Unidad I Olivé

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Primera edicidn en espafiol, 2007

Segunda reimpresi6n, 2013

OlivS, Le6n
La ciencia y la tecnologia en la sociedad del conocimiento.
fitica, politica y epistemologla / Le6n 01iv£. •— M&dco: f c e , 2007
238 p . ; 23 x 17 cm — (Colec. Ciencia, Tecnologia, Sociedad)
ISBN 978-968-16-8504-1

1. Ciencia — Filosofia 2. Ciencia •—•Aspectos morales y 6ticos


3. Tecnologia — Filosofia 4. Tecnologia — Aspectos morales,y £ti-
cos 5. Epistemologia I. Ser. II. t.

LCQ 175.35 Dewey 171.7 O747C

Distribucidn mundial

D. R. © 2007, Fondo de Cultura Economica


Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 M &ico, D. F.
www.fondodeculturaeconomica.com
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Tel.: (55)5227-4672. Fax: (55)5227-4694

Se prohibe la reproducci6n total 0 parcial de esta obra, sea cual fuere


cl medio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos.

ISBN 978-968-16-8504-1

Impreso en MGxico - Printed in Mexico


In d i c e general

Agradecimientos.................................................................................................... n
Introduccidn ..................................................... 13

Primera Parte
L a NUEVA RELACl6N ENTRE CIENCIA, TECNOLOGfA Y SOCIEDAD [19]

I. La relation entre ciencia, tecnologia y sociedad cuatro decadas despues de


La estructura de las revoluciones cientificas de Thomas Kuhn .................... 25
El ciudadano ante las polemicas en la c ie n c ia ............................................... 25
Las comunidades cientificas................................................................................ 29
La ensenanza de la ciencia y su com unicacion.............................................. 30
Racionalidad, objetividadypredictibilidad..................................................... 33
La ciencia, la tecnologia y la participaci6n ciu dadan a................................. 35

II. El nuevo contrato social sobre la ciencia y la tecnologia ................................. 38


El “viejo contrato social” sobre la ciencia......................................................... 38
El “nuevo contrato social” ................................................................................... 40
La necesidad de nuevos expertos y profesionales en m ediaci6n................. 42
La necesidad de formar expertos en estudios sobre ciencia y tecnologia . 4.3
La ciencia y la tecnologia en una sociedad dem ocratica.............................. 44

III. Los desafios de la sociedad del conocimiento* exclusidn, diversidad culturaly


justicia s o c ia l ......................................................................................................... 45
Problemas con el concepto “sociedad del conocimi'ento” ........................... 45
El valor del conocim iento................................................................................... 4.8
“Sociedad del conocimiento” y “sociedad de la information” .................... 49
“ Globalization” y diversidad cultural............................................................... 50
Conocimiento cientifico-tecnologico y e x c lu si6 n ........................................ 51
Desafios para Mexico y para los paises culturalmente d iverso s................. 54.

7
I. LA R ELA C lO N E N T R E CIEN C IA , T EC N O LO G IA Y SO CIEDAD
CUATRO D ECAD AS D ESPU ES D/E LA ESTR U C TU R A
D E LA S REVO LU CIO N ES CIENTIFLCAS D E TH O M AS K U H N

E l c iu d a d a n o a n t e l a s p o le m ic a s e n l a c ie n c ia 1

En noviembre de 2001 la prestigiosa revista Nature publico un articulo de Ignacio


Chapela y David Quist en el que sostienen que encontraron evidencia de intro gre-
si6n gen£tica en muestras de maiz criollo provenientes de la sierra de Oaxaca. En
abril del siguiente ano, a raiz de una fuerte pol^mica que incluyo a los autores y a
lbs Sxbitros, por primera vez en la historia de Nature el editor public6 una retracta-
ci6n en la que opina que el artlculo original no contenla evidencia suficiente para
justificar su publicaci6n, pero que en vista de que los autores sostenian su punto
de vista consider aba que era mejor publicar las crrticas, as! como las respuestas de
los autores y sus datos disponibles, “y dejar a los lectores juzgar por si mismos”.2
En la misma £poca circul6 por internet una carta del Comite Consultivo de
Biotecnologla del Conacyt donde se sostiene que la biotecnologia es una “palanca
del desarrollo de Mexico”. Mexico, se dice en esa carta,

con cerca de 100 millones de habitantes, tiene retos extraordinarios para poder pro-
porcionar a sus habitantes los servicios y condiciones necesarios para una vida digna.
La demanda de alimentos sanos y nutritivos, medicamentos y servicios de salud
1 Parte de este capftulo se basa en una conferencia presentada en el seminario “La estructura cle las
revoludones dentificas de Thomas S. Kuhn, a 40 anos”, organizado por el Fondo de Cultura Econ6mi-
ca, en mayo de 2002. Agradezco a esta casa editorial la imptacion que me curs6 entonces, y muy espe-
cialmente a Maricarmen Farias. A raiz de esa reuni6n ha continuado un Seminario sobre Ciencia,
Tecnologia y Sociedad que al concluir el ano de 2006 contaba ya con ocho ediciones. Maricarmen
Farias ha sido una entusiasta promotora de 61, a quien agradezco y debo gran reconocimiento, lo
mismo que a Rosaura Ruiz y a Ana Rosa PSrez Ransanz. Una version de esa conferencia apareci6 en la
revista Ergo, de la Universidad Yeracruzana (mim. 16, nueva dpoca, marzo de 2005, pp. 7-21), espe-
cialmente dedicado al tema de la relaci6n entre la ciencia, la tecnologia y la sociedad. Agradezco a los
editores de dicha revista la invitaci6n a colaborar con ellos.
2 La cita completa es la siguiente: “ In our 29 November issue, we published the paper ‘Transgenic
d n a introgressed into traditional maize landraces in Oaxaca, Mexico’ by David Quist and Ignacio

25
2.6 LA NUEVA RELAClON ENTRE CIENCIA, TECNOLOGIA Y SOCIEDAD

modernos, por un medio ambiente no contaminado y, al mismo tiempo, el cuidado y


el uso de nuestra biodiversidad, representan retos extraordinarios para la sociedad
mexicana que debemos resolver de manera concertada, respetuosa y sustentable con el
niedio ambiente. Nuestro pais tiene tambi£n importantes problemas y lastres que de­
bemos resolver. La contaminaci6n de recursos ambientales —agua, suelos y aire— y la
destruction de la biodiversidad mexicana, son dos de los mis importantes.

Hasta aqui, dejando aparte cuestiones de redaction, es dificil no estar de


acuerdo. Sin embargo, en esa carta se concluye lo siguiente:

La biotecnologia es la mejor opci6n que tiene Mexico para contender con muchos de
estos problemas y demandas. La tecnologia biologica no esta libre —como ninguna
otra-—•de riesgos. Sin embargo, no utilizar la biotecnologia para resolver los proble­
mas implicarla riesgos y peligros ciertamente mayores. Su potential supera con creces
a sus riesgos, que no son mayores que los de otras muchas tecnologias que hasta ahora
ha manejado la sociedad.

Sin arrojar un apice de duda acerca de las virtudes de la biotecnologia, es per-


tinente senalar que la carta no discute cuales son los posibles riesgos de la biotec­
nologia ni las posibles maneras de contender con ellos. Pero resulta interesante
contrastar esta opinion con la del entonces presidente del Instituto National de
Ecologia de Mexico ( i n e ) , Exequiel Ezcurra: “Yo no tengo evidencia de que los
transgenicos que se cultivan en este momento en el mundo hayan contrib'uido en
lo mas minimo a resolver los problemas alimentarios en Somalia, Sudan o Centro-
america”. Pero mas aun, abundando sobre discrepancias en el campo propiamente
biologico, el ecologo puntualizaba que el problema es

Chapela. Subsequently, we received several criticisms o f the paper, to which we obtained responses
from the authors and consulted referees over the exchanges. In the meantime, the authors agreed to
obtain further data, on a timetable agreed with us, that might prove beyond reasonable doubt that
transgenes have indeed become integrated into the maize genome. The authors have now obtained
some additional data, but there is disagreement between them and a referee as to whether these
results significantly bolster their argument. In light of these discussions and the diverse advice recei­
ved, Nature has concluded that the evidence available is not sufficient to justify the publication of the
original paper. As the authors nevertheless wish to stand by the available evidence for their conclu­
sions, we feel it best simply to make these circumstances clear, to publish the criticisms, the authors’
response and new data, and to allow our readers to judge the science for themselves”. Editor, Nature
(4 de abril de 2002).
CUATRO DfiCADAS DESPUfiS DE LA ESTRUCTURA DE LAS REVOLUCIONES CIENTlFICAS 27

consecuencia de las diferentes concepciones de la ciencia que tienen tanto los biotec-
n 61ogos com o los ecologos y/o los b i61ogos evolu tivo s. L a p ro b a b ilid a d de que un
pinz6n llegue a las G alapagos y funde toda un a dinastla de los pinzones caracteristicos
de esas islas es p racticam ente im posible y, sin em bargo, ahl estan. C ierto es que esos
son eventos raros, pero es innegable que u na vez que estos ocurren, bien pueden dis-
persarse con u n & it o im presionante. Es algo que cualquier biologo evolutivo sabe; en
cam bio, no estoy seguro de que con los biotecnologos pase lo m ism o [Boletln electr6-
nico de la A cadem ia M exican a de Ciencias, m ayo de 2002].

Pero al buscar por la'misma epoca otras opiniones de biotecnologos, no se en-


confraba un acuerdo unanime entre ellos. Por ejemplo, en esos dias la Sociedad
Mexicana de Biotecnologia y Bioingenieria ( s m b b ) bizo puj^licas conclusiones
como las siguientes:
• Dada la percepci6n publica actual, en el caso del maiz en Mexico, es deseable
evitar el uso de’sistemas de seleccion transgenica basados en genes de resisten-
cia a antibioticos.
• La information necesaria para evaluar el impacto del maiz transgenico en la
biodiversidad de Mexico es extremadamente limitada o inexistente, debido a
la falta de apoyo economico, a la carencia de un seguimiento permanente del
problema y al muy limitado interes gubernamental. Por lo mismo, no existe la
evidencia necesaria que permita-cuantificar la pfesencia de rasgos transgenicos
en maices nativos de Mexico, y resulta importante establecer metodos confia-
bles de monitoreo.
• Tampoco existe la evidencia cientifica necesaria para evaluar el impacto de
un rasgo transgenico especifico sobre la diversidad gen^tica del maiz mexicano
y sus parientes cercanos, por lo que es importante establecer programas de in-
vestigacion al respecto.
• No es recomendable liberal* en Mexico maiz transgenico que sea utilizado
para fines distintos a los de alimentaci6n, £omo, por ejemplo, para la procluc-
cion de productos farmaceuticos 0 plasticos biodegradables (reuni6n de la
s m b b , 19 de marzo de 2 0 0 2 ) .

Ante discrepancias de este estilo entre biotecnologos, ecologos y biologos evo-


lucionistas, donde se encuentran “diferentes concepciones de la ciencia” ■—y donclc
existen todavla mayores diferencias de opinion acerca del papel de la ciencia y de
su importancia en la sociedad contemporanea, incluso entre los miembros de una
misma comunidad como la de los biotecnologos-—•, ideberiamos sorprenclernos y
28 LA NUEVA RELAClCN ENTBE CIENCIA, TECNOLOGIA Y SOCIEDAD

hasta escandalizarnos quienes no pertenecemos a esas comunidades? iQue instxu-


rnentos conceptuales podemos utilizar para comprender estos fen6menos y, sobre
todo, de qui herramientas puede disponer el ciudadano de la calle, el politico y el
responsable de politicas piiblicas en ciencia y tecnologia para normar sus opinio-
nes y sobre todo para la toma de decisiones? ^Es adecuado y suficiente el andamia-
je conceptual que ofrecen la filosofia y la sociologia de la ciencia y de la tecnologia
contemporaneas para entender qu£ es la ciencia, que es la tecnologia y para com­
prender por ejemplo las diferencias de opinibn dentro de una misma comunidad
cientifica o cientifico-tecnolbgica?
Hace mas de cuatro decadas Thomas Kuhn promovib una importante revolu-
cion en el campo de la filosofia de la ciencia, y en general en las disciplinas que tie-
nen a la ciencia como su objeto de estudio, como la-sociologia y la historia de la
ciencia, con su ya clasica obra La estructura de las revoluciones cientlficas * Entre los
conceptos fundamentales de la concepcibn kuhniana de la ciencia, como es bien
conocido, se encuentran los de “comunidad cientifica” y “paradigma”. En el curso
de este libro, en especial en la,tercera parte, veremos que estos conceptos que fue-
ron de gran utilidad para entender la estructura y la dinamica de la ciencia que
podemos llamar tradicional en las formas en que se desarrollo desde su surgimien-
to como ciencia moderna en los siglo x v n y x v m hasta mediados del siglo xx,
ahora ya no son los mas adecuados para comprender las formas de organizacibn
de la ciencia y de produccibn y uso del conocimiento que surgieron en la segunda
mitad de siglo xx, los cuales incluyen una imbricacibn de la ciencia y la tecnologia
nunca antes :vista.
Sin embargo, en la obra seminal de Kuhn se ha.llan contribuciones sustanciales
que abrieron el camino para una mejor comprensibn de la ciencia y de su relacibn
con la sociedad, que son validas tanto para la ciencia tradicional como para los sis-
temas cientlfico-tecnolbgicos contemporaneos, por lo que aun hoy dan una pauta
para acciones que es necesario seguir si se quiere promover una saludable relacibn
entre la ciencia, la tecnologia y la sociedad, Por esta razbn, con el fin de orientar la
comprensibn y la accibn de los diferentes sectores sociales ante los panoramas que
ofrecen la ciencia y la tecnologia contemporaneas, como el que comentamos al
principio de este capitulo, conviene comenzar por rescatar algunas de las ideas de
Thomas Kuhn y aprender sus ensenanzas.

* Hay edici6n en espanol en el Fondo de Cultura Econ6mica. [E.]


CUATRO DfiCADAS DESPUfiS DE LA ESTRUCTURA DE LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS

L as C O M U N ID A D E S C IE N T fF IC A S

Una de las muchas ideas que Kuhn propago — aunque no todas ellas fueran origi-
nales de el, pero que articul6 en uno de los modelos sobre la ciencia mas fecundos
y desafiantes que se hayan construido en el siglo xx— ■es que la ciencia la hacen
personas de carne 7 hueso, que se agrupan en comunidades cuya caracteristica es
compartir un paradigma •— quiza el mas famoso de los conceptos kuhnianos— 7
que eso significa compartir, como grupo, una constelaci6n de compromisos: con
creencias, con formas de proceder, con metodos de investigation 7 de tomar deci-
siones, con maneras de actuar, con valores 7 con intereses.
En el sentido kuhniano no existe solo una “comunidad cientifica”, sino mu­
chas, a diferentes niveles. Por un lado se encuentran las comunidades “mas globa-
les” por ejemplo, la “comunidad de todos los cientificos naturales” (p. 177).3 En
otro nivel estan los fisicos, los quimicos, los astronomos, los biologos. Pero luego
vienen los fisicos de estado solido, de materia condensada, de altas energias. Entre
los biologos, como acabamos de ver, se encuentran las comunidades mas especiali-
zadas de los biotecnologos, los biologos evolucionistas, los biologos moleculares,
los genetistas, los ec61ogos, etcetera.
Para nuestros fines, el tema mas importante que se debe destacar es que Kuhn
insistio en la estructura comunitaria de la ciencia que el analizo, que es la que se
desarrollo hasta mediados del siglo xx. Esta estructura comunitaria es una de las
condiciones necesarias para el cambio 7 el progreso de la ciencia. Por eso la ciencia
es un fen6meno eminentemente social, en un sentido doble: primero, porque tiene
esa estructura comunitaria, 7 segundo, porque su desarrollo no se da al margen de
la sociedad mas amplia en 0170 seno se despliegan las comunidades cientificas,
Son estos vinculos reciprocos, asi como la interdependencia entre ciencia 7 socie­
dad, lo que exponencialmente se ha incrementado en las ultimas cuatro decadas.4 "
t4 **
3 Las citas de aqui en adelante en este capitulo, si no se indica .otra cosa, son de La estructura de las
revoluciones cientificas (Kuhn, 1962).
4 En estas cuatro dScadas tambien cambio el papel central de las comunidades cientificas en el
sentido de Kuhn. Cudl es ahora el agente central de la produccion del conocimiento cientifico es uno
de los temas de mayor debate, y uno de los principales puntos de la agenda de la filosofia de la ciencia de
nuestros dlas. Pero no solo cambid el agente central, las comunidades cientificas, tambien cambib la
estructura axiol6gica de las actividades de los principales agentes hoy en dfa. Asf, por ejemplo, quizd
un concepto como el de “practica cientifica” merezca ahora el lugar central que tenian las comunida­
des para Kuhn. Discutiremos este problema en la tercera parte del Ubro.
30 LA NUEVA RELAClON ENTRE CIENCIA, TECNOLOGIA Y SOCIEDAD

iQue consecuencias tiene esta vision de la ciencia que Kuhn impulso hace cua­
tro decadas? Entre muchas otras, por ejemplo, Kuhn dice que “casi todos los cienti­
ficos asumen una filiation comunitaria, y dan por supuesto que la responsabilidad
de Uevar a cabo las tareas que corresponden a las diferentes especialidades de la
disciplina se distribuyen entre grupos cuya membresia esta mas o menos determi-
nada” (p. 176). Pero mas aun, las comunidades cientificas estan formadas por quie-
nes pasaron por una initiation profesional y por una education compartida. “Los
miembros de una comunidad cientifica se ven a si mismos y son vistos por otros
como los hombres5 que tienen la responsabilidad singular de perseguir un conjun-
to de metas compartidas, incluyendo Information de sus sucesores. Dentro de tales
grupos la comunicacidn es relativamente completa y los juicios profesionales, rela-
tivamente unanimes” (p. 177) (las cursivas son mlas).

La e n s e n a n z a d e l a c ie n c ia y s u c o m u n ic a c i6 n

Aunque senalamos al principio que ahora surgen con mayor claridad discrepan-
cias de opini6n dentro de una misma comunidad cientifica, en especial con res-
pecto a ciertos problemas de su papel en la sociedad — que incluyen las representa­
t io n s que los propios cientificos tienen de la ciencia en general, de su disciplina
en particular, y de su lugar social— , en lo que sin duda Kuhn tenia razon era en
subrayar la importancia de la education de las nuevas generaciones de cientificos,
y que esto es una parte intrinseca del quehacer cientifico. El analisis de la ciencia,
desde la perspectiva de la filosofia, por tanto, no debe quedarse solo en los proce-
sos de investigation, sino que es preciso que atienda tambien a los procesos de
ensenanza en las ciencias.
En la cita anterior Kuhn tambien se refiere al proceso de comunicacion entre
pares, donde los pares son los miembros de la misma comunidad. Ahi, dice Kuhn,
en funcion de la constelacion de elementos compartidos, la comunicacion tienfe po-
cos tropiezos, es casi completa. Pero la comunicacion comienza a tener problemas
cuando se intenta desde una comunidad a otra, precisamente por las diferencias en
los supuestos bajo los cuales trabajan unas comunidades y otras. Y esos problemas
se vuelven mayusculos cuando se trata de la comunicacion p M ic a de la ciencia, es
decir, de la comunicacion entre las comunidades cientificas y el publico no experto.
5 Seguramente 40 afios despues Kuhn no se hubiera atrevido a utilizar el concepto general de
“ hombres” para referirse, como evidentemente lo hace, a seres humanos.
CUATRO DfiCADAS DESPUfiS DE M ESTRUCTURA DE LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS 31

Ocho lustros despues, como ya. sugerimos, el problema de la comunicaci6n


puede ser serio en una comunidad con respecto a ciertos temas como la imagen
que se tiene de la propia disciplina. Pero el problema de la comunicacion publica
de la ciencia es todavia mas agudo. Richard Lewontin, biologo genetista y evolu-
cionista y uno de los mas reconocidos en el mundo, dijo en un articulo publicado
en el New York Review of Books hace pocos anos: “Nadie puede negar mi capacidad
de comprender los problemas cientificos involucrados en la ingenierla genetica de
granos, pero soy incompetente para decidir si Edward Teller o sus opositores entre
los fisicos, tenia la raz6n acerca de las posibilidades de construir un dispositivo de
rayos laser que estaba destinado a ser el centra del sistema de defensa de misiles de la
Guerra de las Galaxias” (n y r b , vol. x l i x , num. 8,9 de mayo de 2002).
Lewontin, al respecto, estaba en la misma situation que todos los ciudadanos
ante practicamente cualquier cuestion cientifica relevante hoy en dia. Y 6ste es uno
de los mayores problemas que enfrenta la ciencia y que tiene que encarar la so­
ciedad que la cultiva. En una sociedad como la nuestra, donde la producci6n y el
consumo del conocimiento cientifico se ha convertido en una de sus principales
empresas, pero donde por otra parte aspiramos a una forma democratica de or­
ganization social y polltica, “,>c6mo puede funcionar el Estado democratico si los
ciudadanos dependen del conocimiento experto disponible solo para una pequena
elite, una elite que en su formation y en sus intereses econ6micos directos re-
presenta solo a un sector muy estrecho de la sociedad?” (Lewontin, op. cit.) Para
ponerlo dramaticamente en palabras de Lewontin: “iPor qu6 la inmigrante salva-
dorena que limpia mi oficina deberla creer que ella” y yo •— el distinguido profe-
sor-investigador de Harvard cuya oficina esta aseando-— tenemos “intereses en co-
mun y una conception del mundo compartida como para que ella confiara en mi
opinion acerca de si deberlan descontarle impuestos de 3u miserable salario por
horas para apoyar el Proyecto Genoma Humano?”
En Mexico y en Latinoamerica no nos libramos del problema por ser socie-
dades pobres y con una desigualdad del reparto de la riqueza de las mas escanda-
losas del mundo. De hecho, podemos plantearnos una pregunta muy parecick:
^Por que el campesino de Oaxaca, o el inmigrante indlgena en la ciudad de Me­
xico, o para el caso, el empresario, o el autor de estas llneas, deberlamos aceptar
que nuestros impuestos, 0 al menos parte de ellos, se destinen al apoyo de la­
boratories de investigation biotecnologica? La pregunta no tiene ninguna in-
lcnci6n de sesgar una respuesta, digamos negativa. Se trata de subrayar que la
pregunta debe ser formulada, y que el campesino, el obrero, el empleado, el em-
32. LA NUEVA RELACK5N ENTRE CIENCIA, TECNOLOGIA Y SOCIEDAD

presario, el cientifico, el academico y la ama de casa merecen -una respuesta clara a


esa pregunta.
Cuando Kuhn publico La estructura de las revoluciones cientificas ya se perfila-
ba esta situaci6n, pues viene dandose desde la segunda Guerra Mundial, pero hoy
es un hecho que salta a la vista: en la actualidad el conocimiento cientifico y sus
aplicaciones afectan toda la vida social, hasta la del campesino en el mas recondito
lugar de la sierra de Oaxaca quien, sin saberlo, cultiva maiz transgenico, un arte-
facto biotecnologico. Incluso las sociedades mas pobres, en sentido estricto, y
pobres en cuanto a la generation de conocimiento cientifico y de tecnologia, como
las latinoamericanas, recibimos los efectos de la ciencia y de la tecnologia que se
produce en el dmbito global, con la desventaja de que por generar muy escaso
conocimiento, cada vez somos mas dependientes economica y culturalmente de
las metr6polis. Este tema lo tratamos en el tercer capitulo.
La investigation y el desarrollo de la ciencia y de la tecnologia ahora requieren
enormes sumas de dinero. En los paises de America Latina, donde el capital de ma-
nera sistematica se ha resistido a invertir productivamente en la generation de
conocimiento y de tecnologias, y donde, por tanto, el peso del impulso a la ciencia
y a la tecnologia recae en el Estado, £como decidir cuanto de los dineros piiblicos,
que finalmente salen de los impuestos ciudadanos, va a apoyar proyectos de in­
vestigation cientifica y tecnol6gica?, icomo decidir, en su caso, en que invertir?,
iquien deberia decidir?, ^el ejecutivo?, ilos cientificos?,' ^cuales cientificos?, <;los
parlamentos, en Mexico el Congreso de la Uni6n?, £bajo que criterios?, £el parla-
mento en consulta con los cientificos? Otra vez, ^con cuales de ellos?, £con todos?,
icon sus representantes?, ^con cuales?, ,;quienes los cientificos eligen de forma di­
recta, como en las academias, o los funcionarios de instituciones que muchas veces
son designados por otros funcionarios ajenos al medio cientifico y academico? Y el
ciudadano de la calle, que finalmente aporta los fondos con su trabajo, ,>no tiene
nada que opinar?.Muchos diran que no, pues no tiene el conocimiento experto
para saber en que se debe investigar, o en que conviene investigar. Pero entonces,
ipodemos aspirar a una sociedad realmente democratica, si al ciudadano se le
limita solo a emitir un voto cada tres o cada seis anos, y despues se le hace callar
sobre todo lo que repercute en su vida?
fiste es uno de los grandes dilemas de las sociedades contemporaneas que as-
piran a ser democraticas: por una parte el Estado y los gobernantes deberfan res­
ponder a la voluntad popular; por otra, la ciencia y la tecnologia han alcanzado
altisimos niveles de complejidad, tanto en la estructura de las comunidades cienti-
CUATRO DfiCADAS DESPUfiS DE LA ESTRUCTURA DE LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS 33

fico-tecnol6gicas 7 en sus formas de proceder 7 de tomar decisiones, como en los


contenidos de los conocimientos, al grado que resultan inaccesibles, 7a no digamos
para el ciudadano de la calle, sino para el resto de los cientificos, quienes tienen
que especializarse cada vez mas tan s61o en una estrecha rama de su disciplina.
Pero debe quedar claro que el objetivo de las comunidades cientificas es gene-
rar un auUntico conocimiento en su campo, un conocimiento objetivo de la reali­
dad que sea resultado de procedimientos rationales. Y esto es lo que al ciudadano
le conviene 7 debe exigir. Thomas Kuhn aTudo mucho a encaminar la investiga­
tion sobre la ciencia en la direction acertada: las comunidades cientificas se carac-
terizan por una constelaci6n de elementos compartidos; entre ellos, los conoci­
mientos previos que acumularon en su campo, pero sobre todo, un conjunto de
valores 7 de intereses comunes dentro de cada especialidad. Pero cada comunidad
cientifica tiende cada vez mas a la especializaci6n. Esto hace que la toma de deci­
siones rationales, que la objetividad 7 el progreso en la ciencia sean mucho mas
complejos de lo que se creia antes, fista es una de las grandes ensenanzas de Kuhn.6

t R a c io n a lid a d , o b je t iv id a d y p r e d ic t ib ilid a d

Thomas Kuhn nunca sostuvo que por el hecho de que la ciencia estuviera impreg-
nada de valores 7 afectada por los intereses de los cientificos, que muchas veces in-
chtyen intereses econ6micos mu7 fuertes •— como ahora es evidente en el campo
de la biotecnologia 7 de la farmacologia— ,7 los resultados de la ciencia no fueran
6 La cuesti&n, como ya sugerimos, es todavia mds compleja a principios de este siglo xxi. Pero por
ahora nos restringimos a destacar algunas de las ideas pioneras de Kuhn. Analizamos estos proble­
mas en la tercera parte de este libro.
7 “En 1986, Richard Davidson, del Colegio de Medicina en Gainesville, de la Universidad de Flori­
da, revis6107 artfculos sobre tratamientos cllnicos y encontr6 que aquellos patrocinados por empre-
sas farmacduticas mostraban una marcada tendencia a reportar resultados favorables muy por encima
dc aquellos que eran independientes. En un estudio de Kri*nsky sobre articulos publicados en 1997
i'll un miliar de revistas cientificas de alto impacto, se document6 que en 34% de una muestra de 789
(irKculos, los autores tenfan conflictos de interns relevantes que en su mayorfa no faeron declarados.
Un febrero de 2000, el New England Journal o f Medicine revelo que, a partir de enero de 1997,19 de los
40 artfculos de revision que public6 sobre terapias farmacol6gicas fueron escritas por cientificos
llgados con la industria, lo cual, apegdndose a las pollticas de esa revista, no debla haberse permitido;
Nin embargo, esos autores se ‘ocultaron’ detras de un vacfo en el reglamento, que dejaba exentos de
runs normas a aquellos cientificos que no recibieran los fondos directamente como individuos, pero
i|uc si era otorgado a sus instituciones” (Karla Peregrina, Boletin electr6nico de la a m c , basaclo en
Ililbrmaci6n de Nature, 28 de marzo de 2002).
34 LA NUEVA RELAClON ENTRE CIENCIA, TECNOLOGIA Y SOCIEDAD

ni rationales ni objetivos. Simplemente mostro que la racionalidad en la ciencia y


la objetividad cientifica se deben a procesos extraordinariamente complejos, tanto
que se requiere de una disciplina particular para hacerlos explicitos y para anali-
zarlos, y esa disciplina es la filosofia de la ciencia.
Kuhn jamas negd la importancia de las predicciones y de la manipulacidn de
fenomenos como un factor epist£micamente importante al tomar decisiones ra­
tionales acerca de aceptar o rechazar hipotesis o teorias cientificas. Lo que mostro
es que el problema resulta mas complejo de lo que muchas veces se cree, incluso
desde el campo de la ciencia.8
Kuhn insisti6 en que la observation en ciencia depende en parte del saber y de
las creencias que previamente se aceptan, y mas en general, del paradigma desde el
cual trabaja el cientifico. En esto siguio ideas de Norwood Russell Hanson. La pre­
diction de fenomenos, para ser evaluada (como exitosa o no), depende de la ob­
servation, y la observation depende del paradigma. Pensemos, por ejemplo, como
sugeria Hanson, en un astr6nomo geocentrista y en uno heliocentrista, quienes
conversan en un atardecer frente a una playa que mira al occidente (Hanson, 1958).
El primero, que cree que la Tierra esta fija y que el Sol gira a su alrededor, pre-
decira que en unas horas “el Sol desaparecera detras del horizonte, y que al dia
siguiente, y al siguiente, y al siguiente, hara lo mismo”. El astronomo heliocentrista
— que cree que la Tierra gira alrededor del sol, el cual esta fijo-— dira que ellos, al
estar en cierto punto de la Tierra, “seran llevados por su movimiento rotatorio
hasta que en unas horas desaparezca el Sol de su campo visual, y eso ocurrira al dia
siguiente y al dia siguiente y todos los dias”.
Las predicciones de ambos seran exitosas desde sus respectivos puntos de vis­
ta. Por eso, no es ese tipo de observation ni ese tipo de prediction la que permitira
dirimir, la disputa entre una conception geocentrista y una heliocentrista. Tampo-
co podrian dirimir la disputa aunque se dieran cuenta de que hablan de entidades
distintas y encontraran un vocabulario comiin, y dijeran por ejemplo: “en unas
horas estara oscuro”. La prediccidn se cumpliria, y ambos estarian de acuerdo, pero
no serviria para decidir quien tenia razon.
Para que ambos astronomos se pusieran de acuerdo en el tipo de predicci6n
que si dirimiria la disputa, y aceptaran de comiin acuerdo la misma description
del fen6meno, se requeririan cambios en el paradigma de al menos uno de ellos.

8Agradezco un comentario del doctor Carlos Bazdresch a una versi6n previa de este trabajo, a
prop6sito del papel de las predicciones en ciencia segun Kuhn, que me permiti6 hacer estas aclara-
ciones.
CUATRO DfiCADAS DESPUfiS DE LA ESTRUCTURA DE LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS 35

fiste es el meollo de la idea de Kuhn. Pero es un hecho que durante ciertos periodos
historicos esos cambios en los paradigmas no ocurren, y la dificultad en la comu-
nicaci6n entre quienes siguen uno y otro paradigma sigue con fuertes tropiezos.
La cuesti6n, pues, no es que Kuhn negara la importancia de las predicciones y
de los encuentros con la realidad para modificar nuestras creencias. Kuhn tarnpo-
co nego jamas que las diferentes disciplinas cientificas ofrecieran conocimiento
genuino de la realidad, gracias al cual es posible intervenir muchas veces en ella,
haciendo predicciones exitosas y manipulando fen6menos. Pero mostr6 que eso
ocurre dentro de procesos muy complejos, en donde cada paradigma condiciona
lo que cuenta como una observation y, mas aun, lo que los miembros de una co­
munidad cientifica aceptan como una observacidn pertinente dentro de un campo
cientifico determinado.

L a C IE N C IA , L A T E C N O L O G IA Y L A P A R T I C IP A C l6 N C IU D A D A N A

,>C6mo podemos, entonces, siquiera empezar a pensar sobre el dilema que las
complejfsimas ciencias y tecnologias actuales plantean a las sociedades democr&ti-
cas? En tiempos recientes se ha insistido en que una primera aproximacion es re-
conocer la necesidad de que el ciudadano y los gobernantes participen en la refle-
xi6n acerca de la naturaleza de la ciencia y de la tecnologia, sobre su importancia y
sus efectos en la sociedad y en la naturaleza.
Esto exige un gran esfuerzo de comunicacion: el ciudadano comrin y los go­
bernantes deben saber mejor que es la ciencia y que es la tecnologia. Pero para
tener una buena comprension de ellas no basta con darles digeridas en capsulas
ulgunas ideas cientificas fundamentales, 0 informarles en terminos accesibles sobre
los nuevos avances. Esto es necesario e importante; por eso es encomiable la labor
tic divulgation de la ciencia, por ejemplo, en los museos de ciencia, en revistas de
difusi6n y en capsulas de radio y television. Pero-se requiere ir mucho mas lejos; es
necesario que el ciudadano comprenda m&s a fondo como se genera y se desarrolla
cl conocimiento cientifico, con sus virtudes y sus riesgos; que sepa que, en efecto,
Ins comunidades cientificas se aglutinan en torno a constelaciones de valores, de
uvencias, de intereses, de tecnicas, de practicas, de metodos de decision, de formas
nit'ionales de discusidn, y que tambien muchas veces se dan confrontaciones irra-
1 Itmales en el seno de esas comunidades, y entre ellas. Todo esto muy bien lo atisb6
Kuhn hace mas de 40 anos.
36 LA NUEVA RELAClON ENTRE CIENGIA, TECNOLOGtAY SOCIEDAD

Tambien es importante que el ciudadano sepa que esas son precisamente las
condiciones que hacen posible la generaci6n del conocimiento cientifico y que, en
terminos generales, las disciplinas cientificas han desarrollado formas confiables
para aceptar o rechazar creencias, las cuales generalmente conducen a predicciones
exitosas y a la posibilidad de intervenir en la naturaleza y en la sociedad. Pero tam-
bien debe reconocerse que en ocasiones esas creencias se transmiten al publico de
forma distorsionada, en especial cuando intervienen intereses econ6micos muy
poderosos, o muchas veces los propios cientificos tienen creencias sesgadas por
esos intereses, como ha ocurrido en los liltimos anos en el debate mundial sobre
los efectos del maiz transgenico en Mexico. Pero mas aiin, necesitamos implemen-
tar lo que se ha llamado “un nuevo contrato social para la ciencia y la tecnologia”
(capltulo n).
Para que sea posible comunicar todo esto al ciudadano de la calle, a los gober-
nantes y legisladores, necesitamos expertos de alto nivel en la ensenanza de las
ciencias, comunicadores y especialistas en la gesti6n cientifica y tecnologica que
tengan una visi6n de la ciencia y de sus relaciones con la sociedad con un s61ido
fundamento en los an&lisis que la filosofia de la ciencia ha desarrollado, sobre todo
en las ultimas decadas.
En suma, a mas de ocho lustros de La estructura de las revoluciones cientificas la
mejor evaluation del trabajo de Thomas Kuhn, y el m&s digno homenaje que pue­
de rendlrsele a un filosofo de su talla, es darnos cuenta de que la ciencia se genera y
se desarrolla mediante interacciones entre diversos contextos: el de la investigaci6n
y la innovation en sentido estricto, donde deben hacerse muy serios analisis episte-
mologicos y metodol6gicos; los contextos de comunicacion — que incluyen la co­
municacion entre pares, la comunicacion entre cientificos de distintas comunida­
des as! como la comunicacion hacia y desde el piiblico amplio— ; y los contextos
de evaluation y gestion, que incluyen la evaluation interna — que hacen los pro­
pios expertos— y la evaluation externa — no s61o la que corresponde a los gestores
y expertos en pollticas cientificas, sino tambien la que corresponde a la sociedad en
sentido amplio— ,9
Dada la complejidad del fendmeno cientifico y tecnol6gico a principios del
siglo xxi, la conclusion que podemos obtener con la ayuda de las ensenanzas de la
filosofia de la ciencia es que la sociedad estd urgida de una enorme cantidad de
cientificos y tecn6logos conscientes de la responsabilidad social de su trabajo y del

5 Esta idea ha sido muy bien recogida y explicada por Javier Echeverrla (1995 y 2002).
CUATRO DfiCADAS DESPUfiS DE LA ESTRUCTURA DE LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS 37

efecto social y cultural de sus productos. Tambien debemos aceptar que 7a no po­
demos darnos el lujo de posponer la formation de profesores de ciencias, de co-
municadores 7 de especialistas en gestidn 7 en pollticas cientificas, al mas alto
nivel, que tengan una sdlida formacidn en el andlisis bdsico de la ciencia 7 de la tec-
nologla, el que ofrece la filosofia de la ciencia. Y aunque en los paises iberoameri-
canos esto serla responsabilidad de toda la sociedad, sin duda exige un compromi-
so especial para las instituciones de investigaci6n cientifica 7 tecnologica y de
educaci6n superior, que tienen la mayor capacidad humana 7 material de investi­
gation 7 de docenciay que ademas se sostienen con dineros publicos.10
En los capitulos que siguen desarrollamos algunas ideas que esperamos sean
utiles para estos prop6sitos. Lo primero que analizamos es la urgencia de llevar a la
practica lo que se ha Uamando “un nuevo contrato social para la ciencia y la tecno­
logia”.

10 En la conferencia presentada en el e c e el 23 de mayo de 2002, basada en una versi6n preliminar


de este texto, el autor concluia de la siguiente manera: “Tambidn creo, opinando con todo respeto y
simplemente como ciudadano, que esta responsabilidad la comparten instituciones educativas y cul-
turales orientadas hacia la difusi6n del conocimiento, como el Fondo de Cultura Economica, que tan
amablemente nos ha invitado. Por ello, me atrevo a terminar con una respetuosa sugerencia, y es que
ademds de reforzar las excelentes colecciones que tiene dedicadas a hacer accesible los contenidos de
los conodmientos cientificos para el gran piiblico — como la de La Ciencia para Todos— , el Fondo
de Cultura Econdmica podrfa impulsar nuevas colecciones,^orientadas a la educaci6n amplia y masi-
va que permita unii m ejor comprensibn por parte del ciudadano, incluyendo a los empresarios y a los
funcionarios del Estado en distintos niveles, de los complejfsimos fendmenos sociales que son hoy la
ciencia y la tecnologia, en todas sus aristas: epistemol6gicas, metodol6gicas, valorativas, 6ticas, eco-
n6micas, jurldicas, sociales y culturales, aprovechando para ello el saber acumulado por la filosofia
il<; la ciencia en las ya cuatro largas dficadas que han transcurrido desde que Thomas Kuhn conmo-
don<5 al mundo con La estructura de las revoluciones cientificas”. En el ano 2003 el Fondo de Cultura
Iicon6mica resolvid crear la colecci6n Ciencia, Tecnologia, Sociedad, cuyos primeros tltulos aparecie-
ron en 2004. M i m is profimdo reconocimiento a esta institucidn cultural, a su directora general,
( !»nsuelo Sdizar, y a Maricarmen Farias por esa sabia decisi6n.

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