Antropología Pedagógica

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Antropología Pedagógica.

Introducción:
Ofreceré una visión que vaya ubicando la concepción sobre el hombre en los diversos momentos
históricos y en los diversos enfoques culturales para pasar luego a la doctrina de la persona humana desde el
punto de vista pedagógico.

a) El hombre en el pensamiento antiguo

Edad Antigua
Mito Filosofía

1. Presocráticos: el hombre no se destaca como un objeto particular es una cosa más entro del orden de la
Phycis o naturaleza.
Dentro de la escala gradual de los seres el hombre ocupa el centro pues reúne todos los grados del ser y de la
vida.

2 Platón introduce la primera teoría completa sobre el hombre. Está es concebido como un compuesto de
cuerpo (material) y un alma (espíritu)1

Aristóteles definirá al hombre como una unidad sustancial del alma y el cuerpo en donde el alma será la
forma del cuerpo.
En la caracterización del espítiru tiene primacía el hecho cognoscitivo.

b) El hombre en el pensamiento medieval

Edad Medieval
Teocéntrica
Sto. Tomás / San Anselmo

El cristianismo exalta antes que nada la acción libre y personal que se desarrolla entre el hombre y dios en el
marco de la historia de la salvación.
San Agustín: el hombre es una unidad de dos sustancias: el cuerpo y el alma.
Ambos están unidos por la acción recíproca de una sobre la otra. El alma va a ser entendida como creada por
dios y no como pre existente (platón, Aristóteles). El alma no está limitada al aspecto racional sino concebido
también como voluntad, libertad y amor. Agustín privilegia el libre albedrío.

Santo Tomás: siguiendo a Aristóteles, exalta como facultad suprema del alma la inteligencia, en tanto que la
libertad y al amor son sus secuencias naturales. El hombre es una unidad sustancial de cuerpo y alma. Estas no
son sustancias separadas, ni unidas por su acción recíproca, son principios internos constitutivos.

c) El hombre en el pensamiento de la edad moderna, y en el pensamiento contemporáneo

Edad Moderna Edad Posmoderna Edad del Milenio


Progreso: Individualismo
Antropocéntrica indefinido de Relativismo
Razón y ciencia ciencias. Cultura
Pascal / Comte del trabajo y del
Esfuerzo

1
Afirmará platón en primer lugar que “el cuerpo es la cárcel del alma” para posteriormente sostener que “el
cuerpo es un instrumento que el alma necesita para purificarse”

1
En esta época inaugurada por Descartes con el ego cogito (pienso luego existo) se produce una orientación
hacia el hombre, hacia el sujeto. Por tal razón, al primer tratado de antropología filosófica strito sensu aparece en
el Renacimiento.
Racionalismo, Empirismo, Idealismo, Materialismo, Existencialismo, son variantes creadas por el giro
antropológico producido por la modernidad. E aquí la paradoja: en ninguna época se ha sabido tanto acerca del
hombre (medidas, pesos y señales), pero en ningún tiempo se ha sabido menos acerca de lo que el hombre,
realmente, es.
Los grandes relatos han caído (idea del progreso universal, omnipotencia de la razón, democracia planetaria,
etc.). Sin estos frutos de la modernidad nos encontramos con la tarea de recrear una imagen de hombre más
aproximada a la realidad cambiante que somos todos y cada uno de los hombres.

Perspectiva eclesial actual


“Creyentes y no creyentes están generalmente de acuerdo: todos los bienes de
la tierra deben ordenarse en función del hombre, centro y cima de todos ellos”
(Cocilio Vaticano II).

Las realidades están orientadas al hombre. La iglesia verifica tres actitudes distintas: las que exaltan al hombre
y lo exaltan al máximo. Se da en la ilustración como resultado de la filosofía moderna. Esta tendencia a ver en el
hombre lo bueno y solo lo bueno lleva a algunos a negar a Dios.
Otra actitud extrema es la que lleva al hombre a la desesperación y a la angustia. Algunos existencialistas como
Sartre y Lutero, dentro de la perspectiva protestante, siguen esta línea.
Para el cristianismo la aptitud radical del hombre es contemplar y amar a dios. Caracteriza al hombre como un
“ser para dios”, abierto hacia la trascendencia.
Un segundo elemento es el dominio que tiene sobre las cosas para orientarlas a dios y para poder llegar él
mismo a contemplar a dios. Señalemos que el hombre no puede llegar a su perfección solo: necesita la sociedad
de hombre y mujer.
Pero también el hombre peca y recibe las consecuencias del pecado además nos enfrentamos al misterio de la
muerte, consecuencia misma del pecado y realidad necesaria de asumir.
La visión cristiana, como hemos visto, procura una conciliación de dos corrientes antinómicas. La existencia de
una felicidad y de una solución para el drama humano; la realidad de su inclinación a la felicidad y,
simultáneamente, el hecho de su miseria y de la muerte, que encontrarán una solución definitiva y plena en el
mas-allá, constituyen una afirmación básica de la concepción cristiana del hombre.
En la actualidad para el vaticano II el punto de partida es el HOMBRE para indagar por lo que él es y sus
dimensiones: principalmente la religiosa.

Persona humana y educación


Los reflejos que la doctrina escolástico- cristiana de la persona humana ejerce sobre la actuación de un
hombre hacia otro con un fin educativo

El significado teórico y la expresión practica de lo definida bajo el termino Educación depende de una doctrina
bien definida del hombre como “persona”.
“…Será necesariamente distinta la acción del maestro que considera a su alumno como un ser puramente
material y solo dotado de sensibilidad, de la del maestro que sabe que trabaja sobre un ser personal y, por lo
tanto, espiritual y libre; la acción del maestro que tiene al educando por un ser puramente receptivo, de la del
maestro que conoce y quiere respetar y utilizar su impulso vital y su actividad asimiladora; la acción de quien
afirma que en su discípulo la espiritualidad no es una esencia individua, sino solo una manifestación empírica de
un único espíritu trascendente, de la acción de quien afirma fundadamente que el espíritu de su discípulo es una
sustancia una e individua, autónoma”… (Nosengo, G)

Quién es el hombre

El hombre se presenta a la experiencia como una realidad corporal. Más allá de esto encontramos la actividad del
pensamiento y de la voluntad.
Podemos inducir, ascendiendo de efectos a causas que existe una realidad inmaterial viva y activa que ingresa
como principio espiritual para la composición de la unidad viviente que llamamos hombre. Tal principio
espiritual es substancial, individuo, de naturaleza racional, subsistente, libre, autónomo, incomunicable: persona
“humana”. Humana por formar conjunto con el principio corpóreo.

2
Características respecto a la persona

Tiene acceso al absoluto, a lo universal, a lo


1.Ser de naturaleza intelectual
necesario. “infinito en potencia” según S. Tomás.
2. Ser completo en sí mismo y distinto. No puede ser ni formar parte de otro ente.
3. Persona en razón de su espiritualidad. Es libre y responsable de sus acciones.
Tiene dominio de sus propios actos, es capaz de
4. Persona espiritual y libre
derechos y deberes. Puede crecer, poseer, amar.
En la escala de los seres visibles ocupa el, grado
5. La persona por el valor de su espiritualidad más alto. Está destinada inmediatamente a dios, es
un fin en si misma.
Le es connatural la tendencia a crecer como
6. Es un infinito en potencia
persona y a dirigirse a dios.
El desarrollo de la persona se consigue por medio
de los fines intermedios subordinados
7. La persona: principio biológico y principio mediatamente al fin Supremo. Los fines biológicos
espiritual en sí mismo. sirven a los fines sensitivos, los fines sensitivos
sirven a los fines psíquicos y espirituales; los fines
espirituales sirven a los sobrenaturales.
Necesita: el desarrollo de la vida corporal,
8. El hombre: naturaleza y espíritu. psíquica, intelectual, estética, volitiva, moral,
social, religiosa.
Tanto el individualismo como el colectivismo
9. La persona es naturalmente social.
totalitario, niegan la personalidad.
En razón de su apertura social y de su capacidad d
e comunicación intelectual y afectiva está en
10. La persona tiene la capacidad educativa
condición de recibir y de ejercer influencia en
orden a su desarrollo perfectivo y al ajeno.

El pensamiento pedagógico en algunas corrientes filosóficas

Positivismo:
Considera a la realidad solo como un complejo de hechos sensibles, en pedagogía implica al hombre como una
realidad hecha de puras sensaciones a las cuales corresponden nociones , capacidades y hábitos que s e les
anexan. El fin de la educación es conseguir una capacidad o una habilidad para lograr un mayor rendimiento en
una sociedad productiva.

Idealismo:
El educando es el único factor verdadero de su educación: auto creación absoluta, autodidáctica.

Pragmatismo:
El criterio de lo verdadero es la acción que tiene al éxito (Dewey).

Marxismo:
Es un materialismo dialéctico. El maestro es el instrumento con el que interviene la voluntad formadora del
estado para orientar tecnisisticamente a la escuela en sentido productivo.

Conclusión:
Sobre la base de los datos explicitados podemos concluir que he trabajado dos nociones fundamentales:
hombre y cosmovisión. El hombre, nosotros mismos y nuestra experiencia de ello, junto a la cosmovisión, el
modo de encarar la realidad en la cual también estamos nosotros; nos llevan a plantearnos cómo se ha ido
encarando a través de la Historia nuestra realidad. Tema que describí a partir de la Filosofía y la Teología.
Desde el punto de vista pedagógico puedo concluir que: La sustancia espiritual puede conquistase a si mismo
solo en relación a la corporeidad, es decir “Debe cimentarse con las condiciones de la individualidad física y
orgánica, desenvolviéndola, adiestrándola, corrigiéndola, afinándola, de modo de transformar un límite en un
instrumento, un obstáculo en una ayuda” (Nosengo, G.)

3
Bibliografía utilizada:

 Nosengo, G., Persona humana y educación. Publicaciones del Instituto de promoción


social argentina. Buenos Aires 1978. Capítulo Primero: “La doctrina de la persona
humana”, pp. 23-41.

 Ferro, L., “ El hombre en las distintas cosmovisiones” en El hombre, proyección y


misterio. Bonum, Buenos Aires 1975, pp. 7-18.

 Buela, A., Epítome de Antropología. Editorial Cultura et Labor; Buenos Aires 1993,
Unidad II. “Bosquejo histórico de la antropología filosófica” y “El concepto
tradicional y moderno del hombre”, pp. 21-39.

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