Crecimiento Personal
Crecimiento Personal
Crecimiento Personal
1- Biopsicosocial es un concepto que no forma parte del diccionario que elabora la Real
Academia Española (RAE). Sin embargo, podemos descomponer el término en sus
unidades constituyentes para comprender de forma precisa a qué hace referencia.
El prefijo “bio” alude a la vida; “psico” se vincula a la psicología (la actividad de la mente o las
cuestiones del alma); “social”, por último, es aquello vinculado a la sociedad (la comunidad de
individuos que comparten una cultura y que interactúan entre sí). La noción de biopsicosocial, por
lo tanto, integra cuestiones biológicas, psicológicas y sociales.
Suele decirse que el ser humano es biopsicosocial. Su potencial está determinado por sus
características biológicas (físicas), pero a su vez su accionar es influenciado por aspectos
psicológicos (como deseos, motivaciones e inhibiciones) y por el entorno social (la presión que
ejercen otras personas, los condicionamientos legales, etc.). Estos tres aspectos (bio, psico y
social) no pueden escindirse, sino que constituyen un todo. La conducta del hombre, de hecho,
constituye una unidad biopsicosocial.
Se habla de modelo biopsicosocial con referencia al enfoque que atiende la salud de las personas a
partir de la integración de los factores biológicos, psicológicos y sociales. Este modelo entiende
que el bienestar del hombre depende de las tres dimensiones: no alcanza con que el individuo
esté sano físicamente.
Con el paso del tiempo, este niño se va escondiendo en lo más profundo de nuestro ser
pero sale a la luz en determinadas circunstancias, como por ejemplo, cuando necesitamos
enfrentar un proyecto que demanda mucha imaginación o cuando revivimos un miedo
que, como adultos, no debería atemorizarnos. La mayoría de las personas no se percatan
de la existencia de este niño interior, pero lo cierto es que en ocasiones es él quien
determina cómo respondemos ante determinadas circunstancias.
Vale aclarar que en ocasiones este viaje al pasado puede ser doloroso, puesto que
profundiza en heridas que no sanaron del todo. Por eso, para emprender el viaje de forma
segura lo mejor es hacerlo de la mano de un psicólogo que sea capaz de guiarte por los
recovecos de tu mente y guiarte en el proceso. Afortunadamente, hoy contamos con
herramientas terapéuticas como la hipnosis o EMDR, las cuales nos permiten acceder a
esos recuerdos grabados en nuestra memoria emocional y sanarlos, permitiéndonos
cicatrizar las heridas del pasado. Ya sabes que una cicatriz es algo que nos recuerda que
algo nos dolió, pero que YA no nos duele.