Comunicado 50 VF
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Noviembre 29 de 2023
SENTENCIA C-525/2023
M.P. NATALIA ÁNGEL CABO Y ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
EXPEDIENTE: D-15.099
1. Norma demandada
2. Decisión
Primero. Declarar EXEQUIBLE, por los cargos de forma analizados, la Ley 2272
de 2022, “Por medio de la cual se modifica adiciona y prorroga la ley 418 de
1997, prorrogada, modificada y adicionada por las Leyes 548 de 1999, 782
de 2002, 1106 de 2006, 1421 de 2010, 1738 de 2014 y 1941 de 2018, se define
la política de paz de Estado, se crea el servicio social para la paz, y se dictan
otras disposiciones”.
conciliación del proyecto de ley 160 de 2022 Cámara - 181 de 2022 Senado,
la Sala concluyó que, a pesar de que el representante a la Cámara José
Jaime Uscátegui pidió la palabra antes de la votación del informe, esta
solicitud no constituyó una proposición suspensiva como la que regula el
artículo 114 de la Ley 5ª de 1992. Para que se considerara una proposición y
debiera ser tramitada como tal: (i) ella se debió presentar a la plenaria, por
escrito y durante el debate; y (ii) se debió solicitar expresamente la
suspensión, teniendo en cuenta que la proposición de aplazamiento es
diferente a la de suspensión. Al no haberse hecho de esa manera, no se
incluyó en el orden del día y no fue leída ni sometida a discusión. La Corte
valoró adicionalmente un oficio suscrito por el representante Uscátegui, que
dirigió al presidente de la Cámara el día anterior a la sesión. Al respecto,
concluyó que dicho escrito tampoco constituyó una proposición suspensiva
en los términos establecidos por la Ley 5ª de 1992, pues, entre otras razones,
ella no se presentó durante el debate.
acuerdos, por el término que duren estos. Este mismo procedimiento podrá
seguirse con relación a los voceros de las estructuras armadas organizadas de
crimen de alto impacto.
Se garantizará la seguridad y la integridad de todos los que participen en los
procesos de paz, diálogos, negociaciones y acuerdos con grupos armados
organizados al margen de la ley, o en los acercamientos, conversaciones o
suscripción de términos de sometimiento a la justicia con estructuras armadas
organizadas de crimen de alto impacto, de que trata esta ley.
Las partes acordarán mecanismos de verificación conjunta de los acuerdos,
negociaciones o diálogos y de considerarlo conveniente podrán acudir a
instituciones o personas de la vida nacional o internacional para llevar a cabo
dicha verificación. Con relación a los acercamientos, conversaciones o
suscripción de términos de sometimiento a la justicia con estructuras armadas
organizadas de crimen de alto impacto; podrán establecerse mecanismos de
verificación con instituciones o personas de la vida nacional o internacional.
PARÁGRAFO 3°. El Gobierno Nacional o los representantes autorizados
expresamente por el mismo, podrán acordar con los voceros o miembros
representantes de las organizaciones armadas al margen de la ley, en un
estado avanzado del proceso de paz, y para efectos del presente artículo, su
ubicación temporal o la de sus miembros en precisas y determinadas zonas
del territorio nacional, de considerarse conveniente. En las zonas aludidas
quedará suspendida la ejecución de las órdenes de captura, incluidas las
órdenes de captura con fines de extradición, contra estos y los demás
miembros del grupo armado organizado al margen de la ley al igual que
durante el transcurso del desplazamiento hacia las mismas hasta que el
Gobierno así lo determine o declare que ha culminado dicho proceso.
El mismo procedimiento podrá aplicarse para el caso de los acercamientos,
conversaciones o suscripción de términos de sometimiento a la justicia con
estructuras armadas organizadas de crimen de alto impacto, con el fin de
facilitar su sujeción a la justicia.
Adicionalmente, si así lo acordaran las partes, a solicitud del Gobierno
Nacional y de manera temporal se podrá suspender la ejecución de las
órdenes de captura en contra de cualquiera de los miembros del grupo
armado organizado al margen de la ley o de la estructura armada organizada
de crimen de alto impacto, por fuera de las zonas, para adelantar actividades
propias del proceso que se adelante.
(…)
se lleguen con estas estructuras serán los que a juicio del Gobierno Nacional
sean necesarios para pacificar los territorios y lograr su sometimiento a la
justicia; y, (ii) realizar todos los actos tendientes a entablar y adelantar
diálogos, así como negociaciones y lograr acuerdos con los voceros o
miembros representantes de los grupos armados organizados al margen de
la ley, dirigidos a obtener soluciones al conflicto armado, lograr la efectiva
aplicación del Derecho Internacional Humanitario, el respeto de los
Derechos Humanos, el cese de hostilidades o su disminución, la
reincorporación a la vida civil de los miembros de estas organizaciones o su
tránsito a la legalidad y la creación de condiciones que propendan por un
orden político, social y económico justo.
Así, entonces, lo que prevé la Ley 2272 de 2022 desde su artículo 2, que
luego concreta en otros artículos, como el 5, que enuncia las normas
demandadas en este caso, es que, con los grupos criminales organizados,
calificados como estructuras armadas organizadas de crimen de alto
impacto se puede y debe adelantar procesos de paz. Valga decir, que con
grupos criminales, sin importar su actividad, que puede ser el narcotráfico,
la extorsión, el secuestro u otras conductas propias de la criminalidad
organizada, es posible adelantar procesos de paz para transitar hacia el
Estado de Derecho y que los términos de sometimiento a la justicia a los que
se lleguen con estas estructuras serán los que a juicio del Gobierno Nacional
sean necesarios para pacificar los territorios y lograr su sometimiento a la
justicia, puesto que como puede verse, no hay duda en torno a que la ley
incluye, dentro de la política de paz, que califica como paz total, a los
EAOCAI, a los que incorpora dentro de un proceso de paz, con todo lo que
de ello se sigue.
A juicio del Magistrado Ibáñez Najar, a menos que se tramite una reforma
constitucional, a la luz del régimen constitucional vigente no es posible
asimilar un proceso de paz con un proceso de sometimiento a la justicia,
cada uno de los cuales tiene su propio marco jurídico constitucional y legal
del cual se derivan las correspondientes competencias que se atribuyen a
las autoridades.
En efecto, el artículo 5 de la Ley 2272 de 2022 prevé las mismas reglas para
para adelantar negociaciones encaminadas a celebrar acuerdos de paz
con grupos armados organizados al margen de la ley con los que se
adelanten diálogos de carácter político y para adelantar acercamientos y
conversaciones con grupos organizados o estructuras armadas organizadas
de crimen de alto impacto, con el fin de lograr su sometimiento a la justicia
y desmantelamiento.
A juicio del magistrado Ibáñez Najar, dada la evidente diferencia entre uno
y otro propósito, no resulta compatible con la Constitución el que ambos se
desarrollen con fundamento en el mismo procedimiento, pues en ello
subyace el riesgo de que se asuma, como en efecto ha sucedido, que es
viable adelantar negociaciones con los segundos, con independencia de
su carácter político, las cuales pueden conllevar beneficios a partir de lo
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exige que el gobierno justifique la medida, con lo cual parece que se abre
la posibilidad de ejercer control judicial sobre ella, pues en el caso de que
no hubiere justificación la medida carecerá de valor y efecto. Sin embargo,
no se establece un estándar mínimo para la justificación, con lo cual el
arbitrio para tomar la medida es amplio y, como correlato, la afectación de
las competencias de los jueces es también amplio. En segundo lugar, se
exige que se precise la temporalidad y el alcance territorial de la medida,
con lo cual se deja abierto que lo primero pueda ser amplio, admita
prórrogas sucesivas y no tenga en realidad un límite preciso, y que lo
segundo pueda ser en ámbitos más o menos amplios, de difícil control y
verificación. Los límites son tan poco precisos que permiten un considerable
margen de discrecionalidad. En tercer lugar, se requiere que la autoridad
competente de la rama judicial valore estos supuestos, lo cual además de
plausible es necesario. Empero, de este requisito se siguen al menos dos
dificultades importantes. La primera es la de cuál es la autoridad
competente de la rama judicial, será acaso un juez de control de garantías,
cuando la medida beneficie a una persona con medida de aseguramiento;
será un juez de penas, cuando la medida beneficie a una persona
condenada; o será un juez contencioso administrativo ante quien se
demande el acto que otorga el beneficio. Esto queda sin saberse y es
probable que genere dificultades tanto para su cumplimiento, como para
el ejercicio de la autoridad competente de la rama judicial. La segunda
tiene que ver con la oportunidad de la valoración de la autoridad judicial y
sus consecuencias. La valoración debiera ser previa a que se cumpla la
medida de suspensión de las órdenes de captura, no posterior, pero eso no
se precisa en el condicionamiento. Y la valoración debe ser obligatoria, en
el sentido de que vincula al gobierno, que no puede cumplir la medida si
ella no ha sido revisada por la autoridad judicial.
De suerte que se busca someter a una persona a la justicia y, para ello, una
de las primeras cosas que, según la ley, que la sentencia declara exequible
con la referida condición, es sustraer a dicha persona de la persecución de
la justicia, por una decisión del gobierno. Por las mismas razones no
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