CARCAMO
CARCAMO
CARCAMO
Los tratamientos primarios son aquellos que eliminan los sólidos en suspensión presentes en el
agua residual. Los principales procesos físico-químicos que pueden ser incluidos en el tratamiento
primario son los siguientes: sedimentación, flotación, coagulación – floculación y filtración.
Los tratamientos primarios de aguas residuales son aquellos que eliminan los sólidos en
suspensión presentes en el agua. Los principales procesos físico-químicos que pueden ser incluidos
en el tratamiento primario son los siguientes: sedimentación, flotación, coagulación – floculación y
filtración.
Sedimentación
Es un proceso de separación por gravedad que hace que una partícula más densa que el agua
tenga una trayectoria descendente, depositándose en el fondo del sedimentador. Está en función
de la densidad del líquido, del tamaño, del peso específico y de la morfología de las partículas.
Flotación
Coagulación – Floculación
En muchos casos parte de la materia en suspensión está formada por partículas de muy pequeño
tamaño, lo que conforma una suspensión coloidal. Estas suspensiones coloidales suelen ser muy
estables, en muchas ocasiones debido a interacciones eléctricas entre las partículas. Por tanto
tienen una velocidad de sedimentación extremadamente lenta, por lo que haría inviable un
tratamiento mecánico clásico.
Una forma de mejorar la eficacia de todos los sistemas de eliminación de materia en suspensión es
la adición de ciertos reactivos químicos que, en primer lugar, desestabilicen la suspensión coloidal
(coagulación) y a continuación favorezcan la floculación de las mismas para obtener partículas
fácilmente sedimentables.
Filtración
La filtración es una operación en la que se hace pasar el agua a través de un medio poroso, con el
objetivo de retener la mayor cantidad posible de materia en suspensión. El medio poroso
tradicionalmente utilizado es un lecho de arena, de altura variable.
Los cárcamos de bombeo, cuya función es elevar el agua de una cota inferior a otra superior, con
el propósito de hacer que el agua posteriormente llegue a su destino por gravedad. Así mismo, los
cárcamos son pieza fundamental para mitigar las inundaciones que ocurren en nuestro país en
relación con el drenaje sanitario y pluvial. El objetivo básico de un cárcamo es elevar el agua, estos
se componen por cámaras, bombas y equipos auxiliares.
El volumen mínimo necesario del cárcamo de bombeo depende del tipo y funcionamiento de las
bombas. Si éstas son de velocidad variable, de forma que se varía el caudal de bombeo de acuerdo
con el agua residual que llega al cárcamo, el volumen requerido es pequeño, siendo suficiente
aquel que permita el cambio de la capacidad de bombeo cuando se arranca o para una bomba
antes de alcanzar el nivel definido para este. Normalmente, este tiempo suele ser inferior a un
minuto.
En cambio las bombas de velocidad constante o de dos velocidades necesitan mayores volúmenes
de almacenamiento para evitar ciclos demasiado cortos. El tiempo entre arranques es función de
los caudales de bombeo que entran al cárcamo. En bombas con motores de dos velocidades, el
caudal de bombeo es la diferencia entre el caudal correspondiente a cada velocidad. El tiempo
entre arranques para motores de potencia inferior a 15 kW puede reducirse hasta 10 minutos
aunque es recomendable adoptar 15 minutos. Para motores de inducción de jaula de ardilla con
potencias entre 15 y 75 kW, el tiempo entre arranques debe de ser mayor a 15 minutos. Para
potencias superiores a 75 kW pero inferiores a 200 kW, el tiempo entre arranques debe estar
comprendido entre 20 y 30 minutos. Para motores mayores a 200 kW se recomienda consultar
con el fabricante.
Las bombas se clasifican en dos grupos básicos: las de energía cinética y las de desplazamiento
positivo. Las de uso más extendido en el campo de ingeniería sanitaria son las centrífugas que
están clasificadas como bombas de energía cinética. A menudo las bombas centrífugas se
clasifican de acuerdo con un valor conocido como velocidad específica, el cual varía según la forma
del impulsor.
Bombas centrífugas
Las bombas centrífugas se clasifican en: (1) de flujo radial, (2) de flujo mixto y (3) de flujo axial. Por
lo regular, las dos primeras se emplean para el agua residual y pluvial, en tanto que las de flujo
axial, sirven para el bombeo de aguas pluviales con o sin agua residual o efluentes de plantas de
tratamiento.
En estas bombas se emplea la fuerza centrífuga para impartir energía al fluido, por ello en
ocasiones se les denomina centrífugas, porque forman un remolino con flujo que sale en forma
radial. Para el agua residual se deben emplear diámetros de paso superiores a 10.2 cm (4
pulgadas). Las bombas de flujo radial tienen velocidades específicas variables entre 10 y 80.
Ocupan un lugar intermedio entre las bombas de flujo radial y de flujo axial donde se forma un
vortex en un flujo axial. La velocidad específica (un número característico de cada bomba) varía
entre 80 y 200.
Las bombas de voluta de flujo mixto son adecuadas para bombear agua residual y pluvial,
particularmente cuando tienen una velocidad específica entre 80 y 120. Están disponibles en
tamaños de 20.3 cm (8 plg) de diámetro y mayores y pueden operar con cargas de hasta 18 m.
Las bombas de flujo axial se emplean para agua pluvial, particularmente cuando se requiere
bombear grandes volúmenes contra una pequeña carga donde este tipo de bombas resulta menos
caro que las de flujo mixto o radial. Sin embargo, este tipo de bombas es usado para aguas
residuales que sean sometidas a un desbaste previo pues se puede atascar la guía de las aspas y, a
la larga, taponar el paso. Estas bombas tienen velocidades específicas superiores a 200
La bomba de tornillo, clasificada como de desplazamiento positivo, tiene dos ventajas principales
en relación con las bombas centrífugas para las aguas residuales: 1) maneja sólidos de mayor
tamaño sin atascarse y 2) funciona a velocidad constante para una amplia gama de caudales con
rendimientos relativamente buenos. Se encuentran diámetros exteriores de 0.3 a 3 m y
capacidades desde 0.01 a 3.2 m 3 /s, aunque algunos fabricantes suministran tamaños superiores.
Bombas especiales
Las bombas especiales para tener aplicaciones diversas incluyen a los eyectores neumáticos, las
bombas con flujo de torque, las bombas sin hélices, y las bombas de chorro o de emulsión de aire
Estas bombas están diseñadas para manejar material sólido, por lo cual se emplean para manejar
lodos y aguas negras crudas pues prácticamente nunca se taponan. Como contrapartida su costo
es elevado y la eficiencia baja
Son bombas centrífugas de voluta que cuentan con un impulsor sin aspas o de paso simple. Las
curvas características de una bomba de este tipo son comparables a las de una bomba
convencional no atascable, su capacidad aproximadamente es la mitad de la de una bomba no
convencional inatascable, por lo que son particularmente útiles para flujos pequeños. Se
encuentran en tamaños superiores a 12.7 cm (5 plg).