John Snow
John Snow
John Snow
sanas y jóvenes. Hizo estudios con animales y encontró la gran toxicidad de este
fármaco, una dosis más de lo necesario es letal, por ello era muy inseguro el uso de
la anestesia.
El fármaco se lo colocaba en un pañuelo y el paciente debía inhalarlo, pero este
método no era conveniente ya que no se podía dosificar de forma exacta, por ese
motivo Snow inventó un vaporizador, en donde se podía medir mejor el fármaco, fue
un rotundo éxito, aplicó anestesia a alrededor de 4000 personas sin provocar la
muerte de ellas.
Investigaciones y el mapa del cólera
A pesar de esos éxitos profesionales, la epidemiología sería la rama que lo hizo más
famoso en la historia de la medicina.
Ante las epidemias de cólera, como no se conocía su etiología, se presentaban en esa
época algunas teorías como la de los contagios, proponiéndose complejas medidas
sanitarias y cuarentenas, y la teoría miasmática, que postulaba que algunas condiciones
atmosféricas, en especial los vientos, transmitían vapores tóxicos emitidos por materia
en descomposición. Esta última tenía orígenes milenarios, anterior a la época
grecorromana, basándose también en que las epidemias eran más comunes en zonas
sucias y malolientes y en que los vapores los enviaban los dioses como un castigo
divino. Snow no aceptó ninguna de estas teorías, en especial la miasmática. Preocupado
por la gran mortandad a consecuencia de esta devastadora enfermedad, decidió estudiar
su comportamiento epidemiológico.
En 1849, propuso una innovadora hipótesis: sostuvo que el cólera se transmitía
mediante la ingestión de una “materia mórbida” que no podía ser vista por el ojo
humano, la que actuaba en los intestinos produciendo diarreas y una severa
deshidratación, características del cólera. Esta iba luego a las alcantarillas y de allí a las
aguas del río Támesis. Después, al beber el agua que procedía del río, que estaba
contaminado, la gente enfermaba y se cerraba el círculo del contagio. Sin embargo, la
teoría de Snow no fue aceptada por la comunidad médica, que persistía en sus creencias
de la teoría miasmática.
John Snow tenía su práctica médica cerca de donde se originó la epidemia que, en 1853,
mató a 700 personas en tan solo una semana en el barrio de Soho. Ante esta situación,
recurrió a un mapa en el cual marcó la ubicación de las residencias de los fallecidos.
Según sus anotaciones, determinó cuál era la zona con mayor número de muertes.
Además, ubicó en el plano los pozos de agua. Así pudo identificar como el pozo crítico
al que estaba en Broad Street, en pleno corazón de la epidemia. Algo que lo ayudó a
realizar esa tarea fue que varias décadas antes, desde 1765, se comenzó con la
numeración de las calles en Londres. También determinó que en esa zona había un taller
con más de 500 trabajadores a los que no les pasó nada porque recibían agua de otro
pozo; lo mismo ocurría con otras personas que trabajaban en una cervecería que tenía su
propio pozo de agua y que además tomaban cerveza. Snow postuló y finalmente
demostró, en 1854, que la causa de la epidemia de cólera en el centro de Londres era el
consumo de aguas contaminadas con materias fecales. Este proceder se recuerda como
uno de los primeros ejemplos del uso del método geográfico para estudiar una epidemia
y como el punto inicial de epidemiología como ciencia. Así, recomendó clausurar la
bomba de agua y logró convencer a las autoridades para que cerraran ese pozo. El cierre
de la bomba se produjo removiéndole la manija. Con esto se logró disminuir los casos
de cólera.
Cabe agregar que –mucho tiempo después– los investigadores descubrieron que el pozo
de agua público colindaba con un desagüe que estaba rajado, por donde pasaba agua de
un lavadero donde había pañales de un niño con cólera.
Comentario
John Snow es considerado como uno de los fundadores de la epidemiología moderna.
Sus trabajos y sugerencias para el cólera en Londres sirvieron de base para cambios en
los sistemas de agua en la ciudad, y fueron ejemplo para muchos otros lugares del
mundo y para mejorar la salud de la población en general. En la pandemia actual de
COVID-19, vemos la importancia que tiene para la vida un medio ambiente de calidad
y, en especial, lo importantes que son las evaluaciones epidemiológicas para detectar los
focos infecciosos.
Sin disponer de los conocimientos microbiológicos y epidemiológicos como los que
existen hoy en día, Snow apeló a sus mejores virtudes –un agudo sentido de
observación, razonamiento lógico y perseverancia– para caracterizar un problema de
salud desafiando a la comunidad médica y a la autoridad sanitaria, pensando únicamente
en el bienestar de la comunidad. Con justa razón John Snow es considerado uno de los
padres o iniciadores de la epidemiología moderna, ejemplo del espíritu que todo médico
e investigador debe poseer.