Tema 5 Infecciones Por Mycobacterias
Tema 5 Infecciones Por Mycobacterias
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ÍNDICE
1. TUBERCULOSIS CUTÁNEA
2. LEPRA
3. INFECCIONES CUTÁNEAS POR MICOBACTERIAS ATÍPICAS
4. COMPLICACIONES DE LA VACUNACIÓN CON BCG
5. AUTOEVALUACIÓN
5.1. Caso clínico.
5.2. Preguntas.
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1. TUBERCULOSIS CUTÁNEAS
Infección de la piel por Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch, aunque también se incluye el M. Bovis, pero
las infecciones en la piel son excepcionales.
En España siempre han sido raras. No se ha notado un incremento de su incidencia pese a la epidemia por VIH.
Pueden verse en personas autóctonas o en inmigrantes, que muchas veces viven en situaciones de hacinamiento,
pobreza y malnutrición. Aunque en la actualidad, la tuberculosis cutánea es infrecuente en España.
La más común es el lupus vulgar (o lupus tuberculoso) que suele verse a edades medias o avanzadas.
Las inmunodeficiencias que alteran la respuesta celular, como la asociada con el VIH y con el tratamiento con
corticoides, facilitan las formas graves y resistentes. Los tratamientos con fármacos anti-factor de necrosis tumoral
son una nueva causa favorecedora de tuberculosis grave y diseminada.
Etiopatogenia
La infección cutánea por M. tuberculosis puede producirse por:
Inoculación en un individuo que no haya tenido contacto previo con este microorganismo (tuberculosis
cutánea primaria).
Llegar a la piel desde otros órganos infectados por vía hemática, linfática, contigüidad.
A través de secreciones, o bien puede estar causada por inoculación en individuos con antecedentes de
tuberculosis (tuberculosis cutáneas secundarias).
Clasificación
Típicas (cumplen los postulados de Koch, es decir, son tuberculosis en las que podemos demostrar la presencia del
bacilo):
CHANCRO TUBERCULOSO.
Recibe también el nombre de tuberculosis cutánea primaria y complejo primario
tuberculoso cutáneo.
Es excepcional y suele observarse en niños. Es una infección cutánea por M.
tuberculosis en individuos sin inmunidad previa para este microorganismo. La
penetración del agente infeccioso suele ser por traumatismo o pinchazo, o a través
de soluciones de continuidad en la piel o en las mucosas.
Las localizaciones más frecuentes son la piel de las zonas expuestas y las mucosas
oral, ocular y genital (la piel de las zonas expuestas (generalmente la cara o
extremidades de niños, sin previo contacto con el bacilo, que conviven con pacientes
muy bacilíferos) y las mucosas oral, ocular y genital. Se ve en niños, sin previo
contacto con el bacilo, que conviven con pacientes muy bacilíferos.
Comienza como una pápula que se ulcera e indura y se asocia con un cordón
linfático que llega a una adenopatía. Aparece de 3 a 6 semanas más tarde de la
inoculación, y puede fistulizarse y eliminar material caseoso.
Las lesiones aparecen en la boca (lengua, encías), genitales y región perianal. Las
lesiones son ulceraciones muy dolorosas y erosivas, de bordes “como cortados a
pico” con fondo sanioso que al limpiarse deja ver granulaciones amarillentas
(gránulos de Trelat), de 1 a 2 cm de diámetro, sin tendencia a
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cicatrizar durante
meses, y resultan
favorecidas por
erosiones previas.
TUBERCULOSIS VERRUGOSA.
Es debida a la inoculación en la piel de M. tuberculosis en sujetos con
antecedentes de infección tuberculosa previa y buena respuesta
inmunológica.
En la actualidad es muy infrecuente. En la actualidad es más como
enfermedad profesional, producida por M. bovis, en ganaderos o
manipuladores de productos animales contaminados. En el S. XIX era
frecuente en los anatomopatólogos (tubérculo anatómico) .
Lupoma en el cuello
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Estas lesiones tienen numerosas formas clínicas:
Plano (es el más frecuente).
Tumidus o mixomatoso.
Ulcerados.
Presentan una evolución crónica progresiva sin tendencia a curación. Tiende a formar
placas extensas, infiltradas, con fenómenos descamativos, úlceras y cicatrices en su
superficie y crecimiento por los bordes, que puede prolongarse durante décadas.
Las cicatrices residuales son muy inestéticas y, a veces, pueden dar lugar a carcinomas
epidermoides sobre dichas cicatrices.
Las lesiones consisten en uno o varios nódulos con trayectos fistulosos, que
pueden estar comunicados y por los que se libera material caseoso. En los
bordes de las fístulas pueden formarse mamelones y masas granulomatosas.
Provoca una reacción fibróticacicatrizal intensa y son frecuentes la calcificación
y las cicatrices estrelladas permanentes.
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ABSCESO TUBERCULOSO METASTÁSICO O TUBERCULOSIS
GOMOSA
Son gomas consecuencia de una diseminación hematógena del
bacilo de la tuberculosis, a partir de un foco visceral (son lesiones
similares a la escrofulodermia, pero sin una lesión tuberculosa
subyacente demostrable).
Su número es variable y se localizan en el tronco y raíz de
extremidades.
Eliminan grandes cantidades de bacilos cuando las lesiones se
abren.
Atípicas o tubercúlides:
ERITEMA INDURADO DE BAZIN.
Ver apartado de tubercúlides.
Diagnóstico
Métodos indirectos o de sospecha:
-Mantoux. Positividad de Mantoux, orienta hacia una
tuberculosis.
-IGRA: producción de interferón gamma por los linfocitos T.
-Histología. La presencia de granulomas tuberculoides o de
bacilos ácido-alcohol resistentes en la biopsia, también apoya
el diagnóstico de tuberculosis.
-Antecedentes familiares o personales de tuberculosis.
Todo los métodos anteriores son datos que apoyan el diagnóstico, pero ninguno de ellos es definitivo ni constante.
Métodos directos o específicos. La confirmación del diagnóstico debe realizarse mediante los siguientes
métodos:
-Demostración bacilo exudados o tejidos: Ziehl-Neelsen, IFD o PCR (la
demostración de material genético de M. tuberculosis mediante la técnica PCR
tiene una alta sensibilidad, pero produce frecuentes falsos positivos).
Actualmente lo que suele hacer es demostrar la presencia del bacilo por PCR.
-Cultivo de muestras. Debe realizarse el cultivo de M. tuberculosis en medios
adecuados (Lo- wenstein-Jensen).
Pronóstico
En las tuberculosis cutáneas asociadas con tuberculosis visceral el pronóstico está determinado por esta última.
La tuberculosis cutánea primaria tiende a una regresión espontánea en las personas inmunocompetentes.
El resto de las infecciones tuberculosas cutáneas suele tener un curso muy crónico y originar importantes secuelas
cicatrizales, si no se instaura tratamiento específico. Una vez curada la infección, persiste el riesgo de aparición de
carcinomas sobre las cicatrices.
Tratamiento
Debe realizarse con tres fármacos tuberculostáticos por vía oral y durante un mínimo de 6 a 9 meses (actualmente
son 6 meses, excepto en cierto tipos de personas).
Los dos primeros:
Isoniacida (5 mg/kg/día, máximo 300 mg/ día) + rifampicina (10 mg/kg/día, máximo 600 mg al día) + pirazinamida (25
mg/kg/día, máximo 2 g al día).
En el libro pone que en lugar de pirazinamida se puede dar etambutol (15 mg/día,
máximo 2,5 g/día).
Los tres fármacos se administran durante los primeros 3 meses.
Resto del tiempo (hasta completar los 9 meses) se administra:
Isoniacida + Rifampicina en las mismas dosis dichas anteriormente.
Existe poca experiencia con pautas de 6 meses o más cortas.
En infecciones por M. bovis se debe emplear siempre etambutol, en lugar de pirazinamida.
Hay que realizar controles hepáticos periódicos, por los efectos adversos que tienen los fármacos sobre el hígado.
Tubercúlides
El concepto de tubercúlides hace referencia a lesiones cutáneas
causadas por una reacción de hipersensibilidad a M. tuberculosis,
sin que este microorganismo pueda ser cultivado a partir de ellas.
Algunos estudios recientes han demostrado material genético de M.
tuberculosis en las lesiones de tubercúlides.
2. LEPRA
Enfermedad infecciosa crónica causada por el Mycobacterium leprae o bacilo de Hansen (1875), que afecta
primariamente a los nervios periféricos y secundariamente a la piel y otros tejidos (ojos, testículos y vías aéreas
superiores).
Etiología
El M. leprae es una bacteria grampositiva, ácido- alcohol resistente,
no cultivable en medios artificiales.
Se encuentra en el interior de macrófagos de forma aislada o
formando “globis”.
Los principales órganos afectados son la piel y el sistema nervioso
periférico.
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EXAMEN: el micobacterium leprae NO se ha cultivado
ARTIFICIALMENTE nunca.
Epidemiología
Tiene distribución mundial con la mayoría de los casos en regiones
tropicales y subtropicales.
Desde la introducción de la multiterapia (1980) su prevalencia ha
disminuido en más del 90%, estimándose a principios de 2009 unos
213.000 casos en el mundo.
En España hay unos 250 casos de lepra activa (2010). Se diagnostican entre 15 y 25 nuevos casos anuales, el 90% en
inmigrantes (sobre todo de África, Asia y Sudamérica). Focos de lepra autóctona existen Andalucía (Jaén, Málaga) ,
Valencia, Canarias, Extremadura y Galicia, Madrid y Barcelona.
Es poco contagiosa. Requiriéndose un contacto íntimo y prolongado con pacientes y solo desarrollándola el 3-6% de
los convivientes y solo el 3-6% de los convivientes llegan a desarrollar lepra (para el contagio resulta decisiva la
respuesta inmunológica celular del individuo, al igual que para determinar la forma clínica).
También existen numerosas infecciones subclínicas, solamente detectables por técnicas de laboratorio.
El contagio suele producirse en la infancia y resulta favorecido por condiciones de hacinamiento, falta de higiene y
malnutrición.
La vía de transmisión no está totalmente aclarada, pero se admite que la fundamental es la transmisión por vía
aérea, siendo La principal fuente de bacilos las secreciones nasales de pacientes con LL (aunque no es seguro la
forma de transmisión). También es posible a través de la piel.
El contagio suele producirse en la infancia.
Su PI se estima entre 2-7 años
LEPRA INDETERMINADA
Es la forma de comienzo en todos los pacientes. Suele
aparecer en la infancia o en la adolescencia, y puede
evolucionar hacia la curación o hacia
cualquiera de las otras formas clínicas.
Las lesiones son máculas hipocrómicas o
eritematosas , de unos 5 cm de diámetro,
únicas (en el 80% de los casos), de bordes mal
definidos y que se suelen localizar en cara,
nalgas o espalda, con hipoestesia térmica y
dolorosa.
Bacilos muy escasos o ausentes con Ziehl-
Neelsen. Lepra Indeterminada
Si el niño se queja de que en esa zona no siente nada, sospechar que es una lepra.
LEPRA TUBERCULOIDE
Forma polar estable paucibacilar (es decir, con muy poca cantidad
de bacilos) por buena inmunidad celular (existe una fuerte
respuesta inmunitaria celular, que destruye los bacilos por medio
de la formación de granulomas tuberculoides).
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Las lesiones cutáneas características son
placas geográficas, eritematosas o
violáceas de bordes bien delimitados
(precisos) y sobreelevados con tendencia
a curación central. Generalmente hay
pocas lesiones con distribución
asimétrica, y predominan en la cara, el
tronco, los glúteos y los muslos.
LEPRA LEPROMATOSA
También es una forma polar estable, pero en este caso es multibacilar (es el que más bacilos
suelta; la respuesta celular inmunitaria no es capaz de destruir los bacilos, que son muy
abundantes).
Los lepromas son las lesiones más características. Son nódulos de hasta 4 cm de diámetro,
consistentes en formaciones nodulares o infiltradas, que con frecuencia asientan sobre las
máculas o placas.
Tienen predilección por la cara (la presencia de múltiples lepromas faciales origina la
denominada facies leonina) y porción distal extremidades. Puede ir acompañada de
hiperpigmentación.
La lepra histioide, con lesiones nodulares clínicas e histológicamente similares a dermatofibromas, y la lepra de Lucio
y Alvarado, con infiltración cutánea difusa, son variedades clínicas peculiares de la lepra lepromatosa.
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Lepra Lepromatosa
LEPRA BORDER-LINE
Es una forma intermedia e inestable entre las formas polares (Lepra Tuberculoide y Lepra Lepromatosa).
Dentro de ella pueden distinguirse varios subtipos, según su proximidad a alguno de los extremos del espectro:
Borderline tuberculoide (BT).
Borderline borderline (BB).
Borderline lepromatosa (BL).
Hay máculas, placas o áreas infiltradas distribuidas asimétricamente.
Las más características son placas anulares de centro bien delimitado y
bordes eritemato-parduzcos de borde externo mal definido en la lepra BT.
Las pápulas infiltradas son más características de la lepra BL.
Cuanto mejor se notan las lesiones, más se acerca a una lepra tuberculoide;
mientras que mientras más difusa sea, más se acerca a la lepra
lepromatosa.
Borderline Lepromatosa
Lesiones debidas a la lepra
LESIONES NEUROLÓGICAS
Son debidas a la afectación del sistema nervioso periférico, y pueden ser el primer síntoma de la enfermedad (la
forma de presentación de la enfermedad).
Hay neuritis en todas las formas de lepra, siendo más precoces e intensas
en la lepra tuberculoide.
Los nervios más afectados son el facial, el cubital, el mediano y los
ciático-poplíteos externo e interno.
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LESIONES TRÓFICAS
Son de origen multifactorial, consecuencia de las
alteraciones neurológicas, la propia lepra y las
infecciones secundarias. En muchos casos,
suponen un trastorno importante, aunque se
logre la curación de la infección.
Las más frecuentes son:
Osteolisis distales falanges dedos manos
y pies.
Destrucción huesos propios nariz.
Mal perforante plantar.
Otras lesiones son: úlceras, deformidades, osteoartritis, anquilosis, hiperqueratosis, xerosis, trastornos de la
pigmentación, atrofia, alopecia, anhidrosis y anoniquia u onicodistrofias.
ALTERACIONES ORL
Son especificas de la lepra lepromatosa.
Hay coriza crónico con obstrucción nasal , costras y epistaxis y a veces perforación
del tabique.
OTRAS ALTERACIONES
La mayoría de los órganos pueden afectarse en el curso de la infección lepromatosa,
con algunas excepciones, como el sistema nervioso central, el pulmón y los ovarios.
Sin embargo, su frecuencia e importancia es mucho menor que la de las lesiones
cutáneas y nerviosas. Alteraciones ORL
Entre las más habituales se encuentran las lesiones oculares específicas (infiltrados y lepromas) o secundarias a
afectación V y VIII par. Ejemplos que lesiones oculares son: conjuntivitis, queratitis, iridociclitis, glaucoma,
retinopatía y neuritis óptica.
Leproreacciones
Son episodios agudos que surgen en la estabilidad clínica del enfermo, debidos
a una alteración de su estadio inmunitario.
Pueden ser precipitados por el tratamiento u otros factores (infecciones,
embarazo, parto, estrés). Se observan en pacientes tratados, sobre todo con
sulfona y rifampicina.
Diagnóstico
Debido a que M. leprae no puede ser cultivado in vitro, el diagnóstico se basa en los hallazgos clínicos e
histopatológicos, que también son esenciales para determinar el tipo de la enfermedad.
Una vez establecido el diagnóstico de lepra, debe realizarse un estudio de los familiares que conviven con el
paciente.
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El diagnóstico diferencial clínico-patológico debe hacerse con los procesos granulomatosos indicados en el apartado
de la tuberculosis.
En las leprorreacciones hay que considerar, además, las vasculitis sépticas y por hipersensibilidad y los diversos tipos
de paniculitis.
Pronóstico
La lepra es una enfermedad curable en cuanto a infección activa, aunque pueden ser necesarios varios años de
tratamiento para lograrlo y es preciso un seguimiento muy prolongado para evitar recaídas.
Sin embargo, las secuelas, principalmente las deformidades, las alteraciones neurológicas y los trastornos tróficos,
suponen un grave problema en los casos evolucionados, por lo que son esenciales el diagnóstico y el tratamiento
precoces.
Los condicionamientos psicosociales también constituyen una dificultad para la recuperación y la reinserción del
paciente, sobre todo en las áreas rurales.
Tratamiento
A efectos del tratamiento se distinguen las formas multibacilares (LL, BL y BB), que se consideran las responsables
del contagio, y las paucibacilares (LI, TT y BT).
Según la OMS:
Lepra Paucibacilar (PB) >15 años (recuerda que las lepras paucibacilares son las que tienen menor número de
bacilos).
Dosis mensual: Rifampicina 600mg y Dapsona 100 mg
Dosis diaria: Dapsona 100 mg.
Duración tratamiento 6- 9 meses.
Seguimiento: 4 años
Lepra Multibacilar (MB) > 15 años (recuerda que las lepras multibacilares son las que tienen mayor número de
bacilos).
Dosis Mensual Rifampicina 600 mg, Clofazimina 300 mg y Dapsona 100 mg.
Dosis Diaria: Dapsona 100 mg y Clofazimina 50 mg.
Duración tratamiento: 12-18 meses.
Seguimiento: 8 años
La Dapsona y la Rifampicina cada vez se usan menos principalmente porque son más baratas. En países
desarrollados (España) se utilizan pautas más complejas
En niños dosis menores según su edad.
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SEGÚN EL LIBRO, EL TRATAMIENTO ES EL SIGUIENTE:
En la lepra paucibacilar, la Organización Mundial de la Salud aconseja sulfona oral 100 mg/día, sin supervisión, y
rifampicina 600 mg administrada bajo control una vez al mes. La duración del tratamiento es de 6 meses y debe
efectuarse un seguimiento mínimo de 4 años.
En la lepra multibacilar esta pauta incluye sulfona oral 100 mg/día + clofacimina 50 mg/día sin controlar y
rifampicina 600 mg + clofacimina 300 mg una vez al mes controlado, hasta que la baciloscopia sea negativa y por
lo menos durante 2 años. La clofacimina puede sustituirse por etionamida 250 mg/día o protionamida 375 mg/día.
Debe efectuarse un seguimiento mínimo de 8 años.
Clínica
En la mayoría de los casos produce una clínica inespecífica.
Pueden producir abscesos, nódulos, úlceras y lesiones
similares a la esporotricosis y escrofuloderma.
Las úlceras se pueden confundir con las producidas por otros microorganismos.
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Las infecciones por M. marinum tienden a remitir de forma espontánea,
pero suelen requerir de 2 a 3 años para ello. Las pautas más utilizadas son
una combinación de rifampicina y etambutol o monoterapia con
claritromicina, tetraciclinas o trimetoprim-sulfametoxazol, durante un
mínimo de 6 semanas. En ocasiones, se ha empleado tratamiento
quirúrgico.
ESCROFULODERMA NO TUBERCULOSO
Producido por M. scrofulaceum, M. kansasii y excepcionalmente Granuloma de las piscinas o de
M. avium/M intercellulare. los acuarios
Suele afectar a niños <5 años. En individuos inmunocompetentes, sobre todo
en niños, produce adenitis y escrofulodermia. En pacientes inmunodeprimidos provoca infecciones diseminadas, que
pueden cursar con nódulos y úlceras cutáneos.
Aparece linfadenitis unilateral en cadena cervical posterior que se fistuliza.
SEGÚN EL LIBRO:
En las lesiones diseminadas por M. kansasii se requieren pautas con por lo
menos tres fármacos tuberculostáticos, que deben incluir etambutol. La
claritromicina se considera una alternativa.
Tratamiento: claritromicina 500 mg/día, dos veces al día y durante 6 meses (3-6 meses según el libro) y drenaje
(especialmente lesiones abscesificadas).
Diagnóstico
La sospecha diagnóstica se establece por los datos clínicos e histopatológicos, y la confirmación, por cultivo e
identificación del agente causal. Es necesario seguir un complejo procedimiento de laboratorio, que incluye siembra
en medios adecuados (Lowenstein-Jensen, Proskauer-Beck), a 30 y 37 °C, expuestos y protegidos de la luz, e
identificación mediante pruebas bioquímicas.
Las técnicas de amplificación de ácidos nucleicos, como la PCR, tienen el inconveniente de originar frecuentes falsos
positivos.
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4. COMPLICACIONES DE LA VACUNACIÓN CON BCG
Los bacilos de Calmette-Guérin fueron obtenidos por atenuación in vitro de cultivos de M. bovis, y han sido
empleados en la profilaxis de la tuberculosis y la lepra, así como en inmunoterapia frente a diversos tipos de
neoplasias.
Transcurridas de 2 a 6 semanas tras la vacunación se produce una pápula en el punto de inoculación, que tiende a
crecer y fluctuar, para drenarse más tarde, liberando material de aspecto purulento o caseoso y originando una
pequeña úlcera. Por último, ocasiona una cicatriz persistente.
Este proceso, que ha recibido el nombre de BCGitis, varía considerablemente en intensidad y, en ocasiones, llega a
producir abscesos, síntomas generales o adenitis regional.
En los pacientes inmunodeprimidos la inoculación de BCG puede originar infecciones diseminadas graves.
Otras complicaciones de la inmunización o la inmunoterapia con BCG incluyen reacciones de hipersensibilidad y
lesiones similares a la tuberculosis cutánea.
5. AUTOEVALUACIÓN
2. ¿Cuál de los siguientes tipos de tuberculosis se considera una tuberculosis cutánea primaria?
a. Escrofuloderma.
b. Lupus vulgar.
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c. Chancro tuberculoso.
d. Tuberculosis miliar.
e. Tuberculosis verrugosa
4. ¿Cuál de los siguientes criterios se considera un criterio absoluto para establecer el diagnóstico de tuberculosis
cutánea?
a. PPD positivo.
b. Cultivo positivo para Mycobacterium tuberculosis.
c. Tuberculosis activa demostrada en otros órganos.
d. Demostración de bacilos ácido-alcohol resistentes en las lesiones.
e. Historia y hallazgos clínicos.
Corrección
1.
Correcta: c. Tuberculosis verrugosa.
El antecedente que refiere el paciente de un pinchazo en la zona donde ha aparecido la lesión debería orientarnos
hacia una enfermedad de origen infeccioso, por lo que de entrada se podría descartar el liquen plano hipertrófico,
que por otro lado se trata de una enfermedad inflamatoria que cursa con placas hiperqueratósicas y verrugosas con
un intenso prurito. Las otras cuatro opciones son enfermedades infecciosas. La leishmaniasis es una infección
causada por Leishmania y que se transmite por la picadura de la mosca de los arenales del género Phlebotomus. Si
bien clínicamente la lesión puede ser superponible, en general suele ser más inflamatoria y menos verrugosa. La
sífilis es una enfermedad de transmisión sexual conocida como la gran simuladora, ya que en todas las fases de su
evolución simula diferentes entidades. En la sífilis terciaria, que aparece a los 3-5 años de haber sufrido una sífilis
secundaria no tratada, pueden aparecer lesiones granulomatosas o tuberosas que pueden ulcerarse (gomas). Una
anamnesis dirigida nos permitiría descartar esta opción. Tal vez la verruga vulgar sería la opción más difícil de
descartar en este caso, dada la clínica que presentaba. En este caso es cuando habría que valorar los antecedentes
epidemiológicos y laborales del paciente. En este sentido, los antecedentes familiares de fallecimiento del padre por
una enfermedad pulmonar podría hacernos sospechar una tuberculosis y, por lo tanto, que el paciente se hubiese
contagiado mientras convivía con él. Basado en ello, podríamos sospechar una inoculación con algún producto
animal contaminado en un paciente con inmunidad previa frente a la tuberculosis.
2.
Correcta: c. Chancro tuberculoso.
La tuberculosis primaria se da en pacientes sin contacto previo alguno con la micobacteria, mientras que la infección
secundaria ocurre en aquellos pacientes que tienen antecedentes de infección tuberculosa y puede ocurrir por vía
endógena o exógena. La manifestación clínica de la tuberculosis cutánea primaria es el chancro tuberculoso. Se
produce por la inoculación exógena de Mycobacterium tuberculosis en la piel de un huésped sin inmunidad previa
frente a la micobacteria. Las tuberculosis cutáneas secundarias representan el 95% de las tuberculosis cutáneas e
incluyen todas aquellas infecciones tuberculosas que afectan a la piel en individuos con previa infección tuberculosa,
y por tanto con inmunidad frente a la tuberculosis.
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3.
Correcta: a. El lupus vulgar es la forma más infrecuente en España y su localización más habitual es la cara.
Todas las afirmaciones son ciertas excepto que el lupus vulgar sea la forma más infrecuente. Todo lo contrario: es la
forma más frecuente de tuberculosis secundaria en España y su localización más habitual es la cara, sobre todo la
nariz, las mejillas y los lóbulos de las orejas, donde se manifiesta como una placa de color marrón rojizo y
consistencia gelatinosa.
4.
Correcta: b. Cultivo positivo para Mycobacterium tuberculosis.
El único criterio absoluto para el diagnóstico de la tuberculosis es el cultivo positivo para Mycobacterium
tuberculosis. Sin embargo, en la piel, el cultivo es negativo en un número significativo de casos, por lo que el
diagnóstico se establece según criterios relativos, como son una correcta anamnesis y exploración física, la presencia
de un PPD positivo, una tuberculosis activa demostrada en otros órganos o la demostración de bacilos ácido-alcohol
resistentes en las lesiones. Sin embargo, ninguno de estos criterios es definitivo, ya que la histología es en algunas
formas inespecífica y la demostración de bacilos ácido-alcohol resistentes en las lesiones es muy poco rentable, con
una sensibilidad muy variable según la forma clínica y una especificidad también variable en función de la
prevalencia de otras micobacterias en las distintas localizaciones geográficas. Además, un PPD positivo no discrimina
entre una tuberculosis activa o una previa y un PPD negativo, aunque es una evidencia en contra del diagnóstico, no
lo excluye del todo, ya que hay formas como la tuberculosis miliar y la gomosa que pueden cursar con PPD negativo.
5.2. PREGUNTAS
1. ¿Cuál de las siguientes entidades está causada por una micobacteria atípica?
a. Granuloma de las piscinas.
b. Escrofulodermia.
c. Ántrax.
d. Lepra lepromatosa.
e. Carbunco.
2. De las siguientes formas de tuberculosis cutáneas, ¿cuál se origina a partir de una diseminación por contigüidad a
partir de un foco endógeno?
a. Tuberculosis miliar.
b. Tuberculosis gomosa.
c. Escrofulodermia.
d. Lupus tuberculoso.
e. Tuberculosis verrugosa.
Corrección
1.
Correcta: a. Granuloma de las piscinas.
El granuloma de las piscinas es una infección causada por Mycobacterium marinum, encuadrada entre las
micobacterias atípicas y que se encuentra habitualmente en el agua. La infección se produce a través de la
inoculación del germen a través de pequeñas heridas o erosiones. La lesión característica es un nódulo
granulomatoso de 2-3 cm de diámetro. Puede ir acompañado de adenopatía locorregional y dermolinfangitis.
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2.
Correcta: c. Escrofulodermia.
El escrofuloderma se debe a la extensión a la piel por fistulización de una infección tuberculosa subyacente,
generalmente una adenitis tuberculosa. La localización más frecuente es la cervical. Suele provocar una reacción
fibrótica-cicatrizal intensa y son frecuentes la calcificación y las cicatrices residuales.
3.
Correcta: b. Las lesiones cutáneas más características son las formaciones nodulares, mal delimitadas que asientan
en la cara, el tronco y las zonas distales de las extremidades.
La lepra lepromatosa es una forma polar estable y multibacilar. Las lesiones cutáneas son numerosas, simétricas y de
morfología variada. Las más características son los lepromas, consistentes en formaciones nodulares o infiltraciones
difusas. Las localizaciones preferentes son la cara, el tronco y las zonas acras de las extremidades.
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