El documento resume la evolución del pensamiento social en Argentina desde el siglo XIX. Inicialmente, las reflexiones sociales estuvieron presentes en obras literarias que abordaron temas como la vida del gaucho y la situación política bajo el gobierno de Rosas. A lo largo del siglo XIX, intelectuales como Esteban Echeverría, Domingo Sarmiento y Juan Bautista Alberdi analizaron figuras como Rosas y las causas detrás del poder de los caudillos, estableciendo dicotomías entre civilización y barbarie
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El documento resume la evolución del pensamiento social en Argentina desde el siglo XIX. Inicialmente, las reflexiones sociales estuvieron presentes en obras literarias que abordaron temas como la vida del gaucho y la situación política bajo el gobierno de Rosas. A lo largo del siglo XIX, intelectuales como Esteban Echeverría, Domingo Sarmiento y Juan Bautista Alberdi analizaron figuras como Rosas y las causas detrás del poder de los caudillos, estableciendo dicotomías entre civilización y barbarie
El documento resume la evolución del pensamiento social en Argentina desde el siglo XIX. Inicialmente, las reflexiones sociales estuvieron presentes en obras literarias que abordaron temas como la vida del gaucho y la situación política bajo el gobierno de Rosas. A lo largo del siglo XIX, intelectuales como Esteban Echeverría, Domingo Sarmiento y Juan Bautista Alberdi analizaron figuras como Rosas y las causas detrás del poder de los caudillos, estableciendo dicotomías entre civilización y barbarie
El documento resume la evolución del pensamiento social en Argentina desde el siglo XIX. Inicialmente, las reflexiones sociales estuvieron presentes en obras literarias que abordaron temas como la vida del gaucho y la situación política bajo el gobierno de Rosas. A lo largo del siglo XIX, intelectuales como Esteban Echeverría, Domingo Sarmiento y Juan Bautista Alberdi analizaron figuras como Rosas y las causas detrás del poder de los caudillos, estableciendo dicotomías entre civilización y barbarie
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LA TEORÍA SOCIAL EN ARGENTINA
La sociología como disciplina científica se consolidó en Argentina en el siglo XX,
pero desde los inicios de la nación, las reflexiones sobre lo social estuvieron presentes, especialmente en el siglo XIX. En esta época, las ideas sociales se fusionaron con la creación literaria, como se ve en la obra "Martin Fierro" de José Hernández, que abordó las dificultades de la vida del gaucho después del gobierno de Rosas de una manera que permitía su difusión oral. A principios d el siglo XX, la sociología comenzó a enseñarse en algunas cátedras universitarias como parte de otros programas de estudio. No fue hasta la década de 1950 que se estableció la carrera de sociología en la Universidad de Buenos Aires. Es importante destacar que los aportes al pensamiento social también provienen de autores fuera de la academia.
LA GENERACIÓN DE 1837 Y LOS PRIMEROS PASOS DEL
PENSAMIENTO SOCIAL Los gobiernos patrios posteriores a mayo de 1810 no lograron establecer un Estado centralizado en las provincias del antiguo virreinato. En 1820, las Provincias Unidas se dividieron en diferentes autoridades provinciales autónomas que no reconocían una autoridad política común. Esta situación continuó hasta que Juan Manuel de Rosas asumió el poder en la p rovincia de Buenos Aires. Rosas, mediante conflictos armados con líderes regionales y acuerdos con líderes indígenas, logró pacificar en cierta medida el territorio. Sin embargo, Rosas ganó numerosos enemigos en este proceso, incluyendo a la mayoría de la élite intelectual de Buenos Aires. A partir de 1837, estos escritores se reunieron en la Sociedad Literaria, que más tarde se convirtió en la Asociación de Mayo. Desde el exilio político, muchos de ellos intentaron explicar el fenómeno de los caudillos federales del interior y de Rosas, analizando los elementos sociales de las "montoneras," que eran los opositores a Buenos Aires. A través de la literatura, buscaban crear un conjunto de ideas que contribuyeran a la cultura nacional, explicar las causas socia les de la guerra civil, denunciar las injusticias del gobierno de Rosas y señalar los errores de la oposición del Partido Unitario.
ROSAS Y LOS SECTORES POPULARES
La figura de Juan Manuel de Rosas, al igual que la de Juan Domingo Perón en el siglo siguiente, generó divisiones en la sociedad argentina del siglo XIX. Ambos tuvieron una gran importancia política y ejercieron una influencia significativa en el pensamiento social de la época, lo que provocó controversias en torno a ellos. Más allá de las opinio nes personales, la literatura de los intelectuales que analizaron las causas sociales del poder de Rosas refleja un desprecio hacia el papel que él otorgó a los sectores sociales marginados, como los gauchos, indígenas, negros, mulatos y pardos, quienes co menzaron a tener un mayor protagonismo en la vida social. Los ciudadanos "bien y decentes" de Buenos Aires debieron acostumbrarse, entre otras cosas, a las festividades realizadas por las comunidades africanas en la Plaza de Mayo. Rosas impulsó fuertemente el saladero, una de las primeras actividades económicas que requería cierta organización del trabajo. Él mismo fue uno de los pioneros en esta industria y ejerció influencia sobre los gauchos, indígenas y negros que trabajaron con él, ofreciéndoles una vi da mejor a cambio de su lealtad personal. Se cuentan anécdotas que resaltan su pasión por la disciplina, incluso aplicándola a sí mismo, alentando a sus trabajadores a azotarlo cuando cometía alguna falta, como llevar un cuchillo los domingos o dejar caer sus boleadoras.
ESTEBAN ECHEVERRÍA: EL MATADERO
"El Matadero" de Esteban Echeverría es considerado el primer cuento de la literatura argentina y uno de los primeros escritos en abordar socialmente la situación política del país. Escrito alrededor de 1839 p ero publicado más tarde, utiliza la metáfora del matadero para explicar la "tiranía" de Rosas, asociando el caos y las costumbres del "bajo pueblo" rural con el gobierno rosista, considerado un matadero de opositores políticos. Este texto establece una dic otomía crucial en el pensamiento social argentino: campo versus ciudad. El campo representa costumbres irracionales y bárbaras, mientras que la ciudad simboliza la ilustración y las ideas europeas avanzadas. A pesar de que la ciudad necesitó del apoyo del campo para lograr la independencia, una vez alcanzada, se esperaba que el campo se sometiera a la razón ilustrada de la ciudad. La narración refleja el enfrentamiento por la condición social de los habitantes del país, con la oposición política a Rosas ali neada con la "gente bien y decente," y los seguidores del gobierno vinculados a la sociedad rural y los negros y mulatos, que constituían una parte importante de la población de Buenos Aires. Además, el conflicto entre las culturas de la ciudad y los puebl os originarios añadía tensiones políticas y militares constantes, especialmente en las fronteras, donde concluía la conquista y comenzaba el desierto, con la amenaza constante del malón. Estos temas también son explorados en el cuento "La Cautiva" de Echev erría.
CIVILIZACIÓN O BARBARIE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO
El libro "Facundo" de Domingo F. Sarmiento aborda la figura del caudillo Facundo Quiroga para entender a Juan Manuel de Rosas y analizar las causas sociales y geográficas detrás de los gobiernos "au toritarios" o "despóticos", asociados con el campo y el desierto en Argentina. Sarmiento ve el gobierno de Rosas como la traslación de las costumbres de la estancia al ámbito urbano. El texto establece la dicotomía entre civilización y barbarie, donde la c ivilización se concentra en Buenos Aires y las ciudades, mientras que la barbarie representa el campo y el desierto, carentes de espacios públicos y de la influencia de la razón occidental. La tarea política según Sarmiento era expandir la educación para difundir la civilización. Como presidente entre 1868 y 1874, Sarmiento logró que Argentina tuviera el nivel más alto de alfabetización en toda América Latina.
JUAN BAUTISTA ALBERDI: POBLAR EL DESIERTO
Juan Bautista Alberdi, contemporáneo de Sarmiento, abord ó la problemática argentina proponiendo la fórmula "gobernar es poblar" y promoviendo la inmigración como clave para poner fin a las guerras civiles y establecer una nueva sociedad. Alberdi, un destacado escritor de su época, entendió el federalismo como un aspecto inevitable y arraigado en la sociedad argentina. Su obra "Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina" ejerció una fuerte influencia en la Asamblea Constituyente de 1853. Sin embargo, durante las presidencias de Mitre y Sarmiento, Alberdi se distanció de sus antiguos aliados, acusándolos de recurrir a la violencia directa contra el federalismo y el gaucho en lugar de mantener el programa político -social inicial de la Asociación.
A pesar de los esfuerzos de Al berdi por fomentar la inmigración europea, la
llegada masiva de inmigrantes, en su mayoría de España, Italia y Europa del este, no produjo la influencia cultural francesa e inglesa que él había deseado.
EL PENSAMIENTO SOCIAL EN LA MODERNIDAD ARGENTINA
En el pensamiento político del siglo XIX europeo, la noción de "multitud" representa a nuevos grupos sociales como una amenaza y fuente constante de disturbios, incluyendo mendigos, trabajadores, inmigrantes, obreros y marginales. Son considerados "clases pel igrosas" al margen de la civilización, y esta idea política atraviesa el debate cultural en torno a la emergente clase proletaria. El fragmento de "Las masas y las balas" de Lobodón Garra describe la llegada de inmigrantes a un barco en Buenos Aires, donde la diversidad de grupos étnicos y las historias de luchas y opresiones se reflejan en una multitud ansiosa y comunicativa, aunque dividida por veinte idiomas diferentes. Cada individuo en esta masa representa ambiciones, dolores, angustias y esperanzas, a sí como las injusticias y opresiones que enfrentaron en sus países de origen. A pesar de su diversidad, todos comparten la expectativa de llegar a Buenos Aires, aunque la ciudad sigue su vida ajena e indiferente a su llegada.
Ramos Mejía y Las multitudes argentinas
En 1899, José María Ramos Mejía publicó "Las Multitudes Argentinas," un texto más científico que literario, que investiga las multitudes urbanas y rurales como fenómenos sociales. Ramos Mejía describe a la multitud rural -montonera como agresiva, instintiva y brutal pero también generosa y heroica, la misma que originó guerras civiles en el pasado. Destaca la singularidad de la multitud liderada por Juan Manuel de Rosas, que llevó esta dinámica rural a las cercanías de la ciudad. El libro plantea una nueva dicotomía entre multitud y grupo, donde la multitud se caracteriza por el tumulto y el instinto, mientras que el grupo se basa en la deliberación y la responsabilidad social. El grupo se considera una "multitud estática" que participa en eventos culturales, pero influye en la política a través de representantes. A medida que Ramos Mejía se pregunta dónde están las multitudes en la época, miles de inmigrantes llegan a Buenos Aires, en su mayoría de Europa, especialmente de Italia y España. Estos inmigrantes se concentran en las ciudades, en lugar de poblar el desierto como se había esperado en tiempos de Alberdi y Sarmiento, dando lugar a la nueva multitud de las clases medias y obreras en Argentina.
Ernesto Quesada: una sociología para el Estado
Las nuevas multitudes de inmigrantes en Argentina dieron lugar a la formación de sindicatos que, en lugar de difundir las "luces de la razón" deseada por Alberdi, propagaron ideologías anarquistas y socialistas, desencadenando importantes conflictos sociales y políticos. La Federación Obrera de la República Argentina (FORA) se convirtió en la primera gran central obrera nacional y comenzaron las huelgas, lo que sorprendió a las élites dominantes. Estas multitudes inmigrantes difundieron el socialismo y el anarquismo entre la población criolla. Simultáneamente, en las universidades se establecieron las primeras cátedras de Sociología positivista, como la dirigida por Ernesto Quesada. Para Quesada, la sociología era un instrumento científico, socialmente neutral, al servicio de un Estado que debía mediar en los conflictos sociales entre patrones y obreros, basándose en datos estadísticos y fundamentos científicos imparciales. La ciencia parecía ideal para esta tarea, al estar alejad a de las pasiones y los odios que afectaban a la sociedad argentina en ese período. El Estado argentino comenzó a realizar sus primeros esfuerzos de reforma y encargó a Bialet Massé un estudio de la situación social en el interior del país, que resultó en el Informe sobre el estado de las clases obreras en el interior de la república en 1904. En 1907 se estableció el Departamento Nacional de Trabajo, que empezó a utilizar la sociología para recopilar estadísticas estructurales, como la cantidad de trabajado res por industria y accidentes laborales, con el objetivo de diseñar intervenciones sociales (aunque estas no se concretaron hasta la aparición del peronismo).
José Ingenieros y el problema de las razas
José Ingenieros, un destacado intelectual de las prim eras décadas del siglo XX, abordó la sociología en varias de sus obras. Creía que la sociología debía seguir el método de las ciencias naturales para descubrir leyes sociológicas subordinadas a leyes biológicas. Esto llevó a una sociología centrada en el e studio de las razas. Ingenieros propuso la idea de crear una raza argentina homogénea que resolvería los problemas sociales y políticos del país. Después de las guerras civiles del siglo anterior, el problema de la "unidad política" se había resuelto, pero surgía ahora el de la "unidad nacional" debido a la inmigración. Para superar estos nuevos antagonismos, era necesario fusionar las distintas nacionalidades en una "raza argentina" que proporcionara una "unidad mental y social" a la población.
La sociología, las masas y la violencia
El 17 de octubre de 1945 marcó un evento significativo en el siglo XX, cuando miles de trabajadores se movilizaron en apoyo al coronel Juan Domingo Perón, quien había ocupado varios cargos en el gobierno militar desde 1943. Est a movilización estableció una alianza entre Perón y los obreros, lo que eventualmente le permitió ganar las elecciones al año siguiente y convertirse en presidente de Argentina. La élite intelectual mayoritaria interpretó este movimiento como la reaparició n de "las multitudes bárbaras", haciendo eco de la descripción de Ramos Mejía sobre las montoneras federales del siglo anterior. El peronismo se caracterizó como un "aluvión zoológico" compuesto por figuras sociales como el "cabecita negra" o el "descamisado". El peronismo se convirtió en un tema central en la sociología, con dos visiones opuestas representadas por Gino Germani y Arturo Jauretche.
Gino Germani: migración interna y movilización social
Gino Germani desarrolló una tesis influyente sobre las c ausas sociales del peronismo. Según él, el surgimiento del peronismo estaba relacionado con la migración interna del campo a la ciudad, que comenzó en la década de 1930. Para Germani, el peronismo surgió de la integración de la sociedad rural tradicional e n la sociedad industrial. Esta convivencia entre dos sociedades estructuralmente diferentes fue la principal causa social del movimiento peronista. Germani argumentaba que el peronismo se originó en trabajadores rurales sin cultura urbana que migraron a la ciudad para trabajar en las nuevas industrias creadas durante la crisis mundial de 1930 y la Segunda Guerra Mundial. Estos migrantes constituían "masas disponibles" sin afiliación a las ideologías sindicales tradicionales en Argentina, como el socialismo o el anarquismo. Durante la era del peronismo en Argentina (1945 -1955) y hasta la década de 1960, se observó un fenómeno de movilidad social, donde las personas tenían la oportunidad de ascender en su clase social original, algo que raramente ocurría en la s sociedades tradicionales con estructuras estamentales rígidas.
El debate con Germani en la década del setenta
En 1971, se publicó "Estudios sobre los orígenes del peronismo," un libro con dos trabajos escritos por Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero que desafiaba la visión de Gino Germani sobre el origen del peronismo. Los autores argumentaban que la adhesión de los trabajadores al peronismo no se debía únicamente a la migración interna y la falta de cultura urbana, como sostenía Germani, sino a la influencia de líderes sindicales anteriores que respaldaron a Juan Domingo Perón. Portantiero utilizó conceptos de Antonio Gramsci para analizar el peronismo y su capacidad para establecer un proyecto hegemónico. Los autores también rechazaron la idea de que la opción por el peronismo implicaba la renuncia a los valores obreros previos, argumentando que era una adaptación de las tradiciones sindicales anteriores a las nuevas condiciones sociales y políticas de la época. Este enfoque rompió con la opinión pred ominante en la sociología hasta ese momento y estableció una alianza entre un sector del pensamiento sociológico y el movimiento peronista, que regresó al poder en 1973.
Arturo Jauretche: un estudio del anti peronismo
Arturo Jauretche, en su obra "El medio pelo en la Sociedad Argentina," intentó desarrollar una sociología no académica para explicar la fuerte oposición que el movimiento peronista generó en ciertos sectores de las clases medias, como pequeños propietarios, profesionales y cuentapropistas. Uti lizó el término "el medio pelo" para describir a estos sectores sociales que pretenden tener un estatus social más alto de lo que realmente tienen en términos de ingresos económicos. Estos grupos de clase media inventan normas culturales que les permiten imaginar que forman parte de una sociedad diferente. Por ejemplo, establecen lo que está "in" y lo que está "out," junto con otras costumbres que les ayudan a vivir en la ilusión de pertenecer a estratos sociales más altos. Su elección de vivienda, marcas de ropa y automóviles se basa en su deseo de pertenecer a la clase alta en lugar de considerar la utilidad, comodidad o necesidad real. Al mismo tiempo, tienen una idea errónea de lo que realmente son las clases altas, lo que lleva a un profundo malentendido. Roberto Carri: violencia social y violencia política En 1968, Roberto Carri publicó "Isidro Velázquez: Formas pre -revolucionarias de la violencia," cuestionando la concepción tradicional del "delincuente" como alguien al margen de la ley y apolítico. Ca rri argumentó que Isidro Velázquez, un ex trabajador agrícola del noreste argentino, representaba el malestar del pueblo de esa región y, por lo tanto, era popular y capaz de evadir a las autoridades provinciales. Este enfoque ofrecía una nueva visión de l o social, donde lo político y lo social se entrelazaban en expresiones heterogéneas y diversas de luchas de poder. El libro examina las rebeliones espontáneas del pueblo y las formas de protesta a través de la vida de Velázquez, considerado un "bandolero" o "delincuente" por la prensa, quien robaba a los hacendados y compartía parte del botín con la población. Velázquez se convirtió en una leyenda y un mito para el pueblo, desafiando constantemente a la autoridad y recibiendo el apoyo de la comunidad en sus aventuras. Carri ve a Velázquez como un precursor de la violencia política que sacudiría a Argentina pocos años después, un sujeto político arraigado en los sectores más oprimidos de la sociedad.
La sociología en Argentina se consolidó en el siglo XX, aunque las reflexiones
sociales estuvieron presentes desde el siglo XIX. Autores como José Hernández fusionaron las ideas sociales con la literatura, como se vio en "Martin Fierro". La enseñanza formal de la sociología comenzó en el siglo XX, pero la disci plina se afianzó en la década de 1950 con la creación de la carrera de sociología en la Universidad de Buenos Aires. También hubo contribuciones importantes de autores fuera de la academia. La Generación de 1837, reunida en la Sociedad Literaria y luego en la Asociación de Mayo, intentó explicar el fenómeno de los caudillos federales y Rosas, analizando las causas sociales de las "montoneras". Rosas, al igual que Juan Domingo Perón en el siglo XX, generó divisiones en la sociedad argentina, provocando contr oversias en torno a sus políticas. Autores como Esteban Echeverría, con "El Matadero", establecieron una dicotomía entre campo y ciudad en el pensamiento social argentino. Sarmiento, en "Facundo", exploró la oposición entre civilización y barbarie, promovi endo la expansión de la educación para difundir la civilización. Juan Bautista Alberdi propuso "gobernar es poblar" y promovió la inmigración como clave para poner fin a las guerras civiles. En el siglo XIX europeo, la noción de "multitud" representaba a n uevos grupos sociales como una amenaza. José María Ramos Mejía exploró las multitudes en Argentina y la dicotomía entre multitud y grupo. Ernesto Quesada abogó por una sociología neutral al servicio del Estado para mediar en conflictos sociales. José Ingenieros centró su sociología en el estudio de las razas y propuso la creación de una "raza argentina" homogénea para resolver problemas sociales y políticos. El 17 de octubre de 1945 marcó el apoyo de miles de trabajadores a Juan Domingo Perón, lo que desató debates sobre "las multitudes bárbaras" y el peronismo. Gino Germani desarrolló una tesis sobre las causas sociales del peronismo, relacionándolo con la migración interna del campo a la ciudad. En 1971, se publicó "Estudios sobre los orígenes del peronism o" de Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero, que desafiaba la visión de Germani, argumentando la influencia de líderes sindicales previos en el peronismo. Arturo Jauretche exploró la oposición al peronismo en "El medio pelo en la Sociedad Argentina," usando el término "el medio pelo" para describir a sectores sociales que pretenden tener un estatus superior al que realmente tienen. Roberto Carri, en "Isidro Velázquez," cuestionó la idea tradicional del "delincuente" y analizó la violencia social y polític a a través de la vida de Velázquez.