El Cerebro y La Escritura Cursiva

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El Cerebro y la Escritura

Cursiva
http://cerebroniad.blogspot.com/2018/02/el-cerebro-y-la-escritura-cursiva.html

La escritura en letra cursiva ayuda a entrenar el cerebro con el fin


de integrar
la información visual y táctica así como también la habilidad
motora fina.

Actualmente los nuevos avances tecnológicos, hacen que la escritura


manual poco a poco quede desterrada a un segundo plano. La
escritura manual es un ejercicio cognitivo excelente que contribuye a
impulsar la inteligencia y las funciones cognitivas de las personas.

Para poder comprender que la escritura tiene una explicación de


origen científico, se puede decir que se escribe con el cerebro no con
la mano, ya que para entender la acción de la escritura, se debe
reconocer que todo movimiento tiene un origen de una instrucción
consciente o inconsciente – incluso el lenguaje no verbal –
proveniente del cerebro. Estos movimientos lejos de ser aprendidos
al momento de aprender a escribir, resultan ser conforme vamos
creciendo, movimientos inconscientes que tiene un sello personal.
Para comprender esto, si pusiéramos a todos a dibujar o escribir una
lista de palabras, cada uno dibujaría o escribiría la misma instrucción
pero de diferente forma, sin contar el estilo de cada uno.

Desde el punto de vista neurológico, la escritura es una


manifestación del funcionamiento del cerebro, y cabe resaltar que la
mano 'la extremidad prensil normalmente empleada para escribir'
cuenta con una proporción mayor de representación cortical en el
cerebro que cualquier otra parte o sistema del cuerpo.

La acción de escribir en sus diferentes modalidades, implica


adicionalmente, la utilización de una serie de atributos cognitivos
que cambian dependiendo de la forma o figura desarrollada. Estas
habilidades tienen su génesis a nivel neurológico, existiendo una red
neuronal por cada habilidad cognitiva que permita la ejecución
específica del signo; razón por la cual, es posible decir que la acción
psicomotriz de la escritura es neuroescritural, rescatando el hecho
de que la acción escrituraria, es la materialización de un trabajo
neuronal implícito.

Los científicos están descubriendo que el aprendizaje de la letra


cursiva es una herramienta crucial para el desarrollo cognitivo,
particularmente para entrenar el cerebro desde el punto de vista de
la especialización por áreas del cerebro, es decir, del rendimiento
óptimo. Mediante el aprendizaje de la escritura en cursiva, el
cerebro desarrolla una especialización por áreas que integra la
sensación, el control del movimiento y el razonamiento. A diferencia
de la escritura en el teclado y la práctica visual, según estudios de
tomografías del cerebro, diversas áreas del cerebro se co-activan
durante el aprendizaje de la escritura en cursiva.

Escribir a mano para ejercitar el cerebro

En la última década, la investigación con imágenes cerebrales ha


ayudado a los neurocientíficos a entender que aprender habilidades
tales como la escritura a mano y tocar un instrumento musical puede
cambiar realmente la estructura del cerebro.

La escritura requiere la utilización de todas las estructuras


cerebrales funcionando de manera conjunta y coordinada,
estructuras asociadas al pensamiento, al lenguaje y a la memoria. El
acto de escribir requiere un alto nivel de especialización y
coordinación hemisférica, ya que implica la integración de
movimiento, tacto, e ideas, necesario para plasmar nuestras ideas en
un soporte físico. Y por lo tanto la escritura impulsa la inteligencia.

La escritura para impulsar la inteligencia


La escritura manual constituye un ejercicio mental, que estimula
constantemente el desarrollo de conexiones neuronales y contribuye
a la autorregulación, la autodisciplina, la voluntad y la
perseverancia. La neurociencia ha demostrado que escribir a mano
contribuye a la expansión cerebral y a impulsar la inteligencia.

La escritura es un reflejo de la actividad cognitiva de cada persona,


la escritura manual nos da información personal de cada uno. Ya que
escribir implica poner en marcha tres procesos:

* Percepción: proceso a través del cual se capta los estímulos


necesarios, como el tipo de soporte sobre el que escribir, las
herramientas para escribir y la orden sobre lo que hay que escribir.
* Decisión: proceso mediante el cual se decide y planifica lo que se
va a escribir.
* Ejecución: proceso que implica la coordinación para dar salida al
texto escrito.

Funciones de los diferentes lóbulos


cerebrales implicados en la acción de
escribir

1- Lóbulos frontales. Situados detrás de la frente, participan en


funciones mentales superiores, como el reconocimiento de las
consecuencias de las acciones y la memoria. Están vinculados a la
escritura, el habla, movimiento, razonamiento, juicio, planeación y
resolución de problemas.

2- Lóbulos parietales. Son importantes para escribir y leer, pues


interpretan las palabras y el lenguaje. Combinan además información
sensorial como orientación espacial y navegación, y son el área
principal de recepción sensorial para el sentido del tacto.

3- Lóbulos temporales. Situados a los lados del cerebro, detrás de la


sien, ayudan a procesar la información auditiva de los oídos. El
proceso de escribir algo con lápiz y papel ayuda a activar una
colección de células en estos lóbulos conocidas como sistema de
activación reticular. Las estructuras de estos lóbulos son vitales en la
consolidación de información de corto plazo a largo plazo.

4- Lóbulos occipitales. Ubicados en la parte baja del cerebro,


reciben y procesan la información visual de los ojos, que luego es
enviada a otras partes del cerebro. Eso nos ayuda a leer y escribir al
reconocer palabras, formas y colores.

La importancia de la escritura en la
educación de los niños
Los avances en neurociencia dejan claro que escribir es un excelente
ejercicio para todos. En el caso de los niños, la escritura supone un
recurso irremplazable, de incalculable valor pedagógico. Escribir les
ayuda a impulsar su inteligencia.

El aprendizaje de escribir con una pluma es más beneficioso para los


niños que las habilidades de teclado. Aprender a escribir con la
mano, al mismo tiempo que aprender a leer facilita la lectura
mediante el desarrollo de la motricidad fina.

La escritura es una tarea compleja para el cerebro que requiere


diversas habilidades, entre ellos mover el instrumento de escritura,
en la dirección ordenada por el pensamiento. Los niños toman varios
años para dominar este ejercicio motor porque es necesario dominar
unas secuencias de comandos internos mientras la mano se mueve.
La escritura es el resultado de un movimiento singular del cuerpo, la
mecanografía no lo es.

Importancia de la escritura tradicional. Al hacer trazos secuenciales


con la mano para formar letras, se activan regiones del cerebro
asociadas al pensamiento, al lenguaje y a la memoria.

Experiencias desarrolladas con preescolares, demuestran que


mientras éstos observaron imágenes de letras hechas o dibujadas por
sí mismos frente a otras que eran impresas, se activaron zonas
asociadas a la lectura y a la escritura sólo al mirar las primeras.
Al aprender la escritura manuscrita, incluso si se trata de la escritura
en mayúsculas, el cerebro de un niño deberá:

* Distinguir cada trazo respecto a otros.


* Aprender y memorizar el tamaño adecuado, oblicuidad de la forma
global y la característica detallada de los rasgos de cada letra.
* Desarrollar habilidades de categorización.

Es fundamental dotar a los niños de experiencias para escribir, donde


puedan desarrollar y perfeccionar esta habilidad. Escribir impulsa su
inteligencia y es una acción completa que requiere un
funcionamiento cognitivo completo que va a contribuir a impulsar su
lenguaje, pensamiento, memoria, emociones, etc.

Activar el cerebro a través de la


escritura
Las nuevas generaciones podrían estar bajo alerta, debido a que la
era digital atrae fuertemente a bebés y niños en etapa de desarrollo.
Videos en internet muestran infantes de escasos 3 años, que ya saben
escribir en WhatsApp o llamar a papá a su celular.

Además del entretenimiento, los Smartphone y tabletas electrónicas


hacen parte del mobiliario de las escuelas que usan la tecnología
para estar en vanguardia con estas tendencias de lo virtual, con
pantallas coloridas y calidad de sonido. Aquí es donde aparece la
competencia del cuaderno: una pantalla digital o un teclado de
computadora.
El planteamiento lo hacen neurocientíficos y psicopedagogos, que
comparan lo que es hacer una plana de cierto número de letras y
palabras a mano, y escribir tecleando caracteres. Los expertos
cuestionan que, si se tratara de facilidad y rapidez, los aparatos
electrónicos son los indicados. ¿Y el cerebro?

Dar forma a los pensamientos sobre una hoja, estimula importantes


capacidades neuronales, incluso, las más complejas. Tal cual es la
naturaleza de este órgano, el cerebro procesa desde los sentidos.
Cuando se escribe a mano, se abre la memoria hacia una mejor
ortografía, se conectan las ideas con rapidez; y también se agiliza la
lectura. Es un grupo de beneficios que se obtienen por medio de las
manos en contacto con el lápiz y el papel.

De esta manera, se confirma la evidencia de activación del cerebro


cuando es puesto a prueba en la escritura, y no al hacer uso de
pantallas táctiles o teclados físicos, porque por medio de la acción de
escribir, se involucra las áreas visuales y motoras de las conexiones
neuronales y los niños crecerán con un cerebro más activo que
logrará un impresionante esfuerzo mental para el resto de su vida.

Renunciar al teclado beneficia la


cognición
Los teclados y pantallas táctiles nos han conquistado. En la
universidad, cuando el profesor habla, se escuchan cientos de dedos
teclear en sus portátiles. El sonido del teclado parece que se ha
convertido en la banda sonora de nuestras vidas. Tecleamos en el
trabajo, en nuestros dispositivos móviles. Hemos dejado de escribir
cartas y diarios. Muchos de nosotros hacemos uso de este recurso tan
útil que es la escritura informatizada. Nos permite ser más veloces y
facilita el trabajo. Pero parece que no somos conscientes de los
beneficios de la escritura manual.

Tomar notas a mano nos permite interpretar la información,


entenderla y reformularla con nuestras propias palabras, lo que
refuerza enormemente el aprendizaje.

Las tecnologías nos ayudan a ser más eficientes en la mayoría de los


casos. Sin embargo, aunque escribamos más rápido tecleando en
nuestro ordenador, cognitivamente no nos beneficia.

La investigación en neurociencia indica que escribir utilizando sólo


una pantalla táctil o el teclado puede afectar el desarrollo del
cerebro, sobre todo el de los niños que están aprendiendo a leer.

Beneficios de escribir a mano


Existe un beneficio externo para la habilidad de razonamiento que se
emplea en la lectura y escritura. Para escribir con una letra cursiva
legible se necesita un cierto nivel de control de motricidad fina sobre
los dedos. Los alumnos deben prestar atención y pensar qué están
haciendo y cómo lo están haciendo. Tienen que practicar. Estudios
con tomografías cerebrales revelan que la cursiva activa áreas del
cerebro que no están involucradas cuando se escribe en el teclado.
La escritura en letra cursiva trae consigo aún más beneficios que la
escritura en mayúsculas, ya que los movimientos son más difíciles, las
letras menos estereotipadas y la necesidad del reconocimiento visual
crea una mayor variedad de formas de representar las letras.
Además, la letra cursiva es más rápida y más atractiva para los
estudiantes ya que les da un mayor sentido de estilo personal y
pertenencia.

Potencia nuestro pensamiento crítico y nuestro desarrollo


conceptual. Al “obligarnos” a resumir y reinterpretar la información,
tomar notas a mano nos permite establecer conexiones entre
diversos conceptos del material escrito, impulsando nuestro
pensamiento crítico.

* La escritura manual estimula el cerebro. Se activan muchas más


áreas cerebrales cuando escribimos a mano que cuando tecleamos.

* Expresamos más ideas cuando escribimos a mano, por ejemplo, en


un ensayo o redacción.

* Nos ayuda a retener más información.

* Mejora nuestra compresión del material escrito.

* La escritura manual mejora el reconocimiento de las letras en


niños.

* Estimula las habilidades motoras finas. Es decir, mejora nuestra


capacidad de precisión manual.
Cuando escribimos a mano, nuestro cerebro recibe feedback o
retroalimentación de nuestras acciones motoras, junto con las
sensaciones del tacto del lápiz y el papel. Este feedback es
significativamente diferente al que recibimos cuando tecleamos.
Cuando pulsamos las teclas no obtenemos ninguna representación
mental del trazo de la letra. Se desconecta la información que
recibimos del proceso de escritura, ya que cuando tecleamos, pocas
veces miramos lo que estamos escribiendo.

Los movimientos que realizamos cuando escribimos a mano dejan un


recuerdo del movimiento en la parte encargada de procesar la
información sensorio-motora. Creamos una huella de recuerdo motor
en el cerebro, que mejora nuestra memoria, ayudándonos a recordar
mejor esa información.

Por tanto, aunque a primera vista parezca menos eficiente tomar


apuntes a mano, realmente estamos escribiendo la información más
significativa y relevante, además de ayudarnos a aprender y retener
el material. Escribir en la computadora, aunque es cierto que nos
ayuda a apuntar más información, suele haber más datos
irrelevantes, y casi siempre, la olvidamos más rápidamente.

*
* *

En las últimas dos décadas son variadas las investigaciones que, a


través de imágenes cerebrales, demuestran que la ejecución de la
escritura promueve la activación de mayores zonas cerebrales en
trabajo simultáneo, que el sólo hecho de mirar imágenes, tocarlas o
imaginarlas.

Hay un volumen cada vez mayor de estudios sobre lo que un cerebro


que se está desarrollando con normalidad aprende mientras forma
letras en la página, tanto en letra de molde o manuscrita como en
cursiva.
La escritura en cursiva hace a los
niños más inteligentes
Durante un estudio realizado en la Universidad de Indiana,
publicado en Trends in Neuroscience and Education en octubre 2012,
investigadores analizaron, mediante imágenes de resonancia
magnética, a niños pre-alfabetizados de 5 años de edad antes y
después de que fueran instruidos en el aprendizaje de la cursiva.

En aquellos niños que habían practicado a mano la escritura, la


actividad neuronal fue mucho más destacada y similar a la de los
adultos que en aquellos niños que simplemente observaron las letras.
El circuito de lectura en el cerebro – circuito de áreas asociadas que
se activan durante la lectura – se activó al trazar la escritura
manuscrita, no así al escribir sobre el teclado.

De la misma manera, esta investigación demostró que escribir letras


en un contexto significativo, contrapuesto al de sólo dibujarlas,
activa de forma más sólida diversas áreas en los dos hemisferios.

El cerebro separa el habla de la


escritura
Investigadores de la Universidad Johns Hopkins de EEUU, en un
estudio publicado en la revista Psychological Science de mayo 2015,
señalan que aunque la capacidad humana de escribir evolucionó a
partir de nuestra capacidad de hablar, ambas acciones se relacionan
hoy día con sistemas independientes del cerebro. Por eso, alguien
incapaz de escribir una frase de manera gramaticalmente correcta,
puede que sea capaz de decirla bien en voz alta, y viceversa.
Los científicos han descubierto que es posible presentar daños en la
parte del cerebro relacionada con el habla sin afectar la parte
vinculada a la escritura, y viceversa; incluso en los morfemas, que
son los componentes más pequeños de la lengua con significación.
Por ejemplo, en la palabra “niñas”, niñ sería el lexema o raíz; la
vocal a un morfema que indica género femenino y la letra s, un
morfema que indica plural.

El presente estudio partió del interés por comprender cómo organiza


el cerebro el conocimiento de la lengua escrita – lectura y
ortografía –. Más específicamente, los científicos querían saber si el
lenguaje escrito depende de la lengua oral en adultos alfabetizados.

De ser así, cabría esperar encontrar errores similares en el habla y en


la escritura. De lo contrario, la gente no necesariamente escribiría
como habla.

Para tratar de desvelar esta cuestión, el equipo estudió a cinco


personas que habían sufrido un accidente cerebrovascular y padecían
afasia, un trastorno que conlleva la pérdida de capacidad de producir
o comprender el lenguaje.

En concreto, cuatro de los pacientes tenían dificultades para usar los


morfemas adecuados al escribir frases pero, cuando hablaban, no
tenían tantas dificultades en este aspecto. El último individuo tenía
el problema opuesto: presentaba problemas al hablar, que no
afectaban a su escritura.

Estos resultados revelan que la escritura y expresión oral son


impulsadas por diferentes partes del cerebro, y no sólo en términos
de control motor de mano y boca, sino también en los aspectos de
construcción de las palabras.

Los autores del estudio explican que el cerebro conoce las partes de
las palabras y cómo estas encajan entre sí y que, cuando hay daños
en el cerebro, estos pueden afectar al uso de ciertos morfemas en la
escritura y no en el habla; y viceversa.

La comprensión de cómo el cerebro distingue partes de las palabras


podría ayudar a los educadores que enseñan a niños a leer y escribir;
e impulsar el desarrollo de mejores tratamientos para las personas
que sufren afasia.

Los efectos de escribir en


cursiva sobre el cerebro
Un equipo de científicos de Psicología Educativa de la Universidad
de Washington, en un estudio publicado en el Journal of Learning
Disabilities en junio 2016, encontró que el ejercicio de escribir con
puño y letra ayuda a los niños a desarrollar más su función cerebral,
lo que se ve reflejado en un mejor desempeño escolar.

Virginia Berninger, autora principal del estudio, explica que las


pruebas indican que la escritura manual – formar letras – hace que la
mente intervenga y puede ayudar a los niños a prestar atención al
lenguaje escrito.

Los investigadores reclutaron a más de 200 niños en primer, segundo,


cuarto y sexto grado, de desarrollo normal. Analizaron la manera en
que el lenguaje oral y el escrito se relacionan con la atención y con
las denominadas aptitudes de la función ejecutiva (como la
planificación). Para los investigadores escribir a mano es una tarea
compleja que requiere coordinar capacidades cognitivas, motoras y
procesos neuromusculares, lo que activa áreas específicas del
cerebro. Los niños escribían más palabras, más rápidamente y
expresaban mejor las ideas cuando escribían ensayos a mano que
cuando lo hacían sobre un teclado.

En la escritura manual se utilizan partes motrices de nuestro cerebro,


y también planificación y control motrices, pero hay una región
cerebral crucial en la que coinciden la visión y el lenguaje. Es el giro
fusiforme. En él, los estímulos visuales se convierten efectivamente
en letras y palabras escritas.
La investigadora asegura que hay que ver las letras con el “ojo de la
mente” para trazarlas en la página. Las imágenes cerebrales
muestran que la activación de esta región es diferente en niños con
dificultades para escribir a mano.

Los escáneres funcionales de cerebros de adultos han revelado una


red cerebral característica que se activa cuando leen y que incluye
áreas relacionadas con los procesos motrices. Eso ha hecho pensar a
los científicos que el proceso cognitivo de la lectura puede estar
conectado con el proceso motor de formación de las letras.

La investigación indica que los niños necesitan una formación


introductoria en letra de molde, a continuación dos años de
aprendizaje y práctica con la letra cursiva que empezarían en tercero
de primaria, y luego algo de atención sistemática a la mecanografía a
ciegas.

Es muy probable que utilizar un teclado, y especialmente aprenderse


las posiciones de las letras sin mirar las teclas, se beneficie de las
fibras que se inter comunican en el cerebro, ya que, a diferencia de
lo que ocurre con la escritura manual, los niños utilizan las dos
manos para teclear.

Lo que defienden es que se enseñe a los niños a ser escritores


híbridos. Primero a escribir a mano, por la lectura, ya que la
escritura manual facilita un mejor reconocimiento de las letras;
luego, la letra cursiva para el deletreo y la redacción; a
continuación, empezando en los últimos cursos de primaria, la
mecanografía a ciegas.

* *
*

Los beneficios para el desarrollo cerebral son similares a lo que


se obtiene cuando se
aprende a tocar un instrumento musical. No todos pueden pagar
clases de música pero
todos tienen acceso al lápiz y al papel. No todos pueden comprar
una computadora a sus hijos.

Le cerveau et l'écriture cursive


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