Psicologia y Educacion

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Psicologia y educacion

Teoria de Psicoanálisis: Arguello candela


En función del material trabajado, disponible en el aula y el recolectado mediante
investigación personal:

Destacar en un resumen los aportes fundamentales del PSICOANALISIS A LA


EDUCACION, por ejemplo en cuanto al:

● aprendizaje.
● a la relación entre el educador y el aprendiz.
● a la función educativa del docente.
● a la actividad del aprendiz-alumno en el contexto educativo
● otros.

La educación es un proceso de construcción humana y de transformación integral y de una


persona o de un sujeto, más específica, que la educación es un proceso por el cual el
sujeto deviene en sujeto social. la sociología, la filosofía o la antropología entre otros
sustentos, pero en este proceso también participan variables psicológicas y que son las que
permiten que el sujeto pueda llegar a ser un sujeto autónomo, que pueda conocer e
interactuar con y en la realidad.
la psicología explica cómo la persona constituye su subjetividad, el desarrollo de su mundo
interno, como este se modifica, como adquiere su identidad y como utiliza sus
potencialidades, nos explica también la forma que vincula el conocimiento y la modalidad de
conocimiento que predomina en su funcionamiento psíquico, que hace con lo que sabe y
también con lo que no sabe, cómo se vincula con las demás personas en su vida social, con
los grupos y con las instituciones en las que participan. la psicológica y otras ciencias,
también tiene su propia historia, sus momentos de grandes avances, pero también de
profundas crisis, de reflexión, de rupturas y nuevos planteamientos y por cierto que sus
historias se sitúan en contextos socio históricos determinados. el proceso educativo se está
formando como docentes son imprescindibles estos conocimientos, de ahí la importancia
que adquiere sus estudios en las carreras de formación docente.
El psicoanálisis es una disciplina fundada por freud y tiene tres niveles
A. Es un método de investigación que consiste esencialmente en evidenciar la
significación inconsistente de las palabras, actos, producciones imaginarias (sueños,
fantasías, delirios) de un individuo.
B. Es un método terapéutico basado en esta investigación y caracterizado por la
interpretación controlada de la resistencia, de la transferencia y del deseo.
C. Un conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas en las que se sistematizan
los datos aportados por el método psicoanalítico de investigación y de tratamiento.
los aportes de esta teoría para la formación docente exige pensar que las representación
inconsciente tiene dos componentes: uno afectivo y el otro representativo indispensable
para el desarrollo de la inteligencia y la posibilidad del aprendizaje, la vida representacional
del niño se va organizando a través de excesivas vivencias y experiencias, estas ideas nos
hacen pensar y reflexionar acerca de lo importante que es para los docentes aprender a
observar las capacidades que tienen los niños de atender estímulos necesarios y dejar de
lado innecesarios y también los adolescentes.
Para la transmisión de la información se necesita la presencia de un tercero que actúa como
mediador entre el sujeto y el saber, se conoce “vínculo educativo” un lazo entre el maestro
y el alumno.
El vínculo educativo hace referencia al docente (agente) , al alumno y al saber. El saber en
juego es lo que define normalmente al vínculo educativo, porque cuando se aplasta la
dimensión del saber, el vínculo educativo se reduce a una supuesta relación yo-tú centrada
imaginariamente, y generadora de tensiones, el vínculo educativo pertenece al orden de lo
particular, pues con cada sujeto se produce un vínculo nuevo que incluye sus
transformaciones, el educador encarna una oferta que en general se toma como si fuera
solamente de contenidos concretos, pero la verdadera oferta es la de un marco que
incluyen un vacío como lugar necesario para permitir alojar las particularidad del sujeto y así
darle la posibilidad de “hacer” con los contenidos culturales.
El vínculo educativo es el deseo del educador, que da un tiempo, que atiende a la
particularidad del sujeto y no la borra con ofertas preestablecidas, a modo de respuesta
estándar. el punto de vista psicoanalítico, el deseo es estructurante y es lo que vincula al
niño con la madre, Para que un sujeto se constituya como tal tiene que poder acceder a su
propio deseo, que emerge de una falta, de una ausencia, de un vacío estructural que queda
a partir de la pérdida del objeto primordial, de la separación con la madre.
siendo por ejemplo, el saber cultural y escolar la elección de carrera, o la profesión, objetos
sustitutos (de aquel primer objeto) hacia los cuales el deseo se dirige. El deseo está ligado a
la pulsión de vida, estructura la mayor parte de nuestras acciones, sitúa al sujeto como un
sujeto vivo que busca su objeto. En relación con la función docente, un enseñante, si
alcanza el éxito de su función, puede transmitir no sólo un cúmulo de datos e informaciones,
sino simplemente un deseo, el deseo de saber. Si el enseñante está identificado con el
depositario de un saber absoluto, completo, obtura la falta e impide al alumno hacerse una
pregunta que genere la curiosidad y el deseo de saber. “motivación”, aquello de incitar a los
docentes a preocuparse por motivar al alumno, omite lo principal: que el docente mismo
esté interesado por el contenido de lo que enseña. La función del docente es causar el
interés del alumno, pero el primero que tiene que estar interesado, motivado, causado, es el
propio agente de la educación. Si hablamos del deseo de educar podría decirse que es lo
opuesto a la homogeneización, es la atención a la particularidad de cada sujeto, a los
avatares de su hacer con la oferta educativa: cómo la toma, la recrea, la transforma, la
rechaza.
. Al docente se lo percibe como alguien poderoso, poseedor del saber, “sujeto supuesto a
saber”, causa y efecto de la transferencia, pero lo importante es poder “transformar estas
relaciones de violencia entre los deseos que se encuentran o se oponen en una relación de
trabajo que consista en ayudar al otro. Es decir, tomar conciencia de la asimetría y
administrar, manejarla. No dar desarrollo al narcisismo del poder por parte del docente.
Lacan decía que la relación padres-hijos es “circular, pero no recíproca".
Para el docente, el hecho de entrar en un juego de espejos con el alumno; ceder al impulso
de enfrentarse con él de igual a igual, significa salirse de su papel, no asumir sus
responsabilidades. La relación enseñante-enseñado favorece las implicaciones imaginarias,
tanto más aún cuando el enseñante ignora la naturaleza y las consecuencias de la
transferencia de que es objeto, a la que concede demasiada realidad.
a. La palabra en sí misma tiene efectos transferenciales, y en el marco de la escuela circula
fundamentalmente de arriba hacia abajo, del maestro al alumno, pero hay también una
relación con el saber. Este saber está lejos de parecerse al del análisis, no es un saber
sobre la naturaleza humana, sino un saber universal, exterior al sujeto, transmitido por sus
maestros y que él ha de transmitir a su vez. Esta transmisión le es impuesta por instancias
superiores, la sociedad, el Estado. El mismo docente debe ocupar una posición de
autoridad para imponer al alumno la adquisición de ese saber. Esta situación de
dominación, de asimetría, determina la naturaleza de la transferencia en el vínculo
educativo. La transferencia se dirige a un rasgo del educador, sea propio o construido, que
para el sujeto es el signo de un deseo. Y eso tiene función de causa, causa que lleva a
trabajar. Si no hay un mínimo de autoridad epistémica no se puede activar el vínculo
educativo. Cuando esa autoridad se hace reconocer se introduce el respeto y el límite,
versión moderna de la disciplina.
Blanchard Laville (1996) se refiere a este aspecto de la relación como “el retorno a la
infancia”, en el sentido de que la profesión de maestro de escuela puede significar en
algunos casos una especie de retorno a la infancia, una especie de búsqueda que en el
encuentro con la infancia de los otros los confronta con su propia infancia. El docente está
en una relación directa con niños, adolescentes, directamente expuesto podría decirse, a la
infancia. Esta situación de exposición en el doble sentido de la palabra (estar delante y
correr un riesgo), reactiva en él al niño que fue, su infancia, lo que vivió, reprimió, sus
relaciones infantiles con la autoridad y, así, se ve enfrentado a los recuerdos de su pasado
como alumno. Todo adulto situado frente a un niño no hace nada más que enfrentarse con
su infancia reprimida. Una educación se vuelve posible, en la medida en que el adulto
despliega la diferencia que media entre el niño que fue alguna vez para los otros y ese otro
niño real frente al cual debe sostener una palabra educadora. El adulto debe interrogarse
sobre aquello que el niño representa para él inconscientemente, es decir sobre su propia
historia.
La institución escolar funciona de esta manera. Su actividad normal es el resultado de su
normatividad positiva. Los sujetos que la integran (individuales o colectivos) suponen que
tienen un saber, sobre sí mismos y sobre su propia práctica. Suponen también un saber
sobre su quehacer en relación con el de toda institución (los objetivos de la escuela, sus
funciones, etcétera).
Desde este lugar de desconocimiento, o de conocimiento a medias, la escuela desde sus
distintos sujetos detecta la presencia de problemas que exigen la intervención de
especialistas para que, desde sus propia disciplina aporten soluciones. Pero los problemas
detectados han sido recortados por la mirada normativa, racionalista y cientificista de la
escuela, y así son presentados ante los especialistas de quienes seguro se espera
comprensión, habilidad, profesionalismo, y complacencia. la institución escolar ha venido
solicitando la intervención de las llamadas "ciencias de la educación" con ello vemos colmo
se abstrae al proceso educativo de su soporte institucional (la escuela) ya que las
solicitudes que se formulan para con estas cien#cias auxiliares casi siempre se hacen con
el propósito de construir una teoría educativa (Pedagogia) o al menos establecer un objeto
donde convergen diferentes disciplinas (complementariedad disciplinaria),
ciencias auxiliares" podemos incluir a la psicología (asumiendo su polisemia, pluri
referencialidad, imprecisión, indefinición, etcétera) y con ella al psicoanálisis, estableciendo
entre ambas la proximidad y/o la distancia necesaria según sean los requerimientos de las
distintas posiciones teóricas y el momento histórico de estas disciplinas.
entre psicoanalistas y educadores relaciones singulares. Desde un principio nos
encontramos con un Freud que está librando intensas y distintas luchas en varios frentes
Las posiciones cientificistas y médico-psiquiátricas pesan más que las de pediatras y
educadores. Sabemos que está en juego la lucha por el poder de las instituciones, en tanto
que la lucha por la verdad, como siempre, ocupa un lugar secundario. El mismo Freud en su
propio quehacer teórico piensa diferente a la manera que él cree que lo hace. Está
impregnado del dogmatismo de la ciencia de la época. las diversas relaciones entre el
psicoanálisis y la educación podemos apoyarnos en el interesante recorrido cronológico J.C.
Filloux "Psicoanálisis y Educación" en 1987 El primero sobre pedagogía que incorpora
ideas del psicoanálisis y solicita la adhesión de la teoría psicoanalítica al quehacer de la
pedagogía. Freud responde afirmativamente y así se inicia una sólida interlocución de la
que hay testimonio epistolar durante los siguientes treinta años. La pedagogía convoca al
psicoanálisis a una conjunción que intenta instaurar nuevos campos. El resultado sería una
suerte de psicopedagogia psicoanalisis. En el nivel de los problemas empíricos, la escuela
(a través de sus educadores directos e indirectos) solicita la práctica especializada que
genere soluciones a los conflictos que irrumpen e interrumpen el funcionamiento cotidiano y
normativizado de la institución. nos encontramos con una oferta de saberes y quehaceres,
la cual, se propone de tal forma que desvirtúa u oculta.
El psicoanálisis ha sido demandado, se le pide que hable para la educación, y habla desde
sí mismo para los educadores. Freud se dirige a los educadores en su propio lenguaje, y les
informa sobre el desarrollo infantil desde su perspectiva del psicoanálisis (psicología del Yo).
Intenta con ello informar a los maestros, hacer que entiendan la sexualidad infantil a fin de
comprender a sus educandos. a ello el alumno quiere seguir los pasos de su profesor y
existe cierta transferencia, le transfiere los sentimientos y también los inconscientes, es
decir que el alumno ve al profesor como un yo ideal, y también en la parte educativa se
encuentra el ello lo que es el placer del alumno muchas veces tiene sus compañeros,
amigos y es donde el alumno tiende por decir de comentar lo que no comenta en casa,
comenta cómo se siente, comenta lo que está viviendo. y algunas ocasiones ve al maestro
como un sujeto.
El psicoanálisis heredó a las ciencias comprensivas: la escucha activa, la atención flotante,
el silencio como catalizador del análisis, la importancia de la palabra y su interpretación;
además permitió reconocer que los procesos inconscientes están todo el tiempo en la
actividad humana. El modelo, sugiere Freud, el ámbito de la educación o la investigación no
son la excepción; en ella(s) se condensan y desplazan transferencias, se entraman vínculos
y afectos que, en aras de sentido, se entretejen en la realización de la socialmente aceptada
actividad científica.
Una mirada psicoanalítica en la educación conmina a la vivencia de un estilo, a una
concepción del mundo y a una ética que permea los vínculos establecidos con los otros.
Instala a los educadores como pretexto y soporte de la pregunta del estudiante que lo
conminaba a explorar su mundo, No está en la función educativa el juzgamiento de las
prácticas, la enseñanza de los deberes. Sí, según Lacan, el que analiza ocupa el lugar del
muerto, el educador ocupa un lugar semejante. Su silencio es un silencio activo, porque
deja hablar, deja escuchar la diferencia que se construye en las palabras, haciendo
aparecer, en un movimiento paradójico, la identidad advenida en un tiempo subjetivo y bajo
unas condiciones sociohistóricas.

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