Los Ultimos Guardianes Del Ocaso

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Los últimos guardianes del ocaso.

(Texto de la Edad Dorada de la saga)

Hola, superviviente.
Un futuro nos aguarda en lo más profundo de las penumbras de la
mismísima destrucción que nosotros mismos hemos creado a base de
nuestra ignorancia a la erudición.
De una tierra en ruinas sin salida aparente de salvación.
Una huida sin fin de un temor caótico de sí mismo, que perturba nuestra
luz debilitada por el egoísmo de aquellos que nos traicionaron en el
olvido.
Que nos persigue hasta el más profundo abismo de nuestra miserable
alma, que nos aguarda en nuestros días, que nos atormenta y nos
atormentará hasta el declive de está miserable tierra que nos protege de
los males que hemos creado.
Donde estamos y estaremos perdidos sin rumbo aparente de salvación.
Buscándolo... Buscando el ayer feliz del mañana olvidado, recordando
lo bueno de antaño y queriendo escapar del silencio de las sombrías
sombras que nos persiguen sin cesar en nuestro rumbo de más letargo
sufrimiento que nos ha tocado cargar…
En el hipotético caso de que la bala perfore las pobres almas de
aquellos que su rumbo ha sido cegado por sus pecados.
Solo una persona los guiará a esa verdad confusa de realidad, esa
persona nos quitará las vendas que nos ciegan de los faros que no
queremos contemplar.
Una verdad que sin más preámbulos será una escapatoria muy
dolorosa, ya que esa verdad nos mostrará los secretos más profundos y
los motivos de nuestra propia destrucción que nos acosa.
Si no lo logran. El jinete les guiará a ver esa luz que pocos desean
contemplar, mientras sus almas son condenadas al mismísimo infierno
en el que proclamaron llamarlo hogar, donde nosotros, ni somos ni
seremos capaces de soportar.
No somos nada, somos polvo en algo demasiado grande, creemos tener
el control. Pero la verdad, perdimos todo su dominio ya hace tiempo
atrás y solo teníamos falsas esperanzas de una salvación, un falso
profeta que nos embaucó y nos llevó a lo que ahora conocemos como
“verdad”...
No somos nada, una sensación insípida nos lo muestra diariamente, las
cosas que no queremos sentir sencillamente las sentimos.
Porque somos así, los que lo saben no lo quieren decir y los que no lo
saben no lo quieren percibir.
Solo tenemos expectativas muy altas a hechos muy dolorosos y
pequeños.
Nos odiamos y nos amamos, nos matamos y nos salvamos, nos caemos
y nos levantamos.
Corremos hacia un túnel sin luz a su final, sin salida aparente, sin faros
que nos muestren las piedras de nuestro mar, ni el más cercano dolor
puede igualarse a lo que nos pasa constantemente.
Solo somos almas perdidas en este valle desolado por la maldad,
nuestras armas desgastadas rozando un suelo de cenizas de una
antigua era que ya no será recordada y avanzando sin fuerzas rodeados
de aliados consumidos por su codicia.
Solo somos motas de polvo en un espacio donde no existe el límite, un
espíritu encadenado por el mismo, un alma llorando ríos de sangre,
mientras agoniza piedad sin fuerzas de hablar en una cueva donde su
voz le fue arrebatada hace tiempo atrás, solo sus últimas motas de luz
que conserva, sus últimas esperanzas lo mantienen con vida y el sin
quererlo….
Venga pequeña luz, no esté triste...
Caminemos y atravesemos las aguas putrefactas de aquellos sin luz y
naveguemos en las cenizas de nuestras propias esperanzas que hace ya
tiempo olvidamos, después de esta guerra que nunca la invitamos a
venir a nuestro hogar y destruyó todo lo único que podíamos amar.
Mientras luchamos contra nuestros mayores temores y miedos.
Mientras caemos en mitad de la batalla.
Aunque nos alcemos buscando una victoria para cesar este sufrimiento,
caeremos y cada vez peor...
A un profundo hoyo de podredumbre. Por no saber a qué luchamos.
Nuestra ropa ensangrentada y nuestra cara magullada con nuestro
corazón hueco de esperanzas que un día se le fue arrebatada.
¡Si ganamos aparecerán más obstáculos que nos superan, más
cadáveres, más flores negras marchitas que consumen lo último que
nos queda de luz, más sangre de inocentes derramada en un suelo
impregnado de suciedad en un olvidado pueblo desolado por su misma
destrucción que tanto les ha llevado a su perdición!

2 -El Escritor / Los últimos guardianes


Esa fe que tanto los cegaba y tanto los mataba sin darse cuenta de la
razón.
Mientras las brisas del ayer y la luz cálida de la esperanza se agotan.
Mientras nos ahogamos y caemos en la más profunda depresión que
nos ahoga sin cesar.
¡Nos alzaremos como siempre hemos hecho en esta aventura!
Aunque eso nos lleve la vida en ello o nuestra propia destrucción de
nuestra debilitada alma y la luz se marchite como la de nuestros
camaradas caídos cuya voz será anhelada.

Por eso somos y seremos… Supervivientes.

Seremos los guardianes de la última luz, con nuestras armas


derribaremos a esos gigantes consumidos.
No caeremos hoy ni mañana, aunque por dentro estamos fragmentados
y destruidos, aunque nuestra memoria sea consumida y borrada hasta
ser mancillada.
Seguiremos sosteniendo nuestra arma y luchando por proteger la luz
que tanto anhelamos recuperar su esplendor.
Derribaremos los muros que nos impiden ver la luz.
Sin dejar a ningún compañero atrás, aunque las aguas estén manchadas
de nuestra sangre y nuestros días dependiendo de un hilo de aquella
vieja llamada Átropos y seguidamente seremos mostrados en esa brújula
misteriosa sin puntero a la salvación.
Nosotros seguiremos ahí, sin perecer, sin darle el gusto de nuestra
derrota, acabaremos con las sombras como un sol amanece en los días
más oscuros, nosotros somos más que ellos con nuestro poder.
Nosotros haremos lo imposible para acabar con las tormentas
desoladoras que arrasan a los pobres rezagados que buscan su luz en
estas tierras de un rey sin fe a sus enseñanzas.
Nuestro poder, nuestra valía supera todas esas malditas sombras que
nos atormentan, acabaremos con cada una de ellas, vengando a los
caídos y salvando a los próximos que llegaran, somos los últimos
guardianes, el último bastión en pie en esta guerra sin cuartel, somos
pocos pero somos los mejores sin saberlo.

3 -El Escritor / Los últimos guardianes


Venga pequeña luz no se apague, no olvide nuestro viaje, nuestras
pisadas, nuestros deseos, nuestro corazón que latía en el antaño por las
bellezas que nos encontrábamos.
Aún estamos vivos, aún estamos aquí.

¿Sí no? ¿Quién lo hará?

Si vivimos para morir, moriremos a lo grande.


Moriremos por ellos a los que les faltan su luz y una cálida bienvenida a
la felicidad que tanto añoraban, alcemos nuestras armas y disfrutemos
los últimos momentos acompañados, hagamos que esos que nos
atormentan sientan terror con nuestra presencia.
Devolvamos la cara de la moneda, llevemos la luz a lugares
inimaginables, donde la oscuridad no tenga escapatoria, demos la
vuelta a la balanza y demostremos lo que somos capaces con nuestras
últimas fuerzas.
Sin más preámbulos, prepárate para el viaje ya que no será nada fácil,
tampoco nunca lo fue ni lo será en lo que nos queda de vida.
No se rinda, ya nos queda poco, poco para llegar, no abandone a
aquellos que se sacrificaron por ti para salvarte, no mancilles su nombre
como hicieron contigo años atrás.
No te duermas aún, sigue luchando, sigue viviendo, sigue amando,
sigue venciendo a las sombras que quieren cegarte de la felicidad.
No se deje consumir en él, no caigas en sus garras.
¡Lucha!
Prosiga con su travesía de eliminar esas sombras corruptas de su
misma destrucción.
¡Completa su misión y objetivo!
Escuche aquel susurro de la primera vez cuando su luz seguía en pie.

Vuelva a ser un superviviente.

4 -El Escritor / Los últimos guardianes

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