Libro Semana Santa Editado Musicas
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SEMANA SAN TA
Giovanni Francesco Romanelli, San Pedro y San Juan en el sepulcro de Cristo, 1640. © Los Angeles County Museum of Art.
Índice
Jueves Santo
Mañana 7
Tarde 31
Viernes Santo
Mañana 43
Tarde 63
Jueves
Santo
Mañana
■ STABAT MATER
(G.B. Pergolesi)
7
Jueves Santo
8
Jueves Santo
■ ANGELUS
9
Jueves Santo
10
Jueves Santo
■ ISAÍAS 55
11
Jueves Santo
Liberati dal giogo del male, Liberados del yugo del mal,
battezzati nell’acqua profonda, bautizados en el mar profundo,
noi giungiamo alla terra di prova a la tierra de prueba llegamos,
dove i cuori saran resi puri. en donde los corazones serán purificados.
Dal paese d’Egitto ci hai tratti De la tierra de Egipto nos has sacado,
e cammini con noi nel deserto, y caminas con nosotros por el desierto
per condurci alla santa montagna para llevarnos a la santa montaña
sulla quale s’innalza la croce. en la cual ya la Cruz se levanta.
Tu sei l’acqua che sgorga dal sasso, Tú eres agua que brota de la peña,
sei la manna che sazia la fame, eres maná que sacia el hambre,
sei la nube che guida il cammino eres la nube que guía el camino
e sei legge che illumina i cuori. y ley que ilumina los corazones.
Su te, roccia che t’alzi fra noi, En ti, roca que te levantas entre nosotros,
troveremo difesa ed appoggio encontraremos defensa y amparo,
e berremo alla fonte di vita y beberemos en la fuente de vida,
che ci lava dai nostri peccati. que nos lava de nuestros pecados.
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Jueves Santo
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Jueves Santo
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Jueves Santo
■ NEHEMÍAS 8,1-11
El pueblo entero se reunió como un solo hombre en la plaza que está delante de
la Puerta del Agua y dijeron a Esdras, el escriba, que trajese el libro de la ley de
Moisés que el Señor había dado a Israel.
El día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo el libro de la ley ante la
comunidad: hombres, mujeres y cuantos tenían uso de razón. Leyó el libro en la
plaza que está delante de la Puerta del Agua, desde la mañana hasta el mediodía,
ante los hombres, las mujeres y los que tenían uso de razón. Todo el pueblo
escuchaba con atención la lectura del libro de la ley. El escriba Esdras se puso en
pie sobre una tribuna de madera levantada para la ocasión. Estaban a su derecha
Matitías, Semá, Ananías, Urías, Jelcías y Maasías; y a su izquierda, Pedaías,
Misael, Malaquías, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán. Esdras abrió el libro en
presencia de todo el pueblo, de modo que toda la multitud podía verlo; al abrir-
lo, el pueblo entero se puso de pie.
Esdras bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo respondió con las
manos levantadas: «Amén, amén». Luego se inclinaron y adoraron al Señor, ros-
tro en tierra.
Los levitas Josué, Baní, Serebías, Jamín, Acub, Sabtay, Hodiyías, Maasías,
Quelitá, Azarías, Yozabad, Janán y Pelaías explicaron la ley al pueblo, que per-
manecía en pie.
Leyeron el libro de la ley de Dios con claridad y explicando su sentido, de modo
que entendieran la lectura.
Entonces el gobernador Nehemías, el sacerdote y escriba Esdras, y los levitas que
instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea: «Este día está consagrado al Señor,
vuestro Dios. No estéis tristes ni lloréis» (y es que todo el pueblo lloraba al
escuchar las palabras de la ley). Nehemías les dijo: «Id, comed buenos manjares y
bebed buen vino, e invitad a los que no tienen nada preparado, pues este día está
consagrado al Señor. ¡No os pongáis tristes; el gozo del Señor es vuestra fuerza!».
También los levitas tranquilizaban a todo el pueblo, diciendo: «¡Callad, no estéis
tristes, porque este día es santo!».
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Jueves Santo
■ JEREMÍAS 31,2.3b-4a
Ubi caritas et amor, Deus ibi est. Donde hay caridad y amor, allí está Dios
Simul ergo cum in unum congregamur Cuando nos reunimos todos juntos,
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Jueves Santo
Simul quoque cum beatis videamus Que todos juntos, entre los bienaventurados,
glorianter vultum tuum, veamos tu rostro en la gloria,
Christe Deus; oh Cristo Dios:
gaudium, quod est immensum, ésta es la alegría inmensa
atque probum, y la dulzura,
saecula per infinita saeculorum. por todos los siglos, sin término.
*Este pasaje y los siguientes de Ch. Péguy sin ulteriores referencias están tomados de: Ch. Péguy, Los Tres
Misterios, Encuentro, Madrid 2008.
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Jueves Santo
Sus treinta años de trabajo y sus tres años de predicación y sus tres días de pasión
y muerte,
Sus treinta y tres años de oración,
Su encarnación, que es propiamente su encarnamiento,
Su hacerse carne y carnal, su hacerse hombre y su muerte en cruz y su sepultura,
Su encarnamiento y su suplicio,
Su vida de hombre y su vida de obrero y su vida de sacerdote y su vida de santo
y su vida de mártir,
Su vida de fiel,
Su vida de Jesús,
Para venir luego (al mismo tiempo) a meternos chismes.
No puso, no empleó, no derrochó todo eso.
No hizo todo ese derroche
Considerable
Para venir a darnos, para darnos luego
Adivinanzas
Que adivinar
Como un mago.
Haciéndose el vivo.
No, no, hija mía, y Jesús tampoco nos ha dado unas palabras muertas
Que tengamos que guardar en pequeñas cajas
(O en grandes),
Y que tengamos que conservar en aceite rancio
Como momias de Egipto.
Jesucristo, hija mía, no nos entregó palabras en conserva
Para guardar,
Sino que nos entregó palabras vivas
Para alimentar.
Ego sum via, veritas et vita,
Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Las palabras de (la) vida, las palabras vivas no pueden conservarse sino vivas,
Alimentadas vivas,
Alimentadas, cargadas, caldeadas, cálidas en un corazón viviente.
De ningún modo almacenadas en cajitas de madera o de cartón.
Como Jesús tomó, se vio forzado a tomar cuerpo, a revestirse de carne
Para pronunciar estas palabras (carnales) y para hacerlas oír,
Para poderlas pronunciar,
Así nosotros, de modo similar, a imitación de Jesús,
Así nosotros, que somos de carne, debemos aprovecharlo,
Aprovechar que somos carnales para conservarlas, para calentarlas,
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Jueves Santo
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Jueves Santo
Por primera vez, por primera vez después de Jesús, nosotros hemos visto, con
nuestros propios ojos, estamos viendo surgir un mundo nuevo, más aún, una
ciudad; formarse una sociedad nueva, más aún, una ciudad; la sociedad moder-
na, el mundo moderno; constituirse un mundo, una sociedad, o al menos
establecerse, (nacer y) crecer, después de Jesús, sin Jesús. Y lo que es más tremen-
do, amigo mío, no hay que negarlo, es que nos ha alcanzado.
Aquello que da a nuestra generación, amigo mío, a vuestra generación, y al tiem-
po en el que vivimos una importancia capital; es aquello que os pone en una
etapa única de la historia del mundo, en el transcurrir de la historia del mundo.
Es lo que os pone en una situación trágica, única. Vosotros sois los primeros.
Vosotros sois los primeros de los modernos. Vosotros sois los primeros frente a
los cuales, delante de los cuales, ante cuyos ojos, se ha realizado y vosotros mis-
mos habéis realizado, esta obra singular, esta instauración del mundo moderno y
este establecerse del gobierno del partido intelectual en el mundo moderno.
* Ch. Péguy, Verónica, diálogo de la historia y el alma carnal. Nuevo Inicio, Granada 2008.
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Jueves Santo
■ JUAN 14
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa
de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a pre-
pararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmi-
go, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya sabéis
el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber
el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va
al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.
Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre
y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me cono-
ces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú:
“Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo
que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él
mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed
a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo
hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre,
yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi
nombre, yo lo haré. Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al
Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la
verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en
cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros. No os dejaré
huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vos-
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Jueves Santo
otros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy
en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamien-
tos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo
también lo amaré y me manifestaré a él».
Le dijo Judas, no el Iscariotes: «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nos-
otros y no al mundo?». Respondió Jesús y le dijo: «El que me ama guardará mi
palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que
no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía,
sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro
lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será
quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. Que no se
turbe vuestro corazón ni se acobarde.
Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os ale-
graríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho
ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe de este mundo; no
es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que
yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo. Levantaos,
vámonos de aquí».
O côr soave, côr del mio Signore, Oh corazón inefable, corazón de mi Señor,
ferito gravemente, herido gravemente,
non da coltel pungente, no por un cuchillo punzante,
ma da lo stral che fabbricò l’amore, sino por el aguijón que fabricó el amor,
che fabbricò l’amore. que fabricó el amor.
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Jueves Santo
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Jueves Santo
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Jueves Santo
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Jueves Santo
■ JUAN 16
«Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sina-
goga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que
da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os
lo había dicho. No os dije estas cosas desde el principio porque estaba con vos-
otros. Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta:
“¿Adónde vas?”. Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el
corazón. Sin embargo, os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si
no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo envia-
ré. Y, cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una jus-
ticia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia,
porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el príncipe de
este mundo está condenado.
Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora;
cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no
hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que
está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo
lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío
y os lo anunciará.
Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver».
Comentaron entonces algunos discípulos: «¿Qué significa eso de “dentro de poco
ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy
al Padre”?». Y se preguntaban: «¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que
dice». Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Estáis discutiendo
de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de poco
me volveréis a ver”? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamen-
taréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tris-
teza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, por-
que ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro,
por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También vosotros ahora
sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os qui-
tará vuestra alegría.
Ese día no me preguntaréis nada. En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al
Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid y recibiréis, para que
vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la
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Jueves Santo
hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre cla-
ramente. Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre
por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y cre-
éis que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el
mundo y me voy al Padre». Le dicen sus discípulos: «Ahora sí que hablas claro y
no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pre-
gunten; por ello creemos que has salido de Dios». Les contestó Jesús: «¿Ahora
creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os dis-
persaréis cada cual por su lado y a mí me dejaréis solo. Pero no estoy solo, por-
que está conmigo el Padre.
Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis
luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».
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Jueves Santo
■ JUAN 17
Así habló Jesús y, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora, glo-
rifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti y, por el poder que tú le has
dado sobre toda carne, dé la vida eterna a todos los que le has dado. Esta es la vida
eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo
te he glorificado sobre la tierra, he llevado a cabo la obra que me encomendaste.
Y ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía junto a ti antes
que el mundo existiese. He manifestado tu nombre a los que me diste de en medio
del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora
han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comuni-
cado las palabras que tú me diste, y ellos la han recibido, y han conocido verda-
deramente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. Te ruego por
ellos; no ruego por el mundo, sino por estos que tú me diste, porque son tuyos. Y
todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar
en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti. Padre santo, guár-
dalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros.
Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los cus-
todiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la
Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos
alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del
mundo, sino que los guardes del maligno.
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad:
tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al
mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean san-
tificados en la verdad. No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en
mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo
en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me
has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como
nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno,
de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos
como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén
conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me ama-
bas, antes de la fundación del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han cono-
cido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre,
para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».
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Jueves Santo
■ DULCIS CHRISTE
(Michelangelo Grancini, s. XVII)
■ ANGELUS
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Jueves Santo
O gratiosa, Oh graciosa,
o coeli rosa, oh rosa del cielo,
tu es florum flos; tú eres la flor de las flores;
o Mater pia, oh Madre piadosa,
virgo Maria, virgen María,
ora pro nobis! ¡ruega por nosotros!
30
Tarde
■ MISERERE
(Salmo 51 [50], Gregorio Allegri, ca. 1630)
Tibi soli peccavi, et malum coram Contra ti, contra ti solo pequé,
te feci: et iustificeris in cometí la maldad que aborreces.
sermonibus tuis, et vincas En la sentencia tendrás razón,
cum iudicaris. en el juicio resultarás inocente.
31
Jueves Santo
Benigne fac Domine in bona voluntate tua Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
Sion, ut aedificentur muri Jerusalem. reconstruye las murallas de Jerusalén.
32
Jueves Santo
■ TI ADORO, REDENTORE
(Antonio Martorell)
■ ISAÍAS 53
¿Quién creyó nuestro anuncio?;
¿a quién se reveló el brazo del Señor?
Creció en su presencia como brote,
como raíz en tierra árida,
sin figura, sin belleza.
33
Jueves Santo
34
Jueves Santo
35
Jueves Santo
Christe, cunctorum dominator alme, Cristo, Señor de todos, que das la vida,
mente supremi generate Patris, engendrado de la mente del Padre Eterno,
supplicum voces pariterque carmen mira benigno la voz y el canto
cerne benignus. de los que te suplican humildemente.
Cerne, quod Templi, Deus ad decorem Mira, Dios, cómo tu pueblo suplicante
plebs tua supplex resonet per aedem, hace resonar en el templo su canto,
annuo cuius redeunt colenda en el día del año
tempore festa. en que celebramos su fiesta.
Haec domus surgit tibi dedicata Esta casa surge dedicada a ti,
rite, ubi sumit populus sacratum según el rito; en ella el pueblo toma del altar
corpus ex aris, bibit et beati el Cuerpo consagrado,
sanguinis haustum. y bebe la bienaventurada Sangre.
Hic sacrosancti latices nocentum Aquí las aguas sagradas disuelven las culpas
diluunt culpas, perimuntque noxas; de los pecadores, y perecen los pecados;
chrismate invictum genus et creatur con la unción es creada
christicolarum. la raza invencible de los cristianos.
Hic salus aegris, medicina fessis, Aquí se les da la salud a los enfermos,
lumen et caecis datur: hic reatu, el remedio a los cansados, la luz a los ciegos;
Christe, nos solvis; timor atque moeror aquí, Cristo, nos liberas del crimen;
pellitur omnis. el temor y la aflicción son alejados de todos.
36
Jueves Santo
Daemonis saevi perit hic rapina: Aquí perece la presa del feroz demonio;
pervicax monstrum pavet et retentos aquí el monstruo obstinado tiene miedo y,
deserens artus, fugit in remotas dejando los huesos que retenía,
ocius auras. huye veloz hacia lejanas regiones.
Hic locus Regis vocitatur aula Este lugar es llamado en verdad corte
nempe caelestis, rutilansque caeli del Rey celestial, brillante puerta del cielo,
porta, quae vitae patriam petentes que recibe a todos los que
accipit omnes. piden la patria de la vida.
Turbo quem nullus quatit, aut vagantes A éste no lo sacude ninguna tempestad,
diruunt venti; penetrantque nimbi, los vientos agitados no lo destruyen
hanc domum tetris piceus tenebris y las nubes no lo penetran;
tartarus horret. el negro tártaro de oscuras tinieblas
tiene pavor de esta casa.
Nulla nos vitae cruciet procella, Que ninguna tempestad de la vida nos atemorice;
sint dies laeti placidaeque noctes; que los días sean alegres y las noches plácidas;
nullus ex nobis, pereunte mundo, que ninguno de nosotros,
sentiat ignem. una vez que el mundo perezca,
sienta el fuego.
Hic dies, in quo tibi consecratum, Este día en que observas el templo
conspicis templum, tribuat perenne consagrado a ti,
gaudium nobis; vigeatque longo nos dé un gozo perenne,
temporis usu. y que éste tenga largo tiempo de uso.
Laus poli summum resonet Parentem Resuene la alabanza al Padre supremo del Cielo,
laus Patris Natum, pariterque Sanctum y se module con un dulce himno la alabanza
Spiritum dulci moduletur hymno al Hijo del Padre y también al Espíritu Santo
omne per aevum. por todos los siglos.
Amen. Amén.
37
Jueves Santo
■ TUTOR DICENDO
(Anónimo, del Laudario Magliabechiano, s. XIV)
Jesù, Jesù, Jesù dolce ad amare. Jesús, Jesús, Jesús, qué dulce es amarle.
Jesù... Jesús…
Sempre l’atendo, col mio cor gaudendo, Siempre lo espero, con mi corazón alegre,
fa mi rallegrare. haz que me alegre.
Jesù... Jesús…
Non mi ritegno da mi’ gran sostegno, Sé que no puedo buscar apoyo en mí,
e vogliol pur chiamare. por eso quiero llamarte.
Jesù... Jesús…
Vo’ ke mi dica la mia dolce vita, Quiero que mi dulce vida me diga
ke mi farà salvare. que me salvará.
Jesù... Jesús…
Jesù... Jesús…
K’i’ son dolente, con molta fatica; Que estoy penando, con mucha fatiga;
fa mi consolare! ¡consuélame!
Jesù... Jesús…
Amor dilecto, del mio cor se’ vita, Amor preferido, eres la vida de mi corazón,
or damit’a trovare! ¡concédeme encontrarte!
Jesù... Jesús…
38
Jueves Santo
Jesù... Jesús…
K’io non ti perda per mio fallimento, Que no te pierda por mi equivocación,
cum falso tentare. con mis falsas acciones.
Jesù... Jesús…
Vivo in paura di te mia dolzura; Vivo con miedo de ti, dulzura mía,
come ne posso fare? ¿cómo es posible esto?
Jesù... Jesús…
Tu se’ il mio aire, io son tua creatura; Tú eres la fuente de mi vida, yo soy tu criatura,
non m’abandonare! no me abandones.
Jesù... Jesús…
Tu sì m’ai detto [amor mio dilecto], Tú me dijiste [mi amor del alma],
k’i’ kegia faraimi dare. que vendrías a mí.
Jesù... Jesús…
Jesù... Jesús…
Jesù... Jesús…
39
Viernes
Santo
Mañana
■ STABAT MATER*
(G.B. Pergolesi)
■ ANGELUS
43
Viernes Santo
■ REQUIEM KV 626
(W.A. Mozart)
Dies irae
Confutatis maledictis
44
Viernes Santo
Lacrimosa
45
Viernes Santo
46
Viernes Santo
De una piedad.
De una cierta piedad.
Pietas.
Eso es lo que había hecho de su madre.
Desde que comenzara su misión.
Ella seguía, lloraba.
Lloraba, y lloraba.
Las mujeres sólo saben llorar.
Se la vio por todas partes.
En el cortejo y también algo fuera del cortejo.
Bajo los pórticos, bajo los arcos, en las corrientes de aire.
En los templos, en los palacios.
En las calles.
En los patios y en los corrales.
También ella había sufrido su calvario.
También ella había subido,
Que es una montaña escarpada.
Y no sólo no sentía
que sus pies la conducían.
Sino que no sentía sus piernas bajo ella.
También ella había sufrido su calvario.
También ella había subido, subido.
Entre la muchedumbre, un poco atrás.
Había subido al Gólgota.
Hasta el Gólgota.
A la cumbre.
Hasta la cumbre.
Donde estaba ahora él crucificado.
Clavado por los cuatro miembros.
Como un pájaro nocturno en la puerta de un granero.
Él, el Rey de la Luz.
En el lugar llamado Gólgota.
Es decir, sitio de la Calavera.
Eso es lo que había hecho de su madre.
Maternal.
Una mujer en lágrimas.
Una pobre.
Una mendiga.
Una pobre en la miseria.
Una especie de mendicante de piedad.
47
Viernes Santo
■ TATĂL NOSTRU
(Padrenuestro, Liturgia rumana)
Tatăl nostru carele eşti în ceruri Padre nuestro, que estás en el cielo,
sfinţească-se numele tău santificado sea tu nombre,
vie împărăţiă ta, venga a nosotros tu reino,
facă-se voia ta hágase tu voluntad
precum în cer şi pre pământ. en la tierra como en el cielo.
Pâinea noastră cea de toate zilele Danos hoy nuestro pan de cada día,
dă ne-o nouă astăzi perdona nuestras ofensas
şi ne iartă greşalele noastre como también nosotros perdonamos
precum şi noi iertăm greşiţilor noştri a los que nos ofenden.
şi nu ne duce pre noi în ispită No nos dejes caer en la tentación
ci ne izbăveşte de cel rău. y líbranos del mal.
Amin. Amén.
■ RESPONSORIOS
(T.L. de Victoria)
Astiterunt reges
Amicus meus osculi me tradidit signo. Mi amigo me traiciona con un beso por señal:
Quem osculatus fuero, ipse est, tenete eum. “Aquél a quien bese, ése es, detenedle”.
Hoc malum fecit signum, Dio esta señal perversa,
qui per osculum adimplevit homicidium. y con un beso cometió un homicidio.
Infelix praetermisit pretium sanguinis, El infeliz tiró el precio de la sangre
et in fine laqueo se suspendit. y al final se ahorcó.
Bonum erat ei si natus non fuisset Habría sido mejor para él
homo ille. si ese hombre no hubiera nacido.
Infelix praetermisit pretium sanguinis, El infeliz tiró el precio de la sangre
et in fine laqueo se suspendit. y al final se ahorcó.
La profecía de Simeón.
■ LUCAS 2,33-35
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los
bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel
caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción, – y a ti misma una
espada te traspasará el alma – para que se pongan de manifiesto los pensamien-
tos de muchos corazones».
49
Viernes Santo
El drama de María.
50
Viernes Santo
51
Viernes Santo
Ella lloraba, y hacía una impresión tan rara, tan horrible a la vista.
Estaba tan horrorosa,
Que uno se habría reído ciertamente.
Y se habría mofado de ella.
Ciertamente.
Si no hubiera sido la madre del reo.
Hasta los pilletes de las calles volvían la cabeza.
Cuando la veían.
Volvían la cabeza.
Desviaban la vista.
Para no reír.
Para no reírse en su nariz.
Y, no se sabe, tal vez también para no llorar.
[…]
52
Viernes Santo
53
Viernes Santo
■ 1 PEDRO 2,21-25
Ch’io son Maria co’ lo cor tristo, Que yo soy María, con el corazón triste,
la quale avea per figliuol Cristo; que tenía por hijo a Cristo:
la speme mia e dolce aquisto nacido de mis entrañas, dulce regalo
fue crocifisso per li peccatori. que fue crucificado por los pecadores.
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Viernes Santo
■ RESPONSORIOS
(T.L. de Victoria)
Tenebrae factae sunt, dum crucifixissent Se hizo la oscuridad cuando los judíos
Jesum Judaei; crucificaron a Jesús,
et circa horam nonam exclamavit Jesus y hacia la hora novena Jesús
voce magna: Deus meus, lanzó un gran grito: “Dios mío,
ut quid me dereliquisti? ¿por qué me has abandonado?”.
Et inclinato capite, emisit spiritum. E inclinando la cabeza, exhaló su espíritu.
Exclamans Jesus voce magna, ait: Gritando Jesús con gran voz, dijo:
Pater, in manus tuas commendo “Padre, a tus manos encomiendo
spiritum meum. mi espíritu”.
Et inclinato capite, emisit spiritum. E inclinando la cabeza, exhaló su espíritu.
Caligaverunt oculi mei a fletu meo, Se nublaron mis ojos a causa del llanto,
quia elongatus est a me porque habían arrancado de mi lado
qui consolabatur me. a aquel que me consolaba.
Videte omnes populi Ved, pueblos todos,
si est dolor similis sicut dolor meus. si existe dolor semejante al mío.
O vos omnes qui transitis per viam, Vosotros todos, los que pasáis por el camino,
attendite et videte prestad atención y ved
si est dolor similis sicut dolor meus. si existe dolor semejante al mío.
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■ JUAN 12,23-28
Jesús les contestó: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.
En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda
infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde,
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Amen. Amén.
■ 1 TESALONICENSES 5,1-11
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■ OGNUN M’ENTENDA
(Anónimo, del Códice Ven. Marciana, s. XV)
■ MIGUEL MAÑARA*
(O.V. Milosz)
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■ DULCIS CHRISTE
(Michelangelo Grancini, s. XVII)
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■ TI ADORO, REDENTORE
(Antonio Martorell)
■ ANGELUS
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Tarde
Via Crucis
Iª ESTACIÓN
■ EXAUDI DOMINE
(Lorenzo Perosi)
Exaudi, Domine, vocem meam Escucha, Señor, mi voz
qua clamavi ad te, a ti te invoco,
miserere mei et exaudi me. ten piedad de mí y escúchame.
Tibi dixit cor meum, A ti se dirigió mi corazón,
exquisivit te facies mea. te buscó mi rostro.
Faciem tuam, Domine, requiram. Tu rostro buscaré, Señor.
Ne avertas faciem tuam a me. No lo apartes de mí.
Ne declines in ira a servo tuo. En la ira no te alejes de tu siervo.
■ O MAGNE PATER
(Hildegarda de Bingen)
Omne homo ad alta voce Que todo hombre alabe en voz alta
laudi la verace croce. la verdadera Cruz.
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■ PROSTERNIMUS PRECES
(Gregoriano)
Et exaudi… ¡Escúchanos…
Et exaudi… ¡Escúchanos…
Et exaudi… ¡Escúchanos…
Et exaudi… ¡Escúchanos…
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Mio Dio, mio Dio, perché Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
mi hai abbandonato? abandonado?
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II ª ESTACIÓN
■ CRUX FIDELIS
(Gregoriano)
Crux fidelis inter omnes ¡Oh, cruz fiel, árbol único en nobleza!
arbor una nobilis Jamás el bosque dio mejor tributo
nulla silva talem profert, en hoja, en flor y en fruto.
fronde, flore, germine. ¡Dulces clavos!
Dulce lignum, dulces clavos, ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
dulce pondus sustinet. con un peso tan dulce en su corteza!
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El viejo carpintero.
El maestro carpintero.
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Un joven ordenado.
Cómodo de gobernar.
Y que daba al César lo que es del César.
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El arresto de Jesús.
■ LUCAS 22,47-53
Todavía estaba hablando, cuando apareció una turba; iba a la cabeza el llamado
Judas, uno de los Doce. Y se acercó a besar a Jesús. Jesús le dijo: «Judas, ¿con un
beso entregas al Hijo del hombre?». Viendo los que estaban con él lo que iba a
pasar, dijeron: «Señor, ¿herimos con la espada?». Y uno de ellos hirió al criado del
sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Jesús intervino diciendo: «Dejadlo,
basta». Y, tocándole la oreja, lo curó. Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ofi-
ciales del templo, y a los ancianos que habían venido contra él: «¿Habéis salido
con espadas y palos como en busca de un bandido? Estando a diario en el temp-
lo con vosotros, y no me prendisteis. Pero esta es vuestra hora y la del poder de
las tinieblas».
IIIª ESTACIÓN
■ CRUX FIDELIS**
(Gregoriano)
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Voy a decíroslo:
Él había salvado al mundo.
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Cuando se hizo de día, se reunieron los ancianos del pueblo, con los jefes de los
sacerdotes y los escribas; lo condujeron ante su Sanedrín, y le dijeron: «Si tú eres
el Mesías, dínoslo». Él les dijo: «Si os lo digo, no lo vais a creer; y si os pregunto,
no me vais a responder. Pero, desde ahora, el Hijo del hombre estará sentado a la
derecha del poder de Dios». Dijeron todos: «Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?».
Él les dijo: «Vosotros lo decís, yo lo soy». Dijeron ellos: «¿Qué necesidad tenemos
ya de testimonios? Nosotros mismos lo hemos oído de su boca».
■ LUCAS 23,1-25
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IVª ESTACIÓN
■ CRUX FIDELIS**
(Gregoriano)
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[…]
De desesperanza común.
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La crucifixión.
Y cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los
dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre, per-
dónalos, porque no saben lo que hacen».
Hicieron lotes con sus ropas y los echaron a suerte.
El “buen ladrón”.
Uno de los malhechores crucificado lo insultaba diciendo: «¿No eres tú el Mesías?
Sálvate a ti y a nosotros». Pero el otro, respondiéndole e increpándole, le decía:
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La muerte de Jesús.
Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la
hora nona.
Vª ESTACIÓN
Amen. Amén.
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Como todos los niños pequeños jugaba con imágenes. (Muy bruscamente)
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La muerte de Jesús.
Al llegar la hora sexta toda la región quedó en tinieblas hasta la hora nona. Y a la
hora nona, Jesús clamó con voz potente: Eloí Eloí, lemá sabactaní (que significa:
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»). Algunos de los presentes, al
oírlo, decían: «Mira, llama a Elías». Y uno echó a correr y, empapando una
esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber diciendo: «Dejad, a
ver si viene Elías a bajarlo». Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
Y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
«Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».
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■ PRAECONIUM PASCHALE
IN VIGILIA DOMINICAE RESURRECTIONIS
(Liturgia ambrosiana)
Exsultet iam angelica turba coelorum; Exulten por fin los coros de los ángeles,
exsultent divina mysteria, exulten las jerarquías del cielo,
et pro tanti Regis victoria y por la victoria de Rey tan poderoso
tuba intonet salutaris. que las trompetas anuncien la salvación.
Gaudeat se tot tellus irradiata Goce también la tierra,
fulgoribus, inundada de tanta claridad,
et, aeterni Regis splendore lustrata, y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
totius orbis sentiat amisisse se sienta libre de la tiniebla
caliginem. que cubría el orbe entero.
Laetetur et mater Ecclesia, Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
tanti luminis adornata fulgore, revestida de luz tan brillante;
et magnis populorum vocibus resuene este templo
haec aula resultet. con las aclamaciones del pueblo.
Quapropter, astantibus vobis, fratres Por eso, queridos hermanos,
carissimi, que estáis ante la espléndida claridad
ad tam miram sancti huius luminis de este santo cirio,
claritatem, os pido que invoquéis junto a mí
una mecum, quaeso, Dei omnipotentis la misericordia de Dios Omnipotente
misericordiam invocate, para que aquel que se dignó contarme,
ut qui me non meis meritis intra no por mis méritos,
levitarum en el número de los levitas
numerum dignatus est aggregare, mediante la gracia de su luz
luminis sui gratiam infundendo, nos guíe para realizar dignamente
cerei huius laudem implere las alabanzas de este cirio.
praecipiat.
Praestante Domino nostro Iesu Christo Que nos asista Jesucristo,
Filio suo, nuestro Señor y Dios,
secum vivente atque regnante Deo, que vive y reina con el Padre,
in unitate Spiritus sancti, en la unidad del Espíritu Santo,
per omnia saecula saeculorum. por los siglos de los siglos.
Amen. Amén.
Dominus vobiscum. El Señor esté con vosotros.
Et cum spiritu tuo. Y con tu espíritu.
Sursum corda. Levantemos el corazón.
Habemus ad Dominum. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Gratias agamus Demos gracias
Domino Deo nostro. al Señor, nuestro Dios.
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«Allora... «Entonces…
«Allora... «Entonces…
«Allora... «Entonces…
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Los hombres, jóvenes y no tan jóvenes,
necesitan una cosa en última instancia: la
certeza de la positividad de su tiempo, de
su vida, la certeza de su destino.