Dialnet - Isaac Asimov Frente Al Transhumanismo

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 8

José Olivero Palomeque (2021): ISAAC ASIMOV FRENTE AL TRANSHUMANISMO

ISAAC ASIMOV FRENTE AL TRANSHUMANISMO

José Olivero Palomeque

Isaac Asimov fue un hombre de alto contenido humanista y a la vez


racionalista de quien se puede escribir desde cualquier momento de su
vida. Aunque se trate de un escritor incluido, en gran medida, en el género
de ciencia ficción, los filósofos, científicos e ingenieros de Inteligencia
Artificial y de la Robótica posteriores a él coinciden en muchos de sus
planteamientos de ideas avanzadas, recogidos en su prolífica obra
literaria; un ejemplo de ello son las predicciones que este hombre escribió,
a petición del periódico canadiense The Toronto Star sobre el futuro que
definió para el año 2019, a partir de 1984. Curiosamente, la fecha de una
novela, cargada de distopía, escrita por George Orwell y titulada “1984”.
Hay que reconocer que Asimov ha sido uno de los mayores divulgadores
científicos del siglo XX. Su visión de futuro próximo en el mundo, que él
pretendía dar a conocer con sus predicciones, incluía los riesgos de una
guerra nuclear, basados en las tensiones existentes en aquellas fechas
entre Estados Unidos y la Unión Soviética; profetizó el dominio
generalizado de la informatización y la robotización en todos los niveles de
la sociedad; adelantó la realidad de una población en constante
crecimiento, pero, a la vez, de estancamiento, sobre todo en los países
desarrollados; avanzó los problemas que surgirían a causa del cambio
climático y el reciclaje de los desechos; afirmó que habría una mayor
cooperación entre países y grupos de países; anunció la odisea de la
conquista del espacio… Todas estas predicciones y otras más que no
incluyo aquí, se fueron cumpliendo en gran medida; sin embargo, se
atrevió a anunciar que todo esto sería sólo el comienzo de otros avances
tecnológicos que iban a cambiar el sentido de la vida. Y todo ello se ve
reflejado en el contenido de su obra literaria, referida a esas
transformaciones que conducirían a otro concepto de humanidad, a la
aparición de otra especie que sustituiría y superaría al Homosapiens que
somos nosotros.

Ese es el interés de mi reflexión para escribir sobre las coincidencias de


Isaac Asimov con las aportaciones de filósofos y científicos en lo que se
viene denominando “Transhumanismo”. Concretamente me centraré en su
narración “El hombre bicentenario” y su obra “Yo robot”. Trataré de
relacionar contenidos del pensamiento de Asimov con lo desarrollado en la

SUR. REVISTA DE LITERATURA, NÚM. 17 DICIEMBRE, 2021


José Olivero Palomeque (2021): ISAAC ASIMOV FRENTE AL TRANSHUMANISMO

obra del autor israelí Yuval Noah Harari, “Homo Deus”, y el trabajo del
español Antonio Diéguez en su publicación “Transhumanismo. La búsqueda
tecnológica del mejoramiento humano”. Vemos cómo Asimov se adelantó
en el tiempo con su línea de pensamiento científico y filosófico que
pretende transformar el concepto de ser humano por otro ser de especie
diferente. Porque cuando ahora leemos las obras de Asimov, pensamos y
descubrimos que ya estamos viviendo, en este siglo XXI, realidades que
fueron premonizadas por él; al mismo tiempo, nos hace cuestionar y, por
qué no decirlo, temer, que esas transformaciones biológicas se estén
orientando hacia comportamientos que llevan implícitas inserciones
biotecnológicas, con connotaciones de Inteligencia Artificial, en seres
todavía considerados humanos en la línea del homosapiens.

Precisamente, para evitar que se produzca lo que los autores científicos y


filosóficos actuales más extremistas quieren implantar, en la concepción de
ese nuevo ser, amparándose en el concepto de tranhumanismo, incluso
más allá de este pensamiento, Asimov profetizó y, por eso mismo,
estableció como premisas, recogidas persistentemente en toda su obra, sus
famosas y reconocidas tres Leyes de la Robótica:

1. “Un robot no debe dañar a ningún ser humano ni, por inacción, permitir
que un ser humano sufra daño.

2. Un robot debe obedecer las órdenes que le sean dadas por un ser
humano, salvo cuando dichas órdenes contravengan la Primera Ley.

3. Un robot debe proteger su propia existencia, siempre y cuando dicha


protección no contravenga ni la Primera ni la Segunda Ley.”

Para desarrollar el proceso evolutivo de humanización de los personajes


robotizados que Asimov incorpora en su obra “Yo, Robot”, vemos que el
autor establece pautas de mejoramiento progresivo en sus “máquinas
humanizadas”. Sutilmente, esta idea va en la línea que Antonio Diéguez
desarrolla en su obra ya mencionada en su búsqueda tecnológica del
mejoramiento humano. Sin embargo, aquí podemos establecer claramente
las diferencias de fondo que hay entre lo expuesto por cada uno de ellos en
sus trabajos. Diéguez parte de un mejoramiento del homosapiens con la
implantación de elementos que proporcionan las nuevas tecnologías al
servicio del ser humano y por ende la Inteligencia Artificial, ya sea para

SUR. REVISTA DE LITERATURA, NÚM. 17 DICIEMBRE, 2021


José Olivero Palomeque (2021): ISAAC ASIMOV FRENTE AL TRANSHUMANISMO

prolongar la vida o para corregir defectos evolutivos de nuestra especie;


Asimov parte del mejoramiento de un robot para llevarlo hasta su
humanización. Para ello, inserta sus cerebros positrónicos, un globo
esponjoso de platino-iridio, como el centro de acción y decisión del robot,
cada vez con más inteligencia y autonomía. Da por hecho que estos nuevos
actores no arrastran esos defectos evolutivos del homosapiens.

Posiblemente, el temor que pudiera vislumbrar Asimov sobre los riesgos de


eliminación de nuestra especie humana se vea reflejado en la evolución de
los personajes desarrollado en sus narraciones.

Comienza con Robbie, un robot sin capacidad para vocalizar pero que hace
funciones de niñera; llega a hacerse imprescindible para la familia que lo
tiene en propiedad. La empatía entre el robot y la niña va adquiriendo
rasgos de relación humana, al igual que sus reacciones.

Después incorpora otro robot, llamado Speedy, que se encuentra en


Mercurio (integra la conquista de otros planetas) para buscar y extraer
selenio; puede hablar aunque sea de manera rudimentaria y trabajar con
bastante autonomía.

Los procesos de mejora siguen con la construcción de Qt-1 “Cutie” que se


ocupará de trabajar en una estación solar para dirigir haces de energía
entre planetas, una especie de transformador, manipulando una fuente de
radiaciones solares y tempestades de electrones. Aquí ya aparece una
respuesta de confrontación, por la competencia, entre la máquina y los
técnicos humanos. El cerebro positrónico ha sido mejorado en la línea de
humanización del robot. En esta máquina llega, incluso a vislumbrarse,
una dependencia hacia un ser supremo, porque siente y dice que obedece al
“Señor”.

Los procesos de creación robótica siguen con la presencia de una nueva


máquina más perfeccionada, Robot Dv-5 que tiene a su cargo un grupo de
robots para trabajar en la minería en los asteroides.

SUR. REVISTA DE LITERATURA, NÚM. 17 DICIEMBRE, 2021


José Olivero Palomeque (2021): ISAAC ASIMOV FRENTE AL TRANSHUMANISMO

Pero Asimov no cesa en su búsqueda de acercamiento a esa humanización


de sus creaciones robóticas y nace Rb-34, un robot que puede sincronizarse
con las ondas de pensamiento humano.

Después será Nestors-10 a quien le han modificado en su cerebro los


contenidos de la Primera Ley que Asimov consideraba intocable. Aquí se
percibe claramente la intervención de radicales fundamentalistas en la
creación robótica y su manipulación; y, cómo no, la presencia de intereses
económicos para determinar esas modificaciones a pesar de los riesgos que
conllevan. Estas actitudes y propuestas extremistas también se producen
hoy en día con los radicales transhumanistas, según señala Antonio
Diéguez, que propugnan la eliminación del homosapiens tal como lo
conocemos actualmente. Las modificaciones realizadas en el cerebro de
Nestor-10 crean un robot capaz de ocultar, con intenciones idénticas a las
humanas, situaciones que tratan de engañar, en este caso, a los propios
seres humanos.

Las ambiciones tecnológicas conducen, en la obra de Asimov, a la


construcción de un Cerebro que es capaz de crear una nave, dirigirla por sí
mismo y realizar un viaje interestelar utilizando el “espacio curvo”.

La imaginación de este creador de ciencia ficción no tiene límites. La


prueba final se camufla en el personaje llamado Stephen Byerley, un
abogado, candidato en unas elecciones a la alcaldía que, en su lucha
jurídica por querer demostrar que él es un ser humano, no duda en
enfrentarse abiertamente a quienes piensan lo contrario, que es un robot.
Lo cierto es que, como consta en el penúltimo capítulo de la obra “Yo,
Robot”, “fue un excelente alcalde. Cinco años después fue elegido
Organizador Regional. Y cuando la Región de Tierra formó su Federación
en 2044, fue nombrado Primer Organizador. Pero por aquel tiempo eran
las máquinas las que gobernaban el mundo… En 2052, Byerley ejercía su
segundo periodo como Organizador Mundial.”

Termina Asimov esta creación literaria con un conflicto inevitable que


conformará la historia de la Humanidad y hacia dónde se dirigirá con la

SUR. REVISTA DE LITERATURA, NÚM. 17 DICIEMBRE, 2021


José Olivero Palomeque (2021): ISAAC ASIMOV FRENTE AL TRANSHUMANISMO

distribución del mundo en cuatro Regiones. Se trata pues del control de la


máquina, en oposición al control del hombre. Es la confrontación que hoy,
en el siglo XXI, también vivimos, pero a la inversa, que sea el hombre el
que controle a la máquina, aunque también aparezcan criterios más
extremistas que propugnan puntos de vista contrapuestos.

La línea de investigación y desarrollo que Asimov pretende llevar a cabo,


para mostrar que es posible eternizar la vida de los seres en este mundo,
desde su literatura de ciencia ficción, se percibe muy bien en su narración
con la historia de “El hombre bicentenario”. Si nos fijamos bien, es la
pretensión más luminosa que también pretenden lograr los defensores del
Transhumanismo. Unos sin perder la esencia que define al ser humano y
otros que llegan hasta la extinción del mismo como especie. La
justificación que presentan para defender estas ideas es la de hacer
inmortal al hombre en su máxima expresión; tal vez, también, la intención
de potenciar, con mejoras añadidas de elementos biotecnológicos, las
cualidades que ya posee el hombre actual o también para evitar
enfermedades o defectos genéticos del homosapiens.

Isaac Asimov, en el personaje que introduce en su narrativa con el


“Hombre bicentenario”, llamado Andrew, presenta el deseo de lograr esa
nueva especie que nace desde la robótica, hasta adquirir todas las
bondades de un ser humano. Cada nuevo dispositivo que se le incorpora al
robot, aporta nuevas y mejores habilidades en el comportamiento
humanizado de Andrew, respetándose en un principio las sendas
positrónicas de su cerebro. Llama la atención en su narrativa, cómo los
propietarios de este robot van envejeciendo y muriendo mientras que él
cada vez muestra mejor aspecto. Uno de los objetivos de los defensores del
transhumanismo, según Diéguez, es evitar el envejecimiento. Andrew es
alguien con una inteligencia que desarrolla con total autonomía: lee,
memoriza, tiene habilidades manuales y artísticas, percibe sentimientos,
habla como una persona, comprende y razona y llega a pedir que se le
considere como un ser libre, sin amos ni señores que lo consideren de su
propiedad. La libertad es un rasgo netamente humano y, sin embargo, es
reivindicado por este robot que insiste en que se le reconozca como un ser

SUR. REVISTA DE LITERATURA, NÚM. 17 DICIEMBRE, 2021


José Olivero Palomeque (2021): ISAAC ASIMOV FRENTE AL TRANSHUMANISMO

libre. Para completar la función de “humano”, Andrew pretende y logra


que, tocando ya su cerebro positrónico, le sea sustituido íntegramente su
cuerpo metálico por otro que lo convierta en un androide idéntico a un ser
humano, con un mecanismo cerebral que le produce la muerte como
cualquier otro hombre. Hasta ahí llega la mente de Asimov en su idea de
crear una nueva especie diferente.

Llama la atención, cómo Asimov, adelantándose en el tiempo, incorpora en


esta narración la inserción de elementos biotecnológicos en el propio ser
humano, concretamente en Paul, miembro de la familia que hacía más de
cien años había adquirido el robot Andrew: “al envejecer, sus deteriorados
ojos fueron reemplazados por unas células fotoópticas”. Otro de los
personajes, “Alvin Magdescu, Director de Investigación de Robots y
Hombres Mecánicos, a sus 94 años, aún vivía porque tenía prótesis que,
entre otras cosas, cumplían funciones del hígado y de los riñones”. La
ciencia actual ya practica cirugías con estos y otros elementos, no sólo para
mejorar la calidad de la vista sino para mejorar cualquier parte de nuestro
cuerpo biológico, por lo tanto humano, que sufra deterioro a causa del
envejecimiento o de cualquier patología o accidente. Los implantes no
tienen límites en las aspiraciones de los transhumanistas. Así lo acreditan
Antonio Diéguez y Harari. De esta manera, los cyborgs están presentes en
la literatura de Asimov y en el mundo real de nuestros tiempos actuales.

Las coincidencias, pero también los temores, tanto de la imaginación de


Asimov como la de los transhumanistas, se centran en mostrar quienes van
a controlar y manejar el mundo. Quienes, a fin de cuenta, gobernarán y
tomarán las decisiones que rijan el destino de la humanidad. En el
“hombre bicentenario”, ya se indica que “la Tierra parecía cada vez más un
parque, con una población similar a robots, de los cuales un 30% estaban
dotados de un cerebro autónomo”. Y lo mismo que en ese mundo
imaginario, los poderes fácticos determinan el rumbo a seguir para
controlar el destino del planeta Tierra y de todo el Universo, dominado por
las máquinas, en nuestro mundo real de hoy también hay que entender que
quienes manejan los hilos de la economía, la política, la ciencia… a nivel
mundial, son una minoría muy poderosa con intereses muy oscuros. Son

SUR. REVISTA DE LITERATURA, NÚM. 17 DICIEMBRE, 2021


José Olivero Palomeque (2021): ISAAC ASIMOV FRENTE AL TRANSHUMANISMO

los efectos de una globalización que se ha descontrolado y dirigido por esa


minoría. Son demasiado curiosas las coincidencias que descubrimos en esa
creación literaria que vive en la mente científica de su creador, Asimov,
con las realidades que estamos viviendo en nuestro mundo actual.

Para el mantenimiento de nuestra especie, Harari nos advierte, de manera


contundente, que “en las próximas décadas nuevas tecnorreligiones
podrían conquistar el mundo prometiendo la salvación mediante
algoritmos y genes”… “En Silicon Valley los gurúes de la alta tecnología
están elaborando para nosotros religiones valientes y nuevas que tienen
poco que ver con Dios y todo que ver con la tecnología. Prometen todas las
promesas y recompensas antiguas (felicidad, paz, prosperidad e incluso
vida eterna) pero aquí en la Tierra, y con la ayuda de la tecnología, en
lugar de después de la muerte y con la ayuda de seres celestiales.” Y sigue
Harari con sus aseveraciones: “El credo más conservador del
tecnohumanismo sigue viendo a los humanos como la cúspide de la
creación y se aferra a muchos valores humanistas tradicionales…” Sin
embargo, “el tecnohumanismo conviene en que Homo sapiens, tal como lo
conocemos, ya ha terminado su recorrido histórico y ya no será relevante
en el futuro, pero concluye que, por ello, debemos utilizar la tecnología
para crear Homo Deus, un modelo humano muy superior. Homo Deus
conservará algunos rasgos humanos esenciales, pero también gozará de
capacidades físicas y mentales mejoradas que le permitirán siendo
autónomo incluso frente a los algoritmos no conscientes más sofisticados.
Puesto que la inteligencia se está escindiendo de la conciencia y se está
desarrollando a una velocidad de vértigo, los humanos deben mejorar
activamente su mente si quieren seguir en la partida.”

Las coincidencia entre Silicon Valley, como centro de investigación y


desarrollo de las nuevas tecnologías, con la Fábrica de Robots y Hombres
Mecánicos como centro de creación de nuevas máquinas robotizadas, son
sorprendentes para entender que Isaac Asimov no iba mal encaminado en
sus adelantos científicos, aunque sean desde sus creaciones literarias. Y lo
que plantea Harari en “Homo Deus” encaja perfectamente en las corrientes
del transhumanismo que, a su vez, encaja en las ideas que Asimov

SUR. REVISTA DE LITERATURA, NÚM. 17 DICIEMBRE, 2021


José Olivero Palomeque (2021): ISAAC ASIMOV FRENTE AL TRANSHUMANISMO

desarrolla en su mente futurista. Hasta tal punto es así, que Asimov pone
en boca de Andrew, cuando exige que se le reconozca e identifique
legalmente como “humano”, la afirmación: “Tengo la forma de un ser
humano y órganos equivalentes a los de los humanos. Mis órganos son
idénticos a los que tiene un ser humano con prótesis. He realizado
aportaciones artísticas, literarias y científicas a la cultura humana, tanto
como cualquier ser humano vivo. ¿Qué más se puede pedir?... Deseo ser
hombre. Lo he deseado durante seis generaciones de seres humanos.”

Una coincidencia muy significativa entre Asimov y las ideas


transhumanistas la encontramos en la afirmación que él mismo desarrolla
en su narrativa, para justificar la humanidad de Andrew , expresando “que
está a favor de una interpretación amplia de lo que significa humanidad,
pues no hay ser humano existente que no desee una prótesis si eso puede
mantenerlo con vida.” Pero, como ocurre en la sociedad científica y en la
popular, en la obra de Asimov y en el mundo actual siempre hay quienes
están a favor y quienes están en contra de esos procesos tecnológicos
aplicándose criterios de ética humana y de intereses económicos.

Al final de “El hombre bicentenario”, Asimov acredita que es posible


humanizar la máquina, logrando no sólo el reconocimiento, sino el
funcionamiento tecnológico convertido en biológico; por lo tanto, después
de vivir doscientos años, decide la muerte cerebral de Andrew.

Desde esta reflexión que he intentado mostrar, ¿cómo se pueden plantear,


desde la realidad de los tiempos actuales, tantas coincidencias entre este
avanzado de la ciencia, Isaac Asimov, y las corrientes de pensamiento
transhumanistas que tanto Yuval Noah Harari como Antonio Diéguez
describen valientemente?

SUR. REVISTA DE LITERATURA, NÚM. 17 DICIEMBRE, 2021

También podría gustarte