Monografía

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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA


DIAGNÓSTICO E INFORME PSICOLÓGICO

MONOGRAFÍA DE LOS MODELOS PSICOTERAPÉUTICOS:

AUTORES:
Cardich Hurtado Maricielo

Martin Ñahuinripa Rocio Bertha

ASESOR:

CARMEN ROSA URBINA MEZA

VI CICLO

2023-II
ÍNDICE:

TABLA DE CONTENIDO

I INTRODUCCIÓN

II. MARCO TEÓRICO

2.1 Psicoanálisis

2.2 Terapia Conductual

2.3. Terapia Conductual

2.4. Terapia Humanista

2.5. Terapia Cognitivo-Conductual

2.6. Terapias de Tercera Generación

III. CONCLUSIONES
INTRODUCCIÓN:

La psicoterapia es una herramienta esencial en el campo de la salud


mental, que permite a los profesionales ayudar a las personas a superar una
variedad de desafíos psicológicos. A lo largo de los años, varios modelos
psicoterapéuticos han surgido, cada uno con su propio enfoque y metodología para
tratar los problemas de salud mental. Esta monografía tiene como objetivo explorar
cinco de estos modelos: el psicoanálisis, la terapia conductual, la terapia
humanista, la terapia cognitivo-conductual y las terapias de tercera generación.

El estudio de estos modelos es relevante ya que proporciona una


comprensión más profunda de las diversas formas en que podemos abordar y
tratar los problemas de salud mental. Cada modelo ofrece una perspectiva única y
ofrece diferentes técnicas y enfoques que pueden ser adecuados para diferentes
individuos y problemas.

Además de proporcionar una visión general de cada modelo, esta


monografía también explorará cómo estos modelos se han aplicado en la práctica y
su eficacia en el tratamiento de diversos problemas de salud mental. Aunque cada
modelo tiene su propio conjunto de técnicas y enfoques, todos comparten el
objetivo común de ayudar a las personas a superar sus desafíos psicológicos y
mejorar su bienestar mental.

Es importante resaltar la conexión subyacente entre diversos modelos


psicoterapéuticos, aunque aparenten ser distintos en la superficie, al centrarse en
la comprensión de la mente humana y su comportamiento. Cada modelo aporta
una perspectiva única y valiosa que enriquece nuestra comprensión de la
psicología humana y el abordaje eficaz de problemas de salud mental. En última
instancia, su objetivo es proporcionar una visión completa de estos modelos,
destacando su importancia en el campo de la psicoterapia, con la esperanza de
promover una mayor comprensión y apreciación de la diversidad y complejidad de
este ámbito.
II MARCO TEÓRICO:

2.1 Psicoanálisis

A lo largo de los años, el psicoanálisis ha desempeñado un papel


fundamental en el tratamiento de una variedad de trastornos de salud mental,
como la ansiedad, la depresión y los trastornos de la personalidad, a pesar de las
críticas y controversias que ha enfrentado. Su impacto en la psicología es
innegable, ya que las ideas de Freud acerca del inconsciente, la sexualidad infantil
y la relevancia de los sueños han moldeado nuestra comprensión de la mente
humana y su funcionamiento. Aunque algunas de sus teorías han sido objeto de
escrutinio, su enfoque en los procesos mentales inconscientes ha sido
ampliamente aceptado y ha sentado las bases para la evolución de otros modelos
psicoterapéuticos.

En la práctica, el psicoanálisis ha sido empleado para abordar diversos


problemas de salud mental, a pesar de las controversias que rodean su eficacia,
habiendo demostrado en algunos casos ser beneficioso al ayudar a individuos a
comprender y resolver conflictos internos que impactan en su vida cotidiana.
Además, el psicoanálisis ha dado lugar a varias escuelas de pensamiento y
teorías, tales como la psicología del ego, la psicología del yo y la psicología del sí
mismo, que han ampliado y refinado las ideas iniciales de Freud, contribuyendo
significativamente a la diversidad de enfoques en el campo de la psicoterapia.

Además de Freud, otros teóricos significativos han contribuido al


desarrollo del psicoanálisis. Carl Jung, por ejemplo, introdujo conceptos como los
arquetipos y el inconsciente colectivo, ampliando la comprensión del psicoanálisis
más allá de las teorías de Freud. En el psicoanálisis, el terapeuta busca ayudar al
paciente a explorar recuerdos y experiencias reprimidas que podrían estar
afectando sus comportamientos y emociones actuales. Este proceso puede ser
largo y desafiante, pero puede conducir a una mayor autoconciencia y a cambios
significativos en la vida de una persona.

El psicoanálisis también ha influenciado a otras formas de terapia, como


la terapia psicodinámica, que se basa en muchas de las ideas del psicoanálisis
pero se centra más en las relaciones actuales del paciente y en la reducción de los
síntomas. Es importante mencionar que, aunque el psicoanálisis ha sido una
herramienta valiosa, también ha recibido críticas. Algunos critican su falta de
énfasis en el comportamiento observable, mientras que otros cuestionan la validez
y la fiabilidad de sus conceptos. Sin embargo, a pesar de estas críticas, la
influencia del psicoanálisis en la psicología y la psicoterapia es innegable.

En resumen, el psicoanálisis ha jugado un papel fundamental en la


evolución de la psicoterapia. Aunque no está exento de críticas, su influencia en la
psicología es innegable y continúa siendo un modelo valioso en el campo de la
salud mental

2.2 Terapia Conductual

La terapia conductual, que surgió en las décadas de 1920, se basa en la


teoría del aprendizaje y se enfoca en la influencia del condicionamiento en la
formación del comportamiento humano, en contraste con el psicoanálisis, que pone
menos énfasis en los procesos mentales internos y se centra en el comportamiento
observable y medible. Su premisa fundamental es que los comportamientos no
deseados son adquiridos y, por ende, pueden ser desaprendidos o modificados
mediante técnicas respaldadas por principios de condicionamiento clásico y
operante, como el refuerzo positivo, el modelado y la desensibilización sistemática.
Esta terapia ha demostrado su eficacia en tratar una amplia gama de trastornos de
salud mental, incluyendo fobias, trastornos de ansiedad, TEPT y trastornos
alimenticios. Aunque no es adecuada para todas las afecciones, se ha consolidado
como una herramienta valiosa en el ámbito de la psicoterapia.
La terapia conductual ha sido influenciada por destacados psicólogos
como Ivan Pavlov, conocido por su trabajo en condicionamiento clásico, y B.F.
Skinner, famoso por su contribución al condicionamiento operante, que son
fundamentales en las técnicas empleadas. Estas técnicas son altamente
pragmáticas, implicando frecuentemente que las personas aprendan nuevas
habilidades y estrategias de afrontamiento. Un ejemplo común es la
desensibilización sistemática, utilizada para abordar fobias, que involucra la
exposición gradual a la fuente del miedo en un entorno controlado hasta que el
temor disminuye. La terapia conductual se ha destacado en el tratamiento de
trastornos específicos como el TOC y el TDAH, aunque ha recibido críticas por su
énfasis en el comportamiento observable, alegando que descuida los procesos
cognitivos y emocionales que también inciden en la salud mental.

Sin embargo, sigue siendo un recurso valioso en la psicoterapia, siendo


eficaz en trastornos del espectro autista, trastornos de la alimentación y adicciones,
además de influenciar el desarrollo de terapias más contemporáneas como la
terapia cognitivo-conductual. A pesar de las críticas, su enfoque práctico y acción
directa la convierte en una herramienta significativa en la psicoterapia, con un
impacto y eficacia innegables en el tratamiento de diversos trastornos de salud
mental. En resumen, la terapia conductual, aunque se centre en el comportamiento
más que en los procesos internos, ha demostrado su valía en el cambio de
conductas problemáticas y la mejora de la calidad de vida, manteniendo su
relevancia en el campo de la psicología.

2.3 Terapia Humanista

La terapia humanista, también llamada psicología humanista, surgió en


respuesta a las percibidas limitaciones de la terapia conductual y el psicoanálisis
en la década de 1950. Los terapeutas humanistas se centran en el potencial de
crecimiento de cada individuo y en su capacidad para tomar decisiones y asumir la
responsabilidad de sus acciones. Carl Rogers, una figura influyente en este campo,
propuso la terapia centrada en el cliente, que se basa en la idea de que cada
individuo tiene la capacidad innata de alcanzar su potencial y crecer. El terapeuta
desempeña un papel fundamental al proporcionar un ambiente seguro y de
aceptación incondicional que permite a la persona explorar sus sentimientos y
comportamientos sin temor al juicio. Los principios clave de la terapia humanista,
como la autenticidad, la empatía y la aceptación incondicional, se centran menos
en el diagnóstico y más en comprender la experiencia única de cada individuo.

Este enfoque ha sido utilizado para tratar una variedad de problemas de


salud mental, como la depresión, la ansiedad, la baja autoestima y los problemas
de relación, a pesar de críticas por su falta de estructura y su enfoque en la
subjetividad. Además de Carl Rogers, figuras notables en la terapia humanista
incluyen a Abraham Maslow, conocido por su teoría de la autorrealización y la
jerarquía de necesidades. La terapia humanista promueve un enfoque colaborativo
entre terapeuta y cliente en un ambiente de aceptación y respeto mutuo, valorando
la singularidad de cada individuo y su experiencia subjetiva.

Este enfoque ha tenido un impacto significativo en el campo de la


psicoterapia al fomentar una perspectiva más personalizada y centrada en el
individuo, reconociendo la importancia de tratar a cada persona como única. A
pesar de su énfasis en la individualidad, también valora las relaciones y la conexión
humana, reconociendo la relación terapéutica como un medio esencial para facilitar
el crecimiento y el cambio. Aunque no es adecuada para todos, la terapia
humanista ha demostrado ser efectiva para aquellos que buscan una mayor
autoconciencia y una vida más auténtica y satisfactoria.

En resumen, la terapia humanista es un valioso enfoque en el campo de


la psicoterapia, que, a pesar de sus críticas, se destaca por su énfasis en el
crecimiento personal y la autorrealización, ofreciendo una perspectiva única y
beneficiosa para aquellos que buscan una mayor autoconciencia y bienestar
personal.

2.4 Terapia Cognitivo-Conductual

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un enfoque de psicoterapia que


combina elementos de la terapia cognitiva y la terapia conductual, surgiendo en las
décadas de 1960 y 1970 bajo la influencia de psicólogos como Aaron Beck y Albert
Ellis. Este enfoque se fundamenta en la interconexión entre pensamientos,
emociones y comportamientos, reconociendo que pensamientos negativos o
irracionales pueden desencadenar emociones y comportamientos problemáticos.
El terapeuta trabaja en colaboración con el cliente para identificar y desafiar estos
pensamientos negativos, desarrollando estrategias adaptativas y saludables para
abordar los problemas. Las técnicas incluyen reestructuración cognitiva,
entrenamiento en habilidades de afrontamiento, resolución de problemas y
relajación, y han demostrado su eficacia en el tratamiento de diversos problemas
de salud mental, como depresión, ansiedad, trastornos de estrés postraumático,
trastornos alimenticios y adicciones.

La TCC es altamente estructurada y orientada a objetivos, centrándose


en los desafíos actuales del individuo, aunque considerando cómo las experiencias
pasadas influyen en los pensamientos y comportamientos actuales. Su
adaptabilidad es un aspecto valioso, ya que puede ser utilizada con individuos,
parejas, familias y grupos, y sus principios y técnicas pueden ser aplicados en la
vida cotidiana. Ha demostrado ser particularmente efectiva en el tratamiento de la
depresión y los trastornos de ansiedad, y ha influido en el desarrollo de otras
terapias, como la terapia de aceptación y compromiso y la terapia
cognitivo-conductual basada en la atención plena.

A pesar de su eficacia, la TCC no está exenta de críticas, con argumentos


que sugieren que su enfoque en el cambio de pensamientos y comportamientos
puede ser simplista para problemas complejos de salud mental, y que su
orientación hacia el presente puede no ser adecuada para aquellos cuyos
problemas están arraigados en experiencias pasadas. En resumen, la terapia
cognitivo-conductual es una herramienta valiosa en el tratamiento de una amplia
variedad de problemas de salud mental, respaldada por su enfoque práctico y
centrado en el problema, y su influencia en el desarrollo de otros enfoques
terapéuticos
2.5 Terapias de Tercera Generación

Las terapias de tercera generación han surgido en las últimas décadas


como una evolución de la terapia cognitivo-conductual, y se caracterizan por un
enfoque en la aceptación y la atención plena en lugar de la eliminación de
síntomas específicos. Algunos ejemplos de estas terapias incluyen la Terapia de
Aceptación y Compromiso (ACT), la Terapia Conductual Dialéctica (DBT), y la
Terapia Cognitiva basada en Mindfulness (MBCT). En lugar de centrarse en
cambiar pensamientos y comportamientos no deseados, estas terapias se centran
en cambiar la relación del individuo con sus pensamientos y emociones,
ayudándoles a aceptar y manejar lo que experimentan.

Estas terapias han demostrado ser efectivas en el tratamiento de una


amplia variedad de problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad, el
estrés y los trastornos de la alimentación. A pesar de ser relativamente nuevas en
el campo de la psicoterapia, han ganado reconocimiento y aceptación debido a su
enfoque en la aceptación, la atención plena y los valores personales.

En particular, la Terapia de Aceptación y Compromiso enseña a las


personas a aceptar pensamientos y sentimientos difíciles y a comprometerse a
actuar de acuerdo con sus valores personales. Esto resulta especialmente útil para
quienes enfrentan pensamientos y emociones recurrentes que han sido difíciles de
cambiar con enfoques terapéuticos más tradicionales.

Además, las terapias de tercera generación hacen hincapié en la atención


plena, que ayuda a los individuos a manejar sus pensamientos y emociones y vivir
de manera más consciente y equilibrada. En resumen, estas terapias ofrecen un
enfoque innovador y prometedor para el tratamiento de problemas de salud mental,
representando una evolución importante en el campo de la psicoterapia a medida
que continúan siendo estudiadas y desarrolladas.
III CONCLUSIONES

En resumen, la psicoterapia es un campo en constante evolución que ha


presenciado diversos cambios a lo largo de los años, desde el psicoanálisis y la
terapia conductual hasta la terapia humanista y las terapias de tercera generación.
Cada enfoque aporta una valiosa perspectiva sobre la mente humana y cómo
abordar los problemas de salud mental.

Es crucial destacar que no existe un enfoque único "mejor" o "correcto" en


psicoterapia, ya que cada individuo es único y lo que funciona para uno puede no
ser eficaz para otro. Lo esencial es encontrar un enfoque terapéutico que se ajuste
a las necesidades, preferencias y objetivos de cada persona.

Además, es importante reconocer que cada enfoque terapéutico tiene sus


ventajas y limitaciones. Por lo tanto, los profesionales de la salud mental deben
estar bien informados sobre las distintas modalidades y estar dispuestos a adaptar
su práctica según las necesidades individuales.

En última instancia, la psicoterapia es una poderosa herramienta que


puede ayudar a las personas a superar desafíos, mejorar su bienestar mental y
llevar una vida más plena y satisfactoria. A medida que continuamos aprendiendo y
ampliando nuestra comprensión de la mente humana, es probable que la
psicoterapia siga evolucionando y adaptándose para satisfacer las cambiantes
necesidades de nuestra sociedad.

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