Arte y Botánica: El Arte de Los Ciclos Naturales
Arte y Botánica: El Arte de Los Ciclos Naturales
Arte y Botánica: El Arte de Los Ciclos Naturales
Can we scientifically extract valid information from artworks depicting plants? Taking as an example the study of plant phenology, we will see
which limitations and obstacles we face, as well as some cases in which science and art may shed light on one another e.g., in Minoan frescoes
painted 4000 years ago, or in the Hungarian “Book of Vines” that has been illustrated continually for nearly three centuries.
La botánica y el arte siempre han sido dos disciplinas Sin embargo, otra limitación está ligada al tipo de informa-
bien avenidas. ción que queramos extraer. Si estudiamos los movimientos y
A lo largo de los tiempos y en varias civilizaciones, las dis- difusión geográfica de determinadas plantas a lo largo de la
ciplinas artísticas fueron interesándose cada vez más por el historia, y nuestra sospechosa aparece realista y claramente
reino vegetal, que ha proporcionado al arte una riquísima representada en una obra, ahí tenemos un dato que apunta a
fuente de inspiración tanto por su mera estética, como por que aquella especie estaba presente en el lugar y momento de
su potencial simbólico. su realización. Si nos ocupamos de agrobiodiversidad vegetal,
y queremos saber más sobre variedades antiguas de melones
Por otra parte, bien sabemos la importancia que ha tenido o sandías, o sobre la aparición de las zanahorias anaranjadas,
la ilustración botánica en la historia de las ciencias vegeta- echar un vistazo a lienzos flamencos del s. XVII o a bodegones
les, hasta el punto de que algunas especies tienen, como del Siglo de Oro español puede resultar un ejercicio tan inte-
ejemplar tipo que acompaña a la descripción y fija el nom- resante como útil (Zeven & Brandenburg, 1986). No obstante,
bre de una especie, a obras de arte (caso de ilustraciones hay otras disciplinas de enorme relevancia actual, como la fe-
incluidas en el magnífico libro Les Liliacées del pintor belga nología, que lo tienen bastante más difícil a la hora de extraer
Pierre-Joseph Redouté, con descripciones botánicas de Au- datos certeros a partir de obras de arte.
gustin P. de Candolle).
Devenires vegetales y limitaciones artísticas
Pero por muy bella y rigurosa que pueda ser, la ilustración La fenología vegetal se ocupa de estudiar los cambios vi-
botánica es una nota al pie de la historia del arte pictórico, sibles en el desarrollo de las plantas a lo largo de su ciclo
y en muchos (¿la mayoría?) de los casos, la intención tras la anual; la germinación, la aparición de las primeras flores, la
mano que blande el pincel no es científica. Que la planta se maduración de los frutos, la pérdida de las hojas…, marcan
vea realista está bien, pero rara vez es el objetivo primordial un calendario íntimamente relacionado con las condiciones
del lienzo. Y, si bien antaño no solían tomarse tantas liberta- climáticas que experimenta cada planta. Y si bien algunas va-
des con la veracidad del material vegetal representado (sobre riables no han cambiado mucho durante los últimos milenios
todo en comparación con la ilustración infantil actual, donde (p. ej., el equilibrio entre horas de luz/oscuridad), hay otras
abundan plantas totalmente inventadas), tampoco podemos cuya evolución resulta hoy preocupante, como es el caso de
tomarnos lo pintado como un dato científico. Existen reparos las temperaturas al alza.
a la validez de la información que podemos extraer de una
obra de arte (para la ciencia, claro), y es bueno conocerlos La fenología vegetal ha interesado sobremanera a la huma-
antes de lanzarnos a realizar interpretaciones poco fundadas. nidad, y ha dejado huellas en multitud de campos distintos.
Los nombres comunes de muchas plantas, por ejemplo, con-
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Un primer obstáculo resulta evidente a cualquier amante de tienen referencias fenológicas veladas al relacionar eventos
la historia del arte, pues todos sabemos que ha habido épo- como la floración o la fructificación con el santoral católico
cas y movimientos que no estaban preocupados por el rea- (especialmente conocidas son las «hierbas de San Juan»,
lismo de lo que representaban. Identificar especies vegetales santo muy botánico cuyo onomástico está rodeado de tra-
en obras cubistas, o en borduras de libros persas del s. XVI, diciones como la recolección y preparación de determinados
puede resultar un poco complicado. preparados, comestibles o medicinales, a base de plantas).
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No obstante, debemos tener en cuenta que cada planta res-
ponde a las condiciones de su propio hogar, y por ello la
fenología se sostiene siempre sobre lo íntimamente local.
Que uno de los nombres en inglés del majuelo, Crataegus
monogyna, sea «flor de mayo» (mayflower), pero que los
que veo junto a mí florezcan ya en marzo, únicamente nos
dice que la primavera llega antes al litoral mediterráneo que
a Inglaterra. Existen flores, como las prímulas, cuya fama
como «heraldos de la primavera» se ha extendido más allá
de los lugares donde nació esa asociación; y, al verlas apa-
recer en lienzos como el bodegón de Jacob van Huysum
dedicado a las flores del mes de enero, cometeríamos un
error al asumir automáticamente que en el siglo XVIII la pri-
mavera empezaba unas semanas después de Nochevieja.
Una observación fenológica solo resulta científicamente útil
si la situamos no solo en el tiempo sino también en el es-
pacio; de ahí que cualquier persona con jardín y cámara de
fotos pueda ejercitarse en el noble arte de las anotaciones
fenológicas, si escoge una planta y una fecha concreta para
fotografiarla, año tras año. Otra posibilidad es registrar un
suceso biológico en un mismo lugar —y preferiblemente en
un mismo organismo— cada año, costumbre que se man-
tiene en Japón desde hace unos 1.200 años alrededor de la
floración de sakura (cerezos japoneses, Prunus spp.) o de las
glicinias (Wisteria floribunda) (Primack et al., 2009).
dato válido sin más. Dado que la jardinería y la horticultura ginamos piezas que podríamos admirar en un museo: óleos,
se han esforzado durante siglos para obtener floraciones «a acuarelas, pasteles, …, aplicados sobre lienzos de tela, papel
destiempo», lo que a priori podría interpretarse como indicio o seda. Sin embargo, si nos remontamos milenios atrás en el
de un año más cálido puede ser una mera ficción fenológica tiempo, las obras de que disponemos no suelen ser objetos
salida de un invernadero. que puedan colgarse en la pared, sino que a menudo forman
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parte de la pared misma, como murales o frescos más o me-
nos fragmentarios.
Bibliografía
• Chapin, A.P. (2004) Power, Privilege, and Landscape • Primack R.B., Higuchi H. & A.J. Miller-Rushing Más referencias y enlaces en
in Minoan Art. Hesperia Supplements 33: 47-64. (2009) The impact of climate change on cherry https://ainaserice.com/botanicarte
trees and other species in Japan. Biological Conser-
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