Desarrollo Del Lenguaje
Desarrollo Del Lenguaje
Desarrollo Del Lenguaje
lcanza
Únete, para juntos ALCANZAr una educación de
calidad para todos los niños y niñas de Puerto Rico.
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del desarrollo del lenguaje, estrategias apropiadas para estimular el lenguaje y la impor-
tancia de atender la diversidad, particularmente por medio del uso del lenguaje de señas.
Durante el primer día, se ofrecieron conferencias dirigidas a cubrir los fundamentos teó-
ricos sobre la importancia del desarrollo del lenguaje en la niñez temprana. Los siguientes
cuatro días, los talleres se centraron en demostrar estrategias de enseñanza dirigidas a
promover las cuatro habilidades básicas del aprendizaje del lenguaje anteriormente men-
cionadas; además, se integraron los siguientes temas: la importancia del aprendizaje del
lenguaje de señas en la niñez y el rol de los educadores y la familia en el desarrollo del len-
guaje. En el sexto día, las participantes tuvieron la oportunidad de presentar sus proyectos
de cambio, planificados durante toda la jornada. Mediante esta última actividad, evidencia-
ron la forma en que fueron implementando lo aprendido en sus centros de trabajo: los cam-
bios realizados en sus prácticas educativas y la manera en que estructuraron estas nuevas
ideas para crear en los centros un ambiente lingüísticamente enriquecido e inclusivo.
En este manual, se recogen cuatro escritos, producidos por las profesoras a cargo de los
talleres. Con ellos, se pretende expandir algunos de los temas abordados en las jornadas.
Para comenzar, la Dra. Wanda Figueroa presenta el tema El lenguaje de la resiliencia: Siente,
enfrenta, fortalece y aprende a amarte, en el que discute cómo las experiencias, positivas
y negativas, son producto de la calidad de las relaciones que el niño tiene con los demás.
En este trabajo, explica la manera en que las emociones ayudan a dar sentido al lenguaje.
Además, nos invita a reflexionar sobre la importancia de entender que los niños necesitan
sentir, escuchar y reconocer que son amados, valorados y respetados por los adultos. Por
último, ofrece ejemplos de cómo los educadores podemos utilizar el lenguaje y la lectura
para fortalecer el sentido de ser, las emociones y los valores en la niñez temprana.
El siguiente artículo es una colaboración de las doctoras María Agrinsoni y Germie Corujo.
Titulado Sobre escuchar, hablar, leer y escribir y otras cosas importantes para vivir el lenguaje con los
infantes, maternales y preescolares, este es un ensayo que define lo que es el lenguaje y presenta
la forma en que los niños lo aprenden, enfatizando la importancia de que los educadores sean
responsables y estructuren ambientes lingüísticamente enriquecidos para estimular su desa-
rrollo. Luego, ofrecen una serie de pautas y sugerencias dirigidas a promover el escuchar y
hablar, leer y escribir en la niñez. Enfatizan, asimismo, el rol del adulto y el educador en este
proceso de aprendizaje, que es capaz de estimular y valorar el desarrollo.
En el tercer artículo, Las prácticas apropiadas para fomentar el desarrollo del lenguaje en la
niñez temprana, la Dra. Annette López de Méndez habla sobre la importancia del adulto
como instrumento fundamental para fomentar el desarrollo del lenguaje. En este, provee
un resumen de las prácticas apropiadas relacionadas con dicho tema. En su visión, el desa-
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rrollo del lenguaje es un proceso continuo, del cual el adulto debe ser siempre consciente,
para que pueda proveerles a los niños actividades de acuerdo a su nivel de desarrollo. Así,
nos aclara que el ser humano comienza a aprender el lenguaje desde el momento en que
nace y que apoderarse de él es un proceso que nunca termina. El trabajo es una invita-
ción a pensar sobre cómo los adultos podemos estimular el desarrollo del lenguaje en las
primeras etapas de la niñez, de manera que siente las bases para el éxito una vez el niño
comience la escuela y luego para toda la vida.
Esperamos que estos ensayos sirvan de motivación a los lectores en sus deseos de ser
mejores educadores y facilitadores del desarrollo del lenguaje en nuestros niños y niñas.
La adquisición del lenguaje comienza desde que se nace. Para algunos, es inherente al ser
humano, resultado de elementos que responden a la herencia genética y otros procesos
biológicos. Sin embargo, para poder desarrollar el lenguaje, es necesario proveer a la niñez
una serie de experiencias y vivencias sociales que estimulen ese potencial que tenemos
hacia el lenguaje. De ahí, la importancia de que los adultos les hablen a los niños y niñas en
todo momento, con amor y cariño; esto propiciará, en ellos, el interés por las palabras y
fortalecerá la comunicación. Hay que entender que el lenguaje y la inteligencia están ínti-
mamente ligados, y que la escuela es un espacio que privilegia al primero; es así que, para
ser exitosos académicamente, los niños y las niñas deben dominar el lenguaje y tener una
predisposición hacia su aprendizaje. Esto se convertirá en la llave para abrir las puertas al
conocimiento de las diferentes disciplinas. Por esto, invitamos a los educadores de niñez
temprana a utilizar el lenguaje como una herramienta esencial para facilitar la comunica-
ción y sentar las bases para futuros aprendizajes.
Ahora más que nunca, el esfuerzo de la Iniciativa Preescolar es crucial para nutrir la semilla
de la esperanza en los niños, los jóvenes, las familias, los educadores y todos los ciudada-
nos que, frente a la problemática que confronta el país, se levantan cada mañana y dicen:
“Juntos podemos hacer un Puerto Rico mejor”.
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El lenguaje de la resiliencia: Siente, enfrenta,
fortalece y aprende a amarte
Wanda I. Figueroa Fuentes, Ph.D.
Introducción
A lo largo de la vida, el ser humano está expuesto a una gran variedad de experiencias,
unas positivas y otras negativas. Cada una de ellas aporta al desarrollo de conexiones en
el cerebro que van formando rutas para crecer. En edad temprana, estas rutas se
nutren de la calidad de las relaciones que el niño1 tenga con otros. Por lo tanto, el efecto
de tales experiencias representa una guía o punto de partida para pensar, proceder y sentir
de cierta manera. En la medida en que la familia (los cuidadores primarios) y otros adultos a
cargo del niño establezcan relaciones positivas y significativas, se fortalecerá la capacidad
de este para entender, adaptarse y manejar sus emociones ante situaciones difíciles.
Diversas investigaciones han identificado que, desde el periodo prenatal, las experiencias
y elementos a los que se expone el feto pueden ejercer efectos positivos o negativos en
su desarrollo (Feldman, 2017). Cuando la madre tiene una nutrición adecuada, realiza visi-
tas regulares a su médico, goza de oportunidad para descansar y bajos niveles de estrés,
dispone de una red de recursos y cuenta con el apoyo de otros a través de relaciones
positivas, esto ejerce un efecto positivo en el bebé por nacer. Podríamos decir que, desde
entonces, comienza a establecer las bases de un sentido de bienestar interno.
Durante el embarazo, la madre establece lazos afectivos que generan una comunicación
muy especial con su bebé. Cuando este nace, reconoce el latido del corazón de su mamá,
el cual le imparte un efecto de calma y seguridad. Además, reconoce la voz de mamá, así
como también las canciones y relatos que escuchaba desde el útero. Estas experiencias
causan una sensación de bienestar que, poco a poco, va aportando a la construcción de
capacidades y actitudes para reconocer su potencial como ser humano y superar futuros
obstáculos. Estos son los inicios del desarrollo de la resiliencia.
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fortalecidas o descartadas por la calidad de las relaciones y las experiencias a las que este
se expone en su entorno. Por lo tanto, las condiciones que tiene disponible el individuo
para retomar su desarrollo (Cyrulnik, 2014) después de haber pasado experiencias
altamente negativas determinan su resiliencia.
Cuando el niño cuenta con adultos que le demuestran apoyo incondicional y le proveen
seguridad en su cuidado, respeto y amor, esto representa el contexto necesario para reto-
mar su desarrollo. Esto es, el niño tiene y reconoce recursos de apoyo (la familia, la escuela,
personas significativas) que promueven y fortalecen sus iniciativas, considerando cada paso
en su desarrollo como un eje importante para su desarrollo integral. A continuación, se
presentarán ideas y conceptos que entrelazan cómo el lenguaje y la comunicación aportan,
de manera significativa, al proceso de retomar el desarrollo y fortalecen así la resiliencia en
la niñez. Se invita al lector a considerar, de forma introspectiva, cómo los vínculos que ha
desarrollado y los que puede crear hacia los niños y sus familias aportan a la construcción
y validación de aspectos que promueven la resiliencia.
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Las experiencias vividas desde prácticamente el periodo prenatal hasta que morimos for-
man y nutren nuestros pensamientos. Estas proveen lecciones únicas sobre la capacidad
que entendemos que poseemos para enfrentar y superar situaciones difíciles y vivir en
armonía. Resulta necesario desarrollar estrategias que aporten a ese encuentro interno
para que el niño identifique y adquiera formas positivas de enfrentar tales experiencias.
Asimismo, es igualmente importante que los adultos cercanos examinen sus propios pro-
cesos de encuentro interno para así establecer un balance entre lo que desea y puede
lograr en la vida.
1. Enfocar
Para que la sincronía interior sea efectiva, se requiere establecer un foco o meta a la
que aspiramos alcanzar. Por ejemplo, Shores (2017) expone que, cuando nos preguntamos,
¿qué queremos alcanzar en la vida, en nuestro trabajo, en las relaciones, en nuestra familia?,
enfocamos la mente en un objetivo, y este va creciendo. Es decir, cuando mantenemos
nuestro pensamiento centrado en esa meta, esto sirve de brújula para determinar las
decisiones y acciones que tomamos. Así, hay una mayor posibilidad de lograrlo.
Es necesario mantener una actitud positiva hacia lo que nos proponemos enfocar.
Por lo tanto, tener una visión de lo que queremos alcanzar es más primordial que dónde
estamos en cualquier momento. La trayectoria es importante, pero no tendría sentido
sin una meta establecida, un convencimiento de que podemos alcanzar lo propuesto. En
ocasiones, nuestro enfoque puede desviarse hacia tendencias negativas. Por ello, enfo-
carnos en el resultado final ayuda a mantener latente los sueños y la esperanza,
disminuyendo o eliminando así las tendencias negativas.
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Enfoques positivos y negativos
Un ejemplo de un enfoque positivo es cuando deseas hacer un viaje en tus vacaciones de
verano. De momento, te percatas de que, en la prensa local o en la Internet, hay muchas
ofertas de viajes; o escuchas en la radio una oferta que te gusta, o a compañeros y amis-
tades que comparten sus planes de viaje, lo cual te da otras ideas.
Un ejemplo de un enfoque negativo y cómo el sistema reticular parea ese enfoque con los
eventos del día sería: cuando te levantas y te percatas de que el reloj no se activó y vas tarde
al trabajo. Entonces, el café se te derrama en toda la cocina, el auto no tiene suficiente
gasolina y esperas que al menos te de para llegar a donde vas. Luego, te molestas con el
que te cruzó al frente en la autopista. Finalmente, llegas al trabajo y sientes agobio porque
no encuentras los materiales para comenzar tu trabajo con los niños.
Este concepto de que lo que enfoquemos en la vida irá creciendo a través del tiempo es
sumamente importante cuando consideramos el rol del educador con la niñez temprana.
Nos invita a reflexionar, como educadores, cuál es nuestro enfoque con los niños y las familias con
las que trabajamos. Nos ayuda a entender cómo, dependiendo de las experiencias tempra-
nas que ha tenido el niño, ya sean positivas o traumáticas, será su marco de referencia y,
por lo tanto, su enfoque. Es vital escuchar con detenimiento las palabras y acciones de los
niños porque revelan cuáles son sus pensamientos internos, hacia lo que están enfocados.
Es sumamente importante apoyar a la niñez y su familia a considerar un enfoque positivo
en sus vidas.
Igual reflexión merece considerarse desde el punto de vista del educador. ¿Qué experien-
cias en tu vida utilizas mayormente como marco de referencia para enfocar tu manera de
proceder como educador?
Aplicando conceptos
• El enfoque se convierte en una “historia compartida”. Comparte con colegas, ami-
gos, con los niños en tu salón, algún evento donde enfoques en comunicar oral-
mente o por escrito lo positivo de esa experiencia o suceso. Invita a los niños a
expresar algún suceso vivido, enfocándose en el aspecto positivo del mismo.
• Piensa de qué manera puedes apoyar al niño a enfocarse en una meta. Pregúntale: ¿Qué
deseas hacer? ¿Qué necesitas para realizarlo? ¿Necesitas la ayuda de alguna persona?
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2. La autoestima en función de mi relación con otros
El proceso de desarrollar una autoestima positiva incide en la calidad de las relaciones que
establecemos con otros. Cuando la autoestima del niño está fortalecida, este demuestra
seguridad en iniciar y sostener relaciones positivas con otros que, a su vez, fortalezcan su
sentido de pertenencia, felicidad y gratitud.
La gratitud y ser agradecido es un valor que nos ayuda a comunicar y enfocar nuestra
vida en los aspectos positivos que nos rodean. La palabra tiene su origen en el latín grati-
tudo, formada con su raíz gratus (‘agradable’), junto al sufijo “-tudo”, que recoge el valor
“de calidad” (significados.com, 2019). La gratitud es, pues, la acción de agradecer a una
persona, o a la vida, por lo obtenido o por el beneficio percibido, y que no necesariamente
implica algo material.
Gratitud
Un ejemplo de gratitud a la vida puede ser:
Estoy agradecida por la oportunidad de ver colo-
res hermosos en el amanecer al despertar en la
mañana; porque puedo sentarme tranquilamente
en la mañana a pensar mientras tomo una taza de
café; por la oportunidad de tener un trabajo que
disfruto y me reta.
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En los trabajos de investigación con cristales formados por gotas de agua, Emoto (s.f.)
encontró que el agua reacciona al tratamiento (vibraciones) que recibe y de alguna manera
almacena esta información. El agua expuesta a la vibración que emana de la música clásica
generó cristales hermosos. Para este experimento, colocaron agua en varios recipientes,
cada uno de los cuales tenía escrito una palabra que representara un mensaje positivo,
como la gratitud, las gracias, la felicidad, el alma, la belleza y la paz. Al examinar el agua a tra-
vés de un microscopio, los investigadores encontraron que formaron cristales hermosos.
Una gran diferencia se observó en los envases que estuvieron expuestos a palabras con
mensajes negativos, como mala suerte, demonio, imbécil. Asimismo, encontraron cómo el
agua responde a los efectos de la radiación, y los resultados fueron sorprendentes. Para
ello, unieron un vaso de agua a un teléfono celular. Al examinar los cristales formados por
esa agua, encontraron una deformación enorme. Luego realizaron el experimento nueva-
mente, pero esta vez colocaron un papel con las palabras “amor” y “gratitud” alrededor del
mismo vaso. Al examinar el agua, esta formó en el borde un diseño de cristales hermosos,
aunque no muy definidos, pero con un centro deforme. Emoto y sus colegas concluyeron
que hay esperanza, que con amor y gratitud podemos mejorar todo. Si el cuerpo humano
está constituido por un 70% de agua, ¡imagínate el impacto de bienestar interno cuando decimos
y enviamos mensajes positivos a los niños, las familias y a nosotros mismos!
Similar a los cristales formados por el agua expuesta a mensajes positivos y negativos, lo
que creemos acerca de nosotros y lo que los niños creen de sí mismos están influenciados
por los mensajes que recibimos y las relaciones que formamos con los demás. Imagina
qué puede pensar un niño que, antes de su nacimiento y durante su desarrollo, recibe
mensajes positivos de sus familiares y cuidadores: es un niño que crece con seguridad y
confianza en que puede lograr todo lo que se proponga; es un niño que está motivado a
intentar experiencias nuevas y a repetir sus intentos hasta lograr lo que desea. También
imagina la capacidad de transformar la vida de un niño al proveerle amor, cuidado, dedica-
ción incondicional y mensajes positivos. Los niños, al igual que los adultos, necesitan escuchar
palabras que nutran su cuerpo y su alma. Las palabras deben expresarse de forma sincera
para que se acomoden en el pensamiento y corazón de cada niño. Frases como: “¡Te
quiero tanto!”, “¡Eres hermoso!”, “¡Tu sonrisa hace que tu cara brille!”, son tesoros que
permanecen en nuestra mente y ayudan a validar nuestra relación con otros, así como el
valor y la capacidad personal.
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Aplicando conceptos
• Cada mañana, piensa: ¿de qué estás agradecido hoy?
• Conversa con los niños de tu salón sobre el concepto gratitud. Ofrece ejemplos
e invita a los niños a pensar de qué están agradecidos. Sería hermoso establecer
como práctica diaria, al principio del día, expresar su agradecimiento a alguien, al
entorno natural / físico / emocional, o por un evento sucedido.
• Motiva a los niños a escribir notas o tarjetas de cariño, amor y agradecimiento
para sus familias y pares.
• Motiva a los padres a grabar un mensaje de amor para sus hijos. Luego, como parte
de una actividad, los niños verán los videos que sus padres o encargados les regalan.
3. Tomar acción
Cómo nos sentimos acerca de lo que nos sucede en la vida genera una acción.
Es importante promover en la niñez su capacidad para tomar acción sobre el enfoque que
haya decidido seguir, así como afianzar su confianza de que tiene la capacidad para lograrlo.
Para esto, es necesario vivir y tomar decisiones considerando el hoy y descartando las vie-
jas actitudes o formas de pensar acerca de uno mismo, que bloqueen adelantar las metas
propuestas. Existen algunas creencias o formas negativas de pensar que pueden manifes-
tarse como barreras en este proceso. Estas incluyen las actitudes o creencias acerca de la
salud (“No juegues con agua porque te enfermas.”), las relaciones (“Las personas de cierta
clase social son peligrosas.”), educación (“Eso no es importante para crecer.”), finanzas
(“Todo tiene un precio.”), expectativas sociales y culturales (“Los niños no juegan así.”).
De igual forma, cuando un niño expresa que no puede hacer algo —probablemente por
experiencias negativas que ha tenido en el pasado— es necesario comunicarle con gestos
y palabras que fortalezcan su autoestima y seguridad, que posee la capacidad para reali-
zarlo. Es ayudarlo a cambiar sus “viejos libretos negativos” por libretos de esperanza
y confianza en sí mismo.
Es necesario “recoger maletas”, decidir lo que quieres y emprender ese camino con seguri-
dad y determinación. Como educador de la niñez temprana, es importante validar, a través
de las palabras y el lenguaje corporal, que hay opciones en
la vida, que la aportación de cada niño como ser único es
necesaria y valorada. Los adultos necesitamos reescribir nues-
tro “boleto de viaje en la vida” para poder acompañar y sostener,
de ser necesario, a la niñez con la que compartimos día a día.
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Aplicando conceptos
• Escribe una lista de 50 características que te gustan de ti.
• Invita a los niños a que dialoguen sobre qué les gusta de ellos mismos. Diseña plan-
tillas para utilizarlas de marcadores de libro. Invita a los niños a que las recorten
y decoren a su gusto. Escribe en el marcador de libro al menos una característica
que el niño escoja como descripción de sus cualidades o fortalezas.
• Invita a cada familia a que escriba una lista de 10 a 20 características, aptitudes o
destrezas que le gusta de su niño. Prepara una actividad mediante la cual las fami-
lias tengan la oportunidad de leerle a su niño dicha lista.
• Comparte con las familias la lista de mensajes sobre características positivas, ¡Qué
me gusta de mi! (al final de este capítulo). Exhórtales a identificar con cuáles carac-
terísticas se identifican y que añadan otras hasta completar 50. Esta puede ser una
buena dinámica para utilizar en una reunión con las familias y destacar la impor-
tancia de reconocer en uno mismo y en sus niños que tienen cualidades positivas
y lo necesario que es comunicarlo.
• Piensa en 10 palabras hermosas. Escríbelas y colócalas en una caja. Durante el mo-
mento del cerco mañanero, invita a los niños a meter la mano en la caja y escoger
dos palabras cada día. Motívalos a usar esas palabras con sus pares y familiares.
“No tenemos que pensar que nuestro amor debe ser extraordinario. Mas sí necesitamos
amar sin cansarnos. ¿Cómo es que una lámpara alumbra? Porque recibe continuamente
pequeñas gotas de aceite. Esas gotas son las cosas pequeñas en nuestro día a día: la
esperanza, pequeñas palabras de bondad, pensar en el otro, nuestra manera de estar en
silencio, de mirar, de hablar y de hacer las cosas. Esas son las verdaderas gotas de amor
que mantienen nuestra vida y nuestras relaciones alumbrando como una llama viva”
(Madre Teresa de Calcuta).
Las emociones son la gota de aceite que le da sentido a todo lo que pensamos, decimos
y hacemos. Las investigaciones en neurosicología, específicamente en el estudio de las
neuronas espejo, establece que estas forman una red que permite, en el contexto
de una interacción, percibir, actuar y reconocer la intención del otro (García
García, 2008). Por la localización de sus redes, principalmente en las áreas de la corteza
pre-motora en los primates y en el área de Broca en el cerebro humano, esto permite, no
solo imitar la expresión de diversas emociones como sonreír o llorar, sino también perci-
bir la intención o propósito de una acción (García García, 2008). Las neuronas espejo per-
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miten que el ser humano comprenda las intenciones de otras personas.
Nos ayudan a entender cómo la observación y la interacción con otros
establecen un mapa emocional, el cual le da significado a lo que vemos,
percibimos y hacemos. Podemos concluir que las neuronas espejo contri-
buyen a establecer relaciones con otros y a entender sus emociones.
Las neuronas espejo facilitan esa conexión entre la madre y el bebé cuando esta lo mira,
le habla, sonríe, canta, acaricia. El bebé no solo guarda y reproduce las acciones, sino que
también reconoce la intención de amor, ternura y aceptación que ocurre en esa relación. El
encuentro de la mirada del recién nacido con la madre por primera vez, esa presencia de
ambos en ese momento, activa la red de neuronas espejo al percibir, actuar y reconocer la
intención del adulto. Ese momento representa la base para la relación de apego. El bebé
puede anticipar y entender la intención e interacción con la madre y, en un futuro, iniciarla,
fortaleciendo así su apego.
Cuando el adulto y el niño establecen una relación o vínculo de seguridad, amor y acep-
tación, esta permanecerá como un factor determinante en el desarrollo de su resiliencia,
en su capacidad para superar eventos difíciles y para establecer relaciones significativas.
Asimismo, la relación de aceptación, respeto, amor, cuidado y ternura entre el educador y
el niño representa, para este último, una lección de vida muy valiosa para entender, esta-
blecer o fortalecer el significado sobre la importancia de las relaciones que establecerá
en el futuro.
Las relaciones que tenemos con otros son el espejo donde se proyectan nuestras emo-
ciones. Cyrulnik (2014) incorpora el término “riqueza sensorial afectiva” para refe-
rirse a la calidad afectiva de la relación entre el niño y su familia. Un entorno de riqueza
sensorial afectiva integra experiencias visuales, auditivas, gustativas, táctiles que proyectan
el amor, acogida y aceptación del niño tal y como es.
Los siguientes son algunos ejemplos de cómo la riqueza sensorial afectiva se promueve en
el entorno escolar y familiar:
1. Riqueza visual: Cuando el bebé está expuesto
a ver rostros de personas que sienten felicidad al
verlo o estar con él, y al tener la oportunidad de
ver y sentir la naturaleza.
2. Riqueza auditiva: Cuando escucha voces pau-
sadas, mensajes positivos que destacan sus cualida-
des, y alienta sus intentos por explorar y conocer.
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Cuando escucha canciones en la voz de sus cuidadores,
o música que lo tranquiliza y le produce felicidad.
3. Riqueza gustativa: Cuando el proceso de alimen-
tación es en calma, con esmero y dedicación; compar-
tir y explorar.
4. Riqueza táctil: Está relacionada con la manera en
que se sostiene, cuida, abraza y acoge al niño.
Aplicando conceptos
Identifica de qué manera fortaleces, en tu ambiente educativo, la riqueza sensorial afectiva
con los niños, con tus colegas, con las familias.
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sus experiencias de vida promuevan y afirmen su capacidad para amar y ser amado, y el
impacto que tiene su proceder (acciones, palabras, sentimientos) en los demás.
En el encuentro con el niño, es sumamente importante escuchar con todos los sentidos,
con un lenguaje corporal y emocional que comunique que el adulto está presente. Solo
así podemos identificar cuáles son las emociones que guiaron su proceder y entender
lo que significa dicha experiencia para ese niño. Escuchar y estar presente implica enfocar
nuestra mente y nuestro cuerpo en la persona que lleva el mensaje. Requiere no hacer
juicios previos acerca de su proceder, reconociendo que sus emociones representan un
elemento que le dan valor a sus acciones.
Las emociones se construyen a través de las vivencias que hemos tenido y también del
sentido y significado que les otorguemos. Por ejemplo, perder un objeto que una persona
muy especial para ti te haya obsequiado puede generar tristeza, llanto o desesperación
por su significado emocional. Para otra persona, esto mismo puede que no represente un
malestar significativo al pensar: “Puedo comprar otro, no vale la pena molestarme por algo
material.” Es decir, no está asociado a una emoción que represente un elemento significa-
tivo. Podemos, entonces, decir que las emociones dan sentido y validan lo que expresamos
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y hacemos. Las memorias construidas por las vivencias constituidas en los mensajes y
acciones compartidos en las relaciones con otros representan puntos de apoyo o sostén
para la resiliencia de cada persona.
Los niños necesitan que en su relación con otros: Puedan ser escuchados calmadamente.
• Tomen en cuenta sus opiniones o puntos de vista.
• Tengan oportunidad para relatar sus experiencias.
• Les hablen de forma calmada y con respeto.
• Los miren a los ojos con respeto y ternura.
• Vivan en entornos alegres.
• Tengan la atención de los adultos que están cerca de ellos.
• Sientan que son importantes para quien esté cerca de ellos.
• Demuestren abrazos, expresiones de afecto y aceptación por
quienes son.
• Provean oportunidad para demostrar que pueden superar retos.
• Ser reconocidos (www.es.aleteia.org).
Aplicando conceptos
Invita a los niños a pensar en un proyecto que puedan realizar todos para el salón, el centro
o la escuela, la familia, la comunidad o una agencia. Conversa con ellos sobre la importancia
de reconocer que cada persona tiene algo importante y único que puede aportar y que,
entre todos, pueden realizar el proyecto. Escribe en una hoja de papel grande las habilida-
des que cada niño aportará reconociéndolas como esenciales para el éxito del proyecto.
Según Grotberg (1995), los niños necesitan sentir, escuchar y reconocer que son
amados, valorados, respetados. Necesitan un ambiente donde permee la esperanza, la
confianza y se respete su autonomía. De esta manera, van formando relaciones seguras,
duraderas, que sirven de monitor o salvaguarda en momentos difíciles. Además, postula
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que los niños utilizan tres fuentes principales para sostener su resiliencia: YO TENGO,
YO SOY, YO PUEDO. En la interacción con los niños, es importante comunicarles con
palabras, gestos y acciones los componentes de resiliencia que has observado en él u otra
persona en determinada situación.
1. YO TENGO – destaca los recursos internos y externos que el niño tiene disponible
y fortalecen su resiliencia. Algunos ejemplos son:
• Relaciones en las que puede confiar. Por ejemplo: “Tú sabes
que puedes confiar en maestra porque yo estoy aquí cuando
me necesites”. “Sabes que maestra te quiere mucho”.
• Estructura y reglas en el hogar / escuela. Se refiere a que las
reglas y rutinas son claras, y se espera que el niño las siga. Se
ha establecido y dialogado sobre los límites y consecuencias
por las acciones del niño. Por ejemplo: “¿Qué reglas tene-
mos en el salón cuando jugamos en el área de bloques?”.
“Quiero escuchar tu punto de vista de lo que sucedió”.
• Modelos a seguir. Las personas cercanas al niño demuestran
conductas y respuestas apropiadas en diversas situaciones,
que impactan las emociones. Las personas le demuestran al
niño cómo hacer las cosas y lo motivan a que trate de hacerlas. Por ejemplo:
“¿Quieres que te enseñe otra forma de hacerlo?”.
• Apoyo para ser autónomo. El educador o la familia promueven que el niño rea-
lice las tareas independientemente, le proveen ayuda de así desearlo, demos-
trando su disponibilidad y apoyo incondicional.
Aplicando conceptos
Piensa en un niño de tu salón para realizar este ejercicio. Escribe en la parte superior del
papel: (nombre del niño) TIENE: el nombre de las personas en las que puede confiar, que
lo quieren mucho; las reglas que se han establecido en su hogar, en el salón, culturales;
nombre de las personas que son modelos para el niño y qué cosas le enseñan con su
modelaje; personas que confían en él y le permiten llevar a cabo sus ideas fomentando así
su sentido de “yo puedo”.
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Disfruta de hacer aquello que es agradable para los otros y es sensible a sus estados
de ánimos. Escucha, de los adultos y compañeros, palabras positivas que emanan de
sentimientos de amor y cariño hacia este. Por ejemplo: “¡Es que yo te amo de aquí a
la luna!”. “Cuando tú le dices a tu amiguito que no se preocupe, que va a estar bien,
me llena de mucha alegría porque veo que tú eres un niño muy bueno con otros.”
• Amoroso, empático y altruista. Ama a otras personas y les expresa ese amor de
muchas maneras. Demuestra, en sus acciones y palabras, su preocupación por el
bienestar de los demás. Demuestra su solidaridad hacia el sufrimiento del prójimo.
• Siente orgullo de sí mismo. Se siente orgulloso de quién es, lo que puede hacer y
lograr. Posee una confianza y autoestima saludables que lo ayudan a superar ex-
periencias difíciles.
• Autónomo y responsable. Puede hacer las cosas por su cuenta y asume las conse-
cuencias de sus errores. Reconoce sus limitaciones para controlar algunos asun-
tos o tareas, y cuando la responsabilidad es de otros. Los adultos a su alrededor
reconocen que las acciones del niño hacen una diferencia en cuanto al efecto que
tiene en el bienestar de todos.
• Muestra esperanza, fe y confianza.Tiene esperanza de que hay personas a su alrede-
dor en quienes puede confiar. Posee un sentido de lo que es correcto y lo que no
lo es. Contribuye para que la verdad o lo que es justo prevalezca.
Aplicando conceptos
Continúa trabajando con el mismo niño. Escribe en la parte superior del papel:
3. YO PUEDO – Se relaciona con las capacidades que posee el niño para enfrentar
situaciones en la vida.
• Comunicarse. El niño expresa sus sentimientos e ideas a otros.
Escucha lo que otros dicen y actúa tomando en cuenta los cri-
terios expuestos o lo acordado. Puede aliviar desavenencias a
través de su comunicación con los demás.
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• Resolver problemas. Puede evaluar la naturaleza y magnitud del problema, qué re-
quiere para resolverlo y cuánta ayuda necesita de otros. Puede negociar acuerdos
o soluciones con otros. Utiliza el humor para encontrar soluciones a algunos pro-
blemas. Demuestra perseverancia al enfrentar una situación difícil.
• Manejar los sentimientos e impulsos. Expresa con palabras y con su conducta cómo
se siente sin atropellar los derechos o sentimientos de otros. Reconoce y trabaja
en el manejo de sus emociones, como la frustración, el coraje y la tristeza.
• Reconoce su temperamento y el de otros. Esta introspección le ayuda a manejar la
rapidez y el tipo de acercamiento que necesita usar al interactuar con otros.
• Establece y mantiene relaciones confiables.Tiene disponible adultos o pares a quienes
puede acercarse si necesita ayuda, para compartir sus sentimientos y preocupa-
ciones, y para buscar alternativas a problemas.
Aplicando conceptos
Continúa trabajando con el mismo niño. Escribe en la parte superior del papel:
Como nota final, es importante recordar el uso de este “lenguaje de resiliencia” des-
tacando, durante diferentes instancias en el quehacer cotidiano del niño, sus capacidades
que lo hacen ser único, lo que es capaz de hacer y las personas que tiene disponibles en
su entorno para apoyarlo, sostenerlo y, de ser necesario, levantarlo.
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Conversar sobre lo expresado en el texto fortalece, en el niño, su imaginación y creativi-
dad. El pensamiento se queda “suspendido” en una construcción de ideas y posibilidades
que enriquecen su capacidad para buscar alternativas, fortalecer su toma de decisiones,
determinación y sentido de esperanza. El niño puede fortalecer su autoestima al sentirse
identificado con los personajes y situaciones de un cuento. La lectura y discusión de dicho
cuento viabilizan la oportunidad para examinar sus emociones, su temperamento e iden-
tificar alternativas para mejorar.
Leer es un regalo de amor (Chapman & Campbell, 2012) que el adulto le brinda al niño. Se
regala tiempo de calidad que, a su vez, nutre la relación entre el niño y el adulto.
Apego
Título Autor
¿Eres tú mi mamá? • P. D. Eastman & D. Márquez (2001)
Dan y Diesel • C. Hudson & L. Gardner (2006)
Esta noche cuando mamá regrese a casa • E. Spinelli (2004)
Guyi Guyi • C. Zhiyuan & C.Y. Chen (2005)
Inés al revés • A. Jeam (2005)
Matías pierde su lápiz • R. Martínez (2004)
Paseando junto a ella • G. Lázaro (2011)
Te quiero, yo te quiero • B. Rossetti-Shustak (2013)
Ruby, mono ve, mono hace • P. Rathmann (2003)
Una estrella para mamá • E.Vélez Esteve (2007)
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Amor
Título Autor
Adivina cuánto te quiero • S. McBratney (1998)
¿Cómo abraza un puercoespín? • L. Isop (2015)
¿Cómo te quiero? • M. D. Bauer (2014)
Quiero a mi papá porque… • L. Porter-Gaylord (2004)
Nuestra Pelusa • K. Gray & M. McQuillan (2004)
¡Seamos amigos otra vez! • H. Wilhelm (1994)
Semilla de amor • J. C. Sarrazín & P. Teulade (2002)
Te deseo más • A. Krouse Rosenthal & T. Lichtenheld (2015)
Te quiero noche y día • S. Prasadam-Halls (2015)
Te quiero, yo te quiero • B. Rossetti-Shustak (2013)
Un beso en mi mano • A. Penn (2013)
Un pasito… otro pasito • T. De Paola (1994)
Autoestima
Título Autor
El patito feo • L. Orijuela (2006)
Érase una vez un nido • J. Emmett & R. Harry (2013)
Esta soy yo • A. Longo (2006)
Me gusto • J. L. Curtis & L. Coronel (2005)
Niña bonita • A. M. Machado (2000)
Por cuatro esquinitas de nada • J. Ruillier (2014)
Sapo es sapo • M.Velthuijs (1998)
Un caso grave de rayas • D. Shannon (2002)
Zas Pum • H. Janisch & H. Bansch (2003)
Te quiero, yo te quiero • B. Rossetti-Shustak (2013)
Un beso en mi mano • A. Penn (2013)
Un pasito… otro pasito • T. De Paola (1994)
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Aplicando conceptos
Identifica la literatura que tienes disponible en tu salón o centro, que fortalezca las capaci-
dades resilientes de la niñez: yo soy, yo tengo, yo puedo. Escoge con los niños la literatura
que desean leer, y en la discusión enfatiza en ellos la capacidad que tienen todos de desa-
rrollar otras habilidades, disposiciones, puntos de vista. Utiliza palabras positivas que den
esperanza y optimismo para lograr cambios y sus metas.
24
Referencias
Chapman, G. & Campbell, R. (2012). The 5 love languages of children. Chicago, IL: Northfield
Publishing.
Cyrulnik, B. (2014). Resiliencia y apego. Entrevista a Boris Cyrulnik. Murcia: Clínica Cattel.
Disponible en https://youtu.be/nDjbcUosaPg
Cyrulnik, B., Anaut, M., Arribillaga, A., Demogeot, N., Jiménez, J. M., León, E., Muñoz,
A., Novella, I., Madariaga, J. M., Romano, H., Rousseau, P.,Villalba-Quesada, C.
& Zavala, M. I. (2016). ¿Por qué la resiliencia? Lo que nos permite reanudar la vida.
Barcelona: Editorial Gedisa.
Emoto, M., Fliege, J., Richard Hiebinger, S., Glas, M. & Bracht, P. (s.f.). El poder curativo del agua.
Barcelona: Ediciones Obelisco.
Feldman, R. S. (2017). Life span development:A topical approach (3ra. ed.). Boston, MA: Pearson.
García García, E. (2008). Neuropsicología y educación. De las neuronas espejo a la teoría de la
mente. Revista de Psicología y Educación, 1(3), 69-90.
Gilbert, P. (2016). Terapia centrada en la compasión: Características distintivas. España: Editorial
Descleee de Brouwer.
Grotberg, E. (1995). A guide to promoting resilience in children: Strengthening the human
spirit. Early Childhood Development: Practice and reflections, 8. The International
Resilience Project. Bernard van Leer Foundation.
25
26
Propiciemos el desarrollo del lenguaje con los
infantes y mater nales
María de los Ángeles Agrinsoni de Olivo, Ph.D., & Germie Corujo, Ed.D.
¡Hola!
Bienvenido a esta travesía acerca de cómo funciona el lenguaje a través de escuchar,
hablar, leer y escribir. Durante este trayecto, tendrás la oportunidad de leer sobre cada
uno de estos procesos y encontrar actividades o ideas para tu práctica diaria. Mientras
lees, vas a encontrar secciones en donde te exhortamos a buscar los Módulos 2 y 4 de
ALCANZA Prácticas apropiadas para el desarrollo del lenguaje y Ambientes para explorar,
crear y vivir. Los encontrarás visitando las páginas http://alcanza.uprp.edu/módulos-4/
y http://alcanza.uprp.edu/módulos-2/.
Esperamos que en este escrito puedas encontrar contestaciones a tus preguntas. Así
también, que este contenido genere en ti nuevas preguntas para establecer prácticas
apropiadas y ambientes de alta calidad.
1. La facultad del ser humano para expresarse y comunicarse con los demás a través del
sonido articulado o de otros sistemas de signos.
2. Un sistema de signos que utiliza una comunidad para comunicarse oralmente o
por escrito.
27
En el módulo 4 del Proyecto ALCANZA, titulado Prácticas apropiadas para el desarrollo
del lenguaje (en línea), este se presenta como:
[…] la capacidad de los seres humanos para comunicarse. Es el instrumento del que
nos valemos para la comunicación social, basado en un sistema de signos. Su diversidad
la componen factores tanto sociales como culturales. La comunicación es una forma de
interacción humana que contribuye a que, juntos, comprendamos el mundo que nos rodea.
Para saber más, busca en el módulo 4 de ALCANZA Prácticas apropiadas para el desarrollo
del lenguaje, en la parte “Lenguaje: herramienta para comunicar y comprender el mundo”.
http://alcanza.uprp.edu/módulos-4/
Observa la siguiente foto. ¿Qué ocurre? ¿Lo entiendes? Lo entendemos si lo hemos experi-
mentado, aprendido o estudiado. Para que sea valorado como lenguaje, debemos entender su
significado. Lenguaje y significado están atados a la funcionalidad, la comprensión y el uso.
28
El lenguaje se aprende al estar inmerso (Clay, 1972; Goodman, 1996; Smith, 1996). Es un
proceso evolutivo. Cuando nos sumergimos en el agua, solo nos cubre este líquido. Cuando
estamos inmersos en el lenguaje, todo lo que nos rodea nos ayuda a entender los signi-
ficados y contenidos de la lengua. La inmersión en el lenguaje nos permite encontrar su
funcionalidad y uso para la vida. Halliday (1975) expone que se construye el conocimiento
sobre el lenguaje en relación con otros a través de la interacción social. Nos comunicamos
para una urgencia o necesidad, decir algo que sabemos, querer que nos entiendan o expre-
sar sentimientos. Al mismo tiempo que vamos aprendiendo a cómo utilizar oralmente el
lenguaje, estamos aprendiendo mediante y acerca del lenguaje. Esto significa que cuando lo
utilizamos, lo aprendemos, lo entendemos y descubrimos su forma y contenido.
29
medioambiente que rodea al niño (Molina Iturrondo, 1999; Vygotsky, 1975). Es decir, su
composición familiar, dónde vive, las experiencias que tiene en su entorno familiar y el
entorno sociocultural al cual está expuesto. El desarrollo del lenguaje se verá mediado por
la forma en que las familias tienen un encuentro de lenguaje oral con el niño a través de
cómo le hablan o cantan; le describen el mundo; usen diferentes tonos de voz en diversas
situaciones, y realicen intercambios en situaciones afectivas y de encuentro con el otro.
...es muy importante conversar con los niños y leerles cuentos aunque todavía no sean
capaces de expresarse. Antes de que los bebés puedan articular respuesta alguna, es de
vital importancia estimular el lenguaje porque los sistemas corticales posteriores para la
comprensión del lenguaje se desarrollan más rápido que los sistemas frontales para la
producción del mismo. Los adultos y los niños mayores actúan como modelos del lenguaje
para los bebés; el habla de los adultos es un estímulo para que el cerebro de los pequeños
aprenda el lenguaje oral. Del mismo modo los niños más pequeños se benefician cuando
los adultos o niños más mayores les leen cuentos o historias.
30
órgano nos muestran que el aprendizaje ocurre de forma integrada; es decir, que el cere-
bro no aprende de forma aislada o fragmentada. Las áreas de Broca, Wernicke y el giro o
circunvolución angular en el cerebro actúan como un sistema en los procesos de lectura
y escritura. Puente Ferreras y Ferrando Lucas (2000) explican lo siguiente:
En esencia, la lectura activa los lóbulos occipitales (receptores visuales) y otros como el
frontal, el temporal y el parietal izquierdo, donde se sustentan funciones importantes del
lenguaje relacionadas con el reconocimiento de palabras, los significados y el almacén
léxico. Cuando leemos en voz alta, por ejemplo, además de las estructuras antes mencio-
nadas, también participan otras del hemisferio derecho y el cerebelo. Sin la participación
de estas últimas sería imposible realizar funciones articulatorias y prosódicas. Algo similar
ocurre con la escritura, en la que hay que añadir las ejecuciones finas y precisas del miem-
bro superior para ejecutar grafías. Esta descripción es una simplificación de una tarea
compleja realizada por el cerebro humano, un órgano dotado genéticamente para hablar
y preparado desde el mismo momento del nacimiento.
Podemos concluir que, indistintamente del enfoque, todos reconocen la importancia de las
experiencias en el medioambiente y el desarrollo del lenguaje desde temprano.
Interacciones y comunicación
Cuando un niño nace y emite sonidos, comienza
a comunicarse como participante activo en las
interacciones sociales. Estas son necesarias
dentro de la ecuación del lenguaje. Si pensamos
en un bebé, pudiéramos pensar en los momen-
tos en que ese niño balbucea y espera turno
para comunicarse con su madre. Estos son los
inicios de una conversación. Aprender a hacer
turnos es una herramienta necesaria para que
siga aprendiendo sobre el lenguaje (Garton &
Pratt, 1991). El uso de las palabras continua-
31
mente le permitirá tener mayor conocimiento del mundo que le rodea. Así, se inserta en
el mundo social al usar palabras que entiende con otras personas. Cuando dice “leche” o
“eche”, comunica un mensaje sobre algo que quiere, y la otra persona entiende su reclamo.
A medida que existe y se amplía más el vocabulario, el niño va adquiriendo mayor control
sobre el uso de la palabra, lo que le permite tener otras formas de ejercer una función
sobre su medioambiente. En este proceso, se reconoce la importancia del adulto para
proveer situaciones y experiencias enriquecidas en el lenguaje. Esto implica que el niño
necesita que el adulto:
• Le hables en voz alta. Hablar en voz alta es describir las cosas que están y las situa-
ciones que ocurren a su alrededor.
• Al conversar, utiliza diversos tonos de voz, inflexiones, realiza preguntas mirándo-
lo a su rostro. Conversar es hacer contacto visual y auditivo. Es hacerlo parte de
la comunicación.
• Le cuentes historias orales. El niño está ávido y necesita alcanzar relaciones positivas
mientras le hablas.
• Disfruta de conversar y ser afectivo con el niño.
• Usa las palabras en forma correcta, sin chiquitear.
• Explica de forma sencilla, con palabras adecuadas, dando mensajes claros, senci-
llos y precisos, sin tener que abrumar al niño.
• Utiliza experiencias concretas del diario vivir que serán determinantes en la for-
mación de conceptos y el uso de la palabra.
• Aprende y usa rimas, canciones, anécdotas, trabalenguas, lectura de poesía y cuentos.
32
licos y consonánticos, las palabras, frases y oraciones. “La evidencia demuestra que los
infantes reconocen básicamente todos los fonemas de la lengua materna en los primeros
seis meses de vida. "Los sonidos emitidos durante el balbuceo se convertirán en los
fonemas de la lengua materna” (Álvarez, 2006, p. 170). En la medida en que escucha su len-
gua materna, van mermando los múltiples sonidos que produce y hará uso de los sonidos
que escucha. Lo más fascinante es cómo este sistema de signos va tomando funcionalidad.
A través del lenguaje oral, se “aprende a significar” (Halliday, 1979, p. 30). El “potencial de
significado” consiste en que el niño va demostrando dominio de las funciones del lenguaje.
(Para más información, refiérase al módulo Prácticas apropiadas para el desarrollo del len-
guaje —módulo 4— en el área de uso y funcionalidad del lenguaje).
La escritura está conformada por muchos de estos eventos. Los infantes, desde muy
pequeños, son atraídos por el lápiz y el papel. Comienzan a manifestar sus trazos libre-
mente. Surge un garabateo desordenado, que se va transformando en trazos más contro-
lados, hasta llegar a los símbolos. Es claro que, en esta transformación progresiva, vemos
cuando dibujo y escritura aparecen unidos y toman el mismo significado, aunque en un
momento los separan, pues se dan cuenta de la funcionalidad de cada uno. Descubrimos
que realizan seudoletras o aproximaciones a las letras. En la medida en que hablan sobre
lo que escriben, empiezan a adjudicar significado conceptual y lingüístico por medio de una
palabra, frase u oración.
Lo mismo pasa al leer. Desde infantes, les leemos, y encuentran el significado de las cosas, vol-
viéndose una experiencia personal y única. Observan las ilustraciones y disfrutan de escuchar
nuestros relatos. Imitan nuestras acciones, lo que implica, nuevamente, la intencionalidad a tra-
vés de la experimentación con los libros. Comienzan a interaccionar con el texto de manera
activa. A través del tiempo, nos piden que les leamos. Cargan el libro y se acercan para com-
33
partir un momento pleno de lectura. Evolucionan y hablan, y basta con decirnos “maestra lee”.
Al leerles, comienzan a sentir nuestra voz usando diversos tipos de entonación para denotar
admiración, tristeza, miedo, asombro, alegría, entre otros. Esta inmersión los lleva a pedir que
se les lea el libro una y otra vez. En la medida que disfrutan las narraciones constantemente,
observamos que repiten las palabras del texto y predicen lo que ha de ocurrir.
Por eso, pensar en escuchar, hablar, escribir y leer como procesos representa cambio, evo-
lución y desarrollo a través de eventos que surgen y nos guían a comprender, predecir
y ampliar conceptos e ideas; aprender vocabulario; crear símbolos escritos, y actuar con
intencionalidad sobre lo leído. Ahora, pensemos en cómo colaborar para que los infantes,
maternales y preescolares estén inmersos en estos procesos.
El lenguaje es, pues, una instrumento mediatizador. Esto quiere decir que la palabra es un
mediador, influye en el niño, en su percepción y comprensión del mundo. Tener lenguaje
le permite al aprendiz ejercer una influencia sobre el mundo que le rodea, al incorporar
el aspecto individual y personal del que lo utiliza. El lenguaje se convierte en una herra-
mienta intelectual, ya que, a través de este, puede expresar sus pensamientos. Por ello, es
importante crear un ambiente lingüísticamente enriquecido que promueva el desarrollo
del lenguaje y la alfabetización temprana en formas pertinentes y adecuadas para nuestra
niñez. La alfabetización temprana emergente se reconoce como el
proceso activo de aprendizaje mediante el cual el niño construye el
conocimiento sobre la lectoescritura, a través de encuentros significa-
tivos con el lenguaje impreso en su ambiente (Ruiz, 1996, p. 7).
34
Ambiente lingüísticamente enriquecido
Según Ruiz (2003), en un ambiente lingüísticamente enriquecido se construye un proceso
activo de aprendizaje para la lectura, la escritura y el desarrollo de la oralidad, donde se
realizan encuentros significativos en ambientes significativos con el lenguaje.
35
Recuerda que necesitas:
36
El papel, o rol, del adulto en el proceso
37
El ambiente significativo, nunca descontextualizado
La palabra descontextualización se refiere a cuando se trae una situación fuera de su contexto
o de manera inapropiada al hacer uso de la lectura y la escritura. En el argot común, significa
“que se trae algo por los pelos”.Tomaremos dos posiciones referentes al uso de esta palabra.
Por un lado, tener una experiencia de aprendizaje descontextualizada se refiere a que se aleja
de lo que es pertinente y significativa para un niño o de lo que debería ser una
experiencia de aprendizaje auténtico. Este último requiere que el contexto del cual
proviene tal experiencia tenga funcionalidad, sentido, tangencia e importancia para el niño. Por
ello, es necesario que tomemos en consideración las experiencias familiares, sociales, cultura-
les y del entorno comunitario del que proviene el aprendiz. Esto redundará en motivación,
disfrute y deleite para promover el aprendizaje desde una experiencia descontextualizada.
La literatura considera como importante que los niños traigan experiencias de lectura y
escritura de otros contextos que han tenido y que son significativos para ellos. También se
reconoce esto como descontextualización; sin embargo, el referente sigue siendo que se
trae al entorno educativo a través del niño. Es un proceso que enriquece las experiencias
porque evocan otras experiencias pasadas que, de alguna forma, han cobrado significado y
que se muestran en esa expresión. Dentro de ese contexto, hay que escuchar y auscultar
el significado que le otorgan los niños, pues aporta sobre su proceso mental y cómo se van
configurando sus experiencias. Ejemplo de esto puede ser que un niño escribe e incorpore
en su cuento el personaje de un superhéroe de un programa de televisión (Corujo, 2009;
Sáez, 1996). Dentro de este contexto, ese proceso de descontextualización enriquece lo que
el niño quiere comunicar a través de su texto. El superhéroe viene de otro contexto, pero
se hace parte del contexto del niño en ese momento. Nos da información de su experiencia,
mientras sabemos sobre lo que piensa y siente. El uso de la concretividad es importante
dentro de esa experiencia. Otra razón para escuchar la voz del niño y referirse a su realidad.
Escuchar y hablar
El niño que se desarrolla en un ambiente lingüísticamente enriquecido aprende que el
lenguaje le pertenece como instrumento de vida, desde que descubre su utilidad social
de comunicar.
38
propósito de atender y entender sus necesidades. Así, respondemos a sus sonidos,
balbuceo o lenguaje con la intención de desarrollar una relación segura y estable.
• Observar y disfrutar sus reacciones en las actividades para tomarlas como punto
de partida para el estudio de temas.
• Estar atentos a los sonidos del ambiente que les llaman la atención para ayudar-
los a nombrarlos y encontrar su significado. Por ejemplo: “Eso es una reinita que
vuela y canta”.
• Observar cuáles libros les agradan más; cuáles son sus autores, ilustradores y
géneros favoritos. Buscar libros y materiales sobre temas o situaciones que les
llaman la atención o están relacionados a su etapa de desarrollo.
• Volver a narrar un libro cuantas veces el infante, maternal o preescolar lo pida.
Esto es entrar en el mundo estético del texto. La apreciación estética implica el
descubrimiento del placer, el gusto y la pasión por leer o que te lean. Los niños
manifiestan esta noción una y otra vez, y tienen la necesidad de que estemos dis-
puestos a modelar la lectura cuantas veces sea necesario.
• Apreciar y disfrutar su lenguaje oral, así como las interrupciones a la narración.
Mostrar interés por sus historias, relatos, cuentos, comentarios u opiniones. Con-
sidéralos valiosos y utilízalos como contribuciones para construir significado y co-
nocer los intereses del niño. Estos son momentos para establecer conversaciones
por medio de los libros, ampliar vocabulario, hacer preguntas y delinear proyectos
creativos que partan de lo que les gusta, sus necesidades y el deseo de que tengan
un ambiente colmado de experiencias de alta calidad.
• Escuchar de sus pares información sobre temas que han sido elegidos entre todos.
• Escuchar y participar de la narración de cuentos que realiza uno de sus compa-
ñeros de salón. Aun los más bebés pueden escuchar cuando otro infante señala el
texto y utiliza su balbuceo para explicar lo que ve.
• Servir de secretario para anotar los textos narrativos que el niño quiera desarro-
llar. Escribir textualmente cómo se expresa y respetar sus expresiones al valorar
su oralidad.
39
• Dialoga con el propósito de ayudar al infante, maternal o preescolar a compartir
las experiencias de su día a día. ¡Tu voz es su compañía!
• Háblale con respeto. Enfócate en mirarlo, tocarlo con ternura y dirigirte con cari-
ño. Utiliza la palabra para hacerlo sentir que estás a su lado para protegerlo y que
puede confiar en ti y en sí mismo.
• Tus palabras son muy poderosas.A través de tus gestos, entiende el mensaje. Proponte
que el mensaje que quieres transmitir llegue para construir, nunca para destruir.
• Ayúdalo a expandir su vocabulario. Enséñale cómo se nombran los objetos.
• Con buenas palabras, lindas palabras, palabras que motivan, ayúdalo a descubrir
qué cosas es capaz de hacer.
• Dirígete a él convencida de que tiene la capacidad de conocer y entender.
o Serpiente – sisea
o Rana – croa
o Pavo – gluglutea
o Pato – grazna
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o Oso, gorila – gruñe
o Perro – ladra
o Pájaro – canta, trina
o Gallina – cacarea, cloca
o Caballo – relincha
o Lobo – aúlla
o Grillo – grilla
o Gallo – canta, cacarea
o Búho – ulula
o Ballena – canta
o Burro – rebuzna
o Ratón, Mono – chilla
Sobre la lectura
El significado de leer
Leer es el proceso activo de desarrollo mediante el cual el lector crea, genera o valida sig-
nificado a través del contacto con el lenguaje. Leer es comprender, valorar, pensar, analizar
y sentir. Decodificar o descifrar solo las letras o fonemas del lenguaje sin poder generar
significado o entender lo que se decodifica, no significa leer. Leer nunca involucra solo
decodificar. Leer involucra siempre un proceso de transacción continua entre el que lee y
el texto. Agrinsoni (2016) valida esta experiencia transaccional cuando recoge lo siguiente:
41
La lectura es un proceso social, psicolingüístico y transaccional. El proceso socio-psicolin-
güístico en el cual la mente (psiquis) realiza transacciones con el lenguaje (lingüística, el
estudio del lenguaje) de un texto en contexto particular e influenciado por varios factores
sociales (la parte socio del término) (Weaver, 1994, p. xv). El enfoque psicolingüístico hace
mucho hincapié en que el sentido del texto no está en las palabras u oraciones que com-
ponen el mensaje escrito, sino en la mente del autor y en la del lector cuando reconstruye
el texto en forma significativa para él (Dubois, 1991, p. 11).
El que lee, mientras lee, comienza a realizar conexiones con lo vivido. Nunca llega a la lec-
tura vacío, sin pensamientos, sentimientos o información. Mientras lee, aporta a la lectura
con sus pensamientos, experiencia, opiniones e ideas. Habla en voz alta, hace comentarios
sobre lo que lee o los hace desde su interior y desde sus sentimientos, unas veces avan-
zando en el texto, en otras regresando a lo leído para poder entender. Múltiples cosas van
ocurriendo, pero lo más seguro es que leer nunca es un proceso solitario, pues en este
danzan el autor, el lector, el texto y el pensamiento.
Como lectores, generamos múltiples hipótesis desde que vemos la portada. Leemos el título
y con solo este acto, antes de comenzar a leer, tenemos una historia paralela que se escribe
en nuestro pensamiento y la vamos corroborando. Leemos y empezamos a decir, “el autor
pensó igual que yo, terminó como yo pensaba”. Por el contrario, también podemos decir
que “el autor y yo lo pensamos totalmente diferente, quería otro final”. Así se conforma una
alianza concreta y significativa con el texto, el contexto, el autor y el diálogo interno. Mien-
tras, se va descifrando lo que nos quiere decir el autor; al mismo tiempo, como lectores, des-
ciframos lo que, desde nuestro interior, interpretamos del texto. Goodman (2001) expone:
42
Los niños tienen el proceso de diálogo externo e interno continuamente. Solo basta verlos
con los libros. Desarrollan afiliación con ellos. Andan con ellos, los llevan de un lado a otro.
Señalan sus ilustraciones, se identifican con sus personajes y expresan cuales imágenes,
sucesos, autores e ilustradores van quedando en sus mentes. Muchas veces, persiguen
al adulto con el libro. Buscan la manera de que se les lea. Luego, nos piden el libro una y
otra vez. Y se crea un momento histórico en sus vidas, pues han descubierto el placer y
la pasión por leer y el paso al continuo estético de la lectura. Agrinsoni (2016), al citar a
Rosenblatt (1988), valida esta experiencia sobre el continuo estético de la lectura a través
de lo siguiente:
Rosenblatt (1988) indica que (…) en la postura estética, el foco de atención está dirigido
en lo que se está viviendo durante el evento de lectura, lo que se evoca. Incluye las sensa-
ciones, imágenes, emociones, ideas, sonidos, ritmos en las palabras, sabores, experiencias,
situaciones, escenarios. La evocación ocurre durante y después de la lectura y constituye la
“respuesta” e “interpretación” del lector. Es importante señalar que el significado no está
pre-hecho ni en el texto, ni en el lector pero si ocurre en la transacción entre el texto y el
lector (Rosenblatt, 1988).
¡Los niños se meten en los textos como quieren! Los hacen suyos. Les pertenecen.
Si un educador no ama leer, ni lee, jamás podrá entender lo que el niño VIVE cuando lee.
María de los A. Agrinsoni, 2016
Construimos redes con nosotros y con los otros a través del proceso lector. Cuántas veces
hemos escuchado a alguien decir: “Lo sé porque lo leí”, mostrando un sentido de pertenen-
cia, conocimiento, apoderamiento. O decimos: “Esa lectura me hizo llorar; me acordé de
mi niñez”, y mostramos nuestros más íntimos sentimientos. En la medida que leemos, nos
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afiliamos a lo que la lectura nos hace sentir, no solo por lo que vivimos ante lo leído, sino
por el apego y las emociones que surgen y desarrollamos ante el proceso mismo de lectura.
Es evidente que, tanto el proceso, como el sentimiento hacia la lectura están conectados. Es
responsabilidad del educador que, dentro de su lista de deseos, quiera dejarle esa pasión y
gusto por leer al niño, para que lo acompañe a revelar y desarrollar valores y sentimientos
que influyan en la conducta con los otros en comunidad, la comprensión lectora y el disfrute
como lector. La literatura afirma la importancia de las emociones en el proceso de aprendi-
zaje y el proceso lector. López-Escribano (2009) destaca lo siguiente:
Durante momentos del día, promueve el interés por la lectura. Si los infantes, maternales
o preescolares no se acercan a los libros, coloca algunos en diversos lugares que ellos
visitan más. Dales la oportunidad y motívalos a sentirse apoderados de escuchar, hablar,
leer y escribir.
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Detalles importantes sobre el proceso de lectura
• Leer por placer y para disfrutar es una necesidad en cualquier momento del día, a
cualquier hora y en cualquier lugar.
• Los niños necesitan conocer sobre la lectura a través de la lectura misma.
• Al leer, debemos usar inflexiones de voz adecuadas.
• Observa bien el texto y utiliza tu voz adecuadamente para representar admiración
o pregunta.
• Pasa el dedo para señalar el texto.
• Ayúdalos a conocer y definir palabras que nunca habían escuchado.
• Ayúdalos a familiarizarse con las letras.
• Esfuérzate en relacionar los dibujos con el texto.
• Ayúdalos a conocer sobre los convencionalismos de la lectura y escritura. Por
ejemplo: las letras mayúsculas y minúsculas.
• Jueguen con las palabras en el texto. Por ejemplo, con su diminutivo y aumentativo,
singular y plural.
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dialogada o dialógica, ocurre cuando se lee el texto en voz alta en una relación recíproca de
interacción, que favorece las interrupciones, las aportaciones verbales y el envolvimiento
activo del niño. Este se convierte en un interlocutor activo que tiene mucho que aportar,
mientras el adulto interrumpe la lectura con preguntas o comentarios que expanden el
contenido semántico del texto. Así, el niño construye el significado del texto mediante el
diálogo. Su envolvimiento se refleja en las preguntas que hace o cuando repite el texto,
toma el libro y pasa las páginas. El papel activo que desempeña le permite dirigir la lectura
y focalizar en los aspectos que le interesan. El diálogo se convierte en la herramienta social
que le permite construir el significado del texto (Halliday, 1994, según citado en Molina
Iturrondo, 1999).
“Saber dialogar ayuda a construir una sólida ética civil.” (Bestard, 2004, p. 12)
46
Piensa en tu preparación y acción antes, durante y después de
la lectura
Antes
Prepárate para la lectura
1. Descubre libros sobre los intereses de los infantes, maternales y preescolares. Les
encantan las ilustraciones e historias de animales.
2. Asegúrate de utilizar literatura de diversos temas, autores e ilustradores.
3. Busca literatura de autores e ilustradores del país: Ester Feliciano Mendoza, Isabel
Freire de Matos. También de juegos tradicionales y juegos de dedos.
4. Busca libros con imágenes llamativas y claras.
5. Escoge literatura infantil de varios géneros.
6. Observa las ilustraciones con detenimiento.
7. Identifica los materiales que utilizarás para narrar el libro.
8. Piensa en algunas ideas creativas para el desarrollo de la narración.
9. Crea el ambiente y espacio para leer: cuelga del techo sábanas, telas, paracaídas; coloca
cojines, edredón o un colchón.
10. Busca libros con nuevas palabras y prepárate para explicarlas. Por ejemplo: espiráculo,
metamorfosis, espiritrompa.
11. Empápate de información que te ayude a describir las ilustraciones y explicar el cuento.
12. Siempre es una buena alternativa practicar tus gestos, cambios de voz o movimientos
frente al espejo.
13. Convéncete de leer con humor, alegría y pasión. Es imprescindible que el niño descu-
bra que leer es un evento inolvidable.
14. Prepara una caja de manejo de emergencias con cinta adhesiva, tijeras y pega para
arreglar los libros si hay algún accidente.
15. Identifica literatura auténtica que ofrezca información sobre el mundo, las relaciones
humanas, los valores, cómo resolver problemas y estimula su proceso creador.
16. Prepárate para animarlos a crear hipótesis sobre lo que ocurrirá en el cuento a través
del título y la portada.
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Durante
Disfruten de la lectura
1. Invita a los infantes, maternales o preescolares a leer mediante alguna rima, canción,
poema o estribillo. Por ejemplo:
Lee conmigo. Leo contigo.
Leamos todos. ¡Será divertido!
M. Agrinsoni
2. Posiciónate de manera que todos tengan acceso visual al libro. Recuerda sentarte en
el suelo con el libro para que los niños puedan estar más cerca del lenguaje impreso.
De este momento surge una amplia relación con el texto, con el que lee, con la vida
y con el mundo.
3. Utiliza lectura dialogada. Lee el cuento o historia cuantas veces lo pidan. Realiza preguntas.
4. Lee con la intención de que los infantes, maternales y preescolares desarrollen gozo,
gusto y pasión por la lectura.
5. Escucha las voces de los niños e incorpora sus aportaciones a la narración.
6. En la narración, dale vida al texto y a las ilustraciones. Incorpora rimas, poemas y canciones
a la narración o lectura de un cuento: es un elemento vital en la dinámica lectora.
7. Promueve que los niños sean creativos mediante movimientos, sonidos onomatopéyicos,
gestos, argumentos o manifestaciones diversas. Anímalos a interactuar con el cuento.
8. Háblales sobre el autor y el ilustrador.
9. Háblales de los convencionalismos del libro: portada, lomo índice, números de páginas,
ilustraciones.
10. Anímalos a hablar sobre el texto y las ilustraciones. Señala el texto mientras lees.
11. Evoca con ellos sentimientos y valores. Háblales para recordar momentos de alegría,
solidaridad, superación y fortaleza, mientras lees la historia.
12. Hazles proposiciones de cosas que pueden hacer con el cuento.
48
Después de la lectura
Activa lo leído
49
Caja mágica de lectura
Prepárate para leer con todos los recursos que tengan a su alcance. Saca de la caja tus
marionetas, títeres, vestuarios y todo lo que te ayude a crear un buen ambiente. Lee con
buena entonación, articulación, pronunciación y cambios de voz. Prepara una caja mágica
de lectura con materiales para narrar de manera significativa, divertida e inolvidable, con
“efectos especiales”.
Estos son algunos elementos para desarrollar “efectos especiales” para la lectura. Puedes incluir:
• Lupa – Sirve para observar detalles de las ilustraciones. Realiza un juego pidién-
doles a los infantes, maternales y preescolares que busquen detalles en la lámina.
Crearás una atmósfera divertida.
• Linterna – Crea, en el ambiente, un espacio donde tengas una casa de campaña
o caja grande para meterse a leer.
• Botella con atomizador – Utilízala para crear el efecto de la lluvia o que se
mojan al pasar un río.
• Espejo – Puedes crear el efecto de que ven su reflejo en el agua o se vean como
parte del cuento. Por ejemplo: “¿Quién está caminando junto a la jirafa? ¡Tú!”
• Pañuelos o cintas rítmicas – Para crear el efecto de un arcoiris o jugar con
el cuento.
• Instrumentos musicales – Con la música, crea el ambiente para moverse.
• Gafas grandes, sombreros, guantes de tela, vestuario de los cuen-
tos – Como parte del juego, fomenta que los infantes, maternales y preescolares
se conviertan en los personajes del cuento.
• Grabadora y radio – Graba las narraciones para que todos las escuchen o
vean. El radio te ayudará a integrar sonidos al cuento. Busca el sonido del mar, la
lluvia, el viento, los animales, e incorpóralos a la narración. Con ayuda de la música,
los movimientos y palmadas serán parte del cuento. La música te ayudará a que se
expresen creativamente.
• Micrófono o megáfono – Anuncia la narración o fomenta que los niños sean
los cuentacuentos. Les encantará escucharse.
• Tus manos y tu voz – ¡Son lo más importante!
Otros materiales que son esenciales en la lectura
1. El teatro de títeres y las marionetas se relacionan estrechamente con el
proceso de escuchar y hablar. “El uso y el juego con el teatro de títeres invita al niño
a explorar y comunicarse verbalmente a través de una marioneta, que personifica
y da vida con el uso de gestos, expresiones faciales, sonidos y palabras” (Quiñones
Crespo, 2018). Freire de Matos (1995), en su libro El teatro y el niño, puntualiza que el
teatro promueve la improvisación de diálogos: “esta es una actividad lingüística que
50
propicia mejor dicción en el niño, al mismo tiempo que el niño se va adiestrando en la
modulación de la voz, al cambiar de un tono de voz al otro para expresarse.” Quiño-
nes Crespo (2018) afirma que por medio de la modulación de la voz, el niño “puede
ampliar su juego personificando sus marionetas, puede sentir libertad para expresar, ya
sea por gestos sonidos o palabras, su sentir y entender que son valorados sus acerca-
mientos lingüísticos lo que propicia un desarrollo socioemocional positivo y seguro.”
Indica, además, que el teatro de títeres y las marionetas como estrategia ayuda al desa-
rrollo del juego simbólico para expresar ideas y sentimientos. Es una estrategia para el
desarrollo prosocial que ayuda a la expresión de sentimientos a través de las palabras,
mientras los niños establecen interacciones afectivas significativas.
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2. Cartel de libros leídos – Realiza una hoja para mantener un registro de los libros
leídos por cada infante, maternal o preescolar.
3. Opinión sobre el libro – Puedes preguntar si fue divertido, aburrido, gracioso,
triste, increíble. Si son preescolares, puedes diseñar una hoja mediante la cual evalúen
su experiencia lectora.
4. Colgante de libros con ganchos, pinches u otros – Si no tienes mucho
espacio, cuelga los libros en ganchos o utiliza un cordel para sostenerlos con pinches.
5. Piscina de libros – En una piscina bajita o pequeña, coloca cojines o un edredón y
libros. Esto lo puedes hacer dentro o del salón o el patio.
6. Libros organizados por categorías (autores, ilustradores, ciencia,
suspenso, biografías) – Usa sellitos de puntos de diversos colores para identifi-
car los temas de estos libros, tal que, al terminar, puedan colocarlos en el comparti-
miento correspondiente.
7. Kit de primeros auxilios para reparar libros – Coloca cinta adhesiva y tijeras
en una cajita para que puedan arreglar rápidamente los libros que han sufrido daños.
Sobre la escritura
A través de la comunicación y el aprendizaje de la lengua materna, el niño va adquiriendo
las reglas lingüísticas y la gramaticalidad, no porque las puedan identificar, sino por su fre-
cuencia de uso en función de algo que quieren comunicar y que más tarde irán clasificando
como asuntos de lenguaje (Cazden, 1981). La necesidad de comunicarse lleva a los niños a
repetir expresiones de sus experiencias diarias familiares (Engel, 1995; Rivera-Viera, 1999;
Smith, 1996), por lo que, precisamente, la oralidad es un elemento básico dentro de la
escritura. El niño no aprende sobre el lenguaje y sus mecanismos de una forma explícita,
sino a través de sus vivencias sociales y exposición a las expresiones de sus padres y de su
entorno familiar (Clay, 1972; Goodman, 1996; Tager-Flusberg, 1985).
Cuando el niño juega o dramatiza que es un doctor y escribe una receta para sus pacientes,
o hace una lista de compras para ir al supermercado, escucha cuentos, lee cuentos, dice
rimas, manipula materiales de escritura, escribe cartas a un familiar enfermo o narra un
cuento, está aprendiendo sobre los convencionalismos de la lectura y escritura en la forma
más pertinente para él (Galda & Pellegrinni, 1985; Goodman, 1996). De ahí la importancia
de respetar y valorar ese proceso de escritura proveyendo experiencias pertinentes y
significativas para el niño. Todos estos procesos se desarrollan ante la dinámica del juego.
52
y, más tarde, con su significado (Ferreiro, 1998a; Goodman, 1998). Al aprender y dominar
su lengua vernácula, el niño puede sentirse seguro y ser parte del mundo de la “gente
grande”. Al incorporar el conocimiento a través de su oralidad y de las experiencias con-
cretas, forma esquemas de ese lenguaje hablado, que tiene una forma impresa, y desarrolla
así el concepto del lenguaje escrito (Ferreiro, 1998a; Schikedanz, 1999; Sulzby, 1996).
Cuando los niños juegan con el lenguaje oral, esto les ayuda a que conozcan sobre la
función de las palabras y que el lenguaje es un sistema de sonidos, de significado y la varie-
dad de sus usos (Cazden, 1981). Lo mismo sucede con el lenguaje escrito. En el proceso
de aprendizaje de la escritura, así como el de la lengua oral, construyen reglas, revisan y
reconstruyen las normas del lenguaje mediante un proceso de tanteo y error. Los aparen-
tes errores son evidencia de progreso (Molina Iturrondo, 1999; Ruiz, 1996).
Siempre debe haber disponible materiales variados y atractivos de escritura en todas las
áreas del salón. Esto hace que los niños quieran explorar constantemente con la escritura,
a la vez que se familiarizan con la palabra escrita. Es muy importante que, en la medida
en que puedan expresar su escritura, vayan descubriendo cada vez más sobre la palabra
escrita y sus significados. El aprendizaje de la escritura, al igual que el de la lectura, es un
proceso evolutivo que se transforma constantemente y se promueve a través del uso del
lenguaje, de conocerlo y apoderarse de él. Los niños deben relacionarse con las palabras
que les son pertinentes, tales como: escribir su nombre sin espacios o marcas para trazar;
usar libretas con o sin líneas; tener fotos con su nombre, fotos con el objeto y la palabra
escrita; leer la rutina de entrar al salón y firmar; escribir mensajes a los amigos y a su
familia; buscar las tarjetas con su nombre para indicar que están presentes en el salón o
identificar sus nombres en franjas, entre otras. Los niños se involucran en actividades de
escritura cuando exploran con materiales diversos. Las actividades son placenteras para
ellos si el adulto los motiva a seleccionar libremente. Mediante las experiencias de escri-
tura, los niños juegan, imaginan, pretenden y dibujan, lo que permite que, a través del juego,
construyan conocimiento sobre cómo funciona la escritura.
“el niño usa el lenguaje (durante el proceso de adquisición) y éste es más significativo y
aumenta cuando se da en una situación de juego.”
53
El papel del adulto: ¡Valorar la escritura del niño en todas sus
etapas!
Aunque, en el inicio, la escritura no tiene expresiones en formas convencionales, los trazos
y garabatos sí son escritura. Más tarde, evolucionarán en los trazos que todos conocemos.
Por ello, es importante que el adulto pueda valorar los inicios de cada niño en su proceso
escritor. Valora los trazos. Pregunta qué ha escrito y te darás cuenta cuánto significado
tiene para él.
Para apoyar la escritura, es crucial el modelaje, hablar en voz alta lo que se está escribiendo
sobre las formas de las letras y los sonidos. Por ejemplo, se le explica que se escribe la letra
grande, o mayúscula, al inicio de una oración o para escribir el nombre de una persona.
Otro ejemplo es: “A la letra H le llamo la mudita porque no le corresponde un sonido, ya
que no suena. La J es como una cañita de pescar; esa sí suena.” De esta manera, los niños
van relacionando la palabra escrita y los sonidos de las letras, de forma tal que estarán
inmersos y aprenderán sobre el lenguaje.
La escritura tiene una funcionalidad que nos inserta en el mundo del lenguaje, ya que,
cuando escribimos, leemos, podemos escuchar y hablar. Al recrear experiencias parecidas
a la vida real —como en el área de juego dramático: un consultorio de doctor, un super-
mercado, una repostería—, le ofrecemos al niño la oportunidad de ver la funcionalidad
del lenguaje a través de su juego y de experiencias concretas de escuchar, hablar, leer y
escribir.También ocurre al preparar una invitación para los padres o escribir una tarjeta de
agradecimiento a un recurso que visitó el salón.
54
teriza por dibujos y mensajes de una letra. En esta etapa, no establecen diferencia entre
escribir y dibujar. En la etapa de la escritura prealfabética temprana, que en otras
instancias también se reconoce como presilábica, las letras se escriben agrupadas en forma
horizontal, pero no tienen un orden. La etapa de escritura prealfabética (silábica)
se reconoce porque escriben una letra o símbolo en representación de sílabas o partes
de palabras. En la escritura alfabética, que muchos expertos identifican como corres-
pondiente al nivel preescolar y primario, ya existe una correspondencia alfabética entre
grafemas y fonemas; su mensaje es comprensible y se puede leer. Finalmente, con la escri-
tura convencional, se escriben palabras ortográficamente correctas (Ruiz, 1996, p. 39).
55
• Establece rutinas en las que los niños tengan que utilizar el lenguaje y la escritura.
Por ejemplo, puede ser una lista de asistencia para anotarse a su llegada. Realiza
una lista de turnos cuando muchos quieran llevar a cabo una misma actividad.
• Mantén tarjetas disponibles con sus nombres en el área de arte para que las utili-
cen como referencia para que escriban su nombre en cada trabajo.
• Ten materiales de escritura en todas las áreas posibles. Por ejemplo, en el área
de bloques, papel y lápiz para escribir mensajes en relación con la construcción
con bloques.
• Crea una sábana viajera. Dales un pedacito de tela a cada uno para que dibujen,
con marcador permanente de colores, lo que quieran. Luego cosan todos los pe-
dacitos formando una colcha. En una de las esquinas, cose un bolsillo plástico para
colocar fotos. Cada niño llevará a su casa la colcha por un fin de semana. El lunes,
contarán las historias de lo que hicieron con ella. En el bolsillo plástico, pueden
colocar fotos de lo que vivieron.
• Consigue un peluche. Entre todos, tomen la decisión de cuál será su nombre. Pre-
para una mochila con utensilios para escribir, sellitos, marcadores y una libreta sin
líneas. Los niños tendrán turno para llevar el peluche a casa. Nuevamente, el lunes
contarán las historias de lo que hicieron con él. Los familiares servirán de secreta-
rios escribiendo las actividades que hicieron entre todos. Los niños también pue-
den escribir. Desde el inicio, elijan los turnos. Ellos mismos tomarán la decisión de
cuando llevarán el peluche a casa. Todos participarán en igualdad de condiciones.
• Recrea, en el área de juego dramático, diferentes entornos y organiza los materia-
les de referencia o escritura para reproducir ese entorno. Por ejemplo: agencia de
viajes, colmado, doctor, secretaria, entre otros.
• Escribe letras en las tapitas de los envases de leche de medio galón y galón para
crear palabras o sus nombres (deben contener letras mayúsculas y minúsculas).
M a r í a
56
• Prepara una cartulina con una gráfica. Motívalos a formar sus nombres con letras
en tapas de leche o tarjetas sobre la gráfica. Esto les ayudará a que se familiaricen
con qué nombres tienen más o menos letras, y el orden de las letras.
• Graba a los niños recreando ser reporteros y prepara un periódico del salón. Pue-
den estudiar los componentes del periódico y ofrecer la oportunidad a cada niño
de dar la noticia del día, como sucesos o acontecimientos del salón que despiertan
interés. En la pizarra, la maestra copiará literalmente lo que el niño dijo, sin correc-
ción. Lo leerá en voz alta y le preguntará al niño si quiere editar su texto. Luego,
lo transcribe en papel y los niños tendrán la oportunidad de compartirlo con sus
familias. Esta es una actividad que se puede realizar en conjunto con los padres.
• Crea libros de diferentes contextos. Por ejemplo, en ciencia o matemáticas,
pueden anotar las observaciones del crecimiento de una planta utilizando pe-
gatinas para contar.
• Realiza ficheros de vocabulario con lo utilizado y estudiado en clase. Por un lado
de la tarjeta, se le pone la lámina o el dibujo; por el otro, la palabra escrita.
• Hagan un libro de cuentos colectivo. Cada niño aportará un cuento. Pídeles que
hagan un cuento. Copia y graba lo que cada uno diga literalmente. Transcribe lo
que digan tal cual lo expresen. Al transcribirlo, léelo de nuevo por si el niño quiere
editar algo. Luego de tener su aprobación, promueve que lo ilustren. Pueden tener
la alternativa de decidir si lo harán bajo una misma técnica de arte o si utilizarán
varios medios.
• Motívalos a que escriban su nombre sobre un espejo con crema de afeitar o “slime”.
• Inventa una pared de expresión pública. Coloca papel de estraza o tela en la pared
para que puedan escribir libremente sus trazos. Motiva a los infantes, maternales
y preescolares a escribir. Modela la escritura. Escribe sus nombres y léeles lo que
vas escribiendo.
• Inventa una caja de escritura. Consigue una caja del alto de los niños, en la cual
puedan pararse de frente para escribir. Asegúrate de que sea firme para sos-
tenerse mientras escriben. Puedes forrarla con papel y usarla como pizarra una y
otra vez. Para hacerla atractiva, puedes cubrirla con un color diferente cada día.
57
Los textos narrativos pueden contribuir a que los niños expresen lo que saben. Son una
buena estrategia para su desarrollo. Desde una perspectiva sicológica, sabemos que contar
una historia o hacer un cuento es una manera de comunicar, pues los niños viven rodea-
dos de historias que cuentan sobre sus experiencias de vida (Engel, 1995; Bruner, 1996;
Lecannelier, s.f.; McCabe, 1991).
Bruner (1996) plantea que la cultura es importante dentro del proceso de la formación de
la mente del ser humano, pues muestra su esencia y forma de ser, sus reflexiones y manifes-
taciones como persona. Las experiencias ayudan a que el niño pueda dar significado de sus
experiencias de vida, de su cultura, y ese significado le ayudará a tener comunicabilidad (Bru-
ner, 1996). Por otro lado, las estructuras narrativas utilizan la memoria como proceso cog-
nitivo, ya que la persona puede recordar una información y organizarla mentalmente en una
secuencia para construir una historia o un cuento (Mandler, 1984; Engel, 1995; Ong, 1982).
El simple hecho de contar un cuento es importante porque el niño práctico, hace inven-
tario de las historias que conoce, transfiere esa información a sus experiencias de vida y
a su propia forma de representación (Engel, 1995). El razonamiento intenta atar juntos los
pensamientos o las acciones en una serie de conexiones que no se rompen, pues relaciona
los eventos y les da significado (Smith, 1990). Gee (1991) nos dice que la memoria es un
asunto personal asociado a las experiencias personales y culturales. Así, esta tiene que
usarse como un ensayo, en este caso a través de un recuento en forma narrativa. Lo que
no se ensaya o practica, desaparecerá de la memoria. Por esto es importante que tenga-
mos este tipo de experiencia.
Beneficios de la narrativa
A través de la narrativa, el niño manifiesta conocimiento sobre eventos o episodios, las
personas y las relaciones entre ellas. También, características de los diferentes géneros de
la narrativa y aspectos lingüísticos, como el tiempo verbal y los conectores lingüísticos
(Hudson & Shapiro, 1991).
Si queremos desarrollar textos narrativos con los niños, debemos aprender a escuchar.
Este es un factor clave en el proceso de hacer cuentos. Los niños necesitan tiempo para
formular sus pensamientos y libertad para hablar sin ser etiquetados (Lehr, 1991). Estos
hablan sobre lo que conocen, piensan y perciben en los libros, en lo que escuchan y en lo
que leen. También, ofrecen su punto de vista y sus respuestas de lo que ven (Lehr, 1991).
58
a hablar y escribir sobre lo que sienten y piensan. Involucramos a los preescolares en este
proceso, y los maternales pueden verse inmersos en tal tipo de experiencia de aprendizaje.
Con los infantes, solo toma lápiz y papel, y anota la descripción de lo que hacen. Mientras
escribes, comunica oralmente lo que anotas. Por ejemplo: a Juan le gusta la pelota azul. Le
gusta tirarla hacia arriba, esperar a que caiga y correr a buscarla. Mientras hablas de Juan y
escribes sobre él, este querrá ver lo que haces, y hacer sus propios garabatos en el papel.
En algún momento, tomará un creyón y escribirá, imitándote.
59
tras escribe. Cuando el niño va explorando, el uso de garabatos que van adquiriendo formas
y trazos le permite ser consciente y apoderarse de las letras, y eventualmente de las palabras.
Implica, además, un proceso mental en el que debe ir recordando cada una de las letras que
siguen en la palabra que está escribiendo y asociar la grafía con el sonido, pues tiene necesidad
de conocer cómo van sonando las palabras. Esto nos refiere a un contexto educativo mucho
más elevado que el mero hecho de escribir por encima de unas líneas entrecortadas.
Cabe destacar que podrían existir excepciones dentro de este contexto, sobre todo, según
la individualidad y particularidad de cada niño. Hay veces que podríamos tener algún niño
con diversidad funcional en el aprendizaje, a quien una hoja mimeografiada podría ayudarle
a ganar mayor seguridad dentro de su proceso de escritura. Sin embargo, esto no debe
limitar su exposición a explorar con dicho proceso. Al contrario, es individualizar y facilitar
el proceso de adquisición de maneras apropiadas a la necesidad del niño.
Es importante llevarle el mensaje al niño de que ame su proceso y descubra sus capacida-
des en la escritura. Esto lo ayudará a entender que puede realizar cada evento de escritura
y aprender cómo van libremente sus trazos. Nunca debemos decirle que es un proceso
difícil, sino dejarlo que experimente, tal que viva cada experiencia de escritura como única.
60
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63
Evalúa tu práctica educativa
Dra. María de los Ángeles Agrinsoni
Rocío del Alba Estrada Berlingeri
Criterios
64
2. Utiliza la lectura como estrategia para el aprendizaje del
lenguaje con significado.
El educador:
• Presenta y utiliza rimas, canciones, poemas y nombres propios para el nivel del
infante, maternal o preescolar
• Le lee todos los días, en cualquier momento, hora, en cualquier lugar o espacio.
• Utiliza cualquier momento para leer, de acuerdo a los intereses del infante, ma-
ternal o preescolar.
• Incluye el patio como lugar para leer.
• Elige temas de lectura de acuerdo a los intereses del infante, maternal y preescolar.
• Lee con intencionalidad para enseñar conceptos, ideas y valores, y para el desa-
rrollo de temas.
• Lee para disfrutar con los niños.
• Respeta, permite y promueve que el infante, maternal o preescolar interaccione
con el libro y con la lectura.
• Vincula ideas o comentarios del infante, maternal o preescolar con la literatura
para ampliar conocimiento.
• Vincula la literatura y el vocabulario con experiencias reales.
• Relaciona e integra lo leído con la vivencia del niño durante la rutina diaria. Por
ejemplo, hace la canción del sapo y relaciona la “s” con la del nombre de Sonia.
• Utiliza recursos de voz para leer: tonos, sonidos, canciones, voces diversas.
• Utiliza diferentes técnicas para narrar los cuentos.
• Utiliza libros apropiados de géneros y autores variados.
• Lleva una bitácora de lectura del infante, maternal o preescolar.
65
• Nunca se dirige a corregir, sino a ampliar y modelar el conocimiento de la escri-
tura del infante, maternal o preescolar.
• Promueve la escritura en situaciones auténticas. Por ejemplo, mediante el juego
dramático o firmando la hoja de asistencia con su nombre cuando llegan al salón.
66
67
68
Las prácticas apropiadas para fomentar
el desarrollo del lenguaje en la niñez
temprana
Annette López de Méndez, Ed. D.
En este ensayo, se presentan algunas de las ideas utilizadas para desarrollar los talleres del
Proyecto ALCANZA, con la intención de que aquellos que utilicen este manual puedan
comprender la importancia de fomentar y estimular el desarrollo del lenguaje desde tem-
prana edad y el rol fundamental que tienen los adultos en dicho aprendizaje. Se incluye
un resumen de las prácticas apropiadas establecidas por la National Association for the Edu-
cation of Young Children (NAEYC) y se presentan las etapas que componen el desarrollo
del lenguaje para que los educadores y las familias puedan ayudar a los niños y niñas, de
acuerdo a su nivel de desarrollo, para que se apropien del lenguaje y pueda comenzar, en
la escuela, su educación formal preparados y listos para aprender.
El desarrollo del lenguaje juega un papel importante en el éxito futuro de los niños, tanto
en su vida social como en sus estudios. Desde el nacimiento, es primordial establecer
comunicación con ellos. Hablarles, observarlos, responder a sus miradas y gestos con
sonrisas y palabras, jugar con ellos, abrazarlos y darles amor son herramientas esenciales
para estimular el desarrollo del lenguaje en la niñez.
69
El lenguaje es una herramienta esencial que permite a los niños comunicarse, establecer
relaciones con los demás, aprender, conocer y entender el sentido del mundo que les rodea.
Está, asimismo, integrado al desarrollo cognitivo, que les permite aprender de las experien-
cias y los objetos, asociarlas con las palabras, y adquirir vocabulario. Esto, a su vez, posibi-
lita entablar una comunicación clara y efectiva entre los seres humanos. Por lo tanto, las
destrezas de comunicación y las habilidades para expresar los sentimientos por medio de
las palabras, los gestos y la conversación inciden en el desarrollo de la autoestima y el desa-
rrollo social. Aprender a expresar nuestras emociones y “dar voz” a nuestros sentimientos
es fundamental para promover una autoestima positiva y establecer relaciones efectivas.
Las destrezas de motor fino y gruesas juegan, igualmente, un papel importante en el desa-
rrollo de las destrezas académicas y del lenguaje, ya que estimulan el cerebro a recor-
dar, hacer asociaciones entre las experiencias concretas y el aprendizaje del lenguaje por
medio de nuestras acciones (Donnelly et al., 2016). Al integrar las destrezas motoras y del
lenguaje al proceso de enseñanza, se fortalece el desarrollo cognitivo y socioemocional;
esto establece los fundamentos para el éxito en la escuela y las relaciones positivas en
comunidad. Las investigaciones evidencian que la falta de estimulación hacia el aprendizaje
del lenguaje y la comunicación tiene consecuencias negativas para la niñez (Toppelberg
& Shapiro, 2000), que se reflejarán en una pobre ejecutoria académica, deficiencias en el
aprendizaje, dificultades sociales y timidez, desórdenes de ansiedad, problemas de con-
ducta, y hasta trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDA-H). De ahí la impor-
tancia de fortalecer el lenguaje para promover la resiliencia en la niñez.
70
Conversar, escuchar, escribir y leer nos permiten compartir nuestras experiencias con otros.
Esto facilita el proceso de entender el significado de nuestras experiencias dentro de un
colectivo, de buscar posibilidades y esperanza para evaluar y transformar nuestra realidad.
71
su futuro académico y social. Además, indican que las interacciones positivas en la niñez
temprana entre los niños y sus familias, maestros y cuidadores tienden a promover el
desarrollo y fomentar una base sólida en el área de la comunicación. Esta competencia es
fundamental, necesaria y útil para el aprendizaje y desarrollo del lenguaje.
Capacitar a los maestros y las familias para conocer y fomentar el desarrollo del lenguaje
representa, a su vez, ofrecerles las herramientas para enseñarles a cómo desarrollar la
autoestima, la resiliencia, la sana convivencia y la vida en comunidad. La meta es hacerles
conscientes de cómo, por medio del lenguaje, podemos compartir experiencias e historias
vividas para estimular la solidaridad y juntos transformar nuestra realidad, haciendo que
esta sea más esperanzadora. La aspiración es ofrecer a los maestros y las familias estra-
tegias de enseñanza que estimulen el desarrollo del lenguaje y ayudarles a entender que
fortalecer el lenguaje es responsabilidad de todos. Es proveerles una experiencia que les
permita reflexionar sobre la responsabilidad que los adultos tenemos hacia los niños, al
visualizar el desarrollo del lenguaje como la herramienta más importante para que estos
puedan comunicar y expresar sus sentimientos e ideas, ser exitosos en la escuela y a lo
largo de toda su vida. El lenguaje es crucial para que tengan un buen desempeño integral
en la escuela y para acrecentar su potencial para llegar a ser ciudadanos productivos.
72
El adulto, un instrumento fundamental en el desarrollo del lenguaje
El desarrollo del lenguaje es fundamental, pues es por este que logramos comunicar y
compartir nuestros conocimientos, ideas y sentimientos con otras personas y vivir en
comunidad. La niñez necesita de adultos comprometidos con su bienestar y que sean
capaces de estimular, en ellos, el desarrollo del lenguaje.
A pesar de que los niños y niñas nacen con una predisposición biológica hacia el lenguaje,
los estudios indican que la calidad de las interacciones entre estos y los adultos que
los cuidan cumple un rol formativo en el aprendizaje y el desarrollo del lenguaje. Estos
aprendices se benefician de la exposición al habla de los adultos, que es variada y que les
ofrece información detallada sobre los objetos y eventos que son parte de su entorno
(Hart & Risley, 1995). Además, los padres que responden de manera incidental a las ini-
ciativas verbales y exploratorias de sus pequeños –mediante descripciones verbales y
preguntas– tienden a tener hijos con un lenguaje receptivo y productivo más avanzado,
una mayor conciencia fonológica y un nivel más alto en las habilidades de comprensión
(Tamis-LeMonda, Bornstein & Baumwell, 2001).
Las teorías del desarrollo del lenguaje explican la manera en que los adultos influyen en
el desarrollo del lenguaje de la niñez. Bruner (1975, 1983) y Vygotsky (1962) sostienen
que el aprendizaje ocurre en un contexto sociocultural en el que los adultos y cuidadores
apoyan o crean un “andamiaje” que alienta a los niños y niñas a que se muevan a niveles
más altos de pensamiento y acción. De acuerdo con este punto de vista, los pequeños que
viven rodeados de personas mayores sensibles y en ambientes que son cognitivamente
propicios tienen una ventaja en el proceso de aprendizaje. Igualmente, las familias que les
proveen materiales de aprendizaje apropiados a su nivel y edad (como libros y juguetes
educativos) estimulan y apoyan el desarrollo del lenguaje y el aprendizaje. Dichos materia-
les brindan oportunidades para intercambiar ideas entre adultos y niños acerca de objetos
y acciones específicas. Por ejemplo, cuando un adulto se sienta con un chico a jugar en el
área del hogar y simula cocinar y comer, le ofrece la ocasión de practicar las conductas
apropiadas sobre cómo utilizar los utensilios de cocina y el vocabulario asociado. En ese
momento, los juguetes se convierten en el tema de conversación y en un momento para
intercambiar ideas sobre una experiencia familiar. Los juguetes que estimulan el juego
simbólico y las destrezas motoras finas también se asocian a las destrezas del lenguaje, la
motivación intrínseca y los enfoques positivos hacia el aprendizaje. Similarmente, contar
y leerles cuentos son actividades altamente enriquecedoras. Cuando se les brindan opor-
tunidades que ofrecen familiaridad con los libros de cuentos y el diálogo sobre estos, se
promueve y enriquece un vocabulario receptivo y expresivo, así como las habilidades de
lectura (Tamis-LeMonda & Rodríguez, 2009).
73
Es común, hoy en día, observar a los niños y las niñas jugar con el teléfono celular. ¿Cómo
podemos utilizar esta oportunidad para estimular el lenguaje en la niñez?
En resumen, las experiencias en el hogar y los centros de aprendizaje son necesarias y crí-
ticas para estimular el desarrollo del lenguaje y el aprendizaje. Los adultos pueden ayudar
a la niñez al proveerle las siguientes experiencias de alfabetización:
1. realizar actividades mediadas a través del juego (por ejemplo: hacer juegos de roles,
imaginar e inventar, dialogar sobre temas de interés del niño, leerle cuentos todos los
días, inventar historias y solucionar problemas juntos);
2. establecer relaciones familiares cálidas, abiertas y que invitan al intercambio de ideas,
la conversación y el diálogo con el niño;
3. complementar el juego y el diálogo con materiales educativos y libros apropiados a su
edad y nivel de desarrollo.
No debemos olvidar que los niños influencian a los adultos, así como los
adultos son capaces de influenciar a los pequeños. Por lo tanto, es crítico reco-
nocer la naturaleza transaccional de las experiencias de lenguaje y aprendizaje. Los niños
aprenden de los adultos, pero estos últimos también aprenden de los pri-
meros.
74
• Las fortalezas, intereses y necesidades de cada niño y niña en el
grupo – Estos elementos deben ser considerados, pues nos permiten adaptar
y responder a la variabilidad individual. Cada quien tiene su propio ritmo de cre-
cimiento y patrón de desarrollo; además, trae diferentes experiencias, fortalezas,
intereses y necesidades que se deben considerar al planificar las experiencias de
aprendizaje. Estos elementos son los que permiten al educador individualizar y
proveer a cada alumno lo que necesita. El individualizar y atender las fortalezas,
intereses y necesidades es la llave a la motivación hacia el aprendizaje del alumno.
• El conocimiento sobre lo que es culturalmente importante para
la niñez y sus familias – Cada niño y niña es un individuo producto de su
desarrollo, lo cual implica entender que el desarrollo es influenciado tanto por
los aspectos biológicos, como por las experiencias que ha acumulado en su hogar.
Conocer y considerar el contexto social y cultural de donde provienen los es-
tudiantes permite que los educadores puedan planificar y establecer conexiones
entre las nuevas experiencias que se ofrecen en la escuela y los conocimientos que
traen los alumnos de su entorno cultural. Esto conduce a que las experiencias de
aprendizaje sean significativas, relevantes y sensibles a la niñez. Conocer lo que es
culturalmente importante implica, además, la responsabilidad de integrar al currí-
culo experiencias de aprendizaje que enaltezcan los elementos culturales y sociales
propios de las familias de los niños y niñas que forman parte del centro preescolar.
Las prácticas apropiadas para el desarrollo infantil les permiten a los educadores enseñar
a los niños de edad temprana a su nivel, tanto grupal como individualmente. También
ayudan a establecer o modificar las metas educativas, de manera que sean alcanzables
y ofrezcan retos a los niños, contribuyendo a su desarrollo y aprendizaje continuo. Igual-
mente, permiten que los educadores puedan tomar decisiones relacionadas al proceso de
enseñanza aprendizaje, asegurando que las actividades se adapten a la edad, las expe-
riencias, los intereses y las habilidades individuales, dentro de un parámetro determinado
de edades (0-3 años, 3-6 años, 7-9 años).
Es importante reconocer que las prácticas apropiadas reafirman que los niños y niñas de
edad temprana aprenden cuando:
• Interactúan con adultos que los aman, respetan y son capaces de
responderles de forma positiva. Esto significa que los adultos deben tener
la capacidad de observar, dejar que los niños hagan, respetar y reconocer que el
aprendizaje conlleva aprender de los errores, ofrecer ayuda cuando los pequeños
lo necesiten y, en todo momento, apoyar y celebrar el esfuerzo que estos ponen
en su propio aprendizaje.
75
• Promueven la interacción de forma activa con el mundo donde
los niños y las niñas hacen. El juego, la exploración, la experimentación, la
interacción con otras personas, la manipulación y tocar los objetos son experien-
cias que propician el aprendizaje de forma concreta y emplean todos los sentidos
(ver, oler, escuchar, probar y tocar).
• Las actividades se convierten en experiencias significativas. Los
niños y niñas aprenden mejor cuando pueden hacer conexiones entre lo que
saben y lo nuevo por aprender. Los educadores deben planificar las experiencias
de aprendizaje de manera que los chicos puedan aprender de lo que les resulta
familiar a lo menos familiar, de lo sencillo a lo complejo, de lo cercano a lo lejano.
Tales experiencias son oportunidades para que estos tengan una vivencia compar-
tida, que los lleven a explorar, descubrir, conocer, crear y desarrollar destrezas y
habilidades. Los educadores deben planificar experiencias significativas de forma
intencionada para que los niños y niñas puedan aprender de ellas.
• Se les permite construir su propio conocimiento. Es primordial que
los adultos permitan el tiempo necesario para que los niños y las niñas puedan
descifrar por sí mismos los conocimientos. Cada uno tiene su propio ritmo de
aprendizaje. Esto implica que los educadores deben aprender a planificar y esperar
a que cada uno de sus pequeños se tome el tiempo que necesite para aprender.
Aquí es importante considerar los estilos de aprendizaje, las preferencias, las ne-
cesidades, los intereses, las fortalezas y el tiempo de aprendizaje que cada alumno
necesita para ello y generar herramientas para construir sus propios procedimien-
tos para solucionar situaciones problemáticas.
• Se promueve el JUGAR. El juego es la estrategia fundamental para la ense-
ñanza y el aprendizaje de la niñez. Esto permite a los niños construir el significado
del mundo que les rodea, solucionar problemas, tomar decisiones, conversar y
negociar. El juego es como una ventana que hace posible determinar dónde se
encuentran en términos de su aprendizaje y sus necesidades.
Piensa: Qué capacidades físicas, cognitivas, sociales y afectivas desarrollan los niños y las
niñas cuando:
• Corren, saltan, juegan con las muñecas o los carritos…
• Clasifican los bloques por colores, tamaño, forma…
• Experimentan emociones, como sorpresa, alegría…
• Cuando crean, con los bloques, un carrito o una casa…
• Cuando juegan con mamá o con otro compañero…
• Cuando descubren dónde está la boca, la nariz, las orejas…
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Para promover las prácticas apropiadas, se sugiere considerar las siguientes cinco estrate-
gias de enseñanza, las cuales están interrelacionadas y definen los aspectos esenciales de
una enseñanza efectiva:
• Crear una comunidad afectuosa de aprendices que se nutren y se
cuidan. Esto significa que todos en la comunidad de aprendizaje se sienten que
pertenecen, que son parte de ella. Además, como miembros, se sienten seguros
en el ambiente y no tienen miedo a preguntar o cometer errores. Existe un sen-
tido de que todos somos importantes y que cuando hay problemas, entre todos
podemos encontrar soluciones efectivas, que al trabajar juntos podemos alcanzar
y tener grandes logros. Por lo tanto, este tipo de agrupación requiere educadores
empáticos, conocedores de la personalidad y formas de aprender de cada uno de
los niños y niñas bajo su cargo, capaces de apoyar el desarrollo socioemocional
de sus aprendices mediante el fortalecimiento de las relaciones de estos con sus
familias y pares, a la vez de crear un sentido de grupo entre los alumnos. Asimismo,
se preocupan por mantener un ambiente organizado, ordenado y estético, e inclu-
sivo en cuanto a la cultura, el lenguaje y la diversidad presentes en sus alumnos.
Planifican para que los niños trabajen individual y grupalmente con sus pares y los
adultos. Desalientan las prácticas antisociales que excluyan a algunos niños y que
socaven el sentido de comunidad.
• Enseñar para enriquecer y optimizar el desarrollo y el aprendi-
zaje. Esto implica entender que los educadores son responsables de utilizar una
variedad de estrategias de enseñanza y aprendizaje, que incluyen: reconocer y
valorar lo que dicen y hacen los niños y niñas; animarlos en lo que hacen para que
persistan y se esfuercen; ofrecerles retroalimentación sobre sus ejecutorias; mo-
delarles las destrezas y conductas apropiadas; demostrarles la forma correcta de
cómo ejecutar o proceder al llevar a cabo un procedimiento; crearles y añadirles
retos a las áreas que dominan; ofrecerles apoyo, claves y ayuda para que eleven su
nivel de aprendizaje; proveerles información y darles instrucciones para guiar el
aprendizaje. Igualmente, es importante que usen la estrategia de andamiaje para
promover el progreso del aprendizaje y utilicen una variedad de contextos para
estimular el aprendizaje y desarrollo (grupos grandes, grupos pequeños, ambientes
para jugar, uso de la rutina diaria, entre otros).
• Planificar experiencias y actividades curriculares dirigidas a alcan-
zar metas importantes. Es imprescindible que cada centro y cada educador
tenga presente la importancia de tener un currículo para guiar las experiencias
de aprendizaje. El currículo esboza las metas y objetivos que consideran impor-
tantes y necesario promover en los alumnos. Este debe establecer claramente la
77
orientación filosófica, alineado a las prácticas apropiadas, de manera que las ex-
periencias educativas que componen el programa tengan coherencia, establezcan
una secuencia que oriente el aprendizaje y el ritmo de enseñanza, y promuevan el
desarrollo integral de la niñez. Es responsabilidad de los educadores conocer el
currículo para planificar, hacer conexiones significativas entre las áreas del desa-
rrollo y el aprendizaje (socioemocional, lenguaje, matemáticas, inquirir científico y
tecnología, comunidad, expresión creativa y apreciación de las artes, desarrollo y
destrezas físicas) y llevar a cabo el proceso de avalúo.
• Avalúo del desarrollo y aprendizaje de la niñez. El avalúo es el proceso
que se utiliza para observar el progreso de los alumnos respecto a su potencial de
aprendizaje y las metas establecidas. La observación nos permite: monitorear el
desarrollo y el aprendizaje de cada niño; guiar la planificación y tomar decisiones;
identificar a aquellos se puedan beneficiar de los servicios especiales y de apoyo
(como, por ejemplo, terapista del habla, pediatra, dentista, psicólogos educativos,
entre otros) y ofrecer intervención temprana a quienes lo necesiten. Este proceso,
tan importante, requiere que los maestros conozcan diferentes técnicas (obser-
vación, entrevistas, actividades) para recopilar la información sobre el desarrollo
y el aprendizaje de la niñez en diferentes contextos y momentos, y utilizando
diferentes fuentes de información (incluyendo los familiares). Las actividades de
avalúo se mantienen por escrito y se comparten con los profesionales del centro
y las familias. Su función primordial es conocer dónde se encuentra el niño con
respecto al nivel de desarrollo y las metas establecidas en el currículo, a fin de pla-
nificar estrategias que promuevan su desarrollo y aprendizaje óptimo. Igualmente,
este se debe utilizar para que los maestros reflexionen y mejoren sus ejecutorias.
• Establecer relaciones recíprocas con las familias. Las relaciones recí-
procas requieren que, entre las familias y los educadores, exista respeto mutuo,
cooperación, responsabilidades compartidas y negociación de las diferencias hacia
el logro de metas. Esta estrategia requiere que los educadores comprendan que
los parientes son las personas más importantes en la vida de los niños y niñas.
Estos son los primeros educadores de la niñez y conocen sus preferencias y ne-
cesidades. Por eso, es importante mantener una comunicación respetuosa con
ellos. Por otra parte, los educadores tienen mucho que compartir con las familias.
Las maestras y asistentes pasan prácticamente todo el día con los niños y las ni-
ñas, por lo que conocen lo que dicen y hacen, lo que les interesa, lo que les gusta
explorar y lo que han logrado en el programa educativo. Así, los miembros de la
familia valoran y agradecen esta información y atesoran la comunicación con los
educadores. Es, pues, la suma de esta relación recíproca entre la familia y los edu-
cadores lo que beneficia a la niñez.
78
Algunas estrategias sugeridas para promover las relaciones recíprocas entre las familias y
los educadores:
• Hacer que las familias se sientan bienvenidas al ambiente educativo.
• Propiciar un diálogo abierto, profesional y sincero entre la familia y los educadores.
• Mantener una comunicación diaria, positiva y que invita al diálogo entre ambas
partes.
• Reconocer las decisiones y las metas de la familia para sus niños; responder sen-
siblemente y con respeto a sus preferencias y preocupaciones.
• De existir diferencias de opiniones, lo importante es que entre ambas partes bus-
quen una solución que beneficie al niño o la niña.
79
imita los tonos y ritmos de la voz del adulto, lee los gestos y las expresiones facia-
les, y asocian las secuencias de los sonidos o palabras frecuentes con su respectivo
referente (Berk, 1996). Antes del año, al infante le place jugar, escuchar canciones
y rimas infantiles, jugar a esconderse y palmotear, explorar los libros (muchas ve-
ces los toca, abre y explora con la boca) y reconocer una o dos palabras sencillas
(dada, mamá, papá). Para los tres años, le gusta escuchar canciones, rimas y cuentos
cortos, conoce los nombres de los objetos familiares y habla de una manera en
que sus familiares y amigos lo entienden. Ya a los cinco años gusta de escuchar
cuentos cortos y contestar preguntas sencillas sobre el la lectura, utiliza oraciones
elaboradoras al hablar, narra sus propias historias, usa la gramática del adulto, y
se comunica con facilidad con otros niños y adultos. Para los ocho años, habla en
oraciones completas, tiene un vocabulario amplio, su habla es fácil de entender y
puede utilizar el lenguaje de diferentes maneras (por ejemplo, puede discutir ideas
y dar opiniones). Como se observa en ocho años, su desarrollo del lenguaje es
abismal. Entender cada hito del lenguaje es sumamente importante, ya que ayuda a
los médicos y otros profesionales de la salud a determinar si el niño está siguiendo
el desarrollo normal o si necesita ayuda (NIDCD, 2010).
Piensa: Las investigaciones científicas han demostrado que los bebés aprenden por
medio de lo que ven (imágenes) y lo que oyen (sonidos). ¿Cómo podemos ayudar
a nuestros niños a aprender?
• Los niños aprenden el lenguaje de forma natural: escuchan e imitan lo que oyen,
observan y hacen lo que ven. Al imitar, aprenden palabras y frases, que luego, debi-
do a su creatividad, inventan. De aquí la conveniencia de hablarles a los infantes y
maternales, aun cuando están en la etapa cuando solo pueden llorar, gritar, sonreír,
gorjear, balbucear y decir algunas palabras. Igualmente, las relaciones entre estos y
los adultos son indispensables para fomentar el desarrollo del lenguaje. Las relacio-
nes positivas y amorosas entre los niños y sus progenitores, otros miembros de
la familia, los cuidadores, los educadores de la primera infancia y otros chicos son
cruciales para fomentar la comunicación, el desarrollo del lenguaje y las conductas
apropiadas. Las experiencias de vida en esta etapa sientan las bases para el apren-
dizaje, la salud y el comportamiento a lo largo de la vida (Dehaene, 2009). Por
ello, los expertos afirman la importancia de hablarles, cantarles y leerles cuentos,
además de exponerlos a los libros y la escritura desde temprana edad. Igualmente,
es relevante proveerles diferentes experiencias para que exploren y se expresen
por medio del habla y la escritura. El diálogo y la lectura de cuentos sobre lo que
80
les interese estimula el desarrollo del habla. El garabateo y los dibujos promueven
la coordinación motora y son la antesala de la escritura. De ahí la importancia de
ofrecerles diferentes herramientas (como creyones, tiza, papel, marcadores, lápi-
ces de colores, entre otros) para estimular el garabateo, el dibujo y la escritura.
Aunque los niños aprenden de forma natural, es fundamental que las familias y los edu-
cadores sean conscientes de la importancia de estructurar experiencias de aprendizaje
acorde con su nivel de desarrollo para estimular el interés por las artes del lenguaje.
81
Piensa: Leerles cuentos a los niños y las niñas, todos los días o frecuentemente en la
semana, es la actividad más importante que se asocia con el desarrollo cognitivo y del
lenguaje de la niñez.
• ¿Cuáles son los cuentos favoritos de tus niños?
• ¿Cuántas veces a la semana leemos con los niños?
• ¿Los niños te ven leer y escribir?
• ¿Los niños tienen acceso a cuentos, papeles y lápices?
• ¿Existe un lugar en el ambiente del centro o salón para desplegar los dibujos y los
libros que pueden leer?
• ¿Existe en el salón un lugar para sentarme a leer con los niños?
A continuación, desglosamos el continuo de lo que los niños pueden hacer desde recién
nacidos hasta los cinco años. Esto fue desarrollado por la American Speech-Language-
Hearing Association (ASHA). Al igual que este, existen otros que pueden consultar. Sin
embargo, todos coinciden en lo que los niños y las niñas pueden hacer y demostrar en
un periodo de tiempo. Estas tablas nos ayudan a observar y evaluar el desarrollo del
niño. De notar algún retraso, esto nos permite consultar nuestras observaciones con
un especialista que confirmará o no nuestra apreciación. Esta lista se basa en el folleto:
¿Qué tal habla y oye su niño?
82
• Balbucea de manera parecida al habla y usa una gran variedad de sonidos,
incluso los que comienzan con “pa”, “ba” y “mi”.
• Se ríe.
• Balbucea cuando está emocionado o triste.
• Hace sonidos de gorgoteo cuando está solo o jugando con alguien.
De 7 meses a un año
• Le gusta jugar a palmotear (aplaudir) y a esconderse.
• Voltea la cabeza y mira hacia donde provienen los sonidos.
• Escucha cuando le hablan.
• Entiende las palabras de las cosas comunes; por ejemplo, “taza”, “camión”,
“jugo” y “papá”.
• Responde a lo que se le pide (“Ven acá”).
• Balbucea para llamar la atención y mantenerla.
• Se comunica usando gestos, como, por ejemplo, manoteando o levantando los
brazos.
• Imita diferentes sonidos del habla.
• Para el primer año, dice una o dos palabras (“mamá”, “papá”, “no” y “adiós”).
83
LO QUE PUEDEN HACER LOS PREESCOLARES
84
A continuación, se presenta el continuo evolutivo de los niños en la lectura y la escri-
tura. Las etapas y los objetivos responden al trabajo presentado por Neuman, Copple
y Bredekamp (2001). Los ejemplos de actividades son sugerencias y provienen de las
experiencias de los educadores y la literatura. Sugerimos a los lectores añadir sus pro-
pias ideas a estas actividades.
85
EL CONTINUO EVOLUTIVO: SEGUNDA ETAPA
86
EL CONTINUO EVOLUTIVO: TERCERA ETAPA
Algunas actividades que se pueden utilizar con los niños y niñas en el primer
año de primaria
• Apoyar el desarrollo del vocabulario por medio de la lectura diaria, transcribiendo
su lenguaje y seleccionando materiales que amplíen el conocimiento y el desarro-
llo del lenguaje.
• Invitarlos a leer y contar cuentos que ya conocen.
• Invitarlos a comprender por medio de releer, predecir, hacer preguntas y contextualizar.
• Jugar juegos para identificar palabras conocidas y desconocidas.
• Darles oportunidades para que practiquen escuchar, hablar, leer y escribir.
• Presentarles palabras nuevas y enseñar estrategias para descifrarlas y deletrearlas.
• Construir listas de palabras comunes que surgen de sus escrituras y lecturas.
• Hacerse miembros de la biblioteca y visitarla para sacar libros y compartirlos en casa.
• Escribir cartitas a sus amigos, padres y familiares.
• Visitar los museos, el correo y otros lugares que les requieran hacer actividades
de lectura y escritura.
• Dibujar, ilustrar libros de conceptos y temas de su interés.
• Pedirles a las familias que dialogen con sus niños, les lean todos los días, compartan
noticias del periódico.
• Hacer actividades que conlleven leer y escribir todos los días.
87
EL CONTINUO EVOLUTIVO: CUARTA ETAPA
Algunas actividades que se pueden utilizar con los niños y niñas en el segun-
do año de primaria
• Crear un ambiente enriquecido en lenguaje, que fomente el pensamiento analítico,
evaluativo y reflexivo.
• Utilizar estrategias para descifrar palabras desconocidas e identificar palabras nuevas.
• Leer con fluidez una variedad de textos con diferentes propósitos.
• Enseñar a leer y escribir en diferentes formas textuales (cuentos, información,
poemas, cartas, avisos, invitaciones, anuncios, entre otros).
• Enseñar las destrezas de edición: leer, revisar, editar, corregir y reescribir.
• Escribir sobre diferentes temas, para diferentes públicos.
• Utilizar la puntuación correcta en oraciones simples y revisar su propio trabajo.
• Promover el conocimiento de palabras nuevas y difíciles.
• Alentar a que los niños les lean a otros.
• Motivarlos a escribir e ilustrar sus escritos.
• Exhibir sus trabajos escritos.
• Ir con frecuencia a la biblioteca, aprender a buscar temas que nos interesan.
• Leer todos los días y utilizar la lectura para investigar temas.
Algunas actividades que se pueden utilizar con los niños y niñas en el tercer
año de primaria
• Proveer oportunidades, todos los días, para que los niños lean, revisen y evalúen
textos narrativos y descriptivos de un modo crítico.
• Fomentar una variedad amplia de vocabulario y oraciones apropiadas a la forma textual.
• Crear un ambiente que fomente el interés por la lectura crítica y las reacciones
individuales.
• Fomentar y disfrutar la lectura con fluidez.
88
• Promover el análisis de las ideas que se presentan en los textos y hacer conexio-
nes entre dichos textos.
• Motivar a los niños a utilizar la escritura como una herramienta que nos ayuda a
pensar, expresar nuestras ideas y aprender.
• Fomentar el conocimiento del uso correcto de las convenciones de la escritura.
• Enfatizar la importancia de la ortografía correcta en las tareas.
• Fomentar un ambiente que cautive a todos los niños y crear una comunidad de
alumnos de alfabetización.
• Ir frecuentemente a la biblioteca y aprender estrategias de búsqueda de información.
• Utilizar la escritura y la lectura en todas las disciplinas (ciencia, matemática, de-
portes, otros).
• Crear clubes de lectura y escritura.
• Fomentar la pasión y disfrutar el lenguaje en todas sus formas.
89
la familia, los maestros, el hogar y la sala de clases. Según Snow, Burns y Griffin (1998),
entre estos factores, los que tienen mayor peso en la predicción del éxito escolar futuro
están las destrezas lingüísticas orales a temprana edad, el vocabulario, el uso de oracio-
nes complejas y la conciencia metalingüística (siendo la conciencia fonológica uno de
estos elementos). Igualmente, afirman los investigadores, que entre las habilidades de
alfabetización emergentes que se asocian con dicho éxito están también: el reconoci-
miento de las letras, la capacidad para identificar la correspondencia entre las letras y
los sonidos, las destrezas relacionadas a la conciencia fonológica —incluyendo las pala-
bras que riman—, la segmentación y la mezcla de los fonemas, el reconocimiento de la
importancia de la lectura y la escritura, el conocimiento de los conceptos básicos de
matemática y los aspectos metacognitivos de la alfabetización. McClelland, Morrison y
Holmes (2000) añaden que otro factor significativo está relacionado a sus habilidades
de autorregulación, su capacidad para mantenerse motivados y enfocados en las tareas
académicas, su capacidad de inhibir los comportamientos inapropiados y retrasar la
gratificación. Los programas exitosos se enfocan en promover, tanto en el hogar como
en la escuela, el que los padres y maestros ayuden a los niños y niñas a desarrollar estas
destrezas de autorregulación.
Los programas de niñez temprana efectivos ofrecen, además, apoyo a las familias y los
maestros. En cuanto a los padres, utilizan estrategias como la lectura dialógica y las
visitas al hogar para desarrollar las habilidades parentales, fomentar la sensibilidad y las
prácticas de disciplina apropiadas, así como mejorar el ambiente de aprendizaje en el
hogar. En términos de los maestros y la sala de clases, estructuran ambientes lingüís-
ticamente enriquecidos, organizados, estéticos y que proveen un área para el disfrute
y gozo de los libros; planifican actividades y experiencias de aprendizaje individuales y
grupales dirigidas a la enseñanza intencionada de la alfabetización emergente, donde la
conversación está dirigida a explorar los temas por medio de preguntas abiertas; ade-
más, ofrecen retos a los alumnos, al permitir que estos experimenten con la escritura.
En estos salones, se permite que los niños hablen con el maestro y sus pares, exploren
los libros y pregunten. El educador se concibe como un guía que estructura y planifica
para promover el desarrollo del lenguaje.
90
RECORDEMOS EL PODER Y LA IMPORTANCIA DE LA ALFABETIZACIÓN
• Los primeros años de la infancia representan el periodo más importante en el
desarrollo de la alfabetización.
• La adquisición de la lectura y la escritura se pueden concebir como un continuo
evolutivo y progresivo, que comienza desde el nacimiento. Por esto es importante
conocer qué son capaces de hacer los niños, de acuerdo con su edad y etapa.
• La habilidad de leer y escribir necesita de adultos responsables y capaces de crear
ambientes lingüísticamente enriquecidos, con libros y materiales de alfabetización,
así como planificar actividades y experiencias de aprendizaje que estimulen el de-
sarrollo de las habilidades lingüísticas.
• Ningún método de enseñanza en particular es el más eficaz para todos los niños y
niñas. Los buenos maestros utilizan una gran variedad de estrategias de enseñanza
y avalúo para abarcar y promover el aprendizaje de todos sus alumnos.
• Todos los niños necesitan aprender las destrezas del lenguaje. Por ello, es respon-
sabilidad del maestro estructurar actividades de avalúo para conocer las fortalezas
y necesidades de sus alumnos. Si alguno no muestra progreso en su desarrollo, es
imprescindible que los maestros trabajen con él de manera individualizada. Igual-
mente, es importante que se estructuren estrategias dirigidas a trabajar con las
familias y promover en los alumnos las destrezas sociales y la autorregulación.
• Las familias juegan un papel importante en el desarrollo del lenguaje. Los padres y las
madres deben esforzarse para participar en interacciones positivas, de apoyo y carac-
terizadas por conversaciones que fomentan las habilidades cognitivas y conductas de
autorregulación, tan necesarias para que los niños y las niñas tengan éxito en la escuela.
Las familias deben involucrar a la niñez en conversaciones ricas, que incluyan voca-
bulario novedoso y otros retos lingüísticos. Asimismo, deben proporcionar ambientes
en el hogar cognitivamente estimulantes, al proveer juguetes didácticos, actividades de
alfabetización, con el apoyo del uso a través del juego, y ricos intercambios de conver-
sación. Por último, se sugiere que las familias y los maestros trabajen juntos para que las
actividades en el hogar promuevan y complementen el aprendizaje en la escuela.
• El dominio de las habilidades lingüísticas es la puerta al conocimiento de las diferentes
disciplinas académicas. El éxito escolar futuro depende de que las escuelas y los maes-
tros tengan como meta principal promover el desarrollo del lenguaje por medio de
ambientes lingüísticamente enriquecidos y la planificación de experiencias de apren-
dizaje dirigidas a promover un alto dominio de las destrezas lingüísticas en la niñez.
91
Referencias
Bowman, B. T., Donovan, S. & Burns, M.S. (2001). Eager to learn: Educating our preschoolers.
Washington D.C.: National Academy Press.
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93
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Estimulando el lenguaje mediante el uso del
lenguaje de señas: Una invitación a utilizar/
integrar el lenguaje de señas
Sugeily Ortiz Rivera, M.Ed.
95
En nuestros centros de cuidado infantil, recibimos tanto a niños típicos como a niños con
diversidad funcional. Muchos otros son evaluados en el transcurso, y como proveedores
hacemos observaciones válidas y claves para poder impactarlos positivamente y con una
pronta respuesta en el desarrollo de las destrezas del lenguaje; por ejemplo, hacemos
referidos para que reciban apoyo de terapias del habla, destrezas oromotor, entre otros.
En cuanto a la facilidad o dificultad de aprenderlo por parte de los niños, existen estudios sobre
la adquisición del lenguaje que apoyan científicamente el hecho de que los niños tienden a
producir sus primeros signos simbólicos antes que sus primeras palabras. (Rodríguez, 2017)
comer
leche
96
Integrar el lenguaje de señas en nuestros escenarios para promover el lenguaje será un
éxito para minimizar las frustraciones y aumentar la comunicación. Queremos niños y
niñas felices, interactuando, atentos, dispuestos a participar tanto como deseen, que se
sientan cómodos al expresar sus sentimientos y emociones.
sonríe feliz
cansado
sueño
moelsto
97
Interacción en la asamblea, participación significativa con la integración del lenguaje de señas.
Recuerda: promover el lenguaje con los niños, desde muy pequeños, a través del lenguaje
de señas tiene grandes beneficios. Uno de ellos es que potencia su desarrollo socioemo-
cional y cognitivo. Así que, ¿por qué no utilizarlo?, si, para nosotros, como educadores, uno
de los objetivos primordiales es enseñar a los niños cómo comunicarse para que puedan
alcanzar su potencial.Te invito a reflexionar sobre las palabras y conceptos clave que inter-
cambias a diario con la niñez que impactas y las aprendas en lenguaje de señas. Nada mejor
que la repetición y la constancia para que tengas —y tengan— éxito.
98
expresión. Con esto, vemos que utilizar el lenguaje de señas desde los escenarios más
tempranos tiene y tendrá un impacto significativo en el bienestar y desarrollo socioemo-
cional de la niñez. Con el uso del lenguaje de señas, establecemos el contacto visual como
clave para compartir el lenguaje, fomentamos conversaciones y a esperar por turnos,
motivamos a realizar gestos y mantener el contacto visual con el otro. ¡Desarrollamos
grandes destrezas que nos sirven para agilizar la expresión del lenguaje!
Por el contrario, cuando no logramos desarrollar destrezas de lenguaje que vayan más allá
de la comunicación verbal, tenemos niños con dificultades para expresarse y compren-
der a los demás, con frustraciones, incomodidad, alejamiento, entre otros problemas. De
pronto, identificamos situaciones donde esos aspectos específicos del lenguaje son ban-
dera de alerta y es meritorio utilizar y complementar el uso del lenguaje de señas como
herramienta para facilitar la necesidad de comunicación y desarrollar el lenguaje. Cuando
no contamos con este conocimiento, nos topamos con experiencias que impactan el
desarrollo socioemocional del niño, en ocasiones negativamente, por la repentina falta
de métodos alternos de comunicación. ¡Ofrezcámosles espacios de relajación y manejo de
emociones donde haya rótulos con imágenes y señas que describan sus emociones!
Por esto y otras razones más, queremos capacitarnos para proveer estrategias de comuni-
cación en las cuales el uso del lenguaje de señas apoye el desarrollo del lenguaje en gene-
ral, impactándolo positivamente. Guiemos a la niñez a ser capaces de expresar tanto sus
pensamientos, como a comprender los de otros en situaciones sociales y de aprendizaje
(NAEYC, 2009). Te invito a utilizar el lenguaje de señas como parte de tu rutina diaria con
la niñez temprana para obtener las destrezas básicas y lograr oportunidades de enriquecer
el ambiente de nuestros niños. Así, desarrollamos la autoestima, las relaciones sociales, el
respeto, la empatía y la comprensión.
99
Entonces, ¿cómo nosotros, como educadores, somos proactivos en desarrollar la
comprensión auditiva? Si bien sabemos, todos necesitamos entender el ambiente que
nos rodea, ya sea de manera auditiva o de manera visual. Apoyar la habilidad de escu-
char en la niñez temprana se produce cuando narramos lo que hacemos y vemos,
decimos lo que necesitamos y lo que estamos jugando. Pero, ¿qué sucede cuando no
vemos esas señales que nos describen el desarrollo en la habilidad auditiva acorde a
los parámetros establecidos?
Sí No
100
dad auditiva, proveyéndoles sonidos de animales, objetos con sonidos, grabaciones
de voz, música, baile, lectura de cuentos, títeres, entre otros. ¡No olvides utilizar las
señas básicas de conceptos que utilices en ese espacio para maximizar la habilidad
auditiva y desarrollar expresión oral!
libros
música/
canción
101
2. Expresión oral
Para conseguir expresiones orales, debemos desarrollar una relación sensible, con-
fiable, respetuosa y de admiración con el niño. Así, obtenemos y reconocemos las cua-
lidades y características singulares de cada uno, lo que nos ayudará a desarrollar la
oralidad en ese bebé, maternal o preescolar. Queremos ser parte de ambientes socia-
les enriquecidos, donde se disfrute y apoye la expresión —asombro, felicidad, gusto,
incomodidad, frustración, emociones, entre otras— y que el medio para hacerlo sea la
oralidad, tanto verbal como visual. La idea de exponer las diferentes vías de expresión
de mensajes es para priorizarlas en sus ambientes, usar e integrar el lenguaje de señas
como apoyo para el desarrollo del lenguaje de manera integral. Además, sirve como
recurso razonable para comunicarse ya sea infante, maternal o preescolar con retraso
en el desarrollo del lenguaje.
102
descubrimientos, ya sea imaginando, imitando o modelando. Debemos ofrecerles
herramientas que los catapulten a conversar, desde una lectura de cuento, una his-
toria creativa, hasta el uso de marionetas o títeres; que ellos sean los personajes.
Cuando brindamos actividades enriquecedoras, ampliamos el vocabulario, damos
sentido a las palabras, expresamos de manera cuidadosa y correcta, fomentamos
el contacto visual. Esto, a su vez, propicia la conversación, la espera por turnos y
la motivación para realizar gestos, sonidos, balbuceo, palabras, frases y hasta ora-
ciones. Ahora bien: ¿no crees tú que todo esto lo podemos complementar con el
lenguaje de señas? Imagina, por un momento, las experiencias vividas en tu centro;
ahora piensa en complementarlas con las señas. Como resultado, obtendrás niños
y niñas que interactúan entre sí, llevando un mensaje tan completo a través de la
oralidad y tan cotidiano como expresarlo con sus manos y su cuerpo. ¡Se puede!
¡El fin es disfrutarlo, practicarlo y ser parte de ello!
Diálogo haciendo uso de la expresión oral (verbal) y visual (integración del lenguaje de señas).
3. Comprensión lectora
Cuando pensamos en comprensión lectora, rápido nos vienen a la mente las oportu-
nidades que ofrecemos en nuestros escenarios, como: descubrir y darle vida a un libro
de cuentos, dramatizar una historia, descubrir las imágenes, sentir las texturas, reco-
nocer los sonidos y expresarlos. Son muchos los espacios que tenemos para fomentar
la comprensión lectora. No puede pasar el día sin compartir buena literatura, histo-
103
rias o escribir una con la participación de nuestros mejores personajes y autores,
nuestros niños. Enriquecer la lectura con gestos, sonidos, movimientos y señas es
una gran oportunidad para desarrollar lenguaje de forma divertida, ágil y de mayor
comprensión. Esto sirve tanto para infantes, como maternales y preescolares. Atrévete
a utilizar el complemento del lenguaje de señas. Te sorprenderá su acogida y verás
grandes logros y desarrollo en tus manos y en la de tus niños; luego, su utilización con
sentido y pertinencia. No dejes escapar los diálogos, las preguntas, las conversaciones,
los gestos. Utiliza el espacio para compartir la lectura, que está lleno de herramientas
y actividades para desarrollar el lenguaje. Es una oportunidad para establecer rela-
ciones, trabajar el enfoque y atención, y compartir de muchas sonrisas. Utiliza libros
grandes, imágenes, sonidos, canciones, fotos; rotula el salón con imágenes y palabras,
acompañándolas con su seña. Te aseguro que lograrás un escenario inclusivo y todos
se beneficiarán de las señas como algo normal y para la vida. Luego, cuando ese niño
tenga la oportunidad de compartir con la comunidad sorda, lo hará con normalidad,
seguridad, respeto y empatía.
4. Expresión escrita
Escribir es expresar. Expresar es comunicar. Comunicar es llevar un mensaje. Llevar un
mensaje es plasmar entendimiento, sentimientos, emociones y gustos. Al igual que es
importante expresarnos oralmente, también lo es expresarnos de manera escrita. Uti-
104
lizar materiales que modelen la escritura es sumamente significativo. Damos espacio
para la libertad, para plasmar, para ser creativos, para ver progresos, para dejar recuer-
dos. Brinda espacios para firmar y expresarse; espacios en el patio donde puedan
desarrollar la escritura utilizando pintura, tizas, creyones, marcadores, lápices. Ofrece
cajas, papel para escribir, papel de estraza, papel aluminio, envaces plásticos, caballetes,
letras magnéticas, entre muchos otros. Crea un espacio íntimo con la escritura. Realiza
actividades con los infantes para que, utilizando sus extremidades, dejen un mensaje
plasmado. Inventa una búsqueda de huevitos sorpresa, llenos de letras y láminas para
desarrollar el lenguaje. Modélales cómo escribir, suena las letras con detenimiento,
escribe con su ayuda un cuento o libro grande, y apóyalos pegando las imágenes que lo
describan. Sé la herramienta principal para fomentar la creatividad. Invita a las familias
para que creen un cuento del nacimiento y desarrollo del infante, maternal o prees-
colar; invítalos a leerlo y modela la escritura cuando sea necesario. Permíteles ser
portadores del aprendizaje y valora su aportación. Una forma de integrar el lenguaje
de señas a la escritura es anejando la seña de la palabra clave o concepto al trabajo.
avión
guineo
¡No dejemos escapar el uso e integración del lenguaje de señas! Es práctico y aplicable
para desarrollar las cuatro habilidades del desarrollo del lenguaje.
105
)PVSPHIPIHYGEHSV]HIPEJEQMPMEIRIPHIWEVVSPPSHIPPIRKYENI
Como educadores, reconocemos que lo primordial para conocer y entender a la niñez
temprana es conocer a su familia, integrarla, apoyarla y educarla para que sea parte de los
procesos y desarrollo de cada infante, maternal o preescolar; que junto a nosotros seamos
un equipo. Si bien nos formamos para comprender el desarrollo del lenguaje de los niños,
las familias componen una gran parte, muy importante, de esa formación a la hora de
acercarnos a ella por primera vez. Son ellos los que nos describen cómo ha sido el desa-
rrollo del lenguaje en el hogar, a qué ha estado expuesto su hijo y cómo son proactivos
en promover el lenguaje en casa. Desarrollar y fomentar una relación de afecto y respeto
con las familias es la base para formar, juntos, la visión de lo que debe alcanzar ese niño en
particular, sin compararlo con otro.
Conociendo los intereses, gustos, fortalezas y necesidades del niño es que podemos conocer
sus diversas maneras de aprender. Damos espacio para hacer un acercamiento más acertado
en cuanto a actividades y estrategias para fomentar la participación y desarrollo esperado,
habiendo conocido lo anteriormente descrito. Lograr la confianza de parte de la familia nos
pone en ventaja para apoderarnos del aprendizaje. En el caso de los niños con necesidades
especiales o retos en el desarrollo del lenguaje, es importante que comprendamos y apre-
ciemos su lenguaje y nos movamos en equipo a desarrollar estrategias efectivas tanto para
el centro como para el hogar. Reconocer que podemos ser facilitadores del lenguaje y que el
complemento del lenguaje de señas es vital, hará que tanto la niñez como su familia acepten
positivamente su uso y le den seguimiento en el hogar. Queremos niños y niñas que puedan
expresarse, y que sea cuál sea la forma de comunicarlo, sea respetado, aceptado y compren-
dido. Sus destrezas de desarrollo del lenguaje van a ir aumentando, así como su desarrollo
socioemocional, porque cuenta con apoyo, es entendido y aceptado. ¡Démosle el espacio
para explorar el lenguaje en sus diversas variantes y ofrezcámosle a la familia vías de comuni-
cación aceptadas, y la oportunidad para comprender las necesidades de su hijo o hija! Que-
remos ser parte del éxito, de alcanzar metas, de lograr el desarrollo del lenguaje en equipo.
Recuerda compartir los logros, las actividades realizadas y las señas para uso, repaso y aprendi-
zaje en el hogar.Además, separa un día para invitar a la familia a pasar un momento en el centro.
106
La importancia de promover e integrar el lenguaje de señas
como complemento en la educación preescolar
Utilizar e integrar el lenguaje de señas debe ser un estándar que cumplan todos los cen-
tros de intervención temprana. Recientemente, se han estado dilucidando los esfuerzos
por la comunidad sorda puertorriqueña de ser reconocidos en nuestra sociedad por sus
destrezas y habilidades, y no por la barrera de comunicación que enfrentan al comunicarse
con la población en general a través del lenguaje de señas. Estos esfuerzos van más allá
de expresar sus deseos de integrarse y ser igualmente aceptados que los oyentes, los que
nos expresamos oralmente sin el apoyo de un lenguaje que nos complemente. El Senado
de Puerto Rico creó la “Ley para incluir cursos de lenguaje de señas en el currículo de las
escuelas del Departamento de Educación de Puerto Rico” (Ley Núm. 56 del año 2018)
en enero de 2018. Esta pretende educar a las diferentes etapas escolares; es obligatoria
en la etapa elemental y electiva en las siguientes. La finalidad de esta medida es facilitar la
integración y comunicación del lenguaje de señas.
Sin más, los invito a utilizar e integrar el lenguaje de señas en sus centros para obtener
mayores logros en el desarrollo del lenguaje de los infantes, maternales y preescolares.
¡Veamos el lenguaje de señas como un vehículo práctico, de gran valor, apoyo y de equidad!
Recursos
• Cursos de Lenguaje de Señas presencial en Puerto Rico
• División de Educación Continua y Estudios Profesionales, UPR – RP
• Colegio San Gabriel, Inc.
• Servicios Orientados al Sordo Inc.
107
Club que promueve el aprendizaje del lenguaje de señas básico con sentido, pertinencia y respeto
en los grados primarios para la integración con preescolares sordos y niños de kindergarten.
108
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109
Agradecimientos
Evaluadora externa
Chamary Fuentes Vergara
CapacitadorEs
Wanda Figueroa Fuentes
María de los Ángeles Agrinsoni
Germie Corujo Martínez
Sugeily Ortiz Rivera
Asistentes de investigación
Kiana Pacheco
Estefanía Rodríguez
Asistente administrativa
Zorivette Meléndez Serrano
Fotografía y video
Amílcar Rivera Marrero
Centro de Investigaciones Educativas
El Centro de Investigaciones Educativas (CIE) de la Facultad de Educación
es una comunidad de búsqueda y aprendizaje donde convergen investiga-
dores interesados en realizar estudios que permitan buscar alternativas,
documentar y evaluar programas, crear proyectos innovadores y generar
nuevo conocimiento. La meta es promover un espíritu de búsqueda y
generar interés en la preparación de estudios, evaluaciones, experimen-
tos y proyectos innovadores en el escenario educativo puertorriqueño.
Además, pretende divulgar y difundir las ideas producto de estas inves-
tigaciones, tanto en el nivel nacional, como internacional, para así contri-
buir al mejoramiento de las prácticas educativas que redunden en una
educación de calidad para todos los miembros de la comunidad escolar.
Como objetivo, ALCANZA propone concienciar al público en general sobre los principios que
sustentan las Prácticas Apropiadas establecidas por la NAEYC, lo que caracteriza un servicio de calidad
y la importancia de promover, entre los educadores, una educación formal, ya sea a través de la
obtención de un grado asociado, bachillerato o estudios graduados en el área de preescolar, para
así ofrecer la mejor educación a la niñez temprana. Asimismo, es una estrategia de aprendizaje
independiente dirigida a los adultos, en especial a aquellas personas que tienen bajo su cargo la
responsabilidad de cuidar y educar a los niños y niñas entre las edades del nacimiento hasta los seis
años. Esta estrategia se ha concebido como una serie de ocho módulos, acompañado de un vídeo,
los cuales estarán disponibles de forma gratuita y podrán ser accedidas a través del Portal del CIE.
En fin, proveer a los niños una educación de calidad requiere un gran esfuerzo de parte de todos.
ALCANZA ha dado el primer paso; te invitamos a unirte a nuestro esfuerzo.