Tema 6

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Índice

Capítulo Página

Terrenos de aprovechamiento
cinegético común .................4

Terrenos sometidos
a una régimen cinegético especial .................5

Señalización cinegética
y de espacios naturales protegidos .................9

Especial consideración
de las zonas de seguridad ................10

Normativa ................12

Cuestionario ................13

Anexos ................16

3
La Ordenación
Cinegética del
Territorio
1 Terrenos de aprovechamiento cinegético común.

2 Terrenos de aprovechamiento cinegético especial.


6
3 Señalización cinegética y de espacios naturales protegidos.

4 Especial consideración de las zonas de seguridad.

El derecho de caza sólo podrá ejercerse en los terrenos susceptibles de aprovecha-


miento cinegético, en los términos y condiciones previstos en la Ley de Caza y su
Reglamento, así como en la normativa vigente en cada momento en materia de conser-
vación y protección de la naturaleza.

Los terrenos susceptibles de aprovechamiento cinegético se clasifican en terrenos


de aprovechamiento cinegético común y especial.

1. Terrenos
de aprovechamiento cinegético común.
Son terrenos de aprovechamiento cinegético común todos los que no estén someti-
dos a régimen cinegético especial y no hayan sido excluidos del ejercicio de la caza. La
condición de terrenos de aprovechamiento cinegético común es independiente, en todo
caso, del carácter público o privado de su propiedad.

En los terrenos de aprovechamiento cinegético común, el ejercicio de la caza es


libre, sin más limitaciones que las fijadas en la legislación civil, en la Ley de Caza de
Canarias y disposiciones que la desarrollen, y se ejercerá en condiciones de igualdad por
cualquier persona habilitada para ello.

La gestión y administración de la caza en los terrenos de aprovechamiento cinegé-


tico común corresponde a los distintos Cabildos Insulares.

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La Ordenación
MANUAL DEL C AZADOR Cinegética del
Territorio 6
2. Terrenos de aprovechamiento
cinegético especial
Son terrenos de régimen cinegético especial aquellos en los que la actividad cine-
gética está, temporal o permanentemente, prohibida o restringida, o sujeta a un aprove-
chamiento cinegético especial, clasificándose en los siguientes:

a) Los espacios naturales protegidos y zonas especiales de conservación.

b) Los refugios de caza.

c) Las zonas de caza controlada.

d) Los cotos de caza.

e) Los terrenos cercados.

f) Las zonas de seguridad.


A esta categoría le dedicaremos un capítulo especial al final del tema.

Los terrenos sometidos a régimen cinegético especial deberán estar perfectamente seña-
lizados como se verá en al estudiar la señalización cinegética en otro apartado de este tema.

a) Espacios naturales protegidos y zonas especiales de conservación

En los espacios naturales protegidos y en las zonas especiales de conservación que


se establezcan, el ejercicio de la caza se ajustará a lo dispuesto tanto en la legislación
básica del Estado como en la autonómica, así como en las normas declarativas y en los
instrumentos de ordenación de dichos espacios o zonas. (Ver Tema 1).

b) Refugios de caza

Cuando por razones biológicas, científicas o educativas sea necesario asegurar la


conservación de determinadas especies de la fauna cinegética, a propuesta de los Cabildos
Insulares, y en su caso, a instancia del propietario de los terrenos o de entidades públicas
o privadas cuyos fines sean culturales o científicos, se podrán crear refugios de caza. La
administración de los refugios de caza corresponderá en todo caso a los Cabildos Insulares.

En los refugios de caza está prohibido, con carácter permanente, el


ejercicio de la caza, salvo que, por razones de orden biológico, técnico o científico,
debidamente justificadas, el Cabildo Insular conceda la oportuna autorización, fijando las
condiciones aplicables en cada caso.

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La Ordenación
MANUAL DEL C AZADOR Cinegética del
Territorio 6
c) Zonas de caza controlada

Se denominan zonas sometidas a régimen de caza controlada aquellas que se cons-


tituyan sobre terrenos cinegéticos de aprovechamiento común, en los cuales la protec-
ción, conservación, fomento y aprovechamiento de su riqueza cinegética deberán adap-
tarse a los planes técnicos de caza que con este objeto aprueben los Cabildos Insulares.

El señalamiento, gestión y administración de la caza en las zonas de caza controla-


da corresponde a los Cabildos Insulares, los cuales controlarán y regularán el ejercicio de
la caza por sí o a través de sociedades de cazadores colaboradoras o agrupaciones de
sociedades que obtengan la preceptiva declaración de entidad colaboradora.

En los terrenos de caza controlada gestionada por una sociedad colaboradora,


deberá reservarse a los cazadores ajenos a la sociedad, un número de permisos no infe-
rior a la cuarta parte del total, sin que el importe de los mismos pueda exceder del 50%
de lo que por el mismo concepto abonan los socios. Tendrán preferencia en la adjudica-
ción, las sociedades federadas ubicadas en la isla y entre ellas las que, por su alcance,
repercusión social de sus actividades y el mayor número de afiliados, así lo aconsejen.

El tiempo mínimo de gestión de la caza controlada será de cinco años y máximo de diez años.

d) Cotos de caza

Se denomina coto de caza la superficie continua de terreno susceptible de aprove-


chamiento cinegético especial que haya sido declarada como tal por el Cabildo Insular
competente. No se considera interrumpida la continuidad de los terrenos susceptibles de
constituirse en cotos de caza por la existencia de carreteras, vías, cauces, canales u otra
construcción semejante.

La declaración de un coto de caza conlleva la reserva del derecho de caza de todas


las especies cinegéticas recogidas en el plan técnico aprobado a las personas habilitadas
para ejercer la caza en el mismo.

Los cotos de caza se clasifican en sociales, privados e intensivos.

Cotos sociales de caza

Se denominan cotos sociales de caza aquellos cuyo establecimiento responde al prin-


cipio de facilitar el ejercicio de la caza en régimen de igualdad de oportunidades.
La constitución de un coto social de caza, cuya declaración corresponde al Cabildo
de la isla donde aquél se pretenda establecer, requerirá la aprobación de un plan téc-
nico de caza, debiendo contar con el preceptivo informe del Consejo Insular de Caza.

La administración y la gestión de estos cotos corresponderá a los distintos Cabildos


Insulares, que deberán destinar en sus presupuestos las cantidades necesarias para su
constitución y mantenimiento.

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La Ordenación
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Territorio 6
El establecimiento de estos cotos podrá llevarse a cabo en terrenos propios de los
Cabildos Insulares o sobre aquellos terrenos sometidos a régimen cinegético especial
o común, que, para dicha finalidad, puedan quedar a disposición de los Cabildos por
contratación directa o por cualquier otro negocio jurídico válido.

El ejercicio de la caza en los cotos sociales de caza podrá llevarse a efecto por cual-
quier persona, previa obtención del preceptivo permiso por parte del organismo
encargado de la gestión. En todo caso, los cazadores residentes en los municipios
donde los cotos sociales estén ubicados, tendrán preferencia para disponer de al
menos un cupo máximo del 50% de los permisos que se otorguen.

Cotos privados de caza

Se podrán constituir cotos privados de caza, con o sin ánimo de lucro, siempre que
éstos tengan una superficie mínima de 200 hectáreas, cualquiera que sea el aprove-
chamiento cinegético que se persiga. Los Cabildos Insulares, teniendo en cuenta las
propuestas del Consejo Insular respectivo, podrán variar la superficie mínima exigida.

Los terrenos integrantes de estos cotos podrán pertenecer a uno o a varios propieta-
rios o titulares de terrenos colindantes, requiriendo, en este último supuesto, que los
mismos se hayan asociado voluntariamente con esta finalidad.

Los terrenos acotados deberán estar perfectamente señalizados y delimitados por su


titular (Ver apartado 3. Señalización cinegética y de espacios naturales protegidos).

En los terrenos acotados de caza, los titulares cinegéticos serán responsables del cum-
plimiento de la normativa de caza, sin perjuicio de la responsabilidad individual de los
cazadores, y en especial, que las personas que ostenten los permisos para cazar en los
mismos estén en posesión de los requisitos y documentación exigida para su práctica.

En los cotos privados la caza deberá estar protegida y fomentada, aprovechándose de


forma ordenada. Especial protección deberá propiciarse a las especies de la fauna sil-
vestre no cinegética, con independencia de que estén o no incluidas en el Catálogo
de Especies Amenazadas.

Cuando los cotos de caza no cumplan su finalidad de protección, fomento y ordena-


do aprovechamiento cinegético, los Cabildos Insulares podrán ordenar, previa incoa-
ción del oportuno expediente, la declaración de un vedado de caza y, en su caso, la
revocación de la resolución que autorizaba la creación del coto.

Cotos intensivos de caza

Tendrán la consideración de cotos intensivos de caza aquellos que, localizados gene-


ralmente en terreno cinegético de bajo rendimiento, se dediquen a la liberación de
especies cinegéticas criadas en cautividad con el fin de propiciar prácticas deporti-
vas, como adiestramiento de perros de caza.

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La Ordenación
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Territorio 6
La constitución, declaración y autorización de un coto intensivo de caza correspon-
de a los Cabildos Insulares, los cuales fijarán las normas de uso y funcionamiento del
mismo y elaborarán el correspondiente Plan Técnico de caza.

Los cotos intensivos sólo podrán ser de titularidad pública y su gestión podrá llevar-
se a cabo de forma indirecta a través de un concesionario o de una sociedad colabo-
radora de cazadores.

e) Terrenos cercados

Son terrenos cercados aquellos que se encuentren rodeados materialmente por cer-
cas, muros, vallas, setos o cualquier otro medio construido con el fin de impedir o prohi-
bir el acceso de las personas o animales ajenos o el de evitar la salida de los propios.

En los terrenos cercados no acogidos a otro régimen cinegético especial, y que


carezcan de accesos practicables, la caza estará permanentemente prohibida a cualquier
persona, incluido el propietario del terreno.

En los supuestos de tener accesos practicables, podrá ejercerse la


caza en dichos terrenos, salvo que por el propietario se hubieran colocado
señales perfectamente visibles que prohíban la entrada a los mismos, en
cuyo supuesto quedará prohibida la caza en los mismos por cualquier per-
sona, incluido el propietario del terreno.

Los cercados y vallados de terrenos cinegéticos deberán constituirse, en cualquier


caso, de forma tal que no impida la circulación de la fauna silvestre no cinegética.
Asimismo, en ningún caso el cercado material del terreno pondrá en riesgo o peligro a las
personas o animales silvestres, y procurará ser respetuoso con el entorno natural desde el
punto de vista del impacto ecológico (Ver apartado 3. Señalización cinegética y de espa-
cios naturales protegidos).

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La Ordenación
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Territorio 6
3. Señalización cinegética
y de espacios naturales protegidos

3.1 Señalización de terrenos


sometidos a régimen cinegético espacial

Las señales cinegéticas serán de primer y segundo orden:

A) Señales de primer orden. (Ver Anexo I)

Consisten en carteles que reflejarán la leyenda que corresponda al régimen del terreno y
se colocarán obligatoriamente en todas las vías de acceso, rodado o peatonal, que penetren en
el terreno en cuestión, así como en la intersección del perímetro de dicho territorio con los
caminos, vías públicas y terrenos de dominio público, y en cuantos puntos intermedios del perí-
metro sean necesarios. Se distinguen:

A.1. Señales destinadas a indicar los accesos de los Espacios Naturales Protegidos y las
zonas especiales de conservación.

A.2. Señales destinadas a indicar las zonas sometidas a régimen cinegético especial, a
excepción de los Espacios Naturales Protegidos y las zonas especiales de conservación.

A.3. Señales destinadas a indicar los terrenos sometidos a regímenes especiales de carácter
temporal.

B) Señales de segundo orden. (Ver Anexo I)

Consisten en carteles o rótulos normalizados complementarios de las señales de primer


orden, de colocación intermedia entre éstas, y que estarán colocados, a menos que circunstan-
cias topográficas u orográficas especiales lo impidan, de forma tal que un observador situado
ante una de ellas tenga al alcance de su vista a la más inmediata a su derecha e izquierda. Se
distinguen:

B.1. Señales indicativas de los límites de los Espacios Naturales Protegidos y las zonas espe-
ciales de conservación.

B.2. Señal indicativa de la prohibición de cazar en el área delimitada.

B.3. Señal indicativa de los límites de las zonas de caza controlada, zonas de seguridad y
cotos sociales, privados e intensivos de caza. Asimismo, podrá ser empleada para la seña-
lización de los límites de los Espacios Naturales Protegidos y las zonas especiales de con-
servación que carezcan de señalización específica.

B.4. Señal indicativa de los límites de las zonas de adiestramiento y entrenamiento.

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Las señales, tanto de primer como de segundo orden, orientarán su leyenda o distintivo
hacia el exterior del terreno objeto de señalización y, sin que ello suponga una merma en el
cumplimiento de su finalidad, se emplazarán procurando minimizar el impacto paisajístico.

Las señales se fijarán sobre postes, muros o paredes de piedra. En ningún caso se emple-
arán señales cinegéticas sobre elementos vegetales vivos ni se pintarán o grabarán rótulos sobre
rocas, muros, tapias y cualesquiera otros objetos.

3.2. Señalización de los Espacios Naturales Protegidos

Respecto a la señalización de los Espacios Naturales Protegidos el cazador, al menos,


debe conocer las que se relacionan a continuación (Ver Anexo II).

- Las señales de entrada y salida que se sitúan a la entrada y salida del Espacio tanto por
carretera, como por pista o sendero.

- Las señales de normativa del espacio, particularmente cuando el pictograma (dibujo) indi-
ca limitaciones al paso a pie, en vehículos motorizados, o la prohibición de cazar.

- Las señales de límite del espacio que se sitúan a lo largo de todo su perímetro y que se
disponen de manera que, desde cada una de ellas, se ven las dos contiguas.

4. Especial consideración
de las zonas de seguridad
Son zonas de seguridad aquellas en las que deben adoptarse medidas
precautorias especiales encaminadas a garantizar la adecuada protección
de las personas y sus bienes, estando permanentemente prohibido en las mis-
mas el ejercicio de la caza con armas, así como disparar en dirección a las
mismas aunque no se esté dentro de ellas. Se consideran zonas de seguridad:

a) Las vías y caminos de uso público, incluidas las vías pecuarias y vías férreas, si
las hubiere. A estos efectos, son vías y caminos de uso público las carreteras y pis-
tas con algún tipo de firme (asfaltado, cemento, losetas, etc.); las pistas principales
(sin firme, anchas, de tránsito frecuente, con señalización en los cruces, etc.); las
pistas no asfaltadas o veredas que conduzcan a un grupo de casas, casa aislada o
industria.

b) Las aguas públicas y los embalses.

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La Ordenación
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Territorio 6
c) Los núcleos de población urbanos y rurales.

d) Las zonas habitadas y sus proximidades, así como las casas aisladas y sus alre-
dedores. A estos efectos, se entiende por casas aisladas las construcciones de blo-
que, piedra u otro material duradero y las cuevas que tengan signos o indicios racio-
nales y aparentes de estar siendo utilizadas por personas, tales como la presencia
de cables de luz y/o teléfono, vehículos estacionados en sus inmediaciones, plan-
tas o cultivos atendidos a su alrededor, o cualquier otro indicio.

e) Los terrenos afectos a los centros públicos de investigación.

f) Los lugares concurridos o donde se evidencie una concurrencia, tales como los
jardines y parques destinados al uso público.

g) Cualquier otro lugar que por sus características sea declarado como zona de
seguridad por los Cabildos Insulares, oídos los Consejos Insulares de Caza, en razón
de lo previsto en el número anterior.

Los lugares con-


curridos o donde se eviden-
cie una concurrencia, tales Terrenos afectos a cen-
como los jardines y parques tros públicos de investigación.
Las aguas públicas
destinados al uso público. y los embalses.

Los núcleos de pobla-


ción urbanos y rurales.
Las pistas principales (sin
firme, anchas, de tránsito frecuente,
con señalización en las cruces, etc.).

Las zonas habitadas y


sus proximidades, así como las Las pistas no asfaltadas o
casas aisladas y sus alrededores. veredas que conduzcan a un grupo de
casas, casa aislada o industria.

Las vías y caminos de


Cualquier otro lugar que uso público, incluidas las vías
por sus características sea declara- pecuarias y vías férreas.
do como zona de seguridad.

Casas aisladas que no formen


parte de un núcleo rural o urbano.

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La Ordenación
MANUAL DEL C AZADOR Cinegética del
Territorio 6
No tienen la consideración de zonas de seguridad:

a) Las pistas secundarias (carentes de firme y/o salida, antiguas pistas para repobla-
ción o aprovechamientos forestales, etc.).

b) Las pistas sin firme con indicios racionales y aparentes de estar abandonadas o de ser
muy poco transitadas (sin huellas de neumáticos, muy mal estado de conservación, etc.).

c) Las veredas, salvo las que conduzcan a un grupo de casas, casa aislada o industria.

d) Las edificaciones aisladas ruinosas o con indicios racionales y aparentes de abandono


(puertas y/o ventanas rotas, techos y/o paredes derrumbados total o parcialmente, etc.).

e) Los cauces de corrientes naturales, continuas o discontinuas.

5. Normativa

Orden de 30 de junio de 1998, por la que se regulan los tipos de señales y su uti-
lización en relación con los Espacios Naturales Protegidos de Canarias. BOC nº
99, de 5 de agosto de 1998.

Decreto 42/2003, de 7 de abril, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley


7/1998, de 6 de julio, de Caza de Canarias. BOC nº 81, de 29 de abril de
2003.

Orden de 14 de marzo de 2005, por la que se regula la señalización de terrenos de


uso cinegético en la Comunidad Autónoma de Canarias. BOC nº 59, de 23 de
marzo de 2005.

Orden de 11 de abril de 2005, por la que se rectifica error en la Orden de 14 de


marzo de 2005, que regula la señalización de terrenos de uso cinegético en la
Comunidad Autónoma de Canarias (B.O.C. nº 59, de 23.3.05).

Boletín Oficial de Canarias http://www.gobiernodecanarias.org/boc/


Boletín Oficial del Estado http://www.boe.es

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La Ordenación
CUESTIONARIO MANUAL DEL C AZADOR Cinegética del
Territorio 6
a) Está prohibida la caza.
1) En las zonas
de seguridad: b) Está prohibida la caza con armas, así como disparar en
dirección a las mismas aunque no se esté dentro de ellas.

c) Está prohibida la caza con perro y hurón.

a) Solamente puede cazar el dueño del terreno.


2) En los terrenos
cercados que no b) Se puede cazar si no está señalizado.
tengan accesos
practicables: c) La caza estará permanentemente prohibida a cualquier
persona, incluido el propietario del terreno.

a) Solamente puede cazar el dueño del terreno.


3) En los terrenos
cercados que ten- b) La caza estará permanentemente prohibida a cualquier
gan accesos prac- persona, incluido el propietario del terreno.
ticables:
c) Se podrá cazar salvo que se hubieran colocado señales
perfectamente visibles que prohíban la entrada a los mismos,
en cuyo supuesto quedará prohibida la caza por cualquier
persona, incluido el propietario del terreno.

a) Las edificaciones aisladas ruinosas o con indicios raciona-


les y aparentes de abandono (puertas y/o ventanas rotas,
techos y/o paredes derrumbados total o parcialmente, etc.).
4) No son zonas
de seguridad: b) Los núcleos de población urbanos y rurales.

c) Los lugares concurridos o donde se evidencie una concurren-


cia, tales como los jardines y parques destinados al uso público.

a) Los lugares concurridos o donde se evidencie una concurren-


cia, tales como los jardines y parques destinados al uso público.

5) Son zonas de b) Las pistas secundarias (carentes de firme y/o salida, antiguas
seguridad: pistas para repoblación o aprovechamientos forestales, etc.).

c) Las pistas sin firme con indicios racionales y aparentes de


estar abandonadas o de ser muy poco transitadas (sin huellas
de neumáticos, muy mal estado de conservación, etc.).

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La Ordenación
MANUAL DEL C AZADOR Cinegética del
Territorio 6
a) Se puede cazar con autorización del dueño del terreno.

6) En los refugios b) Solamente se puede cazar sin armas de fuego.


de caza:
c) Está prohibido, con carácter permanente, el ejercicio de la caza,
salvo que, por razones de orden biológico, técnico o científico,
debidamente justificadas, el Cabildo Insular conceda la oportuna
autorización, fijando las condiciones aplicables en cada caso.

a) Prohibido cazar palomas.


7) Señale qué indica el
siguiente pictograma : b) Prohibido cazar.

c) Prohibido cazar con escopeta.

a) El límite de un coto privado.


8) Esta señal indica:
b) El límite de un espacio natural protegido.

c) El límite de una zona de seguridad.

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La Ordenación
MANUAL DEL C AZADOR Cinegética del
Territorio 6

a) El límite de un terreno sometido a régimen


9) Esta señal indica: cinegético especial.

b) El límite de un espacio natural protegido.

c) El límite de una zona de seguridad.

a) Que entramos en un coto de caza.


10) Esta señal indica:
b) Que entramos en un espacio natural protegido.

c) Que entramos en una zona de caza controlada.

1-B / 2-C / 3-C / 4-A / 5-A / 6-C / 7-B / 8-B / 9-A / 10-B

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Anexos
La Ordenación
MANUAL DEL C AZADOR Cinegética del
Territorio 6
ANEXO I
Señales cinegéticas en la Comunidad Autónoma de

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La Ordenación
MANUAL DEL C AZADOR Cinegética del
Territorio 6

18
La Ordenación
MANUAL DEL C AZADOR Cinegética del
Territorio 6
ANEXO II
Señalización de Espacios Naturales Protegidos

14 cm.

140 cm.

Señal límite Espacio Natural Protegido

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La Ordenación
MANUAL DEL C AZADOR Cinegética del
Territorio 6

175 cm.

Parque Rural
Frontera

Entra usted en un Espacio


Natural Protegido
175 cm.
Respete la Normativa

Señal entrada Espacio Natural Protegido

20

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