Ted K y El Ecofascismo

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

䔀䐀䬀
䄀䌀娀
夀一匀
䬀䤀
夀䔀
䰀䔀䌀
伀䘀䄀
匀䌀䤀
匀䴀伀
PRÓLOGO
El pasado 10 de junio de 2023 murió Ted Kaczynski, conocido pop-
ularmente como el “Unabomber”. Ted inició una campaña individ-
ual de envíos de paquetes explosivos entre 1978 y 1994 desde su
cabaña en Montana, Estados Unidos, destinada a atacar distintos
eslabones del sistema tecno-industrial y generar una propaganda
masiva por su destrucción. En sus ataques murieron 3 personas y
fueron heridas alrededor de una decena, generando un clima nacio-
nal de paranoia y persecución para encontrar al responsable de 15
años de actos ‘terroristas’.
“La sociedad industrial y su futuro” fue el escrito más popular de
Ted, publicado bajo el seudónimo de “Freedom Club”, y conocido
popularmente como “El manifiesto Unabomber” a partir de su pub-
licación en el New York Times en septiembre de 1995.
Luego de su detención en 1996, la imagen de Ted y sobre todo las
ideas que sustentaba fueron (obviamente) atacadas por todos los
medios de comunicación y agencias de seguridad, la representación
del ‘Unabomber’ como un ermitaño perdido en el bosque que odia
a la sociedad, un loco, un romántico idealista, alguien que perdió el
rumbo en la vida, un ex académico de Harvard que ‘no pudo sopor-
tarlo”.
Entre lxs pocxs que se solidarizaron con Ted, estuvo John Zerzan,
conocido anarquista de la rama primitivista que defendió y propagó
muchas de sus ideas, incluso frente a discordancias con respecto a
la ‘idealización de la vida primitiva’. Esto, sumado a que el “Freedom
Club” tomaba conceptos y hacia referencias anárquicas, genero una
virtual relación entre el anarquismo y Kaczynski.
Pero sería absurdo afirmar que él sea anarquista, tanto por su fal-
ta de reivindicación directa, como por diferencias explicitas con ‘el
ideal’, como la falta de una ética colectiva, o la subestimación de
ciertas corrientes como el anarco-feminismo. Esto sin embargo, no
impidió que varios de sus aportes hayan sido tomados por distintos
movimientos anárquicos, principalmente la crítica al izquierdismo,
la destrucción del sistema tecno-industrial y el distanciamiento de
las organizaciones formales.
A día de hoy, como sucede habitualmente, Ted es tomado como un
ícono desprovisto de ideas, tanto por sus detractores como muchxs
de sus simpatizantes, es reconocido como alguien que se opone al
sistema tecnológico, pero desprovisto de los puntos más profundos
de sus ideas y acciones que son bastante difíciles de digerir. Po-
demos afirmar que la revolución anti-tech que propuso es más bien
pragmática, racional, que pone por delante la necesidad de termi-
nar con este sistema, antes que la construcción ideal de una comu-
nidad humana. En este punto no temió ‘embarrarse’ las manos con
referencias ideológicas varias y críticas radicales a los valores hu-
manistas, por esta razón distintos grupos han querido aferrarse a
sus ideas, o rechazarlas y tildarlas de ‘fascistas’ por no encontrarse
dentro de las lógicas ciudadanas de la izquierda (pos)moderna.
¿Cuántas veces a lxs anarquistas nos han llamado fascistas o policías
por atacar un banco o enfrentarnos con la policía?
Más allá de la ambigüedad con la que el término fascista es utiliza-
do en la actualidad, tampoco queremos idealizar las ideas de Ted,
hay ciertos reduccionismos que no compartimos, como encolum-
nar toda crítica bajo el paraguas de “izquierdismo”, o el envío de
paquetes explosivos que es, por lo menos, sumamente debatible
debido a los riesgos que conlleva para terceros. Más allá de esto, la
decisión de editar este pequeño material tiene que ver con difundir
material1, promover la lectura crítica y desempolvarnos titulares
ajenos y ataques frívolos que tildan de “fascista” a todo lo que no
compartimos.
Expandiendo la Revuelta, Junio 2023.
1 El texto “Ecofascismo: una rama aberrante del izquierdismo” a continua-
ción fue traducido por Expandiendo la Revuelta, y el siguiente “Sobre las
ITS” es un extracto de una correspondencia traducida por Último Reducto.
En ambos creemos que quedan claras (aunque no libres de polémicas) las
posiciones de Ted en torno al Ecofascismo y el Ecoextremismo.
Ecofascismo
Una rama aberrante del izquierdismo
Los “ecofascistas”, como yo entiendo ese término, tienen, como
mínimo, dos rasgos:

I. No abogan por el rechazo total de la tecnología


moderna; en cambio, quieren crear una sociedad en
la que la tecnología sea “limitada”, utilizada “sabia-
mente” de tal manera que asegure la salud ecológi-
ca de nuestro planeta.
II. Apoyan, sino el supremacismo blanco, al menos el
separatismo blanco.

Primero tomemos el rasgo I. En esencia, los ecofascistas quie-


ren una sociedad planificada, lo que significa simplemente que
son socialistas, porque la idea fundamental del socialismo es la
de la una sociedad planificada1. La ilusión de la sociedad plan-
ificada se originó en la Ilustración, cuando ciertos filósofos,
engañados por la exitosa aplicación de la racionalidad cientí-
fica al mundo físico, imaginaron que la racionalidad científica
podía aplicarse con igual éxito al desarrollo de las sociedades
humanas. Esta ilusión debería haber sido disipada hace mucho
tiempo por lo que hemos aprendido desde el siglo XVIII; pero
los izquierdistas de hoy, además de los ecofascistas, persisten

1 Los sofisticados socialistas modernos no contemplan la eliminación de


toda empresa privada; simplemente quieren que la empresa privada sea limita-
da y controlada de tal manera que desempeñe el papel que se le ha asignado en
su plan general para la sociedad.
en aferrarse a ella.
A fines de la década de 1990 y principios de los 2000, mucha
gente de izquierda se refirió a mis escritos como si fuera un
compañero ideológico suyo. Esto lo pudieron hacer solo como
resultado de una lectura selectiva: no pudiendo percibir o sim-
plemente fallando en recordar las partes de mi trabajo que
eran radicalmente inconsistentes con su ideología. Estos eco-
fascistas que citan mi trabajo hoy, o me reclaman como una
inspiración, también se dedican a la lectura selectiva: pasan
por alto partes cruciales de mi trabajo; por ejemplo, el capítu-
lo uno de Anti-Tech Revolution, en donde se demuestra que el
desarrollo de una sociedad nunca puede estar sujeto a una di-
rección humana racional. Solo sobre esta base, uno puede pre-
decir con perfecta certeza que cualquier intento por parte de
los ecofascistas, -o de cualquier otra persona-, de establecer y
mantener un equilibrio mundial estable entre la tecnología y
la salud ecológica, solo fracasará.
Ahora veamos el rasgo II. El verdadero movimiento anti-tech
rechaza toda forma de racismo o etnocentrismo. Esto no tiene
nada que ver con la “tolerancia”, la “diversidad”, el “pluralismo”,
el “multiculturalismo”, la “igualdad” o la “justicia social”. El re-
chazo al racismo y al etnocentrismo es, pura y simplemente,
un punto cardinal de estrategia.
Cualquier movimiento que pretenda limitar la tecnología tiene
que ser mundial porque si se recorta el progreso tecnológico en
una parte del mundo mientras que en otra parte del mundo se
sigue por el camino del desarrollo tecnológico desenfrenado,
entonces el acuerdo mundial plenamente tecnológico tendrá
una gran preponderancia de poder por sobre la parte menos
tecnológica. Tarde o temprano (probablemente antes) la parte
totalmente tecnológica del mundo tomará el control de la otra
parte para explotar sus recursos. Para mencionar solo el ejem-
plo más obvio, si el progreso tecnológico se restringe en los
Estados Unidos mientras China continúa por su actual camino
tecnológico, entonces China dominará el mundo y tomará lo
que quiera de los recursos naturales de los Estados Unidos, in-
dependientemente de los deseos de los estadounidenses2.
Por razones obvias, un movimiento supremacista blanco no
puede ser mundial. E incluso si un movimiento no reclama la
superioridad de ninguna raza o cultura, sino que simplemente
insiste en mantener separadas a las diversas razas o culturas
del mundo, no podrá controlar a la tecnología, porque su ac-
titud separatista inevitablemente promoverá la rivalidad y/o
el recelo entre las diversas razas o etnias. Cada raza o grupo
étnico, por el bien de su propia seguridad, intentará asegu-
rarse de tener más poder —y por lo tanto más tecnología—
que otras razas o grupos étnicos. De ello se deduce que cual-
quier movimiento que busque limitar la tecnología debe hacer
todo lo posible para minimizar las divisiones o diferencias en-
tre razas o grupos étnicos3. Puramente como una cuestión de
estrategia, la mezcla racial y cultural deben ser promovidas.

Los ecofascistas deben leer CUIDADOSAMENTE ISAIF, Esclavi-


tud tecnológica y Revolución anti-tech. Si lo hacen, no cambi-
arán sus creencias, basadas únicamente en la emoción, no en la
razón, pero al menos esto puede evitar que me nombren como
“inspiración” y citen mis trabajos en apoyo a su ideología. Esto
debería mostrarles que yo soy su adversario.

2 Ver La sociedad industrial y su futuro, párrafo 195.


3 Ver La sociedad industrial y su futuro, párrafos 191 y 192, y Te-
chnological Slavery, edición de Fitch & Madison de 2019, volumen uno, página
178.
La fijación racial de los ecofascistas los coloca en la misma
familia que los izquierdistas, quienes también tienen una fi-
jación racial. La diferencia entre los dos es solo que para los
ecofascistas la raza “blanca” es el héroe de la historia, mientras
que la izquierda comúnmente entiende a la misma raza como
el villano. Los ecofascistas y los izquierdistas son solo dos car-
as de la misma (falsa) moneda.
Ted Kaczynski
29 de septiembre de 2020
SOBRE LAS ITS 4
En lo que respecta a Individualidades Tendiendo a lo Salvaje
(ITS), dices que no creen que se deba crear un movimiento
dedicado a la eliminación del sistema tecnoindustrial y que su
idea es hacer algo para detener el progreso tecnológico, pero
sin esperanza ni intención de eliminar el sistema.
A partir de esto, y también a partir de algunas partes de los co-
municados de ellos que U. R. me ha enviado, está claro que ITS
son unos ignorantes en lo que respecta a la política. Es absolu-
tamente imposible detener el progreso tecnológico, o siquiera
frenarlo significativamente, sin eliminar la totalidad del siste-
ma tecnológico. Además, las partes de sus comunicados que he
mencionado muestran que la noción acerca de la revolución
de ITS se halla en un nivel de parvulario. Creen que una rev-
olución consiste en una sublevación popular (“levantamiento
popular”, “un mar de personas …[que actúan] de forma violen-
ta” ). Las revoluciones a veces ocurren de este modo, pero, en
la mayoría de los casos, son procesos políticos dirigidos desde
arriba por un puñado de líderes. Habitualmente, los alzamien-
tos populares son meros incidentes o episodios en el proceso
político y en ellos no se ve implicado más que un pequeño por-
centaje de la población. Por ejemplo, la “Revolución” de Febre-

4 Individualidades Tendiendo a lo Salvaje, fue uno de los grupos que


propagó la tendencia “ecoextremista” en México, reivindicando el “ataque in-
discriminado” y justificando el ataque a personas sin distinción de responsabili-
dades ni jerarquías, llegando incluso a atacar un espacio anarquista. Para más
info recomendamos: “Tendencias Salvajes Misantropicas: Otras expresiones de
autoritarismo y de pensamiento sagrado” y “¿Acabar con la humanidad para
acabar con el dominio? Sobre la corriente misantrópica en entornos anárqui-
cos”. En Revista Kalinov Most N° 1 y N°3.
ro en Rusia (que en realidad no fue una revolución sino sólo
una insurrección) fue llevada a cabo solamente por los obreros
industriales de San Petersburgo, los cuales constituían sólo un
pequeño porcentaje de la población rusa. Su acción sirvió sólo
para ofrecer a los bolcheviques un punto de partida que és-
tos aprovecharon para tomar el control de todo el país meses
después –principalmente mediante la destreza política.
Las revoluciones pueden ocurrir incluso sin que se produzca
ningún levantamiento popular. Por ejemplo, los nazis tomaron
el poder en Alemania usando solamente medios políticos. Sal-
vo por el golpe de Estado de la Cervecería de Munich, una dé-
cada antes (el cual fue un fracaso ignominioso y llevó a Hitler
a dedicarse, en adelante, a perseguir el poder exclusivamente
de forma legal), los nazis nunca intentaron una sublevación.
Antes de tomar el poder, los nazis se vieron implicados en cier-
tos actos violentos –por ejemplo, en peleas callejeras con los
comunistas- y, después de que tomasen el poder, se produjo la
“noche de los cuchillos largos”, durante la cual Hitler eliminó
físicamente a sus rivales dentro del propio Partido Nazi. Sin
embargo, tras el mencionado fracaso del golpe de Estado los
nazis, nunca más volvieron a usar la violencia contra las auto-
ridades establecidas.
Cabe destacar que la revolución nazi fue en parte una revolu-
ción contra la civilización. Sin embargo, no logró nada en con-
tra de la civilización porque a Hitler solamente le interesaban
el poder personal y la autoglorificación. Él y sus secuaces se
apropiaron de las fuerzas potencialmente revolucionarias que
existían en la sociedad alemana (que incluían a la corriente an-
ticivilizatoria, entre otras) y las explotaron para conseguir el
poder para sí mismos.
Además de hacer gala de un concepto ingenuo de la revolu-
ción, ITS también muestra su ignorancia política de otras for-
mas. Si esta gente alguna vez ha leído algo acerca de la histo-
ria, no lo ha entendido. En consecuencia, es muy probable que
cualquier acción que lleven a cabo, sea legal o ilegal, resulte ser
contraproducente. Las acciones revolucionarias, legales o no,
deberían ser trazadas inteligentemente para servir a unos ob-
jetivos políticos y cualquier comunicado que las acompañase
debería estar escrito de forma políticamente inteligente. Esto
requiere el liderazgo de gente que se haya tomado la molestia
de adquirir tanto conocimiento como le sea posible acerca de
los modos en que las sociedades se desarrollan y cambian.
El error más importante que comete ITS es que expresan, y
por tanto promueven, una actitud de desesperanza acerca de
la posibilidad de eliminar el sistema tecnológico. No tengo ti-
empo para comentar ejemplos históricos en los que grupos
minúsculos y aparentemente insignificantes, considerados
por la mayoría de la gente como chiflados, tontos o “románti-
cos”, lograron finalmente, a pesar de todo, llevar a cabo revo-
luciones con éxito. Sin embargo, un ingrediente indispensable
para el triunfo de tal empresa es la confianza en la posibili-
dad de éxito. Dado que ITS trata de socavar la confianza en la
posibilidad de éxito a la hora de luchar contra el sistema tec-
nológico, debemos rechazar a esta gente e incluirla en la lista
de nuestros adversarios políticos.
Sólo añadiré que, en las partes de los comunicados que
U.R. me ha enviado, algunos de los datos en que se basa
ITS son erróneos y que ITS me atribuye afirmaciones que
yo nunca he hecho y opiniones que nunca he defendido.
Ted Kaczynski
2 de septiembre de 2012

También podría gustarte