencias.
192
Es importante, saber manejar los silencios de nuestro interlocutor/a. En este caso, el
silencio es la expresión del estado de conciencia focalizada en plena actividad mental
productiva. Tiene lugar una interrupción de patrón de procesamiento, un efecto
confusión y un efecto presuposición. No hay que interrumpir este silencio, por
consiguiente. Es la estrategia de respuesta de silencio ante el silencio o respuesta de
silencio expectante. Lo habitual en estos casos es que se produzca la secuencia
característica: metáfora, silencio productivo, expresión verbal. Otro aspecto a
comentar es que siempre que logramos un cambio de creencia mediante un recurso,
como por ejemplo la metáfora, que se basa en ubicar a la persona en un contexto
vivencial que comunica o transmite otra creencia, podemos decir que estamos
reencuadrando a esa persona.
(39)...cuando ella quiera cierre los ojos para intentar ver por dentro...
Abordamos, aquí, un recurso consistente en inducir un estado de conciencia disociada,
conciencia latente o trance ericksoniano para intervenir sobre la ansiedad inherente a
los comportamientos enmascaradores anteriormente descritos. Este estado de trance
viene, ya, ocurriendo a lo largo de la entrevista y lo que hacemos, ahora, es profundizar
en ese estado. Para ello, propiciamos una postura óptima con ojos cerrados para que su
canal visual se centre, focalice, en lo interior, en lo susceptible de ser imaginado.
193
Procedemos a hablar con ritmo pausado, con voz suave y cariñosa para "tener ocupado"
el canal auditivo. También, le "damos trabajo" al canal cinestésico en forma de mano
en la rodilla. Con ello, mantenemos ocupados, saturados, los canales de información lo
que dificulta mantener un estado de atención consciente eficaz. Al mismo tiempo,
nuestro lenguaje gestual, voz cariñosa, ritmo de voz, contacto está realimentando la
empatía. Cuando el lenguaje inconsciente, proveniente de Iris, nos dice que el estado de
trance es adecuado pasamos al momento de sugestión directa. La sugestión es un
fenómeno mediante el cual el/la que sugiere obtiene respuesta por un "mecanismo
psicógeno" de imitación o repetición imitativa, lo que no deja de ser un procedimiento
de lo más primitivo en la operativa mental. El aprendizaje más primitivo es la
imitación, de ahí que los bebés actúen por imitación en los primeros estadios de su
evolución madurativa.
La sugestión tiene por objeto lograr una vivencia, una experiencia, a partir de la
información que accede por vía visual, auditiva o/y cinestésica. En este caso le
sugerimos que nos diga "cómo ve", "cómo imagina", su barriga, esto es información
visual. La barriga es la concreción somática de su conflicto emocional, de su ansiedad;
esto es, nos servimos de la identificación mental que Iris hace, según la cual, "la barriga
es lo concreto de lo emocional, lo abstracto". Le ayudamos a describir su barriga de la
forma más detallada posible: contenido, color y tamaño de su contenido, etc. Con esta
operación de describir con detalle conseguimos una mayor aprehensión de la
información que está vivenciando. Estamos mirando de saturar los canales de acceso de
información. A continuación, llevamos a término el "acto terapéutico" consistente en
destruir el símbolo concreto, esto es, el peso de dentro de la barriga. El peso simboliza
el malestar emocional. Este "acto terapéutico" con su efecto tranquilizante-sedante,
funciona porque ella vive, experimenta, la destrucción de la ansiedad como real. Este
vivir como real quiere decir estar convencido/a lo que, en esencia, es una sensación o
sentimiento más que un acto racional consciente. En nuestro libro,
"Neuropsicopedagogía. Aprender: ¿Qué y cómo?" , explicábamos este concepto como la
esencia de la creencia o convicción. No importa tanto cómo o de qué manera se llega a
este convencimiento sentido sino el hecho de que tenga lugar y se produzca. Podemos
decir que la hipnosis ericksoniana, provocando una distracción de los mecanismos de
defensa racionales, permite, burlando esta filtración racional, que un conocimiento,
saber o experiencia, se implante en nuestro cerebro emocional.
(40)...distraemos su atención...
En este momento, practicamos este recurso para no romper el estado disociado de
conciencia latente o trance. Con este recurso estamos haciendo una interrupción de
patrón, es decir, una interrupción en la continuidad del procesamiento en curso. La
sacamos de la atención focalizada en lo interior con procesamiento de la información
que accede vía imaginación para haber de focalizar su atención en la nueva información
que le enviamos por vía auditiva exterior. Esto crea confusión, no teniendo tiempo para
preguntarse: ¡Qué significa esto!. Esto facilita el aprendizaje en el sentido de que
evitamos que tenga un momento de "reacción" consciente para cuestionarse,
preguntarse, elaborar juicios racionales críticos sobre todo lo que hemos comunicado
durante el momento anterior. Este efecto va asociado a un efecto distractor del
mecanismo de defensa o resistencia que tiene como objetivo o finalidad dificultar la
llegada de la información cumpliendo con su acción de autoengaño enmascarador. Lo
que se logra, en definitiva, es poder implantar un conocimiento sin deformación. Es lo
que se conoce como amnesia postrance.
194
(41)...ella dice: ¡ Anda, puedo respirar...!
Tenemos una constatación verbal con congruencia gestual del efecto desangustiante o
tranquilizante o sedante del acto de trance o hipnosis ericksoniana descrito con
anterioridad.
195
Iniciamos la entrevista suscitando una pregunta abierta, un tema abierto para un relato
espontáneo con las características que son propias a la comunicación indirecta. Este
tipo de pregunta, tan abierta e indeterminada, es lo que podemos denominar pregunta
escrutadora porque es como hacer un amplio "barrido escrutador" para ver qué se
detecta. El relato biográfico va discurriendo con una serie de particularidades que
significan información relevante. Dificultades escolares hasta el punto de desear
cambiar de escuela. Afirmaciones de la madre, definiendo a Iris, con carácter de
"etiqueta" o connotación negativa: "desconfiada, maniática, posesiva, egoísta...". Son
creencias de la madre que sirven como argumentos para justificar sus comentarios
verbales de autoengaño enmascarador y que, por otra parte, tienen un efecto deletéreo
al ser asumidas, aprendidas, por la hija convirtiéndose en creencias de valores que
afectan a la identidad personal de Iris. Evidentemente, la madre no sabe que tales
conductas verbales tienen una motivación inconsciente en lo más profundo de su ser, su
identidad personal, su autoconcepto, autovaloración y autoestima.
Se va produciendo una descripción de la relación padre-hija y madre-hija, apareciendo
esta última como más problemática. La madre tiene un problema. La hija tiene un
problema. Al hablar de relaciones, hemos de traducir en términos de comportamientos,
porque nuestro análisis se ha de centrar en la interpretación de los mismos. Se ha de
hacer notar que el comportamiento anoréxico incomoda, particularmente, a la madre,
pero no al padre. Dicho comportamiento provoca, asimismo, una reacción del padre
hacia la madre.
Si analizamos los comportamientos derivados de estas relaciones, observaremos lo
siguiente a la luz de nuestra manera de entender. Ya hemos explicado el
comportamiento anoréxico como un comportamiento enmascarador. Pero veamos,
ahora, el comportamiento materno. Nuestra hipótesis inicial es, siempre, "este es un
comportamiento enmascarador". Otros comportamientos de la madre, previamente
descritos, ya nos parecieron del mismo tipo, como ya expusimos con antelación. Si,
efectivamente, esta conducta materna es enmascaradora, ello está traduciendo una
contracreencia de la creencia origen que será "yo no soy estimada, yo no soy digna de
estima". La conducta materna provoca la atención de su marido y, mientras no se
demuestre otra cosa, el sujeto activo de la oración pasiva "yo no soy estimada" lo
asignaremos a su marido, que cumpliría los criterios de elemento desencadenante o
precipitante. En realidad, las cosas no se ajustan a la literalidad de lo expresado.
Queremos decir que ese "yo soy estimada" es un código que traduce baja autoestima y
ello es la consecuencia de las vivencias que condujeron a la configuración de la
identidad personal, durante el desarrollo y maduración, entiéndase, infancia hasta la
adolescencia. Cualquier experiencia o vivencia actual, presente, de falta de cariño y
estima logrará activar y reforzar, como factor precipitante o desencadenante, la baja
autoestima estimulando las conductas enmascaradoras. Los sujetos activos a que nos
referimos son los/las protagonistas de esas vivencias o experiencias dolorosas
reforzadoras.
En el caso de la conducta anoréxica, el sujeto activo se lo asignamos a la madre,
mientras no se demuestre otra cosa. Como veremos, la oración pasiva o código
inconsciente, "yo no soy estimada", se implanta en el inconsciente como consecuencia
de múltiples experiencias o vivencias que van transmitiendo y comunicando la creencia
expresada, acabando por minar la autovaloración y autoestima sin que el sujeto activo
que hemos identificado sea el causante de esas vivencias o experiencias.
196
Procedemos a un acompasamiento mediante una verbalización de sentimientos que
expresamos en términos de posibilidad, "seguramente, te sientes muy mal". La
formulación en términos de posibilidad genera una ilusión de opción de alternativa
entre hacer o no hacer lo que sugerimos. Establecido este refuerzo empático, nos
proponemos intervenir con la finalidad de criticar racionalmente, contra-argumentar,
las creencias sustentadoras de los comportamientos enmascaradores.
Utilizamos un método de comunicación indirecta consistente en hacer enunciados
verbales de las supuestas creencias, formulándolos lingüísticamente con el sujeto en
primera persona del plural lo que comunica como una pregunta enmascarada con
respuesta incorporada y enmascarada: "...pensamos que nuestra obligación como
madres es...", "... tenemos la culpa de aquello que provocamos...". La pregunta es
enmascarada, encubierta, implícita o tácita porque no la formulamos como tal y la
respuesta es enmascarada o encubierta porque en la formulación va implícita la que,
sabemos, es la respuesta sin que sea evidente. Sabemos, confirmado por lenguaje
gestual, que "la respuesta es lo que preguntamos" . Los enunciados que hacemos son las
respuestas y por eso decimos que la respuesta está incorporada. La respuesta es el
mensaje que comunicamos y lo hacemos de esta forma indirecta.
Al hacer estos enunciados, estamos "criticando la creencia", esto es, estamos
induciendo la reflexión de un juicio crítico, por parte de nuestro interlocutor/a, que
lleve a la conclusión de que la realidad puede ser otra distinta a la creída hasta ese
momento. Se trata de una formulación crítica, en el sentido de juicio crítico,
enmascarada.
La primera de las creencias hace referencia al tema de las obligaciones que rige muchas
conductas con el sentimiento de culpa inherente al incumplimiento de las mismas. La
segunda hace referencia a una creencia generadora de sentimiento de culpa muy
frecuentemente presente en estas situaciones de comportamientos enmascaradores:
"somos culpables sólo de aquello que hacemos intencionalmente". Es muy importante
intentar desculpabilizar lo antes posible para facilitar la superación de la resistencia
impuesta por el mecanismo mental censurador. El lenguaje inconsciente, corporal, en
forma de llanto emotivo, nos informa de la resonancia afectiva de las creencias que
estamos abordando, confirmándonos, retroalimentándonos en la certeza de nuestras
hipótesis.
El "te sientes muy mal" es una forma de incorporación verbal y gestual al discurso de
nuestra interlocutora, con un efecto de acompasamiento que transmite, comunica,
identificación de sentimientos, generando empatía y compenetración. Recordar que el
acompasamiento funciona en términos inconscientes como un código de "tu igual que
yo", lo que crea aproximación, identificación. Y recordar que la incorporación actúa
reforzando el estado de conciencia latente o disociada y la verbalización, por su parte,
cumple otra función añadida que, también, explicitamos en el apartado correspondiente.
197
Cuando no consideramos indicada la prescripción es porque comporta una suplantación
del/de la paciente en el ejercicio de su libertad de decisión en lo fundamental. La
prescripción la hacemos actuar sobre lo accidental. Recordar que hacer que nuestro
interlocutor/a ejercite su personalidad en actos de decisión es una experimentación, con
lo que ello implica de aprendizaje, para la adquisición de autoconcepto, autovaloración
y autoestima. Es decir, la "receta" no puede, nunca, consistir en una decisión que
tomamos nosotros para que no la tomen nuestros/as pacientes, convirtiéndonos,
entonces, en "salvadores”, cuando nuestra misión es de "ayudar" a encontrar esas
decisiones. Nuestro papel es de mediador/a. Este aspecto es de sustancial importancia y
no deberá perderse de vista para no caer en el error, sobre todo, en situaciones de alta
emotividad en que dichas "recetas" son solicitadas con ansiedad.
La receta, en este supuesto, es una intervención sobre el comportamiento en orden a
evitar, básicamente, el refuerzo de la resistencia. Actuamos con un efecto docente o
magistral impartiendo una enseñanza de conducta a seguir por la madre. Aplicando la
analogía de que la prescripción sólo puede ser el complemento de modo o locución
instrumental de la oración gramatical cuyo verbo principal es decidir: "la madre ha
decidido dejar decidir a su hija por medio de unas maneras de comportarse que
nosotros le enseñamos mediante sugerencia".
Seguimos sin perder detalle del lenguaje corporal de nuestra interlocutora, porque es
una respuesta retroalimentador a nuestra intervención. El verla "más relajada" nos
satisface porque el lenguaje inconsciente es veraz y creemos haber avanzado,
afortunadamente. Creemos haber logrado el efecto tranquilizador o sedante, entre otros,
que pretendíamos.
198
autoengaño enmascarador. Observar que esta forma de hacer se corresponde con la
forma de hacer que decíamos a propósito de la indicación/contraindicación de la
prescripción como expusimos en el punto 47.
Pasando a comentar las informarnos de sus relaciones con sus padres hay que hacer
notar que expresan diversas conductas verbales de disgusto con diverso contenido: "sus
padres la dejan sola los domingos", "la madre, la insulta y la descalifica", "la madre le
hizo repetir curso". Como siempre cabe plantearse si estas conductas verbales son,
exactamente, así, esto es, ajustadas a la realidad o si están deformadas como
consecuencia de enmascaramientos protectores. Si este último fuera el caso, estaríamos
asistiendo a una conducta tipo víctima con el objeto de llamar la atención sobre sí
misma para satisfacer la contracreencia. No sabemos, en este momento, si el relato es
más o menos ajustado a lo real, congruente. En cualquier caso, existe cierto grado de
certeza congruente en tales afirmaciones, pensamos, lo que nos permite interpretar la
existencia de conductas en los padres que resultan ser vivencias o experiencias
dolorosas para nuestra joven paciente.
199
que hagas; son así, de nacimiento". Ello es signo de resistencia, lo que, recordemos, es
una conducta enmascaradora, y nos indica que no hemos podido llegar al cambio del
núcleo de las creencias en el origen de este padre, al menos, en un grado mínimo para
poder soslayar, burlar, el mecanismo defensivo. La resistencia se incrementa cuando
buscamos su colaboración para lograr desculpabilizar a la madre, porque ello supone
desmontar el comportamiento enmascarador, que, recuérdese, hemos supuesto tiene
como objetivo o diana a la madre. Antes de marchar, vuelve a dejar constancia de la
presuposición inherente a su creencia, mirando de convencerse en su resistencia.
200
Utilización del lenguaje analógico o simbólico para informarnos de su estado anímico,
aunque nos parece incongruente con lo que su lenguaje corporal nos está diciendo;
recordar que el lenguaje inconsciente nos merece total confianza de fiabilidad.
Realmente, deducimos, su estado anímico no es malo. Pronto interpretamos que tales
manifestaciones son parte del comportamiento enmascarador, todavía, persistente.
Obsérvese que, aunque tal comportamiento va dirigido y orientado para provocar
respuesta en su entorno familiar, básicamente, en la madre, no obstante el
comportamiento se mantiene ante "extraños”; es decir, el comportamiento no actúa de
forma selectiva, solamente, ante el objetivo o diana, porque de esa forma perdería
efectividad, perdería opacidad, y, sobre todo, porque el origen real sustancial es la
identidad personal. La actitud o comportamiento materno es un factor desencadenante
que actúa sobre un terreno predispuesto que es la identidad personal de la hija. Por
consiguiente, es explicable que tal conducta se mantenga ante nosotros, "extraños" a su
entorno familiar.
201
consistente en psicosomatizar su disgusto emocional abstracto en algo concreto, su
barriga. Se trata de una forma de expresión en lenguaje analógico. Tal conducta la
relaciona ella misma, a modo de anclaje analógico, con el episodio vivido con su
madre. De hecho, la madre, al no reforzar la conducta anoréxica enmascaradora, había
contribuido eficazmente a desactivar tal conducta lo que, lógicamente, significó un
malestar emocional más importante que el mantenimiento de la conducta
enmascaradora. Recordar que de las dos opciones posibles, conducta o nada, esta
última es la más dolorosa porque la "obligación" del inconsciente es responder para
proteger.
En el transcurso del procedimiento, suele tener lugar un periodo de transición
cataclísmica paradójica o conducta agonizante en que parece que todo ha empeorado.
Decimos que es paradójico, este periodo, porque significa todo lo contrario. Coincide
con el momento en que se están desmoronando los comportamientos enmascaradores y
todavía no ha tenido lugar la instauración de una nueva identidad de forma consistente.
Recuérdese que el comportamiento enmascarador proporciona alivio y es menos
doloroso que su ausencia.
202
Nos está pidiendo eludir la responsabilidad de decidir por sí misma, de madurar,
aspecto básico de las creencias de identidad: "yo soy capaz de hacer esto o aquello",
"yo estoy segura de ser capaz de", "yo valgo", "yo soy un ser autónomo", "yo soy capaz,
tengo argumentos, criterios, para deliberar y decidir". Cuando adoptamos esta actitud
propicia para el aprendizaje de creencias y valores, estamos interviniendo en el ámbito
de identidad. Contrastar con el punto 47.
Hemos de insistir en que la prescripción no debe, nunca, suponer suplantar un acto de
toma de decisión cuando es posible llevar a cabo un acto experimental de nuestro/a
paciente en el cual tenga lugar un ejercicio de su propia decisión, de su personalidad.
Cuando ocurre lo anteriormente expuesto, se está produciendo una experimentación,
con lo que ello implica de aprendizaje, para la adquisición de autoconcepto,
autovaloración y autoestima. Se trata de practicar la experiencia mediada, es decir,
"dar las pistas del jeroglífico para que sea resuelto mediante un ejercicio mental y no
dar el jeroglífico, ya, resuelto". Este "encontrar por sí mismo/a las estrategias, los
recursos, para llegar al acto de decisión" a partir de sugerencias o pistas es la
experiencia mediada. Este concepto de aprendizaje lo expusimos en el apartado,
"Teoría PASS de la inteligencia”, de nuestro libro: "Neropsicopedagogía. Aprender:
¿Qué y cómo?".
203
comunicación indirecta. Obsérvese que la respuesta verbal inicial es "nada", esto es,
conducta de negación. Esta conducta, en principio, es menos dolorosa que haber de
afrontar la contraria, el comentario o verbalización de lo que le preocupa, realmente. El
silencio, aquí, sigue teniendo un significado de conducta de negación o evitación, como
mecanismo de defensa enmascarador. Recomendamos contrastar con los puntos 10 y
36.
(66)...una metáfora...
Sin demora, recurrimos a la metáfora, una vez más. El mensaje a transmitir está en
consonancia con la creencia que queremos abordar. Su creencia en el sentido de que "la
opinión o juicio de los demás sobre uno/a mismo/a es muy importante" es de alto rango
en el código de valores. Cuando nuestra joven paciente expresa: “Hagas lo que hagas,
siempre te pueden juzgar”, está demostrando que ha llevado a cabo la transferencia e
internalización del mensaje. Esa verbalización lleva implícita la creencia muy
importante que podemos expresar como que "la realidad es la de cada cual y lo que
para uno es cierto para otro puede ser erróneo; se respondía a la pregunta: ¿Es real la
realidad?". Consiguientemente, aquí hay otro mensaje de alto calado porque hace
referencia al código moral o ético: "puesto que la realidad es la de cada cual, cada cual
ha de obrar según su criterio moral, por convencimiento personal razonado".
Pensamos que en este momento ha efectuado un buen aprendizaje.
204
sabemos y, al menos gestualmente, no cabe otra respuesta. La respuesta es el mensaje
que queremos comunicar. La incorporación de los términos de posibilidad o hipotéticos
puede tener lugar en anteposición, en posición media o en posposición.
Es deseable, también, tener a nuestro interlocutor/a en un estado de conciencia
disociada o estado de conciencia latente a lo que ha contribuido, sin duda, la metáfora
anterior. Pero es que la misma estrategia de pedirle que recuerde actos de su vida que se
ajusten a lo solicitado tiene un efecto equivalente a pedirle que nos ponga ejemplos; es
decir, contribuye a la generación de un estado de conciencia latente, como explicamos
en el apartado correspondiente.
205
personalidad en actos de decisión es una experimentación, con lo que ello implica de
aprendizaje, para la adquisición de autoconcepto, autovaloración y autoestima. Se trata
de practicar la experiencia mediada. Es decir, estamos para "ayudar" pero no para
"salvar". Hablamos de prescripción siempre que damos de forma directa una
instrucción sobre la conducta, más concretamente, cuando damos una pauta concreta de
conducta: "haz esto o aquello". No obstante, cuando lo hacemos, lo acompañamos de
una formulación hipotética o de posibilidad
206
Sumida en su inseguridad, busca referencias en que apoyarse. Con todo, lo que está
expresando, aquí, son, afortunadamente, "dudas" lo que quiere decir que está
elaborando juicios críticos sobre sus experiencias; está deliberando para llegar a
conclusiones que se traducirán en creencias. Es un paso importante, pensamos. Está
elaborando nuevas creencias. El recurso que empleamos aquí es la respuesta con
pregunta con respuesta encubierta.
207
(80)...la critica. desprestigiarle... ...no será capaz...
El padre, a cuestas con su autoengaño enmascarador, va, continuamente, ejerciendo su
“labor docente” al enviar esta suerte de mensajes. Nuestra “inmadura”, aunque cada
vez más madura, jovencita recibe los mensajes como enseñanzas provenientes de un
maestro que, además, es su padre con lo que de lazos afectivos supone. Su padre es un
índice de referencia docente y afectivo. Semejantes enseñanzas tienden a ser traducidas
por el/la enseñando como creencias aprendidas que, evidentemente, conciernen a su
identidad. A partir de aquí, malestar emocional y su inconsciente, depositario de la
“urna de las emociones” comienza a interpretar: “Si yo soy así, no valgo nada, no soy
digna de estima “. Esta creencia en el origen dispara el comportamiento enmascarador.
Así fueron las cosas, pero así no son ahora. Algo ha cambiado y ese algo es el grado de
madurez de Iris que, ahora, es capaz de opinar, de someter a juicios razonados la
información que le llega, aunque esta sea proveniente de su padre, y de llegar a
conclusiones e, incluso, tomar decisiones. Sólo, después de este proceso aprehenderá
algo como creencia.
(82)...dudando...
Nueva expresión en lenguaje gestual que nos habla, ahora nuevamente, de la puesta en
acción de su capacidad de razonamiento ante una situación o experiencia que le
demanda una decisión. Cuando conocimos a Iris, ante una situación de este tipo no
habría habido ni tan siquiera una primera actitud de “plantearse el tema”; de hecho,
“no había tenido la oportunidad de aprender a hacerlo”.
208
La situación que analizamos merece algunas reflexiones de utilidad práctica. Hemos
estado interviniendo, básicamente, sobre Iris, protagonista de su conducta anoréxica y
hemos logrado un cambio de creencias referentes a su identidad personal que estaban
en el origen de su comportamiento. Son estas creencias de identidad las que motivaban
la creencia origen inespecífica del inconsciente que nosotros asimilamos a un código
expresado en términos de “yo no soy estimada por”. Expresamos este código así,
porque el inconsciente interpreta el malestar emocional en términos o en un contexto de
relaciones interpersonales. Es por esto que ese malestar emocional dispara una
conducta enmascaradora que persigue lograr relación interpersonal, atención por parte
de alguien, sin más discernimiento. Lo que queremos decir es que el “yo no soy
estimada por” no ha de interpretarse en su justa y precisa literalidad, como
razonamiento consciente, sino como una forma “analógica” de entender el
comportamiento inconsciente con una aplicación práctica. Es decir, la persona que
actúa con enmascaramiento no es consciente de que se siente no estimada por quien o
quienes acuden a la llamada de atención, porque el malestar emocional no es,
simplemente, la consecuencia de literalmente no sentirse estimada sino la consecuencia
de “muchos no sentirse estimada” por ese quien y quienes, y otros posiblemente no
presentes en el contexto vivencial presente de la persona protagonista de la conducta
enmascaradora.
La identidad personal se va fraguando en el contexto vivencial de la persona conforme
van acumulándose experiencias. El contexto vivencial primero y básico de los niños/as
es la familia, posteriormente, la escuela y, progresivamente, la sociedad. Estas ideas las
explicitamos en el capítulo de “Fundamentos psicopedagógicos de la personalidad” de
nuestro libro “Neuropsicopedagogía. Aprender: ¿Qué y cómo?”.
Estos razonamientos son aplicables a todo comportamiento enmascarador,
independientemente de la edad, y todo comportamiento tiene un/a protagonista. Vale
decir que la solución de un comportamiento problemático será más solución cuantos
más comportamientos conflictivos se solucionen. Dicho de otro modo, cuantas más
personas del contexto analizado solucionen su problema.
En el caso que nos ocupa hemos logrado un cambio en Iris, interviniendo, básicamente,
sobre ella misma. También, sobre su madre. No podemos decir lo mismo del padre.
Fijarse que intervenimos sobre las personas y sus comportamientos y no sobre las
relaciones interpersonales, directamente. Las relaciones interpersonales son
comportamientos o conductas cuyos protagonistas son las personas.
209
Nuevo caso en que se nos solicita una "receta" pidiéndonos que nosotros decidamos por
ella. Es ese caso, ya comentado, en que no procede aplicar "recetas".
(90)...Acepto su afirmación...
No hacemos comentario u objeción en el sentido de emitir opinión crítica censurante a
fin de que no se dispare la resistencia; lo que estamos haciendo, una vez más, es
acompasar sentimientos. Recordar que ante una conducta enmacaradora habremos, en
principio, de acompasar creencias para no disparar la resistencia. Cualquier actitud
nuestra que no acompase sino que contradiga o se oponga al comportamiento
enmascarador disparará la resistencia y, por consiguiente, reforzará la conducta de
autoengaño enmascarador.
(91)...metáfora...
Abordamos intervención para un cambio de creencia, concretamente la que utiliza para
justificar directamente su conducta: "un padre no puede tolerar... que su hija no se
porte bien". Este "portarse bien" implica "lo que yo, su padre, creo es portarse bien".
De ahí la pregunta: ¿Lo que yo veo es lo mismo que lo que ve usted?, esto es, ¿Mi
realidad es la realidad de todos?. Aquí utilizamos la pregunta con respuesta
enmascarada para reforzar el efecto de la metáfora en lo concerniente a la transmisión
del mensaje. Decimos que la respuesta está enmascarada porque, aunque haya un
efecto de ilusión de opción de alternativa, la única respuesta posible es el mensaje de la
metáfora. Concretamente, en este caso utilizamos una estrategia consistente en una
secuencia característica: pregunta expresa, metáfora, pregunta tácita.
Además, la pregunta tiene un efecto incorporación en tanto aparece incorporada en
anteposición y posposición a la metáfora y todo ello constituye un bloque informativo a
la hora de ser procesado por nuestra mente y la de nuestro/a interlocutor/a.
210
Lo que ocurre al aplicar la secuencia descrita se ajusta bastante a lo siguiente. Su
respuesta inicial es conforme a una creencia, aunque "dubitativa”, del tipo "mi realidad
es la de todo el mundo". El cambio de esta creencia implica destrozar la base de
sustentación de la conducta enmascaradora pero no la raíz de la misma; con todo,
puede ser una intervención efectiva, paliativa, en tanto crea una situación de confusión
que obliga a dudar, a pensar: "¿Qué está pasando aquí?. Las cosas no son como
parecen. ¿Estaré equivocándome?". Después de la metáfora la pregunta es
reformulada, automáticamente, por nuestro interlocutor con su lenguaje interior,
tácitamente, reforzándose su efectividad porque siente un sentimiento de haber quedado
en evidencia. Este sentimiento de quedar en evidencia es un sentimiento de haber
obrado incorrectamente lo que da inseguridad y denota una deficiente identidad. Lo
que decimos queda reflejado en su actitud de huida o conducta fugitiva como lenguaje
inconsciente delator, en definitiva, de su conducta enmascaradora.
211
Volvemos a intervenir haciendo frente a la creencia cuando opinamos para "obligar" a
contrastar, a comparar. Ponemos en práctica la contra-argumentación de las razones
argumentadas para explicar la conducta enmascaradora. Lo hacemos con la estrategia
de la pregunta con respuesta encubierta reforzada con términos de posibilidad: "me
puedo equivocar". Obsérvese que la respuesta gestual, la fiable, es la respuesta posible,
la enmascarada, aunque su respuesta verbal sea otra, la de su conducta enmascaradora.
Le estamos diciendo: "si una persona tiene capacidad de juicio y razonamiento y, por
tanto, argumentos, puede tener razón en sus planteamientos; si tiene razón hay que
dársela". No olvidamos suavizar nuestros comentarios con el "me puedo equivocar" o
formulación hipotética lo que confiere un carácter de comunicación indirecta no
presuntuosa. La formulación hipotética vuelve a aparecer en forma de incorporación en
posposición a la pregunta.
(96)...sí, con el lenguaje gestual, pero acaba diciendo que no. hacer de padre es...
El lenguaje gestual inconsciente sincero nos dice que comparte lo que dijimos, pero
persiste la resistencia que se expresa en lenguaje verbal. La persistencia de la
resistencia nos indica que no hemos desactivado la(s) creencias en el origen. No
estamos en el núcleo de las creencias sino en la corteza, en la periferia.
Volvemos a insistir, luchando contra la creencia y para ello recurrimos, de nuevo, a la
estrategia de "obligar" a contrastar la opinión, los argumentos; seguimos con los
contra-argumentos y lo hacemos con la estrategia de la formulación interrogativa, es
decir, la pregunta con respuesta encubierta. Lo que le diríamos de forma directa se lo
decimos disfrazado porque corresponde a la respuesta de la pregunta que formulamos:
"¿La madre, también, lo ve así?". El mensaje vuelve a ser el mismo que habíamos
enviado anteriormente: "...si tiene razón, hay que dársela". Acompañamos nuestro
mensaje con un acompasamiento de sentimientos cuando expresamos: "hacer de padre
es muy difícil". Su lenguaje corporal en la despedida nos dice que hemos logrado
sintonizar lo suficiente como para ser optimistas y seguir pensando que estábamos en el
periodo crítico transicional o periodo de transición cataclísmica.
(100)...entrevista Iris...
El inicio de esta última entrevista era preocupante porque tenía un "tufillo" de "recidiva
aparente" con nueva puesta en escena de la conducta enmascaradora. Ponemos en
212
acción la estrategia de respuesta de silencio con cambio del foco de atención o
respuesta distraída. Utilizamos el recurso de un cuento con el objeto de inducir un
estado de conciencia latente y observar las respuestas inconscientes veraces. Pronto nos
percatamos que tal comportamiento era la expresión de resistencia a cortar el "cordón
umbilical" con nosotros. Esto no deja de ser un enmascaramiento porque surge de la
inseguridad personal. La maduración es independencia y, también aquí, ha de tener
lugar el aprendizaje oportuno. Sabemos que está preparada para ello por lo que obramos
en consecuencia. Con posterioridad, hemos tenido constatación repetida de que nuestro
procedimiento de diagnóstico-intervención había satisfecho nuestras expectativas. Nos
alegramos por Iris.
ÍNDICE ANALÍTICO*
213
Formulación hipotética ...........................4, 8, 46, 62, 67, 70, 81, 88, 95.
Hipnosis ericksoniana .............................39, 49, 60.
(Sugestión directa)
Ilusión de opción .....................................16, 46, 91.
Incorporación ..........................................46, 67, 91,95.
Indice de referencia .................................35, 42, 58, 80.
Interrupción patrón procesamiento .......36, 40, 57, 60, 63.
Locución introductoria ............................67.
Metáfora ..................................................36, 52, 60-61, 66, 69, 91.
Periodo crítico transicional .....................59, 93, 96.
(Conducta agonizante)
Periodo transición cataclísmica ..............59, 93, 96.
(Conducta agonizante)
Polaridad .................................................7, 22, 33-34, 44.
Pregunta abierta .....................................12, 13, 15, 38, 64.
Pregunta enmascarada ...........................46
Pregunta con respuesta enmascarada.....46, 67, 74-75, 91, 95.
Pregunta escrutadora..............................45.
Pregunta metafórica ...............................16.
Pregunta semántica.................................18, 38, 94.
Prescripción ............................................47, 49, 62, 70.
Prescripción del síntoma .........................44.
Presuposición ..........................................36, 51-52, 57.
Reeencuadre ............................................36.
Refuerzo enmascaramiento ....................24, 28, 47, 49.
Relato espontáneo ....................................8, 31, 45.
Respuesta conducta enmascaradora .......49.
Respuesta de polaridad ............................7, 22, 33-34, 44.
Respuesta distraída ..................................57, 63, 73, 100.
Respuesta con pregunta ...........................75.
Respuesta incorporada ............................46.
Saturación canales acceso información ..39, 60.
Secuencia característica ....................... ..36, 91.
Sesión de soporte .....................................92.
Siembra ....................................................29.
Silencio expectante como respuesta ........10, 36, 64.
(Respuesta de silencio al silencio con expectación)
Silencio con cambio espontáneo de foco .35.
Silencio con cambio nuestro de foco .......63, 73, 100..
(Respuesta distraída)
Subrayado analógico ...............................25, 31, 59, 64.
Sugestión directa .....................................39, 49, 60.
Términos gusto-disgusto .........................10.
Términos de posibilidad ...........................4, 8, 46, 62, 67, 70, 81, 88, 95.
Verbalización ...........................................46, 67.
* La referencia numérica corresponde a la numeración entre paréntesis que introduce cada punto de la
discusión razonada.
214
3.No podía caminar y...
Georgina tiene doce años cuando ingresa en nuestro hospital; los síntomas son mareos e
imposibilidad para caminar (1). No se tiene en pie y no puede caminar sola. Después de
practicarle las exploraciones y pruebas médicas pertinentes, el neuropediatra de la unidad
diagnostica un trastorno psicosomático e iniciamos la intervención psicopedagógica.
Está muy angustiada (3). Se pregunta qué tendrá la niña; supone que debe de ser muy grave
pues la ve muy mal.
Nos explica (4) que Georgina tiene dos hermanos, Juan de 16 años y Judith de 15 años. Asiste a
la escuela pública de su pueblo y cursa 6º de Primaria.
El padre trabaja en una gran industria; su horario es de turnos de tarde, mañana o noche. Nos
continua explicando que ella (5) ahora no trabaja pero que antes había trabajado de auxiliar de
clínica.
Al preguntarle por la historia clínica de su hija (6), nos relata que ya a los veintitrés días de vida
ingresaron a la niña por unas supuestas crisis pseudoepilépticas que no se confirmaron ni se
repitieron más.
A los ocho meses de edad, ingresó en el hospital por abnominalgias que remitieron con un
tratamiento médico pero que han reaparecido de vez en cuando aunque no han requerido ingreso
hospitalario.
Cuando tenía ocho años es atendida por una fractura de antebrazo derecho.
A los diez años se presenta en urgencias del hospital acompañada por la madre por una supuesta
fractura en el brazo; la niña decía que se había caído y que le dolía tanto que no lo podía mover;
las exploraciones médicas no diagnosticaron ninguna fractura; incluso, le dijeron a la madre que
dudaban que hubiera habido realmente la caída.
Al cabo de un año, cuando Georgina había cumplido los 11 años, ingresó por ataxia y espasmos.
Estuvo casi un mes ingresada en el hospital; no le diagnosticaron ninguna causa del trastorno
que padecía y se dio de alta cuando Georgina podía caminar, aunque con ayuda de la madre.
Al cabo de cuatro meses, Georgina debe guardar cama durante diez días; alega que no se
encuentra bien pero el médico de cabecera no le diagnostica ninguna enfermedad; este episodio
coincidió con la menarquia. Dos semanas después, Georgina reingresa en el hospital por
trastorno de la marcha y espasmos. Es en esta ocasión que el neuropediatra diagnostica los
síntomas como psicosomatismos.
Le explicamos a la madre (7) cual es nuestro proceder y le ofrecemos nuestra ayuda. La acepta
sin reservas pero enseguida argumenta que el padre no accederá a ninguna entrevista pues según
ella “no cree en los problemas psicológicos”.
Entrevista Georgina:
215
ayuda. Levanta la mirada (es la primera vez que lo hace) y me mira (16) a los ojos. Le doy el
número de teléfono y le digo (17) que si algún día cree que la podemos ayudar que ya nos
llamará; nos va a encontrar siempre que nos necesite.
Al salir, la madre me pregunta qué día su hija tiene que volver. Al decirle que ya llamará,
muestra resistencia. Me sugiere que tengo que obligar (18) a Georgina a acudir a la consulta. Le
ofrezco la posibilidad de que venga ella y hablaremos. Acepta encantada y quiere venir ya el día
siguiente pero quedamos para la otra semana.
Entrevista madre:
La madre está muy angustiada; sin que le digamos nada empieza el relato (19): ”la niña no
quiere venir y argumenta que no tiene problemas. Es mentira. Fíjate, incluso el maestro ayer me
dijo que Georgina no rendía como antes y que no se podía concentrar; parece ser que tampoco
se acuerda de las cosas. Es horroroso que no pueda andar. De hecho, Georgina no se asustó en
absoluto ni está asustada ahora. Yo si que estoy (20) angustiada; cada día la acompañamos a
pasear su padre y yo. Ella se coge del brazo de ambos y da algunos pasos pero enseguida se
cansa y su padre debe cogerla (21) en brazos y regresar a casa...” Silencio. Me mira como
pidiendo mi opinión. No le digo nada; acompaso con la expresión corporal... silencio... empieza
a llorar. Le pongo la mano en la rodilla (22). Cuando se tranquiliza vuelve a relatar: “Georgina
tuvo un susto muy gordo cuando tenía diez años (23). Un hombre con una furgoneta la persiguió
a la salida de la escuela. Ella se echó a correr y se fue hacia un parque. Allí el hombre dejó de
seguirla. Yo me la encontré muy nerviosa allí sentada en el parque; no podía decir nada, estaba
muy pero que muy asustada. Me pidió que no lo explicase a nadie y no se lo contamos ni a su
padre. Desde aquel día la he ido a acompañar siempre a la escuela; no quiero que vaya sola.
Después, sólo al cabo de unos meses, el abuelo enfermó y murió a los pocos días. No se lo
contaron hasta que estuvo muerto. Georgina se enfureció contra ellos por no haberle dicho nada
y no haberle permitido despedirse de su abuelo. Estuvo algunos días muy agresiva. Si no se lo
contamos es porque ella es débil; las cosas la afectan mucho. No sé cómo lo voy a hacer. Ella no
quiere ni oír hablar de psicólogos; es tan reservada (24) que sus cosas no las quiere compartir
con nadie.
Le sugiero que hable en primera persona a su hija y en términos de "me agradaría que" en lugar
de "has de" (25). Se queda como atónita. Le digo, poniendo la mano en su rodilla, que es muy
normal que ella esté preocupada por su hija y así se lo puede manifestar a su hija; así Georgina
podrá decidir si viene o no viene. La madre dice: “Claro, si yo le digo que ha de venir a lo
mejor dice que no para llevarme la contraria”. Asiento con la cabeza y solamente digo con una
media sonrisa: “a lo mejor”.
Me pide si puede volver ella la próxima semana; le digo que sí. Además le pregunto si puede
preguntar a su hija mayor si querría hablar conmigo (26) un día. Me dice que se lo dirá. Yo le
digo: “Gracias. Pero acepte lo que ella diga”. Sonríe, asiente con la cabeza y se va.
Para confirmar la versión de la madre acerca del rendimiento escolar de Georgina, optamos por
un intercambio de impresiones con el tutor (27).
Llamo por teléfono y le sugiero la posibilidad de mantener una entrevista. El tutor me responde
(28) que no será necesario pues podemos hablar por teléfono. Sin que se le sugiera nada, el tutor
afirma que Georgina no tiene ningún problema; notamos que se pone “a la defensiva”; dice que
Georgina salió muy enfada del hospital y que no volverá. Aceptamos sus palabras solamente
con un “de acuerdo, nos va muy bien saberlo...” Él continúa hablando: “Georgina no tiene
ningún problema psicológico; lo que le pasa son problemillas de la edad y por eso hace
¡pequeñas cosas raras!”. Le pregunto si habló con la madre; me contesta que sí. Le explico lo
que me dijo la madre acerca del rendimiento y la baja concentración de Georgina. Me dijo que
si que se lo dijo; que es cierto que la ve un poco apática pero que o que pasa no puede ser grave
ni requerir para nada intervención psicopedagógica. Añade que si no podía caminar y no se le
encontró ninguna causa orgánica, esto no significa que no la hubiera; añade que a lo mejor los
médicos no han sido capaces de encontrarla; repite que la niña no puede tener ningún problema
grave. Le pido su opinión sobre la familia. Dice que sólo conoce a la madre y que la ve un poco
216
“rara” pero no sabe como precisar esta palabra. Notamos que tiene ganas de acabar la
conversación y nos despedimos dándole las gracias. Antes de colgar nos recuerda que Georgina
no volverá a hablar con nosotros. Volvemos a agradecer su colaboración.
Viene la madre acompañada por su hija mayor. Me dice que Judith no tiene ningún
inconveniente en hablar conmigo y que ha querido venir hoy. Le agradezco el interés y entra en
el despacho. La madre hace un gesto como de querer entrar (29) y le pido si por favor me deja
hablar primero con su hija. Sonríe, se disculpa y le dice que la esperará sentada en la sala de
espera.
La hermana de Georgina tiene muy buen aspecto; se la ve comunicativa, despierta y simpática.
Le explico (30) que su opinión sobre el problema de Georgina me puede ayudar a clarificarlo.
Asiente con la cabeza y dice que no tienen ningún problema y que además lo hace encantada
porque la ve mal y le preocupa.
Empieza explicando que la madre es una buena persona pero el problema, según ella lo ve (31),
es que es una persona que no inspira mucha confianza debido o bien a reprimendas continuas o
bien porque engaña muy a menudo; dice que la ve muy hipócrita (32) pues esconde las cosas o
las tergiversa cuando le conviene. Dice que ni ella ni Georgina lo soportan.
Tanto ella como su hermana, cuando están en casa, se pasan horas encerradas en la habitación
que comparten; hablan mucho. Entre ellas hay mucha confianza. Casi cada día critican a su
madre por algo que ha pasado. Con el padre tampoco hay mucha comunicación. A la hora de
cenar es cuando están todos en casa pero se mira la tele y nadie dice nada aparte de regañinas
por cualquier cosa. Dice que no se puede mantener ninguna conversación pero que, de hecho, si
la hay, tampoco se entienden (33). Continua explicando que el padre no está nunca en casa, que
vive como al margen de todos ellos y que es la madre (34) la que lleva la casa; esconde muchas
y muchas cosas al padre para que no las sepa.
Dice que a su entender, la madre protege mucho a Georgina; le hace regalos cuando saca buenas
notas (ni a ella ni a su hermano lo ha hecho nunca); en cambio, en la mayoría de las ocasiones la
presiona (35) más de la cuenta; es decir, está demasiado encima de ella.
Después explica que ni a ella ni a su hermana les había explicado nada acerca de la sexualidad;
pone como ejemplo que cuando tuvo su primera regla no sabía lo que le pasaba. A Georgina se
lo ha explicado ella; la madre no le ha dicho nada de nada. Explica que es un tema tabú (36) y
que en casa nunca se habla de ello; la madre les ha dicho en alguna ocasión que no hablen de
temas sexuales porque al padre le da vergüenza oírlo. Judith añade que esta argumentación es
una excusa que se inventa la madre pues un día le dijo a su padre que sus amigos se
“morreaban” en el patio y el padre contestó con toda normalidad; deduce que todo el problema
es de su madre.
Judith va efectuando este relato tranquilamente, sin interrupciones y sin esperar respuesta
alguna.
Después se pone un poco tensa, se le llenan los ojos de lágrimas y manifiesta que se siente
angustiada... llora... respetamos el silencio... (37) dice que la situación le angustia porque se
siente responsable de su hermana pues en muchas ocasiones debe de suplir a su madre.
Verbalizamos sus sentimientos (38). Asiente con la cabeza y se va tranquilizando (39).
Hablamos de la responsabilidad de cada persona como si (40) fuera una mochila que nos
llevamos cuando vamos de excursión. La vida es una excursión y cada cuál tiene una mochila.
Le sugiero que a lo mejor, en casa, cada cuál no lleva su mochila. Asiente con la cabeza. Le
pregunto (41) si sabe qué pasa si alguien carga con mochilas que son de los demás. Levanta la
vista, sonríe tímidamente y dice que no va a poder llegar o que llegará muy y muy cansado... Le
devuelvo la sonrisa y añade: ”Sí, yo cargaba con muchas mochilas, debo devolverlas a cada cuál
la suya”. Le preguntamos (42) por los estudios y nos dice que le van muy bien y que no tiene
ningún problema. Vuelve a hablar de su casa pero está mucho más tranquila. Dice que su madre
no habla nunca de una tía (hermana del padre) que padece Esquizofrenia. Ella lo ha “pescado”
de conversaciones que ha oído de sus padres. No la conoce ni sabe donde está. Manifiesta que
es otro tema tabú (43).
217
Continua explicando que cuando van a Valladolid a ver a sus familiares, las cosas cambian
mucho. Tienen muchos amigos allí y Georgina se “independiza” más de ella. Allí se la ve
mucho más feliz. De hecho, todos están mucho mejor (44) mientras están allí cada verano.
Dice que su madre no explicó a nadie, ni a sus mejores amigas, que Georgina no podía andar.
Continúa explicando que no es de extrañar pues cuando sus abuelos estuvieron enfermos
tampoco se lo dijo y ya les comunicaron que se habían muerto. Va confirmando que a su madre
le gusta esconder (45) las cosas y manipularlas a su manera.
Dice que ahora la madre tiene muchos problemas con su único hermano soltero que aún vive en
la casa que fue de los abuelos, debido a la herencia (46). Manifiesta que es una lástima porque
tanto ella como sus dos hermanos se llevaban muy bien con el tío.
Cambia de tema y lamenta que el padre no esté casi nunca en casa (47). Dice que el padre
parece más de la broma que la madre; dice que ella siempre tiene una actitud muy recta, no
acepta bromas (48) y nunca da pie al “jolgorio”.
Dice que ella ha tenido suerte de tener una muy buena amiga a quien puede explicar (49)
muchas cosas porque ni a su madre ni a su padre le puede contar nada.
Le pregunto por el tutor (50) de Georgina y me dice que es una persona que no inspira ninguna
confianza; continua diciendo que Georgina nunca le explica nada y siempre quiere que sea la
madre la que hable con él si tiene algún problema en clase. Dice que el tutor ”no valora a las
personas por lo que son, no es humano”. Explica que hace dos días el tutor le dijo a su hermana
que debía de esforzarse más porque podía sacar mejores notas. Cuenta que su hermana le
confiesa que se aburre mucho en clase pues pronto ha aprendido las cosas. Le cuesta hacer los
deberes porque no le gusta hacerlos; dice que la tienen que ayudar (51) un poco y ya los hace;
dice: “parece como si sólo quisiera que estuviera a su lado”
Sigue explicando que ella cree que su hermana es muy inteligente y que sus amigos confían
mucho en ella. Lo cree así porqué muchas veces ella ha visto como su hermana lee cartas que le
han escrito amigos suyos en las que le explican problemas íntimos (nunca se las ha dejado leer);
ella no ha visto que les contestara nunca por escrito. No sabe si habla con ellos pero no les
escribe ninguna carta. También ha observado que sus amigos le hacen regalos y ella nunca les
regala nada pero continúan siendo amigos suyos. Judith dice que su hermana no se considera
líder (52) pero que ella está convencida que sí que lo es.
Después Judith, de repente, cambia de tema y manifiesta su satisfacción por estar allí (53)
hablando conmigo. Dice que su hermana le explicó que “lo del hospital” fue una “encerrona”
preparada por su madre y que no quiere volver. Le digo (54) que entiendo el punto de vista de
su hermana y que a lo mejor no será necesario que ella venga. Me dice que la madre le ha
pedido encarecidamente que no diga a Georgina que ha venido al hospital. Judith dice que no
sabe si se lo podrá ocultar. Le digo (55) como respuesta que ella misma; que haga lo que le
parezca conveniente en el momento en que se le presente la situación de decírselo o no. Le digo
que la madre es libre de pedir y ella es libre de decir o no decir.
Asiente y cuenta otra situación: “Mira, fíjate como es mi madre que hace dos años (56) yo salía
con un chico; no me atreví a contárselo a mi madre ya que ella se habría opuesto. Mi hermano
se lo contó y yo lo sabía. Pues fíjate, mi madre en vez de decirme algo, sólo me lanzaba
indirectas; yo me sentía fatal. Como la situación se agudizaba día a día, rompí con el chico.
Sufrí mucho (57). Ahora estoy convencida de que no lo haría. Me parece que o bien dejaría que
mi madre dijera lo que quisiera o bien me iría de casa. Vaya, si quiero a otro chico no voy a
cometer el mismo error”. Sonríe, asiento con la cabeza; ella responde también con una media
sonrisa, suspira profundamente y repite que se siente mejor después de haber hablado (58)
conmigo. Después, como si pensara en voz alta (59), dice: “Mi padre tampoco querría venir; es
como Georgina o ella es como él. Es tan reservado que nunca ha ido ni a hablar con los
maestros" (60). Aceptamos sus palabras también con una media sonrisa; después le digo que a
mí me gustaría mucho conocer al padre y tener su opinión. Judith dice: “Claro, ya lo sé; bueno,
se lo voy a decir pero creo que será infructuoso. El otro día oí una conversación entre él y mi
madre y le dijo que no quería ni oír hablar de este tema (61), que la educación de los hijos era
un asunto de ella y que él bastante tenia con trabajar tanto. Bueno, se lo diré”. Le doy las gracias
por haber venido y por su valiosa colaboración. Le digo que (62) me ha ayudado mucho a
clarificar el problema y que ella también es una gran ayuda para su hermana. Se queda como
218
atónita; como si le sorprendiera esta afirmación. Dice: “No sé; a lo mejor sí, porqué me explica
sus cosas y confía en mí”. Confirmamos en lenguaje gestual. Judith se levanta de la silla; se la
ve mucho más tranquila. Se despide diciendo que si la necesito que la llame cuando yo quiera.
Le doy otra vez las gracias y se va.
Entrevista madre:
Viene la madre un día que no habíamos acordado (es el día siguiente al de la entrevista con
Judith). Ella manifiesta que se ha equivocado de semana (63); aunque expresa que le sabe mal,
su lenguaje corporal manifiesta todo lo contrario. Es decir, estoy convencida de que ha
representado una “función de teatro” porque quiere tener una entrevista antes de la fecha fijada.
Como no hay ninguna otra visita prevista, la invito a quedarse. Acepta encantada y lo agradece
varias veces seguidas. Se sienta y yo me siento a su lado (64), estando una frente a la otra.
Empieza relatando que Judith estuvo muy contenta de venir y que la vio mucho más tranquila
toda la noche. Explica que ella le pidió encarecidamente a Judith que no dijera nada (65) a
Georgina pero que Judith le respondió que ya lo vería, que ella consideraba que a Georgina le
convenía mucho acudir al hospital y que seguramente así se lo diría; se lo debía de pensar. Le
sugiero que a lo mejor Judith no se va a sentir bien (66) si oculta la verdad a su hermana porque
entre ellas dos hay muy buena relación. La madre asiente y ya no sugiere lo contrario.
Después dice que hay una cosa que la preocupa y que no me ha dicho: “Mi marido tiene una
hermana esquizofrénica (67) y que debe pasar muchas temporadas internada en un hospital
psiquiátrico”. Acepto y manifiesto lo mal que se lo debe pasar su familia y la de su marido.
Silencio... Dice que sí; que ha sido siempre “una cruz”... silencio... Se le nublan los ojos (68) y
manifiesta que lo que le preocupa es que Georgina lo haya heredado. Acepto su opinión y
verbalizo sus sentimientos (69). Después le explico que nosotros estamos convencidos de que su
hija no padece ninguna enfermedad grave. Alza la vista, me pide que se lo repita; sonrío y
manifiesto (70) que ella debe de haber sufrido mucho a lo largo de su vida. Asiente con la
cabeza y empieza un largo relato: “Cuando Georgina tenía dos meses, me caí por las escaleras y
quedé inconsciente; tardé nueve meses en recuperarme del todo; incluso llegué a perder la
memoria”. Está como angustiada, se frota las manos y pocas veces alza la mirada. Vamos
aceptando (71) gestualmente todas sus afirmaciones y reacciones. Continúa: ”Durante todo este
tiempo, algunas amigas y el padre cuidaron de la niña; Georgina desde pequeña, ha necesitado
muchos cuidados porqué era débil (72); es por esa razón que no la llevé a la guardería porque no
tenía defensas y se habría puesto enferma cada tres por cuatro. Ya cuando era tan pequeña
pensaba que ella padecería alguna enfermedad de los nervios y esta posibilidad me hacía
temblar. Empecé a protegerla para que no pasara nada. A lo mejor la consentí demasiado pero
yo sólo quería protegerla de su indefensión. Es por eso que a medida que fue creciendo, también
le ocultaba cosas que la podían hacer sufrir “.
A continuación le digo a la madre (73): “Vamos a ver; su marido le oculta que no tiene trabajo;
se va de casa cada día pero no va a trabajar. No le explica nada a usted. No cobra y empieza a
dar mil justificaciones. Usted empieza a tener la mosca detrás de la oreja... ¿Qué hubiera
aprendido?”. La madre se queda callada; baja la mirada, como si reflexionara... sonríe, alza la
vista y dice: “A mi no me habría engañado por mucho tiempo porque las cosas se notan”.
Acepto su opinión y asiento diciendo (74) que pienso lo mismo pero que además a partir de
ahora puede pasar algo diferente... silencio... la madre hace un gesto como si no supiera la
respuesta... silencio... se alarga el silencio... Me mira y yo le ofrezco una sonrisa y con el
lenguaje gestual le transmito el mensaje de que sí lo sabe... sonríe... y dice (75) en tono
interrogativo: ¿Ya no voy a confiar en lo que diga, es eso?. Respondo: “Seguramente”. Ella
reafirma: “Claro”. Vuelve a su mirada interior como si buscara algún ejemplo o lo aplicara a su
vida. Después le pregunto: “¿No le parece que (76) Georgina puede también haber aprendido a
desconfiar?. Cuando usted no le explicaba los hechos que la podían herir, la intención de usted
era muy buena, pero la cuestión es cómo lo vivía y entendía Georgina”. La madre niega con la
cabeza pero no dice nada; vuelve a bajar la mirada hacia su interior y va negando (77) con la
cabeza y continua sin decir ni una palabra. Parece como si “luchara” consigo misma. Pasado
219
más de un minuto, levanta la vista, respira hondo y suspira... Me devuelve la sonrisa y
tímidamente, con voz muy suave, afirma: “Puede ser”.
Le comento que me gustaría mucho poder hablar con el padre (78). Me dijo que Judith también
se lo pidió y que le dijo que ya se lo pensaría. Ella cree que es muy buena señal que no haya
continuado negándose a venir.
Le propongo que le diga (79) que podríamos vernos el próximo miércoles y le pido que si le es
posible, explique mi punto de vista acerca del aprendizaje de la desconfianza a su marido.
Ahora asiente con la cabeza, dice que si, que hablará con él “pues a él le irá muy bien conocer
esta versión del problema”. Se levanta y parece mucho más tranquila.
220
Después la madre explica que Judith le contó a su hermana que había estado aquí y que
Georgina sólo le contesto: “Muy bien”. La madre dice que Judith ha empezado a no engañar
(99) a Georgina y que ellos harán lo mismo. Explica algunas situaciones del pasado en que la
engañaba, razonando que sólo lo hacía para protegerla. Cuando el padre le quiere argumentar lo
contrario, ella le corta y le dice que ahora ya lo sabe que ya lo entiende pero que antes no lo
entendía así. El padre le repite: “Mira, borrón y cuenta nueva”.
Quedamos que hablarán con Georgina, reconocerán que se han equivocado (100) y le dirán
también “borrón y cuenta nueva”; les sugiero que le ofrezcan la posibilidad (101) de venir al
hospital pero sólo la posibilidad. El padre y la madre sonríen, asienten con la cabeza y salen.
Cuando están en el pasillo, la madre pide si puede volver; le digo que me llame cuando ella
quiera.
Entrevista madre:
Viene la madre de Georgina muy angustiada sólo dos días después de la entrevista anterior.
Cuenta que el día que hablaron conmigo ella y el padre, por la tarde le dijeron a Georgina que
querían hablar con ella. Le dijeron que habían hablado conmigo y que querían explicarle lo que
les había dicho.
Ella les dijo que no quería saber nada y se puso a “hacer una rabieta” (102) pataleando y
chillando a la vez que manifestaba que el problema no era suyo sino que era de sus padres. Los
padres la escucharon y cuando se calmó le dijeron que se habían equivocada mucho con ella y
que no se habían dado cuenta hasta que una tercera persona se lo había dicho. Le continuaron
diciendo que a partir de ahora las cosas serían muy diferentes; habían comprendido que ella era
una chica muy normal que no le pasaba nada.
La madre continua explicando que al día siguiente Georgina dijo que no se encontraba bien y
que no quería ir a la escuela. La madre le puso el termómetro y al ver que no tenía fiebre le dijo
que se vistiera y que podía ir a la escuela perfectamente (fue una novedad ya que antes le
consentía quedarse en casa siempre que ella lo pedía). Georgina fue a la escuela y cuando
regresó estaba nerviosa, como agresiva; cuando llegó el padre se peleó con su hermana y la
insultó muchísimo; el padre la avisó una vez y al ver que no le hacía ningún caso, le soltó un
cachete. Georgina se quedó como inmovilizada; su padre no la había pegado nunca. El padre le
dijo que no debía haberla pegado pero que ya estaba bien diciendo lo que decía a su hermana,
que a él no le gustaba y que no se lo iba a permitir más. La madre cuenta que Georgina no se
rebeló ni hizo ningún comentario. A la hora de cenar fue el primer día (103) que comió todo lo
que la madre le puso en el plato sin rechistar y sin pelearse con sus hermanos.
La madre pregunta si lo están haciendo bien; le digo qué le parece a ella. Me dice (104) que a
ella le parece que las cosas empiezan a cambiar y que su marido está como más implicado en las
cosas de casa. Sonrío... Ella parece más tranquila... Dice que Georgina aún es una niña; acepto
con la cabeza y le digo que le voy a decir una frase que me llamó la atención cuando la oí hace
tiempo en boca de un padre y que me ha ayudado mucho... ella presta atención... Me siento en
la misma postura (105) que ella está sentada... Le digo: “Unos padres son buenos padres cuando
dan a sus hijos unas raíces muy fuertes y unas alas así de grandes (gesto con los brazos abiertos
de par en par)”... Se queda atónita... silencio... sonríe... Dice: “Tengo que querer a Georgina
para que se sienta segura pero también la tengo que dejar volar, dejar que se valga por ella sola,
¿es eso?”... Sonrío, le doy una palmadita en la pierna y le digo que me ha gustado mucho que
haya venido a verme. Se levanta imitando mi gesto (106). Nos despedimos y se va sin pedir
ninguna otra entrevista.
Pasan tres semanas y llama por teléfono la madre de Georgina diciendo que su hija quiere venir
a hablar conmigo. Me pide que sea después de la escuela; accedo a ello y concertamos una
visita.
Entrevista Georgina:
221
Me dice que ha decidido ella sola venir (107) a verme; sus padres han dejado de presionarla
para que viniera y su hermana le había dicho que ella “era otra” después de nuestra entrevista.
Le respondo que me ha gustado mucho que haya querido venir. Sonríe... respira hondo, baja la
cabeza y dice que sus padres han cambiado mucho... dice que ahora no le dejan pasar las cosas.
Aún sin levantar la mirada va hablando (108) de su madre; la critica. Explica ocasiones en que
le ha fallado, ha dudado de ella. Voy aceptando todo lo que dice y verbalizando sus
sentimientos... Llora... (109). Continua hablando pero sin levantar la mirada... Vuelve a hablar
de su madre hasta que se levanta y dice que ya me llamará si quiere volver. Me levanto, le doy
un apretón fuerte (110) en su brazo... levanta la mirada por primera vez, me sonríe y se va.
Entrevista madre:
Ha pasado una semana desde la anterior entrevista con su hija. Se la ve mucho más tranquila,
incluso cambiada en su aspecto físico. Dice que (111) ve mucho mejor a Georgina y que ahora
quien la preocupa más es Judith pues le parece que va a tener osteoporosis. Aceptamos sin
preguntar al respecto... silencio... respira hondo y empieza a hablar de su infancia (112). Cuenta
que tenía unos padres muy rígidos (113) y que ella les tenía mucho miedo. No la pegaban pero
sólo con la mirada ya tenía suficiente. Su padre nunca jugaba con ella y su madre era una mujer
muy seria que la controlaba mucho. Voy escuchando todo su relato sin intervención verbal. Al
cabo de media hora de hablar de su infancia, dice que irá a ver al médico para preguntarle si
Judith puede tener osteoporosis pero que ya sabe que le dirá que no y que es muy exagerada
(114) con todos sus hijos. Sonrío y ella se ríe de ella misma. Se la ve tranquila. Se va y me dice
que Georgina quiere venir la semana próxima. Concretamos día y hora.
Entrevista Georgina:
Me dice que tiene prisa porque ha quedado con unos amigos para ir a una fiesta. Le digo que si
quiere cambiamos el día; me dice que no que ella quería venir. Dice que su madre está algo
cambiada; dice que ahora se preocupa más por su hermana que por ella; dice que la osteoporosis
de Judith es una excusa para “poderse preocupar” por algo. Ella así se lo ha dicho a Judith y ella
está de acuerdo. No ha querido ni ir al médico y le ha dicho a su madre que la deje tranquila que
ya no le duele el brazo. Me dice que es la primera vez que la dejan salir a una fiesta con sus
amigos. Empieza a hablar de (115) sus amigos... levanta la mirada (es la primera vez)... relata
aventuras con sus amigas... se la ve tranquila... continua contactando con la mirada... me dice
que ella puede confiar en sus amigas que son buenas porque le han hecho muchos favores. Le
pregunto si ellas (sus amigas) pueden confiar en ella... silencio... baja la mirada... vuelve a
contactar tímidamente con la mirada diciendo que no lo sabe. Le digo que si quiere no me
conteste pero que piense si alguna vez sus amigas le han hecho alguna confidencia, le han
escrito alguna carta muy personal. Calla, baja la mirada... silencio... (116) levanta los ojos,
sonríe como si acabara de descubrir algo que le gustara mucho en su interior, y dice: “ ¿Si mis
amigas me explican secretos íntimos es porque confían en mi?”. Silencio... le devuelvo el
interrogante con la mirada y la expresión de la cara... Le digo: “Tú lo has dicho de ellas; me ha
parecido oírte decir que ellas son buenas porque tú puedes confiar en ellas... A mí me parece
que ellas también pueden confiar en ti porque eres inteligente, buena persona y capaz de guardar
sus secretos”... Baja la mirada y la cabeza... silencio... llora... silencio... levanta la mirada...
Dice: ”Mis amigas me han escrito cartas que no he dejado leer ni a mi hermana. Sé todos sus
secretos e intento ayudarlas en lo que puedo; siempre les digo lo que pienso...” Sonrío... le
pongo la mano en su rodilla (117) y le digo que sus amigas tienen un tesoro al tenerla a ella
como amiga... lo acepta gestualmente, sonríe, se levanta y dice que llegará tarde a la fiesta. Se
va sonriendo y muy tranquila. Al verla, su madre le dice: “Caramba Georgina te veo contenta”.
A continuación me pregunta si hace bien dejándola ir a la fiesta. Le respondo (118) que piense
en las “alas”. Sonríe... Se pega en la cabeza cariñosamente como si se hubiera dado cuenta que
se preocupa por alguna cosa sin importancia. Se van las dos, madre e hija, riendo y charlando
entre ellas. Su relación ha cambiado.
222
Entrevista madre:
Viene la madre por propia iniciativa. Cuenta que ve que Georgina está mejor. Me pregunta si el
cambio de su hija será duradero o si va a volver atrás. Sonrío... ella continua hablando y
manifestando que su hija es muy débil. Le pregunto (119) qué le hace pensar eso de su hija;
calla... dice: “pues que ha estado enferma muy a menudo”. Le digo que en catalán tenemos un
refrán que dice: “Es mort qui xiula i queda qui piula”, algo así como, "muere el que silba y vive
el que pía". Sonríe... calla... dice: “mi marido me dice que me preocupo demasiado y
seguramente tiene razón. Ahora él se ocupa más de la casa y de los hijos. Él no cree que
Georgina sea débil; a lo mejor, es sólo mi percepción de ella”. Sonrío y le digo si ha oído alguna
vez una abuela que llama a su hija “niña” cuando tiene ya cincuenta años. Ríe asintiendo con la
cabeza y dice que le recuerda a sus vecinas; una madre que tiene ya casi ochenta años y su hija
de cincuenta y cinco. La madre siempre la llama “niña”; quien no está familiarizado con ello, no
puede aguantarse la risa. Nos reímos las dos. Se levanta y me dice si la semana próxima puede
venir Georgina. Acordamos una hora y se va.
Entrevista Georgina:
Entra Georgina y me da una poesía diciendo que es para mí; le agradezco el detalle, la leo y me
parece una poesía fantástica. Así se lo manifiesto y me dice que la hizo ella para la diada de
Sant Jordi y que la presentó a un concurso que organizaron en la escuela. Dice que no vale nada
porque a ella no le ha costado nada. Le pregunto si sabe cuanto vale un cuadro de Dalí; se queda
perpleja y dice (120) que mucho dinero y que además le gustan mucho. Asiento y le digo si cree
que a Dalí le costaba mucho esfuerzo pintar. Se queda pensativa... después dice: “Seguramente
que no porque si no ya no lo hubiese hecho y se hubiera dedicado a otra cosa”; ella misma
dice... ¡ah!. ¡Ya sé lo que quieres decir, no se esforzaba pero sus obras valen mucho dinero ¡
¡Ya... Se queda pensativa, como si mirara en su interior, silencio... dice: Claro. Le pregunto
por la escuela. Enseguida dice que su maestro es una mala persona y que una no puede confiar
en él. Explica situaciones en las que sus amigas han salido perjudicadas por la actuación del
maestro. Dice que ella como sabe el pie que calza, no confía en él y así le va mucho mejor.
Después ella sola manifiesta que con sus padres empieza a entenderse mucho mejor. Cuenta que
el domingo la dejaron ir al cine; estuvo muy contenta. Georgina habla como más segura de si
misma; en todo momento, conecta con la mirada y sus expresiones son muy congruentes con su
lenguaje corporal. Después de explicar algunas anécdotas divertidas de sus padres, calla.
Silencio... vuelve a bajar la mirada... dice: “¿Sabes que cuando estuve ingresada (121) no me
asusté de no poder andar?”. No le respondo... silencio... continua sin contactar con la mirada...
Dice: “Yo sabía que podía andar y que andaría cuando yo quisiera”. Le pongo la mano en la
rodilla, alza la mirada, sonríe con una mirada de complicidad que le devuelvo, se levanta y me
pide volver la próxima semana. Acepto, me da un beso y se va.
Entrevista madre:
Dice que sólo quiere venir a decirme que las cosas van muy bien; dice que Georgina se ha
arreglado su habitación y su armario (no lo había hecho nunca, siempre se lo hacía ella).
También dice que Georgina tiene algún problemilla con su maestro pero que sólo irá a hablar
con él si Georgina se lo pide y le dice qué es lo que Georgina quiere que ella haga o diga a su
maestro. Se la ve tranquila, contenta y muy cuidada físicamente. Después me dice que ella
quiere volver a trabajar; no sabe si encontrará trabajo. Le hablo del voluntariado (122). Parece
que se sorprende de tan buena idea. Se va.
Entrevista Georgina:
Me cuenta que se arregló su habitación y su armario y que ha colocado las cosas tal como ella
quiere y no como las quiere su madre. Cuenta que su madre la quiere ver más pequeña de lo que
223
es; ella no soporta depender de su madre. Calla... vuelve a bajar la mirada... Dice: “¿Sabes de
qué me di cuenta escribiendo en mi diario?” Sonrío, le pongo la mano en la rodilla... Ella
levanta la mirada y dice: “Antes hacía las cosas que pensaba que mi madre quería que yo
hiciera; me quedaba en la cama, lo tenía todo desordenado, no me comía lo que ella me daba...
mi madre se enfadaba pero creo que eso era lo que ella esperaba de mí...”. Asiento con la cabeza
y le digo que es muy inteligente (123). Sonríe y no rechaza ni verbal ni gestualmente mi
opinión. Dice que debe hacer algo por la mañana pues su madre la despierta demasiado tarde; a
ella le gustaría tener más tiempo antes de ir a la escuela. Le pregunto si tiene despertador; me
dice que es de su hermana pero que se lo puede pedir. Le sugiero que puede despertarse con la
ayuda del despertador y así poder prescindir de su madre. Lo considera una buena idea. Se
levanta y se va.
Cuando sale Georgina la espera su madre; ésta me dice si podemos hablar un día. Quedamos en
que nos veremos la próxima semana (con la madre) y le digo que sólo (124) puede ser a las
nueve (mi intención es que Georgina vaya sola a la escuela, es decir, que la madre no la
acompañe). La madre enseguida dice que no puede ser porque debe acompañar a Georgina a la
escuela. Georgina se apresura a decir que ya irá sola, que esté tranquila, que lo puede hacer
perfectamente y que además le gustará hacerlo. La madre no se queda convencida pero
acordamos la entrevista para las nueve.
Entrevista madre:
No viene a las 9. Llega a las 9,30 y dice que ha tenido que acompañar a Georgina a la escuela.
Lo aceptamos y no le decimos nada al respecto. Se la ve angustiada (125); ella empieza a
explicar que la situación familiar la martiriza; dice que no es sólo Georgina quien la hace sentir
fatal sino todos los demás. Se va tranquilizando y explica anécdotas que todos tienen una base
común (126): nadie la tiene para nada; no la valoran. Para los hijos y el marido se siente sólo
una criada; manifiesta que sólo la quieren porque les hace el trabajo de la casa. Se siente muy
utilizada; dice que además no la respetan y la tratan como a un ”perro”. Acusa a su marido de no
defenderla cuando es preciso. Llora... silencio... respira hondo y levanta la mirada... Continua
diciendo (127) que de todo esto ella tiene la culpa pero no encuentra ninguna explicación
razonable a lo que pasa. Le cuesta mucho dormir y está muy nerviosa. También dice que ve
mucho mejor a Georgina, que ha puesto el despertador y ha hecho indagaciones del horario del
autobús para ir sola a la escuela; ella dice que esto no le gusta, que le puede pasar cualquier
cosa... llora... silencio... se la ve muy angustiada... silencio... habla de cada uno de los hijos; se
preocupa por todos. Dice que ella sólo quiere que sean responsables.
Después empieza a hablar de su infancia (128). Sus padres eran unas personas muy serias y
rectas; se mostraban muy distantes. Su padre, por razones de trabajo, estaba mucho tiempo fuera
de casa; lamenta haber estado poco con su padre; recuerda con satisfacción un viaje que hizo
con su padre cuando ella tenía 13 años; fueron los únicos días que recuerda haber estado con él
y haber disfrutado muchísimo. En casa, ella tenía miedo de ambos padres y nunca se atrevía a
llevarles la contraria para nada; recuerda que ella era muy obediente y que nunca se quejaba de
nada. Después, cuando ella tuvo a sus hijos, tuvo que enfrentarse a su padre porque con respecto
a sus hijos se lo dejaban pasar todo; su madre no quería cuidar de sus hijos aunque fueran sus
nietos; decía que son los padres quienes deben hacerse cargo de ellos... silencio... (pone cara
como de rabia cuando habla de su madre)... continua explicando que cuando su madre murió,
ella pudo acercarse mucho más a su padre; dice que éste cambió mucho; se abrió más con ella y
sus hijos, era más sociable, más juguetón, incluso, parecía más feliz... llora... silencio... después
dice: “Lástima que muriera tan pronto; pasó tan poco tiempo después de la muerte de mi madre
con nosotros; entonces era cuando yo lo comenzaba a disfrutar”... llora... se tranquiliza...
después relaciona sus vivencias de la infancia con el trato que ella recibe de sus hijos (129); dice
que ella no ha querido nunca que le tuvieran miedo pero que ahora no la respetan; añade que
cuando hacen algo que le molesta a ella se lo devuelve con la misma moneda. No ve salida a su
problema, no sabe que hacer... llora... baja la mirada... silencio... levanta la mirada como si
pidiera una intervención por mi parte... silencio... hago un gesto de comprensión con la cara y le
224
pongo la mano en la rodilla... llora... respira hondo... levanta la mirada... después dice: “¿tu
crees que debería trabajar (130)? Me hablaste del voluntariado, ¿no?”... Silencio... ella misma
continua: “una amiga mía me dijo lo mismo que tú; me es muy difícil encontrar trabajo a mi
edad. Tampoco quiero estar fuera de casa mucho tiempo; además, quiero estar en casa o estar
libre los días que mi marido no trabaje”... asiento con la cabeza... parece más tranquila...
silencio... parece como si esperara que le llevara la contraria, como si esperara una solución ...
silencio... Después le digo que me recuerda mucho a una señora que yo conocí que se llamaba
Rosa (131). Me mira con mucho interés y se relaja. Continuo diciendo: “Rosa tenía tres hijos y
un marido que tampoco colaboraba mucho en casa. Ella había dejado el trabajo para cuidar a su
familia; los hijos se hicieron mayores... Rosa no se sentía satisfecha ni con su trabajo en casa ni
con el trato que recibía de sus hijos”... Mientras dura el relato, está escuchando muy
atentamente y se va relajando cada vez más, cambia también su posición en la silla como si se
enderezara un poco para oír mejor... continúo: “ Rosa se sentía cada vez peor; un día, Rosa vio a
un abuelo que se caía en medio de la calle; corrió a socorrerlo; lo levantó y lo quiso acompañar
a su casa. El abuelo le dijo que vivía en una residencia para la tercera edad. Rosa cogió un taxi y
lo acompañó al hospital. Le vendaron un brazo y le dijeron que no debía ingresar, que podía ir a
su casa. Rosa lo acompañó a la residencia. El abuelo le agradeció lo que había hecho por él
diciendo que en su vida nadie se había preocupado tanto por él como lo había hecho ella y le dio
un beso de agradecimiento muy sincero. Rosa, se sintió tan bien, tan satisfecha... hasta que llegó
a casa. Con sólo abrir la puerta se le pasó aquella sensación de bienestar y de satisfacción.
(ahora la madre de Georgina asiente con la cabeza como si se identificara mucho con esta
sensación de Rosa). Rosa se sentó en la butaca de su comedor, cerró los ojos y empezó a
meditar. Se veía a ella misma ayudando al abuelo y se veía ahora en casa. Se preguntaba:
¿Dónde está la diferencia? De repente se dio cuenta de la respuesta: antes se había sentido útil,
en casa se siente inútil... Preparó la cena y mientras estaban cenando les dijo a todos que se
había acabado. Que ella se lo había pasado muy mal durante mucho tiempo pero que gracias a
Dios había visto lo que le pasaba. Rosa contaba que sus hijos y su marido se quedaron muy
asombrados de su firmeza. Ella les dijo que a partir de aquel día ella quería que cada cual se
hiciera su cama y pusiera la ropa sucia donde ya sabían; les dijo que ella prepararía las comidas
pero que cada mañana y cada tarde saldría de casa para ir a ayudar a los abuelos que están e n la
residencia, la compra, dijo a su marido, la harían los dos cada sábado. Les dejó escoger si
querían lavar los platos cada día uno o si preferían comprar un lavaplatos; el marido optó por
esta segunda opción y al cabo de pocos días era el aparato quién lavaba los platos”. La madre de
Georgina interviene: “Vaya cambio que debió de haber en esta casa “, se ríe... añade: “Claro,
una se siente como la criada, nadie cree que tienes sentimientos... y...¿Cómo terminó? Le digo:
¿Tú qué crees? Ella vuelve a reírse y dice: “pues que Rosa se salió con la suya y estuvo mucho
mejor”. Asiento con la cabeza y le digo que ahora Rosa tiene un contrato en la Residencia de
abuelos en la que trabaja cada día; se siente feliz y su familia también ha mejorado mucho”. La
madre de Georgina vuelve a intervenir añadiendo: “Fíjate... ¿ves?... ella que se creía
indispensable en casa, ahora no está, trabaja y las cosas van mejor”... se ríe... está mucho más
tranquila... se levanta y se va.
Entrevista Georgina:
Se la ve mucho más tranquila. Me dice que (132) se siente mucho mejor y que sólo ha querido
venir para decirme que se irá de colonias con la escuela a “La Vall d’Aran”. Cuenta que nunca
ha ido ni de excursión ni de colonias pues su madre siempre la convencía de que “no era
prudente”, que le podía pasar cualquier cosa... Dice que no sabe cómo le hacía tanto caso porque
aunque se sentía un poco rara con respecto a sus amigas de la clase por no ir, le gustaba
quedarse y realmente creía que era lo que ella quería... Respira hondo y dice: “Mira que vivía
mal y no me daba cuenta”... (133). Sonríe... Asiento con la cabeza y le digo que no hay mal que
por bien no venga y que seguramente que toda su familia habrá aprendido muchas cosas de esta
experiencia... Asiente con la cabeza y se queda como pensativa... Dice: “no sé si mi madre tiene
cura; mi padre ha cambiado tanto, juega conmigo, habla con nosotros, nos explica las cosas...;
En cambio mi madre me trata como si fuera una niña pequeña y, a veces, con su tono irónico y
225
de crítica consigue que todos nos enfademos... Menos mal que mi padre empieza a decirle las
cosas y nos defiende... Bueno, a lo mejor va cambiando...”. Le digo que no lo dude, que no hay
“mal que cien años dure”... se ríe... comenta: “Dentro de cien años todos calvos”... se ríe, se
levanta de la silla y me dice que nos enviará una postal des de la Vall d’Aran; le deseo que
disfrute mucho y que ya me explicará como le ha ido. Nos despedimos y se va muy contenta.
Entrevista madre:
Parece más tranquila y mucho más arreglada físicamente. Me dice que (134) ha querido venir
para saber si estaba “bien hecho” lo que ella había hecho hacía sólo tres días. En primer lugar
comenta que hoy Georgina se ha ido a colonias con la escuela; cuenta que se ha ido muy
contenta y que ella sola se ha preparado sus cosas sin querer que ella la ayudara. (es la primera
vez que explica alguna acción de Georgina con un tono positivo y de admiración).
A continuación me dice: “Mira, el sábado pasado (hoy es miércoles) todo continuaba igual en
casa; yo no podía más y decidí arreglar la situación. Primero se lo dije a mi marido y él me dijo
que yo misma, que él me apoyaría porque estaba de acuerdo conmigo. Después llamé a mis
hijos, les dije que se sentaran en el sofá y muy tranquilamente les dije que estaba harta de todo y
que esto no iba a continuar así. Me puse muy seria pero sin gritar ni nada... Les dije que no
quería que me tratasen peor que a un perro y menos que me contestaran con malas palabras o
con gestos despectivos (Judith me acababa de decir que estaba loca y que fuese a un
psiquiátrico)... Les dije que pondría mi horario y que fuera de las horas marcadas no les haría
nada de nada... Les dije que me había preocupado en exceso de todos ellos y que a partir de
ahora pensaría mucho más en mí... Ellos ( los hijos) ponían cara de incrédulos y como un poco
burlona... Yo les dije que si no cambiaban había buscado un internado para todos ellos; les dije
que me sabría muy mal pero que los internaría a todos antes de continuar viviendo de esta
manera... Al oír esto del internado, los tres cambiaron de actitud... ya no parecían tan burlones...
De hecho, ninguno de ellos dijo nada; se levantaron del sofá y se fueron a hacer sus cosas. Mira,
de eso hace tres días y en casa las cosas han cambiado mucho”. Se la ve satisfecha... Nota
aceptación con mi expresión gestual y facial... Dice: “¿Verdad que hice bien?”. Le respondo:
“¿Tú cómo te sientes?”... Ella respira hondo... se pone más cómoda en la silla, dejando el bolso
en el suelo, y dice: “Nunca me había sentido mejor; incluso, la relación con mi marido es mejor;
ahora nos acostamos a la misma hora, bueno, no es necesario que te cuente más, ¿no?”...
Sonreímos las dos... Después reconoce que Georgina está muy bien y que espera que no le pase
nada durante la excursión. Le doy una bofetada cariñosa en el brazo diciéndole: “¿Me parecía
haber oído que te preocuparías más de ti que de tus hijos?”... Sonrío.... Me devuelve la sonrisa...
calla... después dice que ha empezado a ir de voluntaria a ayudar a unas madres inmigrantes
para que aprendan a cuidar a sus hijos pequeños... me dice que no lo ha dicho en su casa pero
que esta noche se lo dirá porque está muy contenta... Dice: “Como Rosa, ¿recuerdas?....asiento...
continua:. Me siento muy útil; voy a continuar haciéndolo aunque en casa se rían de mí”. Se
levanta, se me acerca, me da un beso y yo le doy un fuerte abrazo; se va.
Al cabo de unas tres semanas, me llama Georgina; me dice que está muy bien. Le pregunto por
la familia y me dice que no me voy a creer que su madre trabaja, aunque gratis, de voluntaria, y
que parece otra. Me dice que la familia ha decidido irse de vacaciones al pueblo natal de sus
padres y que se van a ir todos juntos a pasar un mes. Le digo que me alegro mucho por todos,
que les dé muchos recuerdos y que si nos necesitan ya saben donde estamos. Georgina escribió
algunas cartas manifestando que las cosas iban cambiando y que estaban cada vez más
satisfechos. Han pasado cuatro años (135). El padre de Georgina continua trabajando en el
mismo lugar; su madre trabaja de auxiliar de clínica; su hermana es peluquera y ella está
estudiando; la última vez que nos vino a saludar, nos dijo que quería ser psicóloga. No ha
presentado ningún nuevo episodio psicosomático.
Explicación razonada
226
1)...mareos y problemas de la marcha...
El motivo de consulta en este caso es un síntoma de índole médico neurológico. Una
vez más, la conducta o comportamiento, objeto de análisis, será un psicosomatismo
que, indudablemente, está ocasionando, secundariamente, problemas escolares. Una vez
más, en este caso, la demanda de asistencia o ayuda, que pone en marcha el
procedimiento, corre a cargo del médico pediatra.
(2)...Entrevista madre...
Hacemos la primera entrevista a la madre en forma aislada. Generalmente, practicamos
entrevistas individualizadas porque el procedimiento se basa en el análisis de los
comportamientos personales como individualidad. Nuestro principio es que cada
persona es un ser con su propia personalidad, siendo cada cual, con sus decisiones,
el/la único/a responsable de sus comportamientos. Por lo mismo, sólo uno/a mismo/a es
capaz de cambiar sus comportamientos y, además, sólo uno/a mismo/a es garantía de
continuidad en el cambio. Para nosotros, el origen de las conductas está en la persona,
en el yo, de forma que otras orientaciones, como los sistemas, son de nuestra
consideración, pero de forma complementaria. Entendemos que actuando sobre la
persona podemos actuar, más eficazmente, sobre los sistemas, sobre los grupos, etc.
En principio, solemos hacer la primera entrevista a la persona que hace la demanda
porque entendemos que es la persona que siente más necesidad de ayuda y quiere ser
ayudada. Decimos que sentir la necesidad de ayuda es sentir la vivencia de un
problema con la tensión emocional o ansiedad correspondiente y ello es condición
indispensable para la eficacia del procedimiento. El sentir esta necesidad es el primer
paso para poder vencer, nosotros, la posible resistencia o mecanismos de defensa. En la
edad pediátrica, suele ser madre o/y padre, es decir, los elementos adultos de la unidad
familiar. Nuestro método trabaja interviniendo sobre el triángulo familia-escuela-
sociedad con este orden de prioridad. En el caso de los psicosomatismos, el agente de la
demanda puede ser el profesional médico por razones obvias.
En ocasiones en que el/la protagonista del síntoma o conducta se halla afecto/a de una
ansiedad importante u otra situación catalogable de "urgencia”, iniciamos el
diagnóstico-intervención, directamente sin más demora, sobre el/la mismo/a. A lo largo
del procedimiento, practicamos entrevista conjunta padre-madre si con ello podemos
obtener información relevante, pero, en modo alguno, la consideramos indispensable en
ningún caso.
(3)...muy angustiada...
A lo largo del procedimiento, es una constante la recogida de información verbal y
gestual, siendo esta última la que nos retroalimenta en el sentido de congruencia y
coherencia de lo expresado verbalmente. Estamos ante un caso de comportamiento
ansioso verbal y gestual. Para nosotros, cualquier manifestación de la persona es un
acto o comportamiento en que se expresa la persona. El comportamiento ansioso, como
todo comportamiento, es susceptible de ser analizado en términos de comportamiento
enmascarador. Las pistas de sospecha de enmascaramiento son la incongruencia
verbal-gestual o/y la desproporcionalidad o desmesura, en cantidad o en calidad, entre
el comportamiento enmascarador y las razones argumentadas que se sustentan en
creencias que explican directamente tal comportamiento.
La desproporción incongruente se manifiesta en la incongruencia entre lo verbal y las
motivaciones o razones argumentadas porque las creencias directas no son razones
reales sino encubiertas para despistar y, por otra parte, se manifiesta en la
227
incongruencia entre lo verbal y lo gestual porque lo gestual es consecuencia de lo
inconsciente, de lo sentido, en tanto que lo verbal es consecuencia de la razón y, en
caso de enmascaramiento, la razón actúa deformada y supeditada al mundo emocional
inconsciente.
Cabe, por consiguiente, preguntarse si éste es el caso. La creencia directa sustentadora
del comportamiento ansioso es el aprendizaje de que "una persona ansiosa es objeto de
atención y cariño”. Ya sabemos que, si la hipótesis de comportamiento enmascarador
fuera cierta, la creencia en el origen va por los derroteros de "yo no soy estimada",
territorio de la autoestima y autovaloración. Dejamos así delineados estos
planteamientos que son comunes a todos los comportamientos enmascaradores.
(4)...explica...
Es norma del procedimiento dar prioridad al relato espontáneo por parte del/de la
entrevistado/a porque ello implica un efecto de libertad sin imposición, de decir lo que
se quiere porque a uno/a le da la gana, y, simultáneamente, ello implica efecto empatía
y compenetración porque lo acompañamos de acompasamiento verbal y gestual.
Recordar que el acompasamiento equivale a algo así como "no herir sentimientos". El
relato espontáneo abierto suele ser más informativo porque no restringe el discurso
informativo a un ámbito concreto de pregunta concreta y garantiza, si acompasamos, la
evitación de cualquier sentimiento de culpa o censura.
No perdamos de vista que toda manifestación verbal es contemplada como
comportamiento verbal susceptible, por tanto, de ser sometido a la sospecha de
comportamiento enmascarador según sean las circunstancias. No perdamos de vista,
tampoco, que toda manifestación verbal debe ser contrastada con el lenguaje corporal
para interpretar su congruencia o no.
228
(7)...le explicamos a la madre...
En nuestro primer contacto con cualquiera de nuestros(as) entrevistados(as), siempre,
nos presentamos explicando quién somos y a qué nos dedicamos para dejar sabido,
entendido, el por qué y para qué estamos allí. La norma o principio básico que
enseñamos es que "quien manda allí siempre es nuestro/a interlocutor/a", bien
entendido que ello quiere decir que el llevar a efecto el procedimiento de diagnóstico-
intervención es decisión voluntaria y libre de nuestro/a paciente. Nosotros queremos
ayudar pero el/ella/ellos/ellas han de querer ser ayudados/as. Esta decisión o acto
voluntario, ejercicio de personalidad madura, exige sentir la necesidad de ayuda
porque, como dijimos, ello permitirá vencer las resistencias, y, por otra parte, exige una
mínima confianza empática que habremos de saber generar en este primer contacto
para, posteriormente, ir alimentándola con cada nuevo encuentro. El sentimiento de
necesidad de ayuda es inherente a la vivencia de una situación como problema, tanto
más cuanto más problema. El vivir un problema como problema implica estrés o
tensión emocional entendido como "no encontrarse bien anímicamente". Este "no
encontrarse bien" es un acto consciente a diferencia de lo que ocurre con el malestar
emocional responsable de las conductas enmascaradoras que opera por un mecanismo
inconsciente. Obsérvese, por tanto, que una conducta enmascaradora puede coexistir
con una situación anímica estable si la conducta enmascaradora es suficiente para
compensar protegiendo como es su finalidad.
La madre acepta y decide de inmediato, sin mostrar resistencia. Afirma verbalmente
que el padre no querrá someterse a entrevista alguna porque "no cree en los problemas
psicológicos". El comportamiento verbal de la madre, en lo referente al padre, habrá de
ser analizado, como siempre, conforme al patrón rutinario del procedimiento o método:
¿Será un comportamiento enmascarador?. Por otra parte, hagamos una hipótesis
interpretativa del comportamiento verbal del padre, presuponiendo que es cierto. Esa
afirmación de incredulidad en lo psicológico: ¿Será un comportamiento
enmascarador?. Si lo es, ésta es una magnífica manifestación de resistencia. La
conducta de resistencia es una conducta de negación y se comporta como una
conducta enmascaradora. Cuando la persona se defiende y se resiste obtiene una
ganancia que es "no haber de pasar por la situación contraria, falta de
enmascaramiento, con el sufrimiento que puede reportarle haber de afrontar
limitaciones o defectos". Esta ganancia de "no haber de prescindir de la conducta
enmascaradora" es "un grito en el vacío" reclamando la atención sobre sí mismo. La
situación contraria, por tanto, puede formularse en términos de pérdidas. Entendemos
este concepto de ganar o perder como un acto inconsciente en sus motivaciones y no
como un acto deliberado racionalmente intencionado. En el caso en cuestión las
ganancias o ventajas podrían ser, de entrada, "seguir manteniendo el comportamiento
enmascarador", "no haber de afrontar la resolución de cuestiones escabrosas sobre su
forma de ser, su estilo de vida, sus relaciones, etc." Este "seguir más de lo mismo" no le
comporta un malestar emocional suficiente para solicitar ayuda y "ya le está bien".
Nuestra actitud en estos casos, recuérdese, es de aceptación y respeto incondicional,
esto es, ausencia de crítica censurante, lo que quiere decir que tenemos muy claro que
la decisión de venir a hablar con nosotros y someterse a diagnóstico-intervención no nos
corresponde a nosotros, esto es, estamos ante una situación fuera de nuestro control,
fuera de nuestra responsabilidad. Solemos decir que estamos para ayudar pero no para
salvar a toda costa. Esto equivale a entender que en ocasiones, en la vida, "las cosas
son como son" sin que podamos hacer nada porque sean de otra forma.
229
(8)...Georgina. su expresión... ...noto... ...se sienta... ...me siento... ...no mira...
Asistimos a la primera entrevista con la paciente. Su lenguaje corporal, recogido en la
descripción, es congruente con el lenguaje verbal que vendrá a continuación y nos
comunica que "no está allí por voluntad propia". La pregunta inmediata que nos
hacemos es si no estaremos en presencia de un comportamiento enmascarador. Su
lenguaje corporal nos da pistas o indicios de que puede ser así como es el hecho de
"evitar la mirada", "evitar hablar", "evitar comunicarse". Son conductas de evitación
como una forma de lo que englobamos con la denominación de conductas de negación.
Este tipo de conducta es muy típico de las conductas automáticas de motivación
inconsciente como respuesta protectora ante una situación o vivencia o experiencia
dolorosa. Se trata, por ejemplo, del típico gesto de apartar la mirada cuando nos vemos
en el trance de presenciar una escena horrorosa, un accidente, una cogida de un torero,
etc. En definitiva, está mostrando una excelente resistencia con estos mecanismos de
defensa. Recuérdese que la resistencia es un mecanismo mental orientado a defender las
conductas enmascaradoras cuyo propósito es proteger del malestar emocional.
Tenemos predilección por sentarnos al mismo nivel que nuestros entrevistados/as, es
decir, en el mismo plano, porque pensamos que es más empatizante. Como toda norma
en el procedimiento existen excepciones en que optamos por poner la mesa de por
medio.
(9)...me presento...
Como siempre, en toda primera entrevista el acto de presentación es inexcusable.
Explicamos el porqué y para qué estamos allí y, acto seguido, dejamos bien claro que
ella puede hacer lo que quiera, no está obligada a nada.
(12)...silencio...
El manejo de los silencios es una técnica importante en el procedimiento. Saber
responder al silencio con el silencio es un proceder que actúa mentalmente por diversos
mecanismos. Pensamos que se produce un efecto confusión, favorecedor del estado de
conciencia focalizada, al romperse con la presuposición de que “en caso de que yo,
paciente, calle y no diga nada, lo inmediato es que el/la profesional intervenga
haciendo las oportunas preguntas..”. Esta situación de confusión en el razonamiento
230
lógico consciente determina que el discurso del pensamiento busque en la memoria para
mantener una continuidad en el discurso previo porque hemos provocado una
interrupción en el patrón de procesamiento. Esto es una interrupción del patrón
discursivo en el sentido de que cortas el contenido mental, cerrando y completando una
unidad de procesamiento. De momento, obligas a aplicar el procesamiento secuencial
cuando acabas de aplicar, probablemente, el simultáneo. Existe un intento de enlazar
con el discurso previo porque ante la confusión lo más fácil, mentalmente, es imitar lo
que estaba pasando con anterioridad. Una situación de estado latente de conciencia o
atención focalizada sitúa a la mente en un estado óptimo de ser objeto de sugestión, de
responder imitativamente sin más complicaciones mentales.
Lo que dice la experiencia es que, con frecuencia, nuestro interlocutor/a reanuda su
discurso con mayor riqueza de información, cuantitativa y cualitativamente hablando, si
existe una buena empatía o compenetración. Este efecto último que hemos descrito
creemos obedece a un efecto atrapamiento en el sentido de que el/la paciente, inclinada
irremediablemente a decir algo por lo anteriormente expuesto, siente la necesidad de
ser coherente con su inconsciente, con sus sentimientos, lo que hace que saque a
colación temas relacionados con esas motivaciones afectivas.
231
conducta de negación, “no tengo problemas”, pero en que se da un detalle verbal
significativo que es la aparición del “pero” introduciendo la conducta verbal de
negación. Primero da a entender que tiene algún problema con el padre para pasar,
rápidamente, a mostrar su resistencia con la oración introducida por el “pero”. Esta
formulación lingüística en forma de oración adversativa introducida por la partícula
"pero" es muy característica, de modo que es una formulación enmascarada porque la
oración introducida por "pero" contraría, dice lo opuesto, a la primera oración.
Continua su actuación enmascaradora.
232
reforzar lo que, creemos, es una conducta enmascaradora. Esta actitud de silencio
expectante por respuesta puede complementarse con la habilidad para desviar la
conversación hacia otro tema, haciendo un cambio de foco de atención, aprovechando el
efecto conducción. En este caso de respuesta de silencio ante el silencio con cambio de
foco de atención o tema por parte nuestra hablamos de respuesta distraída o
despistada. O puede ocurrir que ante nuestra actitud de silencio expectante por
respuesta se produzca un cambio espontáneo de foco de atención o tema por parte de
nuestro/a interlocutor/a con el significado que le es propio y explicamos en su
momento.
233
(22)...Silencio. Me mira. No digo nada; acompaso... silencio... llorar... mano...
Nueva puesta en acción del recurso del silencio expectante como respuesta que ya
hemos explicado profusamente en los puntos 12 y 14, anteriormente. Es decir, respuesta
con silencio al silencio.
Recuérdese que lo improcedente en estos casos es entrar en una dinámica verbal de lo
que se entiende, por muchos, como soporte emocional: "no te preocupes, no será nada;
esto se solucionará". O lo que es peor: "bueno, mujer, no es para tanto, ya verás...".
Estas bien intencionadas manifestaciones verbales de soporte están haciendo un efecto
contrario porque el mensaje que transmiten es "no tienes razón para obrar de esa
manera", "no estás obrando correctamente". Una vez más, pretendemos comunicar
mediante razonamientos conscientes cuando en una situación de sufrimiento emocional
está bloqueado el razonamiento consciente y sólo es posible comunicar con
sentimientos. Y los sentimientos que hemos de comunicar son sentimientos de afinidad,
de identificación, porque el inconsciente no entiende otro lenguaje que el cariño, la
estima. Este efecto de afinidad de sentimientos se logra con el acompasamiento verbal y
gestual que, no nos cansaremos de insistir, funciona porque es un acompasamiento de
sentimientos. Cuando nuestro interlocutor/a se siente comprendido/a (tu igual que yo)
se facilita que el lenguaje corporal muestre su máxima expresión, el llanto, como
expresión del estado anímico.
El contacto corporal en la forma de mano en la rodilla, mano en el brazo, mano en el
hombro, tiene el significado de la caricia que es una forma de lenguaje corporal
primitivo para expresar cariño y estima y para acompasar sentimientos de forma muy
efectiva. El contacto corporal es un código analógico de identificación máxima que
tiene su expresión más florida en las relaciones amorosas de la mayoría de especies
animales, incluido el ser humano. La aplicación de este recurso exige una empatía
suficiente o lo que es lo mismo una credibilidad sin fisuras.
234
La madre encuentra, aquí, una justificada explicación para el comportamiento de su hija
en cuanto a no querer saber nada de nosotros. La creencia es: "existen personas que son
reservadas porque son así por carácter, vaya, de nacimiento". Aquí se da una
comprensible proyección afectiva de una madre que trata de disculpar la conducta de
una hija. Claro, lo que no sabe la madre es que las cosas no son lo que parecen y que el
comportamiento de G. es fruto del enmascaramiento engañoso y deformador de la
realidad como mecanismo de defensa mental para proteger del sufrimiento emocional.
235
La madre muestra su voluntad de continuar el procedimiento y es ella quien decide
volver. En este momento, ante las dificultades que preveemos para poder intervenir en
el ámbito de G. y a nivel del padre, ponemos en acción la estrategia de intentar abordar
la situación, actuando a nivel de otro miembro familiar, la hermana mayor. Recordamos
a la madre que su comunicación con su otra hija ha de ser del tipo a que nos habíamos
referido con anterioridad lo que va implícito en ese: "no haga crítica censurante, acepte
lo que ella diga". Solamente se esta en condiciones de poder analizar mentalmente una
crítica cuando no funcionan, no se activan, mecanismos de defensa o resistencia.
236
burlar el mecanismo mental de defensa impuesto por el malestar o sufrimiento
emocional.
Es importante insistir en que el/la profesional observa siempre un talante de “no
desafiar las creencias de su interlocutor”, lo que sólo lograría reforzar su conducta. El
desafío implica un yo tengo razón y tú no e, inconscientemente, se tiende a asimilar no
tener razón con tener la culpa. Es por ello que: “aceptamos sus palabras”, “de
acuerdo, nos va muy bien saberlo, nos es muy útil”, “nos despedimos dándole las
gracias”, “volvemos a agradecer su colaboración”. Todas estas expresiones verbales
se acompañan de un tono en la voz congruente porque, recuérdese, es este último
mensaje el que es captado, aunque sea inconscientemente, como más verídico y fiable.
237
hicimos alusión, o, dicho en otros términos, una resistencia, en cualquier caso, de grado
tal que, al menos, nos permite diagnosticar e intervenir.
238
"una buena madre está obligada a vigilar por sus hijas". Estas creencias urden
perfectamente el enmascaramiento autoengañoso.
El análisis de esta conducta permite afirmar una diferencia de trato a las hijas por parte
de la madre. Nuestro "teorema de los comportamientos enmascaradores" afirma que la
conducta enmascaradora estará orientada, preferentemente, hacia el/la destinatario/a
de la misma que se comporta como elemento o factor desencadenante o precipitante. Si
ello es así, cabe pensar que la madre se siente, particularmente, no estimada y valorada
por esta hija, objeto preferente de su conducta enmascaradora.
239
explicación razonada. En definitiva, tiene la capacidad de plantearse el tema. De esta
forma mantiene la duda razonable de que, realmente, "ella no esté obrando bien" con lo
que no se sedimenta la cuestión y no cobra carta de naturaleza la creencia subsiguiente
que pase a integrar su identidad personal. Es así, como un sentimiento de culpa no llega
a cobrar carta de naturaleza y determinar un comportamiento enmascarador, en tanto
que en muchos comportamientos enmascaradores subyace un sentimiento de culpa. Es
así, como decimos, también, que un sentimiento de culpa por sí mismo no pone en
marcha un comportamiento enmascarador sino un núcleo de sentimientos que
configuraron el autoconcepto, autovaloración y autoestima. Una vez más, en esta parte
del pasaje, practicamos el recurso del silencio expectante o respuesta silente al silencio.
(39)...se va tranquilizando...
Se produce un efecto sedante o tranquilizante característico de la exteriorización de
sentimientos. Este efecto es una consecuencia de la satisfacción de la necesidad de
comunicación, es decir, haber podido comunicarse interpersonalmente, persona a
persona en un estado de empatía o comunicabilidad. La satisfacción de una necesidad
se sigue de una sensación de bienestar. Lo que estamos planteando aquí, por otra parte,
es la comunicación interpersonal como necesidad. Es decir, la sensación de hambre
genera la necesidad de alimentarse; la "sensación de afecto", los sentimientos, la
capacidad de sentir genera la necesidad de comunicarse verbal y gestualmente. El
término comunicación, del lat. "communicatio", significa "establecer contacto",
nosotros añadimos, verbal y gestual. Entendemos que tal necesidad es así porque somos
seres emocionales, seres que sentimos, seres que amamos y necesitamos ser queridos,
ser estimados y no se entiende el cariño y estima sin comunicación verbal y gestual.
Aquí, pensamos, está la raíz más profunda de la necesidad de comunicación. El afecto,
cariño y amor implica una proyección hacia fuera, una relación interpersonal. Cuando
buscamos comunicarnos en forma de cualquier conversación, por ejemplo, lo que
estamos haciendo es satisfacer inconscientemente esa necesidad "instintiva". Estamos
hablando, por consiguiente, de una necesidad emocional como existen necesidades
fisiológicas de muy diverso tipo.
240
lleva su mochila." Fijarse que la formulación lingüística es en forma de sugerencia que
es lo mismo que emplear términos de posibilidad, esto es, comunicación indirecta. Esta
formulación hace que la pregunta no parezca tal pregunta porque, gramaticalmente,
estamos enunciando y no preguntando; de ahí, la denominación de enmascarada. En
realidad, es una pregunta doblemente enmascarada porque la formulación no es en
forma gramatical de pregunta y porque toda comunicación indirecta es una
formulación enmascarada en el sentido de que el/la receptor/a no se da por aludido/a
directamente si el mensaje tiene connotación negativa. No le decimos: "Mira, G., en tu
casa no tenéis las mochilas bien distribuidas". El mensaje o saber que queremos
comunicar para lograr el cambio es "somos responsables sólo de aquello que es nuestra
responsabilidad". Fijarse que el mensaje va en términos ambiguos porque no concreta
en qué o de qué somos responsables; ello tiene la ventaja de que el receptor del mismo
aplica el significado concreto según su libre entender. Pero lo aplica y transfiere e
internaliza para llegar a la conclusión de que se está responsabilizando más de la
cuenta. No hace falta más concreción para descargar el sentimiento de culpa. De hecho,
su lenguaje corporal con la cabeza evidencia lo anteriormente expuesto.
(41)...Le pregunto...
En el transcurso de la metáfora se produce, generalmente, un estado de conciencia
focalizada o trance ericksoniano como explicamos a propósito de las metáforas. La
metáfora, en esta caso, la complementamos con el recurso de la adivinanza utilizando el
efecto conducción que determina el estado de trance. Es por eso que hacemos la
pregunta que, como toda pregunta, es, en sí misma, una cierta adivinanza. Recordar que
la adivinanza genera un efecto suspense. Es una pregunta con respuesta encubierta. Se
trata de proporcionar un conocimiento o saber, haciendo una pregunta cuya respuesta,
sabemos, contiene dicho mensaje. El contenido informativo de la respuesta lleva
implícito un mensaje o saber que será concienciado: "cargar con responsabilidades que
no nos competen tiene efecto negativo”. Nuevamente la transferencia e internalización
con la comprensión se expresa en lenguaje corporal y verbal: "...levanta la vista
(=conecta), sonríe..., dice...añade...yo cargaba con muchas mochilas, debo devolverlas,
a cada cuál la suya". En medio de este pasaje, como es norma preceptiva, practicamos
el acompasamiento gestual: "...Le devuelvo la sonrisa...". Recordar, también, que todos
estos gestos afables, a lo largo del procedimiento, se van comportando como un
subrayado analógico lo que hace que funcione el efecto anclaje, de forma continua. La
sonrisa es una forma de lenguaje gestual específica de la especie humana en la escala
evolutiva y tiene un significado opuesto al lenguaje gestual del dolor o sufrimiento. La
expresión gestual felicidad o dolor comparte aspectos de fisiología neurológica. Es un
hecho experimentado cómo el óxido nitroso, empleado como anestésico, se conoce con
el sobrenombre de gas hilarante porque, a unas dosis determinadas, provoca la risa. Se
sabe que las endorfinas tienen que ver con la fisiología de la risa. A este propósito, ver
lo expuesto en el apartado "Bases científicas del modelo". Existen estudios científicos
que demuestran el efecto beneficioso de la risa sobre diferentes sistemas orgánicos
como el sistema leucocitario y el sistema inmunitario, concretamente, elevando el nivel
de inmunoglobulinas A.
241
sentido de que cortas el contenido mental, cerrando y completando una unidad de
procesamiento. De momento, obligas a aplicar el procesamiento secuencial cuando
acabas de aplicar, probablemente, el simultáneo. Lo que se pretende es cambiar de foco
atencional de forma que nuestro interlocutor/a no tenga oportunidad de mantener un
discurso razonado para intentar comprender más de lo que ya comprendió. Es decir,
hacer que no se plantee dudas o cuestiones o relaciones. Esto hace que el contenido
aprendido pase a la memoria, al inconsciente, sin más interferencias. Esta técnica es
más efectiva cuanta más interrupción de patrón de procesamiento se produzca, por el
efecto confusión que tiene lugar. Por patrón de procesamiento nos referimos al patrón
visual, auditivo, cinestésico, mundo interior, mundo exterior y a procesamientos en
concepción PASS (ver nuestro libro: "Neuropsicopedagogía. Aprender: ¿Qué y
cómo?").
242
comportamiento, aptitudes o capacidades, convicciones o valores y convicciones o
valores sobre sí mismo, esto es, identidad.
(46)...la madre tiene muchos problemas con su... hermano... debido a la herencia...
Aunque no tenemos mucha información sobre este fragmento de la descripción, sin
embargo nos atrevemos a hacer la hipótesis de que tales problemas tienen que ver con
comportamientos enmascaradores. Una situación de enmascaramiento es un estado
propicio para desarrollar conflictos en las relaciones interpersonales cuando el origen
de tales comportamientos significa un deterioro de consideración de la identidad
personal.
243
(50)...Le pregunto por el tutor...
Un procedimiento básico en el método utilizado es el contrastar las opiniones siempre
que ello es posible con el objeto de tener el conocimiento más preciso posible. Las
opiniones que obtenemos, como se infiere del relato descriptivo, nos retroalimentan en
la línea argumental del punto 28.
(51)...se aburre... en clase. los deberes no le gusta... ...la tienen que ayudar...
Tenemos la oportunidad de analizar una conducta enmascaradora de G., a través de la
información facilitada por su hermana. Este es un ejemplo de cómo puede abordarse el
diagnóstico de los comportamientos de alguien a través de otra persona. Recuérdese
que es exigible la premisa de que la información facilitada no es, en sí misma, un
enmascaramiento puesto que toda conducta verbal es susceptible de enmascaramiento.
Esta circunstancia se da en el caso presente.
Obsérvese que estamos en presencia de una forma de conducta de negación, esto es,
"conducta de inhibición", "no hacer los deberes", "no hacer en clase". La ventaja de
esta conducta para G. es cariño en ese papel de "víctima o persona desvalida necesitada
de ayuda" porque la ausencia de esta conducta le supondría la pérdida del cariño
(sufrimiento, por tanto) que tal comportamiento le reporta. De esta forma se cumple la
contracreencia que subyace detrás de todo autoengaño o enmascaramiento. Resulta
esclarecedora la brillante conclusión aportada por la hermana: "parece como si sólo
quisiera que estuviera a su lado".
244
acumulados por G. en cuanto a los comportamientos maternos hacen absolutamente
lógico el razonamiento justificador. Lo que no sabe G., ni la hermana de G., ni cuantos
a su alrededor escucharan estos argumentos, es que la motivación real de su conducta es
fruto y consecuencia del autoengaño enmascarador protector del malestar emocional
inconsciente.
Nuestra actitud, como siempre, ante la aparición de resistencia es acompasamiento, esto
es, "ponernos a su lado" lo que hacemos verbalmente. Entiéndase que este "ponerse a
su lado" no es "tomar partido por " porque esto último es el resultado de un juicio
censurante o lo que es lo mismo "tu tienes razón y el/la otro/a tiene la culpa". Sobre
esto hablamos, también, en los puntos 14 y 28. En el acompasamiento acompasamos
sentimientos, es decir damos la razón de sentir pero no damos la razón de la razón.
Fijarse que, en esta ocasión, acompasamos con expresiones verbales referentes a G.,
cuando quien tenemos delante es su hermana; en realidad, estamos acompasando a su
hermana con lo que le estamos diciendo: "no tienes que sentirte mal porque G. no
quiera venir; lo entiendo, perfectamente. Ella tiene sus razones que son respetables; tu
no tienes la culpa".
245
características de autoengaño porque es menos doloroso para ella callar y no decir nada
que lo contrario. En nuestra concepción, el comportamiento de J. hubiera sido muy
diferente si ella se hubiera sentido segura de sí misma en el ámbito de identidad. La
seguridad en las decisiones es proporcional al autoconcepto, autovaloración y
autoestima. Evidentemente, creencias directas del tipo "quien engaña no es digno/a de
confianza" soportan tal conducta con una excelente argumentación lógica de
autoengaño.
Es interesante comentar, a este propósito, que en los casos de conductas
enmascaradoras es inconsciente la motivación en el origen en tanto que la conducta en
sí puede ser concienciada o no concienciada. En el caso de la madre, podemos asegurar
que buena parte de sus conductas de negación no son concienciadas como tales. En el
caso de la hija, es evidente que la conducta de ocultación sí que es concienciada.
Recuérdese que las conductas enmascaradoras protegen del malestar emocional pero
sólo de forma paliativa porque este mecanismo mental de protección es imperfecto y es
la solución menos mala entre dos posibles, la respuesta en forma de enmascaramiento o
la no-respuesta.
(60)...Mi padre tampoco querría venir. es como... ...nunca...hablar con los maestros..
Nueva descripción de autoengaño enmascarador por parte del padre. Obsérvese que la
creencia directa para explicar argumentalmente tal conducta como lógica racional es:
"hay personas que son reservadas ". Es decir, J. entiende que hay una forma de ser que
es esta de "ser reservados". Es evidente que J. no ha ido más allá en el sentido de
plantearse qué significa eso de "ser reservados". Porque pareciera que es una condición
innata caracterológica que quien la posee no puede evitar. En nuestra concepción, eso
no es así y tendremos oportunidad de demostrar que ese "ser reservado" es
consecuencia del autoengaño enmascarador y es una forma de conducta de negación.
Una de las estrategias que utilizamos para intervenir es abordar el cambio de creencias
246
no ajustadas a la realidad, sean las que sean, porque en ello está la solución. Existe una
mecánica en el procedimiento consistente en ir "desarbolando" las conductas
enmascaradoras a base de "desmontar por ilógicas" las creencias directas lo que nos
deja a la persona en un estado propicio para poder abordar las creencias de identidad.
El abordaje de las creencias directas consiste en contra-argumentar los argumentos
justificadores de esas creencias. En esta oportunidad decidimos no abordar el cambio de
creencia de J. porque nos pareció suficiente, de momento, intentar lograr el concurso de
su padre y abordar a su nivel el cambio de creencias. Lo que no olvidamos es
acompasar: "Aceptamos, sin crítica censurante, sus palabras con una media sonrisa".
247
(66)...Le sugiero... no se va a sentir bien...
Este es un ejemplo de intervención orientada a desbaratar la creencia directa que
explica el comportamiento enmascarador de negación de la madre. La creencia de la
madre es "un ser débil hay que, es obligado, protegerlo/la". El abordaje, en este caso,
no lo hacemos intentando cambiar la creencia con una contra-argumentación sino que
abordamos cambiar su creencia del código de valores, cambiar el código de valores, en
el sentido de que le decimos: "el estado emocional, los sentimientos, su estado anímico,
a lo mejor, es más importante". Es lo que va implícito en aquel "a lo mejor, no se va a
sentir bien". Es decir, no contra-argumentamos sobre la creencia de si "es débil o no".
Este "a lo mejor" es una formulación lingüística en términos de posibilidad, de
sugerencia, con los efectos mentales que le son propios como recurso técnico de
comunicación indirecta.
248
puede ser esquizofrénica, y, por consiguiente, estoy obligada a sobreprotegerla". No se
nos ocurre, en este momento, otro recurso que poner en práctica el efecto docente o
magistral o facultativo (de médico facultativo) como índice de referencia que somos,
transmisores de seguridad. Es por esto que sin la menor duda por nuestra parte le
decimos: "estamos convencidos...". Fijarse que, en este caso, nuestra formulación es
categórica porque se trata de comunicar convicción segura. Su respuesta gestual es de
felicidad, de un efecto tranquilizante, sedante, notable y de un estado de conciencia
focalizada indudable. Correspondemos en lenguaje gestual con una sonrisa
acompasadora reforzadora de empatía y, sin darle tiempo para más enjuiciamientos
discursivos, hacemos valer el efecto conducción y la llevamos a otro tema,
interrumpiendo su patrón de procesamiento, para conseguir amnesia postrance: "debe
haber sufrido mucho a lo largo de su vida".
No podemos dejar de hacer algún comentario adicional sobre un aspecto sobre el que ya
nos referimos en el punto 30 de esta explicación razonada. Cabe preguntarse por qué es
G. quien se comporta como lo hace y no, en cambio, J., su hermana. Tal vez, la
explicación, en parte al menos, esté en los sucesos que ocurrieron "cuando G. sólo tenía
dos meses de edad". Seguramente, esos acontecimientos vividos por la madre resultaron
ser un factor sumatorio determinante que reforzó las conductas engañosas
enmascaradoras que, seguro, ya existían con anterioridad. Estas conductas de la madre
y del padre ejercieron un efecto "deletéreo" sobre un ser mucho más joven y mucho
más inmaduro, como G., sin capacidad de juicio crítico. Es muy probable, por otra
parte, que factores de tipo temperamental, caracterológico e intelectual de naturaleza
endógena, también, jugaran su papel, pero, en nuestra concepción, lo determinante son
los aprendizajes.
249
protegerla o, lo que es lo mismo, me sentía obligada (sentimiento de culpa) a
protegerla", "por eso, a medida que iba creciendo, le ocultaba cosas".
La concienciación de tales conductas ha sido la consecuencia del cambio de creencia
que le hacía pensar que "G. era débil, estaba enferma de los nervios". Esta intervención
orientada al cambio de creencia directa tiene un efecto simultáneo indirecto
enmascarado, por tanto, sobre las creencias de identidad en tanto que la madre,
sabiéndose, ahora, liberada del sentimiento de culpa porque sabe que obró
correctamente porque ella no era responsable moral, al obrar "con buena intención”,
decimos, entonces, acuña una nueva creencia de identidad: "yo no soy mala".
250
equivalente cumple con el fin propuesto. En el momento que se produce la
transferencia e internalización tiene lugar la respuesta verbal congruente con lo
gestual: “Ya no voy a confiar en lo que diga” y lo refuerza, a continuación, con el
“¡Claro! .
Las creencias que estamos enseñando son: "la confianza es credibilidad", "el
aprendizaje creíble, con convencimiento, exige que quien enseña goce de credibilidad",
"el convencimiento de un saber es seguridad". Todo esto se traduce, en el ámbito de
identidad personal, en "yo sé", "yo estoy seguro/a en mis decisiones porque sé que sé".
Es decir, logrando que la madre sea fiable, creíble, en su comunicación con su hija
estaremos interviniendo, a la vez, sobre la identidad personal de la hija.
251
argumental con su marido sobre la(s) creencia(s) que hemos abordado. Como es norma,
la formulación lingüística de nuestra demanda es en términos de posibilidad como
corresponde a la comunicación indirecta no impositiva: “me gustaría”. No le decimos:
“Es necesario e imprescindible que venga el padre porque si no esto no puede seguir o
acabar bien”. Es decir: “como no venga el padre, él y ustedes son responsables de que
la cosa no resulte. Ustedes allá con su responsabilidad”. Formulaciones como esta
última sólo consiguen un efecto polaridad, probablemente, con una respuesta contraria a
la perseguida y, lo que es peor, transmiten sentimientos de culpa por una censura
encubierta que sólo pueden contribuir a agravar la situación porque el aprendizaje, en
este supuesto, a nivel de identidad es “yo soy un mal padre; yo soy una mala madre”.
Nuestro trabajo, no se olvide, no es juzgar moralmente.
(79)...le diga...
Haremos un análisis de este pasaje del relato descriptivo como un ejemplo de
comunicación indirecta en la formulación lingüística. Para empezar, hacemos una
proposición, “le propongo” lo que está en el extremo opuesto de la orden. Seguimos en
la misma línea, con la formulación gramatical en potencial, “podríamos” con lo que
seguimos transmitiendo en términos de posibilidad, esto es, “si quieres”. A
continuación, cuando le “pedimos” que “explique nuestro punto de vista” lo hacemos
con la frase incorporada de posibilidad, “si le es posible”. La comunicación indirecta
actúa en virtud de unos efectos que le son propios y sobre los que no insistiremos en
este momento de la exposición.
252
(83)...El padre asiente... y añade...
La manifestación de la madre es corroborada por el padre en lenguaje verbal y gestual
congruente,
253
sentimientos: "manera de tratar" y "se sintió muy mal". Los padres no hablan en
ningún momento de argumentos sobre explicaciones científicas de la "enfermedad" de
su hija; no mencionan ningún argumento de este tipo, ni siquiera argumentan que no le
fueran dadas explicaciones científicas convincentes ante sus mentes racionales. Es un
detalle más de que la comunicación, en estos casos, ha de ser en la sintonía afectiva y
no en la racional pura.
254
equívocos, ambiguos, imprecisos. Recuérdese que nuestra idea es abordar siempre las
creencias y a partir de aquí cambiar los comportamientos por lo que obramos en
consecuencia. La respuesta que obtenemos en lenguaje corporal nos informa de un
buen estado de conciencia focalizada o estado de trance.
255
La norma es una conducta que debe hacerse sobre la base o argumento de que es
correcto o sujeta a derecho. Se trata de que quien se compromete a cumplir una norma
lo hace convencido/a de que, ante todo, tiene derecho o libertad para comprometerse.
Este es, diríamos, el principio de la norma o pauta. El establecimiento de normas se
establece sobre la creencia de que "para poder vivir mejor, con más bienestar, es
necesario un cierto ordenamiento". Asumida esta creencia se llega a un pacto o
negociación de las normas. La negociación es un acto en que se produce un ajuste o
equilibrio de derechos o libertades: "mi derecho o libertad llega hasta donde llega tu
derecho o libertad". La esencia del cumplimiento del pacto es el compromiso moral
implícito. Lo que queremos decir es que cuando después de una deliberación racional
libre emitimos una conclusión que es un "sí, yo haré esto o aquello”, de inmediato se
crea un compromiso y el compromiso crea atrapamiento porque actúa el código moral
censurante. Estos aspectos sobre la manera de actuar o funcionar el compromiso fueron
explicados en el apartado de otros recursos del procedimiento.
En consecuencia, el establecimiento de normas tiene un efecto educador importante
sobre creencias de identidad que configuran la personalidad del individuo. Nuestra
intervención, aquí, es sobre la identidad de los padres y de las hijas. Este es un ejemplo
de la sutileza del procedimiento que va actuando casi sin percatamiento consciente con
la apariencia engañosa de inconsistencia lo que sólo cabe sustentar desde el punto de
vista de la ingenua ignorancia.
No perdamos de vista que el abordaje de esta intervención lo hacemos en términos de
sugerencia o formulación hipotética como es siempre norma en el procedimiento.
256
El padre responde en lenguaje verbal con un percatamiento consciente sin resistencia
prácticamente: “G. hace lo que le da la gana”. Lo que significa esto, en nuestra
opinión e interpretación, es que esta conducta paterna está menos sujeta a la acción
deformadora enmascaradora.
(96)...si usted nos asegura que. ¿No estás de acuerdo?... ...se pone a llorar...
Aquí, en cambio, sí que aparece una conducta de resistencia paterna en este
comportamiento verbal. Hay resistencia a abandonar el enmascaramiento que utiliza
como argumento justificador: “G. es un ser enfermo, tal vez, esquizofrénico” pero está
en ese estado de “lucha mental” por lograr el cambio de creencia, la nueva convicción.
En ese trance busca en su mujer un acompasamiento empático que es lo que necesita
pero, contrariamente, encuentra un refuerzo a su enmascaramiento cuando observa una
madre “pensativa, dubitativa, silenciosa en lucha estresante por superar una conducta
de negación” y por ello exclama ese: “¿No estás de acuerdo? ; es decir, ¿Estás
conmigo o no?. Esta actitud verbal del padre no deja de ser un enmascaramiento para
proteger en el sentido de no haber de soportar el sufrimiento que significaría para él lo
contrario, esto es, “G. es un ser enfermo o esquizofrénico”.
La madre rompe a llorar como expresión corporal de su sufrimiento en el momento
descrito de lucha estresante. La situación es dolorosa para la madre, básicamente, por
el sentimiento de culpa que ineludiblemente sale a la luz en estos casos. El juicio mental
automático que se produce en el momento de percatarse de la nueva realidad es del
tipo: “lo que estaba haciendo era incorrecto y, automáticamente, se equipara
incorrecto a incorrecto moralmente, por una aplicación inconsciente del código moral
o ético inherente a todo ser humano”. Este planteamiento que hacemos se ve,
particularmente, acentuado en el caso analizado porque la actitud del padre verbal y,
sobre todo, gestual está comunicando un mensaje del tipo: “lo haces fatal; eres un
desastre. No vales nada”.
257
Aspecto de intervención consistente en poner en práctica un acto ejemplificador, el acto
de hablar con G, en que hay un aprendizaje de creencias: "yo, G. tiene razón; mis
padres son índice de referencia para mí, pero pueden equivocarse; yo tengo que pensar
por mí misma y llegar a mis propias conclusiones; yo soy un ser autónomo". Y más,
todavía: "todo el mundo se equivoca y aceptar el error no intencionado es loable y
signo de madurez".
(101)...sugiero... la posibilidad...
Puesta en práctica de la comunicación indirecta cuando nos dirigimos a los padres en
términos de sugerencia que son términos de posibilidad y, a la vez, instruimos para que
ellos mismos se dirijan a G. en términos de posibilidad. Obtenemos respuesta gestual
colaboradora que es lo contrario a la resistencia.
258
Se trata de un ejemplo de cómo los padres, a partir de unos aprendizajes asumidos,
supieron poner en acción sus propios recursos para llevar a término una eficaz
intervención.
259
parte de G., un ejercicio de personalidad madura conforme a lo que explicamos en el
punto 17 de la explicación razonada. Observamos dos manifestaciones verbales que son
argumentaciones que justifican su cambio de comportamiento, esto es, aceptar venir a
hablar con nosotros: "sus padres han dejado de presionarla" y "su hermana le ha
dicho...". De hecho, son justificaciones para explicar la razón de su comportamiento
anterior, no queriendo venir a hablar con nosotros. Como ocurre, siempre, con las
conductas de autoengaño, las creencias directas que se emplean como argumentos son
de una lógica aplastante: "Es lógico pensar que si ya no me presionan y, además, mi
hermana me ha dicho que a ella le fue muy bien, yo me decida a venir". Evidentemente,
son conductas de autoengaño enmascarador con un sentimiento de culpa en su origen.
Nuestra respuesta es de acompasamiento de sentimientos, como es norma en estos
casos, y lo hacemos verbalmente con gesto congruente cuando le decimos: "me ha
gustado mucho que...". La respuesta, entonces, de G. es en lenguaje corporal veraz, en
forma de "sonrisa" y "respiración profunda”, es de satisfacción y tranquilidad con lo
que podemos afirmar que se ha producido un efecto tranquilizador y desculpabilizante:
"si soy aceptada y no reprobada o censurada, he obrado correctamente".
260
mecanismos de defensa o resistencia va teniendo lugar de forma paulatina o gradual.
Esto es lo que está ocurriendo cuando afirma: "ahora quien le preocupa es J. pues le
parece que va a tener osteoporosis". Tiene lugar un cambio espontáneo de foco de
atención o conversación. Los cambios de foco de atención pueden tener lugar con
silencio previo o no. La conducta en curso es una conducta verbal de autoengaño en
forma de sobreprotección para aliviar el sufrimiento que la ausencia de tal conducta
comportaría. Nuestra actitud, entonces, como siempre en esta situación es de
acompasamiento de sentimientos, esto es, aceptación y no censura o crítica.
261
motivación. Recuérdese, por otra parte, que una conducta enmascaradora es
inconsciente en su motivación original, pero que la conducta enmascaradora, en sí
misma, puede ser consciente o inconsciente. Queremos decir que una conducta
sobreprotectora puede estar llevándose a efecto sin que el/la agente de dicha conducta
se percate conscientemente de que está actuando con sobreprotección. El conseguir un
percatamiento consciente de una conducta de autoengaño enmascarador es un primer
paso para la desactivación de la misma.
(115)...G. Me dice... me dice que es la primera vez que la dejan. hablar de...
Asistimos a toda una serie de comportamientos verbales de G.. Cuando afirma que "...
tiene prisa..." nos resulta incongruente porque la razón de la prisa son sus amigas y
resulta incongruente que las amigas sean prioridad sobre la entrevista. Esto tiene
apariencia de conducta de negación o evitación. Sin embargo, pronto cambia
espontáneamente el foco de atención y lo centra en su preocupación, la madre. Expresa,
a continuación, las nuevas creencias sobre su madre. Vuelve a cambiar el foco de
atención y lo sitúa en ella misma. Nos relata enseñanzas derivadas de experiencias con
repercusión en creencias de identidad: "...primera vez... sola... a una fiesta con sus
amigos...". El lenguaje gestual vamos obteniendo retroalimentación del buen estado
anímico: "...levanta la mirada... tranquila... contactando con la mirada...".
262
contacto visual, expresión verbal congruente con el lenguaje gestual anterior,
acompasamiento nuestro, refuerzo del mensaje: "...sus amigas tienen un tesoro...",
respuesta gestual retroalimentadora informadora". La información retroalimentadora
nos dice que se ha producido el convencimiento de la nueva creencia. El refuerzo del
mensaje lo hacemos en formulación enunciativa directa pero, paradójicamente directa,
porque tiene lugar en un contexto de hipnosis ericksoniana.
Fijarse que el llanto, en esta ocasión, corresponde a lo que, en términos coloquiales, se
entiende como "llanto de felicidad". La nueva autovaloración es motivo de felicidad.
Este llanto tiene el significado de "lo siento", el significado de exculpación por parte de
el/la otro/a, con quien nos intercomunicamos, es decir, en este caso, quienes confiaban
en mí y yo no lo sabía. Es como decir: "! siento tanto no haber sentido tus sentimientos
¡". En la expresión verbal viene a decir: "mira si confían en mí que conozco tales
intimidades que no me he atrevido a contarlas ni a mi hermana". Se impone, entonces,
un acompasamiento de sentimientos lo que hacemos gestualmente: "...sonrío... mano en
la rodilla...". No perdemos la oportunidad de seguir reforzando nuestra intervención y
lo hacemos, mediando, cuando decimos: "...tus amigas tienen un tesoro...". Respuesta
gestual de felicidad. Ocurre, a continuación, lo característico de una sesión productiva:
"...se levanta...".
263
Esta es una sesión que se puede considerar globalmente como sesión de soporte, sesión
de refuerzo, y es característica de un periodo en el procedimiento en que el cambio ya
está en curso e imparable. Podemos decir que "hemos puesto en marcha el péndulo del
reloj de pared, el reloj ha empezado a funcionar e irá dando las horas, a su tiempo
debido, sin marcha atrás".
264
"entiende" que para vivir en lo correcto, a lo que es impulsado por el código moral o
ético innato, hay que rectificar lo incorrecto porque si no estamos viviendo en lo
incorrecto. Es decir, la creencia universal es: "hay que rectificar lo incorrecto" y,
también, "tener a un/a semejante engañado/a no es correcto". Fijarse que, en este caso,
la creencia de lo que es engaño, por parte de G. es incorrecta, pero es su creencia y esta
creencia la hace actuar como actúa. Por consiguiente, este sentimiento de culpa lleva
aparejado una necesidad de purgar, de confesar. Recordar el punto 89. Ante la
confesión, actuamos con aceptación incondicional sin censura, con acompasamiento,
en definitiva: "mano en la rodilla", "sonrisa"... Ella se siente satisfecha y, como,
también, es característico se levanta espontáneamente y, por decisión propia, da por
terminada la sesión. Nosotros colaboramos dejando que G. actúe y ejercite su decisión
voluntaria. En definitiva, así, también, estamos interviniendo como corresponde a la
sutileza del procedimiento.
265
como parte de un comportamiento enmascarador porque con ello reforzamos tal
comportamiento al prestar atención conforme al objetivo del comportamiento. Ver
punto 89. Con ello, además, conseguimos "no dar nosotros soluciones sino, mejor, que
las soluciones se las dé uno/a a sí mismo/a". En este caso, la decisión de G. está
respetada, precisamente, "ha tomado la decisión de no depender de su madre para
levantarse" y la "receta" que nos está pidiendo es el "instrumento o medio" para
cumplir su decisión: "sugerimos un reloj". Dicho en términos analógicos, la
prescripción puede ser aceptable cuando representa el "complemento de modo o
locución instrumental" de la oración gramatical, pero no cuando sustituye al verbo de
la oración principal. En este caso, a modo de ejemplo, "G. decide no depender de su
madre, por medio de un despertador".
266
elementos de la familia que son factores precipitantes o desencadenantes.
Evidentemente, determinados comportamientos familiares están causando, provocando,
que la madre de G. se sienta infravalorada pero su sentimiento de infravaloración es
anterior, en su origen, a estas vivencias actuales de tal tipo, es decir, se han fraguado
en el periodo de desarrollo de su personalidad. Esto significa que, si su identidad
personal fuera otra, se sintiera segura de sí misma, se sintiera valorada, se sintiera
merecedora de estima, reaccionaría ante estos factores precipitantes, generadores de
malestar emocional, de una forma diferente. Seguro, no adoptaría un papel victimista ni
conductas de evitación sino que sabría plantear una discusión sincera, auténticamente,
racional sobre los comportamientos o conductas de cada cual en el seno de la familia.
Toda la verbalización de razones, argumentadas por la madre, se comporta como una
verbalización espontánea de sentimientos porque, en realidad, en estos momentos está
expresando "¡qué mal me siento!". De ahí la congruencia gestual con estos sentimientos
y su expresión como llanto. A continuación el efecto sedante con su expresión gestual
en forma de "respiración profunda de desahogo" y, luego, supresión de la conducta
visual de evitación porque ha dejado de enmascarar verbalmente por lo que su lenguaje
gestual inconsciente expresa, fielmente, la nueva situación.
(127)...continua diciendo...
Continua la argumentación de razones, como creencias directas, para justificar su
comportamiento ansioso: "...ella tiene la culpa...", "... le cuesta dormir y está muy
nerviosa...", "le puede pasar cualquier cosa a G.".
Las manifestaciones referentes a "culpa", "dormir y nervios", corresponden a una
conducta victimista como se deduce del hecho, incongruente, de que cuando habla de
culpa no hay un lenguaje gestual que lo corrobore y cuando habla de problemas de
sueño y nerviosismo, tampoco, observamos un lenguaje gestual que corrobore una
preocupación real. La razón referente a Georgina es del tipo conducta sobreprotectora
y tiene mayor resonancia afectiva lo que expresa, fielmente, en lenguaje gestual de
llanto. Es decir, esta conducta sobreprotectora está más enraizada en su identidad.
Vemos que el lenguaje del llanto es coherente con lo que, realmente, expresa,
sufrimiento emocional pero incoherente con la razón aducida verbalmente. No es
razonablemente lógico pensar que a G. le haya de pasar algo por el hecho de que su
madre no la acompañe sistemáticamente.
267
insatisfacción, de la felicidad o infelicidad de las vivencias recordadas: "cara de rabia
cuando habla de su madre","llanto con ocasión de la muerte del padre".
(130)...debería trabajar...
La nueva identidad está tomando cuerpo y esto hace que plantee una decisión que es
fruto de esa nueva identidad, pero, a la vez, reforzará, retroalimentará, esa nueva
identidad. Así plantea lo referente al trabajo como aparece en el punto 122. Obsérvese
que aparece la secuencia característica constituida por pregunta de la madre, silencio
nuestro, reanudación del discurso materno.
La madre está buscando seguridad en su decisión y la busca en los demás. Lógico, le
falta ese poquito de seguridad y, por ello, enmascara cuando empieza a encontrar
argumentos razonados para justificar no tomar la decisión de trabajar: "mi edad",
"fuera de casa mucho tiempo", "libre los días que mi marido". Sabedores de lo que está
pasando, enmascaramiento residual, obramos en consecuencia con acompasamiento
gestual: "asiento con la cabeza". Este asentimiento gestual pareciera que hubiera de
significar un "sí, estoy de acuerdo contigo en esa decisión pensada, en ese
razonamiento", pero nada más lejos de la realidad porque ese asentimiento gestual que
comunica ambiguamente está diciendo, en realidad: "estoy contigo, estoy a tu lado,
puedes contar conmigo, siento como tú". Ésta es la comunicación empática, básica y
esencial en nuestro procedimiento.
268
sentido de que comunicamos un conjunto de mensajes o enseñanzas que inciden sobre
la identidad.
La metáfora, en este caso, es la misma historia personal de la madre escenificada en
otra persona imaginaria a la que denominamos Rosa. Uno de los efectos que
conseguimos es el efecto concienciación de una conducta o comportamiento y de los
sentimientos generados por tales conductas porque la madre va percatándose de aquello
que está haciendo de forma automática. Esta concienciación o darse cuenta es
comprender y tiene una repercusión importante, como dijimos, a propósito de los
enmascaramientos en el punto 72. Asimismo, se produce un efecto verbalización
porque eso es lo que estamos haciendo al relatar la historia, facilitando, de este modo, la
concienciación. Y hay verbalización de sentimientos, con los efectos característicos,
cuando decimos: "...se sintió tan bien, tan satisfecha..." y "... antes se había sentido
útil, en casa se siente inútil...". Tiene lugar, también, un efecto que podemos denominar
de prescripciones encubiertas en el sentido de que, indirectamente, vamos dando pautas
de conducta a seguir: "...mientras estaban cenando, les dijo a todos que se había
acabado"..., "...se hiciera su cama...su ropa sucia...", "... la comida pero...a trabajar...",
"..La compra...", "... lavar los platos...". Estas prescripciones cumplen el criterio
exigible, expuesto en el punto 89. Las pautas de conducta están orientadas para
enseñar la creencia: "qué es obligación o responsabilidad de quién o, lo que es lo
mismo, a qué tiene derecho cada cual". Y en el fondo, por tanto: "si yo, madre de G.,
tengo derecho a, esto es, si es correcto y justo que yo haga esto y aquello, yo me
merezco algo más, yo valgo, yo soy merecedora de estima".
A lo largo de la metáfora vamos obteniendo respuestas gestuales informativas que nos
retroalimentan, continuamente, en el sentido de un buen estado de atención focalizada
y en el sentido de que la transferencia e internalización se estaba produciendo:
"...interés y se relaja...", "... muy atentamente... relajando... cambia... su posición en la
silla... para oír mejor", "... asiente con la cabeza...". Y las expresiones de cara cuando
complementa verbalmente con: "¡Vaya cambio...!" y el típico, "Claro,...". La
culminación de la transferencia e internalización suscita una secuencia característica
que vuelve a demostrar a modo de ejemplo cómo cuidamos la comunicación indirecta y
actuamos como mediadores: pregunta de la madre, "¿cómo terminó?", respuesta a la
pregunta con pregunta con respuesta encubierta: "¿Tú que crees?", respuesta de la
madre a sí misma: "pues que...", reforzamos la respuesta de la madre, mediando para
reforzar el mensaje específico, el del trabajo: "Rosa tiene un contrato...", respuesta
ampliada de la madre: "ella se creía indispensable en casa, ahora no está, trabaja y las
cosas van mejor...". La madre acaba verbalizando el mensaje constituido en convicción
o creencia. El lenguaje verbal va acompañado, continuamente, de un lenguaje corporal
congruente.
269
conducta y el argumento. Así, por ejemplo, ante la proposición- decisión por parte de
G. de "ir de excursión" y la proposición- decisión contraria, por parte de la madre se
establece una discrepancia de criterio. En ausencia de enmascaramiento, se impone
una discusión argumental o exposición de razones. La decisión final será, en ausencia
de enmascaramientos, la más ajustada a la lógica racional y la más ajustada al código
de valores de cada cual. En el caso ejemplo que nos ocupa, las razones enmascaradoras
de la madre eran para sobreproteger y, ahora, tales razones aparecen como ilógicas. Las
razones, por otra parte, de G., cuando enmascaraba, eran para justificar su conducta de
autoengaño y carecía de otros argumentos como para poder contra-argumentar a la
madre: "...su madre siempre la convencía..." . En la actualidad, las cosas cambiaron y
ante una propuesta del tipo descrita los argumentos acaban concluyendo que no hay
razón lógica para que no se lleve a efecto.
Lo que caracteriza y es esencia de una razón lógica es que la razón se ajuste a la
certeza, a la verdad, a la realidad, en definitiva. Establecida la razón lógica, la decisión,
en cada momento, depende de la aplicación del código de valores, es decir, depende de
qué valor tenga la conclusión lógica alcanzada. Vayamos al ejemplo. En el caso que nos
ocupa, existen razones de G. para ir de excursión y razones de la madre para no ir de
excursión y que expondremos de forma hipotética aunque no se correspondan,
exactamente, a la realidad del caso. Entre las de la madre: "la excursión no proporciona
experiencias educativas", "Georgina es inmadura como para valerse por sí misma", "la
excursión es peligrosa", "los monitores no son de fiar", "Georgina ha de estudiar ", "la
convivencia chico-chica no debe ser hasta una edad determinada", "etc.". Entre las de
la hija: "las opuestas". La discusión lógica cabría plantearla en términos de: " qué es
una experiencia educativa", "qué experiencias tendrán en esa excursión", "Georgina ha
demostrado madurez suficiente o no", "qué es madurez suficiente", "la experiencia de la
excursión proporciona madurez o no", "es peligrosa en base a qué razones concretas",
"los monitores son de fiar o no en base a qué razones", "estudiar es necesario y el
tiempo es limitado, ya tendrá tiempo para estudiar", "qué es convivencia chico-chica",
"qué edad es la adecuada para la convivencia o para cada tipo de convivencia en base
a qué razones", "etc.". La respuesta lógica a todas estas cuestiones será la que se ajuste
a la realidad, teniendo, siempre, presente que esa realidad o certeza tiene un carácter de
variabilidad pero, diríamos, dentro de un rango determinado, algo así como "la media y
más- menos dos desviaciones estándar". Es decir, por ejemplo, el concepto de
experiencia educativa es variable, lo es, también, el concepto de madurez suficiente o el
de persona de fiar y así sucesivamente. Al final de todo, la decisión será el resultado de
la aplicación de la escala de valores, es decir, decidirán las razones de más peso y en
las relaciones interpersonales siempre está latente una razón de peso: la afectividad.
Establecida una relación afectiva, el afecto es un valor desequilibrante, en el sentido de
marcar la diferencia, a la hora de tomar una decisión. En este razonamiento lógico sin
enmascaramiento existe, siempre, lógica o proporcionalidad congruente entre "lo
argumentado" y "el argumento o razón".
270
perdemos la ocasión de reforzar nuestro mensaje, nuestra enseñanza y lo hacemos a
través del refrán: "no hay mal que por bien no venga" y "no hay mal que cien años
dure". Se trata de un modelo de formulación en positivo a partir de una realidad
negativa. Estamos practicando una acción de soporte emocional, del que hablamos en el
punto 22, pero de forma indirecta a través del refrán y en un momento de bienestar
emocional.
ÍNDICE ANALÍTICO *
Aceptación ..................................................... 7, 68, 111, 121.
Acompasamiento ............................................ 4,14,16,22,28,38,41,54,68,87,96,105,
107,109-111,117,119-121,129130,134.
Actitud de "no hacer" ......................................18
Actitud de no atención......................................18
Acto ejemplificador ..........................................17, 100, 124.
271
Acto experimental ............................................17, 89.
Ambigüedad .....................................................40, 90.
Amnesia postrance ...........................................16, 42, 70.
Anclaje .............................................................41, 105, 118.
Atrapamiento ....................................................11-12, 93.
Cambio espontáneo foco atención o tema ... .....111, 119, 121, 128-129.
Compromiso .....................................................93-94.
Concienciación conducta enmascaradora .........72, 131.
Conducción ......................................................18, 41, 62, 70, 76, 91, 106.
Conducta ansiosa .............................................37, 71, 133.
Conducta enmascaradora consciente ................72, 95, 131.
Conducta de negación .......................................7, 15, 19, 28-29, 33, 43-44, 51, 54, 56,
60-61, 63, 73, 82, 96, 112, 115, 123.
Conducta de huida ............................................43.
Conducta fóbica ................................................67.
Conducta presionante, agobiante ......................35.
Conducta sobreprotectora .................................23, 35, 44, 72, 114, 127.
Conducta temerosa ............................................67.
Confusión ..........................................................12, 16, 42, 102, 112.
Contra-argumentar ...........................................28, 60, 119, 124, 132.
Defensa .............................................................2,8, 24, 26, 28-29, 33, 37, 43, 107, 111.
Doble compromiso ............................................94.
Efecto concienciación .......................................131.
Efecto confesión ...............................................121.
Efecto demostración .........................................116, 117.
Efecto docente .............................................. .. 25, 30, 55, 62, 70, 87, 91, 117, 123.
Efecto repetición...............................................76.
Efecto refuerzo ................................................ 76, 91-92, 102, 105.
Efecto sedante, tranquilizante ....................... ...39, 58, 70, 77, 87, 97, 126, 129.
Efecto simultáneo indirecto ..............................72, 73, 89.
Efecto suspense .................................................41.
Entorno .............................................................44, 90.
Foco de atención o conversación .......................81
Foco de preocupación .......................................81
Formulación con "pero" ................................. ..15
Formulación hipotética ......................................25,40,66,76,78-79,89,92,101,116.
Formulación introductoria .................................90.
Incorporación .................................................. .14, 16, 106.
Indice de referencia .......................................... .25, 30, 55, 62, 70, 100, 104, 117-118,
120, 134.
Interrupción de patrón ...................................... 7, 12, 42, 70.
Locución introductoria .......................................90.
Metáfora ........................................................... 25, 40-41, 74-75, 91, 94, 104-105,
119-120, 131.
Oración adversativa con "pero" .......................... 15.
Oración interrogativa indirecta ......................... 116.
Periodo cataclísmico paradójico transitorio ...... 125.
(Conducta agonizante)
Polaridad .......................................................... 19, 78.
Pregunta abierta ............................................... .6
272
Pregunta distractora ......................................... .42
Pregunta enmascarada....................................... 40
Pregunta escrutadora......................................... 6, 121.
Pregunta gestual................................................ 129
Pregunta informativa ........................................ 6, 121.
Pregunta metafórica .......................................... 73
Pregunta respuesta enmascarada o encubierta ..41, 73, 92, 104, 120, 131, 134.
Pregunta respuesta incorporada enmascarada..76, 116.
Pregunta semántica ...........................................119.
Prescripción .......................................................89, 93-94, 123, 131, 134.
Presuposición ....................................................12, 102.
Refuerzo .............................................................21,25,44,76,92,102,105,117,119,122,
132,134.
Resistencia ........................................................ 2,8,24, 26, 28-29, 33, 37, 43, 107,111.
Respuesta con pregunta ................................... .104, 131, 134.
Respuesta incorporada en posposición ...............76, 116.
Secuencia característica ....................................15, 117, 129, 130, 131, 134.
Secuencia de ideas .............................................120.
Silencio expectante como respuesta ...................12,14-15,18,22,37,68,75,105,116-117,
(Respuesta de silencio al silencio con expectación) 120,130.
Silencio con cambio espontáneo de foco ...........112, 119, 128.
Silencio con cambio nuestro de foco .................18, 89.
(Respuesta distraída)
Soporte emocional .............................................22, 68, 133, 134.
Subrayado analógico ........................................ 41, 105-106.
Sugerencia .........................................................25, 40, 66, 93, 101.
Términos de posibilidad .....................................25,40,66,76,78-79,89,92,101,116.
Verbalización de sentimientos ............................38, 68, 97, 106, 109, 126, 131.
38
* La referencia numérica corresponde a la numeración entre paréntesis que introduce cada punto de la
discusión razonada.
FIN
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