POLIAMOR
POLIAMOR
POLIAMOR
Cada día se oye hablar más y más del poliamor y sus distintas
expresiones: triejas, polifidelidad, anarquia relacional, poliamor jerárquico, relaciones
abiertas… Pero, ¿sabes realmente lo que es el poliamor como opción de vida sentimental?
La evolución de la humanidad, de su pensamiento y razonamiento nos traen cada vez más
cuestiones sobre la forma en la que están acordadas y construidas las cosas. Y entre lo anterior,
surgen con fuerza preguntas sobre dos de los temas más interesantes para las personas: el amor y
las relaciones.
Y es que las parejas y las personas solteras cada vez dudan más acerca del amor tradicional, la
monogamia y la fidelidad. Porque el mundo ha evolucionado y estar con una persona para
toda la vida no es garantía de felicidad. Ahí es cuando entra en juego el poliamor.
¿QUÉ ES EL POLIAMOR?
Según 3 fuentes distintas, la definición del poliamor podría ser:
• Cualquier relación afectiva, sexual e íntima establecida entre tres o más personas con el
conocimiento y consentimiento de todos los implicados (Fundéu).
• Un tipo de relación en el que una persona tiene más de una relación con el pleno
conocimiento y consentimiento de todas sus relaciones (Elisabeth Sheff).
• Una relación amorosa, de manera simultánea, de tres o más personas, con consentimiento
y conocimiento de todos los involucrados (Wikipedia).
Vamos, que el poliamor es una relación romántica o romántica-sexual entre más de dos
personas con el conocimiento y consentimiento de todos los implicados.
La palabra en sí viene del elemento compositivo griego poli– (pluralidad) y el término amor.
Lo que el concepto se originó en el ámbito angloparlante: polyamory (que se traduciría como
poliamoría, aunque no es correcto). Pero dejemos las definiciones a un lado y vayamos a otros
temas más interesantes…
• Que los machos pudiesen quedarse con una sola hembra ya que había escasez de estas.
Está claro que los cuatro puntos anteriores no tienen cabida en el mundo desarrollado de hoy en
día. ¿Entonces? ¿Por qué sigue siendo la forma de relación amorosa más común entre
nosotros? Por la culturización que impuso la expansión europea, expandiendo la monogamia a
todas las colonias, y de ahí al mundo occidental hasta la actualidad. Se concibe el matrimonio como
la única forma natural y moral de sexualidad y relación.
Lo mismo ocurre en la esfera política, religiosa y social por sus leyes y normas. La monogamia se
basa en algo que no se puede sostener ya que los seres humanos no tenemos límites a la hora de
amar o desear a otras personas y por eso existen las infidelidades. Vamos, que las personas no
estamos diseñadas para tener una única pareja sexual y afectiva para toda la vida.
POLIGAMIA
El principal rasgo que tiene una relación de poligamia es que únicamente uno de los integrantes
de la pareja es el que tiene derecho a tener relaciones con otras personas. Por ejemplo, un
hombre casado con varias mujeres. En ese caso ese hombre podría estar con cada una de ellas,
pero ellas tendrían que guardarle total fidelidad. Lo contrario a la poligamia es la
poliandria (una mujer casada con varios hombres).
En el poliamor lo que se promueve es que ambas partes de la pareja tengan las mismas
libertades, pero que se lo cuenten todo y que lleguen a un acuerdo en lo que se permite y no se
permite hacer y con quién lo hacen.
ANARQUÍA RELACIONAL
Es lo más parecido al poliamor que hay, aunque no comparte la forma de llevar las relaciones:
POLIFIDELIDAD
Las relaciones basadas en la polifidelidad lo que tienen es unos límites. Una vez decidido con
quiénes quieren estar, nadie más puede entrar en ese círculo ya que todos se juran fidelidad sexual
y no pueden tener sexo fuera de esas relaciones (a no ser que se negocie más tarde otra cosa).
Las parejas pueden sentir y hacer lo que quieran siempre y cuando lo hagan dentro de ese círculo
preestablecido. Si en el poliamor jerárquico pueden haber las relaciones que se desee (siempre
con una pareja principal), en este caso se cierra a cuatro, seis o el número que se quiera.
En este tipo de relaciones se podrían incluir a las triadas o triejas (relaciones de tres
personas), quads, (cuatro personas) o clanes (cinco o más personas). Aunque estos grupos, en
algunos casos, se pueden juntar con otros o algunos de sus miembros pueden ser libres de estar
con otras parejas o grupos. Todo puede ser.
POLIAFECTIVIDAD
En este caso hablamos de relaciones sentimentales entre:
POLISOLTERÍA
Sí, porque en el poliamor también puedes estar solo y relacionarte sin problemas con varias
personas o parejas a la vez (y sin considerarte parte de ninguna pareja). Y pueden ser relaciones
duraderas e íntimas.
RELACIONES MIXTAS
¿Y qué es esto? Cuando una persona monógama está con una poliamorosa. ¿Y eso se puede? Sí,
pero de forma sincera y con la mente abierta. Por un lado la persona monógama está convencida
de que es feliz estando con una única persona y la persona poliamorosa, por razones distintas,
siente la necesidad de estar y amar a otras.
Esto se puede dar cuando uno de los dos es más fogoso que su pareja y necesita tener sexo más
seguido o cuando ambos pasan largas temporadas separados. De esa forma no se rompe la
relación y siempre hay sinceridad por parte de ambos ya que no se oculta nada y se siguen
amando. No es una relación abierta porque uno de los dos sigue siendo monógamo y el otro le
cuenta todo a su pareja.
HIJOS, POLIAMOR Y FAMILIA
Aunque en nuestra sociedad nos digan que la única forma de tener una familia con hijos es
mediante una relación monógama, está claro que esto no es así. Una familia poliamorosa puede
ser tan sana como otra cualquiera. Como dice la doctora Elisabeth Sheff en su libro Apuntes
sobre poliamor, lo que sí influye es la forma de comportarse con sus relaciones los miembros
de una familia.
Nunca se llegará a la perfección familiar, ni en familias monógamas ni en las poliamorosas. Eso sí,
según varios estudios, las familias con más de dos personas adultas pueden ofrecer muchas
ventajas a sus hijos e hijas, siempre y cuando encuentren el equilibrio correcto en sus relaciones.
• Dedicar más tiempo a tus hijos ya que los adultos pueden tener distintos horarios
laborales.
• Tener más energía y paciencia por alternarse en el cuidado de las criaturas.
• Los niños y niñas pueden tener más personas a las que pedir consejos y con ello se les
puede aportar más modelos de conducta y experiencias vitales.
• La vida familiar se vuelve más tranquila al haber más personas aparte de la pareja
principal y todos pueden aportar otros métodos de disciplina y comunicación.
Según la doctora Sheff, los hijos suelen notar algo diferente en sus padres cuando tienen entre
nueve y doce años. A partir de ese momento pueden comenzar a hacernos preguntas.
Cuando son adolescentes puede preocuparles si sus padres son infieles a su pareja. No hay nada
de malo en aclarar que papá o mamá no tienen secretos entre ellos y pasan momentos especiales
con otras personas a las que quieren. Aunque los adolescentes a esa edad tienen que también
lidiar con su entorno para poder explicarles en qué consiste su familia, si surge el tema. Lo
positivo de esta etapa es que están ocupados descubriéndose a sí mismos y no juzgan tanto a sus
padres.
En todo caso, tienen la ventaja de saber que existen otro tipo de relaciones además de la
monógama (porque lo han vivido así) y pueden elegir serlo o no. Lo mismo ocurre con familias
formadas por dos mujeres o dos hombres. ¡Viva la diversidad!
DIVORCIO Y SEPARACIONES
En las parejas monógamas el divorcio está a la orden del día y la mayoría de los niños y niñas
están acostumbrados a vivir con la nueva pareja de su madre o su padre. Es normal que nuestros
hijos se encariñen con algunos de nuestros seres queridos y, si en un futuro nos distanciamos, los
echarán de menos. Es ley de vida. Las relaciones poliamorosas evolucionan y la gente viene y va.
Pueden quedarse para siempre tres o cuatro personas, pero no tiene por qué ser así.
Lo ideal es que los adultos dentro de una relación poliamorosa establezcan un vínculo con los
hijos que dure más allá de la relación. O sea, que si se separan, sigan habiendo conexiones
emocionales e independientes. Aunque esto no siempre se puede cumplir, al igual que pasa con las
relaciones tradicionales y depende siempre de cómo haya sido la ruptura y la mentalidad de los
adultos. Aún así, los hijos al final son seres independientes que pueden escoger a su familia más
allá del parentesco biológico o legal.