Novena A Jesucristo de Betania - 1

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

NOVENA A JESUCRISTO DE BETANIA

¿CÓMO REZAR LA NOVENA?

1. Oración inicial
2. Consideración diaria
3. Padrenuestro, Avemaría y Gloria
4. Gozos
5. Oración final

ORACIÓN INICIAL

En el seno de mi hogar hay, buen Jesús, penas muy hondas y secretas.


Si Tú reinaras entre los míos
con toda la intensidad del amor que Tú mereces,
no habría en mi casa tantos y tan amargos pesares.

¡Ven, ven, oh, amigo de Betania!


pues en mi familia hay alguien que está enfermo
y Tú le amas.
Cuando Tú estás,
hasta las mismas penas son suaves
y a tu lado las espinas son bálsamo de paz.

Ven, pues, y no tardes.


Apresúrate
porque mi hogar está herido
con la ausencia de seres queridos que faltan en él.

Padre, madre y hermanos,


todos crecimos juntos, al pie de la Cruz
pero, por voluntad del Cielo,
nos hemos ido separando del nido santo del hogar.

Ten piedad de esos amados ausentes


que trabajan y luchan
lejos de la familia
y tal vez también
lejos de tu altar.
NOVENA A JESUCRISTO DE BETANIA

¿CÓMO REZAR LA NOVENA?

1. Oración inicial
2. Consideración diaria
3. Padrenuestro, Avemaría y Gloria
4. Gozos
5. Oración final

ORACIÓN INICIAL

En el seno de mi hogar hay, buen Jesús, penas muy hondas y secretas.


Si Tú reinaras entre los míos
con toda la intensidad del amor que Tú mereces,
no habría en mi casa tantos y tan amargos pesares.

¡Ven, ven, oh, amigo de Betania!


pues en mi familia hay alguien que está enfermo
y Tú le amas.
Cuando Tú estás,
hasta las mismas penas son suaves
y a tu lado las espinas son bálsamo de paz.

Ven, pues, y no tardes.


Apresúrate
porque mi hogar está herido
con la ausencia de seres queridos que faltan en él.

Padre, madre y hermanos,


todos crecimos juntos, al pie de la Cruz
pero, por voluntad del Cielo,
nos hemos ido separando del nido santo del hogar.

Ten piedad de esos amados ausentes


que trabajan y luchan
lejos de la familia
y tal vez también
lejos de tu altar.
Ven pronto a nuestro lado, Oh Jesús

(Petición)

Maestro, Hermano,
Amigo del alma, Jesús amado,
ten misericordia también de los míos que murieron,
de aquellos que volaron a la eternidad
en seguimiento tuyo.
Duerman en paz porque te amaron
y porque Tú eres infinito en caridad.

Mas, al irse,
nos dejaron sombras en el camino…
Ah, pero bien sé yo
que en tu corazón amabilísimo
no puede haber separaciones.

En donde está la vida


desaparece la horrible sombra de la muerte.

Amén.

CONSIDERACIONES DIARIAS DE LA NOVENA A JESUCRISTO DE BETANIA

DÍA PRIMERO (21 DE ABRIL)


TESTIMONIO DE JUAN BAUTISTA - SAN JUAN 1, 26-29

Del Evangelio de San Juan: “Les contestó Juan: -Yo bautizo con agua, pero
en medio de ustedes hay uno a quienes ustedes no conocen y aunque viene
detrás de mí, yo no soy digno de desatarle la correa de su sandalia-. Esto
sucedió en Betania, al otro lado del rio Jordán donde Juan bautizaba”.
Palabra del Señor.

CONSIDERACIÓN
Juan invitaba a la conversión y enseñaba que Jesús tiene el poder de
bautizar con el Espíritu Santo. Abre el camino para que muchos conozcan a
quien nos trae la salvación. Con su noticia, viene la invitación para todos
nosotros de continuar con la misión de anunciar siempre a Jesucristo y
reconocer que Él, está por encima de todo nombre. Juan el Bautista preparó
sus caminos, suscitando reflexión hacia el cambio de vida y no temió
compartir la verdad que le fue revelada, aún acosta de su propia vida. Es
ahora nuestra oportunidad de llevar el mensaje de conversión, de redención,
de salvación, el mensaje del amor. Debemos llenarnos del Espíritu de Dios,
para tener las fuerzas para resistir a las tentaciones y el mismo valor y
compromiso que tuvo el precursor.

¡Oh! Jesucristo de Betania, así como Juan te reconoció como el Hijo de Dios,
permite que nosotros también te reconozcamos como nuestro Salvador.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

DÍA SEGUNDO (22 DE ABRIL)


VISITA DE JESÚS EN BETANIA - SAN LUCAS 10, 38-42

Del Evangelio de San Lucas: “Siguiendo su camino, entraron en un pueblo y


una mujer llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada
María, que se sentó a los pies del Señor y se quedó escuchando su Palabra.
Mientras tanto, Marta estaba absorbida por los muchos quehaceres de la
casa. En cierto momento, Marta se acercó a Jesús y dijo: -Señor ¿no te
importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me
ayude- Pero el Señor respondió: -Marta, Marta, tus andas ocupada y te
pierdes en mil cosas, una sola es necesaria, María ha elegido la mejor parte
que no le será quitada–”. Palabra del Señor.

CONSIDERACIÓN
Contemplación y acción. La sabiduría del corazón está en el saber conjugar
estas dos actitudes, siguiendo el ejemplo de María y Marta, que reciben a
Jesús en casa. Cuando el Señor viene a visitarnos a nuestra vida, todo debe
ser dejado de lado, porque su presencia y su Palabra están por encima de
todo lo demás. El Señor siempre nos sorprende y cuando realmente lo
escuchamos, las nubes se disipan, las dudas dan paso a la verdad, los
miedos a la serenidad, y las diferentes situaciones de la vida encuentran su
justo lugar. Se trata de hacer una pausa durante la jornada, de recogernos
en silencio para dar cabida al Señor que pasa y encontrar el valor de
permanecer con Él, para volver después, con más serenidad y eficacia a las
cosas de la vida cotidiana.

La sabiduría del corazón reside precisamente en saber combinar estos dos


elementos: la contemplación y la acción, y si queremos saborear la vida con
alegría, por una parte, debemos estar a los pies de Jesús, para escucharlo
mientras nos revela el secreto de todo; y por otra, estar atentos y dispuestos
a la hospitalidad, cuando Él pasa y llama a nuestra puerta, con el rostro del
amigo que tiene necesidad de un momento de descanso y de fraternidad.

Que María Santísima, Madre de la Iglesia, nos conceda la gracia de amar y


servir a Dios y a los hermanos con las manos de Marta y el corazón de María,
para que permaneciendo siempre en la escucha de Cristo podamos ser
artesanos de paz y esperanza. No nos dejemos abrumar por las cosas que
tengamos que hacer, sino escuchemos ante todo la voz del Señor, para llevar
a cabo de la mejor manera las tareas que la vida nos asigna.

¡Oh! Jesucristo de Betania, así como María eligió la mejor parte que nosotros
estemos siempre dispuestos a escuchar tu Palabra.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

DÍA TERCERO (23 DE ABRIL)


MUERTE DE LAZARO - JUAN 11, 17-20

Del Evangelio según San Juan: “Cuando llegó Jesús, Lázaro llevaba ya
cuatro días en el sepulcro. Betania está a unos tres kilómetros de Jerusalén
y muchos judíos habían ido a la casa de Marta y de María para consolarlas
por la muerte de su hermano.” Palabra del Señor.

CONSIDERACIÓN
Cuando depositaron el cuerpo de Lázaro en el sepulcro, los corazones de
sus hermanas Martha y María con toda razón, se embargaron de dolor. Ante
la presencia de Jesús, le reclaman: “Señor si hubieras estado aquí mi
hermano no habría muerto”. Cuando el sufrimiento toca a nuestra
familia o alguien que amamos, tal vez surgen preguntas: ¿por qué a mí?, ¿por
qué no hiciste algo? ¿dónde estás en estos momentos de dolor? Jesús, les
permite que expresen su dolor y que su corazón se abra a Él y entre en un
dialogo honesto. Él se solidariza con nuestro dolor, pues también es su dolor.
Responde de dos maneras: confronta en la verdad como acompaña en el
dolor. Es el Dios que llora con los que lloran, el Dios que sufre con los que
sufren, no abandona ni es indiferente a lo que nos sucede. Jesús sabe, qué
darnos en el momento preciso, sabe qué necesitamos. Nos pide entonces
tener sentimientos de compasión y cercanía con nuestros hermanos y
aprender, que, si decimos tener fe en Jesucristo durante las pruebas, se
confirmará dicha fe como testimonio.

¡Oh! Jesucristo de Betania, que, ante los grandes sufrimientos de la vida,


siempre te veamos como nuestro sustento y consuelo.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

DÍA CUARTO (24 DE ABRIL)


RESURRECCIÓN Y VIDA - SAN JUAN 11, 25-26

Del Evangelio de San Juan: “Jesús les dijo entonces: -Yo soy la resurrección
y la vida el que cree en mí, aunque muera vivirá y todo el que todavía está
vivo y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?”. Palabra del Señor.
CONSIDERACIÓN
Poco a poco el creyente, va descubriendo que esas Palabras de Jesús “yo
soy la resurrección y la vida” abren nuestra existencia a una esperanza de
vida eterna y al mismo tiempo, Jesucristo es quien nos despierta a una nueva
vida, para hacer latir nuestro corazón renovado en un mundo lleno de
debilidades.
No hay que esperar a la muerte física para conseguir vida. La dulzura y
misericordia de Jesús va más allá de la muerte. Todo lo suyo, sí que es vida.
No esperemos hasta el fin de nuestro aliento en este mundo. Mientras vamos
de camino, Jesús nos da su Espíritu de verdadera vida. Nos da el Pan de vida.
Nos da Palabras de vida. El encuentro con Él, es en el ahora, cuando tenemos
posibilidad de optar por sus caminos, por su Reino en este mundo. La vida
con Él es verdadera vida. ¿Qué puedo yo darle a mi Dios que vive en mí?
Acaso ¿no es mi alma, mi corazón, todo mi ser? En Jesús esta todo lo que tú
y yo estamos buscando y esperando.

¡Oh! Jesucristo de Betania, permítenos caminar contigo hacia la vida eterna.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

DÍA QUINTO (25 DE ABRIL)


JESÚS LLORA - SAN JUAN 11, 33-35

Del Evangelio de San Juan: “Al ver Jesús el llanto de María y de todos los
judíos que estaban con ella, su espíritu se conmovió profundamente y se
turbó. Y preguntó: -¿dónde lo han puesto?- le contestaron: -Señor, ven a ver-
y Jesús lloró”. Palabra del Señor.

CONSIDERACIÓN
Cuando muere un ser querido, nos duele profundamente porque sentimos su
ausencia. Pero Jesús, aunque le tenía cariño a Lázaro, no solo lloró porque
su estimado amigo hubiera muerto, sino porque sintió compasión por la
familia y amigos del fallecido.
Dejemos que nuestro Señor Jesucristo nos anime y nos fortalezca en los
momentos de dolor.

Cuando Jesús visitó a María, la hermana de Lázaro, y vio que ella y otras
personas lloraban, al percibir el intenso dolor, se sintió tan acongojado, que
cedió a las lágrimas.

Jesucristo de Betania, que nosotros cedamos en lágrimas de


arrepentimiento por las faltas que hemos cometido contra ti, y permítenos
comprender que tú tienes todo el poder y la gloria para dar vida y vida en
abundancia. También enséñanos a sentir compasión por quienes lloran la
pérdida de un ser amado y en general, por quienes están de atravesando por
grandes sufrimientos.

¡Oh! Jesucristo de Betania, haznos comprender que detrás de cada una de


nuestras lágrimas, tu estarás sintiendo nuestro dolor y consolándonos.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

DIA SEXTO (26 DE ABRIL)


VERÁS LA GLORIA DE DIOS - SAN JUAN 11, 38-40

Del Evangelio de San Juan: “Entonces Jesús, de nuevo profundamente


conmovido, fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre
ella. -Quiten la piedra-, dijo Jesús. Marta, hermana del que había muerto, le
dijo: -Señor, ya huele mal, porque hace cuatro días que murió-. Jesús le dijo:
- ¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios? -.” Palabra del Señor.

CONSIDERACIÓN
Jesús, nos da a entender que es la fe la que permite que podamos ver aquello
en lo que Dios se glorifica, desde lo más insignificante hasta lo más
grandioso. Después de esto, Jesús levantó la mirada al cielo y agradeciendo
a su Padre por escucharlo.

Él manifiesta que siempre Dios Padre lo escucha. Ante nuestra incredulidad,


si le abrimos el corazón a nuestro Señor, podemos llegar a ver su poder para
salir de las penumbras de nuestras desesperanzas y para hacer crecer o
suscitar en nosotros una mayor fe.

No dejemos que nuestras dudas nos conviertan en personas ajenas al


parecer de Dios, y pongamos todo en sus manos. Que nos aferremos siempre
a Él y podamos ser testigos de su obra salvadora y levantarnos siempre del
pecado tal como Lázaro se levantó de la muerte.

¡Oh! Jesucristo de Betania, aumenta nuestra fe para tener la certeza de que


para Ti nada es imposible

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

DÍA SÉPTIMO (27 DE ABRIL)


RESURRECCIÓN DE LÁZARO – SAN JUAN 11, 41-44

Del Evangelio de San Juan: “Y quitaron la piedra, Jesús levantó los ojos al
cielo y exclamó: -Te doy gracias Padre, porque me has escuchado. Yo sabía
que siempre me escuchas, pero lo he dicho por esa gente, para que crean
que tú me has enviado-. Al decir esto gritó con fuerte voz: - ¡Lázaro, sal fuera!
- Y salió el muerto. Tenía las manos y los pies atados con vendas y la cabeza
cubierta con un sudario. Jesús les dijo: -desátenlo y déjenlo caminar-”.
Palabra del Señor.

CONSIDERACIÓN
Jesús tiene toda su confianza en el Padre celestial y lo alaba dándole gracias
y abandonándose a su voluntad. Cumpliendo con su misión de ser conocido,
amado y seguido, se dirige a nosotros con su vida y sus actos. Esto nos
demuestra que muchas veces, no creemos en el poder de Dios, aunque
previamente hubiéramos visto sus milagros o la ayuda que nos ha dado.
Pareciera que no nos abandonamos plenamente en sus manos ni dejamos
que Dios sea guía para nuestras vidas y ayuda eficaz en nuestros problemas.
Debemos aprender a refugiarnos en las manos de Dios y a dejarle todas
nuestras angustias y preocupaciones. Con este pasaje, Jesús nos
demuestra que unido profundamente con el Padre, Él tiene el poder sobre la
muerte y el pecado. Y cuando dice “desátenlo y déjenlo caminar” también
nos está diciendo a nosotros, que nuestro destino es estar libres de toda
atadura y apreciar la verdadera libertad en el Señor.

¡Oh! Jesucristo de Betania, que, así como el revivir de Lázaro permitió


revelar tu Gloria, que tu obrar en nuestra historia sea para glorificarte
siempre Señor.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

DÍA OCTAVO (28 DE ABRIL)


MARÍA UNGE A JESÚS - SAN JUAN 12,3

Del Evangelio según San Juan: “María, pues, tomo una libra de un perfume
muy caro, hecho de nardo puro, le ungió los pies a Jesús y luego se los secó
con sus cabellos, mientras la casa se llenaba del olor del perfume.” Palabra
del Señor.

CONSIDERACIÓN
Este pasaje sobre Betania, nos enseña otra actitud para orar con el corazón.
María, con la única intención de alabarle, agradarle y agradecerle, ungió los
pies de Jesús con un perfume de nardo costoso. María amaba al Señor y no
le importó lo costoso que era el perfume, sino, ante todo, quería agradar al
Señor. ¡No es un desperdicio! ¡Es un acto de amor a Dios! ¡No es una pérdida
de tiempo hacer las cosas para el Señor! Al contrario, es nuestra mejor
inversión en esta vida. Que todo lo que hagamos sea con Él, por Él, y para Él.
Pues Dios sabe retribuir de la manera que más necesitamos. Muchas veces
nos acercamos a Dios para suplicarle, pedirle, quejarnos y hasta contarle
nuestros problemas, pero pocas veces nos acercamos a Él para adorarle y
agradecerle por todo lo que Él hace por nosotros.

Señor concédenos la gracia con la unción del Espíritu Santo, a alabarte, a


buscar momentos para estar con contigo, a dedicar lo mejor de nosotros
para Ti, a escoger la mejor parte. Que la fragancia de tu corazón, impregne
todos nuestros actos y busquemos siempre hacer el bien, para mayor gloria
tuya. Señor, sabemos que Tú nos amas y que no has escatimado nada para
demostrar tu amor por nosotros.
Enséñanos a vivir la gratuidad del amor y en todo momento amar, hacer el
bien, ser felices. Enséñanos a vivir la vida con la fragancia de tu Amor que no
pasa desapercibido. Señor, que tu gracia, que tu misericordia y amor
infinitos permanezcan siempre en nuestros corazones.

¡Oh! Jesucristo de Betania, así como María supo darte lo mejor que tenía,
que nuestra vida llegué a ser un perfume agradable a Ti.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

DÍA NOVENO (29 DE ABRIL)


ASCENSIÓN - LUCAS 24, 50-53

De Evangelio de San Lucas: “Jesús los llevó hasta cerca de Betania y


levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos
y fue llevado al cielo. Después volvieron llenos de gozo a Jerusalén, y
continuamente estaban en el Templo alabando a Dios”. Palabra del Señor.

CONSIDERACIÓN
La resurrección de Cristo, pudo probarse por parte de sus
discípulos viéndolo vivo y después lo vieron ascender al cielo.

Dejemos que nuestro corazón aprecie y acoja este momento, en el que Jesús
asciende, no descontento, sino con un gran amor y dejando esperanza para
la vida eterna.

Por su poder nos revela su gloria para que nuestra fe sea fortalecida. Y así
como los apóstoles volvieron a Jerusalén con gran gozo, nosotros debemos
regocijarnos del amor que Jesús nos tiene.

La gloria de Cristo, es el gozo de todos los creyentes que nos adherimos a


Él, guardando siempre sus promesas. Debemos apropiarnos de ellas y
recibirlas con alabanzas. Nada nos prepara mejor para recibir al Espíritu
Santo que estar en comunión con Jesús.
Los temores, son desechados, las penas transformadas en alegrías, las
esperanzas son fortalecidas y conservadas.
Jesucristo de Betania, permítenos descansar en tus promesas, atender
siempre a tu Palabra, alabar y bendecir a Dios Padre por su misericordia y
en vigilante espera de tu venida, nuestra plena felicidad. Jesucristo de
Betania, ven pronto.

¡Oh! Jesucristo de Betania, que podamos ver que nuestro peregrinar en este
mundo, es oportunidad para prepararnos adecuadamente para llegar a la
patria celestial.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

GOZOS

CORO
Entra en mi casa, ¡Oh Jesús!
Y como en Betania aquella vez
darte mi amistad sin condición
y que habites en mi corazón.

Por la experiencia de Marta


en su servicio primario,
nos enseñas el orden
de lo superfluo y necesario.
Primero la oración,
raíz y núcleo de toda obra
que la hace viva y sana
y a toda alma recobra.

(CORO)

Con cuánto cariño


repetiste el nombre de Marta.
Es como decirle: “Mujer, calma,
no te dejes agobiar el alma".
Aclaras la conducta de María:
el camino para ver la buena acción,
es necesario amar a Dios
y trabajar respaldado en la oración.

(CORO)

En el sepulcro de Lázaro lloraste


compartes nuestros dolores
no indiferente a las consecuencias
de nuestros propios errores.
Nunca insensible,
gimes en silencio en la ocasión.
Atributo de tu naturaleza divina
misericordia y compasión.

(CORO)

Como Lázaro y sus hermanas


también quiero tu amistad
recibirte y acogerte
en mi vida y en mi hogar.
Tú me sacas de la tumba
y me quitas las ataduras.
No me dejes Jesús mío
es tu vida que me alumbra.

(CORO)

Simón te abrió las puertas


a festejarte con honor
obras grandes que por él hiciste
por misericordia y amor
De la lepra lo curaste
retornándolo a la comunidad
que también sea agradecido
por tu solicitud y bondad.

(CORO)

María te ungió con nardo


supo darte lo mejor que tenía.
Su entrega fue total y sin reservas
y de amor lleno de aroma incluía.
Ofrenda de olor grato,
también quiero ofrecerte.
Devoción y adoración aprendo,
de María, la que no quiere perderte.

(CORO)

A tus pies como María


escuchando tu Palabra
buscando tu consuelo
en gratitud y adoración.
Como Marta la de Betania
patrona de la fe probada
en el viento helado de preguntas
creer en ti sin explicación.

(CORO)

ORACIÓN FINAL

Señor Jesucristo,
mi casa es también casa de tus amigos.

Deseo que sea lugar de difusión de tu Palabra


y ejemplo en la hospitalidad y servicio.

Creo en ti y te recibo
como mi Señor y Salvador.

Quiero disfrutar del alimento


rico, dulce y abundante
del amor fraternal
en el Espíritu Santo.

Que en mi casa siempre encuentres un lugar


y que siempre haya lugar
para un milagro sobrecogedor.

Danos siempre vida


para que seamos
verdaderos testigos
de tu resurrección
y que experimentemos siempre
la cercanía de nuestra victoria
y la verdadera esperanza
en tu compañía gloriosa.
Amén.

También podría gustarte